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29 noviembre 2017

Descifrando la crisis chino-estadounidense (1)



Foto: Reuters/stringer


Primera parte

La guerra política-económica


por Tito Andino U.

En que puede desembocar esa tensa relación entre China y Estados Unidos? 
Ante el gran público y la comunidad internacional, tanto la una como la otra potencia alegan ser víctimas de políticas que afectan sus intereses comerciales en diferentes regiones del mundo.

Ya lo hemos dicho en alguna ocasión, para China son solo negocios, firmar contratos con otros países e invertir en el desarrollo de sus infraestructuras, naturalmente, a cambio ganan mucho dinero y se abastecen de recursos energéticos; los chinos exigen el cumplimiento de los contratos suscritos. Por otra parte, los Estados Unidos aspira, a más de los ingentes recursos económicos y explotación de los recursos naturales, hacerse con el control político de las naciones, impone las reglas de su juego para brindar “ayuda” económica y técnica a las naciones que aspiran desarrollar sus medios productivos; además, exige romper todo vínculo comercial con otras potencias en áreas estratégicas como el petróleo, gas e infraestructuras vitales. Con quién negociaría usted?

Desde la campaña electoral y luego de su elevación al poder, Donald Trump  tiene un cometido anti-chino en materia económica, tampoco se guarda palabras para hacer declaraciones con “vientos de guerra”.

El ex consejero en materia estratégica de Trump, Steve Bannon, señaló  que en un periodo de entre 5 y 10 años, los Estados Unidos y China se involucrarían en una guerra en el mar de la China Meridional (Bannon es cercano a grupos de la extrema derecha estadounidense). Los chinos no se han tomado esto en broma, no solo de hoy, sino tiempo atrás, con Trump en la Casa Blanca, a pesar de los apretones de manos en las cumbres internacionales, Beijing también trata de blindarse, cree que una guerra puede ser una realidad en un futuro mediato.

Veamos algunos aspectos:

Los problemas de los EEUU con China no inician con Trump, si bien con el nuevo mandatario estadounidense las políticas de proteccionismo industrial están dirigidos a cortar la dependencia, entre cosas, de la mano de obra china. Un hecho a tener en cuenta es que las grandes empresas han obtenido inmensos beneficios financieros, pero los problemas sociales y económicos de la población estadounidense se encontraban a la baja por muchos años.

Para algunos analistas, profundos conocedores de economía, existe la tesis de que han sido las regulaciones económicas chinas las que han contenido una grave crisis financiera global, aun mayor a la del 2008 y, que es la economía de los EEUU quien debería agradecer que tal episodio no haya sucedido.

Trump achaca todos sus males económicos a la globalización, entre otros a los mexicanos y, por supuesto, a los chinos. Lo de China puede ser comprensible, todos conocemos los productos “made in China”, sus reales propietarios son poderosas firmas occidentales. China ha logrado “clonar” con éxito la tecnología estadounidense, inclusive componentes para uso militar que elaboraba hasta hace poco; eso se refleja en su propio desarrollo industrial y armamentístico. En el área civil, la clonación de marcas textiles es sonadamente conocido en el mundo, la comercialización de productos chinos de famosas marcas estadounidenses es cosa de todos los días. Lo de México es otra curiosidad, la industria maquiladora estadounidense, en general, tiene como objetivo comercializar sus productos elaborados en el extranjero sin pagar aranceles porque es el dueño de la materia prima, es decir, los productos elaborados retornan a su país de origen (en México, la mayoría de fábricas se encuentran en la zona fronteriza (Tijuana, Juárez, Nogales,  Mexicali, Reynosa). Son millones de mexicanos que dependen laboralmente de este sistema enrolados en el Border Industrialization Program (Programa de Industrialización Fronteriza). En cualquier caso y en cualquier país del mundo, la mano de obra es barata, pero competitiva. Según datos, por ejemplo, la mujer mexicana labora para ganar aproximadamente la sexta parte del salario por el mismo trabajo en los EEUU., viven en pobreza y casi nula seguridad laboral. En otros países del Asia las condiciones suelen ser peores.

Volviendo al tema central, para nadie es desconocido que los gobiernos de los Estados Unidos, por un largo periodo, han descuidado el incremento del gasto social, los salarios no han aumentado, las inversiones en infraestructuras no han sido lo suficientes para generar empleo y la desigualdad social se hizo más latente, tampoco los impuestos a la gente rica fueron revisados.




El texto de esta fotografía corresponde al artículo de la BBC citado en el siguiente párrafo: En 2014, una investigación de la BBC descubrió que los trabajadores de una fábrica china que hacía productos para Apple sufrían condiciones laborales precarias. Las fábricas chinas han sido claves en el crecimiento de las ventas mundiales del gigante tecnológico estadounidense.

A inicios de año, se publicó un interesante análisis de la BBC, “Cinco razones por las que Donald Trump considera que China es un enemigo de EE.UU”. Según Mr. Trump: “China es nuestro enemigo, ellos nos quieren destruir“.

Veamos, en resumen esas razones: (1)

1. China le ha quitado puestos de trabajo a los estadounidenses. Trump ofreció castigar a las empresas que transfieran sus puestos de trabajo a  Asia. Y es que, “para los trabajadores que han sido desplazados, el hecho que las cosas sean 10% más baratas no es suficiente para compensar el hecho de que estén desempleados". En campaña, Donald Trump afirmaba que  se debe impedir que les roben el trabajo.

2. China ha estado “violando” a EE.UU. con sus exportaciones baratas. Siempre en campaña electoral, Trump acusó a China “del robo más grande en la historia del mundo”. Que los Estados Unidos no haya puesto aranceles a los productos chinos tiene sentido porque “un mundo con libre comercio beneficia a todos, sobre todo a Estados Unidos". Lo último que desearía  EEUU es retornar a los altos aranceles. 

3. “China es un manipulador de divisas, el más grande en el mundo” Se le acusa de haber devaluado a propósito el yuan, de esa forma logran quebrantar los precios globales de las exportaciones.

4. La balanza comercial entre ambos países desfavorece a EE.UU. Para Trump, la globalización solo ha beneficiado a China en perjuicio de los EEUU, por tanto, su país se encuentra en el campo de los perdedores. 

5. La influencia de la teoría de Peter Navarro. Este profesor de Economía de la Universidad de California está a cargo del recién creado Consejo Nacional de Comercio, es uno de los hombres de confianza de Trump en asuntos económicos. Su punto de vista influye, sobre todo sus libros dedicados a China: Las próximas guerras chinas y Muerte por China

En resumen, la política de Trump en mataría económica intenta detener a China como principal economía mundial del presente. Para nadie es desconocido que la economía china influye sobradamente en el comercio internacional, en la producción mundial y en las reservas monetarias internacionales

Sin resquicio de duda, China ha desplazado a los EEUU como primera potencia económica. Según el FMI el 17.3% del PIB Mundial está en manos de China, mientras los EEUU representa el 15.8%. Otra cuestión, sobre todo política es que China –con un sistema comunista vigente- se convirtió en el defensor de la globalización. El secretario general del Partido Comunista chino, Xi Jinping, en la última cumbre económica de Davos – Suiza (2017), defendió el libre comercio y la globalización. En contraparte, Mr. Trump, afirma que las reglas del libre comercio deben ser descartadas.  

La gran pregunta es, si Trump con su política de proteccionismo podrá contener la arremetida de China.




Una ya clásica foto de prendas de vestir “made in China”. La industria textil estadounidense fue durante décadas el mejor proveedor de materia prima para las fábricas chinas que se encargaban de confeccionar, a bajo costo, las vestimentas que grandes marcas estadounidenses ofertan a precios altos en los mercados. Negocio redondo, el sistema conocido popularmente como la “maquila” permite la explotación laboral, mano de obra barata y hasta esclava (en algunas partes del mundo). La vieja política de “ayuda” a los países pobres, montando instalaciones para la maquila, se refleja en la industria textil que reporta inmensas utilidades a los grandes conglomerados propietarios de las famosas marcas de ropa. Mr. Trump ha declarado el proteccionismo industrial en contra de la clonación china, que reproduce los productos norteamericanos no solo de marcas de ropa sino de todo tipo de productos industriales y de consumo que se elaboran en China. Curiosamente, el presidente Trump amenaza a la industria nacional que pretenda trasladarse a Asia; sin embargo, la producción del sector textil de las empresas estadounidenses sigue su ritmo acelerado, ya no en China, ahora es común observar en las etiquetas de ropa la marca “made in Vietnam”, etc.



China no es un actor pasivo de la política internacional, ella impulsa programas que afectan los intereses no solo de los Estados Unidos, sino de otras potencias occidentales. Sus proyectos del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, el resurgir de la Ruta de la Seda,  la construcción de islas artificiales en el mar de la China Meridional,  las disputas territoriales por una serie de islas que China reivindica su soberanía (existen planteadas demandas en corte internacionales, por reclamaciones soberanistas de cuatro naciones en el mar de China Meridional), y el control de importantes vías marítimas de transporte internacional, son los más claros ejemplos.

La respuesta norteamericana se ha plasmado desde el control financiero protegiendo el dólar, con el despliegue de bases militares y misiles rodeando China y su reiterada exigencia de libertad de navegación, desplazando al US Navy a las zonas consideradas aguas internacionales en el mar de China Meridional, así como el incremento de relaciones con Taiwán, que no es reconocida por China como estado.



China ha construido varias islas artificiales (siete) en los arrecifes del Mar de China Meridional (Islas Paracelso y Spratly), desde el punto de vista chino lo justifican como un asunto de voluntad soberana y sujeta al marco legal internacional. Construcciones de pistas de aterrizaje y ubicación de sistemas antiaereos se pueden observar en las fotografías satelitales.



El asunto de las islas artificiales es una nueva y enorme polémica (son siete islas que China construyó en el Mar de China Meridional). Estados Unidos y algunos de sus aliados regionales como Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas aprecian que estas construcciones sirven exclusivamente para el despliegue de misiles tierra-aire y sistemas antiaéreos.  El secretario de Estado, Rex Tillerson, advirtió que en caso de contingencia, los EEUU y sus aliados “deben ser capaces de limitar el acceso de China a esas islas”, una clara amenaza. 

Estas disputas sobre la soberanía de las aguas e islas en el mar de la China Meridional puede desembocar en un gran conflicto. Insistimos que el despliegue naval de los Estados Unidos en la zona también es un mensaje amenazante a China, desproporcional ante el simple derecho de libre navegación (maniobras de grupos de portaaviones y otros buques de guerra). Es indiscutible que los despliegues navales estadounidenses son, incluso, contramedidas, desafíos a las periódicas maniobras navales chinas en la zona. Chinos y estadounidenses advierten de un posible conflicto.

En cuanto a la diplomacia, se nota mucha actividad. Desde Pekín se expresa su no oposición al derecho de libertad de navegación y reconocimiento aéreo, pero se opone al intento de menoscabar su soberanía amparados en una norma internacional por medio de patrullajes de “rutina” que hacen todo lo contrario a salvaguardar la paz y la estabilidad regional.




El portaaviones estadounidense USS Carl Vinson. Foto US NAVY



La RUTA DE LA SEDA, 
una perspectiva económica.

Hemos colgado en este blog una serie de artículos relacionados con este tema, los cuales pueden ser consultados en el siguiente enlace (que redirecciona a los otros): Geopolítica del poder: La Ruta de la Seda 

Como sabemos, China impulsa el restablecimiento de la “RUTA DE LA SEDA”, nombre genérico, que no significa una sola vía, sino múltiples rutas comerciales terrestres que unan China con Medio Oriente,  Europa y África. Esto significaría desbancar al comercio mundial naval que es dominado por ingleses y norteamericanos, básicamente. De allí que las guerras en Irak, Siria y otras zonas de inestabilidad política permanente, son acciones forzadas desde los Estados Unidos y sus aliados que tienen por objetivo impedir el resurgimiento de la “Ruta de la Seda”, si ello se hiciera realidad, sería el fin del dominio mundial anglo-estadounidense.

Un interesante enfoque desde el punto de vista económico fue redactado por Ignacio Niño Pérez (Máster en Estudios chinos), titula: China ante los riesgos de la “Ruta de la Seda”.

China ha impulsado su proyecto denominado OBOR-One Belt-One Road-“Silk Road Economic Belt”“XXI century maritime Silk Road”.

Es lógico que los intereses chinos pretenden:

-Despachar a los mercados mundiales su exceso de producción.

-Encontrar nuevos mercados y oportunidades para sus empresas.

-Fomentar el desarrollo en regiones chinas del centro y oeste de país, las menos favorecidas por la industria china.

-Este último factor anotado es vital, zonas como la región oeste (en el Asia Central) de Xinjiang, quieren ser integradas ampliamente a la economía de producción, a la vez que disminuirá los siempre latentes conflictos étnico-religiosos. Y llevaría la presencia china a otros países cercanos.

“Es por ello que una gran parte del análisis que se hace del proyecto OBOR venga de la toma en consideración de los “riesgos” del mismo, ya sean estos de tipo financiero (capacidad de movilizar los recursos privados y externos necesarios); geopolíticos (estabilidad o inestabilidad de los países sobre los que se desarrollarán los proyectos); políticos (relación de China con cada uno de esos países y sensibilidad de la población local a una mayor presencia china), etc.” (2) 

Está claro que los estudios chinos ponen énfasis en que sus proyectos de la Ruta de la Seda serán imperiosamente saboteados por las potencias occidentales y sus aliados. De allí la búsqueda de soluciones políticas. Ejemplo: Riegos de rentabilidad o de desarrollo en la ruta que parte de Xinjiang, por zonas de la Cachemira paquistaní hasta llegar al puerto de Gwadar. (presencia de milicias extremistas como los talibán o los chinos yihadistas, uigures).

El resurgir del proyecto de la Ruta de la Seda en si resultaría beneficioso para el comercio internacional, significaría muchos y grandes planes de nuevas infraestructuras en diversos corredores que unirían Asia, África y Europa. China oferta su visión, pero implementarla es algo que escapa incluso a los buenos deseos de otras naciones en Europa, Asia y África que desean adherirse a ese proyecto, quienes deben contar previamente con el aval de la City de Londres y Wall Street en New York.

Es de intuir que el mundo anglo-sajón no está interesado en ese proyecto.

En la segunda parte de esta entrega presentaremos un análisis más enfocado al área militar y a la geopolítica. Como hemos expresado, los hechos no son de hoy. Trump le ha dado otro enfoque, pero las estrategias para contener a China existen con anterioridad…


Ir a la segunda parte



NOTAS:

23 noviembre 2017

ÁFRICA: Apocalipsis Now



Sudán del Sur


por: Daniel Estulin / Tito Andino U.


Nota aclaratoria del editor del blog.

Como es política de este blog, intentamos explicar que “la Historia nos enseña por analogía, no por identidad” (Daniel Estulin). Lo que pasa en África ya no es una novedad, tampoco resulta novedoso saber quiénes son los verdaderos actores de las tragedias en el continente. Nuestro amigo, Daniel Estulin, ha sido uno de los principales inspiradores de este blog y con su permiso hemos citado sus trabajos como fuente de consulta, algunos los hemos reproducido, acompañados de alguna nota de introducción. Sus investigaciones son de interés en la actualidad, pese haberse escrito una década atrás, continúan vigentes.

Las políticas del intervencionismo occidental, no solo en África, sigue su curso, no es un proceso a corto plazo, suele sobrepasar generaciones, pero el objetivo se mantiene imperturbable. Habrá éxitos y fracasos –es una guerra– entre superpotencias. Por el momento es una guerra de carácter económico pero que mata gente con la presencia de grupos radicales, generalmente de corte islamista; y, en cualquier momento puede desbocar en un gran conflicto armado entre las grandes potencias en guerra por el África.

África es una guerra imperceptible para la mayoría, se desarrolla entre socios de las viejas potencias colonialistas europeas y el poder financiero de la City de Londres y los Estados Unidos, luchan entre sí. Francia contra los Estados Unidos (lo hemos visto, los franceses han perdido para siempre su influencia en Medio Oriente en beneficio de los EEUU); franceses contra británicos por seguir influyendo en sus ex colonias y norteamericanos luchando contra ellos en África. Chinos y rusos dispuestos a obtener beneficios, metiéndose en esas disputas para ganar mercados. Es una guerra económica de todos contra todos –pero utilizando las armas y la sangre de los pueblos africanos–. Otro ejemplo de esa guerra silenciosa por la globalización económica es la victoria aplastante de los EEUU contra China en las guerras del Golfo, destruyendo toda la infraestructura y la influencia china en Irak, lo mismo hicieron en Libia y otros estados. Los chinos que han penetrado profundamente en el corazón de África, parecen decir ya basta!.

La presente investigación se basa en dos viejas ponencias (por el tiempo) desarrolladas por Daniel Estulin, recalcando –una vez más- que siguen imperecederas en el espacio-tiempo del escenario africano. Como es habitual, una nota aclaratoria a manera de prologo abre el tema central que es complementado y actualizado en el contexto del presente mediante notas del editor y datos de actualidad.

En este trabajo de recopilación priman dos factores: en la primera parte la impronunciable utilización ideológica del sentimiento religioso en la tragedia africana y, luego, los fundamentos económicos de las guerras imperiales, provengan de cualquier sector.


EL IMPULSO RELIGIOSO




Kanungu o Kanunga – Uganda. 17 de marzo del 2000, víctimas del fanatismo del “Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios”, una secta desviada de la Iglesia Católica Romana en Uganda, conocido por la infamia del sacrificio de alrededor de mil personas rociadas con gasolina en la iglesia del pueblo. Uno de sus líderes fue un conocido político demócrata ugandés, Joseph Kibweteere, principal incitador del mayor suicidio colectivo de la historia. Kibweteere persuadió a sus seguidores que el fin del mundo llegaría en el 2000, los convenció sobre la próxima aparición de la Virgen quien les llevaría al cielo. Después de varias ceremonias rituales y ofrendas decidieron encerrarse en la iglesia, evitando que nadie se arrepintiese, se rociaron gasolina y ardió el fuego que carbonizó a todos los presentes. Se cree que Kibweteere murió en el incidente, pero la policía ugandesa emitió poco después de la masacre una orden de arresto contra él y otros líderes del grupo. La Policía de Uganda, en 2014, afirmó tener informes que Kibweteere se escondía en Malawi.


Sin duda, África es un laboratorio de la muerte, una continuación del “choque de civilizaciones”, una estrategia planificada por los halcones del Pentágono y sus aliados europeos que vende muy bien después del fin de la guerra fría. Los hechos se han precipitado después del 11-S, fecha en que empezó a implementarse los planes esbozados desde tiempos de Ronald Reagan.

Suele contemplarse en reportajes de televisión la vida de esa África rural llena de tranquilidad, alejada de la modernidad sin teléfonos móviles, ni internet, sin agua potable ni mucho menos electricidad, conviviendo en sus ancestrales costumbres.

Con toda razón, muchos se preguntan cómo es posible que se haya implantado el terror en casi todo el continente desde hace mucho tiempo. La gente de buena voluntad, los misioneros de verdad, que operan sobre el terreno, no pueden dar crédito al hecho que millones de africanos han sido asesinados en un programa de exterminio organizado.

Es innegable que ya estamos viviendo en África –no hoy, sino desde el siglo pasado- esa lucha por la supervivencia, por la competencia sobre el control de los recursos minerales entre las grandes potencias mundiales. Desde rusos, norteamericanos, chinos, europeos occidentales, potencias islámicas, todos purgan hacerse con parte del botín. Estulin decía hace varios años, África es “la última frontera de la lucha de supervivencia”.

Esta es una visión apocalíptica. Por qué hay tantas guerras, hambruna y, sobre todo, intereses por llevar la “paz” al continente negro?. Las “ayudas” humanitarias fluyen; mas, el hambre y la sangre siguen extendiéndose sobre la tierra.

Desde el Norte de África, desde el Magreb, pasando por el Sahel hasta el Mar Rojo, el fuego de las armas prevalece; más hacia el sur, en las tierras de los auténticos africanos las tragedias humanas surgen y resurgen: crisis bélicas, sequías atroces, hambruna, pestes, enfermedades endémicas, brotes de virus mortales, quizá, elaboradas en laboratorios secretos, son una realidad latente en el continente.

No debemos dudar un solo instante que en África, como en cualquier otro lugar, las creencias religiosas mantienen un rol trascendental en las decisiones y acciones políticas de las naciones.

Al igual que en Medio Oriente, hay quienes se aprovechan del sentimiento religioso para desatar la ira en contra de otro sector, es la vieja política del caos, confusión y división de los estados. Habría que interrogarse hasta qué punto el extremismo tiene algo que ver con lo que está pasando estos momentos en África o si es indicio de la desesperación que suele aflorar en convulsivos tiempos en que la gente se aferra a cualquier cosa que le proporciona esperanza.

En un momento determinado cualquier religión milenaria puede experimentar un rebrote del impulso fundamentalista, ese deseo de regresar a algún imaginario estado social y cultural puro por medio de la estricta observación de un conjunto de creencias y prácticas que se consideran básicas para esa fe.

No solo hablamos del extremismo yihadista, grupos radicales que dicen defender la Fe Islámica, como Boko Haram en Nigeria y diversas milicias en Somalia y otros países vienen sembrando el pánico en los años recientes. Pero, “un sepulcral silencio ha rodeado ya la historia de África, nadie, en estos últimos tiempos quiere recordar la tragedia africana con la imposición colonial del fundamentalismo cristiano”.

Decía Estulin en su ensayo original que “los tiranos y matones no tienen clase” y que el mal es ordinario. El mal es acaso más elegante que el bien y etiquetarlo como vulgar u ordinario no es más que una estratagema para obviar su indudable atractivo- y a la sazón exagerar lo vulgar que puede parecer a veces. La banalidad del mal es otro asunto, pero tal vez nos olvidamos de sus implicaciones morales. Y es que el mal es literalmente impronunciable… Dadas las circunstancias, podría llegarse a pensar que Dios es un sinónimo del silencio”.























¿Dónde y cuándo se vuelven fanáticos los curiosos?.

No hay más que darse una vuelta por Nairobi, la capital de Kenia, o Harare, la capital de Zimbabwe a la hora de comer, una muchedumbre escuchando a profetas desaliñados que predican esperanza a voz en grito, habitualmente acompañada de traducciones simultáneas de swahili al inglés... La gente familiarizada con la tortuosa situación en África está convencida que el extremismo está ligado a los esfuerzos por conservar las creencias y prácticas tradicionales africanas. Las víctimas de Kanunga (Uganda) formaban parte del “Movimiento por la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios”. No era ninguna iglesia convencional, tampoco lo son otras tantas y cada vez más populares iglesias que surgen por toda la zona. Mientras tanto, los católicos y protestantes- que todavía representan la mayoría de los cristianos del país- afirman que la tragedia de Kanunga afectó la posición del cristianismo y que incluso podría afectar su continuidad en el país a largo plazo. Culpan a los grupos de renacidos, a quienes califican de “sectas” y están a favor del control gubernamental sobre sus actividades. Pocos días después de la masacre de Kanunga, el gobierno advirtió que revocaría las licencias de todas las iglesias no convencionales -también llamadas “renacidas”- implicadas en actividades sospechosas. Obviamente era un intento de ofrecer una respuesta contundente y ganar puntos políticos, pero puede resultar contraproducente.

Lo que las distingue es que todas mezclan enseñanzas cristianas con creencias tradicionales africanas. En vez de condenar la cultura popular como hicieron en el pasado, lo que hacen muchos evangelistas ahora es adoptar entusiastamente sus formas para crear un mundo de entretenimiento paralelo, un paraíso de consumismo autóctono. Hace casi veinte años era una sub-cultura en estado embrionario, hoy en día es todo lo contrario.

Tal vez el extremismo tenga algo que ver con un extraño exceso de respeto que los africanos parecen tener hacia la autoridad en general y la autoridad divina en particular, incluso en contra del sentido común. Una encuesta (2011) reveló que un abrumador porcentaje de los cristianos africanos cree que los acontecimientos reflejados en el Apocalipsis se harán realidad; la extraordinaria popularidad del apocalíptico Movimiento por la Restauración de los Diez Mandamientos es algo que sí debemos tener en cuenta.

El dinero y el poder -por consiguiente la política- está contribuyendo el despertar de las identidades religiosas y en las crecientes tensiones religiosas,  por tanto, el incremento del radicalismo religioso.

Los seguidores de los líderes de estos nuevos movimientos religiosos, para quienes éstos revelan fuentes alternativas de identidad y esperanza, a menudo abren generosamente para ellos no sólo sus corazones, sino sus carteras. Y parece que cuánto más extremo y exclusivo sea el mensaje, más dinero y patrimonio personal están dispuestos a dar los nuevos adeptos.

Ahí es donde entra la política. Porque los núcleos alternativos de poder suelen tener un efecto desestabilizador en los gobiernos, sobre todo si, como muchos de ellos en esta región, no están seguros de su popularidad.

El doctor B.R. Ambedkar, político y filósofo indio advirtió en 1949: “En religión, Bhakti, o la idolatría, puede ser un camino para la salvación del alma. Pero en política, Bhakti es un camino seguro hacia la degradación y la dictadura.” (Nota del editor del blog: El bhakti, movimiento religioso hinduista, enfatiza el amor de un devoto por Dios. El bhakti es dualista:  relación entre el creyente y una deidad, generalmente en torno a las encarnaciones de Visnú, Rama y Krisna).

Hay que recordar que el dictador de Uganda, Idi Amin, también prohibió todos los grupos religiosos, con la excepción de las corrientes convencionales de catolicismo, protestantismo e Islam.

Pase lo que pase con estas maniobras políticas, la terrible realidad de las matanzas en nombre de la religión permanecen vigentes, muchas de las disputas y masacres tribales tienen un fuerte sustento religioso. Casi seguro se desatarán otras. Sin embargo, en el fondo se trata de algo más que la psicología africana y su cultura.


LA GEO-POLÍTICA
                                    




Apartando el matiz religioso que se pretende dar a todo conflicto en el África, suele ser mejor entender lo que está pasando en la región a través de la realidad geo-política, la situación energética en la zona. Sudán, Nigeria, Libia y otros son los ejemplos prácticos.

Los factores cruciales son el acceso al petróleo, tanto geográfico como geológico y el tiempo que demora en llegar al mercado. Se tarda seis semanas para que el petróleo llegue desde el Golfo Pérsico hasta las gasolineras americanas. Desde África Occidental el crudo tarda solamente unos dos semanas en llegar. La infraestructura petrolífera en África Occidental está al alcance de la mano para las fuerzas navales estadounidenses desde el Océano Atlántico. Con la línea recta desde los Estados Unidos hacia África Occidental, los EEUU no tienen necesidad de crear coaliciones a través de las Naciones Unidas para intervenir en la zona. Logística sencilla y acceso fácil.


Sudán y Sudán del Sur

Sudán técnicamente sigue en guerra en cuatro frentes: Sudán del Sur, Uganda, Chad, y Etiopía, países con presencia militar estadounidense.

El sur de Sudán (hoy establecido como estado “independiente”) desde el Nilo Superior hasta las fronteras del Chad son tierras ricas en petróleo y todo indica que las transnacionales petroleras lo sabían antes que el mismo gobierno de Sudán que había otorgado a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) la posibilidad de hacer las más grandes inversiones, desarrollando por miles de millones de dólares la infraestructura petrolera. Se calcula que desde 1999 al 2007, China invirtió unos 15.000 millones de dólares en Sudán, a pesar que los yacimientos petrolíferos se concentraban en el sur y la guerra civil secesionista estaba vigente. Los chinos construyeron un oleoducto desde el sur de Sudán hasta Port Sudan en el Mar Rojo, donde se embarca el crudo a China. China recibía entre el 65% y 80% de la producción diaria de Sudán. La guerra en el sur financiada en secreto por las agencias estadounidenses están dedicadas no a proteger a los negros de los árabes del norte de Sudán, sino a privar a los chinos de esa fuente energética.

La crisis se extendió luego a la región sudanesa de Darfur, fronteriza con Chad y la República Centroafricana, cuando en 2005 se anunció el hallazgo de petróleo en el sur de Darfur. Coincidencia?, el conflicto en Darfur estalló. Las campañas “Salvemos Darfur” surgieron “espontáneamente” en los EEUU y el resto de Occidente. Pero antes ya existían mapas con las concesiones para la explotación petrolera en Darfur. Veamos el siguiente mapa.



Mapa de las concesiones petroleras y de gas en Darfur, 2002. Fuente: USAID



Las acusaciones de genocidio iban acompañadas de solicitudes de intervención militar “humanitaria”, para el mejor entendedor: desplegar contingentes militares extranjeros en la región petrolera de Sudán. Sin resquicios de duda, los EEUU entrenaron y dotaron de armamento al denominado Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA), consecuencia: decenas de miles de muertos y millones de desplazados. En Darfur se constituyeron contra el gobierno sudanés de Omar al-Bashir, el Movimiento Justicia por la Igualdad (JEM) y el Ejército por la Liberación de Sudán (SLA).


Un objetivo cumplido fue la imposición de Estados Unidos en Darfur de tropas de la Unión Africana (UA), supuestamente “neutrales” y “garantes de la paz”. Los Estados Unidos se toman en serio el asunto, es la guerra económica y energética contra China, las ayudas de la USAID en el Sub-Sahara, se redujeron drásticamente para incrementar el apoyo militar.


Chad

Compartiendo fronteras con Sudán, el Chad acoge a grandes empresas norteamericanas del petróleo: Chevron y ExxonMobil. Construyeron un oleoducto desde Doba (centro de Chad, próximo a Darfur) con salida directa al Océano Atlántico, Kribi (Camerún), puerto de embarque directo a los EEUU.

Previamente, Idriss Deby, presidente del Chad, se alió con los Estados Unidos para luchar contra el “terrorismo islámico”, cabe señalar que el islamismo es predominante en la zona de Darfur. Fue precisamente el Chad, mejor dicho, el presidente Deby quien organizó los ataques que originaron el conflicto en Darfur en 2004, las consecuencias son de dominio público. Las publicitadas campañas contra el “genocidio de Darfur” y “Salvemos Darfur” coinciden con el inicio de operaciones del oleoducto que une el Chad y Camerún y, desde allí los EEUU se han infiltrado en Darfur para apoderarse del petróleo sudanés (recuerden que Sudán está entre los primeros estados patrocinadores del “terrorismo” mundial, según la lista made in USA).

En consecuencia, China está siendo derrotada en este frente al perder algunas de sus fuentes de aprovisionamiento energético.


Nigeria

El 2007, J. Peter Pham, consejero del departamento de Estado de la Casa Blanca habló sobre los objetivos estratégicos del AFRICOM: “Proteger el acceso a los hidrocarburos y a otros abundantes recursos estratégicos africanos, una tarea que consiste en proteger la vulnerabilidad de esas riquezas naturales y asegurar que terceras partes como China, India, Japón o Rusia no logren su monopolio o tratamientos especiales”. (Nile Bowie, US AFRICOM Commander Calls for “Huge” Military Campaign in West Africa, Global Research, 11 de abril de 2012).

Dicho lo anterior, Nigeria es la sexta productora petrolífera del mundo (las estadísticas pueden variar en corto tiempo) , sus reservas se  estiman en unos 24 mil millones de barriles, es un país vital para los intereses occidentales, su infraestructura petrolífera puede funcionar con una inversión mínima para contener cualquier crisis o embargo.

En caso de cualquier imprevisto, Nigeria, con los oleoductos, refinerías y técnicos bien entrenados puede aumentar la producción a corto plazo, sirve para controlar el aumento de precios o la falta del suministro. Shell, Chevron-Texaco y TotalFinaElf han invertido muchísimo dinero en el país preparándose para esa eventualidad.

En los inicios del presente siglo, los Estados Unidos empezaron aplicar una terrible presión sobre Nigeria para que salga de la OPEP. Las cuotas estrictas de producción resultaban ser un inconveniente para los EEUU. Para convencer a Nigeria, Bush y Rice utilizaron el arma de la fuerte inversión estadounidense en el país para controlar la crisis y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos. Nigeria, es uno de los países más corruptos del mundo. En enero 2002 el gobierno americano patrocinó una conferencia con el CFR (Consejo de Relaciones Exteriores) titulada “Petróleo Africano – una prioridad para la seguridad nacional de los EEUU y el desarrollo Africano”.

A parte de Nigeria, los cinco productores más grandes del petróleo en África en orden descendente son – Argelia, Libia, Egipto y Angola. Angola es el noveno suministrador del petróleo para los EEUU. En actualidad, los Estados Unidos importan más petróleo de estos seis países que de los Saudíes. Las proyecciones de The Petroleum Supply Monthly estimaban que la proporción del petróleo importado desde África sub Sahariana en 2015 era del 25%.

¿Alguien sigue dudando que África será clave en el desarrollo del mundo geoestratégico dentro de nada?


Boko Haram “trabaja” en el norte de Nigeria. Ya hemos señalado que este país es uno de los mayores productores mundiales de petróleo y el primer productor en África, conserva importantes reservas de petróleo bruto. También es el país más habitado y una de las mejores economías, sino la mejor, del continente. Nigeria es el mayor productor de petróleo del continente y dispone del 3,4% de las reservas mundiales de petróleo bruto. En mayo de 2014 African Renaissance News informó que Boko Haram era, posiblemente, otra tapadera de la CIA para llegar a controlar Nigeria. La organización yihadista africana “Boko Haram” pudo haber tenido como objetivo final la desintegración de Nigeria en 2015… pero no lo consiguió. Por mucho tiempo Nigeria lideró los esfuerzoa africanos de unidad y cooperación, lo que no fue bien visto en los EEUU y otras potencias occidentales quienes evitaron que los africanos lideren una fuerza multinacional sin control directo de USA/OTAN. El AFRICOM surgió en el 2000 para frenar la influencia de Nigeria. Fuente: Boko Haram:  Boko Haram: ¿Una operación secreta de la CIA para dividir y reinar en África?

 ¿Alguien duda que las noticias situando al Qaeda y sus nuevos campos de entrenamiento en África Occidental, estén relacionados con petróleo? Hace unos años, la Voz de América, financiado por la CIA informaba que al Qaeda de forma subrepticia está apoyando a las insurgencias tribales y nacionalistas a lo largo de África Occidental.

Sin embargo, el conflicto sobre el petróleo de ninguna manera esta limitado a las zonas de África Occidental. Sahara Occidental, ocupada por Marruecos de forma ilegal desde 1975 ha encontrado grandes yacimientos petrolíferos en la zona. ¿Deberíamos de sorprendernos que las empresas petrolíferas como Kerr-McGhee, representadas por James Baker III, ex secretario de estado en la administración Bush padre haya firmado acuerdos de exploración con el gobierno de Marruecos? Baker fue el principal mediador en el conflicto entre el gobierno de Rabat y el Pueblo Saharaui. ¿Otra coincidencia, quizás?

Como ya hemos comentado sobre la situación geoestratégica actual, el siguiente acto en la “Guerra contra el Terror” se está jugando en África. Era simplemente inevitable. Hoy por hoy, África es el continente más despedazado del mundo. A lo largo de los últimos treinta años, más de treinta países, de los más de cincuenta que conforman África, han experimentado violencia y conflictos bélicos. En el mismo periodo de tiempo, los EEUU han ofrecido asistencia militar a cincuenta de los cincuenta y cuatro países africanos. Durante los años de la Guerra Fría (1950-1989), los Estados Unidos habían enviado más de 1.5 mil millones de dólares en armamento y entrenamiento a los países africanos.

Los resultados de aquella locura colectiva se ve de cerca en los actuales conflictos armados a lo largo y ancho del continente negro. Sin embargo, lo que esta verdaderamente pasando en África, más allá de los focos y cameras de la CNN, es verdaderamente escalofriante. Para el Occidente, África, y sobre todo África sub sahariana, se ha convertido en la última frontera de la civilización. Con la escasez de los recursos naturales y espacio agrícola, las potencias occidentales tienen África en su punto de mira para abastecer la población de sus países. En Europa, Japón, América de Norte, cada metro cuadrado de la tierra agrícola esta siendo cultivado. Para dar de comer a una masa de 7.3 mil millones de personas hace falta mucho más espacio. Sin los pesticidas y fertilizantes basados en petróleo, los expertos predicen que la tierra solamente podría soportar una población de 2 mil millones de personas. Los demás morirán de hambre y frío.

El prestigioso analista político, Pierre Abramovici, lo definió de forma sucinta en las páginas de Le Monde Diplomatique: “Si estamos en los tiempos del Gran Juego en Asia, también estamos viviendo un empuje sin precedentes en África” de parte de las grandes potencias, entre ellos los EEUU, Francia, Rusia, Inglaterra y China.


Emblemas del AFRICOM y otras fuerzas estratégicas desplegadas en Europa y África. El Comando África de Estados Unidos -USAFRICOM o AFRICOM- creado en octubre 2007 (en reemplazo de otro Mando) es el mando de combate  unificado del Departamento de Defensa de Estados Unidos, está a cargo de las operaciones militares de EEUU en toda África (excepto Egipto). Es autónoma y operativa desde septiembre del 2008. Su actual sede está en Alemania, porque ningún Estado Africano aceptó acoger la sede de ese nuevo comando, también opera desde Italia. El AFRICOM está enlazado alrededor de la base estadounidense de Yibuti, (pequeño país situado en el denominado Cuerno Africano, con presencia de tropas israelíes). Uno de sus objetivos es controlar el Golfo de Guinea. Todo esto es reflejo de la lucha económica contra China para cortarle los la explotación y suministro de petróleo de Sudán. Se especula que una de las razones de la invasión de la OTAN a Libia en 2011 garantizará en el futuro la instalación de la principal base del AFRICOM. Las potencias europeas, como Francia están perdiendo el control de sus ex colonias y de su influencia en todo el continente en favor de los EEUU, los franceses no tienen otra opción, a pesar de sus contingentes de la OTAN, que reducir su presencia militar o, mantenerse junto a otros estados de la Unión Europea (EU) bajo mando de la OTAN y, quien nada en la OTAN son los Estados Unidos. Franceses y europeos solamente contribuirán para las “operaciones de paz” junto a los países de la Unión Africana.


Los recursos naturales por desarrollar en África son mucho más amplios. África en sí, está bajo la hegemonía estadounidense. Las reglas del juego en África no se parecen en nada a ninguna otra parte del mundo. El arte del soborno es la forma de vida en el continente negro y, en este sentido, no hay nadie mejor en aprovecharse de los sentimientos avariciosos que los Estados Unidos lo juegan mejor que nadie. La guerra para apoderarse de las reservas de los recursos energéticos comenzó no hace mucho tiempo. Hay sangre en el agua, y sangre en el agua augura una batalla campal. El resto del mundo esta absolutamente de acuerdo, si miramos de cerca sus posturas y la actitud.

Conflictos bélicos en Ruanda, Sierra Leona, Sudán, Sudán del Sur, Gabón, Nigeria, Etiopía, Eritrea, Somalia, Uganda, Burundi, Malí, Congo, Republica Democrática de Congo, Mauritania, Angola, Guinea Ecuatoriana, Liberia, San Tome & Príncipe, Chad, Zimbabwe. El Congreso estadounidense destina millones de dólares en asistencia militar a gobiernos africanos, por ejemplo, a Chad (ex colonia francesa). ¿Por qué Chad? Porque el ejército de Chad está luchando contra Sudán. Sudán tiene petróleo, muchísimo petróleo, además de otros recursos naturales (por esa razón se le ha seccionado y se pretende hacerlo más).

¿Cuánto tiempo antes que estallen los conflictos? Primero entre los “amigos” de las potencias occidentales y después directamente entre las potencias nucleares, con los estadounidenses contra los chinos en Sudán y contra los franceses en Ruanda y Chad. El telón de fondo sigue siendo una supuesta crisis energética y la escasez de alimentación. No quisiéramos pensar que pasaría si alguna de las potencias empieza a perder y se decante por la solución fácil –armas nucleares-.

Para entender lo que esta pasando en África, tenemos que entender que tanto los Estados Unidos como China, Francia, Israel, Rusia, Inglaterra están hasta las cejas metidos en operaciones secretas y sucias en África Occidental, Sudán, Ruanda, Congo, Burundi, Angola, Chad, Etiopía, Somalia y Eritrea. En una anterior entrega superpusimos los mapas de los conflictos bélicos en África contra los mapas estratégicos de los recursos energéticos del continente, encajan perfectamente. Alguien piensa que eso sigue siendo una coincidencia?

John Bellamy Foster escribió un reporte para GlobalResearch afirmaba que “hay pocas dudas que los temas candentes tienen poco que ver con los países africanos, su estado de bienestar o su enfermiza población y todo que ver con el petróleo y la presencia cada vez más amenazante para los intereses de los EEUU de la China en el continente Africano .

Wall Street, en uno de sus artículos de opinión hablaba de “África ha llegado a ser el campo geoestratégico de batalle más importante del momento”.

La postura pragmática de China tiene mucho que ver con que las potencias occidentales como Francia y los EEUU, está tomando la política sobre África en serio. Para China, África se ha convertido en el socio más fructífero, aumentando la influencia del gigante asiático en la región a costa de los intereses americanos. El negocio de la China con el continente Africano triplicó en la primera década del siglo XXI a más de 37 mil millones de dólares, entre ellos importantes acuerdos energéticos con Sudán. Además, los chinos están actuando de forma mucho más pro-activa que los americanos. Por ejemplo, la elite africana está estudiando en las universidades y escuelas militares chinas de forma gratuita. ¿Alguien piensa que los chinos lo están haciendo porque les gustaría rebajar el nivel de analfabetismo en el continente? Me temo que no. Como ya hemos visto, no todo es color de rosa para los chinos, también han recibido duros reveses en esa guerra económica en el África por parte de los Estados Unidos.

El CFR es el auténtico gobierno en la sombra de los Estados Unidos, en su informe blanco “Más que Humanitarismo”, (Informe No.56)  se centra en la amenaza de China: China ha alterado el contexto estratégico en África. A lo largo y ancho del continente, China esta adquiriendo control de los recursos naturales, ganando los contratos de infraestructura a las empresas occidentales además de ofrecer los prestamos a un tipo de interés inferior”. El CFR denominó este informe uno de los “informes blancos” más importantes de su historia.

China importaba más de un cuarto de su petróleo de África, sobre todo de Angola, Sudán y Congo. China era el socio e inversor más importante de Sudán, Sudán ahora está desbastada en una larga guerra secesionista. China ofrecía los incentivos económicos a Nigeria, el país más corrupto del mundo, además de venderles aviones de combate, entonces surgió Boko Haram, la milicia yihadista que siembra terror en nombre de… los Estados Unidos.  Angola se convirtió en el principal proveedor africano de petróleo a China desde 2016, superando incluso a Arabia Saudí, préstamos multimillonarios chinos a Angola a tipo de interés mucho más bajos que los del FMI y el Banco Mundial podría significar una nueva crisis en el ahora estable estado angoleño.













En el citado informe del CFR (Informe No.56) las iniciativas pro-activas de China supone una verdadera amenaza a los intereses occidentales para controlar África. “Las reglas del juego han cambiado, con China buscando no solamente hacerse con el control de los recursos, sino también controlar la producción de los recursos y su distribución, posicionándose para el día de escasez energética”.

Claramente, África sub-sahariana y sobre todo África Occidental son vitales para el Imperio. África Occidental esta compuesta principalmente por las ex colonias francesas. Los Estados Unidos entiende que para hacerse con los recursos estratégicos del continente, la influencia de Francia en África tiene que desaparecer. Francia también esta muy conciente del plan y de las intenciones americanas. Aunque los dos países son socios estratégicos en muchas aventuras políticas, África y sus recursos energéticos son vitales para sus intereses de supervivencia.

Aunque para los no iniciados lo que estoy a punto de decir puede parecer una barbaridad, es un hecho innegable que los Estados Unidos y Francia están en una situación de guerra en el sub-continente africano. Ruanda, por ejemplo, es solamente un ejemplo de ese conflicto entre las super potencias. En las palabras de un oficial del departamento del Estado americano: Los intereses estadounidenses en África son monotemáticos y se deletrean: PETRÓLEO. El mundo claramente ha entrado en la recta final del juego energético.

Para terminar, con el mundo enfrentándose por el control energético (no solo petróleo, sino gas y otros minerales), las superpotencias están gastando todos los recursos necesarios para hacerse con la última gota de la energía de cualquier rincón del planeta. África, se ha convertido por proceso de eliminación, en la última frontera de este empuje mundial de la civilización. No hay que esperar mucho tiempo para que los conflictos locales se conviertan en regionales, nacionales y continentales con los EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra jugando el papel principal. La sangre está en el agua y eso, en el mundo de las superpotencias seguramente nos llevará a una guerra total.

Es solamente cuestión del tiempo, poco, muy poco tiempo.


         Mapa actualizado a octubre 2017. la presencia de tropas norteamricanas en África.



FUENTES de consulta:

Daniel Estulin:

La Apocalipsis africana (19 marzo 2007)
África, el microcosmos final (13 junio 2007)

F. William Engdahl:

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