por Schwerpunkt
Foro Segunda Guerra Mundial
Título original:
El gran fiasco: Explotación económica alemana de la URSS.
* Todo el material gráfico y sus notas a pie de foto corresponden al editor de este blog.
Introducción
La invasión y conquista de la Unión Soviética tenía dos dimensiones complementarias en la mente de Hitler. Por un lado, la política con la destrucción del archi-enemigo ideológico y, por otro lado, la económica. La ocupación alemana de vastos territorios para su colonización entra en esa dimensión económica a largo plazo.
Cartel propagandístico soviético de la región de Irkutsk, de la publicación conocida como "Agitokna".
Nos centraremos en la dimensión económica de la ocupación de la URSS que era la que, según Hitler y varios ideólogos nacionalsocialistas, iba a acabar con la dependencia económica alemana y por extensión europea de las materias primas del exterior. Esa explotación económica convertiría a la Europa ocupada en autosuficiente y por tanto inmune al bloqueo británico evitando un colapso similar al de la Primera Guerra Mundial. De nuevo en la mente de Hitler, este objetivo tenía dos dimensiones a corto plazo, la económica de autosuficiencia para Alemania y la política de sentar al Reino Unido a la mesa de negociaciones. A largo plazo las tierras del Este proporcionarían un colosal imperio colonial alemán que no tendría nada que envidiar al británico o francés.
Sabido es que Alemania incluso después de la ocupación de Centroeuropa y Europa occidental seguía teniendo una gran dependencia de materias primas. El Grosswirtschaftsraum o zona económica de Europa controlada por Alemania en vísperas del ataque a la URSS presentaba escasez en diversas materias primas. Esa dependencia era especialmente acuciante en el caso del petróleo, pero había otras materias primas en las que la producción europea era insuficiente o casi inexistente: cobre y metales para aleaciones especiales como manganeso, níquel, cromo, manganeso, molibdeno, vanadio. El Grossraum o zona europea controlada por el III Reich solo producía productos agrarios en un 90% como cereales, grasas vegetales (semillas oleaginosas) y piensos animales.
La Unión Soviética tenía una producción petrolífera considerable, localizada sobre todo en el Cáucaso. Era una gran productora de manganeso, principal cuello de botella en la producción de aceros especiales, producía algo de níquel, bastante cromo y aunque de cobre, vanadio y molibdeno casi nada, sus yacimientos aseguraban en principio la producción siderometalúrgica europea. Finalmente contaba con la producción agraria de Ucrania que hasta 1914 había sido el granero de Europa.
La ocupación de la URSS y su explotación económica era (en teoría) lo que permitiría la autosuficiencia económica del Reich Alemán y sus zonas ocupadas. Las vastas tierras del este permitirían la colonización alemana y la emigración de vastos contingentes de campesinos y ganaderos alemanes. Se terminaría con la espada de Damocles suspendida sobre Alemania para siempre.
Objetivo económico del Reich Alemán con la conquista de la URSS
Los objetivos eran a largo plazo, la autosuficiencia económica y de materias primas para el Reich y por extensión de Europa, así como la creación de un vasto imperio colonial en el Este. Para ello el suministro de petróleo era absolutamente prioritario.
En el corto plazo y de una manera más inmediata lo que se buscaba era acabar con los déficits en varios campos: En la agricultura se buscaba la aportación inmediata de cereales y oleaginosas que evitara el derrumbe del frente interior ante el bloqueo británico, a imitación de 1914-1918. Alemania había recabado una reserva de cereales antes de la guerra que ya había sido consumido en buena parte. La ocupación de Europa occidental impuso otra carga adicional a las escasas reservas alemanas, algunos países ocupados como Noruega, Países Bajos eran todavía más dependientes de las importaciones agrarias.
Había que mantener, además, la alimentación de todas las fuerzas militares alemanas lanzadas contra la URSS, los suministros para más de tres millones de soldados era de suma importancia, el consumo de abundantes raciones iba mermando las escasas reservas de cereales creadas con bastante esfuerzo por el gobierno alemán a medida que avanzaban las operaciones militares. (Karl Brandt & Otto Schiller & Franz Ahlgrimm: Management of Agriculture and Food in the German-occupied and Other Areas of Fortress Europe. (pág. 56-57) Stanford University Press 1981).
"Vistas de Crimea", Vladimir Galba, 1944, Serie "Lápices de Lucha", No 43
Distorsiones e ideas preconcebidas en el liderazgo alemán
Sin duda la mayor distorsión que sufrieron los líderes alemanes fue la presunta duración de la guerra. Los dirigentes alemanes con Hitler a la cabeza no pensaban que la Unión Soviética pudiera resistir más de ocho semanas* (*Nota corregida por el editor del blog).
Otras distorsiones de la realidad en la explotación económica de la URSS se plasmaba como posibilidad teórica sobre el papel. Hitler y su séquito sufrían una ignorancia casi total sobre el país que iban a invadir. Por un lado, se sufría una acuciante falta de información de primera mano sobre el desarrollo y características de la economía soviética. No solo era falta de información como la ausencia casi total de estadísticas veraces debido al secretismo del régimen estalinista, sino la falta de un análisis objetivo sobre el potencial y limitaciones de la misma. Gran parte del análisis del liderazgo alemán se componía de afirmaciones no contrastadas sobre el retraso intrínseco de los eslavos y postulados racistas sobre la superioridad técnica alemana para poner en funcionamiento las empresas agrícolas e industriales una vez hubieran caído en su poder.
"Rosquillas y moretones", dos variantes de Kukryniksy, TASS No. 850, 1943 y la segunda de 1944-45. La tercera caricatura corresponde a S. Boim. Explicación: Al entrar en la guerra, los miembros del bloque alemán contaban con una rápida victoria. Dividieron el botín por adelantado: quién recibiría los pasteles y las rosquillas, y quién recibiría los golpes y magulladuras. Comprensiblemente, los moretones y los golpes estaban destinados a sus enemigos, y los pasteles y rosquillas para ellos mismos. "Algunos tendrán tortas y pasteles, otros golpes y magulladuras", Stalin 1943 (discurso de Stalin, 6 noviembre 1943). Las rosquillas de la imagen izquierda están inscritas: El Cáucaso; África; Transilvania; el Kubán; Moscú. Pero ahora está claro que Alemania y sus lacayos no obtendrán los pasteles y rosquillas; en cambio, tendrán que repartirse los golpes y los moretones entre ellos.
Se partía de supuestos falsos como asumir que Ucrania era el granero de Europa, que el petróleo del Cáucaso fluiría al Reich en cuanto cayera en manos alemanas y que las instalaciones industriales y comunicaciones caerían sin demasiados daños. No había una comprensión cabal de la economía soviética ni de los problemas que se encontrarían en el supuesto que todo ese potencial cayera en manos alemanas. No era un problema únicamente de Hitler, cuyo conocimiento superficial sobre Rusia no pasaba de las distorsiones y afirmaciones propagadas por los pangermanistas de la época de Ludendorff sino también de gran parte de la casta militar alemana.
Los informes de los expertos alemanes en industria petrolífera fueron sencillamente ignorados o despreciados por “derrotismo”. Así por ejemplo los memorándums de Alfred Bentz, plenipotenciario en extracción petrolífera de Goering del 24.07.1940 titulado “Confiscación de la demanda petrolífera europea” o el “Abastecimiento de Europa con petróleo tras la guerra, sumario del consumo de posguerra y aseguramiento del suministro”, por Ernst R. Fischer, septiembre de 1940, ordenados por Goering establecían las siguientes ominosas conclusiones para los grandiosos planes hitlerianos:
- Los rendimientos de los campos petrolíferos rumanos no harían sino disminuir, la máxima producción ya se había alcanzado en 1936.
- Escepticismo ante la posibilidad de asegurar el suministro de petróleo de Rusia debido a lo obsoleto de las instalaciones y a las dificultades logísticas. De hecho la URSS tenía problemas en cumplir con las cantidades pactadas con el Reich.
- Imposibilidad de asegurar el suministro a la Europa ocupada (Grosswirtschaftsraum) con solo petróleo soviético. Era necesario, también, asegurar el suministro de Oriente. (Dietrich Eichholtz: Krieg um Öl: Ein Erdölimperium als deutsches Kriegsziel (1938-1943) (pág. 47-48) Leipziger Universitätsverlag 2006).
Los informes de expertos sobre la verdadera situación de la agricultura soviética y las dificultades para explotarla por parte de una potencia exterior fueron despreciados en beneficio de personajes del partido con un conocimiento en el mejor de los casos sesgado, la información debía adecuarse en favor de las tesis de Hitler, distorsionando los informes de la inteligencia alemana. (se analizará más adelante).
Aunque se hubiera obviado la falta de información veraz sobre la economía soviética, es sorprendente la poca atención que se prestó a la planificación y al funcionamiento de esos recursos una vez hubieran caído en manos alemanas. Un descuido que al igual que la miopía sobre los ferrocarriles y comunicaciones soviéticas se pagaría con creces una vez comenzara la campaña.
También sorprende que no se hubieran extraído lecciones de la breve ocupación de las Potencias Centrales en 1917-1918 de Ucrania, países bálticos y otras zonas de Rusia durante el derrumbe del imperio zarista sobre la factibilidad de la explotación económica. Ya entonces los imperios austrohúngaro y alemán extrajeron muy pocos beneficios de esa ocupación pese a los esfuerzos para apropiarse de cereales y otros productos agrícolas para las hambrientas poblaciones alemana y austrohúngara (aún así Ludendorff pudo sostener a sus ejércitos. Nota del editor del blog).
Geografía económica de la URSS
Es importante comprender la geografía económica de la Unión Soviética en los momentos previos a la invasión alemana. Esta geografía estaba condicionada no solo por la localización geográfica de los yacimientos minerales, centros urbanos, la industria y agricultura sino por las redes de transporte y sus correspondientes flujos de mercancías, insumos y materias primas. Debido en parte a los años de aislamiento y enfrentamiento político con Occidente había poca conexión entre la red ferroviaria soviética y las occidentales. Además debido a que los países bálticos y Polonia adoptaron el ancho de vía europeo, la anexión de estos países en 1940 supuso un problema añadido al tener que efectuar innumerables transbordos entre la antigua red ferroviaria soviética y las de los países de Europa Oriental.
Los intercambios comerciales con el exterior que requerían volúmenes importantes como el petróleo, cereales, minerales se efectuaban vía marítima por el Mar Báltico y el Mar Negro. Los puertos en el Extremo Oriente soviético eran en general pequeños, cerrados muchos meses por el hielo, demasiado lejos de las zonas productoras como para manejar fletes importantes. No obstante los puertos como Leningrado, Odessa u otras ciudades eran puertos de reexpedición de bienes producidos muchas veces a miles de kilómetros, lo que requería una buena logística entre las zonas productoras y de expedición. Los volúmenes exportados en los años treinta por la URSS no habían sido en cualquier caso notables y se concentraban en unas pocas materias primas básicas como petróleo, algunos minerales, algo de madera y cereales. En cualquier caso eran cifras reducidas comparadas con las importaciones que manejaban puertos como Amberes, Rotterdam o Hamburgo en Europa Occidental. Eran exportaciones que habían sido realizadas por el gobierno soviético para conseguir las ansiadas divisas, maquinaria y tecnología para industrializarse en los años treinta. Con las convulsiones políticas de finales de los treinta empezaron a perder importancia hasta convertirse en cifras de muy poca cuantía. La URSS era a todos los efectos a finales de los años treinta un país casi autárquico y este carácter iba a agudizarse tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La URSS al igual que los países de Europa Occidental y EE.UU. compartían varios parecidos en su infraestructura de comunicaciones pero con características propias. Más de un tercio del flete total ferroviario estaba dedicado al transporte de carbón desde las cuencas mineras para su distribución por todo el territorio. Las distancias a recorrer eran mucho mayores. En Europa no era habitual que el carbón viajara más de 500 km desde bocamina hasta las industrias o ciudades donde era consumido. En la cuenca minera del Donbass (o cuenca del Donets) que proveía del 56% del carbón soviético tenía que viajar a los centros industriales de Moscú o Leningrado distancias de 1.000-1.700 km, incluso más cuando eran zonas más alejadas. El petróleo que era extraído en un 86% en el Cáucaso tenía que viajar hasta Moscú, Kiev o Leningrado distancias de unos 2.200-3.000 km y distancias superiores a otros centros industriales. En esa época no había casi oleoductos y el gas se quemaba en el propio yacimiento, la mayor parte del petróleo era transportado en gabarras por el Caspio y el Volga para su posterior procesado en refinerías del Volga Medio o los centros industriales de Moscú y otros sectores. Otra parte, por oleoducto o ferrocarril a los puertos del Mar Negro y a Ucrania. En cualquier caso la logística para transportar a gran escala a Europa Occidental era completamente insuficiente por falta de oleoductos, terminales de gran capacidad, buques tanque, etc.
A pesar de las dificultades, la URSS administraba su sistema de transportes de forma eficiente en un vasto territorio pero con escasa conexión al exterior (el servicio de transporte de pasajeros era malo, escaso y lento). Las operaciones ferroviarias eran capaces de mantener la industria suministrada con todo tipo de materias primas. Esto era el resultado de la inversión en material rodante y construcción de líneas durante los años treinta en la Unión Soviética, justo al contrario que lo ocurrido en el Reich donde el Deutsche Reichsbahn (DRB) había sido arrinconado ante las prioridades del rearme impuestas por Hitler.
Paradójicamente la URSS entró en la II Guerra Mundial con un material rodante bastante moderno y una infraestructura que pese a sus limitaciones se reveló, a su manera, eficaz en el gran esfuerzo industrializador (el sistema ferroviario soviético tenía 102.000 km de trazado, 28.000 locomotoras y 800.000 vagones, más que Alemania, en todo).
Una cuestión que los alemanes no fueron capaces de percibir, al igual que muchos observadores occidentales, es que el sistema ferroviario alemán con miles de kilómetros trazados, miles de locomotoras y decenas de miles de vagones, era más denso al sistema soviético, pero éste último era capaz de lograr un transporte de mercancías similar a los EE.UU. Los ferrocarriles soviéticos no disfrutaban de la avanzada tecnología del material americano, pero sus grandes trenes con un gran número de vagones a una velocidad menor que los trenes alemanes eran capaces de manejar tonelajes muy superiores, así como una concentración en el tráfico de mercancías y una asignación de recursos al tráfico de pasajeros mucho menor. (Walter Scott Dunn: The Soviet Economy and the Red Army, 1930-1945 (pág. 194-200) Greenwood Publishing Group, 1995)
Los trenes soviéticos de mercancías marchaban a la moderada velocidad media de 23 km/h ante los 40 km/h a la que iban los trenes alemanes en 1940. Cuando Alemania invadió la URSS zonas ferroviarias de Polonia, Ucrania, países bálticos eran zonas todavía bastante desconectadas con el resto de la URSS. De hecho los alemanes tuvieron que reconstruir toda la red en una profundidad de 600 km hasta que llegaron a una red más densa y con más capacidad en Kiev, Krivoj Rog y Ucrania oriental. (Axis Forum: German Railways in the East)
Otra cuestión insuficientemente estudiada por los alemanes es que esos ferrocarriles consumían una enorme cantidad de carbón, carbón que lógicamente habría que suministrar para poder operar los ferrocarriles soviéticos, fuera quién fuera el gestor de los mismos. Así en 1940 en la industria del transporte, 90% era el ferrocarril que consumía 49,5 millones de toneladas de carbón, es decir, el 30% de la producción total soviética. (Ernest W. Williams Jr.: Freight Transportation in the Soviet Union: A comparison with the United States. Princeton University Press 1959).
En cualquier caso, la nueva zona fronteriza en realidad planteó muchos más problemas de comunicaciones e impedía el transporte de grandes volúmenes de mercancías, al menos en el corto plazo, para suministrar materias primas en cantidades suficientes a la Europa ocupada. En 1949, un estudio de la USAAF sobre la capacidad ferroviaria en Europa oriental señalaba que el transporte militar de grandes contingentes desde Moscú hasta Alemania Oriental tenía un cuello de botella al este del Vístula, exactamente como lo encontraron los alemanes en 1941.
Inicio de la campaña militar y conquista
El 22 de junio de 1941 comienza la gigantesca campaña militar de conquista de la URSS. Lógicamente las regiones conquistadas difieren económicamente unas de otras lo que conllevará diferencias en su administración económica. Además dentro de esas conquistas hay territorios recientemente absorbidos por la URSS o bien zonas con población no rusa y por tanto más contrarias a la administración soviética. El avance inicial fue fulgurante en los países bálticos, Rusia Blanca y Ucrania Occidental, pero pronto se estancó a finales de julio. La conquista de Ucrania Oriental, el principal área carbonífera e industrial no se consiguió hasta octubre-noviembre de 1941 y algunos distritos no serían conquistados hasta el año siguiente. La deseada penetración en el Cáucaso no tuvo lugar como consecuencia de los reveses alemanes a finales del otoño de 1941 y los soviéticos tuvieron tiempo para evacuar a gran parte de la industria debido a este retraso en el calendario operativo alemán.
A finales de 1941 los alemanes habían conquistado una zona que proveía a la URSS de preguerra de un buen porcentaje de cereales, carbón, acero, manganeso, aluminio y poco petróleo (Rolf-Dieter Müller: Die Deutsche Wirtschaftspolitik in den besetzten sowjetischen Gebieten 1941-1943, pág. 38. Las cifras totales de producción de cereales en 1940 consta en: Paul R. Gregory, Robert C. Stuart: Soviet Economic Structure and Performance: Harper & Row 1981. Las otras cifras de Rolf-Dieter Müller).
Se pensaba que la Unión Soviética sería incapaz de continuar la guerra a gran escala debido a la pérdida de toda esta capacidad industrial y agrícola. Para esas fechas se había conquistado un 30% de la red ferroviaria soviética si bien apenas se había capturado material rodante (para convertirlo al ancho europeo) que no podía atender la demanda de un territorio tan vasto (Hans Potgiesser: Die Deutsche Bahn im Ostfeldzug (pág. 33-48) Scharnhorst Buchkameradschaft. Neckargemünd 1960).
Casi todo el litoral báltico había sido conquistado, la resistencia de Leningrado y el minado del mar dificultaban el transporte marítimo en la región. En el mar Negro la mayor parte de los puertos continuaban en manos soviéticas (Odessa caería en octubre y Sebastopol más tarde). Desde el punto de vista económico solo el ferrocarril era una alternativa viable.
En el verano de 1942 los alemanes lanzan su segunda ofensiva en el sur de la URSS en búsqueda del petróleo del Cáucaso. Se efectuaría una penetración profunda hasta Stalingrado en el Volga. A finales de 1942 se había conquistado un 40% de la red ferroviaria soviética. Los territorios conquistados en la ofensiva de verano no contaban con industrias de importancia si exceptuamos algún centro industrial como Stalingrado, las estepas del Don y del Cáucaso norte se componían de una zona agrícola de bastante calado.
¿Cuál será el futuro para mí?, 1944
El encontronazo con la realidad: Política de Tierra Quemada
Desde los primeros días de la invasión alemana se nombró un Consejo de Evacuación, liderado por Stalin. El 4 de julio se encargó a Vozneseskii, director del Plan Quinquenal, organizar la evacuación de la industria y sus trabajadores. Numerosas fábricas sacrificaron producción, cerraron y fueron evacuadas en agosto. Los trenes empleados para movilizar al Ejército Rojo se movían para evacuar la industria hacia el este. Cientos de miles de vagones se utilizaron para evacuar la industria hacia regiones como los Urales, Siberia Occidental, Asia Central, Kazajistán, Volga Medio, Extremo Oriente soviético. Se dio especial prioridad a la evacuación de la industria pesada, de ingeniería y metalúrgica aunque ningún sector quedó exento.
La evacuación de la industria pesada y de ingeniería vino acompañada por la reconversión de la producción a armamento cesando la producción de vehículos civiles. Las fábricas de tractores fueron reconvertidas en fábricas de carros de combate y las fábricas de vehículos fabricaron camiones y tanques ligeros. La producción de material ferroviario cesó en favor de la fabricación de material bélico (Walter Scott Dunn: The Soviet Economy and the Red Army, 1930-1945 (pág. 196-200) Praeger Pub. 1995).
Los soviéticos practicaron desde el principio una política de tierra quemada generalizada de todas las instalaciones industriales, almacenes y, en general, de cualquier bien o instalación que fuera de utilidad al invasor, destruyéndolas por completo o inutilizándola en la medida de lo posible si la evacuación no podía hacerse. La voladura de puentes de todo tipo, de presas hidroeléctricas y en general de cualquier infraestructura de comunicaciones, generación de electricidad e instalaciones fabriles y mineras. Estas órdenes se cumplieron escrupulosamente desde los primeros días de la invasión. Los alemanes no solo tenían que reconstruir a toda prisa la infraestructura ferroviaria, material rodante, depósitos, puentes, sino que se encontraron con una destrucción casi total del resto de instalaciones fabriles y mineras. Además, se evacuaron a nada menos que 16,5 millones de personas con especial atención a los trabajadores especializados.
A pesar del impresionante avance alemán, la política de tierra quemada soviética y la propia intensidad de la lucha limitó la captura de material rodante soviético que hubiera podido aminorar los problemas logísticos alemanes. La cifra de material rodante capturado por los alemanes fue insignificante. El informe del Ejército del 1 de noviembre de 1941 establecía la cifra en 231 locomotoras y 2.237 vagones capturados, una cifra irrisoria. A finales de 1941 se había capturado un tercio de toda la red ferroviaria soviética pero la cantidad de vagones para atender las necesidades militares y económicas eran insuficientes. Si no se podía atender la demanda militar es evidente que no había prácticamente flete ferroviario para las necesidades económicas.
"Fritz's Caftan", TASS No. 747 (23 junio1943), Kukryniksy. Texto: "Las tropas de asalto van al frente, / así que el alemán se baja para arreglar la barandilla. / En el hierro clava un clavo. / Pero de repente, ¡una explosión, fuego y polvo! / Una fuente de metralla y fuego: ¡los partisanos han volado la línea! / Sin tomarse tiempo para tomar aire, / el alemán vuelve a reparar los rieles. / En el hierro clava más clavos. / Pero de repente, ¡una columna de tierra vuela! / Sus oídos zumban, / Sus ojos pican. / ¡Los partisanos han volado la línea! / ¡Qué puedes hacer! A pesar del dolor / El trabajo debe comenzar de nuevo. / Con el martillo, el alemán golpea el hierro, / pero luego hay un golpe final. / Los escombros vuelan como una bandada de pájaros. / Y hacia arriba, con ellos, vuela Fritz. / La tropa de partisanos soviéticos / ha logrado el plan a la perfección.
Durante el invierno de 1941-1942 alrededor del 70% de las locomotoras alemanas en la región se encontraban inutilizadas o en reparación debido a los rigores invernales, al estado de destrucción de la red ferroviaria y la desarticulación de las comunicaciones. Prácticamente todos los puentes que atravesaban los grandes ríos como el Dnieper, Desná y otros habían sido destruidos lo que obligaba al transbordo de los convoyes ferroviarios en barcazas hasta que los puentes hubieran sido reconstruidos. (Hans Potgiesser: Die Deutsche Bahn im Ostfeldzug. pág. 140-141;37-47. Scharnhorst Buchkameradschaft. Neckargemünd 1960).
Las granjas colectivas evacuaron todos los alimentos y almacenes que pudieron y destruyeron el resto. Obviamente la población local que quedaba atrás no veía esto con buenos ojos que destruía sus medios de vida y les condenaba al hambre.
A pesar de la desorganización causada en las comunicaciones por los ataques de los partisanos no fueron de las principales razones del fracaso alemán inicial en la explotación económica. Hay varias razones que lo explican:
- La mayor parte de los contingentes partisanos se encontraban en las zonas boscosas de las retaguardias de los Grupos de Ejército Norte y Centro. Ucrania al carecer de esas masas boscosas no podía albergar grupos guerrilleros importantes. Esas eran precisamente las zonas agrícolas deficitarias.
- Hasta el otoño de 1942 la mayoría de grupos partisanos libró una difícil existencia con escasez de armas, suministros, radios, entrenamiento, etc, de manera que gran parte de los esfuerzos fueron de mera supervivencia en especial durante los duros meses de invierno.
A partir del invierno 1942-43 es cuando la multiplicación de los grupos guerrilleros y su mayor efectividad táctica comienza a convertirse en un verdadero quebradero de cabeza, más por la interferencia de las comunicaciones que por la distorsión de las instalaciones productivas. A pesar de eso la mayor parte de problemas se da en los sectores anteriormente citados con Ucrania más afectada.
El calendario de la conquista alemana influyó en la evacuación y destrucción de material, infraestructura, así como personal de las empresas agrícolas. El rápido avance alemán se produjo en Bielorrusia o Ucrania occidental, regiones relativamente pobres mientras que se estancó en el Dnieper y no fue hasta el otoño de 1941 cuando se penetró finalmente en las tierras más ricas, lo que dio tiempo a la administración soviética a evacuar todo lo que se pudo. Algunas de las zonas agrícolas como la estepa del Don o el Cáucaso norte no cayeron en manos alemanas hasta el verano de 1942.
Los yacimientos petrolíferos fueron saboteados a conciencia, algunos como Maikop en fechas tan tempranas como el otoño de 1941 a pesar de que los alemanes se encontraban a más de 400 km. En el verano de 1942 ante el avance alemán en el Cáucaso se volvió a terminar de destruir estas instalaciones. Los otros yacimientos de importancia como Grozny o el mayor como Bakú sufrirían todo tipo de sabotajes a pesar de que los alemanes nunca llegaron allí. (William Moskoff: The Bread of Affliction: The Food Supply in the USSR During World War II (pág. 72) Cambridge University Press 1990. Y, Leonid D. Grenkevich, David M. Glantz: The Soviet Partisan Movement, 1941-1944: A Critical Historiographical Analysis. Frank Cass Pub. 1999).
Próxima entrega: La administración de los territorios ocupados...
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*Este artículo es continuación de:Barbarroja. Colonialismo y expolio nazi en la Unión Soviética
Fuente para el presente artículo: