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29 octubre 2025

Mitos y verdades del Acuerdo Sykes-Picot (1916)




Es interesante recordar que después de más de un siglo seguimos teniendo una percepción, aunque no fraudulenta, si errada del secreto Acuerdo Sykes-Picot de 16 de mayo de 1916, entre británicos y franceses. A decir de refutados estudiosos culpar exclusivamente a Sykes-Picot de la división de Medio Oriente es un engaño histórico peligroso.

Introducción por el editor del blog

No solemos ser conscientes (quienes sentimos pasión por la historia) que hemos caído en una interpretación errada de que Sykes-Picot fue el punto determinante que diseñó nuevas líneas geografías imaginarias contra natura, es decir, que tanto ingleses como franceses diseñaron a su capricho un mapa de Medio Oriente basado en sus intereses estratégicos, políticos y económicos, que nunca tomaron en cuenta las barreras que separaban a un crisol de pueblos, tribus, etnias, incluso sobre una diversidad religiosa, siendo “condenadas a agruparse en disímiles espacios, obligados a construir naciones con conceptos absolutamente occidentales”.

Como se irá explicando, lo dicho arriba no es necesariamente falso, pero si es una mala interpretación de la historia, simplemente porque Sykes-Picot no constituye el único antecedente; ni fue, ni debería seguir siendo un forzado documento histórico al que se aferran muchos investigadores; y, una de las razones es porque Sykes-Picot NUNCA entró en rigor, nunca se efectivizó sobre el terreno. Fue uno más de algunos importantes documentos que se plasmaron sobre la mesa del diseño del Medio Oriente. Evidentemente se trató de un arbitrario trazado, a dedo, de fronteras, un reto tanto a la geografía y al componente étnico y al sentido común, una característica que distinguía, sin duda, a los imperios coloniales del siglo XIX y del XX.

A groso modo, veamos un par de apreciaciones sobre el Acuerdo Sykes-Picot.

Paul Mason, redactor de New Statesman, 9 de mayo de 2016 (en el centenario del Acuerdo), presentó una ponencia titulada “Sykes-Picot: how an arbitrary set of borders created the modern Middle East” (Sykes-Picot: cómo un conjunto arbitrario de fronteras creó el Medio Oriente moderno), afirmando que Gran Bretaña y Francia se repartieron lo que se convertiría en Siria, Irak e Israel y que esa mentalidad imperial perdura con las cicatrices dejadas en la región. Hace énfasis en una “torcedura” de las líneas trazadas en la que se establecería Israel.


          (Foto de Flickr  PROPaolo Porsia)


"¿Qué tipo de acuerdo le gustaría tener con los franceses?" preguntó Arthur Balfour, Secretario de Relaciones Exteriores, al coronel Sir Mark Sykes, quien respondió: "Me gustaría trazar una línea desde la 'e' en Acre hasta la última 'k' en Kirkuk".

No era el primer desafortunado “deseo” de Sykes, ya en enero de 1915, en una carta, le urgía a Winston Churchill a apoderarse de Constantinopla (Estambul, desembarcando tropas en Gallipoli) para acabar tanto con los otomanos y fulminar con la influencia alemana en el este, según él, esa posibilidad abriría paso a invadir Alemania a través de los Balcanes (40.000 soldados británicos murieron tratando de demostrar que Sykes tenía razón en Gallipoli, y no la tuvo).

¿Qué más podemos decir del tristemente “celebre” esbozo a dedo de Sykes? Quien estaba, luego, fascinado con la declaración de Balfour de 1917 para la constitución de un estado judío en Palestina. Él conocía el mundo árabe de la época, el panarabismo y su organización; aún así, ¿cómo pudo alguien tan bien informado equivocarse tanto?, se pregunta Mason.

“Leer los escritos de Sykes hoy es observar la tragedia de un intelecto encadenado por delirios de superioridad. Sykes trabajó sobre la suposición, central para todos los imperialismos: que los pueblos sometidos se comportan solo de acuerdo con sus "características" étnicas o nacionales, mientras que las naciones blancas poderosas tienen capacidad de acción”. Sykes creía que se podía aglutinar a las dos ramas del Islam, al cristianismo y tolerar a los judíos. “El imperialismo los convirtió en unos imbéciles ciegos que creían que, trazando límites, podían controlar la historia”.

Turquía desarrolló una “conciencia nacional, moderna y secular, entonces la apuesta unidireccional contra el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial resultó inútil. El nacionalismo secular turco daría forma a la región tanto como el panarabismo en los próximos 100 años”. Sykes y los demás veían a la religión islámica como algo aparte de las etnias árabes, idioma y tradición. Se negaron a pensar que una oposición a ellos podría provocar el surgimiento del antiimperialismo forjado mediante la educación de la gente. No midieron la posibilidad de que estallarían revoluciones como la rusa en oposición a su sistema de capitalismo colonial explotador.

Una lección fácil de aprender de Sykes-Picot es que: “no dibujes líneas arbitrarias en el mapa. Los pueblos y las naciones deben tener derecho a la libre determinación”. Pero, realmente ¿fueron arbitrarios esos trazos a dedo sobre el mapa? El presidente Woodrow Wilson impulsó la autodeterminación -aunque sea en el discurso- contradiciendo el postulado del Imperio Británico y ese fue uno de sus puntos para entrar en la guerra, por lo que los gobiernos británico y francés ocultaron a EEUU la existencia del mapa de Sykes.


Por su lado, otro importante autor, John Hilary, en “The Sykes-Picot legacy, 100 years on” (El legado de Sykes Picot, 100 años después), en mayo de 2016 (War on want) establece que ese Acuerdo secreto entre Francia y Gran Bretaña que sumió a Oriente Medio en un siglo de derramamiento de sangre.

Recalca que dos negociadores coloniales: Mark Sykes (británico) y François Georges-Picot (francés) decidieron planear como repartirse Oriente Medio (tal cual como “Pinky” y “Cerebro” planean cada noche como conquistar el mundo), tras hacer colapsar al Imperio Otomano en plena guerra mundial. El autor profundiza en las promesas de autodeterminación que los británicos hicieron a los pueblos árabes, lo que garantizó su apoyo para derrotar a las fuerzas de ocupación turcas. Logrado el objetivo, esas promesas fueron olvidadas, solo cambió de liderazgo imperial.

Una declaración anglo-francesa de noviembre de 1918, a los pueblos árabes, prometía "la liberación completa y definitiva de los pueblos que durante tanto tiempo han sido oprimidos por los turcos, y el establecimiento de gobiernos y administraciones nacionales que derivarán su autoridad del libre ejercicio de la iniciativa y elección de las poblaciones indígenas". El gobierno británico planeaba excluir a Palestina en la declaración y la orden de su publicación en Jerusalén fue un “lamentable” error.




Pero esa traición no fue diseñada exclusivamente en el Acuerdo Sykes-Picot. Francia y Gran Bretaña decidieron en otros acuerdos dividirse Oriente Medio “por medio de una ‘línea en la arena’ dibujada en el mapa entre Acre en la costa mediterránea y Kirkuk en el norte de Irak. Todo lo que está al norte de esa línea sería controlado por los franceses, y todo lo que está al sur por los británicos. Francia obtendría Siria y Líbano, mientras que Gran Bretaña tendría Irak y Transjordania… Un pacto descaradamente egoísta".

La cuestión de quién gobernaría Palestina no tuvo respuesta en el Sykes-Picot, los británicos recurrieron “a otra estratagema para asegurarse de que Gran Bretaña, no Francia, asegurara ese mandato al final de la Primera Guerra Mundial. A través de una serie de garantías a las principales figuras del floreciente movimiento sionista, el gobierno británico pudo asegurar el respaldo internacional para su control de Palestina con el pretexto de algo más que el interés propio imperial”. Precisamente esa estrategia produjo la ‘Declaración Balfour’ de 1917, el apoyo británico para "establecer en Palestina un hogar nacional para el pueblo judío". Balfour tuvo que admitir que se negaron hablar sobre el principio de autodeterminación.

Intereses geoestratégicos hicieron posible este tipo de acuerdos, Palestina originalmente fue vista como zona de amortiguación que protegería el Canal de Suez; luego se “descubriría” las inmensas reservas de petróleo en Mesopotamia que terminaría sembrando de caos y sangre la historia de Irak, Siria, Líbano y Palestina hasta el día de hoy.




Muchos se preguntarán, ¿qué pasa con el Kurdistán, por qué no se habla aquí de ello? Existe mucha confusión con Sykes-Picot y otros tratados y mapas de la época, la cuestión kurda tiene más que ver exclusivamente con el territorio que heredaría la naciente Turquía de su ancestro otomano. Para quienes estén interesados en los mapas del Kurdistán, por favor repasar nuestro artículo: KURDISTÁN: Los mapas de la discordia


Parte II

Hechos y ficción
La historia de “Sykes-Picot”

Adán Garfinkle
The American Interest

Lección de historia: Sykes-Picot no estableció -repito, no estableció- las fronteras del Medio Oriente moderno.

El 16 de mayo de 2016, se cumplió el centenario de Sykes-Picot, y las inanidades y estupideces al respecto surgen de los medios a una velocidad que me cuesta seguirles el ritmo. Vayamos al grano: Sykes-Picot no estableció -repito, no estableció- las fronteras del Oriente Medio moderno. Esto debería dificultar culpar a Sykes-Picot, ya que nunca entró en vigor. Y lo que se está desmoronando hoy no es el sistema interestatal Sykes-Picot, sino cada vez más las propias unidades; el sangriento ruido interestatal que vemos no es la fuente del problema central de la región, sino un síntoma del mismo. Hay muchas cosas en que pueden equivocarse, y sin duda es un asunto repugnante para compartir con la gente sin educación, como si fueran aperitivos de sabor extraño para la hora del cóctel.

Bien, entonces ¿por qué Robin Wright en The Atlantic, David Ignatius en el Washington Post, Daniel Pipes en su blog y, según el último recuento, unas seis docenas de personas más publicaron recientemente insistiendo en que Sykes-Picot hizo lo que seguramente no hizo?

Solo hay dos explicaciones posibles.

Una es que un autor sabe que la historia es mucho más compleja que dos tipos sentados en un salón imperial lleno de humo con un mapa en blanco y un lápiz grueso, pero usa el conocido eslogan “Sykes-Picot” como abreviatura para resumir lo que realmente sucedió. La otra es que el autor en cuestión en realidad no tiene ni idea de lo que está hablando. Ignatius y Pipes, estoy bastante seguro, usan abreviaturas. Robin Wright y muchos otros, no estoy tan seguro. Pero el resultado es el mismo: engañar a otros crédulos sobre lo que realmente sucedió durante y justo después de la Primera Guerra Mundial para moldear los contornos de Oriente Medio. Entonces, en resumen, ¿qué sucedió?

No hubo solo un cónclave secreto durante la guerra entre los Aliados, sino cuatro.

El primero, y con diferencia el más importante, el Acuerdo de Constantinopla del 18 de marzo de 1915, otorgó Estambul a Rusia, el control de los Dardanelos, Tracia y una parte del noreste de Anatolia; además, otorgó a Gran Bretaña y Francia amplias esferas adicionales sobre el patrimonio árabe del Imperio Otomano.

En segundo lugar, el Tratado de Londres, firmado el 26 de abril de 1915, puede describirse con justicia como el soborno aliado a Italia para que se uniera a la guerra, y prometía a los italianos beneficios inmobiliarios específicos a expensas de los otomanos. Este Tratado abrevió el primer esbozo de la distribución geográfica de la posguerra.

En tercer lugar, más de un año después (el 16 de mayo de 1916), se produjo el Acuerdo Sykes-Picot, mucho después de que los aliados hubieran acordado y firmado el acuerdo básico. Representó principalmente un ajuste y un conjunto más específico de acuerdos únicamente entre Gran Bretaña y Francia sobre sus posibles adquisiciones. Esto fue necesario por varias razones: ambigüedades en el plan original; la evolución de las realidades del campo de batalla; y el hecho de que Gran Bretaña había abierto y desarrollado desde entonces otra vía de negociaciones secretas, esta vez con el jerife Hussein de La Meca en la ahora famosa correspondencia Hussein-McMahon.

Sykes-Picot llegó con un mapa coloreado en cinco partes: zonas británicas y francesas directas e indirectas, y una zona internacional que abarcaba Jerusalén y una ruta hacia el oeste hasta la costa de Haifa. Las esferas de influencia indirectas británicas y francesas debían ser dominio de un “estado árabe independiente”, y esas mismas palabras aparecen en el mapa original. (más adelante se abordará lo que esto implica).

En cuarto lugar, llegó los Acuerdos de Saint Jean de Maurienne el 17 de abril de 1917, lo que amplió la participación italiana, pero dependía de la aceptación rusa. Esta aceptación nunca se produjo debido a la Revolución Rusa.




De hecho, ninguna de las fronteras previstas en estos acuerdos, ni por separado ni en conjunto, llegó a concretarse. La Revolución rusa invalidó el Acuerdo de Constantinopla, y el avance de los ejércitos del general Edmund Allenby en 1917 también invalidó gran parte del mapa Sykes-Picot. La Declaración Balfour de noviembre de 1917, que no incluía ningún mapa, y la intervención del ejecutivo sionista como elemento político en el proceso de toma de decisiones de la posguerra complicaron aún más la cuestión de la frontera entre el posible mandato británico para Palestina y el mandato francés para Siria.

Tras Versalles en 1919, se convocó una importante conferencia en San Remo en abril de 1920 para definir definitivamente las fronteras en previsión del depósito de los mandatos ante la Sociedad de Naciones. Pero ni siquiera San Remo resolvió el asunto definitivamente.

El Tratado de Sèvres, firmado en agosto de 1920, impuso un acuerdo muy draconiano al Imperio Otomano, pero cabe destacar que no insistió en el fin del imperio como tal, ni en su posesión del califato del Islam. En cualquier caso, pronto el gobierno griego de Venizelos aprovechó la debilidad de la Turquía otomana para invadir Anatolia, con apoyo británico. Esta fue una decisión fatídica y muy estúpida. Tuvo el efecto, junto con otras causas, de fortalecer y centrar considerablemente una incipiente guerra turca de liberación de una invasión multifacética en las principales tierras turcas de Anatolia. Antes de que terminara, unos 18 meses después, las armas turcas habían aplastado a los griegos. Este resultado, junto con el resurgimiento de la idea de un estado armenio independiente, convirtió a Sèvres, junto con lo poco que quedaba del mapa Sykes-Picot, en letra muerta. Ninguna de las fronteras trazadas en San Remo en relación con los límites de los mandatos con Turquía tenía sentido.

Durante el esfuerzo turco por resistirse a los términos del Tratado de Sèvres, Mustafá Kemal (Ataturk) tomó el control militar del gobierno turco. Ataturk y sus colegas nacionalistas acabaron con el imperio, separaron el califato de él y, finalmente, en 1924, lo abolieron por completo. Así pues, no fueron los Aliados quienes destruyeron formalmente lo que quedaba del Imperio Otomano y el califato, sino los propios turcos en nombre de la nueva República de Turquía.


El General (Pasha) Mustafá Kemal, luego Mustafá Kemal Atatürk, padre fundador de la actual Turquía


Fue el Tratado de Lausana, firmado en 1923, el que determinó las fronteras entre Turquía y los mandatos para Siria e Irak. Sin embargo, nunca se gestó ningún mandato para Armenia, ya que Turquía y la joven Unión Soviética invadieron conjuntamente el naciente estado armenio y aniquilaron su independencia. La URSS puso fin, por aquel entonces, a las tres nuevas repúblicas soberanas del Cáucaso que se habían separado de Moscú durante la guerra civil rusa de 1920-21. Ninguna entidad kurda se desarrolló fuera de la zona autónoma, ya que Mustafá Kemal logró persuadir a sus correligionarios kurdos musulmanes para que se unieran a él contra adversarios cristianos comunes: los griegos y los armenios, junto con sus grandes potencias aliadas.

La Comisión anglo-francesa Newcombe-Paulet finalmente detalló la frontera entre Palestina y Siria en 1923. El surgimiento del “gran” Líbano -las fronteras del Líbano actual- a partir del Monte Líbano y el mandato sirio en 1924 es una historia tan compleja que me cuesta resumirla aquí. Y, como Secretario Colonial, Winston Churchill creó el Emirato Hachemita de Transjordania una mañana de domingo de 1921 en Jerusalén, “entre puros y brandy”, en condiciones también demasiado complejas para resumirlas aquí. Cabe destacar que, en este caso, se crearon fronteras para una entidad que nadie, ni en su imaginación más descabellada, concibió siquiera que existiera en mayo de 1916.

Y, por supuesto, trazar las fronteras de Transjordania significó trazar una frontera occidental para lo que se convirtió en Irak. Si alguien hoy en día nunca ha oído hablar, por ejemplo, del problema del “capítulo árabe”, significa que nunca ha descifrado los archivos, que depende completamente de literatura secundaria defectuosa y que realmente no tiene ni idea de lo que dice cuando habla de Irak en la configuración territorial que asumió en 1920. Por si fuera poco, posteriores ajustes entre la Siria francesa y la Mesopotamia británica (posteriormente llamada Irak) trasladaron Mosul de la zona francesa a la británica a cambio de concesiones francesas en la industria petrolera local.

Mientras tanto, el Reino de Nejd, nunca colonizado, invadió el Hiyaz en 1924, expulsando a los hachemitas, lo que finalmente condujo a la adopción del término Reino de Arabia Saudita en 1932. Dos años después, Arabia Saudita atacó Yemen y se anexionó las provincias de Asir y Najran. Las fronteras entre Siria y Transjordania, y entre Transjordania y Arabia Saudita, no se definieron hasta mediados de la década de 1930. En 1938, una provincia del norte de Siria -Hatay, o lo que antes se conocía como Sandjak de Alejandreta y luego Cilicia- fue cedida a Turquía por Francia, con el consentimiento británico, en un acuerdo diseñado para evitar el apoyo turco a Alemania en la inminente guerra.

Se podría profundizar en la descripción de cómo se trazaron las fronteras del Oriente Medio "moderno", incluyendo la creación de los jeques del Golfo Pérsico, el último de los cuales (los Emiratos Árabes Unidos) no se creó hasta 1971. En otras palabras, ¡"Fronteras Sykes-Picot"! ¡Ni hablar! La insinuación de que alguna vez existieron es pura y simple mentira.

Mucho sobre cómo se trazaron y cómo no se trazaron las fronteras. Pero ¿por qué sucedió así? Las preguntas de "por qué" suelen ser mucho más difíciles de responder que las de "cómo", pero un breve intento quizás sea útil porque arroja algo de luz sobre lo que los observadores contemporáneos afirman que Sykes-Picot significa para nosotros, o debería significar para nosotros, un siglo después. 

Si existe alguna lección, esta debería extenderse más allá de Oriente Medio, pues los Aliados no solo arrebataron al sultán el control de las provincias árabes del Imperio Otomano, sino que también desmembraron los imperios de los Habsburgo y los Hohenzollern. El Imperio Romanov, mientras tanto, al final de la guerra, se encontraba en proceso de desmembrarse (temporalmente).

 

Un mapa detallado que muestra el Imperio otomano y sus dependencias, incluyendo sus divisiones administrativas (valiatos, sanjacados, kazas), en el año 1899



Pero centrémonos por ahora en el desmembramiento del Imperio Otomano. ¿Cuáles fueron las razones?

Razones -en plural- es la forma correcta de plantear la pregunta, porque rara vez una sola razón agota la realidad. Tres parecen ser las más importantes.

Una razón se relacionaba con la prudencia geoestratégica. La rescisión del Imperio Otomano, a lo largo de muchos años, había creado vacíos que fomentaron la competencia entre otras potencias y provocaron crisis y guerras, entre ellas las guerras de los Balcanes a principios del siglo XX y, en la mente de los estadistas de la época, la propia Guerra Mundial. Por lo tanto, un desmembramiento ordenado, alcanzado de mutuo acuerdo, debería hacer que el sistema en su conjunto fuera menos propenso a crisis y guerras en el futuro. El mismo razonamiento se aplicó tanto al desmembramiento previsto del derrotado Imperio de los Habsburgo como al del Imperio Otomano.

Una segunda razón se refería a la competencia imperial en general. La carrera por las colonias entre algunas potencias europeas -principalmente Gran Bretaña, Francia y Alemania- se había acelerado con la capacidad tecnológica para apoderarse y administrar imperios de ultramar. Una conferencia de Berlín en 1888 había dividido el África subsahariana. Posteriormente, la competencia se trasladó en parte al Pacífico Sur. Para 1914, quedaban pocos bienes raíces lucrativos en el planeta, salvo los que poseían los otomanos y que podían ser confiscados como resultado de la guerra. La competencia geoestratégica por los bienes raíces se había vuelto completamente global en la mente de los estadistas de las grandes potencias europeas por primera vez, y había asumido el carácter de una competencia posicional: cada potencia temía quedar en desventaja competitiva si este o aquel territorio caía en manos de un imperio rival. Muchos observadores a lo largo de los años han argumentado que esta competencia era sobre todo de carácter comercial; otros, que también estaba asociada con la grandeza nacional y el ego colectivo. Por muy ciertos que esos motivos pudieran haber sido en la mayoría de los casos, el motivo dominante para la mayoría de las potencias parecía provenir de esta competencia posicional, similar a un juego, que se manifiesta en muchas formas de comportamiento humano. (Los estadounidenses quizás puedan comprender esto mejor en el contexto de la adquisición de Hawái por parte de Estados Unidos. Sin duda, se cometieron algunas acciones ruines en esa saga expansionista; pero en aquel momento parecía obvio que si Estados Unidos no se presentaba, Alemania, Japón o Gran Bretaña lo harían, lo que le crearía una desventaja estratégica).

Una tercera razón, que no fue la más importante en 1914-1916, pero que cobró mucha más influencia en 1918-1919, fue de un tipo completamente diferente. Se trató de un cambio normativo que sostenía que el principio imperial de legitimidad debía ceder ante el principio moralmente superior de la autodeterminación nacional. Esto explica por qué, al final de la guerra, cuando los Aliados comenzaron a repartirse el territorio del Imperio Otomano, no pudieron simplemente tomarlo como botín de guerra imperial, como en tiempos pasados. En su lugar, crearon la idea de los mandatos, asociados con la creación de la nueva Sociedad de Naciones, en virtud de los cuales los territorios de la Turquía otomana y Alemania debían, al menos en teoría, ser guiados hacia la independencia soberana a su debido tiempo. ¿Cómo sucedió esto?

No hay suficiente espacio aquí para abordar plenamente esta cuestión. Baste decir que la base moral de la gobernanza ha evolucionado a lo largo del tiempo, pero lo ha hecho a distintas velocidades y de distintas maneras en distintas zonas de civilización. En la Primera Guerra Mundial, una zona de civilización que avanzaba a una velocidad (Europa Occidental) chocó con otra (Oriente Medio) que avanzaba a otra velocidad. En Europa Occidental, especialmente en Gran Bretaña, Francia y Países Bajos, las sensibilidades religiosas democratizadas habían invadido la política durante aproximadamente el siglo anterior, dando lugar, entre otras cosas, a la campaña para abolir la trata de esclavos. Pero las cruzadas, una vez lanzadas, son difíciles de controlar o anticipar, por lo que no nos sorprenderá saber que el elevado idealismo secularizado de Wilberforce sentó las bases para la colonización del África subsahariana por Gran Bretaña, Francia, Alemania, Portugal y Bélgica.

Nadie ve esto hoy en términos moralmente positivos, pero en ese momento la "carga del hombre blanco" y, en Francia, la misión civilizadora, eran extensiones secularizadas naturales de los elementos evangélicos del pensamiento cristiano, la "mundanización" de las categorías escatológicas. Ciertamente, intereses imperialistas más bajos estaban en juego, pero muchos pensaban sinceramente que el colonialismo era benigno y progresista. Y el crescendo de popularidad del que disfrutó el movimiento abolicionista fue un elemento que dio forma a la doctrina nacionalista de la autodeterminación. Siendo la mente humana promiscuamente asociativa, era solo cuestión de tiempo antes de que la proposición de que ningún hombre debería poseer o tener dominio sobre otro hombre se transformara en la proposición de que ninguna nación debería poseer o tener dominio sobre otra nación.

Por supuesto, el auge del nacionalismo en la Europa del siglo XIX también tuvo otras causas. Pero, sea cual fuere su origen, la fuerza moral de la autodeterminación nacional se unió en la Segunda Guerra Mundial a los otros dos motivos principales para desposeer a los otomanos, mencionados anteriormente. El avance de este nuevo ideal fue impulsado por moralistas armados -los neoconservadores de la época, en efecto-, personificados sobre todo por el presidente estadounidense Woodrow Wilson, quien rechazó cualquier mandato para Estados Unidos.

Las potencias aliadas, en cierto sentido, quedaron atrapadas en este cambio normativo que se alejaba de la legitimidad del principio imperial y se acercaba al nuevo ideal del "estado-nación", donde la comunidad etnolingüística se alineaba con la soberanía política legítima y la constituía como base de la misma. 

Cuando se reunieron en secreto a partir de 1915 para repartirse las tierras otomanas, los señores imperiales de las grandes potencias aliadas jamás imaginaron un sistema de mandatos ni una Sociedad de Naciones. Sin embargo, al finalizar la guerra y a punto de comenzar la conferencia de paz de Versalles en 1919, parecía imposible que otra idea pudiera competir, y mucho menos prevalecer. 

Así pues, cuando se plantea la pregunta: "¿Se concibieron los mandatos como instituciones de transición sinceras hacia una independencia real, o fueron meras tapaderas para la expansión de los imperios francés y británico?", la respuesta no es tan clara como podrían pensar los cínicos; de lo contrario, la frase "estado árabe independiente" nunca se habría inscrito en el mapa original de Sykes-Picot. En verdad, fue un poco de ambas cosas.

Ahora bien, por eso, cuando hoy se dice que la lección de Sykes-Picot es que las grandes potencias no deberían ir por ahí trazando las fronteras de otros -incluidas, de nuevo, las de Oriente Medio-, se genera un gran aplauso en algunos sectores. Incluso puede ser un buen consejo; para los extranjeros, redibujar las fronteras de la región hoy en día implica asumir la responsabilidad de hacerlas cumplir, y nadie en su sano juicio debería entusiasmarse con ello. Pero el consejo, independientemente de la opinión que se tenga, simplemente no se ajusta a la realidad histórica. Una vez que los Aliados decidieron despojar a los otomanos de sus posesiones imperiales y repartirlas, tras la victoria en la guerra, alguien tuvo que trazar algunas fronteras en algún lugar

¿Cuál era la alternativa? ¿Dejar intacto el sistema turco de millet y permitir que los cantones religiosos transterritoriales las sustituyeran como fronteras en una región gobernada por estados europeos con límites territoriales convencionales entre ellos? Incluso si los europeos hubieran imaginado tal solución, habría sido impráctica, casi ridícula. Y ciertamente los lugareños no estaban entonces en posición de trazar sus propias fronteras porque no tenían manera de hacer cumplir lo que hubieran decidido.

En cuanto a la supuesta "artificialidad" de las fronteras creadas en la región, la cual suele ser la alusión inmediata al proclamado pecado imperial de Sykes-Picot, esto también es bastante absurdo. Oriente Medio en 1919, no menos que en 1519, era un mosaico muy heterogéneo de etnias y afiliaciones sectarias, y el Levante más que la mayor parte del resto de la región. Cualquier frontera trazada allí habría sido "artificial" si por lo contrario de artificial se entienden fronteras históricas preotomanas entendidas y legítimas o fronteras que crearon estados-nación homogéneos. Ninguna de las dos existía ni era posible. Y las que se trazaron generalmente se apoyaban en alguna justificación histórica o etnosectaria ("El Hipo de Winston" al trazar la frontera de Transjordania con Arabia Saudita es un ejemplo claro); no eran tan artificiales como parece. (Nota del editor: El "Hipo de Winston" o el "Estornudo de Churchill" es el enorme zigzag en la frontera oriental de Jordania con Arabia Saudí, supuestamente porque Winston Churchill trazó la frontera de Transjordania después de un generoso y largo almuerzo).





Si las semillas de los actuales problemas en Oriente Medio se sembraron entre 1914 y 1918, no provienen de fronteras supuestamente artificiales trazadas por edictos imperiales, de los cuales Sykes-Picot fue una parte de mediana importancia

Provienen, en cambio, del intento de imponer el concepto occidental de Estado territorial secular y weberiano en una parte del mundo donde no existían precedentes. El motivo fue, al menos en cierta medida, benigno: hacer esta parte del mundo más moderna, más “progresista”, en el lenguaje de la época. Sin embargo, el resultado fue la creación, en última instancia, de una serie de estados independientes débiles, cada uno con una vida media diferente, pero no, históricamente hablando, muy larga. Su decadencia nos acecha ahora en un momento en que las tensiones que sienten todos los estados han aumentado notablemente. No es sorprendente que los más débiles sean los primeros en convertirse en polvo.

Y la ironía de todo esto es casi demasiado agria para soportarla. Los fuertes estados occidentales del período de la Primera Guerra Mundial, sin darse cuenta, causaron un sinfín de problemas a los pueblos y sociedades del Medio Oriente al incubar una arquitectura política que el suelo de sus tierras no podía soportar. Y ahora estos estados se están desmoronando, esparciendo demonios por todas partes en forma de Al-Qaeda, ISIS/Estado Islámico y quién sabe qué vendrá después, causando un sinfín de problemas a los pueblos y sociedades de Occidente en un momento en que la capacidad incluso de los estados relativamente fuertes para lidiar con tales problemas ha disminuido significativamente. Llámenlo "venganza" si quieren, no que sea conscientemente forjado o remotamente intencional en el sentido que acabamos de describir; es decir, los estados de la región que explotan como bombas suicidas simbólicas diseñadas para matar a enemigos extranjeros seleccionados. Sin embargo, una cosa es segura: la venganza no siempre es dulce.

Sykes-Picot cumple más de cien años, y lo que para la mayoría de la gente parece significar -a juzgar por lo que se ofrece- no solo se basa en diversos tipos de error, sino que trivializa profundamente la verdadera historia. La verdadera historia, una vez que uno la conoce realmente, no trata sobre imperialismo ni política de poder, ni sobre victimarios ni víctimas. La verdadera historia trata sobre cuán frágiles e interconectadas somos las criaturas humanas, sobre lo poco que comprendemos y podemos prever, y, sobre todo, sobre la inquietante rapidez con la que culpamos a otros de nuestros propios problemas y los de los demás.


Adán Garflinke

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Fuentes: 

27 junio 2025

Diplomacia del terror made in Israel



          Netanyahu (Foto archivo)


por Tito Andino

Israel país con un arsenal atómico, ¿con el consentimiento de quién?, no quiere escuchar que algún otro país de la región dedique recursos a la construcción de plantas de investigación nuclear con fines pacíficos, conforme el Tratado de No Proliferación Nuclear, de la que no es parte Israel, el uso ilegítimo de la fuerza es su presentación política.

Los ataques de Israel entre el 13 y 21 de octubre de 2025, respaldado con el bombardeo de Estados Unidos a tres plantas nucleares iraníes son la última aventura. Pero, no son los únicos casos registrados en la historia contemporánea. 

Israel no pidió consentimiento ni permiso de nadie cuando atacó y destruyó la planta Osirak en Irak, el 7 de junio de 1981 y una planta en construcción en Siria, el 5 de septiembre del 2007. El pretexto ha sido el mismo, aquellas naciones presuntamente buscaban producir artilugios nucleares para destruir Israel. La teoría de la “guerra preventiva”, atacar un objetivo para evitar una consecuencia futura de peores consecuencias.

Solamente recordar que fue el gobierno francés quien vendió a Irak en 1976 un reactor de investigación nuclear de la clase conocida como ‘Osiris’, proveyendo lo necesario. Francia e Irak señalaron que ese reactor se construye con fines pacíficos, las partes firmaron acuerdos que excluían su uso militar. Para Israel no era así. Su diseño fue obra del ingeniero francés Yves Girard, los franceses declararon siempre que la instalación era incapaz de fabricar bombas, confirmado por expertos nucleares. Israel se tomó la molestia de dictaminar todo lo contrario y la bombardeó.


Arriba: Fotogramas tomados desde aviones F-16 israelíes antes que lanzaran las bombas  y la explosión de la planta Osirak (Irak). Abajo: El presunto reactor sirio construido por Corea del Norte en Al-Kibar (Siria) antes y después del ataque israelí según el gobierno estadounidense.


Al-Kibar - Siria, corrió igual destino, la información es menos conocida y contradictoria, se supone que la aviación israelí destruyó un reactor nuclear que estaba siendo montado por norcoreanos que serviría para construir armamento no convencional; algunas fuentes estadounidenses señalan que era un escondite de materiales nucleares provenientes de Corea del Norte, otros hablaron que albergaba una planta de desarrollo de misiles, otra fuente dice que almacenaba armamento destinado para Hezbolá, otros aseguran que escondía armas de destrucción masiva provenientes de los arsenales de Sadam Hussein, en fin…


¿De dónde nace el programa nuclear iraní?

El programa nuclear iraní tiene raíces profundas. Inició en 1957, "irónicamente, es una creación de los Estados Unidos. EE.UU proporcionó a Irán su primer reactor de investigación, un reactor nuclear de cinco megavatios que todavía está funcionando y operativo en Teherán". Estados Unidos construyó ese reactor nuclear en 1967 en el campus de la Universidad de Teherán. También proporcionó a Irán combustible para ese reactor: uranio enriquecido para armas, declaró Ali Vaez, experto en Irán del International Crisis Group

Esto era parte del programa “Átomos para la Paz” del presidente Eisenhower, una iniciativa para proporcionar a los países tecnologías nucleares civiles pacíficas con la esperanza de que no persiguieran programas nucleares militares. Entre los beneficiarios se encontraban Israel, India, Pakistán e Irán, éste último gobernado por el Sha Reza Pahlavi, monarca respaldado por Washington. Como resultado del auge petrolero de la década de 1970, el programa nuclear iraní se transformó en un programa nuclear civil en toda regla, afirma Vaez.

Irán tenía dinero para explotar el conocimiento que se le daba y para desarrollar mentes científicas. El gobierno del sha pagó para que docenas de estudiantes iraníes asistieran al Instituto de Tecnología de Massachusetts y estudiaran ingeniería nuclear a mediados de la década de 1970, dijo la universidad. Con los años Irán, pese a la violenta oposición israelí, llevó su propio programa de investigación nuclear, desarrollando varias instalaciones. 

Los primeros intentos de detener el programa iraní, a cualquier precio, empezaron con un juego sucio: Acusar a Irán por dos nada claros atentados en suelo argentino, los ataques y destrucción en Buenos Aires de los edificios de la Embajada de Israel, marzo de 1992 y de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), julio de 1994. Estos atentados son decisivos porque cimentaron la permanente acusación contra Irán de promover el terrorismo mundial. El primer paso mediato fue detener la cooperación de Argentina para proporcionar combustible nuclear a Irán.

Esos oportunos sucesos, tienen -por sentado- la huella de servicios secretos, son ejemplo de la manipulación política de aquellos sangrientos crímenes que, dadas las circunstancias, solamente beneficiaban a los opositores de Irán. Hasta hoy, más de 30 años acusando a Irán, más de tres décadas de enajenadas consignas con un solo propósito, detener el desarrollo e investigación en el campo nuclear de la nación iraní a costa de monstruosos asesinatos.


Intentos de atacar a Irán en el siglo XXI

Debemos empezar este apartado señalando un hecho real que ha ocasionado serios problemas diplomáticos y amenazas de paralizar por la fuerza el desarrollo nuclear iraní, sentarlo a negociar, enviando una advertencia a Irán para que no amenace a Israel.

Al manejar Israel la energía nuclear (Dimona) y aplicar la estrategia de los ataques preventivos y selectivos, implica que niega la posibilidad de que haya espacio en la región para otras naciones con potencial para el desarrollo nuclear. Esa premisa le obliga a embarcarse en frecuentes aventuras, por sus propios medios si fuera el caso, siempre respaldados por sus protectores de Estados Unidos y Europa.


El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), fotos de archivo inspeccionando instalaciones nucleares y en un discurso ante la ONU.


Aunque no es preciso del todo, un punto de partida acontece en el gobierno del ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad (2005-2013) de quien suele citarse con frecuencia frases llamando a la eliminación física del estado de Israel, además de, supuestamente, pronunciarse negando el Holocausto (polémico debate que se mantiene hasta el presente). (No entraremos a explicar el caso, eso lo hicimos en un interesante artículo de este blog en el año 2015, ver notas a pie de página)

A inicios del siglo XXI, en enero de 2002, el presidente estadounidense George W. Bush incluyó a Irán, junto con Irak, Corea del Norte y otros países, en lo que llamó el “Eje del Mal”, desde entonces la Casa Blanca y el Pentágono junto a Israel han acentuado las denuncias contra el programa nuclear iraní.

El mismo territorio iraní no ha escapado de los blancos de los ataques de Israel y sus amigos, por ejemplo, en el 2005, ante una inminente guerra, fuerzas especiales y de inteligencia británicas y de la CIA fueron responsables de varios atentados en Khuzestan (o Juzestán) y Ahwaz en coordinación con grupos armados separatistas iraníes. En 2007 un nuevo plan de guerra estaba trazado, un primer objetivo era controlar la provincia de Juzestán. Para quienes no saben, Juzestán posee los mayores yacimientos de petróleo de Irán, a la vez que es habitada por una mayoría de origen árabe. El plan básicamente es algo parecido al que se desarrolló en 2025, operaría con los clásicos bombardeos intensivos a las instalaciones claves, el sabotaje de infraestructuras urbanas, la incitación a las minorías étnicas para realizar disturbios violentos, emisiones clandestinas de radio para intentar sublevar a la población, se descartó el uso de tropas en tierra dado el temor a sufrir tremendas bajas. Los ataques debían realizarse con la clásica mentira de petición de ayuda de las fuerzas de “resistencia” iraníes. Aquel plan tenía previsto declarar a la región de Juzestán como estado árabe independiente y también la República Democrática de Ahwaz, las dos serían inmediatamente reconocidas por Israel y los Estados Unidos. (En general, la lista es larga, solo citamos un par de ejemplos).

En anteriores entradas se ha documentado como Israel ha insistido en bombardear las instalaciones nucleares de Irán: 2008, 2010, 2011, 2012, 2018, etc., así como se ha explicado las razones para que hayan abortado tales tentativas. También, en este blog, hace varios años, abordamos un episodio histórico que estuvo a punto de desencadenar otra vez la guerra contra Irán. Ese acto tuvo lugar en 2008 en la República de Georgia (ex república soviética). (VER los enlaces a pie de página, “GEORGIA 2008: El cómo Israel planeó bombardear Irán”).


F-16I Sufa (Storm) de la Fuerza Aérea Israelí (IAF), biplaza diseñado y construido exclusivamente para Israel por Lockheed Martin, dotada de tanques extra de combustible para misiones de largo alcance.


En resumen, dos aeropuertos en el sur de Georgia, arrendados por Israel, fueron destinados para el uso de aviones militares israelíes. El propósito: lanzar un ataque contra objetivos relacionados con los proyectos de energía nuclear iraní. El ataque fue aprobado por el presidente Bush, firmado el 4 de julio de 2006 (cuyas copias, con su firma, fueron filtradas en internet). Más, la intervención de Rusia por la crisis en Osetia del Sur, ocasionó el bombardeo ruso de esos aeropuertos e impidió el ataque de Israel.

Política de asesinatos del gobierno israelí
Si Israel posee una “Directiva Aníbal” y una “Opción Sansón”, ¿por qué no optaría por un plan de asesinatos selectivos?

La demostración de fuerza de Israel en el pasado y en el presente no se ha limitado solamente en destruir objetivos militares, se ha producido un sinnúmero sistemático de asesinatos selectivos de científicos, funcionarios, técnicos y personal de diversos proyectos de desarrollo nuclear, personal militar no ha sido la excepción del objetivo de esos asesinatos, sin contar con expertos extranjeros contratados lícitamente que fueron eliminados, sucumbieron a las bombas, misiles o balas de un pistolero del Mossad a lo largo de los años.

Es imposible describir todos esos crímenes de Israel, incluso porque algunos se mantuvieron en total reserva, pero el ensañamiento ha llegado al extremo de perpetrarlos cuando se efectivizaban negociaciones diplomáticas con otra u otras partes.

Israel al recurrir al asesinato refleja la demostración de poder e impunidad, ya que nadie va a sentarle en el banquillo de los acusados, al contrario, los medios masivos de embrutecimiento suelen aplaudir esos crímenes contra personas que tuvieron la particularidad de trabajar en el área de la investigación científica para el desarrollo nuclear o relacionado, acusándolos de “terroristas”.





¿Puede imaginarse, por ejemplo, que agentes del Mossad vayan a Europa y asesinen a técnicos de un laboratorio que experimenta con los usos de la energía atómica, cuando la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), los tratados y convenciones internacionales otorgan esa facultad a cualquier nación del mundo?; y, que, ¿Israel únicamente basado en un rumor de que esas investigaciones pueden derivar en proyectos de armas nucleares, decidan ejecutar a cualquier persona? Ningún científico del planeta podría sentirse tranquilo, ni siquiera los simples funcionarios y empleados administrativos de un laboratorio.

Tranquilos, esa política solo se aplica a los países que buscan nuevas alternativas para su desarrollo, así que, los investigadores europeos pueden dormir tranquilos, ningún pistolero a sueldo del Mossad va a interrumpir su sueño, a menos que sea un estudioso que simpatice con el "Eje del Mal" y corra la misma suerte de otros científicos, técnicos, ingenieros iraquíes, sirios, iraníes y de otras nacionalidades, inclusive europeos que en algún momento prestaron servicios en el Medio Oriente y sucumbieron en atentados con explosivos o tiroteados en la calle o en sus casas.


Asesinatos selectivos

El derecho a la legítima defensa, es una premisa dentro del derecho penal y es admitido en el campo del Derecho Internacional. En una guerra, la legítima defensa es superior a toda obligación en el campo de batalla, una persona no está obligada a poner en riesgo su vida para preservar la del enemigo, en ese sentido, está permitido hacer uso de la fuerza hasta estar seguro de que el objetivo ha sido eliminado y ya no representa una amenaza.

Un asesinato selectivo generalmente tiene implicaciones políticas. Dentro del marco de las Convenciones de Ginebra atacar a líderes políticos (no siempre) o jefes militares enemigos en un conflicto constituye un blanco militar válido. Por favor, tenga presente que la palabra clave es dentro de un conflicto, es decir, una guerra que se encuentra en curso. Un centro de mando es un objetivo militar válido.

Generalmente, en la mayoría de los casos se acepta que un jefe de Estado no es considerado un objetivo militar legítimo en una guerra. En tiempos de guerra los jefes de Estado están protegidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH) como figuras no combatientes, a pesar de que un jefe de Estado puede ostentar el papel de mando supremo de sus fuerzas militares. Según las circunstancias, eliminar a un jefe de Estado como objetivo militar puede tener consecuencias graves para la estabilidad política y la posibilidad de resolver un conflicto. El jefe de estado es apreciado por el Derecho Internacional como un símbolo de la nación, no como un combatiente activo, su neutralización no suele estar justificada a menos que esté directamente involucrado en las hostilidades en cuyo caso podría considerarse un objetivo militar legítimo, pero esto es poco común (sin duda hay casos notorios en la historia reciente).

Aunque la guerra constituye, en sí, la violación de todo derecho, se intenta regular normas y principios universales que precautelen la vida de las personas, es el denominado Derecho Internacional Humanitario (DIH) (Convenciones, Protocolos, Tratados sobre la guerra).

Matar dolosamente a otro constituye la forma más grave de conducta de la que puede ocuparse el derecho penal. De hecho, la propia posibilidad de que tal hecho sea justificado ha sido reducida drásticamente por la doctrina del derecho penal, cosa que suele ser ignorada en tiempos de guerra. En pocas palabras el asesinato selectivo en tiempos de paz o durante negociaciones es un crimen común que perturba la conciencia pública internacional.

Los asesinatos selectivos, dentro del marco del DIH, de uno o más combatientes enemigos está permitido en la medida que se cumple con ciertas reglas y principios: Se habla de la necesidad militar, humanidad, distinción y proporcionalidad; y, que los civiles quedan exentos de ser atacados directamente, salvo que “tomen parte directa en las hostilidades”.





Países como Israel y Estados Unidos suelen tratar de justificar los asesinatos selectivos de “terroristas” (pueden ser o no) sobre una base de reglas del Derecho Internacional Humanitario; o, sobre la base de la legítima defensa del estado. El tema es muy discutible, si se trata de auténtica legítima defensa del estado o de una reacción punitiva (bellum punitivum) que no cumple las reglas del debido proceso. En todo caso, como norma, el DIH no aplica a los actos de terrorismo cometidos en tiempos de paz; y, si los actos terroristas son cometidos durante conflictos armados pueden constituir violaciones graves del DIH si se dirigen contra civiles o bienes protegidos.

En el caso de asesinatos selectivos que ha perpetrado Israel el 13 de junio de 2023Estamos ante la ausencia de una guerra declarada, se perpetró en el marco de negociaciones diplomáticas sobre temas relevantes para evitar una guerra, se involucró y se asesinó alevosamente a civiles; es decir, acciones ilegales y desproporcionadas que en este caso involucran al DIH. Quienes ordenaron y participaron en la ejecución de esa ilegal serie de asesinatos selectivos son responsables individualmente y pueden ser juzgados por crímenes de guerra.

En conclusión: El DIH prevé los asesinatos selectivos únicamente en tiempos de guerra y los ataques solo pueden dirigirse contra objetivos militares legítimos y proporcionados a la ventaja militar esperada, evitando daños colaterales excesivos a civiles o bienes civiles.


¿Qué tan efectivos son los asesinatos selectivos de Israel?

Según Lucas Leiroz (Fundación de Cultura Estratégica), contrariamente al "mito de la ‘invencibilidad israelí', el asesinato selectivo fue desarrollada por Israel para tratar de desestabilizar psicológica e institucionalmente a sus enemigos, evitando enfrentamientos militares prolongados. Sin la capacidad de reposición continua de tropas y recursos y teniendo un territorio muy pequeño con objetivos muy expuestos, Israel teme una guerra a gran escala".

El asesinato selectivo pretende decapitar la influencia y poder de ciertos individuos sobre un estado. En teoría, hay quienes sostienen que Israel es incapaz de ir a una guerra total, por lo que conforme su doctrina seguirá organizando asesinatos selectivos cuantas veces lo crea conveniente y no dejará de hacerlo.


Benyamin Netanyahu ovacionado en el Congreso de los Estados Unidos (fotos de archivo)


Sin embargo, es válido preguntarnos, ¿se gana una guerra matando a una figura representativa? En ciertos casos de la historia las guerras solían decidirse con la muerte del rey en batalla, pero eso ya no funciona desde el siglo XX. Por ejemplo, ¿terminaría y ganaría Rusia la guerra matando a Zelensky en un ataque?, pregunta un artículo del sitio web Simplicius. Por supuesto que no. Por momentos parecemos olvidar que Israel hace lo que hace gracias al omnipotente poder militar y económico del sistema de hegemonía occidental que brinda a Israel iguales o mayores garantías que a los socios de la OTAN.


A manera de cronología, ejemplos de asesinatos selectivos ordenados por Israel

Ni por asomo los siguientes casos de asesinatos selectivos en los últimos años reflejan el número total de atentados que ha perpetrado Israel y/o Estados Unidos.

Durante la agresión israelí al Líbano en 2006, en que Hezbolá plantó cara a los tanques enemigos, Israel fingió que había decidido atacar porque Hezbolá había capturado varios soldados israelíes. La realidad era que lo hizo para detener las investigaciones de la policía y de la justicia libanesas sobre una extensa red israelí de espionaje y terrorismo en Líbano, investigaciones que podían llevar a una nueva lectura del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. (Thierry Meyssan).

El 11 de enero del 2012, el científico nuclear iraní y profesor universitario, Mustafá Ahmadi Roshan, muere al explotar una bomba adosada a su coche. Irán acusó directamente a los servicios secretos israelíes y estadounidenses, la Casa Blanca se apresuró a desmentirla mientras Israel optó por mantener el silencio.

En enero de 2014, una incursión aérea israelí bombardeó un centro de investigación al Noroeste de Damasco y en mayo de ese mismo año volvió a lanzar ataques cerca de Damasco. Se desconoce el número de víctimas.

En noviembre de 2014, se produce el asesinato de cinco ingenieros en energía nuclear (cuatro sirios y un iraní) en Damasco, desconocidos liquidaron a estas personas cuando se trasladaban en un autobús, laboraban en un centro científico de investigación. No fue el primer incidente dentro de territorio sirio, varias instalaciones que manejan las fuerzas armadas u otras instituciones de investigación científica (no necesariamente nucleares como suele afirmar Israel) fueron el blanco de agresiones.

El general Qasem Soleimani era percibido como "una amenaza existencial para Israel" y se ordenó una operación para asesinarlo, siendo los estadounidenses quienes efectuaron finalmente la operación en Bagdad el 3 de enero de 2020.


Qasam Solemani

No obstante, el principal problema es que "los asesinatos selectivos rara vez son efectivos contra grupos altamente ideológicos y países con estrategias de guerra bien definidas" como Irán. "La muerte de Soleimani no desmanteló el Eje, sino que unió aún más a las milicias en torno a Irán, incluidas las milicias suníes palestinas, que históricamente han sufrido una lucha por la influencia entre chiíes y wahabíes". Pero, las cosas cambiarían muy pronto.

Desde 2024, Israel emprendió quizá la mejor campaña de ejecuciones selectivas de su historia -la mayoría ilegítimas-, la de los comandantes y líderes políticos de Hezbolá y Hamás, en Líbano, Siria e Irán.

El comandante de Hezbolá Ali Muhammad al-Debs fue asesinado en un ataque aéreo israelí en Nabatieh - Líbano, el 16 de febrero de 2024. Israel afirma que al-Debs fue el cerebro detrás de un ataque en su territorio en marzo de 2023, así como de otras operaciones desde el comienzo de la guerra entre Hamás e Israel. Al-Debs era alto comandante de las Fuerzas Radwan, la unidad de élite de Hezbolá, su subcomandante, Hassan Ibrahim Issa murió en el mismo ataque.

El ataque aéreo y bombardeo del consulado iraní de Damasco del 1 de abril del 2024, en pleno conflicto con Hamás y Hezbolá, destruyó un edificio del consulado adyacente a la embajada iraní en Damasco. Aviones de combate F-35 dispararan seis misiles desde el territorio ocupado de los Altos del Golán contra el edificio consular iraní con el evidente propósito de asesinar a unos objetivos concretos. La incursión se saldó con la muerte del alto comandante de la Fuerza Quds (CGRI), general de brigada Mohammad Reza Zahedi y siete oficiales, además de otras personas.

Irán prometió venganza por el ataque. Si Irán seguía las leyes y costumbres internacionales sobre la guerra, podía haber declarado una legítima declaración de guerra. El ataque al consulado iraní -según el Derecho Internacional- fue un ataque contra territorio iraní. El 13 de abril de 2024, se llevó a cabo un tibio “ataque” de represalia contra Israel con el lanzamiento de cientos de misiles y drones dirigidos a las bases desde las que se lanzó el ataque al consulado.

El mensaje de Israel es lo importante, Tel Aviv deseaba agrandar las hostilidades, con o sin autorización de Estados Unidos, a sabiendas que de cualquier forma obtendrían no solo armas sino una participación directa de los estadounidenses en un conflicto que pretenda arrasar Irán, negándose a escuchar los "consejos" ante su genocida campaña contra los civiles palestinos.



Ismail Hannyeh y Yahya Sinwar, dos carismáticos líderes de Hamás, eliminados por Israel en 2024 (foto archivo)


El asesinato de Ismail Hannyeh (o Haniya), el líder de Hamás cercano a Irán y responsable de la paz entre los yihadistas palestinos y el gobierno sirio fue ejecutado el 31 de julio de 2024 en Teherán, donde asistía a la investidura del recién elegido presidente de Irán, Masoud Pezeshkian. Hay varias versiones sobre su muerte, una versión es que murió en un ataque aéreo israelí contra una casa oficial para huéspedes del gobierno iraní, otra versión asegura que fue una bomba introducida en la residencia. El sucesor de Hannyeh, Yahya Sinwar, máximo líder de Hamás, fue eliminado por un dron del ejército israelí el 16 de octubre de 2024 (aunque no está confirmado que fuera un asesinato selectivo). Otros tres comandantes militares de Hamás cayeron en los primeros meses de 2024.

Hasta esos momentos, los asesinatos selectivos no rindieron lo esperado, no funcionaron como arma decisiva, las organizaciones que conformaron la Resistencia tenían la capacidad política para minimizar a corto y mediano plazo el impacto generado por los asesinatos de sus líderes.

El acto que casi decapita y ha debilitado seriamente a la Resistencia fue el asesinato del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, el 27 de septiembre de 2024, en ese mismo incidente fue eliminado Ali Karaki, uno de los principales comandantes de Hezbolá. Este acto vino seguido del ajusticiamiento de varios líderes militares y políticos de la organización. El 8 de octubre, Hashem Safieddine, jefe del Consejo Ejecutivo, a quien consideraban el sucesor de Nasrallha fue eliminado. Netanyahu afirmó que los ataques aéreos israelíes habían matado a dos sucesores del líder asesinado de Hezbolá, en referencia a Safieddine y a un segundo personaje al que no identificó. Otros siete altos comandantes militares de Hezbolá murieron entre junio y septiembre de 2024 (casi todos en operaciones militares).

Con estos operativos Israel logró desestabilizar por primera vez al Eje de la Resistencia, aunque, en principio, Hezbolá no dio señales de haber sido afectado al combatir con firmeza y frenar las incursiones del ejército israelí en el sur del Líbano. A la larga, las consecuencias de las muertes en combate, los asesinatos selectivos, así como la merma de su material bélico,  hicieron mella en la organización, sin que hayan podido reponerse.

Israel planificó, conspiró y luego hizo detonar a distancia miles de dispositivos en el Líbano, literalmente voló las manos de cientos de libaneses, un astuto plan -que no deja de ser un ataque terrorista del Mossad-. Un proceso en secuencia que inició cegando las comunicaciones de la organización y poniendo fuera de combate a centenares de milicianos, acto seguido a mandos altos y medios por medio de buscapersonas y radios explosivos bombas trampa, ataques con misiles y culminó con otro ataque de decapitación contra los nuevos mandos superiores, así como ataques de precisión contra los depósitos de misiles de la organización.

Interrumpida la cadena de mando y las operaciones de Hezbolá, el líder de Hezbolá quedó expuesto, Hassan Nasrallha fue llevado al sacrificio mediante un brutal bombardeo que uso cientos de toneladas de explosivos sobre el bunker donde permanecía. Los ataques selectivos israelíes continuaron con la eliminación de otros jefes militares de Hezbolá. 

Hoy, en teoría, el mando militar de la organización ha quedado decapitado. La Resistencia debilitada, sin recursos, con Irán luchando por su supervivencia, podrá sostenerse como una guerrilla que si bien puede tocar las entrañas del enemigo no está ya en capacidad de desestabilizarla como estado.


                    El Sayyed Hassan Nasrallha

La insidia con que actúa Israel fue desvelada. Netanyahu ordenó el ataque contra Nasrallha poco antes de intervenir en la Asamblea General de las Naciones Unidas, una evidente distracción para asesinarlo. Fue conducido a una trampa, Hassan Nasrallah fue asesinado en un ataque que destruyó cuadras enteras a su alrededor. Un acto traicionero, el líder de Hezbolá confiaba en una tregua para negociaciones tras haber aceptado el plan franco-estadounidense de alto el fuego por 21 días y lo transmitió a Washington y París a través del gobierno libanés, pero no tuvo tiempo de hacer pública su aceptación, porque lo eliminaron inmediatamente. "Hassan Nasrallah fue con el enviado iraní, Abbas Nilforoushan, a la sede de Hezbolá en Haret Hreik (sur de Beirut) para reunirse con 22 comandantes, incluido Ali Karaki. Un “topo iraní” (o un topo en Irán) notificó entonces al Mossad. Benjamín Netanyahu dio instrucciones de matarlo y lanzar la operación “Nuevo Orden Regional” desde su habitación de hotel en Nueva York. Interrumpió su estancia en Estados Unidos y regresó a Israel. El Sayyed murió fuera de la presencia de los comandantes, con sus guardaespaldas, impresionados por la explosión" (Red Voltaire, 4 octubre 2024).

Tras esta serie de acontecimientos, sin un mando claro, sin capacidad de respuesta y comunicaciones comprometidas, nuevos bombardeos destruyeron parte del arsenal e infraestructura bélica de Hezbolá. No queda duda que hubo infiltración de los servicios de inteligencia israelíes en la cúpula de la resistencia libanesa, o a través de un topo iraní o uno en Irán, o todas las posibilidades juntas. Israel continuó con la cacería de casi todo el liderazgo de Hezbolá que incluyó la liquidación del sucesor del sucesor de Hassan Nasrallah.

Irán guardó silencio, muchos medios hablaron de la participación y/o colaboración de algunos topos iraníes. El asesinato de Qasem Soleimani, tiene indicios de haber sido realizado con el visto bueno de alguien en Irán, -tras bastidores las agencias de inteligencia manejan esa hipótesis-. El martirio del líder de Hezbolá también tiene ese componente. Solo tenemos hipótesis y especulaciones, se habla de un general iraní que desapareció de las esferas del poder y de toda noticia relacionada con él, jamás se ha vuelto a saber nada, salvo por su aparición vestido de civil el 24 de junio de 2025, nos referimos al general Esmail Qaani, entonces jefe de la Fuerza Quds del CGRI (Guardianes de la Revolución), de quien se afirmó se encontraba bajo custodia e interrogatorio por importantes violaciones de seguridad en las investigaciones iraníes sobre el asesinato de Nasrallah, fuentes aseguraron que Qaani es el principal sospechoso de ser el topo de los israelíes (no hay nada oficial, pocos medios tomaron nota de esta versión).

No sería nada raro que sea verdad, Thierry Meyssan, describe como, desde 2011, el jefe del contraespionaje iraní responsable de luchar contra la infiltración del Mossad era... un agente israelí. "Permaneció en el cargo hasta 2021 y ahora vive en Israel. Se rodeó de un equipo de unas veinte personas que huyeron con él a Israel. Ellos son quienes organizaron los asesinatos de científicos nucleares y el robo de archivos expuestos por Benjamín Netanyahu".

Los pro-estadounidenses son una fuerza poderosa en Teherán, "una pequeña minoría iraní es favorable a Occidente e Israel. No es imposible pronunciar un discurso antiisraelí mientras se hacen negocios con Tel Aviv". Meyssan nos recuerda que Irán e Israel operan conjuntamente el oleoducto Eilat-Ashkelon, a través de una empresa propiedad mitad de Israel y la otra mitad de Irán. “Cualquier publicación sobre los propietarios de este oleoducto se castiga con 15 años de prisión en Israel", no siendo nada extraño que fueran funcionarios iraníes quienes traicionaran a Hassan Nasrallah y que hayan urdido un cambio de régimen tras los últimos ataques israelíes.


Ex presidentes de Irán, de izquierda a derecha: Ebrahim Raisi (2021-2024); Hassan Rohani (2013-2021); y, Akbar Hashemí Rafsanyaní​ (1989-1997)



Eso no es todo, ¿quién tiene presente el extraño accidente de helicóptero que resultó en la muerte del presidente iraní Ebrahim Raisi en mayo de 2024? él apoyaba activamente al Eje de la Resistencia. ¿Quién recuerda el caso Irán-Contras? El entonces diputado Hassan Rohani, conocido por la inteligencia estadounidense desde los tiempos del Sha, estableció contacto con el entonces presidente del parlamento iraní, Hashemí Rafsanyaní. Hassan Rohani, luego presidente de Irán, 2013 a 2021 y el hoy fallecido Hashemí Rafsanyaní, presidente de Irán de 1989 a 1997, colaboraron con el equipo de los estadounidenses Oliver North y Elliott Abrams. El pro-estadounidense ex presidente iraní Rafsanyaní llegó a ser el hombre más rico de su país gracias al tráfico de armas organizado con Elliott Abrams. Posteriormente, Rafsanyaní envió soldados iraníes a luchar bajo las órdenes de la OTAN en Bosnia-Herzegovina y participó en la revolución de color orquestada para derrocar a su sucesor, el presidente Mahmud Ahmadineyad. (Thierry Meyssan)

Según el filósofo ruso Alexander Dugin, Israel actúa con una determinación radical para destruir despiadadamente a sus enemigos, juega por adelantado, provocó a Hamás para que atacara, eso no trajo ningún fruto a la Resistencia, Israel logró destruir el liderazgo de las fuerzas antagónicas en el Medio Oriente y llevar a cabo fácilmente un genocidio a gran escala de los palestinos en Gaza. Dice Dugin: "A Irán le pasa lo mismo. Este es un camino a ninguna parte. Gaza ha desaparecido. El liderazgo de Hamás se ha ido. Ahora el liderazgo de Hezbolá se ha ido. Y el presidente iraní Raisi se ha ido. Y su localizador se ha ido… en las guerras modernas, el tiempo, la velocidad y la dromocracia lo deciden todo. Los sionistas actúan con rapidez, adelantándose a la curva. Audazmente. Y ganan”.

No hay milagros, ni bendiciones divinas de por medio, se trata de capacidades operativas, aún más, Israel aprovecha de sus vecinos la desventaja histórica que Occidente trabajó desde siempre para mantener dividido y empobrecido al mundo árabe, a los persas (Irán), a Turquía, etc., ya que pueden "sobornar a las personas necesarias para que se conviertan en agentes renegados. Israel está lleno de interminables miles de millones de dólares en efectivo de los contribuyentes de las naciones más ricas del mundo, que se utilizan para sobornar a los desesperados y necesitados en estos países para proporcionar inteligencia, que es probablemente la forma en que se obtuvieron las ubicaciones de Nasrallha, Haniyeh, etc.", deduce un artículo de Simplicius.


Llega el turno de Irán, 13 junio 2025

Al día siguiente de la publicación de los primeros documentos nucleares israelíes obtenidos por Irán, Israel inició su agresión contra la República Islámica. El guión de la agresión israelí es exactamente al mismo modus operandi que se vivió en el Líbano en 2006. No se respetó el Derecho Internacional, el 15 de junio de 2025 en Omán debían reunirse para una nueva ronda de negociaciones las misiones diplomáticas de Irán y Estados Unidos. A traición, en un momento en que no había declaración de guerra, en tiempos de paz, como refiere el Derecho Internacional, Israel reinició su campaña de asesinatos selectivos. (Desde abril, ambos países habían participado en cinco rondas de negociaciones mediadas por Omán con el objetivo de reactivar el acuerdo nuclear de 2015, la última ronda tuvo lugar en Roma el 23 de mayo, se habló de "algunos avances" aun cuando Trump declaró que los resultados de la próxima reunión determinarán si puede evitarse una acción militar, al tiempo que acusó a Irán de obstaculizar el diálogo).





Irán ha tenido que negociar por décadas bajo intimidación aun sabiendo que Israel no quiere nada de paz mientras se mantenga el gobierno de los ayatolás en Teherán, su expectativa ha sido una, cómo destruir Irán si no “negocia” las imposiciones preparadas (léase si no se rinde). Trump promete volver atacar las instalaciones nucleares iraníes. Basta recordar las palabras de Marco Rubio, secretario de estado, sobre el ataque traicionero de Israel y el asesinato del alto mando militar iraní y varios científicos: "Deberían haberme escuchado, les di un aviso de 60 días, Hoy es el día 61, pero todos con los que yo trataba están muertos".

Es verdad que Israel desmanteló la cúpula militar (que incluyen a comandantes de la Fuerza Aeroespacial) y científica iraní en una noche de intensos bombardeos y plantas de enriquecimiento de uranio fueron alcanzadas en los ataques. Pese a todo, el plan israelí de bombardeo y asesinato fracasó.

No nos extenderemos en detalles sobre los asesinatos selectivos, las explicaciones anteriores confirman que se trata de crímenes comunes. El 13 de junio de 2025 más de una veintena de altos cargos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y otros altos mandos figuraban entre las víctimas selectivas de los ataques de Israel. También se produjo la muerte de numerosos civiles y científicos del programa nuclear iraní, Fereydoun Abbasi encabeza la lista de importantes científicos nucleares asesinados, alrededor de catorce. Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán había acusado a la OIEA de actuar con "hostilidad premeditada" y mostrar un "sesgo hacia la agenda occidental".

Un importante diplomático, Ali Shamkhani, muy conocido en los círculos de política exterior de Washington y Europa, colaborador de Jamenei, representó a Teherán en las conversaciones que sellaron un acuerdo histórico para restablecer las relaciones diplomáticas con Arabia Saudita, brindaba asesoramiento cuando Irán reanudó las conversaciones nucleares con la administración de Trump, fue uno de los blancos selectivos del ataque israelí.


Epílogo

El “final” de las hostilidades entre Israel - Irán no se percibe, por el momento han quedado suspendidas, volverá a desatarse en algún otro momento. No queremos hablar de ganadores ni perdedores porque esto no termina aquí. No fueron destruidas las instalaciones nucleares, no se dio el cambio de régimen anhelado por Israel, Israel está inconforme con las acciones militares de Estados Unidos (mejor dicho con lo ordenado por Trump); y, por otro lado, Irán persiste en su derecho, conforme el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y como miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), al igual que cualquier estado, a manejar tecnología nuclear con fines pacíficos. Las persistentes acciones en su contra pueden provocar el efecto contrario, que Irán, por su cuenta, o a través de un tercer estado se provea de un arma nuclear disuasoria.

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Referencias y consultas en este blog

Irán, energía nuclear o bomba atómica? (Esta serie consta de seis artículos)

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