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11 julio 2022

Crímenes saudíes: La masacre de peregrinos yemeníes en 1923



por Naseh Shaker 

Al Mayadeen English

Título original: The forgotten massacre of Yemeni pilgrims in Tanomah, Sadwan of Saudi Arabia (La olvidada masacre de peregrinos yemeníes en Tanomah y Sadwan de Arabia Saudí)


Nota de introducción por el editor del blog

Durante la peregrinación a La Meca (El Hajj), uno de los Cinco Pilares del Islam, en 1923, se produjo una de las tantas atrocidades del reino de los Saud contra la nación yemení. Esos hechos no han variado en el último siglo. La posición de los Saud, propietarios de un reino conocido como La Arabia de los Saud (Arabia Saudí) es la del mero vasallo complaciente ante el Imperio Británico y ahora también de Estados Unidos.

En el presente los crímenes saudíes en Yemen persisten en una brutal guerra de ocupación, todo patrocinado por Occidente, nadie escucha fuera de unas escuetas notas de prensa sobre la invasión saudí. Esa agresión internacional comandada por la Arabia de los Saud tiene el respaldo cómplice de Occidente -EEUU y OTAN- es por eso que no nos enteramos de los crímenes cometidos contra civiles yemeníes. Al proporcionar armas y equipo militares, Occidente participa en el asesinato de yemeníes inocentes. Y, gracias al "humanismo" y deseo de sembrar "democracia" en el asolado Yemen, ha costado hasta el momento más de 380 mil personas fallecidas y millares de refugiados. 

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCAH), "más de 19 millones de personas pasan hambre, incluidas más de 160.000 al borde de la hambruna", el organismo mundial ve como los recortes de fondos obstaculizan la ayuda a las personas necesitadas. A esto debemos agregar que la agresión saudí a Yemen ha entrado en su octavo año y "una madre y seis bebés yemeníes mueren cada dos horas y dos tercios de la población está privada de atención médica básica, alrededor del 66 % de los 30,5 millones de habitantes de Yemen", conforme un  informe presentado la semana pasada por  Basheer Omar, funcionario del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), quien termina haciendo un llamado a la comunidad internacional para que no deje al pueblo yemení “solo frente a su destino”. 

No se trata  solo de números o estadísticas, el asunto es un verdadero genocidio silencioso: "Bloqueo económico, infraestructura demolida y millones de personas en riesgo de morir de hambre. La coalición liderada por Arabia Saudita continúa realizando incursiones y bombardeos en provincias yemeníes mientras el país enfrenta la peor crisis humanitaria del mundo". Todo a pesar de una tregua pactada, violada cientos de veces por las huestes saudíes y fuerzas extranjeras contratadas (mercenarios).



¿Alguien tiene la desvergüenza de respaldar este crimen contra la humanidad? No hay derecho a insultar al movimiento de resistencia yemení, los hutis, que han puesto en jaque a la coalición militar internacional invasora liderada por Arabia Saudí, que incluye: Emiratos Árabes Unidos (EAU), Sudán, Bahréin, Kuwait, Qatar, Egipto, Marruecos, Jordania y Senegal.

Pero, hoy no trataremos la presente guerra de exterminio contra Yemen. Recordaremos otro hecho histórico, uno más, de la barbarie de los Saud para complacer a sus titiriteros, ya que sin el favor de EEUU y el Imperio Británico la Arabia de los Saud no existiría, al menos con ese nombre y propietarios.

T. Andino


Entrevista 

de Naseh Shaker, periodista yemení (de Al Mayadeen)

al profesor y escritor Hamoud Al-Ahnoumi.


Esta vieja imagen muestra la Ka'bah y el santuario de La Meca durante la peregrinación (Hajj) (Fotografía HA Mirza & SonsBritish Library)


Hace 99 años, las bandas de Abdulaziz Ibn Saud cometieron una masacre contra los peregrinos yemeníes en Tanomah y Sadwan, en la región de Asir de Arabia Saudí, cuando se dirigían a realizar la peregrinación. Hasta hoy no se ha hecho justicia.


En 1923, bandas pertenecientes al fundador de Arabia Saudí, Abdul Aziz Ibn Saud, mataron a tiros a más de tres mil peregrinos yemeníes que se dirigían a La Meca para realizar el Hajj anual.

Cuando llegaron a Tanomah y Sadwan, en el sur de Arabia Saudí, las bandas llamadas Al-Ghatghat comenzaron a disparar a los peregrinos, matando a 3.105 pacíficos peregrinos, según el profesor Hamoud Al-Ahnoumi, autor del libro titulado "La gran masacre de peregrinos... La masacre de peregrinos yemeníes en Tanomah y Sadwan por las bandas de Ibn Saud en 1923".


Hablando de lo que empujó a Ibn Saud a cometer este crimen, Ahnoumi dijo que esta masacre fue una "prueba de aceptación" británica para que fuera su hombre en la región

 



"Gran Bretaña estaba preparando a Ibn Saud para ser su primer hombre y principal agente en la región, que pondría en marcha su proyecto disruptivo y diferenciador, pero quería que realizara una prueba de aceptación que le calificara para ser su hombre que pudiera llevar a cabo cualquier cosa fea que le pidiera", dijo Ahnoumi.

Al-Ahnoumi dijo a Al Mayadeen, citando el manuscrito de Yahya bin Ali Al-Dhari archivado en la Gran Mezquita de Sanaa, que uno de los eruditos, Ahmed Al-Washli que llegó de La Meca, dijo: "el número de supervivientes fue de unas 500 personas, de las cuales 150 continuaron su camino hacia el Hajj".

Añadió que, debido a que los yemeníes no permitieron que Ibn Saud controlara las Dos Mezquitas Sagradas con el apoyo del Reino Unido, éstos cometieron la masacre de Tanomah y Sadwan para impedir que los yemeníes defendieran los dos lugares sagrados, subrayando que "la masacre de Tanomah tuvo lugar en 1923 y el asalto a las Dos Mezquitas Sagradas por Ibn Saud con el apoyo británico tuvo lugar en 1924".

Según Ahnoumi, la guerra entre Yemen y Arabia Saudí estalló en 1934 y terminó con el Tratado de Taif, siendo esta masacre una de las causas de la guerra.

A continuación, el texto íntegro de la entrevista de Al Mayadeen con el profesor Hamoud Al-Ahnoumi.


➤ ¿Fue la reacción de Ibn Saud a la masacre de los peregrinos yemeníes similar a la reacción de Mohammed bin Salman al asesinato de Jamal Khashoggi?


El enfoque sangriento sobre el que se fundó el dominio saudí con el apoyo colonial desde el llamado primer estado saudí es un enfoque continuo, y lo que hoy llamamos el horrible y horrendo comportamiento del ISIS hacia los opositores es el comportamiento que la familia Saud y su autoridad han adoptado desde el primer día.

Cuando los soldados de la familia Saud dispararon y mataron a esos peregrinos (yemeníes) en una emboscada mientras estaban a salvo, y luego los masacraron con espadas y cuchillos y separaron sus cabezas de sus cuerpos, como lo prueban los numerosos documentos que hemos recibido, e incidentes similares ocurrieron antes y después de eso como cuando el régimen saudí mata a Khashoggi, que vivió su vida como propagandista del régimen saudí, pero cuando empezó a dirigirles algunos de sus consejos, lo desmembraron, lo que pone de relieve que el sangriento enfoque saudí no ha cambiado y que es un comportamiento arraigado genéticamente en esta sangrienta entidad con función colonial.


➤ ¿Cómo pudo Ibn Saud encubrir este crimen y enterrarlo, y cuál fue la posición de Estados Unidos y Gran Bretaña respecto a esta masacre?


Ibn Saud fue capaz de encubrir y enterrar la masacre a través de cuatro cosas: 

1. Invirtiendo mucho dinero proveniente del petróleo para limpiar la suciedad y la inmundicia del régimen, creando un ambiente local, regional y global que solo muestra las ventajas, muchas de ellas exageradas, y trabaja para enterrar todos los crímenes cometidos y que han sido perpetrados por la entidad saudí.

2. Los gobernantes de la familia Saud dirigieron sus universidades y centros para celebrar conferencias y simposios internacionales donde se suele convocar a muchos investigadores y académicos, y se les otorga mucho dinero, con tal de que escriban extensas alabanzas y favores a los gobernantes de la familia Saud y entierren todos sus defectos, lo que produjo muchos ejércitos de escribas, investigadores, centros y universidades con la misión de adular a la familia Saud, y esto es bien conocido en los círculos académicos.

3. Castigaron a todos los que escribieron sobre la verdad, y los privaron de su riqueza. Es más, incluso castigaban a los que decían la verdad privándoles del Hajj y la Umrah durante toda su vida, como le ocurrió al profesor de historia moderna y contemporánea, el profesor Sayed Mustafa Salem, que Dios se apiade de él, a quien los saudíes miraban con desprecio, a pesar de que intentaba ser justo y objetivo. Sin embargo, los saudíes no lo aceptaron a menos que formara parte del rebaño, de lo contrario, no debería entrar en Arabia Saudí para el Hajj y la Umrah.

4. Cuando la familia Saud tomó el control de las decisiones soberanas, políticas, educativas y culturales en Yemen, y encuadró a los gobernantes de Yemen dentro del Comité Especial Saudí, y pagó sus salarios, se ejerció una gran presión constante sobre todos los escritos, periódicos, revistas y universidades que pudieran producir algo de la verdad. 

Hay muchos escritores que se deshicieron de artículos, que exponían al régimen saudí y sus crímenes, fueron borrados o se prohibió su publicación. Muchas personalidades yemeníes que se resistieron a la política de sometimiento saudí fueron objeto de asesinatos, creándoles problemas y combatiéndoles en sus trabajos y negocios.

Aquí presento el final del Dr. Abdul Rahman Al-Wajeeh, que escribió en sus tesis académicas sobre Asir y el conflicto yemení-saudí, y cuando regresó a Yemen se le impidió obtener una plaza de profesor en la Universidad de Sana'a. Cuando el tribunal dictaminó que debía tener la plaza, murió en circunstancias misteriosas junto con los miembros de su familia en un misterioso accidente de tráfico.


Abdullah bin Abdulaziz Al Saud, fundador de Arabia Saudí en una fotografía del 14 de febrero de 1945 junto al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt

En cuanto a la posición estadounidense, no la vimos en su momento, ya que su estrella no brilló hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a la posición británica, ciertamente contempló la masacre con satisfacción y vio que había logrado sus objetivos coloniales. Dos documentos británicos sobre la masacre, enviados por uno de sus funcionarios, en los que el Reino Unido reducía el número de peregrinos asesinados por los que el denominaba "wahabíes de línea dura". Pero hacer la vista gorda ante este horrible crimen y no comentarlo políticamente indica la responsabilidad de la masacre.


➤ ¿Qué impulsó a Ibn Saud a cometer esta masacre contra peregrinos pacíficos, con una fealdad sin parangón? 


El gobierno yemení de aquella época se resistía a Gran Bretaña, y el imán Yahya Hamid al-Din se negó a participar en la Primera Guerra Mundial con Gran Bretaña contra Turquía, aunque fue él quien dirigió la revolución yemení contra la ocupación turca, porque vio que no es permisible apoyar a un estado colonial infiel contra un estado islámico, se abstuvo de participar, a diferencia de Ibn Saud y el Sharif de La Meca. Luego, Gran Bretaña trató de castigar a Yemen ocupando Hodeidah desde 1918 hasta 1921, y luego entregándola a su cliente Mohammed al-Idrisi.

De vez en cuando, el imán Yahya trató de restaurar las zonas ocupadas en el sur de Yemen, y solía hacer declaraciones inquietantes contra Gran Bretaña a este respecto. Al mismo tiempo, Ibn Saud estaba ocupando partes de Asir de Yemen, y el Imam le pedía que lo evacuara por ser una tierra yemení. 

En ese momento, Gran Bretaña estaba preparando a Ibn Saud para que fuera su primer hombre y su principal agente en la región, que pondría en práctica su proyecto perturbador y diferenciador, pero quería que realizara una prueba de aceptación que lo calificara como su hombre capaz de llevar a cabo cualquier cosa fea que le pidiera.


Dado que los yemeníes están profunda e históricamente vinculados a las Dos Mezquitas Sagradas, Gran Bretaña e Ibn Saud querían suprimir cualquier tendencia de los yemeníes a apoyar las Dos Mezquitas Sagradas cuando los británicos y los saudíes llevaran a cabo su plan de apoderarse de las Dos Mezquitas Sagradas para su nuevo y principal agente Ibn Saud.


Esto es lo que realmente sucedió, ya que la masacre de Tanomah tuvo lugar en 1923, y el asalto a las Dos Mezquitas Sagradas por Ibn Saud con el apoyo británico tuvo lugar en 1924, después de que lograron enviar un mensaje salvaje y aterrador a todos los yemeníes que se alejaran de las Dos Mezquitas Sagradas porque vendrían a masacrarlos, de esa manera mataron a los peregrinos.

Por lo tanto, Gran Bretaña ordenó a Ibn Saud que llevara a cabo este crimen, pero a manos de un grupo militar ideológico y wahabí llamado Al-Ghatghat, que veía en los musulmanes en general como politeístas e infieles que debían ser asesinados y su dinero saqueado, mientras veían tales actos atroces como una recompensa que puede acercarlos a Dios.


➤ ¿Cómo reaccionó el imán de Yemen ante esta masacre?


Desgraciadamente, el plan de Gran Bretaña e Ibn Saud era cometer la masacre y culpar a un tercero, al que el gobierno yemení no podía llegar. Tan pronto como se produjo el crimen, Ibn Saud envió una carta desmintiendo el crimen y diciendo que no tenía nada que ver con él. 

El imán le pidió a Ibn Saud que condenara a los asesinos según el juicio de Dios, considerando que se encontraban entre sus soldados que estaban bajo su mando, y el imán esperaba que se tomara retribución de ellos, pero Ibn Saud, siendo el que ordenó la masacre, eludió al principio y prometió que el asunto se resolvería.

El imán en ese momento estaba sufriendo algunas rebeliones internas, y estaba ocupado construyendo su nuevo estado, pero tan pronto como la posición militar y económica de Ibn Saud se hizo fuerte, se volvió abiertamente contra el imán y comenzó a dirigirse a él irrespetuosamente en su correspondencia.

Y a pesar de que el gobierno del imán seguía planteando el agravio de los mártires de Tanomah en reuniones bilaterales, conferencias árabes y mediaciones, Ibn Saud acabó repudiando el crimen por completo, y se negó a tratar el expediente, y rechazó el reembolso a las familias de las víctimas; porque era de la opinión de que esto constituiría una admisión del crimen, y le quitaría los beneficios políticos y morales que había obtenido con él.

Luego estalló la guerra (entre Yemen y Arabia Saudí) en 1934, que terminó con el Tratado de Taif, y una de las causas de la guerra fue esta masacre.


Viñeta de la agencia de noticias de Yemen, SABA


➤ El viajero e historiador sirio Nazih Moayad Alazem, que visitó Yemen en 1927, mencionó en su libro "Journey in Arabia Felix" que el número de mártires de esta masacre fue de entre 5 mil y 6 mil. ¿Cuál fue el número exacto de mártires y cómo lo investigó?


Debido a la falta de estadísticas precisas sobre los peregrinos de aquella época, los historiadores emitieron múltiples versiones sobre su número, pero la cifra que se estableció en las partes yemení y saudí de la época a través de su correspondencia y documentos decía que eran más de tres mil mártires, y hemos recibido estadísticas precisas transmitidas por Yahya bin Ali Al-Dhari en un manuscrito de la Gran Mezquita (de Sanaa), que uno de los eruditos, Ahmed Al-Washli, llegó desde La Meca, y afirmó que los peregrinos eran 3.105.


➤ Alazem mencionó en su libro que los que sobrevivieron a la masacre fueron entre siete y cinco... ¿Hasta qué punto es exacto, y conoció a los supervivientes o se reunió con sus hijos o familiares?


En el citado manuscrito se menciona que el número de supervivientes fue de unas 500 personas, de las cuales 150 siguieron su camino hacia el Hayy tras huir a Tihama de Asir, y cabalgaron hasta Yeddah, lo cual es un número muy razonable, con la evidencia de que pudimos obtener los nombres de docenas de estos supervivientes a través de sus hijos y nietos.

No conocimos a ninguno de los supervivientes, pero hemos entrevistado a docenas de sus hijos y nietos, y hemos documentado sus noticias en mi libro "La gran masacre de los peregrinos", y se sigue trabajando para documentar el mayor número posible de mártires y supervivientes.


➤ Después de 99 años de la masacre... ¿Qué se puede hacer para que la comunidad internacional se mueva para reconocer este crimen y garantizar que Arabia Saudí no quede impune?


Todo el mundo admite que más de tres mil mártires de los peregrinos yemeníes fueron asesinados por una formación militar ideológica saudí, bajo las órdenes de Ibn Saud, por lo que el régimen saudí es el primer responsable penal, político, moral y ético de esta masacre, que los juristas califican de crimen contra la humanidad.

Tuvo lugar en el contexto de la seguridad y la paz, no a la sombra de la guerra, y este tipo de crimen es un delito imprescriptible, ya que existe la posibilidad, según los expertos legales, de presentar demandas contra el régimen saudí ante los tribunales internacionales, y esto necesita el apoyo del Estado, los abogados y las organizaciones de derechos humanos, con el apoyo de las familias de las víctimas.

También pido que se emita una ley que regule la presentación de demandas ante los tribunales yemeníes, que se establezca un tribunal especial para este delito y que se emitan sentencias en él, y pronto llegará el día en que los yemeníes impongan al régimen saudí la aplicación de estas disposiciones.

En definitiva, los yemeníes están legitimados por el Corán para remediar y tomar la justicia en sus manos para sus víctimas. El Todopoderoso dijo {Y si alguien es asesinado injustamente, hemos dado a su heredero autoridad (para exigir)} y ésta es la legitimidad más fuerte en la que se puede confiar.


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Fuente Original en inglés

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23 noviembre 2020

Los orígenes sionistas de Arabia Saudí y la Familia Real



 

Nota previa del editor del blog

Bajo otros tópicos, el tema ya ha sido analizado en la serie de artículos denominados "Un cuento de príncipes y otros bandidos" dedicados a la familia de los Saud y el Reino que lleva su nombre. No obstante el siguiente análisis histórico tiene una gran particularidad, un riguroso pero concreto estudio de esa dinastia bajo los patrocinios de la mayor potencia colonial de la época, el Imperio Británico, lo que nos llevará a los orígenes del estado israelí. 

Por sobre todo, este artículo está relatado por un árabe muy apegado a esas las primarias fuentes historiográficas. El uso correcto de la documentación, sin apasionamiento político (mucho menos religioso) es algo que caracteriza el ensayo de Rez Karim, publicado originalmente en dos partes en el sitio web (en inglés) Vital Columns & Analysis that Matter, del cual es su editor jefe.

He tomado nota de los comentarios de la publicación original en inglés, no es nada difícil imaginar a los políticos del siglo XIX (generalmente británicos) "tipos blancos gordos en una sala de juntas de Londres divirtiéndose sobre un mapa, creando zonas fronterizas conflictivas con objetivos nefastos" en la península arábiga, "es solo que a nosotros, la gente del mundo, se nos ha ocultado todo esto". En esencia "el Hijaz que incluye los lugares sagrados de La Meca y Medina son técnicamente territorios tan ocupados como Palestina. Ocupados por agentes del sionismo, a saber, los saudíes. Todo musulmán debería saber esto". Y por sionistas no nos referimos exclusivamente a los israelíes sino a los cristianos europeos que han patrocinado estas aberraciones.

Curiosamente son los cristianos de Occidente quienes más utilizan los textos sagrados del judaísmo para ensalzar las "virtudes" de la mentira y engaño, naturalmente tergiversando el mensaje real. No es raro escuchar que muchos citan: "Con el engaño triunfarás / ganarás", y lo aplican verdaderamente... en la política. Aunque el mejor consejo para el lector sin prejuicios sería leer los dichos del sabio Salomón.

En fin, demos paso a las reflexiones de Rez Karim.

 

***

Los orígenes de la Arabia de los Saud 



Reconociendo la naturaleza polémica del tema, este artículo se basa solo en tratados oficiales, pactos y pruebas de fuentes primarias para compilar un relato históricamente preciso de la fundación de Arabia Saudita y la familia Al Saud convertida en 'Realeza'.


Al crecer como musulmán en un país de mayoría musulmana, pasé la mayoría de los viernes por la tarde en una mezquita, asistiendo a la oración de Jummah. La primera parte de una oración Jummah pide al Imam que realice una Khutbah, una especie de sermón semanal. Fue en una de esas Khutbahs donde, cuando era muy joven, aprendí sobre la difícil situación de los palestinos por primera vez.

De hecho, es una práctica común entre los imanes de todo el mundo plantear el tema palestino en las mezquitas, especialmente durante los sermones de los viernes, y orar por el pueblo palestino. En esas oraciones y discusiones, el nombre de Israel surge inevitablemente. De hecho, la opresión de Israel a los palestinos no tiene ambigüedad en el pensamiento islámico. Y la condenación de Israel, por lo tanto, es algo natural para los musulmanes de todo el mundo.

Sin embargo, lo que escapa a la conciencia en casi todos los musulmanes es la conexión entre Israel y Arabia Saudita. Mientras castigan celosamente a Israel por sus atrocidades, los musulmanes a menudo veneran a Arabia Saudita como la custodia de los lugares más sagrados del Islam; ignorando por completo el papel del Reino en la fundación del estado sionista en primer lugar.

A pesar de la existencia de un sesgo profundamente arraigado contra Israel entre los musulmanes, es importante reconocer que la falta de críticas al Reino de Arabia Saudita, junto con Israel, no proviene de un sesgo. De hecho, esta ausencia no tiene sus raíces en el sesgo, sino en una completa falta de conocimiento. Conocimiento entre la generación actual de musulmanes, así como entre la población mundial, sobre cómo Arabia Saudita y su rey fundador, Abdel Aziz Ibn Saud, desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento del estado sionista de Israel.


Abdulaziz ibn Abdul Rahman ibn Faisal ibn Turki ibn Abdullah ibn Muhammad Al Saud, nombre completo del fundador de Arabia Saudí. La palabra "ibn" también se traduce como "bin" que significa "hijo de". Para evitarse confusiones es simplemente conocido como Abdulaziz bin Saúd o Ibn Saúd

Baste decir que esta ignorancia sobre uno de los períodos más críticos de la historia mundial parece todo menos normal. Sorprendentemente, el mundo, especialmente el mundo musulmán, se había mantenido en la oscuridad sobre este capítulo trascendental de la historia de Oriente Medio. La propaganda y las omisiones corren desenfrenadas dentro de los relatos históricos de este período. Fuentes oficiales sauditas como el sitio web House of Saud, por ejemplo, evitan cualquier mención de la participación británica en la fundación del Reino de Arabia Saudí. Aunque esta omisión parece predecible para muchos, vale la pena señalar que incluso los principales medios de comunicación como la BBC, e historiadores prominentes como el profesor Eugene Rogan, etc., retratan habitualmente a Ibn Saud como alguien que actuó de forma independiente durante la Primera Guerra Mundial, y no como un instrumento para los británicos. 

Por lo tanto, reconociendo la naturaleza contenciosa del tema, y ​​para evitar convertirse en otra 'perspectiva' más sobre el tema, este artículo se basa solo en evidencia de fuentes primarias y los siguientes cuatro tratados y declaraciones oficiales para compilar un relato históricamente preciso de los eventos:


- La correspondencia McMahon-Hussain 

- El Tratado de Darin

- El Acuerdo Sykes-Picot 

- La Declaración Balfour 


1. La correspondencia McMahon-Hussain


El Alto Comisionado Británico en el Cairo, Henry McMahon y el Sharif (o jerife) de Hijaz, Hussain bin Ali. las cartas que intercambiaron entre julio 1915 y enero 1916 forman lo que se denomina la correspondencia McMahon-Hussain (10 cartas). Su objetivo era preparar la rebelión árabe contra el Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial a cambio del reconocimiento de un estado árabe en la región.

Para comprender adecuadamente los eventos que llevaron a la creación de Israel y Arabia Saudita, debemos viajar al Medio Oriente de principios del siglo XX. Al estallar la Primera Guerra Mundial en la región, Sir Henry McMahon, entonces Alto Comisionado británico en Egipto, ofreció a Hussain bin Ali, Sharif de Hijaz (o gobernante del Hijaz, la región árabe occidental en la que se encuentran La Meca y Medina), un árabe independiente, declarar su ayuda a los británicos para luchar contra el Imperio Otomano. El interés de Hussain en deshacerse de sus señores turcos convergió con el objetivo de guerra de Gran Bretaña de derrotar a los otomanos. McMahon hizo esta oferta a través de una serie de cartas intercambiadas entre él y el Sharif Hussain, conocidas colectivamente como la correspondencia McMahon-Hussain. En su carta del 14 de julio de 1915 a McMahon, Hussain declaró, entre otras cosas, lo siguiente como una de sus proposiciones:


“En primer lugar.- Inglaterra reconocerá la independencia de los países árabes, delimitados al norte por Mersina y Adana hasta el grado 37º de latitud, en cuyo grado caerán Birijik, Urfa, Mardin, Midiat, Jezirat (Ibn 'Umar), Amadia, hasta la frontera de Persia; al este por las fronteras de Persia hasta el golfo de Basora; al sur por el Océano Índico, con la excepción de la posición de Adén que permanecerá como está; al oeste por el Mar Rojo, el Mar Mediterráneo hasta Mersina. Inglaterra deberá aprobar la proclamación de un califato árabe del Islam".


En respuesta, McMahon escribió el 24 de octubre de 1915:


“Lamento que en mi última carta haya recibido la impresión de que yo consideraba la cuestión de los límites y fronteras con frialdad y vacilación; no era así, pero me parecía que aún no había llegado el momento en que esa cuestión pudiera debatirse de manera concluyente.

Sin embargo, me he dado cuenta de su última carta que considera que esta cuestión es de vital y urgente importancia. Por lo tanto, no he perdido tiempo en informar al Gobierno de Gran Bretaña del contenido de su carta, y es un gran placer comunicarle en su nombre la siguiente declaración, que estoy seguro de que recibirá con satisfacción:

No se puede decir que los dos distritos de Mersina y Alexandretta y las partes de Siria que se encuentran al oeste de los distritos de Damasco, Homs, Hama y Aleppo sean puramente árabes y deben excluirse de los límites exigidos.

Con la modificación anterior, y sin perjuicio de nuestros tratados existentes con los jefes árabes, aceptamos esos límites".


Curiosamente, a lo largo de la historia, ha habido mucho desacuerdo sobre si esta promesa incluía a Palestina. Sin embargo, como podemos ver arriba, el área prometida a los árabes en la carta de McMahon excluía solo el territorio al oeste de una línea desde Damasco al norte de Alepo. Palestina, muy al sur, estaba, implícitamente, incluida. Sin embargo, los británicos posteriormente negaron haber incluido a Palestina en la promesa y se negaron a publicar la correspondencia hasta 1939.

En ese momento, Sharif Hussain creyó en esta promesa oficial del gobierno británico. Continuó haciendo la contribución más significativa a la derrota del Imperio Otomano. Cambió de lealtad y lideró la llamada "Revuelta árabe" en junio de 1916, que eliminó la presencia turca de Arabia.

La derrota del Imperio Otomano por los británicos en la Primera Guerra Mundial dejó tres autoridades distintas en la península arábiga:

 

- Sharif de Hijaz, Hussain bin Ali, de La Meca (en el oeste); 

- Ibn Rashid de Ha'il (en el norte); y,

- Emir Abdel Aziz Ibn Saud de Najd y sus seguidores fanáticos religiosos, los wahabíes (en el este).


2. El Tratado de Darin


Sir Percey Cox y Abdulaziz Al Saud

El 26 de diciembre de 1915, Sir Percy Cox, en nombre del gobierno británico, firmó el Tratado de Darin con Abdel Aziz Ibn Saud. También conocido como el Pacto Darn, el tratado convirtió las tierras de la Casa de Saud en un protectorado británico. El objetivo británico del tratado era garantizar la soberanía de Kuwait, Qatar y los Estados Truciales (más tarde EAU). Abdul-Aziz juró no atacar a estos protectorados británicos. También se comprometió a entrar en la Primera Guerra Mundial en el Medio Oriente contra el Imperio Otomano como aliado de Gran Bretaña.


La firma británica del Pacto Darin (1915) en diciembre fue en contra de las promesas de protección mutua que le hicieron a Sharif Hussain en octubre; porque el tratado de Gran Bretaña con Ibn Saud no le obliga a no atacar al Hijaz.


El tratado también benefició a Abdel Aziz quien recibiría £ 5000 por mes como "tributo" del gobierno británico. Después de la Primera Guerra Mundial, recibió más apoyo de los británicos. El apoyo incluyó recompensas sustancialmente más monetarias y muchas municiones. 


3. El Acuerdo Sykes-Picot

 

Mark Sykes y Francois Georgs-Picot, por el imperio británico y Francia, firman el Acuerdo secreto que lleva sus nombres (Acuerdo Sykes-Picot), aunque el nombre oficial es "Acuerdo de Asia Menor", firmado en mayo de 1916, es decir, en pleno transcurso de la Primera Guerra Mundial

El 19 de mayo de 1916, representantes de Gran Bretaña y Francia llegaron en secreto a un acuerdo, conocido como Acuerdo Sykes-Picot. El acuerdo tenía como objetivo dividir la mayoría de las tierras árabes bajo el dominio otomano entre británicos y franceses al final de la Primera Guerra Mundial. En su esfera designada, se acordó permitir a cada país establecer la administración o control directo o indirecto que desee y considere conveniente.

Dos diplomáticos, un británico y un francés, dividieron el mapa de una de las regiones más volátiles del mundo en estados que atraviesan comunidades étnicas y religiosas. El acuerdo secreto se descuidó en gran medida para permitir el crecimiento futuro del nacionalismo árabe; que en ese mismo momento el gobierno británico estaba utilizando a su favor contra los turcos. 

Un siglo después, Oriente Medio sigue sufriendo las consecuencias del tratado. Muchos árabes de la región siguen culpando al tratado Sykes-Picot de la posterior violencia en el Medio Oriente, desde la ocupación de Palestina hasta el surgimiento del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL).

De hecho, la firma de este tratado por parte de Gran Bretaña fue directamente en contra de lo que prometió al Sharif de Hijaz en octubre del año anterior. Como veremos más adelante, la traición de Gran Bretaña a sus promesas de un estado árabe independiente finalmente los llevó a desatar a su perro de ataque, Ibn Saud, contra Sharif Hussain y derrocarlo. Esto permitió a los británicos efectuar el acuerdo Sykes-Picot y, posteriormente, establecer el estado sionista de Israel. 

Las acciones de Abdel Aziz Ibn Saud durante la Primera Guerra Mundial eventualmente llevaron a la fundación de Arabia Saudita. Para documentar un relato históricamente preciso de su papel, hemos examinado tres documentos oficiales de la Primera Guerra Mundial. Ahora examinaremos una declaración más de tiempos de guerra y narraremos lo que realmente sucedió durante ese período.


4. La Declaración Balfour 1917


Arthur James Balfour en carta de 2 de noviembre de 1917 confirma al barón Lionel Walter Rothschild el apoyo del gobieno británico para el establecimiento de un "hogar nacional" en Palestina para el pueblo judío. La carta será conocida como "Declaración Belfour". El texto traducido es el siguiente:

Foreign Office,
2 de noviembre de 1917.

Estimado Lord Rothschild:
Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él.
«El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.»
Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista.

Sinceramente suyo,
Arthur James Balfour.

 

Una de las declaraciones más importantes de la política exterior británica del siglo XX, la "Declaración Balfour" no era más que una carta breve y vaga que no tenía estatus legal. El Parlamento no lo debatió. Sin embargo, fue uno de los eventos más importantes que condujeron en última instancia a la creación del estado de Israel. Sin mencionar el conflicto entre judíos y árabes desde entonces.

En esta carta del 2 de noviembre de 1917, el secretario de Relaciones Exteriores británico, Arthur Balfour, escribió a Lord Lionel Walter Rothschild, como figura decorativa de la comunidad judía en Gran Bretaña:


“El gobierno de Su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y utilizará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente entendido que no se hará nada que pueda perjudicar a la sociedad civil y religiosa los derechos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político de que disfrutan los judíos en cualquier otro país".


Más tarde, Gran Bretaña incorporó esta carta dentro de los términos de su Mandato para Palestina. Y así se convirtió en un requisito legal para Gran Bretaña.

Para entender mejor los orígenes de la declaración, se examina un documento en detalle para el Proyecto de Balfour, se documentan puntos críticos sobre por qué el Gabinete de Guerra de Gran Bretaña en ese momento estaba tan fervientemente predispuesto a apoyar el establecimiento de un 'Hogar Nacional Judío' en la Palestina habitada por árabes

Con referencias exhaustivas a literalmente docenas de libros, informes de noticias y memorandos del Gabinete de los Archivos Nacionales del Reino Unido, el informe pinta una imagen vívida de una manipulación ingeniosa detrás de escena, dando forma a la redacción, las deliberaciones y la eventual adopción de esta declaración. Los autores no pasan por alto la inusual convergencia de tantas figuras poderosas e influyentes en la política británica, incluidos un primer ministro actual y un ex primer ministro, en apoyo de la causa sionista. La evidencia detallada sugiere que todo el Imperio Británico, en sus acciones con respecto al futuro de Palestina, se comportó como una entidad sionista. En su análisis de los eventos, el documento afirma:


Se creía ampliamente que alguna conspiración judía misteriosa pero bien organizada estaba empeñada en determinar el resultado de la guerra; su influencia y, sobre todo, su dinero, podrían influir en Rusia, Estados Unidos o Alemania, para bien o para mal de Gran Bretaña. Ganar el favor internacional de los judíos era, por tanto, de vital interés para Gran Bretaña; ofender puede ser fatal. Dado que Weizmann dio a entender que el sionismo hablaba en nombre de los judíos del mundo, se deducía que se debía ayudar a los sionistas. Fue, (el primer ministro) Lloyd George quien escribió más tarde, que era cuestión de hacer 'un contrato con los judíos' ”.


Es importante señalar que el gabinete británico, al adoptar la Declaración Balfour, actuó con la impresión de que la mayoría de los judíos en todo el mundo eran sionistas que aplaudirían las acciones de Gran Bretaña. Sin embargo, en realidad, los sionistas siguieron siendo una minoría muy pequeña entre los judíos durante muchos años. 

Por ejemplo, en su libro A Peace to End All Peace: Creating the Modern Middle East, 1914-1922 (Penguin, Londres, 1991), David Fromkin calcula que en 1913, la última fecha para la que había cifras, solo alrededor del uno por ciento (1%) de los judíos del mundo había signado su adhesión al sionismo (p. 294). En otras palabras, aunque la narrativa oficial afirma que la Declaración Balfour fue adoptada para favorecer al pueblo judío en todo el mundo, la verdad subyacente sugiere que fueron más bien los sionistas dentro del Imperio Británico (que eran prácticamente todos los que estaban en el gobierno británico en ese momento) quienes orquestaron esta declaración; utilizando la difícil situación del pueblo judío como excusa para justificar esta empresa injusta.

También es notable que los debates y deliberaciones que precedieron a la adopción de esta declaración, no incluyeron ninguna representación árabe; tampoco creyeron necesario hacerlo. Si bien Gran Bretaña aceptó que Palestina debería ser reconstituida como el hogar nacional del pueblo judío, lo que implica que no hay lugar para la población árabe mayoritaria existente, muy pocos árabes sabían siquiera que tal propuesta estaba a la vista. Y los árabes en la propia Palestina no pudieron ser consultados (entonces argumentó más tarde el primer ministro Lloyd George) ya que estaban en territorio enemigo y, por lo tanto, se consideró que estaban luchando contra Gran Bretaña.

Ahora, como podemos ver al revisar los cuatro documentos históricos anteriores, el Imperio Británico, durante su campaña de la Primera Guerra Mundial en el Medio Oriente, jugó un astuto juego de engaño con el pueblo árabe; Haciendo falsas promesas sin intención de cumplirlas. Un juego demasiado común en la construcción de imperios, y ciertamente más dentro de la historia del imperialismo británico. Sin embargo, como siempre es el caso, un imperio no puede triunfar en su traición sin una cohorte local cómplice; un traidor de entre las víctimas. Y en este caso particular, esta cohorte se presentó en la forma de Abdel Aziz Ibn Saud.


Arriba y abajo el rey saudí Abdel Aziz Ibn Saud siendo adulado por Churchill y Roosevelt


Para investigar el papel de Ibn Saud, examinamos un ensayo de 2016 del investigador independiente Nu'man Abd al-Wahid. Al-Wahid corrobora la evidencia de fuentes primarias de un estudio revelador del Dr. Askar H. al-Enazy, titulado "La creación de Arabia Saudita: Ibn Saud y la política imperial británica, 1914-1927" (Londres: Routledge, 2010) con otros trabajos destacados en historia como "The Birth of Saudi Arabia" (Londres: Frank Cass, 1976) de Gary Troeller y "The Desert King: The Life of Ibn Saud" (Londres: Quartet Books, 1980) de David Howarth, etc., y presenta un relato completo del papel que desempeñó Abdel Aziz Ibn Saud entre 1915 y 1926 como ariete del Imperio Británico. En esencia, el papel de hombre musculoso de Ibn Saud fue lo que permitió a los británicos establecer sus objetivos imperiales y sionistas. Metas derivadas del Tratado Sykes-Picot y la Declaración Balfour.

Como el Dr. al-Enazy documenta en su estudio de 2010, el Sharif de Hijaz, tan pronto como terminó la guerra, quiso hacer que los británicos cumplieran sus promesas durante la guerra, como se expresa en la correspondencia McMahon-Hussain. Los británicos, por otro lado, querían que Sharif aceptara la visión real del Imperio para Arabia. Una visión que divide el mundo árabe entre ellos y los franceses, e implementa la Declaración Balfour.


Sin embargo, Sharif declaró que nunca entregará Palestina a la Declaración Balfour del Imperio. Tampoco aceptará nuevas fronteras aleatorias trazadas en Arabia por los imperialistas británicos y franceses.


Después de la Conferencia de El Cairo en marzo de 1921, el Imperio envió a TE Lawrence (Lawrence de Arabia) para encontrarse con el Sharif. Lawrence le ofreció un pago anual de 100.000 libras esterlinas (al-Enazy 2010, p.111), pero Sharif se negó a ceder. Cuando el soborno financiero no logró persuadir al Sharif, Lawrence lo amenazó con la adquisición de Ibn Saud. 

Mientras negociaba con Hussain, Lawrence también visitó a otros líderes en la península arábiga. Les advirtió que no entraran en una alianza con Sharif. Informó que, si lo hacían, el Imperio desataría a Ibn Saud y sus wahabíes sobre ellos. Después de todo, Saud y sus wahabíes estaban a la “entera disposición” de Gran Bretaña. (al-Enazy, p.111).

Simultáneamente, después de la Conferencia, el entonces Secretario Colonial Winston Churchill viajó a Jerusalén. Allí se reunió con el hijo de Sharif, Abdullah, a quien los británicos nombraron Emir de un nuevo territorio llamado Transjordania. Churchill le pidió que persuadiera a “su padre de aceptar el mandato de Palestina y firmar un tratado a tal efecto”; si no, “los británicos desatarían a Ibn Saud contra Hijaz” (al-Enazy p.107). 

Mientras tanto, los británicos idearon planes para derribar a ibn Rashid de Ha'il en el norte. Ibn Rashid había rechazado todas las propuestas del Imperio Británico. Propuestas que se le hizo a través de Ibn Saud para convertirse en otro de los títeres del Imperio (al-Enazy p.45-46, p.101-102). En cambio, Rashid expandió sus territorios hacia el norte hasta la frontera palestina del nuevo mandato. También amplió sus territorios a las fronteras de Irak en el verano de 1920. Actuando bajo la preocupación de que Ibn Rashid pudiera buscar una alianza con Sharif Hussain, Churchill acordó con el oficial imperial Sir Percy Cox en la Conferencia de El Cairo que “Ibn Saud debería recibir la oportunidad de ocupar Hail” (al-Enazy p.104). 

A fines de 1920, los británicos estaban colmando a Ibn Saud con “una 'subvención' mensual de £ 10.000 en oro; además de su subsidio mensual. También recibió abundantes armas y suministros, un total de más de 10.000 fusiles y cuatro cañones de campaña” con instructores anglo-indios (al-Enazy p.104). Finalmente, en septiembre de 1921, los británicos desataron a Ibn Saud en Ha'il, que se rindió oficialmente en noviembre de 1921. Fue después de esta victoria que los británicos otorgaron un nuevo título a Ibn Saud. Ya no era el "Emir de Najd y jefe de sus tribus", sino el "Sultán de Najd y sus dependencias". Ha'il se había disuelto en una dependencia del Imperio del Sultán de Najd.

Con Ibn Saud ahora en la frontera de Sharif Hussain, armado hasta los dientes por los británicos, el Imperio organizó una nueva ronda de conversaciones con el hijo de Sharif, Abdullah; y redactó un tratado aceptando el sionismo. Cuando fue entregado al Sharif con una carta adjunta de su hijo solicitando que "aceptara la realidad", Sharif ni siquiera se molestó en leer el tratado y en su lugar redactó un borrador de tratado rechazando las nuevas divisiones de Arabia, así como la Declaración de Balfour, y la envió a Londres para ser ratificada (al-Enazy p.113).


Retrato del Sharif Hussain bin Ali (Sharif de La Meca)

Después de otras tres rondas de negociaciones en Amman y Londres, el Imperio se dio cuenta de que Hussain nunca cederá Palestina al proyecto sionista de Gran Bretaña ni aceptará las nuevas divisiones en tierras árabes (al-Enazy p.112-125). 

En marzo de 1924, los británicos anunciaron que habían terminado todas las discusiones con Sharif Hussain (al-Enazy p.129). En cuestión de semanas, las fuerzas de Ibn Saud y sus seguidores wahabíes comenzaron a administrar lo que el secretario de Relaciones Exteriores británico Lord Curzon llamó "la patada final" a Sharif Hussain y atacaron el territorio Hijazi (al-Enazy p.106). En septiembre de 1924, Ibn Saud había invadido la capital de verano de Sharif Hussain, Ta'if. 

Ibn Saud capturó el lugar más sagrado del Islam, La Meca, a mediados de octubre de 1924. Sharif Hussain abdicó y se exilió al puerto Hijazi de Akaba. Su hijo Ali lo reemplazó como monarca e hizo de Jeddah su base gubernamental. Temiendo que Sharif Hussain pueda usar Akaba como base para unir a los árabes contra el propio Ibn Saud, los británicos declararon que Hussain debe abandonar Akaba o Ibn Saud atacará el puerto. En respuesta, Hussain ,

 

"Nunca reconoció los mandatos sobre los países árabes y todavía protestó contra el gobierno británico que ha hecho de Palestina un hogar nacional para los judíos". (al-Enazy p.119)


Posteriormente fue expulsado de Akaba, un puerto que el propio Hussain liberó del Imperio Otomano durante la "Revuelta Árabe". El 18 de junio de 1925, Hussain dejó Akaba en el HMS Cornflower. Ibn Saud comenzó su asedio de Jeddah en enero de 1925. La ciudad finalmente se rindió en diciembre de ese año

Esto puso fin a más de 1000 años de gobierno de los descendientes del profeta Mahoma. Los británicos reconocieron oficialmente a Ibn Saud como el nuevo rey de Hijaz en febrero de 1926. Otras potencias europeas hicieron lo mismo en unas semanas. El Imperio Británico cambió el nombre del nuevo estado wahabí unificado en 1932 como el "Reino de Arabia Saudí". Un tal George Rendel, un oficial que trabajaba en la oficina de Medio Oriente en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Londres, reclamó el crédito por el nuevo nombre.


Conclusión

A cualquier prudente observador del imperialismo británico no le sorprenderá que el Imperio haya traicionado sus promesas hechas a los árabes de un estado árabe independiente después de la Primera Guerra Mundial. 


Sin embargo, cuando un líder árabe hace la traición y se convierte en agente del Imperio Británico; cuando este agente masacra a los árabes que se atreven a oponerse al engaño sionista; y finalmente, cuando es nombrado "Rey de Arabia" como recompensa por su traición, por el mismo Imperio traicionero que engañó al pueblo árabe; cuando un emir árabe hace esto, se convierte en un traidor. Y sigue siendo un traidor por la eternidad; porque ninguna cantidad de riqueza o propaganda puede cambiar la pura verdad: que Abdel Aziz Ibn Saud se convirtió en el Rey de Arabia - y su familia Al Saud en 'Royals' - porque traicionó a los árabes y se convirtió en un agente del Imperio Británico; y en adelante ejecutó los planes sionistas del Imperio para la península arábiga.


Abdel Aziz Ibn Saud

De hecho, la amarga ironía no pasa desapercibida para los musulmanes que lo saben. Que los dos lugares más sagrados del Islam se rigen hoy por el clan saudí y las enseñanzas wahabíes porque ayudaron al Imperio Británico a sentar las bases del sionismo en Arabia durante y después de la Primera Guerra Mundial.


Rez Karim

27 octubre 2018

Un cuento de Príncipes y otros bandidos (4)


Trump, el Rey Salman y el príncipe heredero, Mohammed bin Salman (atrás).



I parte

El caso Khashoggi, MBS, servicios secretos y conspiraciones.


por Tito Andino U.

Pensabamos haber terminado la saga de artículos titulados "Un cuento de Príncipes y otros bandidos" referentes a los Saud de Arabia. La historia se empeña en sorprendernos con nuevos hechos. Debo advertir que esta no es una nota de crónica roja ni información mediática, no obstante que se basa en consultas de diversas fuentes periodísticas. Los recientes acontecimientos involucran no solo al príncipe heredero sino a toda la Casa Real de los Saud y sus intereses;  más de lo mismo, salvo que hoy nos encontramos con un crimen que puede causar daños colaterales si sus socios y aliados occidentales no manejan "diplomáticamente" la cuestión. 

Los millares de principitos prosiguen el "Juego de Tronos" y sus luchas intestinas por el poder, en esta ocasión ha surgido un acontecimiento de tal magnitud que muchos querrán aprovechar aun a costa de su seguridad personal (temor a ser ejecutados).

El asesinato alevoso en territorio turco, bueno, en la legación diplomática del Reino de los Saud en Estambul, del señor Jamal Khashoggi, el 2 de octubre del 2018, parece un guión cinematográfico mal interpretado por actores de poca monta, algunas escenas (vídeos) demuestran lo burdo de los intentos de los servicios secretos saudíes para burlarse de unos eficientes servicios secretos turcos, el Milli Istihbarat Teskilati (MIT) (Organización Nacional de Inteligencia). 


El periodista Jamal Khashoggi ingresando al consulado saudí en Estambul, 2 de octubre 2018. En el medio, "Khashoggi", abandonando el lugar, esa fue la "prueba" presentada inicialmente por los saudíes para afirmar que la víctima salió del consulado por sus propios medios. Abajo. La comparación: Se afirma que el "doble" pudo haber usado la propia ropa de Khashoggi, el doble tiene pelo, una falsa barba y se comparó el calzado que no era el mismo.


Está por descifrarse el verdadero propósito del gobierno del señor Erdogan que llevó a denunciar mundialmente el crimen de Jamal Khashoggi; por supuesto, nos quedamos con su gesto, acusar al régimen saudí como criminal, es cosa que pocos gobiernos se atreverían hacerlo, esa férrea postura impidió que el crimen pasara a la historia como un caso más de los cientos que, sin duda, ha ejecutado la monarquía saudí. Otra interrogante, aunque ya no es tan trascendental, ¿de no adelantarse los turcos, lo hubiesen hecho los eficientes servicios secretos estadounidenses y la Casa Blanca en la magnitud mediática manejada por el gobierno turco? Quién sabe.

Muchos medios de comunicación pasan por alto que Jamal Khashoggi era un objetivo secundario, lo principal era obtener, a través de él, toda la información relevante del exiliado príncipe Al-Waleed ben Talal, un serio opositor y aspirante al trono real e involucrado, junto a Khashoggi, en el fracasado complot contra Mohammed bin Salman, por esa razón el periodista era requerido en el reino de los Saud. 

Algunos datos de interés sobre la familia Khashoggi son de suma importancia, la familia en si no era tan "inocente". Según la Red Voltaire, el mismo Jamal Khashoggi era protegido del ex jefe de los servicios secretos sauditas, el príncipe Turki ben Faiçal, quien también llegaría a ser embajador saudí en Londres. Además, dice el referido medio que

"varios miembros de la familia real saudita cuyas fortunas fueron parcial o totalmente confiscadas en noviembre de 2017 estaban preparando un complot contra el príncipe heredero Mohamed ben Salman (conocido como «MBS») y Jamal Khashoggi estaba implicado en la conspiración".

Las evidencias comprometen profundamente a la monarquía wahabí, 
¿quién lo ordenó?, parece ser tan claro como todas las pruebas científicas y audiovisuales cautelosamente filtradas por los organismos de seguridad de Turquía. ¿Qué va a suceder a continuación? Dadas las repercusiones internacional en lo geopolítico y económico a nivel internacional es difícil conjeturar los siguientes pasos, sobre todo debido a que los Estados Unidos y sus aliados occidentales se juegan mucho en lo político, económico y seguridad regional.

Revisadas diferentes opiniones y juicios de expertos, como Thierry Meyssan, las notas editoriales de la Red Voltaire, de la prensa estadounidense y libanesa, podemos analizar algunas consecuencias. 

Jamal Khashoggi, residente en los EEUU, ingresó el 2 de octubre al consulado saudí en Estambul, donde le entregarían la documentación necesaria para su nuevo matrimonio. Para la prensa turca y estadounidense, Khashoggi cayó en una planificada trampa al ser citado en el consulado. Los indicios conducen a la presencia de 15 agentes de los servicios secretos del reino saudita trasladados por vía aérea a Turquía e ingresados al consulado para interrogar, torturar, asesinar y descuartizar al periodista. 


Uno de los presuntos asesinos de Jamal Khashoggi estuvo presente en la reunión entre Mike Pompeo, secretario de estado de los Estados Unidos y el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman, hace pocos días en Riad. Según el diario turco Akşam, Saad al Zahrani, uno de los guardaespaldas de MBS y miembro del presunto grupo de saudíes que asesinó al periodista. Zahrani es acusado por las autoridades turcas como uno de los miembros de ese escuadrón. Según el diario mencionado al menos dos de los sospechosos son miembros del equipo de seguridad del príncipe heredero MBS (Saad al Zahrani y Tahir Galib al Harbi). El diario publicó un vídeo que muestra a ambos sospechosos junto con Bin Salman.


Desde ese momento, solo por la alta presión de Turquía, los Estados Unidos se sumaron exigiendo respuestas al reino saudí que, en principio, desmintió las acusaciones de los medios turcos y estadounidenses. Según se deducen de los acontecimientos, los servicios de inteligencia turcos tenían un bien montado equipo de vigilancia electrónico (espionaje) contra la legación saudí, especulándose que hacen lo mismo contra otras acreditaciones foráneas, lo que es una violación a los convenios de Viena sobre las relaciones consulares. 

Detengámonos un momento y demos un breve repaso a la historia.

Es necesario dejar sentado que Jamal Khashoggi era sobrino del fallecido y poderoso traficante de armas, Adnan Khashoggi (1935-2017), a quien dedicamos algunas notas en nuestro artículo: Las guerras de Chechenia. Relatos de un complot (3). Adnan Khashoggi, en su apogeo, fue considerado el hombre más rico del mundo (década de los 80). 

Adnan Khashoggi, considerado en su tiempo el hombre más rico del mundo, gran traficante de armas y socio de George W. Bush.

  
Los  Khashoggi son una familia de origen turcomano, Adnan Khashoggi era hijo del médico de cabecera del primer monarca saudí Abdul al-Aziz Ibn Saud, comerciaba con las empresas de la familia bin Laden, mantenía vínculos con el multimillonario saudí Sheikh Mahfouz con quien fundó el banco "Arabian Shield Devolopment Corporation" en Texas (que lavaba dinero sucio para la CIA, Saddam Hussein, Manuel Noriega, Osama bin Laden y otros personajes). Adnan Khashoggi y el Sheik Khalid bin Mahfouz junto a Salem bin Laden fueron accionistas de la compañía de George W. Bush, ‘Harken Oil’. Otro vínculo de Adnan Khashoggi era el auto exiliado hampón-oligarca ruso, Boris Berezovsky

Adnan Khashoggi fue anfitrión de una extraña reunión en su casa en Beaulieu (lujosa localidad en la costa azul francesa, entre Niza y el Principado de Mónaco), el 4 de julio de 1999, entre Aleksandr Voloshin, (delegado del ex presidente ruso, Boris Yeltsin),  representantes del Metagrupo Far West Ltd. (crimen organizado, (tráfico de drogas, grupos terroristas, servicios de inteligencia) y, el en ese entonces, enemigo No. 1 de Rusia, el líder checheno Shamil Basaev, entre otros personajes (la fascinante historia de Adnan Khashoggi puede ser leída en el enlace arriba citado).


El asesinado periodista Jamal Khashoggi


Volvamos al presente, ya hemos señalado q
ue Jamal Khashoggi era parte del equipo del príncipe Al-Waleed ben Talal, quien también fue detenido y torturado durante el golpe palaciego del príncipe heredero Mohamed bin Salman, en noviembre de 2017. En los últimos años, Jamal se dedicó a defender la posición política de la "Hermandad Musulmana", de allí el alto interés turco, el presidente Erdogan es el actual padrino de esa fuerza política internacional que sustenta ideológica y materialmente al yihadismo. También se afirma que Jamal era pro israelí, esos vínculos habrían sido la puerta para ser recibido en el Washington Post.

En la disputa imperceptible por el liderazgo del mundo islámico, Turquía habría logrado instalar sistemas de escucha en el consulado saudita en Estambul, lo que a simple vista es un evidente acto de violación de la Convención de Viena, de allí que la sigilosa, proporcional y certera información que ha ido apareciendo a través de los medios informativos locales. El gobierno turco no puede ponerse en abierta evidencia ni hacer público todo lo que sabe, ya que confirmaría el espionaje, sobre todo la existencia de "grabaciones que contienen información, arrancada a Jamal Khashoggi por sus torturadores, sobre el complot contra el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman".

La prensa libanesa ha divulgado que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue tentado con un soborno, en torno al caso, el New York Times también cita una fuente cercana al gobernante turco. Según ese medio, "el emisario y consejero del monarca saudí Salman, el príncipe Jalid al Faisal, gobernador de la región de Meca, visitó Estambul hace pocos días. Él presentó a Erdogan un paquete de atractivas ofertas a cambio de que diera un carpetazo al asunto de Khashoggi".


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y el Rey Salman de Arabía Saudí


No se trataba de un soborno directo para el presidente turco, quien lo rechazó al calificarlo de intento de "soborno político"; era un ofrecimiento que pudiera estabilizar la difícil situación económica que atraviesa Turquía, se habló de apoyo financiero, inversiones y hasta suspensión del bloqueo económico contra Qatar, el actual aliado de Turquía en la región. 

El Washington Post y su directiva va más allá, directamente acusa al Príncipe Heredero Mohamed bin Salman de ordenar el asesinato de Khashoggi, llegando a acusar al presidente Trump de proteger al heredero. Para el rotativo las justificaciones de los funcionarios saudíes carecen de credibilidad, puras fábulas, describen al futuro monarca "Mohammed bin Salman como el instigador de un asesinato premeditado, brutal y de sangre fría, seguido del desmembramiento del cuerpo del senor Khashoggi".

El Washington Post, crítico del presidente estadounidense, enfatiza que

“Trump seguramente sabe que la nueva historia de Arabia Saudí se contradice no solo por la evidencia recopilada por las autoridades turcas y por los periodistas, sino también por los informes de la comunidad de inteligencia de EEUU”, escribe el comité editorial del Post, agregando que “esta fábula sin credibilidad sólo pone de manifiesto su vergonzosa intención de cooperar en el intento del régimen y, en particular, del príncipe heredero, de escapar de una responsabilidad significativa”.

El senador estadounidense Lindsey Graham, entrevistado por el canal Fox aseguró que "nada ocurre en Arabia Saudí sin el conocimiento del príncipe heredero, Mohammed bin Salman”.

Otros aliados de los EEUU también empiezan a marcar distancias con el Heredero saudí, el Reino Unido es un ejemplo, tampoco creen las explicaciones del régimen saudí sobre el alevoso asesinato (que Khashoggi murió en una “pelea con personas en el consulado saudí en Estambul”). El gobierno británico adopta la línea de investigación turca y declara el anhelo de "ver a las personas responsables de esa muerte responder de sus actos”. En igual sentido, la mayoría de la oposición parlamentaria británica ha solicitado al gobierno que cambie su postura ya que "el reino ha cruzado muchos límites al cometer delitos y violar los derechos humanos".

Para el diario londinense "The Guardian", que cita una carta de la oposición política británica, los informes señalan que Khashoggi fue torturado y asesinado en el consulado saudí en Estambul, esa es “la última de una letanía de cargos que se han presentado contra el régimen saudí... No puede haber relaciones normales con un régimen que muestra un desprecio flagrante hacia el derecho internacional y los derechos humanos. La inacción constante del gobierno británico es totalmente incompatible con nuestros valores más básicos”.


El Príncipe Heredero saudí, Mohammed bin Salman (MBS)


Las cosas se van complicando más para el Príncipe Heredero, Mohammed bin Salman (MBS), los últimos datos revelados por fuentes turcas aseguran que él tuvo contacto telefónico con Khashoggi en el consulado momentos antes de su muerte. El 5 de octubre, ante la agencia Blomberg declaró el propio MBS que Khashoggi no estaba en el consulado, que “estamos listos para darle la bienvenida al gobierno turco para que vaya a registrar nuestras instalaciones”. Su mentira quedó desenmascarada al afirmar que Khashoggi había abandonado la sede diplomática.

El régimen saudí se centra en afirmar que MSB "no sabía nada y no está involucrado en absoluto". Los rumores en el propio reino saudí llegan al punto de afirmar que MBS "exigió que le trajesen la cabeza cortada del 'desaparecido', ex hombre de confianza del príncipe Al-Waleed, otro miembro de la familia real considerado además uno de los hombres más acaudalados del planeta". El régimen se ha movilizado en defensa de MBS, destituyendo a altos funcionarios y ordenando el arresto de casi una veintena de "sospechosos" del asesinato, un intento de encubrir al heredero. El Rey Salman (actual monarca) aseguró en persona al secretario de Estado, Mike Pompeo, que nada sabía del asesinato de Khashoggi.

"Yeni Safak" es el medio turco que filtró la información sobre el forzado contacto telefónico MBS-Khashoggi. “Khashoggi fue detenido por el equipo saudí dentro del edificio del consulado. Luego, el Príncipe Mohammed se comunicó con Khashoggi por teléfono y trató de convencerlo de que regresara a Riad, expresa el reporte, continúa: “Khashoggi rechazó la oferta del príncipe Mohammed por temor a que lo arrestaran y lo mataran si regresaba. El equipo de asesinos mató a Khashoggi poco después de que la conversación terminara”.

¿Cómo se enteró la prensa turca de estos pormenores? Comencemos señalando que casi todos los medios en Turquía están alineados al gobierno y es de entender que son los organismos de seguridad turcos quienes van soltando detalle por detalle la trama criminal, ya sean informaciones oficiales o mediante filtraciones, sea cual sea el método, ningún dato ha resultado ser falso, hasta el momento. Se ha dicho que partes del cuerpo fueron transportadas por los asesinos el mismo día del crimen rumbo al reino saudí -hecho no confirmado-. El diario turco Hürriyet destaca que las inspecciones de los criminalistas forenses no han encontrado trazas de ADN en el pozo del jardín del consulado saudí (se espera autorización para realizar iguales pruebas en la residencia del cónsul); por otro lado, tampoco existe evidencias en los vehículos del consulado ya que fueron limpiados en diferentes ocasiones.


Según la prensa turca, éstos son algunos de los 15 saudíes presuntamente implicados en la desaparición de Khashoggi. La televisión turca difundió amplio material relacionado con el caso.


El presidente estadounidense, Donald Trump, cambió su discurso de duras sanciones si se comprobara el crimen a una defensa abierta de la monarquía saudí, negando que "hayan hecho algo malo". No obstante Trump admite la muerte del periodista como un “interrogatorio fallido” y “asesinos incontrolados” sin consentimiento de los gobernantes saudíes. Si MBS niega haber conocido los sucesos y si el rey promete una completa investigación y castigar a los criminales no hay más que hablar; esa es la estrategia saudí que va tomando forma y que Trump  la asume en idéntica postura (por el momento). 

Si la prensa turca y la internacional afirman que existen las grabaciones de audio sobre el asesinato y que funcionarios turcos las han compartido con la inteligencia estadounidense (CIA), probablemente, allí están las respuestas. Es evidente que por la seriedad del asunto, se mantiene en reserva. La jefa de la CIA, Gina Haspel, en una fugaz reunión en Estambul, recibió del MTI turco (inteligencia turca) las evidencias: imágenes, cintas de audio y otras pruebas recopiladas en el consulado saudí, lugar del crimen y en la residencia del cónsul. ¿Se dará un nuevo comunicado oficial de la Casa Blanca una vez se llegue a conclusiones basado en ese material audio visual entregado por los turcos?. Por el momento, el moderado pronunciamiento de Trump parece haber zanjado el asunto luego que Mike Pompeo visitara el Reino Saudí

Los turcos tienen más sorpresas, no cabe duda. ¿Cuál será la reacción de la Casa Blanca, si todos los caminos conducieran al Palacio Real en Riad?


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan junto al soberano saudí, el rey Salman.


El presidente Erdogan ha expresado que los sospechosos (por el momento 18) del asesinato deben comparecer ante la justicia turca, ha solicitado que los juicios se celebren en Estambul: “Estamos decididos a no permitir un encubrimiento de este asesinato y asegurarnos de que todos los responsables, desde los que lo ordenaron hasta los que lo cometieron, no puedan escapar a la justicia”

Ilnur Cevik, asesor del presidente Erdogan, escribió una columna en "Yeni Birlik", citado por la agencia Reuters, afirma que MBS tiene “sangre en las manos”, "al menos cinco miembros del equipo de ejecución son estrechos colaboradores de MBS y son personas que no actuarían sin su conocimiento”, afirma, "incluso si el presidente estadounidense Trump consigue salvar a Mohammed bin Salman, a los ojos del mundo será siempre una persona que tiene la sangre de Khashoggi en sus manos”.

Y que decir sobre el resto de dinastías reales saudíes, que han pretendido el trono, si la división ya existía, hoy se hace más pública esa divergencia. Red Voltaire es un medio que ha estado pendiente de esos detalles, ya nos comentaba que "la represión del complot contra el heredero del trono saudita, el príncipe Mohamed bin Salman sigue causando el éxodo de varios integrantes de la familia real", un ejemplo: El príncipe Ahmed ben Abdelaziz, hermano del rey Salman, va a quedarse definitivamente en Europa, fue ex ministro del Interior y fue parte de las intrigas tendientes a impedir el fulgurante ascenso de MBS en 2015.

Al poder dinástico saudí no le quedó otra opción y aceptar que el crimen fue perpetrado en su legación en Turquía, pero que ni el heredero ni el trono real tienen participación en los hechos. 

Un organismo "judicial", algo parecido al Ministerio Público en el reino wahabí ha tenido que admitir que el asesinato de Khashoggi fue premeditado. la agencia estatal de noticias saudí (SPA) afirmó un par de días atrás que "la información recibida de Turquía a través del grupo de trabajo conjunto entre Arabia Saudita y Turquía indica que los sospechosos de ese incidente cometieron la acción con una intención previa"


El heredero no tenía otra alternativa que dar la cara, aseguró que la muerte de su opositor es un "incidente repulsivo" y que "la justicia prevalecerá". Por la forma en que se ha visto durante más de un siglo de vida del Reino de los Saud, la justicia que se aplicará será la ejecución (la más rápida posible) de todos los sospechosos, hay que resguardar la credibilidad de la Casa Real, sin duda; y, por ello, el Heredero no duda en fotografiarse junto al hijo del difunto periodista.




Y, ¿ahora qué? 

Hace un par de días tuvo lugar la "Future Investment Initiative" en Riad, que fue catalogada como el «Davos del desierto». El año anterior, MBS presentó el proyecto Neom, la formación de un nuevo paraíso fiscal en el Mar Rojo para las élites mundiales. En ese encuentro también afirmó que Arabia Saudita abandonaría el wahabismo. Esto tiene un punto de referencia, el discurso de Trump en Riad (21 mayo 2017), en el que los Saud se comprometieron (con Trump) ha retirar el apoyo a las fuerzas yihadistas y detener la agresión contra Siria, allí se planteó la posibilidad de ir desmantelando la ideología wahabita, base de los principios de la "Hermandad Musulmana" y el yihadismo. Una etapa final consistiría en transformar la Liga Islámica Mundial.

Según la Red Voltaire, en este año transcurrido, "el proyecto Neom fue puesto en manos de Klaus Kleinfeld, uno de los administradores del Grupo de Bilderberg, y se extendió a la orilla occidental del Mar Rojo con ayuda de Egipto. Israel estaba a cargo de la seguridad".

"Future Investment Initiative" 2018 ha sido un golpe a MBS (a pesar de sus sonrisas e inmejorable escenario), la ausencia de grandes empresas y oradores extranjeros que se han negado asistir al foro puede ser una clara muestra que Occidente tiene la intención de distanciarse y marginar al príncipe heredero Mohamed bin Salman, hijo del monarca vigente, el rey Salman.
 
"Se sabe que el Consejo de Familia restringido de los Saud está reuniéndose en secreto desde hace varios días para revisar nuevamente la modalidad de sucesión a la cabeza del reino".

 

Finalmente, antes del cierre de este reportaje, el presidente turco Erdogan exigió saber dónde está el cadáver de Khashoggi, exige la entrega de los sospechosos y amenazó con presentar más pruebas si los saudíes no revelan quién dio la orden para cometer "un asesinato brutal" y "político". Entre los 18 detenidos se hallan 15 personas que viajaron a Estambul a cometer el crimen, ¿quién les envió?. Los saudíes afirman que el cuerpo habría sido desaparecido por un ciudadano turco, con esa razón Estambul exige saber quién es esa persona; a la vez se maneja la hipótesis más difundida, el desmembramiento del cuerpo y que los restos hayan sido desaparecidos por los asesinos. “Mientras Arabia Saudí no aclare esto, no podrá librarse de las sospechas”, dijo el presidente turco.

Erdogan señala que "el autor material está claro. Pero, ¿quién dio las órdenes?… Las autoridades deben explicarlo”; y, en vista del giro que quiere darle el reino saudí (quizá en colaboración con los EEUU), Erdogan es claro y en tono fuerte dice: “No es que no tengamos más informaciones y documentos en nuestras manos... pero no tiene sentido que nos movamos por las prisas en este tema. Serán las autoridades saudíes quienes harán público quiénes asesinaron a Khashoggi”

El artículo de Thierry Meyssan es elocuente: ESTADOS UNIDOS SOLO PROTEGE AL REY¿será posible que la suerte del príncipe heredero este echada?. No vamos a precipitarnos, todavía hay mucha madera por cortar.



II parte 
El pacto del reino saudita con Estados Unidos sólo protege al rey, sin incluir al príncipe heredero

 



Thierry Meyssan


Los panameños que recuerdan como Washington arrestó a su ex empleado, el general Antonio Noriega, no se sorprenden del destino que Estados Unidos parece deparar al príncipe heredero saudita. El asesinato de Jamal Khashoggi está lejos de ser el peor de los crímenes del príncipe Mohamed ben Salman, pero pudiera ser el último. El pacto de Estados Unidos con la familia real protege sólo al rey y Washington puede aprovechar la coyuntura para embolsarse varios miles de millones de dólares.

 


Al recibir en Washington al príncipe heredero, Mohamed ben Salman, el presidente Trump pasó revista a las enormes compras de armamento estadounidense pactadas con Arabia Saudita y concluyó preguntando al príncipe con una enorme sonrisa: “Ustedes tienen con qué pagar todo esto. ¿Verdad?”

El asesinato de Jamal Khashoggi es uno de los numerosísimos casos donde se aplica la ética de geometría variable que practican las potencias occidentales.

El reino de los Saud



Hace 70 años que las potencias occidentales prefieren ignorar lo que todo el mundo sabe: 

Arabia Saudita no es un país como los demás. Es propiedad privada del rey que la gobierna y todos los que allí residen están al servicio de ese rey. El nombre mismo del país –Arabia Saudita– proclama que se trata, ante todo, de la “residencia” de los Saud.

En el siglo XVIII, una tribu de beduinos –los Saud– concluyó una alianza con la secta de los wahabitas y se levantó contra el Imperio Otomano. Lograron instaurar un reino en Hejaz, región de la Península Arábiga donde se encuentran las ciudades santas de Medina y La Meca. Pero pronto tuvieron que enfrentar la represión otomana. 

A principios del siglo XIX, un sobreviviente de la tribu de los Saud inicia una nueva revuelta. Pero los miembros de su familia comienzan a luchar entre sí y acaban nuevamente derrotados por los otomanos. 

Finalmente, ya en el siglo XX, los británicos apuestan por los Saud para acabar con el Imperio Otomano y poder explotar los yacimientos petrolíferos de la Península Arábiga. Con ayuda de Lawrence de Arabia, fundan el reino actual.

La diplomacia británica sabía perfectamente que tanto los Saud como los wahabitas se habían ganado el odio de sus servidores y que serían incapaces de entenderse con sus vecinos. El desequilibrio militar entre los Saud, armados con sables, y el armamento moderno de los británicos garantizaba que esa familia nunca pudiese rebelarse contra sus amos occidentales.

Pero al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos aprovecha el debilitamiento del Reino Unido para suplantarlo. El presidente Roosevelt concluye con el fundador del reino saudita el llamado “Pacto del Quincy” [1]. En ese pacto, Estados Unidos se comprometía a proteger a la familia Saud a cambio del petróleo del reino. Los Saud también se comprometían a no oponerse a la creación de un Estado judío en Palestina. George W. Bush renovó aquel pacto en los años 2000.

El fundador del wahabismo, Mohamed ben Abdelwahhab, estimaba que quienes no se unieran a su secta debían ser exterminados. Numerosos autores han resaltado la cercanía entre el modo de vida de los wahabitas y el de algunas sectas judías ortodoxas, así como el parecido entre los razonamientos de los teólogos wahabitas y los de algunos pastores cristianos puritanos.

Sin embargo, para mantener la influencia británica en el Medio Oriente, Londres decide combatir a los nacionalistas árabes y respaldar a la Hermandad Musulmana y a la secta de los Nachqbandis. Es por eso que, en 1962, los británicos solicitaron a los Saud que crearan la Liga Islámica Mundial y después –en 1969– la creación de lo que hoy llamamos la Organización para la Cooperación Islámica. El wahabismo acabó admitiendo el islam sunnita –al que hasta entonces había combatido– y ahora se erige en protector del sunnismo mientras se obstina en combatir las demás manifestaciones del islam.

Tratando de evitar las guerras fratricidas que habían marcado la historia de su familia en el siglo XIX, el rey Ibn Saud instituyó un sistema de sucesión que, a la muerte del rey, transfería la corona al mayor de sus hermanos. El fundador del reino había tenido 32 esposas, que le dieron 53 hijos y 36 hijas. El mayor de los sobrevivientes –el actual rey Salman– tiene 82 años. 

En aras de salvar el reino, el Consejo de Familia de los Saud aceptó en 2015 modificar la regla de sucesión y designar a los hijos del príncipe Nayef y del rey Salman como futuros herederos. Pero el príncipe Mohamed ben Salman –hijo del actual rey Salman– apartó de su camino al hijo de Nayef convirtiéndose así en único príncipe heredero del trono.

Las costumbres de los Saud



En la Antigüedad, el término «árabe» designaba a los pueblos arameos que vivían del lado sirio del Éufrates. Según esa definición, los Saud no son árabes. Sin embargo, como el Corán fue reexaminado por el Califa en Damasco, el término «árabe» designa hoy a los pueblos que hablan la lengua del Corán, lo cual incluye a los de la región de Hejaz. Ese término genérico abarca hoy las civilizaciones –muy diferentes entre sí– de los beduinos del desierto y de los pueblos de las ciudades de un vasto conjunto geográfico que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Golfo Pérsico.

La familia Saud pasó bruscamente del camello al jet privado, pero ha conservado, en pleno siglo XXI, la cultura arcaica del desierto. Ejemplo de ello es su odio hacia la Historia. Los Saud han destruido todo rastro de la historia de su país. Esa es la mentalidad retrógrada que se expresó en las destrucciones de monumentos históricos y arqueológicos perpetradas por los yihadistas en Irak y en Siria. No existe ninguna otra razón que justifique la decisión de los Saud de destruir la casa del Profeta Mahoma y la destrucción de las históricas tablillas sumerias perpetrada por los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh).

Las potencias occidentales que en el pasado utilizaron a los Saud para acabar con el Imperio Otomano –hecho que todos reconocen hoy en día– son las mismas que utilizaron a los yihadistas, financiados por los Saud y formateados ideológicamente por los wahabitas, para destruir Irak y Siria.

Aunque ya nadie quiere recordarlo, al principio de la agresión contra Siria, mientras la prensa occidental nos servía la fábula de la «primavera árabe», Arabia Saudita sólo exigía que el presidente Bachar al-Assad dejara el cargo. Riad aceptaba que se quedaran sus consejeros, su gobierno y hasta su ejército y sus servicios secretos. Sólo quería la cabeza de Assad… porque Assad no es sunnita.

Cuando el príncipe Mohamed ben Salman (a quien la prensa prefiere llamar «MBS») se convirtió en el ministro de Defensa más joven del mundo, exigió poder explotar los yacimientos petrolíferos que abarcan parte de su país y del territorio yemenita. Ante la negativa de Yemen, inició una guerra con la que esperaba cubrirse de gloria, como su abuelo. Pero, a través de la Historia, nadie ha logrado mantenerse en Yemen, ni en Afganistán. Poco importa, el príncipe heredero “demuestra” su poderío hambreando a 7 millones de personas. Todos los miembros del Consejo de Seguridad dicen sentir preocupación ante la crisis humanitaria en Yemen, pero ninguno se atreve a criticar al “valeroso” príncipe MBS.

Como consejero de su padre el rey, MBS propone eliminar al jefe de la oposición saudita –el jeque Nimr Baqr al-Nimr [2]. El jeque al-Nimr era partidario de la no violencia… pero era chiita, o sea un «infiel», según la visión de los wahabitas. El jeque al-Nimr fue decapitado, sin que las potencias occidentales se escandalizaran por ello. Después, MBS destruyó Mussawara y Chuweikat, en la región saudita de Qatif, ¡de población fundamentalmente chiita! Las potencias occidentales tampoco vieron allí las ciudades arrasadas por los blindados del reino ni sus pobladores masacrados.

El príncipe heredero no soporta la menor contradicción y en junio de 2017 empujó a su padre a romper con Qatar, porque el pequeño pero riquísimo emirato había tenido la audacia de ponerse del lado de Irán ante Arabia Saudita. MBS intimó entonces a todos los países árabes a seguirlo en su disputa con Qatar y logró hacerlo retroceder temporalmente.

Al llegar a la Casa Blanca, el presidente Trump decide ser pragmático. Acepta la agonía de los yemenitas, a condición de que Riad ponga fin al respaldo que aportaba a los yihadistas.

Es entonces cuando al consejero de Trump, su yerno Jared Kushner, se le ocurre la idea de recuperar el dinero que los Saud ganan con el petróleo y usarlo para revitalizar la economía de Estados Unidos. La inmensa fortuna de los Saud es el dinero que las potencias occidentales en general y los estadounidenses en particular han venido pagando por el petróleo saudita. No es fruto del trabajo de la familia real sino la renta que sacan de un país que les pertenece. 
El príncipe Mohamed ben Salman organiza entonces el golpe palaciego de noviembre de 2017 [3]. Al menos 1 300 miembros de la familia real son puestos bajo arresto domiciliario, incluyendo al primer ministro libanés Saad Hariri, descendiente bastardo del clan Fadh. Algunos de ellos son torturados para “convencerlos” de que deben “ofrecer” la mitad de sus fortunas al príncipe heredero, quien se echa así en el bolsillo 800 000 millones de dólares en dinero y en acciones [4]. ¡Craso error!

La fortuna de los Saud, hasta entonces dispersa entre todos los príncipes y sus descendientes, se concentra ahora en una mano que no es la del rey, representante del Estado. Así que sólo hay que torcer esa única mano para recuperar el botín.

El príncipe MBS amenaza también con imponer a Kuwait el destino que ya sufre Yemen, si él no puede explotar las reservas de petróleo ubicadas en las regiones limítrofes con Arabia Saudita. Pero el viento y el tiempo ya no son favorables al heredero.

La operación Khashoggi

A la izquierda: Al-Walid ben Talal Abdulaziz Al-Saud; a la derecha: el periodista Jamal Khashoggi


Sólo había que esperar la oportunidad. El 2 de octubre de 2018, uno de los servidores del acaudalado príncipe Al-Walid ben Talal Abdulaziz Al-Saud, el periodista Jamal Khashoggi, es asesinado por orden de MBS en la sede del consulado de Arabia Saudita en Estambul, lo cual constituye una violación del artículo 55 de la Convención de Viena sobre las relaciones consulares [5].

Jamal Khashoggi era nieto del médico personal del rey Abdul Aziz y sobrino del vendedor de armas Adnan Khashoggi, el hombre que equipó la fuerza aérea saudita y posteriormente armó –por cuenta del Pentágono– al Irán chiita contra el Irak sunnita. Samira Khashoggi, tía de Jamal Khashoggi, es la madre de otro vendedor de armas, Dodi al-Fayed, amante de la mediática princesa británica Lady Diana, junto a la cual fue eliminado [6]).

Jamal Khashoggi estaba implicado en un nuevo golpe palaciego que el príncipe Al-Walid ben Talal estaba preparando contra MBS. Varios asesinos presentes en el consulado le cortaron los dedos, descuartizaron su cuerpo y posteriormente presentaron su cabeza al amo MBS. Todo fue meticulosamente grabado por los servicios secretos de Turquía y Estados Unidos.

En Washington, la prensa y los miembros del Congreso estadounidense exigen al presidente Trump la adopción de sanciones contra Riad [7].

Turki al-Dakhil, uno de los consejeros del príncipe heredero, responde que si Estados Unidos adopta sanciones contra Arabia Saudita, esta última es capaz de echar abajo el orden mundial [8]. Según la tradición de los beduinos del desierto, a todo insulto debe responderse con una venganza… a cualquier precio.

Según ese consejero, Arabia Saudita está preparando una treintena de medidas y las más importantes serían: 

- Reducir la producción de petróleo a 7,5 millones de barriles diarios, lo cual provocaría un alza de precios, que podrían llegar a 200 dólares por barril. Además, Arabia Saudita no aceptaría pagos en dólares estadounidenses, provocando así el fin de la hegemonía mundial de esa moneda;
- Arabia Saudita se alejaría de Washington para acercarse a Teherán; 
- Arabia Saudita compraría armamento a Rusia y China. El reino propondría además a Rusia abrir una base militar en suelo saudita, concretamente en la provincia de Tabuk, en el noroeste, o sea cerca de Siria, Líbano e Irak;
- de la noche a la mañana, Arabia Saudita pasaría a respaldar al Hamas y al Hezbollah.
Consciente de los daños que la fiera es capaz de provocar, la Casa Blanca promete a sus perros parte de los despojos.

Recordando tardíamente sus bellos discursos sobre los «Derechos Humanos», las potencias occidentales claman en coro que ya no soportan más esa tiranía medieval [9]. Uno a uno, todos los líderes económicos de Occidente se alinean tras las instrucciones de Washington y anulan su participación en el Foro de Riad. Recordando que Jamal Khashoggi era «residente estadounidense», el presidente Trump y su consejero Jared Kushner hablan de confiscar bienes, que pasarían a manos de Estados Unidos.

Mientras tanto, en Tel Aviv reina el pánico. El príncipe MBS era el mejor socio del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu [10]. Netanyahu incluso solicitó al príncipe heredero la creación de un estado mayor común israelo-saudita en Somalilandia para aplastar a los yemenitas. MBS viajó en secreto a Israel a finales de 2017. El ex embajador de Estados Unidos en Tel Aviv, Daniel B. Shapiro, advierte a sus correligionarios israelíes que al aliarse al príncipe heredero saudita, Netanyahu pone a Israel en peligro [11].

El Pacto del Quincy solo protege al rey de Arabia Saudita. No incluye al príncipe heredero.


Thierry Meyssan

Ir al capítulo III



NOTAS: 


La primera parte de este reportaje ha sido resumida previa lectura de decenas de notas de la presa internacional como RT espanol, The Washington Post, The Guardian, Al Manar, Red Voltaire, varias publicaciones de la prensa turca, sería largo anotar todas las fuentes, algunos reportes consultados en castellano son los siguientes:

Washington Post: MBS ordenó el asesinato de Khashoggi
El caso Khashoggi: Mentiras, violencia y luchas de poder en Arabia Saudí
La fiscalía saudí reconoce que el asesinato de Khashoggi fue premeditado
El Gobierno británico no ve "creíble" la explicación saudí sobre Khashoggi
Se hace pública la división interna de la familia real saudita
"Maduro es el nuevo Pablo Escobar": Andrés Pastrana arremete contra el régimen Al menos 20 heridos tras romperse una escalera mecánica en el metro de Roma ¿Por qué el asesinato del periodista saudí Khashoggi es importante para el mundo?
Jamal Khashoggi y el complot fallido contra MBS
Cómo el hombre tras la muerte del periodista saudí Khashoggi dirigió todo por Skype
El rey saudita podría destituir a su hijo por el asesinato de Jamal Khashoggi
Erdogan insiste a Riad: "¿Dónde está el cuerpo de Khashoggi ?"
Turquía cuestiona la versión de Riad e insiste en que fue un brutal crimen

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NOTAS: Sobre el artículo de Thierry Meyssan


[1] El “Pacto del Quincy” debe su nombre al hecho de haber sido firmado a bordo del navío de guerra estadounidense USS Quincy (CA-71). Nota de la Red Voltaire.
[2] «El régimen de los Saud se tambalea después de ejecutar al jeque al-Nimr», por André Chamy, Red Voltaire, 4 de enero de 2016.
[3] «Golpe palaciego en Riad», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de noviembre de 2017.
[4] “Saudis Target Up to $800 Billion in Assets”, Margherita Stancati y Summer Said, Wall Street Journal, 8 de noviembre de 2017.
[5] «Convention de Vienne sur les relations consulaires », Réseau Voltaire, 24 avril 1963.
[6] Lady died, par Francis Gillery, Fayard éd., 2006; «Francis Gillery: “Yo estudié el mecanismo de la mentira de Estado en el caso de la princesa Diana”», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 4 de septiembre de 2007.
[7] “The disappearance of Jamal Khashoggi”, por Manal al-Sharif, The Washington Post, 9 de octubre de 2018. “Letter by the Senate Foreign Relations Committee on the disappearance of Jamal Khashoggi”, 10 de octubre de 2018.
[8] “US sanctions on Riyadh would mean Washington is stabbing itself”, Turki Al-Dakhil, Al-Arabiya, 14 de octubre de 2018.
[9] «Declaración Conjunta de los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido sobre la desaparición de Jamal Khashoggi», Red Voltaire, 14 de octubre de 2018.
[10] «Exclusivo: Los planes secretos de Israel y Arabia Saudita», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de junio de 2015.
[11] “Why the Khashoggi Murder Is a Disaster for Israel”, Daniel Shapiro, Haaretz, 17 de octubre de 2018.
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