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05 septiembre 2021

La Hermandad Musulmana como cofradía de asesinos


Hasan al-Banna, fundador de los Hermanos Musulmanes


por Thierry Meyssan


Publicaremos en seis entregas segmentos del libro de Thierry Meyssan, "Sous nos yeux. Du 11-Septembre á Donald Trump" (2017), en que se analiza la política islamista. En una entrega anterior recordamos algunos ensayos sobre los ´Hermanos Musulmanes´: sus orígenes, ideología, finanzas, conexiones con los hermanos en el gobierno de los Estados Unidos, etc. 

El libro del politólogo francés, Thierry Meyssan, describe desde otro ángulo el establecimiento de una sociedad secreta egipcia, la Hermandad Musulmana y su reactivación después de la Segunda Guerra Mundial por la inteligencia británica y el uso de este grupo por parte del MI6 para cometer asesinatos políticos en su ex colonia, Egipto.

Como se ha dicho, los siguientes artículos son subcapítulos del libro "Sous nos Yeux" (Bajo nuestros ojos, en su literal traducción). La edición en castellano apareció en diciembre 2017 (casa editorial Orfila Valentini) bajo el título: "De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las primaveras árabes”, con prólogo del reconocido periodista mexicano y especialista en geopolítica Alfredo Jalife.

Estas lecturas son claves para comprender el islamismo político y el surgimiento de los grupos extremistas del llamado terrorismo internacional bajo el clandestino control de los Hermanos Musulmanes, incluso es necesario para revaluar nuestras creencias sobre el movimiento Talibán, el tema de actualidad en la alta diplomacia mundial.

Buena lectura. 


***



Hasan al-Banna, fundador de los Hermanos Musulmanes. Poco se sabe de su familia, excepto que eran relojeros, profesión que en Egipto estaba reservada a los judíos.


La "primavera árabe" vivida por los Hermanos Musulmanes

En 1951 los servicios de inteligencia anglosajones crearon una sociedad política secreta a partir de la organización homónima: los Hermanos Musulmanes. Los utilizaron primero para matar a personalidades que se les oponían, y luego a partir de 1979 como mercenarios contra los soviéticos. Fueron incorporados a la OTAN a principios de la década de 1990 y en la década de 2010 intentaron llevarlos al poder en los países árabes. La Hermandad Musulmana y la orden sufí de los Naqshbandi reciben fondos de al menos $ 80 mil millones anuales por la familia gobernante saudí, lo que los convierte en uno de los ejércitos más importantes del mundo. Toda la colección de líderes yihadistas, incluidos los de Daesh, es parte de este aparato militar.


1 - La Hermandad Musulmana Egipcia

Cuatro imperios mundiales desaparecen durante la Primera Guerra Mundial, el Imperio Alemán, el Imperio Austro-Húngaro, la Santa Rusia zarista y la "Puerta Exaltada" otomana. Los vencedores no observan la moderación e imponen sus condiciones a los vencidos. En Europa, por ejemplo, el Tratado de Versalles impone condiciones inaceptables a Alemania, que es la única responsable del conflicto. En Oriente, el desmantelamiento del califato otomano sale mal: en la Conferencia de San Remo (1920), de acuerdo con el Acuerdo secreto Sykes-Picot (1916), Gran Bretaña recibe permiso para fundar la patria judía de Palestina, mientras que a Francia se le permite colonizar Siria (incluido lo que ahora es el Líbano). Sin embargo, en lo que quedaba del Imperio Otomano, Mustafa Kemal se levantó simultáneamente contra el sultán, que perdió la guerra, y contra las potencias occidentales, que tomaron el control de su tierra. En la Conferencia de Sèvres (1920) el Califato se corta en pequeños pedazos para crear todo tipo de nuevos estados, incluido Kurdistán. El pueblo turco-mongol de Tracia y Anatolia se rebela y lleva a Kemal al poder. Finalmente, en la Conferencia de Lausana (1923), se trazaron las fronteras actuales, se abandonó el Kurdistán y se organizaron desplazamientos masivos de población que provocaron más de medio millón de muertos.


Pero así como Adolf Hitler en Alemania disputará el destino de su país, en el Medio Oriente un hombre se está levantando contra la reclasificación de su región. Un maestro egipcio inicia un movimiento para restaurar el califato que fue derrotado por las potencias occidentales. Este hombre es Hasan al-Banna y esta organización es la Hermandad Musulmana (1928).


Un califa es de hecho el sucesor del Profeta a quien todos deben obediencia, un título muy codiciado. Se sucedieron varias grandes sucesiones de califas, los omeyas, los abasíes, los fatimíes y los otomanos. El próximo Califa será el que se haya apropiado del título, en este caso el de "Líder Supremo" de la Hermandad, al que le gusta verse a sí mismo como el amo del mundo musulmán.

La sociedad secreta se está expandiendo muy rápidamente. Planea trabajar desde dentro del sistema para restaurar las instituciones islámicas. Los recién llegados deben jurar lealtad al fundador con un sable o un revólver sobre el Corán. El propósito de la Hermandad es puramente político, incluso si está formulado en términos religiosos. Hasan al-Banna o sus seguidores nunca hablarán sobre el Islam como religión ni mencionarán la espiritualidad musulmana. Para ellos, el Islam es solo un dogma, una entrega a Dios y el ejercicio del poder. Obviamente, los egipcios que apoyan a la Hermandad no lo ven así. Lo siguen porque pretende seguir a Dios.

Para Hasan al-Banna, la legitimidad de un gobierno no se mide por su naturaleza representativa, como es el caso de los gobiernos occidentales, sino por su capacidad para defender el "estilo de vida islámico", es decir, el del Egipto otomano en el siglo XIX. La Hermandad Musulmana nunca reconocerá que el Islam tiene una historia y que la forma de vida de los musulmanes varía mucho según la región y la época. Tampoco considerarán nunca que el Profeta revolucionó la sociedad beduina en la que vivía y que la forma de vida descrita en el Corán es solo una etapa determinada para este pueblo. Para ellos, las disposiciones penales del Corán, la Sharia, no pertenecen a una situación particular.

El hecho de que el estilo de vida islámico se extendiera a menudo por la espada justifica el uso de la fuerza por parte de la Hermandad. La Hermandad Musulmana nunca admitirá que el Islam también se puede difundir con el ejemplo. Eso no ha impedido que al-Banna y sus hermanos se presenten y pierdan en las elecciones. Si condenan a los partidos políticos, no es por oposición al sistema multipartidista, sino porque la separación de religión y política los haría caer en la corrupción.

La doctrina de los Hermanos Musulmanes es la ideología del "Islam político" o "Islamismo", una palabra que se hará ampliamente conocida.

En 1936, Hasan al-Banna escribe al primer ministro Mustafa el-Nahhas Pasha. Él exige:

- "reforma de la ley y la unificación de todos los tribunales bajo la ley de la sharia,

- reclutamiento dentro de las fuerzas armadas para crear un servicio voluntario bajo la bandera de la yihad;

- la anexión de países musulmanes y la preparación para la restauración del califato mediante la aplicación de la unidad requerida por el Islam".


Durante la Segunda Guerra Mundial, los Hermanos Musulmanes se declaran neutrales. En realidad, se convierte en una agencia de inteligencia del Reich alemán. Pero desde la entrada de Estados Unidos en la guerra mundial, cuando la suerte de las armas parece haber cambiado, juega un doble juego: se deja financiar por los británicos a cambio de proporcionar información sobre su primer empleador. Al hacerlo, la Hermandad muestra una falta total de principios y pura conveniencia política.

El 24 de febrero de 1945, los Hermanos Musulmanes prueban suerte y asesinan al Primer Ministro egipcio en plena sesión parlamentaria. La violencia luego se intensificó: represión contra los Hermanos Musulmanes y una serie de asesinatos políticos que culminaron con el asesinato del nuevo Primer Ministro el 28 de diciembre de 1948 y, en represalia, de Hasan al-Banna el 12 de febrero de 1949. Poco tiempo después, un tribunal condenó, instituyó en virtud del derecho de la guerra, a la mayoría de los miembros de los Hermanos Musulmanes a prisión y disolvió su asociación.


En esencia, esta sociedad secreta no era más que una banda de asesinos que querían hacerse con el poder ocultando su codicia detrás del Corán. Aquí es donde debería haber terminado su historia. Pero no fue así.


2 - La nueva hermandad concebida por los anglosajones y la paz separada con Israel


A pesar de sus negaciones, Sayyid Qutb era masón. Publicó un artículo titulado "Por qué me convertí en francmasón", que apareció en la revista al-Taj al-Masri (la "Corona de Egipto") el 23 de abril de 1943.


La capacidad de la Hermandad para movilizar a la gente y convertirla en asesinos tuvo que despertar la curiosidad de las Grandes Potencias.

Dos años y medio después de la disolución, los anglosajones formaron una nueva organización y nuevamente usaron el nombre de "Hermandad Musulmana". Aprovechando el cautiverio de sus líderes históricos, el ex juez Hasan al-Hudaibi es elegido líder supremo. Contrariamente a la creencia popular, no existe una continuidad histórica entre la antigua y la nueva Hermandad. Resulta que una unidad de la antigua sociedad secreta, el "Dispositivo Secreto", fue encargada por Hasan al-Banna de llevar a cabo los asesinatos, que él negó haber cometido. Esta organización dentro de la organización era tan secreta que no se vio afectada por la disolución de la Hermandad y desde entonces se ha puesto a disposición de sus sucesores. El Líder Supremo decide no reconocerlo y declara que solo quiere lograr sus objetivos por medios pacíficos. Es difícil determinar exactamente qué estaba pasando en ese momento entre los anglosajones, que querían restablecer la antigua Sociedad Secreta, y el Líder Supremo, que creía que simplemente estaba reclamando su audiencia entre las masas. En cualquier caso, el Aparato Secreto persistió mientras la autoridad del Líder decaía a favor de otros líderes de la Hermandad, provocando una guerra interna en toda regla. La CIA nombró al teórico de la jihad francmasón Sayyid Qutb (que quería restablecer la antigua Sociedad Secreta, y el Líder Supremo, que pensaba que solo estaba reclamando a su público entre las masas. En cualquier caso, el Aparato Secreto persistió mientras la autoridad del Líder decaía a favor de otros líderes de la Hermandad, provocando una guerra interna en toda regla.  

No es posible indicar con precisión las relaciones jerárquicas internas de todos los involucrados, porque por un lado cada rama extranjera es autónoma y por otro lado las unidades clandestinas dentro de la organización no están necesariamente subordinadas al Líder Supremo o al líder local, pero puede estar directamente subordinado a la CIA o al MI6.

En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, los británicos intentan dividir el mundo de tal manera que quede fuera del alcance de los soviéticos. En Zurich, en septiembre de 1946, Winston Churchill sugirió la idea de unos Estados Unidos de Europa. Introdujo la Liga Árabe con ese mismo principio. En ambos casos, el objetivo es ampliar la unidad regional con exclusión de la Unión Soviética. Por su parte, Estados Unidos de América, desde el inicio de la Guerra Fría, ha establecido asociaciones con la intención de orientar este movimiento en su beneficio, el Comité Americano de Europa Unida y los Amigos Americanos del Medio Oriente. 

En el mundo árabe, la CIA organizó dos golpes de Estado, primero a favor del general Hosni Zaim en Damasco (marzo de 1949), luego con los Oficiales Libres en El Cairo (julio de 1952). La idea es apoyar a los nacionalistas, ya que son vistos como enemigos de los comunistas. En una línea similar, Washington lleva al SS-Obersturmbannführer Otto Skorzeny a Egipto y al general pro-nazi Fazlollah Zahedi a Irán, ambos acompañados por cientos de ex funcionarios de la Gestapo, para liderar la lucha anticomunista. Desafortunadamente, Skorzeny formó la policía egipcia en una tradición de violencia. En 1963 se pronunciará contra Nasser a favor de la CIA y el Mossad. Zahedi, por su parte, creará la SAVAK, la policía política más cruel de la época.

Si bien Hasan al-Banna había definido el objetivo: tomar el poder manipulando la religión, Qutb definió los medios: la yihad. Una vez que los seguidores aceptaran la superioridad del Corán, podría usarse para organizarlos en un ejército y enviarlos a la batalla. Qutb desarrolla una teoría maniquea (en blanco y negro) para distinguir entre lo islámico y lo "siniestro". Este adoctrinamiento permite a la CIA y al MI6 utilizar a sus seguidores para dominar los gobiernos nacionalistas árabes y desestabilizar aún más las áreas musulmanas de la Unión Soviética. La Hermandad se convierte en una reserva inagotable de terroristas bajo el lema "Alá es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La Jihad es nuestro camino y el martirio es nuestro deseo".

La opinión de Qutb es racional, pero no razonable. Muestra una retórica inmutable de Alá - Profeta - Corán - Jihad - Martirio, que no deja lugar a discusión en ningún momento. Coloca la superioridad de su propia lógica por sobre la razón humana.


Recepción de una delegación de la Asociación Secreta por parte del presidente Eisenhower en la Casa Blanca (23 de septiembre de 1953)


La CIA organizó un coloquio en la Universidad de Princeton sobre "La situación de los musulmanes en la Unión Soviética". Para conmemorar la ocasión, Estados Unidos recibió a una delegación de los Hermanos Musulmanes encabezada por uno de los jefes de su brazo armado, Said Ramadan. El oficial de la CIA a cargo de la supervisión señaló que Ramadán no es un extremista religioso, sino más bien un fascista, una forma de enfatizar la naturaleza exclusivamente política de los Hermanos Musulmanes. El coloquio concluyó el 23 de septiembre de 1953 con una recepción en la Casa Blanca por parte del presidente Eisenhower. La alianza entre Washington y el yihadismo estaba completa.


(De izquierda a derecha) Hasan al-Banna casó a su hija con Said Ramadan e hizo de Ramadán su sucesor. La pareja tuvo hijos Hani (director del Centro Islámico en Ginebra) y Tariq Ramadan (quien se convirtió en profesor de tiempo completo en el Departamento de Estudios Islámicos Contemporáneos de la Universidad de Oxford).


Creada por la CIA para luchar contra el comunismo, la Hermandad se utilizó inicialmente para apoyar a los nacionalistas. En ese momento, la agencia estaba representada en el Medio Oriente por antisionistas de clase media. Pero pronto fueron suplantados por altos funcionarios de ascendencia anglosajona y puritana que venían de las principales universidades y simpatizaban con Israel. Washington entró en conflicto con los nacionalistas y la CIA puso a la Hermandad en su contra.


Said Ramadan y Abdul Ala Maududi proporcionaron un programa semanal en Radio Pakistán, una estación construida por el MI6 británico.


Said Ramadan había comandado a algunos combatientes durante la breve guerra contra Israel en 1948 y luego ayudó a Sayyid Abul Ala Maududi a fundar la organización paramilitar Jamaat-i-Islami en Pakistán. En ese momento, el objetivo era crear una identidad islámica para los musulmanes indios para que formaran un nuevo estado, Pakistán. El Jamaat-i-Islami redactó posteriormente la Constitución de Pakistán. Ramadán se casa con la hija de Hasan al-Banna y se convierte en el jefe de la rama armada de la nueva "Hermandad Musulmana".

Aunque en Egipto la Hermandad Musulmana había participado en el golpe de Estado del General Mohammad Nagib por parte de los Oficiales Libres (Sayyid Qutb era su enlace), se les ordena evitar a uno de sus líderes, Gamal Abdel Nasser, que ha entrado en conflicto con el despeje de Nagib. El 26 de octubre de 1954, esto no solo falla, sino que Nasser toma el poder, reprime a la Hermandad y coloca a Nagib bajo arresto domiciliario. Sayyid Qutb es ahorcado unos años después.

Después de ser prohibida en Egipto, la Hermandad Musulmana huyó a los estados wahabíes (Arabia Saudita, Qatar y el Emirato de Sharjah) y a Europa (Alemania, Francia y Gran Bretaña, y la entonces neutral Suiza). Cada vez son recibidos como agentes occidentales que luchan contra la naciente alianza entre los nacionalistas árabes y la Unión Soviética. Said Ramadan obtiene un pasaporte diplomático jordano y se instala en Ginebra en 1958, desde donde lidera la desestabilización del Cáucaso y Asia Central (que incluye Pakistán-Afganistán y el valle soviético de Ferghana). Está a cargo del Comité de Construcción de la Mezquita de Munich, que le da la supervisión de casi todos los musulmanes en Europa Occidental. Con la ayuda del Comité Americano para la Liberación de los Pueblos de Rusia (AmComLib), es decir, la CIA, tiene Radio Liberty / Radio Free Europe, un canal financiado directamente por el Congreso de Estados Unidos, para difundir las ideas de la Hermandad.

Tras la crisis del Canal de Suez y el espectacular giro de Nasser del lado de la Unión Soviética, Washington decide dar un apoyo ilimitado a los Hermanos Musulmanes contra los nacionalistas árabes. A Miles Copeland, un oficial de alto rango de la CIA, se le asigna, sin éxito, seleccionar una figura de la Hermandad que podría desempeñar un papel en el mundo árabe similar al que desempeñó el predicador Billy Graham para los Estados Unidos. No fue hasta la década de 1980 que se encontró un predicador de esta talla en el egipcio Yusuf al-Qaradâwî.

En 1961, la Hermandad forma un enlace con otra sociedad secreta, la Orden de los Naqshbandi. Se trata de una especie de masonería islámica que mezcla la iniciación sufí y la política. Uno de sus teóricos nativos americanos, Abu al-Hasan Ali al-Nadwi, publica un artículo en la revista de los Hermanos Musulmanes. La orden está tradicionalmente presente en muchos países. En Irak, el Gran Maestre no es otro que el posterior vicepresidente Izzat Ibrahim al-Duri. En 1982, apoyó el golpe de Estado de los Hermanos Musulmanes en Siria y, posteriormente, la "Campaña por el retorno a la fe" organizada por el presidente Saddam Hussein para volver a identificar a su país después de que las potencias occidentales establecieran una zona de exclusión aérea. En Turquía, la orden desempeñará un papel más multifacético. Los funcionarios incluyen a Fethullah Güllen (fundador del movimiento Hizmet), el presidente Turgut Özal (1989-93) y el primer ministro Necmettin Erbakan (1996-97), el fundador del Partido de la Justicia (1961) y el Millî Görüş (1969). En Afganistán, el ex presidente Sibghatullah Mujaddidi (1992) fue el Gran Maestre. En Rusia, en el siglo XIX, con el apoyo del Imperio Otomano, la orden había puesto a Crimea, Uzbekistán, Chechenia y Daguestán contra el zar. No se sabrá nada de esta rama hasta la caída de la URSS, lo mismo ocurre con Xinjiang en China. El acercamiento entre los Hermanos Musulmanes y los Naqshbandi rara vez se ha examinado a la luz de la oposición de principios de los islamistas al orden místico y sufí en general. El presidente Turgut Özal (1989-93) y el primer ministro Necmettin Erbakan (1996-97), fundador del Partido de la Justicia (1961) y del Millî Görüş (1969). En Afganistán, el ex presidente Sibghatullah Mujaddidi (1992) fue el Gran Maestre. En Rusia, en el siglo XIX, con el apoyo del Imperio Otomano, la orden había puesto a Crimea, Uzbekistán, Chechenia y Daguestán contra el zar. No se sabrá nada de esta rama hasta la caída de la URSS, lo mismo ocurre con Xinjiang en China. El acercamiento entre los Hermanos Musulmanes y los Naqshbandi rara vez ha sido examinado a la luz de la oposición de principios de los islamistas al orden místico y sufí en general. El presidente Turgut Özal (1989-93) y el primer ministro Necmettin Erbakan (1996-97), fundador del Partido de la Justicia (1961) y del Millî Görüş (1969). En Afganistán, el ex presidente Sibghatullah Mujaddidi (1992) fue el Gran Maestre. En Rusia, en el siglo XIX, con el apoyo del Imperio Otomano, la orden había puesto a Crimea, Uzbekistán, Chechenia y Daguestán contra el zar. No se sabrá nada de esta rama hasta la caída de la URSS, lo mismo ocurre con Xinjiang en China. El acercamiento entre los Hermanos Musulmanes y los Naqshbandi rara vez ha sido examinado a la luz de la oposición de principios de los islamistas al orden místico y sufí en general. En Rusia, en el siglo XIX, con el apoyo del Imperio Otomano, la orden había puesto a Crimea, Uzbekistán, Chechenia y Daguestán contra el zar. No se sabrá nada de esta rama hasta la caída de la URSS, lo mismo ocurre con Xinjiang en China. El acercamiento entre los Hermanos Musulmanes y los Naqshbandi rara vez ha sido examinado a la luz de la oposición de principios de los islamistas al orden místico y sufí en general



La sede saudita de la Liga Islámica Mundial. En 2015, el presupuesto fue más alto que el del Ministerio de Defensa de Arabia Saudita. Como el mayor comprador de armas del mundo, Arabia Saudita compra las armas distribuidas por la Liga a las organizaciones de los Hermanos Musulmanes y Naqshbandi.


En 1962, la CIA anima a Arabia Saudita a establecer la Liga Mundial Musulmana y pagar a la Hermandad y el Orden para luchar contra los nacionalistas y comunistas. Esta organización está inicialmente financiada por Aramco (Arab-American Oil Company). Entre sus veinte miembros fundadores se encuentran los tres teóricos islámicos ya mencionados: el egipcio Said Ramadan, el paquistaní Sayyid Abul Ala Maududi y el indio Abu al-Hasan Ali al-Nadwi.

De facto, Arabia, que de repente tiene una enorme liquidez gracias al comercio del petróleo, se convierte en el patrón mundial de los Hermanos Musulmanes. A nivel local, la monarquía le confía la educación escolar y universitaria, en un país donde casi nadie sabe leer ni escribir. La Hermandad Musulmana debe ajustarse a sus propietarios. De hecho, su juramento de lealtad al Rey les impide predicar lealtad al Líder Supremo. En cualquier caso, se organizan en torno a Mohamed Qutb, el hermano de Sayyid, en dos corrientes: por un lado, los Hermanos Musulmanes de Arabia Saudita; al otro lado los "Sourourists". Estos últimos, al ser saudíes, buscan lograr una síntesis entre la ideología política de la Hermandad y la teología wahabí. Esta secta, a la que pertenece la familia real, aboga por una interpretación iconoclasta y antihistórica del Islam, que proviene de la ideología beduina. Hasta que Riad tuvo petrodólares, impuso una prohibición eclesiástica a las escuelas musulmanas tradicionales, que a su vez las consideraban heréticas.

En realidad, las políticas de los Hermanos Musulmanes y la religión wahabí no tienen nada en común, pero pueden reconciliarse. Sin embargo, la Hermandad no puede soportar el pacto que une a la familia Saud con los predicadores wahabíes: la idea de una monarquía bajo la ley divina choca con el hambre de poder de la Hermandad Musulmana. Según se informa, los saudíes apoyan a los Hermanos Musulmanes en cualquier parte del mundo con la condición de que no interfieran en la política de Arabia.

El apoyo de los wahabíes saudíes a los Hermanos Musulmanes crea una rivalidad adicional entre Arabia y los otros dos estados wahabíes, Qatar y el emirato de Sharjah.

De 1962 a 1970, la Hermandad Musulmana participa en la guerra civil en el norte de Yemen, tratando de restaurar la monarquía del lado de Arabia Saudita y Gran Bretaña contra los nacionalistas árabes, Egipto y la URSS, un conflicto que presagia lo que seguirá por medio 1siglo.

En 1970, Gamal Abdel Nasser logra llegar a un acuerdo entre los grupos palestinos y el rey Hussein de Jordania para acabar con el "Septiembre Negro". En vísperas de la cumbre de la Liga Árabe para aprobar el acuerdo, muere, oficialmente de un infarto, mucho más probablemente asesinado. Nasser tuvo tres vicepresidentes, uno de izquierda -muy popular-, un centrista -conocido- y, a petición de Estados Unidos y Arabia Saudita, un conservador: Anwar as-Sadat. Bajo presión, el vicepresidente de izquierda se declara indigno de su cargo. El vicepresidente centrista prefiere dejar la política. Sadat es elegido como candidato nasseriano. El mismo drama está ocurriendo en muchos países:

Sadat, quien estuvo al servicio del Imperio Alemán durante la Segunda Guerra Mundial y profesa una gran admiración por el Führer, es un miembro ultraconservador de las fuerzas armadas que actuó como enlace entre la Hermandad y el alter ego de los Oficiales Libres Sayyid Qutb. Desde el momento en que llegó al poder, liberó a los miembros de la Hermandad Musulmana encarcelados por Nasser. El "presidente creyente" es el aliado de la Hermandad para la islamización de la sociedad (la "revolución de la rectificación"), pero es su competidor cuando se trata de ganancias políticas. Esta relación ambigua se ejemplifica con la creación de tres grupos armados que no son vástagos de la Hermandad, sino entidades externas que la obedecen: el Partido de la Liberación Islámica, la Jihad Islámica (de Sheikh Omar Abdel Rahman), y la Excomunión e Inmigración (el "Takfir"). Todos afirman aplicar los preceptos de Sayyid Qutb. Armado por los servicios de inteligencia, la Jihad Islámica lleva a cabo ataques contra cristianos coptos. En lugar de apaciguar la situación, el "presidente creyente" acusa a los coptos de sedición y encarcela a su Papa y a ocho de sus obispos. Finalmente, Sadat interviene en el liderazgo de la Hermandad Musulmana, toma una posición a favor de la Jihad Islámica y contra el Líder Supremo, y lo arresta.

A instancias del secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, persuade a Siria para que se una a Egipto para atacar a Israel y restaurar los derechos de los palestinos. El 6 de octubre de 1973, los dos ejércitos se enfrentan al estado hebreo durante la festividad de Yom Kipur. El ejército egipcio cruza el Canal de Suez mientras el ejército sirio ataca desde los Altos del Golán. Sin embargo, Sadat solo despliega parcialmente su escudo antiaéreo y detiene a su ejército a 15 kilómetros al este del canal mientras los israelíes atacan a los sirios, que están atrapados y maldicen la conspiración. Solo después de que los reservistas israelíes se movilicen y el ejército sirio esté rodeado por las fuerzas de Ariel Sharon, Sadat ordena a sus tropas que marchen y luego les impiden negociar un alto el fuego. Habiendo perdido ya a un aliado por la muerte de Nasser, los soviéticos perciben la traición egipcia, amenazan a Estados Unidos y exigen el fin inmediato de los combates.


Como antiguo enlace de Sayyid Qutb entre los "Oficiales Libres" y la Hermandad, el "presidente creyente" Anwar al-Sadat debería ser nombrado "Sexto Califa" por el parlamento egipcio. Aquí, el admirador de Adolf Hitler se sienta en la Knesset junto a sus socios Golda Meir y Shimon Peres.


Cuatro años después, según el plan de la CIA, el presidente Sadat va a Jerusalén y decide hacer una paz por separado con Israel en detrimento de los palestinos. La alianza entre los Hermanos Musulmanes e Israel ahora está sellada. Todas las naciones árabes condenan esta traición, Egipto es expulsado de la Liga Árabe, cuya sede se traslada a Túnez.


El hombre a cargo del "aparato secreto" de los Hermanos Musulmanes, Aiman ​​al-Zawahiri (ahora jefe de Al Qaeda), orquestó el asesinato del presidente Sadat (6 de octubre de 1981)


En 1981 Washington decide emprender un nuevo camino. La Jihad Islámica tiene la orden de liquidar a Sadat, que ahora es inútil. Es asesinado durante un desfile militar mientras el parlamento se prepara para nombrarlo "Sexto Califa". Siete personas mueren y 28 resultan heridas en la tribuna estatal, pero el vicepresidente Mubarak, que se sienta junto al presidente, escapa. Fue el único en la galería estatal que usó un chaleco antibalas en el momento adecuado. Sucede al "presidente creyente" y la Liga Árabe puede regresar a El Cairo.


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13 noviembre 2020

Erdogan ya no quiere ser emperador otomano sino califa




por Thierry Meyssan

Este artículo viene a ser continuación de ¿Se convertirá el Alto Karabaj en la tumba de Erdogan?, del mismo autor.


Se equivocan quienes acusan al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de querer restaurar el imperio ‎otomano. Para Erdogan, las conquistas territoriales no son un objetivo sino una ‎manera de propiciar alianzas. Al cabo de largas vacilaciones, Erdogan ya no tiene ‎intenciones de ser sultán sino califa, convirtiéndose en el jefe de los musulmanes ‎sunnitas del mundo entero. ‎

Hace un mes que Azerbaiyán reinició las hostilidades en el Alto Karabaj y los ejércitos de ese país y ‎de Turquía siguen obteniendo éxitos militares en el terreno, mientras que Bakú y Ankara ‎acumulan reveses diplomáticos. ‎

En general, todo marcha como lo habíamos previsto, partiendo del principio que en realidad ‎se trata de la preparación de una operación de los miembros de la OTAN contra el jefe de la ‎Hermandad Musulmana, Recep Tayyip Erdogan, por demás presidente de Turquía. La verdadera ‎operación podría comenzar cuando se inicie un nuevo genocidio contra la población armenia en ‎el Alto Karabaj. ‎

Sin embargo, la intervención de actores imprevistos en el conflicto del Alto Karabaj y el resultado ‎de la elección presidencial en Estados Unidos son elementos que podrían perturbar el plan de ‎Washington. 

Recep Tayyip Erdogan saluda haciendo con las manos el gesto que ‎lo identifica como miembro de la Hermandad Musulmana –la mano abierta pero con el pulgar ‎hacia el interior de la mano. ¿Su objetivo? Reinstaurar el califato en su propio beneficio.

Turquía acumula muchos

conflictos sin resolver

- Desde su creación, la Turquía moderna sigue negando el genocidio perpetrado contra sus ‎poblaciones no musulmanas (en 1894-1895 y, posteriormente, desde 1915 hasta 1923) ‎dedicándose a destruir las pruebas. Pese a ello, documentos que corroboran la autenticidad de las ‎órdenes impartidas, primero por el Imperio Otomano y más tarde por los “Jóvenes Turcos”– ‎fueron hallados en 2018 (1).‎

- Desde 1974, Turquía ocupa el noreste de Chipre. La ocupación turca persiste allí a pesar de que ‎Chipre se convirtió, en 2004, en miembro de la Unión Europea. Para decirlo claramente, hace ‎‎16 años que el ejército turco ocupa parcialmente un país miembro de la Unión Europea.

- En 2012, Turquía emprendió, por cuenta de la OTAN, una operación tendiente a despoblar Siria. ‎Las autoridades turcas propusieron a las poblaciones del norte de Siria refugiarse temporalmente ‎en territorio turco, hasta que se estabilizara la situación en el aspecto militar. Turquía construyó ‎incluso varias nuevas ciudades para albergar a los refugiados sirios… pero sigue sin darles acceso ‎a esos alojamientos.

- También en 2012, Turquía invadió el norte de Siria –actualmente sigue ocupando la ‎gobernación siria de Idlib. También saqueó las instalaciones industriales de la región siria de ‎Alepo, robando las máquinas-herramientas de las fábricas locales.

- En 2013, el «banquero de al-Qaeda», Yassin al-Qadi, de Arabia Saudita, resultó herido en un ‎accidente automovilístico en Estambul, mientras se hallaba en compañía del jefe de la seguridad ‎del presidente Erdogan. Un hijo del propio Erdogan lo visitó en el hospital donde fue internado.

- En 2014, el ejército turco dirigió a los yihadistas en Siria, llegando incluso a atacar junto a ellos ‎varias localidades sirias, como Kassab –de población mayoritariamente armenia–, y obligando sus ‎habitantes a huir.

- En 2015, los servicios secretos turcos aportaron todo tipo de apoyo al Emirato Islámico (Daesh), ‎mientras que la empresa Powertans, propiedad del cuñado del presidente Erdogan, organizaba el ‎transporte del petróleo sirio robado por los yihadistas hacia el puerto turco de Ceyhan. Desde allí, ‎otra empresa –BMZ Group Denizcilik ve Insaat A.S., comprada por un hijo del presidente Erdogan– ‎enviaba el petróleo robado a Siria hacia Israel y varios países occidentales. Al mismo tiempo, ‎una hija del presidente Erdogan dirigía un hospital secreto en la ciudad turca de Sanliurfa, donde ‎se atendía a los yihadistas heridos provenientes de Siria hasta ponerlos en condiciones de ‎regresar al combate.

- En 2015, la mafia turca, bajo la dirección del primer ministro Binali Yildirim, instalaba en las zonas ‎controladas por Daesh talleres dedicados a la falsificación de artículos de diferentes marcas ‎occidentales para su posterior venta en Europa, garantizando además el transporte de los ‎artículos falsificados hacia Europa.

- También en 2015, Turquía amenazaba a la Unión Europea con “abrir la compuerta” para permitir ‎la llegada a Europa de un millón de refugiados de Afganistán, Irak y Siria. Con este chantaje, ‎Turquía obtenía de la Unión Europea el pago de cuantiosas subvenciones que le permitieron ‎proseguir sus guerras.

- En 2015 y 2016, Turquía rechazó el fin de los acuerdos secretos concluidos con Francia y Bélgica ‎con vista a la creación de un seudo Kurdistán en suelo sirio. En represalia por la ruptura de esos ‎acuerdos, Turquía orquestó una serie de atentados que dejaron 138 muertos en Francia y ‎‎35 muertos en Bélgica.

- En 2016, el ejército turco se negó a retirarse de Irak, a pesar de los pedidos de Bagdad. Bajo la ‎ocupación estadounidense, Turquía había instalado –a título provisional– varias bases militares en ‎suelo iraquí pero comenzó a utilizarlas para aportar apoyo a los yihadistas de Daesh contra el ‎Estado iraquí. Actualmente, Turquía mantiene sus instalaciones militares en Irak.

- En 2017, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan hizo campaña en el seno de las comunidades ‎turcas en el exterior. Alemania y los Países Bajos, le prohibieron realizar mítines políticos en ‎su suelo. Durante aquellos incidentes, el presidente Erdogan calificó de «nazi» a la canciller ‎alemana Angela Merkel.

- En 2019, Turquía procedió a la firma de un acuerdo con el gobierno libio creado en Trípoli y ‎posteriormente firmó otro con el gobierno de Túnez. A raíz de esos acuerdos, Turquía comenzó a ‎enviar a ambos países combatientes yihadistas provenientes de la región que aún sigue ocupando en Siria. ‎Esos yihadistas luchan actualmente contra las fuerzas emiratíes que apoyan el gobierno libio ‎establecido en Bengasi.

- En 2020, Turquía reclamó la posesión de yacimientos de gas en el Mediterráneo. Las fronteras ‎marítimas con Grecia nunca han llegado a delimitarse desde la creación de la República de ‎Turquía. Ciertamente Turquía tiene derecho a explotar parte de los yacimientos de gas ‎descubiertos, pero no todos. A raíz de ese diferendo, navíos de la marina de guerra turca ‎amenazaron de hecho unidades navales de la marina de guerra francesa. ‎

Esta lista de “asunto pendientes” está lejos de ser exhaustiva. 

El presidente turco Recep Erdogan no disimula su ambición. Se hizo construir la residencia oficial más grande del mundo donde recibe a sus invitados, rodeado de 16 guerreros que simbolizan los 16 imperios turcos.

 

El conflicto entre

Estados Unidos y Turquía

Estados Unidos comenzó a cuestionar las “actividades” del clan Erdogan cuando el presidente ‎turco inició sus compras de armamento ruso y la construcción de un gasoducto con la Federación ‎Rusa. Desde ese momento, Washington trató de deshacerse de Erdogan por la vía “democrática” ‎‎–respaldando al Partido Democrático de los Pueblos (HDP). Como el partido de Erdogan –‎el AKP– logró manipular las elecciones legislativas realizadas en junio y noviembre de 2015, ‎la CIA ha tratado de asesinar al presidente Erdogan en varias ocasiones. El 15 de julio de 2016, ‎el cuarto intento de asesinato contra Erdogan acabó convirtiéndose en una intentona golpista ‎improvisada en el último momento. ‎

A partir de ahí, el presidente Erdogan, aun subrayando su adhesión a la OTAN, ha venido ‎multiplicando las provocaciones. Por ejemplo, durante un viaje oficial a Estados Unidos, Erdogan ordenó a ‎sus guardaespaldas personales arremeter a golpes contra seguidores del predicador Fehtullah ‎Gulen que realizaban una manifestación frente a la embajada turca en Washington. También ‎ordenó el encarcelamiento de un ciudadano estadounidense en Turquía. ‎

El plan actual de Estados Unidos contra el presidente turco Erdogan consiste en empujarlo a ‎cometer un error para deshacerse de él con cierto respaldo internacional –algo similar a ‎la trampa en la que cayó el presidente iraquí Saddam Hussein con la invasión de Kuwait, hecho ‎que sirvió para justificar la Operación Tormenta del Desierto. Hoy en día, una acción contra ‎el presidente turco Erdogan podría justificarse internacionalmente mediante una masacre contra ‎los armenios, en el marco del conflicto en el Alto Karabaj, si se garantiza la continuidad en la ‎Casa Blanca (Nota del editor del blog: Como el autor dice más arriba, el plan corre el riesgo de ser olvidado ya que Joe Biden ha ganado la presidencia de los Estados Unidos).

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Erdogan corre a caer en la trampa

Durante todo el mes de octubre, el clan Erdogan ha repetido sin cesar que la OTAN necesita más ‎a Turquía que a la inversa, o sea que la alianza atlántica nunca podrá excluir de sus filas ‎a Turquía… ni tampoco atacarla.


Así que el presidente Erdogan sigue adelante con su ofensiva en todos los frentes. Incluso envió ‎consejeros turcos a garantizar la formación de los guardacostas del gobierno libio de Trípoli, ‎en lugar de los consejeros italianos. De esa manera, Erdogan vuelve a amenazar a la Unión ‎Europea con “abrir la compuerta” a la migración, ahora desde África. Por otro lado, Turquía ‎también favoreció últimamente nuevos ataques de los yihadistas contra los militares rusos ‎en Siria.

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Presencia militar turca en el norte de Siria (foto archivo)


Moscú ha sido el único en reaccionar ante las provocaciones turcas. El Kremlin ordenó la ‎reanudación de los bombardeos aéreos contra los yihadistas en la región siria de Idlib, ‎concentrando esas acciones sobre un grupo apadrinado por Turquía y anteriormente vinculado a ‎al-Qaeda. El hecho es que esos ataques rusos violan los acuerdos ruso-turco en Siria pero ‎a la vez ponen de relieve la obediencia del movimiento yihadista a la autoridad personal de ‎Recep Tayyip Erdogan. ‎

Más recientemente, el presidente turco Erdogan abrió un nuevo frente arremetiendo contra ‎el presidente francés, Emmanuel Macron, insultándolo incluso más que a la canciller alemana ‎Angela Merkel hace tres años. Aunque puede parecer banal, este asunto es mucho más importante ‎de lo que parece ya que tiene que ver con el fondo del problema. ‎


La guerra de civilizaciones no opone el islam al cristianismo, sino dos principios: la religión de Estado frente a la libertad de conciencia

Después de muchas dilaciones, Recep Tayyip Erdogan está tratando de dar respuesta a la pregunta ‎existencial que se plantea Turquía. Y lo hace definiéndola como la patria de la Hermandad ‎Musulmana. ‎

Erdogan abandona así los sueños neo-otomanos de su ex primer ministro, Ahmet Davutoglu, hoy ‎en la oposición. También renuncia a los espacios naturales que son, para Turquía, el mundo ‎turcoparlante y Occidente (la Unión Europea y la OTAN). Ahora espera extender su poder sobre ‎el conjunto del mundo musulmán aferrándose al principio de una religión de Estado, de la que ‎él mismo pretende convertirse en califa. ‎

Es importante recordar aquí que Mahoma no fue, como Cristo, un simple carpintero sino un ‎político y además un general victorioso, siendo a la vez un líder espiritual. Al morir Mahoma, sus ‎discípulos lucharon entre sí. El «califa» –o sea, el «sucesor»– heredó el poder temporal del ‎Profeta, no su poder espiritual. Por cierto, es evidente que muchos califas ni siquiera creían ‎en Dios. Al final de la Primera Guerra Mundial, el «califa» era el soberano otomano que residía ‎en Constantinopla (hoy Estambul). El ideal de la Hermandad Musulmana es reinstaurar el califato ‎‎(el poder temporal del Profeta) gracias al derecho de la época del Profeta: la sharia. Al igual que ‎los europeos del siglo XVI, los miembros de la Hermandad Musulmana estiman que un pueblo ‎tiene que adoptar obligatoriamente la religión de su soberano, una visión del mundo ‎radicalmente opuesta al principio de libertad de conciencia establecido en Francia desde la ‎abjuración de Enrique IV, en 1593 (2), y también contrario al compromiso del laicismo, ‎establecido en 1905 (3). De hecho, ‎Recep Tayyip Erdogan y la Hermandad Musulmana tratan así de imponer un retroceso, echando ‎abajo el legado de Mustafá Kemal Ataturk, el fundador de la Turquía moderna. ‎

Es por consiguiente muy lógico que el presidente turco Erdogan haya optado por designar a su ‎homólogo francés como líder de sus adversarios. 


El primer ministro paquistaní, Imran Khan, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Si bien se puede argumentar que el presidente francés debería haber abordado el tema del laicismo en Europa de una manera diferente, las críticas de Erdogan y Khan son hipócritas e indignantes. (Reuters)


El resultado de esta oposición va a definirse en Estados Unidos, que tendrá que elegir entre ‎defender la herencia británica de los «Padres Peregrinos» (a través de Joe Biden, junto al ‎canadiense Justin Trudeau) o asumir el legado de los inmigrantes europeos (representado por ‎Donald Trump). Si la primera opción resulta ganadora, Washington tratará a toda costa de ‎mantener a Turquía en la OTAN. Pero si gana la segunda, Estados Unidos defenderá ‎su principio de coexistencia entre las religiones hasta hacer fracasar el proyecto de califato. ‎(Nota del editor del blog: Como ya conocemos, el ganador es Biden. Lo que diga sobre Erdogan es ahora solo una hipótesis).


Thierry Meyssan


(1) Killing Orders: Talat Pasha’s Telegrams and the Armenian Genocide, ‎Taner Akçam, Palgrave Macmillan, 2018; Ordres de tuer: Arménie 1915 [en español, “Órdenes ‎de matar: Armenia 1925”], Taner Akcam, CNRS éditions, 2020.

(2) Para convertirse en rey de Francia, Enrique ‎de Navarra –quien era calvinista– abjuró del protestantismo en la basílica de San Denis, el 25 de ‎junio de 1593, y se convirtió al catolicismo –debido a ello se le atribuye la frase «París bien ‎vale una misa». Reinó como Enrique IV de Francia y proclamó para todos sus súbditos la libertad ‎de religión que él mismo no había disfrutado.

(3) Al cabo de innumerables vacilaciones, avances y retrocesos, los republicanos franceses finalmente proclamaron la libertad de conciencia. Basándose en ‎ese principio, establecieron por ley la separación entre el Estado y las iglesias, en 1905. Pero ‎esa separación no es total ya que subsiste un control del Estado sobre el sacramento del ‎matrimonio en ciertas religiones. Desde ese punto de vista, la creación de un «matrimonio gay» ‎para garantizar a las parejas de homosexuales «la igualdad en derecho» es un error histórico. ‎Para dar continuidad al movimiento de la sociedad hacia el laicismo era necesario más bien ‎trasladar el matrimonio entre personas heterosexuales al marco de lo privado, opción que la ‎iglesia francesa había aceptado y que hoy cuenta con el apoyo del papa Francisco.

25 julio 2020

Estados Unidos: Política, religión y racismo "igualitario".


Primera Parte 

Los "Hermanos Cristianos" en los Estados Unidos

Por Tito Andino U.

En la segunda parte de esta entrega daremos revista a una interesante ponencia de Thierry Meyssan, sobre política y religión, "Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎". Sin embargo, es necesario previamente puntualizar algunas cuestiones de fondo que no enfoca el artículo del internacionalista francés. En los Estados Unidos existe un grupo de “hermanos” de la más recalcitrante derecha fundamentalista cristiana que conserva una simbiótica relación con la ideología hitleriana y que, incluso, controla el fundamentalismo islámico. (El tema ampliado puede consultarse AQUÍ).

El vínculo se da a través de contactos políticos al más alto nivel, negocios petroleros, transnacionales, banca internacional, tráfico de drogas, blanqueo de dinero. Nos referimos, naturalmente, a la "Hermandad Musulmana" y su alianza con los Fundamentalistas Cristianos de Norteamérica

En realidad a estos grupos de poder no les interesa para nada la religión, se valen de ella. Su único amor y religión es el dinero y el Poder. A la “masa sucia” nos tienen enfrentados entre musulmanes, cristianos y judíos - “guerra de civilizaciones”- lo llaman.  No obstante, hay gente del Poder estadounidense, entre los "Puritanos" y "Evangélicos" que se creen a pie juntillas las profecías y mensajes mesiánicos. 

Esos ´Hermanos´ fundamentalistas cristianos integran la "Fellowship Foundation” (también conocida como “The Fellowship Brotherhood”). ¿Conoce usted quién organiza cada mes de febrero, desde hace más de medio siglo, el “Desayuno Nacional de la Oración”, en Washington D.C., al que suelen concurrir miles de políticos, hombres de negocios y religiosos, donde “oran”, junto al presidente de los Estados Unidos y adornándose, además, con una bonita retórica política?. Si, exacto, es la "Fellowship Foundation", sombría y poderosa multinacional fundada en 1935 por un inmigrante noruego y predicador metodista, pro-nazi, Abraham Vereide. 


Y aunque parezca contradictorio, dentro de la "Fellowship" no hay solo  puritanos y protestantes evangélicos, destacan católicos conservadores, judíos ortodoxos, judíos seglares neoconservadores, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, todos son activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios. 


Febrero 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.

Conforme analizó el afamado investigador Daniel Estulin (en su libro "Los señores de las sombras"), la "Fellowship Foundation" es una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. 

Los multimillonarios industriales, los ricos empresarios, los políticos conservadores, los cristianos de derecha y los manipuladores religiosos de masas de la más baja ralea, conforman una confabulación llamada simplemente “La Familia”. Manipulan la opinión pública e influyen en el gobierno de los Estados Unidos, si es que no lo controlan en su casi totalidad. Tienen su Central en Arlington – Virginia, todos los miembros de la “Familia” son soldados del ejército de Dios y se llaman “hermanos en Jesús”. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, ésta organización cuasi clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense.

A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. Un ejemplo: El “Hermano” Jerry Boykin, ex jefe militar de Inteligencia de la Secretaria de Defensa en el Pentágono, manifestó repetidamente ante grupos cristianos que el presidente George W. Bush fue elegido por Dios para dirigir la lucha global contra Satanás.

Existen personas dentro de estas organizaciones que literalmente quieran convertir la Tierra en un infierno (guerra convencional y nuclear). El fundamentalismo cristiano “anhela” la llegada del ‘Fin de los Tiempos´, están más activos que nunca. Algunos son posmilenaristas, creen que Jesús no regresará hasta que pasen mil años de dominio cristiano en la Tierra. El deseo de un reino milenarista no es nada nuevo en la historia. Hitler planeaba un “Reich de mil años” en el planeta. De hecho, el reino del “milenio” no es ninguna casualidad estrambótica.

Así como los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿pueden hacer lo mismo los fundamentalistas cristianos y charlatanes milenaristas?. Sí. Respecto a ese extraño vínculo entre la derecha estadounidense, la ‘Hermandad Musulmana’ y el fundamentalismo Cristiano nos remitimos a nuestro trabajo sobre la "Hermandad Musulmana" (nota a pie de página).

Esa ideología (no debe ser vista como creencia religiosa) ha logrado que la población devota acepte como algo irremediable "su" destino. El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la Fé, solo puede llevarnos al camino de la autoinmolación. La cuestión es, ¿quién es más peligroso? El yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos o, ¿el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'?

Del libro “El Legado Mesiánico”, de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln (autores del clásico “El enigma Sagrado") resumimos que el moderno fundamentalismo de Norteamérica se origina en el puritanismo del siglo XVII. Su concepción: Hay gente “elegida” que se complace en tener un “pacto” especial con Dios. Entre los “elegidos” se incluyen aquellos personajes que son hoy venerados como “Padres Fundadores” de los Estados Unidos. En este caso, el cristianismo pasó a ser sinónimo de los valores de la Norteamérica conservadora.




Ronald Reagan como presidente de los Estados Unidos junto a sus amigos fundamentalistas calificaron a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal”, en el estricto sentido religioso y no metafórico. Para Reagan y otros de su especie, el “anticristo” era la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan están convencidos que la ideología del Armagedón fue la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan en relación con la URSS. Los fundamentalistas de la era Reagan pensaban que estaban en guerra contra el “anticristo”, encarnado en el comunismo (todavía hay políticos insensatos de la derecha española que se desagarran la camisa públicamente para "evitar" la llegada del "comunismo").

En 1980, durante la campaña para ser nombrado candidato de su partido a la presidencia, Ronald Reagan, en una entrevista que le hicieron en la televisión, dijo: «Puede que seamos la generación que verá el Armagedón».  Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvo al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio (Megido, actual Israel). Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (la URSS, ahora tiene que ser algo diferente) luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). 


Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano, los Estados Unidos, es decir, “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá la partida. Y, con una ligera variante, es la misma ideología que difundieron los "revisionistas" neo-nazis ultracatólicos, "Traian Romanescu" y Salvador Borrego.

Pero eso no es todo. Existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica:

Si te arrepientes ahora, si concientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, “se le ahorrará toda la carnicería transportándolo a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»” (Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln: “El Legado Mesiánico”).


El peligro consiste en que, algunos de estos modernos fundamentalistas norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Ronald Reagan. 


El presidente Trump y el vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldan al actual mandatario.

Esta clase de personas se han resignado, para ellos el Apocalipsis es inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.


Concluyen los afamados investigadores que, 


Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elisios, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -comoquiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo”.


Según un comentario en la red social Timblr, a esta lista le faltó agregarse un "pinchazo teocrático de cristofascista". El actual vicepresidente de los Estados Unidos es un devoto cristiano evangélico que anhela la presidencia. Los votos de esta comunidad son decisivos en cualquier elección. Por ejemplo, si usted aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, usted no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declara atea, sino pregunten a Mr. Trump. Es la famosa e hipócrita ideología estadounidense del "puritanismo".


Segunda Parte

Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎

por Thierry Meyssan


Las reacciones ante el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un ‎policía blanco no tienen nada que ver con la historia del esclavismo en Estados Unidos ‎sino más bien –al igual que la oposición del establishment contra el presidente ‎Trump– con un problema de fondo de la cultura anglosajona: el fanatismo puritano. ‎Para entender los acontecimientos actuales en Estados Unidos es importante recordar ‎la extrema violencia interna que sacudió ese país durante las dos guerras civiles ‎estadounidenses: la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. Pero, ¡cuidado! ‎Lo que la clase política estadounidense predica ahora es un racismo igualitario. Dicho de otra manera: todos iguales… pero separados.



Esto podría ser un cartel humorístico pero por desgracia es un eslogan puritano que debe ‎interpretarse en su sentido más literal. “Black Men are an endangered species”, es decir, “Los ‎hombres negros son una especie en peligro de extinción”.‎

Los Puritanos anglosajones
En 1609, alrededor de 400 fieles de la iglesia inglesa huyeron de su propio país, donde eran ‎considerados fanáticos extremistas, y se refugiaron en la ciudad holandesa de Leiden, donde ‎pudieron vivir según la tradición calvinista, o más exactamente según la interpretación puritana del ‎cristianismo. Probablemente a pedido del rey Jacobo I, enviaron a América dos grupos para ‎luchar allí contra el imperio español. El primer grupo fundó lo que se convertiría en los ‎Estados Unidos de América y el segundo se perdió en Centroamérica. ‎

Posteriormente, los puritanos tomaron el poder en Inglaterra, a través de Oliver Cromwell, ‎decapitaron al rey papista Carlos I, instauraron una República igualitaria (el Commonwealth) y ‎colonizaron Irlanda perpetrando allí grandes masacres contra los católicos. Aquella experiencia ‎sanguinaria fue de corta duración y desacreditó por largo tiempo para los ingleses la noción del ‎Interés General (la Res Publica, expresión latina que da origen a la palabra República).‎

Los 35 Pilgrim Fathers (Padres Peregrinos) zarparon de Leiden a bordo del barco Mayflower, hicieron escala en Inglaterra y ‎cruzaron el océano. Llegaron a Norteamérica en 1620 para ‎practicar allí su religión con toda libertad. Durante su viaje a bordo del Mayflower habían ‎firmado un pacto en el que juraban crear una sociedad modelo –de estricto respeto a la paz y el ‎culto calvinista, vida comunitaria intensa, disciplina social y comportamiento moral estrictos. ‎Crearon la Colonia de Plymouth con la esperanza de construir la «Nueva Jerusalén», después de ‎haber huido del «Faraón» (el rey Jacobo I) y de haber cruzado el «Mar Rojo» (en realidad el ‎Océano Atlántico). Al cabo de un año, organizaron una ceremonia de agradecimiento a Dios por haberlos guiado en su epopeya, celebración que aún se realiza anualmente bajo la denominación ‎de Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) [1]. ‎

Aquellos puritanos, que establecieron su capital en Boston, a 60 kilómetros de Plymouth, ‎imponían a sus mujeres el uso de velo y practicaban las confesiones públicas y los castigos ‎corporales. ‎

En el logo de la poderosísima Pilgrim’s Society, la figura del Padre Peregrino aparece junto al león británico y el águila estadounidense.

Esos hechos no son simples mitos que todo estadounidense debe conocer, son parte integrante ‎del sistema político imperante en Estados Unidos

De los 45 presidentes que han pasado por la ‎Casa Blanca, ocho –entre ellos los Bush– son descendientes directos de los 35 «Padres ‎Peregrinos». A pesar de la llegada de decenas de millones de inmigrantes a Estados Unidos y de ‎las apariencias institucionales, la ideología de los puritanos se mantuvo en el poder durante ‎‎cuatro siglos, hasta la elección de Donald Trump. Un club extremadamente cerrado, la Pilgrim’s ‎Society, reúne –bajo la autoridad de la reina de Inglaterra– a muy altas personalidades británicas ‎y estadounidenses. La Pilgrim’s Society instauró la Special Relationship (Relación Especial) ‎entre Londres y Washington, llegando incluso a designar numerosos secretarios y consejeros ‎durante la presidencia de Barack Obama. ‎

Numerosas ceremonias que debían realizarse este año por los 400 años del Mayflower fueron ‎anuladas debido a la lucha contra la epidemia de Covid-19, entre ellas una conferencia que un ‎ex consejero británico de seguridad nacional iba a pronunciar ante la Pilgrim’s Sociey. Las ‎malas lenguas dicen que la epidemia “terminará” al día siguiente de la elección presidencial… si Trump ‎la pierde, para que ese resultado pueda festejarse. ‎

Entre los cristianos estadounidenses existen dos culturas opuestas: la de los calvinistas ‎o puritanos y la de los católicos, anglicanos y luteranos. Algunas de las 800 iglesias existentes ‎en Estados Unidos se definen resueltamente como pertenecientes a una de esas culturas, que ‎sin embargo existen simultáneamente dentro de la mayor parte de las iglesias estadounidenses ‎ya que el puritanismo carece de corpus teológico definido. Es más bien una forma de pensar. ‎

La Guerra de Independencia de Estados Unidos comenzó en 1773, con el “Motín del Té” (Boston ‎Tea Party). El protagonista de aquel acto de protesta tuvo como abogado defensor a John Adams, ‎otro descendiente directo de uno de los 35 “Padres Peregrinos” y más tarde segundo presidente de ‎Estados Unidos. El llamado a la independencia fue lanzado por el periodista político Thomas ‎Paine, quien no dudó en esgrimir argumentos religiosos, que él mismo no creía ni remotamente. ‎

De cierta manera, la Guerra de Independencia de Estados Unidos es la prolongación, en el ‎nuevo continente, de la Guerra Civil británica que había lidereado Oliver Cromwell. Aquel ‎conflicto resurgirá una vez más, nuevamente en Estados Unidos, con la Guerra de Secesión. En ‎este punto no está de más recordar que la Guerra de Secesión estadounidense no tuvo nada que ‎ver con el esclavismo –al inicio de la guerra, ambos bandos lo practicaban y también ambos ‎bandos lo abolieron durante el conflicto para enrolar a los antiguos esclavos en sus ejércitos. ‎

En Inglaterra, los puritanos fueron derrotados con la República de Oliver Cromwell, pero en ‎Estados Unidos ganaron la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. El historiador Kevin ‎Phillips, consejero electoral del presidente republicano Richard Nixon –también descendiente de ‎un hermano de uno de los 35 Padres Peregrinos– estudió a fondo este conflicto que ya tiene ‎siglos de duración [2]. Fue así como concibió la estrategia de «la Ley y el Orden» ‎ante el demócrata segregacionista George Wallace durante la elección presidencial de 1968, ‎estrategia que Donald Trump reedita para la elección de 2020. ‎

Todo lo anterior demuestra que las apariencias son engañosas. Las líneas que definen a ‎los bandos no están allí donde todos creen.

- Los puritanos siempre han defendido la igualdad absoluta… pero sólo entre cristianos. Durante ‎mucho tiempo prohibieron el acceso de judíos a los cargos públicos y masacraron a los indios a los que tanto ‎decían amar. Durante la Guerra de Secesión extendieron su igualitarismo a los negros –pero en ‎África austral los puritanos defendieron el apartheid hasta el último momento– dando lugar así al ‎mito que presenta la Guerra de Secesión estadounidense como una guerra antiesclavista. Hoy en ‎día, defienden la idea según la cual la humanidad se divide en razas iguales pero que deben vivir ‎preferentemente separadas y siguen siendo reticentes a lo que llaman «matrimonios ‎interraciales».

- Los puritanos ponen la mentira en el lugar más bajo de su escala de valores. No la consideran ‎una astucia sino siempre como el peor de los crímenes, más grave incluso que el robo y el ‎asesinato. En el siglo XVII castigaban con latigazos el hecho de mentir a un pastor, sin importar ‎la causa de la mentira, así como aún existen leyes estadounidenses que castigan duramente ‎el hecho de mentir a un funcionario federal, sin importar los motivos. ‎

El evangelismo estadounidense

Con el tiempo, sobre todo en el siglo XIX, surgió otra corriente de pensamiento en el seno del ‎cristianismo estadounidense: el evangelismo. Se trata de cristianos de todas las denominaciones ‎que tratan de acercarse al cristianismo original, sobre el cual en realidad no saben ‎prácticamente nada. Por consiguiente, lo que hacen es recurrir ciegamente a los textos sagrados. ‎Al igual que los puritanos, los evangélicos son fundamentalistas, lo cual significan que toman las ‎Escrituras al pie de la letra, como palabra divina, negándose a toda contextualización de los ‎textos. Pero son mucho más pragmáticos que los puritanos ya que tienen una posición de principio ‎sobre todos los temas pero, ante una situación precisa no actúan en función de reglamentos ‎comunitarios sino según su conciencia. ‎

Es fácil burlarse de las absurdas opiniones de los evangélicos contra la teoría de la evolución, pero ‎no se trata de algo fundamental –ellos mismos dejan de lado ese rechazo cuando les parece ‎necesario. Resulta en cambio mucho más importante denunciar la visión puritana de una ‎humanidad dividida en razas diferentes, iguales pero separadas, visión que desgraciadamente casi ‎nadie critica a pesar de sus graves consecuencias cotidianas. ‎

Los puritanos controlaron la política estadounidense hasta 1997, cuando el presidente libertino ‎Bill Clinton prohibió por decreto toda expresión de fe religiosa en las instituciones federales. ‎El resultado fue que la religión se desplazó de la administración hacia el sector privado. Todas ‎las grandes empresas acogieron grupos de plegaria en sus lugares de trabajo. Ese desplazamiento ‎favoreció la aparición pública de los evangélicos en detrimento de los puritanos. ‎

Durante los disturbios frente a la Casa Blanca, el presidente Trump fue ‎a pie hasta la iglesia episcopal Saint John’s para presentarse, Biblia en mano, como el defensor ‎de las convicciones religiosas de todos los cristianos ante el fanatismo de los puritanos.
El regreso del fanatismo puritano
El conflicto entre los puritanos y el resto de la sociedad vuelve a tomar hoy un cariz radical y ‎religioso. En ese conflicto se enfrentan dos mentalidades. Una es idealista, igualitaria –pero en el ‎seno de cada comunidad– y fanática. La otra, a veces más extravagante, comulga con las ‎desigualdades pero es realista. ‎

Después de su fracaso en la última elección presidencial, la puritana Hillary Clinton se planteó la ‎posibilidad de hacerse pastor metodista [3]. Hillary Clinton considera que pecó mucho ‎‎(mantuvo una relación extramarital), Dios la castigó (con la relación de su esposo Bill Clinton con ‎Mónica Lewinsky), pero ella supo hacer acto de contrición (en el seno del influyente grupo de ‎plegaria del Pentágono conocido como The Family [4]) y Dios la redimió. Está convencida de que cuenta con el favor de Dios, se enorgullece de la violencia que ella misma ‎desató contra los pueblos no cristianos, apoya todas las guerras contra los «enemigos de ‎América» (léase de Estados Unidos) y espera ver el regreso de Cristo. 

Donald Trump, por el contrario, no manifiesta ningún interés por la teología, su conocimiento de ‎la Biblia es aproximativo y su fe se limita a lo estrictamente necesario. Considera que ha pecado tanto ‎como cualquier otro pero, en vez de dedicarse a exhibir muestras públicas de arrepentimiento ‎prefiere hablar de logros. Trump duda de sí mismo y compensa su sentimiento de inferioridad ‎mostrando un ego desmesurado. Le encanta la rivalidad con sus enemigos pero sin pretender ‎aniquilarlos. El hecho es que, en vez de pretender continuar guerreando en todas partes, Trump ‎encarna la voluntad de restaurar la grandeza de Estados Unidos («Make America Great Again!»), ‎lo cual lo convierte en ídolo de los evangélicos contra los puritanos. Y además ofrece a ‎los cristianos la opción de reformarse a sí mismos en lugar de tratar de convertir al mundo ‎entero. ‎

Mientras se desarrollaba la campaña electoral de 2016, yo llegué a plantear una interrogante: ‎‎“Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?” [5]. Opinaba que sólo Donald Trump podía permitir que Estados Unidos siguiese siendo ‎una nación, mientras que Hillary Clinton provocaría una guerra civil y probablemente la disolución ‎del país, en un fenómeno similar al fin de la URSS. Lo que está sucediendo desde la muerte del ‎ciudadano negro George Floyd demuestra que no estaba equivocado. ‎

Hillary Clinton durante la campaña electoral previa a la elección ‎presidencial estadounidense de 2016.

Los partidarios de Hillary Clinton y del Partido Demócrata imponen su ideología. Luchan contra ‎la mentira y destruyen monumentos con el mismo fanatismo conque sus antecesores puritanos ‎quemaban a las “brujas” de Salem. Desarrollan una lectura absurda de su propia sociedad, niegan ‎los conflictos sociales e interpretan las desigualdades únicamente en función de la supuesta ‎existencia de razas humanas diferentes. Desarman los departamentos de policía locales y obligan ‎a las personalidades «blancas» a pedir perdón públicamente por gozar de un privilegio invisible. ‎

En el caso de la supuesta «trama rusa», el fin de los procesos judiciales contra el general ‎Michael Flynn, el efímero primer consejero de seguridad nacional del presidente Trump, y el perdón ‎presidencial concedido al ex consejero de Trump, Roger Stone, han suscitado airadas protestas ‎de parte de los puritanos. Ninguno de esos dos personajes había hecho daño a alguien… pero ‎se atrevieron a mentirle al FBI para mantenerlo alejado de la Casa Blanca. ‎

El alcalde de Minneapolis –la ciudad donde fue asesinado George Floyd– fue humillado en público ‎porque se negaba a disolver la policía municipal, acusada de ser «racista». En Seattle, el ‎consejo municipal acaba de ordenar un drástico recorte del presupuesto de la policía municipal, ‎lo cual no molesta a las clases sociales altas –que viven en residencias protegidas por empresas de seguridad ‎privadas– pero priva de protección pública a quienes no pueden darse el lujo de recurrir a tales ‎empresas de seguridad. ‎

La agencia Associated Press y después el New York Times y Los Angeles Times –pronto ‎lo harán seguramente casi todos los medios estadounidenses– decidieron comenzar a escribir la ‎palabra “Negro” (Black) con mayúscula cuando se refiere a la «raza» (sic) [6], pero no harán lo mismo con la palabra “blanco” (white) porque escribir ‎‎“Blanco” (White) con mayúscula es costumbre arraigada entre los supremacistas blancos ‎‎ [7].‎

El Pentágono se planteó rebautizar las bases militares que portan nombres de personalidades ‎históricas sudistas señaladas como «racistas» y todo el personal civil y militar del US Army (el ‎ejército terrestre) recibió un correo electrónico que denunciaba como «de extrema derecha» ‎sostener que sólo existe una raza humana única –lo cual está científicamente demostrado, ‎aunque en el correo electrónico se dice que es una mentira [8]. Esas iniciativas dieron lugar a una ‎enérgica reacción de parte de la tropa, esencialmente partidaria de Trump, y acabaron ‎fracasando pero indican la existencia de una escalada muy peligrosa. ‎

Se trata de decisiones que muestran una pérdida de la racionalidad colectiva. ‎




Notas:
[1] This Land Is Their Land: The Wampanoag Indians, ‎Plymouth Colony, and the Troubled History of Thanksgiving, David J. Silverman, Bloomsbury ‎Publishing, 2019).
[2] The Cousins’ Wars: Religion, Politics and the Triumph of Anglo-America, ‎Kevin Phillips, Basic Books, 1999.
[3] “Hillary Wants to Preach”, ‎Emma Green, The Atlantic, 6 de agosto de 2017.
[4] The Family: The Secret Fundamentalism at ‎the Heart of American Power, Jeff harlet, Harper Perennial, 2009).
[5] «Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de octubre ‎de 2016.
[6] «Racismo y antirracismo para manipular», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de ‎junio de 2020.
[7] Uppercasing ‘Black’, Dean Baquet y Phil ‎Corbett, The New York Times, 30 de junio de 2020.
[8] «El Ejército de Estados Unidos ‎contra Trump», Red Voltaire, 11 de julio de 2020.


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