por Tito Andino U.
HACE 25 AÑOS TUVO LUGAR EL REFERÉNDUM DE QUEBEC
Uno de los lemas del independentismo era "Quebec, el siguiente estado en la Unión Norteamericana". Pero que había detrás del deseo de ver convertido a Quebec en un estado independiente?. El plan era dividir Canadá en dos, un Quebec franco parlante independiente y una zona angloparlante anexada a los Estados Unidos. La campaña para evitarlo fue dura, el peso recayó en ciudadanos de a pie y periodistas comprometidos con evitar la separación, sin dejar de mencionar algunos movimientos políticos. Uno de los objetivos secretos era “destruir la economia mundial” para tambalear al enemigo natural de la globalización, es decir, los estado-nación, manteniendo al mundo sumido en la pobreza e ignorancia.
Como siempre, este blog busca el fondo del asunto. A lo largo de 25 años se ha escrito sobre el tema, artículos de prensa, libros y documentales televisivos son de fácil acceso. Muchos olvidan el papel de la monarquía inglesa y de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), de la cual Canadá sigue siendo miembro, aclarando que, conforme "El Estatuto de Westminster" de 1931 (ley dictada por el Parlamento del Reino Unido, cuyas versiones modificadas son ahora leyes nacionales dentro de Australia y Canadá) establece la independencia legislativa, es decir, en la práctica Canadá y otros miembros del Commonwealth son naciones soberanas por derecho propio, asociados al Reino Británico.
El GRAND Canal y el Referéndum de Quebec, ¿una "Teoría de la Conspiración"?
Previo analizar el fondo del asunto central es imperioso aclarar algunas suposiciones que permanecen en el ambiente.
Antes y después del referéndum de Quebec se habló de supuestos teóricos de la conspiración que argumentaban que el "GRAND Canal" es una conspiración que pretende poner fin a la soberanía canadiense y forzar a una unión con los Estados Unidos y México. Era evidente y generalizado el intento de ridiculizar a los sectores sociales opuestos al desmantelamiento de Canadá por ser los verdaderos defensores de la unidad territorial. Se corrió la voz que "teóricos de la conspiración" divulgaban que fuerzas interesadas aspiraban a una Unión de América del Norte, esperándose una rápida separación de Quebec de Canadá, incluso se llegó a escuchar que ello desataría una guerra civil sumiendo la economía en una depresión; por "lógica" los canadienses empobrecidos desempolvarían el archivado proyecto del GRAND Canal y la Unión de América del Norte sería una realidad, lo que salvaría la economía. Sin embargo, en este punto es necesario dejar claro que este escenario (en gran parte) fue tomado del libro de Lansing Lamont: "Breakup: The Coming End of Canada and the Stakes for America" (Ruptura: El próximo fín de Canadá y lo que está en juego para América" (1994).
También suele afirmarse que el supuesto autor intelectual de la conspiración fue Simon Reisman, principal negociador canadiense para el Tratado de Libre Comercio entre Canadá y Estados Unidos (1988). Reisman ya había participado en la lejana década de 1940 en la sesión inaugural del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio como miembro de la delegación de Canadá; participó, además, en la redacción del Acuerdo de Productos Automotrices Canadá-Estados Unidos, conocido como Auto Pact o APTA (1965). Tras la elección de Brian Mulroney como Primer Ministro de Canadá (1984-1993), Reisman abogó por negociaciones de libre comercio con los Estados Unidos, en 1985 fue nombrado director de las negociaciones comerciales de Canadá con los Estados Unidos... Y, Reisman fue el director del plan de trasvase de agua dulce Grand Canal.
Sobre el proyecto del Grand Canal. GRAND son las siglas en inglés de "Great Recycling and Northern Development Canal" (El Gran Canal de Reciclaje y Desarrollo del Norte", también conocido como "Canal of North America" (GCNA), una vieja propuesta de fines de los años 50. En los 80, cuando los niveles de agua del Gran Lago disminuyó drásticamente, hubo interés en el Grand Canal. Consistía en represar la Bahía James (James Bay), utilizando las técnicas del Zuiderzee / IJsselmeer, en los Países Bajos, evitando que sus aguas se mezclen con el agua salada de la Bahía de Hudson al norte. Esto produciría un enorme lago de agua dulce, rivalizando con el más grande de los Grandes Lagos en el área. Un porcentaje de esa agua se bombearía al sur hacia la Bahía Georgiana, donde aumentaría los niveles de agua dulce de los Grandes Lagos inferiores. El flujo sería el equivalente a 2.5 Cataratas del Niágara. El sistema GRAND Canal también entregaría nueva agua dulce desde el dique de Bahía James a través de los Grandes Lagos, a muchas áreas con déficit de agua en Canadá y Estados Unidos.
Se estima que el proyecto en 1994 costaría $ 100 mil millones (dólares canadienses) para construir y otros $ 1 mil millones para operaciones anuales (la mayor parte del agua desviada se exportaría a los EE. UU), involucraría una serie de reactores nucleares y construcción de represas hidroeléctricas para bombear agua cuesta arriba y hacia otras cuencas de agua.... Diversos factores políticos, económicos, sociales y los calculados e irreparables daños medioambientales no hacían sustentable el plan (dada la amplitud del tema, no será tratado aquí todos esos detalles).
Lo que debe quedar muy claro es que existía una profunda relación entre el llamado a Referéndum de Quebec y los visionados grandes negocios por venir si se concretaban los apoyos políticos para la ejecución del proyecto GRAND Canal.
Previo al referéndum de Quebec, el 1 de enero de 1994, entró en vigencia el NAFTA, es decir, North American Free Trade Agreement (Tratado de Libre Comercio de América del Norte -TLCNA, por sus siglas en castellano), firmado por Estados Unidos, Canadá y México para formar un bloque comercial trilateral, reemplazando el Acuerdo de Libre Comercio Canadá-Estados Unidos de 1988, el NATTA se consiguió paralelamente tras los adicionales: Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte (ACLAN) y el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN) (Los pro o contras del asunto no serán analizados aquí).
Solamente aclarar que el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, luchó por reemplazar el NAFTA (TLCAN) con un nuevo acuerdo, lo consiguió en septiembre de 2018, Estados Unidos, México y Canadá aceptaron reemplazar el TLCAN con el United States–Mexico–Canada Agreement (USMCA) (Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá), los tres países lo firmaron en octubre de 2018, debían ratificarlo este marzo de 2020, mientras el TLCAN sigue vigente hasta que se ratifique el USMCA (que también se lo conoce con NAFTA 2.0 / TLCAN 2.0).
Un poco de historia
Una panorámica de la ciudad de Quebec en invierno.
La historia de Quebec ha sufrido muchos cambios en su estatus político a lo largo de su historia. En 1759, se hizo a través de la fuerza militar y la conquista. En 1840, tuvo que unirse con el Alto Canadá después que su rebelión fue aplastada a la fuerza y que consiguió asimilar a los francófonos a la vez que lo marginaba en otros aspectos. En 1867, la provincia de Canadá se unió a la Confederación por un simple acto parlamentario. "Es cierto que una escasa mayoría de los representantes de Quebec votaron para unirse a la Confederación, pero fue como lo expresó el Correo de Canadá en ese momento: "la moins mauvaise des Choses dans un monde fort mauvais" (lo menos dañino en un mundo de cosas nocivas). Nunca se ofreció la independencia pero la Confederación devolvió nuestro estado: La Provincia de Quebec".
Charles de Gaulle en Montreal, julio 1967
Una anécdota que vale la pena recordar es la visita en 1967 del presidente francés, Charles de Gaulle a Quebec durante una visita oficial a Canadá con el pretexto de asistir a la Expo 67 en Montreal - Quebec. Desde el balcón del Ayuntamiento de Montreal, el 24 de julio de 1967, dio un discurso a las masas, de pronto exclamó:
"Vive Montréal! ¡Vive le Québec!" ("¡Viva Montreal, viva Quebec!")... tras un fuerte aplauso, gritó: "Vive le Québec libre!" ("¡Viva el Quebec libre !) . Por supuesto la muchedumbre respondió gritando "¡Viva el Québec Libre!" - "Larga vida a Québec libre", el grito de guerra del separatismo.
Se apreció el gesto del mandatario francés como apoyo a la causa, su discurso provocó un incidente diplomático con el gobierno de Canadá, condenado por su primer ministro, Lester B. Pearson, quien expresó que "los canadienses no necesitan ser liberados". (De Gaulle al arribar a Montreal se quedó ahí, en Quebec, en lugar de ir directamente a Ottawa, la capital canadiense como requiere el protocolo). El gobierno invitó rápidamente a de Gaulle abandonar Canadá, lo cual hizo.
Muchos canadienses apreciaron ese acto como una provocación que impactó en el resto del país, de Gaulle sabía que ese era un insulto profundo a Canadá, ilusionó a los quebequenses, sabía que no había manera de apoyarlos, sembró una falsa ilusión que prevaleció en el Quebec de habla francesa, pensaban que Francia de alguna forma sería el salvador de su cultura y la protegería...
Otra experiencia cercana fue 1980, se celebró un Referéndum (20 de mayo 1980), propuesto por el gobierno de la provincia de Quebec tendiente a impulsar en el futuro un proceso para obtener la independencia de Canadá. Se consultaba si los ciudadanos de Quebec autorizaban o no al gobierno de la provincia a intentar negociar un acuerdo con el resto de Canadá para que Quebec obtenga plena soberanía, conservando un acuerdo de asociación con el resto del Estado.
El texto del Referéndum de 1980 era el siguiente:
"El Gobierno de Quebec ha hecho pública su propuesta de negociar un nuevo acuerdo con el resto de Canadá, basado en la igualdad de las naciones. Este acuerdo permitiría a Quebec adquirir el poder exclusivo para hacer sus leyes, recaudar sus impuestos y establecer relaciones en el extranjero, es decir, soberanía, y al mismo tiempo mantener con Canadá una asociación económica que incluya una moneda común; cualquier cambio en el estatus político resultante de estas negociaciones solo se implementará con la aprobación popular a través de otro referéndum. En estos términos, ¿le otorga al Gobierno de Quebec el mandato de negociar el acuerdo propuesto entre Quebec y Canadá?"
El resultado fue desfavorable para los independentistas (59.56 % a 40.44%).
Volvieron a la carga en 1995, un nuevo Referéndum (30 de octubre de 1995) se planteaba lo siguiente:
Referéndum sobre la soberanía de Quebec. 1995
¿Acepta usted que Quebec sea soberano después de haber ofrecido formalmente a Canadá una nueva asociación económica y política en el marco del Proyecto de Ley sobre el futuro de Quebec y del Acuerdo firmado el 12 de junio de 1995?
La redacción de la pregunta de la boleta electoral del referéndum de 1995 provocó una gran controversia. Se argumenta que la pregunta fue redactada de manera ambigua, en consecuencia, se cuestionó la validez del resultado. Todo indica que el propósito del Parti Québécois (PQ) fue presentar una pregunta capciosa para confundir al quebequense sobre lo que estaba votando exactamente. Hoy sabemos que Jacques Parizeau en 1995 tenía como objetivo una Declaración de Independencia Unilateral (UDI). También las encuestas demostraron que muchos votantes por el 'Sí' pensaban sinceramente que se trataba de un nuevo o renovado federalismo asociado con Canadá, entre otras distorsiones que pudieron ser percibidas en los sondeos. En base al engaño e insinuaciones se intentó formar un nuevo país.
Ahora bien, debemos ver el otro lado de la moneda, porque es cierto -y nadie puede negarlo-, una mayoría de quebequenses anhelaban obtener más autonomía y el reconocimiento constitucional del estatus de Quebec como una nación distinta, gran parte del debate, entre una ciudadanía educada, discutió como lograr aquello.
Detrás de esa cortina de buenas intenciones se escondían políticos y mercaderes que se frotaban las manos con los pingues negocios por venir y fueron éstos los que quedaron en evidencia, algunos de este grupo se inclinaron no por renovar el federalismo canadiense, querían, en primer término declarar la soberanía y luego negociar una posible asociación con Canadá. De éstos, nadie logró lo que ansiaba.
"The Youth Journal" presentó (en inglés) un artículo muy valioso hace un año (febrero 2019) titulado: "Is Another Québec Referendum on the Horizon?". El análisis histórico-jurídico es de tal importancia que citamos algunos párrafos del análisis.
De haber tenido éxito el referéndum, la incertidumbre era lógica. Para aclarar dudas y establecer un proceso legal claro para la secesión de una provincia, Stéphane Dion, entonces Ministro de Asuntos Intergubernamentales, en el año 2000, impulsó la llamada "Ley de Claridad", estableciendo ciertos criterios legales por los que Quebec podría aspirar a la independencia. La Corte Suprema de Canadá se pronunció sobre las siguientes preguntas del "Referéndum de Québec 1995" planteadas por Dion.
CONSULTA: "Según la Constitución canadiense, ¿podría Quebec separarse unilateralmente de Canadá? Según el derecho internacional, ¿podría Quebec separarse unilateralmente de Canadá? ¿Quebec tiene derecho a la "autodeterminación"?".
Conforme la respuesta de la Corte Suprema, el Parlamento de Canadá aprobó la "Ley de Claridad", una pieza legislativa histórica. El texto decía:
"No hay derecho, de conformidad con el derecho internacional o la Constitución de Canadá, para que la Asamblea Nacional, la legislatura o el gobierno de Quebec efectúen la secesión de Quebec de Canadá de manera unilateral" (Ley de Claridad, 2000).
Esta declaración, como una parte de la Ley, sirvió para sofocar efectivamente las amenazas del gobierno de Quebec de secesión unilateral y, sin duda, impide que cualquier intento separatista tenga éxito en el futuro (lo cual tampoco es muy democrático que digamos). Aunque sirve como aplicación significativa del estado de derecho, al reforzar el principio de que "nadie está por encima de la ley".
La ley obliga al gobierno federal a entablar negociaciones con el gobierno de Quebec si éstos "expresan una voluntad clara de separarse". Si bien la legislación no definió explícitamente "una voluntad clara", sí mencionó que "la democracia significa más que una simple regla de mayoría", lo que implica que el umbral para el éxito de un referéndum debe ser mayor que simplemente "50% + 1" (Ley de Claridad, 2000). Es decir, aumentar ese umbral para el éxito en un referéndum blindó cualquier posibilidad de demostrar una voluntad de independencia de Quebec. En última instancia, corresponde a la Cámara de los Comunes decidir si se expresa "una voluntad clara".
El gobierno federal tiene el compromiso de negociar con una provincia que tenga una demostrada voluntad de secesión, la Ley protege el derecho de una provincia al reconocimiento federal de su referéndum. Sobre el tema de la claridad de la boleta electoral, la Ley otorgó al gobierno provincial el derecho de formular la redacción exacta, sujeto a la aprobación de la Cámara de los Comunes (Ley de Claridad, 2000). En efecto, esto establece un sistema de controles y contrapesos para garantizar que las preguntas se redacten de la manera más comprensible y precisa, de forma que pueda ser acordada por todas las partes.
La "Ley de Claridad" establece una decisión final, "requiere negociaciones que involucren al menos a los gobiernos de todas las provincias y al Gobierno de Canadá". La Ley exige que se llegue a la secesión de una provincia en forma de enmienda constitucional.
Actualmente, el Bloque Québécois es el partido que impulsa la campaña por la independencia de Quebec; sin embargo, sigue siendo minoritario, representa menos del 3% de los parlamentarios en la Cámara y el 0% de representación en el Senado.
Para separarse del resto de Canadá, Quebec tendría que obtener el apoyo de 7 de cada 10 provincias (que representan el 50% de la población), así como del Parlamento de Canadá. Conforme estudios actuales, la gran mayoría de los canadienses fuera de Quebec, entre el 60% al 85%, no están de acuerdo con la idea de Quebec como nación separada. El federalismo ha triunfado, incluso el quebequense se ha vuelto cada vez más abierto a abrazar a la sociedad canadiense en su conjunto, se siente "muy orgulloso de ser canadiense". Un nuevo referéndum con toda seguridad fracasará, “3 de cada 4 quebequenses francófonos creen que la provincia debería quedarse en Canadá" (CBC News. CBC / Radio Canada, 3 de octubre de 2016).
También en el aspecto político se dice que el sentimiento separatista en Quebec se debió a factores como el fracaso del "Acuerdo de Meech Lake" y el "Acuerdo de Charlottetown", así como la patriación de la constitución canadiense sin el apoyo de Quebec.
Patriación es un término jurídico no muy común, significa "una reforma constitucional en la que no interviene el Parlamento de Londres sino únicamente las instituciones canadienses, ya sean federales o provinciales. Significa también incorporar una declaración de derechos y libertades, la protección del multiculturalismo y los derechos históricos de los aborígenes". (Canadá, introducción al sistema político y jurídico. Esther Mitjans, Josep Ma Castellà Andreu. Barcelona 2001). Este y otros aspectos habrían ocasionado el resentimiento entre los quebequenses.
Jean Chrétien, Primer Ministro de Canadá del 4 noviembre de 1993 al 11 de diciembre de 2003. Expresaba que el "Sí" significaba una separación total. Pero, en privado, tenía un plan en caso de que el voto "Sí" triunfara, para argumentar que los términos del referéndum no estaban claros, esto fue revelado por Bob Plamondon en el libro "The Shawinigan Fox: How Jean Chrétien Defied the Elites and Reshaped Canada" (oct. 2017). Chrétien no estaba dispuesto a aceptar la secesión de Quebec por una mayoría potencialmente estrecha, según Plamondon. Si la votación hubiera sido en sentido contrario, Chrétien planeó dentro de un mes celebrar un segundo referéndum para preguntar a los quebequenses directamente y sin ambigüedades si querían separarse de Canadá. También planeó elevar el umbral del "Sí" para que sea más difícil de rebasar.
Jacques Parizeau, Primer Ministro de Quebec desde el 26 de septiembre de 1994 al 28 de enero de 1996. Dirigente del PQ (Parti Quebecois). En su discurso final a los delegados del PQ renunció tras la pérdida del partido en el referéndum de 1995. El punto más alto y más bajo de la carrera política de Jacques Parizeau se produjo en 1995 cuando diseñó el referéndum propuesto por su partido (PQ). El discurso de Parizeau después de la votación dañó su reputación y contribuyó a su decisión de renunciar como primer ministro. "¿por qué fuimos derrotados? Por dinero y votantes étnicos, esencialmente". Parizeau rechazó enérgicamente la percepción generalizada de que su comentario iba contra los inmigrantes y la gran población judía de Montreal, pero nunca se retractó ni se disculpó por ello. Aunque todos los análisis mostraron que los votantes étnicos que no hablan francés no habían sido un factor importante en la votación, Parizeau no aceptó el consejo de rechazar su comentario.
Hasta aquí el lado "exóterico" del asunto. Hemos repasado a breves razgos los puntos básicos de la realidad histórico-política de Quebec (1995). Es momento de analizar el lado obscuro, la política negra, el mundo oculto de la globalización, el real trasfondo del tema, que mediante acuerdos, pactos y negocios entre bastidores buscaron separar Quebec de Canadá. No lo consiguieron en el sentido político del deseado separatismo; no obstante, los grandes conglomerados industriales, las empresas transnacionales y los financieros internacionales siempre tendrán mucho que ganar.
La portada corresponde a la reunión del Bilderberg en 2006 (8-11 junio) en Ottawa - Canadá.
Entre el 30 de mayo y 2 de junio de 1996 tuvo lugar la reunión anual del "Club Bilderberg" en la localidad de King City (Toronto, Canadá). Asombrosamente más de 1,5 millones de personas salieron a la calle con el grito de guerra: “Canadá unida, indivisible y nuestra”.
Alguien vivió esa experiencia en persona, un personaje del presente que curiosamente adoptó la nacionalidad canadiense tras haber abandonado su familia la Unión Soviética, nos referimos al investigador Daniel Estulin, quien, entre mayo y junio de 2007, presentó un reportaje y entrevistas sobre lo sucedido en Quebec y Canadá en aquellos bullados días de 1995.
"Los canadienses -expresaba Estulin- nunca hubiesen sabido que mano negra estaba detrás de las manipulaciones ideológicas, de las manifestaciones, emociones, divisiones, sobornos… que ideología estaban persiguiendo y el por qué", si no es por la alerta lanzada por diversos sectores sociales y medios en defensa de la integridad territorial en Canadá y el propio Quebec. Estulin describe que le llevó años comprenderlo, aun espera que alguien investigue las relaciones entre los supuestos líderes separatistas de Quebec, con sus amos financieros. "Sigue el dinero, siempre el dinero... Cuando lo descubrí, se me puso piel de gallina".
Conforme explicó Estulin, fue "el fruto de más de 11 años de investigación, compromiso, entrevistas, fe ciega en la verdad y descubrimientos escalofriantes que explican una historia tan inhumana, tan llena de traición y avaricia, tan destructiva y tan bien ocultada en los medios corporativos de comunicación que es un auténtico milagro que unas pocas personas con muchísima fe en la verdad hayan podido hacer frente a esa pesadilla de los planes diabólicos de gente muy poderosa para hacerse con uno de los recursos naturales más imprescindibles del planeta a través del proyecto del Grand Canal, valorado en miles de millones de dólares: el agua. En medio de esa zozobra se encontraba Canadá, mi país adoptivo, la provincia de Quebec, el dichoso Tratado de Libre Comercio, el Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles, (GATT por sus siglas en inglés), las vidas de 35 millones de canadienses, los indios Cree y muchos otros personajes".
Bien, en la entrada anterior publicamos algo relacionado, Fueron vendidos los Estados Unidos en 1927?. El tema de las grandes corporaciones mundiales y su voraz apetito por la privatización de los bienes nacionales, los famosos tratados de libre comercio, la globalización, el mortífero pero eficiente complejo militar-industrial, mantiene su agenda inalterable. No importan los fracasos pasajeros, ni el tiempo, la agenda debe cumplirse en algún momento. Lo que sí, por enésima vez, debe recalcarse es que en esta conspiración no hay cabida para la bullada conspiranoia sobre sionistas tratando de conquistar el mundo, iluminatis, extraterrestres, masones, reptilianos, judíos, etc., tan populares y entretenidas en miles de páginas webs y videos aficionados en youtube.
En su reportaje titulado "Los hombres que regalaron Canadá. El Referéndum de Quebec. El proyecto del Grand Canal" (2007), Daniel Estulin incluye un par de entrevistas esclarecedoras sobre el referéndum de Quebec y la trama oculta del proyecto Grand Canal (las siguiente líneas son un resumen de su ponencia).
El referido investigador señala que "una de las cosas que hemos descubierto son los textos secretos y así clasificados como ´Top Secret´ del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en los que se habla, y mucho, de que el agua libre debe ser gratis. En cuanto se construye una presa, el agua ya no es libre, lo que significa que se puede ganar mucho dinero negociando con ella y, como consecuencia, controlar las vidas de todo un continente".
También salieron a la luz los planes para la destrucción de Canadá mediante el referéndum de Quebec que la élite organizó, como paso previo a la unión continental entre Estados Unidos y Canadá prevista para el fin de la década (inicio del siglo XXI).
Gracias a esas denuncias no solo que se alertó a los medios de comunicación independientes y a periodistas estrella de los grandes medios para sacar esta historia, despertar al país y forzar a la élite a abdicar, por lo menos temporalmente. En 1996, más de 1.5 millones de personas salieron a la calle para decir NO a los planes de la unión continental.
"Todos y cada uno de los principales “líderes” de todos los partidos políticos del país, desde los liberales hasta los conservadores, los líderes de NDP (New Democratic Party), los nacionalistas de Quebec-PQ (Partido Quebequés), pasando por los extremistas, partidos minoritarios, partidos de extrema derecha y extrema izquierda tenían personas clave que directa o indirectamente trabajaban o estaban relacionados o cobraban de la Corporación Rockefeller".
De hecho, la mayor parte de las principales figuras políticas de ambos bandos, aunque aparentaban ser “opuestos”, estaban conectados a David Rockefeller(†). Citemos algunos de los más conocidos:
En orden de aparición, según el listado de abajo, algunos han fallecido, el resto son hoy unos venerables ancianos retirados o semiretirados de la vida pública. Las dos últimas fotografías corresponden a Paul Desmarais y David Rockefeller.
Brian Mulroney, antiguo Primer Ministro conservador, miembro de Power Corporation. Fundador de Asia Power Corp, con sede en Hong Kong, junto con Ontario Hydro y Quebec Hydro, miembro del consejo de Archer-Daniels-Midland, un conglomerado propiedad de Rockefeller;
Lucien Bouchard, líder del separatista Partido Québécois que entró en política de la mano de Brian Mulroney;
Preston Manning, del Partido Nacional, financiado por los Rockefeller;
Jean Chrétien, antiguo Primer Ministro, del Partido Liberal, controlado también por David Rockefeller, a través de su estrecha relación política y financiera con Paul Desmarais (†), el hombre más poderoso de Canadá, presidente y director ejecutivo de Power Corporartion of Canada;
Jacques Parizeau (†), el líder independentista y primer Ministro de Quebec (PQ). ¿A alguien le sorprendería saber que Parizeau era miembro de la Comisión Trilateral de Rockefeller? No, ¿verdad?
Otras figuras de la política de Canadá a servicio de Rockefeller eran:
John A. Rae, estratega de la campaña electoral del Primer Ministro Chrétien. Alto ejecutivo de Power Corp. y mano derecha de Paul Desmarais. (El 3 de diciembre de 2003 Rae invitó a su casa de campo, en la región de Charlevoix - Quebec, al Rey de España, Bill Clinton, George Bush padre y los tres últimos Primeros Ministros de Canadá. Todo fue tan secreto que nadie supo de la reunión hasta varios meses más tarde);
Robert (Bob) Rae, del Rhodes Scholar y antiguo primer ministro de Ontario y jefe del Nuevo Partido Democrático de Ontario, quien designó a...
Maurice Strong (†) para la presidencia de Ontario Hydro, cuya tarea fue recortar tanto recursos humanos como capacidad generadora de la empresa. Objetivo: Generar la futura necesidad de electricidad procedente de la Bahía de James y el Grand Canal;
Paul Martin, ex Primer Ministro de Canadá que sustituyó a Jean Chrétien. Miembro de Power Corp.;
Mitchell Sharp,(†) consejero y estratega de Chrétien durante décadas, vicepresidente para Norteamérica de la Comisión Trilateral de David Rockefeller;
Daniel Johnson, líder del Partido Liberal de Quebec y Primer Ministro de Quebec en 1994. También laboró en Power Corp.;
Mike Harris, ex primer ministro de Ontario, amigo personal de George Bush y Paul Martin... etc.
Como se aprecia, el partido Conservador (vía Mulroney), el partido Liberal (vía Chrétien) y el NDP (vía Rae), ex primer ministros, ministros de estado, asistentes de gobierno, todos estaban conectados con Paul Desmarais y Power Corp. y Paul Desmarais estaba entrelazado con David Rockefeller en casi todas sus empresas.
Aún piensa usted que esto es solo otra teoría de la conspiración?
Como pregunta retórica, si uno quisiera ser el dueño del mundo: ¿qué recursos naturales de forma utópica necesitaría controlar? El sol, el aire y el agua. Sabemos que no se puede controlar el sol ni el aire. Sin embargo, sí que podemos controlar el agua. A través del control del agua, podemos controlar a la humanidad.
Retrocediendo en el tiempo, el 21 de enero de 1981, un día después de que el recién elegido presidente estadounidense Ronald Reagan tomara posesión de su cargo, los líderes de las multinacionales y los banqueros le dijeron a Reagan:
“La economía de los Estados Unidos está en una posición crítica. Si el país fuera una empresa, habría que cerrarla. La respuesta se encuentra en una fusión política con Canadá. Pero primero los dos países deben ser “ARMONIZADOS”. El plan que se desarrollaría sobre el terreno tardaría unos 15 años en llevarse a cabo".
La atmósfera previa al referéndum de Quebec fue tensa y enrarecida, la mayor parte de los confiados canadienses realmente creían que los quebequenses odiaban al resto de Canadá y querían independizarse. Los quebequenses dirían: “nos marchamos” y el resto de Canadá respondería: “iros ya, muy bien y no volváis”.
Qué marcó la diferencia, para que los poderes políticos en Canadá no pudieran predecir lo que vendría? "Un ridículo y pequeño grupo de patriotas canadienses que no querían ver desmembrado y destruido a Canadá. Cerca de 38.000 personas de todo el país (de una población total de 32.000.000, un 0,001%) se desplazaron a Quebec una semana antes del referéndum y pasaron la semana entera convenciendo a los quebequenses de que no se independizaran, que el resto de Canadá les apreciaba y se preocupaba por ellos, a pesar de lo que algunos políticos retorcidos quisieran hacerles creer. Aquella minoría supuso una diferencia espectacular. Bastaba con convencer al 0,6% de los quebequenses de que no se separaran y siguieran siendo parte integral de Canada".
Volviendo al proyecto de trasvase hidrológico "Grand Canal" ¡No resulta sorprendente que ni el gobierno canadiense ni los medios de comunicación estaban demasiado interesados en hacerlo público!, ¿verdad?
El tema da mucho por escribir, así que esta historia continuará en siguientes entregas....