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15 marzo 2025

El Plan Marshall sin eufemismos



por Tito Andino


El Plan Marshall, oficialmente, "European Recovery Program" (ERP) (Programa de Recuperación Europea) para la asistencia económica de los Estados Unidos en la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. 


El proyecto inició con la entrega de alimentos y suministros a los puertos franceses y holandeses para toda Europa, luego se proporcionó maquinaria industrial. Debe reconocerse que los Estados Unidos, previamente, suministraron ayuda a millones de personas que vivían en campos de refugiados a través de la Administración de Socorro y Rehabilitación de las Naciones Unidas y otras organizaciones.



El Programa de Recuperación Europea (Plan Marshall) se instituyó políticamente como programa de ayuda financiera y técnica a la destruida Europa Occidental en la posguerra. El secretario de Estado de EE.UU. George C. Marshall, se encargó de establecer un plan de cuatro años para reconstruir ciudades, industrias e infraestructuras dañadas, además de eliminar las barreras comerciales entre países europeos y fomentar el comercio entre 16 naciones europeas y Estados Unidos.


Cartel del "European Recovery Program" (ERP)


En abril de 1948, se crearon dos agencias para implementar el Plan Marshall: En Estados Unidos, la Administración de Cooperación Económica (ECA), y en Europa, la Organización para la Cooperación Económica Europea (OECE). 

Previamente, se conformaron reuniones de trabajo en 1947 entre Estados Unidos y países de Europa Occidental, se extendieron "invitaciones" a la Unión Soviética y los estados de Europa Oriental alineados, éstos se negaron a participar ya que asumían que Estados Unidos interferiría en sus asuntos nacionales -como a la larga así aconteció-.  De hecho, la naciente Agencia Central de Inteligencia (CIA) obtuvo el 5% del Plan Marshall, utilizando estos fondos para promover los intereses de Estados Unidos en la región y fomentar la subversión en otros lugares.


Carteles de propaganda del "European Recovery Program" (ERP) - Programa de Reconstrucción Europea o Plan Marshall.

El Plan Marshall tuvo otro antecedente, la Doctrina Truman, porque la paz no había llegado completamente. A pesar de que Grecia era apoyado por tropas británicas, libraba una guerra civil contra los comunistas. En febrero de 1947, los británicos comunicaron a Truman que no podían seguir manteniendo sus soldados en Grecia. Truman decidió que Estados Unidos pagaría la permanencia de las tropas británicas en Grecia. Se dijo también que Turquía corría peligro de agresión de la Unión Soviética y el Congreso votó a favor de brindar ayuda a Turquía. 

El 12 de marzo de 1947, Truman dijo que era el deber de Estados Unidos interferir con una política hacia la URSS, la "contención", a eso se denominó "Doctrina Truman", que realmente provocó el "miedo de guerra", consiguiendo se autorice invertir dinero en el complejo militar-industrial, aunque George C. Marshall expresara: "Nuestra política no está dirigida contra ningún país, sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos".


El presidente Harry Truman y el general George Marshall

El Secretario de Estado George C. Marshall, en discurso del 5 de junio de 1947,  destacó que "es lógico que Estados Unidos haga todo lo que pueda para ayudar al retorno de la salud económica normal en el mundo, sin la cual no puede haber estabilidad política ni paz asegurada". Fue por esto que Marshall visitó Europa en 1947, de regreso, en discurso señaló que toda Europa estaba pobre y se temía que pudieran convertirse en comunistas, dijo que Europa era "un caldo de cultivo de odio". Expresó la necesidad de que Estados Unidos entregara 17.000 millones de dólares en ayuda para rehabilitar la economía europea y parar al comunismo. De esa forma, en julio de 1947, Gran Bretaña y Francia y otros países de Europa occidental solicitaron ayuda económica.


General George Marshall (Getty Image). También fue conocido como el arquitecto de la expansión militar estadounidense y fundador del "Estado profundo" estadounidense.  Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953 "por proponer y supervisar el plan para la recuperación económica de Europa". 

Inicialmente, el Congreso de los Estados Unidos se opuso a entregar el dinero para la ayuda; diversos factores hicieron que el Congreso votara a favor de "Marshall Aid", el 31 de marzo de 1948. El presidente Harry Truman suscribió el Plan Marshall el 3 de abril de 1948. (Se pensó extenderlo más allá del período cuatrienal, quedando estancado con el inicio de la guerra de Corea en 1950). Entró en vigor ese mismo año y durante un período de tiempo rápido entregó 15.000 millones de dólares (un 5% del producto interno bruto de Estados Unidos) (Varias fuentes hablan de 13, 16 y hasta 17 mil millones) para la reconstrucción y paliar necesidades de la población que estuvo al borde de la hambruna puesto que la producción agrícola e industria se encontraba colapsada, al igual que las infraestructuras del transporte. 


Carteles de propaganda estadounidenses 

Sin embargo, parte de los recursos se destinaron a ayudas económicas, otra parte del gasto se dilapidó en suministros militares y armas, señalando que cada nación debía elegir entre diferentes formas de vida, pero que apoyarían la libertad. En el fondo se trataba de un plan de expansión estadounidense contra el "totalitarismo".


Carteles de propaganda Plan Marshall

Los mayores beneficiarios fueron las principales potencias industriales, Gran Bretaña que recibió una cuarta parte, Francia menos de una quinta parte y Alemania Occidental. Se dedujo que la recuperación de esas naciones implicaba la recuperación europea en general; por lo mismo, no todos se beneficiaron por igual. Italia, ex aliada de la Alemania nazi y otros que declararon "neutralidad" recibieron poca asistencia per cápita que los países que lucharon junto a Estados Unidos. La gran paradoja era la Alemania Occidental que se constituiría en República en mayo de 1949, toda la Alemania Nazi sufrió daños severos en la guerra, y para Estados Unidos era esencial levantarla para mantener la estabilidad económica regional... la otra Alemania debería apañárselas como pudiera tras la "Cortina de Hierro".


Carteles europeos del ERP


Propuestas del Plan Marshall:

"Reemplazar, ampliar y reconstruir la infraestructura privada y gubernamental;

Eliminación de cuellos de botella en la producción;

Reintroducir el consumo a un nivel políticamente aceptable;

Crear la Unión Europea de Pagos y proporcionar fondos para su apoyo;

Respaldar el comercio internacional en lugar del comercio bilateral;

Poner fin a la escasez mundial de dólares. 

Pero, el Plan Marshall tenía "condicionalidad": los estados receptores tenían que dar su consentimiento a lo siguiente:

Expandir el comercio sobre una base multilateral en toda Europa;

Avanzar hacia la conversión de moneda;

Trabajar para abolir la discriminación contra las importaciones estadounidenses;

Promover recortes del gasto público;

Relajar los controles gubernamentales, como el racionamiento;

Impulsar las exportaciones a Estados Unidos". 

* (Fuente: ¿En qué consistía el Plan Marshall?) 


Cartel del "French Comitee of Liberation", 1943-1944; y, "Defensa Unida", 1952

Suele pensarse erróneamente que el Plan Marshall fue el origen de la Guerra Fría, debido a que un objetivo declarado era impedir la expansión del comunismo en Europa, forjando la constitución de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza militar entre EEUU y Europa en 1949 (más Canadá). 

El Plan Marshall de "cooperación para la paz, la libertad y un nivel de vida" terminó creando en 1948 el Tratado de Bruselas sobre Defensa Mutua, siendo la base para la OTAN. También surgió la idea en la administración Truman de unos "Estados Unidos de Europa", influyendo en la futura Unión Europea. Se fundó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1950 de la que surgió en 1958 la Comunidad Económica Europea (CEE), que finalmente se transformó en la Unión Europea en 1993.


Carteles europeos del Plan Marshall


                        Cartel de propaganda en neerlandés: "Juntos trabajando, juntos fuertes"


Críticas y detractores

Objetivamente se ha dicho que Estados Unidos optó por el camino de la expansión encubierta de ayuda para controlar política y económicamente a los estados europeos. Se considera que se utilizó el chantaje para enfrascarse en planes de guerra contra la Unión Soviética

Como estrategia de Estados Unidos en la Guerra Fría, el subsecretario de Estado Dean Acheson, dijo el 8 de mayo de 1947: "construyendo la estabilidad política y económica mundial, promoviendo la libertad humana y las instituciones democráticas, fomentando políticas comerciales liberales y fortaleciendo la autoridad de los Estados Unidos".

Por eso -evidentemente- la URSS rechazó la ayuda Marshall, Stalin prohibió a los países de su órbita pedir dinero; como contramedida, en octubre de 1947 creó el Cominform y en enero de 1949 se constituyó el COMECON, la unión de los países comunistas de Europa del Este. Stalin controlaba las economías de la Cortina de Hierro.


Una ilustración soviética satirizando el Plan Marshall. Artista: Juli Ganfa (1950)

Se cuestiona que el Plan Marshall comenzó cuando Europa Occidental ya se había encaminado hacia su recuperación (un poco dudoso); hay quienes aseguran que "las inversiones estadounidenses representaron menos del 3% de los ingresos nacionales combinados de los países que los recibieron, con un crecimiento relativamente modesto del PIB en estos países durante el período de cuatro años que estuvo en vigor el plan". Empero, hasta 1952, último año del plan, "el crecimiento económico en los países que habían recibido fondos había superado los niveles anteriores a la guerra, un fuerte indicador del impacto positivo del programa, al menos económicamente". Los países beneficiados no tuvieron que reembolsar a los Estados Unidos, el dinero se otorgó en forma de subvenciones; sin embargo, "esos países devolvieron aproximadamente el 5% por ciento del dinero para cubrir los costos administrativos de la implementación del plan".(History, "Plan Marshall)


Carteles promoviendo las virtudes del Plan Marshall 

El Plan Marshall tenía -por supuesto- otros propósitos. Estados Unidos y su economía buscaba mercados para exportar; y, como las economías europea y japonesa estaban endeudadas y en ruinas, el plan ofrecía mucho papel moneda fresquito -recién impreso- es decir, préstamos de dólares para comerciar, con toda probabilidad eso evitó que sus aliados de Europa occidental tomaran la vía socialista. 

Hay que diferenciar dos momentos, una arranca en plena guerra, 1943-1944, con la llegada de la Moneda Militar Aliada -AMC- (Allied Military currency, al respecto ver AQUI), impresa en Estados Unidos y emitida para las fuerzas aliadas que ingresaban a países liberados o recientemente ocupados, como una forma de control monetario, evitando el uso del dólar, eso duró hasta 1948, coincidiendo con la entrada en vigor del Plan Marshall -dólares asignados a los gobiernos para la reconstrucción de Europa-.

Los Estados Unidos al ser quienes menos resultaron afectados por las consecuencias destructivas de la guerra, pudieron ofrecer su producción de alimentos, bienes e industria a todo el mundo, en esos momentos era el único comercio disponible. Los países europeos, fuertemente endeudados con Estados Unidos, para comerciar con ellos urgían de los muy escasos dólares estadounidenses. "Los EE.UU. fueron capaces de afirmar su ascendencia sobre los franceses, británicos y holandeses (las antiguas grandes potencias) para que nunca volvieran a ser dominantes. Los británicos, que en 1945 estaban mejor que cualquier otro lugar de Europa, fueron tratados con dureza. El sistema de préstamo - arriendo se interrumpió inmediatamente después de que terminó la guerra, sólo los británicos se vieron obligados a pagarlos".


Carteles europeos promocionando el Plan Marshall


El Plan Marshall fue una ruptura limpia, brindó a Europa las divisas para comprar productos estadounidenses; y, sí, ayudó a una rápida recuperación y contuvo la ascendente popularidad de los partidos comunistas de Europa occidental. El plan incluyó a los perdedores: Alemania, Japón e Italia, "la motivación estadounidense para todo esto era totalmente egocéntrica antes de que esto pareciera demasiado altruista". (El Plan Marshall: proteger a Europa del comunismo)

Evitándose reescribir el Tratado de Versalles de 1919, sin castigo económico a los perdedores, Japón y Alemania fueron capaces de recuperar sus economías rápidamente, alejando los peligros del enemigo soviético, tan enemigo de los Estados Unidos como en apariencia fue la Alemania nazi. 

Recordemos que después de la Revolución Rusa de 1917, Estados Unidos y Europa pretendieron destruir Rusia y el naciente estado soviético, lo invadieron entre 1918/19. La historia se repitió en la década de 1930, se rechazó un tratado de seguridad colectiva contra el nazismo y se alentó disimuladamente a la Alemania nazi a destruir la URSS. Los préstamo-arriendo se acabaron junto con el final de la guerra, la URSS y Rusia lo pagaron íntegramente en el transcurso de las décadas posteriores.



Carteles europeos Plan Marshall 

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Fuentes de consulta:
Plan Marshall

15 febrero 2025

Los Ricos y el Poder





por Mario R. Fernández y Nora Fernández


Nota previa del editor

Un interesante y fundamentado artículo sobre el poder y la riqueza en el mundo. Un tema de actualidad que ilustra la forma en que se mueve la política mundial interrelacionada con el capital financiero. Análisis de forzosa lectura para entender, entre otras cosas, que podemos esperar de un multimillonario -Donald Trump- en el gobierno de los Estados Unidos. 

Suele llamar la atención cierta admiración e influjo casi "místico" de personas comunes hacia la gente rica y el complejo entramado de las élites para perpetuarse en la cumbre del poder y del dinero. 

Para aquellos fanatizados con las teorías conspiranoicas se advierte que este artículo no pretende desenmascarar a los supuestos líderes objeto de esas populares y divertidas especulaciones, esa "información" se vende muy bien a un amplio y crédulo sector de la población. El ensayo refiere a un complejo entramado de gente y mega empresas multibillonarias conocidas (que no se ocultan en el anonimato) tanto de la vida política como empresarial, que de forma pública (previas conferencias privadas) suelen anunciar la imposición de reglas  que pueden ser calificadas como imposición de un único orden económico internacional (globalización) o como algunos suelen definirla, la "Empresa Mundial S.A.". 

Para la gente poderosa resulta irrelevante las confesiones religiosas o el origen racial de quienes comparten una visión unipolar del manejo de la economía para su fin único: enriquecimiento y control político. ¿Conspiración? Sí, en el estricto sentido del término, estos acuerdos de multinacionales, gobiernos y gente particular muy rica lo definiríamos como tal; y, al ser sus protagonistas personajes públicos, independientemente de su ascendencia étnica o sus particulares creencias "espirituales", las teorías conspiranoicas no tienen sustento lógico a pesar del criterio errado de la mayoría. Lo expresado y lo que va a leer es una realista descripción de lo que muchos definen como "gobierno mundial en las sombras" u otros títulos rimbombantes.

El siguiente artículo apareció en 2016 y sigue estando tan vigente como si hubiese sido escrito hoy.

T. Andino

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Gráfica meramente referencial del libro "La Arquitectura del Poder. Cómo los ricos y poderosos modelan nuestro mundo", 



"La humanidad enfrenta serios problemas en su diario vivir; los pueblos tienen que acarrear lastres que en su mayoría no han creado, desastres del medio ambiente, sufrimiento y miedo a la guerra, la represión, el crimen  y el abuso por sus semejantes, la carencia de un trabajo estable y digno, la pobreza y la miseria y la falta de servicios básicos de higiene y de salud que afecta a más de un tercio de los habitantes del mundo. Pero además las mayorías en casi todas las sociedades del planeta tienen que acarrear, casi como si les llevara en brazos, a los ricos del mundo. Los ricos son una especie de animal grande y peligroso, parasitarios y dañinos y hombres en su mayoría, aun cuando hay mujeres ricas también, que aunque nacidos en cualquier extracto social ocupan las elites del poder y del dinero, verdaderos barones del poder, y hoy han acumulado dinero como nunca antes en la historia moderna, que manipulan todo lo que les interese manipular y que persiguiendo sus intereses pueden ser criminales pero no pagan por ello.

Hoy, los ricos ya no son simples  millonarios como hace algún tiempo atrás, hoy las fortunas son de miles de millones de dólares, si usamos la moneda estadounidenses; forman élites muy reducidas en números si los comparamos al resto de los privilegiados, no son el uno por ciento de la población total como tanto se dice en medios oficiales y no oficiales, sino mucho menos, pero si cuentan con una plataforma de apoyo de entre el uno y el cinco por ciento de los más acomodados, que le sirven a la elite dominante de escolta y sustento o base social, además del apoyo casi incondicional de las clases medias, estas representan el lado “presentable” de un sistema de acumulación totalmente injusto cuando se lo examina. La elite dominante cuenta con la escolta de otros ricos inferiores, que forman una especie de pirámide de acomodados, a quienes se suman altos administradores y políticos que ayudan a la elite dominante a manejar el aparato político mundial, cuenta la elite además con no pocos adulones profesionales y aspirantes a millonarios que incluyen incluso a hampones que trafican drogas, personas y servicios.





Estados Unidos, desde hace más de 200 años, ha sido un país favorable a la especie parasitaria de los más ricos, y por eso allí se ha multiplicado con particular facilidad, no tiene tanto que ver con condiciones biológicas particulares sino con un ambiente ideológico que desde el siglo 19 viene justificando la acumulación de riqueza a cualquier costo y como fundamental razón de ser, algo que observó el entonces cientista político francés Alexis de Tocqueville cuando escribió su libro, un clásico, “Democracia en América”. 

Durante su estadía en Estados Unidos entre 1830-31, Tocqueville observó el marcado individualismo y la aceptación sin cuestionamiento de una forma de entender la realidad que simplemente se sobreentiende. En su libro dice que 

“los americanos no tienen escuela de filosofía propia poco les importan las escuelas de filosofía en que Europa está dividida…Y sin embargo es fácil percibir que casi todos los habitantes de los Estados Unidos conducen su entendimiento de forma similar y lo gobiernan por las mismas reglas, vale decir, sin tomarse nunca el trabajo de definir las reglas, tienen un método filosófico común a todo el pueblo”. Y agrega: “Pero si voy más lejos, y busco entre las características la principal…descubro que cada americano apela solo al esfuerzo individual de su propio entendimiento…” algo que Tocqueville entiende tiene limitaciones. De ese individualismo dominante con foco en el ahora se llega fácilmente a la sobrevaloración de los logros personales, al vivir sin historia y a la admiración a los ricos cuando la sociedad tiene un foco totalmente material. El desarrollo norteamericano fue material y los ricos siguen siendo admirados, ejemplo de triunfo personal, un triunfo sea como sea y pese a quien pese. 


El Rockefeller Center de New York


Las revistas Forbes, Fortuny, Bloomberg, Businessweek, demuestran esa admiración continuamente, los ricos son vacas sagradas y la carrera es una escalera infinita hacia la mayor riqueza. Los ricos, expuestos como celebridades y disfrazados de generosos aparecen allí con nombre y apellido, pero allí solamente se hacen carne, sin explicación, sin exploración de lazos de poder o historia, allí son genios salidos de la nada y al hacerse carne de esta forma se los transforma en intocables, se hace impensable criticarlos en otros medios de prensa.  

De los más ricos, los “billionaires”, que no pasan de 2000 en todo en el mundo, con fortunas personales de más de mil millones de dólares, más de un cuarto de ellos son ciudadanos de Estados Unidos, pero no faltan representantes de Alemania, India o Brasil. Lo irónico hoy es la existencia de “billionaires” chinos y rusos, algo que nadie podría haberse imaginado hace apenas treinta años. La historia está llena de sorpresas, y los nuevos muy ricos en China, que pasan de 200, hicieron sus fortunas de la forma clásica: explotando simplemente a los trabajadores de su país y especulando luego con las fortunas logradas. Los magnates rusos, que no alcanzan a 100, son un caso único en la historia: formaron sus fortunas violentamente, de la noche a la mañana saqueando y robando directamente los bienes del estado posterior al derrumbe de la Unión Soviética, muchos los llaman por eso “lumpen burguesía” recordándoles sus raíces antisociales directas.



La Trump Tower en la Quinta Avenida, Manhattan – New York



Sería injusto, sin embargo, dividir a los ricos en más y menos meritorios, pues en esto de hacerse de fortuna, y aunque todos los grandes ricos han usado métodos diferentes en la acumulación de su riqueza, algunas veces a través de un producto o creándose un proyecto, otras veces aprovechándose de explotar a otros, extorsionando o engañando, o robando directamente o en negocios ilícitos, no puede haber excepción en el uso de métodos antisociales: nadie se enriquece sin ejercer un nivel de criminalidad. Detrás de toda empresa, sea un banco, una compañía de seguros, una administradora o colocadora de fondos de pensión, un gran supermercado, una fábrica, una mina, una procesadora de alimentos u otros, lo que no pertenece al estado o no está en manos de una cooperativa, es de seguro una pirámide donde las decisiones las toman los más ricos aun cuando figuren como accionistas y cuenten con un servil bien remunerado y a veces hasta famoso que le pone cara pública a la empresa. Y, serán siempre los accionistas menores quienes absorban las pérdidas cuando las haya, que los más ricos muy bien entendidos de lo que sucede abandonaran la empresa a tiempo llevándose todas las ganancias.

Pero los ricos saben que mantener una imagen es fundamental, ninguno de ellos quiere llegar a viejo con gran fortuna pero con fama de ladrón y de asesino, es por ello que se encargan con dedicación a asegurarse de tapar lo mejor posible todos las conductas antisociales que les aseguraron su fortuna y usan la publicidad y la manipulación para crearse una imagen de benefactores y generosos -ahora que tienen todo lo que quieren pueden invertir lo necesario en verse bien.

La primera generación de toda fortuna tiene siempre mucho que ocultar, de allí que su preocupación no sea sólo con hacer más y más dinero sino con incrementar su nivel de influencia social y política, incrementar influencia ayuda a los ricos a aumentar su riqueza también, pero además corrompe la administración de los bienes comunes y del estado y a los servidores públicos a todos los niveles, y con ello los ricos se aseguran total impunidad, la justicia y las responsabilidades civiles no les aplica como al resto y la corrupción aumenta y facilita el parasitismo de los ricos que viven literalmente de los demás manipulando el o los estados a su gusto. 

La segunda generación tiene más fácil tarea porque el proceso mismo genera la impresión de que al haber heredado la riqueza no se los puede responsabilizar de cómo se generó. La segunda generación se ve a sí misma y los demás la ven como más saneada. Los logros de la primera generación facilitan el continuo proceso de enriquecimiento de la segunda: la preocupación por alcanzar niveles de influencia en la sociedad les ha otorgado poder que usan para continuar corrompiendo a la administración del estado y enriqueciendo ahora de forma más parasitaria. El estado en sus diferentes niveles les otorga todas las facilidades y los protege incluso del pago de impuestos y royalties, a veces tan bajos que son ridículos. El estado les asegura subsidios para sus empresas, contratos con soborno (lo que en Estados Unidos es un ejercicio legal), el uso de la infraestructura y servicios públicos gratis. Además, el estado en los últimos 35 años les ha asegurado la adquisición de empresas estatales a precios de ganga, y gracias a la desregulación de todo les garantiza creciente espacio para que saqueen. El robo más obsceno quizás de la historia es el de la última crisis del 2008 con el rescate financiero a grandes bancos con dineros públicos y a cambio de papeles especulativos sin valor real.





El mundo occidental sufre una continua pérdida de trabajos en la industria manufacturera; hasta los empresarios más pequeños con alguna posibilidad de ganancias en la actividad de algún producto o servicio, ya sea en áreas rurales o en centros urbanos, también están en continuo peligro de desaparecer. Muchas empresas pequeñas y-o medianas han sucumbido o han sido absorbidas por otras más grandes que simplemente las compran para cerrarlas por lo que los pequeños empresarios tienen que conformarse con empresas que apenas se solventan. 

Este proceso de monopolización y acumulación sin fronteras, llamado globalización, destruye las economías locales gracias a la firma de tratados que no son de “libre comercio” sino documentos legales para los más ricos y sus empresas que crecen en su monopolio, acumulan crecientes derechos sin responsabilidades, aseguran la libre circulación de mercancías y servicios (incluso financieros) mientras ponen en jaque incluso a los estados mismos –estos, últimos garantes de sus aventuras de enriquecimiento y paganinis de toda especulación fallada. Lo irónico: la diatriba repetitiva de los políticos representantes de los ricos (casi todos ellos) en su aparente continua preocupación por la existencia misma, y prosperidad, del llamado “pequeño negocio o empresa” –una preocupación tan irreal como hipócrita que se entiende más bien como una burla surrealista. 

La producción industrial y la agricultura, en Europa y en Norteamérica, tuvieron desde 1870 al 1900 un desarrollo en gran escala, en parte debido a las innovaciones tecnológicas en factorías, en minas y en el campo, lo que resultó en más acumulación de dinero para los ricos. En Estados Unidos esta fue la llamada “época dorada” (Gilden Age en inglés) durante la cual los ricos disfrutaron en forma casi obscena de una libertad plena de explotar a sus trabajadores y especular con la complicidad de autoridades políticas y administrativas. Pero, para fin del siglo 19 emergían esperanzas de cambio gracias a grandes luchas de parte de la clase trabajadora, lucha que aumentó con el logro del sufragio universal, el aumento de la participación política y la creciente organización sindical. De esta forma se consiguieron básicos derechos laborales y sociales y se constató una vez más que es la resistencia a la opresión y la lucha por los derechos lo que detiene el avance del poder de los ricos al subirle el precio a su abuso, y no un simple proceso civilizatorio.





Durante el siglo 20 los enfrentamientos continuaron por lo que algunos magnates tuvieron que reconocer la necesidad de lidiar de otra manera con los oprimidos e incluso aplicar algunas reformas recomendadas por los social liberales de entonces. No faltaban los ricos que no querían negociar derechos pues estaban convencidos de que la gente de trabajo no se merecía nada. En ese tiempo el odio de clases era muy visible: la mayoría de la gente del pueblo odiaba a los ricos y su institucionalidad liberal, y los ricos odiaban a la gente del pueblo. 

Pero con la llegada de la Primera Guerra Mundial en 1914, el conflicto de clases disminuyó, reemplazado por un nacionalismo aparatoso, oportunidad que los ricos usaron para extorsionar a los trabajadores a que peleen y mueran en sus guerras de dominio.

La Primera Guerra Mundial fue planeada por un puñado de ricos en una mesa para lidiar con las competencias por mercados entre los países imperialistas mismos; enviaron a millones de soldados a la carnicería más grande hasta ese entonces, una tragedia para hombres, mujeres y niños de Europa y el mundo colonizado. Los ricos responsables de esa tragedia comenzaban de nuevo a florecer unos años después y el resultado fue la Segunda Guerra Mundial y el fascismo, de nuevo el mundo sufre una gran destrucción de vidas y bienes, pero terminada esta guerra los ricos y sus empresas ocupaban lugares de importancia incluso en Alemania, Italia y Japón los países derrotados –olvidado quedaba nuevamente el sufrimiento y la muerte de millones de seres humanos que por supuesto no eran parte de las élites acaudaladas. 

Y aunque el resultado de ambas guerras no fue exactamente el esperado por las élites, pues los fascistas no terminaron con la “amenaza comunista”, tuvieron que crear y luego ampliar el Estado de Bienestar Social en los países de Europa Occidental, Norteamérica y algunos otros, el argumento en contra de los pueblos no cejó y algunos ricos continuaban predicando contra el peligro de “malacostumbrar” a los pobres –o sea a la mayoría de los ciudadanos. En estos tiempos la carta a jugar para los ricos fue la propaganda, Alex Carey (científico australiano) lo explica muy bien en “Taking the Risk Out of Democracy” (Quitándole el riesgo a la Democracia). La propaganda fue usada como arma de persuasión en la Primera Guerra Mundial por el gobierno de Woodrow Wilson, Estados Unidos. Tuvo resultados asombrosos, tanto que las empresas se apropiaron de la estrategia bajo el nombre de “relaciones públicas”. Hitler mismo, y su partido Nazi, fue un gran admirador del sistema de propaganda aplicado en Estados Unidos, idea de la que se apropió e integró en su máquina de terror y de guerra. 

El sistema propagandístico se fue desarrollando durante todo el siglo 20, aumentando en sutileza y detalle e incluyendo entre sus herramientas la nueva idea de las “fundaciones” -organizaciones que los ricos crean para mostrar su filantropía y generosidad con la sociedad al tiempo que persiguen sus propias agendas y se niegan firmemente a la justicia de salarios más equitativos y continuados proyectos de justicia social. Parte del esfuerzo propagandístico de los más ricos es mandar a escribir sus biografías sesgadas para demostrarse como auténticos. 

La amenaza  del comunismo o del socialismo como alternativas estaba ya casi desaparecida para el año 1990 año en que los centros de propaganda se extienden aún más, con colaboradores llegados desde la izquierda e incluso de sectores radicales, han sido de gran utilidad en afirmar la legitimidad de la acumulación de riqueza en manos de unos pocos y la desesperanza en cuanto a hacer cambios liberadores. 




Wall Street. Un símbolo del corazón financiero de New York, el Gran Toro (Charging Bull). Es una alegoría de la fuerza, en este caso, el poder económico de los Estados Unidos, representa la “prosperidad y el optimismo de los “supervivientes” de la crisis bursátil de 1987. Hay también un juego de palabras oculto: en la jerga de Wall Street, el término bullish se usa comúnmente para designar las subidas de la bolsa”.



Cuando los seres humanos eran cazadores y recolectores dependían unos de los otros, un pequeño grupo homogéneo que no podía tolerar la existencia de individuos con conductas antisociales pues ponían en peligro la existencia misma del grupo todo. Entonces a los antisociales se los abandonaba o eliminaba, simplemente, los esquimales por ejemplo empujaban al insistente antisocial al agua helada, otros grupos los eliminaban de otras formas, todos entendían que los antisociales no eran buenos pero además entendían que no eran funcionales. Los antisociales de nuestros días no sufren esta suerte, al contrario, dominan al resto, son tan dañinos para la supervivencia de la especie como cuando éramos cazadores y recolectores pero no son tan diestramente condenados

Han creado su mundo, en el reinan, controlan, deciden para detrimento de la especie entera. Cargan los dados continuamente a su favor, reciben los premios y honores, destruyen naciones, favorecen crímenes, implementan robos, especulan para acumular más y más riqueza que es poder, escapan de toda responsabilidad porque la responsabilidad es colectiva aunque el daño sea de un pequeño grupo, juegan el juego de ganarlo todo sin invertir nada, tienen al mundo del cuello con un revolver apuntado a la sien pero son admirados. Lo peor es que son un terrible ejemplo de ser humano pero los admiran y emulan. Durante una buena parte del siglo 20 muchos ricos eran más cautelosos, pero la impunidad ha aumentado y se vive una gran Jauja. Dominan los medios de comunicación, la mayor parte de la producción y comercialización de alimentos, semillas, medicamentos, fondos de pensión, instituciones financieras, la cultura: una plutocracia nos tiene de rehén y faltan las alternativas".


Mario R. Fernández y Nora Fernández

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NOTA: Las negrillas, subrayados y fotografías con su descripción han sido intercaladas por el editor del blog.

10 febrero 2025

Mr. Trump, ¿un "loco" muy singular?, la gran incógnita




por Tito Andino


Divagando sobre Donald Trump

Un llamado a la reflexión a quienes se precipitan en sacar conclusiones. Leer no significa necesariamente comprender una lectura. El saber leer también es una virtud que se va cultivando;  y, en estos tiempos en que todo se valoriza en dinero, dedicar unos minutos a una lectura relajada hace la diferencia. Dejo planteado el cuestionamiento, ¿qué entendemos por ultraderecha?, ¿por qué suena "normal" acusar a Trump de fascista? El nacionalismo, el fascismo, el imperialismo y el globalismo son sistemas muy diferentes.

Si todo el "mundo" odia a Trump, es inexplicable que haya vuelto ha ser elegido -sobradamente- presidente de los Estados Unidos de América y se está demostrando que fue objeto de una conspiración fraudulenta para no permitírsele ser reelegido presidente en 2021, beneficiando a Joe Biden... En fin.

 

Decíamos años atrás (primera magistratura de Trump 2017-2021) que en perspectiva sus relaciones internacionales aparentaban ser contradictorias. Ahora, en su segundo mandato sigue confundiéndonos. En ambos casos, desde las campañas electorales provocó un giro total de la política exterior, intentando poner fin al proyecto elaborado por sus antecesores (en realidad siempre ha sido la política de EEUU) que pretenden conservar y consolidar la hegemonía económica - política - militar de su país en el resto del mundo.

Trump no hace nada diferente para conservar a su favor la balanza internacional en el manejo de las relaciones comerciales con otras potencias mundiales, imponiendo las reglas de las élites dominantes -poderosos consorcios estadounidenses- a otras naciones. Solo que su método varía al del otro grupo de poder con el que suelen alternarse en la administración del negocio... perdón, administración del estado. Trump proviene del mundo de los negocios y actúa en tal sentido, debiendo complacer tanto a los neoconservadores como al Complejo Militar Industrial, porque sin ellos "América no será grande". No obstante, Trump difiere con los escenarios y ocasiones, parece no ser muy "amante" de las guerras por los recursos energéticos, pero no le temblará la mano para usar la maquinaria bélica llegado el caso y no teme mentir para adulterar datos y plantear ofrecimientos, una política de chantaje y coacción para imponer su agenda "negociadora"

La "visión" Trump de cambiar ciertas reglas del tablero geopolítico internacional tiene poderosos contradictores en casa, otros prefieren algo más "tradicional": Someter a sus dictados la materia política y económica a las naciones del patio trasero (Latinoamérica), Próximo y Lejano Oriente, África, incluso en Europa. Trump anhela lo mismo, pero a su estilo.

Desde la primera administración Trump, éste fue atacado por una campaña nacional e internacional de desprestigio, "merecidamente" acumula poderosos enemigos en los círculos del poder político-financiero, a pesar que él forma parte de ese círculo. Sus grandes contradictores estaban y seguirán estando en el Congreso y Senado, en el Pentágono, en la Administración Pública (funcionarios no afines al presidente); en el intocable Complejo Militar - Industrial, en facciones de las altas finanzas (Soros), que junto a otra "vaca sagrada", la prensa (cadenas masivas de desinformación mundial o medios de embrutecimiento masivo), forjan un explosivo cóctel. 

Trump sabe como lidiar con los medios, utiliza los mismos métodos, al mejor estilo de un reality show televisivo, es el ejemplo del político populista, marginando sutilmente a las cadenas "informativas" que buscan desacreditarlo, rechaza la presencia de ciertos medios en sus conferencias calificándoles de falsos y fraudulentos, en este punto, un lector crítico estará plenamente de acuerdo con Trump. Los medios son propiedad de los poderosos y nos mentirán siempre. Agencias de noticias como Reuters, Associated Press, The New York Times, Wash-Po y otros medios de comunicación (alrededor de 700) estaban recibiendo apoyo financiero de USAID, la CIA y otras entidades gubernamentales. 

"¿Ahora comprenden por qué los votantes del Partido Demócrata están tan obstinadamente engañados y trastornados?" El "Cuarto Poder", la prensa estadounidense, viene arrogándose ese "derecho" a pesar de que no goza de ningún tipo de legitimidad popular. Los argumentos esgrimidos contra Trump son los que habitualmente se manejan en política, pero también se observa que provienen del arsenal de la propaganda de guerra (Pentágono y agencias de seguridad nacional).




Elon Musk podría ser un gran aliado para que Trump pueda controlar eficazmente la infraestructura federal, al ser nombrado director del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos (DOGE), creado por Trump, entre sus primeras acciones, supervisa el sistema federal de pagos buscando formas de recortar el gasto público. Siguiente paso, Musk descalifica a USAID como una "organización criminal" que debe desaparecer.

Desde 2016 el Partido Demócrata y las "masas" han ido alineándose para impedir que el populismo, encarnado en Trump acceda al poder, no les fue tan bien. Los Demócratas han buscado siempre ejercer el poder de un solo partido en Estados Unidos por una sola razón, controlar en la sombra cientos de organizaciones no gubernamentales, activistas del partido, con inagotables recursos públicos, es decir, las grandes agencias que formulan la política del país. El dinero se blanquea "a través de múltiples capas de estas organizaciones y sus suborganizaciones para financiar una 'revolución de color' en curso en los EE. UU, guerra legal, fraude electoral, propaganda, censura, cancelación de carreras, mierda médica, fronteras abiertas y otras estratagemas totalitarias, mientras se enriquecía a los actores políticos de todas esas múltiples capas, desde congresistas y senadores multimillonarios hasta miles de funcionarios de ONG que ganan salarios de seis cifras, pasando por estafadores callejeros.

Traición, soborno, conspiración y sedición derivado del RussiaGate, el impeachment de 2019 y todas las travesuras que emanaron de Ucrania desde la Revolución de Maidán en 2014. Resulta que todo fue una sola pieza. El mismo elenco de personajes estuvo involucrado en todos estos eventos nefastos. Creo que veremos esos indultos preventivos de "Joe Biden" probados en la Corte Suprema" (extracto del artículo "How it worked", de James Howard Kunstler).

Todo ese dinero fue lo que impulsó años de locura patrocinada, deja de ser un misterio el que nadie haya sido procesado por quemar las ciudades en 2020, o por crear mágicamente millones de votos adicionales para "Joe Biden" de la nada ese año, o por montar la máquina de sobornos desde Ucrania al Congreso, o por obligar a millones de personas a recibir una vacuna defectuosa.

Se habla de una operación de crimen organizado del gobierno, el escándalo de USAID es solo un engranaje de un colosal motor de estafa. El DOGE (no importa si este momento lo dirige Musk) está destapando el rastro del dinero de computadoras gubernamentales antes impenetrables, revelando décadas de fraude y engaño. La USAID proporcionó dinero a ONGs para fomentar la inestabilidad en muchos más países, incluido EEUU. Algunas personas tendrán que rendir cuentas. Samantha Power debería ser un primer caso de prueba, ella dirigió USAID hasta el 20 de enero de 2025; muy ocupada organizando intentos de revoluciones de colores en Hungría, Georgia, México y la guerra de Ucrania (fallidas).  

Pero, por favor, no se confundan. Sin duda, esta es una lucha por el poder entre bandos de la élite estadounidense, a eso se resume los escándalos de ayer y hoy contra Mr. Trump, que es un conservador jacksoniano (de Andrew Jackson), algo muy diferente a los neoconservadores straussianos, a quienes ha vencido. El método es la materia de discordia, el deseo de Trump es seguir imponiendo el capitalismo, a su estilo. Según sus detractores, Trump pretende alterar las reglas de juego, alarmando a sus rivales en casa, en la UE y en la OTAN. 

En Estados Unidos tenemos en pugna a dos grupos característicos partidarios de la  globalización: los neoconservadores contra los soberanistas de Trump. Sin embargo, por detrás, mejor dicho, por encima de Trump y de los otros hay un Poder... En definitiva, Trump representa un círculo de élites económicas en pugna con otros poderosos intereses financieros. El maquillaje consiste en que Trump aplica su estilo al manejo de las altas finanzas y comercio mundial, cuya característica es oponerse a las clásicas guerras imperialistas (como la de Ucrania); pero, repitamos, usará la fuerza si la necesidad le obliga. 

Estos grupos de poder, que colocan a los presidentes de turno, tienen algo en común y puede ser apreciado con un ejemplo: Vuélvase a revisar la posesión de Trump (enero 2025), durante todo el discurso ni Biden ni Kamala Harris aplaudieron el discurso de Trump, solo hubo un momento de excepción: El senil Biden y su ex vicepresidenta, levantaron sus dolidas posaderas y aplaudieron de pie cuando Trump garantizó la protección de Israel, a cualquier costo.

Los pretextos esgrimidos en contra de Trump para intentar apartarlo de sus funciones iniciaron en 2016 (campaña electoral) por la supuesta injerencia rusa (trama continuada desde el FBI), por ciertas declaraciones de tinte racista, el tema de las deportaciones, el muro mexicano, la islamofobia, los aranceles, las excentricidades de su vida privada al mejor estilo farandulero, etc. Nadie puede garantizar que Trump pueda mantenerse en el poder. Mismos rumores en su primer mandato, porque es el "agente" de Putin en la Casa Blanca; pero el "agente" de Putin fue quien venció a Rusia en Siria, fue Trump quien envío ilegalmente tropas al norte sirio e impidió que su gobierno pueda explotar los recursos energéticos, sin guerra abierta, EEUU terminó por asfixiar la economía de Siria mediante sanciones, preciso momento para la ofensiva yihadista ("rebeldes" para algunos).

En "Donald Trump ante el Cuarto Poder" (2017), Thierry Meyssan, brinda la mejor percepción que se ha hecho sobre el mandatario estadounidense:


"Trump no es tampoco un individuo impulsivo. En realidad, sobre cada tema, Donald Trump reacciona de inmediato con tweets agresivos (hoy X). Después, lanza ideas en todos los sentidos, sin vacilar en contradecirse en diferentes declaraciones, y observa detenidamente las reacciones que estas suscitan. Finalmente, luego de haber llegado a crearse una opinión personal, se reúne con la parte adversa y generalmente llega a un acuerdo con ella

Donald Trump ciertamente no tiene la buena educación puritana de un Barack Obama o una Hillary Clinton. Es más bien portador de la rudeza del Nuevo Mundo. A lo largo de su campaña electoral se presentó siempre como el hombre capaz de poner fin a las innumerables formas de deshonestidad que esa buena educación permite esconder en Washington. Y finalmente fue a él -no a la señora Clinton- a quien los estadounidenses pusieron en la Casa Blanca. Por supuesto, cada cual está en su derecho de tomar en serio las declaraciones polémicas del presidente, encontrar que algunas son chocantes e ignorar las que dicen lo contrario. Pero no debe confundirse el estilo de Trump con su política. Al contrario, hay que analizar con precisión sus decisiones y sus consecuencias".


"Conozca al nuevo jefe, nada parecido al antiguo jefe". El presidente de EEUU, Donald Trump, gesticula mientras sostiene una espada, cerca de la primera dama, en la fiesta en honor a su investidura. (Daniel Cole / Reuters)


Después de todo Trump no está tan loco al iniciar la "guerra" comercial que apunta también a las guerras culturales, a las políticas de inclusión y diversidad. Inició con declaraciones amenazando con aranceles a China, Canadá y México (aclaremos que los aranceles trumpistas son una clara violación al T-MEC que sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte -TLCAN-). Pide la cesión de soberanía en Groenlandia, para finalmente sentarlos a negociar... es su estilo. México debe movilizar sus fuerzas militares a la frontera para controlar el narcotráfico y la emigración ilegal, establecerán aranceles justos. Colombia ya está poniéndose de acuerdo, los dos ceden sus pretensiones. El efecto Trump continúa en Panamá que va camino a pactar y con probabilidad Panamá no renovará el acuerdo de la Ruta de la Seda con China; mientras que Venezuela y El Salvador acogerán a los migrantes deportados. China ha expresado ya su reacción, con reciprocidad, ante la imposición de aranceles a sus productos (parecería haber sido acordado), pero no se ha impuesto el 100% proclamado, esta medida tiene su razón estratégica, hacer retroceder la posición de China como 'fábrica del mundo'; China discretamente fijará medidas, los consumidores, fabricantes e importadores estadounidenses verán sus consecuencias.

Canadá no es de ceder tan fácilmente ante los arrebatos del gobierno de Trump, el primer ministro, Justin Trudeau, anunció aranceles de represalia, 25% a los productos estadounidenses, después de que Trump anunciara amplias restricciones a las importaciones canadienses; al final Canadá también se sentará a negociar. Vale recordar que Estados Unidos conserva un largo deseo de anexarse Canadá, que no llegó ha ser parte de los Estados Unidos porque hubo un porcentaje de los pobladores de América del Norte que decidieron no convertirse en parte de la república revolucionaria, muchos leales al Imperio Británico abandonaron los recién constituidos EEUU y emigraron a las tierras del norte de la nueva frontera (Tratado de París en 1783). Entre 1812-1815 hubo guerra contra el Imperio británico y sus aliados de América del Norte, pero esencialmente se mantuvo el status quo. 

¿Y Europa?, las élites europeas odian a Trump, son títeres de las élites corporativistas en pugna contra el soberanista Trump (América primero), pero -quizás- esos líderes europeos podrían "mover la cola" ante Trump, está por verse. ¿Israel?, ese pequeño estado no es materia de negociación, Trump hará todo por favorecerlo, incluso si tiene que calificar a los palestinos de "fundamentalmente malvados" que no merecen "ninguna misericordia". Pero, sí, ya les ha otorgado "misericordia", esto se entiende de la siguiente declaración: "El pueblo de Gaza es colectivamente culpable. Necesitan una educación desintoxicante antes de que la reconstrucción pueda comenzar. Son fundamentalmente malvados, y deben pagar un precio por sus actos". Los preocupados por su situación deberían "alabar efusivamente al presidente por hallar una solución positiva a sus problemas" (Martin Oliner, funcionario designado por Trump, en un editorial del Jerusalem Post). 

Benjamin Netanyahu, principal criminal de guerra, de plácemes, sigue pensando que "la guerra es la paz”; y, en su visita a Trump (4 de febrero) no estuvo muy feliz cuando su colega expresara que "Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza y también haremos un trabajo con ella. Nos adueñaremos de ella. Y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas que hay en este lugar... (emprenderemos) un desarrollo económico que proporcionará un número ilimitado de puestos de trabajo y viviendas a la población de la zona". Así es Donald Trump, la víspera  expresó "que el pueblo palestino que vive en la Franja de Gaza no tiene más opción que abandonar sus hogares y trasladarse a lugares vecinos, como Egipto y Cisjordania"....

Más, la gran perla es el caso ucraniano, el mejor ejemplo. Trump declaró abiertamente que deslegitima a Zelensky, lo desautoriza para mediar en cualquier acuerdo o negociación de paz; peor aún, Trump acusa a Zelensky de no haber impedido la guerra, que pudo detener la guerra, pero que Zelensky prefirió escuchar a otros y luchar. En una entrevista televisada y comentada en medios internacionales expresó que Zelensky "no es un ángel", culpándolo porque "no debió permitir" que comenzara el conflicto con Rusia cuando pudo fácilmente llegar a un trato. Reconoce Trump que Biden desembolsó 200 mil millones de dólares más que Europa (Fox News). Es lógico, el proyecto Ucrania es un plan estadounidense. 


         Caricaturas de Bob Moran


Trump es así, una de cal y otra de arena, reconoce el hecho, pero se abstiene de enfatizar que la guerra fue forjada por los neoconservadores y que él quiere ponerle fin, con eso pudiera -si quisiera- deslegitimar a sus detractores ante los estadounidenses... pero decide guardar silencio al respecto, quejándose que EEUU puso más dinero que Europa (y también "olvida" que EEUU ha realizado el mejor negocio del siglo: venta de armas por 300 mil millones de dólares). Seguramente calla porque, recuerden, hay un Poder por encima, y prefiere "agradar" a los neoconservadores, los deja "satisfechos" acusando a otros (Ucrania). Esa es la forma que hace política Mr. Trump.

Siempre estará pendiendo el "impeachment" en manos del "establishment" o Deep State, pudiendo validarse al presentarse una oportunidad, cualquier escenario es posible. Al igual que en 2016, parte del verdadero Poder que controla los EEUU seguirá atacando políticamente al "loco" y desafecto del "estado profundo" que está irritándolos al cuestionar la estrategia de buenos resultados del último siglo: guerras rentables, globalización económica, sumisión internacional, es decir, poder y control del mundo. En su mandato anterior Trump -finalmente- no pudo contradecir totalmente a los señores de las sombras, éstos últimos se encargaron, vía Congreso y Senado, servicios secretos, Complejo Militar-Industrial, halcones políticos y militares, de encausar por el "buen redil" al multimillonario gobernante. El establishment intentó el impeachment, recurriendo al demagógico discurso de que Trump es agente ruso, parte del Congreso (demócratas) sugirieron enmendar la Constitución para aplicar la “incapacidad mental” para gobernar. Trump denunció, en plana campaña presidencial (2016) que sus comunicaciones telefónicas estaban siendo interceptadas por la administración Obama, y era cierto. El "Estado Profundo" terminó imponiendo las reglas a Trump y se encargó de hacerle perder (ilegalmente) su reelección ante el nefasto Joe Biden.


Donald Trump, el "fascista"

Mucha gente -ayer y hoy- hacen una absurda comparación entre Hitler y Trump, banalizando la definición del término "Ley de Godwin", es decir, "la teoría de que a medida que una discusión online avanza, se vuelve inevitable que algo o alguien eventualmente sea comparado con Adolfo Hitler o los nazis, sin importar cuál sea el tema", ese tipo de frecuentes comparaciones se dan en discusiones de un bajo o básico nivel argumentativo, por lo que "la comparación inevitablemente aparece". Tampoco debería por qué traernos a la memoria aquel término creado por Leo Strauss: "Reductio ad Hitlerum", es decir una argucia con la que se puede descalificar cualquier opinión, afirmando que "Hitler también la apoyaba". Un excelente análisis del periodista español Fernando Navarro García plantea que cualquier punto de vista, incluso ideológico, que pueda asimilarse al nazismo está en desventaja, suele suceder que todo lo que nos desagrada es tildado de "nazi" o "fascista". Durante los últimos años se abusa de esa estratagema -no por simplona menos eficaz- de la "Reductio ad Hitlerum", nadie en su sano juicio desea ser encuadrado en la "lógica" de tan nefasto personaje. "Cualquier ideología, postura, pensamiento o actividad que sea parcialmente asimilable al nazismo parte con una enorme desventaja en cualquier debate sometido a escrutinio público. Quizás por eso hoy en día, y ante la falta de argumentos rigurosos como mal endémico de una cierta modernidad, todo aquello que nos desagrada o colisiona con nuestros intereses o anhelos es tildado de "nazi" o "fascista" (sin considerar las enormes diferencias cuanti cualitativas que existen entre ambas ideologías)".


       Caricaturas de Bob Moran

Un artículo de Harrison Koehli, publicado en este blog en 2018, expresa que "en un país donde las elecciones presidenciales son casi siempre una elección entre dos males, habría pensado que muchos estarían aliviados de que al menos Trump no fuera Hitler. No hay tal suerte. Lo cual es realmente deprimente. Porque si o cuando un verdadero "Hitler" estadounidense llegue, el público estadounidense no tendrá ninguna idea de dónde les vino el golpe y no habrá prácticamente nada que puedan hacer al respecto. 

He estado escuchando atentamente, y todavía no he oído a Trump decir algo tan hitleriano. Dudo que lo haga, no lo he oído acercarse a este nivel de retórica basada en la identidad política. Trump dice que ama a los negros y a los hispanos (muchos también lo aman). También habla de la inclusión, y de hacer América grande para "todos" sus ciudadanos...Trump habla de los "hombres malos" de la frontera (es decir, criminales no ciudadanos) y terroristas islámicos radicales (es decir, el 1% o menos de los musulmanes). Parece un conservador, no un nazi... Trump no es Hitler, literal o figurativamente. Las personas que lo dicen no saben o están ignorando las características más esenciales de lo que hizo Hitler y los tan odiosos nazis. Fueron violentos con una ideología totalitaria que fue fácilmente explotada por psicópatas, Estados Unidos aún no ha visto algo comparable. 

Las verdaderas semillas de una pesadilla totalitaria están brotando en Occidente, pero no en el cerebro de Trump. Están vivos y coleando en las agencias de inteligencia (que se aliaron con los nazis antes, durante y después de la segunda guerra mundial) y en el fervor revolucionario arraigándose en (sobre todo) organizaciones populares de derecha e izquierda. En realidad, la izquierda tiene ventaja cuando se trata de la creación de pesadillas. Los conservadores tienden hacia el autoritarismo. Los liberales, con sus fundamentos filosóficos posmodernos, tienden a una reestructuración radical de la sociedad que no se preocupa de cuántos millones de "los suyos" tiene que morir para llegar allí". (Harrison Koehli)

En todo esto también entra en juego la cuestión religiosa. Es cierto que en los Estados Unidos existe un grupo de "hermanos" de la más recalcitrante derecha fundamentalista cristiana que conserva una simbiótica relación con la ideología hitleriana y que, incluso, controla el fundamentalismo islámico. Ese vínculo se da a través de contactos políticos al más alto nivel, negocios petroleros, transnacionales, banca internacional, tráfico de drogas, blanqueo de dinero. Por ejemplo, existe un claro nexo entre la "Hermandad Musulmana" y los Fundamentalistas Cristianos de Estados Unidos. 

En realidad a estos grupos de poder no les interesa para nada la religión, suelen valerse de ella. Su único amor y religión es el dinero y el Poder. A la "masa sucia" nos tienen enfrentados entre musulmanes, cristianos y judíos, lo denominan "guerra de civilizaciones". No obstante, hay gente del Poder estadounidense, "Puritanos" y "Evangélicos" que se creen a pie juntillas las profecías y mensajes mesiánicos. Citemos un ejemplo: ¿Conoce usted quién organiza cada mes de febrero, desde hace más de medio siglo, el "Desayuno Nacional de la Oración", en Washington D.C., al que suelen concurrir miles de políticos, hombres de negocios y religiosos, donde “oran”, junto al presidente de los Estados Unidos, adornándose con una bonita retórica política? Es la "Fellowship Foundation", sombría y poderosa multinacional fundada en 1935 (aunque parezca contradictorio, dentro de la "Fellowship" no hay solo  puritanos y protestantes evangélicos, destacan católicos conservadores, judíos ortodoxos y seglares, neoconservadores, fundamentalistas islámicos suníes, budistas e hinduistas, todos son activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios)... Y el presidente Trump es parte de ese juego.

Los votos del cristianismo evangélico, también descrito como sionismo cristiano (devotos de Israel), son decisivos en cualquier elección. Si alguien aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, el político no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declare atea, y Trump lo sabe. 

Es la famosa e hipócrita ideología estadounidense del "puritanismo".


       Reuters (foto de archivo)

EPÍLOGO

Es satisfactorio compartir unas líneas (resumidas) del Dr. Todd Hayen, "Living Will Kill You" (Vivir te matará), publicado en "Off-Guardian" (1 febrero 2025).

"¿Por qué todo el mundo odia a Trump con pasión, pero ama a Joe Biden y Kamala Harris? Puedo entender por qué a algunas personas no les gustan las cosas de Trump (sé que yo lo hice durante mucho tiempo): su cabello, su voz, su ceño fruncido, sus labios, su "imbecilidad", su narcisismo, etc. Algunos incluso tienen razón cuando citan su grosería cuando se trata de cómo se relaciona con las mujeres, su respuesta xenófoba a los inmigrantes o su absurda desfachatez con temas como la compra de Groenlandia o hacer de Canadá el estado número 51. 

Pero la mayoría de estas cosas son problemas de personalidad, y no su supuesta incapacidad para tomar decisiones acertadas con respecto a la nación y la gente que la integra. Claro, todos podemos tener una opinión sobre la mejor manera en que se debe gobernar un país, pero ¿ODIAR a su líder? Y cuando digo "odio" me refiero a HAAAATE, una profundidad de odio más allá de cualquier cosa racional.

Al mismo tiempo, estas personas AMAN a Kamala Harris y AMAN a Joe Biden. ¿Para qué? ¿Rasgos de personalidad espeluznantes? ¿Rasgos a veces incluso menos atractivos que los de Trump? Y, ciertamente, hay razones para disgustar profundamente de sus políticas, como invertir miles de millones de dólares en una guerra corrupta, abogar por la mutilación de niños o abrir las fronteras a criminales no investigados. ¿No hay suficiente para que no te guste? ¿O incluso el odio? No. Supongo que no.

Vemos esta extraña dicotomía en muchas cosas en estos días. ¿Cuántas cosas nos dicen a diario que evitemos debido a la probabilidad de que nos maten? Sin embargo, estadísticamente, es menos probable que nos maten que ir al supermercado, mucho menos probable. Por ejemplo, ¿por qué es perfectamente seguro mirar un teléfono celular todo el día, pero no es seguro dar un paseo bajo el sol sin protector solar? ¿O que está perfectamente bien que su hijo juegue videojuegos hasta la saciedad, pero es peligroso que ande en bicicleta al aire libre y juegue al hockey callejero con sus amigos?

Muchas personas parecen haber perdido la verdadera definición de salud, que no es, como parecen pensar, "evitar todo riesgo". Si realmente estuvieran evitando "todo riesgo", no comerían hamburguesas con queso, ni se inyectarían sustancias venenosas no probadas en sus cuerpos. La salud no se trata solo de evitar riesgos, se trata de construir un carácter sólido, se trata de expandir la mente y se trata de nutrir un sistema emocional que sea resistente, robusto, duradero y decente. ¿Qué pasó con eso?

Y de nuevo, incluso si la gente "entendiera" esto, todavía tendría sentido que evitaran los elementos seriamente riesgosos de la vida, como inyectar medicamentos en su cuerpo de los que saben poco, o mirar una pantalla tecno todo el día, o apoyar la guerra mundial, y varios otros comportamientos y acciones obviamente riesgosos. Pero ese es el problema, ¿no? La gente ya no puede distinguir entre lo que realmente es peligroso y lo que no lo es. Creo que la gente cree que hay que evitar cualquier riesgo, pero al mismo tiempo se involucra en cosas muy arriesgadas e intensamente peligrosas.

¿Qué mejor manera de hacernos obedientes a la autoridad? Nos harán temer a nuestra propia sombra para que puedan ofrecer una solución sobre cómo deshacernos de nuestra sombra. No nos entrenarán para no temer a la sombra, porque eso nos daría algo de valor, sino que nos entrenarán para temer a casi todo, por lo que conservan el control total sobre nuestras vidas.

Digo que no es sencillo porque esta formación es muy compleja. Algo de eso, por supuesto, puede ser simplemente la evolución de una cultura empeñada en hacer la vida fácil, conveniente y perezosa. Es posible que la agenda haya recogido esta compulsión humana natural y la esté utilizando a su favor. Es interesante notar que la mayoría de las personas "allá arriba" en la categoría de "élite" son grandes tomadores de riesgos personales.

Vuelan alrededor del mundo en sus aviones multimillonarios, se exponen al peligro en países extranjeros en guerra, juegan duro en las pistas de esquí y conducen autos rápidos. Son tomadores de riesgos. Conocen las ventajas de vivir la vida al máximo. Es al resto de nosotros a los que quieren agazapados en un rincón, rogándoles que nos mantengan a salvo.

Supongo que todos estos peligros inocuos se nos meten en la garganta como distracciones. Cosas sobre las que se nos advierte para demostrar que mamá y papá realmente tienen nuestros mejores intereses en el corazón, mientras que los peligros reales aún acechan en las sombras. Demonios, no están en las sombras, sino a la vista. Y muchos de nosotros seguimos tropezando con lo que nos han lavado el cerebro para creer que es una vida llena de riesgos, completamente ciegos a los riesgos reales, con los ojos bien cerrados". 

Vivir te matará!

Polémico tema, en conclusión una cosa es segura, Estados Unidos no cederá un milímetro en su pretensión de seguir manejando el destino de la humanidad y eso, lo demuestra el presidente Trump, sin contradecir la teoría populista del "America First" (apartar los asuntos globales y centrarse en la política interna de los Estados Unidos). Las políticas de nacionalismo, política comercial proteccionista e intervencionismo pueden convivir con la doctrina globalizadora de los Estados Unidos.

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Referencias consultadas:

Etiqueta "Donald Trump" en los archivos de éste blog.

Para el epílogo: Living Will Kill You

Otra referencia: How It Worked

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