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19 febrero 2024

La lente bíblica y la luz nietzscheana




 Introducción por el editor del blog

El siguiente artículo es un caso polémico ya que sin adentrarse en la problemática de un vasto tema el autor toca la historia, religión, política y filosofía. La lectura del ensayo principal destapa verdades y desmitifica algunos conceptos preconcebidos. Ante todo no debe existir razón alguna para especular que se intenta ahondar en un mal llamado "antisemitismo", el mero hecho de que la mayoría de la población israelí de confesión judía (que por supuesto respeta las creencias y costumbres) son gente secular que no está ligada a la utilización política de las citas bíblicas por parte de un reducido clan del poder político del actual gobierno de Israel. Recuerden: A pesar de que existe un "estado judío", la mayoría de su población es laica.

Sigue siendo inmejorable para los políticos populistas utilizar demagógicamente el arma política combinada con el fenómeno religioso para manipular a las masas sedientas de sentido, y suelen ser los políticos estadounidenses los verdaderos expertos en ello con lo cual justifican su accionar porque se declaran -junto a otro estado- el "pueblo elegido", sin necesidad de profesar esa fe, es lo que denominamos el judeo-cristianismo o políticamente el sionismo cristiano. Como siempre, la mano del imperialismo anglo-americano seguirá presente como estuvo ayer en la creación del "estado judío". 

Observamos que un calculado posicionamiento religioso de muchos políticos no siempre se debe a posturas personales, conocidos líderes mundiales aprovechan la fe religiosa de sus pueblos para sacar provecho en sus políticas de estado. Mientras no se llegue a mezclar política con misticismo o mesianismo fundamentalista se puede tolerar esas "libertades" religiosas. Siempre debemos tener en cuenta que -generalmente- las creencias en una fe suele venir acompañada de una embestida contra el conocimiento.




Un ejemplo, dentro del ámbito del grotesco espectáculo de la política mundial ha causado "sensación" el reciente posicionamiento del político argentino Javier Milei, en su gira internacional visitó tanto el centro del judaísmo como el centro del catolicismo, no tuvo problemas en practicar ambos ritos por igual. Milei oró junto a rabinos en Israel y en el Vaticano con el Papa. Como buen "creyente" aseguró que es "católico pero casi practicante del judaísmo y que necesita tiempo para estudiar la Torá". 

Cabe preguntarse, para ser objetivos, si el mundo cristiano ha sido engañado o no deliberadamente durante siglos, parece ser que gusta mucho de las guerras y la "justicia" por propia mano que predica el judaísmo, y se ha olvidado de aquel personaje que habría revelado otras cosas (Cristo).

Tema complejo, demasiado diríamos. Técnicamente el sistema religioso (cualquiera sea la Fe) ha sido "corrupto y deplorablemente silencioso". Supuestamente el cristianismo debería estar en oposición al judaísmo del Antiguo Testamento. Pero los "sabios" cristianos (los padres fundadores de la iglesia, que en su mayoría fueron judíos) decidieron o fueron tentados a heredar fragmentos del viejo sistema y crear un híbrido que ha dirigido el tremendo embrollo de siglos de nuestra civilización. Hay quienes se aprovechan de mantener vigente el "ojo por ojo", sin el cual sería demasiado difícil obtener grandes beneficios de las guerras. 

Hipocresías a un lado, es obvio que Milei busca en la Iglesia católica una forma de influir en la psiquis del pueblo argentino ante un probable levantamiento social, necesita atar cabos con el Papa y la Iglesia como medio de convencer a los sectores populares para que lo apoyen en estos tiempos de crisis. Con los israelíes su coqueteo es aún más complejo, declaró su apoyó al gobierno de Netanyahu contra los palestinos y dejó dicho que la embajada de Argentina se trasladará a Jerusalén. La importancia de esa jugada de Milei radica en el hecho de que Argentina conserva una de las colectividades judías más grandes del mundo (la más grande de Hispanoamérica) y que necesita su apoyo para lo que puede venir con sus impopulares medidas. En su plan de "salvación" quiere interponer "la Palabra" de un sector que afirma ser "el pueblo de Dios" pero que ha crucificando al "Hijo de Dios".

El polémico investigador francés y autor de varios libros, Laurent Guyénot, tiene el mérito del siguiente ensayo publicado originalmente en el portal "The UNZ Review": "The Biblical Lens and the Nietzschean Light" (recuerdo que hemos compartido algunas de sus investigaciones, sobre todo en el mes de noviembre de 2023 con el caso del magnicidio de JFK). En defensa del autor ante la crítica es válido precisar que es físicamente imposible abordar la "totalidad" de cuestiones históricas, religiosas y político-filosóficas en un solo artículo (esto solo puede desarrollarse con soltura en un libro de investigación), es lógico que nos quedaremos cortos y que necesitaremos más que "un montón de cabos sueltos". 

No obstante, viene siendo una explicación coherente del surgimiento del sionismo; la explicación del autor contradice muchos postulados que señalan que el sionismo es político y no religioso; como pocos, se atreve a destapar y establecer la verdadera esencia del sionismo afirmando que es un fenómeno exclusivamente religioso. Su análisis y conclusiones nos dejará perplejos, incluso me atrevo a señalar que pondrá en tela de duda las creencias cristianas de muchos lectores. 

Es momento de adentrarnos en la polémica, el siguiente ensayo - muy probablemente no será compartido en su totalidad, tal es mi pensamiento, en especial en su segunda parte referente a la filosofía nitcheniana y la "inocencia" germana- (el autor al mencionar el año 1933, veladamente se refiere a Hitler), pero aporta una curiosidad histórica: "Alemania era la nación heroica lista para conducir a Europa hacia la emancipación del engaño de la Biblia. Había sido la primera nación europea en liberarse de la opresión papal. El último libro escrito por su héroe nacional, Martín Lutero, llevaba el título: Sobre los judíos y sus mentiras, y advertía a los alemanes que, "el sol nunca ha brillado sobre un pueblo más sanguinario y vengativo que ellos que se imaginan que son el pueblo de Dios que ha sido comisionado y ordenado para asesinar y matar a los gentiles".

Demos paso a Guyénot.

Tito Andino 

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La lente bíblica y la luz nietzscheana


Un soldado israelí reza de pie frente a un tanque Merkava en las afueras de la ciudad norteña de Kiryat Shmona, cerca de la frontera con Líbano, el 8 de octubre de 2023


Laurent Guyénot

The Unz Review


Sobre la culpa y la responsabilidad cristianas 

Los cristianos adoran a dos dioses, Cristo y Yahvé, pero afirman que son uno. Ciertamente, el Dios del Antiguo Testamento juega un papel secundario en la conciencia cristiana. Permanece tras bambalinas. Sin embargo, mueve varios hilos. Fue él quien inspiró a los cristianos a prometer Palestina a los judíos en 1917 (por la Declaración Balfour británica, precedida cinco meses antes por la Declaración francesa de Cambon), y a dársela en 1948.

Hay una teoría que atribuye motivos geopolíticos a los británicos: necesitaban a Israel como cabeza de puente en Oriente Medio, para controlar el Canal de Suez. Esa es la teoría de Chomsky, y una falsedad flagrante. (Nota del editor: Esa no es la teoría de Chomsky, y tampoco es falsa)

A partir de 1916, la política exterior británica en Oriente Medio favoreció las buenas relaciones con los regímenes árabes que habían establecido en Arabia, Jordania e Irak. La creación de un "hogar judío" en Palestina, que previsiblemente condujo a la toma total del poder por parte de los judíos, fue profundamente molesta para los árabes y entró en conflicto con la política árabe británica. Por eso, en mayo de 1939, el Gobierno británico intentó salir de su compromiso con los sionistas con un "Libro Blanco" que preveía la creación de un Estado palestino independiente en un plazo de diez años. Declaró:


El Gobierno de Su Majestad cree que los redactores del Mandato en el que se plasmó la Declaración Balfour no podían haber tenido la intención de que Palestina se convirtiera en un Estado judío en contra de la voluntad de la población árabe del país. Por lo tanto, el Gobierno de Su Majestad declara ahora inequívocamente que no forma parte de su política que Palestina se convierta en un Estado judío. De hecho, considerarían contrario a sus obligaciones para con los árabes en virtud del Mandato, así como a las garantías que se han dado al pueblo árabe en el pasado, que la población árabe de Palestina sea sometida a un Estado judío en contra de su voluntad. (Ian Black, Enemigos y vecinos: árabes y judíos en Palestina e Israel, 1917-2017, Penguin, 2018, pp. 89-90).

 

Es un hecho que la Declaración Balfour y su inclusión en el Mandato Británico crearon un dilema inextricable que, en última instancia, sería fatal para las relaciones británico-árabes. Los británicos no pudieron encontrar otra salida que retirarse en 1948, frustrados y humillados. Esperaron un año antes de reconocer al Estado judío. Este desvío histórico era necesario para poner fin a la teoría de que los británicos apoyaron —e incluso crearon, según algunos— el sionismo por cálculo geopolítico. No. El motivo inmediato de la Declaración Balfour es bien conocido: fue entregada a los sionistas a cambio de que arrastraran a Estados Unidos a la guerra

Chaim Weizmann fue franco al respecto. En 1941, le recordó a Churchill que "fueron los judíos quienes en la última guerra ayudaron a inclinar la balanza en Estados Unidos a favor de Gran Bretaña. Están listos para hacerlo, y pueden hacerlo, de nuevo". A cambio de darle a Churchill una Segunda Guerra Mundial, solo pidió una cosa: un estado judío en Palestina, que Churchill estaba más que dispuesto a darle. (Martin Gilbert, Churchill y los judíos: una amistad de toda la vida, Henry Holt & Company, 2007)

Hay una teoría gemela que dice que los británicos apoyaron el sionismo por razones religiosas: lo vieron como una forma de acelerar la venida de Cristo, que esperaba que los judíos regresaran a Palestina. Esta teoría, favorecida por autores judíos antisionistas, no es completamente falsa, pero exagera enormemente el factor del "dispensacionalismo" británico, una tendencia más sintomática que etiológica. Culpar al dispensacionalismo por el sionismo es una forma de evitar la causa raíz del apoyo del mundo cristiano al sionismo


(Nota del editor del blog: En anteriores artículos, citamos extractos de la hipótesis del "dispensacionalismo", enfocado por el politólogo Thierry Meyssan, en su artículo ¿Quién es el enemigo? (2014). VER: Apuntes sobre el sionismo (2) En resumen, dice que "el verdadero fundador del sionismo contemporáneo no es un judío sino un cristiano dispensionalista. El reverendo William E. Blackstone era un predicador estadounidense que consideraba que los verdaderos cristianos no tendrían que sufrir las duras pruebas del fin de los tiempos. Predicaba que los verdaderos cristianos serían sustraídos a la batalla final y enviados al cielo (el llamado «arrebatamiento de la Iglesia», en inglés «the rapture»). Para el reverendo Blackstone, los judíos librarían esa batalla, de la que saldrían además convertidos a la fe del Cristo victorioso".


Balfour era cristiano, eso es suficiente. Truman también era cristiano, del tipo bautista, y podría decirse que más que Balfour. No esperaba particularmente el regreso de Cristo, pero tenía una debilidad por la gente bíblica, y eso, además de dos millones de dólares en una maleta, contó en su decisión de reconocer a Israel en diez minutos. Se sintió muy conmovido al recibir como muestra de gratitud un rollo auténtico de la Torá, que le entregó el primer presidente de Israel, nada menos que Chaim Weizmann, quien había declarado en Versalles en 1919: "La Biblia es nuestro mandato". (según John Kennedy, citado por Gore Vidal en su prefacio a Israel Shahak, Jewish History, Jewish Religion: The Weight of Two Thousand Years, Central Connecticut State University, 1994)


"Gracias, siempre quise uno de estos", se dice que dijo el presidente Truman al Dr. Chaim Weizmann, presidente del Nuevo Estado Judío de Israel.


La razón última por la que el mundo cristiano dio Palestina a los judíos es porque el mundo cristiano siempre ha idealizado al Israel bíblico. Es debido a que los cristianos veneran al Israel bíblico como el pueblo creado y amado por Dios que se dejaron seducir por el proyecto sionista de revivir a Israel. Ciertamente, fueron las élites gobernantes las que hicieron a Israel. Sin embargo, hasta hace muy poco, no había divorcio entre las élites y el pueblo en este tema. Sosteniendo como una verdad indiscutible, o al menos como una noción aceptable, que Dios había creado a Israel en los tiempos bíblicos, la opinión pública europea, tanto católica como protestante, estaba bastante bien dispuesta hacia un proyecto que explícitamente apuntaba a revivir este mismo Israel.

Porque está fuera de discusión que el Israel moderno fue conspicuamente diseñado como un renacimiento, casi un clon, del Israel bíblico. Lo dice en su Declaración de Independencia:


ERETZ-ISRAEL (hebreo) - la Tierra de Israel- fue el lugar de nacimiento del pueblo judío. Aquí se formó su identidad espiritual, religiosa y política. Aquí alcanzaron por primera vez la condición de Estado, crearon valores culturales de importancia nacional y universal y dieron al mundo el eterno Libro de los Libros. Después de haber sido exiliados por la fuerza de su tierra, el pueblo mantuvo la fe en ella durante toda su dispersión y nunca dejó de orar y esperar por su regreso a ella y por la restauración en ella de su libertad política. Impulsados por este apego histórico y tradicional, los judíos se esforzaron en cada generación sucesiva por restablecerse en su antigua patria.


El Muro de las Lamentaciones en Jerusalem (photo gallery Flickr), a través de la reconstrucción de la historia sigue existiendo la polémica entre la historia del antiguo Israel: la Biblia, la arqueología bíblica y la arqueología. Es decir: La Biblia vs. la Arqueología.


Imagínese si, en lugar de adorar al Israel bíblico, la civilización occidental hubiera aprendido a ver al Israel bíblico como la nación sociópata arquetípica, y a la elección judía como la mentira más diabólica jamás imaginada. Si la civilización occidental hubiera entrado en razón antes del siglo XX, el sionismo no habría ido a ninguna parte. La sola idea habría provocado un escalofrío de horror en toda la población gentil de Europa. Esto, en realidad, casi sucedió, como argumentaré a continuación.

El sionismo es bíblico de pies a cabeza. Si las declaraciones de los propios sionistas no son suficientes para convencernos, entonces veamos sus acciones: se han establecido en tierras bíblicas, reclaman la capital bíblica (Tel Aviv no lo hará) y dan nombres bíblicos a las tierras que han robado; resucitaron el lenguaje bíblico; aplican la ley bíblica de la endogamia (los matrimonios mixtos no son reconocidos en Israel), así como la ley bíblica de la circuncisión del octavo día (prácticamente todos los bebés varones judíos son circuncidados en Israel). ¿Qué más necesitamos para admitir lo que siguen diciendo: todo lo sionista es bíblico? Incluso podemos decir que todo lo bíblico es sionista, ya que los dos están muy entrelazados.




El Papa Francisco dijo una vez que: "Dentro de cada cristiano hay un judío". También podemos decir que en el interior cada cristiano es sionista. Esto se aplica no sólo a los "sionistas cristianos", que son conscientemente sionistas, sino a los cristianos en general, que son sionistas en la medida en que son bíblicos. Los cristianos consideraron legítimo el renacimiento de Israel como nación en Palestina, y desaprobaron enérgicamente a los árabes que lo resentían. El mundo cristiano es cómplice de la creación de Israel. El mundo cristiano también es cómplice de los crímenes de Israel. Considere estos dos puntos:


1. Los cristianos creen que el antiguo Israel tenía el derecho divino -no, el deber divino- de robar tierras a los cananeos y masacrar ciudades enteras.

2. Los cristianos ayudaron a los judíos a recrear Israel, asumiendo que eran los herederos legítimos del antiguo Israel.


Ahora conecte esos dos puntos, y lo que verá aparecer es una verdad simple: los cristianos le otorgaron a Israel el derecho divino de masacrar poblaciones enteras. Si el antiguo Israel tenía un derecho divino al genocidio, y si el Israel moderno es la resurrección del antiguo Israel, entonces el Israel moderno tiene un derecho divino al genocidio. Podemos protestar, pero esa es la lógica irresistible de la historia que ha sido puesta en marcha por el cristianismo. Desde el momento en que santificó el Tanaj hebreo, el cristianismo ha estado trabajando, a sabiendas o no, para la recreación de Israel, ese cáncer del mundo.


(Nota del editor del blog: Agregamos una breve explicación del Tanaj, tomado de la Wikipedia: Tanaj. No debe confundirse con el Antiguo Testamento, que es la primera parte de la Biblia cristiana, ni con la Torá, término que se refiere solamente a los primeros cinco libros del Tanaj. El Tanaj también conocido como Mikrá, es el conjunto de los veinticuatro libros sagrados canónicos en el judaísmo. Es la Biblia hebrea. Se divide en tres grandes partes: la Torá (Ley), los Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim (Escritos). Los textos están escritos mayoritariamente en hebreo antiguo, aunque también hay pasajes en arameo antiguo (Libro de Daniel, Libro de Esdras, y otros). El texto hebreo tradicional recibe el nombre de texto masorético. El Antiguo Testamento católico y ortodoxo contiene siete libros no incluidos en el Tanaj, llamados Deuterocanónicos. Las traducciones de la Biblia que utilizan los grupos cristianos protestantes se adhieren al canon hebreo, o sea, solo treinta y nueve libros del Tanaj. Para los católicos y los ortodoxos, sin embargo, el Antiguo Testamento lo componen 46 libros en lugar de 24. Las Iglesias protestantes incluyen 39 libros en el Antiguo Testamento, omitiendo 7 libros conocidos como Deuterocanónicos. En ambos casos, las cifras derivan, al menos en principio, de una diferente repartición del conjunto del texto original).


Los cristianos de hoy tienen una tendencia a olvidar su responsabilidad colectiva en la locura genocida de Israel. ¿Cómo lo hacen? Tratando de convencerse a sí mismos de que "no, no hay nada bíblico allí". En un video reciente, el coronel Douglas McGregor dijo en el preámbulo de su análisis, por lo demás magistral:


Bueno, muchas cosas que parecen ser de carácter religioso a menudo no son puramente religiosas, sino culturales, raciales, y también involucran intereses políticos. Así que no estoy seguro de que vería todo a través de la lente bíblica. No creo que sea necesariamente una buena respuesta. (Enero de 2024, Douglas McGregor en YouTube)


El silogismo subyacente es: "No es religioso, la Biblia es un libro religioso, por lo tanto no es bíblico". En realidad, como he señalado a menudo, nuestra noción estándar de "religioso" no es adecuada para entender el punto de vista judío de la Biblia. Cuando decimos "religión", queremos decir "religión de salvación", y por "salvación" queremos decir "salvación individual". Pero la salvación individual no es un tema en la Torá. Lo único que importa es la salvación de Israel como pueblo. Sólo el pueblo tiene un alma, un destino y la inmortalidad. Los judíos juran que son una religión cuando les sirve (como lo hizo el Gran Sanedrín convocado por Napoleón), pero los sionistas lo descartaron de todos modos, insistiendo en que son una nación y demostrando su propiedad de Palestina con la Biblia.

Por lo tanto, la Biblia no es para los judíos un libro "religioso" en el sentido cristiano. Era la "patria portátil" de los israelitas antes del sionismo (en palabras de Heinrich Heine), y hoy sirve como la nación romana para los israelíes, religiosos o no. Ben-Gurión, ateo confeso y consumidor de tocino, pero profeta bíblico según su biógrafo (Dan Kurzman, Ben-Gurion, Profeta del Fuego, Touchstone, 1983) escribió en un telegrama a las fuerzas israelíes que conquistaron Sharm el-Sheikh en 1956:


"Podemos cantar una vez más el cántico de Moisés y los Hijos del Antiguo Israel... con el poderoso ímpetu de todas las divisiones de las FDI, has tendido una mano al rey Salomón, quien desarrolló Eilat como el primer puerto israelita hace tres mil años..." (Shlomo Sand, La invención del pueblo judío, Verso, 2009, p. 108).


Moshe Dayan, el héroe de la Guerra de los Seis Días, también autoproclamado ateo, tituló sus memorias Viviendo con la Biblia.


Orígenes y evolución de Israel bíblico, 1920-1948, 1947, 1949-67, junio de 1967


Los fundadores de Israel y los israelíes de hoy ven a Israel a través de una "lente bíblica". Los cristianos también solían ver a Israel a través de una "lente bíblica". Ellos crearon a Israel a través de una lente bíblica. Les encantó la película Exodus en 1960. No fue sino hasta 1967 que comenzaron a desconfiar de la lente bíblica. Un poco avergonzados, los cristianos ahora prefieren olvidar que dieron Palestina a los judíos a causa de la Biblia, y ya no quieren mirar a Israel a través de la lente bíblica. Como resultado, solo ven la superficie de Israel. No pueden comprender ni predecir lo que Israel está haciendo.

Así que pongámoslo de esta manera: los judíos escribieron un libro que dice que Dios les dio Palestina a los judíos, y los cristianos han tomado ese libro en serio durante dos mil años. Al elegir el cristianismo, la civilización occidental ha aceptado todo lo escrito en este libro escrito por los judíos: Dios celoso, pueblo elegido, tierra prometida, derecho divino al genocidio, etc. Al hacerlo, la cristiandad concedió a los judíos un poder inconmensurable. Por supuesto, no dio a los judíos licencia ilimitada para robar y matar: según la doctrina cristiana, Dios estaba decepcionado con los judíos y decidió retirarse unilateralmente de la alianza, para constituir en su lugar la Iglesia, la comunidad de personas que, por elección u obligación, creen que el mesías judío Jesús los salvará.


El libro que enloquece a Israel 

Netanyahu está loco, pero está loco con un tipo de locura bíblica, como muchos otros miembros de su gobierno. Itamar Ben-Gvir, su ministro de Seguridad Nacional, tenía en su pared una foto de Baruch Goldstein, autor en 1994 de la masacre de 29 palestinos en una mezquita de Hebrón. Su tumba, en la que está escrito "Dio su vida por el pueblo de Israel, su Torá y su tierra", es un lugar de peregrinación. Yigal Amir dijo que tomó la decisión de asesinar a Yitzhak Rabin durante el funeral de Goldstein. (Israel Shahak, El fundamentalismo judío en Israel, nueva ediciónen, Pluto Press, 2004).


Algunos dirán que Goldstein, Amir y Ben-Gvir son sionistas talmudistas y, por lo tanto, herejes, ya que el Talmud es enfáticamente antisionista. ¿A quién le importa? El hecho es que hoy en día en Israel y fuera de Israel, la mayoría de los judíos religiosos, educados en el Talmud o no, defienden Eretz Israel, independientemente de si esperan un mesías, dos mesías (hijo de José e hijo de David), o cero mesías (judaísmo reformado). Los haredim, judíos talmúdicos ortodoxos que viven en Israel, son hoy ultrasionistas que no pronuncian su nombre. No hay gente más decidida que ellos a defender sus colonias con armas automáticasEl sionismo es una idea, como todos los nacionalismos, pero es una idea bíblica. (Hans Kohn, La idea del nacionalismo: un estudio sobre sus orígenes y antecedentes, Macmillan, 1946, pp. 18-19).

Israel se ve a sí mismo como el Israel bíblico redivivus, y se ha hecho pasar como tal por el mundo cristiano. El mundo cristiano es cómplice de los crímenes de Israel por el simple hecho de aprobar —incluso santificar— los crímenes del Israel bíblico. Israel se mira a sí mismo en la Biblia como en un espejo, y se encuentra divinamente hermoso, en parte porque el mundo cristiano le dice que el Israel bíblico es divinamente hermoso.

Los sionistas son fanáticos de la Biblia. Para ser honestos, es la Biblia la que los impulsa a la locura. ¿Cómo podría la Biblia enloquecer a los judíos, cuando no enloquece a los cristianos? Es simple: la Biblia dice que Dios escogió a los judíos; esta idea sólo puede volver locos a los judíos. Un pueblo convencido de que Dios lo ha elegido para dominar el mundo, de que Dios le ha dado la tierra de otro pueblo, y de que Dios le concede el derecho —más aún, el deber— de masacrar como "animales humanos" a las personas cuyas tierras robaron, ese pueblo está loco. Es psiquiátrico. Si Dios mismo fue responsable de convencer a los judíos de que Él los eligió, entonces Dios sería culpable de volver locos a los judíos.

Por lo tanto, la principal responsabilidad del mundo cristiano hoy en día es dejar de complacer la locura sionista y decir a los judíos: no, ustedes no son el pueblo elegido. Ustedes nunca fueron el pueblo elegido. Ustedes no son un pueblo superior. Sois simplemente un pueblo que se cree elegido y superior, y esto es una locura peligrosa. Sí, es verdad, durante dos mil años creímos que Dios te había elegido. Lograste hacernos creer esta idea loca. Y como lo creímos, sin darnos cuenta te animamos en tu locura. Pero se acabó. Hemos entrado en razón, y te ayudaremos, por cualquier medio, a llegar a la tuya.


Una ilustración sobre el libro de Ezequiel

Bauer, Marx y la ilustración nietzscheana 

¿Cómo podemos hacer eso? Debemos deconstruir esta idea loca que está volviendo loco a Israel. Debemos deconstruir la narrativa bíblica. La herramienta para ello es la crítica histórica (antes llamada "alta crítica").

Sin entrar aquí en detalles, la crítica histórica ha demostrado que, en las capas editoriales más antiguas de la Biblia, Yahvé es concebido como un dios nacional, que en etapas sucesivas (bajo Josías, luego Esdras, luego los asmoneos) llegó a ser asimilado al Dios creador del universo, conservando sus celos etnocéntricos. (Nota del editor del blogLos asmoneos o hasmoneos fueron los sucesores directos de los macabeos, quienes lograron establecer un poderoso reino en lo que hoy es Israel y Palestina).


Resumo este proceso de esta manera: Yahvé es un dios nacional que es tan celoso de otros dioses que termina negando su existencia y se considera el único dios verdadero, por lo tanto Dios.


La crítica histórica nació en Alemania en el siglo XIX. El filólogo Julius Wellhausen es considerado el padre de la "hipótesis documental" que formuló en las décadas de 1870 y 1880 y que, después de algunas revisiones, sigue siendo autorizada. La historia de la conquista de Canaán comenzó a ser cuestionada en las décadas de 1920 y 1930 por historiadores alemanes como Albrecht Alt. Después de las expectativas prometedoras de su fundador británico William Albright, la arqueología bíblica se encontró con las manos vacías y se unió al descrédito de las historias bíblicas, concluyendo, por ejemplo, que el Reino de Salomón nunca existió (negar la existencia del Reino de Salomón aún no está prohibido por la ley).

Bruno Bauer fue un erudito alemán involucrado en este revisionismo bíblico. También fue una figura destacada de los Jóvenes Hegelianos, que no rehuyeron la cuestión judía. En 1842, a la edad de 33 años, publicó un libro titulado Die Judenfrage y un artículo de seguimiento sobre "La capacidad de los judíos y cristianos actuales para llegar a ser libres" (Bruno Bauer, El problema judío. 1843. Traducción sobre Archive.org)

Bauer señaló que incluso los pensadores seculares que se suscribían a la nueva ciencia de la "alta crítica" y criticaban el cristianismo y la religión evitaban criticar el judaísmo, como si todas las cuestiones sociales exigieran una crítica radical de la religión, excepto la cuestión judía. "Hay un clamor como si fuera una traición contra la humanidad si un crítico comienza por investigar el carácter particular del judío".

Bruno Bauer descubre la esencia del judaísmo en la Torá, lo que, según él, los convierte en un pueblo fósil: "La Ley los ha aislado de las influencias de la historia, tanto más cuanto que su Ley ordenó desde el principio la reclusión de las otras naciones".


Los judíos como tales no pueden amalgamarse con las naciones y echar su suerte con ellas. Como judíos, deben esperar un futuro especial, uno que será solo suyo como nación judía: el dominio mundial. Como judíos, sólo creen en su propia nación; esta es la única creencia de la que son capaces y que es su deber.


Por lo tanto, no puede haber emancipación de los judíos. Un judío sólo puede emanciparse dejando de ser judío. La "emancipación judía" es un oxímoron, porque la alienación del judío es su judaísmo.


Así es como Bauer resolvió la cuestión judía, que ahora se ha convertido en la "cuestión de Israel". Es en virtud de la Biblia hebrea que Israel considera que masacrar a sus enemigos es un derecho divino, incluso un deber divino. Este derecho divino se justifica por la superioridad ontológica de los judíos, que constituyen una superhumanidad, en comparación con la cual los no judíos son una infrahumanidad. Para Israel, este derecho divino prevalece sobre el derecho internacional. Y este derecho divino solo se aplica a Israel. Israel está, por definición, por encima de la ley, siempre lo ha estado y siempre lo estará.

En el momento en que publicó estos textos, Bauer ya era un famoso e influyente teórico socialista. Tenía un joven colaborador en la Rheinische Zeitung llamado Karl Marx. Marx no le perdonó su lucidez sobre los judíos. Le respondió en 1843 y 1844 en dos breves ensayos publicados en el Deutsch-Französische Jahrbücher, en los que criticaba a Bauer por considerar "la esencia ideal y abstracta del judío, su religión, como su esencia total", mientras que el verdadero judío es en realidad sólo el burgués.


Una organización de la sociedad que aboliera las condiciones previas para el comercio ambulante y, por lo tanto, la posibilidad de hacerlo, haría imposible al judío. Su conciencia religiosa se disiparía como una fina neblina en el aire real y vital de la sociedad.


Marx quería hacer desaparecer la cuestión judía en la cuestión económica. Su ataque a Bauer precede al Manifiesto Comunista en cuatro años, y a Das Kapital en más de veinte años. Estos son sus dos primeros artículos importantes. Marx tenía entonces sólo 24 años (Bauer era diez años mayor). Marx volvería a atacar a Bauer al año siguiente en La Sagrada Familia, o Crítica de la crítica crítica: contra Bruno Bauer y compañía, coescrito con Engels. Por lo tanto, podemos considerar que la negación de la cuestión judía fue el principal incentivo de toda la obra de Marx. Marx nunca más escribirá sobre la cuestión judía. Como señaló Nesta Webster en su libro World Revolution: The Plot Against Civilization (1921), Marx ni siquiera apuntaría a los financieros judíos: "ni una sola vez señala a los judíos como los principales financieros, o a los Rothschild como los supercapitalistas del mundo". El marxismo fue, entre otras cosas, el intento de los judíos de silenciar el bauerismo. No tuvo éxito del todo. (Nesta Webster, Revolución mundial: el complot contra la civilización, 1921 (archive.org), pp. 95-96).

Bauer fue amigo de Friedrich Nietzsche (1844-1900). Formó parte de lo que yo llamaría el "despertar nietzscheano". Merece ese nombre porque fue el martillo filosófico de Nietzsche el que dio la expresión más rotunda de la revuelta alemana contra la mentira bíblica. Nietzsche fue, en ese sentido, el vástago de una tradición filosófica alemana que se remonta a Kant y culminó con Hegel. Se sentía especialmente en deuda con Schopenhauer. En 1798 Kant llamó a los judíos "una nación de engañadores", y Schopenhauer los llamó más tarde "grandes maestros de la mentira". Nietzsche escribió en El Anticristo (1888):

En el cristianismo, todo el judaísmo, un entrenamiento preparatorio judío de varios siglos de antigüedad y una técnica de la clase más seria, alcanza su maestría final como el arte de mentir de una manera santa. El cristiano, esta ultima ratio de la mentira, es judío una vez más, incluso tres veces judío. (Anticristo, sec. 44, citado en David Skrbina, El engaño de Jesús: cómo la cábala de San Pablo engañó al mundo durante dos mil años, nueva edición 2023, pp. 109-110).


(Encuentre más buenas citas de Nietzsche en el libro de David Skribna, El engaño de Jesús).

Alemania era la nación heroica lista para guiar a Europa hacia la emancipación del engaño bíblico. Había sido la primera nación europea en liberarse de la opresión papal. El último libro escrito por su héroe nacional, Martín Lutero, llevaba el título: Sobre los judíos y sus mentiras, y advertía a los alemanes que "el sol nunca ha brillado sobre un pueblo más sanguinario y vengativo que el que se imagina que es el pueblo de Dios que ha sido comisionado y ordenado para asesinar y matar a los gentiles".

Nótese también que, a diferencia de Francia e Inglaterra, que fueron parcialmente contaminadas por el virus bíblico de la elección (Francia con la "religión de Reims" inspirada en la realeza davídica, e Inglaterra más tarde, con el puritanismo que culminó en la ilusión del israelismo británico), los alemanes nunca se identificaron como un pueblo elegido a la manera bíblica. Tenían su propia historia gloriosa, y su paradigma era el del Imperio Romano.

El Zeitgeist nietzscheano llegó a su clímax en 1933. Es por eso que en ese mismo año, se imprimió una declaración de guerra en la portada del Daily Express británico, con el título: "Judea declara la guerra a Alemania. Los judíos de todo el mundo se unen en acción". Anunciaba que: "Catorce millones de judíos dispersos por todo el mundo se han unido como un solo hombre para declarar la guerra a los perseguidores alemanes de sus correligionarios".

Y ganaron.

El general Patton lamentaba amargamente en su diario del 18 de agosto de 1945 que "los ingleses y los estadounidenses han destruido en Europa el único país sano".

Tal vez ahora sea el momento de volver a plantear la cuestión judía. Pongámoslo de esta manera: 

Los judíos escribieron un libro que dice que Dios escogió a los judíos. ¿Deberíamos confiar en su palabra? ¿Debemos tomar este libro como la palabra de Dios, o como la palabra de los judíos? Este libro escrito por los judíos afirma que Dios les dio una tierra fértil habitada por otro pueblo. ¿Debemos creerlo? Este libro escrito por los judíos afirma que los judíos tenían el derecho divino de masacrar a Amalec. ¿Debemos creerlo? Si lo creemos, o si profesamos creerlo, o si no lo denunciamos como una mentira, entonces ¿qué podemos objetar a Netanyahu cuando masacra a los gazatíes mientras les dice a los israelíes: "Debéis recordar lo que Amalec os hizo, dice nuestra Santa Biblia"?


11 diciembre 2023

Política "antisemita" y fundamentalismo cristiano: el Armagedón y el "fin de los tiempos"


    Fotografía principal, MaremagnumCorbis Documentary via Getty Images

por Tito Andino


Comencemos esta entrada con una necesaria reflexión respecto a la crisis palestino-israelí de actualidad. ¿Protestar -sin injuriar, sin invocar al odio o a la violencia- constituye un acto grave que afecta la "sensibilidad" de Israel? ¿Es eso antisemitismo? ¿Seré yo, a pesar de creer que Israel tiene el derecho a existir como estado, un antisionista? ¿Seré, porque creo en el legítimo derecho a que Palestina sea reconocido como un estado soberano, tal  como establecen diversas Resoluciones de las Naciones Unidas, un antisionista y/o antisemita? ¿Creer en que si es posible la convivencia entre palestinos e israelíes será una conducta antisemita? ¿Será el derecho objetivo a la libertad de expresión (sin ofensas ni calumnias) que describe la brutalidad y desproporcionalidad de una guerra declarada por el gobierno israelí contra "animales humanos" en Gaza, así como la guerra no declarada de Israel contra los palestinos en Cisjordania, un acto de antisemitismo? Mi respuesta simple y corta: No soy ni seré un antisemita ni un antisionista, solo pretendo juzgar con objetividad los conflictos del mundo contemporáneo.


El sionismo no es un fruto del judaísmo, que durante mucho tiempo se opuso a esa ideología. El sionismo es un proyecto imperialista nacido de la ideología puritana británica.

 

El Dr. Paul Craig Roberts refiere en su artículo "Acusaciones sin sentido de antisemitismo: la conciencia moral del mundo occidental ha sido silenciada" (noviembre 2023) que, expresar legítimos sentimientos contra la inhumanidad israelí contra civiles palestinos es "antisemitismo". "Para ser antisemita todo lo que hay que hacer es hacer una crítica, por pequeña o legítima que sea, a cualquier política israelí. Si tu conciencia moral es asaltada, por ejemplo, por la masacre de palestinos en el campo de concentración al aire libre en el que Israel los mantiene inmovilizados, y expresas tus sentimientos legítimos contra tal inhumanidad, eres un antisemita. Por definición, cualquier persona con conciencia moral es antisemita". 

Hecha la aclaración, en las siguientes líneas se explica por qué los estados árabes no confían cien por cien en los líderes políticos de la organización palestina Hamás; así como se explica el respaldo incondicional del cristianismo evangélico al estado de Israel, a pesar que la religión judía rechaza los postulados fundamentalistas cristianos como el "fin de los tiempos", el "Armagedón" y otros principios que no existen en su Fe. Iniciemos:


Hamás y la Hermandad Musulmana

Por absurdo y/o contradictorio que pueda parecer iniciamos resumiendo un inquietante artículo del destacado politólogo internacional Thierry Meyssan, "Lo que se esconde tras las mentiras de Netanyahu y las fintas del Hamás", la razón lógica aparecerá a medida que usted repase las siguientes líneas que, a decir verdad, plantea más interrogantes que respuestas. Según el nombrado analista, tanto Hamás como Netanyahu actúan sin importarles las vidas de los palestinos ni de los israelíes, tras ellos Estados Unidos y Reino Unido son quienes mueven los hilos

¿Cómo pudo el Hamás excavar y acondicionar 500 kilómetros de túneles a 30 metros de profundidad sin llamar la atención? ¿Cómo pudo el Hamás acumular tanto armamento? ¿Por qué Benyamin Netanyahu ignoró a todos los que le avisaron? ¿Por qué Netanyahu desmovilizó las fuerzas de seguridad en la noche del 6 de octubre (2023)? ¿Por qué los responsables de la seguridad se mantuvieron encerrados en la sede del Shin Bet en la mañana del 7 de octubre? ¿Quién activó la "directiva Hannibal" y por qué? ¿QUÉ SE ESCONDE TRAS ESOS MISTERIOS?

Meyssan afirma que la versión que defienden Hamás e Israel es falsa y puede descartarla quien pueda responder las preguntas arriba planteadas. Los combatientes de Hamás, su base, ignoran lo que planean sus dirigentes. Revisemos esta inquietante hipótesis:


Símbolos de la Hermandad Musulmana y del grupo Hamás. El lema de la Hermandad Musulmana es: “Allah es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La yihad es nuestro camino. Morir en el camino de Allah es nuestra aspiración más elevada”. 

"Todo el conjunto de la operación Hamás-Israel es dirigido por estadounidenses... La Hermandad Musulmana y los sionistas revisionistas, aparentemente enemigos irreconciliables, son en realidad cómplices, a espaldas de los combatientes que conforman la base del Hamás, a espaldas del pueblo palestino y también a espaldas de los soldados israelíes. Y este sería el plan de esos elementos: presentar al Hamás como la única fuerza realmente eficaz frente a la opresión que sufre el pueblo palestino, pero que al mismo tiempo justifica la acción de Israel para liquidar la esperanza de ver nacer un Estado palestino, mientras que la Hermandad Musulmana, gracias a la aureola creada por el sacrificio de los palestinos, se instala en el poder en el mundo árabe. La Hermandad Musulmana será la gran ganadora de la Operación Diluvio de Al-Aqsa… aunque Gaza sea arrasada y los palestinos sean expulsados definitivamente de su tierra". 

Hamás mantiene (primordialmente) la línea de la Hermandad Musulmana. Su objetivo no es liberar Palestina de la ocupación israelí ni fundar un Estado palestino sino instaurar un califato que gobernaría todos los países del Medio Oriente, está dirigida desde Estambul (por el Guía interino Mahmud Hussein); es decir, se pronuncia por mantener la línea ideológica de la Hermandad Musulmana. Otra corriente de Hamás que no es ideológica, lucha realmente por poner fin a la opresión israelí sobre el pueblo palestino.

Revisamos ampliamente una serie de seis artículos, publicados hace algunos años, el objetivo de la Hermandad Musulmana es tomar el poder en todos los países árabes, logró hacerlo brevemente en Egipto, entre 2012-2013, pero millones de egipcios salieron a las calles para condenar al “presidente” Morsi y exigir que el ejército lo expulsara del poder, así lo hizo el general al-Sissi. "Los miembros de la Hermandad Musulmana no son bienvenidos en casi ningún lugar, solo en Qatar y en Turquía y este último país no es un estado árabe. La Hermandad Musulmana está prohibida en la mayoría de los estados árabes, principalmente en Arabia Saudita, donde trató de derrocar al rey en 2013, y en Emiratos Árabes Unidos que provocó la crisis entre Qatar y los demás estados del Golfo Pérsico. En Siria, la Hermandad Musulmana trató de derrocar al gobierno en 1982 y posteriormente participó, junto a la OTAN e Israel, en la agresión occidental contra el Estado sirio de 2011 a 2016. En Túnez, la Hermandad Musulmana está a punto de ser prohibida, después de haber gobernado ese país durante un decenio.

Si el verdadero objetivo de lo que está sucediendo en Gaza no es el futuro de Palestina sino quién regirá los destinos de los estados árabes en general, seguramente veremos en el Medio Oriente una ola de cambios de régimen, siempre a favor de la Hermandad Musulmana, una especie de segunda «primavera árabe»" 

Esta es la razón por la que "los gobiernos árabes están actuando con prudencia: apoyan la creación de un Estado palestino pero se mantienen a distancia del Hamás. Mientras Hamás hace todo lo posible para hacer imposible la creación de un Estado palestino", concluye el estudio de Meyssan.

Con el antecedente expuesto, es un hecho histórico e innegable que la Casa Blanca mantiene y financia a la Hermandad Musulmana como aliado estratégico para controlar al mundo árabe (al menos parte de él); el plan conspirativo entre Washington y el Islam político (derechista) que se inició con la guerra secreta contra el comunismo continúa en vigencia. Es público que la CIA financió a la Hermandad Musulmana y entrenó muyahidines para las guerras de Afganistán, Libia, Yemen, Siria, etc., así como en la actualidad el grupo palestino Hamás es parte integral de la Hermandad Musulmana controlada -ahora- desde Turquía (antes lo fue desde Egipto).


La Fe al servicio de la política 



La mayoría de personas que se insultan y agreden por temas religiosos en redes sociales defendiendo a los palestinos (musulmanes) o a Israel (judíos) por cuestiones "religiosas", no se dan cuenta que ambos son manipulados por cristianos, pero no por cualquier buen cristiano, sino por quienes imponen desde las sombras el real Poder. La mala noticia para los fanáticos de la Biblia es que esos "buenos" cristianos han conformado (siempre) junto a "buenos" Hermanos Musulmanes y a los muy prósperos hombres de negocios judíos, una alianza global para someter a las naciones, la Globalización. Esto no tiene nada que ver con la Fe. 

La gente del verdadero Poder no se preocupa por banales cuestiones religiosas, la aprovechan como su mejor instrumento para dividir a los pueblos. Los poderosos se ríen de nosotros, la "masa sucia" como suelen calificarnos, esos personajes que se mueven en las mega-corporaciones globales pueden ostentar una etiqueta que los identifique como cristianos, judíos o musulmanes, se reúnen libremente para planificar como impulsar o destrozar una economía nacional, debaten como seguir sometiendo al mundo, como esclavizar “socialmente” e incluso para obstaculizar el desarrollo industrial evitando el progreso de los países emergentes. La forma más simple de conseguirlo es fomentando la guerra y conflictos confesionales en beneficio de un criminal propósito.

Los Hermanos Musulmanes están bien relacionados y conforman alianzas con Fundamentalistas Cristianos de Estados Unidos y con grupos de poder económico judíos. Dicho vinculo va desde relaciones exteriores entre estados, contactos políticos de alto nivel, negociaciones en casos de crisis internacional, negocios transnacionales como el petróleo y producción industrial, banca internacional, blanqueo de dinero, etc. Que quede bien claro: Los Titiriteros del Mundo no tienen religión, su única religión y amor es el Poder y el dinero. A la “masa sucia” nos dividen y confrontan en una "guerra de civilizaciones", es decir, enemistad entre musulmanes, cristianos y judíos. Aún así, hay gente del Poder que cree a píe juntillas las profecías y mensajes mesiánicos.

Esa "extraña" simbiosis ideológica entre fundamentalistas cristianos, Hermandad Musulmana, sionismo y ortodoxia política judía (en Israel) se refleja constantemente en poderosos grupos del cristianismo evangélico que respaldan la política de los Estados Unidos, son tan influyentes como los hobbies sionistas. La 'Fellowship Foundation', por citar una, organiza cada año el “Desayuno Nacional de Oración”, en Washington D.C. donde “rezan” con el presidente de los Estados Unidos, constituyen "una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. Los ricos empresarios de derechas, industriales multimillonarios, políticos conservadores y cristianos de derechas con los manipuladores religiosos de masas de más baja ralea manipulan la opinión pública para influir en el gobierno. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, esta organización clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense. Así es como un movimiento religioso destructor se ha hecho con el control casi total de la maquinaria del gobierno de los Estados Unidos... para controlar la sociedad y el gobierno... Se les perdonan sus trasgresiones  porque se han sometido a Dios... A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. 

Lo curioso es que grupos como la "Fellowship" cuentan con "católicos conservadores, protestantes, evangélicos, judíos ortodoxos, judíos neoconservadores de tendencia seglar, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, etc., todos ellos activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios" (en febrero de 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes). (Citas del libro "Los Señores de las Sombras", Daniel Estulin, editorial Planeta, 2007)


 La presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, febrero 2015, contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.


Como se observa, esto no tiene nada que ver con la religión, pero sí mucho que ver con la influencia política y económica, es un culto capitalista. Pat Robertson (recientemente fallecido) es el más claro ejemplo del predicador y fundamentalista cristiano, amigo y socio comercial de genocidas africanos como Charles Taylor y Mobutu Sese Seko. Robertson fue empresario televangelista (El Club 700) y activista político de la derecha cristiana. Quienes desean que el fin de los días llegue ya (para "salvar" su egoísta alma) hoy tienen que buscar a Mike Evans, un ex predicador belicista del Club 700, éste "sabio" le animará apoyar a Israel para que bombardee Irán con ayuda estadounidense, "es la única manera de salvar a Israel", dice, y continúa: "Estados Unidos solo puede evitar el Armagedón iniciándolo". Y las congregaciones evangélicas lo aplauden, lo que quiere decir que desean el "gran viaje". Evans no es el único en pedir que el Armagedón comience mañana.

El Dr. Evans escribió recientemente para el Jerusalem Post el artículo "Estados Unidos necesita bombardear Irán", desatando su odio hacia los musulmanes e inculcando a sus fieles y benefactores el sermón de que todo buen cristiano tiene que ser un enemigo de los árabes, de Rusia, de China, "un fanático contra todos y todo lo que no sea de interés para Israel". Y, claro, los buenos cristianos aplauden la masacre de inocentes en Gaza. Evans no está solo, tras él tenemos a la inmensa mayoría de las élites, neoconservadores, corporaciones privadas que fungen como medios de comunicación estadounidenses, sionistas, que alientan el proyecto para la inmediata destrucción de Irán, algunos en Europa como los lores y damas británicas, las viejas dinastías reales, la gran banca, etc., miran con buenos ojos el plan. Estas instituciones de Occidente están en contra de cualquier cosa que se interponga en el camino de la dominación mundial total y el dominio sobre toda la humanidad. (Phil Butler, "¿Están listos los evangelistas estadounidenses para seguir a los sionistas hasta el Armagedón?")


Por raro que le resulte todo esto a personas que si utilizan el sentido común como guía, en vez de lo abstruso de las profecías como la del "Final de los Tiempos" de los lunáticos predicadores de la Biblia, vemos que existe en el mundo islámico un mellizo ideológico, la Hermandad Musulmana. 


Insistamos en algo que ya puntualizamos (perdón por redundar). Los grupos de Poder que pretenden controlar el mundo no priorizan la religión, ese es un aspecto accesorio para sus fines, se valen de la religión para atemorizar a la población, siempre ha sido así desde tiempos inmemoriales. Así vemos como cristianos, judíos y musulmanes de las élites financieras se unen para conformar esa Hermandad Global, donde sus personales creencias místicas quedan relegadas a un segundo o tercer plano. Otra particularidad es que dentro de ese círculo de Poder si hay fanáticos religiosos, como los wahabíes musulmanes, los fundamentalistas apocalípticos cristianos y ciertos ortodoxos políticos judíos (el judaísmo tampoco es uniforme al igual que las otras confesiones).

Por sentado, existe gente dentro de esos grupos que quieren convertir la Tierra literalmente en un infierno (guerra convencional y nuclear), son los fundamentalistas cristianos con sus “oraciones" que claman por la llegada del ‘Fin de los Tiempos’. Esa ideología, que no coincide con los postulados de su fe, consigue que los devotos lo acepten como algo irremediable (en términos religiosos). 

"El fundamentalismo cristiano, moral y teológicamente, cree lo mismo que el fanático fundamentalista islámico, desde puntos de vista diametralmente opuestos. Cada uno de los dos es un reflejo exacto del otro y cada uno de los dos, al verse acorralado, reaccionará de la misma manera. Pero si un hombre tiene un dedo puesto en un botón nuclear, su acto de autoinmolación en nombre de su Dios arrastrará con él a toda la humanidad…”.

Si los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿por qué no podrían hacer lo mismo los charlatanes milenaristas del fundamentalismo cristiano?... y lo hacen. ¿Quién es más peligroso?, ¿el yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos; o, el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'? El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la creencia, solo puede llevarnos a un rumbo, la autoinmolación.

El fundamentalismo no se apuntala en el dogma de las virtudes cristianas de caridad, perdón y comprensión, se basa en el concepto de la guerra: en una gloriosa e inexistente lucha entre las "fuerzas de Dios" y las del "Maligno". Así, en el denominado "Proyecto Megido", las sectas cristianas milenaristas podrían escenificar un acto terrorista nuclear del fin del mundo. Un viejo informe del FBI señala que: "la mezcla explosiva de las teorías conspiradoras de la religión apocalíptica y del Nuevo Orden Mundial puede provocar actos de violencia encaminados a precipitar el fin del mundo profetizado en la Biblia". Megido es una colina al norte de Israel y, según una interpretación de las profecías, es allí donde tendrá lugar el final de los tiempos, el Armagedón o batalla final entre las fuerzas de la luz dirigidas por Jesucristo y las fuerzas de las tinieblas al mando de Satanás o el Anticristo.




En el gobierno de Ronald Reagan, los fundamentalistas (presidente incluido) conceptuaban a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal” en el sentido religioso y no metafórico, el “anticristo” era la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan están convencidos que la ideología del Armagedón fue la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan, esos fundamentalistas pensaban que estaban en guerra contra el “anticristo” (encarnado en el comunismo y la URSS).

Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvieron al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio. En 1980, Ronald Reagan, en entrevista televisada dijo: "Puede que seamos la generación que verá el Armagedón". Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (URSS o alguien diferente) luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano. “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá en la partida

Eso no es todo, existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica: Si no te arrepientes ahora, si conscientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, "se te ahorrará toda la carnicería transportándote a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»". 

El peligro consiste en que, algunos de estos fundamentalistas modernos norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Reagan. Esta clase de personas se han resignado a que el Apocalipsis sea inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.

"Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elíseos, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -como quiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo". (citas entre comillas de los últimos párrafos son tomadas del libro "El Legado Mesiánico", de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca, 2006)


... El problema es que la religión judía no cree en estas chorradas milenaristas cristianas, no encaja para nada en su doctrina mesiánica (a la espera del Mesías judío, tal como ellos lo identifican). Entonces, ¿cuál es el juego del cristianismo evangélico?, ¿cómo encaja el sionismo cristiano y su cegado celo por respaldar la política genocida y expansionista del estado de Israel?. La respuesta corta es que las élites tienen otra agenda secreta que las devotas bases ignoran; así funciona la política en cualquier ámbito.


El judío secular y el ortodoxo no político defienden como cualquier religión, que el judaísmo es solo espiritual. Y, toda religión, proclama desde el amor a los semejantes hasta la justicia y la paz. El verdadero judaísmo es Mesiánico (esperan a su Mesías) y es universalista (como el cristianismo), esperan el establecimiento del "Reino de Dios en la Tierra" (de otra forma). Nada extraño que no proclame cualquier religión monoteísta, pero ese mesianismo judío no tiene nada de comparación con el cristianismo, los judíos rechazan el "Apocalipsis" que se encuentra en el "Libro de las Revelaciones" o "Revelación de Juan" que fue redactado a fines del primer siglo de la era cristiana y en idioma griego (último libro del Nuevo Testamento). No deseo ahondar más en este punto, pero hay que destacar la ira -literal- que desatan los cristianos evangélicos en Israel cuando insensatamente intentan predicar a Jesús en comunidades ortodoxas judías, a eso yo llamaría provocación (!evangelizar a los judíos!), más de uno(a) ha recibido al  menos un buen puntapié. Tampoco nos vamos a poner teológicos, así que si os interesa el tema... a investigar.


El sionismo cristiano


Algunos de los máximos líderes de Estados Unidos han sido grandes impulsores del Movimiento Cristiano Sionista de América con la falsa religión de Cristianos Unidos por Israel (CUFI). El sionismo, movimiento internacional para el regreso del pueblo judío a Sión, la tierra de Israel, en su origen fue un movimiento político, hoy se ha transformado en una ideología. Las raíces del sionismo la encontramos en el Génesis (capítulos 12 y 15), Dios hace un pacto con Abraham prometiéndole que sus descendientes heredarían la tierra entre Egipto y el río Éufrates. Pero el trasfondo religioso del judaísmo no tenía nada que ver con el sionismo. El sionismo cristiano viene a constituirse en el respaldo de los "gentiles" al sionismo judío en base a las promesas bíblicas a Israel (Jeremías 32 y Ezequiel 34). Los sionistas cristianos son en su generalidad evangélicos, respaldan de cualquier forma al estado de Israel. Según los dispensacionalistas se cumple la profecía cuando los judíos regresan a la Tierra Prometida, una señal de que el mundo ha entrado en el fin de los tiempos.


El sionismo es sólidamente fuerte dentro de las comunidades cristianas evangélicas de Estados Unidos, la mayoría religiosa del país, suele denominársele "sionismo cristiano", sus características: anti-islámicos y anti-palestinos (no debemos caer en el error de pensar que la población aprueba la política guerrerista de sus gobiernos). La mayoría de las confesiones cristianas políticamente se alinearon con el Partido Republicano (a excepción de las iglesias cristianas afroamericanas y otras minorías confesionales que se inclinan mayoritariamente por los Demócratas). 

Estos grupos pro-sionistas (y los hay a lo largo del mundo) tienen intereses político-económicos, como ultraconservadores cristianos (católicos también) ofrecen incondicionalmente su respaldo a Israel justificando crímenes con una falsa connotación religiosa amparados en la Biblia. Un considerable conjunto de éstos sionistas cristianos influyen en los gobiernos de Estados Unidos y Europa, avalan que los sionistas judíos de Israel expongan sin tapujos esa naturaleza violenta, desproporcionada y represiva contra los árabes israelíes y palestinos de Gaza y Cisjordania, amparándose en principios talmúdicos como "ley divina".

Si sectores del judaísmo rechazan la ideología sionista, lo que no es ninguna novedad y si otros se oponen a Israel como estado, "¿cuánto tiempo más puede continuar este experimento psicopático en la expresión más radical del colonialismo del siglo XXI?" (Anthony J. Hall). En estos momentos (guerra contra Gaza) es incontrastable que se percibe una importante división reflejado en numerosas manifestaciones en defensa de los palestinos, por un lado entre los sionistas cristianos y judíos, que ejercen autoridad y poder económico; y, por otro lado, la "simple" mayoría de ciudadanos judíos y no judíos.

Desde hace mucho los cristianos evangélicos estadounidenses, con notable influencia en todos los gobiernos, se convirtieron gratuitamente, dada la interpretación literal de la biblia, en los mejores lobbies pro-Israel. Los votos de esta comunidad son decisivos en cualquier elección. El caso es que, si usted aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, usted no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declara atea (el famoso "puritanismo" americano). De allí que es fácil encontrar la explicación del por qué los mandatarios estadounidenses -aunque cristianos fervientes (casi todos)- coloquen sobre sus cabezas la kipá al visitar Israel (por supuesto que el uso de la kipá es obligatorio en cualquier recinto sagrado judío, profese o no la fe judía).

Quien se declara antisionista, siendo cristiano -incluso católico- debe siempre tener presente que es su propia confesión la que defiende ciegamente y vuelve intocable al sionismo, no solo en los Estados Unidos o el Reino Unido (con el anglicanismo), o en el resto de Europa con los protestantes y hasta en regiones del  "tercer mundo" donde es común encontrarnos con pobres comunidades cristianas que alaban y lanzan loas al "Señor de Israel" (eso en sí no es criticable, uno puede entregarse a la fe que su consciencia le diga). Intento demostrar que el sionismo no necesita ninguna exclusiva "conspiración judía" para "apoderarse del mundo". Por lo mismo, es imperativo destacar la totalmente absurda tesis que el antisemitismo es una 'amenaza existencial' para los judíos en Occidente


El ex presidente Trump y su vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldaron al ex gobernante (foto archivo).


Es el cristianismo evangélico y otras confesiones pro-sionistas predominantes en Norteamérica y Europa, a través del liderazgo político de la mayor potencia mundial, quienes influyen en la política internacional pro-Israel (no al revés). No obstante, coloquialmente suele decirse que son instituciones manejadas por "judíos", eso significaría que la élite "superior" blanca, que siempre aplica las reglas del sometimiento a las naciones débiles (siguiendo el modelo nazi), de forma incondicional se "inclinaría" ante una "raza inferior", si debemos creer la tesis de una "conspiración mundial judía".  


Antisemitismo y Antisionismo

Debemos adentrarnos en el polémico tema del antisemitismo. 

El supuesto "antisemitismo" se ha disparado en todo el mundo por el desproporcionado conflicto que desata Israel contra la región de Gaza. Como nunca antes, medios de comunicación globales e incluso gobiernos e instituciones internacionales protestan por la carnicería humana en contra de una población indefensa. Es que, digámoslo seriamente, a nadie con algo más de dos centímetros de frente puede decírsele que Israel está en guerra, Israel no tiene un ejército enemigo que se lo oponga, llámenlo como quieran (grupo terrorista si es necesario), pero Hamás ni ninguna otra organización política palestina conforman un ejército, los palestinos simplemente se rebelan, resisten a ser exterminados, no tienen la más mínima posibilidad de vencer militarmente, defendiéndose con lo que puedan obtener. Ergo, Palestina va ganando la "guerra" moral al denunciar las atrocidades en contra de los civiles. Ese es el miedo de Israel y para aplacar la crítica mundial recurren al viejo chantaje del "antisemitismo" y piden que el mundo -ahora sí- debe levantar la voz de protesta y luchar contra el odio.

Como al inicio de esta ponencia, el mundo se plantea más interrogantes que respuestas. ¿Qué hizo el sionismo para captar un inmenso poder -no solo en Estados Unidos y Europa, en el mundo occidental en general? Estamos conscientes que por temor a ser llamados antisemitas se prefiere guardar silencio o repetir el mantra "Israel tiene derecho a la legitima autodefensa", o -de plano- unirse a la "cruzada" antiterrorista. Es evidente que cualquier político o empresario puede ser arruinado si es tildado de antisemitismo mediante una acusación sin sentido, solo por expresar que no es moral ni legal lo que Israel hace con los habitantes de Gaza y el resto de Palestina; "la masa sucia" (los simples ciudadanos del mundo) como no existimos, no contamos con ese privilegio de la atención de los medios, salvo excepcionales circunstancias como pacíficas marchas públicas.

Los estadounidenses si que tienen problemas para controlar a los furibundos miembros del gobierno israelí, y los pocos con conciencia que alzaron la voz, que no apoyan los crímenes de guerra israelíes, serán obligados a dimitir, acusados de antisemitismo. Está claro que el único pueblo de la Tierra que puede hacer lo que quiera -negando el derecho a contradecirles- es Israel. Israel y el sionismo no pueden recibir críticas ante su impudicia.

Los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y otros aliados prohíben las manifestaciones contra el genocidio de los palestinos, contra el despojo territorial y el robo de su propiedad como si de actos antisemitas se tratara, incluso se ha llegado a prohibir la exhibición de la bandera palestina cuando la realidad es que Palestina es un estado observador de las Naciones Unidas y sus símbolos tienen reconocimiento mundial. En los EEUU firmas de abogados y corporaciones se hallan reuniendo los nombres de universitarios que protestan contra el genocidio, formarán parte de las listas negras para impedirles conseguir empleo en el futuro, desde inicios de noviembre los principales bufetes de abogados en los EEUU se dirigieron a las más prestigiosas universidades con amenazas si no detenían a los estudiantes de derecho "eliminando el antisemitismo". Es una sentencia que ninguno de ellos recibirá ofertas de empleo de las poderosas firmas de abogados.

Es imperioso recalcar la cuestión del supuesto antisemitismo y las manifestaciones “contra el antisemitismo” organizadas por los gobiernos de Estados Unidos y Europa como una contra-manifestación ante espontáneas marchas ciudadanas en diversas ciudades occidentales que protestan contra los crímenes de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel). Destaca Thierry Meyssan en "Cómo Netanyahu falsifica la actualidad" (noviembre 2023) que,

"Como todas las guerras, la guerra de Israel contra la población palestina incluye un enfrentamiento mediático. La Resistencia palestina no necesita relatar la injusticia que motiva su lucha porque esa injusticia está a la vista de todos. Pero Israel sí se ve obligado a tratar de convencer a todos de su “buena fe” y eso, al cabo de tres cuartos de siglo de constantes violaciones del Derecho Internacional, está lejos de ser tarea fácil. Para lograr que la opinión pública occidental respalde su causa, relativizando la masacre que se perpetra en Gaza, Israel estimula la organización de manifestaciones de apoyo en los países de Occidente. Ante la imposibilidad de exhortar a la gente a salir a la calle para expresar respaldo a un ejército que está cometiendo un genocidio, el Mossad sugiere la realización de manifestaciones “contra el antisemitismo”. 

El Mossad también ha utilizado a veces otro argumento: afirma que los inmigrantes árabes apoyan al Hamás y son por consiguiente antisemitas, así que los estados europeos tendrían que tomar medidas para proteger a “sus” judíos. La manifestación organizada en Washington denunció la supuesta barbarie del Hamás, reunieron miles de personas, principalmente cristianos sionistas; la de París se centró en la lucha contra el antisemitismo. Pero ninguna de las dos atrajo las ingentes masas de manifestantes que se esperaba, incluso numerosas asociaciones judías boicotearon la manifestación de Washington, comenta Meyssan.


Manifestantes del grupo de campaña 'Voz Judía por la Paz' protagonizan una protesta dentro del Edificio del Capitolio de Estados Unidos en Washington DC. EFE/EPA/WILL OLIVER, octubre 2023.


Dentro del contexto de lo explicado, es norma común del gobierno de Israel difundir declaraciones de "antisemitismo" para perturbar a la opinión pública, sutil forma de presionar a los gobiernos occidentales para apoyo económico y militar. Desde su fundación lo ha hecho con Alemania, inicialmente para que pague por concepto de compensaciones y reparaciones para las “victimas de la guerra” debido a la política genocida del nazismo; otras tantas indemnizaciones por el expolio de la riqueza de la judería europea, hasta el  presente el Congreso Mundial Judío plantea juicios a los banqueros suizos por miles de millones de dólares que corresponden a los activos nazis depositados en cuentas suizas. ¿Deberíamos recordar que el Estado de Israel se  creó en 1948 y que las víctimas (y otras presuntas víctimas) del nazismo eran ciudadanos de diversos estados, a excepción de Israel, país que no existía?.

Israel sobrevivió sus primeras décadas gracias a las reparaciones alemanas, a la ayuda norteamericana, a los regalos franceses e ingleses y a los donativos de la Diáspora. En el caso alemán puede incluso insinuarse que es un caso de chantaje, los israelíes siguen recaudando jugosas divisas de Alemania, medida que puede ser puesta en práctica casi indefinidamente y capaz de asegurar el equilibrio de las finanzas del Estado de Israel.

Tel-Aviv necesita ciertas y periódicas dosis de antisemitismo, por ello se complace cuando energúmenos de extrema derecha, supremacistas blancos y neonazis se dedican a calumniar y ofender por simple odio y discriminación, sin saberlo coadyuvan con la "causa" israelí, es decir: solidaridad internacional, nuevas ayudas financieras y provisión de sofisticado armamento para luchar contra las hondas palestinas. 

Es necesario saber diferenciar. 

Respecto al antisionismo Israel suele decir que es una máscara que oculta a los antisemitas, intenta (parece conseguirlo en ocasiones) unificar estos dos conceptos, pero ser antisemita o ser antisionista, no es la misma cosa. Como importante curiosidad, la mayoría de los judíos practicantes estadounidenses son antisionistas, mientras que la mayoría de los judíos europeos son sionistas, siendo los poderosos y ricos grupos de cabildeo (lobbies) sionistas quienes imponen su influencia en las decisiones políticas de los Estados Unidos.

El antisemitismo es tan antiguo como el origen del cristianismo (en Europa estaba ya presente con el imperio romano), continúo en la edad media (pogroms) bajo la iglesia católica y tuvo su versión más desalmada durante el dominio nazi de Europa. El antisemitismo europeo en su época más infame acusaba colectivamente a los judíos de haber matado a Cristo y hasta de haber provocado la degeneración de la raza aria... Hay que recordar - a algunos- que el judaísmo es una religión, no una raza, mala "noticia" para los seguidores de Hitler, contrario a lo que él afirmaba en sus caprichos políticos, no existe una raza judía. 

Antisemitismo significa "prejuicio u odio a los judíos". Todos estamos de acuerdo que semitas son también los pueblos árabes, pero el término quedó vigente en el sentido como es conocido desde el siglo XIX cuando un periodista alemán, Wilhelm Marr, definió el antisemitismo como denotación del odio a los judíos y otras tendencias "liberales" atribuidas a los judíos. El antisemitismo se compara con la forma más común de xenofobia: el racismo, sancionado por la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y que forma parte de la legislación penal en una gran mayoría de países del mundo. 

El término antisionismo -que ya existía- se consolidó a raíz de la declaración de independencia del estado de Israel. El sionismo -sin más rodeos- es el movimiento político que luchó por el establecimiento de un estado judío y que hoy protege al estado independiente de Israel. El sionismo no es un movimiento religioso, así como Israel no es (todavía) un estado judío (aunque así se lo denomina desde la declaración de independencia, las cosas vienen cambiando desde el 2018 con las nuevas leyes fundamentales). 

Es bueno comprender que el sionismo heredó la creencia "supremacista judía arraigada especialmente en los comentarios talmúdicos escritos durante y después de la era de Babilonia. El trato degradante de los no judíos ha sido trazado, renovado y elaborado en muchos comentarios escritos por los autores rabínicos del Talmud hasta el día de hoy. Esta herencia talmúdica se fusionó en el momento de la creación del sionismo a finales del siglo XIX, con el espíritu generalizado del nacionalismo imperialista etnocéntrico que impregnó la era victoriana durante su cenit. El núcleo del proyecto sionista implicaba la creación de una nación judía mayoritariamente europea que se inyectaría en el reino árabe en el punto de unión de Europa, Asia y África". (Los judíos que constituyeron el estado de Israel fueron en su mayoría de origen europeo) (Prof. Anthony J. Hall, "Is the Zionist Project Over? Applied Zionism Demonstrates Its Radical Extremism")

Podemos considerar el antisionismo como un acto u opinión de carácter político público que protesta contra el nacionalismo judío que persigue imponer un proyecto colonial en Palestina. En la actualidad suele decirse popularmente que el antisionista es un "opositor" al supuesto "Nuevo Orden Mundial Sionista" (NWO), por lo que el sionismo hasta cierto punto (no del todo) remplazó al antisemitismo. 


El actual presidente de los EEUU, Joe Biden, durante una visita a Israel en 2010, cuando era vicepresidente (Administración Obama) Fotografía: Ariel Schalit/AFP/Getty Images


Diversos foros internacionales entre estados han debatido por décadas sobre la naturaleza del sionismo. Así el extinto Movimiento de Países No Alineados concluyó que el sionismo "amenaza la paz y la seguridad del mundo" y pidió oponerse a esa ideología "racista e imperialista"; en igual sentido se pronunció la Organización de la Unidad Africana (OUA): el sionismo impone una "política destinada a oprimir la dignidad y la integridad del ser humano". Y, lo más trascendental, en 1975 la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 3379, determinando que el sionismo es una "forma de racismo y de discriminación racial" (10 de noviembre de 1975). Presiones del Poder Mundial lograron dejar sin vigor esa Resolución en 1991.


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Notas:

"Los Señores de las Sombras", Daniel Estulin, editorial Planeta. 2007

"El Legado Mesiánico", de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca. 2006

Cómo Netanyahu falsifica la actualidad

Is the Zionist Project Over? Applied Zionism Demonstrates Its Radical Extremism

LA HERMANDAD MUSULMANA

Meaningless Accusations of Anti-Semitism: The Moral Conscience of the Western World Has Been Silenced

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