Bienvenido a este Blog. Detectives de Guerra le brinda los mejores análisis de los conflictos internacionales de actualidad
Mostrando entradas con la etiqueta geopolítica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta geopolítica. Mostrar todas las entradas

10 noviembre 2025

El cómo Occidente ha planeado destruir Rusia desde hace siglos (8)


"Que verguenza para los provocadores", una caricatura de 1960 de O. M. Savostyuk y B.A. Uspensky, a la izquierda, el presidente ucraniano en 2022 inspeccionando el material antitanque entregado por la OTAN.

 

por Tito Andino

Resumen de artículos recopilados de
este blog y de fuentes de actualidad.




Historia y no propaganda

Parte VIII

 ... Y más perlas surrealistas de la OTAN hacia Rusia

Antes que nada, gracias por dar lectura a esta serie de artículos demasiado densos, en ocasiones dada la trascendencia del tema. Esto no es algo original del editor del blog (muchas reflexiones sí), básicamente es una recopilación y resumen de textos de expertos internacionales sobre el tema geopolítico del momento, la guerra de Ucrania. Como se apreciará en las notas a pie de página las fuentes “infinitas” van desde la derecha tradicional, medios como el New York Times, Wall Street Journal y otros hasta la, según Donald Trump, “izquierda radical” de los medios alternativos de información. Aunque no tengo habilitado el modo de comentarios en este blog, se aprecia cierto número de críticas negativas a través de alguna red social que suele aceptar compartir este contenido. Lejos de desalentarme, esto solo demuestra que el trabajo está bien encaminado, los detractores o "críticos", como les gusta ser llamados, se ven forzados a leer, pero jamás aceptarán la realidad dado el marcado sesgo político que cargan. Aquí se intenta evitar dedicatorias políticas, pero suele ser inevitable, la política es parte intrínseca de la vida social. Sin más, buena lectura.

 

En medios occidentales, transcurridos más de tres años de guerra sigue escuchandose propuestas gubernamentales y privadas con la "ilusión" de conseguir un acuerdo de "paz" entre Rusia y Ucrania. Llamó la atención una, utilizando el coqueteo a las élites económicas rusas como estrategia para intentar no solo doblegar al gobierno, sino cambiar de dirección. Las más frecuentes opciones han ido desde el chantaje y la coacción económica mediante sanciones hasta las amenazas de intervención militar, tampoco funciona, al contrario Europa y Estados Unidos recibieron el mayor golpe al entrar en recesión; inevitablemente puede suceder lo mismo en la Rusia de posguerra. Como se aprecia, el objetivo principal fracasó, la Federación de Rusia no ha sido doblegada, se mantiene estable en lo económico y fuerte en lo militar, el tan deseado cambio de poder en Moscú no llegará. En el seno de la OTAN/UE siguen lamentándose que el mundo no pueda seguir siendo una colonia mercantil.

Lo hemos revisado en otras ponencias, el plan no es nuevo, mínimo tiene un siglo, viene desde el derrumbe del imperio de los zares y el surgimiento de la revolución bolchevique cuando las élites europeas y de Estados Unidos decidieron repartirse Rusia en zonas de influencia, ese plan también incluía al sucumbido Imperio Otomano. Tuvieron que librarse cruentas guerras para que la Rusia soviética y la naciente Turquía trastocaran el intento de diseñar un nuevo mapa euroasiático. Desde esos días quedó desenmascarada la existencia de una red mundial de grandes corporaciones "más poderosas que cualquier Estado-Nación en la Tierra, destinadas a controlar las necesidades de la vida del resto de la humanidad".

En el presente, EEUU/UE pretenden emular la "hazaña" de la década de 1990 tras el caos poscomunista en la nueva Federación Rusa, el anhelado puntillazo final no sucedió, degradar a Rusia al nivel de un país subdesarrollado, tercer mundista y dividido en múltiples repúblicas, todo sin disparar ni un solo tiro. No fue posible, pero estuvieron muy cerca de conseguirlo... todo fue culpa de Putin, quien hoy sigue interponiéndose en el nuevo plan del siglo XXI... No obstante, la ilusión no se perderá tras otro traspié.

La lección objetiva del ensayo económico Occidental de los 90 del siglo pasado fue que si era posible destruir a Rusia mediante el caos y chantaje financiero -más conflictos internos, como las guerras islamistas de Chechenia- y esa es la meta puesta en acción utilizando a Ucrania. Si los occidentales no han llegado a poner sus fuerzas vivas en Ucrania es por temor a la fuerza disuasiva nuclear rusa y su nueva doctrina nuclear.

La "paz" en Ucrania, propuesta tras el fracaso, parecería una opción. En hipótesis, las proyecciones y análisis geopolíticos occidentales, tras el descalabro militar del proxy de la OTAN (Ucrania) puede plantearse -otra vez- a mediano plazo, por ejemplo, apaciguando a Moscú con algunas concesiones, que no afecten la presencia de la OTAN en el Mar Negro; o, hay que decirlo, destacando como EEUU y la UE están invirtiendo "en la rabiosa y resentida Polonia” para convertirla en la nueva fuerza armada hasta los dientes en reemplazo de Ucrania. Es un hecho que, como dice el analista internacional Pepe Escobar, cualquier "negociación" hacia la "paz" enmascara un impulso para posponer, solo por un momento, el plan maestro original: desmembrar y destruir a Rusia.

Es lógico que las principales potencias neocoloniales de Europa no desean enfrentarse abiertamente con Rusia por temor a que se desate una catástrofe nuclear. Así que siempre tendrán un peón en juego, hoy es Ucrania, ayer fueron Georgia y el terrorismo islámico en Chechenia, mañana puede ser Polonia o pequeñas naciones manipulables como Moldavia para continuar con la histeria atlantista de la amenaza rusa. Por lo pronto, los círculos de poder en Washington y la Unión Europea están conformes con mantener la guerra activa. Dicen que la guerra en Ucrania es buena porque "debilita a Rusia", al mismo tiempo los aparatos de seguridad europeos continúan promoviendo la narrativa de la “amenaza rusa” como justificación de sus encubiertos planes de guerra.


El presidente ucraniano Volodimir Zelensky (foto archivo)


Debo aclarar -una vez más- que esto no es propaganda rusa, son hechos que cualquier mortal puede verificarlos. Medios tradicionales antirrusos, como el New York Times, confirman que la CIA ha construido durante la última década al menos doce bases secretas de espionaje en territorio ucraniano para librar su "guerra en la sombra" contra Rusia. Esas bases de inteligencia, de las que Rusia se está encargando de eliminarlas tenían la capacidad de interferir las comunicaciones de los mandos y monitorear los satélites espías rusos; hoy, siguen rastreando y coordinado los ataques transfronterizos con drones y misiles hacia territorio ruso. Por lo mismo, la actitud de Donald Trump debe ser valorada como hipócrita, porque la CIA y la OTAN son las responsables de los efectivos y recientes ataques con aviones no tripulados contra refinerías de petróleo e infraestructuras energéticas claves en Rusia.

¿Tendré que recordar que Estados Unidos sembró el territorio ucraniano de bases y laboratorios para experimentar con tecnología para fines de guerra biológica y bacteriológica? En artículos anteriores tratamos sobre este tema, para un resumen puede consultar el siguiente: "El 'secreto' de las armas sucias y biológicas en Ucrania" (ver notas a pie de página). También, en octubre de 2019 reproducimos un largo reportaje desarrollado por la periodista de investigación búlgara Dilyana Gaytandzhieva, su versión original en inglés fue publicada por "South Front" en 2018 bajo el título: "Pentagon bio-weapons", destacándose la utilización del territorio ucraniano por parte de empresas estadounidenses vinculadas al Pentágono para el desarrollo secreto de armas biológicas. Los experimentos biológicos son crímenes de guerra. El artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) define los experimentos biológicos como crímenes de guerra.

Insistamos, pese a todo lo que aleguemos, en la UE y los EEUU, literalmente, se limpian…. con las evidencias. Hay una vieja resolución (data de 2016) en que el Parlamento Europeo llama a luchar contra los medios de comunicación rusos, equiparándolos con grupos terroristas y advierten que se atacará a los disidentes en Europa, a la gente se le está prohibiendo tener un punto de vista alternativo a la posición oficial de los políticos en Bruselas (abordaremos en profundidad el tema en otra ocasión).

Ya que hemos abordado el tema de la propaganda, no está demás remontarnos más de medio siglo en el tiempo. Solo como nota anecdótica y referencial, la propaganda estadounidense en la década de 1950 soñaba con la derrota y ocupación de Rusia entre 1952-1960, así transmitía la aclamada revista Collier’s, en su edición del 27 de octubre de 1951, de 132 páginas y 25 artículos dedicados al tema, en que nos describe cómo transcurrirá la Tercera Guerra Mundial, que -infaliblemente- terminará con la inevitable victoria de las fuerzas del bien (Occidente) y la igualmente inevitable derrota de las fuerzas del mal (Rusia) que será desmembrada y ocupada con el único noble fin de llevarles democracia. Uno de sus artículos titula “El renacimiento de Rusia”, redactado por la senadora Margaret Chase Smith (págs. 83-99). Por supuesto, dice, todo esto es “lamentablemente” parte de una guerra “no deseada”. La “justificación” del por qué se debe utilizar bombas atómicas contra Moscú y otras regiones: “libertad” para los rusos para que puedan adorar nuevamente a dios, para que los hombres sean libres en el trabajo, etc., etc., (Se puede acceder a archivos PDF de esa edición de la revista Collier’s en el ciberespacio).


Revista Collier’s, edición 27 octubre 1951, 132 páginas, 25 artículos. Se describe cómo transcurrirá la Tercera Guerra Mundial


Son décadas completas en las que la propaganda del Estado profundo ha venido moldeando a la opinión pública mundial sobre lo maligno que es el estado ruso, su “destrucción” es inevitable rezan, pidiendo la protección de un dios que parece también pretender una “guerra del fin de los tiempos” que acabe con todas las iniquidades del mundo, los justos -por supuesto, EEUU y sus aliados- serán “salvados”, “arrebatados”, según la doctrina de los fundamentalistas cristianos de los EEUU. A buen entendedor, los ejércitos se están preparando para la guerra contra Rusia. (Al respecto revisar el artículo: "Ronald Reagan, el fanático presidente fundamentalista", ver notas a pie de página).

Esa doctrina se aplica por igual en Europa y el Extremo Oriente: Japón, Corea del Sur, Filipinas, a su manera, por supuesto, rescribiéndose de los anales de la peligrosa “Liga Anticomunista Mundial”, fundada por el general Chiang Kai-shek (Taiwán), el reverendo Moon (Sur Corea), Ryoichi Sasakawa (Japón, fundador del Partido Liberal Democrático) y Yaroslav Stetsko (Ucrania, ex mano derecha de Stepan Bandera y primer ministro nazi ucraniano). En el Medio Oriente, el estado profundo israelí es liderado por Benjamin Netanyahu apoyado por una coalición de supremacistas judíos e inquietamente bajo el asentimiento de los petro-monarcas del Golfo Pérsico. (Mayores detalles sobre este párrafo pueden ser consultados en un reciente artículo de Thierry Meyssan, “Propaganda antirrusa y preparación para la guerra contra Rusia”. Ver notas a pie de página).

No han sido pocas las organizaciones de los medios estadounidenses y del establishment de la política exterior de Estados Unidos que participan como cómplices en la difusión de “gran parte de la peor propaganda en la historia de Estados Unidos. Peor porque esta propaganda se ha utilizado a menudo al servicio de los peores fines: para obtener apoyo para una variedad de guerras que resultan en la muerte de miles, a veces incluso cientos de miles, de inocentes”. En cuanto a Rusia, esa asociación entre los medios y el régimen de la desinformación propagandística incluye el engañoso caso del "Rusiagate" y los esfuerzos para ocultar la intromisión de Estados Unidos en Ucrania, y otros escenarios mundiales por medio de "noticias" que impulsan el cambio de régimen en varios países o apuntalan al estado de Israel ocultando sus crímenes de guerra, etc.

No es nada raro que a lo largo de la historia, la mayoría de las grandes potencias del mundo han mentido para respaldar sus esfuerzos bélicos con la ayuda de los medios de comunicación. Esa moderna propaganda en tiempos de guerra inició con las historias de atrocidades alemanas en Bélgica de 1914, quizá el primer gran éxito propagandístico británico para “exagerar salvajemente la agresión alemana y enviar el mensaje de que los alemanes eran una raza bárbara a diferencia de los civilizados franceses y británicos de Europa”. Esto provocó horror y fanatismo anti-alemán en gran parte del mundo. Esta política de mentir obtuvo un gran rédito, Estados Unidos entró en la guerra del lado de Gran Bretaña; a su vez, Estados Unidos implementó su propia campaña propagandística que incluía la censura absoluta durante las siguientes guerras. Hoy se trata de convencer a estadounidenses y europeos sobre la necesidad de involucrarse en guerras por el mundo para llevar “paz” y “democracia”.

Esa visión general del mundo que favorece la intervención internacional sin fin es cimentada por los principales proveedores de propaganda estadounidenses, es decir, los gobiernos. Lo primero y más importante es el esfuerzo por garantizar que el poder ejecutivo sea ilimitado en los asuntos internacionales bajo complicidad de los medios de comunicación (desinformación). Un amplio estudio al respecto, que va desde la primera y segunda guerra mundial, la guerra fría, etc., puede ser revisada en las notas a pie de página. La mente de los estadounidenses está moldeada para aceptar la propaganda rastrera e insidiosa política exterior estadounidense. (Ver: Cómo la propaganda de guerra alimentó la política exterior estadounidense durante un siglo).

Volvamos una vez más al tema de Ucrania.

Observemos el discurso de los dirigentes atlantistas… ¿Qué podemos concluir? La guerra de Ucrania no es una guerra de los ucranianos, no lo fue, siempre ha sido una guerra de las potencias europeas que aglutinan a los “europeos” a su alrededor, por supuesto, quien paga las consecuencias son los ucranianos.

Ucrania es un territorio de arenas movedizas para la Unión Europea, reflexiona el periodista español Ángel Ferrero, “cuanto más se mueve en ellas, más se hunde en sus propias contradicciones”, recordando casos como la necesidad (intención) de crear eurobonos para financiar la industria de defensa europea en los siguientes diez años (600 mil millones de euros), son los mismos eurobonos que anteriormente se negaron para el rescate financiero de Grecia. Otro ejemplo práctico es que Europa “no puede moralmente importar gas y petróleo de un estado autocrático como Rusia” que vulnera los derechos humanos y libra una guerra contra sus vecinos. Como todos sabemos la UE sigue y seguirá consumiendo petróleo ruso comprado a través de intermediarios; también importa petróleo de Azerbaiyán, “un estado autocrático que vulnera derechos humanos y libra una guerra contra sus vecinos”. La guerra obra milagros.

Europa sigue en su pretensión de enviar tropas a Ucrania sobre la base de acuerdos bilaterales de defensa. La política oficial de Europa es una, confirmada en la cumbre de jefes de estado y de gobierno europeos en París (marzo 2024): “Haremos lo necesario para garantizar que Rusia no pueda ganar esta guerra”, afirmó Emmanuel Macron (por supuesto existen voces disidentes dentro de la UE). Desde Moscú se escuchó la respuesta: “en ese caso, no tendríamos que hablar de la probabilidad, sino de la inevitabilidad” de un conflicto directo entre la OTAN y Rusia (Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin).

A estas alturas, la hipocresía de los jefes europeos, ya no puede ser ocultada, las tropas británicas y francesas han estado apoyando a Ucrania sobre el terreno con el pretexto de instruir en el manejo de armas, instrucción de tropas, inteligencia, llevan a cabo operaciones secretas de espionaje y combate, y claro, con todo el respaldo diplomático y económico. Decía un reporte, de hace más de un año, del Financial Times, en entrevista a un funcionario de defensa europeo: “Todo el mundo sabe que hay fuerzas especiales europeas, solo que todavía no lo han reconocido oficialmente”. Ucrania, en otro gesto de hipocresía sigue desmintiéndolo, afirma que los extranjeros que combaten en Ucrania son voluntarios.

Macron no ha sido el único en recordarnos que “Rusia no puede ganar esta guerra”, también se ha escuchado de voz de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desde Estrasburgo señaló: “Con el apoyo de nuestros aliados o sin él, no debemos permitir que Rusia gane”. “Cuando hablan de “ganar” o “perder”, los líderes europeos probablemente no están pensando en los ucranianos: una “victoria” rusa sería, en efecto, una “derrota” para el prestigio de la Unión Europea, y para ellos personalmente. Su superioridad moral para con Ucrania ha quedado, a ojos de la opinión pública, en entredicho con su apoyo a las acciones de Israel en Gaza, sus discursos sobre una victoria rápida y humillante sobre Rusia han chocado contra el muro de la realidad”. (Ver enlace al artículo “Ucrania, las arenas movedizas de la Unión Europea”, en las notas a pie de página).


Tanque ucraniano Leopard II, destruido en el frente de batalla


Las últimas referencias son datos de actualidad, sin embargo, debemos insistir en que esto no viene de hoy, viene desde hace siglos, como lo hemos explicado desde el primer artículo de esta serie. Ucrania, la actual pieza de utilería del militarismo expansionista occidental, viene actuando como ariete desde inicios del siglo XX (lo revisamos anteriormente). Otro dato importante digno de mención proviene desde la posguerra mundial, en la época de la Guerra Fría donde ya se reportaba como la Ucrania soviética era infiltrada para desatar el caos, y esa ha sido la misión del llamado nacionalismo integral ucraniano y sus ínfulas de superioridad racial sobre los eslavos rusos. (revisar notas a pie de página: "Los 'Revolucionarios' del Maidán y la añoranza fascista")

Un excelente artículo escrito en 2016, por Wayne Madsen de Fundación Cultura Estratégica, “CIA: Socavando y nazificando a Ucrania desde 1953”, explica la desclasificación de miles de documentos de la Agencia Central de Inteligencia, desde 1953 la CIA operó dos programas importantes con la intención no solo de desestabilizar a Ucrania, sino de nazificarla con seguidores del líder nazi ucraniano de la segunda guerra mundial, Stepan Bandera.

“Los programas de la CIA abarcaron unas cuatro décadas. Comenzando como una operación paramilitar que proporcionó fondos y equipos para grupos de resistencia ucranianos anti-soviéticos como el Consejo Supremo de Liberación de Ucrania (UHVR); sus afiliados, la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), todos banderistas nazis. La primera operación de la CIA para desestabilizar Ucrania, utilizando agentes ucranianos exiliados en Occidente que se infiltraron en la Ucrania soviética, recibió el nombre en código de Proyecto AERODYNAMIC”. Un documento de la CIA de alto secreto, (13 de julio de 1953, hoy desclasificado) describe el propósito del Proyecto AERODYNAMIC: “proporcionar la explotación y expansión de la resistencia ucraniana antisoviética con fines de Guerra Fría y Guerra Caliente”, utilizando los grupos descritos, además de la Representación Extranjera del Consejo Supremo de Liberación de Ucrania (ZPUHVR) en Europa Occidental y Estados Unidos. La CIA admitió en un documento de 1970 (anteriormente secreto) que había estado en contacto con el ZPUHVR desde 1950.

En efecto, las organizaciones neonazis de actualidad en Ucrania derivan de las agrupaciones arriba enunciadas, y esos militantes se encuentran “hoy incrustados en el gobierno nacional ucraniano en Kiev y en los gobiernos regionales y municipales de todo el país”.

Todo lo referente al proyecto Aerodynamic, la intromisión de agencias extranjeras y militantes neonazis en Ucrania, la promoción de la causa de los tártaros en Crimea, está vastamente documentado. El proyecto aún estaba activo en la década de 1980 como Operación QRDYNAMIC, demostrándose que parte de esas operaciones eran “financiadas por el magnate de los fondos de cobertura George Soros, y como es lógico se expandió a China, Checoslovaquia, Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, Yugoslavia, Afganistán, Asia Central soviética, la región marítima soviética del Pacífico y entre los ucranianos-canadienses”.

Vale recordar -una vez más- a Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, quien confirmó ante el Congreso de Estados Unidos que desde el colapso de la Unión Soviética se gastó 5.000 millones de dólares para arrebatar el control de Ucrania a la esfera rusa. (Un detalle completo sobre Aerodynamic y otros datos relevantes puede encontrase en el artículo de Wayne Madsen, “CIA: Socavando y nazificando a Ucrania desde 1953”. Ver notas a pie de página)




Alguien se ha cuestionado ¿por qué EEUU y los medios occidentales evitan condenar los lazos de Ucrania con el neonazismo? Aun así, medios como el New York Times no han tenido otra opción que denunciar actos evidentes como la utilización de simbología nazi en los uniformes de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y con mayor razón en las fuerzas paramilitares de los partidos políticos de extrema derecha ucranianos como Sbovoda y Pravy Sektor.

Nunca, ni el gobierno de Kiev ni sus aliados de Estados Unidos/OTAN/UE se han referido concretamente sobre el tema, al contrario, de forma discreta han intentado eliminar publicaciones, referencias a esa iconografía de grupos de odio entre las filas armadas de Ucrania. El NYT tuvo que llamarla "la complicada relación" del Ejército ucraniano con los grupos neonazis, cuyo vínculo se extiende hasta lo más alto del régimen de Kiev, como antes era Moscú quien lo denunciaba no pasaba absolutamente nada en cuanto a reacciones de autoridades internacionales.

El problema neonazi en Ucrania está denunciado desde hace décadas, y, certeramente, desde antes de 2014 cuando era claro que los militantes de extrema derecha seguían una agenda de intimidación y violencia para imponer sus objetivos -hacerse con el poder en Ucrania- con la aprobación tácita de ciertos sectores de la política del país. La BBC, en un artículo sobre el ascenso del neonazismo en Ucrania, afirmaba que “los funcionarios ucranianos y los aliados extranjeros, como Estados Unidos y los países europeos, a menudo niegan la importancia de los movimientos neonazis y de extrema derecha en la política interna de Ucrania, pero esos grupos existen". Sin duda, el más conocido de estos grupos extremistas es el denominado “Batallón Azov”, una organización paramilitar neonazi que se halla integrada en el Ministerio del Interior, en la Guardia Nacional, en la policía militar e incluso ahora como unidad militar de combate de Ucrania; muchos de sus líderes han ocupado altos cargos políticos.

Las ayudas económicas de los Estados Unidos para entrenar a las fuerzas militares ucranianas ascienden a cientos de millones de dólares, supuestamente, entre las disposiciones se prohibía que "ninguno de los fondos disponibles por esta ley puede usarse para proporcionar armas, capacitación u otra asistencia al Batallón Azov... La supremacía blanca y el neonazismo son inaceptables y no tienen cabida en nuestro mundo", declaraba en 2018 una representante demócrata (Ro Khanna). ¿Alguien duda que ha ocurrido todo lo contrario? La hipocresía es tal que en 2019 se celebró en Lvov (oeste de Ucrania) "el año de Stepan Bandera", glorificándose la figura de aquel repudiado ucraniano que colaboró con los nazis. En Ucrania se celebra o se celebraba antes de 2022 los crímenes cometidos contra los judíos ucranianos.

El presidente ucraniano, de ascendencia judía, ha tenido que inclinarse ante el poder del neonazismo ucraniano, tiene que posar en fotografías con soldados pronazis y milicianos nazis, no solo en fotos oficiales sino en sus redes sociales. El mundo civilizado que condena a través de las Naciones Unidas y el Parlamento Europeo la apología del nazismo han decidido desviar sus miradas a la “crueldad” rusa; sigue siendo poco común encontrarnos con información sobre ese “abominable aspecto de la élite militar y política del país”, señalan medios rusos como Sputniek. Imagínense el compromiso que tiene que pasar el New York Times, defender a Ucrania y hacerse de la vista gorda ante el mundo judío sobre los lazos del neonazismo con el gobierno de Kiev. Esa "ambivalencia", señala el NYT, "ha dejado a diplomáticos, periodistas occidentales y grupos de defensa en una posición incómoda. Incluso los grupos judíos y las organizaciones contra el odio han permanecido en silencio". Todo porque Occidente “prefiere no decir nada antes que darle la razón a Rusia, evidenciando la hipocresía de EEUU y sus aliados al evitar condenar el nazismo ucraniano solo para evitar que la guerra proxy que libran pierda apoyo internacional”. Estados Unidos decidió jugarse completamente por Ucrania, no permite cuestionamientos, ni del New York Times. En 2014 había grandes reportajes sobre nazis en Ucrania. Ahora, "EEUU no puede explicar cómo es que está apoyando un país que tiene grupos extremistas tan extendidos e integrados. ¿Cómo harían para convencer a su población que tienen que seguir enviando su dinero y su armamento a un gobierno que exalta el nazismo?"




El gobierno de Joe Biden no pudo, ni quiso justificar el hecho de que estaba financiando y apoyando grupos nazis. La narrativa es que “EEUU es el país que lleva la democracia liberal al resto del planeta, el que pelea por la libertad, por lo que debe moldear los hechos para que se ajusten a su relato”. Y la única de forma de silenciar la realidad es censurando y eliminando información contraria a su versión oficial. Pese a ello, un informe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes denunció el mes pasado que el Buró Federal de Investigaciones -FBI- ayudó al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a censurar cuentas prorrusas en redes sociales en 2023. (“¿Por qué EEUU y los medios occidentales evitan condenar los lazos de Ucrania con el neonazismo?”. Ver notas a pie de página). 


Caricatura de 2018 del artista británico Bob Moran, "Trump el arte de la negociación" (Nuevo!, edición de Corea del Norte) 


Donald Trump. Se debe advertir el peligro que representa en las guerras de Ucrania y Oriente Medio. No seré yo quien lo diga, uno de los mejores expertos en la materia, el estadounidense Edward Curtin, la Voz Disidente (Dissident Voice), un boletín digital dedicado a desafiar las distorsiones y mentiras de la prensa corporativa y las clases privilegiadas a las que sirve, Dissident Voice es una herramienta en la lucha por la paz y la justicia social (seguramente a decir de Mr. Trump, uno más de los prestigiosos miembros de la “izquierda radical”). Curtin escribió un valioso artículo para el medio digital Off-Guardian (igual que escribe para prestigiosos medios a nivel mundial) titulado: “Hold the applause for Trump, the 'Peacemaker'”, que podríamos traducirlo como “No aplaudamos a Trump, el ‘Pacificador’”. Veamos.

“Hay una historia que vale la pena recordar, ya que Trump es elogiado en ciertos círculos de la llamada "derecha" e "izquierda" como un pacificador con Rusia sobre la guerra de poder de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia a través de Ucrania. El presidente Richard Nixon, quien se postuló como candidato por la paz en 1968 con un "plan secreto" para la paz en Vietnam que en realidad era un plan para más guerra, visitó China en febrero de 1972 en un movimiento para explotar la división entre la Unión Soviética y China, y sin embargo, la guerra de Estados Unidos contra Vietnam continuó hasta el 30 de abril de 1975, cuando Estados Unidos fue expulsado de Vietnam.

Creo que se recomienda extrema precaución cuando se trata de los planes de Trump para poner fin a la guerra de poder de Estados Unidos contra Rusia, que, siguiendo el guión Nixon-Kissinger, parece tener como objetivo dividir la asociación ruso-china que ahora amenaza la dominación mundial de Estados Unidos.

Trump, al igual que su predecesor Joseph Biden, quien presidió la guerra de poder contra Rusia y el genocidio de palestinos por parte de Israel, no es un hombre de paz. Apoya plenamente la extinción de los palestinos y apoya los objetivos de guerra de Israel en Oriente Medio. Entonces, cuando se trata de sus recientes acercamientos a Rusia y una resolución de la guerra de poder de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, uno debe reflexionar sobre la historia y la inclinación de Trump a hacer "un trato". El hombre, después de todo, era una estrella de reality shows y durante mucho tiempo se ha deleitado con cambios radicales de declaraciones e intenciones anteriores. Por ejemplo, en su primer mandato, a menudo habló de retirarse de la OTAN, pero nunca lo hizo; la OTAN, de hecho, se expandió bajo su supervisión. Habló de poner fin al apoyo de Estados Unidos y la OTAN al bombardeo de Ucrania de áreas de habla rusa del este de Ucrania, solo para retirarse de los Acuerdos de Minsk y enviar equipo militar a Ucrania para bombardear esas áreas.

Aquellos que lo elogian ahora dicen que es un hombre cambiado después de un tiempo "en el desierto" estos últimos cuatro años (uno recuerda los días errantes de Nixon en el desierto de 1960 a 1968). ¿Un hombre cambiado tendría a Elon Musk como su mano derecha o tendría como vicepresidente a JD Vance, cuya carrera ha sido respaldada por Peter Thiel de Palantir Technology?... El verdadero problema es Trump y la cuestión de si es real o no en sus esfuerzos por la paz en Ucrania. Soy muy escéptico y creo que está justificado.

Estoy convencido de que la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia no terminará a menos que se disuelva la OTAN, lo que Trump no está proponiendo. Solo desea fortalecer la OTAN con dinero europeo, no con el de Estados Unidos. La única razón de ser de la OTAN es destruir a Rusia como país independiente y crear un cambio de régimen allí a través de múltiples medios. Esto siempre ha sido así. Es por eso que la OTAN ha existido durante tanto tiempo y se ha expandido. La guerra abierta en Ucrania es solo uno de los muchos medios que han utilizado a lo largo de los años. Puedes terminar la guerra abierta y continuar con la tapadera”… Y así será.

Un reciente artículo publicado en The Deal That Never Was, refiere que Trump convirtió una oportunidad tangible para la paz en otra oportunidad perdida tras la Cumbre de Anchorage (Alaska). El plan propuesto, parecido al plan debatido en Estambul, fue formulado por Washington y luego abandonado abruptamente por sus cálculos políticos a corto plazo que destruirán las perspectivas de paz a largo plazo. Moscú estaba listo, pero Washington se retiró en el último momento, dejando que el acuerdo colapsara. Definitivamente, esto dejó a Rusia escéptica, congelando -una vez más- los canales diplomáticos y aumentando las tensiones militares. 

El plan fue presentado por Steve Witkoff, días antes de la cumbre, Putin tras revisar la propuesta de EEUU le confirmó a Witkoff que Moscú estaba preparado para aceptar el plan estadounidense (la propuesta preveía un alto el fuego en las regiones de Zaporiyia y Jersón a cambio de la retirada de Ucrania del Donbass, Trump dudó, dijo que necesitaba tiempo para consultar a los aliados y a Zelensky, éste último junto a los europeos rechazaron cualquier acuerdo que requiera que Ucrania se retire del Donbass, insistiendo en que un alto el fuego se produzca a lo largo de las líneas del frente existentes).

“En la cumbre de Anchorage, el enviado de Trump (Witkoff) propuso un plan de paz para Ucrania, que Moscú aceptó. Sin embargo, Trump se retiró más tarde, emitió nuevas demandas, menospreció públicamente a Putin y aumentó las tensiones a través de amenazas de sanciones y despliegues de misiles. El patrón -fanfarronadas, acuerdos teatrales y retirada- se ha convertido en una característica definitoria de su política exterior y ha socavado gravemente la credibilidad de Estados Unidos a los ojos de muchos observadores internacionales”.

A decir de un experto ruso, Rusia ya no espera negociaciones significativas con Trump, debiendo reconocer que existen límites reales de poder entre Trump y el Estado Profundo permanente. (Informe más amplio en el artículo"El acuerdo que nunca se concretó: Washington lo propuso, Moscú aceptó, y Trump lo bloqueó". Ver notas a pie de página).


Finalmente. La coordinación entre Kiev y la OTAN se mantendrá. Zelensky ha decidido tomar medidas extremas para asegurar el objetivo de ganar tiempo para que la OTAN, mejor dicho, para que Europa siga preparándose para una gran guerra contra Rusia, parece que Europa la desea sinceramente. El papel de los mandos ucranianos no sería otro que el hacer todo lo posible para prolongar el conflicto el mayor tiempo posible, garantizando que Europa esté “lista” para el conflicto. La OTAN al momento de cerrar este artículo sigue efectuando temerarios ejercicios militares y alguien del círculo atlantista propone disparatadas acciones como establecer zonas de exclusión aérea sobre Ucrania... 

Todo indica que es Europa quien está pidiendo a gritos una tercera guerra mundial. No obstante, esto parece ser más otra escenografía de guión para convencer a los escépticos de la ‘amenaza’ rusa y seguir desviando más recursos.

Terminemos estos tópicos, que seguramente ya cansarán al lector. Las próximas dos entradas de esta serie (y para culminarla) dedicaremos a conocer un poco sobre qué es lo que quiere Rusia en este “juego” geopolítico mundial.

Continuaremos...

-----

03 noviembre 2025

El cómo Occidente ha planeado destruir Rusia desde hace siglos (7)


Esta es una caricatura política del dibujante ruso Sergey Elkin. La caricatura representa satíricamente la relación entre Ucrania y la OTAN.


por Tito Andino
Resumen de artículos recopilados
de fuentes de actualidad.




Historia y no propaganda

Parte VII

 Surrealismo de la OTAN respecto a Rusia


Impulsada por la agenda antirrusa de Estados Unidos, la Unión Europea y sus países que integran la OTAN conservan ese viejo sueño, que hemos venido explicando una y otra vez en esta serie de artículos, destrozar -en principio- vía sanciones económicas u otros métodos a Rusia, degradarla, hacerla inviable como una federación de naciones autónomas, como eso ha sido inviable el recurso de la guerra está siempre en la mesa. Desmembrarla ya sea por disputas internas comprando la fidelidad de grupos separatistas del Cáucaso u otra región hasta incitar a naciones europeas del este a ganar una guerra imposible contra Rusia (los ejemplos quedaron señalados en el articulo anterior).

La propaganda es fundamental, convencer al mundo de la maldad rusa de hoy, así como ayer del “imperio del mal soviético”. Nos siguen lavando el cerebro en el presente, distorsionando patéticamente la historia de Rusia. Como ha imberbes nos meten el cuento diario de que Rusia es una potencia agresora desde siempre y que Putin quiere “conquistar el mundo” (... bueno, "primero" Europa). La política del presidente ruso está descrita como agresiva, una amenaza para Europa y el mundo por lo que hay que armarse y hacer la guerra a través de Ucrania y por medio de otros mañana. Desde la desaparición de la URSS, en Rusia, solamente la política suicida de Boris Yeltsin fue vista con “misericordia” hipócrita desde Occidente. Yeltsin vendió su patria y lo que no pudo vender dejó en manos de saqueadores nacionales e internacionales.

La única tragedia para Europa constituye las sanciones económicas contra Rusia y para ahondar más  se tiene que "invertir" miles de millones de euros en ayuda militar y económica a Ucrania, “inversiones por la paz” la llaman. Mientras tanto, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania siguen haciendo negocios porque son países hipócritas y el resto de naciones de la UE tienen que cerrar la boca y hacer todo lo ordenado desde Bruselas.

Los planes surrealistas de la OTAN, pretenden emular sus acciones contra Yugoeslavia, buscan obtener el mismo destino, desmembración territorial del país más grande del mundo en el que surgirían entre diez y quince nuevas entidades “soberanas”. Debemos reiterar a todo aquel que quiera escuchar la verdad, la verdadera amenaza es contra la seguridad de Rusia, es muy real no solo por la implantación de bases de misiles en las fronteras rusas sino con el despliegue del terrorismo islámico.

Desde 1990 ya circulaba en Europa una lista de las "diez formaciones estatales" que dividiría Rusia. Un ex funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Andrei Fyodorov, en entrevista para el finlandés Helsingin Sanomat expresó parte de esa lista: la "Karelia perdida", las islas Kuriles, el distrito de Pytalovsky (región de Pskov), la región de Kaliningrado, Crimea, la zona fronteriza del río Amur con China…

Incluso la historia se complica un poco. Aquí un detalle interesante. Un medio ruso anti-Putin se dio la molestia de verificar si era cierta una afirmación que hizo el presidente ruso (en una conferencia de prensa, ante 500 periodistas en diciembre de 2021) respecto de que Lenin también conspiró con Estados Unidos para dividir Rusia en países más pequeños, parece que algo de verdad hay en ello.

En efecto, Edward House, principal asesor informal de Woodrow Wilson durante la Primera Guerra Mundial, respaldaba, hace más de un siglo, la partición de Rusia, él escribió: "Sería mejor para todo el mundo si surgiera un estado en Siberia y otros cuatro estados en la parte europea de lo que ahora es la gran Rusia". Se debía seguir el modelo de la creación de los estados balcánicos a partir de los restos del Imperio Austrohúngaro. Aquel plan original data de 1918, creación de William Bullitt, un diplomático estadounidense enviado a negociar con Lenin en nombre de la Conferencia de Paz de París y para normalizar las relaciones con los bolcheviques. Bullitt se reunió con varios líderes bolcheviques en Petrogrado y finalmente con Vladimir Lenin en Moscú (abril de 1919 en plena guerra civil rusa).

El plan pretendía “satisfacer” a todas las partes en conflicto, Bullitt planteó la partición del antiguo Imperio Ruso en 23 partes. Algunas ya gozaban de reconocimiento internacional como Finlandia, Ucrania, los estados bálticos. Otros nuevos en el sur de Rusia, los Urales, Siberia y Tatarstán. Los bolcheviques recibirían el control de Moscú, Petrogrado y ocho provincias circundantes. Al parecer, Lenin estuvo de acuerdo con el plan de Bullitt y firmó un acuerdo prometiendo su participación en una conferencia que se celebraría en Oslo con representantes de los 23 "estados". (En anteriores ocasiones el presidente Putin insinuó que si Lenin no era un traidor, por lo menos, era un lunático).

Un radiante Bullitt regresó a París y solicitó la autorización presidencial para continuar con el plan. ¿Qué pasó?, hay varias teorías, Woodrow Wilson se mostró reacio a respaldar esa iniciativa, sin su apoyo el plan para dividir Rusia y poner fin a la guerra civil se derrumbó. Otros afirman que el liderazgo en la Casa Blanca desistió del proyecto por "motivos puramente racistas, se opusieron a una invasión asiática de un territorio europeo blanco; y, por motivos geopolíticos, temían fortalecer a Japón respaldando un plan que le otorgaría acceso a las riquezas naturales de Siberia y los Urales". (Una nota completa al respecto puede ser consultada en el artículo “Better off without Russia Putin says the U.S. planned Russia’s partition in 1918. It’s true. And Lenin was on board!”). Ver notas a pie de página.




A continuación, revisaremos algunos puntos de vista en la actualidad, expertos mayoritariamente occidentales se pronuncian respecto al tema, dejando aclarado que esto solo es una muestra de decenas de análisis de gente cualificada.

Las siguientes líneas son un resumen textual de diversas notas de prensa y artículos especializados. Rusia ha tomado nota de esto y mucho más. La doctrina militar nuclear de Rusia ha cambiado, existe una real amenaza existencial para la Federación de Rusia y ésta está dispuesta a correr los riesgos con una respuesta dura si las circunstancias llegarán a darse.


Phil Butler, en “Los misiles regresan a Europa: cómo los avances de la OTAN reavivaron las líneas rojas de Rusia” (New Eastern Outlook, agosto 2025) hace un repaso al colapso del Tratado INF y el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas con el despliegue de misiles bajo la bandera de la “defensa” (sistemas "defensivos" con capacidad ofensiva), Rusia respondió con su propio rearme porque la invasión de la OTAN y el despliegue de misiles desencadenó una ruptura estratégica (Moscú mostró moderación desde 2019 cuando Estados Unidos se retiró del Tratado INF). Desde 2023 se observa casos de transferencia de sistemas estadounidenses en múltiples teatros europeos capaces de realizar ataques INF desde tierra, obviamente tienen una dedicatoria antirrusa. 

(El Tratado INF -Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio- fue un acuerdo de control de armamento firmado en 1987 entre EEUU y la URSS, que prohibió los misiles balísticos y de crucero terrestres con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros. El objetivo era eliminar toda una categoría de armamento nuclear. Fue suspendido por EEUU en 2019 y posteriormente abandonado por los rusos).

Ya para mayo de 2016, el ejército ruso y el Ministerio de Relaciones Exteriores condenaron el despliegue estadounidense de un sitio de defensa antimisiles en la Base Aérea Deveselu en Rumania, calificándolo de "amenaza directa" y un intento de mitigar la disuasión nuclear de Rusia. El almirante Vladimir Komoyedov, entonces presidente del comité de defensa de la Duma Estatal rusa, fue contundente: "Se están moviendo a la línea de fuego. Esto no es solo 100; es un 200, 300, 1.000 por ciento dirigido contra nosotros".

En 2008, el presidente Putin advirtió que Rusia vería cualquier intento de expandir la OTAN a sus fronteras como una "amenaza directa" tras la Cumbre de la OTAN en Bucarest en que se habló de incorporar a Ucrania y Georgia a la OTAN. La moderación de Rusia quedó obsoleta, la realidad política y técnico-militar ha cambiado...

La respuesta de Rusia probablemente incluirá el despliegue del nuevo sistema de misiles Oreshnik, moderno sucesor del SS-20 Pioneer soviético y las variantes actualizadas de Kalibr, Tsirkon e Iskander. Los expertos predicen despliegues en Bielorrusia y regiones clave de Rusia que incluyen áreas al alcance de los objetivos europeos y de la OTAN.


Un impresionante cartel soviético de 1950 del autor Y. Semenov. "COMUNIDAD EUROPEA". Claro, comprensible para cualquiera. El precio de la "comunidad" es este: !Una sonrisa en los labios, aceite en los discursos, mentiras en los pensamientos, ! un cuchillo a la espalda!. 


El mayor retirado del ejército checo, Stanislav Balik, en entrevista al periódico Haló noviny, señaló que Vladimir Putin salvó ya a Rusia "en el último momento", en el 2000: “El mayor pecado de Rusia es que no se ha convertido en una colonia como nos hemos convertido (los checos). En 2000, Putin rescató a Rusia en doce segundos. Ya se estaba imprimiendo dinero para partes de Rusia que se suponía que tendrían independencia. Rusia debería haber sido parcelada como Yugoslavia. En lugar de Rusia, se establecerían unas diez unidades estatales y, por lo tanto, podrían ser colonizadas y saqueado lo que quedaba de la URSS, iba a sufrir el destino de la Ucrania actual, que ya ha comenzado a desmoronarse. Rusia iba a ser destruida definitivamente como estado. Los rusos se convertirían en esclavos impotentes sin ley que trabajarían por mendigar salarios a las corporaciones occidentales, principalmente de los Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. Tal plan ya fue después de la Primera Guerra Mundial, cuando el acuerdo apoyó a los generales blancos, que se convertirían en instrumentos en la liquidación de Rusia”.

El experto mencionó la misma cuestión de la liquidación de Rusia planeada durante la Segunda Guerra Mundial, todo relacionado con la riqueza de materias primas del país. “Como siempre, fue geopolítica y riqueza mineral. No importa cuál sea el régimen en Rusia. Occidente siempre ha querido destruir a Rusia como Estado. Tales planes se hicieron incluso después de la Primera Guerra Mundial, cuando la Entente apoyó a los "generales blancos", que iban a ser manipulados para convertirse en un instrumento para la liquidación de Rusia. Hitler lo intentó por segunda vez, y sin la ayuda de Occidente no se habría vuelto tan fuerte como si no hubiera tenido el ejército que tenía. El intento de Hitler también fracasó a costa de más de 27 millones de ciudadanos soviéticos muertos”.


"Por el camino de Hitler... un solo camino, un solo final...". (El camino de Hitler solo tiene un final posible), V. Briskin 1952. El cartel muestra a representación del financiero estadounidense y a un militar británico sentados en un coche con forma de bomba, que se precipita por un acantilado. El capitalista lleva un banderín con la frase "Hacia la dominación mundial". El artista sugiere que ese camino es tan destructivo como el de Hitler, y que inevitablemente los llevará al fracaso. 


El experto Benjamin (Ben) Norton, periodista de investigación, fundador y editor de Geopolitical Economy Report, en junio de 2022 (“US gov’t body plots to break up Russia in name of ‘decolonization’), expresaba que el gobierno de EE. UU. conspira para desmantelar Rusia en nombre de la 'descolonización' y refiere que la Comisión de Helsinki del gobierno de Estados Unidos celebró una sesión informativa en el Congreso para planear formas de dividir a Rusia como país, en nombre de esa supuesta "descolonización".

Se instó a Estados Unidos a dar más apoyo a los movimientos separatistas dentro de Rusia, se propuso la independencia de numerosas repúblicas de la Federación Rusa, incluidas Chechenia, Tatarstán y Daguestán, etc., así como áreas históricas que existieron hace siglos, como Circasia.

Dice Norton que no es la primera vez que los halcones en Washington fantasean con dividir países extranjeros. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos patrocinó grupos secesionistas dentro de la Unión Soviética (incluido Ucrania). En la década de 1990, el cártel militar de la OTAN liderado por Estados Unidos desmanteló con éxito Yugoslavia. El ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Zbigniew Brzezinski, a parte su obra conocida mundialmente, publicó un artículo en la revista de élite Foreign Affairs en 1997 proponiendo crear una "Rusia vagamente confederada, compuesta por una Rusia europea, una república siberiana y una república del Lejano Oriente".

Por si hay dudas, el artículo de Norton lo demuestra. La Comisión de Helsinki del Congreso estadounidense hizo el mayor llamado a la balcanización de Rusia. En la sesión informativa, 23 de junio de 2022, la Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa de Estados Unidos (CSCE), comúnmente denominada “La Comisión de Helsinki”, (comisión "independiente", que en realidad es una agencia del gobierno de Estados Unidos, creada y supervisada por el Congreso), planteó el tema: "Descolonizar Rusia: un imperativo moral y estratégico", que parece ser idea de un tal Casey Michel quien publicó en mayo del 2022 un artículo en la revista The Atlantic, "Descolonizar Rusia" (posiblemente fue la inspiración para la sesión informativa del Congreso). (Mayor información en el enlace pertinente, abajo a pie de página).

Una de las participantes, Fatima Tlis, activista separatista circasiana de Rusia, afiliada a la Fundación Nacional para la Democracia (NED) de la CIA, que financia operaciones de cambio de régimen de EEUU en el mundo, propagandista del gobierno a través de “Voice of America” y “Radio Free Europe / Radio Liberty”, y de la Fundación Jamestown (neoconservador vinculado a la CIA), dijo a la audiencia que su "patria", Circasia, está "ocupada" por Rusia, hablando de "esclavitud blanca". Otra partícipe, Hanna Hopko, ex miembro del parlamento de Ucrania, presidió su Comité de Asuntos Exteriores, y figura importante en el golpe de Estado de 2014 patrocinado por EEUU en Ucrania, expresó que Washington debe pensar "cómo cambiar no solo el régimen, sino cómo cambiar la naturaleza imperialista del estado ruso". Etc, etc.


Dos caricaturas llenas de "premonición" de la revista “Perets” (Pimienta) de la Ucrania soviética, Izquierda, No. 16 de 1956, la portada contiene una cita de Iván Franko. Se puede apreciar a un “progresista” demócrata, con su sombrero característico de la época, un humilde servidor nacionalista ucraniano con los símbolos característicos lame la mano del superior. Derecha: Caricatura de 1960 de L. Kaplan, satiriza el nacionalismo ucraniano y la ayuda estadounidense a Ucrania. La imagen se titula “Señor Khalyavsky”, una referencia burlesca de la dependencia y la naturaleza oportunista percibida de los nacionalistas ucranianos. El personaje, que se asemeja a un nacionalista ucraniano, emerge de una bota militar con la inscripción "US", lo que simboliza el apoyo de EEUU. El personaje sostiene una bandera ucraniana, que representa el nacionalismo. El título es una referencia irónica a un escritor ucraniano del siglo XIX.


Funcionarios ucranianos, de la Unión Europea y estadounidenses dedicaron los primeros meses del conflicto en inventar crímenes de guerra rusos, (Bucha, Izium, secuestro de niños, etc.), esos bulos fueron difundidos por políticos y medios de desinformación de Occidente. Recordemos que clamaron por la urgente constitución de un "tribunal internacional" para castigar a Rusia. Sin embargo, nada de esto tiene que ver con la defensa de Ucrania, Occidente es totalmente indiferente a lo que les llegue a suceder a los ucranianos, la OTAN no está librando una guerra por los ucranianos, al menos no por Ucrania.

“Debemos hablar con franqueza, abiertamente: Occidente está librando una guerra feroz contra Rusia, utilizando a las fuerzas locales como representantes. Y esto está cubierto por la hoja de ruta de "defender la democracia". Sin embargo, lo que realmente quieren es que Rusia sea destruida. ¡Para siempre! ¡Irrevocablemente!”

Janusz Bugajski, de la Jamestown Foundation, publicó el libro "Estado fallido: una guía para la ruptura de Rusia" (2022), obra que no refiere al conflicto ucraniano, sino que es una consecuencia de larga data de la rusofobia; también publicó en 2021 un artículo en el periódico The Hill de Washington, "Gestión de la disolución de Rusia". No es solo una especulación teórica de algún soñador, es un llamado directo a la acción de un rusófobo abierto. Bugajski ha pedido abiertamente a la Casa Blanca promover la autodeterminación regional y étnica dentro de la Federación Rusa, indicando cuales regiones de la Rusia destruida por Occidente deberían recibir la independencia y cuáles deberían entregarse a Ucrania, Finlandia, Japón e incluso a China.

No es de extrañar, ni es novedad este tipo de artículos de “llamado a la acción”, Bugajski no es el único, abundan los intelectuales teóricos de la destrucción y/o desintegración de Rusia. La sutiliza de ocultar los llamados directos a la ruptura forzada de Rusia abundan en Occidente. Hoy, es básicamente debilitar a Rusia (con la actual guerra de desgaste con Ucrania). El artículo de Bugajski es un estudio auspiciado por la corporación de inteligencia estadounidense RAND, bajo encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos en 2019 (Vladimir Kornilov, septiembre 2022, artículo: “Time to drop our illusions, the West is waging a war to destroy Russia”, (“Es hora de dejar de hacernos ilusiones, Occidente está librando una guerra para destruir a Rusia”).

El llamado rusófilo es cada vez es más frecuente en la prensa desinformativa de Occidente. Por ejemplo, el Daily Telegraph presentó al ex comandante de la OTAN en Europa, general Ben Hodges, en un artículo sobre la preparación para la desintegración de Rusia. Hodges, empleado de CEPA, un grupo de presión financiado por contratistas de armas estadounidenses y de la OTAN, es una de las "cabezas parlantes" más activas en televisión respecto a la guerra en Ucrania. Hodges aspira que el colapso de Rusia se produzca dentro de la misma diversidad étnica rusa y que las sanciones económicas hagan imposible alimentar a 144 millones de personas.

La “idea” de Hodges fue bien recibida en círculos no tan conocidos que operan en el campo ideológico de la rusofobia. La revista polaca “New Eastern Europe” publicó un artículo sobre la deconstrucción de Rusia y la reconstrucción del "espacio post-ruso", calificándolo de escenario arriesgado pero inevitable. Los autores pidieron a Occidente que lidere el proceso de desintegración de Rusia de inmediato. No es exageración, al investigar las páginas de esa "revista" se encuentra con el típico "espectáculo de un solo hombre" (alguien llamado Jarosław Kociszewski de la Universidad Hebrea 2000 y Universidad de Tel Aviv 1996).


Izquierda: Oskar Garvens en "El Moloch de las plutocracias", 1940. Derecha: “Exprime…”, Y. Ganfa (1972) muestra a un general americano exprimiendo monedas de sus aliados europeos antes de depositarlos en el bote de 'OTAN'. Mientras tanto, la fábrica de la 'industria militar estadounidense' sigue funcionando a toda máquina en el fondo. El texto en la parte superior izquierda dice: “Bajo la presión de EEUU, los países de la OTAN decidieron aumentar el gasto militar en 1.500 millones de dólares. Este dinero se utilizará para comprar armamento estadounidense”. (La misma historia se repite hoy)


Otro de los principales portavoces de la rusofobia occidental es el profesor canadiense-británico Taras Kuzio del Atlantic Council, grupo de presión alineado con la OTAN. Él declara alegremente que el proceso de "colapso del imperio ruso de Putin" ha comenzado. En Estonia tenemos a Vladimir Yushkin, en el sitio web del Centro Internacional de Defensa y Seguridad que hace eco de las palabras de Hudges, añadiendo la supuesta "colonización de Siberia por parte de los chinos"; el presidente estonio, Alar Karis aplaudió esa “iniciativa” al inaugurar la conferencia del Comité Militar de la OTAN en Tallin (septiembre 2022), advirtiendo abiertamente a los jefes de Estado Mayor de la OTAN que deben abandonar su "miedo a desestabilizar la situación en Rusia".

The Economist, la piedra de toque ideológica de los liberales europeos, indicaba cómo Occidente debería asegurar la victoria de Ucrania sobre Rusia, cómo armar aún más al régimen de Kiev, la revista exige explícitamente que Occidente intente abrir una brecha entre el gobierno ruso y el pueblo ruso. Para ello, se insta a los líderes a apostar por los liberales rusos que se han trasladado al extranjero. Los enemigos de Rusia hablan abiertamente de usarlos para llevar a cabo un plan poco realista para desmembrar Rusia.

¿Qué más pruebas necesita alguien de lo que el Occidente colectivo espera lograr? “Con toda seguridad debemos afirmar que el Occidente colectivo ha pasado de las palabras a la acción y desafía abiertamente la existencia misma de la Federación Rusa. Sus ideólogos y varios políticos de alto nivel no ocultan el hecho de que al explotar el conflicto en Ucrania, están ayudando deliberadamente a crear una amenaza existencial para Rusia… Las apuestas se han elevado demasiado”. (Vladimir Kornilov)

La página web Cultura Estratégica de Alastair Crooke, ex diplomático británico, fundador y director del Foro de Conflictos, señalaba a manera de preguntas, en enero de 2023, si el “objetivo estratégico de EE.UU era ¿quebrar y desmembrar a Rusia; o mantener la hegemonía del dólar estadounidense? ¿O una confusa combinación de ambas?” ¿Y los británicos? “¿Es el mundo de habla inglesa hoy más claro sobre sus objetivos estratégicos con su guerra contra Rusia?” ¿Es realmente su estrategia la de destruir y desmembrar a Rusia? Si es así, ¿con qué fin preciso (¿como “el salto” a la guerra contra China?) ¿Y cómo va a lograr la destrucción de Rusia, una gran potencia terrestre, por parte de estados cuyas fortalezas son principalmente el poder naval y aéreo? ¿Y qué seguiría? ¿Una Torre de Babel de pequeños estados asiáticos enfrentados?

Crooke nos recuerda que la destrucción de Alemania en la segunda guerra mundial “fue una floritura retórica churchilliana (buena para la moral), pero no una estrategia. Al final, fue Rusia la que hizo la intervención decisiva y Gran Bretaña terminó la guerra financieramente en quiebra (con enormes deudas), una dependencia y rehén de Washington”.

Puede ser que en el fondo, el objetivo estratégico de la actual guerra liderada por Estados Unidos contra Rusia sea mantener la hegemonía del dólar y que Gran Bretaña quiere mantener su lucrativa primacía sobre gran parte de los recursos del mundo, intentando hacer explotar a Rusia como competidor político. Pero, esos dos objetivos no se superponen, tiran en diferentes direcciones. Vemos algo que ya ocurrió en la segunda guerra mundial, razona Crooke, la guerra con Alemania no consolidó el control británico sobre los recursos globales, Europa quedó en ruinas y Estados Unidos destruyó y luego asumió para sí mismo el dominio global. Un buen analista entenderá que Trump está haciendo lo mismo hoy, Europa pone el dinero y las armas en Ucrania, pero Rusia, una vez más, se impone. Los británicos y la UE volverán a quedar convertidos en empobrecidos deudores de guerra ucraniana en beneficio de los EEUU. Por otro lado, no cabe duda alguna, Rusia impondrá los términos de la derrota ucraniana, sea lo que sea que eso signifique en términos geográficos y de estructura política. No hay nada que discutir con los "colegas" occidentales.

La UE admitió, por medio de sus grandes líderes, Angela Merkel y François Hollande que la estrategia occidental desde la fraudulenta "revolución" de Maidan, los Acuerdos de Minsk y otras “negociaciones” fue una treta para encubrir los preparativos de la OTAN para una guerra de poder contra Rusia (lo hemos explicado a profundidad en el artículo anterior). No hay nada que negociar. Occidente jugó su guerra de poder contra Rusia, que parece será eterna, pero en la actualidad perdió la ventaja estratégica para desgastar a Rusia. La base europea de armas e industria está agotada, se ha despilfarrado en Ucrania armamento y recursos financieros, lo mismo Ucrania con el agravante de que los ucranianos han sufrido una hemorragia de hombres e infraestructura.


“Separatistas”, una ilustración de V. Hlyvenko, revista satírica soviética “Cocodrilo”, No. 14, 1954. El texto dice lo siguiente: “Los nacionalistas burgueses ucranianos supervivientes, los llamados separatistas, dependen ahora de círculos reaccionarios en Estados Unidos”. (Esa historia ucraniana se repite en el siglo XXI)


Lo que mantiene “vivo” el mermado poder de la UE-OTAN es la propaganda, nos bombardean con discursos de que la OTAN puede desplegar una fuerza expedicionaria, la "coalición de los dispuestos" en el oeste de Ucrania. ¿Tiene sentido en los actuales momentos en que Ucrania está al borde del colapso? Puede desplegarse, pero no podrá prevalecer como fuerza militar en estas circunstancias.

Mediante el control total de los medios de comunicación y las plataformas tecnológicas, UE-OTAN (Occidente) puede evitar que sus poblaciones se enteren de hasta qué punto el poder y las pretensiones occidentales han sido perturbadas. En Washington parece que se está preparando al público para que asuman la “catástrofe” europea, de la cual se beneficiará sin duda EEUU con la imposición de aranceles y la exigencia de que Europa debe invertir miles de millones de dólares en EEUU para su protección.

Alastair Crooke en forma perspicaz vuelve a preguntar: “¿fue siempre la destrucción de Rusia el principal objetivo estratégico de Estados Unidos? ¿No es el objetivo -más bien- asegurar la supervivencia de las estructuras financieras y militares asociadas, tanto estadounidenses como internacionales, que permiten que se acumulen enormes beneficios y la transferencia de ahorros globales a la seguridad occidental? O, en pocas palabras, la preservación del dominio de la hegemonía financiera de Estados Unidos”.

Oleg Nesterenko ha escrito: "Esta supervivencia es simplemente imposible sin la dominación mundial militar-económica, o más precisamente, militar-financiera. El concepto de supervivencia a expensas de la dominación mundial fue claramente articulado al final de la Guerra Fría por Paul Wolfowitz, subsecretario de defensa, en su llamada Doctrina Wolfowitz, que compartía a Estados Unidos como la única superpotencia que quedaba en el mundo y cuyo principal objetivo era mantener ese estatus: evitar la reaparición de un nuevo rival, ya sea en la antigua Unión Soviética o en cualquier otro lugar, que sería una amenaza para el orden anteriormente representado por la Unión Soviética".

Los acontecimientos se han desarrollado lejos de lo esperado en la Casa Blanca y en Bruselas. La economía rusa no se ha derrumbado, como se predijo con aire de suficiencia. El apoyo del presidente Putin es alto en un 81%; la Rusia colectiva se ha consolidado en torno a los objetivos estratégicos más amplios de Rusia. Además, Rusia no está aislada a nivel mundial.

¿Pueden sobrevivir los mercados occidentales ante tales hechos? ¿Y si Rusia lleva a Ucrania al borde del colapso del sistema? ¿Los antirrusos estadounidenses y europeos levantarán las manos y concederán la victoria a Rusia?, parece poco probable.

Estas son incógnitas, dice Crooke, pero “la ansiedad afecta a la "supervivencia" de Estados Unidos, es decir, la supervivencia de la hegemonía del dólar. Así como la guerra de Gran Bretaña contra Alemania no reafirmó ni restauró el sistema colonial (todo lo contrario), tampoco la guerra de Rusia ha logrado reafirmar el apoyo al orden global liderado por Estados Unidos. Por el contrario, ha encendido una ola de desafío dirigida al orden global”.

Aclaremos que el artículo de Crooke data a inicios de 2023, y el autor ya se preguntaba si “la relajación del sistema del petrodólar podría asestar un golpe significativo al mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos. La caída de la demanda del dólar en el ámbito internacional provocará automáticamente una devaluación de la moneda; y, de facto, una caída en la demanda de letras del Tesoro de Washington. Y eso en sí mismo conducirá, mecánicamente, a un aumento de las tasas de interés".


Izquierda, B. Efimov y N. Dolgorukov: “¡Quienes incitan a una nueva guerra deberían recordar el vergonzoso final de sus predecesores!”, 1947. Derecha: V. Govorkov ¡No te hagas el tonto!, 1948.


La narrativa propagandística de evitar que el público occidental se entere del estado incierto de las cosas, continúa con la narrativa de “Ucrania está ganando”. Un propósito principal siempre fue el de gestionar la inflación a la baja y las expectativas de tipos de interés, manteniendo la esperanza de un colapso en Moscú. Un colapso que devolvería a la esfera occidental a la "normalidad" de abundante energía rusa barata y abundantes materias primas baratas, pero eso no va a suceder. “Intentar los objetivos de una Rusia debilitada y mantener intacta la hegemonía global del dólar puede no ser posible. Corre el riesgo de no lograr ninguna de las dos cosas, como descubrió Gran Bretaña a raíz de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, Gran Bretaña se encontró arruinada", concluye Alastair Crooke.

En este punto vale reseñar el sabotaje del oleoducto Nord Stream que ahondó aún más las dificultades económicas en Europa al dejar de recibir el 35% del gas ruso consumido por los europeos. No, no fueron los ucranianos los responsables del acto de “heroísmo” publicitado como una película de Hollywood, esa historia es técnicamente imposible de sostener, una historia absolutamente falsa. Todo lo que se publicó y sigue apareciendo sobre el atentado al Nord Stream tiene como tarea encubrir a Estados Unidos y otras naciones occidentales. Es lo que denominamos una parte del plan para aislar a Rusia de Europa, la fábula de los 'ucranianos borrachos' es una afrenta al sentido común.

Seymour Hersch, afamado periodista estadounidense, establece en su informe sobre el Nord Sream que el sabotaje fue una operación de la CIA perpetrado por buzos de la Marina de los Estados Unidos. “Más interesante que 'quién lo hizo' es preguntar ‘¿cómo sabían que podían?’ En otras palabras, cuando se comete un crimen descarado y el perpetrador sale impune, la pregunta no es necesariamente '¿cómo se salió con la suya?', sino '¿cómo supo que se saldría con la suya?' Un crimen es una cosa, pero la aparente confianza de antemano en que no acarreará consecuencias es una cuestión de una magnitud mucho mayor. Esto último apunta a fuerzas más profundas que operan dentro de una sociedad o incluso una civilización.

Para subrayar cuán descarado fue ese acto, considere esto. El gasoducto era, en parte, propiedad europea y termina en Alemania, y el ataque ocurrió en aguas territoriales danesas. Por lo tanto, lo que tenemos equivale efectivamente a una agresión contra dos países de la OTAN y, según el artículo 5 del tratado del bloque, un acto de guerra contra la OTAN en su conjunto. Un funcionario alemán incluso lo admitió, diciendo al Wall Street Journal que "un ataque de esta escala es una razón suficiente para activar la cláusula de defensa colectiva de la OTAN". (Henry Johnston: “Un vistazo al pasado: por qué el sabotaje al Nord Stream podría llegar a su fin”, 28 de agosto de 2024)

Este es el caso en que Europa ha ido en gran medida en contra de sus propios intereses económicos al enfrentarse a Rusia. Contemplamos la incapacidad de Europa para pensar críticamente sobre sus propias políticas o labrar su propio camino separado de Estados Unidos, "la desindustrialización mental de Europa" como predice el analista sueco Malcom Kyeyune. Y, como argumentó el analista Dr. John Coleman, desde fines de la década de 1960, la desindustrialización de Europa y crecimiento industrial cero, despoblación (mediante la vacunación mundial), la pérdida de la democracia y otros datos que con el paso de los años se materializan como “profecías”.

Eso está aconteciendo en el presente. Los desastres económicos de la pérdida de gas ruso no se van a detener, lo reconocen en la propia Alemania, probablemente el país nunca se recuperará del todo de esta nueva crisis energética y se observa "una importante destrucción estructural de la demanda en las industrias de gran consumo energético". Efectivamente, Estados Unidos está dejando solo a Europa en el conflicto ucraniano. Europa, está "atrapada repitiendo viejas narrativas sobre la libertad y la civilización, y Occidente, aferrándose a suposiciones que han demostrado ser obsoletas por los acontecimientos en Ucrania y Oriente Medio". El objetivo de infligir la derrota a Rusia a través de Ucrania parece dirigirse a un desenlace vergonzoso y devastador porque Occidente ha demostrado no estar a la altura de la tarea de manejar las demandas industriales de un conflicto real, señala Henry Johnston.

Destaca Johnston que el sabotaje del Nord Stream no ha tenido un ajuste de cuentas público, ni una verdadera evaluación de su significado, ha sido descartado, minimizado y silenciado, solo narrativas en constante cambio, engaño y prevaricación sin fin...

¿El “plan” de la UE?... “Europa gastará 100.000 millones de dólares que no tiene para comprar armas que Estados Unidos no tiene y armar a los soldados que Ucrania ahora carece”, ¿será ese el nuevo plan?...

¿Está Ursula von der Leyden realmente a cargo de la Unión Europea?, nadie puede explicar coherentemente por qué terminó de "negociar" un anti-acuerdo grotescamente desventajoso en agosto de 2025 con Estados Unidos. Al decir de expertos, en realidad es una rendición incondicional sin luchar ante Estados Unidos, construido sobre el principio elegantemente simple: "Tú lo obtienes todo, nosotros no obtenemos nada, y te pagaremos por eso también".

Gente como von der Leyden son las mentes “brillantes” que creen que la UE es un faro de "libre comercio". En realidad, uno de los propósitos para los que se construyó la UE, aparte de suprimir la soberanía nacional y cualquier elemento débil de la democracia que los estados europeos de posguerra hayan presentado, fue no permitir el libre comercio. En realidad, la UE permite algo parecido al libre comercio solo cuando se percibe como ventajoso para su propia agenda o la de estados y grupos de presión específicos, o, por supuesto, cuando se ve obligada a hacerlo. En todos los demás casos, practica toda una plétora de políticas proteccionistas. Fue, precisamente, la negativa de la Unión Europea, no de Rusia, a siquiera considerar el "libre" comercio para Ucrania tanto con ella como con Rusia lo que jugó un papel clave en el desencadenamiento de la crisis original de Ucrania entre 2013/14. (Razonamientos de Tarik Cyril Amar en el artículo: “Eche un vistazo poco común a las mentes enfermas que se esconden detrás del belicismo de la UE”, agosto 2025).

La gran incógnita -en realidad no lo es- constituye la administración de Donald Trump en la Casa Blanca. Se habla de paz para acto seguido hablar de guerra, de nuevos misiles, de despliegue de tropas, etc. Solo una cosa es verídica, Trump prioriza los negocios a la guerra, pero no es de los que le temblará la mano si de entrar en guerra se tratara en última instancia. Trump inició su periodo con una apuesta radical. Su vicepresidente, J.D. Vance declaró: “Hemos terminado de financiar la guerra en Ucrania”, al tiempo que presiona a Rusia a concluir un acuerdo de “paz”. El gobierno estadounidense declaró que desea la paz y que dejará de financiar la guerra en Ucrania (dicho antes de la reunión en Alaska entre Trump y Putin). Se habló de que Europa “cree” en una iniciativa diplomática, económica y militar que proteja los intereses vitales de seguridad de Ucrania y Europa.

Esa “iniciativa” europea no es otra que, conforme Vance señaló: "los estadounidenses están hartos de seguir destinando su dinero, sus impuestos, a este conflicto en particular. Pero si los europeos quieren intervenir y comprar las armas a los fabricantes estadounidenses, nos parece bien, pero ya no vamos a financiarlo nosotros mismos… Si tanto les preocupa este conflicto, deberían estar dispuestos a contribuir de forma más directa y sustancial a la financiación de esta guerra”, dijo Vance en Fox News en su visita a Inglaterra en agosto 2025.

Todo está tan claro como el agua, Estados Unidos gana cuando Mr. Trump consiguió un acuerdo para que sus socios de la OTAN destinen el 5% de su producto interior bruto a defensa que, evidentemente, parte se destinará a Ucrania, por lo que es posible que EEUU envíe armas letales a Ucrania, pagadas por otros países de la OTAN.


"Si has olvidado dónde están los límites, ¡te ayudaremos a aterrizar!", E. Maloletkov, 1954


Si alguien cree que estas acciones no son una intervención y participación directa de Europa y Estados Unidos en la guerra de Ucrania que lance la primera piedra.

Continuaremos...

-----

AddToAny