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30 junio 2018

El retorno del Tío Sam y el cómo convertir un revolucionario en burgués





Primera Parte

El Tío Sam retorna con fuerza a Latinoamérica


por Tito Andino U.


Salvo casos excepcionales de gran trascendencia como la revolución cubana, la revolución sandinista, el terrorismo de estado orquestado desde el Pentágono conocido como "Plan Cóndor" para frenar los movimientos de izquierda en los años 70 del siglo pasado, la guerra de las Malvinas (a más de otros hechos) nada fuera de lo usual ocurre en estos territorios. Ni siquiera la crisis actual que afecta a Venezuela, otrora gran productora de petróleo, llega a las dimensiones de las crisis energéticas que se desatan, por ejemplo, en caso de conflictos como Irak y zonas aledañas. Un solo traspié de los wahabíes saudíes hace tambalear los mercados mundiales; en ese contexto Venezuela no representa casi nada en el mundo de la energía, de allí que Estados Unidos durante mucho tiempo (incluida la era chavista y su sucesor actual) no haya dado "importancia" al tema, dejando la tarea de desestabilizar al gobierno a la oposición política.

Pero los tiempos cambian, la fuerte presencia rusa al impedir que la OTAN siga desplegándose en sus zonas limítrofes y de influencia, así como la asistencia militar a sus aliados, ha provocado un giro fundamental en el gran juego geopolítico mundial. No solo Rusia, también China quiere un rol más activo en Latinoamérica, muchos gobiernos mostraron los dientes y alzaron la voz contra el Imperio. La consigna nacida desde fines de la administración Obama es que tales actos deberán cesar.

La llamarada de la izquierda progresista latinoamericana va esfumándose lentamente, estamos ante el retorno de la clásica hegemonía de la burguesía criolla, aliada incondicional hasta la muerte de los Estados Unidos y no han tenido que hacer nada más que ganar las elecciones!, nada de golpes de estado, ni destituciones, ni violencia  incontenible. 

Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, Perú, Ecuador, El Salvador, etc. han culminado aquellos "procesos" de "izquierda", en algunos casos denominados "socialismo del siglo XXI". En el fondo no representaron gran cosa, una prometida reforma estructural del sistema que hubiese desafiado al Poder Imperial no existió. Solamente Venezuela y Bolivia resisten en Sudamérica, por lo que la etapa de desestabilización venezolana continúa adelante en sus fases iniciales, es decir, el trabajo de calle de grupúsculos violentos antigubernamentales que han llegado al asesinato de protestantes para incendiar más los ánimos, el desabastecimiento de alimentos en supermercados y tiendas populares forzado por los grandes distribuidores; incluso se ha probado el método de incitar la deserción de miembros de la fuerza pública intentando provocar una rebelión.


Desde la década de 1950, numerosas intervenciones de los Estados Unidos han desestabilizado la región, el provocar cambios de gobierno significa que las empresas privadas, con apoyo USA financien y lleven campañas que tienen como único objetivo el apoderarse de los recursos naturales, la guerra civil se aplica si es necesario.


Los Estados Unidos han querido dejar sentado, mediante mensajes muy claros que un viraje en el 'statu quo' regional no será más tolerado. El fin de la izquierda latinoamericana en el poder ha llegado a su fin. Largo tiempo los USA descuidaron su patio trasero al dejar de temer una incursión "comunista" en el hemisferio, afortunadamente fueron años de tranquilidad, sin violencia armada, aunque movimientos sociales se mantuvieron activos y, como hemos dicho, algunos consiguieron el poder pero nunca intentaron perturbar el sistema. 

La política de  "abandono" se terminó y, de ser el caso, Estados Unidos utilizará la fuerza para revertir la situación con algunos intransigentes todavía "sueltos" (Bolivia, Venezuela, Nicaragua). El llamado al orden a los gobiernos "insolentes" está planificado y listo para entrar en acción.

Barack Obama firmó el 9 de marzo de 2015 un decreto presidencial declarando el estado de emergencia ante "la extraordinaria amenaza que la situación en Venezuela representa para Estados Unidos" (al firmar un decreto el ejecutivo no se obliga a rendir cuentas al poder legislativo). Pese a las crítica en la región y las excusas de Obama no se anuló el decreto. En otras palabras se prepara, para el caso de ser necesario, una serie de pseudo revoluciones en Latinoamérica. 



La política de la intimidación y chantaje económico ha dado sus frutos, incluso se ha hablado de intervencionismo directo de parte del gigante del Norte, por ejemplo, se hizo temblar a un otrora "comunista", el actual presidente ecuatoriano (Lenin Moreno) cuyo movimiento político, al que es afiliado, representa al proscrito Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador -PCMLE-, se suponía que el señor Moreno continuaría la política más confrontista de Rafael Correa (del cual fue por años su vicepresidente), pero no, todo lo contrario. 

Por el momento, antes que se aplique el plan estadounidense, basta al Imperio recordarnos y restregarnos en la cara el ejemplo cubano de los últimos 50 años, Cuba vive en crisis económica perpetua, carencia energética y estancamiento de cualquier posibilidad de desarrollo industrial, debido a los cruentos bloqueos y sanciones ordenados por el país del Norte. Los Estados Unidos dejaron de intentar destruir por la fuerza a Cuba, la han aplastado con la economía. Ese es el mensaje para toda Latinoamérica. 

Esa advertencia es explotada con éxito por la derecha latinoamericana para la retoma del poder. La derecha en Colombia es fiel reflejo de lo que Estados Unidos quiere de los gobiernos de la región: sumisión total, "libre comercio", instalación de bases militares norteamericanas, etc. Hoy, el país cafetero (y cocalero, con el visto bueno de EEUU), solicita su ingreso en la OTAN, que será -sin duda- la punta de lanza para dar una bofetada a cualquier intento de volver a subvertir el orden establecido. Más claro, ni el agua. 

Muchos politólogos y analistas internacionales concuerdan sobre los actuales objetivos de los Estados Unidos y sus socios europeos, incluso se ha escuchado una emulación de las "primaveras árabes", dicha "primavera latina" ya está en curso, lo hemos anotado, la reconquista pacífica de la derecha política del control político regional. Se ha recurrido a los métodos señalados y a otros aspectos propios de la identidad local. Para el internacionalista Thierry Meyssan "el objetivo seguirá siendo el mismo: no se trata de reemplazar un gobierno por otro sino de destruir los Estados para eliminar así toda posibilidad de resistencia nacional frente al imperialismo".

Según este mapa, extraído de un Powerpoint que Thomas P. M. Barnett presentó en 2003 durante una conferencia impartida en el Pentágono, los Estados de todos los países incluidos en la zona rosada deben ser destruidos. Ese proyecto no tiene nada que ver con la lucha de clases en el plano nacional, ni con la explotación de los recursos naturales. Después de destruir el Medio Oriente ampliado, los estrategas estadounidenses se preparan para acabar con los Estados en los países del noroeste de Latinoamérica. (Nota tomada de Red Voltaire)

En su más reciente libro: "Los crímenes del Estado profundo", Thierry Meyssan establece que después de las “primaveras árabes”, el mundo será testigo de las “primaveras latinoamericanas”, es decir, la aplicación de golpes de estado y  “revoluciones” contra países que intentan salirse de su órbita de influencia. Contradictoriamente, señala el autor, pocos parecen percatarse de la lucha interna por el poder en los EEUU, Trump se opone férreamente al 'Estado Profundo' Norteamericano y, pese a sus excentricidades y "locuras" como la crisis provocadas por sus decretos respecto a los migrantes ilegales, Trump mantiene su palabra de poner fin a la tradicional política exterior imperialista, paralizando y no sustentando al terrorismo internacional. Mas, en cuestiones de preservar el statu quo de su "zona natural de influencia" no cederá ante pretensiones de unos cuantos "revoltosos".

A veces nos preguntamos, qué preferirá la gente, guerra civil fomentada por los Estados Unidos y las burguesías criollas o seguir conservando el sistema pero buscando mayores reivindicaciones sociales?

VIDEO 


Thierry Meyssan: El plan de Estados Unidos contra America Latina. 

En mayo de 2017, Thierry Meyssan explicaba en Russia Today que dividir el mundo en dos zonas: una estable para sus aliados y otra inmersa en el caos de una guerra sin fin, que parece algo absurdo, es la estrategia de EE.UU. para dominar el mundo. Ahora le toca el turno a Venezuela, afirma, cuando EE.UU. lo desee va a comenzar la guerra. Se puede resistir esa situación? La respuesta es sí. Las élites sudamericanas están cometiendo un grave error ante el imperialismo estadounidense. En esta entrevista, Meyssan insiste en el cambio de paradigma de los conflictos armados actuales y subraya la necesidad de un radical replanteo sobre la manera de defender la patria (texto del pie de página del video corresponde a la Red Voltaire). 


Los casos de Venezuela y Nicaragua

Antes se denominaba "Imperialismo" a lo que hoy llamamos "Globalización". 

Quién podría poner en duda que el caso de Venezuela guarda estrecha similitud a la situación que se vive en Nicaragua? El guión es el mismo, ampararse en justas protestas populares para desatar el caos.

Los hechos históricos han demostrado algo evidente, a los Halcones del Pentágono no les interesa quien ejerce el poder en la Casa Blanca, ellos manejan su propia agenda global de conquista. 


A estas alturas, la mayoría desconoce que el Pentágono, a través del SouthCom (Comando Sur) tiene ya preparado una operación militar contra Venezuela, el cuándo se aplique está condicionado a lo que vaya marcando los acontecimientos en el frente interno venezolano. Lo penoso son las implicaciones en la trama de gobiernos como Colombia -que por algo pide su inclusión en la OTAN!-, de las "reconquistadas" Argentina (Macri), Brasil (Temer), la Guyana y hasta se dice que Panamá apoyan tales acciones.

No es solo Venezuela la que corre peligro, es toda Latinoamérica con el retorno del Tío Sam a su patio trasero. (pormenores de este plan del "Comando Sur" podrá ser analizado en las notas a pie de página). 

Tampoco es un intervencionismo derivado exclusivamente por asuntos de petróleo, la producción de petróleo de Venezuela y Latinoamérica, si bien abastecen el mercado norteamericano, no representa nada en el concierto mundial (salvo las reservas no explotadas), es insignificante, así que la cuestión básica no es el petróleo, es por orgullo imperial

Las heridas causadas a los intereses norteamericanos por la incursión económica de China en Latinoamérica y la nueva estrategia de Rusia para fortalecer relaciones con la región, así como la "altanería" que demostraron muchos países en la década pasada, obliga a EEUU a replantear el escenario hacia el área  militar  -no contra China o Rusia-, sino contra los gobiernos que no aceptan la voluntad de Washington. Tampoco debemos pensar que va desatarse una guerra a gran escala -el mismo Trump se opone a esos planes del Pentágono-.

El caso latinoamericano es diferente, por ejemplo, a las crisis de Medio Oriente, donde la guerra ya no se dirige contra un solo país sino contra toda la región, esa "epidemia de violencia" difícilmente podría repetirse en el Hemisferio Sur, sin embargo, los recuerdos de la "Operación Cóndor" en los años 70 del siglo pasado son una advertencia de lo que podría renacer como medida represiva. 

El fracaso, traspié o rendición de la izquierda latinoamericana y la recuperación del poder por la derecha burguesa, eterna aliada del Norte, es consecuencia del pánico sembrado por el 'Comando Sur', vía intermediarios. Las "rebeldes" Venezuela, Nicaragua y Bolivia (esta última aun sin grandes alborotos) estarán el tiempo que sea necesario bajo coacción diplomática y económica y, solo en caso excepcional, se optará por una intervención militar directa, seguramente será alguna "urgente crisis humanitaria" en Venezuela o la "responsabilidad de proteger" a los civiles de alguna "loca" tiranía criolla. 

Población en zozobra, delincuencia armada y organizada, acciones de carácter terrorista en varios lugares, saqueos, vandalismo, incendios, agresiones a transeúntes, daños a la propiedad pública y privada se ha vuelto cotidiano en Nicaragua y Venezuela. El bloqueo de vías conlleva un tremendo efecto para las economías nacionales ya que se impide la libre circulación de alimentos y combustible, no hay comercio, se priva el derecho a acceder a sus fuentes laborales, a las escuelas, a la salud, ello significa una terrible carga financiera para los gobiernos, son cientos de millones de dólares que se pierden en diversas áreas y causa irremediablemente el desempleo, en consecuencia provoca malestar de la población contra el gobierno.

Los gobiernos denuncian una conspiración internacional bajo complicidad de grupos opositores que financian y fomentan la violencia para subvertir el orden y la Constitución nacional; por su parte, la oposición arremete culpando de la violencia a los gobiernos. Se utiliza los medios de comunicación para los propósitos propagandísticos de los bandos en disputa. Está claro que los opositores buscan una solución inmediata, que no puede ser más que un golpe de estado y los gobiernos apuestan al diálogo, a la paz y a la justicia, a la búsqueda de mediadores internacionales para conseguir una salida a las crisis.

Diálogo nacional, una salida negociada, cambios constitucionales, renuncias, cese de cargos, son solo algunas expectativas que se plantean para retornar la estabilidad a estos países.

uso masivo de armas de fabricación casera en las protestas callejeras de Nicaragua, conocidas como "morteros" y "chopos", empleadas para usar tornillos, tuercas, esferas y otros objetos metálicos como proyectiles.


Entre otras cosas, también molestó al Norte que Nicaragua quisiera desafiar su poderío con el intento de construir el canal interoceánico bajo financiación china (Tratado Ortega-Wang), que rivalizaría con el Canal de Panamá. Parecía que el asunto iba en serio, en diciembre de 2014 el inversionista chino Wang Jing inauguró junto al gobierno de Nicaragua las primeras obras del mentado canal interoceánico. Sin embargo, algo sucedió.

El 17 de noviembre de 2017, el líder chino Xi Jinping y el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, firman 19 acuerdos en Pekín, allí se anuncia que Panamá se adhiere a la iniciativa china de la “Ruta de la Seda”, con un corredor económico entre Oriente y Occidente. Entonces, en que quedó el canal nicaragüense? Al ser un convenio entre Ortega y el empresario privado chino Wang Jing, -como bien se comenta- equivale al Tratado Chamorro-Bryan, es decir, conceder derechos de patente para una hipotética construcción y que nadie más lo pueda hacer. Los expertos concuerdan que los acuerdos entre China y Panamá causaron la inviabilidad del canal nicaragüense, además, nunca fue una iniciativa oficial del Gobierno de China. En fin, tener dos canales relativamente cerca no es un buen negocio para nadie. 

No podría terminar este apartado señalando una interesante lectura para quienes defienden la construcción del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, por supuesto que su opinión también cuenta (Por favor, ver enlaces en las notas a pie de página).



Segunda Parte 

Cómo convertir un revolucionario
 en burgués


1979. Humberto Ortega, Luis Carrión y Daniel Ortega (foto de Pedro Meyer).


El caso de Nicaragua es una situación única, digno de dedicarle un segmento aparte. Desde niño admiré la revolución sandinista, mis favoritos fueron Edén Pastora -El Comandante Cero- y Ernesto Cardenal, el viejo poeta sacerdote... Sentimientos encontrados me invaden.. mas, mi visión es histórica y no política. 

Si, es evidente que los Estados Unidos quiere derrocar a Ortega, pero no se confundan, Daniel Ortega es insignificante, él no es nada, ni nadie, ni representa ningún peligro para el Imperio. 

No tengo la menor duda que muchos lectores de la izquierda latinoamericana se indignarán conmigo por lo que viene. Solo mediten, si una página tan afamada y crítica de los Estados Unidos, como es GlobalResearch, dirigida por el economista canadiense Michel Chossudovsky, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (activista antiglobalización, en otras palabras, anti imperialista) ha tomado en serio el asunto Ortega al reproducir las siguientes críticas contra el mandatario nicaragüense, significa que no debemos ocultar una cruda realidad.

Existe una evidente traición del gobierno de Ortega (y del sandinismo) al ideal patriótico que motivó la revolución. La otrora revolución sandinista mutó hasta convertirse en una perversa burguesia que azota con palo los justos reclamos populares. Si, tampoco debemos escudarnos en el pretexto que todos los males regionales son provocados por los Estados Unidos. Existen gobiernos desleales a los principios que los encumbraron al poder, pervertiendo las causas justas. El ideal sandinista dejó de existir hace mucho y lo digo convencido. 

Daniel Ortega transformó una revolución auténtica en un sistema opresivo y corrupto, como fue la era Somoza; pudieron y tuvieron mucho tiempo para realizar cambios trascendentales en el sistema nacional, no lo hicieron. Muchos líderes quedaron eclipsados y "desterrados" a cargos insignificantes en los últimos rincones del país. 

Una historia triste, pero verídica. Comparativamente, más que el gobierno venezolano de Maduro, con una eterna crisis económica impuesta desde fuera y que nos recuerda al bloqueo cubano, el que tiene que marcharse, antes que estalle una nueva guerra civil, es el gobierno de Ortega y su círculo íntimo en Nicaragua. No se puede esconder la podredumbre de un hombre que convirtió su país en una propiedad privada emulando la dictadura somocista a la que combatió.

Demos paso a los siguientes análisis sobre Daniel Ortega y el caos que él ha llevado a su país (y no solo Estados Unidos).


Nicaragua: La locura del poder



por Raúl Zibechi / La Jornada, 22 de junio 2018
Derechos de autor © Raúl Zibechi, La Jornada, 2018


La insurrección popular en Nicaragua, que exige la salida del poder de la pareja Daniel Ortega-Rosario Murillo, es una buena oportunidad para reflexionar sobre las opciones estratégicas de las fuerzas revolucionarias. En particular, para repensar las causas de esta deriva autoritaria y criminal, ya que la masacre de jóvenes nicaragüenses muestra la peor faceta de un régimen que se dice sandinista.

Dos cuestiones llaman la atención. Algunos intelectuales de la izquierda latinoamericana han orillado hasta el momento cualquier pronunciamiento sobre lo que sucede en Nicaragua. Se comprende, aunque no comparto, el silencio de varios gobiernos, ya que las alturas del poder tienen sus lógicas. Mucho menos aceptable es que intelectuales que van y vienen con sus opiniones sobre los más diversos temas, rehuyan una opinión contundente sobre la brutal represión.

La otra es que, afortunadamente, muy pocas personas atribuyen los sucesos a la mano negra del imperialismo. No tengo la menor duda de que Washington desea la caída de Ortega-Murillo y trabaja para ello, pero el argumento según el cual todo lo que perjudica a la izquierda es obra del imperio, está en franca decadencia.

Lo que viene sucediendo en Nicaragua puede contribuir a una reflexión de fondo sobre las revoluciones y sobre la administración del aparato estatal por fuerzas políticas de izquierda.

La primera es que las causas de la deriva genocida no pueden atribuirse al clan Ortega-Murillo, del mismo modo que el estalinismo no fue cuestión sólo de Stalin. En este punto debemos ser claros y precisos: Daniel Ortega es un genocida que profesa un caudillismo sediento de protagonismo y poder, como señala Mónica Baltodano, con rasgos de locura por el poder.

Sin embargo, la cuestión no puede ni debe reducirse a Ortega y a Murillo. Hay algo más. Podemos perder todo menos el poder, decía el comandante Tomás Borge, citado también por Baltodano. Salvo el poder todo es ilusión, proclamaba Abimael Guzmán, presidente del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, el grupo revolucionario más criminal de la región.

Por más poderosos que sean los individuos, son ejecutores de fuerzas históricas y sociales que los empujan en cierta dirección. El estalinismo es un fenómeno político que no puede explicarse en términos de una excentricidad individual, escribió el historiador Edward Hallet Carr en su obra De Napoleón a Stalin (Crítica, 1983, p. 122).

Stalin fue el músculo de la modernización acelerada de Rusia, pasando por encima de cualquier resistencia, aún al precio de aniquilar la dirección histórica de su propio partido. “Stalin fue el déspota más despiadado que Rusia había conocido desde tiempos de Pedro (El Grande), y fue también un gran occidentalizador”, añade Carr en La Revolución Rusa de Lenin a Stalin (Alianza, 1979, p. 221).

El apoyo clave a Daniel Ortega - Rosario Murillo es el sector empresarial de la nueva burguesía sandinista, el centro de todo es su propia familia que ha formado un grupo de empresas vinculadas a la distribución y comercialización del petróleo y gasolina, a la prensa, exportación de granos y hasta empresas de moda (N.del E.)

Ortega representa a una nueva burguesía nicaragüense que se forjó mediante la acumulación por despojo de capital, desde la piñata (apropiación masiva de bienes públicos por la cúpula al abandonar el gobierno en 1990) hasta los acuerdos petroleros con Venezuela, que le permitieron a un sector del FSLN ascender económicamente en alianza con la Iglesia y sectores de la vieja burguesía.

No es la primera vez en la historia que se utiliza el aparato estatal para acumular riquezas. En Nicaragua este proceso parió lo que Baltodano denomina oligarquía chayo-orteguista (Chayo es el mote de Rosario Murillo) que necesita el poder estatal para reproducirse y sostenerse. Pero un ascenso tan vertiginoso requiere siempre de métodos corruptos y mafiosos, como ha sucedido en tantos procesos que se dicen revolucionarios pero, en realidad, han gestado una nueva clase opresora.

No resulta adecuado mentar traición, cuando la deriva actual de Ortega comenzó hace mucho tiempo, y se tornó inocultable en la década de 1990. Después de la piñata se produjo la reacción cínica de la izquierda nicaragüense y continental a la denuncia de Zoilamérica Narváez, en 1998, asegurando que su padrastro (Daniel Ortega) la abusaba desde los 11 años. Los hechos graves no nacen de golpe, crecen en la tolerancia ética y en los desvíos del poder.

La segunda cuestión es el tema del poder estatal. No pocos nicaragüenses aseguran que la represión de Ortega es peor incluso que la del dictador Anastasio Somoza. ¿Porqué se repite la historia? ¿Porqué Stalin fue comparado con el zar Pedro El Grande y los dirigentes comunistas chinos con los viejos mandarines del imperio?

Lo que no funciona es pretender cambiar el mundo desde arriba, desde el aparato estatal, e imponerle los cambios a las masas, como si fueran objetos sin voluntad propia (una de las peores frases que se escucha en la izquierda dice conquistar a las masas). Pretender cambiar el mundo como una totalidad, sustituyendo un todo por otro todo, es un camino que conduce al desastre autoritario, como lo enseña un siglo de revoluciones triunfantes.


Nicaragua – Una historia de traición



por Eric Nepomuceno / La Jornada, 17 de junio 2018
Derechos de autor © Eric Nepomuceno, La Jornada, 2018


El 24 de enero de 1980 fue un jueves. Ese día viajé por primera vez a la Nicaragua sandinista. La revolución que tumbó a Anastasio Somoza llevaba exactos seis meses y cinco días.

De la entonces Junta de Gobierno yo había tenido contacto con el único civil que la integraba, el escritor Sergio Ramírez, una amistad que permaneció intacta a lo largo de todos esos largos años.

Los otros cuatro venían de la guerrilla que había liquidado la dinastía que saqueaba y sofocaba aquel bello y ensangrentado país.

En los nueve años siguientes mis lazos con la revolución sandinista se fortalecieron más en cada visita, que fueron muchísimas. Eran mis años jóvenes, y nosotros, extranjeros que apoyábamos la revolución, tuvimos bastante contacto con varios de los integrantes del gobierno. Unos más expansivos, otros menos.

Daniel Ortega me parecía un hombre cerrado, de mirada desconfiada. Una vez, en 1986, me habló de su hermano Camilo, muerto en combate con las fuerzas del dictador Anastasio Somoza. También dijo que de los 15 a los 34 años jamás tuvo casa; vivió en la clandestinidad.

Al oírlo contar que había vivido clandestino más de la mitad de su vida hasta el triunfo de la revolución, por primera y única vez sentí algo de humano en aquella figura de piedra.

A mediados de 1991 me contaron de la piñata sandinista, un saqueo con ferocidad de buitres. La imagen de una piñata quedó grabada en mi memoria como un insulto a la revolución, a quienes murieron por ella, a quienes creyeron en ella. Dudé mucho en aceptar como verdad lo que verdad era.

Años después, supe más: que, en realidad, la piñata sandinista surgió cuando la revolución todavía existía y los nicaragüenses mantenían aquel fuego de esperanza, mientras su país era sofocado por Ronald Reagan desde afuera y por los traidores desde adentro.

Supe que el mítico Tomás Borge, último sobreviviente del quinteto que en 1961 fundó el Frente Sandinista, y en cuya casa me hospedé varias veces –a Tomás le gustaba ser amigo de escritores, y en la misma casa recibió a Eduardo Galeano, Jorge Enrique Adoum, Julio Cortázar y Mario Benedetti, entre otros– fue beneficiado por la citada piñata antes aún de la derrota electoral de 1990. Recordé las veces en que el comandante nos llevó a lo que decía ser mi asador, como digo yo cuando recibo amigos en Río y los llevo a mi restaurante. La diferencia es que aquel asador era efectivamente de Tomás, y de míos los restaurantes a que me gustaba ir en Río sólo tienen mi presencia…

Supe también que al incautar propiedades de somocistas y pasarlas al Estado, Daniel Ortega se reservó una sonante cantidad de inmuebles en Managua. Varias de las casas de protocolo en el barrio Las Colinas, antiguo reducto de ricos muy ricos, incautadas por la revolución y reservadas para hospedar a visitantes extranjeros, eran en realidad propiedades de Daniel. Y me puse a pensar que a lo mejor habíamos sido huéspedes de él y no del gobierno.

Aquella ha sido la última revolución de mi generación y, en su modelo, la última de la historia. En muchos momentos sentíamos que los nicaragüenses y su revolución sandinista llegarían a realizar sueños imposibles, a rozar el cielo con las manos.

Guardaré para siempre en lo mejor de mi memoria aquellos años de luminosidad absoluta, de la esperanza imponiéndose a la vida. Pero la revolución fue traicionada de manera vil, imperdonable.


Derrotó a la dinastía de los Somoza para ser sucedida por otra, igualmente perversa, abusadora: la dinastía de Daniel Ortega y su señora esposa, Rosario Murillo.

Por esos días se murió el cardenal Miguel Obando y Bravo, quien fue arzobispo de Managua y un enemigo feroz de aquel proceso, en clarísima alianza con los somocistas derrocados y los que se oponían a los sandinistas.

A cierta altura de la guerra abierta entre los sandinistas y los contra respaldados por Washington, Obando llegó a ser nombrado integrante del gobierno en el exilio. Al amparo de su púlpito, fue más eficaz vocero de la contra-revolución.

Pasado el tiempo, el mismo monseñor Obando se transformó en aliado fidelísimo del mismo Daniel que se instaló en el gobierno aliado con la derecha más feroz y el empresariado más avaro, y que desde 2006 se elige y relige en elecciones claramente manipuladas.

El Daniel que ahora encabeza una nueva dinastía, la dinastía de una pareja, que mata y trucida muchachos como lo era su hermano Camilo cuando fue asesinado por la dinastía anterior, la de los Somoza.

Desde abril centenares de jóvenes nicaragüenses, todos o casi todos, nacidos después del final de aquella revolución traicionada, son muertos por un gobierno aislado y que carece de legitimidad.

Un traidor es y siempre será un traidor.

Pero hay traidores de peor calaña.

José Daniel Ortega Saavedra pertenece, con méritos, a esa especie.


*****


NOTAS GENERALES

Lecturas recomendadas de la primera parte

EE.UU. está armando todo un escenario de guerra en Latinoamérica
Hacia una «primavera latina»?
Estados Unidos y la OTAN ahora van contra Latinoamérica
Interpretaciones divergentes en el campo antiimperialista
El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo
El “Golpe Maestro” de Estados Unidos contra Venezuela
¡Cuidado! Peligro inminente en la cuenca del Caribe
Acuerdos y Desacuerdo con Thierry Meyssan
Trump contra América Latina: el retorno del gran garrote
Canal interoceánico en Nicaragua se desvanece tras acuerdos de Panamá con China
El Gran Canal de Nicaragua es de orden natural... porque el mundo cambia

Fuentes de la segunda parte

Nicaragua: La locura del poder
Nicaragua – Una historia de traición
Los dos artículos son reproducidos también por GlobalResearch.Ca

Lecturas recomendadas de la segunda parte

Desmoramiento del régimen Ortega-Murillo
Nicaragua en su laberinto
Por qué la revolución sandinista se fue al traste
Daniel Ortega, Murillo y la memoria de la dictadura

22 junio 2018

Fútbol en las trincheras



TREGUA DE NAVIDAD. Un modelo de resina de la escultura que ilustra el partido de fútbol de Navidad de 1914 (Ypres - Bélgica) en la Primera Guerra Mundial, la fotografía se exhibió en una muestra fotográfica dentro de los restos de la iglesia de  St Luke's Church (San Lucas) en Liverpool, noroeste de Inglaterra, el 15 de diciembre de 2014. El modelo, corresponde al artista Andrew Edwards, muestra dos soldados: un británico y un alemán, saludándose mutuamente. Serán eregidos en bronce una vez que los fondos hayan sido recaudados para su finalización. La Iglesia St. Luke's, donde se exhibe actualmente el modelo, sufrió daños de las bombas durante la Segunda Guerra Mundial es un monumento permanente en memoria de quienes murieron en el bombardeo de 1941. El crédito de está fotografía corresponde a PAUL ELLIS de AFP / Getty Images.



Introducción del redactor del blog

Es el fútbol circo para distraer la atención de las masas a las crisis mundiales? Quizá. Mas, el deporte, en general, ha conseguido doblegar los sentimientos más rencorosos. Que el deporte está siendo utilizado -en ocasiones- como pantalla de perversos propósitos políticos es tan cierto como que la política controla el deporte. Pero, subestimar la actividad, la práctica deportiva en todo el mundo significa desmerecer una cualidad propia del ser humano. El deporte en sí nunca ha sido circo, -no es un teatro romano de lucha por la superviviencia-. La práctica del deporte es una condición innata, un laborioso esfuerzo físico que sobresale como valor de lo que uno es capaz de obtener de sí mismo y que puede ofrecer a la sociedad.

Como referencia previa diremos que en las esferas políticas del poder mundial suele aprovecharse la aproximación o la práctica de algún evento deportivo de importancia para ejecutar acciones que impactan en la psiquis de la comunidad internacional

Desde la "guerra del fútbol" entre El Salvador y Honduras en 1969; actos terroristas en plenas Olimpiadas de Munich 72; el desagradable recuerdo del encuentro de fútbol entre el Estrella Roja de Belgrado y el Dínamo de Zagreb, el 1 de mayo de 1990, en que, tanto en el terreno de juego como en las gradas hubo enfrentamientos que rayaron en comportamientos extradeportivos y violencia abierta, fue el aviso de lo que vendría muy pronto, la guerra civil separatista de Yugoslavia. La planificación y provocación de la ex república soviética de Georgia (bajo entrenamiento, asesoramiento y dotación militar de los EEUU e Israel) en contra de las repúblicas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia y la misma Rusia, culminaron con la intervención de la Federación Rusa en pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos de Pekin 2008 celebrado entre los días (8-24 agosto 2008); mientras el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, se emborrachaba en las gradas del estadio Olímpico de Pekín, la Guerra de los "Cinco Días" estallaba en la región descrita (del 7 al 11 agosto 2008).  Recordemos el Boicot a los Juegos Olimpícos de Moscú 1980 por parte de los EEUU o el boicot de la URSS y otros de su órbita contra las Olimpiadas de los Ángeles 1984. No olvidemos que en julio de 2013 el terrorista checheno, Doku Umarov, hizo un llamado a los insurgencia islamista de todo el mundo para impedir la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014 y, mientras las fuerzas de seguridad rusas controlaban el Cáucaso por la amenaza terrorista, las provocaciones y matanzas en la plaza Maidán de Kiev desataron un golpe de estado en Ucrania durante el desarrollo de las Olimpiadas de Sochi, acto que derivó en un conflicto separatista de las provincias ucranianas prorrusas de Donetsk y Lugansk, autoproclamándose Repúblicas (territorios llamados en su conjunto Donbass); también derivó en la reincorporación de Sebastopol y Crimea a la Federación Rusa (para otros anexión). 

Hay algunos otros episodios que podríamos describir, pero como muestra es suficiente. 

Como vemos, el deporte si es una víctima de la "Alta" Política Internacional, se aprovecha de estas jornadas con fines propagandístisticos -como lo hizo Hitler en las Olimpiadas de Berlín 1936-. Décadas después, otra dictadura abrazó la propaganda del Mundial de Fútbol Argentina 78, la de Videla y la la Junta militar se llevaron los méritos de la obtención del título de campeones del mundo, un corto periodo de tiempo en que pretendieron ocultar al mundo sus crimenes masivos contra ciudadanos argentinos desaparecidos. 

La "relación" deporte-política en ocasiones ha ocasionado (con ese pretexto) conflictos armados, incluso ha causado la suspensión o cambio de planes de última hora de una sede al no poder realizarse las actividades programadas en el lugar establecido o, en el peor de los casos, se ha llegado a la cancelación de las jornadas deportivas. 

Hoy presentamos a nuestros lectores unos prácticos reportajes de MARCA.COM. Esta iniciativa es un homenaje al "Rey de los Deportes" que vive estos días su fiesta del Campeonato Mundial Rusia 2018. El autor de estas cortas historias es el periodista JAVIER ESTEPA, fueron publicados en distintas fechas, nos brinda una recopilación sobre la práctica del fútbol en el curso de hostilidades bélicas (los enlaces originales a los reportajes se encuentran a pie de página). 

De paso ponemos una corta pausa a los conflictos y crisis internacionales.  

Buena lectura

Tito Andino





SERIAL 

'FÚTBOL EN LAS TRINCHERAS'

El fútbol y la I Guerra Mundial


Javier Estepa 
12/09/12 

la página deportiva MARCA presentó un serial que nos ilustra cómo era y en qué se vio afectado el mundo del fútbol durante los momentos más relevantes de la historia. Comenzamos el viaje por la I Guerra Mundial y los jugadores que tuvieron que colgar momentáneamente las botas para ir a defender los intereses de sus respectivos países.

Británicos jugando al fútbol con máscaras de gas (1916). / Biblioteca Nacional de Francia


La I Guerra Mundial (1914-1918) fue el mayor conflicto bélico jamás visto hasta ese momento. Europa vivió una auténtica pesadilla. Décadas antes se produjeron una serie de alianzas clave para la llamada Gran Guerra, pero en verano de 1914 estalló una guerra que afectó a todos los aspectos de la vida. Gran Bretaña, Francia y Rusia formaron inicialmente el bloque aliado. Austria-Hungría y Alemania eran las potencias centrales. Poco a poco se fueron sumando países. Pero, ¿cómo afectó la I Guerra Mundial al mundo del fútbol durante los cuatro años de conflicto?

Los europeos pensaban que la guerra no duraría mucho tiempo, pero estaban equivocados. Reino Unido fue uno de los países clave en la Gran Guerra y, como consecuencia, el fútbol -pese a seguirse disputando- quedó muy mermado. En Inglaterra se suspendieron todos los deportes menos el balompié. Se disputó la temporada 1914/1915 y el título fue a parar al Everton. Oldham Athletic y Blackburn Rovers fueron segundo y tercero respectivamente en la 'Football League First División'. La gran estrella de aquel Everton fue Bobby Parker, ya que sus 35 goles le hicieron dueño del galardón al máximo galardón de la temporada.


A partir de 1916 el campeonato se detuvo por los acontecimientos que estaban ocurriendo en el transcurso de la I Guerra Mundial. ¿Uno de los motivos? Muchos futbolistas profesionales que jugaban en Inglaterra fueron enviados a luchar. A los que no fueron inicialmente les llamaron "traidores".

Eran los clubes de fútbol los que decidían si su jugador iba o no a la guerra. Tenían la última palabra y muchos de estos clubes decían 'no'. Se produjo un gran revuelo en aquellos años y muchas críticas porque la gente consideraba que los jugadores no eran privilegiados y, por lo tanto, no debían tener un trato de favor.


'Football Batallion': futbolistas en combate

Siguiendo en el Reino Unido, en febrero de 1914 se creó el 'Football Batallion', una iniciativa para reclutar a futbolistas y defender así los intereses del país. Muchos de ellos perdieron la vida. El Bradford City, que actualmente milita en le League Two, llegó a perder a seis futbolistas que meses antes jugaban en el primer equipo. Otros fueron condecorados por su dedicación en la I Guerra Mundial, como Donald Simpson (llegó a defender los colores del Crystal Palace y del Newcastle), Tim Coleman (Everton, Sunderland o Fulham) o Jimmy Speirs (Glasgow Rangers, Bradford City y Leeds City). En el 'Pal's Battalion' también se alistaron jugadores profesionales ingleses.


El escocés Jimmy Speirs.


Uno de los señalados por la sociedad inglesa fue Jimmy Hogan, que fue considerado un "traidor" por pasar los años de la guerra en otro país en vez de estar en el Reino Unido. Llegó a ser entrenador y uno de los personajes más importantes de este deporte por todo lo que dio al mundo del fútbol. En el libro 'Prophet or Traitor: The Jimmy Hogan story' (Profeta o traidor: la historia de Jimmy Hogan) se describe cómo fue su vida.


La crisis de la FIFA y lo que ocurría en el resto de Europa

Una de las consecuencias de este conflicto afectó gravemente a la FIFA. Las 'Home Nations' (Escocia, Irlanda del Norte, Gales e Inglaterra -naciones británicas-) no querían participar en torneos en donde también lo hicieran los países contrincantes en la I Guerra Mundial y tomaron la decisión de desvincularse de la FIFA. Eso provocó una auténtica crisis en esta organización.

Otro dato significativo fue que la I Guerra Mundial hizo florecer el fútbol femenino en Inglaterra. Los hombres que trabajaban en fábricas se fueron a luchar y las mujeres ocuparon los puestos dentro los equipos. Destacaron el club Dick y Kerr's Ladies, de la ciudad de Preston.

Y qué decir del resto de Europa. En Alemania y Francia se suspendieron todas las competiciones relacionadas con el fútbol. En el país galo nos encontramos a dos hermanos que llegaron a jugar en el Real Madrid: René y Juan Petit. René se libró de ir a la guerra y es considerado el primer gran ídolo blanco al desplegar un excelente fútbol entre los años 1914 y 1917. El que tuvo menos suerte fue su hermano Juan, que fue llamado a filas por Francia y acabó gravemente herido. Jamás pudo volver a jugar. La I Guerra Mundial acabó con su carrera deportiva.

En Italia, el fútbol sufrió un paréntesis entre 1915 y 1919. La Serie A se fundó en 1898 pero no se profesionalizó hasta 1929. El último título liguero antes de la Gran Guerra se lo llevó el Genoa. Con el regreso del fútbol en la temporada 1919/1920 fue el Inter de Milán el que se proclamó campeón.



El fútbol y la revolución soviética

Javier Estepa 
21/09/12 

Cómo era y en qué se vio afectado el mundo del fútbol durante los momentos más relevantes de la historia. Seguimos el viaje con la revolución soviética y los equipos rusos más importantes de aquella época.

Un equipo moscovita (sin identificar) posa en abril de 1911. FOTO: Russian illustrated magazine


En una época marcada por la I Guerra Mundial nació la revolución soviética, considerada la primera revolución socialista. Comenzaba a florecer la industrialización en la Rusia de los zares y esas mismas ideas emergentes chocaban sobremanera con las teorías marxistas.

La revolución soviética fue un movimiento político en Rusia que culminó en 1917 con la expulsión del gobierno provisional que había reemplazado el sistema zarista, lo que llevó al establecimiento de la Unión Soviética, que duró hasta su caída en 1991. La Gran Guerra fue uno de los pilares fundamentales para el estallido de la revolución Soviética en 1917. Sus devastadoras consecuencias provocaron la ruptura del zarismo ruso.

Pero, ¿cómo era el fútbol antes, durante y tras la revolución soviética? El fútbol llegó en Rusia a finales del Siglo XIX. En aquellos años el país estaba muy poco desarrollado económicamente y la población era mayoritariamente campesina. Con este panorama, la primera liga de fútbol en Rusia aparece en 1901. Era un campeonato en San Petersburgo donde solo participaban equipos de esa ciudad. En 1912, estos equipos crearon la Unión de Fútbol de Rusia y fue entonces cuando se fundó la primera liga nacional. El primer campeón fue el San Petersburgo (en 1925 pasarían a llamarse Zenit de San Petersburgo).

 Equipo de San Petersburgo (1912). FOTO: Russian Illustrated magazine


Un gran paso hacia atrás

No obstante, dos años después el fútbol se detuvo por el estallido de la I Guerra Mundial. En 1914, con la mitad del campeonato disputado, se decide suspender todos los partidos unilateralmente. Por aquel entonces, en la Unión de Fútbol de Rusia estaban inscritos cerca de 200 equipos y más de 5.000 futbolistas. La llegada de la revolución soviética en 1917 terminaría por destruir todo lo conseguido hasta el momento en el mundo del fútbol. Se tuvo que crear una nueva liga que no arrancaría hasta 1922. Fueron ocho años sin este deporte.

Tras la revolución rusa se disputaron varios torneos no oficiales. Hubo que esperar hasta mayo de 1936 para ver el primer partido oficial en la historia de la Unión Soviética. Lo jugaron el Dynamo de Leningrado (actual Dynamo de San Petersburgo, que descendió de la Premier League Rusa en 2010) y el Lokomotiv de Moscú. La guerra civil que estalló tras la revolución de octubre de 1917 hizo que una liga de fútbol profesional no se creara hasta mediados de 1930. Este momento de la historia también afectó a las infraestructuras. Un ejemplo es el actual estadio Olímpico de Kiev, que su construcción fue temporalmente suspendida por culpa de la I Guerra Mundial y a la Revoluvión rusa.


Equipos relacionados a la Unión Soviética

Existieron equipos íntimamente ligados a la historia de la revolución soviética. Algunos ejemplos son Lokomotiv de Moscú, CSKA de Moscú, Dinamo de Moscú o Torpedo de Moscú. Todos ellos formados en la capital rusa. El Lokomotiv se fundó en 1923 como club de la revolución de octubre y estuvo formado inicialmente por trabajadores del Ferrocarril, todos de complexión fuerte. El Torpedo de Moscú, creado en 1930 y formado por la empresa de automóviles ZIL (fundada un año antes del estallido de la revolución soviética). Este fabricante ruso se dedicaba a producir automóviles de lujo, camiones y vehículos militares.

El Dinamo de Moscú era el equipo del Ministerio del Interior tras la revolución rusa y con el famoso Félix Dzerzhinsky como uno de los 'mandamás'. Dzerzhinsky fue un revolucionario comunista que fundó la 'CHEKA', organización de inteligencia política y militar cuyo único objetivo era eliminar y liquidar todo movimiento contrarrevolucionario.

Por su parte, el CSKA de Moscú se fundó en 1911 y siempre ha estado ligado al ejército rojo. Por aquella época el CSKA solía fichar prioritariamente a jugadores que estuvieran alistados en las fuerzas militares y que además tuvieran relación con las unidades de caballería.

Tras la fundación de la Unión Soviética el fútbol volvió a florecer en todos los rincones del país y no volvería a tener competición propia hasta 1992. Pero eso es ya otra historia...



El fútbol en la 'Guerra total'

Javier Estepa 
11/10/12 

Cómo era y en qué se vio afectado el mundo del fútbol durante los momentos más relevantes de la historia. Seguimos el viaje con la II Guerra Mundial.



La mayor parte de las naciones del mundo se vieron envueltas en el que fue conflicto bélico más devastador de la historia. Más de 70 millones de personas perdieron la vida en este periodo de 'Guerra total' que floreció principalmente por el crecimiento de la violencia en los regímenes autoritarios, la política en contra de los judíos de Hitler con su idea de expansión territorial. Las dos bloques militarmente opuestos fueron: Alemania, Italia y Japón (eje) y Reino Unido, Francia, Estados Unidos y la URSS (aliados).

Se arrasaron muchas ciudades europeas y se extendió la pobreza y el hambre. Con este panorama, ¿cómo se desarrolló el fútbol en el viejo continente? Uno de los países más afectados por este conflicto bélico fue el Reino Unido. La 'Football League', fundada en 1888, es considerada la primera liga del mundo. Desde ese año se disputó este campeonato... pero cuando estalló la guerra todo se paralizó. El Everton fue el campeón en 1939 con su jugador Tommy Lawton como máximo goleador del torneo. En 1940 la liga quedó suspendida y no volvería a disputarse hasta la 1946/47.


Autobiografía de Billy Shankly, donde narra sus experiencias durante la II Guerra Mundial


Muchos futbolistas tuvieron que dejar su carrera para combatir en la II Guerra Mundial. Fue el caso de Tom Finney que, nada más firmar por el Preston, estalló la guerra y fue llamado a filas por el 'Royal Armoured Corps' en 1942. En 1946 este mítico delantero comenzó su trayectoria como jugador y su buen rendimiento le abrió las puertas de la selección inglesa. Otro mítico personaje del fútbol inglés fue Bill Shankly. En su autobiografía (Shankly. My story) relata en primera persona como fue su vida durante la II Guerra Mundial. Durante el conflicto llegó incluso a jugar algún partido con la selección escocesa.


Creación de la 'Football League War Cup'

Pero el balón no desapareció en Inglaterra y en Gales entre 1939 y 1945. Se creó la 'Football League War Cup', que vio la luz para tapar ese vacío futbolístico. Fue una competición sin muchos de los jugadores más importantes del momento, ya que todos ellos fueron llamados a combatir. Cerca de 800 futbolistas (entre ellos, jugadores del Liverpool, Wolverhampton o Huddersfield), lucharon en la II Guerra Mundial.

Histórico fue la primera final disputada de la 'Football League War Cup'.  El 8 de junio de 1940 West Ham y Blackburn Rovers se veían las caras en el estadio de Wembley. Fue histórico porque, pese a que Londres estaba amenazada por las fuerzas alemanas, cerca de 43.000 personas llenaron las gradas de Wembley para asistir en directo al encuentro. El fútbol venció al miedo.


Parón en el fútbol alemán

En Alemania Hitler ganó las elecciones de 1933 y fue entonces cuando comenzó su particular programa de 'expansión germana'. La 'Guerra total' también afectó de forma muy notable al deporte del balompié. Se creó sobre 1903 el primer campeonato regular en Alemania (en 1963 pasaría a llamarse Bundesliga).

Pese al estallido de la II Guerra Mundial en 1939, este torneo se siguió jugando unos años más... hasta que las bombas y los ataques lo hicieron imposible. De 1945 a 1947 se suspendió la competición, siendo el Nuremberg el primer equipo el conquistar el título tras el parón.



Complemento

La Guerra del Fútbol


Un caza F4U-5N Corsair hondureño, que participó en el que sería el último combate aéreo entre aviones de pistón de la historia.


Finalmente hemos incluido en esta recopilación otro hecho que culminó con una "guerra del fútbol". Así es conocido el conflicto entre El Salvador y Honduras, acaecido entre el 14 y 18 de julio de 1969, también se la conoce como la "Guerra de las 100 Horas" o "Guerra de Legítima Defensa" (dentro de El Salvador).

El nombre del conflicto fue tomado de la historiografía anglosajona (en inglés: Football War o Soccer War), debido a la coincidencia con un partido de fútbol que el 26 de junio de 1969 enfrentó a las selecciones nacionales de El Salvador y Honduras, con motivo de las clasificatorias para la Copa Mundial de Fútbol de 1970; dicho nombre fue acuñado por el reportero polaco Ryszard Kapuściński y el reportero jamaiquino Bob Dickens,​ quienes desconocían las causas reales que provocaron el conflicto entre las dos repúblicas de Centroamérica (Nota de la Wikipedia).

Esta corta guerra evidenció las tensiones políticas que llevaron al conflicto armado a salvadoreños y hondureños. Se destaca la utilización en combate, en ambos bandos, de viejos aviones ya obsoletos para esos días y que habían participado en la segunda guerra mundial. Fue la final aparición de modelos estadounidenses como el Cavalier P-51D Mustang, F4U-1 Corsair, T-28A Trojan, Douglas C-47 Skytrain (como bombardero improvisado por ambos bandos) y AT-6C Texan.

El siguiente episodio es un relato especial para ESPN


La Guerra del fútbol


ESPN
23 julio 2013


El Salvador logró la clasificación antes de la guerra.( Getty Images)

A fines de la década del sesenta, la mayor parte de las tierras de El Salvador estaban en manos de unos pocos hacendados. Esto provocó que una enorme cantidad de campesinos salvadoreños emigraran y se instalaran en Honduras, donde había mejores oportunidades. En 1969, Honduras decidió llevar adelante una reforma agraria, que tuvo en la expropiación de campos uno de sus principales puntos. Entonces, miles de ciudadanos salvadoreños que habían formado una vida del otro lado de la frontera se vieron obligados a regresar a su patria. Esta fue la principal razón de la "Guerra del fútbol".

El conflicto entre los pueblos de Honduras y El Salvador alcanzó su punto de mayor tensión el 15 de junio de 1969. Ese día, los Seleccionados nacionales de ambos países se enfrentaron en San Salvador por las Eliminatorias para el Mundial de México 1970. Después del triunfo 1-0 de los locales en Tegucigalpa, El Salvador se tomó revancha y goleó 3-0 en casa, lo que obligó a la disputa de un partido desempate para decidir qué equipo jugaría la final por un lugar en la Copa.

Sin embargo, ese tercer juego estuvo marcado por lo que sucedió después del segundo. Tras la victoria salvadoreña, los hinchas locales protagonizaron graves incidentes en las calles, influenciados por la campaña anti-hondureña difundida a través de la prensa. De hecho, cientos de personas persiguieron al micro del plantel desde el estadio hasta el paso fronterizo de El Amatillo. En cuanto se supo el maltrato sufrido por los jugadores hondureños, los habitantes de ese país comenzaron a agredir a cualquier salvadoreño que tuvieran cerca.

La hostilidad fue creciendo de manera exponencial hasta la disputa del encuentro definitivo, el 27 de junio en México. Ese mismo día, El Salvador decidió romper formalmente las relaciones diplomáticas con Honduras y su presidente llamó a la constitución de un bloque de Unidad Nacional. Por la noche, la Selecta ganó 3-2 y se clasificó para la final de las Eliminatorias de Concacaf.

El 14 de julio de 1969 comenzó la Guerra, cuando se estableció un frente de fuego en la línea divisoria de ambos países. No estuvo nada claro qué bando comenzó las hostilidades, ya que las informaciones son opuestas según lleguen desde Tegucigalpa o San Salvador. Lo cierto es que durante los cuatro días de conflicto bélico hubo entre 4.000 y 6.000 bajas civiles.

La Guerra del fútbol no fue un conflicto generado por las consecuencias de un partido, sino que tuvo raíces muchos más profundas. Sin embargo, lo que sucedió en los tres encuentros de las Eliminatorias fue la chispa necesaria para que dos naciones hermanas lleguen una guerra sin sentido, como todas.



Fuentes:

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