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22 noviembre 2023

JFK: Eterno debate sobre un asesinato. ¿Cortina de humo para ocultar la verdad?


John F. Kennedy, ilustración de Michael Hogue (Staff Photographer) de The Dallas Morning News.


por Tito Andino


 Rememorando los 60 años del asesinato del presidente John F. Kennedy


Existe una inmensa literatura sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, si acabaron con Kennedy significa que cualquier otro presidente o persona puede ser destruida si se atreviese a desafiar ese poder, una lección que jamás será olvidada por los posteriores inquilinos de la Casa Blanca. Es presumible que la evidencia seguirá siendo desviada a través de la desinformación y propaganda que proviene de indistintas agencias del gobierno estadounidense e incluso del extranjero. 

Es probable que debido al transcurso inexorable del tiempo mucha gente joven desconoce la historia del crimen, la inmensa mayoría de personas ni siquiera habíamos nacido cuando ocurrió y, de saberla, creeremos a rajatabla en la versión oficial que nos imparten en las escuelas y que bombardean los medios comerciales con cierta periodicidad. El engaño persiste, a la vez que nuevas generaciones tienen la oportunidad de encontrar vasta evidencia documental para aseverar que fue el estado de seguridad nacional de los Estados Unidos (incluye varias agencias), probablemente bajo complicidad foránea, quien perpetró el asesinato de JFK.

No tenemos intención de entrar aquí en ningún otro análisis o debate sobre el caso. Seleccionamos tres artículos publicados previamente en los que se habla de una trama secreta que implica a Israel, casi todos los datos concuerdan, hasta diría que encajan en el puzle, y existen más (publicamos dos artículos de Laurent Guyénot, quien también escribiera en 2013 un ensayo titulado "Who killed Kennedy: CIA, LBJ, or the Truly "Unspeakable"?" (¿Quién mató a Kennedy: la CIA, LBJ o lo verdaderamente "indecible"?). 

La "mala" noticia es que todo seguirá siendo una hipótesis, ¿quién conoce cien por cien la verdad absoluta?... los verdaderos responsables seguramente habrán ya fallecido y lo más previsible es que esas evidencias documentales -que nunca llegaron a ser desclasificadas- hayan desaparecido para siempre. 



SE BUSCA POR TRAICIÓN. Panfleto anónimo que circulaba el 21 de noviembre de 1963 en Dallas, un día antes del asesinato de Kennedy, ahí podemos apreciar otros "cargos" como traición contra los EEUU y la Constitución; por "comunista" y "anticristiano", etc. 

¿Qué enemistó al verdadero poder con JFK para que lo asesinaran? Resulta difícil encontrar una causa fundamental para el crimen. En sus discursos JFK brindaba esperanza a las masas, es digno de mención el recordado discurso en la Universidad Americana (junio de 1963) en que expuso una nueva y pacífica política exterior estadounidense, de hecho, esa es una buena hipótesis para derrocarlo. Se debe prestar atención a la política estadounidense de esos días, se percibía una creciente hostilidad de gente cercana al poder; según los rivales políticos de JFK éste era un presidente débil y "permisivo" con el comunismo, lo acusaron de promover el anticolonialismo, de intentar normalizar las relaciones con Cuba, la distensión con los soviéticos mediante la carrera espacial en armonía. Esos son algunos eventos significativos que enfurecieron a los halcones dentro y fuera de casa. Otros son más graves, como proponer frenar la carrera armamentística, firmar el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares, negociar para poner fin a la Guerra Fría, fiscalizar el proyecto nuclear israelí, Kennedy estaba decidido a evitar que Israel adquiera armas nucleares... En casa los Kennedy preparaban el relevo del vicepresidente Lyndon Johnson por deslealtad política e investigaciones por corrupción...


John Fitzgerald Kennedy pronuncia el Discurso por la Paz en la Universidad Americana de Washington, el 10 de junio de 1963. El discurso fue tan sorpresivo que no lo conocían en el Departamento de Estado ni en la CIA. Anunció una reunión con Nikita Kruschev para dialogar como poner fin a la carrera armamentista. Meses después fue ultimado en Dallas (Foto: Arnie Sachs/CNP/Getty Images). Un extracto del discurso: "... ¿Qué tipo de paz quiero evocar? ¿Qué tipo de paz buscamos? No una Pax Americana impuesta al mundo por las armas de guerra estadounidenses; no la paz de la tumba o la seguridad del esclavo. Estoy hablando de una paz genuina, el tipo de paz que hace que valga la pena vivir la vida en la tierra; el tipo de paz que permite a los hombres y las naciones crecer, tener esperanza y construir una vida mejor para sus hijos; no solo paz para los estadounidenses, sino paz para todos los hombres, no solo paz en nuestro tiempo, sino paz en todas las épocas...". (El discurso completo puede ser consultado en internet).


Tampoco debemos santificar a JFK, fue él quien autorizó la invasión de Bahía de Cochinos, su gobierno se implicó en la crisis de los misiles y, aunque suele decirse lo contrario, Kennedy aceptó la retirada de tropas estadounidenses de Vietnam solo en el caso de una rápida y contundente victoria militar (que no sucedería).

Razones para una conspiración que culminó con el magnicidio del presidente Kennedy hubo y sobradas. Imposible será determinar nombres, no sabremos nunca cuántas personas se hallaban involucradas o cuántas agencias conocían, participaron o encubrieron los hechos

Citemos de memoria algunas distintivas teorías (hay tantas hasta el punto que suele volverse difícil recopilarlas)La insatisfacción del "Estado Profundo"; los servicios secretos; la Reserva Federal (teoría de la impresión de billetes "legales" aparte de los emitidos por la Reserva Federal); la conexión nazi con el asesinato; Richard Nixon; el Pentágono; la conexión texana (Lyndon B. Johnson-Billie Sol Estes); Lyndon B. Johnson y ex convictos francotiradores; Lyndon B. Johnson e Israel; Lyndon B. Johnson y su abogado Edward Clark, a quien Reader's Digest lo calificaba como el "jefe político secreto de Texas". Clark se habría jactado en privado de su participación en el asesinato de JFK; los grupos de la derecha cristiana; la CIA; la CIA junto a exiliados cubanos; la CIA y el crimen organizado; la CIA y agentes israelíes; la KGB; la Mafia y el FBI (J. Edgar Hoover); las aparentes alianzas o hasta rivalidades entre la mafia y anticastristas; Jacob Rubenstein y los judíos; Fidel Castro; una conspiración mafiosa por sí sola; la conspiración israelí; organizaciones soviéticas; etc., etc. Y, olvídese, no vamos a pasar a la conspiranoia pura de los reptilianos y otros extraterrestres o de los muy "populares" Illuminatis, o hasta el espíritu de Marilyn... 

Ahhh! me olvidaba de otras dos teorías; una dice que "la propia Jackie Kennedy disparó el tiro letal con una pequeña pistola debajo de la barbilla" porque "sus movimientos fueron definitivamente ANORMALES justo antes y después del disparo. Ella extrañamente agarra su cabeza y debajo de su barbilla justo antes del disparo ... (el film de Zapruder muestra una bocanada de humo blanco alrededor de su cabeza justo después del disparo, y luego ella está ARRASTRÁNDOSE en la parte trasera de la limusina mientras el tipo del servicio secreto señala puntos en el maletero trasero y ella los está limpiando, o agarrando casquillos de bala..."; al parecer Jackie ya "pensaba" irse con el magnate Aristóteles Onassis. La otra "teoría" nos da la opción de recurrir a los psíquicos, basta con decir que el caso puede ser resuelto de esa manera... si así requiriere la justicia.


Volviendo a lo serio, la muerte de JFK seguirá manteniendo el estatus moral de crimen sin resolver, lo que comúnmente suele denominarse "teoría de la conspiración". No debemos ridiculizar ciertas hipótesis planteadas en experticias investigaciones. Las denominadas "teorías de la conspiración" (fundadas o infundadas) no pueden confundirse con la difusión conocida popularmente como "conspiranoia", estimulada incluso por el Poder, cuyo obscuro propósito es evidente, causar revuelo y desinformar.

Una destacable figura jurídica en el derecho anglosajón (Common Law) es "Conspiracy" (conspiración). La explicación es simple, las leyes federales de los Estados Unidos establecen que dos o más personas involucradas en la planificación, ejecución, encubrimiento de un crimen lo convierte en una conspiración. En el caso de JFK, ¿por qué prevaleció la teoría de un solo asesino? Ahora entiende usted el por qué los medios de desinformación intensiva recalcan siempre, como una cuestión de fe, la versión oficial o historia del tirador solitario (Comisión Warren), muy a pesar de la falta de indicios probados. Y, si usted no está de acuerdo con la ortodoxia estatal, de malas... es un conspiranoico. En la Facultad de Jurisprudencia donde estudie solía un maestro de Derecho Penal "recordarnos" que, si no quieren que la verdad reluzca, forme una "Comisión de Investigación".


La Comisión Warren, su nombre oficial es "Comisión Presidencial sobre el Asesinato del Presidente Kennedy". La comisión fue establecida por el presidente Lyndon B. Johnson el 29 de noviembre de 1963 y estuvo dirigida por el Presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Earl Warren. El comité se conformó con siete miembros, contaba con el asesoramiento del Consejo del Comité compuesto por 15 abogados, el Consejero general era J. Lee Rankin. En la foto están los miembros, Gerald Ford, Hale Boggs, Richard Russell Jr., Earl Warren, John Sherman Cooper, John J. McCloy, Allen Welsh Dulles, y el consejero general J. Lee Rankin.

El "Tribunal Ad-hoc" -Comisión Warren- fue constituido por rivales y enemigos de JFK, su decisión final ordena conformarnos con su fallo. Establecieron que Lee Harvey Oswald actuó solo (el asesino solitario), no existió conspiración alguna sea nacional o extranjera. La Comisión afirmó que Oswald disparó la llamada "bala mágica" (Prueba 399 de la Comisión)  que entró en la espalda de JFK y salió de su cuello y luego entró en la parte trasera del gobernador John Connally, que estaba sentado en el asiento delantero, zigzagueando en múltiples direcciones, causándole cinco heridas y luego emergiendo en perfectas condiciones. 

Muchas hipótesis surgieron durante la investigación e Informe final de la Comisión Warren de 1964, ahora en los archivos del Gobierno Federal, algunas han sido señaladas como teorías de la conspiración junto con las contradictorias historias sobre Oswald. 


Los miembros de la Comisión Warren presentan oficialmente su informe sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy al presidente Lyndon B. Johnson, 24 de septiembre de 1964. De izquierda a derecha: John McCloy (sin cargo público), J. Lee Rankin (consejero jurídico), el senador Richard Russell, el congresista Gerald Ford, el presidente del Tribunal Supremo Earl Warren, el presidente Lyndon B. Johnson, Allen Dulles (ex director de la CIA), el senador John Sherman Cooper y el congresista Hale Boggs. (Sala del Gabinete, Casa Blanca, Washington DC. Foto de la Casa Blanca de Cecil Stoughton, vía Biblioteca LBJ). El Informe Final consta de 888 páginas, pero toda la investigación consta de 26 volúmenes de testimonios y anexos (26.000 páginas): Informe general, lista de conclusiones; audiencias y pruebas de la Comisión; sesiones ejecutivas de la Comisión; reuniones del personal de la Comisión; documentos de la Comisión. Se recibieron un total de 50.000 documentos de la CIA, FBI, Servicio Secreto, Departamento de Asuntos Internos, Departamento de Policía de Dallas, hallazgos de balística de la Comisión, etc. La conclusión de la Comisión Warren es: se dispararon tres balas durante el asesinato y Lee Harvey Oswald había disparado las tres desde el Depósito de Libros Escolares de Texas. (Como curiosidad, si alguien está interesado tenemos un artículo en este blog sobre John McCoy el libertador de los asesinos de despacho nazis)


Insistiremos que existe suficiente evidencia para determinar que hubo una conspiración, más allá de toda duda razonableSin caer victimas de una elaborada desinformación, como simples mortales, luego de engullir "toneladas" de material, los indicios y presunciones son inequívocos, se trató de un GOLPE de ESTADO a secas. El presidente Kennedy fue asesinado en un complot o conspiración del más alto nivel en que pudieron implicarse tanto miembros de la máquina imperial del complejo militar como una o diversas agencias representativas del estado de seguridad nacional, sin descartar una confabulación, o influencia directa, o complicidad de entidades extranjeras (como se expone en las tres ponencias anteriores). Muchos querían a Kennedy fuera de acción, probablemente el método sería lo discordante

Vincent Salandria (fallecido en 2020), brillante abogado de Filadelfia, le denominó "un falso misterio", como autor del libro "False Mystery: Essays on the Assassination of JFK" (2004):


"Después de más de medio siglo, la verdad histórica del asesinato del presidente John F. Kennedy finalmente se ha establecido más allá de la disputa racional. El asesinato de Kennedy es un falso misterio. Fue concebido por los conspiradores como un falso misterio que fue diseñado para causar un debate interminable. El propósito del prolongado debate era oscurecer lo que era clara y llanamente un golpe de Estado. En pocas palabras, el presidente Kennedy fue asesinado por nuestro estado de seguridad nacional de los Estados Unidos para abortar sus esfuerzos por llevar la Guerra Fría a una conclusión pacífica".


Esto es lo único que debería ser debatido, lo único que debería preocuparnos. JFK no murió por los presuntos tres disparos realizados por Lee Harvey Oswald desde el depósito de libros. Las evidencias están allí, menos para el gobierno. Por sentado, esto será una hipótesis porque un tribunal ad-hoc (Comisión Warren) determinó que hubo solo un asesino solitario (convenientemente silenciado) y el caso cerrado. No obstante, nada sobre la "versión oficial" tiene sentido ni con sesenta años de narrativas cuidadosamente elaboradas que han sido rebatidas en este largo trayecto

Se vuelve innecesario repasar tantas historias sobre lo mismo (salvo que sea trascendental, anotamos dos en los siguientes párrafos). En diferentes estilos y formatos se ha escrito y publicado interminables análisis. Lo común de casi toda esa narrativa propagandística es la repetición de "la gran mentira" una y otra y otra vez: La culpa es exclusividad de Lee Harvey Oswald, él le disparó al presidente en la espalda y en la cabeza desde el Depósito de Libros Escolares de Texas. 


John F. Kennedy, Discurso por la Paz en la Universidad Americana de Washington, 10 de junio de 1963. (Arnie Sachs/CNP/Getty Images)


Es preciso señalar que nadie tiene el "monopolio" de la verdad, ni siquiera los aparatos de seguridad estadounidenses (peor quien escribe estas líneas. Quién sabe, algún día recibimos una buena reprimenda y jalón de orejas por "conspiranoicos" y nos sorprendan iluminándonos con la verdad absoluta...) Solo intuimos que parte de esa verdad, con fuentes reales, creíbles y demostrables, puede encontrarse, por ejemplo en:

La versión larga del documental JFK Revisited: Through the Looking Glass (2021), (JFK revisitado: a través del espejo) de Oliver Stone (cuatro horas de película), es solo la parte visible de la investigación, para conseguirlo se evaluaron y reevaluaron documentos, transcripciones y entrevistas de respaldo. El documental que se presentó al público dura dos horas, algunos de sus exponentes son John M. Newman (de JFK y Vietnam y Oswald y la CIA), David Talbot (autor de El tablero de ajedrez del diablo), Robert F. Kennedy Jr., James K. Galbraith, el Dr. Cyril Wecht y el Dr. Henry Lee. Una conclusión del documental es que el Pentágono y la comunidad de Inteligencia tenían en acción agendas diferentes al presidente, la CIA se adelantó a Kennedy y lo eliminó. 

Es necesario hacer una objetiva aclaración, la primera película de Oliver Stone, "JFK" de 1991 fue producido por Arnon Milchan que resultó ser "un importante agente encubierto de la inteligencia israelí", conforme demuestra Laurent Guyénot en anteriores ensayos, lo que pone en cuarentena al film, agentes israelíes y de la CIA metieron mano en el guión. Lo valioso de JFK de Stone (1991) es que, de todas formas, el establishment se alarmó e intentó desacreditarlo y como un bumerán ante la obstrucción a la transparencia tuvieron que aprobar la Ley de Recopilación de Registros del Asesinato del Presidente John F. Kennedy en 1992.

El documental JFK Revisited (2021) complementa otras valiosas investigaciones, como "JFK and the Unspeakable" (JFK y lo indecible) de James W. Douglass; "Case Closed" (Caso Cerrado) de Gerald Posner; "Crossfire" (Fuego Cruzado) de Jim Marrs; "Brothers: The Hidden History of the Kennedy Years" (Hermanos: la historia oculta de los años Kennedy) de David Talbot; "Last Word: My Indictment of the CIA in the Murder of JFK" (Última palabra: Mi acusación a la CIA por el asesinato de JFK) de Mark Lane.

Otro excepcional documento es el ya nombrado libro de James Douglass, "JFK and the Unspeakable: Why He Died and Why It Matters" (Orbis Books, 2008) (JFK y lo indecible: por qué murió y por qué es importante). Es una convincente investigación que concluye que Kennedy fue asesinado por fuerzas "indescriptibles o indecibles" dentro del estado de seguridad nacional de Estados Unidos por su "conversión" a un hombre de paz. Señala el autor que JFK era una gran amenaza para el complejo militar-industrial, afirmando que la conspiración fue dirigida por la CIA (Laurent Guyénot critica el libro de Douglass -ver anteriores artículos- en el sentido que, pese a las evidencias, no menciona para nada a Israel).

Por si solo, un análisis profundo del libro de Douglass, amerita una nueva entrada, pero no queremos abrumar al lector con tanta información, la mejor opción es recomendar una de las mejores reseñas del libro de James Douglass, escrita por Edward Curtin, con el mismo título (Ver notas de referencia, más abajo citaremos a Curtin en otra de sus publicaciones).

 

Nuevas "evidencias" y pseudo debates

Existió, existe y continuará por siempre el encubrimiento oficial. La desinformación y pseudo debates que aparecen últimamente demuestran cierta desesperación por enredarnos cada vez más con nuevas historias, versiones y declaraciones de gente senil, en pleno ocaso de sus vidas. ¿Más pistas falsas?, sin duda. Así es como se revive periódicamente la polémica, pero cuya esencia trascendental es ocultar furtivamente lo importante: ¿Quién mismo asesinó a JFK?.

Desde hace unos meses estamos aturdidos y abrumados ante esas nuevas "evidencias" y pseudo "debates" televisivos y otros formatos que los medios alineados con el estado profundo y el estado de seguridad nacional estadounidense nos obligan a consumir. Aparecieron recientemente otros reportes, "evidencias" que surgen tras las declaraciones de ex agentes del servicio secreto que formaron parte del equipo de seguridad de JFK en Dallas - Texas, el día del crimen (22 de noviembre de 1963), esto es aprovechado por las grandes corporaciones de noticias, son esos medios quienes se prestan a brindar shows televisivos y "debates" entre hombres "sabios". Este tipo de tertulias tiene el morbo de romper la cabeza al interesado por la historia del magnicidio, mientras hacen eso se aseguran de infiltrar una serie de falsedades que refuerzan la tesis del gobierno.




¿Han prestado atención al incesante río de publicaciones previo al sexagésimo aniversario del asesinato de JFK?, (la crisis Israel-Palestina amainó mucho su difusión). Son pistas falsas. Insistamos, estamos frente a una programada desinformación a través de pseudo debates. De lo último en aparecer (que merecen ser citados) están las publicaciones de The New York Times y Vanity Fair que recogen las palabras de otro ex agente del Servicio Secreto y miembro de la seguridad del presidente Kennedy en Dallas, Paul Landis (hoy un anciano) quien se describe como la persona que encontró la famosa "bala mágica", ahora dice que él la colocó en la camilla de Kennedy en el Hospital Parkland, no lo dijo a nadie durante todas estas décadas. Con este acto Landis pone en duda la afirmación de la "bala mágica" de la Comisión Warren. 

New York Times y Washington Post durante mucho tiempo vienen siendo los portavoces de la CIA. Un artículo del New York Times, de Peter Baker (corresponsal jefe de la Casa Blanca y ex miembro del Washington Post) titula "JFK Murder Witness Breaks His Silence and Raise New Questions" (Testigo del asesinato de JFK rompe su silencio y plantea nuevas preguntas). El artículo de Vanity Fair está escrito por James Robenalt, colega de John Dean (caso Watergate) se titula "A New JFK Assassination Revelation Could Upend the Long-Held ´Lone Gunman´ Theory" (Nueva revelación del asesinato de JFK podría poner patas arriba la teoría del ´pistolero solitario´ de larga data).

Esos títulos inducen al escepticismo, señala Edward Curtin, autor del artículo "Another Magical JFK Assassination Pseudo-Debate and Limited Hangout" (Otro pseudo-debate mágico sobre el asesinato de JFK y un lugar de reunión limitado), septiembre 2023 para Off-Guardian.Org. "¿`Nuevas preguntas´? ¿No tenemos ya las respuestas que necesitamos? ¿Podría poner patas arriba la teoría del 'pistolero solitario' de larga data? Así que debemos seguir debatiendo e investigando lo obvio. ¿Por qué? Para proteger a la CIA". "Balas fantasmas y mucha magia entran en la creación y destrucción de este cuento contado para camuflar la culpa de la CIA en el asesinato del presidente Kennedy. Si crees en la magia y el misterio, Peter Baker de The New York Times tiene estas palabras para ti, si puedes entenderlas".

Fomentar los pseudo-debates y la confusión es una estrategia utilizada por las agencias de inteligencia con el fin de desviar la atención de los hechos centrales de un caso que están desesperados por ocultar. El ejemplo práctico es la "bala mágica" de la Comisión Warren, a la que el morbo actual le pone una pisca de duda. ¿Por qué? simplemente porque es absurda, "posiblemente incorrecta", la gente hace valer sus funciones cerebrales y se da cuenta que esa parte de la historia es propaganda. Pero, ¿cuál es el juego? "Los artistas del encubrimiento están dispuestos a sugerir que podría estar mal para continuar debatiendo asuntos sin sentido basados en premisas falsas para solidificar sus mentiras centrales" (Curtin)

Sin contradecirnos, repasemos brevemente otras versiones de la CIA (más arriba hablamos de Paul Landis). Richard Helms de la CIA mintió a la Comisión Warren en marzo de 1964 con un memorándum conocido como el Documento 692 (Comisión Warren), el llamado "Dossier Oficial Oswald de la CIA", desclasificado en 1973. Helms escribió: "Se adjunta una reproducción exacta del expediente oficial de la Agencia sobre Lee Harvey OSWALD que comienza con la hoja de apertura fechada el 9 de diciembre de 1960". Peter Dale Scott deduce que la redacción cuidadosamente ideada de las mentiras de Helms sirvió para ocultar lo que la CIA necesitaba encubrir: "Que la CIA había lanzado recientemente una operación encubierta con el nombre de Lee Harvey Oswald (y quizás el propio Oswald), solo cinco semanas antes de que el presidente Kennedy fuera asesinado". 




"Otra evidencia del complot para el asesinato son las copias falsificadas de documentos sobre Oswald, especialmente del Departamento de Estado, habían sido utilizadas como parte de una caza de topos por el jefe de CIA James Angleton desde el momento de la "deserción" de Oswald en 1959 a Rusia. Sin embargo, los cables de la CIA sobre Oswald en octubre de 1963 no tenían precedentes: la primera vez que la CIA inició información falsa sobre Oswald y la compartió con otras agencias.

Todo esto puede haber sido autorizado como parte de una operación de contrainteligencia. Pero después del asesinato, el ocultamiento de Helms de la existencia de esta operación a la Comisión Warren fue un asunto diferente".

En otras palabras, la "operación Oswald" se convirtió en el punto focal del consiguiente encubrimiento de la CIA y del perjurio de Helms", detalla Peter Dale Scott. Dice el referido investigador en su libro "Dallas '63: The First Revolt of the Deep State Against the White House", que hubo mentiras culpables y encubrimiento de muchos otros en altos cargos, incluidos individuos en el FBI, el Servicio Secreto, ONI y probablemente aún más agencias de inteligencia militar. Es decir, la CIA y el FBI no estaban solos en las falsificaciones sobre Oswald, posteriores al asesinato.

No cabe duda, el encubrimiento posterior al magnicidio fue generalizado al más alto nivel. "Las mentiras de la CIA difieren de las de otras agencias en dos aspectos importantes. Primero, la CIA estaba mintiendo sobre Oswald antes del asesinato, así como después. Específicamente, la CIA mintió sobre Oswald el 10 de octubre de 1963, en dos importantes y largos cables salientes... En segundo lugar, las mentiras de la CIA también han continuado con el tiempo, y pueden interpretarse como una obstrucción continua de la justicia". 

También es interesante recordar las "aventuras" del agente del Servicio Secreto, Clint Hill, que viajaba en la parte trasera de la limusina presidencial, que bajaba y subía del vehículo presidencial para ir al vehículo de seguridad del servicio secreto. En el testimonio ante la Comisión Warren, Clint Hill dijo que lo hizo cuatro veces preocupado por la seguridad de Jackie Kennedy. 

Eso deja la pregunta: ¿cuándo volvió a montar por cuarta vez? ¿cuándo volvió a desmontar?, ¿en dónde? Las películas caseras de Jeffries y de Amipa muestran detalles importantes. 


¿Qué nos tiene que contar la medicina forense?

Repasemos algo de medicina legal o práctica forense en el mundo jurídico. El veterano patólogo forense y profesor de la Universidad Duquesne en Pittsburgh, Dr. Cyril Wecht (con experiencia en más de 21.000 autopsias y autoridad consultada sobre miles de otras muertes), es profundo conocedor del tema y autor del libro, "The JFK Assassination Dissected". Su hipótesis: un grupo reducido de agentes militares y de poder de la CIA, estuvieron detrás del asesinato. "Son personas que vieron a Estados Unidos ir al infierno en una canasta y estaban viendo cinco años más de John Kennedy, probablemente seguidos de ocho años de Robert Kennedy. Trece años es toda una vida en el desarrollo sociopolítico de un país. No había manera de que pudieran derrotar a los Kennedy en las urnas, de ninguna manera podrían haber tratado con él, solo había una manera de lidiar con eso y salvar a Estados Unidos como lo veían, en su celo super patriótico, y eso era eliminarlo".

Wecht no tiene pelos en la lengua: "El informe de la Comisión Warren es pura mierda", cree poder probar exhaustivamente que hubo un segundo tirador basado en pruebas técnicas específicas, "uno desde la parte trasera y otro desde el frente, disparos simultáneos y no solo uno desde atrás".

Parte de su prueba es proporcionada por un estudio acústico, gracias a un oficial de motocicleta de la policía que cometió un error involuntario: "Estaba saliendo del neumático trasero izquierdo de la limusina presidencial y estaba salpicado de sangre, cerebro y tejido, tanto que pensó que le habían disparado. Tenía su radio de motocicleta en la transmisión en lugar del modo de recepción que debería haber tenido, y fue una suerte ya que los sonidos en Dealey Plaza ese día fueron grabados ya que fueron transmitidos desde su radio. Ese estudio acústico fue realizado por los expertos acústicos de primer nivel aquí en los Estados Unidos y muestran de manera concluyente que hubo tomas desde la parte trasera y delantera, hubo cuatro tomas, si no cinco, bastante diferentes de lo que la Comisión Warren ha retratado".




La geometría de la "bala mágica" molesta a Wecht (prueba 399), explica cómo tuvo que cambiar de ángulo y dirección en varias ocasiones mientras atravesaba a dos personas (Kennedy y el Gobernador de Texas, John Connally).

Wecht sostiene que los hilos fueron movidos desde arriba, se forjaron las condiciones para el encubrimiento ya que el cuerpo de Kennedy fue llevado rápidamente a Washington para una autopsia. "Para empezar, tienes el cuerpo del presidente sacado del Hospital Parkland en Dallas en violación de las leyes de ese condado y del estado de Texas. La autopsia debería haber sido realizada por el médico forense local, que era un patólogo forense certificado, experimentado y calificado. Resulta que lo conozco, nos conocimos cuando ambos estábamos en la Fuerza Aérea hace muchos años en diferentes bases y en conferencias nacionales".

Un par de médicos navales, J. Thornton Boswell y James Humes, en el Hospital Naval de Bethesda - Maryland, realizaron la autopsia. Wecht señala: "Eran personas navales de carrera que nunca habían hecho una sola autopsia de herida de bala en toda su carrera. ¿Te das cuenta de lo difícil que es tratar con alguien que tiene múltiples heridas de bala para diferenciar entre entrada y salida, ángulo, trayectoria, secuencia y en el caso de JFK tienes que correlacionar todas sus heridas, con las varias heridas en John Connally? Es una tarea formidable. La idea de tener dos patólogos que nunca habían hecho una autopsia de herida de bala en toda su carrera, que no tenían entrenamiento en patología forense, es deplorable y despreciable".

¿Qué le sucedió al cerebro de JFK?. No pudo examinarse de inmediato. Wecht explica cómo un cerebro no se puede diseccionar inmediatamente ya que es demasiado frágil, por lo que se utiliza un producto químico para endurecerlo: "Retrocedes en dos semanas y puedes cortarlo como un huevo duro, no quiero ser crudo, pero solo piensa en eso, cortando un huevo duro en parallel fashion, rebanada por rebanada. Lo haces con un cerebro".

El problema es que dos semanas después, todo el cerebro de JFK no estaba allí. "Está en el informe de la autopsia, las secciones del cerebro no se hacen para 'preservar la muestra'. ¿Preservar el espécimen? ¿Para quién? ¿Para la repisa de la chimenea de Jackie Kennedy?" (Estas citas del Dr. Wecht son parte de un artículo de Chris Sweeney, autor y columnista de The Times, Daily Express, The Sun y Daily Record y varias revistas internacionales: "America's most controversial pathologist dissects JFK's assassination in explosive new book". (El patólogo más controvertido de Estados Unidos disecciona el asesinato de JFK en un nuevo libro explosivo)


Fotografía de la cabeza de JFK después de la autopsia.


Volvamos con los pseudo debates

En resumen, el artículo de Edward Curtin (Another Magical JFK Assassination Pseudo-Debate and Limited Hangout) argumenta que en el caso del asesinato de JFK, al público se le permite pensar lo que quiera, pero no se le permite saber la verdad. Desde la conclusión de la Comisión Warren es evidente que "ninguna persona honesta podría aceptar la teoría de la bala única". Y ese es el objetivo de este tipo de pseudo-debates. "La mentira que estaba destinada a cubrir la verdad del asesinato fue la mentira de que el asesinato es un misterio, que no estamos seguros de lo que sucedió, pero siendo ciudadanos libres de una gran democracia podemos discutir y debatir lo que ha ocurrido. Podemos peticionar a nuestro gobierno y unirnos a él en la búsqueda de la solución a este misterio. Esta es la esencia del encubrimiento".

"La mentira es que hay un misterio que debatir. Y así tenemos pseudo-debates. Debates sobre disputas sin sentido, basadas en suposiciones que son obviamente falsas. Esta es la forma que ha tomado la detención del crimen de Orwell en el asunto del asesinato del presidente. Estoy hablando del pseudo-debate sobre si el Informe Warren es verdadero cuando es obvia e indiscutiblemente falso. Tal vez muchas personas piensan que participar en pseudo-debates es una actividad benigna. Simplemente significa que la gente está debatiendo algo que es irrelevante".

Un debate se basa en una premisa con la que los debatientes deben estar de acuerdo, o no hay debate. En este caso del pseudo-debate la premisa es una mentira, las partes acuerdan mentir al público, sutil y malignamente. Las personas desprevenidas testigos del pseudo-debate no entienden que se les trasmite mentiras, no somos conscientes que se está pasando una premisa como si fuera la realidad. Curtin es muy claro al afirmar: "Ahora no sólo están protegiendo al Estado, ahora se están protegiendo a sí mismos, porque exponer la obviedad del asesinato y el falso debate sería revelar el papel corrupto de todas estas instituciones. Y no hay duda de que estas instituciones son maestras en la autoprotección. Por lo tanto, cualquiera que intente confrontar el verdadero encubrimiento debe estar preparado para enfrentar virtualmente a toda la sociedad. Y al hacer esto, uno inevitablemente va a ser marginado".


El presidente John F. Kennedy y su esposa, Jacqueline, en la parte trasera de la limusina antes de llegar a Dealey Plaza en Dallas el día de su asesinato. Pueden percatarse como Kennedy está expuesto a cualquier evento, lo fácil que podía ser atentar contra él, la "seguridad" es una pantomima, por lo que hubo necesidad de montar un espectáculo de engaños durante seis décadas. (foto: Associated Press)


Algunas consideraciones legales 

En 1992, el Senado de los Estados Unidos aprobó "The President John F. Kennedy Assassination Records Collection Act" (Ley de Recopilación de Registros del Asesinato del Presidente John F. Kennedy) y la creación y financiamiento de la "The Assassination Records Review Board" (Junta de Revisión de Registros de Asesinatos), que son de libre acceso para el público en los Archivos Nacionales

La Ley JFK-1992 requiere que cada registro se divulgue públicamente en su totalidad y debe estar disponible en la colección a más tardar 25 años después de aprobada la ley. De acuerdo con las directrices del presidente Trump (26 octubre 2017), para el 26 de abril de 2018 los Archivos Nacionales publicaron 19.045 documentos clasificados sujetos a la mencionada ley. Los documentos publicados "fueron procesados por agencias de acuerdo con la instrucción del Presidente de que los jefes de las agencias sean extremadamente cautelosos al recomendar cualquier aplazamiento adicional". En la administración Biden (diciembre 2021, diciembre 2022 y entre abril y junio de 2023) se publicaron más de 2.600 documentos "clasificados", que han sido descartados por no contener ninguna información nueva. 

No todos los documentos relacionados con la muerte de Kennedy han sido publicados. Sin embargo, desde octubre de 2017, la CIA y el FBI están violando esta ley. "Agencias como esas nunca divulgarán evidencia real de su propia culpabilidad, incluso suponiendo que no haya sido triturada, quemada y enterrada junto a Jimmy Hoffa hace décadas". Se afirma que aún están pendientes de ser revisados y publicados más de 10.000 documentos, nadie los ha visto, excepto en la Casa Blanca por quienes tuvieron acceso al más alto nivel. 


Liberar esos documentos comprometería la seguridad nacional de los EEUU, es la única justificación (que tampoco la han dado). Entonces, ¿un caso judicial de 1963, cometido por una sola persona -según ellos- va a comprometer hoy la seguridad nacional?


En "JFK Assassination: 59 years of lies still haven’t buried the TRUTH" (Asesinato de JFK: 59 años de mentiras aún no han enterrado la VERDAD) Kit Knightly, concluye:


"¿Pero sabes qué? No importa. No necesitamos documentos oficiales para corroborar la evidencia de nuestros propios ojos, y no necesitamos permiso oficial antes de que podamos reconocer la verdad. Dejemos que los medios cuenten sus historias vacías a sus lectores menguantes, que sus mentiras envejecidas resuenen para siempre en titulares vacíos. Ninguno de nosotros les cree. Todos sabemos lo que realmente sucedió, y siempre lo hemos hecho".

 

En fin. Peter Dale Scott señala: uno no necesita ser un teórico de la conspiración para reconocer esto.


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Fuentes de consulta:

Del editor de este blog:

Meditaciones sobre la "verdad" del magnicidio de JFK

Archivos JFK: El encubrimiento del asesinato del presidente

Otras fuentes:

Another Magical JFK Assassination Pseudo-Debate and Limited Hangout

The JFK Assassination: Why CIA’s Richard Helms Lied About Oswald

JFK Assassination: 59 years of lies still haven’t buried the TRUTH

America's most controversial pathologist dissects JFK's assassination in explosive new book

US government boldly scrutinized: Oliver Stone's new JFK documentary is a must-watch

Who killed Kennedy: CIA, LBJ, or the Truly "Unspeakable"?

JFK and the Unspeakable: Why He Died and Why It Matters

Clint Hill riding at the back of the presidential limo

Secret Service agent who was with JFK on day of his assassination breaks silence - suggests there WAS more than one shooter

J.F.K. Assassination Witness Breaks His Silence and Raises New Questions

... Más otras notas de prensa internacional.

14 noviembre 2023

Jack Ruby: La pistola humeante de Israel




 por Laurent Guyénot

Original en inglés: Jack Ruby: Israel's Smoking Gun

The UNZ Review

noviembre 2021


 Rememorando los 60 años del asesinato del presidente John F. Kennedy

Continuación de la primera entrada: ¿Mató Israel a los Kennedy?


Parte II




Por una extraña paradoja, la mayoría de los investigadores de Kennedy que creen que Oswald era "solo un patsy" pasan mucho tiempo explorando su biografía. Esto es tan útil como investigar a Osama bin Laden para resolver el 9/11. Cualquier búsqueda seria de los verdaderos asesinos de JFK debería comenzar investigando al hombre que le disparó a Oswald a quemarropa en el estómago a las 11:21 a.m. del 24 de noviembre de 1963 en la estación de policía de Dallas, sellando así la posibilidad de que una investigación judicial llamaría la atención sobre las inconsistencias de la acusación en su contra, y tal vez expondría a los verdaderos perpetradores. Uno normalmente esperaría que el dueño del club de striptease de Dallas, Jack Ruby, fuera el personaje más investigado por los verdaderos Truthers de Kennedy. Pero no es así.

(Nota del editor: "Truther" es definido en inglés como una persona que duda de la versión generalmente aceptada de un acontecimiento, creyendo que existe una conspiración oficial para ocultar la verdadera explicación; lo que el "oficialismo" denomina un teórico de la conspiración).


Por supuesto, es perfectamente normal que el presidente del Tribunal Supremo, Earl Warren, cuando Ruby le dijo el 7 de junio de 1964: "Me han usado con un propósito", no le preguntó quién lo había usado y con qué propósito. Pero, ¿qué pasa con los investigadores independientes? ¿Son solo los lectores del Forward ("Noticias que importan a los judíos estadounidenses") dignos de ser informados de que "el asesino de Lee Harvey Oswald 'Jack Ruby' provenía de un fuerte trasfondo judío", y que le dijo a su rabino Hillel Silverman que "lo hizo por el pueblo judío"? Aquí está el pasaje relevante del artículo de Steve North de 2013, que relata la reacción de Silverman después de escuchar en la radio que un "Jack Rubenstein" había matado al asesino:


"Me sorprendió", dijo Silverman. "Lo visité al día siguiente en la cárcel y le dije: '¿Por qué, Jack, por qué?' Él dijo: 'Lo hice por el pueblo estadounidense'". Interrumpí a Silverman, señalando que otros informes tenían a Ruby diciendo que lo hizo "para demostrar que los judíos tenían agallas". El rabino suspiró. "Sí, mencionó eso", dijo Silverman. "Pero no me gusta mencionarlo. Creo que dijo: 'Lo hice por el pueblo judío'. Pero he tratado de borrar esa declaración de mi mente".


El abogado defensor de Ruby, William Kunstler, también afirma en sus memorias que Ruby le dijo: "Lo hice por los judíos", repitiendo en varias ocasiones: "Hice esto para que no implicaran a los judíos". Durante la última visita de Kunstler, Ruby le entregó una nota en la que reiteró que su motivo era "proteger a los judíos estadounidenses de un pogromo que podría ocurrir debido a la ira por el asesinato". 

Solo hay una interpretación posible de las palabras de Ruby: él debe haber sabido, y aquellos a quienes le encargó matar a Oswald deben haber sabido, que si Oswald era juzgado, la mano judía en el asesinato de JFK probablemente se haría evidente.

¿Por qué esta información crucial no está en ningún libro sobre el asesinato de Kennedy, excepto en el de Michael Collins Piper (y ahora en el mío)? James Douglass, para tomar el ejemplo más representativo, insiste, sin una pizca de evidencia, en que Ruby, además de ser un "funcionario de la mafia de Chicago", estaba "conectado con la CIA". Ni una sola vez Douglass menciona el origen judío de Ruby, y su nombre real solo se puede encontrar en una sola nota al final citando a otro autor. ¿Podría la extraña omisión de Douglass tener el mismo motivo que el asesinato de Oswald por parte de Ruby, es decir, "proteger a los judíos estadounidenses de un pogromo que podría ocurrir debido a la ira por el asesinato"?



   Jacob Leon Rubenstein, más conocido como Jack Ruby, fichado por la policía de Texas. (foto colorizada, interpuesta por el editor del blog)

Ruby no es la única persona conectada con Oswald cuyas palabras confusas que implican a "los judíos" se ocultan cuidadosamente al público. El 29 de marzo de 1977, George DeMohrenschildt, un geólogo ruso que se había hecho amigo de Oswald en Dallas en 1962 a petición del agente de la CIA J. Walton Moore, fue encontrado muerto con una bala en la cabeza. Su muerte fue declarada un suicidio, pero el informe del Sheriff menciona que en sus últimos meses se quejó de que "los judíos" y "la mafia judía" estaban tratando de atraparlo. Su esposa confirmó a Jim Marrs, autor de Crossfire: The Plot that Killed Kennedy (1989), que su marido pensaba que "la mafia judía y el FBI" estaban tratando de atraparlo. La mayoría de las personas ligeramente interesadas en el asesinato de JFK saben sobre la relación de DeMohrenschildt con Oswald, pero ¿cuántos han escuchado este detalle intrigante, incluso incriminatorio?

Después de que DeMohrenschildt se mudó de Dallas en junio de 1963, Oswald fue acompañado por Ruth Paine, quien le encontró un trabajo en el Depósito de Libros Escolares de Texas, donde comenzó a trabajar el 16 de octubre. Se repite en todos los libros que Ruth Paine cuidó de Oswald en nombre de la CIA, pero nunca se da ninguna evidencia. Por otro lado, me sorprendió leer en su testimonio ante la Comisión Warren que en la década de 1950, Ruth Paine había sido "una líder en la comunidad judía en Indianápolis", trabajando con inmigrantes judíos que "hablaban yiddish en la realización de sus reuniones de negocios". Jack Ruby también hizo negocios en yiddish, como veremos. De hecho, se coló en la estación de policía de Dallas con el pretexto de traducir para los reporteros yiddish (¿qué reporteros yiddish necesitan un traductor en los Estados Unidos?).

Esta información proviene del único libro útil escrito sobre Ruby: Who Was Jack Ruby? (1978) de Seth Kantor, retitulado The Ruby Cover-Up en 1980. Kantor era un reportero que trabajaba para el Dallas Times Herald en 1963. Conocía a Ruby y estaba a menos de diez pies de distancia de él cuando le disparó a Oswald. La meticulosa investigación de Kantor es una contribución importante a la búsqueda de la verdad sobre el asesinato de Kennedy. En el resto de este artículo, me basaré principalmente en su libro, así como en el Juicio Final de Michael Collins Piper y algunas otras fuentes.


Jack Ruby frente a su club de striptease Carousel


Gángsters de Sion

En su informe final, la Comisión Warren declaró que "no podía establecer un vínculo significativo entre Ruby y el crimen organizado", porque "Ruby ha negado que estuviera asociado con actividades delictivas organizadas, y las agencias de aplicación de la ley han confirmado esa negación". Pero hay mucha evidencia de la asociación de Ruby con el crimen organizado. Robert Blakey, abogado principal del Comité Selecto de Asesinatos de la Cámara de Representantes de 1977 a 1979, dijo: "La explicación más plausible para el asesinato de Oswald por Jack Ruby fue que Ruby lo había acosado en nombre del crimen organizado, tratando de alcanzarlo en al menos tres ocasiones en las cuarenta y ocho horas antes de que lo silenciara para siempre". Incriminar al "crimen organizado" en el asesinato de JFK y el posterior asesinato de Oswald fue, por supuesto, la conclusión más inofensiva que la HSCA pudo llegar, aparte de ridiculizarse a sí misma al confirmar la historia de la Comisión Warren de dos locos solitarios. Y así el Washington Post podría titular: "MAFIOSOS VINCULADOS A LA MUERTE DE JFK".

La palabra que falta, aquí, es "judío". La mayoría de los estadounidenses, al enterarse de que Jack Ruby era un mafioso, deben haber pensado que era italiano, como los gángsters de Hollywood. No se les dijo que su verdadero nombre era Jacob Leon Rubenstein, que era hijo de inmigrantes judíos polacos, que fue a la sinagoga justo antes de dispararle a Oswald, y que más tarde confesó a su rabino que "lo hizo por los judíos".

Jacob Rubenstein pertenecía a la mafia judía, también conocida como la Conexión Yiddish. Se había mudado de Chicago a Dallas en 1947, siguiendo la pista de otros 15 mafiosos de Chicago (3 italianos y 9 judíos) que se habían establecido allí para hacerse cargo del negocio de la prostitución. Fue entonces cuando cambió su nombre de Rubenstein a Ruby. El mentor y modelo a seguir de Ruby fue Mickey Cohen, quien operó en Chicago durante la Prohibición, pero luego estuvo activo en Hollywood. Durante su juicio por dispararle a Oswald, el equipo legal de Ruby fue liderado por Melvin Belli, un viejo amigo y abogado de Cohen (la defensa de Belli fue que Ruby había sufrido locura temporal debido a un ataque de "epilepsia psicomotora"). En 1947, Cohen había sucedido a Benjamin Siegelbaum, alias Bugsy Siegel (idealizado por Hollywood en 1991) al frente de "Murder Incorporated". Cohen y Siegelbaum eran responsables ante Meyer Lansky (nacido Suchowljansky), el jefe de la mafia judía más poderoso, que había construido parte de su fortuna con sus casinos y burdeles de La Habana, de los cuales fue desposeído por Castro en 1959. El biógrafo de Lansky, Hank Messick, lo describe como el jefe del Sindicato Nacional del Crimen. "Gracias en gran parte a Lansky, el crimen organizado ha cambiado de un feo crecimiento en el cuerpo político capaz de ser eliminado por cirugía a una parte cancerosa de nuestros sistemas económicos y políticos".


Meyer Lansky en Israel, 1971


Mickey Cohen afirma en sus memorias que, en las décadas de 1940 y 1950, estaba "absorto con Israel", y se jacta de sus contribuciones financieras y criminales a las operaciones de contrabando de armas de la Haganá. Gary Wean, un sargento detective del Departamento de Policía de Los Ángeles, afirma en su libro There's a Fish in the Courthouse (1987) que vio a Ruby dos veces en Hollywood en 1946 y 1947 en presencia de Cohen. También escribe que Cohen tenía contactos frecuentes con Menachem Begin, y que estaba compartiendo a su novia, la stripper Candy Barr, con Menachem Begin y Ruby.

Cohen no era el único mafioso que trabajaba para Israel. Se había sellado un pacto entre prominentes sionistas y jefes de la mafia judía alrededor de 1945, cuando la Haganá organizó un mercado negro altamente efectivo de armas y explosivos desde los Estados Unidos hasta Palestina. La operación fue orquestada por un grupo de unos 40 judíos estadounidenses ricos que se comprometieron a ayudar a David Ben-Gurion cuando este último visitó Nueva York en julio de 1945. Encabezado por Rudolf Sonneborn, el grupo actuó bajo la cobertura legal de una organización benéfica, el Instituto Sonneborn, cuya historia es contada por Leonard Slater en The Pledge (Simon & Schuster, 1970). El grupo operaba por separado de la Agencia Judía para protegerlo de la participación directa en actividades ilegales. Entre sus miembros activos estaba el futuro alcalde de Jerusalén (1965-93) Teddy Kollek, quien también jugó un papel clave en la forja de la Alianza CIA-Mossad. Robert Rockaway ha documentado la contribución del hampa judía a esta operación, en su artículo "Gangsters for Zion: How Jewish mobsters helped Israel gain its independence" (Gángsters para Sion: Cómo mafiosos judíos ayudaron a Israel ha obtener su independencia). Él escribe:


En 1945, la Agencia Judía, el gobierno israelí preestatal encabezado por David Ben-Gurion, creó una vasta red clandestina de compra y contrabando de armas en todo Estados Unidos. La operación fue colocada bajo la égida de la Haganá, el precursor subterráneo de las Fuerzas de Defensa de Israel, e involucró a cientos de estadounidenses de todos los ámbitos de la vida. Entre ellos había millonarios, estudiantes rabínicos, comerciantes de chatarra, ex soldados, estudiantes universitarios, estibadores, industriales, químicos, ingenieros, protestantes y católicos, así como judíos. Un grupo, que permaneció en el anonimato y rara vez se habló de el, eran hombres duros, callejeros, sin miedo y con acceso a dinero en efectivo: gángsters judíos.


Dos libros del autor de este reportaje

Enviado por Ben-Gurion a los Estados Unidos para comprar armamento pesado, el agente de la Haganá Yehuda Arazi se acercó a Meyer Lansky y se reunió con miembros de Murder, Incorporated. Otro emisario de la Haganá, Reuvin Dafni, que se convertiría en cónsul israelí en Los Ángeles y Nueva York, también trató con gángsters judíos. "Cuando entrevisté a Dafni", escribe Rockaway, "me contó sobre sus reuniones con mafiosos judíos. Sus reuniones fueron organizadas por miembros de la comunidad judía local. Su primer encuentro fue en Miami con Sam Kay, un destacado gángster judío de Miami. Dafni también se reunió con Bugsy Siegel.


Como relata Dafni, "Le conté mi historia, cómo la Haganá estaba recaudando dinero para comprar armas con las que luchar. Cuando terminé, Siegel preguntó: "¿Quieres decirme que los judíos están peleando?" Sí, respondí. Entonces Siegel, que estaba sentado al otro lado de la mesa, se inclinó hacia adelante hasta que su nariz casi tocó la mía. "¿Te refieres a pelear, como matar?" Sí, respondí. Siegel se echó hacia atrás, me miró por un momento y dijo: 'Está bien, estoy contigo'". "A partir de entonces", recordó Dafni, "cada semana recibía una llamada telefónica para ir al restaurante. Y cada semana recibía una maleta llena de billetes de $5 y $10. Los pagos continuaron hasta que me fui de Los Ángeles". Dafni estima que Siegel le dio un total de 50.000 dólares.


Algunos de esos "gángsters de Sión", escribe Rockaway, "lo hicieron por lealtades étnicas", o "se vieron a sí mismos como defensores de los judíos, casi combatientes bíblicos. Era parte de su autoimagen".

Tal era también el trasfondo y la autoimagen de Jack Ruby. Sus actividades en el contrabando de armas están bien documentadas, aunque el hecho de que fue en beneficio de Israel a menudo es borroso. En Coup d'État in America: The CIA and the Assassination of John F. Kennedy (1975), Allan Weberman se refiere a las actividades de tráfico de armas de Ruby y otros mafiosos, pero no menciona su judaísmo (a menos que decir que Ruby "era fuertemente antinazi" cuente como un eufemismo para ser judío), y afirma que de hecho estaban armando a Castro, mientras participaban simultáneamente en complots de la CIA para matarlo.

Ruby conocía a Lewis McWillie, el gerente del casino nocturno Tropicana de los hermanos Lansky en La Habana. Después del derrocamiento de Batista por Castro en enero de 1959, Meyer Lansky se trasladó a Miami, pero Jake Lansky fue arrestado y confinado a una prisión de lujo, el campo de detención de Trescornia, junto con otra figura de la mafia, Santo Trafficante Jr. Aunque no era judío, Trafficante había jurado lealtad a los hermanos Lansky y controlaba porciones sustanciales de las redes de juego y prostitución de La Habana. Mientras estaban en prisión, Jake Lansky y Trafficante fueron visitados a menudo por Lewis McWillie, quien estaba negociando su liberación con Castro. Ruby le contó a la Comisión Warren el 7 de junio de 1964 acerca de su visita a Lewis McWillie en 1959 en La Habana, y también habló de conocer a los jefes de McWillie, a quienes, por temor a pronunciar su nombre, se refirió como "los hermanos Fox, los más grandes que han existido, expulsados de Cuba". (McWillie reconocería más tarde a la HSCA que, "Jack Ruby podría haber estado allí (La Habana) una vez conmigo"). Ruby agregó a la Comisión Warren que McWillie y uno de los hermanos más tarde lo visitaron en Dallas.


Jack Ruby, asesino del presunto asesino de JFK, Lee Harvey Oswald, posa con tres de las mujeres de su club Carousel. (foto interpuesta por el editor del blog)

Seth Kantor cita un mensaje clasificado que fue enviado desde la sede de la CIA al Asesor de Seguridad Nacional McGeorge Bundy, el 28 de noviembre de 1963, confirmando que, mientras Santo Trafficante vivía "en relativo lujo en una prisión cubana" en 1959, fue visitado con frecuencia por "un gángster estadounidense llamado Ruby".

En septiembre de 1962, se dice que Trafficante le dijo a José Alman, un miembro prominente de la comunidad de exiliados cubanos en Miami, que "el presidente Kennedy obtendría lo que se le venía encima". Alman no estuvo de acuerdo y argumentó que Kennedy sería reelegido. "No, José", dijo Trafficante. "Va a ser golpeado". Cuando Richard Sprague de la HSCA le preguntó a Trafficante, "¿alguna vez discutió con algún individuo planes para asesinar al presidente Kennedy antes de su asesinato?" Trafficante se negó a responder.

Como Kantor muestra con gran detalle, Jack Ruby tuvo repetidos contactos con miembros del inframundo judío en 1963. Para el 8 de junio, "un gran grupo de estafadores de Chicago comenzó a aparecer en Ruby's Carousel y en otros dos clubes de striptease cercanos, según un informe confidencial al jefe de policía de Dallas, Jesse E. Curry, escrito por el teniente Robert L. May Jr., quien había sido jefe del escuadrón antivicio". El contacto con el hampa de Ruby se intensificó durante los 11 días previos al asesinato del presidente Kennedy, "cuando Ruby firmó abruptamente un poder notarial, renunciando a ciertos derechos para controlar su propio dinero. También compró e instaló repentinamente una caja fuerte por primera vez en sus 16 años como operador de un club nocturno de Dallas, para almacenar cantidades adicionales de dinero. Durante este período, "Ruby estaba recibiendo una serie de llamadas telefónicas en el Carrusel de un hombre no identificado que nunca dejaría un mensaje cuando Ruby estaba fuera". El 11 de noviembre, Ruby se reunió en Dallas con Alexander Philip Gruber, conocido por sus conexiones con Mickey Cohen. Gruber, que no había visitado a Ruby en años, le dijo al FBI que estaba en Joplin Missouri en ese momento, y simplemente había decidido visitar a Ruby "ya que Dallas, Texas, estaba a unas 100 millas de Joplin" (la distancia es de 360 millas). En la tarde del 22 de noviembre, Ruby llamó a Alex Gruber en Los Ángeles. "Gruber posteriormente le dijo al FBI que realmente no sabía por qué Ruby llamó". Eso es probablemente cuando Ruby recibió una oferta que no pudo rechazar.


Secuencia fotográfica interpuesta por el editor del blog


Ruby ciertamente fue informado sobre el momento preciso en que Oswald sería transferido de la estación de policía de Dallas a la cárcel del condado. Según el ex oficial de inteligencia británico, el coronel John Hughes-Wilson, fue Sam Bloom, el presidente judío del "comité anfitrión" que había invitado a Kennedy a Dallas, quien sugirió a la policía "que trasladaran al presunto asesino (Oswald) de la estación de policía de Dallas a la cárcel del condado de Dallas para darles a los periodistas una buena historia y fotos". Y "cuando la policía registró más tarde la casa de Ruby, encontraron un trozo de papel con el nombre, la dirección y el número de teléfono de Bloom".

En un aparente intento de hacerle imposible cumplir su contrato, Ruby trató de advertir a la policía de Dallas de forma anónima: el teniente Billy Grammer, un despachador del Departamento de Policía de Dallas, cuya declaración se puede escuchar, recibió una llamada telefónica anónima a las 3 a.m. del 24 de noviembre de un hombre que sabía el nombre de Grammer. La persona que llamó le dijo a Grammer que sabía del plan para sacar a Oswald del sótano y que a menos que se cambiaran los planes para la transferencia de Oswald, "lo vamos a matar". Después de que Oswald recibió un disparo, Grammer, que conocía a Ruby y había encontrado la voz familiar en el momento de la llamada, identificó a Ruby como la persona que llamaba.


Secuencia fotográfica interpuesta por el editor del blog

Ruby y la policía de Dallas

Cuando Ruby le disparó a Oswald el domingo 24 de noviembre, esta no era la primera vez que se le permitía ingresar a la estación de policía de Dallas. Conocía a todos los policías de la ciudad, y estaba casi tan a menudo dando vueltas en la estación de policía como los policías en su club de striptease Carousel. "Siempre he estado muy cerca del departamento de policía, no sé por qué", dijo a la Comisión Warren. Lo más plausible es que estar en términos amistosos con los policías de Dallas fue su tarea especial de la mafia, y ciertamente la razón por la que fue elegido para silenciar a Oswald: pocas personas tenían tanta facilidad para llegar a la estación de policía de Dallas.

Ruby pasó mucho tiempo allí desde el viernes 22 hasta el domingo 24, haciendo varios intentos de entrar en la habitación 317 en el tercer piso donde Oswald fue interrogado. Temprano en la tarde del viernes, el día en que Kennedy fue asesinado y Oswald arrestado.


Poco después de las 7 p.m., John Rutledge, un veterano reportero de policía de The Dallas Morning News, vio a Jack Ruby, a quien reconoció fácilmente de vista, pasar de un ascensor público al tercer piso. Ruby estaba entre dos hombres que llevaban credenciales de solapa que los identificaban como reporteros de fuera de la ciudad. Los tres pasaron rápidamente junto a un oficial de policía estacionado en los ascensores para mantener alejado a cualquiera que no estuviera en asuntos oficiales. Ruby estaba encorvada, escribiendo algo en un pedazo de papel y luego mostrándoselo a uno de los reporteros mientras caminaban hacia la habitación 317, donde Oswald estaba siendo interrogado por el capitán Fritz y otros. ... Un guardia fue colocado en la puerta de la oficina para evitar que los reporteros entraran para usar los teléfonos, pero Ruby no tuvo problemas para relajarse. Conocía al guardia. Ruby entró y estrechó la mano de Eberhardt, quien le preguntó qué estaba haciendo. Ruby tenía papel de notas en la mano y dijo que estaba actuando como traductor para la prensa extranjera. Eberhardt pensó que Ruby estaba hablando de la prensa israelí o de los reporteros de habla yiddish que Eberhardt supuso que escuchó en el alboroto del pasillo.


Aquí están las palabras exactas de la declaración del detective August M. Eberhardt a la Comisión Warren:


Sr. EBERHARDT. Entró y me saludó, me estrechó la mano. Le pregunté qué estaba haciendo. Me dijo que era traductor de los periódicos. Por supuesto, sabía que podía hablar yiddish. Tenía un cuaderno en la mano ...

Sr. GRIFFIN. ¿Sabe si había periódicos israelíes o yiddish?

Sr. EBERHARDT. Había un montón de ellos corriendo por allí hablando esa lengua desconocida. No sé lo que estaban diciendo.


Qué lástima que estos reporteros de habla yiddish no fueran rastreados e identificados. Victor R. Robertson Jr., un reportero de radio y televisión WFAA en Dallas que conocía a Ruby, también testificó haberlo visto en la estación de policía, intentando ingresar al 317 mientras Oswald estaba allí. A pesar de esos testimonios, la Comisión negó que Ruby estuviera alguna vez en el tercer piso el viernes por la noche.

Más tarde ese mismo día, después de una breve visita a la sinagoga, Ruby compró una docena de sándwiches de carne en conserva y "telefoneó al detective de homicidios Richard M. Sims y se ofreció a entregar la comida gratis directamente a la oficina. Sims le dio las gracias, pero dijo que el trabajo del día estaba a punto de terminar y que no necesitarían nada para comer. Ruby encontró otra razón para ir de todos modos y, alrededor de las 11:30 p.m., volvió a bajar del ascensor en el tercer piso". A medianoche, Ruby se dirigió a la conferencia de prensa en la sala de reuniones de la policía del sótano, cuando Oswald fue puesto en exhibición. The Warren Report admite la presencia de Ruby allí, pero lo retrata como un espectador casual. "En ninguna parte de su informe de 888 páginas al público, la Comisión incluyó la admisión de Ruby al FBI, un mes después del crimen, de que llevaba un revólver cargado y de punta baja en su bolsillo derecho durante la sesión de prensa de Oswald en la sala de asambleas". Ruby no pudo acercarse a Oswald lo suficientemente cerca como para dispararle, ya que la sala estaba llena de reporteros y fotógrafos.

El sábado 23, Ruby llevó sándwiches a los reporteros en la sala de prensa de la Policía; "Testigos externos confiables informaron haber visto a Ruby o hablar con él a intervalos durante la tarde del sábado, testigos como Jeremiah A. O'Leary Jr. de The Washington Star y Thayer Waldo, reportero de The Fort Worth Star-Telegram". Sin embargo, Kantor señala:


La Comisión Warren dijo que no podía llegar a "ninguna conclusión firme sobre si Ruby visitó o no el departamento de policía de Dallas el sábado" porque "ningún oficial de policía ha informado de la presencia de Ruby ese día" y porque "Ruby no ha mencionado tal visita". En otras palabras, la Comisión Warren decidió que no había habido conspiración entre los oficiales de policía de Dallas y Jack Ruby porque ninguno de ellos lo informó en ese momento.


Fotografías del arma homicida, revólver Colt Cobra calibre 38, el arma fue subastada en diciembre de 1991 (fotografías interpuestas por el editor del blog)

El domingo 24 por la mañana, se hicieron arreglos para el traslado de Oswald a la cárcel del condado. Un poco después de las 10:30, Kantor plantea la hipótesis de que "se realizó una llamada al teléfono no listado en el apartamento de Ruby; A Ruby le dijeron dónde entrar a la estación y que la camioneta de transferencia estaba en camino". Ruby primero fue a la oficina de Western Union en el siguiente bloque, y llegó justo a tiempo para ver a Oswald siendo transferido. Este estrecho tiempo se ha utilizado como evidencia de que no hubo premeditación y, por lo tanto, no hubo conspiración. Pero Kantor teoriza que la entrada de Ruby en la estación de policía usando la escalera pública al área de oficinas de la cárcel del sótano "podría haber desencadenado la señal de aprobación para que Oswald fuera derribado", y produce evidencia plausible de que lo hizo. La forma en que Ruby ingresó a la estación aún no está clara, pero el comité de la Cámara votó en 1979 que "era menos probable que Ruby ingresara a la estación de policía sin ayuda".


Jack Ruby después de su audiencia judicial previo al juicio, 11 febrero de 1964. (fotografías interpuestas por el editor del blog)


La conexión Johnson-Ruby

Además de Ruby, sabemos de una persona que tomó medidas para asegurarse de que Oswald fuera silenciado para siempre. Debido a que Ruby solo podía dispararle una bala a Oswald —dijo que había planeado disparar tres—, Oswald todavía estaba vivo cuando llegó al Hospital Dallas Parkland. El Dr. Charles Crenshaw recuerda en su libro JFK, Conspiracy of Silence (1992) que, mientras operaba a Oswald con otros cirujanos, notó que un hombre desconocido que se parecía a Oliver Hardy con una pistola colgando de su bolsillo trasero había entrado en la sala de operaciones. Minutos después, le informaron sobre una llamada urgente para él y salió de la sala de operaciones para atenderla. La llamada fue del nuevo presidente jurado Lyndon Johnson, quien primero preguntó "Dr. Crenshaw, ¿cómo está el asesino acusado?" Crenshaw respondió: "Sr. Presidente, se está defendiendo en este momento". Entonces Johnson dijo con firmeza: "Dr. Crenshaw, quiero una confesión en el lecho de muerte del asesino acusado. Hay un hombre en la sala de operaciones que tomará la declaración. Esperaré plena cooperación en este asunto". El Dr. Crenshaw respondió "Sí, señor", y colgó. Treinta años después, comenta: "Mientras estaba allí parado en un estado de incredulidad, mi mente estaba acelerada. Primero, la "confesión en el lecho de muerte" implica que alguien va a morir. Si Oswald no muere sobre la mesa, ¿'Oliver Hardy' o alguien más lo va a matar?" Dado que el Dr. Crenshaw acababa de decirle a Johnson que Oswald estaba "defendiéndose", la expresión "confesión en el lecho de muerte" sonaba como una orden implícita de que Oswald no debía salir vivo de la sala de operaciones. Realmente sonaba como si Johnson quisiera terminar el trabajo de Ruby. Momentos después de que el Dr. Crenshaw regresara a la sala de operaciones, los latidos del corazón de Oswald se detuvieron: "Oliver Hardy" desapareció, para nunca ser visto de nuevo. "El incidente", escribió Crenshaw, "confundió la lógica. Por qué el presidente de los Estados Unidos se involucraría personalmente en la investigación del asesinato, o por qué quitaría la investigación de las manos de las autoridades de Texas fue desconcertante".

Hay muchas pruebas del papel central de Johnson en el asesinato de Kennedy. Y sucede que Jack Ruby lo señaló directamente como el autor intelectual. Al final de una breve conferencia de prensa filmada en la cárcel del condado de Dallas en marzo de 1965, Ruby dijo: "Cuando mencioné sobre Adlai Stevenson, si fuera vicepresidente nunca habría habido un asesinato de nuestro amado presidente Kennedy". Cuando se le pidió que explicara lo que quería decir, Ruby continuó: "Bueno, la respuesta es el hombre en el cargo ahora".

¿Cómo podría Ruby saber de la culpabilidad de Johnson? El ex agente de Nixon, Roger Stone, afirma que, en su presencia, Nixon reconoció a Ruby como uno de los "chicos de Johnson". Dudo de esa historia; Stone podría haberlo inventado para contrarrestar otro rumor sobre la conexión de Ruby con Nixon, provocado por un memorando falsificado del FBI de 1947 que afirmaba que "un Jack Rubenstein de Chicago [...] está desempeñando funciones de información para el personal del congresista Richard Nixon". Pero hay una cosa más que vincula a Ruby con Johnson.


Lyndon B. Johnson presta juramento a bordo del Air Force One en el aeropuerto Love Field dos horas y ocho minutos después del asesinato de John F. Kennedy, Dallas, Texas. Jackie Kennedy (derecha), todavía con la ropa empapada de sangre, observa, 22 noviembre 1963. (fotografía interpuesta por el editor del blog) 

En su testimonio ante el Presidente del Tribunal Supremo Earl Warren y otros miembros de la Comisión el 7 de junio de 1964, Ruby suplicó que se le diera la oportunidad de hablar directamente con Johnson, de lo contrario "verá lo más trágico que jamás sucederá", y agregó que "tal vez algo se pueda salvar ... si nuestro presidente, Lyndon Johnson, supiera la verdad de mí". Esto puede interpretarse como una amenaza velada dirigida a Johnson. Ruby, que en ese momento había sido condenado a muerte, puede haber estado tratando de recordarle a Johnson que su contrato incluía un perdón presidencial (le había disparado a Oswald por amor a los Kennedy, ¿no?). Aún más curioso, Ruby insinuó que la reputación de Israel podría sufrir si hablaba: "Habrá un cierto suceso trágico si no tomas mi testimonio y de alguna manera me reivindicas para que mi gente no sufra por lo que he hecho". Temía, dijo, que su acto fuera utilizado "para crear alguna falsedad sobre parte de la fe judía". Ruby también declaró a Warren: "He sido utilizado para un propósito", pero nadie en la Comisión se molestó en preguntarle quién lo había usado y con qué propósito. Todo lo que Ruby obtuvo de su confuso testimonio fue una segunda entrevista sin sentido de la Comisión Warren un mes después (18 de julio de 1964), esta vez por nada menos que Arlen "Magic Bullet" Specter. Su frustración explicaría por qué en marzo de 1965, finalmente acusó a Johnson. Poco después, escribió una carta de dieciséis páginas que logró sacar de contrabando de la cárcel, culpando a Johnson por el asesinato de Kennedy y llamando al primero "un nazi de primer orden". Al hacerlo, probablemente aceleró su propia muerte, el 3 de enero de 1967.


El caso contra Johnson

Un comentarista de mi artículo anterior sobre Kennedy (NdelE. "Remember the Kennedys!", 5 diciembre 2020) argumentó que la tesis del motivo de Israel no es convincente porque el Estado Profundo israelí tenía otras opciones que matar a Kennedy para continuar con su proyecto Dimona. Le respondí que el motivo de un asesino rara vez es que no tiene otra opción que matar, sino que encuentra una ventaja crucial en el asesinato. También comenté que, quienesquiera que fueran los asesinos, su propósito obviamente no era solo deshacerse de Kennedy, sino poner a Johnson a cargo. Y eso tenía que hacerse rápidamente, porque los Kennedy estaban ocupados destruyendo la reputación de Johnson y pronto anunciarían un cambio en la vicepresidencia. Según Horace Busby, antiguo ayudante de LBJ y autor de The Thirty-First of March (2005), Johnson había descubierto que, a principios de noviembre de 1963, Robert Kennedy había enviado un equipo de reporteros nacionales a Texas para destruirlo por completo. "Estamos aquí para hacer un trabajo con Lyndon Johnson", dijo uno de los periodistas a un abogado a quien creía erróneamente que era un enemigo de Johnson. "Cuando terminemos con el hijo de puta, Kennedy no podrá tocarlo con un poste de diez pies en 1964" (citado de este artículo por Robert Morrow, quien escribió artículos más informativos sobre Johnson y su "psicopatía asesina"). Richard Nixon, quien estaba en Dallas el día antes de Kennedy, filtró el rumor al Dallas Morning News, que lo informó el 22 de noviembre bajo el título "Nixon predice que JFK podría dejar caer a Johnson". En cambio, Johnson se convirtió en presidente ese mismo día (y Nixon sabía que Johnson estaba detrás de eso).




Así que, dado que el asesinato de Kennedy fue un golpe para poner a Johnson en el poder, ¿qué otra cosa puede ser?, no había tiempo que perder: tenía que hacerse antes de que comenzara la nueva campaña y se publicara la noticia de un cambio de boleta vicepresidencial (la predicción de Nixon fue la primera y la última). Si ahora queremos saber el motivo del golpe, solo tenemos que preguntarnos: ¿Qué cambio importante ocurrió en la política estadounidense bajo Johnson? El cambio no era visible para el público estadounidense entonces, pero ahora son bien conocidos, al menos para los lectores de la prensa judía e israelí. "Lyndon Johnson: Israel no ha tenido mejor amigo", tituló Haaretz el 9 de mayo de 2018.

"Los historiadores generalmente consideran a Johnson como el presidente más uniformemente amigable con Israel", nos dice la Agencia Telegráfica Judía.


Johnson fue el primer presidente en invitar a un primer ministro israelí, Levi Eshkol, a una visita de Estado. Se llevaban tan bien, ambos hombres eran agricultores, que Johnson le hizo a Eshkol el raro cumplido de invitarlo a su rancho.

LBJ pronto abandonó la presión sobre Israel para que aclarara la verdad sobre el reactor de Dimona. Aumentó las ventas de armas a Israel y en 1968, después de que el principal proveedor de Israel, Francia, impusiera un embargo como medio para cultivar lazos en el mundo árabe, Estados Unidos se convirtió en el principal proveedor de armas de Israel, en particular lanzando las conversaciones que conducirían a la venta de aviones de combate Phantom a Israel.

Johnson quería comprometerse más enérgicamente con la causa de Israel en el período previo a la Guerra de los Seis Días de 1967, pero se sintió limitado por una dramática demostración de poderío militar debido a los fracasos de la guerra en Vietnam que entonces perseguían su presidencia. Sin embargo, durante la guerra, ordenó a los buques de guerra que se acercaran a 50 millas de la costa de Siria como advertencia a los soviéticos para que no interfirieran.

En un discurso inmediatamente después de la guerra, Johnson efectivamente cortó de raíz cualquier especulación de que Estados Unidos presionaría a Israel para que renunciara unilateralmente a las tierras que había capturado. Estableció no solo la fórmula de "tierra por paz" que informaría las resoluciones posteriores del Consejo de Seguridad de la ONU, sino que dejó en claro que cualquier fórmula tenía que garantizar el acceso judío a la Ciudad Vieja de Jerusalén.


Es bueno que Johnson esté siendo elogiado por la prensa israelí como el presidente de los Estados Unidos que "señaló firmemente la política estadounidense en una dirección pro-Israel", porque, por otro lado, su papel crucial en el golpe de Dallas también está recibiendo atención general, como lo ilustra la edición del 2 de diciembre de 2019 del National Enquirer. Cualquiera que pueda agregar uno más uno también puede hacer la inferencia lógica.




ANEXO

Vea la película de Laurent Guyénot "Israel y los asesinatos de los hermanos Kennedy"


Laurent Guyénot

Todas las notas de referencia en el original en inglés.

La tercera entrega nos lleva a: JFK - Israel y las armas nucleares

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