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22 diciembre 2022

Historias extraordinarias pero contradictorias del "Mercader de la muerte"




 por Tito Andino


Parte I

Los "Víctor Bout" del presente

Una necesaria aclaración sobre quiénes son realmente los "Mercaderes de la Muerte" o "Señores de la Guerra". 

Había culminado el tema principal de esta entrada cuando me di de bruces con un tema sobre Ucrania y sus proxys del Complejo Militar-Industrial estadounidense. Nada tiene que ver la guerra ruso/ucraniana-OTAN con la "libertad", ni siquiera con la geopolítica, la "defensa" de Europa o la democracia (¿democracia en un país gobernado por la ultraderecha neonazi?...) No quiero decir más. La siguiente gráfica define qué o quiénes son los "Mercaderes de la Muerte", en su esencia pura (esto no tiene dedicatoria, en mi reflexión personal, el ruso Víctor Bout era un "Señor de la Guerra" o "Mercader de la Muerte").


Explicación de la tarjeta de invitación

Recepción en la embajada de Ucrania en Washington D.C., 8 diciembre 2022, patrocinada por los mayores fabricantes de armas de Estados Unidos. No hay motivo de sorpresa, los contratistas militares estadounidenses y el gobierno de Ucrania son grandes socios, mueven miles de millones de dólares (billones). Northrop Grumman, Raytheon, Pratt & Whitney y Lockheed Martin auspiciaron la recepción y pidieron al invitado que “Solicite el placer de su empresa" (request the pleasure of your company...) Las mencionadas empresas fabrican los sistemas de defensa antimisiles y misiles antitanque que el presidente Biden sigue enviando a Ucrania, ¿gratis? No! Estimado lector, Ucrania pagará la factura, y usted, y yo... nada en cuanto a las armas es contribución gratuita. Gratis es nuestra ayuda espontánea (la del simple ciudadano) para ayuda humanitaria a los desplazados, las armas que entregan las empresas estadounidenses las pagaremos los ciudadanos de Europa, de Estados Unidos y los arruinados habitantes de Ucrania, ¿los que gobiernan Ucrania también?... No! Relean la invitación, SON SOCIOS de los MERCADERES DE LA MUERTE, perdón... de los nobles contratistas militares estadounidenses que gastan sus escasos recursos en ridículas recepciones diplomáticas.

La invitación demuestra cómo la guerra en Ucrania es buena para el negocio. Los ucranianos en Washington siguen solicitando al gobierno de Estados Unidos envíe más armas a Ucrania, y en un gesto de sublime nobleza  "Los Señores de la Guerra" apoyan esa patriótica petición de ayuda, ¿puede haber algo más conmovedor qué esto?. La administración Biden ya fue conmovida... la ayuda bordea los 20.000 millones de dólares en asistencia militar que los ciudadanos pagaremos en nuevos impuestos y vienen más, ¿quién va a pagar el nuevo paquete de "ayuda"  militar de Joe Biden?, consistente en el sistema de misiles Patriot, ya caducos en regiones como Israel, mínimo 2.000 millones de dólares más. 

Matt Duss, ex asesor del senador Bernie Sanders comentó: "Los diplomáticos ucranianos probablemente deberían pensar más acerca de cómo les parece estar organizando fiestas con los contratistas de defensa que están sacando provecho de esta horrible guerra".

El director ejecutivo de "Lockheed Martin", James Taiclet, tras verificar las ganancias de octubre sigue manteniendo la fe, confía "en el crecimiento a largo plazo, ya que la demanda nacional e internacional de una amplia gama de nuestros productos y servicios sigue siendo sólida”. Lo mismo se puede decir de sus colegas industriales citados que expresan: "lamentablemente, continúa el conflicto entre Rusia y Ucrania" (CEO de Raytheon, Greg Hayes).

El evento en la embajada de Ucrania es la vitrina para que los contratistas militares demuestren su incondicional apoyo a la democracia. Es lo que hay, los auténticos "Mercaderes de la Muerte" patrocinando una recepción del país al que siguen armando. Y esto no quiere decir que Ucrania no tenga derecho a defenderse, pero el costo de esa "ayuda" es despreciable. Los auténticos "Señores de la Guerra" desbordan felicidad y pagan las cuentas de las fiestas de la embajada ucraniana en Washington (recepciones en lenguaje diplomático).

(Esta nota de introducción se basa en la exposición de Jonathan Guyer, 16 diciembre 2022, This DC Party Invite Shows All the Money to be Made by the Ukraine War. Global Research) 



Parte II

Comentarios a los libros de Daniel Estulin "Los Señores de las Sombras" y "El Imperio Invisible" sobre Víctor Bout

 


Difícil tema, todo lo que aquí se diga puede ser absolutamente falso o, al contrario, totalmente cierto. ¿Por qué? Porque se maneja información de toda índole, documentación oficial de estados o de organismos internacionales, sean de carácter público o reservado, documentos de empresas privadas, investigaciones periodísticas, etc., pero todas ellas pueden contener un componente especial: desinformación de agencias de Inteligencia que juegan al gato y al ratón.


Un mundo clandestino de espionaje, contraespionaje, agentes dobles, lealtades dudosas, contrabando internacional de armas con gobiernos involucrados desapareciendo datos o simplemente vendiendo falsedades, tras un objetivo: ganar mucho dinero a costa de países en conflicto, provocado por esos propios estados que gustosos brindan su "asistencia" militar. Los miles de millones de dólares que fluyen como ganancias benefician a empresas privadas (rara vez a un Estado) y, a los "mercaderes de la muerte" que actúan como intermediarios o en ocasiones de manera independiente. 

Preguntas: ¿Cuán independientes son los traficantes de armas? ¿Pueden por si solos mover inmensas cantidades de armas que incluyen tanques de guerra, artillería, armas pesadas en general a través de sus propios aviones legalmente registrados en algún lugar del mundo? O, ¿alguien atrás de ellos les prestan servicios invaluables para la causa?.

Revisemos los "milagros" y desgracias de un popular "Mercader de la Muerte", también conocido como "Señor de la Guerra". El caso del ruso Víctor Bout, quizá el más patético ejemplo de lo señalado en el párrafo anterior. Como suelen decir, lo increíblemente ficticio puede ser superado por la realidad en un mundo de humos y espejos.

Bien, no ensayaremos la vida del señor Bout, sino sus actividades reales y otras no tan reales (desinformación) con que hemos sido bombardeados desde inicios del siglo XXI.


Víctor Bout en  Rusia, tras haber sido liberado luego de 14 años en una prisión estadounidense (diciembre 2022) 

El reconocido investigador Daniel Estulin en 2007 conmovió al mundo de habla castellana con la publicación del libro "Los Señores de las Sombras" (Editorial Planeta, España). Su trabajo es una de las mayores cargas de acusación contra un ser humano en lo que va de este siglo, reúne centenares de documentos de una infinidad de fuentes públicas y privadas para lanzar un acta de cargos terrible contra Víctor Bout, a quien dedica el primer capítulo con casi 80 páginas: "CAPiTULO 1. Víctor Bout, el mercader de la muerte" (Pg. 11 a la 86; no conocemos la existencia de una versión original en inglés publicada en 2007 o antes).

Sin embargo, existe un libro de Daniel Estulin, en inglés y publicado en 2010 titulado, "Shadow Masters", asombrosamente el capítulo 5 titula: "Chapter 5: Merchant of Death?". Así es, con símbolo de interrogación, ¿Mercader de la Muerte?, obviamente se refiere a Víctor Bout. El cambio es sustancial en las dos versiones de un aparente mismo libro y autor.

"Shadow Masters", tiene un largo subtítulo: "How Governments and Their Intelligence Agencies Are Working with Drug Dealers and Terrorists for Mutual Benefit and Profit (Cómo los gobiernos y sus agencias de inteligencia están trabajando con traficantes de drogas y terroristas para beneficio mutuo y relaciones públicas), (312 pg, Triey Day,LLC, Illustrated edition, 2010).




Las cosas no quedan allí, un posterior libro de Daniel Estulin, que solo se conoce su versión castellana titulado "El Imperio Invisible": La auténtica conspiración del gobierno mundial en la sombra" (2011, 520 pg, Emecé Editores), recopila diversos datos y hasta reproduce capítulos enteros de "Los Señores de las Sombras" (versión castellana). En "El Imperio Invisible", Daniel Estulin da un giro total de 180º para retractarse y exculpar ahora, a su "amigo", Víctor Bout, ¿qué había sucedido?. El Capítulo 4 de "El Imperio Invisible" lleva como título "¿El Mercader de la Muerte?" y resulta ser una reproducción del Capítulo 5 de "Shadow Masters" (Chapter 5: Merchant of Death?).

Trataré de explicarlo, o al menos eso se pretende. Vale la pena puntualizar unos detalles irrelevantes. "Los Señores de las Sombras", título en castellano data su primera edición del año 2007; y, la que, aparentemente, sería su primera edición en inglés es del 2010, "Shadow Masters". Digo aparentemente porque el título es el mismo en los dos idiomas

El fuerte del señor Estulin es la lengua inglesa (y su nativa rusa) y no la castellana. ¿Es posible que dos libros materia de investigación del caso Bout se publicaran originalmente en castellano, cuando toda la información existente está en inglés y otros idiomas europeos? ("Los Señores de las Sombras" y "El Imperio Invisible").

En realidad "El Imperio Invisible" (2011) no tiene una traducción al inglés; y, aunque "Los Señores de las Sombras" (2007) y "Shadow Masters" (2010) lleven el mismo título, no son iguales. Además, "Shadow Masters" no ha sido traducido al español (al menos no con ese título) y difieren completamente sobre Víctor Bout. ¿Es posible que haya dos clases de lectores, una audiencia en lenguaje español, más visceral y propensa a creerlo todo; y, un público de habla inglesa más crítico y analista de las fuentes?, esta es una cuestión que no abordaremos aquí.

Ok. Probablemente se trata de un simple trasfondo económico, marketing publicitario. Si el lector tiene la oportunidad de leer el libro "El Imperio Invisible" (2011) podrá darse cuenta que no es otra cosa que la versión castellana de "Shadow Masters" (2010), a la que se añadió una transcripción textual de capítulos enteros de "Los Señores de las Sombras" (2007). Especulando se habrá optado por otro título, porque de lo contrario hubiese sido: "Los Señores de las Sombras II", por así decirlo. Lo lamentable es que el autor y la editorial en la versión castellana no aclaran este dato y nos venden como una nueva e inédita investigación ("El Imperio Invisible").




Y algo peor, si el "volumen II" de "Los Señores de las Sombras" (titulado "El Imperio Invisible") es una retractación pública de la cruel acusación del autor en contra del señor Víctor Bout, al menos debió solicitar se detenga la comercialización de "Los Señores de las Sombras" (2007) dado los centenares de infundios que contiene. A finales del 2022 ese libro continúa en venta en librerías y vía online. Entonces: ¿Víctor Bout, es un Mercader de la Muerte, o no?...


"...Este capítulo te relatará la historia del traficante más infame que haya existido jamás. Quisiera presentaros al señor Víctor Bout, quien les extiende su más cordial saludo. Señor Bout, salude usted a los lectores..." (Daniel Estulin, Capítulo 1, "Víctor Bout, el Mercader de la Muerte". "Los Señores de las Sombras" (2007), pág. 11-12)


He señalado que la vida de Víctor Bout no nos interesa (una revisión en Wikipedia bastaría para conocer la historia de Bout), lo importante aquí es conocer las acusaciones en su contra, su detención en Tailandia, la extradición a los Estados Unidos y su condena a 25 años de prisión... y ahora su indulto e intercambio con una mujer estadounidense condenada en Rusia.


Víctor Bout en Tailandia, pasó del 2008 al 2010 encarcelado mientras se resolvía el pedido de extradición a los Estados Unidos.  


Víctor Bout en prisión 

'El Señor de la Guerra', Víctor Bout, auto-descrito como un empresario ruso (nacido en lo que ahora es Tayikistán en 1967) fue o es considerado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos como un pez muy gordo en el mundo de los traficantes de armas, de allí que un diplomático británico lo bautizara como el "Mercader de la muerte". 

El caso Bout, desde marzo de 2008, colocó en un complejo dilema diplomático a Estados Unidos, Rusia y Tailandia. Bout fue detenido en el país asiático en una operación encubierta dirigida por el DEA estadounidense, el cargo específico fue conspiración para contrabandear misiles y lanzacohetes a las FARC de Colombia, considerado grupo terrorista por los EEUU. Agentes encubiertos del DEA hicieron caer en la trampa a Bout quien habría ofrecido entregar hasta 800 misiles tierra-aire, miles de fusiles AK-47, millones de municiones, minas terrestres, explosivos C-4, etc. 

Sin embargo, el 11 de agosto de 2009 un tribunal tailandés rechazó la extradición de Bout. Se comenta que cuando el juez tailandés preguntó a los agentes del DEA si sabían quién era Bout, respondieron: "Sí, vimos la película" (film con Nicolas Cage, "Lord of War"). Tras apelaciones y presiones diplomáticas, el 20 de agosto de 2010, se autorizó su extradición a los EEUU.


Las acusaciones en su contra son muy conocidas. Bout ganó millones como transportista de cualquier tipo de carga lícita y no tan lícita (armas, diamantes), incluso transportaba tropas de pacificación de la ONU a lugares del mundo que requerían su presencia.


Izquierda: El libro "Merchant of Death" de Douglas Farah y Stephen Braun (2008); derecha: "Lord of War", film protagonizado por Nicolas Cage (2005)


Podemos tomar como cierto que Bout no manejaba una agenda política, sino empresarial como traficante de armas y que vendió a todos los bandos: revolucionarios, dictadores, gobiernos legítimos, extremistas islámicos y hasta colaborando con el Pentágono en Irak y con vínculos con otras agencias de inteligencia internacionales. Un notorio ejemplo son los servicios aéreos brindados por Bout, a través de sus empresas, para entregar mercancías de EEUU a Irak entre 2003 y 2005. Es decir, no todo lo que hacía Bout era ilegal, sus empresas eran lícitas, aunque moralmente censurables.

El periodista Wayne Madsen, redactó el Informe Wayne Madsen (WMR, 23 octubre 2006) describiendo las actividades de Bout en Afganistán en nombre de la OTAN (liderada por Estados Unidos): "Enterado por una fuente de inteligencia en Afganistán, el avión del enigmático Víctor Bout, que trabaja como contratista del Pentágono, voló armas y pasajeros para los talibanes y 'Al Qaeda', y mantiene estrechos vínculos con los sindicatos criminales ruso-ucraniano-israelíes..."

Sigue siendo especulativo el por qué Estados Unidos estaba desesperadamente interesado en conseguir la custodia de Víctor Bout. ¿Tenía algo que ver con sus supuestos vínculos con la CIA y el DEA? Bout sostuvo y sigue manteniéndose en que fue arrestado “no por cometer ningún delito, sino como resultado de una provocación, o más bien de una operación fraudulenta de la inteligencia estadounidense”. 

Un futuro defensor de Bout, Daniel Estulin, señalaba por agosto de 2010 que el caso era un juego en las sombras con una intensa campaña de difamación en todo el mundo desatada en contra de Bout, misma que abarca decenas de informes de las Naciones Unidas, artículos de prensa y hasta libros como el de Douglas Farah.

 

Víctor Bout en custodia de las autoridades tailandesas 

En descargo de Daniel Estulin mencionemos su público interés por contactar en persona a Bout, lo hizo cuando ya se encontraba detenido en Tailandia, el autor de "Shadow Masters" se entrevistó con Víctor Bout en prisión en varias ocasiones y es notoriamente cierto que eso y sus presuntas relaciones con agentes de servicios internacionales de Inteligencia le hicieron cambiar de opinión, "del traficante más infame que haya existido jamás", a una "amistad" y exculpación personal. El autor expresa en "Shadow Masters" ("El Imperio Invisible", en castellano) poseer muchas pruebas que desconocen los miembros de la acusación en el proceso de los Estados Unidos. "Básicamente es solo un chivo expiatorio -dice Estulin-. Víctor Bout ha sido satanizado por la prensa para interpretar a un villano despiadado. Bout estaba simplemente en el negocio de carga y sí, a veces la carga eran armas y armas. Pero incluso como dijo Douglas Farah: “Es importante tener en cuenta que gran parte de lo que hace Víctor Bout es, aunque censurable, no ilegal” (Douglas Farah, coautor del libro sobre Bout: "Merchant of Death", 2008).


Víctor Bout custodiado por fuerzas de seguridad tailandesas 

La jueza del Tribunal de Distrito de Manhattan, Shira Scheindlin, tras el veredicto de culpabilidad del jurado, condenó el 5 de abril de 2012 a Víctor Bout a una pena de 25 años de prisión (declarado culpable de conspirar para matar a ciudadanos y funcionarios estadounidenses, venta de misiles antiaéreos y ayuda a una organización terrorista, las FARC de Colombia), que es la mínima pena por conspiración para vender armas a un grupo terrorista extranjero designado por los EEUU. Resaltemos que conforme señala la juez, se aplicó la sentencia mínima porque "no había pruebas de que Bout hubiera cometido los delitos por los que fue condenado si no hubiera sido por la operación encubierta". 

En septiembre de 2013, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de EEUU en Nueva York confirmó la condena de Bout, luego de rechazar el alegato de que había sido víctima de un enjuiciamiento vengativo y que no había una razón legítima de aplicación de la ley para procesarlo.




En "Shadow Masters" el autor se explaya en nombres y cita documentos para probar la inocencia de Bout, habla sobre sus negocios de carga aérea, etc. Es importante algunos nombres en el dossier Bout. El rol del presunto co-conspirador de Bout, Andrew Smulian, piloto de origen británico y pasaporte sudafricano, detenido por la DEA el 6 de marzo de 2008 junto a Bout en Bangkok, probablemente era un infiltrado o un futuro colaborador del DEA. Si Smulian, era en realidad un agente o un colaborador del DEA implica que pudo ser un funcionario del gobierno estadounidense, un "agente provocador" en lenguaje jurídico, lo que pone un poco de morbo a a la cuestión legal del proceso. En la versión oficial (acusación) se dice que Andrew Smulian, que estaba esposado, se escapó de una habitación custodiada por doce agentes del DEA, tomó un taxi al aeropuerto, sin dinero e indocumentado compró un pasaje aéreo a los Estados Unidos, es decir "prefirió" estar bajo custodia en EEUU que en Tailandia. 

El señor Smulian fue sentenciado a cinco años de prisión en mayo de 2012 por un Tribunal de Manhattan (New York), increíblemente la sentencia recoge que la única razón por la que Andrew Smulian estaba involucrado en el caso era porque las autoridades estadounidenses lo habían utilizado para llegar a Bout. La jueza de la Corte Federal de Manhattan, Shira Scheindlin, que condenó en abril de 2012 a 25 años de prisión a Víctor Bout, señaló, en referencia a Smulian, que “era un conducto utilizado por el gobierno para llegar al hombre que realmente querían atrapar” (Bout). Andrew Smulian, conforme su colaboración con el DEA cumplió menos de un año de prisión para completar la sentencia de cinco años (porque  estaba detenido desde 2008). 


Andrew Smulian (derecha), junto a Víctor Bout en la Plaza Roja de Moscú. La fotografía fue expuesta por el gobierno en el juicio.

Otro nombre a destacar es del ciudadano sirio-estadounidense Richard Ammar Chichakli, otro presunto  co-conspirador de Bout. Chichakli fue capturado en Australia el 9 de enero de 2013 y extraditado en mayo a los Estados Unidos. Chichakli presentó presuntas evidencias de que el gobierno de los Estados Unidos mintió, falsificó registros y hechos para obtener una acusación contra sí y Víctor Bout. En general explicó en un video que Bout fue castigado por Estados Unidos por apoderarse del negocio de armas de la CIA.

Chichakli fue sentenciado el 13 de diciembre de 2013 por el Tribunal Federal de Manhattan a cinco años de prisión por cargos de lavado de dinero, fraude electrónico y conspiración, además de violar la leyes internacionales y la Ley de Poderes Económicos de Emergencia ("IEEPA") al intentar comprar aviones comerciales de empresas estadounidenses en violación de las sanciones de EEUU. 


Richard Ammar Chichakli, contador sirio-estadounidense. Organismos encargados de hacer cumplir la ley aseguran que fue el principal lavador de dinero y socio de Víctor Bout, operaban una red de compañías aéreas que enviaban armas ilegalmente a zonas de conflicto, a menudo en violación de las sanciones internacionales. Chichakli fue coacusado con Bout en un caso distinto al que fue condenado el "Señor de la Guerra". 

Volviendo al caso particular de Víctor Bout, la alta política internacional también metía sus manos en la trama.  Respaldando a los abogados de Bout que expresaban que su cliente era un preso político, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió un comunicado en que denunció la sentencia de Bout como "una orden política". El señor Bout llegó a afirmar que si se aplicara a todos las mismas consideraciones de su sentencia, los dueños de las armerías estadounidenses de venta libre que "envían armas y terminan matando estadounidenses" deberían estar en prisión.

Para Estulin, en "Shadow Masters", Bout es un traficante de armas de bajo nivel utilizado como un patsy (persona fácilmente engañada, en este caso un chivo expiatorio que está siendo incriminado), que se trataba de la clásica disputa geopolítica ruso / estadounidense. Afirma que desde el secretariado general de la ONU se produjeron informes y "pruebas" contra Bout (acusa directamente a un tal Peleman, de haber recibido millones de dólares en fondos de la ONU, como redactor de esos informes y que es citado como evidencia por todos los demás -incluido Estulin en su libro de 2007-); y, aparentemente, no existía pruebas tangibles contra Bout.




¿Es la "historia" de Víctor Bout, el "Mercader de la Muerte", también conocido como el "Señor de la Guerra", simplemente una "realidad creada", un juego de manos imperial utilizado para lograr objetivos ocultos de política exterior?, se preguntan en un interesante reportaje en inglés ("Merchant of Death" Would Have to be a Magician to Receive a Fair Trial in the US) citando una entrevista de Daniel Estulin para Russia Today (Bangkok, 18 febrero 2010), aquí el escritor intenta explicar su nueva posición sobre Bout, contraria a lo expuesto años antes en su libro "Los Señores de las Sombras". Textual, Estulin dice:

"Mi nuevo libro Shadow Masters, necesitaba la historia de Víctor Bout. El primer borrador de mi manuscrito era una acusación de Bout y toda una operación viciosa de traficantes de armas. Vine a Tailandia pensando: Bueno, este tipo está aquí. Voy a sacar provecho de él, de una forma u otra. Cuando llegué y comencé a investigar la verdad de la historia, me di cuenta de que era solo un paquete de mentiras. No había evidencia detrás de esto. Un juego de sombras dirigido desde atrás de escena por personas muy poderosas, fundaciones, grupos de expertos y gobiernos con agendas con visión de futuro. Cuanto más profundizaba, más me daba cuenta: este tipo no es culpable. Fue creado.

He tenido largas entrevistas de dos horas con Bout, y soy la única persona de los medios occidentales presente, nadie más está aquí (Tailandia). Stephen Braun y Douglas Farah (autores de Merchant of Death) no están aquí. Farah nunca ha conocido a Víctor Bout; ni siquiera ha hablado con él. Cuanta más información reunía de Bout, de las personas que lo rodeaban y de fuentes de la comunidad de inteligencia, más descubría que todo era una gran farsa. Nada de eso se comprobó. No hay una sola pieza de evidencia".


Víctor Bout en su periplo por cárceles y tribunales tailandeses 

Continúa Estulin: "Estados Unidos se ha convertido en un estado fascista, que no está dirigido por el presidente o el pueblo, sino por corporaciones transnacionales y sociedades secretas que entienden que estamos entrando en el juego final. Bout, desafortunadamente, es solo un peón involuntario en el juego. Si no hubiera habido Víctor Bout, habría habido otro 'Víctor Bout'. Y ahora Bout tendría que ser un mago para recibir un juicio justo, un trato justo" (entrevista en Bangkok a RT, febrero 2010).

En fin... El Capítulo IV de "El Imperio Invisible" que sería la versión castellana de "Shadow Masters" empieza con: "Una forma de hurgar en los secretos más íntimos del Imperio Invisible y de las redes terroristas interrelacionadas del mundo es observar el comercio clandestino de armas. Según la prensa mayoritaria, el más infame de todos esos traficantes es Víctor Bout". Citando una fuente, Bout sería en ese tiempo, "el representante más destacado de una nueva generación de traficantes internacionales de armas surgida tras la guerra fría. Desempeña un papel crítico en zonas donde las Naciones Unidas han prohibido el comercio de armas. La historia se extiende por varios continentes e implica a una gran red de individuos sospechosos, empresas tapadera y funcionarios del gobierno; burócratas africanos corruptos y oficiales militares del este de Europa, todos ellos unos ladrones".

Aunque Estulin expresamente no se retracta, usando ese término, de lo que dijo sobre Bout en 2007 en "Los Señores de las Sombras", es decir: "...la historia del traficante más infame que haya existido jamás..." (Daniel Estulin, Capítulo 1, Víctor Bout, el Mercader de la Muerte. "Los Señores de las Sombras", 2007, pág. 11); en "El Imperio Invisible" dice: "Sobre el papel, al menos, parece que Bout es uno de los hombres más amorales del mundo... Mis indagaciones terminaron por llevarme a todos los rincones del mundo y se alargaron durante casi una década. La última etapa de mi agotador viaje me condujo a Bangkok, a la prisión de Klong-Prem, donde me entrevisté con el mismísimo Mercader de la Muerte, Víctor Bout. Lo que descubrí me ayudará para siempre a diferenciar entre lo que son hechos y lo que son rumores y ficción". ("El Imperio Invisible", 2011, Capítulo IV, pag. 157).


Víctor Bout escoltado por agentes del DEA es trasladado desde Tailandia a los Estados Unidos al ordenarse su extradición.

En derecho solo caben dos posibilidades: Culpabilidad del señor Bout dictaminada por un Tribunal competente; o la desestimación de los cargos en su contra. La "inocencia" de Bout; o, para alguien más objetivo, ante la escasa evidencia probatoria de su responsabilidad personal o asociada con otros intereses personales y organizaciones públicas o privadas, nacionales o internacionales, cabía el principio jurídico de la duda razonable o presunción de inocencia. Un tribunal de Estados Unidos lo encontró culpable y un tribunal de apelaciones confirmó su sentencia. 

Liberación de Bout

El 8 diciembre de 2022, Víctor Bout fue liberado en Estados Unidos por efecto de una negociación para intercambio de prisioneros entre Washington y Moscú, un buen "negocio" que deja en libertad a una conocida basquetbolista profesional estadounidense Brittney Griner (detenida en el aeropuerto de Moscú por intentar introducir aceite de cannabis) y al famoso "Mercader de la Muerte" o "Señor de la Guerra", Víctor Bout.




No ha pasado la repercusión mediática de este intercambio de presos al mejor estilo de los tiempos de la Guerra Fría cuando, desde Moscú, una organización política señalada como ultranacionalista, el Partido Liberal Democrático (LDPR) anunció que  Bout se unía a su causa (el LDPR, fundado en 1991, pretende que Rusia retome las tierras de la antigua Unión Soviética, pero no es más que un pequeño partido que no forma parte de la coalición del gobierno ruso de Putin).

No me extenderé más. Este artículo no puede abarcar la dimensión descomunal de información y desinformación que se maneja. Con lo que se ha dicho aquí, ustedes gentiles lectores, pueden ser su propio jurado y emitir su veredicto libremente: Víctor Bout, ¿Mercader de la Muerte o víctima circunstancial del juego geopolítico mundial?


Víctor Bout en Moscú, diciembre 2022, es presentado como nuevo militante del nacionalista "Partido Liberal Democrático" (LDPR) (Skynews Russia)

Si usted fuera ruso, ¿votaría por el nuevo político Víctor Bout? (yo nunca)

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01 septiembre 2020

El oro de Yamashita, "Lis de Oro", "Lila Dorada". ¿Leyenda o verdad? (III)




Introducción del editor del blog


De ser totalmente cierta, la leyenda sobre el destino final del botín de oro robado por las fuerzas imperiales japonesas durante la segunda guerra mundial, sin duda, sería una de las mayores conspiraciones de todos los tiempos. Dadas las evidencias circunstanciales y al hecho de que no existen pruebas de que la supuesta riqueza expoliada haya sido de tal magnitud, sobrepasando los límites del sentido común, seguirá siendo valorada, en el mejor de los casos, como una hipótesis

Relatos, historias, investigaciones, documentales nos brindan diversas teorías, algunas las hemos ya valorado en las entregas anteriores, combinan cierta rigurosidad histórica, pero, también, caen en el campo de leyenda como la siguiente historia, con un inconcebible número de cientos de miles de toneladas métricas de oro y otros relatos de fantasía, como la "aparición" del nazi Martin Bormann (la historia de Bormann, debido a su complejidad y para no hacer interminable el presente artículo lo abordaremos en la siguiente entrega). 

Habiendo ya advertido -desde el inicio de esta serie de artículos- que seguimos planteando dudas sobre la autenticidad de algunos "documentos" y de sus fuentes. Algunas "pruebas", de hecho, resultan ser burdas falsificaciones. 



Ejemplos de los tantos libros y folletos que se venden en Filipinas, especialmente diseñados para los caza-tesoros. !Éxitos en la búsqueda! 

Bien. Esta entrada se relaciona con el conocido investigador y "bestseller" Daniel Estulin. Primero, un breve resumen de la novela "Conspiración Octopus" (en inglés publicado como "The Octopus Deception"), único relato de ficción del reconocido autor, quien jura que "la mayor parte de lo que están a punto de leer existe y es real en un universo paralelo de humo y espejos. Este mundo, desconocido para la mayoría, es un lugar donde los gobiernos, los servicios de inteligencia y las sociedades secretas luchan por hacerse con el control... Real y aterrador es el mundo de Lila Dorada". 

En las primeras páginas, Estulin cita, al parecer una nota de prensa china (me ha sido imposible corroborarla), aparentemente fechada el miércoles 10 de febrero de 2010 en Pekín, por el "China Evening Post": "Descubiertos secretos enterrados de la Segunda Guerra Mundial". El texto es el siguiente: 

"La guerra en el Pacífico está plagada de historias sobre la crueldad de los japoneses contra ciudadanos chinos, así como contra soldados británicos y estadounidenses, entre otros. Las fuerzas imperiales japonesas no sólo utilizaron prisioneros de guerra como esclavos para construir su ferrocarril en Birmania, sino que realizaron con ellos terribles experimentos médicos en el cuartel general de la hermética Unidad 731, centro para armas de guerra biológicas y químicas de Japón. No obstante, mientras eso se producía, otra fuerza japonesa aún más furtiva se dedicaba a una labor tan secreta que pasaría a los anales de la historia como uno de los relatos más explosivos de la Segunda Guerra Mundial.

El proyecto llevaba el nombre de Lila Dorada y su cometido era saquear metódicamente el sudeste asiático. ¿De cuántos tesoros estamos hablando? Nadie lo sabe con exactitud, pero al parecer de China y el sudeste de Asia se rapiñaron cantidades tan enormes que, una vez terminada la guerra, Occidente decidió mantener dichas actividades en secreto... El fantasmagórico tesoro está escondido en depósitos situados en la espesa jungla de Irian Joya, en Indonesia, y en Teresa, alrededor de Rizal, en las laderas de Sierra Madre, la cadena montañosa más larga de Filipinas".



Portada de la edición castellana de la novela "Operación Octopus", original en inglés "The Octopus Deception" (2010)

Según describe la novela, el área de operaciones del Pacífico poco después de la guerra formó parte de una expedición secreta encargada de encontrar el tesoro y traerlo a casa. En una zona próxima al lago Caliraya, en Lumban, Filipinas, ordenaron cavar sin preguntar por qué ni para qué, día y noche, avanzando a duras penas. Se dice que se encontraron túneles llenos de trampas y callejones sin salida que dificultaban y retrasaban la excavación. El equipo de búsqueda habría tardado ocho meses en encontrar la primera cámara del tesoro, situada a sesenta metros bajo tierra. Los japoneses lo habían enterrado y habían dejado señales extrañas en las rocas, a fin de ocultar la verdadera ubicación del botín.

Solo unos cuantos privilegiados sabrían y formarían parte de la mayor conspiración de la historia de la humanidad, una leyenda susurrada entre quienes conocían el alucinante tesoro que fue robado y escondido por el Ejército Imperial japonés en retirada durante los días más duros de la segunda guerra mundial.


"Un millón trescientas mil toneladas métricas de oro", solamente escondidos en túneles profundos de las junglas de Sierra Madre en las Filipinas. "El equivalente a seis coma cuatro trillones de dólares. ¿Hay alguien capaz de concebir una cifra tan extravagante?" 


Cuentan que los estadounidenses descubrieron bóvedas del tesoro con oro apilado hasta el techo. (Foto de carácter ilustrativo)

En la novela, (el autor insiste siempre en afirmar que se basa en la realidad) una parte del oro de Filipinas equivalente a unos cuantos trillones de dólares fue embarcado a Génova a bordo del portaaviones President Eisenhower y después trasladado a diversos bancos de Suiza en un convoy fuertemente protegido.

Según, Estulin, la cifra es diez veces mayor que los datos proporcionados por fuentes como el Banco Mundial, las cifras calculadas bordean las 140.000 toneladas métricas de oro extraídas en más de 6.000 años de historia. El supuesto tesoro en Filipinas sería diez veces superior a las cifras de las reservas "oficiales" en todo el mundo. El hecho que existiese tal cantidad de oro fuera de los circuitos oficiales resulta increíble. O, "que un puñado de gobiernos lo bastante afortunados para saber la verdad hubiera guardado el secreto, es algo extraordinario". Si alguna vez llegaba a conocerse la verdad, esta destruiría la economía mundial, porque la mayoría de los países todavía utilizaban el patrón oro como respaldo de su moneda. 

El resto..."un secreto envuelto en misterio, guardado tras mil cerraduras de criptonita desde principios de la década de 1960, custodiado por cincuenta y cuatro fideicomisarios, en depósitos de Teresa y en las montañas selváticas de Irian Joya, Indonesia". Una aclaración: Teresa, es el nombre de un valle rodeado de montañas, sin salida al mar, en el Rizal, faldas de Sierra Madre, la cordillera más larga de las Filipinas, con colinas escarpadas y abruptos riscos en la parte oriental. 

Como vemos, Daniel Estulin también nos habla de fideicomisarios que controlan la fortuna. "Los fideicomisarios trabajaban de manera independiente, sin conocerse unos a otros. Pero estaban coordinados por una serie de directores del complejo industrial-militar, quienes a su vez eran controlados por su superior jerárquico. Y por encima de ellos, en el vértice de la pirámide, Octopus: menos de una docena de miembros, estrechamente unidos y financieramente entrelazados. Los controladores de la riqueza del planeta, hombres cuyo poder hacía girar el mundo" (Operación Octopus, novela).

El oro, al igual que ocurre con los diamantes, es mucho más común en la naturaleza de lo que la gente cree. Según expertos hay mucho oro y diamantes en el mundo (aun el que está por explotar), no obstante, es dudosa la cifra de cientos de miles de toneladas métricas de oro saqueadas solo por las fuerzas niponas en el continente asiático. ¿Y por qué es dudoso? Sobre todo porque circulan cientos de "documentos" falsos que, lamentablemente, destacados escritores los utilizaron en sus obras. 

Nos ha sorprendido en el presente saber que con modernas técnicas, en instalaciones de alta tecnología, donde trabajan científicos, ingenieros, técnicos y diseñadores, se puede crear diamantes por métodos como la "Presión-Alta de Temperatura" (HPHT) y la "Deposición Química de Vapor" (CVD), el producto final posee idénticas propiedades químicas, ópticas y físicas que los diamantes extraídos de las minas. Un dato estadístico del 2017: De los 138 millones de quilates de diamante en bruto extraídos de las minas en 2017, unos 26 millones de quilates son de calidad gema para ser cortados y pulidos, el resto podrá ser reutilizado para crear diamantes en laboratorio (Un quilate equivale a 0,20 gramos, es decir, 5 quilates equivale a 1 gramo). Todavía no se ha inventando, no es posible producir oro en un laboratorio, al estilo del Rey Midas. 

Volvamos a nuestra historia. "Lila Dorada" también es conocida como "Operación Lis de oro", o el "Lirio Dorado", algunos hablan que no solo fue una operación militar para expoliar las riquezas de las naciones sojuzgadas por el Imperio Japonés, sino que también es una sociedad secreta japonesa cuya cabeza fue el mismísimo Emperador Hirohito y miembros cercanos de la familia real. Es vital resaltar que la historia del oro expoliado por los japoneses en sus aventuras guerreras desde la década de los 30 del siglo XX es real, es el manto de leyenda que arropa a esa etapa histórica la que no satisface a los expertos, incluso a la ciencia. 

"Conspiración Octopus" recibió dura crítica tras su lectura (el autor advertía hasta el cansancio que su obra es ficción basada en la realidad), el lector esperaba mucho más de la novela enunciada, dada la campaña de marketing realizada en medios de comunicación (por medio de entrevistas en radio, prensa y televisión). Pues nada, muchos dicen que debemos felicitarnos por vivir bajo el manto de la democracia y poder disfrutar de la libertad para leer lo que nos apetezca... Aparte de eso, un interesante artículo de Daniel Estulin fue publicado por la prestigiosa revista "Voces del Periodista" (Edición No. 351), del 9 de noviembre de 2016, tema central de esta nueva entrada. 


t. andino

El oro robado y el nuevo orden financiero internacional 


Daniel Estulin

Los antecedentes

A partir de 1937 el Emperador Japonés encargó a su hermano menor, el príncipe Chichibu, liderar una operación ultra-secreta con el nombre en clave de “Lila Dorada” cuya tarea era saquear la riqueza de Asia en beneficio del Japón Imperial. La gran cantidad de historia y patrimonio robada por los japoneses llega a los límites de lo más mítico, fantástico e insospechable, mucho más de lo jamás imaginado. De hecho, la cantidad de oro robado entre 1937 y 1943 supera con creces las reservas combinadas de oro de todos los bancos centrales del mundo.





Después de Stalingrado, a principios de 1943, la inercia de la guerra comenzó a volverse en contra de los invasores. La Alemania Nazi en el Oeste y Japón en el Este estaban perdiendo. Los planes para trasladar el tesoro a Japón tuvieron que cambiarse –aunque solo fuera como una medida temporal. El ejército japonés llevó el oro a las islas y tuvo que dejarlo allí, mientras se retiraban derrota tras derrota con la vana esperanza de volver al final de la guerra y recuperar el botín en secreto.





Un grupo de oficiales del ejército japonés, con la ayuda de una brigada especial de ingenieros, comenzó a enterrar el tesoro. Tardaron meses en excavar y construir complejos sistemas de túneles lo suficientemente grandes como para guardar los camiones y a veces lo bastante profundos para discurrir por debajo de la superficie del agua.

La inmensa cantidad de oro y otros tesoros se dividieron en baúles de varios tamaños antes de ser enterrados. La mayor parte de la misma, por un total de 172 baúles, fue enterrada en o alrededor de las Islas Filipinas antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Los cartógrafos japoneses se ocuparon de hacer mapas de cada escondite y los contables de confianza del emperador marcaron los baúles con tres dígitos que distinguía el valor del oro de cada uno de ellos en yenes japoneses.






Sólo un escondite marcado con “777” de “La Lila Dorada”, cerca de Teresa, la parte más cuantiosa del tesoro, almacenaría más de 90.000 toneladas métricas de oro, lo que equivale al 75% de las reservas oficiales del mundo y un valor de $101, 272, 500, 000 en dólares americanos del año 1945 cuando el yen se cambiaba a 3,5 por cada dólar, una cantidad que empequeñece la actual deuda mundial y nos deja atónitos y boca abiertos.






Otro túnel encontrado cerca de Teresa medía 500 metros de largo y tenía oro almacenado en pilas de un metro de altura, alineadas a lo largo de todo el túnel. En total, 100.000 barras de un peso de 12,5 kgs cada una, fueron recuperadas. Este oro incluyó “oro real” que la familia Real británica había enviado a Filipinas para protegerla en caso de que Hitler conquistara toda Europa.

Sin embargo, este secreto era demasiado tentador para guardarlo de manera hermética. A finales de 1944, Estados Unidos había resquebrajado las comunicaciones cifradas secretas de los japoneses y había preparado sus propios planes para hacerse con un botín más valioso que el mismísimo Santo Grial.



Recuperación clandestina



Los agentes de la OSS Americana (precursora de la CIA) comenzaron una operación de recuperación clandestina en Filipinas entre los años de 1945 y 1948, liderada por dos agentes secretos de la OSS –un oficial filipino-americano y miembro del Opus Dei, Severino García Santa Romana y el General Edward Lansdale, uno de los principales sospechosos en el asesinato de presidente Kennedy.




El equipo de búsqueda de la CIA había tardado cuatro años en encontrar la primera cueva del tesoro, situada a más de setenta metros bajo el suelo. La Lila Dorada había enterrado el tesoro utilizando una técnica sofisticada desarrollada por los ingenieros japoneses y dejó señales de cómo encontrarlo utilizando formaciones rocosas inusuales y rocas curiosamente cortadas, así como otra mucha información topográfica para disimular fácilmente su ubicación.






Otro conocido individuo que se lanzó en búsqueda del oro fue Ferdinand Marcos, por aquel entonces un pobre charlatán con ambición sin límite. Entre 1953 y 1970, con la ayuda de los prisioneros de guerra japoneses, Marcos desenterró poco más de 600 toneladas métricas de oro… hasta que pudo hacerse con el mapa del tesoro a finales de 1971.




Encontrar el tesoro era una cosa. Quedárselo, otra muy distinta. Hay un estatuto que limita a 40 años el periodo en el que un país puede reclamar bienes robados. Para mantenerlo, Marcos tenía que encontrar la manera de ocultar el verdadero origen del tesoro. En ese momento, un caza tesoros estadounidense, cuyo nombre en clave era “Curtis” desarrolló una técnica para reconfigurar las huellas dactilares metalúrgicas de oro.





La forma original del tesoro es variada y con frecuencia se indica el origen de los países propietarios con diversas características, tales como cinco estrellas para representar Camboya y con un peso de 6,3 kilos cada uno; “Sumatra”, acuñados de cuatro estrellas y con un peso de 6,2 kilos; “Birmania”, con tres estrellas y con un peso 6 kilos. Otras marcas eran el dragón la denominación de la China, chop AAA, Suhatra-Loyd, y el más legendario de todos ellos, el lingote pictórico de oro de UBS conocido como kinebar.





A partir de marzo de 1973, a los 300 miembros especialmente elegidos del Batallón 16 de la infantería de Filipinas, se les llevó con los ojos vendados a una zona cerca del Lago Caliraya en Lumban. Se les dijo que cavaran, pero sin preguntar por y para qué. Formaban parte de un “misterioso” Grupo de Tareas de Restauración, organizado por el hombre fuerte de Ferdinand Marcos, Fabián Ver, jefe de las Fuerzas Armadas del país. El Batallón de la Guardia Presidencial de élite de Ver vigilaba a los jóvenes soldados con la atención de un halcón mientras realizaban sus operaciones de excavación durante la noche.

El trabajo fue esmeradamente lento. Cada túnel estaba lleno de trampas explosivas y de múltiples callejones sin salida, lo que hizo la excavación más difícil y costosa en tiempo. De hecho, entre 1973 y 1985, los hombres de Marcos solamente habían excavados 13 escondites de un total de 172.

El equipo de Curtis, consistente en un puñado de filipinos, fue contratado para modificar el tamaño, el peso y las huellas originales de los lingotes de oro, para disimular el origen del tesoro. Anteriormente, Curtis, el caza tesoros gringo, había recuperado y metalúrgicamente alterado más de 500 toneladas métricas de oro escondido en Indonesia. El escondite de Indonesia incluyo el oro saqueado por los nazis, así como de oro robado en China durante la Segunda Guerra Mundial.

En la noche del 27 de abril de 1973, después de casi dos meses de excavación, un destacamento del 16 º Batallón de infantería llegó finalmente a su objetivo. En torno a las 11 p.m., una de las excavadoras pesadas golpeó un tambor cilíndrico de acero que medía 1 metro de largo y medio metro de diámetro enterrado en varias bóvedas de hormigón espeso (2m x 1.5mx 1.5m) descubierto a una profundidad estimada de 15 metros.





Fue enterrado en un túnel de unos 300 metros de largo, 15 metros de ancho y 10 metros de alto – un lugar excavado para los japoneses por varios centenares de prisioneros de guerra americanos, australianos y filipinos que luego fueron asesinados y enterrados con el tesoro. El equipo de Curtis encontró esqueletos que aún vestían sus uniformes andrajosos y sus cascos.

Los soldados vieron metal pesado de color amarillo, que brillaba en medio de los focos. Los lingotes que se veían eran de 40 centímetros de largo, cinco centímetros de ancho y casi 2 centímetros de espesor. Una vez que se encontró el escondite Teresa con signos de “777″, Marcos hizo todo posible para asegurar su anonimato. Los lingotes de oro fueron recubiertos en color negro de alquitrán y asfalto endurecido para ocultar su verdadera identidad, trasportados en grandes camiones reforzados por dentro con hierro forjado y recubiertos por fuera para no llamar la atención.





 Huida

Después de varias muertes inexplicables de los colaboradores que participaron en la excavación, Curtis, temiendo por su vida, logró escapar de las maniobras de Marcos, huyendo con las fotografías de todos los 172 mapas realizados por los japoneses de Lila Dorada a Indonesia. Estas fotografías muestran el lugar en que cada parte del saqueo había sido enterrada y el valor de cada tesoro.

Debido a que Curtis poseía los mapas de Lila Dorada, así como a su anterior relación con Marcos, el cazador de tesoros fue invitado a formar parte de un equipo de recuperación de la CIA. Curtis viajó a Hong Kong, donde fue informado durante tres días por la CIA. En esas reuniones se incluyeron detalles muy sensibles de las transacciones entre Marcos y el dictador panameño, Manuel Noriega, y el intercambio de oro por drogas.





En total, entre los años 1973 y 1985, los hombres de Marcos excavaron más de 60.000 toneladas métricas de oro y otros metales preciosos. A mil dólares una onza de hoy, Marcos hubiera llevado la escalofriante cantidad de casi dos mil billones de dólares. Casi nada.

Como colofón a esta historia, cuando el Gobierno estadounidense se dio cuenta de que Marcos había extraído 60.000 toneladas métricas de oro, una carta con el membrete de la Comisión Trilateral le exigió al por entonces presidente de Filipinas que devolviera las 63,321 toneladas métricas de oro a dos mil bancos acreditados estadounidenses y europeos controlados por la Comisión Trilateral. Como moneda de cambio, a Marcos se le concedía un porcentaje pequeño del tesoro en forma de un préstamo del Banco Mundial. Marcos se negó a firmar el documento. Tres días más tarde “la revuelta popular” le desposeyó de los poderes.





No obstante, la operación Lila Dorada implicaba mucho más que los tesoros de Filipinas. Cantidades inimaginables de oro, rubíes y diamantes fueron escondidas en Indonesia y Malasia por el Ejército Imperial Japonés y en Sudamérica por los nazis

Entre 1942 y 1944, grandes cantidades de oro habían sido enviadas temporalmente a Sudamérica a través de España. Bajo la supervisión del Reichsleiter Martin Bormann, el botín estuvo guardado en Sudamérica durante varios años antes de ser repatriado a la recién creada República Federal de Alemania, después del Tratado de Paris de 1954, que acababa con el régimen de ocupación de Alemania. De hecho, “el milagro económico alemán post-guerra” se debe en gran medida al oro robado y repatriado por los nazis.





La huida de Bormann de la Alemania en llamas se hizo posible gracias a las líneas de ratas gestionadas en secreto por el Vaticano a cambio de 47,000 toneladas métricas de oro robado, una cuarta parte del suministro oficial mundial, si creyésemos las cifras oficiales. Las líneas de ratas sacaban clandestinamente a los criminales de guerra nazis y a ex miembros de las SS a América del Sur y Oriente Medio, sobre todo a Egipto, y estaban liderados por monseñor Giovanni Montini, el Subsecretario de Estado del Vaticano en los años de la guerra. Debido a ese gran negocio, el Vaticano se hizo con un nada despreciable botín que a día de hoy está valorado en más de $1, 221, 700, 000, 000.

La clave para comprender el secreto que abarca esta historia es que gran parte –probablemente la mayoría– del oro que fue saqueado por Japón y Alemania procedía de las reservas oficiales de los gobiernos asiáticos y, por tanto, la cantidad exacta robada era conocida y claramente contrastada. Así que, cuando el Vaticano, los Estados Unidos y los demás países se hicieron con el tesoro, lo hicieron en completo secreto y en contra de todas las leyes internacionales. No hubo ninguna intención de devolver el oro saqueado a sus propietarios legítimos.





Lo que es más, es asombroso que no sólo elementos delictivas como los nazis, la mafia, las tríadas chinas y la Yakuza japonesa estuvieron involucrados en transportar, ocultar, esconder y lucrarse con el robo de las reservas de oro desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sino que las agencias de espionaje como la CIA, la ONI, la KGB y el Mossad israelí ha desempeñado un papel activo en el robo, así como más de 2.000 principales instituciones bancarias, por no hablar del Fondo secreto, El Águila Negra cuyos copropietarios son el Consejo de Relaciones Exteriores y la Comisión Trilateral, así como los principales gobiernos elegidos democráticamente, que también tomaron parte, participando activamente en esta alucinante conspiración de codicia.

Por ejemplo, 72.000 toneladas métricas de oro de Filipinas fueron enviadas a Fort Knox a bordo del portaaviones nuclear “Presidente Eisenhower”, a cambio de la concesión a Ferdinand e Imelda Marcos de un exilio en Hawái, después de haber sido desposeído del poder en una “revuelta popular” orquestada por la Comisión Trilateral desde la sombra. Otras 62.000 toneladas métricas del tesoro de la Lila Dorada se enviaron a los bancos de Inglaterra, Suiza y Alemania.





Los co-conspiradores, compartiendo el botín al 70% -30% con las naciones de acogida, han escondido el oro recuperado en cuentas secretas en las Bahamas, la India, Singapur, China, Malasia, Indonesia, Hong Kong y Palau. Otras 20.000 toneladas métricas de oro se blanquearon a través del Banco de Panamá, dividiendo los beneficios al 70% -30% con Manuel Noriega, que utilizo el oro como moneda de cambio con la droga a través de los carteles colombianos. Las drogas de Panamá se vendieron a través de Mena, Arkansas, en un momento en que el futuro presidente William Jefferson Clinton era su poco conocido gobernador.

¿De cuánto oro se trata? Las estimaciones varían, debido a la naturaleza compartimentada de la operación, pero una estimación conservadora es de unos 1,33 millones de toneladas, diez veces las cantidades oficiales de oro reconocidas por los mercados financieros. Solamente en Filipinas, unas 400,000 toneladas métricas de oro aproximadamente aún no se han excavado según los mapas descifrados de la Lila Dorada. Esta información, que le hace a uno cuestionarse su propia salud mental, puede fácilmente ser objeto de interpretaciones erróneas y despectivas por parte del público en general si no hubiera sido por unas voluminosas pruebas documentadas que no dejan lugar a dudas en cuanto a su veracidad.

Por ejemplo, solamente en una operación que involucraba el oro de Marcos, más de cuarenta y dos fondos de gestión además de 100 bancos principales comprometieron su participación para ayudar a financiar la compra de 110.000 toneladas métricas de oro. El gobierno de los EE.UU. ofreció un 20% en efectivo, el equivalente de unos $ 200 millones a través de estos bancos y fideicomisos y otro 80% en valores gubernamentales.

La CIA utilizó uno de sus hombres de paja, un tal doctor Ole Bay como principal administrador del grupo comprador, creando numerosas empresas fantasma para blanquear el oro. Estos lingotes fueron depositados de forma secreta en 176 cuentas bancarias situadas en 42 países. El oro dos veces robado se convirtió en la base del dinero de las operaciones super-secretas de la inteligencia americana en los años inmediatamente de posguerra.

Y ¿dónde está?


Una parte del oro saqueado escondido en las Filipinas estaba destinado a la creación de una red mundial anti-comunista. Otra parte importante fue destinada al Triángulo Dorado como moneda de cambio por el opio gracias a los esfuerzos de la CIA y el Nugan Hand Bank. 


Este proceso recibió un apoyo considerable del entonces Presidente Nixon que en 1971 eliminó la convertibilidad en oro del dólar norteamericano. La eliminación de la convertibilidad llevaría al dólar estadounidense a una hegemonía mundial, que de forma extraoficial se convertiría en la moneda preferida por el narcotráfico.

El oro de las Filipinas, sin embargo, es sólo uno de los mayores misterios que rodean esa historia. Baúles llenos de oro, platino, piedras preciosas y tesoros religiosos sin precio también fueron escondidos en las selvas de Indonesia. Prácticamente desconocido para la historia contemporánea es la sugerencia de que el presidente de Indonesia Achmed Sukarno, junto con un varios otros líderes del Tercer Mundo había planeado en secreto establecer un banco no-alineado en 1955, con sede en Yakarta utilizando de respaldo los miles de billones de dólares en reservas de oro recuperados de la Segunda Guerra Mundial a través del tesoro escondido en Indonesia.




El establecimiento de una entidad tan poderosa que poseía reservas de oro que harían empequeñecer las disponibilidades en Occidente hubiera enviado escalofríos de temor a los gobiernos occidentales y a la fraternidad bancaria europea y americana, que tan sólo unos años antes cerraron el acuerdo de Bretton Woods, que estableció tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional. Ambas instituciones siguen siendo el principal vehículo para mantener pobres a las naciones del Tercer Mundo, un hecho que beneficia al Occidente rico dedicado a mantener la estructura social que depende del consumismo.

El gobierno de los Estados Unidos logró desbaratar la iniciativa ambiciosa de Sukarno y, en 1965, fue derrocado con la ayuda de la CIA. Con Sukarno se fue la idea de un banco alternativo e independiente, leal a los intereses de las naciones no alineadas que no querían seguir siendo explotadas por la alianza Anglo-Americana.

Lo que es aún menos conocido, es que por lo menos, desde el comienzo de la década de los 60, el oro de Sukarno está escondido bajo la tutela de un grupo de 54 individuos de nacionalidad no indonesia. El tesoro se encuentra en depósitos en la selva de las montañas Irian Joya de Indonesia, una zona accesible sólo después de varios días de andadura a pie a través de una densa selva.

Encontré a uno de los fiduciarios, que en condición de anonimato me dijo que en los últimos años él ha podido revisar miles de páginas de documentos bancarios originales y declaraciones relacionadas con la fortuna personal de Sukarno. Según el documento maestro, el conjunto de activos, metales preciosos y dinero en efectivo ascendía a un total de $ 270 trillones de dólares en 1964.

Le pedí que me repitiera la cantidad. El fiduciario me dijo, “sí, son 270 trillones de dólares estadounidenses”. Para asegurarme, le pregunté que si se trataba de trece ceros más el dos y el siete por delante, contando de manera americana. Su respuesta era “así es.”

Cuando le pedí que fuera un poco más generoso con los detalles, me dijo que en estos depósitos había y sigue habiendo inestimables objetos de arte, piedras preciosas, joyas, y un gran volumen de metales preciosos. Según él, “nunca he visto nada igual en mi vida. Había pilas y pilas y filas y filas de cajas de almacenaje del banco UBS decoradas con metales preciosos que contenían los lingotes de oro de 1kg acuñados con las letras J.M. (Johnson Matthey); cada lingote con su número y certificado exclusivo con el sello de Johnson Matthey.

Sin contar los certificados bancarios indicando miles de toneladas de oro y rubíes en depósito. Aún más rozando lo inimaginable, llaves y tarjetas de los depositarios hechos en oro. Era como la mil y una noches.”

Queriendo la confirmación de esta información sensacionalista, llamé a las oficinas de UBS en Zúrich, donde un representante de UBS me dijo muy groseramente que “no debería ahondar demasiado profundamente en los asuntos que puede aportarme más conocimiento del que debe ser razonablemente cómodo tener.”

Sabía que su advertencia no había que tomarla a la ligera. Hace unos años, un hijo de uno de los síndicos comentó abiertamente la existencia de este fabuloso tesoro con un potencial inversor en Hong Kong. Poco después, le encontraron muerto en una habitación de hotel en Singapur.

Por último, si Marcos y Sukarno no controlaban el oro de la Lilia Dorada, como es evidente, la cuestión es ¿quién lo controla? Además, ¿quiénes son estos fiduciarios invisibles de nacionalidad no Indonesia? Lo que es más, ¿por qué esa fortuna fantasmagórica permanece oculta y silenciada en las selvas de Indonesia, en el Vaticano y en miles de las principales instituciones bancarias cuando haciendo uso de ella, se podría fácilmente pagar la deuda del mundo y eliminar el hambre? Sin embargo, no aguante la respiración. Demasiadas preguntas difíciles y las explicaciones aún más difíciles de justificar bloquean el camino.


Para terminar, sabiendo que la mayor parte del tesoro robado por el ejército imperial japonés estaba escondido en o alrededor de las Filipinas y a sabiendas de que el valor del tesoro del dictador Sukarno de Indonesia “solamente” ascendía a 270 trillones de dólares en 1964, ¿cuánto valdría el tesoro de Filipinas en el mercado actual?

*** 


Refutación por el editor del blog

Líneas arriba aclaramos que no queremos hacer interminable el artículo de Daniel Estulin enfocado en el "Lirio Dorado", el oro pérdido usurpado por los japoneses en la contienda mundial. Analizar el caso del difunto Martin Bormann y sus "aventuras" de posguerra amerita un análisis aparte. Si dejamos sentado que la historia de Bormann es una de las fábulas más grandes y, a la vez, facilmente revatibles con la evidencia histórica y científica.
Lo veremos en una próxima entrega.

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