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29 junio 2019

La Liga Mundial Anticomunista





Introducción por el redactor del blog

En una ponencia anterior, dedicada a desenmascarar los fraudes del ´revisionismo´ neonazi, solamente de pasada nombramos a una organización que ha tenido desde sus inicios vínculos directos con los herederos del nazismo y el extremismo de derecha: la polémica Liga Mundial Anticomunista, (World Anti-Communist League WACL), que hoy se denomina Liga Mundial por la Libertad y la Democracia (World League for Freedom and Democracy WLFD), ocultando con el cambio de nombre, siempre por alguna razón en inglés, la percepción a simple vista de lo que realmente es, una organización internacional terrorista de extrema derecha.

Recordemos que la trilogía de "maestros revisionistas" de lengua castellana (Salvador Borrego, Joaquín Bochaca y alias ´Traian Romanescu´) hicieron lo posible para -directa o indirectamente- adoctrinar a la juventud en esos postulados que tergiversan no solo la historia, sino que insitan a despreciar al ser humano que piensa diferente a ellos. A través de la Liga Mundial Anticomunista, Latinoamérica conoció de cerca como era que funcionaban los centros de "corrección ideológica" de los régimenes fascistas europeos del siglo pasado, de esa forma la Liga penetró en las Fuerzas Armadas, entabló contacto con prominentes oficiales militares y funcionarios de Centroamérica y Sudamérica, les dotó de una "ideología" y los formó en técnicas represivas a semejanza de las “tropas de asalto” hitlerianas. 




Con esa formación y con el visto bueno de los Estados Unidos en guerra contra el "comunismo" por el mundo se lanzaron a una orgía de sangre que marcó una de las etapas más negras en la historia del continente americano. La "Operación Cóndor" fue el punto culminante de esa preparación ideológica.

El lector no debe extrañarse que muchos de los prominentes y antiguos líderes (incluso actuales) sean simpatizantes del nazismo (aunque pertenezcan a una raza ´inferior´). Algunos desertores de la Liga fueron claros en señalar, por ejemplo, que en México, la Liga Mundial Anti-Comunista estaba enlazada con la propaganda que difundían escritores neo-nazis como Salvador Borrego y Carlos Cuesta Gallardo (alias ´Traian Romanescu´), así como con traductores de Europa. La "lucha" contra el comunismo de la referida Liga Mundial, de hecho, coincidió a la perfección con la alta difusión de libros producidos en México  (en los 60 del siglo pasado) como “La Gran Conspiración Judía”, "Derrota Mundial" y abundantes reediciones hechas en la ciudad de Guadalajara, estado de Jalisco - México de "Mein Kampf", "El Judío Internacional" y "Los Protocolos de los Sabios de Sión".  Coincidencias?


Cartel de propaganda de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial, editado por las Waffen-SS el 22 de junio de 1941. Evidentemente es un cartel anticomunista vigente incluso en 1945. Celebra la colaboración de las fuerzas armadas de Rumania, Lituania, Valonia. Cosacos, Noruega, Eslovaquia, Finlandia y Hungría junto a Alemania en la campaña contra la Unión Soviética. El título del cartel dice: "Una vez más, Europa defiende su cultura contra la embestida de Oriente".


Bien, entremos en materia.  Una descripción de la Liga Mundial Anticomunista, desde su fundación, es esbosada por el célebre internacionalista Thierry Meyssan en un artículo que tiene casi 15 años de haber sido redactado.



t. andino



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TERRORISMO
La Liga Mundial Anticomunista, internacional del crimen

4to Congreso de la Liga Mundial Anticomunista


por Thierry Meyssan

Fundada en Taiwán por Chiang Kai-shek, el reverendo Moon y criminales de guerra nazis y nipones, la Liga Mundial Anticomunista (WACL) fue utilizada primero por Nixon para extender los métodos de contrainsurgencia por el sudeste asiático y América Latina. Siete jefes de Estado participaban entonces en sus reuniones. Más tarde, cobró vida de nuevo en la época de Reagan, convirtiéndose en instrumento del complejo militar e industrial estadounidense y de la CIA durante la Guerra Fría. Se le encargaron entonces asesinatos políticos y la formación de las contraguerrillas en todas las zonas de conflicto, incluso en Afganistán donde estaba representada por Osama Bin Laden.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, los servicios secretos estadounidenses utilizaron agentes nazis, fascistas y ustachis para crear una red anticomunista, la stay-behind [1]

Si los agentes reclutados en los Estados de la futura Alianza atlántica debían mantenerse en secreto, los de los Estados que habían caído bajo control soviético debían, por el contrario, actuar públicamente. Se creó, por consiguiente, en 1946, una especie de entidad internacional para coordinar la acción de los agentes originarios del Este transferidos al Oeste: el Bloque Antibolchevique de Naciones (Anti-Bolshevik Bloc of Nations, ABN).

Fascistas ucranianos, húngaros, rumanos, croatas, búlgaros, eslovacos, lituanos, etc. se reunieron bajo la dirección de Yaroslav Stetsko. Ex-líder colaboracionista en Ucrania, Stetsko es considerado como responsable de la masacre de 700 personas, en su mayoría judíos, cometida en Lvov el 2 de julio de 1941.

Ocho años más tarde, al término de la guerra de Corea, Estados Unidos reemplaza a Francia en Indochina [2]. El presidente Eisenhower establece un sistema regional de defensa dirigido contra la URSS y China. El 8 de septiembre de 1954, siguiendo el modelo de la OTAN, se crea la OTASE que reagrupa a Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, Filipinas, Tailandia, el Reino Unido, y Estados Unidos. El 2 de diciembre se completa el dispositivo con un tratado bilateral de defensa entre Estados Unidos y Taiwán [3].

Paralelamente, la CIA, bajo la dirección de Allen Dulles, estructura los servicios de inteligencia de dichos Estados y establece una organización de contacto entre los partidos anticomunistas de la región. Se constituye así, en torno al mismo Chiang Kai-shek, una Liga Anticomunista de los Pueblos de Asia (Asian People’s Anti-Communist League, APACL).

Además del presidente taiwanés Chiang Kai-shek, la APACL cuenta entre sus miembros a Paek Chun-hee, futuro presidente de Corea del Sur; Ryiochi Sasakawa, un criminal de guerra convertido en millonario y benefactor del partido liberal japonés; y al reverendo Sun Myung Moon [4], profeta de la Iglesia de la Unificación. Figuran también en las filas de la APACL el general Prapham Kulapichtir (Tailandia), el presidente Ferdinand Marcos (Filipinas), el príncipe Sopasaino (Laos) [5], el coronel Do Dang Cong -representante del presidente Nguyen Van Thieu, de Vietnam), etc.

La APACL se encuentra bajo el control total de Ray S. Cline, entonces jefe de la estación de la CIA en Taiwán [6], y publica el Asian Bulletin, cuya redacción está a cargo de Michael Lasater, futuro responsable del departamento de Asia en la Fundación Heritage [7].


Fundación de la WACL, en 1967.


La creación de la WAC

Desde 1958, el presidente del Bloque Anti-bolchevique de Naciones (ABN) participa, en Taipei, en las conferencias anuales de la Liga Anticomunista de los Pueblos de Asia (APACL). Cline y Stetsko supervisan la fundación de la Political Warfare Cadres Academy de Taiwán, institución encargada de adiestrar a los cuadros del régimen de Chiang Kai-shek para la represión anticomunista.

La academia es el equivalente asiático del Psychological Warfare Center de Fort Bragg (USA) y de la School of Americas de Panamá [8]. Progresivamente, la CIA forma una red de grupos políticos y de instructores en contrainsurgencia a escala mundial. En 1967, la ABN y la APACL se fusionan y adoptan la apelación de Liga Mundial Anticomunista (World Anti-Communist League, WACL) y extienden sus actividades al conjunto del «mundo libre». Entre los nuevos miembros se encuentran Los Tecos, también llamados Legión de Cristo Rey, formación fascista mexicana creada durante la Segunda Guerra Mundial. La Liga conoce una primera etapa de auge durante los años 73-75, cuando Richard Nixon y su consejero de Seguridad Henry Kissinger ocupan la Casa Blanca.




Su financiamiento es generosamente asegurado mediante la Iglesia de la Reunificación. Sin embargo, esta realidad deja de ser públicamente reconocida a partir de 1975. El reverendo Sun Myung Moon afirma entonces haber roto sus nexos con la Liga, pero sigue ejerciendo su liderazgo a través de su representante japonés Osami Kuboki.

El papel de la WACL en la aplicación de los planes Phoenix (1968-1971) y Cóndor (1976-1977), incluyendo el asesinato de miles de sospechosos de simpatizar con el comunismo en el sudeste asiático y América Latina, no está aún lo suficientemente documentado.

La Operación Phoenix fue probablemente aplicada en Vietnam por la Joint Unconventionnal Warfare Task Force del mayor general John K. Singlaub, más tarde presidente de la WACL. Sin embargo, Singlaub ha negado siempre su implicación en esa operación.




Por otro lado, el general Hugo Banzer, que impuso su dictadura en Bolivia de 1971 a 1978, presidió la sección latinoamericana de la WACL. Banzer organizó un plan de eliminación física de sus opositores comunistas en 1975. El Plan Banzer fue presentado como un modelo a seguir durante una reunión latinoamericana de la WACL, en Asunción, en 1977, en presencia del dictador paraguayo, el general Alfredo Stroessner. Una moción dirigida a proceder, de la misma forma, a la eliminación en toda América Latina de los sacerdotes y religiosos adeptos de la teología de la liberación fue presentada por la delegación paraguaya y adoptada por la conferencia mundial de la WACL, en 1978 [9].

Tampoco se conoce a ciencia cierta el papel de la WACL en la estrategia de tensión que impactó Europa durante ese periodo. El francés François Duprat, fundador de Nuevo Orden; el italiano Giorgio Almirante, fundador del MSI; el español Jesús Palacio, fundador de CEDADE; el belga Paul Vankerhoven, presidente del Círculo de Naciones, y otros como ellos, militan en la WACL. Y es la Liga la que saca clandestinamente de Italia a Stefano delle Chiaie [10], buscado en Italia por terrorismo, y lo envía a Bolivia, entonces bajo el régimen de Hugo Banzer, donde se le nombra inmediatamente segundo de Klaus Barbie a la cabeza de los escuadrones de la muerte.

La documentación es poca también en lo tocante al papel de la WACL en la guerra de Líbano. Se sabe, cuando más, que reclutó a los mercenarios integrados a las filas de las milicias cristianas del ex-presidente Camille Chamoun, en 1975, semanas antes del estallido del conflicto.





A su llegada a la Casa Blanca, en 1977, Jimmy Carter desea poner fin a las sórdidas prácticas de sus predecesores. Nombra al almirante Stanfield Turner jefe de la CIA y se dedica a eliminar los regimenes autoritarios de América Latina. Es una época difícil para la WACL, que deja de recibir el financiamiento de sus miembros. Esta se convierte entonces en guarida de los anti-Carter, se prepara para días mejores y establece espontáneamente relaciones con la principal organización anti-Carter de Estados Unidos, la Coalición Nacional para la Paz por la Fuerza (National Coalition for Peace Through Strength).

Ese frente de rechazo emana del American Security Council, que el presidente Eisenhower designaba con el término de «complejo militar e industrial» [11]. Sus copresidentes son el general Daniel O’Graham [12], que participó con George H. Bush en la reevaluación de la amenaza soviética en la Comisión Pipes -llamada Team B [13] -, y el general John K. Singlaub [14].

Numerosos responsables de la Liga estaban vinculados a los comités de campaña para la elección de Ronald Reagan. Para muchos de ellos, el gobernador republicano de California no es un desconocido. En efecto, al final de la Segunda Guerra Mundial, Reagan participó, como vocero de la Cruzada por la Libertad (Crusade for Freedom), en la colecta de fondos para el establecimiento en Estados Unidos de inmigrantes provenientes de Europa oriental que huían del comunismo. Se trataba en realidad de trasladar a los nazis, fascistas y ustachis miembros del Bloque Anti-bolchevique de Naciones (ABN). En cuanto al vicepresidente George H. Bush, se trata también de un amigo. Como patrón de la CIA, fue el jefe de la Operación Cóndor.



La época dorada de la WACL

A partir de la llegada de Ronald Reagan y de George H. Bush a la Casa Blanca, la WACL recupera su antiguo vigor y prosigue su desarrollo. Los contactos anteriores dan sus frutos. El complejo militar e industrial estadounidense se encarga de financiar la creación de una sección estadounidense de la WACL bajo la denominación de Consejo por la Paz Mundial (Council for World Freedom, USCWF). El general John K. Singlaub la preside teniendo como vicepresidente al general Daniel O’Graham. Pero, la cosa no para ahí. El complejo militar e industrial se apodera de la WACL para convertirla en herramienta central de la represión anticomunista mundial. Singlaub se convierte así en presidente de la WACL.





La Liga actúa en todos los frentes.

Para combatir la presencia soviética en Afganistán, el American Security Council [15] financia una sección temática de la WACL: el Comité por un Afganistán Libre (Committee for a Free Afghanistan) con sede en la Fundación Heritage. La operación comienza en ocasión de una visita oficial de Margaret Thatcher y lord Nicholas Bethell, jefe de departamento del MI6, a Estados Unidos y la dirige el general J. Milnor Roberts.

El Comité participa directamente en la ayuda logística a los «combatientes de la libertad», otorgada por decisión del director de la CIA William Casey [16] y administrada por Osama Bin Laden [17]. El enlace entre la WACL y el hombre de negocios saudita lo aseguran el jeque Ahmed Salah Jamjoon -colaborador del emporio saudita de obras públicas Bin Laden Group- y un ex-primer ministro de Yemen del Sur [18].

En Filipinas, es el presidente Ferdinand Marcos quien representa a la WACL. Pero, cuando este es derrocado, en 1986, John K. Singlaub y Ray Cline llegan al país para escoger allí nuevos interlocutores. Crean entonces una unidad paramilitar antiguerrilla y depositan su preferencia en el general Fidel Ramos [19], amigo de Frank Carlucci [20], de George H. Bush y de los Bin Laden.

Para combatir la revolución sandinista en Nicaragua, la WACL instala una base de retaguardia en la propiedad de John Hull en Costa Rica con instructores argentinos. La Liga utiliza también las facilidades que le ofrece en Honduras el jefe del Estado Mayor, general Gustavo Álvarez Martínez, quien recluta mercenarios utilizando como cobertura humanitaria al Refugee Relief International.

En Guatemala, la WACL cuenta con Mario Sandoval Alarcón, líder del Movimiento de Liberación Nacional. Sandoval, quien fue vicepresidente de 1974 a 1978, es el verdadero amo del país pues el general-presidente Romeo Lucas García no es más que un títere. Sandoval crea escuadrones de la muerte que asesinarán más de 13 000 persones en cinco años.

En El Salvador, la WACL se apoya en Roberto d’Aubuisson, formado en la academia taiwanesa y beneficiario de la ayuda de los guatemaltecos. D’Aubuisson se convierte a la vez en jefe de la ANSESAL, equivalente local de la CIA, y líder de una organización paramilitar de extrema derecha, el Partido Republicano Nacionalista (ARENA). También crea escuadrones de la muerte y asesina al arzobispo Oscar Romero.


Los generales Harry Aderholt y John Singlaub, miembros del Comité Secreto para la Defensa de la Libertad


Pero el éxito de la WACL provocará también su caída. En 1983, el subsecretario de Defensa Fred C. Iklé [21] crea en el Pentágono un comité secreto de ocho expertos, el Consejo para la Defensa de la Libertad, que preside el general John K. Singlaub [22]. Se sabe que el Comité establece la intervención secreta en Afganistán como modelo que aconseja extender a Nicaragua, Angola, Salvador, Camboya y Vietnam, pero no hay suficientes pruebas documentales sobre los detalles de su acción.

En 1984, Ronald Reagan deja en manos de la Liga en general y de John Singlaub en particular el conjunto del financiamiento privado del Irangate, bajo la autoridad directa del coronel Oliver North en el Consejo de Seguridad Nacional. El estallido del escándalo, en 1987, arrasa con todo y destruye la WACL.

Thierry Meyssan



ANEXO GRÁFICO POR EL EDITOR DEL BLOG



Carteles de propaganda anti comunista de la Alemania nazi


Propaganda anti comunista de los Estados Unidos (diferentes épocas y métodos)


Notas:

[1] Ver: «Stay-hebind: Las redes estadounidenses de desestabilización y de injerencia» por Thierry Meyssan, Voltaire, 20 de julio de 2001.
[2] El ejército francés pierde la batalla de Dien Bien Phu, el 7 mayo de 1954.
[3] Por otro lado, el 29 de enero de 1955, el Congreso da carta blanca al presidente Eisenhower autorizándolo a entrar en guerra para defender Taiwán si la isla es atacada por los comunistas.
[4] Ver: «Révérend Moon, le retour» texto en francés, Voltaire, 26 de marzo de 2001.
[5] El príncipe Sopasaino, vicepresidente de la Asamblea Nacional de Laos, fue interceptado por las autoridades francesas en el aeropuerto parisino de Orly, el 23 de abril de 1971. Llevaba en su equipaje 60 kg de heroína pura.
[6] Ray S. Cline había sido el analista más escuchado con vistas al desencadenamiento de la guerra de Corea. Fue jefe de estación de la CIA en Taipei de 1958 a 1962. Su cobertura era como director de la US Naval Auxiliary Communications Center. Se convierte entonces en subdirector de la CIA gracias a un movimiento de personal provocado por el fiasco de bahía de Cochinos. Publicó un libro de memorias, Secrets, Spies and Scholars, Edotirial Acropolis Books, 1976.
[7] Michael Laseter era el principal responsable de la Iglesia Universal y Triunfante (CUT) de Elizabeth Claire. A mediados de los años 70, la secta se vio en medio de un escándalo cuando se descubrió un arsenal militar en su sede de California. Uno de sus responsables fue nombrado director ejecutivo de la representación de la WACL en Afganistán en los años 80.
[8] La School of Americas (Escuela de las Américas) fue traslada después a Fort Benning, en Estados Unidos. Nuestra biblioteca electrónica ofrece una guía completa de alumnos de la escuela, en francés, de 1947 a 1996.
[9] Esta operación parecer haber sido dirigida en coordinación con monseñor Alfonso Lopez-Trujillo, entonces secretario general de la Conferencia episcopal latinoamericana (CELAM).
[10] Ver: «1980: masacre en Bolonia, 85 muertos», Voltaire, 14 de marzo de 2004.
[11] La Coalición Nacional para la Paz por la Fuerza llegó a reunir 257 miembros del Congreso.
[12] El teniente general Daniel O’Graham fue subdirector de la CIA encargado de las relaciones con las otras agencias de inteligencia (1973-74) y, más tarde, director de la DIA (1974-76). Director ejecutivo del American Security Council, fue uno de los principales defensores del proyecto de «guerra de las galaxias». Fundó High Frontier que presidió hasta su muerte, en 1995.
[13] En 1975, la extrema derecha acusa a la CIA de haber sido penetrada por infiltrados comunistas y de minimizar el peligro rojo. El presidente Ford nombra entonces a George H. Bush como director de la Agencia y autoriza la realización de un contra-chequeo. Richard Pipes establece «El equipo B » que publica un informe alarmista que justificará el reinicio de la carrera armamentista. Hoy se sabe que la Comisión Pipes falseó deliberadamente los datos para abrir mercados al complejo militar e industrial. Sobre ese tema, ver: «Los manipuladores de Washington» por Thierry Meyssan, Voltaire, 11 de enero de 2005, y «Daniel Pipes, expert de la haine» texto en francés, Voltaire, 5 mayo de 2004.
[14] John K. Singlaub fue oficial de la OSS durante la Segunda Guerra Mundial. Creó la guerrilla del Kuomintang de Tchang Kaï-Chek contra los japoneses. Durante la guerra de Corea, fue jefe de estación de la CIA, y más tarde, durante la de Vietnam, dirigió los Boinas Verdes. Posteriormente, fue instructor de contrainsurgencia en Fort Benning. Al pasar a retiro, se convirtió en director de adiestramiento del American Security Council. Fue en virtud de ese cargo que asumió la copresidencia de la Coalición y, más tarde, la presidencia de la Liga.
[15] La Fundación Nacional para la Democracia asume el financiamiento del Comité a partir de 1984. Este entregará entonces parte de los fondos recibidos a organizaciones humanitarias útiles a sus objetivos políticos en Afganistán, sobre todo a Médicos Sin Fronteras, de Bernard Kouchner, y Ayuda Médica Internacional.
[16] Estados Unidos desestabilizó Afganistán de manera deliberada, pero no esperaba la magnitud de la reacción militar de Moscú. Washington movilizó entonces a sus aliados para implicarse en la guerra, no con el objetivo de «liberar» a los afganos sino, explícitamente, para impedir que la URSS pudiera disponer de un paso hacia el mar de Omán.
[17] En 1983, la WACL imprime camisetas con la efigie de Osama Bin Laden y la siguiente inscripción «Support the Afghan Freedom Fighter. He Fights For You!» (Apoye al combatiente afgano de la libertad. ¡Él lucha por usted!).
[18] Osama Bin Laden no es presentado entonces como un creyente musulmán, sino como un hombre de negocios anticomunista escogido por el príncipe Turki, director de los servicios secretos sauditas, para participar, junto a Estados Unidos, en la guerra contra los soviéticos. Bin Laden se ocupa primero de dirigir la construcción de las infraestructuras que necesitan los «combatientes de la libertad», después administra el aprovisionamiento de los mudjahidines extranjeros que se unen a ellos. Osama Bin Laden solamente se transformará tardíamente en creyente musulmán para establecer su autoridad sobre ellos.
[19] El general Fidel Ramos será elegido presidente en 1992. Al terminar su mandato, en 1998, se une al Carlyle Group. Ver: «Le Carlyle Group, une affaire d’initiés» (El Carlyle Group, un asunto de iniciados) texto en francés, Voltaire, 9 de febrero de 2004.
[20] Ver: «L’honorable Frank Carlucci» (El honorable Frank Carlucci) texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire del 11 de février de 2004.
[21] Fred C. Iklé era el segundo de Caspar Weinberger en el Pentágono. Este combatiente histórico de la guerra Fría es actualmente miembro del Center for Security Policy (CSP), del Project for a New American Century (PNAC) y administrador de la Smith Richardson Foundation.
[22] Este comité incluye a los generles Harry Aderholt y Edward Lansdale, el coronel John Waghelstein, Seale Doss, Edward Luttwak, el mayor F. Andy Messing Jr y Sam Sarkessian.

24 junio 2019

Vietnam: La guerra que cambió todo



El presidente Johnson con el general William Westmoreland en Vietnam del Sur en 1967. Foto de Yichi Okamoto / Lyndon B. Johnson Presidential Library. (foto tomada del New York Times)


Breve comentario del editor del blog

The New York Times revelaba en su edición del 6 de octubre de 2018 que el general William Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam entre 1964 y 1968, tenía elaborado un plan secreto de contingencia para usar armas nucleares contra los comunistas del norte en la eventualidad de que sus tropas se hallaran al borde de la derrota. El Plan "Fracture Jaw" debía transferir varias armas nucleares desde la base de Okinawa - Japón con destino a Vietnam del Sur, bajo el visto bueno del comandante de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, Ulysses S. Grant Sharp Jr. La idea surgió en medio de la larga batalla de Khe Sanh en 1968. Lyndon Johnson, presidente de los Estados Unidos, al conocer ese particular ordenó suspender el despliegue de esas armas.

Según los asesores del presidente, éste se encontraba enfadado al no haber sido informado y que a sus espaldas se había orquestado un plan que ya estaba siendo desplegado. Esa era la señal que los Estados Unidos estaba perdiendo la guerra. Existía además el temor que provocara una guerra más amplia con la directa intervención de China en suelo vietnamita.


General William Westmoreland


El General Sharp ordenó a Westmoreland suspender el plan, también debía "informar a todo el personal con acceso a este proyecto de planificación que no puede haber divulgación del contenido del plan o del conocimiento de que dicha planificación estaba en curso o suspendida"

ANEXO

Documentos desclasificados 

Expuestos en la edición del 6 de octubre del 2018 del New York Times.


El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Walt W. Rostow, alertó al presidente Lyndon B. Johnson sobre los planes para mover armas nucleares a Vietnam del Sur el mismo día que el general William C. Westmoreland le había dicho al comandante estadounidense en el Pacífico que había aprobado la operación. NYT


La planeada operación "Fracture Jaw" para movilizar armas nucleares a Vietnam del Sur debía ponerse en marcha bajo esta notificación del 10 de febrero de 1968 del general Willam C. Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam. NYT



"Discontinúe toda la planificación de ´Fracture Jaw´, ordenó el comandante de operaciones estadounidenses en el Pacífico, almirante Ulysses S. Grant Sharp Jr., en un cable conciso de fecha 12 de febrero de 1968. "La seguridad de esta acción y las acciones previas deben ser herméticas". NYT



Con este breve preámbulo pasemos a revisar uno de los buenos reportajes con los que nos encontramos -a veces por casualidad- sobre la guerra de Vietnam, el siguiente es una publicación de AARP (American Association of Retired Persons), una ONG estadounidense independiente que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años, fusionada desde 1982 con la National Retired Teachers Association y comprometida con los veteranos de guerra desamparados, sus publicaciones las encontramos en AARP The Magazine

El artículo fue presentado en 2015 para conmemorar los 50 años de la llegada de las tropas de combate estadounidenses a suelo vietnamita, no se trata de una historia de combates, ni de operaciones militares, son las palabras de quienes vivieron los hechos, sobre todo se enfoca en el punto de vista  del veterano de guerra y sus sensaciones encontradas.

t. andino


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Hace 50 años, las primeras tropas de combate llegaron a Vietnam. Diez años después, cayó Saigón. Para quienes combatieron allí, siguen vivos los recuerdos de esos años de amargas divisiones.


por: Mike Tharp y Michael Anft, 
AARP The Magazine 


El 6 de marzo de 1965, el presidente Lyndon B. Johnson llamó al senador de Georgia Richard Russell, su colega demócrata del sur y presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado. Johnson buscaba consejo sobre qué hacer respecto a Vietnam. Días antes, había lanzado la Operación Rolling Thunder, la campaña de bombardeo aéreo que fue un momento decisivo: era el primer ataque importante de Estados Unidos en el conflicto. En dos días, un contingente de infantes de Marina —las primeras tropas de combate estadounidenses— llegaría a las playas cerca de la base aérea estadounidense en Da Nang. 

La guerra de Estados Unidos en Vietnam todavía estaba en pañales, y ya el presidente perdía las esperanzas de vencer. “Un hombre puede luchar si puede vislumbrar algo de luz más allá en el camino”, le dijo Johnson a Russell. “Pero no se vislumbra la luz en Vietnam. Ni siquiera un poco”.

Las repercusiones de la decisión que Johnson tomó de intensificar la guerra todavía persiguen a muchos de los 2.6 millones de hombres y mujeres estadounidenses que prestaron servicio en Vietnam, y los millones adicionales cuyas vidas fueron trastornadas por esa guerra

Para una generación, “Vietnam fue lo que tuvimos en vez de infancias felices”, como escribió Michael Herr en su libro de 1977, Dispatches (Partes). Cincuenta años después de que cayeran las primeras bombas de Rolling Thunder, la guerra más controvertida de Estados Unidos sigue tercamente sin resolverse, definida por las preguntas que planteó, las lecciones que prometió enseñar y los recuerdos de quienes estuvieron allí que nunca podrán olvidar.

1965


Lyndon B. Johnson
AFP/GETTY IMAGES

“Hemos hecho una promesa nacional de ayudar a Vietnam del Sur a defender su independencia. Y tengo intenciones de mantener esa promesa”.
— El presidente Lyndon Johnson, durante un discurso en Johns Hopkins University de Baltimore, 7 de abril de 1965



Paul Coates en Vietnam, (cortesía de Paul Coates)

“Nunca dudé de la rectitud de Estados Unidos”.

“¿Viste la película Born on the Fourth of July (Nacido el cuatro de julio)? Esa fue mi vida: nací el 4 de julio, y la mayoría de las escenas de la película describen cómo llegué a Vietnam. Tal como me enseñó John Wayne en las películas, yo estaba listo para matar a los japoneses; la diferencia es que atacábamos a los vietnamitas. No importaba. Yo tenía 17 años.

“Durante todo el tiempo que estuve en Vietnam, apoyé la guerra. Por ese entonces, teníamos el concepto de defender a un Estados Unidos audaz y valiente. Nunca dudé de la rectitud de Estados Unidos y su presencia en Vietnam, aunque tampoco la entendía por completo. Pensé que era algo necesario”.

— W. Paul Coates, especialista de cuarta clase del Ejército de EE.UU., prestó servicio de 1965 a 1967; luego fundó Black Classic Press en Baltimore.



Protesta anti Guerra de Vietnam frente a la Casa Blanca KEYSTONE/GETTY IMAGES


“No nos convencía para nada”.

“Déjame decirte por qué nosotros los trabajadores de derechos civiles estábamos tan en contra de la guerra: el gobierno federal no proporcionaba ninguna protección a la democracia en Misisipi, y sin embargo nos dijo que teníamos que ir a 10,000 millas de distancia para proteger la democracia en el sureste de Asia. No nos convencía para nada”.

— Miriam Cohen Glickman fue arrestada durante una manifestación en Washington D.C. en agosto de 1965
.

Joe Galloway, Vietnam. ARMADA DE EE.UU./CORTESÍA DE JOE GALLOWAY



“Me atormentó por años”.

Un avión de la Fuerza Aérea de EE.UU. dejó caer dos latas de napalm sobre nosotros. Inmediatamente sentí las llamas en la cara. Miré y habían dos tipos que bailaban en llamas, y gritaban. No sé qué me dio, pero corrí y me adentré en las llamas. Agarré los pies de este muchacho, y cuando lo levanté, sus botas se desmoronaron y la piel que cubría los huesos de sus tobillos se desprendió. Podía sentir esos huesos en las palmas de mis manos. [El soldado, Jim Nakayama, murió dos días después]. Por años, me atormentó. ¿Cómo puedo explicárselo a alguien que no ha estado allí? Vives con eso. Llevas contigo tantos fantasmas. Por un tiempo pensé que me volverían loco”.

— Joe Galloway, un reportero de guerra para UPI, presenció la batalla de cuatro días en Ia Drang en noviembre de 1965. Galloway recibió una Estrella de Bronce por su valentía como civil. Es también el coautor de We Were Soldiers Once … and Young (Una vez fuimos soldados... y jóvenes).


1966


Pham Van Dong, primer ministro de Vietnam del Norte GETTY IMAGES


"¿Por cuánto tiempo quieren luchar ustedes los estadounidenses? ¿Un año? ¿Dos años? ¿Tres años? ¿Cinco años? ¿Diez años? ¿Veinte años? Nos complacerá satisfacerlos”.

— Pham Van Dong, primer ministro de Vietnam del Norte, en declaraciones a The New York Times, diciembre de 1966



Wanda Ruffin, viuda de soldado muerto en la Guerra de Vietnam. NATIONAL ARCHIVES AND RECORDS ADMINISTRATION


“Me pregunto cómo mantuve la cordura”.

“Él era piloto de Phantoms, los F-4. Cuando lo derribaron, yo tenía seis meses de embarazo. En ese momento lo declararon desaparecido en combate; era el tipo de tema del que no se hablaba. Nadie quería oírlo, y el gobierno nos dijo que no habláramos. Pero necesitaba creer que mi esposo, el padre de nuestra hija que estaba por nacer, regresaría y seríamos una familia. La esperanza me sostuvo hasta que me sentí lo suficientemente fuerte como para saber lo que sucedió.

“En el ’83, el oficial encargado de notificar sobre las víctimas regresó. Entonces, en vez de estar yo embarazada, mi hija tenía 17 años y estaba sentada a mi lado en el sofá cuando nos dijeron que los restos de mi esposo había sido devueltos de Vietnam del Norte. Muchas veces, pienso en la persona que era en ese entonces y me pregunto cómo mantuve la cordura ”.

— El esposo de Wanda Ruffin, James Ruffin, capitán de corbeta de la Armada de EE.UU., fue derribado mientras volaba sobre Vietnam del Norte el 18 de febrero de 1966. Lo enterraron en el Cementerio Nacional de Arlington en julio de 1983.


1967


Marinos de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. TERRY FINCHER/EXPRESS/GETTY IMAGES


“Va más allá de la camaradería. 
Es como si fueran un solo organismo”.

“Fui al cerro sur 881 [cercano a Khe Sanh] un domingo en 1967 y celebré un pequeño servicio religioso. Hablé sobre el hijo pródigo de Lucas 15, sobre cómo un hijo va a un país lejano y se da cuenta que allí no es donde se supone que debe estar. Los infantes de Marina estaban alineados y muy harapientos. La ropa se les caía a pedazos de lo podrida. Tenían 19 o 20 años y cada uno era muy distinto a los demás. Sin embargo, todos eran infantes de Marina y se cuidaban mutuamente".

“Esto se hizo más evidente luego, durante las batallas, en la manera que corrían en la mitad de un ataque y arrastraban a un desconocido que había resultado herido. Va más allá de la camaradería. Es como si fueran un solo organismo. En lo teológico, puedo usar el término ‘amor’; en verdad se amaban mutuamente, se veía en cómo vivían y lo que hicieron”.

— Ray Stubbe, capellán de la Armada de EE.UU., prestó servicio en Khe Sanh durante el sitio de la base en 1968, el cual duró 77 días.



Soldados heridos abordan un helicóptero durante la guerra de Vietnam. THE LIFE PICTURE COLLECTION/GETTY IMAGES

“Aquí está”.

Participé en por lo menos 800 misiones aéreas. Salvé a 2,000 pacientes. Por ‘salvar’, quiero decir que los saqué de allí. Puede que hayan fallecido en el helicóptero o en el hospital. A veces preguntábamos, ‘¿Dónde está el paciente?’. Y nos daban una  funda y decían, ‘Aquí está’”.

— Jimmy Johnson, soldado raso del Ejército de EE.UU., quien recibió una Cruz al Vuelo Distinguido por su servicio como auxiliar de medicina en helicópteros de 1966 a 1968.


1968


Waltert Cronkite, Vietnam. GETTY IMAGES


“Ahora parece más seguro que nunca que la sangrienta experiencia de Vietnam terminará en un punto muerto”.

 — Walter Cronkite, presentador de CBS News, en un informe especial sobre Vietnam, 27 de febrero de 1968.



Richard Pyle y Henri Huet en Vietnam. CORTESÍA DE RICHARD PYLE

“Necesitaba hacerlo”.

“Fue mi idea ir a Saigón. Si había una guerra allá, sentía que tenía la obligación de ir a cubrirla. Si no lo hubiera hecho, hubiera pasado el resto de la vida arrepintiéndome. No sé a quién le debía nada, pero sentí que necesitaba hacerlo, porque alguien tenía que hacer eso. Pero también tengo que reconocer que era muy emocionante”.

— Richard Pyle fue el jefe de la oficina de la Associated Press en Saigón de 1970 a 1973.



Leroy V Quintana, Vietnam. CORTESÍA DE LEROY V. QUINTANA


“La cosa más extraña del mundo”.

“Estaba en una unidad de reconocimiento de seis miembros, y nos mandaban a lugares en medio de la nada para ver dónde estaba el enemigo. Cuando haces reconocimiento, te sientes más solo que cuando estás en la primera línea del frente. Nadie quiere ser el último hombre en una compañía de reconocimiento. ¿Alguna vez agarraste un alfiler y te lo pusiste entre la uña y el dedo? ¿Qué tan lejos puedes empujar el alfiler antes de que tengas que parar?

Pensaba en ese tipo de cosas durante las misiones.

Una noche, yo era el líder de la patrulla durante un monzón. La lluvia por fin paró y me tranquilicé. Entonces vi soldados que se movían a lo lejos. Era como un ciempiés grande y extraño que bajaba por la montaña. Pasaron a seis pulgadas de distancia de mí, pero no me vieron. Me lancé al barro, simplemente me senté en la mugre. Y sucedió la cosa más extraña del mundo. Estaba —¿cómo lo puedo decir?—  estaba llamando a mi madre, por lo menos desde mis adentros”.

— Leroy Quintana, especialista del Ejército de EE.UU., prestó servicio con las 82.ª y 101.ª Divisiones Aerotransportadas en 1967 y 1968.



Colin Powell, Chu Lai, Vietnam. SYGMA/CORBIS

“El país era un hervidero”.

“Aunque nuestro país era un hervidero de polémica sobre la guerra, no recuerdo haber tenido ni un solo debate sobre sus méritos con mis compañeros oficiales mientras estuve en Vietnam. Poner en duda la guerra no hubiera hecho que lucharla fuera más fácil”.

— Colin Powell, mayor del Ejército de EE.UU. en Chu Lai en 1968, luego fue secretario de estado.


1969


Enfermeras durante la guerra de Vietnam. CORTESÍA DE EDIE MEEKS


“Fue una locura”.

“Eran unos jóvenes perfectamente maravillosos y sanos, y los destrozó una explosión sin ningún motivo. Como era una ingenua, creía que se suponía que el Ejército iba a cuidarte. Pero solo estaban usando a estos jóvenes. Eran desechables. Cuando regresé, ni siquiera podías decirle a nadie que habías estado allí; 1969 era el apogeo de las manifestaciones antiguerra. Atacaban a quienes no debían —a los soldados— en vez de a los miembros del Congreso que los enviaban para allá. Las enfermeras que llegaban de Estados Unidos para reemplazarnos nos advertían que debíamos quitarnos el uniforme antes de andar por la calle. Cuando llegué al aeropuerto de San Francisco, llevé al baño de damas un vestido que había empacado, me quité el uniforme y lo boté a la basura”.

— Edie Meeks, enfermera del Ejército de EE.UU., arriba, de pie a la derecha, prestó servicio en 1968 y 1969. Ahora es enfermera de quirófano en Mount Kisco, Nueva York.



Portada de Matterhorn, libro de Karl Marlantis



“No la lances. No apretaré el gatillo”.

“Yo estaba herido. Andaba tirado en el piso y lo tenía en la mira de mi M16. Me acuerdo claramente que deseaba saber hablar vietnamita. No sabía hablarlo. Me acuerdo que murmuré en voz alta: ‘No la lances. No apretaré el gatillo’. Y el muchachito me gruñó —literalmente— y lanzó la granada hacia mí. Y apreté el gatillo.

“Años después, conducía por la carretera I-5 que atraviesa Oregón y Washington. Estaba oscuro, era muy tarde de noche, sonaba música country en la radio. Y sus ojos aparecieron en el parabrisas”.

— Karl Marlantes, primer teniente del Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU., recibió una Cruz de la Armada en 1969. Es el autor de una novela sobre la Guerra de Vietnam, Matterhorn. Su libro más reciente es una autobiografía, What It Is Like to Go to War (Lo que se siente ir a la guerra).



Protestas en contra de la guerra de Vietnam. DAVID FENTON/GETTY IMAGES


“Ninguno de nosotros estuvo muy arrepentido”.

“Me fui para Canadá en agosto, el mismo mes en que fue Woodstock. Había 50,000 opositores a la guerra en Canadá. La mayoría terminaron en Toronto, Montreal o Vancouver. Cerca de la mitad de ellos todavía están allá. Ninguno de nosotros estuvo muy arrepentido. A medida que la guerra continuó, sabíamos que estábamos en el lugar correcto”.

— John Hagan regresó a Estados Unidos en 1977 y ahora es profesor de sociología y derecho en Northwestern University.



Gary Weiner, Vietnam. CORTESÍA DE GARY WEINER


“Teníamos razón sobre esa guerra”.

“Si hubiéramos sido más sabios —aunque eso es mucho pedir para alguien de 20 años— quizás no hubiéramos dicho cosas como que los policías eran unos cerdos. Y los pobres que tuvieron que prestar servicio en Vietnam, los debimos haber tratado con mucha más compasión de lo que lo hicimos. No entendíamos que puedes buscar justicia y seguir siendo compasivo. Mi defensa es que éramos jóvenes. Éramos engreídos. Pero teníamos razón sobre esa guerra”.

— Gary Weiner, quien se graduó de Cornell en 1971, trabaja como mediador en California.


1970



Soldados marchando. AP


“Estábamos muy al norte, hacia Camboya. No dije eso. No en Camboya.
Puedo decir que nos quitamos las insignias y cubrimos con pintura las barras y las estrellas de los camiones”.

“Me uní al equipo de rastreo en combate del 76.º Destacamento de Infantería. Usaban sombreros camuflados y todo lo demás que les diera la gana. Todos tenían dos cantimploras con agua, una para ellos mismos y la otra para el perro. Había que cuidar al perro. Era un labrador negro de mal carácter llamado Rigger. Me odiaba. Pero amaba a Charlie.

“Una vez, entramos a un pueblo y encontramos vendas y un reguero de sangre. Rigger se enloqueció. Siguió un sendero hasta un complejo hospitalario, donde estaban preparando té y cocinando arroz. Todavía estaban calientes. Era espeluznante. Mis compañeros calcularon que nos llevaban 20 minutos de ventaja. Nunca hicimos contacto; sabían que veníamos”.

— Fred-Otto Egeler, sargento de primera clase del Ejército de EE.UU., formó parte de la 199.ª Brigada de Infantería, la cual fue desplegada en secreto en Camboya durante la primavera de 1970.


1971


Daniel Ellsberg, Vietnam. BETTMANN/CORBIS



“Espero que dejemos atrás esta guerra [...] de modo que la historia de los próximos 20 años sea completamente distinta a la de los últimos 20 años”.

—    Daniel Ellsberg, 10 días después de la publicación de “Pentagon Papers” (los Papeles del Pentágono).


1972


Avión B-52 lanzando bombas durante la guerra de Vietnam


“Lo primero que vi del bombardeo de Hanói fue muy asombroso. Resulta extraño decirlo, pero era una vista increíblemente bella”.

“Desde probablemente 60 u 80 millas de distancia, podías ver el resplandor rojo en el horizonte, el de todos los aviones delante nuestro que habían lanzado sus bombas y los incendios cerca al aeródromo de Bach Mai. Era todo un espectáculo ”.

— Michael J. Connors, capitán de la Fuerza Aérea de EE.UU., fue piloto de un bombardero B-52 durante la Operación Linebacker II en diciembre de 1972.


1973


Fred Vann Cherry, prisionero de guerra de Vietnam



Traté de mantenerme calmado. Me dijeron que si cooperaba, me tratarían bien”.

“No cooperé, por supuesto, y la situación se puso difícil en el Hilton de Hanói. Tenían sesiones de tortura donde te amarraban con cuerdas y te jalaban las piernas y te ponían los brazos en la mitad de la espalda, y te sujetaban los talones y las muñecas alrededor de la cabeza. Me dieron palizas muy fuertes. A algunos les fue peor; a algunos algo mejor. Pasé un total de 702 días como prisionero incomunicado. El período más largo fue de 53 semanas. No siento ninguna animosidad contra los vietnamitas. Requiere demasiada energía para mí el odiar a alguien contra quien he estado en guerra. He hecho las paces con esto”.

— Fred Vann Cherry, mayor de la Fuerza Aérea de EE.UU., fue uno de los 591 prisioneros de guerra devueltos a Estados Unidos después de la firma de los Acuerdos de Paz de París el 27 de enero de 1973.


1974



Presidente Gerald Ford habla desde la oficina oval. CORTESÍA DE GERALD R. FORD PRESIDENTIAL LIBRARY


“No quiero esperar un día más para resolver los dilemas del pasado, a fin de que todos podamos comenzar a abordar los problemas urgentes del presente”.

— El presidente Gerald Ford durante sus comentarios sobre clemencia para quienes eludieron el llamado a filas, 16 de septiembre de 1974.


1975


Libro de Tim O'Brien, The Things They Carried



“Hay esta idea equivocada de que las guerras terminan, pero no terminan”.

“¿Y qué pasó con las mujeres que se casaron con los veteranos y tuvieron que aguantarse las cenas en silencio, una tras otra? En alguna parte del país hay una mujer de 95 años que se despertará de noche y dirá: ‘¿Dónde está mi bebé?’. La respuesta es, su bebé ha estado muerto por 45 años. Pero la guerra no se terminó para esa madre cuyo hijo recibió la Estrella de Oro. Nunca se terminará, y no puedes esperar que se termine”.

— Tim O’Brien prestó servicio en el Ejército de EE.UU. en Vietnam en 1969 y 1970. Entre sus novelas está la semi-autobiografía The Things They Carried (Las cosas que cargaron). Aparece en el documental American Masters: The Boomer List (La lista de los boomers).



Quang Pham con su uniforme junto a su padre. CORTESÍA DE QUANG PHAM


“Se quedó porque era su deber”.

“El avión llegó por fin, y todos corrimos hacia él. Podía sentir el calor del escape de la parte trasera del C-130. Nos subimos, y mi papá estaba allí con su uniforme y su traje de vuelo. Asumí que estaría en ese avión con nosotros.

Cuando el avión despegó, todos nos dormimos en la oscuridad. Esa fue la última vez que vería a mi padre en más de 17 años. Se quedó porque era su deber”.


Portada de 'A Sense of Duty', libro de Quang X. Pham


— Quang Pham, arriba a la izquierda, tenía 10 años cuando él y su familia escaparon de Saigón. Su padre, Hoa Van Pham, piloto de la Fuerza Aérea de Vietnam del Sur, pasó 12 años en un campamento de prisioneros después de la guerra. Escribió la autobiografía A Sense of Duty: Our Journey from Vietnam to America (Un sentido del deber: nuestro viaje de Vietnam a Estados Unidos).



Gente evacuando la ciudad de Saigon. CORTESÍA DE © BETTMAN/CORBIS


“Súbete al avión. Vete ya”.

“Un coronel vietnamita estaba subiendo a su familia al avión. Se quería quedar para defender el país. Lloraba. Su familia lloraba. Y le dije: ‘Súbete al avión. Vete ya. Ándate’”.

— Stuart Herrington fue uno de los últimos funcionarios estadounidenses que huyó de la Embajada de EE.UU. en Saigón. Aparece en el documental Last Days in Vietnam (Los últimos días en Vietnam), que fue nominado para un Premio Óscar.


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Fuente:

La guerra que cambió todo
Desclasificado: Los planes de EEUU para usar un arma nuclear en Vietnam
U.S. General Considered Nuclear Response in Vietnam War, Cables Show

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