Temas de análisis e investigación para descubrir los verdaderos motivos que se ocultan entre bastidores y que desembocan en conflictos bélicos. "Detectives de guerra" desenrolla la trama urgida por políticos y fuerzas obscuras que controlan el Poder en el mundo.
Sobre los autores. En realidad son dos artículos que los he fusionado en uno. Nick Ottens es el reconocido articulista y fundador de Never Was Magazine y de Atlantic Sentinel a quien ya hemos hecho referencia con algunas publicaciones exitosas en este blog. Ricarda Vidal es profesora de Cultura Visual e Historia Cultural del King's College London.
Un esquema para el Mediterráneo de la primera mitad del siglo XX fue considerado seriamente por jefes de Estado y, en un momento, incluso por organismos internacionales. Se llamaba Atlantropa, y habría implicado el drenaje parcial del mar Mediterráneo y la creación de un supercontinente euroafricano.
Herman Sörgel
Atlantropa fue una creación del arquitecto alemán Herman Sörgel, quien promovió incansablemente su proyecto desde 1928 hasta su muerte en 1952.
Su experiencia de la Primera Guerra Mundial, la agitación económica y política de la década de 1920 y el surgimiento del nazismo en Alemania convencieron a Sörgel de que:
la nueva guerra mundial solo podría evitarse si se encontrara una solución radical a los problemas europeos de desempleo, sobrepoblación y, con el petróleo saudita todavía a una década de distancia, una crisis energética inminente. Con poca fe en la política, Sörgel recurrió a la tecnología.
Primero publicó Mittelmeer-Senkung, Sahara-Bewässerung. Panropaprojekt ("Bajando el Mediterráneo, irrigando el Sahara. Proyecto Panropa") en 1929. Tres años más tarde amplió su tesis en otro libro, que introdujo el nombre de "Atlantropa".
Los espectadores exigentes del drama de historia alternativa de Amazon, The Man in the High Castle, pueden haber notado cuando uno de los personajes hizo una referencia pasajera a ese plan alemán para drenar el Mediterráneo. Parece el tipo de cosas que haría un Tercer Reich megalómano, pero en realidad los nazis no estaban interesados en dicho plan.
El plan: requería la construcción de presas gigantescas en puntos clave del Mediterráneo para detener el flujo de agua desde el Océano Atlántico y el Mar Negro: en el Estrecho de Gibraltar (la presa de Gibraltar también uniría África y Europa por ferrocarril y carretera). En los Dardanelos. La de Sicilia unida a la Italia continental y eventualmente entre Sicilia y Túnez. Cada una con grandes centrales hidroeléctricas, formarían la base del nuevo supercontinente que podría impulsar Europa y conectarla con África.
De este modo, el mar se convertiría en dos cuencas, con la parte occidental bajada en aproximadamente un metro por año y la parte oriental en dos metros. En el transcurso de un siglo, eso reduciría el nivel del mar en 100 y 200 metros, respectivamente, creando unos 660,000 kilómetros cuadrados de tierra cultivable. Esta área, más grande que Francia, podría alimentar a la creciente población de Europa.
Los planes posteriores para Atlantropa también incluyeron la propuesta de Sörgel para una extensión del Canal de Suez, un nuevo canal que conecte Venecia con el mar (el Mar Adriático habría desaparecido) y la creación de enormes lagos en África Central con dos represas a través del río Congo y la creación de un Mar del Chad y Congo, que Sörgel esperaba que tuviera una influencia moderadora en el clima africano, lo que lo haría más agradable para los colonos europeos.
De acuerdo con las actitudes coloniales y racistas de la época, Sörgel imaginó que África con sus recursos y su tierra estaría completamente a disposición de Europa, un continente con mucho espacio para acomodar a las masas acurrucadas de Europa.
A la izquierda, mapa de la propuesta en el Mediterráneo central, de Herman Soergel: Bajando el Mediterráneo, Irrigando el Sahara. Proyecto Panropa (1929). A la derecha, Mapa de Atlantropa de Herman Sörgel (Ullstein Bild)
Si bien la propuesta de Sörgel puede sonar absurda para nuestros oídos, arquitectos, ingenieros, políticos y periodistas la tomaron en serio en ese momento. El extenso archivo de Atlantropa en el Museo Alemán de Munich abunda en dibujos arquitectónicos para nuevas ciudades, presas y puentes del futuro continente, así como cartas de apoyo y cientos de artículos sobre el proyecto, que aparecieron en la prensa popular alemana e internacional y revistas especializadas de ingeniería y geografía. Poniendo su fe en la gente de Europa y su deseo de paz, Sörgel esperaba que el apoyo popular lo ayudara a obtener el respaldo de los políticos.
Lo que hizo a Atlantropa tan atractivo fue su visión de la paz mundial lograda no a través de la política y la diplomacia, sino con una solución tecnológica.
Atlantropa se mantendría unida por una gran red de energía, que se extendería desde la gigantesca planta hidroeléctrica en la presa de Gibraltar y proporcionaría electricidad a toda Europa y África.
La planta de energía sería supervisada por un organismo independiente que tendría el poder de desconectar el suministro de energía a cualquier país individual que representara una amenaza para la paz.
Además, Sörgel calculó que la construcción del supercontinente requeriría que cada país invirtiera tanto dinero y poder popular que ninguno tendría recursos suficientes para financiar una guerra.
Inconvenientes
- "Popular Mechanics" informaba en marzo de 1977 que Atlantropa habría cerrado algunos de los puertos marítimos más activos del mundo, habría alterado las economías de los países del sur de Europa y el norte de África y posiblemente habría cambiado la ecología de toda el área.
- El reducido peso del agua sobre el fondo volcánico del mar Mediterráneo podría haber causado violentas erupciones y terremotos, mientras que el nivel del océano en otras partes del mundo habría aumentado, provocando inundaciones en las zonas bajas. - Como era de esperar, a los ojos de sus contemporáneos, la colaboración requerida entre los estados nacionales siempre parecía aún más utópica que las vastas dimensiones tecnológicas de Atlantropa. Como observó la revista UN World, con sede en Nueva York, en 1948.
- La esperanza de Sörgel era que Atlantropa pudiera satisfacer el deseo de Alemania en vez del Lebensraum de Hitler. En cambio, Hitler decidió invadir Europa del Este. Los nazis nunca tomaron en serio a Sörgel, pero ¿quién sabe?, en un mundo alternativo, donde el Eje ganó la Segunda Guerra Mundial, bien podrían haberlo reconsiderado para satisfacer su sed de expansión.
Trabajo artístico creado por Andrea Dopaso para la serie de Amazon, "The Man in the High Castle"
Reflexión final.
Donde una vez Herman Sörgel había utilizado la imagen de una Europa a punto de estallar que se salva por una fusión pacífica con el continente africano, ahora nos enfrentamos a otra imagen espectacular a medida que las personas de todo África y Medio Oriente buscan refugio en Europa.
La Unión Europea parece estar a punto de ser desgarrada por su incapacidad para encontrar una solución comunitaria de dar cabida a un grupo de refugiados, cuyo número en última instancia no llega a más de un exiguo 0,11% de la población general de la Unión.
Lamentablemente, la unidad europea y con ella una solución para la crisis de refugiados, una vez más parece más utópica que los planes de Sörgel para drenar el mar.
ANEXO EN VIDEO
Clips from the 1951 Atlantropa film (deutsch) - Gibraltar Dam project
El motor de la Guerra de Libia han sido los
intereses de una oligarquía económica francesa cristalizada en torno a Sarkozy,
y el lobby sionista de los Estados Unidos
y Reino Unido.
El senador Joseph Lieberman fue quien transmitió
una petición de Tel-Aviv a la Casa Blanca en febrero de 2011, exigiendo que
Obama suministrase armas, asesoramiento y dinero a los rebeldes para poder
establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia. Otro senador, Lindsey
Graham, declararía en la CNN que "Mi recomendación para la OTAN y la
Administración es cortar la cabeza de la serpiente: ir a Trípoli y empezar a
bombardear".
En una carta abierta a la House of Republicans,
una serie de personajes de la política estadounidense pedían que Washington se
saltase las resoluciones "humanitarias" de la ONU de marzo de 2011 y
empezase a armar a los "rebeldes" para derrocar a Gadafi y propiciar
un cambio de régimen. Los firmantes: Elliot Abrams, John Podhoretz, Robert y
Fred Kagan, Lawrence Kaplan, Robert Lieber, Michael Makovsky, Eric Eldelman,
Kenneth Weinstein, Paul Wolfowitz (que tuvo un papel esencial apoyando la
Guerra de Iraq en 2003), Randy Schneunemann y el neocon William Kristol, quien
en la Fox declaró simplemente "No podemos dejar a Gadafi en el poder, y no
vamos a dejar a Gadafi en el poder".
En la edición del 22 de agosto de 2011 del
"Financial Times", un artículo titulado "Libia ahora necesita
botas sobre el terreno", Richard Haass, el presidente del poderoso CFR
(Consejo de Relaciones Exteriores), finalmente reconocía abiertamente que las
operaciones en Libia tenían por objetivo derrocar a Gadafi (ni rastro de
"proteger a la población civil" o brindar "ayuda humanitaria").
La Guerra de Libia puede interpretarse en buena
medida como una operación comercial por parte de las petroleras angloamericanas
y francesas para resarcirse de las posiciones perdidas respectivamente en Iraq
(a favor de Irán y China) e Irán (cuando Francia aceptó retirar su petrolera 'Total' debido a las sanciones internacionales sobre Teherán).
¿QUIÉNES
SON "LOS REBELDES LIBIOS"?
En Libia NO ha habido un cambio de régimen por
"revueltas populares". Gadafi era extraordinariamente popular, no
sólo en Libia, sino en buena parte de África subsahariana. Las famosas
"revueltas de Libia" no han sido sino un golpe de Estado, un
alzamiento por parte de una porción del Ejército y otros cuadros de mando del
régimen libio. Estas facciones gubernamentales se desgajaron de la autoridad de
Trípoli cuando Gadafi anunció otra ronda de nacionalizaciones petroleras. Dicha
acción iba a privar a estos señores de acaparar beneficios y erigirse en la
versión libia de los jeques árabes del Golfo. Así tenemos por ejemplo al
presidente del CNT (Consejo Nacional de Transición), Mustafá Abdul Jalil,
antiguo ministro de justicia de la Yamahiriya. Jalil fue invitado a Londres
para discutir su participación de los beneficios petroleros. En la práctica,
puede decirse que es simplemente un disidente gadafista sobornado por
Occidente. Lo mismo puede decirse de Mahmud Jibril, alto funcionario económico
que había intentado "neoliberalizar" el país con una oleada de
privatizaciones, y que no veía con buenos ojos el proyecto de redistribución de
riqueza que Gadafi había anunciado en 2008. Seis meses antes del conflicto
libio, Jibril, cuyo modelo de Estado económico liberal era Singapur, se había
reunido en Australia con Bernard-Henri Lévy, un "intelectual"
francés, para discutir sobre la formación del Consejo Nacional de Transición y
el derrocamiento de Gadafi. En cuanto estalló la rebelión en Bengasi, Jibril
voló inmediatamente a Cairo, para encontrarse con el igualmente rebelde Consejo
Nacional Sirio y con Lévy de nuevo. Puede ser una de las razones por las que el
nuevo gobierno libio ha reconocido al CNS como el gobierno legítimo de Siria.
En cuanto a los "rebeldes libios"
propiamente dichos, la mayoría ni siquiera son propiamente libios, sino
soldados qataríes y jordanos, así como mercenarios y muyahidines
saudíes (concretamente del príncipe Bandar), emiratenses, kuwaitíes,
ex-talibanes, ex-"presos" de Guantánamo, al-qaederos pakistaníes e
incluso contratistas colombianos y mexicanos (de hecho, en el vídeo de la
captura de Gadafi se ha podido escuchar a varios "rebeldes libios"
hablando en español iberoamericano). Esta heterogénea tropa ha estado
activamente asesorada desde primeros de marzo de 2011, puede que antes, por la
CIA, el MI6, la Inteligencia francesa y grupos de operaciones especiales de
EEUU y Reino Unido. Buena parte de estos combatientes son la respuesta de los
petro-regímenes del Golfo a la ayuda brindada por EEUU durante las revueltas
populares en lugares como Bahrein y Yemen ―que fueron sofocadas con tremenda
brutalidad pero que, a diferencia de Libia, no han suscitado una respuesta por
parte de "la Comunidad Internacional". La presencia de combatientes
del Golfo era tan obvia para las fuerzas lealistas de Gadafi que a menudo, para
distinguir a los "rebeldes", les bastaba hablarles en árabe libio. Si
la respuesta era en árabe del Golfo, se les tiroteaba sin más.
Aquellos "rebeldes" que sí son libios son
principalmente radicales musulmanes y gente vinculada con Al-Qaeda, procedentes
esencialmente de Derna y Bengasi, al Este del país, y cuyo objetivo es imponer
la Sharia en Libia, cosa que por cierto van a conseguir. A toda esta morralla
se le debe que hayamos escuchado innumerables gritos de "¡Allah
akbar!" en diversos vídeos sobre los "rebeldes" filtrados a la
opinión pública, igual que en el caso de los "rebeldes sirios".
Estos "rebeldes" no son, ni mucho
menos, una fuerza homogénea, igual que no ha sido homogénea la fuerza
multinacional que ha atacado Libia. Las diversas facciones "rebeldes"
incluso han combatido entre ellas, especialmente en Trípoli, debido a sus
procedencias tan diversas, sus intereses tan divergentes y especialmente por
las concesiones petrolíferas de diversas multinacionales extranjeras.
Finalmente, dos son las banderas que se han impuesto en Libia. Una es la
antigua bandera monárquica del rey Idris ―un títere de los angloamericanos. La
otra es la de Al-Qaeda.
COMIENZA LA GUERRA
La Guerra de Libia forma parte de la primavera
árabe y los "movimientos espontáneos" de Occidente. Se trata de un
conjunto de movimientos variopintos, patrocinados por fundaciones y ONGs del
tipo USAID, Albert Einstein Institution, NED, NDI, IRI, ACIL, ICNC, CIPE, Safe
Democracy Foundation, CEIP, etc. Y ver aquí. Estas organizaciones son fachadas
legales de la CIA que operan en el extranjero bajo la excusa de expandir la
democracia liberal, con el verdadero objetivo de privatizar los recursos,
propiciar cambios de régimen y abrir las puertas a la influencia extranjera.
La resolución 1973 de la ONU (17 de marzo de
2011), propuesta por Francia, Líbano y Reino Unido, fue adoptada para
"tomar todas las medidas necesarias" para "proteger a los
civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de los ataques". Esto incluía
crear una zona de exclusión aérea sobre Libia, es decir, "desmilitarizar"
su espacio aéreo, impedir que la aviación militar libia se echase al cielo. En
la práctica, la zona de exclusión aérea tomó un cariz bien distinto. La
resolución 1973, desde el principio, se basó en una mentira: la mentira de que
Gadafi había bombardeado a su pueblo en febrero. El Ministerio de Asuntos
Exteriores de Rusia, que monitorizó Libia desde el principio con satélites del
Ejército, afirmó tajantemente que Gadafi no había emprendido ningún bombardeo.
"La primera víctima de la guerra es la verdad",
dice la conocida frase de un senador americano. En este caso, la mentira del
bombardeo sirvió para tres cosas:
1- Para que la OTAN atacase Libia, lanzando EEUU
su "Operación Amanecer de la Odisea", con el único objetivo de servir
de ala aérea a los "rebeldes", impedir que las fuerzas gadafistas se defendiesen,
asegurar el petróleo y arrasar las infraestructuras civiles y militares de
Libia.
2- Para legitimar a Jalil, quien tuvo un pretexto
para dimitir como ministro de justicia, desmarcándose así del régimen de Gadafi
y lavando su cara para pasar, en tiempo récord, a ser presidente del Consejo
Nacional de Transición.
3- Para poporcionar una envoltura humanitaria a
un paquete en el que no hay más que una intervención militar violenta a favor
de sórdidos beneficios monetarios, petrolíferos y geoestratégicos.
Los únicos países que han voceado una crítica
seria y enérgica contra la chapuza de la Guerra de Libia han sido Rusia,
Turquía e Irán. En Occidente, la única política que ha sido mínimamente honesta
con Libia ha sido Marine Le Pen. Libia ha pasado a formar parte de otras
víctimas de la mentira como Serbia (bombardeos humanitarios para proteger a los
"pobres e indefensos" albanokosovares), Afganistán (atentados del 11
de Septiembre) e Iraq (armas de destrucción masiva).
Entretanto, otros regímenes árabes, como Yemen y
Bahréin, han reprimido verdaderas manifestaciones masivas con increíble
brutalidad, sin que los medios de comunicación de Occidente les condenasen ni
se rasgasen las vestiduras lo más mínimo. Así, las tropas saudíes pudieron
entrar con tanques en Manama, irrumpir en hospitales (incluyendo el Centro
Médico Salmaniya), violar a las enfermeras, hacer fuego contra ambulancias,
practicar detenciones ilegales, ametrallar al grueso de una manifestación desde
carros blindados y helicópteros Cobra made in USA, utilizar gases nerviosos,
etc. Incluso desaparecieron "misteriosamente" los órganos de muchos
cadáveres (como ya ha pasado y sigue pasando en Kosovo con los serbios) y un
preso murió torturado en la cárcel en circunstancias poco claras. Todo bajo la
atenta mirada de la V Flota de los Estados Unidos, estacionada en Bahréin. No
hubo resolución ni contra Arabia Saudí ni contra la familia real Khalifa (una
casta sunnita que gobierna despóticamente un país chiíta, con el único objetivo
de contener la influencia iraní en el Golfo Pérsico). No sólo no se brindó
nigún apoyo a los rebeldes bahreiníes, sino que hasta se les tachó de
extremistas en los medios de comunicación occidentales (por ejemplo, en "El
País"). Este repugnante e hipócrita doble estándar está totalmente en
contradicción con los elevados valores morales, solidarios, humanitarios y
caritativos que, nos hacen creer, mueven cada intervención de la OTAN.
ORGANIZACIÓN
TERRORISTA DEL ATLÁNTICO NORTE —CRÍMENES DE GUERRA DE LA OTAN EN LIBIA
El atlantismo no parece haber cambiado su
naturaleza piratesca, saqueadora y mercenaria desde que Drake y Hawkins
atacaban a los barcos españoles en el Siglo XVI. El nuevo nombre de la
operación de bombardeo sobre Libia ("Protector Unificado") es una
cruel burla. José Riera, el nuevo embajador español en Libia, ha dejado claro
que hay mucho que hacer y reconstruir, ya que Libia ha quedado totalmente
destruida, pero no por los bombardeos de la OTAN o las atrocidades de los
rebeldes, sino... ¡por "cuarenta años de dictadura"! La desfachatez e
hipocresía de los políticos occidentales clama al cielo y debe ser denunciada.
La realidad sobre la "intervención
humanitaria" es que la OTAN, con la excusa de proteger a los civiles de
supuestos bombardeos… ha bombardeado a esa misma población civil y se ha
cargado casi todas las infraestructuras económicas de Libia, condenando a la
población a la miseria, la hambruna, la sequía y la enfermedad. Más de 14.000
misiones de bombardeo han devuelto el país a la edad media. En Septiembre, el
nuevo ministerio de sanidad del gobierno rebelde ha hablado de 30.000 muertos y
50.000 heridos sólo en los primeros 6 meses de guerra. La verdadera cifra de
muertos en los 9 meses de guerra podría ser mucho mayor: el periodista Thomas
C. Mountain habla de 30.000 bombas lanzadas (sin contar 100 misiles de
submarinos británicos y estadounidenses) y 60.000 civiles muertos, sólo hasta
finales de agosto. Repasemos brevemente los cargos contra la OTAN:
1- La
OTAN ha bombardeado a la población civil. Ha destruido pueblos,
barrios residenciales, universidades, un mercado de verduras y hasta una
escuela de síndromes de Down en Trípoli. También ha bombardeado edificios
gubernamentales muy valiosos: uno de los primeros edificios bombardeados la
OTAN fue la Agencia Libia Anti-Corrupción de Trípoli, el objetivo de este
bombardeo era destruir documentos sobre políticos libios que se quedaban con
beneficios petroleros y los depositaban en bancos suizos ―estos políticos
casualmente fueron los mismos que se pasaron inmediatamente al bando
"rebelde". Un obispo católico, Giovanni Innocenzo Martinelli,
denunció los sanguinarios "éxitos" de las misiones de bombardeo en
Trípoli, que incluyen 40 muertos civiles al colapsar un edificio en el distrito
de Buslim.
Video
Así ha quedado Sirte (video).
2- La
OTAN ha bombardeado infraestructuras vitales. Se trata de los
"objetivos de uso dual", así llamados porque pueden ser usados tanto
por civiles como por militares (puentes, carreteras, edificios, refugios,
acueductos, tendido eléctrico, generación eléctrica, fábricas, etc.). Esta táctica, que ya se vio en la Guerra del
Líbano de 2006, viola totalmente la resolución 1973 de la ONU, por lo cual se
han dado casos de pilotos y altos oficiales que se niegan a obedecer las
órdenes, sabiendo que en el futuro se les podrá someter a consejo militar y
procesar por crímenes de guerra.
3- La
OTAN ha empleado armas químicas y armas de destrucción masiva. Uranio empobrecido,
gas mostaza, bombas termobáricas, fósforo blanco y bombas-racimo. A menudo ha
acusado a las fuerzas gadafistas de utilizar estos métodos, al tiempo que
impedía que los periodistas y ONGs accedieran a los lugares de los hechos para
verificarlos.
4- Los
"rebeldes" han cometido numerosas atrocidades y crímenes de guerra
contra población civil desarmada. Esto incluye el asesinato de 267 partidarios de
Gadafi en Sirte, 100 personas muertas al estallar una bomba tras el funeral de
Gadafi, el asesinato a traición del anciano jefe de la tribu Warfalla (la más
numerosa e importante de Libia), el asesinato de 120 miembros de dicha tribu en
Bengasi, el terrorismo contra los pobladores de Tawerga, leales a Gadafi, el
empalamiento de niños, la decapitación de soldados gadafistas, el ahorcamiento
sin juicio de opositores y el asedio de Beni Walid, durante el cual los
rebeldes y la OTAN impidieron a las ONGs suministrar agua, comida y
medicamentos a los resistentes. Los rebeldes también se han dedicado al saqueo,
a la violación, al linchamiento y al vandalismo en las localidades que han
tomado, y lo más probable es que la mayor parte de sus atrocidades no lleguen
nunca a la opinión pública occidental.
5- Los
"rebeldes" han llevado al cabo una limpieza étnica en toda regla
contra los negros. Gadafi era muy popular en África subsahariana y acogía
a numerosos inmigrantes de esta región. También contaba con la lealtad de
muchas tribus como los tuareg, y con unidades de mercenarios negros. El
resultado es que todos los negros, incluso los negros libios que simplemente
trabajan como obreros de la construcción, están bajo sospecha de ser
mercenarios gadafistas, y se les está liquidando sistemáticamente.
6-
Gadafi ha sido asesinado sin juicio y violando el tan cacareado "derecho
internacional". Los "rebeldes libios" no han tenido empaque en
secuestrar a un hombre de 70 años, herido y aturdido por un bombardeo,
insultarlo, maltratarlo, humillarlo, golpearlo, torturarlo y finalmente
lincharlo, todo sin dejar de gritar Allah akbar. También podemos añadir a esto
la profanación de las tumbas de los padres de Gadafi por parte de yihadistas, o
el asesinato de Mutassim Gadafi a manos de unos individuos que no hacen más que
gritar Allah akbar.
Para colmo, tanto la OTAN como buena parte de la
prensa occidental se han dedicado a manipular datos para intentar criminalizar
al régimen gadafista. Así, hemos podido ver cómo desenterraban en Abu Salim una
fosa común de supuestos represaliados por Gadafi que luego resultaron ser
huesos de camellos (caso no muy distinto a los huesos de cabra y perro de
Órgiva, Granada, que los subvencionados de la "memoria histórica"
quisieron hacer pasar por 2.000-4.000 represaliados del franquismo), hemos
visto a los atlantistas utilizando gas mostaza en Beni Walid y luego acusando a
Gadafi de hacerlo, hemos visto a los periodistas de la BBC entrando en un
hospital de Trípoli lleno de cadáveres putrefactos, sin decir quiénes fueron
los verdaderos asesinos, etc.
Trípoli antes de los bombardeos.
Los vergonzosos titulares de la prensa occidental en general y
angloamericana en particular, mostraron bien hasta qué punto la objetividad y
la imparcialidad saltaron por la ventana desde el instante en el que Libia se
enemistó con el poder del dólar. "La primera víctima de una guerra es la
verdad". El mensaje para el resto del mundo: esto es lo que les pasa a los
que no doblan la cerviz ante las potencias hegemónicas de la globalización
capitalista y neoliberal, esto es lo que les pasa a los regímenes que rechazan
la globalización. Que vayan tomando nota Siria, Líbano, Irán, Sudán del Norte,
Bielorrusia, Corea del Norte, Cuba, Myanmar, Turkmenistán y Venezuela.
LIBIA EN
EL GRAN TABLERO:
LA ATLANTIZACIÓN DEL MEDITERRÁNEO
El Atlántico está perdiendo poco a poco su
importancia estratégica. En 2008, la mayor parte del flujo comercial marítimo
se lo llevó el Pacífico, con 20 millones de TEUs (contenedores de 20 pies),
seguido muy de cerca por el Mediterráneo, con 18,2 millones. El Atlántico sólo
vio un flujo de 6,2 millones. Esta tendencia parece que va a persistir, por un
lado porque, desde la adopción del euro y el atentado del 11-S, Europa y
Norteamérica han dejado paulatinamente de comerciar, volviéndose ambos
continentes hacia Asia Oriental. Y por otro lado, existen proyectos, como el
Corredor Mediterráneo, que tienden a restarle más protagonismo aun al
Atlántico. Además, la nueva doctrina geoestratégica del America’s Pacific
Century, enunciada por el Departamento de Estado en Noviembre de 2011, desde
luego que no ayuda a reforzar el atlantismo propiamente dicho. ¿Caminamos hacia
un, valga el palabro a falta de otro mejor, "pacifismo"? Cabría
recordar que, para construir su "red de relaciones privilegiadas" con
el Atlántico y Europa, Washington tuvo que arrasar el corazón de nuestro
continente para quitarse del medio al "macho-alfa" regional:
Alemania. No fue mediante la diplomacia, sino mediante la guerra, el bombardeo
masivo y la represión, que se erigió el atlantismo ―y lo mismo podría decirse
de las relaciones de Washington con Tokio. ¿Se erigirá el
"pacifismo", o Chimerica, sobre la destrucción del
"macho-alfa" de Asia Oriental?
Sea como fuere, estas no son buenas noticias para
el eje atlantista, que ahora debe esforzarse aun más para garantizar su
influencia en el Mediterráneo, a costa de Rusia, China y, en menor medida, las
potencias de la Europa continental. El establecimiento del Estado de Israel en
1948 fue el primer gran paso de este proceso. La desintegración de Yugoslavia
en 1992 y la neutralización de Serbia en 1999 fue otro, y la Primavera Árabe de
2011, el más reciente. Atlantizar el Mediterráneo ¿significa desestabilizarlo y
balcanizarlo para que el comercio Europeo se oriente al Atlántico y el chino al
Pacífico, por la inviabilidad de las rutas navales China-Europa? ¿Significa
militarizarlo? ¿Le conviene al atlantismo la expansión del radicalismo islámico
por todo el Mediterráneo? Al menos eso parece ser lo que está favoreciendo la
OTAN en nuestro mar.
Libia es el país africano con más costa en el
Mediterráneo. A pesar de que en el pasado había intentado llevarse bien con
todo el mundo, su tendencia a partir de la crisis crediticia en EEUU fue
estrechar rápidamente lazos con Rusia, China y dos países que Gadafi pensaba
podían beneficiar a Libia: Italia y Francia. Como hemos visto antes, en la
provincia de Cirenaica, que es donde estalló la rebelión,
"casualmente" había 75 compañías chinas distintas y 36.000
trabajadores chinos (y no sólo obreros, sino también ingenieros, empresarios,
funcionarios del Partido y personal de Inteligencia) trabajando en unos 50
proyectos petrolíferos, ferroviarios e inmobiliarios, en los que China había
invertido miles de millones de dólares. Que el Mediterráneo albergue un trozo
de China es inaceptable para el atlantismo, del mismo modo que albergue un
trozo de Rusia: la base naval y de Inteligencia de Tartus (Siria), desde donde
se monitoriza todo tipo de movimientos en Chipre, Israel, Suez y Oriente Medio.
Para las potencias atlantistas, el Mediterráneo
tiene una cara y una cruz: la cara es que dicho mar es una enorme ría que les
permite internarse profundamente en la "Isla Mundial" e interferir en
Eurasia y África. La cruz es que estos movimientos dependen del control de
puntos estratégicos y de toda una red de puertos y bases muy alejados de las
metrópolis ―este control es extremadamente caro y exige una corriente continua
de capital.
La perspectiva de "Oceanía" (entendiéndose como tal el concepto
geopolítico de vocación marítima y basado en Estados Unidos y Reino Unido). En
la idea anglosajona-israelí del Mare Suus (Mar Suyo) el Mediterráneo es un
inmenso lago interior, una ría, que les permite a las potencias marítimas
penetrar profundamente en "Eurasia" (entendiéndose por tal el
concepto geopolítico basado en Europa y la Federación Rusa), estableciendo
bases-portaaviones-lanzamisiles al fondo del lago (Israel y Georgia) y en otros
lugares estratégicos (Marruecos, Albania-Kosovo, Rumanía, España), pasando al
Mar Rojo, al Golfo Pérsico y al Índico, interviniendo en los asuntos internos
de infinidad países y accediendo a sus recursos. El estrecho de Gibraltar es
clave en esta estrategia. También son claves los contraataques del Kremlin en
forma de bases navales (como la de Sebastopol en Ucrania o Tartus en Siria) y
de "rusoductos" gasíferos —uno por el Báltico (Nord Stream), otro por
el Mediterráneo (South Stream) y otro por África (Trans-Saharan)— que no vienen
representados en el mapa.
La importancia del control español sobre la
entrada del Mediterráneo quedó de manifiesto en 1973, cuando Franco y Carrero
Blanco prohibieron a Washington emplear sus bases españolas para apoyar a
Israel durante la guerra del Yom Kippur. La guerra vino en el contexto de una
enorme crisis (que no fue petrolera como nos han contado, sino monetaria, del dólar)
y produjo un embargo petrolero ―que afectó poco a nuestro país, gracias al
petróleo que nos mandaba Saddam Hussein desde Iraq. Actualmente, tanto Siria
como Libia, Gaza, Líbano y Argelia (y Serbia antes de taponarse su salida
marítima con el estado artificial de Montenegro) son desafíos a la
atlantización del Mediterráneo. Al norte, la situación se repite con el Báltico
y los Estados-tapón (Estonia, Letonia, Lituania y Polonia). Tanto el Báltico
como el Mediterráneo son empleados por Washington para atenazar a Rusia,
contener su expansión hacia Europa y frustrar un entendimiento entre Berlín y
Moscú.
Teoría del "Mare Nostrum". Una potencia continental eurasiática
acerroja Gibraltar y Suez, blindando el Mediterráneo y haciendo sus países
costeros tan inaccesibles al poder marítimo como Suiza o Bielorrusia.
"Oceanía" perdería su acceso a Estados como Georgia, Libia, Kosovo,
Rumania o Siria, pero seguiría teniendo acceso a Israel (a través del Golfo de
Aqaba), a Arabia Saudí y a Iraq. Israel (a menos que se bloquease Aqaba)
pasaría a ser un nuevo canal de Suez, una "bisagra de emergencia"
entre el Mediterráneo y el Mar Rojo. Sin embargo, abastecer a Israel a través
de esta nueva ruta, muchísimo más larga, entrañaría un coste muchísimo mayor, y
no está el horno del dólar para bollos. Si el coste económico de este apoyo
fuese mayor que el coste de una guerra contra Eurasia, habría guerra.
El Imperio Romano fue la primera y última
potencia que consiguió asegurar plenamente todo el Mediterráneo. Tras la caída
de Roma, el Mediterráneo se convirtió en un caos de potencias enfrentadas
(bizantinos, vándalos, árabes, normandos, cruzados, aragoneses, venecianos,
genoveses, turcos, españoles, franceses, británicos, israelíes, etc.), hasta
nuestros días. Durante la Segunda Guerra Mundial, Carrero Blanco aconsejó a
Franco no entrar en el conflicto a favor del Eje a menos que los alemanes
tomasen el canal de Suez, así acordaron Franco y Hitler en Hendaya. El plan
sería frustrado por la derrota de Rommel en El Alamein. Durante el franquismo,
hubo entendimientos entre Franco y el líder egipcio Nasser que incomodaron
mucho al eje atlantista, que temía se pudiese estrangular a la nueva potencia
mediterránea: Israel. Hoy en día, incluso aunque se acerrojasen Gibraltar y
Suez, Israel podría seguir manteniéndose gracias a su minúscula franja costera
en el Mar Rojo (a menos que desde Egipto
y Jordania se bloquease el Golfo de Aqaba).
Las potencias oceánicas tienen que danzar
alrededor de las masas de tierra, colarse por los estrechos, establecerse en
islas y ascender por las cuencas fluviales. Para una potencia oceánica,
controlar, abastecer y sostener un punto costero lejano entraña un coste
enorme, coste que actualmente el atlantismo sólo puede cubrir gracias a su
control de las rutas comerciales y a su monopolio sobre la moneda de reserva
mundial. Para una potencia continental, en cambio, cerrar un estrecho es mucho
más fácil, ya que el teatro de operaciones está cercano y en muchas ocasiones
ni siquiera es necesario echarse a la mar.
La pesadilla de Oceanía y el único modo de "eurasiatizar" el
Mediterráneo al 100%: que Eurasia, como "Estado comercial cerrado",
se aproveche de sus masas de tierra, cerrando a cal y canto los estrechos.
Oceanía pierde definitivamente su acceso a países como Israel, Iraq o Arabia
Saudí, y se convierte en lo que nunca debió dejar de ser: la periferia del
mundo. (Seguiría teniendo acceso a los Emiratos Árabes Unidos y por tanto al
Golfo Pérsico, a menos que se hiciese algo para bloquear la salida de Al-Fujayrah
en el emirato de Abu Dhabi). En este proyecto, cobran una importancia capital
Yemen y el Cuerno de África. Estas zonas precisamente se han vuelto
altísimamente inestables a medida que ha aumentado el comercio entre Asia
Oriental y Europa. Tanto Gadafi como Irán y China estaban/están muy
involucrados en el Mar Rojo actualmente.
Esta serie de mapas hace más fácil entender por
qué la obesión del atlantismo anglo, desde Clement Attlee hasta Hillary
Clinton, ha sido asegurar el liberalismo y "la libertad de navegación en
todos los mares": se trata del ideal del "Mare Liberum",
formulado por el holandés Hugo Grocio en 1630, en contraposición a quienes
querían someter el mar a leyes, como el inglés John Selden con su doctrina del "Mare
Clausum" de 1635.
FUTURO
DE LIBIA Y PRÓXIMOS PASOS DEL ATLANTISMO EN ÁFRICA
La Libia gadafista era un Estado estable que
mantenía a raya al radicalismo islámico y que destinaba la mayor parte de su
petróleo a la Unión Europea. Con la caída de Gadafi, varias son los guiones
posibles para Libia, pero tres cosas están claras.
1- El
nuevo gobierno va a destinar la mayor parte de su petróleo a países como
Estados Unidos, Reino Unido y Francia, en detrimento de otros como Italia,
Alemania, España, China y Rusia. Los beneficios de la explotación petrolera ya no
se quedarán en Libia, sino que engrosarán los bolsillos de las multinacionales
y de una nueva oligarquía de petroleros autóctonos mafiosos, al estilo de los
jeques árabes del Golfo. El pueblo libio va a hundirse en la miseria.
2- Libia
puede convertirse, previa intervención militar, en una base de la OTAN, del mismo modo que
Afganistán, Iraq, Albania y Kosovo. Bengasi puede pasar a albergar un nuevo
Camp Bondsteel (la mega-base estadounidense en Kosovo). Su cercanía a Europa
debería ser motivo de preocupación: puede ser una fuente de narcotráfico, trata
de blancas, crimen organizado, tráfico de órganos y de armas, inmigrantes y
terrorismo (ver cómo los arsenales gadafistas acabaron en manos de Al-Qaeda).
3- Libia
va a ser un país inestable. El orden de la época de Gadafi y la Yamahiriya no
volverá. Probablemente la resistencia lealista gadafista tardará mucho en
sofocarse y el escenario será comparable a Iraq. Esta inestabilidad se
contagiará a Sudán, la franja del Sahel y el Cuerno de África además de África
guineana y el Congo. El Mediterráneo no se salvará.
4- El
islamismo radical ganará posiciones en Libia. Por lo pronto ya hemos visto
la bandera negra de Al-Qaeda ondeando en el palacio de la justicia de Bengasi,
y hemos visto al CNT hablando de imponer la Sharia en el país. Más info aquí
sobre la presencia de Al-Qaeda en Libia. Los combatientes islamistas en Libia
serán empleados después en otros escenarios del mundo musulmán para
desestabilizar a los enemigos del atlantismo.
5- Libia
va a convertirse en un país emisor de refugiados e inmigrantes. La Libia gadafista
era un país lo bastante avanzado como para, no sólo no emitir apenas emigrantes
a Europa (sin contar estudiantes becados y similares), sino además atraer inmigrantes
de Egipto, Túnez, media África y hasta China. Ahora es previsible que la cosa
cambie y que Libia se convierta en un país tercermundista de refugiados,
damnificados, desheredados y muertos de hambre, que, desesperados, se
precipitarán sobre Italia primero y el resto de la UE después. Por añadidura,
los trabajadores subsaharianos que antes emigraban a Libia, ahora lo harán a la
UE. La avalancha de negros que Gadafi predijo se precipitaría sobre Europa si
él caía, puede desencadenarse bien pronto, especialmente si tenemos en cuenta
que la caída de Gadafi va a desestabilizar Argelia, Chad, Níger, Sudán,
República Centroafricana, Cuerno de África, etc. Esto no sería un problema si
la política migratoria de Europa no estuviese controlada por multinacionales
codiciosas y políticos vendidos, pero no es el caso.
Como hemos visto más arriba, los intereses del
atlantismo en África son muchos, y no se detienen en Libia. Washington ha
mandado fuerzas especiales a la República Centroafricana, y la independencia de
Sudán del Sur es el primer paso para frustrar los intereses chinos en África
Central. El nuevo país sudanés es un Estado-tapón que evita que el Atlántico y
el Mar Rojo se comuniquen a través de dos enormes países (Congo y Sudán).
Argelia, país extraordinariamente rico en gas natural y que busca
desesperadamente una salida al atlántico a través del Sahara Occidental, ha
acogido a Aisha Gadafi y se niega a extraditarla. El presidente argelino
Abdelaziz Buteflika temía tanto la acción extranjera que, durante los
bombardeos de la OTAN sobre Libia, ni siquiera le cogió el teléfono a Gadafi.
Cuando, el 22 de febrero de 2011, la Liga Árabe suspendió a Libia como miembro,
Argelia fue uno de los dos Estados
que se opuso. El otro fue Siria.
En Níger puede encontrarse Said Gadafi, que,
protegido por mercenarios sudafricanos, se llevó a dicho país las reservas de
oro libias (que puede utilizar para financiar una resistencia armada) y
numerosas obras de arte. El gobierno de Niamey se niega a extraditarlo. Lo
mismo reza para Saadi, otro hijo de Gadafi que escapó a Níger el 11 de
Septiembre de 2011 con la ayuda de veteranos de las fuerzas especiales de Rusia
e Iraq. Níger es también importante por sus reservas de uranio (controladas por
la compañía francesa Areya, pero también en el punto de mira de China), por su
frontera con Nigeria (que tiene grandes reservas de hidrocarburos) y por
utilizar el franco-CFA como moneda de reserva.
El atlantismo parece estar usando los viejos
lazos de Francia con África subsahariana para penetrar en lo más profundo del
continente, con el objetivo expreso de contener la expansión de la influencia
china. Al atlantismo le interesa especialmente frustrar el gasoducto
trans-sahariano ―que en buena medida no deja de ser otra tenaza rusa igual que
el Nord Stream y el South Stream― y desestabilizar Argelia, Níger y el norte de
Nigeria, para que todo el gas y petróleo nigerianos se orienten a las rutas
marítimas. También es de particular interés hacer todo lo posible para
desestabilizar las zonas interiores del Congo y países limítrofes, para que los
abundantes recursos congoleños se dirijan hacia el Oeste (costa atlántica) en
lugar de hacia el interior (Mar Rojo, Puerto Sudán). La desestabilización de la
mitad norte de Nigeria (donde se ha implantado la Sharia) tiene también por
objetivo evitar que sus hidrocarburos encuentren salida hacia el Norte (Argelia
y la Unión Europea) a través de Níger.
La zona idónea para balcanizar todo este espacio
es cerca de la triple frontera de Argelia-Mali-Níger, donde tiene su base AQMI
(Al-Qaeda en el Magreb Islámico) y donde podrían encontrarse los hijos de
Gadafi. AQMI es realmente todo un ejército privado y una red de Inteligencia
con contactos en el ámbito saudí, marroquí y anglosajón, y opera en buena parte
del Sahel (ataques a tropas gubernamentales, control de regiones enteras,
secuestro de turistas y voluntarios de ONGs, etc.), desestabilizándolo y
brindando cassus belli para la intervención de potencias extranjeras
(especialmente Francia mediante su Legión Extranjera y EEUU con AFRICOM).
Precisamente Gadafi prestaba apoyo a los gobiernos de Mali, Níger y Argelia
para que luchasen contra esta milicia y estabilizasen la zona, ya que sin
estabilidad regional, el gasoducto trans-sahariano no es viable.
Níger es por ello una especie de encrucijada
estratégica. No sólo parte por la mitad las rutas norte-sur (Argelia-Nigeria),
sino que también parte por la mitad una importantísima ruta este-oeste: el Sahel, una franja semi-árida que va
desde el Atlántico hasta el Mar Rojo. En particular, la porción del Sahel que
incluye la cuenca del río Níger, fue clave históricamente para el florecimiento
de muchos imperios africanos (como los almorávides, la época próspera de
Timbuktu y una variedad de reinos
subsaharianos) que obtenían su poder y enormes riquezas de este núcleo, los
recursos que albergaba (especialmente oro) y las rutas que se entrecruzaban en
él. La tendencia de los almorávides, canalizada por la geografía, fue dirigirse
hacia el Norte, invadiendo las actuales Marruecos y Argelia y penetrando
finalmente en España. Finalmente, en el Sahel tiene sus bases el recientemente
organizado Frente de Liberación Libio (LLF
por sus siglas inglesas, también conocido como "Resistencia Verde"),
un ejército de resistentes gadafistas.
La geografía, los yacimientos de hidrocarburos y las infraestructuras
energéticas señalan los pasos del atlantismo en África. Las rutas norte-sur
(gasoducto trans-sahariano), que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, y
las rutas este-oeste (franja del Sahel), que conectan el Mar Rojo con el
Atlántico, se cruzan en Níger, un país intermedio que es el candidato perfecto
para balcanizar todo este espacio desmantelando la "cruz", y que es
clave para dominar el corazón de África. También es de notar el papel de España
e Italia como receptoras de gran cantidad de hidrocarburos africanos y
transmisoras de energía a Europa (papel que se incrementaría enormemente si
Nigeria se conectase a la red de gasoductos). El atlantismo quiere evitar a
toda costa que se formen rutas terrestres estables y que los países se
emancipen de la dependencia de las rutas marítimas. Por tanto, es una mala
noticia para el eje Washington-Londres-Tel-Aviv que el gas y el petróleo se
dirijan hacia el interior continental en lugar de hacia los puertos marítimos.
España y Argelia
La energía es probablemente el principal móvil en
la estrategia de las grandes potencias modernas, es por ello que los
hidrocarburos tienen un papel tan importante en la geopolítica. De ellos, el
carbón fue el primer protagonista, luego el petróleo ha sido durante mucho
tiempo el tesoro más codiciado, y en tiempos recientes, el gas natural ha ido
adquiriendo un protagonismo cada vez mayor. Los "rusoductos" de
Europa del Este han causado graves problemas diplomáticos y son el eje del
acercamiento germano-ruso. La diplomacia del gas natural es tan importante para
Rusia que el actual Presidente ruso, Dimitri Medvedev, fue anteriormente
presidente de la compañía estatal gasífera Gazprom. El campo gasífero de Pars
del Sur es una de las razones de la adjudicación del Mundial de fútbol de 2018
a Qatar, el Green Stream era el eje de las relaciones italo-libias, el South
Stream amenaza con provocar la resurrección de Serbia y el gasoducto proyectado
de Irán-Pakistán-India es un gravísimo problema para Estados Unidos, que se ha
opuesto vehementemente al proyecto y está haciendo lo posible por
desestabilizar Pakistán (a quien pidió formalmente en Enero de 2010 que
cancelase el proyecto, sin éxito), especialmente la región de Baluchistán y las
provincias tribales. Hamid Karzai (presidente de Afganistán) y Zalmay Khalilzdad
(ex-embajador de EEUU en la ONU, Afganistán e Irak), trabajaron ambos
antiguamente para la petrolera Unocal (actualmente parte de Chevron), que tenía
intereses gasíferos en el Caspio y Asia Central; el objetivo era construir un
gasoducto (el TAP, no confundir con el TAP adriático, que es parte del South
Stream ruso) que canalizase el gas del Caspio ―evitando expresamente a Rusia y
a Irán― directamente hacia la costa pakistaní, donde sería saqueado por las
compañías multinacionales. Esto ha sido frustrado por la decisión de
Turkmenistán de exportar gas exclusivamente a Irán, Rusia y China.
Todo esto da una idea acerca de la importancia
que la estrategia del gas está adquiriendo en el tablero mundial. El gas
natural es el hidrocarburo menos contaminante, más barato, más abundante y más
eficiente que existe, y además las reservas gasíferas actuales durarán
supuestamente 60 años: dos décadas más que las reservas petrolíferas (Nota del editor del blog: Volvemos a reiterar que el llamado "pico de petróleo" fue un fraude o un error ya desmentido científica y políticamente). El gas
natural se emplea extensamente en la calefacción, la cocina, producción de energía,
fertilizantes y también han empezado a aparecer los primeros vehículos que
funcionan a base de gas (y se está trabajando en producir aviones). El
atlantismo desearía que no hubiese ni un solo gasoducto en toda Eurasia, o que,
en todo caso, los gasoductos fuesen directamente a parar a puertos y espacios
marítimos controlados por él [1].
En el mapa de más arriba hemos visto que la
relación de España y Argelia guarda algunas inquietantes similitudes con la
relación entre Italia y Libia. Antaño, los intereses españoles en Argelia
venían representados por el peligro de la piratería berberisca, Orán, Argel y
otras plazas. Ahora, vienen de la mano del gas natural. Desde 1996, existe un
gasoducto, el Maghreb-Europe (también llamado gasoducto Pedro Durán Farell),
que conecta el importante campo gasífero de Hassi R’Mel (Argelia) con Córdoba y
el resto de la red ibérica y europea. Este gasoducto tiene un problema, y es
que pasa por Marruecos, forzando a Europa a estar pendiente de las veleidades
de la monarquía alahuita, totalmente adicta a Washington. De hecho, el gobierno
marroquí figura en la lista de socios comerciales y operadores del gasoducto
(Sonatrach, Reino de Marruecos, Enagás, Metragaz y Transgas).
Por ello, se construyó otro gasoducto, el Medgaz,
que unía directamente Argelia con España, concretamente con el importante
gasoducto Almería-Albacete. La fecha de inauguración del Medgaz, que libra a
España y a Europa de su dependencia gasífera de Marruecos, es sorprendente: 1
de Marzo de 2011, en plena primavera árabe y dos semanas antes de las
resoluciones de la ONU sobre Libia. Quizás el único problema planteado por el
Medgaz es que se encuentra en una zona geológicamente inestable (véase el
terremoto de Lorca el 11 de Mayo de 2011).
Es posible que la OTAN lleve al cabo una tentativa de desestabilización del
régimen argelino. Para ello, podría combinar acciones de AQMI con alguna
"rebelión popular" financiada desde el extranjero. El atlantismo teme
que Rusia, Argelia, Irán y Turkmenistán formen un cártel gasífero, una especie
de OPEP del gas. Argel está bien relacionado con Moscú desde la época
soviética. En Marzo de 2006, Putin se convirtió en el primer mandatario ruso en
visitar Argelia desde el presidente soviético Nikolai Podgorny en 1969. Los temores
a una política gasífera común entre Argelia y Rusia se manifestaron en el
"Financial Times" de Londres (23 de Mayo) y en "Le Monde"
de Francia (29 de Junio).
Buena parte del material de la Armada argelina es
de origen ruso, incluyendo dos corbetas "Tiger" compradas en Julio de
2011. También resultan interesantes las relaciones argelinas con Italia, a cuya
empresa Orizzonte Sistemi Navali ha pedido un buque desconocido (probablemente
un transporte anfibio de tipo "San Giorgio"). El acercamiento de
Italia a Rusia, Argelia y Libia es un fenómeno inevitable que el atlantismo no
ve con buenos ojos.
AFRICOM Y EL PROYECTO ATLANTISTA PARA ÁFRICA
Mandos regionales del pentágono.
El Pentágono divide el planeta en varias
porciones geoestratégicas, que, reveladoramente, tienen mucha más coherencia
que la actual red de alianzas militares. Durante mucho tiempo, África fue parte
de EUCOM, el mando europeo, fundado en 1952 y con sede en Stuttgart, Alemania.
El hecho de que los asuntos africanos se controlasen desde Europa se debía
probablemente a que la mayor parte de África aun estaba en manos de potencias
europeas, y a que Europa nunca perdería sus contactos con África. Por
contraste, la influencia de EEUU en el continente negro todavía era casi
inapreciable.
Entre 2006 y 2008, coincidiendo con la irrupción
diplomática y comercial de China en África (varios mandatarios chinos hicieron
giras por todo el continente asegurando contratos, invirtiendo dinero y
construyendo infraestructuras), se creó un mando nuevo para África, AFRICOM. En
un principio, la sede estuvo también en Stuttgart, quizás porque ningún país
africano permitió establecer semejante centro de espionaje y desestabilización
en su territorio (sólo Liberia, cuyo derecho naval es de risa, se ofreció), o quizás
porque EEUU aun no había ocupado militarmente ningún país africano. Sudáfrica,
Nigeria y Libia se opusieron abiertamente a que se estableciese un cuartel
general en su continente.
Sin embargo, en 2008 se supo que Marruecos (el
caballo de troya del atlantismo en África, igual que Reino Unido lo es en
Europa) había aceptado albergar el cuartel general de AFRICOM, o al menos uno
de sus sub-mandos regionales. Se trata de Tan Tan, cerca de Wad el-Drâa (ver
aquí). El emplazamiento se encuentra al lado de lo que antes era la frontera
entre Marruecos y el Sahara Español, 300 kilómetros al este de la isla española
de Lanzarote. La excusa para establecer la base ha sido apoyar a las flotas
estadounidenses que entran y salen del Mediterráneo, hacer frente a "catástrofes
naturales"… y luchar contra el oportuno problema del terrorismo,
concretamente la "amenaza" de Al-Qaeda en el Magreb Islámico, o AQMI.
Esto viene enmarcado en la Iniciativa Anti-Terrorista Transahariana (TSCTI por
sus siglas inglesas), aprobada por el Congreso de los Estados Unidos para
"estabilizar" buena parte del Sahel… y otros países de propina. La
verdadera excusa es controlar-desestabilizar el Sahel para impedir la formación
de un bloque regional estable y para tener un motivo para intervenir en lugares
tan ricos en recursos y posición estratégica como Argelia, Nigeria o Níger.
La nueva base aeronaval estadounidense de Tan-Tan es la instalación militar
más grande del continente africano, con una superficie de mil hectáreas.
También se está construyendo un reactor nuclear.
Tanto Yibuti como Sudán del Sur y Etiopía son
otras dos candidatas perfectas para albergar instalaciones militares
estadounidenses de AFRICOM, cuya independencia es aun solo nominal y sigue
dependiendo en buena medida de EUCOM. Es vital para AFRICOM obtener una gran
base en el Nilo o cerca (Sudán del Sur, Etiopía, Uganda, Kenia...). Libia desde
luego puede convertirse a largo plazo en una enorme base de la OTAN, y no hay
duda de que la Guerra de Libia, y las operaciones venideras, ayudarán a
afianzar AFRICOM definitivamente.
Pero entretanto, hay más movimientos por parte de
Marruecos: la monarquía alahuí ha emprendido la construcción de otra base (ver
aquí) en Kasar Seghir (Ksar Sghir, o la antigua Alcazarseguir), a 20 kilómetros
de Ceuta y justo enfrente de la costa de Tarifa. Esta base viola el acuerdo
oficioso vigente entre España, Reino Unido y Marruecos: no construir más bases
militares en la zona estratégica del estrecho. Aunque en los medios de
comunicación españoles estas noticias han pasado mayormente desapercibidas (el
fútbol y el corazón acaparan más atención, y no por casualidad), ambos
movimientos en Marruecos son particularmente inquietantes en tanto se dirigen
estratégicamente contra las únicas posesiones españolas en África: las Islas
Canarias, Ceuta y Melilla. Estas dos últimas NO están garantizadas por la OTAN:
si Marruecos atacase la España continental, tendríamos el apoyo de la OTAN...
pero en caso de que las víctimas fuesen Ceuta y Melilla, estaríamos solos
contra un país apoyado por EEUU, Reino Unido y probablemente Francia.
Nueva base militar marroquí en el estrecho de Gibraltar. Ambas bases son
una respuesta del eje atlantista a la progresiva pérdida de protagonismo del
Atlántico en el gran tablero mundial. La Libia gadafista, enemiga de Marruecos,
como Argelia, hubiera podido ser un socio estratégico muy interesante para
España, pero mientras Madrid esté sometida a las directrices de Washington,
nuestro país no defenderá nunca sus verdaderos intereses.
CONCLUSIONES
Libia fue atacada porque:
• Estaba a punto de pedir oro en vez de dólares a
cambio de su petróleo.
• Iba a utilizar oro para respaldar una nueva
moneda de reserva, y tenía en esto el apoyo de Dominique Strauss-Kahn y el
Banco Central chino.
• Iba a establecer esta nueva moneda común en
quizás el 70% del continente africano.
• Con la Unión Africana, amenazaba crear un
bloque geopolítico que podría vertebrar al continente africano y cerrarlo en
banda a los saqueos de bancos y multinacionales extranjeros.
• Su política de dar préstamos a gobiernos
africanos estaba suplantando la influencia de los bancos internacionales.
• Creaba su propio dinero libre de deuda y de
interés, en vez de pedirlo prestado como crédito a interés a un banco privado
controlado por extranjeros.
• Estaba imponiendo condiciones demasiado duras a
las compañías petroleras angloamericanas y abriendo las puertas a la influencia
china y rusa en el Mediterráneo, justo en un momento en el que EEUU está
decidido a cortar de tajo la expansión china por África.
• Su decisión de emprender otra ronda de
nacionalización del petróleo entró en conflicto con oligarquías autóctonas que
pretendían convertirse en jeques del Mediterráneo.
• Estaba a punto de permitir la construcción de
una o dos bases navales rusas en sus costas (Trípoli y/o Bengasi).
• Estaba activamente involucrada en Sudán, el
Cuerno de África y la franja del Sahel, y hubiera podido proporcionarle a China
un puente estable desde el Índico hacia el Mediterráneo sin tener que pasar por
Suez.
• Lejos quedan los tiempos en los que EEUU podía
controlar un continente por las buenas. Tras la irrupción de China en África,
el dólar por sí mismo no basta. Al ser papel mojado, debe ser respaldado a
tiros y misilazos.
• Gadafi le tomó mal la medida a la OTAN. Pensaba
que estaba lo bastante dividida como para no atacarlo, pero se equivocaba,
sobre todo en lo que respecta a Francia.
• Libia e Iraq se parecen en muchas cosas. Ambos
emprendieron un proceso de modernización para ser autárquicos en tecnología,
industria, alimentación y política monetaria, y ambos fueron arrasados.
Por caricaturesca que pueda parecer, esta imagen no difiere mucho de la
realidad de la Guerra de Libia. Anterior capítulo LIBIA: Tragedia en el Mare Nostrum (III)
NOTAS
[1] Ver aquí cómo las rutas
continentales asiáticas (en buena medida vertebradas en torno a la antigua Ruta
de la Seda), mucho más sencillas y rápidas, podrían restarle un protagonismo
descomunal a la ruta marítima tradicional para llevar el petróleo del Golfo
Pérsico a Asia Oriental. El único motivo por el que estos proyectos no se
consolidan es por las inestabilidades regionales artificiales que azotan la
región y frustran las relaciones diplomáticas. El primer interesado y promotor
de la mayor parte de dichas inestabilidades es el atlantismo.
PUBLICACION ORIGINAL
EUROPA SOBERANA
Tragedia en el Mare Nostrum - qué domonios pasa con Libia