por Tito Andino
Minutos después de la medianoche del 20 de julio de 1944, ante el pelotón
de ejecución, Claus von Stauffenberg pronunció la misteriosa frase: “Es lebe
unser geheimes Deutschland!” (Viva nuestra Alemania Secreta).
La traducción “Larga vida a la
sagrada Alemania” es errónea. Quizá se trata del típico desliz fonético de
transmisión oral que termina tergiversando el real mensaje. También puede
suceder que los historiadores intentaron encontrar sentido práctico a una extraña
frase.
La vida pública del Coronel Stauffenberg ha sido estudiada por diversos
historiadores y biógrafos. Pero sin duda, para un experto investigador una obra
destaca sobre todas las demás: “Stauffenberg.
A Familie History, 1905-1944” (Cambridge University 1995), editada en
castellano como “STAUFFENBERG. La biografía del hombre que atentó contra Hitler”,
de Peter Hoffmann (editorial Destino), publicado en el 2009.
Como es mi política, debo insistir –como en artículos anteriores- que no es
mi intención hacer un relato sobre la “Operación Valkiria”, misma que está
profusamente narrada y documentada. Todos conocemos que el aristócrata oficial
alemán fue herido luchando por Alemania, aceptó inicialmente la llegada de los
nazis al poder, mas su temprana comprensión que la patria estaba en manos de
una pandilla de criminales motivaron su compromiso y adhesión a la Resistencia
Alemana contra el nazismo y la planificación del complot para asesinar al líder
nazi.
Para el presente reportaje, a más del apoyo de las fuentes de consulta que
constan a pie de página y de la obra citada de Peter Hoffmann, nos valemos de
un maravilloso libro que rastrea profundamente la posibilidad de que el intento
de asesinato de Hitler del 20 de julio de 1944 fuera, en parte, obra de un
grupo de místicos intelectuales seguidores del poeta Stefan George, al cual
pertenecía Claus von Stauffenberg y sus hermanos. “Secret Germany. Stauffenberg and
the mystical crusade against Hitler”, editado en castellano como “Secret Germany. Stauffenberg y la verdadera historia de la operación
valquiria” (editorial Martínez
roca 2009), de los aclamados investigadores Michael Baigent y Richard Leight.
A quedado reflejado en múltiples investigaciones que la élite del poder
nazi pertenecía por lo menos a dos sociedades secretas que influenciaron en su
ideología y decisiones político - militares (La Thule-Gesellschaft o Sociedad
Thule y la Sociedad Vril). El mismísimo Heinrich Himmler era un fanático del
esoterismo, derrochando ingentes recursos de Alemania en la búsqueda primigenia
de la raza “aria”. En algunos post anteriores hemos tratado profundamente el
tema (Ver: La Alemania nazi y la Rusia soviética: Sustitutivos de la fe y Pseudo ciencia en el país nazi).
Stefan George
El poeta Stefan George, 1868-1933
Sería imposible narrar aquí la vida de Stefan George, quien para fines del siglo XIX era ya muy conocido en Alemania, no solo por la poesía sino como representante del simbolismo y un pensamiento místico que atrajo a muchos seguidores. George era abiertamente político, a tal punto que su ideología conservadora ha sido confundida como una de las tantas precursoras del nazismo, algo que en el fondo George aborrecía. Sus abundantes detractores han rebuscado las presuntas debilidades del poeta, descartando su aporte a la cultura.
Este ensayo está basado en el citado libro de Baigent y Leigh, quienes son conscientes de la dificultad que
extraña estudiar el pensamiento y la obra de George, afirman que hasta el final
de su vida el poeta utilizó técnicas literarias simbólicas y fue fiel a ese
estilo. Con el tiempo desaparecieron de su poesía las imágenes simbolistas
intangibles (el humo, la niebla, las nubes, el cielo, el viento)
reemplazándolas con motivos más tangibles e irrebatibles de la cultura y
sociedad alemana.
"Se autonombró custodio del futuro cultural de Alemania. Abandonó la indiferencia divina del poeta-mago simbolista y asumió la función más platónica o pitagórica de mentor y educador. Como es obvio, continuó siendo distante y reservado, ya que no estuvo dispuesto a rebajarse y convertirse en un pedagogo convencional, pero con el grupo elitista y rigurosamente seleccionado de jóvenes que ingresaron en su círculo sintió que desempeñaba un papel análogo al que en la mitología griega representa Quirón, el centauro que hace de guía, instructor y tutor de héroes como Asclepio, Jasón, Aquilés y Hércules”. (1)
No hay otra opción para el interesado en el tema que leer a George para intentar vislumbrar la sociedad y a los intelectuales del siglo XIX y principios del XX. Pero George tiene también otra faceta distinta y es relativamente escaso el tiempo en que se ha intentado despejar la influencia de George en la educación y la reforma pedagógica, por lo que hay quienes le han rendido tributo en el presente. En “Razones para leer a Stefan Georg” encontramos esa fascinación que ejercía sobre los demás: «Lo principal es la idea de que existe algo grande, que uno tiene que amar y venerar sin reservas». (2)
Otro motivo de por qué leer a George tiene una respuesta muy simple: “por placer, por el simple y legítimo placer
de disfrutar de la palabra, por el goce estético que despiertan sus ritmos, su
atrevimiento formal, semántico y musical con un lenguaje que él forzó,
retorció, exprimió y tensó a voluntad. Con mucha frecuencia son solo unos pocos
versos de cada poema los que encandilan al lector; tanto, que podría pensarse
que George ha escrito el resto como ecos de aquellos”.
El Círculo de Stefan George
El poeta Stefan George, preceptor de sus discípulos, los
hermanos von Stauffenberg. En la fotografía junto a Claus y Berthold
El conde alemán Claus von Stauffenberg mantenía entusiasta admiración por su mentor, el poeta Stefan Georg. Los hermanos Stauffenberg formaban parte de un selecto círculo de discípulos del trovador, siendo incondicionales partidarios de su Maestro más allá de la amistad y del gusto literario. Según los críticos, las normas y enseñanzas de George perduraron hasta el último aliento de su vida, hasta la misma muerte (de Stauffenberg).
En el ‘Georgekreis’ (el Círculo de George) el apreciado poeta y
maestro también era una especie de guía espiritual. Sin duda George tenía
amplios conocimientos esotéricos, oficiaba sus reuniones al estilo de un magus compartiendo su saber con sus
discípulos y seguidores.
Un interesante reportaje aparecido en la prensa española en 2008 (3)
señalaba que
“Entre lecturas poéticas,
mucho Hölderlin y mucho suspiro por los Hohenstaufen, enseñanzas esotéricas y
reflexiones estéticas con un tufillo rosacruciano y teosófico, se acuñó en el ‘Georgekreis’ el concepto y
la expresión “Geheime Deutschland” (“Alemania Secreta”). La idea de que el
grupo de selectos iniciados podía encarnar el viejo mito alemán de la Nación
durmiente, los héroes ocultos, los custodios, los guerreros místicos que
conservarían la esencia intelectual y moral de la sagrada patria durante
tiempos difíciles. En un hombre con el pedigrí de Claus von Stauffenberg puede
imaginarse el efecto de la combinación de semejantes ideas con su bagaje
familiar de honor, pathos militar y sentimiento de clase. Stauffenberg bautizaría luego al grupo de conspiradores contra Hitler
con el nombre de ‘Alemania Secreta’ ”.
El pensamiento
filosófico-ideológico de George.
No es tarea fácil explicarlo, como hemos dicho, el
poeta profesaba una doctrina que sobrepasaba el interés por la literatura y el
arte. Veamos algunos conceptos puntuales:
- El Círculo de George pretendía ser un vínculo oculto de la unión de los
alemanes conscientes de la “gran herencia mística germana”, esta creencia se
constituía por principios que encontramos en el mesianismo cristiano y las
tradiciones propias de la nación (pangermanismo).
- Es indiscutible que George odiaba la vulgaridad y criticaba abiertamente
el materialismo, ganándose el respaldo de sectores conservadores de la
sociedad.
- Pregonaba una doctrina moral superior, hasta elitista en el campo espiritual
y artístico.
- Discutía sobre heroísmo, honor y auto sacrificio como medio de conservar
las tradiciones en el advenimiento de un mundo nuevo.
- El poeta enfatizaba en el culto a la belleza según los estándares de la
Grecia clásica, hecho que le valió acusaciones inmerecidas.
- Insistía en el sentimiento de renovación nacional bajo la dirección de un
líder diferente, ajeno al decadente sistema burgués. Anhelaba un nuevo orden
opuesto tanto al capitalismo y al floreciente bolchevismo.
- El Círculo de George tenía entre sus distintivos (símbolos) la esvástica,
futuro emblema del nazismo. Aclaremos que el ‘Georgekreis’ nunca demostró ser
antijudío (al menos no lo hizo públicamente, de haber sido el caso). Es difícil
saber lo que realmente pensaba George sobre los judíos, sus divagaciones sobre
el tema solían ser ambiguas, fluctuantes, evasivas, en todo caso él y sus
seguidores no profesan la irracionalidad extrema de los nazis. Entre los
seguidores de George había algunos judíos, citemos un par de los más conocidos:
El poeta Karl Wolfskehl, un furibundo nacionalista alemán que huyó de Alemania
tras la toma del poder por los nazis y el historiador Friedrich Gundolf, editor
de la revista del Círculo.
- George se presentaba, simbólicamente, como un líder mesiánico ante sus
discípulos y seguidores. Incluso “profetizaba” y advertía, en el último libro
que escribió la llegada de un nuevo imperio, su obra titulaba: “Das
neue Reich” (1928), es lógico que el paralelismo lo asocie con el infame “III Reich” proclamado por Hitler.
Aquellos que intentaron señalar a George como predecesor del nazismo han
evitado siempre comentar muchos de los poemas “proféticos” del poeta.
Demos un
vistazo a “Der Widercrist” (El Anticristo) publicado en 1907:
El gran príncipe de la chusma
extiende sus dominios;
No hay placer, tesoro ni ganancia
que se le escapen.
¡ Abajo las heces de la rebelión !
Hipnotizados por el brillo demoníaco
y exhaustos con los restos de la
miel del alba
aplaudís y sólo entonces percibís la
debacle.
Luego extendéis vuestras lenguas
hacia el abrevadero reseco
y os arremolináis, idiotizados como
ganado en medio de la dehesa en llamas,
mientras la trompeta resuena
horriblemente. (4)
Acusaciones de homosexualismo al Círculo de Georg
Una fotografía de la juventud de Stefan George, rodeado
de hombres y mujeres del arte. La fotografía corresponde a Festival antiguo el 22/02/1903 en la casa de Hannah y
Karl Wolfskehl. Primera fila: Franziska zu Reventlow; Medio: Stefan George;
centro de la fila trasera: Karl Wolfskehl como Dioniso. (Munchner Stadtmuseum. Hoerschelmann - Archiv) Museo de la ciudad de Munich, archivo Hoerschelmann)
Ya mencionamos que Stefan George ponía énfasis en el culto a la belleza, según los esquemas de la Grecia clásica. Dado que el grupo era rigurosamente masculino, ya desde esa época se insinuó reiteradamente la homosexualidad de George. Es más, se sigue especulando y discutiendo si el Círculo de George practicaba una especie de ‘homoerotismo’ o algo más insondable como la homosexualidad sagrada, una característica típica de las famosas sociedades ocultistas de la época.
Una factible explicación a la presunta homosexualidad de George, rodeado de un círculo de jóvenes en gran parte apuestos, con una formación académica e inclinación por el arte, la encontramos en el referido artículo “Razones para leer a Stefan George” (5). La historia de Maxim (Maximilian Kronberger) que fuere idolatrado en el Círculo ha sido el argumento para calificar al grupo de una secta de homosexuales y al poeta de loco. Sus detractores nunca han tenido presente que en esos tiempos las asociaciones de artistas era una costumbre muy común y estaba bien vista en Europa. “Maxim”, al decir de la publicación, solo representó un “truco” de George para engrandecer su literatura y sus enseñanzas educativas.
Incluso la madre de los Stauffenberg mandó investigar esos rumores y llegó
a conocer al mentor de sus hijos en persona para cerciorarse que era improbable
que corrompiera a sus hijos, sus impresiones resultaron totalmente positivas y
llegó a familiarizarse con las obras de George. Por aquellos días la
homosexualidad no era solo un estigma, se consideraba un delito sancionado por el código penal. De haber existido
el menor motivo para dar crédito a los rumores la Condesa Stauffenberg jamás
habría permitido que sus jóvenes hijos concurrieran a las frecuentes sesiones
del Círculo de George, mucho menos que el poeta fuere su Maestro.
Peter Hoffmann, el más completo biógrafo de los Stauffenberg, también absuelve a Georg de las acusaciones, dice: “La sospecha de homosexualidad afloró, pero también fue inmerecida, aunque comprensible debido a que el círculo solo se componía de hombres… El estudio de la cultura griega y, en concreto, de Platón, sin duda sirvió para suponer diversas cuestiones. El círculo de amigos también creó poemas que parecen apuntar a las relaciones homoeróticas. Para los hermanos Stauffenberg fue una cuestión mental y, más adelante, Claus defendió ante sus amigos militares el erotismo griego postulado por Platón… con tanta energía y claridad que quedaron convencidos. Sería erróneo suponer que George hizo algo inconveniente en el sentido mencionado…“ (6)
El nazismo en escena
El nazismo ofrecía una nueva concepción del mundo (Weltanschauung) que en muchos aspectos, al irrumpir en la escena pública, enaltecía similares fundamentos que parecían coincidir con la doctrina de Stefan George, de esa forma muchos alemanes y nazis pretendieron ver la obra del poeta como un preludio del “nacionalsocialismo”.
La doctrina de George es anterior al advenimiento del nazismo y de Hitler. Eso motivó
la curiosidad de los exaltados nazis por el poeta, estaban interesados en
reclutar a Stefan George para su causa. Intentaron llevarlo por su sendero, lo
exaltaron, lo idolatraron, le propusieron dirigir una academia poética, pero no
lo consiguieron. George en 1933 (antes de su fallecimiento) rechazó recibir el
homenaje del nuevo gobierno alemán, no obstante los nazis crearon el premio ‘Stefan George´.
George no se inmutó jamás con los halagos del nazismo, no mostró entusiasmo ni se interesó por ellos. Stefan George despreciaba a los nazis porque sentía aberración de los populismos y vulgaridades, el nazismo le resultaba repudiable, pese a lo que alguien pueda suponer en contrario. Al eludir aceptar las ofertas nazis, lo hizo en su inconfundible ambiguo estilo: “Queda claro que las leyes de lo espiritual y de lo político son muy distintos…No puedo poner en boca de los que ostentan el gobierno las palabras sobre lo que opinan de mi trabajo y sobre la forma en la que valoran su significado” (7)
Características fotos de perfil de Stefan George
Tras su deceso, el 4 de diciembre de 1933, fueron los hermanos Stauffenberg quienes se encargaron de velar sus restos y montaron vigilia para impedir que los nazis se apropien de la ceremonia, esa última voluntad fue expresa de George a los Stauffenberg, éstos debían impedir que su funeral sea un asunto de estado.
Si nos detenemos a pensar, la posible explicación del por qué esa primeriza fascinación de Claus von Stauffenberg, de algunos miembros del ‘Georgekreis’, de militares, aristócratas y de muchos alemanes en general por la doctrina nazi, la encontramos en esa confusión de las enseñanzas de Stefan George con la enérgica propaganda que empezaba hacer eco en las calles por medio de incendiarios discursos racistas, nacionalistas, pangermanistas, anti judíos y contra la doctrina del bolchevismo soviético. Sin duda, en esa época, la filosofía de George y de su Círculo favoreció de cierto modo la ascensión de Hitler.
Las enseñanzas de George no eran novedosas en Alemania (mucho menos la de los nazis). Conforme pensaba el poeta, su doctrina era parte del folclore nacional (Volk) y también estaba arraigada en otras regiones de Europa. Con seguridad sigue manteniéndose en círculos más cerrados y en la psiquis de algunos alemanes y otros europeos de hoy.
Una necesaria reflexión “filosófica” para aclarar el tema.
Intentaré dar un punto de vista obtenido de la lectura del libro de Michael Baigent y Richard Leight, además de otras lecturas, sobre la cultura y tradición de los pueblos germánicos.
Por ejemplo, precisemos que el poeta Stefan George, el filósofo Nietzsche, el enigmático Richard Wagner y hasta el novelista Ernst Junger, por sus características intelectuales y filosóficas irracionalistas, fueron pretendidos y exaltados por el nazismo. Los que aun vivían en ese tiempo impugnaron tal vínculo y la erudición ha demostrado que Nietzche y Wagner tenían menos cosas en común con las nazis. George lo señalaba en privado, los nazis eran demasiado vulgares. El elitismo revelado por los citados y otros intelectuales contradicen el extremismo radical del nazismo. El elitismo es opuesto a la “filosofía” nazi por algo lógico, se contrapone a los movimientos de masas.
Reflexiono que no todas las personas puedan discernir lo que significa irracionalismo en el sentido filosófico.
En el “Diccionario de Filosofía”, José Ferrater Mora explica la compatibilidad del uso desde el punto de vista racionalista e irracionalista.
“En algunos casos puede aplicarse el término “irracional” a un aspecto de la realidad y no a otro — como también pueden llamarse "irracionalistas" a ciertas doctrinas en un respecto, pero no en otro. Ejemplo de lo último lo tenemos cuando se adopta una actitud irracionalista al referirse a la existencia humana, y una actitud racionalista al referirse a la Naturaleza, o una actitud irracionalista al referirse a "lo real" y una actitud racionalista al referirse a "lo ideal", o una actitud irracionalista al referirse a "lo dado" [lo viene desde fuera] y una racionalista al referirse a “lo puesto” [lo propio del sujeto].
En ese sentido el irracionalismo y lo irracionalista no serían una pura y simple reacción romántica y emocional frente a la aparente “frialdad” de la razón, sino que en el fondo es una reflexión diferente -y no siempre necesariamente opuesta- a la racional y que conlleva también su propio método cognoscitivo que, en numerosas ocasiones viene a señalar el límite práctico e incluso el posible de lo cognitivo”. (8)
El irracionalismo, como pensamiento filosófico tiene sus antecedentes en la filosofía clásica griega y romana, en ella la representación de elementos no racionales trata de armonizarse con lo racional, pero no intenta suprimirla. La racionalidad y la irracionalidad luchan entre sí, cohabitan, se oponen para alcanzar el equilibrio.
Si Stefan George, Richard Wagner, Friedrich Nietzche y Ernst Junger son considerados irracionalistas debe quedar establecido, en estos casos, que “solo un intelectual puede elegir ser irracionalista”. El caso del filósofo Martin Heidegger se enjuicia como una excepción. Heidegger era sobradamente inteligente para apreciar que desde el momento en que como intelectual eligió lo irracional –en su estricto sentido gramatical-, ya no tuvo derecho a sentirse “elitista ni bello”. (Espero haber sido claro).
Otro ejemplo, para Schopenhauer el mundo es la manifestación de algo irracional o, como mínimo, no racional. Hartmann era de igual parecer, los dos filósofos observan lo “absoluto” como algo “irracional”, quieren decir con esto que el entorno no es necesariamente racional ni ordenado, para Schopenhauer es producto en última instancia de la voluntad.
Incluso para Nietzsche, el “vitalismo” e irracionalismo están relacionados; el primero es una exaltación de la vida, sus valores como el poder, la fuerza, las emociones, etc., Nietzsche lo señalará como “dionisíaco”. Entonces, para el filósofo, el irracionalismo es consecuencia del vitalismo, ambas se fusionan en el “amor a la vida y sus valores”.
He citado los nombres de éstos filósofos conocidos porque, en mayor o menor grado, los nazis intentaron apoderarse de su filosofía, adulterándola a su dislocada concepción del mundo. No pretendo confundir al lector, pero la irracionalidad filosófica de Stefan George y de otras mentes reflexivas son, en esencia, consecuencia de la sociedad alemana y europea del siglo XIX e inicios del siglo XX.
Por esa razón debemos adherirnos al criterio que los nazis no crearon nada, ellos se apoderaron del pensamiento común imperante en la Europa del siglo XIX, el nazismo aplicó su propio estilo radical. Respecto al racismo, al darwinismo y al eugenismo no son fanfarronadas de la imaginaria nazi, estaban ya presentes no solo en Europa sino en Occidente antes de su llegada. (9)
Según Johann Chapoutot en “El nacionalsocialismo y la Antigüedad”, los nazis intentaron reescribir la historia de la Antigua Europa, basados en los conocidos principios de la jerarquía racial (los arios crearon toda cultura); la lucha de razas y el complot de los judíos (que a decir de los nazis, inventaron entre otras cosas el cristianismo para debilitar a los pueblos del norte con el universalismo e igualitarismo: Todos los hombres son iguales). Los nazis “descubrieron” quien era el enemigo (los judíos), por eso la educación “nacionalsocialista” formaría a los alemanes con la historia “verdadera”, aprendiendo a ser duros (como el acero de Krupp) y luchando contra su histórico enemigo, el judaísmo.
La ´Alemania Secreta´
Una rara fotografía del joven Claus von Stauffemberg
junto a su Maestro. La imagen podría haber sido tomada en el Georgekreis.
Peter Hoffmann en su monumental biografía sobre la familia Stauffenberg solo brinda un breve repaso a la relación de Claus, sus hermanos y otros discípulos del poeta Stefan George. Michael Baigent y Richard Leight profundizan el tema, es un trabajo didáctico; pero un estudio completo sobre la Alemania Secreta y el círculo del poeta lo encontramos en “Secret Germany: Stefan George and His Circle” de Robert E. Norton, (Cornell University Press, 2002).
Los estudiosos debaten en la actualidad si el Círculo del poeta Stefan George, por ende Claus von Stauffenberg y los demás adeptos eran conscientes de una presunta pertenencia a una hermandad de nacionalistas-místicos, bajo el manto de una sociedad literaria, denominada ‘Georgekreis’, que ulteriormente se conocería como “Alemania Secreta”. De ser afirmativa la respuesta cabría también, como hipótesis, afirmar que al menos varios de los integrantes de ese círculo o sociedad “esotérica” –por así denominarla- estaban complotados con la tentativa de asesinar a Adolf Hitler.
Aunque ese círculo de intelectuales “místicos” no practicaban cultos al estilo de los masones, rosacruces o teosóficos, existen presunciones que señalan una especie de ritual dentro del grupo. Lo veremos a continuación. Un interesante relato investigativo señala que
“las reuniones de la Alemania Secreta adoptaban matices claramente esotéricos y místicos. Quien quisiera participar había de recibir el visto bueno del poeta, que sólo admitía en ellas a quienes cumplieran los más elevados requisitos intelectuales… y físicos. Casi todos los miembros del Georgekreis, incluyendo a los Stauffenberg, eran inquietantemente guapos y parecidos entre sí. En estas “ceremonias de iniciación”, desprovistas de excesiva parafernalia ocultista, George aparecía vestido de negro, como una especie de sacerdote, y exigía a sus neófitos juramentos de fidelidad a la Alemania Secreta que debía materializarse en un futuro cercano. Ya en 1904 George y su amigo el poeta Karl Wolfskehl, judío y nacionalista alemán, estaban convencidos de que todo pensamiento fructífero y liberador se había originado en cenáculos secretos”. (10)
Stefan George junto a miembros del Georgekreis
Hay que dejarlo claro una vez más, el Círculo de George no practicaba rituales, en el estricto sentido de una sociedad secreta, aunque es evidente que al poeta le fascinaba “rodear sus reuniones de parafernalia esotérica y mistérica, derivada de su pasión por el mundo clásico y medieval.
En definitiva, el Georgekreis carecía de estatutos, ceremoniales, jerarquías y otras parafernalias similares, características de sectas y sociedades ocultistas, y prefería mantenerse ferozmente elitista antes que vulgarizarse por medio del proselitismo. Imbuyó en sus miembros, sin embargo, una mística del sacrificio que entroncaba con elementos del esoterismo cristiano tanto como con la cultura clásica”. (9)
Para Baigent y Leigh, gran parte de la extravagancia que se le atribuye a George fue inmerecida, después de la guerra, Alexander von Stauffenberg, desmentía aquellas acusaciones:
"Con anterioridad se mencionó una especie de ‘ritual’, espléndidas túnicas, incienso y ceremonias secretas. Cualesquiera que fuesen los fundamentos de esos rumores por aquel entonces (y sin lugar a dudas fueron exagerados) jamás percibimos nada parecido. La vida transcurría con toda normalidad: las comidas, los paseos por la campiña, los debates nocturnos. Todo fue sencillo… Solo en las principales lecturas poéticas se estableció una peculiar atmósfera de solemnidad, lo que resulta muy comprensible…." (11)
La Alemania Secreta y el atentado contra Hitler
Monumento a Claus von Stauffenberg en la Blenderstrasse,
lugar donde tuvo lugar el complot y su fusilamiento, es la sede del
actual Ministerio de Defensa.
Claus von Stauffenberg solía recitar a sus compañeros de conspiración este poema de Stefan George:
VERSOS PARA LOS MUERTOS
Cuando los hombres del futuro queden purgados del deshonor,
liberados sus hombres de los grilletes de la esclavitud
y cuando sus órganos cobren vida con el ansia de la virtud,
ráfagas de sangre iluminarán los millones
de sepulcros de los caídos, los ejércitos atronadores
cabalgarán sobre las nubes y, terror de los terrores,
la tercera tempestad arrasará el país:
los muertos regresan.
Cuando los hombres de esta nación dejen de ser cobardes
o débiles y sientan su vocación y misión,
en medio de un desastre inefable sus corazones descifrarán
un mensaje del cielo, elevarán las manos
afinarán los labios como tributo al honor
y la bandera del rey, el símbolo legítimo,
ondeará al alba y será arriada para alabar
al mayor de los héroes.
La pregunta lógica es:
¿Qué tiene que ver todo esto, en especial la “Alemania Secreta” de Stauffenberg, con el fracasado golpe de estado y fallida tentativa de asesinato de Hitler?
Conocemos que el sector conservador de la sociedad alemana auspició a los
nazis para la toma del poder, con el tiempo esos mismos grupos percibieron el
fraudulento embuste. En la ‘Alemania
Secreta’ ocurrió algo parecido, muchos de sus miembros apoyaron y se
alegraron que Hitler fuera enquistado en la cumbre. El idilio no duró mucho, el
escepticismo brotó al percatarse de las reales intenciones y principios que
inculcaba el nazismo.
Stefan George murió en 1933, los Stauffenberg asumieron la dirección del Círculo,
su decisión fue mantener vigente y hasta ampliar el legado del poeta. También
hemos señalado que Stauffenberg, conforme su educación conservadora, patriótica
y nacionalista, se decantó inicialmente por el nacionalsocialismo, pero también era un pro-monárquico convencido.
Al luchar en la guerra percibió el rumbo que deparaba obedecer al nazismo.
Stauffenberg tenía convicciones personales inquebrantables e, incluso, su
formación "mística" aprendida de George operó en él un cambio sustancial,
convirtiendo en enemigo a quienes habían usurpado el poder timando la
conciencia colectiva del pueblo alemán.
Su decisión de dar fin a ese terrible capítulo de la historia alemana solo
llevaba a un camino, la muerte de Hitler, sin importar los riesgos y las
consecuencias, solo pensando en el futuro y en el porvenir de su nación. En
este punto, se aplicaba, quizá hasta
instintivamente, la formación de Stauffenberg en el Círculo de George, el auto-sacrificio.
“Aunque iba en contra de sus principios, su código de honor, el juramento de lealtad que había prestado como oficial y su código personal de valores morales y espirituales, Stauffenberg se percató de que Hitler debía morir. No había más alternativa que el asesinato político”.
También debía asumir el terrible estigma de la alta traición, que sabía acontecería: “Sé que el que lo haga pasará a la historia alemana como traidor, pero el que puede hacerlo y no lo hace traicionará su conciencia” (12)
Recordemos que en 1928 George publica su libro de poemas “Das Neue Reich”, considerado por él
mismo profético y el más importante, añoraba un reino espiritual y cultural
distinto a lo que proponía el nazismo. Al poco tiempo convocó a sus discípulos
para un recital que resumió el trabajo de su vida. Allí leyó Geheimes
Deutschland (Alemania Secreta).
Algunos investigadores señalan que es un himno impenetrable y velado, comprensible para los
miembros del Círculo, contendría un secreto legado e instrucciones ocultas.
Esa tesis no es totalmente compartida por los autores de Germany Secret (Baigent y Leigh). De todos modos, el texto era
algo muy especial para Stauffenberg al punto que una década más tarde bautizará la conspiración del 20 de julio de 1944 con el título de ese himno y que sería su última frase en su ejecución.
¿Fue el posterior atentado un complot exclusivamente motivado por nacionalistas místicos?
Helmuth James Graf von Moltke, miembro fundador del
Círculo kreisau (la resistencia civil contra Hitler), era sobrino nieto del
mariscal de campo Helmuth von Moltke. No era partidario de la eliminación
física de Hitler por su pacifismo. En la fotografía durante una sesión ante el
“Tribunal Popular” en los juicios contra el fallido atentado del 20 de julio de
1944.
Sin lugar a dudas no. Como ya lo señalamos párrafos arriba, estudiosos de la
documentación existente y expertos en el Círculo de George concluyen que jamás
llegaron a tener las características de una sociedad secreta con sus típicos
rituales y otras reglas propias de grupos místicos y esotéricos muy de moda en
los inicios del siglo XX en Europa como la Teosofía, la Antroposofía, los
clásicos masones y rosacruces y otras tantas sociedades calificadas, inclusive,
de satánicas como la Golden Dawn.
Salvo unos cuántos seguidores del Círculo de George, los demás miembros del
complot contra Hitler estaba compuesto básicamente de militares, autoridades civiles y aristócratas ajenos
al mundo “esotérico” que presuntamente se impartía en el Georgekreis.
“Para George, la muerte voluntaria y el sacrificio por honor para mantener
y materializar la Alemania Secreta son conceptos fundamentales… Será esta idea
sacrificial la que influya de manera decisiva en Claus Stauffenberg y otros
miembros del complot, dispuestos a todo para acabar con Hitler.
Stauffenberg terminará identificando a Hitler no con el líder profetizado por
George, sino, por el contrario, con su antítesis y enemigo. Para él y buena
parte de los conspiradores, Hitler se convierte, literalmente, en el Anticristo
y Señor de los Gusanos de uno de los poemas del maestro. Durante los últimos
años de guerra, tanto Stauffenberg como otros militares de origen aristocrático
comienzan a sentirse horrorizados por el rumbo de los acontecimientos. Lejos de
representar el triunfo de Alemania, Hitler es su ruina… Como les ocurriera a
nacionalistas conservadores y militares de la aristocracia prusiana, los
místicos seguidores de doctrinas ocultas e ideales tradicionalistas, como lo
fueron los adeptos a la Alemania Secreta de George, murieron víctimas de la
mordedura de la serpiente cuyo huevo habían ayudado a incubar”. (13)
En otras palabras: Los seguidores del Círculo de George quedaron ligados
por la Alemania Secreta. Peter
Hoffman afirma que el legado de George perduró en los Stauffenberg, relata que
Claus solía recitar sus poemas enviando a través de ellos un mensaje a los
militares con quienes trabajaba, fue un modus operandi del grupo de
conspiradores anti nazis.
"Viva
nuestra Alemania Secreta !” es sin duda un mensaje final a los seguidores de George. Otro
hecho a recordar es que Stauffenberg colgaba, en uno de sus escasos dedos, un
anillo de oro con la frase: "Finis initium" (El fin y el principio), representaba su alianza personal con George.
A juzgar por los detalles del postrero y fallido golpe contra Hitler, ese
acto constituye la puesta en marcha de las enseñanzas del poeta a sus
discípulos: el auto sacrificio heroico que, en consecuencia, liberó a los alemanes decentes, expiando los crímenes del Tercer Reich.
APÉNDICE:
EL POEMA DE STEFAN GEORGE
GEHEIMES DEUTSCHLAND
(ALEMANIA SECRETA)
Baigent y Leigh aclaran que la traducción de este poema no se aproxima ni remotamente a las emociones que despierta el original. Es innegable que traducirlo primero al inglés y luego, en este caso al castellano, resulta sumamente complicado por su estilo inescrutable y simbólico.
El poema fue escrito en 1928, siendo de los últimos compuestos por el
poeta, el libro en el que consta fue publicado ese mismo año. George no
volvió a publicar nada más hasta su muerte. “Ya había dicho todo lo que tenía
que decir”. Y, como indica el título “Alemania Secreta” es su despedida y hasta
para algunos miembros del Círculo fue un código para el futuro, la continuación
tras la ausencia del Maestro.
Geheimes Deutschland
(Alemania Secreta)
¡ Abismo, déjame estar a tu vera
sin espantarme !
Donde la codicia irreprimible
ha pisoteado hasta el último
centímetro de la tierra,
del ecuador al polo, y
ha esgrimido descaradamente
el resplandor y el dominio
implacables
hasta en el último rincón del mundo.
Donde en las celdas asfixiantes
de casas espantosas la locura
acaba de encontrar lo que envenenará
los horizontes del mañana:
hasta los pastores en las yurtas,
hasta los nómadas en la inmensidad.
[…]
Donde nunca más en el pedregoso
valle del bosque la loba
(¡ aya robusta!) amamante a los
gemelos
y ni las islas sin hollar
Ni un jardín de vírgenes
alboree para criar lo grandioso.
Allí, en la más dolorosa de las
pruebas,
los poderes de abajo reflexionaron
seriamente
y los graciosos seres celestiales
revelaron
su secreto definitivo: modificaron
las leyes de la materia y fundaron
el espacio, un nuevo espacio en el
anterior. […]
Una vez abajo, junto al mar
del sur, reposé sobre un canto,
tenso como últimamente mi espíritu
afín
cuando, a través de los olivos, el
espectro del mediodía
me golpeó con pata cabruna:
“Ahora que tus ojos saben discernir,
sal a buscar el suelo primordial
de tu tierra sagrada,
pesado regazo del terraplén,
y regiones tan carentes de senderos
y umbrías
como la más espesa de las selvas”
¡ Alas de sueños soleados,
acercadme a lo profundo !
Me hablaron de alguien que, desde la
costa rocosa,
concedió un instante a los dioses
olímpicos
en los cielos que se abrieron con la
luz del alba,
ante lo cual su alma se inundó de
temor.
Apartó el madero donde sus amigos
estaban agrupados
y se zambulló en las aguas
alborotadas.
En la ciudad donde las frivolidades
de todas partes
cuelgan de las columnas y de trozos
de pared
para que las gentes los mire y siga
apresurada su camino,
nadie tiene ojos para el gran
acontecimiento:
¡ misterioso a través de estructuras
y calles tambaleantes
el peligroso merodeo del demonio !
Durante el invierno permaneció en la
sala iluminada por las velas,
con el hombro brillante oculto entre
los pliegues,
con la llama de su mejilla en las
hojas de una corona fúnebre,
el dios se escondió de la mirada de
los tontos
en la calidez aromática de los
vientos de primavera
y posó los pies en los caminos
floridos.
El oyente que conocía a todas las
personas y todas las cosas,
con un titubeo desbordante jugó al
balón con las estrellas,
el cazador no cazado, aunque aquí
reconoció,
con boca tartamudeante, su forma de
apóstol
transfigurada en el brillo del globo
opalino:
“Supera mi comprensión, estoy
reducido al silencio”.
De la región del orden y la paz,
la tempestad se desató en la noche
azufrada,
el estrépito y el clamor de guerras
salvajes,
el fuego bajo de los mundos en los
estertores del fin.
Los terrenos y las sombras desataron
los cascos plateados de los
corceles.
Me encontré con el de cabellos
dorados,
que sonrientemente repartía sereno
reposo
dondequiera que iba. Fue aclamado
por todos nosotros
como el preferido de la fortuna,
aunque más tarde reconoció
que había agotado su vigor para dar
fuerza a un amigo,
su vida era como una sucesión de
ofrendas.
Amé a aquel que, con mi sangre en
sus venas,
entonó la canción poco menos que el
mejor,
que destrozó el laúd sin inmutarse
cuando no logró
obtener el tesoro que una vez
adivinó,
que se mezcló con muchedumbres
anónimas y bajó
la frente destinada a los laureles.
Por todo el país, en caminos y
plazas,
dondequiera que estaba de guardia
preguntaba
al rumor omnisciente con centenares
de ojos:
“Alguna vez has oído algo
semejante?”.
Aunque poco dispuesto a
sobresaltarse, replicó:
“He oído muchas cosas… ¡ pero esto
es insólito !”.
¡ Cima, déjame escalar tu altura
sin destruirme !
Hermanos, quién, quién de vosotros
duda
sin inquietarse por la advertencia
según la cual lo que más aclamáis,
lo que hoy más valoráis es
fétido como las hojas que el viento
otoñal arrastra,
¡ condenado a la perdición y a la
muerte!
Sólo lo que la tierra consagrada
mece en el reposo protector,
largo tiempo en las ranuras más
íntimas,
lejos de manos codiciosas,
maravillas que esta época no puede
comprender
abundan con el sino del mañana. *
*Stefan George: “The
Works of Stefan George”, versión inglesa traducida por Olga Marx y Ernst Morwitz.
Univ. of North Carolina Press; 2nd Revised & Enlarged edition (June 1974). Pág. 371-374. Obra
citada por Baigent y Leigh (Pág. 304-307)
(1) Secret Germany. Stauffenberg y la verdadera historia de la operación Valquiria.
Michael Baigent/Richard Leigh. Ediciones Martínez Roca, Madrid España 2009
(Pág. 284)
(5) Razones para leer a Stefan George, Art. Cit.
(6) Secret Germany. Ob. Cit. Pág. 128-129
(7)
Claus Schenk Graf von Stauffenberg y sus hermanos. Peter Hoffmann, pág. 18.
(edición alemana), citado por Baigent y Leigh, Ob. Cit. Pág. 148
(8)
“Diccionario de Filosofía”, José Ferrater Mora. IV Volúmenes. Editorial Ariel.
2009 España
(9)El nacionalsocialismo
y la Antigüedad.- Johann Chapoutot. Abada editores. 2013 592 páginas. Madrid
España
(10) Operación Valkiria:
¿Complot ocultista para matar a Hitler?.- Jesús Palacios. Artículo íntegro publicado
en revista “Más Allá de la Ciencia”. Nº229,
Madrid - España. Mc Ediciones. Marzo 2008
(11) Secret Germany.
Ob. Cit. Pág. 128
(12)
Ibidem, Pág. 45
(13)
Operación Valkiria: ¿Complot ocultista para matar a Hitler? Ob. Cit.