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18 marzo 2024

Narcotráfico, Sociedad Anónima Internacional



por Tito Andino 

 

Este es un compendio de las etiquetas "drogas" y “narco-economía” que hemos venido tratando periódicamente de lo que existe este blog, los temas pueden ser consultados con una amplia gama de interesantes artículos que van desde la figura no mítica de Pablo Escobar hasta los "libertadores" del pseudo narco-estado de Kosovo y las "políticas" oficiales para prevenir el crimen. Datos y estadísticas actualizados.


Como aperitivo presentamos una corta revisión de un importante libro sobre la verdadera historia del auténtico "Rey de la Cocaína". 


"EL REY DE LA COCAÍNA. Mi vida con Roberto Suárez Gómez y el nacimiento del primer narcoestado", es un libro publicado por Ayda Levi en 2013 (Vintage Español), controvertido relato escrito por la viuda de Suárez, ella se habría separado de Suárez al conocer que éste acaudalado empresario estaba involucrado con el narcotráfico. Para quien conoce la historia del mundo de la cocaína no le será extraño escuchar este nombre, Roberto Suárez fue una leyenda viva en Bolivia, siendo el mayor productor de cocaína pura en el mundo y que ni la mitificación de Escobar en las décadas siguientes pudo compararse a éste hombre boliviano. A mediados de los años setenta comenzó a unificar en su entorno a los productores de la hoja de coca forjando su "Corporación", para esos mismos años inició su relación con un todavía bisoño Pablo Escobar, futuro líder del Cartel de Medellín.

El libro de la señora Levi narra como Suárez financió los clásicos y frecuentes golpes de estado militares en Bolivia; nos desvela las actividades de un nazi exiliado, aquel personaje conocido como el "Carnicero de Lyon", cuya identidad es conocida por todos, Klaus Barbie; la implicación del General Manuel Noriega de Panamá en las negociaciones por las rutas de la droga, el encuentro con Pablo Escobar, así como la conexión cubana. Aunque sigue siendo polémico, incluso calificado como una teoría conspiranoica, el libro desvela algunos detalles muy importantes, afirma que Fidel y Raúl Castro contactaron con Suárez y Escobar en enero de 1983 siendo invitados a Cuba y que el general cubano Antonio de la Guardia fue el nexo con los narcos. 

El interés cubano, supuestamente, no era económico sino utilizar el narcotráfico como "arma contra el imperialismo yanqui, y apoyar con los fondos provenientes del tráfico a los grupos guerrilleros colombianos", afirma Aida Levy. También habla sobre la financiación de los "Contras" nicaragüenses a través del comercio de la cocaína en Estados Unidos con la intervención del Coronel Oliver North; el mundo de las altas finanzas donde aparece involucrado el "Banquero de Dios", Roberto Calvi... 

Un libro que no tiene desperdicio.



Portada del libro de Ayda Levi


Roberto Suárez Gómez, al igual que Pablo Escobar, era muy querido en algunos sectores populares, llegó también a calificar como un "Robin Hood" (como sería en un futuro mediato Escobar); en el caso del boliviano, fue la revista "Times" quien así lo señalara; otros medios internacionales lo describían como “el rey de la cocaína”. Su popularidad era tal que incluso solicitaron su venia para crear un personaje de cine en que Suárez era interpretado en la película "Scarface". 

Los laboratorios de cocaína de Suárez en las selvas bolivianas producían toneladas de droga al mes que eran distribuidas a los socios del Cartel de Medellín dirigido por Pablo Escobarhablamos del tiempo en que Colombia no producía coca, la droga era enviada luego a los Estados Unidos -según se afirma- en operaciones clandestinas y conjuntas con la CIA, el mismo método se utilizaba para enviar la droga a Europa. Suárez poseía una flota privada de aviones que en la Bolivia de aquella época, casi sin control aéreo y una difícil geografía, facilitaba el establecimiento de sus rutas.

La "Corporación" no podía funcionar, evidentemente, sin la participación y protección de las fuerzas de seguridad de los países involucrados en el comercio ilícito y sus autoridades políticas convenientemente adictas a los narco-dólares. 

Es un hecho que fueron los políticos quienes corrompieron a los narcos y no al revés. El caso boliviano es el mejor ejemplo. Los gobernantes bolivianos estaban al tanto del negocio y se involucraronFue tal la industria de la exportación de la cocaína boliviana que se la bautizó como “La General Motors del Narcotráfico”

Como es usual, Suárez Gómez se hizo demasiado conocido y su fama trascendió fronteras. Él no era un don nadie, fue un rico heredero de la otrora oligárquica y próspera industria del caucho que mantenía amistades con elitistas círculos del 'jet set' y la alta política, diversificó su fortuna en diversos negocios, finalmente decidió incursionar en el comercio de la droga. 

La popularidad de Roberto Suárez lo puso en la mira del DEA, siendo uno de los hombres más investigados del mundo, mientras otra agencia estadounidense (CIA) estaba feliz con su producción "industrial"

Se dice que Roberto Suárez propuso (al igual que lo haría posteriormente Escobar) pagar la deuda externa de Bolivia, pero eso es algo que no está permitido, aquello significaría independencia nacional y no sumisión a potencias extranjeras. Lo curioso es que Suárez quería que Estados Unidos pague la deuda y se libere a su hijo detenido en Suiza y extraditado a los EEUU (en juicio fue declarado inocente). La propuesta implicaba la entrega de Roberto Suárez (y sus bienes), existe constancia de una carta enviada por Suárez a Ronald Reagan inmersa en el libro de Aida Levy.

Suárez no pudo más que prever el futuro, concluyó que su actividad no sería tolerada más, ni a corto ni a largo plazo, que el único camino era su entrega a las autoridades para un proceso judicial negociado (si no quería tener el final que departirían luego sus clientes colombianos). En 1988 la justicia boliviana lo condenó a 15 años de prisión por tráfico de drogas, fue puesto en libertad en 1996, murió en julio del 2000 tras sufrir un ataque al corazón en la ciudad de Santa Cruz. 

II

Repasando el moderno narcotráfico


Fotos de archivo de The Guardian, tropas del US Army resguardando los campos de opio en alguna región de Afganistán.


El surgimiento y poderío de grandes carteles de la droga en Colombia no fue un hecho casual, no era posible "meter gato por liebre" al país más poderoso del mundo, decir que solo operó el ingenio del bandido para ingresar toneladas de droga a Norteamérica es subestimar la inteligencia. No importa que haya gente audaz que burle los controles -de hecho eso seguirá ocurriendo- pero, querer vendernos la única historia sobre las avionetas que volaban bajo para burlar los radares, que aeronaves cargadas de cientos de kilos de cocaína partían y aterrizaban libremente de un país a otro porque en esos años no había la tecnología suficiente para controlar esos vuelos clandestinos es rotundamente falso; más que "ineficacia" de los radares había complicidad, corrupción y "vista gorda" de las autoridades con otros propósitos.

La única realidad es que el negocio es tan grande que alcanzaría para todos. Los pretextos sobran.

Parapolítica, Plan Colombia, Narco-terrorismo/narco-guerrilla, lavado de activos, son acepciones que tienen un vínculo común: COMPLICIDAD a gran escala que beneficia a un selecto grupo, el resto pondrán los muertos a cambio de "chichiguas" (coloquial palabra colombiana para algo pequeño o insignificante, muy poco). 


Junio 1999. Sector La Machaca, San Vicente del Caguán, Departamento del Caquetá, Colombia. El ex presidente de la Bolsa de Valores de New York, Richard Grasso y el extinto Comandante de las FARC, Raúl Reyes se abrazan en un gesto de amistad y NEGOCIOS. En ese acto, junto a Grasso estuvo presente el vicepresidente de la Bolsa de Nueva York, Alain Murban, y el asesor James Esposito; por el lado colombiano, el ex ministro de Hacienda de Colombia, Juan Camilo Restrepo, ejerció de traductor. El jefe de Wall Street en rueda de prensa no se mordió la lengua para señalar que traía un mensaje de cooperación de los círculos financieros estadounidenses, mensaje que como vemos en la gráfica también llegó a la narco-guerrilla colombiana. 


Intentar comprender el término "guerra contra la droga" es lo mismo que intentar descifrar la "guerra contra el terror" (otra original invención estadounidense para someter a los pueblos desafectos a su política mundial). En el caso especial del fenómeno global de las drogas, lejos de luchar contra el flagelo, son "políticas" para controlar la riqueza que genera el narcotráfico y que suele transformarse en intervencionismo imperial.



Presencia militar de los Estados Unidos en Colombia. Según el Informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), 11 de septiembre 2023, los cultivos de hoja de coca en Colombia aumentaron de 204.000 hectáreas en 2021 a 230.000 en 2022. Las zonas con mayor cantidad de cultivos ilícitos registran mayor presencia de grupos armados. El alza en la producción de clorhidrato de cocaína es del 24%, unas 1.738 toneladas. Sin embargo, Estados Unidos, con bases militares en Colombia sigue pretendiendo utilizar la “guerra” contra las drogas con el único objetivo de mantener su política intervencionista en América Latina. Una “nueva” estrategia, diseñada para los siguientes 10 años, busca reducir 40% la producción de cocaína durante los tres años que restan a la administración actual (Gustavo Petro). Un factor podría deberse al incremento de la actividad criminal y la persistente demanda de cocaína a nivel internacional especialmente en EEUU y Europa y, por supuesto, el mercado responda a esa demanda.


¿Será la presencia militar de los EEUU en varios países productores de droga una coincidencia? Perturbador dato, en países productores de droga y bajo conflictos internos suelen encontrarse bases militares estadounidenses... ¿lo es una mera coincidencia?... no hay nada de que preocuparnos… Ejemplo, el “Plan Colombia” sujeto a erradicaciones, fumigaciones de miles de hectáreas de cultivos ilícitos, desplazamiento de poblaciones, suele destacar con la aparición del doble de cultivos en otras zonas de la geografía colombiana, ¿por qué? A pesar de la presencia militar estadounidense con la "imponente inteligencia antidrogas", el tráfico continuó y sigue a lo grande. Lo mismo podemos decir de la situación en Perú (en el Alto Huallaga), se erradican miles de hectáreas, pero surgen en otras zonas en mayor cantidad…. y los militares USA... bien gracias. Bolivia con su líder cocalero en el poder puso freno al descontrolado tráfico ocasionando serios aprietos a los organismos de control estadounidenses que lo acusaron de todo en la “guerra mediática contra el narcotráfico”. Fuera de Sudamérica, Afganistán nos da la razón. Los Estados Unidos decían “luchar” en Afganistán –contra el terrorismo-, en realidad, era una lucha por el control de los campos de siembra del opio (heroína). Lo que si es cierto es que las tropas del US Army combatían contra las organizaciones que le hacían competencia a sus aliados en el negocio y siguen apoyando a aquellas bandas narco-terroristas que luchan contra los estados no vasallos del Imperio.


Afganistán produce aproximadamente el 90% del suministro mundial ilegal de opio (transformado en heroína, morfina y productos opioides). Un programa de erradicación de drogas en 2000-2001 fue iniciado y dirigido con éxito por el gobierno talibán (con apoyo de la ONU) y disminuyó un 90%. En 2001 (octubre) se llevó a cabo la invasión estadounidense y la OTAN. Un objetivo secreto fue restaurar el tráfico de drogas patrocinado por la CIA a sus niveles históricos y controlando directamente las rutas de la droga. Desde la invasión y ocupación militar los precios del opio se dispararon. A principios de 2002, el precio en dólares/kg era casi 10 veces mayor que en 2000. Según la ONUDD, la producción de opio se ha multiplicado por 50, alcanzando las 9.000 toneladas métricas en 2017. En 2001, bajo el régimen talibán, la producción fue de 185 toneladas. En 2002, bajo el régimen títere del presidente Hamid Karzai, patrocinado por EEUU aumentó a 3.400 toneladas en 2002. Solo el que no quiere ver se niega a reconocer que la caída del régimen talibán está relacionado con el aumento de la producción de cultivos de opio auspiciado por la invasión militar estadounidense por lo cual los agricultores afganos comenzaron a replantar amapola extensivamente. Y eso no es todo, según un informe de la agencia antidrogas de las Naciones Unidas (septiembre 2023) Afganistán es el productor de metanfetamina de más rápido crecimiento en el mundo a pesar de que los talibanes volvieron a declarar una guerra contra los narcóticos después de su regreso al poder en agosto de 2021. 


Volviendo a las guerrillas colombianas, la guerra fue, entre otras cosas, una disputa por el control de los territorios sembrados de coca, ahora redistribuidos entre nuevas organizaciones criminales con el visto bueno de alguien. Se explica por un motivo: las conocidas organizaciones guerrilleras, paramilitares y viejos traficantes eran ya demasiado conocidos en sus notorias actividades criminales, fueron obligados a jubilarse, usando el argot popular, se les terminó la “teta”, fueron sometidos a un proceso lento de eliminación física o voluntaria (cárcel en EEUU), dando paso a otras pequeñas organizaciones "narco-terroristas" de bajo perfil, garantizando que no se perjudique el libre flujo de la droga, la venta de armamento y la instalación de nuevas bases militares estadounidenses.

La vieja consigna “derrotar a los narco-terroristas” siempre pretendió dibujar un panorama ficticio ante la opinión pública. Héroes que luchan contra la plaga del narcotráfico, destruyendo plantaciones, capturando a cientos de campesinos que no tiene otra forma de subsistencia, comisando bienes, etc. Sin embargo, vemos con desesperación –mientras nos hacemos viejos- que el conflicto de Colombia no termina, ni va a terminar (sus protagonistas pueden ser cambiados periódicamente). Esa guerra es un buen negocio para TODAS las partes (incluida las viejas guerrillas).

"La guerra contra la droga" es una mentira más: fraude, engaño, embuste, farsa, ficción, estafa, timo, ardid, artimaña, amaño, etc, etc. El narcotráfico sin la protección de la gran banca internacional no prosperaría, sin el apoyo encubierto de estados y grandes políticos que legislan su "lucha" habría terminado hace mucho. La clase política no se atreverá a pedir más explicaciones, son parte del problema.

Tan es cierto que no cabe duda de que la droga mueve una importante fracción del destino de la economía mundial. Mientras continúen las aberraciones del actual sistema financiero el narcotráfico será pieza fundamental de las finanzas internacionalesWall Street, gobiernos, corporaciones bancarias internacionales, rutas de la droga, terrorismo internacional, guerras, DEA, CIA, ONI, Imperio Británico, servicios secretos franceses, etc. seguirán estando en lucha por el control de los mercados de la droga. 




Habíamos comentado en un artículo anterior que Estados Unidos se jacta de invertir cientos de millones de dólares anuales en su lucha contra la droga, sin embargo, gana miles de millones de dólares anuales del mismo producto filtrándolos a través de Wall Street y otras bolsas mundiales como consecuencia del blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico.

El prestigioso investigador, Daniel Estulin, señaló algo incómodo, "según la leyenda popular, Wall Street es el corazón y el alma de la economía estadounidense, un hogar de hombres “sabios” que demuestran cómo amasar inmensas fortunas. Sin embargo, Wall Street es una grotesca atracción de feria que debería estar prohibida a los menores de 18 años. Las actividades financieras que se realizan aquí no tienen nada que ver con una economía adecuada”.

Otro ejemplo es la City de Londres, junto a muchos territorios británicos continúan siendo paraísos fiscales. Hasta mediados del 2018, en Londres existían alrededor de 41.000 propiedades offshore, que representa un capital aproximado de 38.000 millones de euros, la incógnita es saber qué pasó después del Brexit. Londres se divide en dos: la ciudad de Londres, propiamente dicha, administrada por su Alcalde  (Mayor of London), y la City de Londres, con su propio alcalde (Lord Mayor of London), que en la práctica es el representante y defensor financiero de todo el Reino Unido, con amplia facultad para decidir y apoyar los negocios y cuestiones de las altas finanzas, dentro y fuera de la City.

Los grandes traficantes, incluidos los Pablo Escobar, los Chapo Guzmán, etc., apenas son un eslabón en la cadena del negocio. Los capos de la droga se enriquecen enormemente con la venta de su mercancía, si, es cierto. Pero, los verdaderos "Don" están en las altas finanzas que controlan los movimientos financieros en los mercados bursátiles -ajenos al simple narcotraficante- lo que representa una escalofriante e impronunciable cifra difícil de cuantificar, suele decirse que se tiene problemas para contar los ceros.

El sistema y la modalidad del lavado de activos no han cambiado en nada, solamente es maquillaje periódico en las leyes y cambio de protagonistas. Las personas vienen, se van o se mueren por causas naturales o asesinadas, mas las políticas criminales para controlar la riqueza que genera el narcotráfico perdura.

“Guerra contra el opio” de la Compañía de las Indias Orientales del Imperio Británico contra el pueblo chino. “El Triángulo Dorado” con las guerras en Laos, Camboya, Vietnam. “La Media Luna Dorada” en Afganistán, Pakistán, Irán (parte del país) y otras naciones de Oriente Próximo. Los “Barones de la Cocaína” y las previsibles modalidades que vendrán en el futuro son reflejo de una historia que se repetirá inexorablemente. 


Insistamos en que el combate a la droga es sinónimo de más droga en el mercado. La finalidad es controlar totalmente el sistema monetario y las balanzas comerciales a favor de los viejos imperios. La prohibición, el control, la revisión de mercancías significó no solo el surgimiento del tráfico ilícito y el nacimiento de mafias, también provocó en múltiples ocasiones la declaración de guerra para defender el “libre comercio” o el mantenimiento de la “democracia”.

Los Imperios son los más grandes traficantes de droga de la historia y continuarán siéndolo en el futuroLa supuesta guerra contra la droga es una vieja historia de intervencionismo colonial, hoy transformados en potencias capitalistas en busca de la globalización de los mercados.

El MEJOR NEGOCIO DEL MUNDO se maneja bajo las sombras, nada público, sigue siendo una actividad ilícita; no obstante, los beneficios para la economía global es de tal magnitud que no cabe duda de que el NARCOTRÁFICO S.A. mueve parte del destino del CAPITALISMO.

Hipócritamente los grandes traficantes, los banqueros y poderosos políticos no suelen ver el narcotráfico como un delito sino como un NEGOCIO, por ello la actividad se ha tercerizado en el presente, es decir, se subcontrata a otros para brindar el mismo servicio. Mas, sigue siendo ilícito, por lo que no puede ocultarse por siempre el sucio negocio de los imperios. El gran público necesita creer en sus gobiernos y para ello éstos fabrican y permiten periódicamente el surgimiento de "villanos", quienes gustosos cometerán los crímenes, "pobres diablos" que disfrutarán de un corto periodo de fama y dinero, chivos expiatorios a quienes responsabilizar cuando llegue el momento de justificar la 'lucha" contra el narcotráfico, serán eliminados del negocio, sacrificados y reemplazados por los siguientes de turno.

Por descontado, los medios de embrutecimiento masivo no informarán nunca de esta parte de la historia, nos mienten... siempre. Nos asombraremos con las historias de como Pablo Escobar fue dado de baja o como una banda delincuencial ha sido desmantelada y como se han decomisado toneladas de droga en algún puerto del mundo, eso es un necesario "daño colateral". Incluso suele tratarse de casos en que hay que eliminar a la competencia no autorizada. También sirve para condecorar y promocionar el esfuerzo policial, a la vez que se justifica y se sustrae más recursos del presupuesto público para la 'lucha", o se imponen "ayudas" extranjeras (generalmente made in USA), es decir, presencia de agentes foráneos en territorio nacional.


Campesinos afganos en un sembrío del opio (foto archivo The Guardian)


La prensa internacional, alineada a intereses ocultos, pretende vendernos el cuento que un grupo de analfabetos y mal nutridos campesinos afganos controlan el flujo de cientos de toneladas de heroína y manejan las multimillonarias finanzas de ese ilegal negocio. ¿Se puede creer semejante disparate? ¿Se imagina a un barbudo y analfabeto guerrero talibán bajando de las montañas para gestionar las altas finanzas en Wall Street o, para llevar a cabo sofisticadas transacciones financieras en los grandes trusts bancarios de Europa y Asia?; ¿o, finiquitando complejos negocios con los verdaderos “señores de la guerra” en la compra de armamento a cambio de drogas? (Ejemplos tomados del libro, Los Señores de las Sombras, Daniel Estulin)


¿Por qué no se combate el lavado de dinero en territorio norteamericano? ¿Por qué las verdaderas mafias estadounidenses siempre están impunes, quiénes les protegen? Los países sudamericanos de donde brotó naturalmente la ancestral hoja de coca son los narcotraficantes y los campesinos afganos que cosechan el opio…los terroristas, que barbaridad!.

Como podrán apreciar, el tráfico de drogas es uno de los negocios más lucrativos del mundo, solo la industria armamentística, los negocios petroleros y la gran producción industrial pueden competirle en generar dinero rápido. Sin el flujo monetario producto del comercio mundial de las drogas la economía global tambalearía. "La DROGA S.A. es el lubricante de la economía mundial con más de 900 mil millones de dólares en dinero efectivo anuales”

La “Guerra Global contra el Terrorismo” (GWOT, siglas en inglés), opera desde el 11 de septiembre del 2001, influye en el comercio global de narcóticos controlado por poderosos intereses financieros apoyados por la inteligencia estadounidense. El comercio ilegal de narcóticos se realiza en dólares estadounidenses bajo un sofisticado marco de lavado de dinero que cuenta con el apoyo tácito del Consenso de Washington, es tal la conclusión a la que llega el profesor Michel Chossudovsky (Global Research, septiembre 2023). 
 
En una anterior ocasión se sugirió que no deberíamos soñar con intentar poner en práctica el negocio, lo reiteramos. Está oficialmente prohibido para los simples y corrientes mortales, la cárcel o la muerte será su destino. Este es un negocio de altas finanzas solo apto para una élite y la banca internacional, el resto, incluso los capos, son material prescindible



El verdadero poder de los narco-dólares


Es una combinación del tráfico de esas drogas con la bolsa de valores. Por tanto, la toma de decisiones para solucionar el tráfico mundial de sustancias estupefacientes no está en Kabul o en las selvas colombianas, sino en Washington. Repitamos: El poder de los narco-dólares surge cuando fusionamos el tráfico de drogas con la bolsa de valores

Protegidas e intocables sociedades internacionales mueven el negocio, en ocasiones bajo complicidad o aliados con los servicios secretos de algunos estados. Por descontado, no existen pruebas que el dinero de la droga haya alimentado las cuentas bancarias de la CIA (ni las podremos obtener), pero existe una estrecha relación con ese ilegal comercio y las guerras auspiciadas por los EEUU en Medio Oriente y otras regiones del mundo. 

Recientes investigaciones han demostrado -una vez más- que las leyes y políticas antidrogas que exige el gobierno de los Estados Unidos y otros estados del primer mundo son mera pantalla para ocultar lo evidente, mientras Wall Street, la City de Londres y otros grandes centros financieros mundiales lavan, y mejor, los cientos de miles de millones de narco-dólares anuales que genera el próspero negocio. Los años pasan y no aparecen los nombres, apellidos y rostros de los banqueros implicados, responsables de manejar y ocultar cuentas multimillonarias, de recibir dinero en efectivo en camiones blindados, de retrasar reportes de clientes con operaciones sospechosas y de no suspender esas cuentas, de mantener activo el blanqueo de capitales. Es poco probable que los conozcamos, la prensa tradicional no hace el esfuerzo o no tiene mucho interés en llenar sus páginas con investigaciones que incomodarán a los grandes anunciantes, a políticos amigos y, a veces, a los propios dueños de los medios. Decía Estulin, "tenga en cuenta que el principal negocio de los medios de comunicación no es contar la verdad, sino esconderla. Ellos forman parte de toda esta movida. Piensa que la droga es el lubricante de la economía mundial, si eliminas la droga, se desploma la economía mundial. ¿Cómo puede hablar el New York Times o el Washington Post de esto, cuando se les pueden desplomar sus propias acciones?" 

Mapa del Narco-Dinero (USA)


Texto resumido del artículo de Catherine Austin Fitts, "Narco dólares para principiantes". Examinar el mapa de los Estados Unidos ayuda a conocer los mercados de las drogas. ¿Cuáles son los cuatro estados con la más amplia participación en el mercado del tráfico de drogas? Nueva York, California, Texas y Florida. Lógico. Esos son estados grandes con fronteras sobre las costas y grandes puertos. Lógicamente que la población crecería en los estados grandes donde el comercio y el va y viene de los negocios de las drogas crece. OK. Ahora, ¿cuáles son los cuatro estados con las mayores ganancias provenientes del lavado de dinero así como de otras ganancias del crimen organizado? ¿No nos sorprende?, los mismos cuatro estados: Nueva York, California, Texas y Florida. ¿Qué viene después? ¿Cuáles son los cuatro estados con el mayor negocio de tomar las narco ganancias ya lavadas y de usarlas para depositar dinero en el banco, o para comprar otras compañías, o para comenzar una nueva, o simplemente comprar acciones en la bolsa? A eso es a lo que le llamo el negocio de la reinversión. ¡Los mismos cuatro, no es cierto? Y, ¿quiénes eran los gobernadores de estos cuatro estados en 1996? Veamos. Jeb Bush era gobernador de la Florida. El gobernador Jeb era el hijo de George H.W. Bush, antiguo cabecilla de una compañía petrolera de Texas y de México, así como de la CIA y de varios intentos por hacer cumplir las leyes en contra del uso de las drogas, tanto cuando era vicepresidente como cuando era presidente. ¿Y qué del presidente? Por supuesto que George W. Bush fue presidente gracias al empuje de la campaña más exitosa en la obtención de fondos que jamás se diera en la historia de la civilización occidental. ¿Ahora saben por qué Hillary Clinton quería ser senadora por Nueva York?. Ahora se darán cuenta de por qué Andrew Cuomo quería ser el gobernador de Nueva York y por qué, según fue reportado, llevó a cabo encuestas para ver si la gente lo asociaba a él con la Mafia y con el crimen organizado. Según el análisis de las elecciones del año 2000 efectuado por el Center for Responsive Politics los donantes en California, Nueva York, del área metropolitana del Distrito de Columbia (que está repleto de abogados y cabilderos de todos los estados), Texas y Florida contribuyeron $666.8 millones o aproximadamente el 47% de un total de $1.427 mil millones en donaciones.


La historia se vuelve interminable, lo único que queda es recomendar -si tienen interés por el tema- revisar nuestros artículos bajo las etiquetas "drogas" y "narco-economía".

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19 diciembre 2022

Tráfico de drogas: ¿Libertad de expresión en los Estados Unidos?



Un homenaje al periodista Gary Webb


El 10 de diciembre de 2004 el periodista estadounidense Gary Webb fue encontrado muerto en su casa, en Sacramento - California. Causa de la muerte: aparente suicidio. Webb murió de una herida de bala en la cabeza, "herida de bala autoinfligida en la cabeza hace dos días", reportó la oficina del forense del condado de Sacramento. Trabajadores de una empresa de mudanzas llamaron a las autoridades al encontrar una nota en la puerta de la casa del periodista, decía: "Por favor, no entre. Llame al 911 y pida una ambulancia”.


Gary Webb, realizó sonados reportajes sobre la CIA y el tráfico de drogas en 1996  publicados en el San Jose Mercury News, Webb demostró que la CIA vendía la cocaína de los traficantes sudamericanos en suelo estadounidense (Los Ángeles-California) y que los réditos obtenidos servían para financiar a la Contra Nicaragüense, allá por los años de 1980. 

Kurt Nimmo (investigador) apuntó a George Bush padre como responsable del suicidio de Gary Webb, y fue tajante en afirmar que otros biógrafos de Bush: Mark Lombardi, J.H. Hatfield, Danny Casalaro (al que se une Gary Webb), se “suicidaron”. "¿Cuáles son las probabilidades de que todas estas personas realmente se suiciden?", reflexionaba, "ahora que Bush tiene su “mandato”, probablemente veremos a otros críticos caer víctimas de accidentes y suicidios". "Asesinato político en Estados Unidos: ¿la CIA mató a Gary Webb?", es el título del artículo de Nimmo en diciembre de 2004, lanzando un dardo mortal: "Las familias criminales suelen tratar con dureza a sus enemigos, al igual que la CIA". (cita reproducida en Investigación Global, 10 diciembre 2022)

Gary Webb, el reportero del San Jose Mercury News obtuvo el Premio Pulitzer en 1990 por su cobertura del terremoto de Loma Prieta. En 1996, estremeció Estados Unidos al demostrar, con pruebas, la participación directa de la CIA en el narcotráfico a través de operaciones encubiertas y la consecuente negación oficial sobre las conexiones entre la CIA y los narcotraficantes. Agentes del DEA habían informado al respecto (participación directa de la CIA en el tráfico de  drogas desde Honduras y El Salvador en la década de 1980), los grandes jefes guardaron silencio. La serie de reportajes se denominaron "Dark Alliance". 

No suele mencionarse la reivindicación del nombre de Gary Webb por parte de los dos informes del Inspector General de la CIA  (1997-1998) y las investigaciones del Congreso. (el crack devastó Los Ángeles en la década de 1980). Medios como L.A. Times (Los Ángeles) intentaron acabar con la memoria y legado de Webb.


En 1998, apareció en libro la investigación de Gary Webb: "Dark Alliance". Y, en 2014 se estrenó la película "Kill the Messenger".


Podríamos explayarnos con esta historia de la relación drogas - CIA - Contras - Irangate - Pablo Escobar, Manuel Noriega, etc., pero son temas que lo hemos analizado anteriormente en este blog.  Por favor, si tiene interés en ello, revise los links de enlaces al final, el tema de hoy se centra en Gary Webb, sus reportajes y supuesto suicidio.

 Tito Andino


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La Contra - Tráfico de cocaína: la deuda de Estados Unidos con el periodista Gary Webb. 

 

Gary Webb en 1997, murió en 2004 (presunto suicidio) Foto: Randy Pench

por Robert Parry +

Consortium News

Título original en inglés:  

"The Contra-Cocaine Drug Trade: America’s Debt to Journalist Gary Webb"


El reportero de investigación Robert Parry, fotografía sin fecha. Su trabajo sobre el escándalo Irán-contra de la década de 1980 le valió el premio George Polk. Foto: Diane Duston,  AP.


Robert Parry, fallecido periodista (publicó este artículo por primera vez el 13 de diciembre de 2004 en Consortium NewsEl Consorcio para el Periodismo Independiente). Robert Parry trabajó para de Associated Press (AP) ganó el Premio George Polk por reportaje nacional en 1984, revelando que la CIA proporcionó un manual de asesinato a los Contras nicaragüenses que buscaban derrocar al gobierno Sandinista. Con el mismo reportaje, fue finalista del Premio Pulitzer de 1985 (participación del teniente coronel Oliver L. North, subdirector del Consejo de Seguridad Nacional, en la operación encubierta para apoyar a los Contras con ganancias de la venta clandestina de armas a Irán). Robert Parry publicó muchas de las historias de Irán-Contra en la década de 1980 para Associated Press y Newsweek. Sus libros, "Secrecy & Privilege: Rise of the Bush Dynasty from Watergate to Iraq" y "Lost History: Contras, Cocaine, the Press & 'Project Truth' " (1999).

 

En 1996, el periodista Gary Webb escribió una serie de artículos que forzaron una investigación largamente esperada de un capítulo muy oscuro de la reciente política exterior estadounidense: La protección de la administración Reagan-Bush a los traficantes de cocaína que operaban bajo la tapadera de la guerra de los contras nicaragüenses en 1980.

Por su valiente reportaje en el San Jose Mercury News, Webb pagó un alto precio. Fue atacado por colegas periodistas del New York Times, el Washington Post, Los Angeles Times, American Journalism Review e incluso la revista Nation. Bajo esta presión de los medios, su editor Jerry Ceppos vendió la historia y degradó a Webb, lo que provocó que renunciara a Mercury News. Incluso el matrimonio de Webb se rompió.


El presidente Ronald Reagan (1981-1989) inició y autorizó la guerra de los Contras que duró 8 años y fue su principal defensor público, refiriéndose cariñosamente a los Contras como “luchadores por la libertad”. (Foto y cita tomada del artículo "Crimen Estadounidense Caso #29: Guerra Contra el Terror en Nicaragua 1979-1989", sitio web "Revolution".


El viernes 10 de diciembre (2004), Gary Webb, de 49 años, murió de un aparente suicidio, una herida de bala en la cabeza. Cualesquiera que sean los detalles de la muerte de Webb, la historia estadounidense tiene una gran deuda con él.

Aunque denigrado por gran parte de los medios de comunicación nacionales, la serie contra la cocaína de Webb provocó investigaciones internas por parte de la Agencia Central de Inteligencia y el Departamento de Justicia, investigaciones que confirmaron que decenas de unidades Contra e individuos con conexiones con la Contra estaban implicados en el tráfico de drogas. Las investigaciones también mostraron que la administración Reagan-Bush frustró las investigaciones de esos crímenes por razones geopolíticas.

Medios fallidos

Sin querer, Webb también expuso la cobardía y el comportamiento poco profesional que se habían convertido en las nuevas marcas registradas de los principales medios de comunicación estadounidenses a mediados de la década de 1990. Los grandes medios de comunicación siempre estaban tras la pista de algún escándalo excitante —el caso de O.J. Simpson o el escándalo de Monica Lewinsky—, pero los principales medios ya no podían lidiar con los graves crímenes de Estado.

Incluso después de que el inspector general de la CIA publicara sus hallazgos en 1998, los principales periódicos no pudieron reunir el talento ni el coraje para explicar esas extraordinarias admisiones del gobierno al pueblo estadounidense. Los grandes periódicos tampoco se disculparon por su trato injusto hacia Gary Webb. Presagiando la incompetencia de los medios de comunicación que no lograron desafiar el caso de George W. Bush a favor de la guerra con Irak cinco años después, las principales organizaciones de noticias efectivamente ocultaron la confesión de la CIA al pueblo estadounidense.

El New York Times y el Washington Post nunca superaron el “resumen ejecutivo” de la CIA, que trató de darle el mejor giro a los hallazgos del inspector general Frederick Hitz. Los Angeles Times ni siquiera escribió una historia después de que se publicó el volumen final del informe de la CIA, aunque la historia inicial de Webb se había centrado en envíos de cocaína de la Contra conectados al centro-sur de Los Ángeles.

El encubrimiento de Los Angeles Times ahora ha continuado después de la muerte de Webb. En un duro obituario sobre Webb, el reportero del Times, que me llamó para entrevistarme, ignoró mis comentarios sobre la deuda que la nación tenía con Webb y la importancia de los hallazgos del inspector general de la CIA. En lugar de usar la muerte de Webb como una oportunidad para finalmente aclarar la historia, el Times actuó como si nunca hubiera habido una investigación oficial que confirmara muchas de las acusaciones de Webb. (Los Ángeles Times, 12 de diciembre de 2004).




Al mantener el encubrimiento de la cocaína Contra, incluso después de que la CIA admitió los hechos, los grandes periódicos parecían haber entendido que podían evitar cualquier consecuencia por su comportamiento atroz en la década de 1990 o por su negligencia hacia el tema contra la cocaína cuando apareció por primera vez en la década de 1980. Después de todo, los medios de comunicación conservadores, el principal competidor de la prensa convencional, no van a exigir que se vuelvan a examinar los crímenes de los años de Reagan y Bush.

Eso significa que solo unos pocos medios de comunicación menores, como nuestro propio Consortiumnews.com, revisarán los hechos ahora, al igual que solo unos pocos de nosotros abordamos la importancia de las admisiones del gobierno a fines de la década de 1990. Compilé y expliqué los hallazgos de las investigaciones de la CIA/Justicia en mi libro de 1999, "Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth”.


"Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth", Robert Parry, 1999.

Caso Contra-Cocaína

Lost History, que tomó su nombre de una serie en este sitio web, también describe cómo la historia Contra - cocaína llegó al público por primera vez en una historia que Brian Barger y yo escribimos para Associated Press en diciembre de 1985. Aunque los grandes periódicos se burlaron con despreció de nuestro descubrimiento, el Senador John Kerry siguió nuestra historia con su propia investigación innovadora. Por sus esfuerzos, Kerry también se encontró con el ridículo de los medios. Newsweek calificó al senador de Massachusetts como un “aficionado a las conspiraciones lujuriosas”. 

Entonces, cuando Gary Webb revivió el tema de la Contra-cocaína en agosto de 1996 con una serie de tres partes de 20.000 palabras titulada "Dark Alliance", los editores de los principales periódicos ya tenían un poderoso interés propio para abofetear una historia que habían menospreciado por la década pasada.

El desafío a sus juicios anteriores fue doblemente doloroso porque el sofisticado sitio web del Mercury-News aseguró que la serie de Webb causara un gran revuelo en Internet, que estaba emergiendo como una amenaza para los medios de comunicación tradicionales. Además, la comunidad afroamericana estaba furiosa ante la posibilidad de que las políticas del gobierno de EE. UU. hubieran contribuido a la epidemia de crack y cocaína.

En otras palabras, los editores masculinos, en su mayoría blancos, de los principales periódicos vieron su preeminencia cuestionadas al juzgar las noticias por un periódico regional advenedizo, por Internet y ciudadanos estadounidenses comunes que también eran negros. Entonces, aunque la CIA estaba preparada para llevar a cabo una investigación relativamente exhaustiva y honesta, los principales periódicos parecían más ansiosos por proteger su reputación y su territorio.

Sin duda, la serie de Webb tuvo sus limitaciones. Rastreó principalmente una red de Contra-traficantes de cocaína en la costa oeste desde principios hasta mediados de la década de 1980. Webb relacionó esa cocaína con una red de producción de “crack” temprana que abastecía a las pandillas callejeras de Los Ángeles, los Crips y los Bloods, lo que llevó a la conclusión de Webb de que la Contra-cocaína alimentó la epidemia de crack que devastó Los Ángeles y otras ciudades de EE. UU.


Gary Webb, fotografía de Foto Scott J. Ferrell (Congressional Quarterly Getty Images)

Contraataque

Cuando los líderes negros comenzaron a exigir una investigación completa de estos cargos, los medios de Washington se unieron al establecimiento político para dar vueltas a los vagones. Le tocó al Washington Times derechista del reverendo Sun Myung Moon comenzar el contraataque contra la serie de Webb. The Washington Times recurrió a algunos ex funcionarios de la CIA, que participaron en la guerra de los Contras, para refutar los cargos de drogas.

Pero, en un patrón que se repetiría en otros temas en los años siguientes, el Washington Post y otros periódicos principales rápidamente se alinearon detrás de los medios de comunicación conservadores. El 4 de octubre de 1996, el Washington Post publicó un artículo de primera plana derribando la historia de Webb.

El enfoque del Post fue doble: primero, presentó las acusaciones contra la cocaína como noticias viejas —“incluso el personal de la CIA testificó ante el Congreso que sabían que esas operaciones encubiertas involucraban a traficantes de drogas”, informó el Post— y segundo, el Post minimizó la importancia de el único canal de contrabando que Webb había destacado, que no había “jugado un papel importante en el surgimiento del crack”. Un artículo de la barra lateral del Post descartó a los afroamericanos como propensos a los "temor de conspiración".

Pronto, el New York Times y Los Angeles Times se sumaron a la acumulación de Gary Webb. Los grandes periódicos dieron gran importancia a las revisiones internas de la CIA en 1987 y 1988 que supuestamente absolvieron a la agencia de espionaje de cualquier papel en el contrabando de cocaína.

Pero el encubrimiento de una década de la CIA comenzó a resquebrajarse el 24 de octubre de 1996, cuando el inspector general Hitz de la CIA admitió ante el Comité de Inteligencia del Senado que la primera investigación de la CIA había durado solo 12 días, la segunda solo tres días. Prometió una revisión más exhaustiva.

Burlándose de Webb

Mientras tanto, sin embargo, Gary Webb se convirtió en el blanco de las burlas de los medios. El influyente crítico de medios del Post, Howard Kurtz, se burló de Webb por decir en una propuesta de libro que exploraría la posibilidad de que la guerra de los Contras fuera principalmente un negocio para sus participantes. (“Oliver Stone, revisa tu correo de voz”, se rió Kurtz. Washington Post, 28 de octubre de 1996)

Sin embargo, la sospecha de Webb no era infundada. De hecho, el emisario del asistente de la Casa Blanca, Oliver North, Rob Owen, había señalado lo mismo una década antes, en un mensaje del 17 de marzo de 1986 sobre el liderazgo de la Contra. “Pocos de los llamados líderes del movimiento... realmente se preocupan por los muchachos en el campo”, escribió Owen: “ESTA GUERRA SE HA CONVERTIDO EN UN NEGOCIO PARA MUCHOS DE ELLOS”. (Mayúsculas en el original).


El Teniente Coronel Oliver North, En julio de 1987 tuvo que testificar ante un comité de investigación del Congreso de los Estados Unidos, en el interrogatorio admitió haber mentido al Congreso. Defendió sus acciones diciendo que creía poder ayudar a la Contra nicaragüense, a quienes veía como luchadores por la libertad, y que pensaba que la operación ilegal era una "buena idea".


Sin embargo, la picota de Gary Webb estaba en serio. El ridículo también tuvo un efecto predecible en los ejecutivos de Mercury-News. A principios de 1997, el editor ejecutivo Jerry Ceppos estaba en retirada.

El 11 de mayo de 1997, Ceppos publicó una columna de primera plana que decía que la serie "no cumplió con mis estándares". Criticó las historias porque "implicaban fuertemente el conocimiento de la CIA" de las conexiones de los Contras con los traficantes de drogas estadounidenses que fabricaban crack-cocaína. “No teníamos pruebas de que altos funcionarios de la CIA supieran de la relación”.

Los grandes periódicos celebraron la retirada de Ceppos como una reivindicación de su propio rechazo a las historias contra la cocaína. Luego, Ceppos desconectó la continua investigación contra la cocaína del Mercury-News y reasignó a Webb a una pequeña oficina en Cupertino, California, lejos de su familia. Webb renunció al periódico en desgracia.

Por socavar a Webb y a los otros reporteros que trabajaban en la investigación de los Contras, Ceppos fue elogiado por la American Journalism Review y recibió el premio nacional de ética en el periodismo de 1997 de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Mientras Ceppos ganaba elogios, Webb vio colapsar su carrera y romper su matrimonio.

Avance de sondas

Aun así, Gary Webb había puesto en marcha investigaciones internas del gobierno que sacarían a la superficie hechos largamente ocultos sobre cómo la administración Reagan-Bush había llevado a cabo la guerra de los Contras. La línea defensiva de la CIA contra las acusaciones contra la cocaína comenzó a romperse cuando la agencia de espionaje publicó el Volumen Uno de los hallazgos de Hitz, el 29 de enero de 1998.

A pesar de un comunicado de prensa en gran parte exculpatorio, el Volumen Uno de Hitz admitió que muchas de las acusaciones de Webb no solo eran ciertas, sino que en realidad subestimó la gravedad de los delitos contra las drogas y el conocimiento de la CIA. Hitz reconoció que los contrabandistas de cocaína desempeñaron un papel inicial significativo en el movimiento contrarrevolucionario nicaragüense y que la CIA intervino para bloquear una investigación federal de 1984 que amenazaba la imagen sobre una red de narcotraficantes con sede en San Francisco con presuntos vínculos con los contrarrevolucionarios. (consulte Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth” de Robert Parry)

El 7 de mayo de 1998, otra revelación de la investigación del gobierno sacudió las debilitadas defensas de la CIA. La representante Maxine Waters, demócrata de California, introdujo en el Registro del Congreso una carta de entendimiento del 11 de febrero de 1982 entre la CIA y el Departamento de Justicia. La carta, que había sido solicitada por el director de la CIA, William Casey, liberó a la CIA de los requisitos legales de que debe informar el contrabando de drogas por parte de los activos de la CIA, una disposición que cubría tanto a los contras nicaragüenses como a los rebeldes afganos que luchaban contra un régimen apoyado por los soviéticos en Afganistán. 


Jefes de la CONTRA-Nicaragüense, izquierda Adolfo Calero Portocarrero, hombre de negocios y político. En el medio Enrique Bermúdez Varela, un ex militar conocido como "Comandante 3-80" (un tipo despiadado). A la derecha, un comandante que usa un parche de las tropas aerotransportadas del US Army.


Informe de Justicia

Se abrió otra grieta en el muro defensivo cuando el Departamento de Justicia publicó un informe de su inspector general, Michael Bromwich. Dado el clima hostil que rodea la serie de Webb, el informe de Bromwich comenzó con críticas a Webb. Pero, al igual que el Volumen Uno de la CIA, el contenido reveló nuevos detalles sobre las irregularidades del gobierno.

Según la evidencia citada por el informe, la administración Reagan-Bush sabía casi desde el comienzo de la guerra de la Contra que los traficantes de cocaína permeaban la operación paramilitar. La administración tampoco hizo casi nada para exponer o detener las actividades delictivas. El informe reveló ejemplo tras ejemplo de pistas no seguidas, testigos corroborados menospreciados, investigaciones oficiales de las fuerzas del orden público saboteadas e incluso la CIA facilitando el trabajo de los narcotraficantes.

El informe Bromwich mostró que los contras y sus partidarios realizaron varias operaciones paralelas de contrabando de drogas, no solo la que está en el centro de la serie de Webb. El informe también encontró que la CIA compartió poca información sobre las drogas de los contras con las agencias policiales y en tres ocasiones interrumpió las investigaciones de tráfico de cocaína que amenazaban a los contras.

Aunque representa una operación antidrogas más extendida de lo que Webb había entendido, el informe de la Justicia también proporcionó una corroboración importante sobre un narcotraficante nicaragüense, Norwin Meneses, quien fue una figura clave en la serie de Webb. Bromwich citó a informantes del gobierno estadounidense que proporcionaron información detallada sobre la operación de Meneses y su ayuda financiera a los contras.

Por ejemplo, Renato Peña, un mensajero de dinero y drogas de Meneses, dijo que a principios de la década de 1980, la CIA permitió que los contras trajeran drogas a Estados Unidos, las vendieran y se quedaran con las ganancias. Peña, quien también fue el representante del norte de California para el ejército contrarrevolucionario FDN respaldado por la CIA, dijo que el narcotráfico fue impuesto a los contrarrevolucionarios debido a los niveles inadecuados de asistencia del gobierno estadounidense.

El informe de la Justicia también reveló ejemplos repetidos de la CIA y las embajadas de EE. UU. en América Central desalentando las investigaciones de la DEA, incluida una sobre presuntos envíos de Contra-cocaína que se movían a través del aeropuerto de El Salvador. En una conclusión discreta, el inspector general Bromwich escribió: “No tenemos ninguna duda de que la CIA y la embajada de EE. UU. no estaban ansiosas por que la DEA siguiera con su investigación en el aeropuerto”.



Volumen dos de la CIA

A pesar de las notables admisiones en el cuerpo de estos informes, los grandes periódicos no mostraron inclinación a leer más allá de los comunicados de prensa y los resúmenes ejecutivos. Para el otoño de 1998, el Washington Post estaba obsesionado con el escándalo sexual de Monica Lewinsky, lo que facilitó ignorar revelaciones aún más sorprendentes en el Volumen Dos de la CIA.

En el Volumen Dos, publicado el 8 de octubre de 1998, el Inspector General de la CIA Hitz identificó a más de 50 contras y entidades relacionadas con contras implicadas en el tráfico de drogas. También detalló cómo la administración Reagan-Bush había protegido estas operaciones de drogas y frustrado las investigaciones federales, que habían amenazado con exponer los crímenes a mediados de la década de 1980. Hitz incluso publicó evidencia de que el tráfico de drogas y el lavado de dinero se rastrearon hasta el Consejo de Seguridad Nacional de Reagan, donde Oliver North supervisó las operaciones de la Contra.

Hitz también reveló que la CIA colocó a un reconocido lavador de dinero de las drogas a cargo de los contras del Frente Sur en Costa Rica. Además, según la evidencia de Hitz, el segundo al mando de la contra en el Frente Norte de Honduras se habría fugado de una cárcel colombiana donde cumplía condena por narcotráfico.

En el volumen dos, la defensa de la CIA contra la serie de Webb se había reducido a una diminuta hoja de parra: que la CIA no conspiró con los contras para recaudar dinero a través del tráfico de cocaína. Pero Hitz dejó en claro que la guerra de los contras tenía prioridad sobre la aplicación de la ley y que la CIA ocultó evidencia de los crímenes de la Contra al Departamento de Justicia, al Congreso e incluso a la propia división analítica de la CIA.

Hitz encontró en los archivos de la CIA evidencia de que la agencia de espionaje sabía desde los primeros días de la guerra Contra que sus nuevos clientes estaban involucrados en el tráfico de cocaína. Según un cable de septiembre de 1981 a la sede de la CIA, uno de los primeros grupos de la Contra, conocido como ADREN, había decidido utilizar el narcotráfico como mecanismo de financiación. Dos miembros de ADREN hicieron la primera entrega de drogas a Miami en julio de 1981, informó el cable de la CIA.

Los líderes de ADREN incluían a Enrique Bermúdez, quien emergió como el máximo comandante militar de la Contra en la década de 1980. La serie de Webb había identificado a Bermúdez como quien dio luz verde a la recaudación de fondos del narcotraficante Meneses. El informe de Hitz agregó que la CIA tenía otro testigo nicaragüense que implicaron a Bermúdez en el narcotráfico en 1988.


Dos magistrales caricaturas del artista estadounidense Robert "Robbie" Conal, datan de 1988, Conal es conocido por sus representaciones grotescas y retorcidas de figuras políticas estadounidenses, suele distribuir su arte en carteles durante la noche usando su "ejército de carteles guerrilleros voluntarios" (cita de Wiki)


Prioridades

Además de rastrear la evidencia del narcotráfico a lo largo de la década de guerra de la Contra, el inspector general entrevistó a altos funcionarios de la CIA que reconocieron que estaban al tanto del problema de las drogas, pero que no querían que su exposición socavara la lucha de la organización para derrocar al  gobierno sandinista de izquierda.

Según Hitz, la CIA tenía “una prioridad primordial: derrocar al gobierno sandinista. … (Los oficiales de la CIA) estaban decididos a que las diversas dificultades que encontraron no impidieran la implementación efectiva del programa Contra”. Un oficial de campo de la CIA explicó: “El objetivo era hacer el trabajo, obtener el apoyo y ganar la guerra”.

Hitz también relató las quejas de los analistas de la CIA de que los oficiales de operaciones de la CIA que manejaban la guerra de la Contra ocultaron evidencia de la Contra en el tráfico de drogas incluso a la división analítica de la CIA. Debido a la evidencia oculta, los analistas de la CIA concluyeron incorrectamente a mediados de la década de 1980 que “solo un puñado de contras podría haber estado involucrado en el tráfico de drogas”. Esa evaluación falsa se transmitió al Congreso y a las principales organizaciones de noticias, lo que sirvió como base importante para denunciar a Gary Webb y su serie en 1996.


Aunque el informe de Hitz fue una extraordinaria admisión de culpabilidad institucional por parte de la CIA, pasó casi desapercibido para los grandes periódicos.


Dos días después de que se publicara el informe de Hitz en el sitio de Internet de la CIA, el New York Times publicó un breve artículo en el que continuaba ridiculizando el trabajo de Webb, aunque reconocía que el problema de las drogas de hecho podría haber sido peor de lo que se pensaba anteriormente. Varias semanas después, el Washington Post intervino con un artículo igualmente superficial. Los Angeles Times nunca publicó una historia sobre el lanzamiento del Volumen Dos de la CIA.

Consecuencias

Hasta el día de hoy, ningún editor o reportero que se haya perdido la historia contra las drogas ha sido castigado por su negligencia. De hecho, muchos de ellos ahora son altos ejecutivos en sus organizaciones de noticias. Por otro lado, la carrera de Gary Webb nunca se recuperó.

Sin embargo, a la muerte de Webb, cabe señalar que su gran regalo a la historia estadounidense fue que él, junto con ciudadanos afroamericanos enojados, obligaron al gobierno a admitir algunos de los peores crímenes jamás tolerados por cualquier administración estadounidense: la protección de las drogas, el contrabando a los Estados Unidos como parte de una guerra encubierta contra un país, Nicaragua, que no representaba una amenaza real para los estadounidenses.

La verdad fue fea. Ciertamente, las principales organizaciones de noticias habrían sido objeto de críticas si hubieran hecho su trabajo y presentado esta preocupante historia al pueblo estadounidense. Los defensores conservadores de Ronald Reagan y George H.W. Bush seguramente habrían aullado en señal de protesta.

Pero la verdadera tragedia del regalo histórico de Webb, y de su vida truncada, es que debido a la insensibilidad y la cobardía de los principales medios de comunicación, este oscuro capítulo de la era Reagan-Bush sigue siendo en gran parte desconocido para el pueblo estadounidense.


Robert Parry 

Consortium News

También reproducido por Global Research Canadá (dic/2022)


* Nota final adicionada por el editor del blog:

The New York Times, en su edición del 2 de octubre de 2014 publicó el artículo: "Resurrección de un reportero deshonrado" (Resurrecting a Disgraced Reporter, original en inglés). Afirma que Webb, en desgracia, fue expulsado del periodismo y se suicidó en 2004, aunque el NYT intenta rehabilitar el nombre del perseguido periodista, insiste en que su investigación, "Dark Alliance", era "profundamente defectuosa". La nota de prensa del NYT se centra en la película "Kill the Messenger” estrenada el 10 de octubre de 2014, cuya trama obviamente trata sobre las denuncias de Gary Webb. Dice el NYT que Webb "escribió más allá de lo que sabía, pero la película sugiere que dijo una verdad que otros no estaban dispuestos a decir. A veces, cuando David se enfrenta a Goliat, es David quien acaba siendo derrotado"...

 

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