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27 enero 2023

La rivalidad política de Hitler con Ludendorff


 

Ascenso del nazismo en la Alemania de entreguerras


por Shane Quinn

Investigación Global

Todo el material gráfico es adicionado por el editor de este blog


Introducción del editor del blog

El General Ludendorff y Hitler eran ya socios en la mediata posguerra (inicios de la década de 1920) y juntos marcharon en el "Beer Hall Putsch" (Golpe de la Cervecería 1923) para derrocar a la República de Weimar. Ludendorff, Hitler y otros nazis estuvieron a la cabeza de las unidades paramilitares, la policía respondió a tiros, misma respuesta nazi, disparos contra la policía, 16 muertes en filas nazis y cuatro víctimas entre los policías. Los fascistas huyeron.

El historiador estadounidense y corresponsal de guerra William L. Shirer relata que: “Ludendorff no se arrojó al suelo. Erguido y orgulloso en la mejor tradición militar, con su ayudante el mayor Streck a su lado, marchó tranquilamente entre las bocas de los rifles de la policía hasta llegar a Odeonsplatz. Debe haber parecido una figura extraña y solitaria. Ningún nazi lo siguió. Ni siquiera el líder supremo, Adolf Hitler”. (William L. Shirer, The Rise and Fall of the Third Reich: A History of Nazi Germany. Fawcett Crest Book, 1968  p. 74)


El General Erich Ludendorff junto a Adolf Hitler. A la derecha, una edición del célebre libro de Will Brownell, Denise Drace Brownell y Alex Rovi: "The First Nazi. Erich Ludendorff, the man who made Hitler possible". Counterpoint (Berkeley, CA - USA), 2016.


Apenas seis años atrás, de facto, Erich Ludendorff fue el dictador de Alemania durante la Primera Guerra Mundial, el autócrata militar gobernaba gran parte de Europa y estuvo muy cerca de ganar la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial) contra todo pronóstico, debido, en gran parte, a su excepcional talento militar. En el otoño de 1916 Ludendorff había acumulado prácticamente todo el poder real de Alemania, el Kaiser Wilhelm II era simplemente una figura ceremonial.

Ludendorff durante la Gran Guerra destacó además como un brillante administrador, dicen que más ambicioso que Napoleón, soñaba con colonizar el Este europeo y apostaba por sacar todo el provecho de los territorios ocupados, administrándolos con mano despiadada. Habló sin tapujos sobre "una Patria mayor y de adquisiciones territoriales que compensen al pueblo alemán por sus sacrificios. Si Alemania hace la paz sin lucro, Alemania ha perdido la guerra", afirmó. 

Ludendorff codiciaba apoderarse de las profundidades de Europa del Este, estaba decidido a conquistar una gran masa territorial del Imperio Ruso,  desde el Báltico hasta el Mar Negro, tierras fértiles y ricas en recursos naturales. La misma política militarista seguida por Hitler dos décadas después.

Sin duda Ludendorff humilló al Imperio del Zar de Rusia y luego a los bolcheviques, a quienes aborrecía más. Por esa razón fue su decisión, acatada por los políticos, la de conceder a Finlandia, Polonia y Ucrania su independencia, que formaban parte del Imperio Ruso. Estonia y Letonia fueron ocupadas por el ejército alemán, entre otros cambios territoriales. Sin embargo, a pesar de esos logros Alemania perdió la guerra.

En la posguerra Erich Ludendorff participó en el conocido Putsch de Kapp (golpe de estado contra la República de Weimar) del 13 al 17 de marzo de 1920 para establecer un gobierno autocrático. Ese golpe gozaba del apoyo de una parte del Reichswehr, monárquicos y facciones nacionalistas, pero fracasaron. Y, como es de conocimiento, el general Ludendorff no se quedaría quieto, fue parte de otra intentona golpista derechista respaldando a los nazis en noviembre de 1923, otro fracaso de la extrema derecha alemana. 

Sobre este último capítulo y la relación entre Ludendorff y Hitler, el periodista e historiador Shane Quinn nos brinda sus reflexiones. 

Buena lectura.

T. Andino


*****

Retratos del General Erich Ludendorff


El general Erich Ludendorff, gobernante militar del imperio alemán durante la segunda mitad de la Primera Guerra Mundial (1916-18), hizo un fatídico intento en la primavera de 1925 de recuperar la dictadura de Alemania participando en las elecciones presidenciales. 


La elección tuvo lugar en ese momento debido a la muerte el 28 de febrero de 1925 del presidente Friedrich Ebert, del Partido Socialdemócrata de izquierda, que había sido el líder alemán durante 6 años al frente del gobierno de Weimar. La salud de Ebert se quebró, en parte, por los continuos ataques verbales que tuvo que soportar por parte de la derecha radical de Alemania.

No hay duda de que la intención de Ludendorff era retomar el poder supremo en Alemania, reconstruir el ejército y luego embarcarse en una guerra de conquista en todo el continente europeo para reafirmar el dominio alemán. Sentía un severo desprecio por la socialdemocracia y la República de Weimar. Desde 1919, Ludendorff dijo repetidamente que "nunca debería haberme dejado despedir" por el Kaiser Wilhelm II al final de la Primera Guerra Mundial, y que su deseo era "volver al poder". (Donald J. Goodspeed, Ludendorff: Soldier: Dictator: Revolutionary (Hart-Davis, 1 de enero de 1966, p. 280

El intento de Ludendorff de recuperar la dictadura fue un evento importante en la historia alemana de entreguerras. Si falla y falla espectacularmente, lo eliminaría como el principal rival de Adolf Hitler para la extrema derecha en Alemania, al tiempo que reforzaría la posición de Hitler dentro del Partido Nazi. El propio Hitler animaba activamente a Ludendorff a postularse para la presidencia en 1925, como candidato del Partido Nazi. Ludendorff ya había sido elegido para el parlamento alemán (Reichstag) en diciembre de 1924 como miembro del parlamento (MP) nazi por Baviera, el estado más grande de Alemania en el sur del país.


Una fotografía datada en agosto de 1927 durante el Congreso anual del partido nazi en Nuremberg

En marzo de 1925, poco antes de las elecciones presidenciales, Ludendorff dijo:


“Acabo de tener una discusión ansiosa con Hitler” y “hemos llegado a la conclusión de que debo presentarme como el candidato de los nacionalsocialistas (nazis). Hitler está convencido de que hay que correr el riesgo... Hitler sabe perfectamente que aunque tiene muchos seguidores en Baviera, puede contar con muy pocos votos en el norte de Alemania y el este de Berlín. Por otro lado, el nombre de Ludendorff es muy conocido y respetado en toda Alemania. En particular, los prusianos orientales y los silesios me han estado unidos por la gratitud y la devoción desde la guerra”. (Alexander Clifford, Hindenburg, Ludendorff and Hitler: Germany's Generals and the Rise of the Nazis, Pen and Sword Military, 14 de diciembre de 2021 pg. 109)


Sin que Ludendorff lo supiera, Hitler estaba jugando un juego astuto aquí, enteramente para su propio beneficio y con el objetivo final de tomar la dictadura. Hitler poseía instintos políticos mucho más astutos que la élite militar, y Ludendorff era demasiado temerario e impaciente para convertirse en político.

Alexander Clifford, un historiador que se enfoca en la historia europea de entreguerras, escribió: 

 

“Hitler concibió la campaña presidencial desde el principio como un método seguro para desacreditar a Ludendorff como un rival de liderazgo. Muy consciente de las limitaciones políticas del general... Hitler calculó que una tórrida derrota solo serviría para empañar aún más la reputación de Ludendorff. Al presionar al general para que se presentara como un candidato simbólico, Hitler no perdió nada, pero un pésimo desempeño electoral serviría para alejar a más partidarios nazis de la idea de que Ludendorff era apto para un papel de liderazgo en el partido”. (Alexander Clifford, pg. 108)


Como lo previsto, resultaría ser un pésimo desempeño electoral. De varios candidatos para las elecciones presidenciales de 1925, Ludendorff terminó cómodamente en la última posición. Obtuvo unos míseros 285.793 votos, menos del 1,1% del total nacional. Por ejemplo, el candidato del Partido Comunista de Alemania, Ernst Thälmann, atrajo casi dos millones de votos, más de seis veces más que Ludendorff.

La humillación para Ludendorff se profundizó por el hecho de que su colega cercano del ejército, el mariscal de campo Paul von Hindenburg, ganó la presidencia como independiente de derecha, reuniendo más de 14 millones de votos. Hindenburg, de 77 años, le había suplicado a Ludendorff que no participara en las elecciones, advirtiéndole cuál sería el resultado. Sin embargo, Ludendorff siguió su propio camino (Goodspeed, Ludendorff, pág. 305)

Es irónico que Hindenburg superara a Ludendorff en el ámbito político, cuando en la esfera militar Hindenburg poseía mucha menos habilidad militar que el más agresivo e inteligente Ludendorff, un hecho del que el público alemán no era consciente. Después de que el Kaiser conociera a Hindenburg, dijo que lo sentía como "de madera y sin imaginación", y describió a Ludendorff como "el sargento mayor". (Goodspeed, pág. 188)


Hindenburg, Kaiser Wilhelm II y Ludendorff, enero de 1917 (foto colorizada)


La gran reputación de Hindenburg entre el pueblo alemán se basaba en el mito y la leyenda: que el mariscal de campo había sido responsable de las victorias alemanas en la guerra, como las batallas de Tannenberg y los lagos de Masuria. En realidad, Hindenburg, como el Kaiser, fue una figura decorativa ceremonial durante la guerra. Puede que Hindenburg no fuera un genio militar, pero era una persona más estable y decente que Ludendorff. Según el general Otto von Lossow, comandante general de las tropas alemanas en Baviera en 1923, Ludendorff se había convertido en “un hombre salvaje” con “maldad en la cabeza”. (Goodspeed, pág. 297)

Hitler estaba encantado con el resultado de las elecciones presidenciales de 1925. Se regodeaba en privado de que Ludendorff estaba "finalmente acabado" como su rival político. De Ludendorff, Hitler le dijo a su fiel seguidor Rudolf Hess:


“Me gustaría que su nombre desapareciera si es posible del movimiento (Partido Nazi) porque me hace más difícil ganar a los trabajadores”. Hitler creía que Ludendorff era estrictamente un líder militar, no político, y quería "solo verdaderos nacionalsocialistas" cerca de la cima del Partido Nazi. (Clifford, pág. 106)


La debacle política del general fue un paso adelante considerable para Hitler; pero Ludendorff en realidad estaba acabado como fuerza en Alemania desde 1923, cuando comenzó a asociarse con los nazis en las calles de Munich, la capital de Baviera. Hacerlo destruyó cualquier popularidad que Ludendorff aún disfrutara entre el público alemán, lo que se reflejó en la votación presidencial.

Sin embargo, Ludendorff se vio obstaculizado en su campaña por la presidencia debido a que el propio Partido Nazi apenas tenía dinero en 1925. Algunos funcionarios nazis dijeron que la campaña electoral era un método para desacreditar a Ludendorff. El general tampoco apareció muy a menudo en público, ni pronunció ningún discurso en la preparación de la votación. Ludendorff también había estado perdiendo seguidores en la derecha, debido a sus condenas del catolicismo romano de principios de la década de 1920, al que culpaba de difundir el pensamiento internacional y pacifista en Alemania, y que consideraba un factor en la derrota de su país en la Primera Guerra Mundial. (Clifford, pág. 109

Los pocos nazis influyentes que apoyaron a Ludendorff en su candidatura presidencial, como Ernst Röhm, se inclinaron hacia Hitler tras el resultado de la votación. Como Ludendorff no era una amenaza, Hitler ya no tenía un rival serio en la extrema derecha. (Richard J. Evans, The Coming of the Third Reich,Penguin Putnam Inc., 25 de enero de 2005, p. 202)


Algunos ejemplares de diferentes editoriales y autores sobre el General Ludendorff

Tal vez haya una desgracia subyacente en la desaparición política de Ludendorff. Porque si hubiera reclamado la autocracia alemana, muy probablemente habría impedido el ascenso de Hitler al poder. En 1924 y 1925, la relación anteriormente cálida entre Ludendorff y Hitler se estaba volviendo más fría; y en caso de retomar el poder, Ludendorff, un general, bien podría no haber estado dispuesto a entregar las riendas a Hitler, un cabo.

Parece poco probable que si Ludendorff hubiera recuperado el poder a mediados de la década de 1920, o más tarde, hubiera procedido a hacer lo que hizo Hitler: desatar el genocidio contra las poblaciones judía y gitana de Europa. Los fanáticos más jóvenes que emergen suelen ser peores que sus mayores, una perogrullada que ha resistido el paso del tiempo.

Nacido en 1865, un cuarto de siglo antes que Hitler, Ludendorff pertenecía a una generación anterior de alemanes cuyos años de formación ocurrieron durante los años felices y generalmente prósperos de la cancillería de Otto von Bismarck (1871-1890); cuando Alemania era la nación dominante en Europa continental, lo que siguió siendo hasta el estallido de la guerra en 1914. Si las intenciones de Ludendorff hubieran resultado ser tan malas como las de Hitler, y nuevamente es dudoso, el general probablemente se habría abstenido en cualquier caso de cometer genocidio, por la continua influencia de figuras moderadas como Hindenburg en Alemania.

Ludendorff fue ciertamente un antisemita virulento como lo muestra un artículo que escribió en 1922, donde lamentaba “la fuerte intrusión del pueblo judío dentro de nuestras fronteras”, e insinuaba su expulsión de Alemania (Erich Ludendorff, “General Ludendorff, Sobre la superación de las consecuencias de la guerra perdida 1922"). Un censo de 1925 destacó que la población de judíos alemanes ascendía a 564.973, menos del 1% de la población alemana total registrada ese año. (Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, “Comunidades judías de la Alemania anterior a la guerra”,  Enciclopedia del Holocausto) 

Aunque los puntos de vista de Ludendorff son lo suficientemente maliciosos, Hitler dijo abiertamente en 1922 que cometería un genocidio contra toda la población judía de Alemania si llegara a ocupar un alto cargo. “Si alguna vez estoy realmente en el poder, la destrucción de los judíos será mi primer y más importante trabajo”, dijo Hitler, y para hacerlo tendría “horca tras horca erigida… tantas como el tráfico lo permita” hasta que “Alemania se limpia del último judío”. Estas palabras fueron anotadas por Josef Hell, un periodista alemán, que había preguntado a Hitler qué haría él “si alguna vez tuviera plena libertad de acción contra los judíos”. Los inquietantes comentarios de Hitler, que aparecen en la biografía del líder nazi escrita por John Toland, revelan que Hitler se había convertido en un monstruo incluso cuando era un joven de poco más de 30 años. (John Toland, Adolf Hitler: The Definitive Biography, Primera edición de Anchor Books, enero de 1992, págs. 155-156) 

De Alemania de ese momento, el filósofo y erudito Noam Chomsky dijo:


“Bueno, el mismo Goebbels escribió sobre cómo fue influenciado por el éxito de la propaganda comercial estadounidense. Era la década de 1920, principios de la de 1930. Lo convirtieron en un sistema altamente refinado, que fue muy efectivo. Ahora es bastante notable ver lo que sucedió en Alemania. Te remontas a la década de 1920. Alemania era el país más civilizado del mundo. Fue en el apogeo de la civilización occidental, y las artes y las ciencias, fue considerado un modelo de democracia por los politólogos. Eso era Alemania en la década de 1920. Diez años después, eran las profundidades absolutas de la historia humana (la Alemania nazi). Diez años después de eso, vuelves a convertirte en una sociedad civilizada. Es una ilustración bastante asombrosa de la capacidad de la propaganda organizada para cambiar totalmente a la población, de la más civilizada del mundo a la más degradada de la historia”. (Noam Chomsky, “Dr. Noam Chomsky analiza el nacimiento de la propaganda comercial estadounidense y el arte de fabricar consentimiento”, Propwatch.org,  13 de julio de 2022) 


Adolf Hitler, Erich Ludendorff y otros procesados en el juicio de Munich por el fallido intento de golpe de estado de noviembre de 1923. Curiosamente en la fotografía solo Frick (que sería ministro del interior del régimen nazi) y Hitler visten en traje civil. (Foto: Bundesarchiv Bild 102-00344A, München, nach Hitler-Ludendorff Prozess) (foto colorizada)


Tras la dimisión de Ludendorff como señor de la guerra de Alemania a finales de octubre de 1918, la única forma en que podría haber reclamado el poder era encabezando un golpe de Estado. Participó en dos golpes, el Kapp Putsch de 1920 y el Nazi Beer Hall Putsch de 1923, ambos fueron un fiasco y que Ludendorff realmente no había liderado.

Esos dos golpes, que tenían pocas posibilidades de éxito, se produjeron demasiado pronto después del final de la guerra. Los aliados occidentales, sobre todo Francia, nunca podrían haber tolerado un resurgimiento militarista en Alemania a principios o mediados de la década de 1920. El momento más adecuado para que Ludendorff hubiera instigado un golpe habría sido alrededor de 1930, cuando Francia era más débil y la situación internacional más favorable a un golpe de extrema derecha, ya que la Gran Depresión estaba golpeando duramente a Europa para entonces.

La ruptura total de Ludendorff con Hitler se produjo cuando el líder nazi se negó, por razones políticas, a unirse a las críticas de Ludendorff a la Iglesia Católica Romana. Ludendorff se volvió despreciativo de Hitler y escribió un panfleto en 1931 con el titular, "La traición de Hitler del pueblo alemán al Papa romano".

A estas alturas, Ludendorff se había peleado con casi todos. Se peleó con el príncipe heredero Rupprecht, un mariscal de campo y último heredero aparente del trono bávaro, debido a la creencia del príncipe heredero en el catolicismo romano y sus vínculos con la iglesia. Se peleó con otros miembros de la familia real y con generales alemanes que simpatizaban con el príncipe heredero y, como resultado, 37 generales firmaron un manifiesto que excluía a Ludendorff de sus asociaciones de oficiales. Se peleó con el destacado almirante Alfred von Tirpitz, llamando al partido político (Partido Popular Nacional Alemán) que apoyaba "una banda de renegados perjuros", y el almirante nunca volvió a hablar con Ludendorff. Se peleó con su esposa Margarethe y terminó divorciándose de ella en 1925.

También se peleó con Hindenburg. En el verano de 1925, Hindenburg, el nuevo presidente, le escribió a Ludendorff que ya no podía hacer el viaje para ver a este último en su casa de Ludwigshöhe, cerca de Múnich, debido a las responsabilidades que tenía como presidente. Ludendorff “espumó de rabia” por el rechazo y también se sintió profundamente dolido; a partir de entonces, habló de Hindenburg solo en un lenguaje amargo.

Ludendorff había insistido anteriormente: “Pase lo que pase, a los ojos del mundo, Hindenburg y yo siempre debemos estar juntos y ser y seguir siendo el modelo de la lealtad alemana y la unidad alemana”. Ahora esa unidad se rompió, lo que sirvió aún más a la causa de Hitler. (Clifford, pág. 133) 

A fines de agosto de 1927, cuando Ludendorff asistió a la dedicación del Tannenberg Memorial, creó una escena al negarse a pararse junto a Hindenburg. Enfurecido, Hindenburg se fue antes de que Ludendorff hablara en la ceremonia. Después de la dedicación, Ludendorff fue rechazado por todos sus antiguos colegas militares. Terminó saliendo solo y se dirigió a su automóvil. Ludendorff tampoco causó impresión en Berlín como diputado nazi. Contó como una figura solitaria en el parlamento y su mandato como diputado del Partido Nazi terminó en silencio en 1928. (Goodspeed, pág. 307)


Shane Quinn

Fuente original y Copyright © Investigación Global, 2023

22 enero 2023

Charlie Hebdo - Irán ¿Quién siembra odio?



por Tito Andino


Este artículo es una recopilación de una serie de tres artículos que pusimos a vuestra disposición en el ya lejano 2015, su título es elocuente: "De las viñetas de Mahoma 2005 a las viñetas de Charlie Hebdo 2015", el tema sigue siendo de actualidad. En recientes días el medio satírico "Charlie Hebdo" ha vuelto a dirigir sus polémicas caricaturas en contra de los fieles del Islam, en concreto, ahora la mira está puesta en el líder de la revolución iraní, "pura coincidencia" ya que EEUU/OTAN/Israel tienen mismo objetivo pero sin sátira, las armas apuntan a Irán si se opone con alguna represalia a la cacareada "libertad de expresión".

Los disturbios de organizaciones terroristas fuera de Irán son apoyados desde el exterior y tienen el propósito de derrocar a la República Islámica, el mundo entero sabe dónde se refugian los integrantes de esos grupos radicales y quienes los patrocinan, la tentativa fracasó. Por esta razón Estados Unidos, promotor del terrorismo que atribuye a Irán,  ahora vuelve a recurrir al campo de las sanciones e intenta con la Unión Europa declarar como organización terrorista al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el Parlamento Europeo se suma a ese esfuerzo acusándola de liderar la represión de las recientes protestas en Irán. 

Las potencias occidentales persisten en la ansiada búsqueda del “choque de civilizaciones”, una anterior fase del terrorismo islámico parece estar cediendo protagonismo al "terrorismo" iraní, con la diferencia que los iraníes son musulmanes chiíes y el resto sunníes (donde destacan los wahabíes sauditas, el salafismo y otros). Otra diferencia es que el terrorismo extremista sunní es controlado por los servicios secretos de Occidente.

El patrón o modus operandi de las conspiraciones criminales para socavar a las naciones soberanas en el mundo se rescriben con mucha frecuencia en el escenario internacional. Ese objetivo desde hace décadas permanece inalterable, incitar la violencia en las comunidades musulmanas diseminadas en Europa, dentro del gran escenario del proyecto “choque de civilizaciones”. Como consecuencia, hoy un nuevo "enemigo" islámico "amenaza" el mundo: Irán "desestabiliza" la región al oponerse a las imposiciones estadounidenses y de sus aliados, en especial Israel, por ello recurren a sutiles formas de manipulación y provocación armada. Burlándose de los líderes religiosos iraníes se intenta incitar una reacción violenta que será el ansiado pretexto para declarar una guerra a la República Islámica de Irán.



¿Recuerda a la revista satírica francesa "Charlie Hebdo"?... ¿No?. 

Aquí le refrescamos la memoria.

El trillado caso de las viñetas de Mahoma del año 2005 publicadas por el diario "Jyllands-Posten" de Dinamarca atrajo la atención mundial por unas caricaturas que buscaban provocar una gran campaña de incitación al odio contra los musulmanes y el anhelo de que éstos últimos reaccionen violentamente. 

En "Viñetas de Mahoma y Operación Gladio: Hermanos en Armas" (2007), Daniel Estulin, expresaba que "en septiembre del 2005, bajo apariencia de libertad de expresión, Jyllands-Posten, uno de los principales periódicos daneses publicó una docena de viñetas provocativas en contra de Islam hechas claramente para ofender a los musulmanes". Siempre los redactores detrás de las viñetas anteislámicas afirman ejercer su libertad de expresión. 

El creador de esas viñetas fue Flemming Rose, editor cultural de Jyllands-Posten, con lazos estrechos con los neoconservadores y la teoría del "choque de las civilizaciones" promovido por el Proyecto por el Nuevo Siglo Americano (PNAC), va de la mano con el concepto de “destrucción creativa”, también doctrina del movimiento neoconservador del filósofo Leo Strauss y sus adeptos discípulos como Donald Rumsfeld (anterior Secretario de Defensa), Dick Cheney (ex vicepresidente de EEUU), John Bolton (ex asesor de seguridad nacional), Richard Perle (ex subsecretario de defensa), Paul Wolfowitz (ex presidente del Banco Mundial), Benyamin Netanyahu (primer ministro israelí) y unos cuantos más. Son "la pandilla que clamó por un acontecimiento como Pearl Harbor para iniciar una guerra mundial contra el mundo musulmán".


Dinamarca 2005

Estulin recuerda que: "La famosa Estrategia de la Tensión tiene tres elementos integrantes, los grupos terroristas neo-fascistas, los servicios de inteligencia y la oligarquía financiera que, bajo condiciones necesarias de grave crisis económica, intenta establecer un permanente “estado de emergencia” administrado por un gobierno autoritario o, en el mejor de los casos, abiertamente fascista".  

Hay razones siniestras por las que el ex primer ministro danés, Anders Fogh Rasmuss y ex Secretario General de la OTAN, miembro del Club Bilderberg, rechazó disculparse según lo exigido por los gobiernos del mundo árabe y musulmán. 

¿Quién saca la máxima ventaja de los disturbios?, en América y Europa es norma periódica la necesidad de aplicar el "choque de civilizaciones" (Guerra Santa Cristiana) "aterrados" por la violencia que aumenta a lo largo del Oriente Medio convenciéndose que todos los musulmanes son fanáticos enloquecidos que solo entienden la ley de la fuerza militar aplastante de Occidente.

La incitación a la violencia, no se ha dado solo a través de horrorosas y obscenas viñetas. El cine también ha incursionado en el “choque de civilizaciones”, alimentando las brasas hirvientes, en septiembre del 2012 se desató otra oleada de protestas, está vez contra un video difundido en los Estados Unidos en que se denigra al Profeta Mahoma. La cólera fue sentida con fuerza en Pakistán y Afganistán. El film 'La inocencia de los musulmanes', fue un nuevo intento por prender fuego, el mismo título del film es ofensivo, no se diga el insulto y ridiculización del profeta, usando el término religioso, raya en la blasfemia (como comparación, en alguna ocasión Paquistán solicitó la misma pena por blasfemia que por negar el Holocausto).

Por favor, eso no es libertad de expresión! Eso no es otra cosa que provocación, incitación a la violencia, que es justamente el propósito oculto de quienes difunden esa propaganda.


Charlie Hebdo en acción 


Una mujer pasa junto a un cartel de Charlie Hebdo expuesto en un quiosco de Montpellier en enero de 2015, tras el ataque al semanario.

El 7 de febrero de 2007 comenzó en París el juicio contra el semanario satírico francés "Charlie Hebdo" por el llamado escándalo de las «caricaturas de Mahoma» (las caricaturas aparecen no solo en "Charlie Hebdo", pero este semanario satírico viene concentrándose, desde 2003 en la denuncia del "peligro" musulmán). Importantes personalidades comparecieron para ofrecer su testimonio a favor del laicismo y de la libertad de expresión. El “Charlie Hebdo” siguió obsesionado por una reacción más digna de ellos, también publicó "El manifiesto de los doce", denunciando el islamismo como el nuevo totalitarismo que se opone a la libertad de expresión. 

La provocación daría frutos... ¿Realmente esa provocación causó los acontecimientos de enero del 2015? Muchas hipótesis conducen a una manipulación de los servicios secretos. Las investigaciones “oficiales” nos han detallado como un  grupúsculo de fanáticos extremistas islámicos perpetraron la masacre en el semanario satírico. Pero, ¿realmente, actuaron por su propia iniciativa o fueron manipulados para tal cometido? ¿Por qué dibujos cuyo objetivo es ridiculizar una religión tratan de hacerlo vinculándola al terrorismo?

Francia enero 2015, la propaganda anti-musulmana desata una furia de protestas en Europa, la islamofobia vuelve a resurgir. El modus operandi es el mismo de las viñetas de Mahoma del 2005. Provocación pura!: “Je suis Charlie” corearon las masas histéricas, absortos por la repugnante desinformación de los medios e ignorando que son usados como cobayos humanos para provocar el conflicto




Una bloguera argentina, Ximena Krasnaya dijo sobre el caso del “Charlie Hebdo” que todo se trató de un grupo de idiotas -supuestos yihadistas adoctrinados- disparando a otros idiotas dibujantes de mal gusto del Charlie Hebdo.

 

Unos idiotas entran a la redacción de una revista y masacran a otros idiotas. Y el mundo entero los hace mártires y héroes. «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie) se ve aquí y allá. En el mundo entero llevan flores y condolencias a la embajada de Francia. También en Buenos Aires. Pero yo, «Je ne suis pas Charlie» (Yo no soy Charlie)….”

Escribe Ximena, naturalmente rechazando todo tipo de terrorismo:

Intolerancia no hay solo de parte de los idiotas que realizaron la masacre. Intolerancia también hubo de parte de Charlie Hebdo.... Sería importante que las personas comprendieran que los periodistas de Charlie Hebdo no son mártires de la libertad de expresión, sino provocadores. Estadounidenses y europeos aplauden a Charlie Hebdo por tener el "valor" de ridiculizar al profeta Mahoma y a los musulmanes… Llamemos las cosas por su nombre, ninguno de nosotros practicamos esa clase de humor deliberadamente ofensivo en que se especializa Charlie. ¿Entonces por qué decir que todos somos Charlie?”. 


La rápida muerte de los presuntos atacantes del “Charlie Hebdo” garantizó el silencio definitivo de los actores, más el método utilizado para los atentados demuestra un viejo patrón de procedimiento.

¿Alguna vez han reflexionado que muchos de esos extremistas wahabíes / takfiris / salafistas, "por casualidad" suelen tener contactos con todo tipo de servicios de seguridad occidentales? 


"Es como el Congreso del Ku Klux Klan en los EE.UU, de diez participantes, dos son idiotas y ocho son agentes federales de trabajo encubierto. Lo mismo se aplica a los grupos takfiris. Así que cuando los dos imbéciles hacen algo realmente malo, los ocho agentes federales se desvanecen "sin dejar rastro". ¿Y esto no tiene nada que ver con el Islam?. Por supuesto que no, solo tiene que ver con el estado profundo y la manipulación por parte de los agentes encubiertos, probablemente en todos los grupos terroristas en acción en el planeta.

La pregunta que realmente tiene más sentido es: ¿debe uno  temer a la mayoría de los musulmanes o debería temer a la mayoría de los servicios de seguridad occidentales que manipulan con cuidado al “loco” takfir? La verdad es que las mismas agencias de seguridad occidentales que controlan al takfir loco consiguen que todos nosotros odiemos a los musulmanes. ¿Cómo? Con el simple hecho de crear una atmósfera de caos social, el enfrentamiento entre civiles y hasta la guerra civil. Así, mientras que todos se ocupan en la búsqueda de "musulmanes malvados", las mismas agencias de seguridad occidentales pueden continuar su  obra...” (“Que desfilem. Zumbis decérebros esvaziados e hipócritas”.- Marcha Verde, 13 enero 2015).

 




Lo que nos lleve a otra pregunta: ¿Fue la masacre de París de enero del 2015 otro ataque de falsa bandera? Algo que comenté en mi artículo: "Masacre en París. Cosas “raras” de los justicieros yihadistas". Lo más intrigante es la velocidad de identificar a los presuntos autores materiales de la matanza. Y, es que, ya es el colmo, una y otra vez, reiteradamente, los fanáticos terroristas siempre, por una maldita coincidencia o, quizá no, tienen la “costumbre”  de “olvidar” sus pasaportes u otro documento de identidad en el lugar de los hechos o en los sitios a los que escapan. De allí a ser eliminados es juego de niños.

El diario estadounidense ‘McClatchy’ asegura que los atacantes del "Charlie Hebdo" fueron reclutados por el francés David Drugeon, que según el Pentágono era miembro de “Khorasan”, una presunta rama de al-Qaeda. La publicación americana va más allá, afirma que ese individuo fue integrante de los servicios secretos franceses. En ese mismo sentido, la cadena ‘Fox News’, el 6 de noviembre del 2015 lo reconfirma, pero siempre fue negado por las autoridades francesas. Manlio Dinucci, en el diario italiano ‘Il Manifesto’ ve los atentados de París como una manipulación orquestada por los servicios secretos occidentales.


Algo más sobre el semanario Charlie Hebdo




"Je suis Charlie" ("Yo soy Charlie") fue el eslogan de moda en 2015 para "defender" la libertad de expresión. Pero, ¿quién sabe qué es o a quién representa el semanario “Charlie Hebdo?. 

Red Voltaire nos aclara (enero 2015): 

“Oficialmente, el semanario francés Charlie Hebdo fue creado en 1992 por el periodista Philippe Val, los dibujantes Gébé y Cabu y el cantante Renaud. Lo que nunca se dice es que fue financiado en secreto por el entonces presidente de Francia Francois Mitterrand con sumas provenientes de los fondos secretos de la presidencia de la República.

Charlie Hebdo fue administrador de la Red Voltaire, de la que se retiró en 1997 por estar en desacuerdo con la asociación. El semanario satírico militaba entonces por la ilegalización del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) mientras que la Red Voltaire defendía el derecho de asociación del FN pero reclamaba la prohibición de su rama armada, conocida bajo las siglas DPS. Las relaciones empeoraron posteriormente cuando Charlie Hebdo atribuyó los atentados del 11 de septiembre de 2001 a al-Qaeda mientras que la Red Voltaire demostraba la inconsistencia de la versión oficial sobre esos hechos y acusaba a una facción del grupo de presión militar-industrial de Estados Unidos. Finalmente, en 2007, el director de Charlie Hebdo se acercaba al entonces presidente de Francia Nicolas Sarkozy mientras este último ordenaba la eliminación del presidente de la Red Voltaire (Thierry Meyssan), quien se vio obligado a exilarse”.


Es un acto hipócrita y cínico que con apoyo de la prensa comercial se considere a las personas sacrificadas en el "Charlie Hebdo" como emblemas combativos que defendían la libertad de prensa, es decir, intentando avalar el “derecho” a ofender a cualquier persona o creencia como lo hace el semanario.


Foto de archivo, Bagdad, abril 2007 

El director de "Charlie Hebdo", Philippe Val, en 1999 apoyó con una serie de editoriales y caricaturas la guerra de la OTAN contra Yugoslavia, comparó a Milosevic con Hitler. En 2011, se impuso la misma línea editorial cuando "Charlie Hebdo" –a pesar de que Philippe Val ya no estaba en la dirección– contribuyó a justificar la guerra de la OTAN contra Libia dibujando a Kadhafi como un feroz dictador que aplasta a su pueblo bajo su bota y que se baña en una tina llena de sangre. Misma línea editorial en 2012, sobre Siria cuando representó al presidente Assad como un cínico dictador que aplasta mujeres y niños bajo las esteras de sus tanques, "Charlie Hebdo" justifica la operación militar de Estados Unidos y la OTAN contra la República Árabe Siria.

Es falso que otros medios noticiosos franceses, en solidaridad con el semanario, hayan apoyado y financiado nuevas publicaciones después de los atentados de 2015, fue el gobierno francés quien inyectó los fondos para seguir echando leña al fuego, con la escalofriante cifra de siete millones de ejemplares ante la normal tirada de sesenta mil, el "Charlie Hebdo" volvió a elegir a Mahoma para su portada. 


Esto no tiene otra explicación, estamos ante la propaganda e incitación al odio, la prensa occidental está allanando el camino para convencer a la población que la guerra es la única solución. El “choque de civilizaciones” sigue siendo inevitable.




Y "Charlie" lo volvió a hacer en días recientes. La revista “satírica” francesa publicó unas caricaturas del Líder de la Revolución Islámica Iraní, ayatolá Seyed Ali Jamenei, ofensivas para los iraníes. Objetivo cumplido: Las caricaturas desataron una nueva crisis diplomática y manifestaciones en Irán frente a la embajada de Francia en Teherán.

Ya vimos que los editores de "Charlie Hebdo" fueron sacrificados en un brutal ataque terrorista, pero no se puede ocultar que esos mismos editores formaron y continúan siendo parte del discurso de odio. La antropóloga, Mayanthi L. Fernando, en su libro “The Republic Unsettled: Muslim French and the Contradictions of Secularism”, “asimetrías de la tolerancia”, señala que "el liberalismo puede rechazar prácticas consideradas como ajenas en base a una supuesta comunidad que comparte ciertos valores morales"; por otro lado, si los musulmanes rechazan las caricaturas de "Charlie Hebdo", son acusados de falta de objetividad, y reconstruidos como sujetos aún por civilizar o no suficientemente civilizados. Si el sujeto musulmán insiste en continuar criticando las caricaturas, se le construye como “extremista”, “violento” o con “simpatías terroristas”. Estos elementos discursivos disciplinarios no se quedan en puro lenguaje. Este lenguaje sirve para desatar procesos de racialización mediante los cuales esos musulmanes considerados como “extremistas” son identificados y castigados -desde el “simple” control y monitorización de lugares de culto, al encarcelamiento, la tortura y la muerte-".

Por otro lado, el periodista Xavier Villar (Hispantv) concuerda que "Charlie Hebdo" es parte de un entramado político conocido como islamofobia. "Charlie Hebdo mantiene, mediante su supuesta sátira, el modelo hegemónico social. Para que fuese una auténtica sátira, el humor debería ir de abajo-arriba y no de arriba-abajo. Este último -los chistes y caricaturas sobre negros, musulmanes y otras minorías-, solo hace gracia a quienes se encuentran en situación de privilegio. Charlie Hebdo mantiene todo el sistema de opresión racial contra los musulmanes porque es parte del mismo sistema discursivo".

Respetar a "Charlie Hebdo" en nombre del valor supremo de la “libertad de expresión” debe ser entendido desde ese discurso que identifica a los musulmanes como intolerantes y los construye como población desechable, concluye Villar.


Odio sembrado



El caso del “Charlie Hebdo” 2015 logró cultivar parte de la siembra de odio en la población de Occidente, la gente expresó su rechazo a todos los males que se achaca al Islam. Las potencias imperialistas justificaron ante sus ciudadanos las razones para sus proyectadas guerras. El pueblo está literalmente lavado el cerebro para que las guerras de aniquilación cultural que se siguen dando sean aceptadas como un mal menor en defensa de la “civilización”

Luego de los trágicos acontecimientos de París (enero 2015) la población gala se movilizó espontáneamente ante el llamamiento a protestar contra los asesinatos, dicha convocatoria vino como anillo al dedo a la ya delicada política exterior francesa y del mundo occidental alineado en la OTAN-Israel. Dadas las circunstancias, sería digno señalar que una actitud de ese tipo es loable y deseable para los estamentos sociales cansados de la violencia y radicalización extremista, sea de izquierda o de derecha, sea de corte religioso fundamentalista o simplemente por intereses político económicos.

Lamentablemente la realidad es otra, la marcha de millares de ciudadanos franceses fue aprovechada para continuar con el programa de la élite globalizadora. Que gran oportunidad para resaltar los valores de la democracia, la libertad de expresión, la libertad de culto, la  igualdad y la fraternidad ¡ Nada más lejos de la verdad. En nombre de esos principios se dio un paso adelante para la consolidación de sus planes de dominio global económico mediante el sometimiento de las naciones que se oponen a su política. Por ejemplo: Nicolás Sarkozy, ex presidente de Francia, fue uno de los promotores de utilizar a las organizaciones yihadistas para destruir Libia. Posteriormente éste caballero describió el atentado en París como "guerra declarada contra la civilización, cuya responsabilidad es defender". 

En aras de la “libertad de expresión” nos acostumbramos a nuevas intervenciones bélicas en Medio Oriente para combatir el "terrorismo" (auspiciado por los mismos líderes de Occidente). Miles de millones de dólares siguen fluyendo a manos de grupos fundamentalistas como Daesh y todas las organizaciones que asolan Siria e Irak, miles de toneladas de armas de todo tipo han llegado a los yihadistas provenientes de los países representados en la OTAN. ¿Quién recordó en esa marcha por la libertad  los millones de victimas en el desangrado continente africano en secreto beneficio del mundo occidental y sus transnacionales? Nadie se acordó de Afganistán, Pakistán, Libia, Líbano, Siria, Irak, Yemen, Palestina...


¿Blasfemia o incitación al odio?

En "La historia oculta de las «caricaturas de Mahoma»", el politólogo francés Thierry Meyssan afirma que la gente ignora la realidad sobre esa operación de propaganda que promueve la "guerra de civilizaciones". De hecho, ninguna de esas caricaturas representa a Mahoma. Una incoherencia que señala Meyssan es que al ser las caricaturas tan espantosamente mediocres, al principio, suscitaron más desprecio que cólera. Entonces, ¿cómo es posible que las caricaturas provocaran en el mundo musulmán más cólera que la ocupación de Palestina, la invasión de Afganistán y los bombardeos contra el Líbano?


A la izquierda una caricatura polémica. En ella aparece un hombre que lleva un turbante que en realidad es una bomba. Según el Jyllands-Posten, el personaje es Mahoma y la caricatura ridiculiza a los extremistas que invocan al Profeta en la práctica del terrorismo. Sin embargo, el turbante del personaje lleva inscrita la profesión de fe de los musulmanes: «Dios es grande y Mahoma es su profeta». Por consiguiente, el personaje no es Mahoma sino un musulmán emblemático. El objetivo del turbante-bomba es asociar su imagen con la de un terrorista. Este mensaje estigmatiza a los musulmanes en su conjunto y constituye una instigación al odio castigada por la ley en cualquier sociedad democrática (se habla indebidamente de las «caricaturas de Mahoma» cuando en realidad se trata de caricaturas sobre los musulmanes).


El mismo representante de la iglesia católica, el Papa Francisco, en esos días condenó cualquier crimen cometido en el nombre de Dios, nada lo justifica, "no hay que mofarse o insultar las creencias de otras personas". Afirmó que asesinar en nombre de Dios es una "aberración" y que "la libertad de expresión" no da derecho a "insultar" la religión del prójimo "todas las religiones tienen su dignidad" y "hay límites". "No se puede provocar, no se puede insultar la fe de la gente, reírse de ella… la libertad de expresión es un derecho y una obligación que debe utilizarse sin ofender", resaltó.

¿Qué tipo de sátira realiza el Charlie Hebdo “amparado” en la libertad de prensa y expresión? El analista Adrian Salbuche  dice:

 

“Miremos más de cerca algunas de esas caricaturas que aparecieron en las portadas de Charlie Hebdo: un clérigo musulmán muerto por balas que atraviesan un Corán (que es descrito como “Merde”); una caricatura de Mahoma desde atrás con sus genitales al aire portando una estrella en el trasero (diciendo “nace una estrella”); un dibujo de Stephan Charbonnier (“Charbo”) el caricaturista estrella de Charlie Hebdo dándole un beso baboso gay a un clérigo musulmán… ¿Se supone que esto ha de parecerle gracioso a los millones de musulmanes franceses? ¿Ha caído tanto Francia que su pueblo considera estos groseros insultos religiosos y burda discriminación como ejemplos de “humor”?. ¿Cómo puede esta mugre nacida de la cloaca de mentes enfermas considerarse como “sentido del humor”?. Seguramente, muchos lectores creerán que esto está bien y dirán que aún semejantes caricaturas burdas deben ser toleradas en nombre de la “libertad de prensa”...


Esas "bromas" de un comediante, para muchos de mal gusto como las sátiras del "Charles Hebdo" son consideradas por las autoridades francesas "humor".

Proteger la libertad de expresión es "característica" de los mandos militares y políticos occidentales al destruir las estaciones de televisión en Serbia, "no hubo manifestaciones o gritos de indignación, no hubo gritos de 'Somos RTV', no hubo investigaciones sobre las raíces del ataque contra la cultura y la historia cristiana. Por el contrario, el ataque fue alabado por la prensa"  (Noam Chomsky)

La OTAN utilizó esa misma táctica terrorista contra la libertad de prensa en su guerra contra Libia atacando a la radiotelevisión en Trípoli en el 2011. Siria pasó por la misma desgracia en el 2012, terroristas entrenados por la CIA asesinaron a personal técnico y comunicadores sociales en Damasco y Alepo que laboraban en sus redacciones. No hubo marchas, no hubo lamento por los asesinados, la prensa mundial no rechazó esos ataques a la libertad de expresión y de prensa, la gente apenas habrá escuchado de esos alevosos atentados. 

Repetimos, no es precisamente el semanario atacado quien provoca la ira musulmana, el "Charlie Hebdo" es solo un instrumento de las “democracias” occidentales en permanente “guerra de civilizaciones” contra los pueblos árabes y sus riquezas. Una primera fase de esa lucha excluye, por el momento, a sus socios de las monarquías wahabitas - takfires del Medio Oriente (básicamente Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos). Las verdaderas victimas: las naciones árabes de tendencia laica: Siria, Irak, Líbano, Libia, que luchan contra invasiones patrocinadas por las poderosas billeteras de los reinos intolerantes de Medio Oriente cumpliendo las órdenes de sus socios occidentales: Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Israel, la OTAN en general.




El mundo “conoce” la verdad gracias a la libertad de expresión y de prensa del mundo civilizado occidental, los defensores de la democracia en el mundo tienen el derecho a intervenir; sin embargo, NO tienen problema en reclutar, entrenar y armar a millares de yihadistas, fundamentalistas, terroristas, asesinos, mercenarios extranjeros, psicópatas, etc., todos son bienvenidos, como en Francia invitados para que ataquen el "Charlie Hebdo", de ese modo se abre las puertas para que los libertadores occidentales lleven la “democracia” al mundo árabe.

El mundo civilizado de Occidente debe dar las gracias a los cretinos yihadistas que “inconscientemente” provocaron, tras el  11-S, se declare la guerra al terrorismo y se invada Afganistán e Irak. Libia fue considerado un país auspiciante del terrorismo y de nada le sirvió a Gadafi ir besando las mejillas de los líderes occidentales y ofrecer su petróleo, tenía que desaparecer, su ejecución fue llevada a cabo por los mismos valerosos “revolucionarios” que hoy siguen combatiendo a otro “líder terrorista”, el Presidente sirio Bashar el Assad. Todo nos indica que Irán será el próximo “estado terrorista” en la lista de objetivos, y "Charlie Hebdo" tiene la tarea de alterar a los ayatollás iraníes.

En resumen, EEUU/OTAN en "defensa" de la "libertad de expresión" utilizan a fanáticos religiosos para sembrar el pánico en el mundo con atentados, coches bomba, suicidas, protestas radicales, ingobernabilidad, caos total. Esos radicales constituyen la infantería del Imperio, la punta de lanza del proyecto americano del rediseño del “Medio Oriente Ampliado”, división de las nacionalidades, surgimiento de otros estados según obra y gracia de los Estados Unidos, atacando a las naciones musulmanes que se oponen al  establecimiento de su concepción del mundo. Las organizaciones terroristas cumplen su tarea al impulsar la decadente economía occidental fomentando conflictos bélicos  e inseguridad, las naciones involucradas en la trama se ven obligadas a incrementar sus presupuestos para gastos militares en beneficio del complejo industrial.

Esta claro que nosotros -los occidentales “civilizados”- debemos prepararnos ante el peligro representado por aquellos que quieren destruir la “civilización”, ante ese acoso hay que defenderse enviando ejércitos contra las fuerzas obscurantistas de corte medieval cuya “amenaza” es tan grande que pone en riego toda nuestra evolución y cultura.

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13 enero 2023

Cuatro historias de la Guerra Fría que quizá no conocía

 



por Nick Ottens

Recopilación de artículos de Never Was Magazine


1. Cómo la CIA libró la Guerra Fría Cultural contra el Comunismo

Los espías estadounidenses financiaron a anticomunistas en todo el mundo.


Dos hombres colocan carteles electorales en una pared en Roma, Italia, abril de 1948 (ANSA)


El temor a la infiltración comunista en los Estados Unidos precedió a la Guerra Fría. Los llamados "frentes populares" -antifascistas y antiimperialistas- estuvieron activos en la década de 1930 y atrajeron a varios progresistas bien intencionados. Como dice Hugh Wilford en The Mighty Wurlitzer: How the CIA Played America (2008), todos, desde el "trabajador peletero judío consternado por el aumento del antisemitismo en la Alemania de Hitler" hasta el "estudiante inspirado por la causa republicana en la Guerra Civil española" hasta el "afroamericano que protesta por la invasión de Etiopía por Mussolini". El apoyo a la Unión Soviética estaba generalmente muy abajo en su lista de prioridades, pero la influencia soviética y el dinero soviético, sin embargo, jugaron un papel.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Moscú mantuvo cierto esfuerzo para difundir el comunismo en el extranjero. Se centró principalmente en en el Tercer Mundo y en Europa donde Francia e Italia tenían grandes partidos comunistas. 

En los Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia fue creada en medio del Miedo Rojo y con la tarea de contrarrestar la subversión soviética.


Guerra psicológica


William Donovan

William Donovan, jefe en tiempos de guerra del predecesor de la CIA, la Oficina de Servicios Estratégicos, creía que la persuasión, la penetración y la intimidación eran "las contrapartes modernas de la minería en la guerra de asedio de los días anteriores". Su OSS tenía una división dedicada a Operaciones Morales, que trataba de sugerir una desmoralización generalizada entre los alemanes comunes y los japoneses.

En diciembre de 1947, la CIA fue llamada a hacer algo similar. Un memorándum distribuido a los miembros del recién creado Consejo de Seguridad Nacional ese mes advirtió que la Unión Soviética quería llevar a cabo una intensa campaña de propaganda dirigida principalmente contra los EE.UU. ... emplear medidas psicológicas, políticas y económicas coordinadas diseñadas para socavar elementos no comunistas en todos los países.

El objetivo de esta campaña, argumentaba el memorando, era socavar el prestigio estadounidense y dividir a la opinión mundial "hasta un punto en el que la oposición efectiva a los diseños soviéticos ya no sea alcanzable por medios políticos, económicos o militares".

Al llevar a cabo esta campaña, la URSS está utilizando todas las medidas disponibles a través de regímenes satélites, partidos comunistas y organizaciones susceptibles a la influencia comunista.

Estados Unidos no tenía una agencia especializada para resistir esta campaña de propaganda. Así que le correspondió a la CIA iniciar "operaciones psicológicas encubiertas" contra la Unión Soviética y el comunismo en todo el mundo.


Aprender en Italia


                                         Palmiro Togliatti

La primera prueba de la CIA en la guerra psicológica llegó en 1948, cuando parecía que los comunistas, que dominaban el izquierdista Frente Democrático Popular dirigido por Palmiro Togliatti, podrían ganar las elecciones en Italia. La agencia gastó entre 10 y 20 millones de dólares para apuntalar a los demócratas cristianos de Alcide De Gasperi, que terminaron ganando por un margen de 17 puntos.

La CIA distribuyó folletos anticomunistas, publicó cartas falsificadas para desacreditar a los líderes del Partido Comunista Italiano, convenció a los italoamericanos de enviar cartas reales a sus familiares instándolos a no votar por los comunistas y dio dinero directamente a los partidos del centro.

Togliatti habló más tarde de "brutal intervención extranjera", lo cual fue una exageración. Pero la CIA no era inocente, e Italia se convirtió en un modelo para intervenciones en otros lugares.

Los espías estadounidenses respaldarían a los sindicatos amigos y a los partidos de centroizquierda como alternativas al comunismo. Ex comunistas e izquierdistas moderados, incluidos artistas, escritores y otros intelectuales, fueron reclutados para rechazar el comunismo y promover una forma moderada de socialismo.


Un italiano lee carteles electorales en Roma (ANSA) - Un cartel con los resultados de las elecciones de 1948 se coloca en Roma (ANSA) - Alcide De Gasperi se dirige a una multitud en Roma después de la victoria de sus demócratas cristianos en las elecciones de 1948 (AP)

Cartel de las elecciones italianas de 1948 "Vota, o él será tu amo" - Cartel de las elecciones italianas de 1948 "Defiende los frutos de tu trabajo" - Cartel de las elecciones italianas de 1948 "¡Madres! Salva a tus hijos del bolchevismo"


Guerra de ideas


Cartel de las elecciones italianas de 1948 de la Democracia Cristiana, dice "detrás del Frente Popular Democrático hay bolchevismo"


El desafío, escribe Frances Stonor Saunders en ¿Quién pagó al gaitero? La CIA y la Guerra Fría Cultural (1999), estaba convirtiendo la imagen benigna de Rusia que se había cultivado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando capitalistas y comunistas eran aliados, en una amenaza roja.

La cultura era un área en la que la naturaleza opresiva del comunismo soviético podía contrastarse con la libertad y la vitalidad de Occidente. En la Europa del Este ocupada por los soviéticos, todos los aspectos de la cultura, desde la arquitectura hasta la ficción y la música, fueron censurados y controlados por el estado. En Occidente, había pocos límites a la libertad de expresión.

El Congreso por la Libertad de la Cultura, fundado en 1950, desempeñó un papel importante en el desafío de las afirmaciones de "neutralidad" intelectual en el enfrentamiento Este-Oeste. Entre sus miembros fundadores se encontraban el filósofo francés Raymond Aron; John Dewey, el principal teórico estadounidense sobre la democracia; el filósofo británico Bertrand Russell; el historiador estadounidense Arthur Schlesinger Jr.; el autor y político antifascista italiano Ignazio Silone; y el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams.


                    Raymond Aron                        John Dewey                   Bertrand Russell


              Arthur Schlesinger Jr.               Ignazio Silone               Tennessee William


El Congreso, que se reunió por primera vez en Berlín, reunió a artistas y pensadores de ambos lados del Atlántico que se oponían al totalitarismo soviético y apoyaban una Europa unida. Publicó revistas, realizó exposiciones y organizó premios y conferencias.

En 1952, el Congreso celebró un festival de Obras Maestras del Siglo XX en París, que Giles Scott-Smith escribe en "El Congreso por la Libertad Cultural y 'Obras Maestras del Siglo XX': Orígenes y Consolidación 1947-1952", publicado en Intelligence and National Security 15 (2000), se jactó de "no solo los logros de artistas occidentales sino también el trabajo de los europeos del Este que estaba prohibido por el dictado cultural soviético".

El festival atrajo un gran interés, financiación y participación, pero malas críticas en la prensa francesa, que vio el evento como un presagio de la "Coca-Colonización" de su cultura.

Se habrían sorprendido al descubrir cuán americanizado estaba realmente el festival; todo el Congreso por la Libertad Cultural fue pagado por la CIA.


2. Los soviéticos consideraron crear islas artificiales para bases nucleares

Antes de poner misiles nucleares en Cuba, los soviéticos pensaron en crear islas artificiales para bases de misiles.


Soldados estadounidenses observan una prueba de armas nucleares en el atolón de Eniwetok en el Océano Pacífico, 15 de noviembre de 1952 (NNSA)


A fines de la década de 1950, la Unión Soviética estaba en desventaja en la Guerra Fría. Mientras que Estados Unidos tenía misiles en Europa y Turquía que podían llegar a Rusia en cuestión de minutos, América del Norte estaba muy lejos de las bombas soviéticas.

Además, la Unión Soviética tenía solo unas pocas docenas de misiles de largo alcance contra cientos en el lado estadounidense. Los soviéticos se sentían vulnerables a un primer ataque.

En mayo de 1959, un grupo de ingenieros militares soviéticos propuso remediar este desequilibrio mediante la construcción de veinte a 25 islas artificiales en aguas alrededor de los Estados Unidos para bases nucleares.

Sugirieron que los bancos submarinos escondidos a pocos metros debajo de la superficie del océano podrían usarse para construir las bases. El gobierno soviético podría entonces aprovechar esas bases en las negociaciones para la retirada de los misiles estadounidenses de Europa.

El jefe militar soviético, el mariscal Vasily Sokolovsky, pensó que el plan era factible pero poco aconsejable. Había demasiados riesgos. ¿Qué pasaría si los estadounidenses descubrieran el esquema y bombardearan las bases antes de que fueran construidas?

En cambio, tres años después, los soviéticos pusieron misiles nucleares en Cuba, a 140 kilómetros de la costa de Florida. Esto desencadenó la crisis de los misiles cubanos, que terminaría con la eliminación de las armas soviéticas de Cuba y los misiles estadounidenses de Turquía.


3. El problema de la distensión

Los estadounidenses vieron la Ostpolitik como una amenaza antes de que entendieran que podría ser una oportunidad.


El canciller de Alemania Occidental Willy Brandt y el presidente estadounidense Richard Nixon entregan una declaración conjunta a la prensa, 29 de diciembre de 1971 (NARA)


A finales de la década de 1960 fue una época de agitación en la relación transatlántica. Charles de Gaulle se había retirado de la estructura militar integrada de la OTAN y buscaba la equidistancia para Francia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Willy Brandt, el primer canciller de centroizquierda de Alemania Occidental, estaba persiguiendo la Ostpolitik. Gran Bretaña finalmente había sido admitida en la Comunidad Económica Europea, lo que, en Washington, generó temores de una Europa unida que desafiara la primacía estadounidense en Occidente.

Sumido y luego derrotado en Vietnam, el prestigio de Estados Unidos estaba en su punto más bajo de la posguerra. Los países productores de petróleo del Oriente Medio están empezando a utilizar su poder económico para obtener beneficios políticos. Japón estaba emergiendo como una potencia mundial en el Este. La alianza atlántica parecía dividida y agotada.


Abertura


El líder soviético Leonid Brezhnev recibe al presidente estadounidense Richard Nixon en su casa de campo junto al Mar Negro en Yalta, junio de 1974 (AP)


La buena noticia fue que Moscú se sentía mejor. Después de haber aplastado la Primavera de Praga de 1968, los soviéticos se sentían seguros en su control de Europa del Este. También habían logrado la paridad nuclear con Occidente y estaban dispuestos a hablar sobre la normalización de las relaciones Este-Oeste.

El resto del Bloque del Este se sentía menos cómodo. Las economías comunistas estaban estancadas. Los europeos del este sabían que los occidentales estaban mucho mejor. Hubo llamamientos para una mayor apertura para atraer la inversión y el comercio occidentales.

Daniel Thomas escribe en The Helsinki Effect: International Norms, Human Rights and the Demise of Communism (2001), El hecho de que tal acceso nunca podría lograrse sin una disminución de la confrontación política con Occidente contribuyó al creciente lobby pro-distensión dentro del Pacto de Varsovia.

Hubo una apertura para reducir las tensiones de la Guerra Fría.

Esto causó preocupación en Washington. Hastings Ismay, el primer secretario general de la OTAN, había dicho que el pacto existía "para mantener a los rusos fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo". Si Europa oriental y occidental se acercaban, y la Ostpolitik de Brandt tenía éxito, podría socavar los tres objetivos de la OTAN.


Compatible


Willy Brandt y Willi Stoph, los líderes de Alemania Occidental y Oriental, se reúnen en Erfurt, 19 de marzo de 1970 (Bundesarchiv)


Brandt había roto con el consenso de política exterior de la temprana República de Bonn, que, bajo el liderazgo demócrata cristiano, era inequívocamente atlantista. El socialdemócrata creía en las relaciones normales con Alemania Oriental, que Alemania Occidental se había negado hasta entonces a reconocer como un estado independiente. Los soviéticos correspondieron y siguieron negociaciones sobre la formalización de las fronteras en Europa del Este.

El gobierno laborista de Gran Bretaña fue comprensivo. Francia y Estados Unidos se mostraron escépticos. "Su preocupación de que la Ostpolitik alemana pudiera adquirir una dinámica propia, y por lo tanto necesitara aprovecharse, limitó el margen de maniobra de Bonn", escribe Helga Haftendorn en "German Ostpolitik in a Multilateral Setting", publicado en The Strategic Triangle: France, Germany and the United States in the Shaping of the New Europe (2006).

Finalmente los estadounidenses se dieron cuenta de que la Ostpolitik era de hecho compatible con la distensión. El Tratado de Misiles Antibalísticos que Richard Nixon firmó con el líder soviético Leonid Brezhnev en 1972 no podría haber sucedido sin los Tratados de Moscú y Varsovia de 1970, en los que Bonn aceptó las fronteras de facto en Europa del Este


En común


El presidente estadounidense Richard Nixon y el rey Balduino de Bélgica escuchan un discurso del secretario general de la OTAN y ex ministro de Relaciones Exteriores holandés Joseph Luns en Bruselas, 26 de junio de 1974 (OTAN)


Este reconocimiento no resolvió todas las tensiones en el campo atlántico. Cuando Nixon abandonó el patrón oro en 1971, y cuando las armas estadounidenses almacenadas en Alemania Occidental fueron enviadas a Israel en 1973 durante la Guerra de Yom Kippur, los europeos no fueron consultados ni informados de antemano.

¿Qué mantuvo la alianza en marcha? Por un lado, la amenaza soviética. Los recuerdos de la represión de Praga estaban frescos. Independientemente de los reparos que los europeos tuvieran sobre el militarismo estadounidense, cuando parecía que el Congreso podría reducir la presencia de tropas de Estados Unidos en Europa después de la guerra en Vietnam, los aliados presionaron en su contra.

La sensación de malestar de Estados Unidos en la década de 1970 también reforzó la necesidad psicológica de aliados y amigos. Estados Unidos y Europa todavía tenían mucho más en común entre sí que con el mundo comunista.


4. Los misiles de crucero estadounidenses dividen Europa

Estallan manifestaciones masivas contra el despliegue de misiles de crucero estadounidenses en Europa.


El canciller alemán Helmut Kohl visita al primer ministro holandés Ruud Lubbers en La Haya, 30, 1987 (Nationaal Archief)


Dos rondas de conversaciones sobre limitación de armas estratégicas (SALT) entre la Unión Soviética y los Estados Unidos habían logrado reducir las tensiones en la Guerra Fría. Pero las conversaciones no cubrieron las armas nucleares tácticas entregadas por misiles balísticos de mediano alcance, una laguna que los soviéticos explotaron para desplegar plataformas de lanzamiento móviles SS-20 en Europa Central.

Cuando, en diciembre de 1979, la Unión Soviética también invadió Afganistán, Occidente sintió que tenía que responder.


Misiles de crucero en Europa


El misil soviético SS-20 se dispara desde su vehículo lanzador erector transportador a mediados de la década de 1980 (NASM)


El desarrollo estadounidense de misiles de crucero de alcance intermedio precedió a la introducción del SS-20 en Europa. Pero Leopoldo Nuti argumenta en "The Origins of the 1979 Dual Track Decision — A Survey", publicado en The Crisis of Détente in Europe: From Helsinki to Gorbachev, 1975-1985 (2009), que el despliegue soviético informó la Decisión de Doble Vía de la OTAN, por la cual la alianza acordó desplegar simultáneamente cientos de lanzadores de misiles móviles propios mientras continuaba las conversaciones SALT. El objetivo era mantener un equilibrio nuclear en Europa y evitar dar a los soviéticos la idea de que podrían ganar una guerra nuclear.

La tecnología provenía de Estados Unidos, pero fueron los aliados europeos, particularmente los británicos y los alemanes, quienes estaban interesados en desplegar armas nucleares de teatro para contrarrestar la abrumadora superioridad de armas convencionales del Pacto de Varsovia. El gobierno alemán rechazó de plano las sugerencias de que podría desmantelar las bases nucleares avanzadas estadounidenses a cambio de concesiones soviéticas.


División en los Países Bajos


Manifestación contra el despliegue de misiles de crucero estadounidenses en Amsterdam, Países Bajos, 21 de noviembre de 1981 (Nationaal Archief)


La opinión estaba más dividida en los Países Bajos. El país había sido un aliado incondicional del Atlántico. Los holandeses fueron la única nación europea, aparte de los portugueses, que fueron blanco del embargo petrolero de 1973 por su apoyo a Israel y los Estados Unidos. Pero ahora los estadounidenses estaban preocupados por la creciente oposición holandesa a los misiles de crucero.

La introducción de la bomba de neutrones a fines de la década de 1970 había dividido a la sociedad y a la política holandesa por la mitad. El presidente Jimmy Carter finalmente decidió no desplegar el arma, pero los mismos campos se reformaron en torno a la Decisión de Doble Vía una década después. El centro-derecha estaba a favor, los partidos de izquierda estaban en contra. Los demócratas cristianos gobernantes estaban divididos. Su flanco izquierdo, incluidos los miembros de la Iglesia Reformada, se opusieron. La derecha demócrata cristiana, predominantemente católica, estaba a favor.

Los servicios de seguridad del Bloque del Este trataron de explotar la división en Europa Occidental. Los alemanes orientales habían apoyado al Partido de la Comunidad Holandesa cuando se opuso a la bomba de neutrones. Ahora enviaron dinero nuevamente para apuntalar la resistencia al despliegue de misiles estadounidenses.

El primer ministro Ruud Lubbers, un demócrata cristiano de derecha, se estancó. Ronald Reagan, el nuevo presidente estadounidense, quien fue culpado por el movimiento pacifista por revitalizar la Guerra Fría, le había dicho a Lubbers en privado que no deseaba una carrera armamentista. Pero mientras los soviéticos se negaran a retirar sus SS-20, Occidente no podía retroceder.

Lubbers tardó hasta 1983 en aceptar albergar 48 misiles de crucero en suelo holandés. Incluso entonces, su gobierno se dio otros dos años para implementar la decisión.


Diplomacia de  misiles


El primer ministro holandés Ruud Lubbers habla en una manifestación por la paz en el Houtrusthallen en La Haya, 26 de octubre de 1985 (ANP)


Para el 26 de octubre de 1985, el tiempo se estaba acabando. Lubbers estaba desayunando con Rajiv Gandhi, el primer ministro de la India, en La Haya esa mañana. Horas más tarde, debía dirigirse a una manifestación masiva por la paz en el Houtrusthallen.

Gandhi fue interrumpido por una llamada telefónica. Cuando regresó, el indio se disculpó. Los rusos se habían enterado de su visita a La Haya y le preguntaron si no podía pasar por Moscú en su camino de regreso. La India socialista tenía estrechas relaciones con la Unión Soviética. Gandhi no lo estaba esperando, pero Lubbers me dijo en 2012 que alentó a Gandhi a ir y evaluar las intenciones del nuevo líder soviético, Mikhail Gorbachev.

Cuando Gandhi telefoneó a Lubbers unos días después, tenía buenas noticias. Gorbachov quería que el holandés supiera que era sincero sobre sus conversaciones de reducción de armas con Reagan y dijo que esperaba un acuerdo el año siguiente. Gorbachov aconsejó a Lubbers que "se pusiera al final de la fila" y hiciera lo que mejor sabía hacer: detenerse. Así lo hizo Lubbers.


Gorbachov y Gandhi en Nueva Delhi, 26 de noviembre de 1986 (AFP/Douglas E. Curran)
Gorbachov y Gandhi en Nueva Delhi, 26 de noviembre de 1986 (AFP/Douglas E. Curran)


Gorbachov y Reagan firmaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en diciembre de 1987. Los SS-20 fueron retirados. Los Países Bajos nunca vieron misiles de crucero estadounidenses.

Pero en esa tarde de octubre, Lubbers todavía tenía que enfrentar una de las mayores manifestaciones por la paz en la historia de su país. Recibió 3,7 millones de firmas (que representan una cuarta parte de la población holandesa) de opositores al despliegue y tuvo que defender la decisión de su gobierno, sabiendo que la diplomacia itinerante de Gandhi podría tener éxito y que los Países Bajos nunca tendrían que aceptar las armas.


Gorbachov y Reagan en Ginebra, 21 de noviembre de 1985 (AFP/Getty Images)

Nick Ottens

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