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09 febrero 2018

El retorno de los piratas del Caribe... en Somalia.




Prólogo del editor del blog.


Durante una década se mantuvo relativa tranquilidad en las aguas del Índico en la región conocida como el "Cuerno de África", los modernos corsarios africanos (principlamente somalíes) armados con fusiles de combate y algún lanzacohetes se movilizaban en lanchas rápidas o hasta en barcazas artesanales asolando y poniendo en "jaque" a modernos barcos de transporte y hasta obligando la movilización de flotas navales de guerra de otros países para proteger los barcos petroleros y mercantes. La OTAN fue paulatinamente entregando el control de la seguridad marítima a contratistas privados que fuertemente armados son colocados estrategicamente en diferentes áreas de una embarcación de gran calado para repeler a los piratas. Una de las operaciones más conocidas fue de la Unión Europea denominada "Operación Atalanta".

Los modernos piratas tenían o siguen teniendo algunos modus operandi.

Es indiscutible la relación entre piratas y extremistas islamistas de "Al Shabab", los primeros entregan a las personas capturadas (extranjeros) y reciben a cambio armas, así el rescate de los rehenes es más complicado al estar en poder de una guerrilla sanguinaria de corte yihadista. 

También los "Señores de la Guerra" somalíes concienten la piratería a cambio de un jugoso porcentaje del rescate. Los rescates son por millones de dólares, una montaña de dinero para uno de los países más empobrecidos del mundo.

El estado "fallido" que se ha convertido Somalia tras años de cruenta guerra civil, sin instituciones reales de seguridad que mantengan el orden fue aprovechada para la explotación masiva e irracional de empresas pesqueras internacionales en las aguas territoriales somalíes en el Índico. Allí está el origen de la piratería en la región: Pobladores y pescadores se unieron en la llamada "Guardia Costera Voluntaria de Somalia", primero para proteger una área sensible que alimentaba al pueblo somalí, la pesca. Luego, algunos de esos grupos o clanes llenos de armas se hicieron a la mar a capturar barcos extranjeros, el asalto a las embarcaciones no tuvo tanto motivaciones de robo, sino el cobro de rescate por los secuestrados. 


El negocio afloró entre 2008-2011, torrentes de dinero inundaban los clanes de antiguos combatientes o de ex pescadores, la captura de barcos y el plagio de los tripulantes fue transformándose en una "industria" altamente rentable y coordinada. No en pocas ocasiones los botínes eran cobrados  en LONDRES!, por intermedio de firmas de Abogados que sacaban provecho de una jugosa comisión.

Una interesante publicación de "El Mundo" (edición del 10 abril 2017) reseñaba: "Desde el principio, la población somalí miró con buenos ojos el nuevo negocio. La piratería dio de comer a muchas familias en medio de las mayores crisis y hambrunas de las últimas décadas, como la de 2011. Algunas comunidades disfrutaban de lujos impensables, como poder enviar a sus hijos a estudiar a las mejores universidades de Nairobi o Kampala. Muchas aldeas trabajaban directa o indirectamente en los secuestros. Los hombres apresaban los barcos y los más jóvenes se encargaban de hacer las rotaciones de vigilancia, mientras las mujeres cocinaban para los rehenes. Pueblos pesqueros como Hoybo. Eyl y Harardhere comenzaron a ver en sus calles polvorientas vehículos de alta gama mientras el resto del país se moría de hambre. Hay negociadores, contadores, traductores, médicos... Los rescates han llegado al millón de euros por marinero, una montaña de dinero para cualquier aldea de Somalia".

La intervención de las armadas occidentales puso freno al floreciente mercado del secuestro de personas. Se entendía que las acciones criminales eran repelidas por la marina de guerra de otras naciones para garantizar el libre tráfico marítimo y proteger la seguridad de los tripulantes de las embarcaciones mercantes. La piratería cedió al poder militar de los buques de guerra extranjeros, muchos corsarios retornaron a sus viejas actividades de pesca. Otros, como la mafia de Boyah o el conocido Bocazas ("Afweyne") con sus "Somali Marines", el más conocido grupo de piratas, se encuentran en prisión; y, otros, han retornado a la lucrosa actividad. 

Es así como después de años sin incidentes, desde 2017 la piratería está resurgiendo, de a poco. El uso de nuevas rutas también cambia la estrategia de los piratas. Ya no es precisamente en las costas de Mogadiscio - Somalia el centro de la actividad, (aunque se mantiene operativa); una nueva ruta está emergiendo, las costas de Putlandia, la razón de peso radica en la reactivación de una antigua ruta de tráfico comercial en el Golfo de Adén (el Archipiélago de Socotra), entre Yemen y Putlandia, utilizada para ahorrar tiempo y dinero.

Tras la reunificación de Yemen, sus costas del sur han servido de cobijo a los piratas somalíes que operan en el Golfo de Adén, y muchos líderes políticos yemeníes mantienen vínculos con líderes de Puntlandia (región somalí) y del "gobierno" de Somalia.  


El archipiélago de Socotra es uno de los más estratégicos del mundo, tan solo a 80 km de la costa somalí, paso obligado que domina el Golfo de Adén, por allí circula un intenso tráfico marítimo de la China y del petróleo con rumbo a Europa.  No solo Estados Unidos tiene interés por la zona, Rusia y antes la URSS han disputado el control regional, durante la "Guerra Fría", Socotra fue parte del estado comunista de Yemen del Sur, donde se asentaba una base naval soviética, clave para la presencia de la URSS en el Índico, tras el colapso del sistema soviético, los Estados Unidos aprovecharon para apoderarse de Socotra, lugar donde hoy alberga "un sistema de señales de inteligencia" y un aeropuerto civil adaptable para necesidades militares de los USA.  Desde 2010, la CIA y el Pentágono negociaron con el ex presidente yemení Saleh el establecimiento de una base aérea y una base naval en Socotra a fin de luchar "contra la piratería y Al-Qaeda"


Para un buen entendedor: Militarización de esa vía marítima estratégica. Programas de  "asistencia de seguridad" de los EEUU a Yemen tuvieron lugar desde 2006 y algunas monarquías del Golfo pusieron millones para el desarrollo del puerto de Socotra. Moscú parece haber perdido definitivamente esa zona de influencia, salvo algún "milagro" en el nuevo y vigente conflicto yemení. Esta claro que los Estados Unidos pretende y lo está consiguiendo, integrar Socotra en su aparato geoestratégico de seguridad regional: Bases militares en Yibuti, Etiopía, Emiratos Árabes, Bahréin, Arabia Saudí y la isla Diego García.

Las intervenciones atlantistas en Somalia están supuestamente motivadas por el papel de Somalia en la formación de células yihadistas y destino para el entrenamiento terrorista internacional, acto bendecido por la oportuna declaración de la banda terrorista al Shabab de "unirse" a al Qaeda, muy provechoso para el intervencionismo del AFRICOM.

La verdad única es que la "lucha contra el terror" tiene objetivos primordiales:

- Rodear el Cuerno de África con países afínes (Yibuti, Etiopía, Kenia, Uganda, Sudán del Sur) para interponerse contra la presencia China en la cuenca del Nilo, la región de los grandes lagos, los hidrocarburos sudaneses y las riquezas minerales del este de Congo-Kinshasa.

- Reforzar las bases militares existentes en la zona y establecer otras, por ejemplo, en Socotra. Militarizar esa vía marítima estratégica es primordial y la pirateria es la mejor excusa. Según estudios técnicos las pérdidas que ocasiona la piratería al comercio y a la pesca son mucho menores que los que ocasionaría un estado somalí estable que impusiere regulaciones sobre sus aguas territoriales y zona económica exclusiva a las flotas pesqueras internacionales que faenan en sus aguas territoriales. (para más información sobre el tema, ver el artículo: Geopolítica del poder: La Ruta de la Seda (III)

Como es costumbre del blog, esta información se complementa con un análisis del destacado investigador Thierry Meyssan, escrito hace ocho años, a pesar de ese tiempo los hechos se mantienen imperturbables.  


Tito Andino U.




Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI



por Thierry Meyssan
1 julio 2010


La piratería frente a las costas de Somalia representa un grave peligro para los barcos que navegan entre el Mediterráneo y el Océano Índico. Oficialmente, se trata de un fenómeno que escapa a todo control y las grandes potencias se han visto obligadas a enviar sus propios navíos de guerra a esa región para que brinden escolta a los barcos mercantes. Sin embargo, en ciertos puertos somalíes es posible ver barcos capturados que esperan obedientemente por la llegada del rescate exigido por los secuestradores, sin que los piratas muestren el menor temor por los navíos de guerra que patrullan frente a las costas. Después de una larga investigación, Thierry Meyssan revela quiénes se encuentran detrás de este nuevo negocio.


La piratería marítima se concentra actualmente en 3 regiones del mundo: el estrecho de Malaca, el Golfo de Guinea y el cuerno de África. Se trata, sin embargo de situaciones muy diferentes.

El 30% del tráfico marítimo mundial pasa por el estrecho de Malaca, donde las poblaciones desposeídas de Indonesia y Malasia se ven confrontadas a la arrogante opulencia de la ciudad-Estado de Singapur.

Los piratas eran delincuentes organizados en bandas, que se desplazan rápido y no disponían de otra cosa que de armas blancas. Generalmente se limitan a abordar barcos y desvalijar a sus tripulantes. Desde el año 2006, los tres estados ribereños, en respuesta a un amistoso pedido de Japón así como por temor a una intervención de la marina de guerra estadounidense, establecieron de forma coordinada una vigilancia aérea y marítima que ha dado resultados (la llamada operación 'Ojos en el Cielo). 

El Golfo de Guinea no es una zona de tránsito comercial sino de explotación de yacimientos de petróleo y gas. Las plataformas marítimas se han convertido en blanco de pandillas y de los rebeldes del Movimiento por la Emancipación del Delta del Níger. Se trata de grupos extremadamente violentos, que plantean exigencias a través de tomas rehenes, a menudo sangrientas. 

A veces cuentan con el apoyo de los Ijaw, cuyas tierras han sido saqueadas por diversas compañías petroleras y que en 1999 protagonizaron una revuelta, ahogada en sangre por tropas de Chevron-Texaco

Lo más frecuente es que la población sienta temor hacia esas bandas, que siembran el terror entre los habitantes ya que realizan sus ataques indistintamente en mar y en tierra, lo mismo contra extranjeros que contra la población local. Nigeria no logra contener esa criminalidad, que desborda hacia Camerún y Guinea Ecuatorial. Ante el creciente peligro, algunas multinacionales, como la Shell, han decidido abandonar la zona. 

La producción nigeriana de hidrocarburos ha descendido en un 25%, con las subsiguientes consecuencias que ello implica para las finanzas del Estado.

La situación en el cuerno de África es la única que se ha convertido en una cuestión estratégica mundial. 

Primeramente, porque el estrecho de Bab el-Mandeb («La puerta de las lamentaciones»), entre Yemen y Yibuti, es etapa obligada entre el Mediterráneo, el canal de Suez, el Mar Rojo por el norte y el Océano Índico por el sur. 

Tres millones y medio de barriles de petróleo circulan diariamente por el estrecho de Bab el-Mandeb. Además, la zona de piratería ha ido extendiéndose progresivamente desde el golfo de Adén hasta la costa de Somalia, de manera que ya no se trata simplemente de un cuello de botella donde los Estados ribereños deberían restablecer una policía marítima, sino de una zona muy amplia, principalmente en alta mar, en aguas internacionales.

Lo que comenzó siendo –y en muchos casos sigue aún sigue siéndolo– una actividad oportunista de pescadores hambrientos ha dado lugar a un negocio muy lucrativo. Barcos y tripulaciones han sido capturados mientras que intermediarios han reclamado cuantiosos rescates a los armadores. Esa forma de gran delincuencia se ha desarrollado en función de los sucesos político-militares ocurridos en Somalia y ha servido de justificación al despliegue de una armada occidental con pretensiones neocoloniales.


En el largometraje «Black Hawk Down» (La caída del halcón negro), el realizador Ridley Scott mostró la derrota estadounidense ante un señor de la guerra somalí durante la operación «Restore Hope».




El caos somalí

El lector seguramente recuerda la larguísima guerra civil que devastó el cuerno de África a partir de 1974. En definitiva, aunque Etiopía y Eritrea se estabilizaron, Somalia permanece sumida en el caos.

El país está dividido en clanes. La ex colonia británica de Somalilandia y el territorio conocido como Puntlandia forman dos cuasi-Estados sin fronteras bien definidas y que ocasionalmente entran en guerra entre sí, a pesar de que los dos cuentan con el apoyo de Etiopía [1].

La formación de ambas entidades contó con el apoyo de la ONU, que esperaba reconstruir Somalia de forma progresiva. La AMISOM, fuerza de paz desplegada por la Unión Africana con la participación de contingentes de Uganda y Burundi, defiende el gobierno provisional, la única autoridad reconocida por la comunidad internacional. Pero el presidente Sharif Ahmed ha logrado apenas la obediencia de algunos barrios de Mogadiscio, y los combates prosiguen en la capital.

Los milicianos de Ahlu Sunna wal Jama’a protegen a las cofradías sufíes [2] mientras que los de Al-Shabaad (brazo armado de los «Tribunales Islámicos» quieren imponer una interpretación rigurosa de la sharia [3].

Cientos o quizás miles de grupúsculos armadas aparecen así, establecen alianzas y se disuelven según el transcurso de los acontecimientos. 

La ONU estableció un embargo sobre las ventas de armas, medida que nadie respeta, y trata de ayudar a la población a pesar de las frecuentes malversaciones y desvíos de la ayuda mundial en alimentos.

Es en ese infernal contexto que reaparece la piratería, en el año 2000

En aquel entonces las tensiones regionales obligaban a los etíopes a concentrarse en su comercio marítimo con Yibuti. Y sus barcos fueron las primeras presas. Los ataques se limitaban al estrecho de Bab el-Mandeb. 

Pero los atacantes, que no se consideraban piratas sino fuerzas beligerantes, fueron alejados de allí por las fuerzas estadounidenses, israelíes y francesas estacionadas en Yibuti.

Para hacer frente al deterioro de la situación en Puntlandia y como medio de obtener provisiones, otros piratas atacaron los barcos que transitaban frente a sus costas. El fenómeno se redujo de forma considerable en 2005-2006, en parte porque el tsunami del 26 de diciembre de 2004 devastó las costas y destruyó los puertos, ante la indiferencia de la comunidad internacional que limitó su atención a las playas turísticas de Tailandia y porque, por otro lado, los Tribunales Islámicos –que estuvieron por breve tiempo en el poder en Mogadiscio– declararon la piratería ilegal conforme a los principios de la sharia.

No es hasta 2007 que las cosas toman un cariz particularmente grave. Al dar su apoyo a una coalición heteróclita de señores de la guerra que se oponían a los Tribunales Islámicos, la CIA y Etiopía reactivaron entonces los conflictos, que habían comenzado a disminuir, entre diferentes clanes. Aprovechando el desorden en que el país se sumía nuevamente, dos medios delincuenciales, que rápidamente se estructuraron en forma de organizaciones criminales, se especializaron en la piratería. La primera se manifestó en el Golfo de Adén y la segunda en aguas internacionales, adentrándose en las aguas que se encuentran frente a Mogadiscio [4].

Es evidente que se trata de dos grupos que nada tienen que ver con los anteriores piratas. A principios de los años 2000, e incluso hoy en ciertos casos, los abordajes eran la prolongación marítima de un conflicto terrestre o resultado de la acción de pescadores atenazados por el hambre. Hoy en día, son acciones de crimen organizado con ramificaciones internacionales.

Por vez primera en la época moderna, la marina de guerra china se despliega frente a las costas de África.




Exagerado despliegue militar

Inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos movilizó a sus aliados, independientemente de la OTAN, para apoderarse de Afganistán. La 'operación Justicia infinita', rebautizada como 'Libertad duradera', incluía –además de la ocupación de Afganistán– una fase en Filipinas, otra frente a las costas del cuerno de África y una tercera en el Sahara.

En lo tocante a la región que nos interesa en este trabajo, la Combined Task Force 150, o Fuerza Conjunta de Tarea, reunió alternativamente unos 15 contingentes extranjeros como apoyo a la 5ª Flota estadounidense. Con la lucha antiterrorismo como pretexto, el objetivo era garantizar el control de la ruta del petróleo: golfo Pérsico-estrecho de Ormuz-golfo de Adén-estrecho de Bab el-Mandeb-Mar Rojo-canal de Suez.

Durante sus operaciones en esas aguas, la Fuerza 150 se enfrenta a veces a grupos piratas, pero combatirlos no era parte de su misión. 

En 2007, Francia garantizó una escolta a los barcos del Programa Mundial de Alimentos y a los de la AMISOM. Por supuesto, París anunció públicamente la protección de los cargamentos de ayuda humanitaria pero no mencionó la que proporcionó a los cargamentos militares de la Unión Africana.

En 2008, la Unión Europea prolongó esa misión, en lo que constituye su primera acción naval: la 'operación Atalanta'. La misión incluyó entonces la defensa de los intereses europeos –en el sentido más amplio– ante los piratas [5].

Ver a los europeos organizarse en el plano militar despertó gran inquietud en el Pentágono, que retomó entonces el control de la cuestión proponiendo una acción de la OTAN, cuya función consiste en absorber la defensa europea. Surgió así la 'operación Allied Provider', posteriormente rebautizada como 'Allied Protector'. Los analistas de la OTAN observan en varios documentos internos que la lucha contra la piratería no es en lo absoluto una necesidad militar, pero que sí se trata de una excelente ocasión para ofrecer una imagen positiva de la OTAN ante la opinión pública [6].

Esta afluencia de fuerzas estadounidenses, europeas y atlánticas llevó a Rusia (en septiembre de 2008), la India (en octubre de 2008), China (en octubre de 2008) y Japón (en enero de 2009) a enviar sus propios navíos de guerra a la región. Tal concentración de fuerzas navales implica graves riesgos. Un Grupo de Contacto sobre la Piratería frente a las Costas de Somalia (CGPCS, siglas en inglés) se creó en Nueva York bajo los auspicios de la ONU. Tiene como objetivo clarificar las reglas jurídicas de la lucha contra la piratería.

Varias reuniones denominadas de «Toma de Conciencia Compartida y de Prevención de Conflictos» (SHADE, siglas en inglés) se organizaron además en Bahrein, por iniciativa del Pentágono, entre los oficiales de enlace de las diferentes marinas de guerra implicadas con el fin de evitar que el desconocimiento de las intenciones mutuas pueda dar lugar a choques entre ellas.

El lector observará de paso que la presencia de la marina de guerra china tan lejos de sus puertos constituye una novedad, que fue estimulada por Washington al creer, al principio de la crisis financiera mundial, que podría crear un G2 y repartirse el mundo con Pekín. En realidad, dicha presencia pudiera desempeñar con el tiempo un papel en la rivalidad chino-estadounidense en África [7].

En todo caso, y a pesar de un intento chino en ese sentido en el momento del ataque pirata contra el barco De Xin Hai (en octubre de 2009), Pekín y Moscú no desean integrar sus flotas a una posible fuerza multinacional de lucha contra la piratería. Lo que sucede es que Gran Bretaña y Estados Unidos han aplicado históricamente un proyecto de imperio marítimo universal cuyas bases crearon mediante la firma de la Carta del Atlántico, en 1941. Más recientemente, con su Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (PSI, 2003) y posteriormente con su Asociación Marítima Global (GMP, 2006), el Pentágono propuso asociar a todos los Estados que lo deseen a un vasto plan de seguridad de las rutas marítimas. Por supuesto, el rector de ese plan sería… el Pentágono.

Dado el actual dispositivo, los barcos de los países pequeños tienen pocas posibilidades de gozar de la protección de las grandes marinas de guerra. Los armadores más prudentes han instalado a bordo el sistema de detección óptica Sea on Line, mucho más eficaz que los radares. Se trata de un sistema de cámaras infrarrojas que vigilan el entorno del barco en 4 o 6 kilómetros a la redonda y alertan a la tripulación de la cercanía de cualquier otro barco, incluyendo las embarcaciones pequeñas y bajas [8].

Otros recurren a guardias privados que viajan a bordo de sus barcos para defenderlos. Esta práctica suscita inquietud en los grandes sindicatos de armadores ya que favorece una escalada de la violencia por parte de los piratas.

Otro grupo de armadores contratan ejércitos privados. La compañía Blackwater, que ahora se llama Xe, adquirió en 2007 el MV McArthur, un navío que perteneció a los guardacostas estadounidenses. Equipado de dos helicópteros Boeing MH6 Little Bird y de 3 embarcaciones anexas ultrarrápidas, el MV McArthur lleva a bordo 35 mercenarios y se dedica a escoltar, por contrato, barcos civiles «sensibles».

Por su parte, la compañía francesa Secopex ha adquirido 11 barcos de escolta de 24, 36 y 50 metros de eslora. Cada uno de esos barcos lleva a bordo un comando de 9 personas que se compuesto de 2 expertos tiradores y de 7 hombres armados de ametralladoras automáticas [9].


¿Quién y cómo se encargará de juzgar a los piratas arrestados?



Crímenes sin castigo

Por lo pronto, aunque el gobierno títere somalí ha «recurrido a la ayuda de la comunidad internacional» y a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó cuatro resoluciones (1816, 1831, 1846 y 1851) que legitiman la opción militar contra los piratas y autorizan las marinas de guerra extranjeras a perseguirlos en aguas territoriales e incluso en territorio somalí, las reglas jurídicas siguen siendo nebulosas.

¿Qué hacer con los piratas después de arrestarlos? Si nos remitimos a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (conocida como Convención de Montego Bay), en vigor desde 1994, el abordaje de embarcaciones piratas es una acción policial, aunque se realice con medios militares. Los arrestos deben realizarse en presencia de oficiales de la policía judicial y las personas detenidas deben comparecer ante la jurisdicción competente para ser sometidos a un juicio justo.

El problema es que nadie sabe cuál es la jurisdicción competente. La mayoría de las legislaciones nacionales estipulan que sus tribunales no pueden juzgar a extranjeros que no hayan cometido infracciones dentro del territorio nacional. En la práctica, no queda entonces más remedio que ponerlos en libertad o entregarlos a un Estado con el que exista un acuerdo ad hoc. Así que los occidentales a menudo entregan los piratas capturados a Kenya, que condena a los ejecutores y se abstiene de buscar a los promotores [de la piratería].

Es por ello que el Kremlin propuso la creación de una jurisdicción internacional para los crímenes cometidos en alta mar, proposición que no cuenta con el apoyo de los anglosajones, quienes –como ya señalamos– tienen su propio proyecto marítimo imperial.

Pistris, los comandos corsarios de Estados Unidos.



Los corsarios del presidente estadounidense

En 1826, el prócer latinoamericano Simón Bolívar trató de garantizar la paz entre las naciones de Latinoamérica mediante la prohibición de la «guerra de corso», o sea la posibilidad de los Estados de recurrir a armadores privados para la defensa de sus intereses en el mar, o sea para hacer la guerra. Pero la idea del Libertador no encontró apoyo.

Hubo que esperar hasta la victoria de occidentales y otomanos sobre las tropas del zar Nicolás I en Crimea para que apareciera la Declaración de París (1856) sobre el derecho del mar. Se abolieron entonces las «patentes de corso», o sea los Estados renunciaron a autorizar la creación de fuerzas navales privadas, sistema al que los protectorados otomanos del norte de África habían recurrido muy frecuentemente y ante el cual los presidentes [estadounidenses] Thomas Jefferson y James Madison habían librado victoriosamente dos guerras contra los piratas berberiscos (desde 1801 hasta 1805 y en 1815).

Estados Unidos, España y México se negaron, sin embargo, a firmar aquella declaración ya que la doctrina capitalista liberal plantea que hasta la guerra puede ser privatizada, sobre todo si se tiene en cuenta que en aquella época la joven nación estadounidense aún no se creía capaz de mantener una flota de guerra que pudiera rivalizar con las de las grandes potencias.

En una reactivación de aquella vieja práctica, el representante Ron Paul trató de lograr –por tres veces– que el Congreso estadounidense aprobara la September-11 Marque and Reprisal Act of 2001. Pero no era necesario, teniendo en cuenta que el Congreso ya había votado anteriormente la guerra contra el terrorismo y que, basándose en el artículo 1 sección 8 de la Constitución estadounidense, el Departamento de Estado emitió patentes de corso a varias compañías militares privadas para que persiguieran a los «terroristas» en el Océano Índico. Y ya es sabido que, visto desde Washington, todo pirata es potencialmente un terrorista [10].

Según una publicación del ministerio de Defensa de Francia, la primera de esas patentes de corso fue otorgada en 2007 a la compañía Pistris Inc. «Fue habilitada para que armara dos navíos de 65 metros de eslora [que están] conectados a los satélites militares de observación. Están dotados cada uno de un helicóptero artillado, de embarcaciones anexas ultrarrápidas capaces de alcanzar una velocidad de 50 nudos y llevan una tripulación de 50 hombres, entre ellos comandos. La compañía Pistris tiene su propio campamento de entrenamiento militar, sobre todo para operaciones de tipo comando, en [el Estado de] Massachussets» [11]

Se han instalado barcazas en un lago artificial en el se simulan combates mientras que una enorme máquina agita el agua para recrear las condiciones del oleaje marítimo.



Los piratas de la costa


Antes de pasar a la descripción de las organizaciones piratas es importante eliminar una confusión. Al derrumbarse el Estado somalí, pescadores franceses, españoles y japoneses se aprovecharon de la situación para saquear los bancos de atún y camarones en las aguas territoriales somalíes. A veces compraban supuestas «autorizaciones» a los señores de la guerra y, posteriormente, al autoproclamado gobierno provisional.

Conocedores de que el despliegue indiscriminado de almadrabas [Redes que se despliegan entre dos barcos para la pesca del atún, muy utilizadas en el Mediterráneo. Nota del Traductor.] agota los recursos del mar, grupos de pescadores somalíes abordaban entonces los barcos intrusos y los desvalijaban para resarcirse. En el contexto de caos político reinante en Somalia, y en ausencia de guardacostas nacionales, aquellas acciones constituyen una forma de autodefensa. El derecho no los considera como piratería ya que se desarrollaban dentro de las aguas territoriales somalíes.

Lo que nos interesa en este trabajo es la actividad criminal desarrollada en alta mar. Esta última supone el uso de barcos capaces de aventurarse lejos de las costas. Al principio, los piratas abordaban por lo tanto algún barco grande que pasaba cerca y lo utilizaban para salir a alta mar y atacar entonces una presa de gran porte. Hoy disponen de sus propias flotillas.

La selección de las presas depende sobre todo de la altura del navío sobre el agua, de su velocidad y su tamaño. Mientras más bajo, lento y grande, más vulnerable es el barco. Los portacontenedores son imposibles de defender, ya que la tripulación no puede ver todos los puntos de acceso desde la torre [Estructura donde se encuentran el puente de mando y el alojamiento de la tripulación. NdT.]. Lo mismo sucede con los barcos atuneros ya que estos tienen una rampa trasera de acceso y el despliegue de la almadraba [Red que se despliega entre dos barcos. NdT.] les impide maniobrar independientemente.

«Ya capturado el barco, el cerebro de la operación indica al jefe de los piratas donde debe atracar. El traductor sube entonces a bordo para dirigir la negociación. La duración promedio del periodo de retención es de unos 60 días. El ambiente a bordo es más o menos tenso pero nunca ha habido muertos, con excepción de una vez quizás.

Los piratas saben perfectamente que si empiezan a eliminar rehenes la situación va a cambiar de dimensión y que se exponen a tener en su contra a la población y las autoridades religiosas.

Es sabido que, por esa razón, los piratas aplican una especie de código de honor. Los papeles están claramente repartidos y el jefe de los piratas anota todos los gastos realizados. Es corriente la práctica del crédito y se respetan las deudas. Cuando se entrega el rescate, cada cual obtiene lo que se le debe. Incluso existe un sistema de multas destinado a imponer el respeto de la organización de la vida social a bordo de los barcos.

Los piratas establecen campamentos temporales cerca de las zonas donde atracan los barcos pirateados. No siempre se instalan en las aldeas, lo que hace pensar que no siempre cuentan con la aceptación de la población, sobre todo si el contexto de los clanes no es favorable. Después del ataque, una de las dificultades es [garantizar] el alojamiento y la alimentación de los rehenes. Esto ha dado lugar a la aparición de una mini-economía alimentada por el monto creciente de los rescates. La piratería da lugar a la creación de empleos. La población costera hace venir a sus parientes y amigos del centro del país para que ayuden en las actividades de ataque y, posteriormente, en la custodia (de barcos y rehenes).

El pago del rescate se hace por lo general al contado, o sea en dinero que se cuenta a bordo y se reparte entre las partes implicadas y todos los participantes en la operación. La repartición del rescate es muy parecida a la del producto de la pesca: un 50% para la «fuerza de trabajo», o sea los hombres que han participado en la acción (que pueden ser hasta 80), un 30% para el cerebro de la operación, un 15% para el intérprete, los comerciantes y más generalmente para los intermediarios y un 5% que se reserva para las familias de los piratas muertos.» [12]


Los dos presidentes del Estado de Puntlandia (no reconocido). A la izquierda, Adde Muse (2005-08). A la derecha Faroole (desde 2009). El gobierno de Puntlandia cobra el 30% de los rescates que reciben los piratas locales.


Puntlandia, la nueva Isla de la Tortuga

En el siglo XVII, el Mar Caribe fue teatro de un conflicto entre los imperios cristianos que favoreció a los piratas. Estos últimos se organizaron en una sociedad secreta, violenta e igualitaria, a la que llamaron los «Hermanos de la costa» y llegaron incluso a apoderarse de territorios que llamaron sus «13 paraísos». Su capital fue la Isla de la Tortuga, donde prosperaban bajo la discreta protección del rey de Francia. La misma estructura existe actualmente en Somalia. El grupo de expertos de la ONU menciona 9 organizaciones criminales, 3 de ellas predominantes [13].

La más célebre es la de Abshir Abdillahi, alias «Boyah», pariente del presidente de Puntlandia, Abdirahman Mohamed, alias «Faroole». Este hombre de 44 años es originario del puerto de Eyl, que ha convertido en su base principal. Dice tener bajo su mando una milicia de más de 500 hombres y haber capturado entre 25 y 60 barcos en alta mar. Entre sus presas se cuentan el barco japonés de transporte de productos químicos Golden Nori (capturado el 28 de octubre de 2007, rescate de 1,5 millones de dólares) y el yate francés de lujo Le Ponant (capturado el 4 de abril de 2008, rescate de 2 millones de dólares). Los rescates obtenidos constituyen sumas astronómicas en relación con el ingreso medio anual de la población de Somalia –una de las más pobres del mundo– evaluado en 282 dólares al año.

El Estado autónomo de Puntlandia es la versión moderna de la Isla de la Tortuga. El gobierno de Bossaso (así se llama la capital de Puntlandia) se jacta de mantener relaciones con Alemania, Yibuti, los Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Etiopía, Kenya y con el Banco Mundial [14]. Presenta un presupuesto anual de 30 millones de dólares, bien poco si se compara con los ingresos de las organizaciones piratas.

Nada tiene de sorprendente que «Boyah» contara con la protección del gobierno de Puntlandia, específicamente del presidente «Faroole», del ministro del Interior, el general Abdullahi Ahmed Jama alias «Ilkajiir», y del ministro de Seguridad Interna, el general Abdillah Sa’iid Samatar.

Según declaraciones del propio «Boyah» a Garowe Online (agosto de 2008), él mismo entregaba a los personajes antes mencionados un 30% de la parte de los rescates correspondiente a los organizadores. 

En mayo de 2009, «Boyah» anunció que se retiraba del «negocio» junto con 180 de sus hombres. Fue reemplazado, al parecer, por uno de sus parientes, Mohamed Abdi Garaad.

Su milicia cuenta actualmente con 800 hombres divididos en 13 grupos. Es responsable principalmente de la captura del barco japonés de transporte a granel Stella Maris (capturado el 20 de julio de 2008, rescate de 2 millones de dólares) y de los mercantes Bunga Melati Dua (capturado el 18 de agosto de 2008, rescate de 2 millones de dólares) de Malasia, BBC Trinidadde Alemania (capturado el 21 de agosto de 2008, rescate de un millón de dólares) y del mercante iraní Iran Deyanat (capturado el 21 de agosto de 2008). También cometió el error de atacar el portacontenedores estadounidense Maersk Alabama (el 8 de abril de 2009), suscitando así la intervención de la 5ª Flota estadounidense.

Otra banda se ha instalado en la disputada provincia de Sanaag. La dirige Fu’aad Warsame Seed, alias «Hanaano». Se trata de una pequeña milicia de unos 60 hombres que dispone de un importante equipamiento militar. Capturó, entre otros, el yate alemán Rockall (el 23 de junio de 2008, rescate de 1 millón de dólares), el barco turco de transporte de productos químicos Karagol (el 12 de noviembre de 2008), dos pesqueros egipcios (el Mumtaz 1 y el Samara Ahmed, 10 de abril de 2009) y el remolcador italiano Buccaneer (el 11 de abril de 2009). 

«Hanaano» cuenta con la protección del ministro del Interior «Ikaljiir», cuyas actividades políticas financia el propio «Hanaano». Tuvo la mala suerte de ser arrestado por los yemenitas el 15 de octubre de 2009, mientras intentaba realizar una nueva operación en sus aguas territoriales. El gobierno de Puntlandia está negociando su liberación.

Localización de las acciones piratas registradas durante el primer trimestre de 2010 (fuente: Buró Marítimo Internacional).



El paraíso de Xaradheere y Hobyo

En el centro de Somalia existe otra organización, creada por Mohamed Hassan Abdi, alias «Afweyne» y al parecer actualmente dirigida por su hijo Abdiqaadir. Está basada en los puertos de Xaradheere y de Hobyo y, en aras de obtener cierta legitimidad, se autoproclama como «Guardacostas de la región central».

Lo que se sabe de sus resultados es impresionante: con las capturas del Semlow (el 26 de junio de 2005), del barco chino de transporte de gas licuado Feisty Gas (el 10 de abril de 2005, rescate de 315 000 dólares), del Rosen (25 de febrero de 2007), del carguero danés Danica White (el 2 de junio de 2007, rescate de 1,5 millones de dólares), del atunero español Playa de Baskio(el 20 de abril de 2008, rescate de 770 000 euros), del barco malasio de transporte de productos químicos Bunga Melati (el 18 de agosto de 2008, rescate de 2 millones de dólares), del barco griego de transporte a granel Centauri (el 17 de septiembre de 2008), del carguero griego Captain Stefanos (el 21 de septiembre de 2008), del carguero ucraniano Faina (el 25 de septiembre de 2008, rescate de 3 millones de dólares), del barco filipino de transporte de productos químicos Stolt Strength(el 10 de noviembre de 2008), del atunero chino Tian Yo no 8 (el 15 de noviembre de 2008), del supertanquero saudita Sirius Star(el 15 de noviembre de 2008, rescate de… ¡15 millones de dólares!), del barco de pasajeros Indian Ocean Explorer (el 2 de abril de 2009), del portacontenedores alemán Hansa Stavanger(el 4 de abril de 2009, rescate de 2 millones de dólares), de la draga belga Pompei (el 18 de abril de 2009, rescate de 2,8 millones de euros), del barco griego de transporte a granel Ariana (el 2 de mayo de 2009, rescate de 3 millones de dólares), del pesquero español Alakrana (el 2 de octubre de 2009, rescate de 2,3 millones de euros), del portacontenedores singapurense Kota Wajar (el 15 de octubre de 2009, rescate de 4 millones de dólares), del barco chino de transporte a granel Xin Hai (el 19 de octubre de 2009, rescate de 4 millones de dólares) y, últimamente… del tanquero ruso Moscow University (el 5 de abril de 2010, sin rescate.).
El 23 de septiembre de 2009, el coronel Khadafi defiende a su amigo «Afweyne» desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU. © Marco Castro, Servicio de Prensa de la ONU.


¿Piratas o filibusteros?

Si volvemos al precedente histórico de los Hermanos de la Costa surgidos durante el siglo XVII en las aguas del Mar Caribe vemos que si los piratas lograron instalarse en sus «13 paraísos» fue porque, muy discretamente, prestaban servicios a los Estados. Eran en realidad filibusteros, o sea las autoridades políticas les encomendaban ocasionalmente la realización de misiones inconfesables. En nuestra época, la situación no puede ser diferente.

Cuando el Estado Mayor ruso planteó la realización de una operación multinacional destinada a limpiar Puntlandia y los puertos de Xaradheere y Hobyo, los anglosajones rechazaron de plano aquella proposición. Lo que pasa es que los dirigentes políticos de esos territorios son aliados de la CIA, del MI6 y del Mossad contra los islamistas de Al-Shabaab. Para darle color local, el masivo apoyo de los anglosajones pasa a través de Addis Abeba (Etiopía), donde el Departamento de Estado está construyendo la mayor embajada estadounidense del mundo, después de la de Bagdad (Irak).

Según el semanario británico The Spectator, los jefes piratas de Puntlandia han sido recibidos amistosamente a bordo de varios navíos de guerra estadounidenses a los que han ido a tomar café [15].

En sus «tratos» con los piratas de Xaradheere y de Hobyo, que no disponen de los servicios de un cuasi Estado como Puntlandia, los anglosajones han recurrido a una cobertura muy diferente. 

El 23 de septiembre de 2009, los diplomáticos que escuchaban el interminable discurso del coronel Muamar el Khadafi ante la Asamblea General de la ONU estaban tan aburridos que muchos prefirieron irse a la cafetería a esperar que terminara. Lo cual fue un error.

Durante su arenga sobre el funcionamiento de la ONU, el jefe del Estado libio cayó en frecuentes digresiones. Una de ellas lo llevó a asumir la defensa de los piratas somalíes, asimilando las actuales organizaciones criminales a grupos de pescadores arruinados –lo cual, como ya vimos anteriormente, es falso [16]. El coronel Khadafi mencionó la solemne acogida que él mismo reservó en Trípoli, del 1º al 4 de septiembre de 2009, a «Afweyne» y sus lugartenientes.

Libia pretende desempeñar un papel en África. Pero sólo puede pretender hacerlo realmente desde su pública reconciliación con Estados Unidos (país que puso al coronel Khadafi en el poder). En todo caso, África se ha convertido en una especie de terreno cerrado donde Estados Unidos enfrenta a China. El primero subcontrata la realización de sus acciones secretas a Israel mientras que la segunda recurre a los servicios iraníes. 


¡Aló, aquí Ehud Olmert!


Según el entonces inamovible presidente yemenita Ali Abdullah Saleh, los jefes piratas de Puntlandia arrestados en sus aguas territoriales recibían órdenes por teléfono satelital y desde la oficina del ex primer ministro israelí Ehud Olmert. Estas acusaciones, ampliamente difundidas por la prensa árabe, han sido en cambio completamente ignoradas por la «comunidad internacional».

Como buenos filibusteros, los piratas somalíes saben prestar servicios en el momento oportuno y, mientras tanto, actúan por su cuenta. No es por lo tanto sorprendente que sigan cometiendo sus fechorías a pesar de la presencia de varias marinas de guerra en la región.

Habría que preguntarse incluso si las informaciones recogidas durante las reuniones de «Toma de Conciencia Compartida y de Prevención de Conflictos» (SHADE) organizadas por el Pentágono en Bahrein no están siendo entregadas a los piratas para evitarles encuentros fatales.




Thierry Meyssan


Fuente de consulta: Red Voltaire 
Fuente: Odnako (Federación Rusa) 

Este trabajo de investigación fue realizado para el semanario ruso Odnako después del abordaje contra el tanquero ruso Moscow University (o sea, antes del ataque israelí contra la Flotilla de la Libertad, que no se menciona en este artículo). El presente artículo es el principal dossier y tema de la portada del número 23 de Odnako. El autor agregó las notas con vistas a su publicación en la versión destinada a Internet.

[1] The political development of Somaliland and its conflict with Puntland, por Beruk Mesfin, Institute for Security Studies (Afrique du Sud), septiembre de 2009.
[2] Sitios de Internet extraoficiales de Ahlu Sunna wal Jama’a: Shaaficiyah.com (en inglés) y Ahlusunna.org.
[3] Sitio de Internet extraoficial de Al-Shabaab
[4] Sobre el desplazamiento geográfico de los ataques, ver Piracy: The Motivation and Tactics, por Nicole Stracke y Marie Bos, Gulf Research Center, 2009.
[5] Combating Somali Piracy: the EU’s Naval Operation Atalanta, Cámara de los Lores del Reino Unido (ref. HL 103, 14 de abril de 2010).
[6] Piracy: threat or nuisance? por Alessandro Scheffler, NATO Defense College, Rome (ref. Research Paper 56, febrero de 2010).
[7] China’s Participation in Anti-Piracy Operations off the Horn of Africa: Drivers and Implications, editado por Alison A. Kaufman, Center for Naval Analysis, USA, (réf. MISC D0020834.A1/, julio de 2009). China and Maritime Cooperation: Piracy in the Gulf of Aden por Gaye Christoffersen, Institut fur Strategie- Politik- Sicherheits- und Wirtschaftsberatung, 2010.
[8] Sitio Internet de Sea Vision.
[9] «La piraterie profite aux sociétés privées de sécurité», por Marie-France Joubert, France 24, 26 de noviembre de 2008.
[10] Por ejemplo: The Maritime Dimension of International Security. Terrorism, Piracy, and Challemges for the United States, por Peter Chalk, Rand Corporation, 2008.
[11] «Le retour de la guerre de course», por Jean-Paul Pancracio, Bulletin d’études de la marine numéro 43, diciembre de 2008, Centre d’enseignement supérieur de la Marine, Ministerio de Defensa, París. El autor cita el artículo «Washington lâche des corsaires dans l’océan Indien», por Philippe Chapleau, Ouest France, edición correspondiente a los días 3 y 4 de noviembre de 2007.
[12] La Piraterie maritime, informe de la Comisión de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas, Asamblea Nacional de Francia, (ref. 1670, 13 de mayo de 2009). Relator: Christian Menard.
[13] Tercer Informe del Grupo de Control sobre Somalia redactado en aplicación de la resolución 1853 (2008) del Consejo de Seguridad de la ONU (ref. S/2010/91), 10 de marzo de 2010.
[14] Ver en Internet el sitio oficial del Estado Autónomo de Puntlandia.
[15] Investigación de Aidan Hartley, The Spectator, edición de 6 de diciembre de 2008.
[16] «Intervención de Muammar al-Gaddafi ante la Asamblea General de las Naciones Unidas », Red Voltaire, 23 de septiembre de 2009.

06 diciembre 2017

Descifrando la crisis chino-estadounidense (2)


© Flickr/ Official U.S. Navy Page




Ir a la primera parte



China en la mira del Pentágono

LA GEOPOLÍTICA DE OBAMA DEL «PIVOTE» CHINO


por F. William Engdahl



Nota del editor del blog

Este artículo fue redactado por F. William Engdahl en 2012. Es, como muchos de los artículos que publicamos, analogía en el presente. Los hechos de actualidad son los mismos de hace 10 años o más. El intervencionismo sigue su curso en el mundo, esas aventuras guerreristas disfrazadas de globalización económica no son procesos a corto plazo, sobrepasan generaciones, más el objetivo se mantiene imperturbable.

Es una guerra entre superpotencias. Una guerra de carácter económico que mata mucha gente, en cualquier momento puede desencadenarse un gran conflicto armado entre las grandes potencias en pugna por hacerse con el control del África, Medio Oriente y regiones del Asia. Es una guerra imperceptible para la mayoría, se desarrolla entre aliados de la OTAN, viejas potencias colonialistas europeas que pugnan en contra del poder financiero de la City de Londres y los Estados Unidos, todos luchan entre sí. Pero, también ha surgido otra competencia poderosa desde hace algunas décadas: CHINA, que se suma a esa guerra por la hegemonía de los mercados internacionales. No debemos olvidar tampoco a Rusia, que a su manera, también participa en esa disputa y algunas potencias del mundo islámico como Irán y la Arabia de los Saud. No debemos dejar por alto los intereses regionales y las guerras que fomenta el estado de Israel.

Eso lo hemos visto en una entrega anterior, ÁFRICA: APOCALIPSIS NOW. En esta entrega nos centraremos a la disputa directa entre China y los Estados Unidos, desde la perspectiva geo estratégica  y militar.

Buena lectura.

                                                                                                        t.a.



*****


El surgimiento de China como nueva potencia económica mundial con intereses propios llevó a la administración Obama a adoptar, en 2011, una nueva estrategia “de defensa” en la región del Pacífico. Desde ese momento, el Pentágono viene posicionando sus fuerzas alrededor de la nueva potencia asiática, complementando esto con la importante cooperación de Australia, un despliegue de instalaciones y medios de combate que le permitiría cortar las rutas comerciales por las que fluye hacia China el petróleo proveniente de África y del Medio Oriente. William Engdahl explica a fondo los detalles del viraje geopolítico estadounidense en el Pacífico, que puede dar lugar a un nuevo conflicto militar de gran envergadura en un futuro no muy lejano.



El ex presidente Obama y la ex primera ministro de Australia, Julia Gillard, en un encuentro con las tropas australianas y estadounidenses acantonadas en la base militar de Darwin, Australia, el 17 de noviembre de 2011.


Desde el colapso de la Unión Soviética y el fin nominal de la Guerra Fría hace unos 25 años, lejos de reducir el gigantesco gasto militar estadounidense, el Congreso de Estados Unidos y todos sus presidentes han expandido enormemente el gasto para nuevos sistemas de armamento. Han incrementado el número de bases militares permanentes en todo el mundo  (más de 860 bases militares de EEUU en más de 40 países) y ampliado la OTAN no solamente hacia países del antiguo Pacto de Varsovia en la periferia inmediata de Rusia, sino que también han expandido la presencia militar de la OTAN y Estados Unidos al interior de Asia, en los límites de China a través de su guerra en Afganistán y campañas relacionadas.



Parte I: el Pentágono apunta a China


Sobre la base de simples desembolsos de dólares para gasto militar, el presupuesto combinado del Pentágono, y dejando de lado los enormes presupuestos para agencias relacionadas con la defensa y seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos, como el Departamento de Energía y el Tesoro y otras agencias, el Departamento de Defensa estadounidense gastó alrededor de US $739 mil millones en 2011 para sus requisitos militares. (Nota del editor del blog: Trump ha presentado su proyecto de  presupuesto federal para defensa en 2018 aumentando los gastos por la suma de US 54.000 millones, según fuentes de la Casa Blanca. Eso representa un incremento de 9% en el presupuesto militar estadounidense)

China oficialmente gastó apenas 10% en la inversión de EEUU en defensa, unos US $90 mil millones, o, si se incluyen algunas importaciones de armas relacionadas con defensa y otros costos, quizá US $111 mil millones al año. Incluso si las autoridades chinas no publican datos completos sobre tales áreas sensibles, es evidente que China gasta apenas una fracción de lo que gasta Estados Unidos y parte de una base tecnológica-militar bastante atrasada respecto a la estadounidense.

Hoy en día, debido a su dinámico crecimiento económico y a su determinación para proteger sus intereses nacionales, China se ha convertido con su mera existencia en la nueva “imagen del enemigo” del Pentágono, reemplazando ahora a la anterior “imagen del enemigo” del Islam utilizada después de septiembre de 2001 por la administración Bush-Cheney para justificar la búsqueda de poder mundial del Pentágono, o a la del comunismo soviético durante la Guerra Fría. La nueva postura militar de Estados Unidos contra China no tiene nada que ver con ninguna amenaza agresiva por parte del gran país asiático. El Pentágono ha decidido intensificar su agresiva postura militar hacia China solamente porque ésta se ha vuelto un sonoro polo independiente en la economía y geopolítica mundial. En el mundo globalizado de Washington sólo hay cabida para estados vasallos.


En la Doctrina Obama: China es la nueva «imagen del enemigo»

Después de casi dos décadas de descuidar sus intereses en Asia Oriental, en 2011, la administración Obama anunció que Estados Unidos realizaría “un giro estratégico” en su política exterior a fin de enfocar su atención política y militar a la región Asia-Pacífico, particularmente al sureste asiático, es decir, a China. El término “giro estratégico” es una página del libro de texto clásico del padre de la geopolítica británica, Sir Halford Mackinder, que habló varias veces de Rusia y posteriormente de China como “potencias pivote” cuya posición geográfica y geopolítica implicaba retos extraordinarios para los anglosajones, y después de 1945, para la hegemonía estadounidense.

Durante los meses finales de 2011, la administración Obama definió claramente una nueva doctrina pública de amenaza militar para la disponibilidad militar de Estados Unidos tras sus fracasos militares en Iraq y Afganistán. Durante un viaje presidencial a Lejano Oriente, mientras se encontraba en Australia, el presidente de Estados Unidos reveló lo que se define como la Doctrina Obama [1].

Obama dijo entonces a los australianos:

Con la mayoría del poder nuclear mundial y casi la mitad de la humanidad, Asia definirá en buena parte si el siglo venidero quedará marcado por el conflicto o la cooperación (…) Por lo tanto, como presidente he tomado una decisión deliberada y estratégica — como nación del Pacífico, Estados Unidos desempeñará un papel más amplio y a largo plazo en la conformación de esta región y su futuro (…) He instruido a mi equipo de seguridad nacional para hacer de nuestra presencia y misión en la región Asia-Pacífico una prioridad de alto nivel (…) Como planeamos y presupuestamos para el futuro, asignaremos los recursos necesarios para mantener nuestra fuerte presencia militar en esta región. Conservaremos nuestra capacidad extraordinaria para proyectar poder y disuadir amenazas a la paz. (…) Nuestros intereses duraderos en la región demandan nuestra presencia duradera en la región.
Estados Unidos es una potencia del Pacífico, y estamos aquí para quedarnos. De hecho, ya estamos modernizando la postura de defensa de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico. Se desplegará más ampliamente — manteniendo nuestra fuerte presencia en Japón y la península de Corea, reforzando simultáneamente nuestra presencia en el sureste asiático. Nuestra postura será más flexible — con nuevas capacidades para garantizar que nuestras fuerzas puedan operar libremente. Creo que podemos abordar retos compartidos, tales como la proliferación y la seguridad marítima, incluyendo la cooperación en el mar del Sur de China. [2]

El eje de la visita de Obama fue el anuncio de que al menos 2,500 marines estadounidenses serán emplazados en Darwin, en el Territorio del Norte de Australia. Además, en una serie de significativos acuerdos paralelos, hubo pláticas con Washington para usar aviones estadounidenses no tripulados de vigilancia de largo alcance provenientes de las remotas Islas Cocos — un territorio australiano en el Océano Índico. Estados Unidos tendrá también acceso a un mayor uso de las bases de la Fuerza Aérea Australiana y más visitas de embarcaciones y submarinos al Océano Índico a través de una base naval a las afueras de Perth, en la costa occidental de Australia.

La base estadounidense de Cocos Island (en el círculo rojo) debe garantizar el control del Océano Índico.



El blanco del Pentágono es China

Para dejarles claras las cosas a los miembros europeos de la OTAN, en comentarios realizados en Washington en julio de 2012, Phillip Hammond, Secretario de Estado para la Defensa del Reino Unido declaró explícitamente que el nuevo rumbo de la defensa estadounidense hacia la región Asia-Pacífico apuntaba de lleno a China. Hammond dijo que, “la creciente importancia estratégica de la región Asia-Pacífico demanda que todos los países, pero sobre todo Estados Unidos, reflejen en su postura estratégica la emergencia de China como una potencia global. Lejos de preocuparse por la acometida hacia la región Asia-Pacífico, las potencias europeas de la OTAN deben darle la bienvenida al hecho de que Estados Unidos desea embarcarse en este nuevo reto estratégico en representación de la alianza.” [3]

Como con muchas de sus operaciones, el despliegue del Pentágono es mucho más profundo de lo que pudiese sugerir el número relativamente pequeño de 2,500 nuevos soldados estadounidenses.

En agosto de 2011 el Pentágono presentó su informe anual sobre el ejército chino. Se establece que China había cerrado brechas tecnológicas fundamentales. El Secretario Adjunto de Defensa para Asia Oriental, Michael Schiffer, dijo que el ritmo y alcance de las inversiones militares le habían “permitido a China luchar por capacidades que consideramos son potencialmente desestabilizadoras para los equilibrios militares regionales, incrementar el riesgo de malentendidos y errores de cálculo y puede contribuir a tensiones y preocupaciones “regionales” [4]. Citó la restauración por parte de China de un portaaviones de la era soviética y el desarrollo del avión furtivo chino de combate J20, como indicios de la nueva capacidad que demanda una respuesta militar más activa de Estados Unidos. Schiffer citó también las operaciones espaciales y cibernéticas de China, diciendo que estaba “desarrollando un programa multidimensional para mejorar sus capacidades para limitar o impedir el uso de activos espaciales por adversarios durante momentos de crisis o conflictos.” [5]

El avión de guerra chino Chengdu J-20, (interceptor Multipropósito 20) es de quinta generación, de la tecnología Stealth (indetectable por radar, avión invisible o avión stealth), desarrollado por la fábrica Chengdu Aircraft Industry Group para la Fuerza Aérea del Ejército Popular chino. Según The Jamestown Foundation, uno de los tanques pensantes de Washington, puede dejar obsoleto todo el sistema de defensa aérea instalado en la región. Aún más, el desarrollo de satélites espías, por parte de científicos chinos, operará como un radar cuántico capaz de rastrear y diferenciar, ante la más mínima indicación de luz, objetivos nocturnos como falsas señales y aviones reales, eso significaría que aviones furtivos enemigos con sus novedosos sistemas de absorción de ondas de radar no  tendrían utilidad con esta nueva tecnología, mucho menos las técnicas modernas de camuflaje electrónico útiles para ocultar tropas o vehículos blindados.




Parte II: la «Batalla Aire-Mar» del Pentágono


La estrategia del Pentágono para derrotar a China en una guerra venidera, estrategia cuyos detalles se han filtrado a la prensa estadounidense, es llamada la “Batalla Aire-Mar”. Esto hace un llamado a un agresivo ataque coordinado de Estados Unidos. Los submarinos y bombarderos furtivos estadounidenses destruirían los radares de vigilancia de largo alcance y sistemas de misiles de precisión de China en el interior del país. Esta “campaña cegadora” inicial sería seguida por un asalto aéreo y naval más amplio sobre China misma [6].

Crucial para la estrategia avanzada del Pentágono, cuyo despliegue ya ha comenzado discretamente, es la presencia naval y aérea del ejército de Estados Unidos en Japón, Taiwán, Filipinas, Vietnam y en todo el Mar del Sur de China y el Océano Índico. El despliegue naval y de tropas australianas tiene como objetivo acceder al estratégico Mar del Sur de China así como también al Océano Índico. El motivo estipulado es “proteger la libertad de navegación” en el estrecho de Malaca y en el Mar del Sur de China. En realidad se pretende cortar las rutas petroleras estratégicas de China en caso de un conflicto total.


Portaaviones estadounidense USS John C. Stennis navegando en el mar de Filipinas.


El objetivo de la Batalla Aire-Mar es ayudar a las fuerzas estadounidenses a resistir un asalto inicial chino y a contraatacar para destruir los sofisticados sistemas de radar y misiles chinos construidos para mantener a las embarcaciones estadounidenses alejadas de la costa china. [7]

El siguiente mapa refleja las diferentes reivindicaciones planteadas por varios países en el Mar de China meridional o Mar del Sur de China (South China Sea). Las líneas de colores representan las aspiraciones de los países. La posición China es la misma desde los años cuarenta a la que se oponen los países vecinos. Esa línea incluye las Islas Paracelso (en realidad es un pequeño Archipiélago que incluye la más conocida isla de Woody (donde hace pocos días los cazas de combate chinos han aterrizado en maniobras). Las Islas Spratly, son islotes rocosos controlados por varios países, incluso se han dado enfrentamientos militares. La tesis que se maneja es la “libre navegación y pesca” en la zona, existen dictámenes emitidos por la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya (disputa con Filipinas) y otras reclamaciones, generalmente se acepta en el Derecho Internacional (organismos controlados por las potencias occidentales) sobre la carencia de legitimidad en las reclamaciones chinas. La posición china ha sido rechazar al organismo internacional porque no se reconoce los elementos históricos. Sin duda, la reivindicación china es ejercer soberanía plena en el mar de la China meridional y no internacional como es el statu quo vigente. La clave es que esa soberanía de China le permitiría controlar totalmente la navegación. Son algo más de sesenta conflictos abiertos con los estados vecinos e incluso con los Estados Unidos (disputas por unos islotes). Y como ya sabemos, los EEUU se autoproclaman defensores de la libre circulación por la zona. La mitad del tráfico comercial del mundo, gran parte del petróleo consumido por los países asiáticos pasan por el área disputada, son vitales para China y los EEUU. También es vital destacar que no solo China construye pistas de aterrizaje en las islas Spratly, también lo ha hecho Vietnam, Taiwan, Filipinas.









La 'Batalla Aire-Mar' EEUU vs China


La “China Blinding” Air Sea Attack Strategy concebida por el Pentágono para eliminar los radares chinos.


Además del destacamento de marines estadounidenses en el norte de Australia, Washington planea utilizar sus aviones no tripulados de vigilancia de largo alcance, provenientes de las remotas Islas Cocos —un territorio australiano en el estratégicamente vital Océano Indico. También tendrá acceso a las bases de la Fuerza Aérea Australiana y habrá más visitas de embarcaciones y submarinos al Océano Índico a través de la base naval a las afueras de Perth, en la costa occidental de Australia. [8]

El arquitecto de la estrategia anti-China del Pentágono de la batalla Aire-Mar es Andrew Marshall, el hombre que ha delineado la estrategia de guerra avanzada del Pentágono por más de 40 años y entre cuyos pupilos se cuentan Dick Cheney y Donald Rumsfeld [9]. Desde los años 1980, Marshall ha sido un promotor de una idea postulada primeramente, en 1982, por el mariscal Nikolai Ogarkov, el entonces jefe de los generales soviéticos, estrategia denominada RMA (por sus siglas en inglés ‘Revolution in Military Affairs’ – ‘Revolución en Asuntos Militares’). Marshall, actualmente con 91 años de edad, aún atiende su escritorio y evidentemente tiene mucha influencia dentro del Pentágono (Nota del editor del blog: se jubiló el 2 de enero de 2015)

La mejor definición de la RMA fue la que proporcionó el propio Marshall: “Una Revolución en Asuntos Militares es un reto de envergadura en la naturaleza de la guerra provocada por la aplicación innovadora de nuevas tecnologías que, combinadas con cambios dramáticos en la doctrina militar y con conceptos operacionales y organizacionales, fundamentalmente altera el carácter y conducta de las operaciones militares.” [10]

También fue Andrew Marshall quien convenció al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y a su sucesor Robert Gates para desplegar el Escudo de “defensa” antimisiles en Polonia, la República Checa, Turquía y Japón como estrategia para reducir cualquier amenaza nuclear potencial proveniente de Rusia y, en el caso de la defensa de misiles balísticos, cualquier amenaza nuclear potencial proveniente de China.



Parte III: la estrategia del «collar de perlas» del Pentágono



La “String of Pearls” Strategy, concebida por el Pentágono para bloquear el suministro de petróleo a China.


En enero de 2005, Andrew Marshall envió al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld un informe interno clasificado titulado “Futuros de la energía en Asia.” El informe Marshall, que se filtró totalmente a un periódico de Washington, acuñó el término de la estrategia del “collar de perlas” para describir lo que llamó la creciente amenaza militar china a los “intereses estratégicos de EUA” (es decir Estados Unidos de América) en el espacio asiático. [11]

El informe interno del Pentágono afirmaba que “China está construyendo relaciones estratégicas a lo largo de las rutas marítimas desde Medio Oriente hasta el Mar del Sur de China de manera que sugieren un posicionamiento defensivo y ofensivo para proteger los intereses energéticos de China, pero también para atender vastos objetivos de seguridad.”



Andrew Marshall (1921- ). Nombrado director del Office of Net Assessment desde la creación misma, bajo la administración Nixon, en 1973, de esa dependencia del Departamento de Defensa, Andrew Marshall siguió en ese puesto hasta enero del 2015, año en que se jubiló por su avanzada edad.


En aquel informe de Andrew Marshall se utilizó por vez primera el término estrategia del “collar de perlas” de China. Es un término del Pentágono y no un término chino.

El informe afirmaba que China estaba adoptando una estrategia del “collar de perlas” de bases y vínculos diplomáticos desde el Medio Oriente hasta el sur de China, estrategia que incluye una nueva base naval en construcción en el puerto paquistaní de Gwadar. Aseguraba que “Pekín ha establecido puestos de escuchas electrónicas ilegales en Gwadar, en el extremo suroccidental del país, la parte más cercana al Golfo Pérsico. El puesto monitorea el tráfico de embarcaciones a través del estrecho de Ormuz y el Mar Arábigo.” [12]

El informe interno Marshall continuaba advirtiendo sobre otras “perlas” en la estrategia de rutas marítimas de China:

Bangladesh: China está fortaleciendo sus vínculos con el gobierno y construyendo instalaciones portuarias para contenedores en Chittagong. Los chinos están “buscando un acceso naval y comercial mucho más extenso” en Bangladesh.

Birmania: China ha desarrollado vínculos estrechos con el régimen militar en Rangún y ha convertido una nación que no se fiaba de China en un “satélite” de Pekín cercana al estrecho de Malaca, a través del cual pasa el 80% petróleo importado de China. China está construyendo bases navales en Birmania y tiene instalaciones de recolección de inteligencia electrónica en islas en la Bahía de Bengala y cerca del Estrecho de Malaca. Pekín también le suministra a Birmania “miles de millones de dólares en ayuda militar para apoyar una alianza militar de facto”, afirma el informe.

Camboya: China firmó un acuerdo militar en noviembre de 2003 para proporcionar entrenamiento y equipo. Camboya está ayudando a Pekín a construir vías férreas desde el sur de China hacia el mar.

Mar del Sur de China: Las actividades chinas en la región tienen que ver menos con reivindicaciones territoriales que con “la protección o denegación del tránsito de buques cisternas a través del Mar del Sur de China”, afirmaba el informe. China está construyendo sus fuerzas militares en la región para poder “proyectar poder aéreo y marino” desde el continente y la isla Hainan. China mejoró recientemente una pista de aterrizaje militar en la isla Woody incrementó su presencia mediante plataformas de perforación petrolera y buques oceanográficos.


El proyecto chino para la construcción de un canal marítimo a través del istmo de Kra, en Tailandia.


Tailandia: China está considerando financiar la construcción de un canal de US $20 mil millones a través del istmo de Kra, lo cual permitiría a los barcos desviarse del Estrecho de Malaca. El proyecto del canal otorgaría a China instalaciones portuarias, almacenes y otra infraestructura en Tailandia con el objetivo de reforzar la influencia china en la región, afirmaba el informe. El Comando Sur del ejército de Estados Unidos produjo, a finales de los años 1990, un informe clasificado similar que advertía que China pretendía utilizar instalaciones portuarias comerciales en todo el mundo para controlar “cuellos de botella” estratégicos. [13]


Romper el Collar de perlas

Desde ese informe de 2005, las acciones del Pentágono y de Estados Unidos han tenido como objetivo contrarrestar los intentos de China o defender su seguridad energética mediante ese “Collar de perlas”. Las intervenciones de Estados Unidos, desde 2007, en Birmania/Myanmar ha tenido dos fases.

La primera fue la llamada “Revolución azafrán”, una desestabilización apoyada en 2007 por el Departamento de Estado y la CIA para llamar la atención internacional sobre las prácticas de derechos humanos de la dictadura militar de Myanmar. El objetivo era reforzar el aislamiento internacional de ese país, estratégicamente ubicado, de todas las relaciones económicas, además de China. Los antecedentes de las acciones de Estados Unidos eran la construcción por China de oleoductos y gasoductos provenientes de Kunming, en la suroccidental provincia china de Yunnan, a través de la vieja Carretera de Birmania a través de Myanmar hacia la Bahía de Bengala desde la India y Bangladesh, al norte del Océano Índico. (Nota del editor del blog: A fines septiembre de 2017 EEUU con sus aliados de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC) reunen al Consejo de Seguridad  de las Naciones Unidas, se acusó de “genocidio” al gobierno de coalición de Myanmar, eso justifica una guerra con o sin apoyo de la ONU. El budismo es el “malo” con la minoría musulmana de los rohingyas. Bien, existe la organización armada de los rohingyas, el Movimiento por la Fe o Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (entrenado por los británicos en Arabia Saudita y Bangladesh, con unos 5. 000 combatientes). El pasado agosto, los servicios de inteligencia saudíes y de EEUU utilizaron al Ejército de Salvación Rohingya para atacar cuarteles del ejército y policía. Las tropas birmanas realizaron una operación antiterrorista contra los yihadistas que terminó con la huida de algunos cientos de familiares de los yihadistas hacia Bangladesh. El presidente turco, Erdogan, “alerta” al mundo musulmán con “el genocidio contra los rohingyas” e incitando a salvar a los rohingyas… apoyando a su Ejército de Salvación… Según Thierry Meyssan, los yihadistas nunca defendieron a los rohingyas, al contrario, hicieron fracasar toda negociación, mejorar sus condiciones de vida y discriminación. “Según los rohingyas, los soldados del ejército birmano estaban quemando sus aldeas, pero según el ejército birmano eran los yihadistas quienes cometían esos hechos. Poco a poco, todos los rohingyas del norte de la región de Arakan se marchaban para buscar refugio en Bangladesh, cosa que curiosamente no hicieron los rohingyas que viven en el sur de la misma región”. El mundo musulmán recurrió a la campaña de apoyo con material fotográfico de un supuesto asesinato de musulmanes por los monjes budistas en Birmania. En realidad muchas de las fotografías son antiguas instantáneas de una ceremonia fúnebre con víctimas de un terremoto en China. Ninguna de las fotos fue tomada en Birmania, la falsedad ha sido desenmascarada. Solo Bangladesh se percató del papel de los yihadistas y garantizaron su apoyo a Myanmar contra los terroristas. Bangladesh es consciente que Arabia Saudí protege, asigna fondos y maneja  el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan.  Mayor información en el artículo publicado en este blog:  El islam político contra China )

Forzar a los líderes militares de Birmania a una mayor dependencia respecto a China fue uno de los factores que provocaron la decisión de los militares de Myanmar de abrirse económicamente a Occidente. Declararon que el recrudecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos había dañado enormemente al país y el presidente Thein Sein realizó su mayor apertura de liberalización, así como también le otorgó la libertad a la disidente Aung San Suu Kyi, apoyada por Estados Unidos, para que pueda contender por un cargo de elección popular por su partido; a cambio, recibió promesas de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, de inversiones estadounidenses en el país y el posible levantamiento de las sanciones económicas. [14]

Las empresas estadounidenses que se relacionan con Birmania son seleccionadas cuidadosamente en Washington para introducir las más destructivas reformas de “libre mercado” que llevarán la inestabilidad a Myanmar. Estados Unidos no permitirá inversiones en entidades que sean propiedad de las Fuerzas Armadas de Myanmar o de su Ministerio de Defensa. También podrá imponer sanciones a “aquellos que socaven el proceso de reforma, involucrados en abusos a los derechos humanos que hayan contribuido a conflictos étnicos o participado en intercambios militares con Corea del Norte.” Estados Unidos impedirá que empresas o personas establezcan transacciones con todo “ciudadano o empresa designado(s) especialmente” que controlen — permitiéndole a Washington, por ejemplo, detener la canalización de recursos económicos a grupos que “interrumpan el proceso de reforma”. Es el clásico planteamiento de “la zanahoria y el garrote”, donde la zanahoria está representada por fabulosas riquezas si Birmania abre su economía a las empresas estadounidenses y castiga a quienes intentan resistirse a la absorción de los principales activos del país. El petróleo y el gas, vitales para China, serán un objetivo especial de la intervención estadounidense. Las empresas y ciudadanos estadounidenses podrán invertir en empresas de petróleo y gas propiedad del estado (Myanma Oil and Gas Enterprise). [15]

Obama también creó una nueva fuerza para que el gobierno imponga “sanciones de bloqueo” a cualquier persona que amenace la paz en Myanmar. Las empresas con más de US $500,000 inversión en el país deberán presentar un informe anual al Departamento de Estado, con detalles sobre derechos laborales, adquisición de tierras, y pagos superiores a US $10,000 a entidades gubernamentales, incluyendo empresas estatales de Myanmar. Las empresas y ciudadanos estadounidenses podrán invertir en la empresa Myanma Oil and Gas Enterprise, de propiedad estatal, pero los inversores deberán informarle al Departamento de Estado en el término de 60 días.

También, las ONGs estadounidenses de “derechos humanos”, muchas de ellas asociadas estrechamente con los planteamientos geopolíticos del Departamento de Estado, incluyendo a Freedom House, Human Rights Watch, Institute for Asian Democracy (Instituto para la Democracia en Asia), la Open Society Foundation, Physicians for Human Rights (Médicos por los derechos humanos), U.S. Campaign for Burma (Campaña de EEUU por Birmania), United to End Genocide (Unidos para terminar el genocidio)—  operan en Myanmar de acuerdo con una decisión de la Secretaria de Estado desde abril de 2012. [16]

Tailandia, otra clave en la estrategia defensiva del Collar de perlas de China, también ha sido sometida a una intense desestabilización en estos años. Ahora con la hermana de un corrupto ex primer ministro en el poder, las relaciones EEUU-Tailandia ha mejorado significativamente.

Después de choques sangrientos, el multimillonario apoyado por Estados Unidos, el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, consiguió imponer a su hermana, Yingluck Shinawatra como primera ministra, y según se informa, sigue moviendo los hilos desde el extranjero. El propio Thaksin disfruta de una cómoda estadía en Estados Unidos al momento de escribirse este artículo (verano de 2012).

Las relaciones de Estados Unidos con la hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra, están encaminadas a satisfacer plenamente el “giro estratégico” de Obama para enfocarse en la “amenaza china”. En junio de 2012, el General Martin E. Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, declaró a su regreso de una visita a Tailandia, Filipinas y Singapur: “Queremos asociarnos con naciones y tener una presencia alternada que nos permita construir capacidades comunes para intereses comunes.” Éstas son precisamente las cuentas principales en lo que el Pentágono define como el Collar de Perlas.

El Pentágono está negociando discretamente regresar a las bases abandonadas después de la guerra de Vietnam. Está negociando con el gobierno tailandés para crear un nuevo centro de “ayuda para desastres” en el campo de aviación de la Armada Real Tailandesa en U-Tapao, a 144 km al sur de Bangkok.

El ejército estadounidense construyó la pista de 3 km de largo, una de las más largas de Asia, en los años 1960 para servir de base principal de escala y reabastecimiento de combustible durante la guerra de Vietnam.

El Pentágono también está trabajando para garantizar más derechos a las visitas de la marina de guerra estadounidense a puertos tailandeses a fin de coordinar vuelos de vigilancia para monitorear rutas comerciales y desplazamientos militares. Y pronto tendrá a Singapur como base para cuatro de sus más recientes buques de guerra — buques de combate litoral — y los alternará periódicamente a Tailandia y a otros países del sureste asiático. La Armada de EEUU pretende opciones para realizar misiones de vuelos de vigilancia ordenados desde Tailandia. [17]

Además, el ex subsecretario de Defensa Ashton Carter visitó Tailandia en julio de 2012 y el gobierno tailandés invitó al secretario de Defensa Leon Panetta, quien se reunió con el ministro tailandés de Defensa en una conferencia en Singapur en junio de 2012 [18]. En 2014, la marina de guerra estadounidense tuvo agendado comenzar el despliegue de una nueva aeronave antisubmarinos y de reconocimiento P-8A Poseidon en el Pacífico, reemplazando a los aviones de vigilancia P-3C Orion. También preparó el despliegue de nuevos aviones no tripulados de vigilancia de gran altura en la región Asia-Pacífico en esos tiempos. [19]



Parte IV: Defensa India-EEUU «Política de mirar hacia el este»



El ex secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, con su interlocutor indio A. K. Antony, en Nueva Delhi, el 6 de junio de 2012.


El ex Secretario de Defensa, Leon Panetta, estuvo en la India en junio de 2012. Allí proclamó que la cooperación en materia de defensa con la India es el eje de la estrategia estadounidense de seguridad en Asia. Se comprometió a ayudar a desarrollar las capacidades militares de la India y a colaborar en la producción conjunta de “artículos” de defensa de alta tecnología. Panetta fue el quinto secretario del gabinete de Obama en visitar la India ese año. El mensaje que todos llevaron es que, para Estados Unidos, la India será la relación más importante del siglo XXI. La razón es el surgimiento de China. [20]

Hace varios años, durante la administración Bush, Washington realizó un paso de envergadura al asegurar a la India como aliado militar de Estados Unidos frente a la creciente presencia china en Asia. La India lo define como la “Política de mirar hacia el este”. En realidad, a pesar de todas las afirmaciones sobre lo contrario, es una política militar de “mirar hacia China”.

En comentarios realizados en agosto de 2012, el subsecretario de Defensa Ashton Carter declaró, “la India es también una parte fundamental de nuestro reequilibrio en la región Asia-Pacífico, y, creemos, para más seguridad y prosperidad en el siglo XXI. Las relaciones EEUU-India tienen un alcance mundial, como al alcance influencia de ambos países.” [21]. En 2011, el ejército estadounidense realizó más de 50 actividades militares significativas con la India.

Carter continuó haciendo observaciones después de un viaje a Nueva Delhi, “Nuestros intereses de seguridad convergen: en seguridad marítima, en toda la región del Océano Índico; en Afganistán, donde la India ha realizado muchísimo por el desarrollo económico y las fuerzas de seguridad afganas; y en temas regionales más amplios, donde compartimos intereses a largo plazo. Estuve en la India a solicitud del secretario Panetta y con una delegación de alto nivel de expertos técnicos y de política de Estados Unidos.” [22]


Océano Índico



La estrategia del “Collar de perlas” del Pentágono contra China no tiene hermosas perlas, sino una soga de verdugo alrededor de China, diseñada para aislar completamente a China de su acceso a materias primas vitales, muy particularmente del petróleo proveniente del Golfo Pérsico y de África.

El ex consejero del Pentágono, Robert D. Kaplan, que ahora trabaja con Stratfor, ha observado que el Océano Índico se ha vuelto un “centro de gravedad estratégico” mundial y que quien controle ese centro, controla Eurasia, incluyendo a China. Ese océano es un corredor marítimo vital para flujos de energía y comercio entre los países de Medio y Lejano Oriente. Más estratégicamente, es el corazón de un eje económico sur-sur en desarrollo entre China, África y América Latina.

Desde 1997, el comercio entre China y África se ha incrementado en más de 20 veces y el comercio con América Latina, incluyendo a Brasil, se ha incrementado en 14 veces en apenas 10 años. De continuar esa dinámica, puede acabar eclipsando en menos de una década la importancia económica de la Unión Europea, así como también la decreciente economía industrial de Norteamérica, algo que los grupos de poder de Washington y Wall Street están determinados a impedir a toda costa.

Tratando de eludir el arco islámico, que se extiende desde Somalia hasta Indonesia pasando por los países del Golfo y de Asia Central, la región que rodea el Océano Índico se ha vuelto definitivamente el centro de gravedad estratégico del mundo. [23]

Ningún bloque económico rival puede permitirse desafiar la hegemonía estadounidense. El ex consejero geopolítico de Obama, Zbigniew Brzezinski (recientemente fallecido), un estudiante de la geopolítica de Mackinder y aún hoy junto con Alfred Heinz (alias Henry Kissinger) una de las personas más influyentes de la élite política de Estados Unidos, sintetizó la posición vista desde Washington en su libro de 1997, “El gran tablero de ajedrez: La superioridad estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” (The Grand Chessboard: American Primacy and It’s Geostrategic Imperatives):

Es imperativo que no surja ningún contendiente euroasiático capaz de dominar Eurasia y, por lo tanto, de desafiar también a Estados Unidos. La formulación de una geoestrategia euroasiática global e integral es, por lo tanto, el propósito de este libro. [24]

Para Estados Unidos, el premio geopolítico más importante es Eurasia… La superioridad mundial de Estados Unidos depende directamente de cuánto y cómo se mantenga efectivamente su preponderancia sobre el continente euroasiático. [25]

En ese contexto, resulta esencial cómo ‘administra’ Estados Unidos a Eurasia. Se trata del más grande del mundo y es axial geopolíticamente. La potencia que domine a Eurasia controlará dos terceras partes de las regiones más avanzadas y económicamente más productivas del mundo. Un vistazo al mapa sugiere también que el control sobre Eurasia casi supondría también la subordinación automática de África, volviendo al hemisferio occidental y a Oceanía geopolíticamente periféricos con respecto al continente central del mundo. Aproximadamente el 75% de la población mundial vive en Eurasia, la mayor parte de la riqueza física mundial también se encuentra allí y, tanto en sus empresas como debajo de su suelo. Eurasia representa el 60% del PIB mundial y aproximadamente tres cuartas partes de los recursos energéticos conocidos a nivel mundial. [26]

El Océano Índico está coronado por lo que algunos llaman un arco islámico de países que van de África Oriental a Indonesia incluyendo a los países del Golfo Pérsico y del Asia Central. El surgimiento de China y de otras potencias asiáticas más pequeñas en las pasadas dos décadas ha desafiado la hegemonía de Estados Unidos en el Océano Índico, por vez primera desde el inicio de la Guerra Fría. Especialmente en los años recientes, a medida que la influencia estadounidense ha declinado vertiginosamente y que la de China ha aumentado espectacularmente, el Pentágono ha comenzado a rediseñar su presencia estratégica en el Océano Índico. El “viraje asiático” de Obama se centra en asumir un control decisivo del Pentágono sobre las rutas marítimas del Océano Índico y las aguas del Mar del Sur de China. La base militar de Estados Unidos en Okinawa, Japón, se está remozando como un centro esencial para proyectar al ejército estadounidense hacia China. Para 2010 había más de 35,000 militares del ejército estadounidense destacados en Japón, además de 5,500 civiles estadounidenses empleados allí por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. La Séptima Flota de Estados Unidos tiene base en Yokosuka. La 3ª Fuerza Expedicionaria Marina en Okinawa. 130 aviones de combate de la US Air Force están destacados en la base aérea de Misawa y en la base aérea de Kadena.

El gobierno japonés comenzó en 2011 un programa de armamento diseñado para contrarrestar lo que se interpreta como la creciente amenaza china. El comando japonés ha instado a sus líderes a solicitar a Estados Unidos la venta de jets de combate F-22A Raptor, cuya venta se prohíbe actualmente por la legislación estadounidense. Los ejércitos surcoreano y estadounidense han ampliado su alianza estratégica y más de 45,000 soldados estadounidenses han sido destacados ahora en Corea del Sur. Los surcoreanos y estadounidenses afirman que ello se debe a la modernización del ejército de Corea del Norte. China y Corea del Norte denuncian que se trata de una medida innecesariamente provocativa. [27]

Pretextando su guerra contra el terrorismo, Estados Unidos ha desarrollado acuerdos militares de envergadura con Filipinas y con el ejército de Indonesia.


                                 Situación estratégica de la base militar de Diego Garcia.


La base militar de la isla Diego García es el eje de control estadounidense en el Océano Índico. En 1971 el ejército de Estados Unidos expulsó a los pobladores de Diego García para construir una vasta instalación militar y lanzar posteriormente misiones contra Iraq y Afganistán.

China tiene dos talones de Aquilesel estrecho de Ormuz en la entrada de Golfo Pérsico y el estrecho de Malaca cerca de Singapur. Aproximadamente un 20% del petróleo de China pasa por el estrecho de Ormuz. Y alrededor del 80% del petróleo chino pasa por el estrecho de Malaca, al igual que un comercio de carga relevante.

Para impedir que China emerja exitosamente como un competidor económico de peso a nivel mundial para Estados Unidos, Washington lanzó la llamada Primavera Árabe a finales de 2010. Aunque las aspiraciones democráticas y libertarias de millones de ciudadanos árabes en Túnez, Libia, Egipto y algunos países más es auténtica, estos fueron utilizados en realidad como carne de cañón involuntaria para desatar una estrategia estadounidense de caos, guerras y conflictos intra-islámicos en todo el mundo islámico, rico en petróleo, desde Libia, en el norte de África, hasta Siria y, en último término, Irán, en el Medio Oriente. [28]

La estrategia estadounidense en los países del arco islámico asentados en el Océano Índico es, como lo definió el analista estratégico Mohamed Hassan:

Estados Unidos pretende controlar estos recursos para evitar que lleguen a China. Esta guerra era un objetivo principal de las guerras en Iraq y Afganistán, pero estas se han convertido en fracasos. Estados Unidos destruyó estos países para imponer gobiernos dóciles, pero ha fracasado. ¡La cereza sobre el pastel son los nuevos vínculos entre los gobiernos iraquí y afgano con China! Por lo tanto, Pekín no ha necesitado gastar miles de millones de dólares en una guerra ilegal para influir en el oro negro de Iraq: las empresas chinas simplemente compraron concesiones petroleras en subasta con total legalidad.
 La estrategia de Estados Unidos ha fracasado de cabo a rabo. Sin embargo, aún hay una opción abierta para EEUU: mantener el caos para evitar que estos países logren estabilidad en beneficio de China. Esto implica continuar la guerra en Iraq y Afganistán y extenderla a países como Irán, Yemen o Somalia. [29]



Parte V: Mar del Sur de China

La República Popular China, así como Taipei, Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei, reclaman la posesión total o parcial de las aguas de la región, potencialmente ricas en petróleo y minerales y de gran valor estratégico como vías marítimas comerciales.


La culminación de la soga de verdugo del llamado “Collar de perlas” del Pentágono alrededor de China como medio de aislarla de la energía vital y de otras importaciones en caso de guerra, se centraba en 2012 en la creciente manipulación de los acontecimientos en el Mar del Sur de China. El Ministerio de Recursos Geológicos y Minería de la República Popular China calculaba que el Mar del Sur de China puede contener 18 mil millones de toneladas de petróleo crudo (en comparación con los 13 mil millones de toneladas de Kuwait). El cálculo más optimista sugería que los recursos petroleros potenciales (reservas no probadas) de las islas Spratly y Paracelso, en el Mar del Sur de China, podrían elevarse a 105 mil millones de barriles de petróleo, y que el total del Mar del Sur de China podría llegar a los 213 mil millones de barriles. [30]

Sorprendentemente, la existencia en la zona de tan vastas reservas de energía no se ha vuelto un tema de seguridad energética fundamental para China. Washington ha implementado una intervención calculada en los años recientes para sabotear los intereses chinos, utilizando especialmente a Vietnam como cuña contra la exploración petrolera china. En julio de 2012, la Asamblea Nacional de Vietnam aprobó una ley que demarcaba los límites marinos vietnamitas incluyendo a las islas Spratly y Paracelso. La influencia estadounidense en Vietnam se ha vuelto decisiva desde que el país se abrió a la liberalización económica. En 2011 el ejército de Estados Unidos comenzó la cooperación con Vietnam, incluyendo ejercicios militares “pacíficos” conjuntos. Washington ha apoyado tanto a Filipinas como a Vietnam en sus reivindicaciones territoriales sobre territorios reivindicados por China en el Mar del Sur de China, fomentando que los mencionados países pequeños no busquen una solución diplomática. [31]

En 2010, las grandes empresas petroleras de Estados Unidos y del Reino Unido ingresaron a la oferta para la exploración en el Mar del Sur de China. La oferta de Chevron y BP se sumó a la presencia en la región de la Anadarko Petroleum Corporation, con sede en Estados Unidos. Esa transacción es esencial para proporcionar a Washington el pretexto de la “defensa de los intereses petroleros estadounidenses” en el área. [32]



Balikatan es el nombre de las maniobras anuales conjuntas filipino-estadounidenses. Se lleva a cabo cada año desde que Filipinas y EEUU suscribiero el acuerdo de mutua defensa en 1951. (foto: Agencia EFE)


En abril de 2012, el buque de guerra filipino Gregorio del Pilar estuvo involucrado en un altercado con dos barcos de vigilancia chinos en el Arrecife de Scarborough, un área reivindicada por ambas naciones. La marina de guerra de Filipinas incluso pretendió arrestar a pescadores chinos que supuestamente estaban capturando especies marinas en el área protegida por el gobierno, pero embarcaciones patrulleras lo impidieron. El 14 de abril de 2012, Estados Unidos y Filipinas realizaron sus ejercicios anuales en Palawan, Filipinas. El 7 de mayo de 2012, el viceministro chino de Relaciones Exteriores Fu Ying convocó a una reunión con Alex Chua, encargado de negocios de la embajada filipina en China, para hacerle un grave reclamo sobre el incidente en el Arrecife de Scarborough. (Nota del editor del blog: Los ejércitos de Filipinas y Estados Unidos iniciaron el 8 de mayo de 2017 sus maniobras anuales, aunque en esta ocasión fue algo más reducida en tropas, al parecer la prioridad fue operaciones antiterroristas y de respuesta a desastres naturales, la primera con Rodrigo Duterte como presidente filipino).

Desde Corea del Sur hasta Filipinas y Vietnam, el Pentágono y el Departamento de Estado impulsan la lucha por los derechos sobre el Mar del Sur de China para introducir furtivamente la presencia militar estadounidense en la zona a fin de “defender” los intereses vietnamitas, japoneses, coreanos o filipinos. La soga de verdugo militar alrededor de China se va tensando poco a poco.

Aunque el acceso de China a vastos recursos petroleros y gasíferos marítimos está siendo restringido, Washington estaba tentando activamente y estimulando a China para que esta explote masivamente las vetas de gas dentro de su territorio. No por buena voluntad de Estados Unidos hacia China. De hecho, se trata de otra arma principal en la destrucción de China: la guerra ambiental.



F. William Engdahl
Traducido por: Yaotl Àltan

Ver también:  Análisis del investigador italiano Giulietto Chiesa:
«Guerra y Mentira» el control político y militar de nuestras sociedades  Especialmente el capítulo 3: «El enemigo chino» escrito ya en marzo del 2002. 

NOTAS:

[1] President Barack Obama, Remarks By President Obama to the Australian Parliament, 17 de noviembre de 2011. Ver en http://www.whitehouse.gov/the-press....
[2] Ibid.
[3] Otto Kreisher, UK Defense Chief to NATO: Pull Your Weight in Europe While US Handles China, 22 de julio de 2012 Ver http://defense.aol.com/2012/07/19/u... .
[4] BBC, China military ‘closing key gaps’, says Pentagon, 25 de gostos de 2011. Ver en http://www.bbc.co.uk/news/world-asi... .
[5] Ibid.
[6] Greg Jaffe , “US Model for a Future War Fans Tensions with China and inside Pentagon”, Washington Post, 2 de agosto de 2012. Ver en http://www.turkishweekly.net/news/1....
[7] Ibid.
[8] Matt Siegel, “As Part of Pact, U.S. Marines Arrive in Australia, in China’s Strategic Backyard”, The New York Times, 4 de abril de 2012. Ver en http://www.nytimes.com/2012/04/05/w....
[9] Greg Jaffe, op. cit.
[10] F. William Engdahl, Full Spectrum Dominance: Totallitarian democracy in the New World Order, Wiesbaden, 2009, edition.engdahl, p. 190.
[11] The Washington Times, “China Builds up Strategic Sea Lanes”, 17 de enero de 2005. Ver en http://www.washingtontimes.com/news...
[12] Ibid.
[13] Ibid.
[14] “An Opening in Burma: The regime’s tentative liberalization is worth testing for sincerity”, Wall Street Journal, 22 de noviembre de 2011. Ver en http://online.wsj.com/article/SB100...
[15] Radio Free Asia, “US to Invest in Burma’s Oil”, 7 de noviembre de 2011. Ver en http://www.rfa.org/english/news/bur...
[16] Shaun Tandon, “US eases Myanmar restrictions for NGOs”, AFP, 17 de abril de 2012. Ver en http://www.google.com/hostednews/af...
[17] Craig Whitlock, “U.S. eyes return to some Southeast Asia military bases”, Washington Post, 23 de junio de 2012. Ver en http://www.washingtonpost.com/world...
[18] Ibid.
[19] Ibid.
[20] Premvir Das, “Taking US-India defence links to the next level”, 18 de junio de 2012. Ver en http://www.rediff.com/news/slide-sh...
[21] Zeenews, “US-India ties are global in scope: Pentagon”, Au2 de agosto de 2012. Ver en http://zeenews.india.com/news/world...
[22] Ibid.
[23] Gregoire Lalieu, Michael Collon, “Is the Fate of the World Being Decided Today in the Indian Ocean?”, 3 de noviembre de 2010. Ver en http://www.michelcollon.info/Is-the...
[24] Zbigniew Brzezinski, The Grand Chessboard: American Primacy And It’s Geostrategic Imperatives, 1997, Basic Books, p. xiv.
[25] Ibid., p. 30.
[26] Ibid., p. 31.
[27] Cas Group, “Background on the South China Sea Crisis”. Ver en http://casgroup.fiu.edu/pages/docs/...
[28] Gregoire Lalieu,, et al, op. cit.
[29] Ibid.
[30] GlobalSecurity.org, “South China Sea Oil and Natural Gas”. Ver en http://www.globalsecurity.org/milit...
[31] AFP, “US, Vietnam Start Military Relationship”, 1º de agosto de 2011. Ver en http://www.defensenews.com/article/...

[32] Zacks Equity Research, “Oil Majors Eye South China Sea”, 24 de junio de 2010. Ver en www.zacks.com/stock/news/360...

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