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31 enero 2018

Tres ensayos sobre el germanófilo





I

A manera de prólogo


Tito Andino


Luego de esta introducción, leeremos al Maestro Jorge Luis Borges y a otro autor anónimo, quienes plasman sus interesantes y particulares visiones sobre la germanofilia durante y post segunda guerra mundial. Explicar ese morbo imprudente de muchos aficionados a la historia militar y su dramatizada “valoración” ética sobre las tropas alemanas es el cometido. 

Este ensayo, y los dos siguientes, exclusivamente, hacen referencia al germanófilo (o filogermánico) amante de la guerra y partidario de la Alemania nazi, el concepto de estos términos es mucho más amplio y aplica a variadas ramas como el arte, la música, la literatura, la cultura alemana en general.  

No juzgo a nadie, cada cual puede ser admirador de quien le plazca y ser capaz de mantener su opinión, hasta elegir el autoengaño si eso le es satisfactorio, Tampoco puedo desconocer el inmenso interés de muchas personas por algo que les apasiona, lectores aficionados o ilustrados académicos sienten fascinación por aquel período conocido como la segunda guerra mundial y, sin lugar a dudas, devoran libros y los coleccionan. Eso es loable, es cultura. Reitero, estos ensayos pretenden únicamente dibujar un semblante del partidario del nazismo.

Muchos germanófilos (por ser suave en el calificativo, ya que lo usa el maestro Borges, lo acepto, aunque en realidad, los del presente no sean germanófilos, sino neonazis) son coleccionistas empedernidos de libros sobre la segunda guerra mundial, sobre todo de biografías y diarios de generales alemanes y otros oficiales que participaron en la batalla y que escribieron, en la posguerra, sus “Memorias” (desde un punto de visto subjetivo). Eso en sí, no puede ser cuestionado, al contrario, alabaríamos un esfuerzo metódico de aprendizaje que se comparta en un foro de historia; sin embargo, no es la realidad, intentan confundir el todo con explicaciones traídas de los pelos en sitios web pro-nazis, bajo la ayuda de una supuesta literatura "revisionista".

El filogermánico se considera una eminencia en estrategia militar por el mero hecho de haber leído algunas “Memorias”, se siente en capacidad de “recrear” las tácticas de los cuerpos acorazados de Manstein o Guderian, por ejemplo, (ese solo talento le haría merecedor de una cátedra en una escuela militar); mas, se irrita ante la falta de reconocimiento público de su “talento” como historiador militar aficionado y estratega de guerra (aunque nunca haya recibido formación militar). En el fondo esto no es más que una subcultura banal, propensión de los neonazis a presumir "conocer" la verdad histórica de la segunda guerra mundial (versión surgida de la propaganda nazi); pretender evidenciar todo ese conocimiento en forma de discurso es algo inútil, estéril, impráctico, pero el fanático lo atesora, siente orgullo de ello, no es capaz de entender el rídiculo que hace ante una foro especializado.  

Existe un antídoto para ello, una selecta y correcta lectura de investigaciones adaptadas para un lector apasionado por esa etapa histórica y que no tiene otra formación más que su afición por la historia; y, sobre todo, auto reconocimiento de sus límites (un real investigador, un historiador académico necesita muchos años de dedicación continua para elaborar sus hipótesis sobre determinado suceso). En lo personal, no me atrevería discutir sobre estrategia o historia militar por internet solamente copiando o citando a tal o cual autor (menos del 10% del personal militar es especialista en estrategia). Lo mío ha sido siempre la ciencia aplicada al entorno geográfico y humano, la GEOPOLÍTICA, la política y relaciones internacionales dentro de los ciclos históricos que conducen a un episodio bélico, en este caso, con la historia militar. 

En un anterior trabajo, HISTORIOGRAFÍA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, explicamos la forma cómo debemos valorar la narrativa de la guerra dentro del proceso histórico.

Poseo algunos libros sobre el tema, incluso leo el supuesto “revisionismo” porque un escritor debe saber que piensan aquellos individuos que han decidido dedicar parte o su vida entera a defender la mentira de una causa aberrante. Solía vagabundear en mi juventud con la narrativa de Sven Hassel, me sigue gustando. Hassel, como muchos otros literatos debe ser leído bajo el contexto de su género, la novela, una suma de inventiva, episodios históricos, relatos de verdaderos combatientes y el humor negro de la época. Su imaginativa (propia o prestada) es apasionante, el mérito de Hassel fue presentarnos la posición del simple soldado alemán del frente, sus miedos, anhelos, debilidades humanas y los horrores del combate. La crítica política de los camaradas de Hassel (con algunos personajes como excepción) sobre el nazismo y el antisemitismo se refleja en sus libros, al burlarse de Hitler y del Partido, una peculiaridad más frecuente de lo que se cree dentro de los soldados de la Wehrmachtde allí que en la vida real, las tropas del frente –con el avance de la guerra-  hayan sido dotadas de personal de la policía secreta nazi, cuya misión fue denunciar a los “derrotistas”. No fueron pocos los soldados alemanes que terminaron ejecutados por “alta traición”, es decir, cometer el error de opinar. En ese sentido, los nazis no se diferenciaban de los Comisarios y tropas del NKVD soviéticos que “cazaban” a los soldados del Ejército Rojo “disidentes” en el frente de batalla. 
  
He citado a Hassel por una razón, él amalgamó la ficción con unas cuantas, pero crudas verdades, si sus novelas fueron autobiográficas o no, siguen reflejando el sentir del simple soldado alemán de a pie. Su narrativa es sencillamente impresionante. El género literario de Hassel queda establecido: NOVELA. Todo lo contrario, literatos “revisionistas” han fusionado ficción, mitos, falsedad documental con hechos históricos reales y lo denominan “REVISIONISMO”, magnificando -en perverso beneficio de una causa injusta- al sufrido soldado alemán del frente como fiel seguidor e incondicional combatiente, hasta la muerte, de Hitler y el nazismo.  

Alguna vez leía a César Vidal (escritor español), comentaba que los neo-nazis odian a Hassel por su directo desprecio al nazismo, no le perdonan que en sus novelas relatara el placer que sentió limpiarse el trasero con una foto de Hitler. Leer a los “revisionistas” neonazis es apostar por una subcultura que infunde la discriminación u el odio racial y religioso, que causa –como efecto- el aislamiento social permanente del individuo que se aferra y fanatiza en esa literatura, volviéndolo desconfiado y paranoico porque todo lo que sucede en el mundo, imperiosamente, tiene que ser obra de una conspiración (judía).

Volvamos a nuestro germanófilo del presente. De todas formas, aquella afición a compilar material literario sobre temas bélicos no refleja necesariamente en su poseedor sapiencia en el tema. Muchos suelen sentir orgullo de su biblioteca y, claro está, se auto-proclaman eruditos en la ciencia de la historia, “críticos” es un auto-calificativo muy apetecido, sin poseer formación académica en la materia, la recitación de citas transcritas de sus autores favoritos es suficiente. Dedican tiempo y esfuerzo en redes sociales, foros u otros medios para charlar sobre campos de concentración en los Estados Unidos (norteamericanos de origen japonés) o de los campos ingleses creados para los expatriados; en cuanto a los campos de concentración nazis (KZ) parecen tener algún tipo de laguna mental. También aparentan desconocer que un alto porcentaje de las tropas estadounidenses en la segunda guerra mundial o bien eran descendientes de emigraciones alemanas a Norteamérica o eran emigrantes directos que abandonaron la Alemania nazi.



Es muy común escuchar el término “filogermánico”, es decir,  aquel que siente estima o admiración por todo lo alemán; y, en lo que respecta a la guerra mundial, en esta corriente, muchos aducen defender el honor de la Wehrmacht, pero que se apartan de los crímenes de las SS; otros, más radicales, resguardan directamente todo lo que tiene que ver con las “bondades” del nazismo. Sueñan con la excelencia moral del combatiente alemán, "añoran" -a pesar de no tener idea- la formación cultural e ideológica del soldado prusiano, como ejemplo a imitar en su propia cultura. 

Hay que ser puntuales, El Alto Mando de la Wehrmacht (ni su predecesora la Reichswher) jamás fueron organizaciones apolíticas. Iniciada la guerra mundial, algunos incondicionales jefes de la Wehrmacht (no la tropa), se alinearon con la política hitleriana, dejaron sentado cual sería el futuro no solo de Polonia sino de Europa (“razas inferiores”). Altos Mandos de las Fuerzas Armadas Alemanas participaron activamente en el programa político nazi, convirtiéndose, irrefutablemente, en parte ideológica y hasta radicalizada. Quién puede negar que actuaron con ignominia al inclinarse frente a Hitler, a quien juraron fidelidad mediante un acto humillante de carácter personal, en detrimento de jurar por Alemania juraron por Hitler. Tampoco olviden su silencio cómplice en los asesinatos de la “noche de los cuchillos largos” y otros crímenes políticos. Los mandos de la Wehrmacht (salvo excepciones) se transformaron, por antonomasia, en coautores de la guerra de agresión, implicándose en una guerra “racial” contra los eslavos, el frente oriental fue una guerra genocida, por lo que los alemanes recibieron igual contrapartida de parte soviética. 

Lo que surgió antes y durante el desarrollo de la guerra la RESISTENCIA ALEMANA al nazismo- es resultado exclusivo de un grupo de uniformados (y civiles) que se opusieron al régimen desde el principio (no todos, por cierto).

Los filogermánicos o germanófilos de internet se rasgan las vestiduras en defensa de la decencia de la Wehrmacht. Llegan a separar el conjunto en “soldados buenos” y “nazis malos”. Según leí en unos interesantes debates, todo aquello es “pura propaganda estadounidense, una servidumbre para ganarse el esfuerzo de la Alemania Federal en la guerra fría. Es igual de falsa que la que se vendía al otro lado del telón de acero, según la cual en la RDA sólo había auténticos luchadores antifascistas, mientras el ejército de la RFA seguía siendo un nido de nazis”. (Para entender este fenómeno recomiendo la lectura de mi artículo  HÉROES O VILLANOS?. STAUFFENBERG o LAS SS?  ).

“Filogermánico”, “germanófilo” son sinónimos, lo que sí debemos hacer es no confundir esa designación con el “pangermanismo” que implica una organización político-ideológico cuya finalidad era la unificación o expansión de Alemania, según la coyuntura histórica.

No prologo más, el Maestro Jorge Luis Borges nos explica este fenómeno, desde su perspectiva viva, surgida en el mismo instante de apogeo y conquista nazi de Europa, lo complementamos con unas notas sobre filogermanismo, escrito hace diez años como crítica a la obcecada “teoría” revisionista neonazi.


II

Definición del germanófilo


Jorge Luis Borges
13 de diciembre de 1940




Los implacables detractores de la etimología razonan que el origen de las palabras no enseña lo que éstas significan ahora; los defensores pueden replicar que enseña, siempre, lo que éstas ahora no significan. Enseña, verbigracia, que los pontífices no son constructores de puentes; que las miniaturas no están pintadas al minio; que la materia del cristal no es el hielo; que el leopardo no es un mestizo de pantera y de león; que un candidato puede no haber sido blanqueado; que los sarcófagos no son lo contrario de los vegetarianos; que los aligátores no son lagartos; que las rúbricas no son rojas como el rubor; que el descubridor de América no es Américo Vespucci y que los germanófilos no son devotos de Alemania.

Lo anterior no es una falsedad, ni siquiera una exageración. He tenido el candor de conversar con muchos germanófilos argentinos; he intentado hablar de Alemania y de lo indestructible alemán; he mencionado a Hölderlin, a Lutero, a Schopenhauer o a Leibnitz; he comprobado que el interlocutor "germanófilo" apenas identificaba esos nombres y prefería hablar de un archipiélago más o menos antártico que descubrieron en 1592 los ingleses y cuyas relaciones con Alemania no he percibido aún. 

La ignorancia plenaria de lo germánico no agota, sin embargo, la definición de nuestros germanófilos. Hay otros rasgos privativos, quizá tan necesarios como el primero. Uno de ellos: al germanófilo le entristece muchísimo que las compañías de ferrocarriles de cierta república sudamericana tengan accionistas ingleses. También le apesadumbran los rigores de la guerra sudafricana de 1902. Es, asimismo, antisemita; quiere expulsar de nuestro país a una comunidad eslavo-germánica en la que predominan apellidos de origen alemán (Rosenblatt, Gruenberg, Nierenstein, Lilienthal) y que habla un dialecto alemán: el yiddish o juedisch.

De lo anterior cabría tal vez inferir que el germanófilo es realmente un anglófobo. Ignora con perfección a Alemania, pero se resigna al entusiasmo por un país que combate a Inglaterra. Ya veremos que tal es la verdad, pero no toda la verdad, ni siquiera su parte significativa. Para demostrarlo reconstruiré, reduciéndola a lo esencial, una conversación que he tenido con muchos germanófilos, y en la que juro no volver a incurrir, porque el tiempo otorgado a los mortales no es infinito y el fruto de esas conferencias es vano.



Invariablemente mi interlocutor ha empezado por condenar el Pacto de Versalles, impuesto por la mera fuerza a Alemania en 1919. Invariablemente yo he ilustrado ese fallo condenatorio con un texto de Wells o de Bernard Shaw, que denunciaron en la hora de la victoria ese documento implacable. El germanófilo no ha rehusado nunca ese texto. Ha proclamado que un país victorioso debe prescindir de la opresión y de la venganza. Ha proclamado que era natural que Alemania quisiera anular ese ultraje. Yo he compartido su opinión. Después, inmediatamente después, ha ocurrido lo inexplicable. Mi prodigioso interlocutor ha razonado que la antigua injusticia padecida por Alemania la autoriza en 1940 a destruir no sólo a Inglaterra y a Francia (¿por qué no a Italia?), sino también a Dinamarca, a Holanda, a Noruega: libres de toda culpa en esa injusticia. 

En 1919 Alemania fue maltratada por enemigos: esa todopoderosa razón le permite incendiar, arrasar, conquistar todas las naciones de Europa y quizá del orbe... El razonamiento es monstruoso, como se ve.

Tímidamente yo señalo ese monstruo a mi interlocutor. Este se burla de mis anticuados escrúpulos y alega razones jesuíticas o nietzscheanas: el fin justifica los medios, la necesidad carece de ley, no hay otra ley que la voluntad del más fuerte, el Reich es fuerte, la aviación del Reich ha destruido a Coventry, etcétera. Yo murmuro que me resigno a pasar de la moral de Jesús a la de Zarathustra o de Hormiga Negra, pero que nuestra rápida conversión nos prohíbe apiadarnos de la injusticia que en 1919 sufre Alemania. En esa fecha que él no quiere olvidar, Inglaterra y Francia eran fuertes; no hay otra ley que la voluntad de los fuertes; por consiguiente, esas naciones calumniadas procedieron muy bien al querer hundir a Alemania, y no cabe aplicarles otra censura que la de haber estado indecisas (y hasta culpablemente piadosas) en la ejecución de ese plan. Desdeñando esas áridas abstracciones, mi interlocutor inicia o esboza el panegírico de Hitler: varón providencial cuyos infatigables discursos predican la extinción de todos los charlatanes y demagogos, y cuyas bombas incendiarias, no mitigadas por palabreras declaraciones de guerra, anuncian desde el firmamento la ruina de los imperialismos rapaces. Después, inmediatamente después, ocurre el segundo prodigio. Es de naturaleza moral y es casi increíble.




Descubro, siempre, que mi interlocutor idolatra a Hitler, no a pesar de las bombas cenitales y de las invasiones fulmíneas, de las ametralladoras, de las delaciones y de los perjurios, sino a causa de esas costumbres y de esos instrumentos. Le alegra lo malvado, lo atroz. La victoria germánica no le importa; quiere la humillación de Inglaterra, el satisfactorio incendio de Londres. Admira a Hitler como ayer admiraba a sus precursores en el submundo criminal de Chicago. La discusión resulta imposible porque las fechorías que imputo a Hitler son encantos y méritos para él. Los apologistas de Artigas, de Ramírez, de Quiroga, de Rosas o de Urquiza disculpan o mitigan sus crímenes; el defensor de Hitler deriva de ellos un deleite especial. El hitlerista, siempre, es un rencoroso, un adorador secreto, y a veces público, de la "viveza" forajida y de la crueldad. Es, por penuria imaginativa, un hombre que postula que el porvenir no puede diferir del presente, y que Alemania, victoriosa hasta ahora, no puede empezar a perder. Es el hombre ladino que anhela estar de parte de los que vencen.

No es imposible que Adolf Hitler tenga alguna justificación; sé que los germanófilos no la tienen.

(Reproducido en “Textos cautivos” (1986) 
Jorge Luis Borges                



III

“Filogermanismo”

Filogermanismo español y propaganda nazi; 
una historia muy, muy larga.




De Antirrevisionismo
(2007)


Entre los aficionados a la historia militar, es difícil encontrar a alguien que no manifieste su profunda admiración por el maravilloso ejército alemán de la segunda guerra mundial. Casi siempre luego te recuerdan que esa admiración no tiene nada que ver con el nazismo o con los brutales comportamientos “de las SS”. Pero claro, como expertos, nos recuerdan que “las Waffen SS eran soldados, no es lo mismo que la SS” y que la mayoría de generales alemanes en realidad desde siempre fueron antihitlerianos, y unos perfectos caballeros.

También se suele resaltar eso de la “exagerada propaganda aliada”. Conozco a gente con notables bibliotecas sobre la SGM, en las que apenas hay un par de libros escritos desde un “punto de vista” tan pro aliado como Liddell Hart. Cuando algún autor se muestra especialmente justificativo con los bombardeos aliados, como Noble Frankland en la añeja San Martín, el prólogo español inmediatamente pone las cosas en su “sitio”. Y, jamás, figura un solo libro sobre el holocausto. Tampoco es tan fácil, hasta hace bien poco no pasaban de la docena los libros publicados en español sobre el tema, y aunque el actual boom editorial casi ha triplicado esa cifra, sólo el más baratito de César Vidal en Alianza ha llegado a la segunda edición, que no sé si se pueden atribuir al tirón del autor (actual nuevo gurú de la derecha “auténtica” española), o a que Alianza siempre reedita su fondo de bolsillo.

Hasta 1960 no se publica en español un solo libro sobre el holocausto: “El Tercer Reich y los judíos” de Poliakov y Wulf (Seix Barral). En su prólogo, su editor y traductor parcial, Carlos Barral, necesita justificarse por publicar un libro sobre este tema, tan desagradable. Pero tranquilos, las fotos no son especialmente morbosas, montones de gafas, la puerta de Treblinka, documentos… nada de mal gusto. El cambio de título de “Judgment at Nuremberg” por “Vencedores y vencidos”, parafraseando cierta famosa portada del Abc de 1946, no es más que una anécdota, así como el que se suprimieran las imágenes filmadas en los KZ que muestra el fiscal de la película.

Sin embargo, ninguno de estos admirables estudiosos de esta conflagración llega tan siquiera a admitir que haya existido algo llamado “propaganda alemana”, y que ésta ha tenido “dificultades” para llegar a los españoles, o a toda la comunidad hispanohablante. Eso sí, si tienen ejemplares auténticos y en español de “Signal” o “Der Adler”, los muestran orgullosos…

Se podría decir que, es normal que se publiquen tantísimos libros sobre la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva “alemana”, y que vendan más ejemplares que no ese tostón tendencioso de “Cruzada sobre Europa” de Eisenhower. Lo podéis encontrar en cualquier librería de viejo, eso sí, será casi imposible que veáis aun a precios prohibitivos los de Guderian, Manstein, Rudel, Dönitz, Kesselring, Knocke… 1960 fue también el año de publicación de “Piloto de stukas” de Rudel, por el Ministerio del Aire. Pero también se publicaron otros libros de asuntos “relacionados” con la SGM. Mateu redita “el judío internacional” de Ford en 1961, y “los protocolos de los sabios de Sión” en 1963. España es el país con más ediciones de “Mi lucha” fuera de Alemania, y se reeditan otros “clásicos” como las obras de Carlavilla. 



Pero tranquilos, pronto estamos en contacto con lo más moderno del revisionismo europeo: Acervo comienza la publicación de las obras de Paul Rassinier en 1961. Los títulos son en sí mismos un poema: “La mentira de Ulises”, “La verdad sobre el proceso Eichmann” (1962). “El drama de los judíos europeos” está anunciado en las solapas de la edición en rústica de “Vive peligrosamente” de Skorzeny, pero al parecer no llegó a ser publicado en español. Aunque se está consolidando el mito de Franco salvador de judíos, y se publican nuevos libros sobre el holocausto en los 70, la antorcha sigue alta e impasible el ademán gracias a nuevos hallazgos como el español Joaquín Bochaca o el mexicano Salvador Borrego. Son los “años dorados” del entonces polémico David Irving, cuyas obras son betsellers que publica puntualmente Planeta, pero cuyas tesis exculpatorias del nazismo pasan ampliamente desapercibidas entre la comunidad aficionada a la historia militar. A fin de cuentas, no se diferencian demasiado del común del aficionado al género.

España, a fin de cuentas, es el paraíso de los neonazis. 

La CEDADE es la organización NS (Nacionalsocialista) más importante de Europa, e incluso abre delegaciones en Francia. Recibe apoyos “directos” e intelectuales de importantes exiliados, como Skorzeny, Degrelle, Horia Sima… La organización se colapsa a principios de los 80 tras intentar transformarse en partido político con listas en todas las circunscripciones, aunque ellos siempre han aludido a problemas económicos… que no les impidieron pagar conferenciantes tan caros como Irving, publicar revistas técnicamente impecables, e incluso una sobre… música clásica. Sobre el tema Manuel Florentín, Álvarez Chillida y Xavier Casals han escrito varios libros, que remito al curioso en ampliar conocimientos de nuestra historia reciente.


A día de hoy sigue habiendo aficionados, “para nada neonazis”, que encuentran ofensivo el tono de un Kershaw en su biografía de Hitler (habría que ver qué pensarían de leer a Trevor Roper…). Nadie se ofende si se califica a los italianos o a los franceses de “cobardes”, o a los ingleses de traidores… pero cielos, hay que ver la que se monta cada vez que alguien duda de la inmaculada potencia y honorabilidad del ejército alemán…

Pedro Varela de CEDADE y Librería Europa, a la izquierda junto a David Irving; a la derecha junto al ex líder del Ku Klux Klan David Duke.


Lo cual nos lleva, por supuesto, al tema de los malvados comunistas… porque claro, está muy mal generalizar y decir eso de que los “alemanes” en realidad eran buenos y tenían pánico a la Gestapo, que el Heer desarrollaba su lucha heroica en el frente mientras “algunos SS” en la retaguardia hacían barbaridades, y no faltará quien compare a la lucha antipartisana como algo necesario, contra los que, en definitiva, eran bandidos y terroristas, casi siempre comunistas.

La SGM es, al mismo tiempo, la típica guerra entre países por fronteras, con Francia y Reino Unido intentando estrangular a la pobrecita Alemania, y una saga histórica sin precedentes, en lucha contra el comunismo ateo y represor. Después de todo, muchos nos hemos criado con las “Hazañas bélicas” de Boixcar, en sus múltiples reediciones desde 1948, y tranquilos, aún están disponibles en edición para coleccionistas (es decir, por un ojo de la cara). 

Tampoco habría que menospreciar tanto al cine bélico que se estrenaba en España, todas esas películas hollywoodienses propagandísticas, empezando por esa artista española republicana de “Casablanca” suprimida hasta 1975. Una saga iniciada con “Guadalcanal” (Guadalcanal Diary, 1943) estrenada en España en junio de 1945. Su anuncio en El Alcázar no tiene desperdicio: “la epopeya moderna de la raza blanca escrita a sangre y fuego. La primera gran película norteamericana que llega a nuestras pantallas”.  Después de todo, la ñoña “Rommel, zorro del desierto” (The Story of Rommel, The Desert Fox, 1951) no se estrena hasta 1963. “Ser o no ser” (To Be or Not to Be, 1942, Ernst Lubitsch) en 1970, “El gran dictador” (1940) de Chaplin en 1975…

Así que sí, definitivamente vivimos en un país donde lo raro es encontrarse a aficionadillos a la cosa militar que no admiren al glorioso ejército alemán, gracias a la asfixiante propaganda norteamericana (para los de tendencia derechista) o prosoviética (para los que se confiesan de izquierdas, que tampoco pudieron ver “el acorazado Potemkin” hasta 1975). Donde los nazis apenas han tenido oportunidad de expresarse.

Como diría Forges, País…

22 enero 2018

¿Nueva guerra en «Rojava»?





I Parte


por: Tito Andino U.


Quién está asesinando a los yihadistas? Sigue siendo “secreto” que unidades especiales de países como Francia, Reino Unido, Países Bajos, incluso Bélgica, se encuentran operando clandestinamente en Siria e Irak. Tienen un único propósito: asesinar a los yihadistas que ostentan las nacionalidades de esos países e impedir que los radicalizados retornen a sus países. En primera instancia, preferentemente anhelan que mueran en combate contra las tropas gubernamentales; si aquello no es posible, se planifica su asesinato selectivo; o, como denuncia este artículo también hay quienes pueden ser “reciclados” para otros escenarios bélicos como Afganistán, el mejor ejemplo, los Estados Unidos han rescatado a miembros del Estado Islámico, es lógico entender que serán desplazados en otros sitios.

Solo como curiosidad histórica, una ola de asesinatos de dirigentes de al Qaeda tuvo inicio en noviembre del 2016, tras anunciarse el triunfo de Trump en los Estados Unidos y su nueva política de cesar la colaboración con el yihadismo internacional; pero, según Red Voltaire, la eliminación física de algunos líderes de al Qaeda no fue ordenada por Trump, sino que fue consecuencia  de la derrota electoral de Hillary Clinton (Trump asumiría el poder en enero del 2017). Es evidente que muchos jefes de los frentes terroristas en Siria e Irak tenían coordinación con los mandos de la OTAN y se sospecha que era esencial silenciarlos como prevención (sabían demasiado, a lo que se sumó el colapso yihadista en Alepo, “rebeldes”, según los USA/OTAN).

Al final, se especuló que esos crímenes fueron desde un ajuste de cuentas entre facciones rivales hasta la hipótesis que la administración Obama intentó o consiguió borrar las huellas de su intervención directa en el conflicto.



Volviendo al presente, se ha denunciado que algunos indeseables de las tropas en desbandada del Estado Islámico están siendo liquidados; no obstante, la mayoría que han sobrevivido mantendrán su empleo y salario, el Mando estadounidense en la región requiere aun de sus servicios, se habla de 10.000 – 15.000 yihadistas que serán incorporados a un nuevo engendro por nacer, que ya tiene nombre “Syrian Border Security Force” (Fuerza de Seguridad de la Frontera Siria), o la SBSF.

En otras palabras, la mayoría de supuestos nacionalistas kurdos, ex marxistas-leninistas, luego anarquistas, después mercenarios al servicio del US Army, serán parte integrante del nuevo monstruo en territorio sirio. Si, hablamos de aquella creación de la CIA que se bautizó como “Fuerzas Democráticas Sirias” (FDS), integrada, a la vez, por kurdos de las YPG/PKK.

Para quien no entienda o quiera negarlo: Miles de ex yihadistas del Estado Islámico formalizarán su clandestina relación con los kurdos bajo mando directo de Estados UNidos (con la mayoría, hay facciones kurdas del YPG/PKK disidentes que rechazan no solo la presencia de los US Army).

Eso demuestra también que no todo lo que se dice de la OTAN es cierto, cada país, sobre todo, cada superpotencia como Francia y Gran Bretaña, manejan su propia agenda, aun en contra de intereses de otros miembros. El señor Tillerson, secretario de estado estadounidense, ha señalado rotundamente que los Estados Unidos van a mantener una presencia militar en Siria para  “evitar” que “retornen” los yihadistas del Estado Islámico…

Red Voltaire concluye que “El Pentágono pretende imponer su propio proyecto de “Rojava”, desechando con ello el nuevo proyecto francés. La intención del Pentágono es crear algo parecido a un Estado, como el Estado no reconocido del Kurdistán iraquí, siguiendo el modelo anarquista de Murray Bookchin. Al incorporarlos a su fuerza de “protección de la frontera siria”, el Pentágono convierte a los ex yihadistas del Emirato Islámico en atlantistas, laicos y anarquistas”.

La realidad suele sobrepasar en muchas ocasiones a la utopía.  



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Estando a punto de publicar este artículo se ha dado la intervención turca en la ciudad siria de Afrín (habitada y dominada por fuerzas kurdas del PKK/YPG). 


Por qué los turcos están más preocupados por Afrín y no otros sectores fronterizos donde los kurdos son más fuertes en tropas y armamento?. 

Afrín está un tanto alejada de la frontera turca, su posición geográfica la ubica al norte de Alepo; sin embargo, según el mandatario turco son un peligro para Turquía. Muy cerca está la famosa ciudad de Kobane (Ain al Arab) y al Qamishli.

En este blog hemos insistido -hasta la saciedad- de las traiciones kurdas al estado sirio e iraquí. También hemos dejado aclarado -siempre- que los kurdos no guardan armonía ideológica, que existen diferentes facciones, luchas intestinas entre sí, unos han preferido aliarse a los Estados Unidos. Otros kurdos, a pesar de mantener discrepancias con los turcos, como los que se encuentran en el este del Éufrates –las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS)- son más cercanos a los kurdos iraquíes del ex jefe Massoud Barzani, gente que ha negociado con Erdogan y hasta pueden –si quieren- ser aliados de Turquía, con el apoyo incondicional de los USA. Barzani y Erdogan han sido socios en muchos escenarios, no solo en lo personal sino en nombre de Turquía y la Región Autónoma del Kurdistán Iraquí. Los kurdos de Afrín son más cercanos política e ideológicamente a la  corriente de Jalal Talbani en Irak, es decir, la corriente kurda iraquí que se opuso al clan Barzani.

Los kurdos de Afrín, -mejor dicho- una facción minoritaria disidente del YPG/PKK, se han mantenido firmes ideológicamente en sus principios constitutivos y no están de acuerdo con la actitud de otros bandos del mismo PYD (brazo político de las organizaciones armadas kurdas) de someterse a las imposiciones del Mando norteamericano asentado ilegalmente en el norte de Siria. Han expresado su intención de respetar la unidad territorial de Siria, no obstante, insisten en un tipo de gobierno federal, de allí que el contacto con el gobierno central sirio sea recurrente, el Ejército Árabe Sirio ha defendido a estos kurdos de las incursiones de los yihadistas y de otras milicias pro-turcas (turcomanos y del supuesto Ejército Sirio Libre –ELS-). También los kurdos de Afrín suelen coordinar sus acciones, en ocasiones, con las milicias iraníes (Hezbolá incluido) y mantienen contacto con los rusos.

Ahora entiende –estimado lector- por qué el señor Erdogan prefiere atacar a los kurdos de Afrín y no a otros que son numérica y logísticamente más fuertes, más peligrosos para Turquía que los kurdos de Afrín?. Nos referimos a las FDS, al otro lado del Éufrates. Ahora, puede usted comprender por qué las fuerzas de la policía militar rusa han tenido que abandonar Afrín para no ser atacados por los turcos?. (Dar repaso al artículo -en este blog- A que juega Turquía en Siria? )

Erdogan es indecifrable, siempre jugará sus cartas. 

Recuerden: “El mejor aliado del turco es otro turco”. 

Si el presidente de Turquía está hoy con los norteamericanos mañana estará con los rusos. Si los kurdos de Barzani (en Irak) le ofrecen alianzas, las acepta hoy pero mañana los destruye (según sus conveniencias). Si hoy quiere, el señor Erdogan, construirá un estado kurdo en el norte de Siria, al cual deportará a todos los kurdos de Turquía, ya lo intentó junto a Francia (Plan Davutoglu-Juppé 2011), pero mañana con el apoyo de los mismos franceses y británicos intentará aplastarlos u oponerse a sus socios de la OTAN.




Dudo que el señor Erdogan prefiera atacar hoy o mañana a las tropas kurdas del FDS, controladas por los estadounidenses, potencia que los fusionará con los remanentes yihadistas del Estado Islámico, para constituir el SBSF “Syrian Border Security Force” (Fuerza de Seguridad de la Frontera Siria), es decir, un monstruo más grande que el pretexto turco para atacar Afrín!

El señor Erdogan prefiere lanzar anuncios por todos los medios de comunicación, dice que luego de Afrín atacará Manbij. “Guerra anunciada no mata gente”. Por el momento, el señor presidente turco prefiere advertir a la policía militar rusa para que desalojen Afrín, pero se abstiene de advertir a los estadounidenses que desalojen todas las bases en las fronteras sirio-turcas que comparten con sus aliados kurdos de las FDS. Es lógico que prefiera desalojar a los rusos –que son más diplomáticos-. En el fondo, Erdogan teme ser depuesto por su socio de la OTAN, los Estados Unidos y no se atreverá a tocar a las FDS.

Esta aventura recién empieza, el famoso Ejército Sirio Libre ha entrado en acción junto a las tropas turcas en territorio sirio. Pero, con Erdogan todo puede cambiar de la noche a la mañana. Con quién estará próximamente?.

El siguiente artículo del magistral Thierry Meyssan tiene mucho que ver con la primera parte de nuestro análisis.
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II Parte



El proyecto francés de reconocimiento de «Rojava»


por Thierry Meyssan


La discusión en Francia sobre dónde serían juzgados los yihadistas franceses capturados en Siria es un caso evidente de falso debate, alimentado por una televisora y un periodista que ocultan al público sus vínculos particulares. Y tras ese falso debate en realidad se prepara la eliminación de los posibles testimonios sobre el papel militar de Francia contra Siria. En espera de que lo acepten sus aliados, Francia prepara el reconocimiento de un Estado de opereta, bajo el nombre de «Rojava» y siguiendo el esquema ya utilizado en «Kosovo».



Al ser interrogados en París sobre el apoyo que Turquía y Francia aportaron a los yihadistas contra Siria, el presidente turco acusó al periodista de televisión que hizo la pregunta de hablar como un terrorista seguidor del predicador Fethullah Gullen y el presidente francés se negó a comentar la política de sus predecesores.


El 5 de enero de 2018, el presidente francés Emmanuel Macron recibió en el palacio del Elíseo a su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan.

Desde la perspectiva de Ankara, ese encuentro debía permitir a Turquía fortalecer sus contactos con la Unión Europea, evitando pasar por su interlocutor tradicional –Alemania– en momentos en que las relaciones germano-turcas han alcanzado un alto grado de tensión.

Lo más importante es que Ankara quería ponerse de acuerdo con París sobre sus proyectos futuros. El Reino Unido ha puesto en manos de Turquía el manejo del dispositivo de los yihadistas, ahora financiados por Qatar. El presidente turco Erdogan está tratando de alcanzar dos objetivos en materia de política exterior:

- En primer lugar, obtener el respaldo de los nacionalistas kemalistas aplicando el juramento nacional del antiguo Parlamento Otomano. Es por eso que el ejército turco ocupa ilegalmente el norte de Chipre, el norte de Siria y el norte de Irak [1].

- Continuar las guerras a través de los yihadistas, desplazando los principales combates desde Siria hacia el Cuerno de África y la península arábiga. Es por eso que, durante los últimos 6 meses, Erdogan ha enviado discretamente 1 500 soldados a Somalia y otros 35 000 a Qatar. También está enviando tropas a Sudán y ya se dispone a desplegar fuerzas militares en Yibuti.

Desde el punto de vista de París, el encuentro entre los presidentes Erdogan y Macron debía reactivar los compromisos franco-turcos adoptados en secreto en 2011, con el consentimiento del Reino Unido, por los entonces ministros de Exteriores Juppé y Davutoglu, fundamentalmente para crear en el norte de Siria un nuevo Estado, hacia donde Ankara pudiera expulsar a los kurdos de Turquía [2].

Aquel acuerdo franco-turco fue roto unilateralmente por el predecesor del presidente Macron –Francois Hollande– luego de la batalla de Ain al-Arab –la ciudad siria que la terminología de la OTAN designa ahora como «Kobane». Aquel retroceso de Hollande provocó una dura reacción turca, bajo la forma de atentados perpetrados por el Emirato Islámico (Daesh) el 13 de noviembre de 2015 [3]. Ese proyecto no contradice las opciones actuales del Reino Unido y Turquía.

Consciente de la reticencia del parlamento francés ante esa aventura, el presidente Macron ha optado por hacer que todo eso se haga inevitable… abriendo antes una cuestión secundaria.


El regreso de los yihadistas

Al ser entrevistado en el programa del periodista Jean-Jacques Bourdin para RMC y BFM-TV, el 4 de enero de 2018, el secretario de Estado y vocero del gobierno francés, Benjamin Griveaux, declaró que los yihadistas capturados en Siria por la coalición internacional contra Daesh –o sea, por las fuerzas bajo las órdenes del Pentágono– podrán ser juzgados en el norte de Siria «si las instituciones judiciales son capaces de garantizar un juicio justo» con «respeto de los derechos de la defensa».

Benjamin Grivaux es un ex colaborador de Dominique Strauss-Kahn [4]. Muy vinculado ahora a Emmanuel Macron, Benjamin Grivaux participó en toda la campaña electoral del hoy presidente de Francia. Su esposa, que es abogada, redactó la parte jurídica del programa electoral de Macron.

Poco después, el mismo periodista, Jean-Jacques Bourdin, entrevistaba a Khaled Issa, representante de «Rojava» en París, quien confirmaba que su «gobierno» está dispuesto a juzgar a los yihadistas de nacionalidad francesa. Pero decía de pasada que la decisión de juzgarlos allí o de «extraditarlos» no sería de Francia sino que la tomaría la «coalición internacional», de manera global, para todos los yihadistas en general, independientemente de sus nacionalidades.

Al día siguiente, 5 de enero, el mismo Jean-Jacques Bourdin entrevistaba a la ministra de Justicia de Francia, Nicole Belloubet, quien declara entonces, refiriéndose al mismo asunto, que «no hay Estado reconocido pero hay autoridades locales y podemos admitir que estas puedan proceder a la realización de juicios».

En ninguna de esas tres entrevistas, el periodista Jean-Jacques Bourdin hizo el menor esfuerzo por precisar si los veredictos que se pronunciaran en «Rojava» contarían con el reconocimiento de la justicia francesa (Non bis in idem), sin el cual los acusados serían procesados nuevamente y pudieran ser condenados por segunda vez por los mismos hechos y volver a ser encarcelados –también por los mismos hechos– si volviesen a Francia.

Cuando entrevistó a la ministra de Justicia, Bourdin la interrogó sobre otras cuestiones y sorprendió al público mencionando asuntos sobre los que el gobierno nunca se había pronunciado, sin precisar cómo había tenido acceso a esa información confidencial.

El periodista Jean-Jacques Bourdin está casado con Anne Nivat, corresponsal de guerra, furiosamente anti-rusa y notoriamente vinculada a la DGSE francesa (Dirección General de la Inteligencia Exterior, siglas en francés). BFM TV es propiedad de una firma que pertenece a los hombres de negocios Patrick Drahi y Bruno Ledoux. Este último es además propietario del local que sirve de sede a la representación de «Rojava» en París.

En sus respuestas a Bourdin, Benjamin Griveaux y Nicole Belloubet evitaron cuidadosamente el uso de palabras como «kurdo», «Kurdistán» y «Rojava», hablando simplemente de las «autoridades» (sic) del norte de Siria.


Allanando el camino hacia una violación flagrante del derecho

Si finalmente se decidiese que los ciudadanos franceses pueden ser juzgados en «Rojava», esa decisión violaría:

- El Tratado franco-sirio que reconoce las jurisdicciones de la República Árabe Siria como las únicas legítimas en suelo sirio;

- La Convención Europea de Derechos Humanos, o Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales:

Su Artículo 6 precisa que, para que un juicio sea equitativo, tiene que existir un tribunal establecido por ley y sus decisiones deben tener carácter ejecutorio. Al no disponer «Rojava» de prisiones, sólo dos veredictos serían realmente aplicables: la excarcelación del acusado o su condena a muerte. Por supuesto, nada impedirá se pronuncien otros veredictos y que los condenados sean discretamente “reciclados” enviándolos a luchar en otros teatros de operaciones.

Su Artículo 7 plantea como principio que no hay pena sin ley (Nullum crimen, nulla poena sine lege [5]). Hoy por hoy no existe un código penal kurdo.

- La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que figura en el Preámbulo de la Constitución de Francia, cuyo Artículo 7 estipula que quienes soliciten, impartan y ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deben ser castigados.

- La Constitución francesa actualmente en vigor.

Su Artículo 55 estipula que los Tratados bilaterales regularmente aplicados por las otras partes firmantes siguen siendo de obligatorio cumplimiento para Francia, lo cual es el caso de los Tratados entre Francia y Siria.

Su Artículo 68 plantea la responsabilidad penal de los miembros del gobierno y del presidente de la República Francesa por todo «incumplimiento de sus deberes manifiestamente incompatible con el ejercicio de su mandato».


Eliminación de testimonios


Antes de emprender un camino del que sabe perfectamente que contradice a fondo el Derecho, el gobierno francés ha utilizado los medios de prensa para crear un profundo rechazo al «regreso de los yihadistas». Ningún otro país afectado por ese fenómeno ha abierto este tipo de debate sobre ese tema. Nada diferencia a esos individuos de los demás asesinos que comparecen ante los tribunales ya existentes y que purgan normalmente las condenas pronunciadas contra ellos.

Luego de haber cegado a la opinión pública, el gobierno de Francia trata de ocultar su responsabilidad y la de sus predecesores. Al verse acusados, algunos de los yihadistas franceses seguramente mencionarían, en plena audiencia pública ante los tribunales franceses, sus vínculos con la DGSE francesa y el papel del ministerio de los Ejércitos (antiguo ministerio francés de Defensa) en esta guerra.

El gobierno del presidente Emmanuel Macron y del primer ministro Edouard Philippe sigue así los pasos de sus predecesores [6]. Aún se recuerda, por ejemplo, cómo el gobierno del presidente Sarkozy y de su primer ministro Francois Fillon hizo desaparecer los testimonios de los soldados franceses que Siria capturó y posteriormente liberó al aplicar el acuerdo de paz que aquel gobierno francés concluyó con Damasco a raíz de la derrota del emirato islámico instaurado en Baba Amro. Ningún medio de la prensa francesa publicó esa información, a pesar de que la prensa árabe desbordaba de artículos sobre ese tema en marzo de 2012, cuando los militares franceses capturados por las tropas sirias fueron entregados al almirante francés Edouard Guillaud en la frontera sirio-libanesa. (Nota del editor del blog: Ver el artículo relacionado a este último párrafo: SECRETOS DE LA GUERRA MEDIÁTICA EN SIRIA )


Hacia el reconocimiento de «Rojava»

El principio jurídico de la «cosa juzgada» (res iudicata) hará automático el reconocimiento de «Rojava» como Estado soberano e independiente.


En este telegrama del 5 de enero de 1921, el Alto Comisionado francés a cargo de la colonización de Siria (mandato concedido por la Sociedad de las Naciones) anuncia el reclutamiento, con ayuda de Turquía, de 900 kurdos de la tribu de los millis para reprimir la rebelión nacionalista árabe en Alepo y Raqqa. Esos mercenarios kurdos combatieron como gendarmes franceses bajo la bandera que ahora porta el llamado “Ejército Sirio Libre”. Fuente: Archives de l’armée de Terre française.


Históricamente, los kurdos son un pueblo nómada, como una versión guerrera de los gitanos de Europa. Circulaban por el valle del Éufrates y eventualmente cruzaban el norte de Siria [7]. Al final del Imperio Otomano, grupos kurdos fueron reclutados para participar en el exterminio de los cristianos en general, principalmente contra los armenios [8]. Como pago por sus crímenes, recibieron las tierras de los armenios que habían masacrado y se volvieron sedentarios. Bajo la colonización francesa en Siria, kurdos de la tribu millis fueron reclutados para tratar de aplastar el nacionalismo árabe en Raqqa y Alepo y salieron de Siria al proclamarse la independencia.

La región que los medios han comenzado a designar en los últimos años como «Rojava» abarca tierras árabes donde los kurdos han estado presentes sólo desde la represión desatada contra ellos como etnia en Turquía, durante la guerra civil turca de los años 1980. Las poblaciones árabes musulmanas y cristianas que vivían en esa región fueron expulsadas de allí recientemente, durante la guerra desatada contra Siria, y los kurdos impiden ahora su regreso como ciudadanos sirios.

«Rojava» fue puesta en manos del PYD, un partido kurdo que fue marxista-leninista y prosoviético, súbitamente convertido en anarquista y proestadounidense [9].

A pesar de lo que afirman sus comunicadores, el PYD mantiene una organización jerárquica extremadamente estructurada, un culto totalitario a su fundador y una disciplina férrea. Lo mejor que puede decirse es que aplica la paridad de género para los cargos de responsabilidad, ocupados simultáneamente por un hombre y una mujer. Esa paridad se aplica también a su estado mayor, a pesar de que no abundan las mujeres entre los combatientes del PYD, en todo caso son mucho menos numerosas que en otros ejércitos mixtos de la región, como las fuerzas armadas de Israel y el ejército de la República Árabe Siria.



Publicado por Robin Wright 9 meses antes de la ofensiva del Emirato Islámico (Daesh) en Irak y Siria, este mapa presenta las fronteras de “Rojava” y del “Califato”. Según la investigadora del Pentágono, este mapa corrige el que Ralf Peters había publicado en 2005 para ilustrar el rediseño del Medio Oriente ampliado.


En 2013, el Pentágono tenía previsto apoyar el plan franco-turco en el marco del rediseño del Gran Medio Oriente, o Medio Oriente ampliado. Para ese rediseño, habría organizado simultáneamente la creación de un «Sunnistán», que abarcaría territorios de Irak y Siria, conforme al mapa publicado por Robin Wright. Pero el Pentágono abandonó ambos proyectos cuando el presidente Trump decidió acabar con Daesh, y ahora sólo ve el tema kurdo como una justificación para la presencia de soldados estadounidenses en Siria. Sería por tanto conveniente tratar de lograr que Estados Unidos volviese también al plan inicial.

Por otro lado, dado el fracaso, en 2017, de la creación de otro Estado kurdo, en el norte de Irak y con apoyo de Israel [10], París y Ankara están obligados a anticipar la oposición de Irán, Irak y Siria, e incluso una oposición generalizada de prácticamente todo el mundo árabe.

Ankara, que en 2011 realmente deseaba la creación de un seudo Estado kurdo en el norte de Siria, se opone si la nueva entidad se halla bajo la influencia de Estados Unidos –que ya trató de asesinar al presidente turco Erdogan en 3 ocasiones y que se tomó el trabajo de financiar un partido kurdo para hacerle perder la mayoría en el parlamento turco. 

En su conferencia de prensa común con el presidente francés Macron, el presidente Erdogan trazó claramente su línea roja: impedir a toda costa que el PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán que tanto Turquía como Francia mantienen clasificado como «organización terrorista», logre crear un corredor que le permita importar armas desde el Mediterráneo hacia el sudeste de Anatolia. Se trata entonces de lograr que los conflictos entre el PKK y «Rojava» provoquen una ruptura definitiva y que el nuevo Estado no tenga acceso al Mediterráneo, que era lo previsto en el plan inicial.


Thierry Meyssan




NOTAS:

[1] «La estrategia militar de la nueva Turquía», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 13 de octubre de 2017.
[2] «El inconfesable proyecto de creación de un seudo Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de 2015.
[3] «El móvil de los atentados de París y Bruselas», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de marzo de 2016.
[4] Dominique Strauss-Kahn, ministro de varios gobiernos socialistas en Francia, es el ex director general del FMI que tuvo que abandonar ese cargo en mayo de 2011 después de ser encarcelado en Estados Unidos bajo la acusación de haber agredido sexualmente a una camarera en un hotel de Nueva York. Nota de la Red Voltaire.
[5] Para explicarlo de forma rápida, este es el llamado «principio de legalidad» en virtud del cual al no existir ley no puede decretarse que hay crimen ni puede imponerse castigo. Nota del Traductor.
[6] «Militares franceses se entrenan para dirigir Daesh», Red Voltaire, 25 de octubre de 2016.
[7] Sobre los kurdos, ver en nuestro sitio web la investigación (la tercera parte está pendiente de publicación en español) de la autora Sarah Abed.
[8] «La Turquía de hoy continúa el genocidio armenio», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 30 de abril de 2015.
[9] «Las brigadas anarquistas de la OTAN», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de septiembre de 2017.

[10] «Kurdistán, lo que se esconde tras el referéndum», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire, 26 de septiembre de 2017.

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