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21 septiembre 2023

La partición colonial de África a principios del siglo XX



 

Parte I

El continente "pobre" habitado por "niños salvajes" a quienes Occidente les llevará siempre "civilización".


por Tito Andino


La lucha de los africanos por su historia, es también la lucha por su libertad.


Hemos explicado en anteriores entradas sobre el despiadado trato de los "civilizados" blancos europeos en el corazón del mundo, no puede ser que sigamos negando todo el sufrimiento que se sigue infringido al ser humano africano. Esto se debe básicamente a una premisa: racismo del colonizador blanco y hasta racismo del árabe del norte de África hacia las etnias autóctonas a quienes impusieron -en gran parte- su religión.

La desgracia del continente "pobre" va más allá del racismo y el tráfico de esclavos por la civilización cristiana. A pesar de estar en pleno siglo XXI, muchas décadas después de obtener su "independencia", la opresión extranjera sigue manejando el destino de los atribulados africanos: guerras intestinas provocadas por intereses foráneos para explotar sus recursos naturales son la principal causa de los conflictos en esta región del mundo. Sumemos los laboratorios de la muerte con los que la cultura europea y estadounidense convierten diversas áreas africanas en campos experimentales de  investigación con cobayas humanas para desarrollar distintas epidemias y enfermedades... por racismo. 


División del territorio africano por las colonias europeas, hacia principios del siglo XX. (Fuente Escuelas Públicas de New Canaan)

La Europa Imperial y los Estados Unidos siguen vendiendo la ofensiva tesis (para descerebrados) que tienen que controlar al africano como si de niños se tratase. Thierry Meyssan, politólogo francés señala, analizando el discurso de hace tres años de la presidente de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, que sin tapujos expresó el deber de la UE para restaurar ‎la dominación europea en África, ese momento ha llegado, "Tenemos que ‎hacer uso de la fuerza", dijo la señora. En conclusión, la Comisión Europea quiere imponer su proyecto para devolver a Europa Occidental el predominio indiscutible en su vieja esfera de influencia y ‎dominación mundial de la época colonial de los siglos XVI hasta el ‎siglo XX

Pero Europa tiene competencia por África, los Estados Unidos está poniendo más empeño en el continente africano ante su evidente declive en otras regiones del planeta. No hablaremos del caso de Níger, solo diremos que los militares golpistas cuentan con el apoyo (no público) de la Casa Blanca en contra de su aliado francés que controlaba al derrocado mandatario... Militares golpistas africanos son en su inmensa mayoría entrenados y adoctrinados por el Pentágono. Quien no quiera entender que EEUU si pelea contra sus socios de la UE-OTAN por intereses económicos y materias estratégicas no entiende nada de geopolítica. Por supuesto, no es una lucha abierta, tanto los EEUU como Europa Imperial provocan brotes de violencia interna entre etnias de un país o una guerra entre distintos estados que surgen "espontáneamente", todos sabemos que son patrocinadas por los "civilizados" blancos (usando a los africanos como proxys) para que usted, estimado lector, siga teniendo la "calidad" de vida en Europa o Norteamérica. 



Ex colonias francesas (actual neo-colonialismo)

Entonces, una vez más pregunto a los incrédulos, ¿USA lo permitirá?; ¿o los británicos que manejan una agenda separada a la UE?; ¿qué harán los franceses sin el uranio de Níger que puede ser controlado por los EEUU con un "simple" golpe de estado?; ¿habrá una nueva y fratricida guerra en África para defender la "democracia" occidental? Y, la pregunta del millón! ¿Qué harán los USA o la UE, separados o juntos, para frenar la expansión económica de China y Rusia en el continente "pobre"? ¿Si África es pobre por qué todos quieren meter sus narices?... 


Los inmensos recursos naturales del continente "pobre". Izquierda: riquezas minerales y otros; derecha: petróleo y gas, refinerías y oleoductos. (Haga click para ver a mayor resolución)

Según los imperios coloniales, todo es "fácil" para ganarse a la opinión pública respecto a África. Estigmatizar a otras razas no europeas como "salvajes”, incivilizados, etc., resultó en el pasado, un poco de propaganda en el presente ejerce la misma creencia. Siguen disponibles las técnicas ideológicas del "universalismo" y el "deber del hombre blanco" de los países "desarrollados" para “apoyar” a los "subdesarrollados" (neocolonismo del siglo XXI)‎. Un ejemplo, la UE financia la Corte Penal Internacional (CPI) o un Tribunal Penal ‎Internacional (TPI) que establece una supuesta ‎superioridad europea sobre los demás grupos humanos. ‎La UE "pretende, como un maestro de escuela, enseñar a los demás la diferencia entre el Bien ‎y el Mal, otorgando buenas o malas calificaciones" (Meyssan).

La historia de África del argentino Luis César Bou merece una mención, cita al estudiado Mahmood Mamdani (ugandés de tercera generación de ascendencia india de la Universidad de Pittsburgh, EEUU) quien señalara que sus ancestros y todo africano son un tipo humano en buena medida infantiles, en su aspecto y psicología, por lo mismo, según Mamdani, un ser humano tipo infantil no puede ser una mala persona. Como resultado de este temperamento el africano es el único ser humano feliz (esto escribió en1998). Remató expresando que "el negro es un niño, y con los niños no se puede hacer nada sin autoridad". Para Bou, el profesor de Pittsburgh cree que los africanos negros "son felices por infantiles. No son malos porque no les da la inteligencia para tanto. En Argentina a esto le llamamos ser un "boludo alegre"; y cita a un premio nobel, el teólogo y filósofo Albert Schweitzer, (refiriéndose al africano) que dijo: "Desde ya que todo niño necesita la protección de un adulto, que sepa educarlo desde su lugar de autoridad".


      Mapa

Bou comenta: " !¡Qué hermoso soporte para el colonialismo! ¡Cómo los occidentales van a dejar a estos niños huérfanos! La ideología colonialista convirtió a los negros en niños que nunca crecen, en niños Peter Pan de la Tierra de Nunca Jamás. Demos gracias por no haber tenido un padre como Schweitzer. Esto tuvo su expresión más evidente en la forma en que el blanco se dirigía al negro en las colonias, llamándole boy, muchacho. Hasta hace poco, en muchos sitios del Sur de EEUU, el negro era el boy, independientemente de su edad: Un blanco de 18 años se dirigía a un negro de 60 llamándole boy. Por supuesto que los niños no pueden ser hacedores de historia, como no sea de una historia pueril".

El famoso filosofo Friedrich Hegel manifestaba (alrededor de 1825): "Lo que entendemos como África es lo segregado y carente de historia, o sea lo que se halla envuelto todavía en formas sumamente primitivas, que hemos analizado como un peldaño previo antes de incursionar en la historia universal". Incluso Marx y su teoría hablaba de África como una "comunidad primitiva" y como "solución" propuso que la historia precolonial era la historia del desarrollo de las fuerzas productivas...

"El racismo fue y sigue siendo hoy uno de los avatares de la explotación del hombre por el hombre: Sin racismo y xenofobia el valor de la fuerza de trabajo del africano sería mucho más alto. La discriminación racial en Europa o EE.UU es funcional al sistema. De la misma manera que los esclavos no hubieran podido venderse como ganado si no hubieran sido estimados como animales de labor, es necesario que los inmigrantes de hoy sean considerados inferiores, para pagarles un salario inferior. En ese contexto, su cultura de origen nunca puede ser valorada correctamente (si es que hay que valorar a una cultura) por quienes comparten el consenso ideológico del mundo desarrollado" (Bou). 

Ahora repasemos un poco de historia del colonialismo en África.


       Mapa político de África 



Parte II

La partición colonial final de África a principios del siglo 20


Por Vladislav B. Sotirović

Copyright © Investigación Global, 2023

Título original en inglés:

The Final Colonial Partition of Africa at the Turn of the 20th Century. El Dr. Vladislav B. Sotirović es un ex profesor universitario en Vilnius, Lituania. Investigador asociado del Centro de Estudios Geoestratégicos y colaborador de Global Research.


El “Continente Negro” de África hasta finales de la octava década del siglo XIX era un territorio poco conocido, especialmente sus partes centrales que han sido desconocidas para los europeos. Hasta la década de 1880, las potencias de Europa occidental conocían principalmente los litorales africanos y su interior inmediato. Sin embargo, no se sabía exactamente qué había dentro del continente, excepto por la existencia de algunas organizaciones estatales tribales en forma de monarquías asentadas por pueblos cazadores tradicionales.

Antes del inicio de la novena década del siglo XIX, solo las zonas litorales del continente africano estaban bajo dominio colonial directo y explotación económica por parte de los europeos occidentales: los portugueses fueron los primeros colonos del África negra. Sin embargo, Francia fue la primera potencia de Europa occidental que se involucró más profundamente en la conquista de zonas más grandes de África (norte o árabe) cuando la provincia otomana de Argelia comenzó a ser ocupada gradualmente a partir de 1830 (hasta 1870). En el territorio del litoral de África occidental había algunas pequeñas colonias francesas y británicas (Senegal, Sierra Leona, Gold Coast, Lagos y Gabón) junto con un antiguo territorio colonial portugués en Angola. Portugal tenía, así como en el sureste de África, su gran colonia de Mozambique en el valle de Zambezi. La colonia del Cabo en el extremo sur de África a principios del siglo XX estaba bajo el dominio de los colonos británicos enfrascados en una rivalidad con la población local tanto del Estado Libre de Orange como de Transvaal (el territorio al norte del río Vaal, hoy la tierra alrededor de Pretoria y Johannesburgo).

La partición colonial final de África por parte de los europeos occidentales comenzó en 1882 con la ocupación británica de Egipto y terminó en 1912 con la ocupación italiana de Libia (provincias otomanas de Cirenaica, Tripolitania y Fezzan).

Antes de 1882, aparte de la Argelia francesa y la Angola y Mozambique portuguesas, las potencias de Europa occidental tenían posesiones en África restringidas únicamente a muchos puestos comerciales, estaciones militares y las islas de Zanzíbar y Madagascar. Sin embargo, en las siguientes dos décadas, todo el continente africano quedó ocupado y dividido entre las grandes potencias de Europa occidental. Las fronteras entre los territorios coloniales dentro del continente se dibujaron principalmente con regla y lápiz, generalmente en Londres, París y Berlín.




Alrededor de 1900, había en África 40 unidades políticas en las que estaba dividido el continente. En 36 de ellos existía dominio o control directo de Europa occidental. De hecho, solo Etiopía, que luchó contra los intentos coloniales italianos a mediados de la década de 1880, y Liberia, debido a sus estrechos vínculos financieros con Estados Unidos, han gozado de verdadera independencia, no formado parte de los imperios coloniales de Europa occidental. En 1912, Francia fue el mayor beneficiario, ya que controlaba casi 4 millones de los 11,7 millones de kilómetros cuadrados de África (de hecho, 1/3). Las colonias francesas se dividieron en dos grandes territorios: el África occidental francesa y el África ecuatorial francesa.

Una de las preguntas centrales en este asunto es: ¿Qué factores contribuyeron a esa política imperialista-colonial de Europa occidental en África (o en otros lugares) a principios del siglo XX? En realidad, había varios ingredientes cruciales:

- El progreso del exitoso proceso de industrialización en Europa occidental estableció una mayor demanda de nuevas fuentes naturales, fuerza laboral y mercados.

- La colonización fue una de las varias salidas para resolver las tensiones sociales contemporáneas dentro de las sociedades de Europa occidental (por ejemplo, la idea de Joseph Chamberlain, que vio la colonización como una salida).

- Las rivalidades geopolíticas entre los estados de Europa occidental se trasladaron fuera de Europa, pero en particular a África. De hecho, esto significó más precisamente que muy a menudo los incidentes geopolíticos entre las potencias de Europa occidental, especialmente entre comerciantes competidores, en África alcanzaran en varios casos el estatus de grandes crisis internacionales que podrían provocar incluso guerras paneuropeas.

- Las iniciativas emprendidas por los agentes locales de Europa occidental, que se produjeron en rápida sucesión, pusieron en marcha la indigna competencia por la posesión territorial de África. Fue el resultado del apoyo dado por los países metropolitanos a las actividades descoordinadas de sus ciudadanos y contratistas en esos lugares. De hecho, ellos (como Cecil Rhodes, por ejemplo) decidieron que la manera favorita de salir de los enfrentamientos político-militares a gran escala, ya fuera con unidades políticas africanas o con otros estados de Europa occidental, era simplemente ocupar alguna tierra africana antes de que los demás hicieran lo mismo.

En los territorios occidentales del continente negro africano (al sur del Sahara en los amplios territorios de Sudán), los franceses tomaron las iniciativas locales centrales. Lo crucial fue que el ejército francés intentara ocupar el territorio del río Senegal hacia el alto río Níger.

De hecho, Francia negó en Europa la venganza militar contra Alemania (Prusia) por la derrota de 1870-1871 durante la guerra franco-prusiana, cuando después de la guerra los alemanes ocuparon (las tierras históricas de habla alemana) de Alsacia y Lorena (Lotaringia). Sin embargo, Francia, con la aprobación alemana, buscó la gloria imperial en las polvorientas sabanas al sur del Sahara en África (la región de Sudán).

No obstante, esa política francesa condujo al conflicto con el imperialismo británico en Gambia y Sierra Leona, seguido por estados africanos como Samory o al-Hajj Umar. La rivalidad anglo-francesa existió a lo largo del litoral de África occidental en las zonas de la Costa Dorada (la penetración británica comenzó en 1874), Togo (junto con la rivalidad con Alemania), Dahomey y Yoruba. Después de la decisión unilateral británica de invadir y ocupar Egipto en 1882, la política francesa hacia el Reino Unido se deterioró significativamente. Sin embargo, después de 1882, hubo intervenciones coloniales de otros estados de Europa occidental (Alemania, Bélgica e Italia) que finalmente dividieron África. Una vez que comenzó la partición del continente, África quedó colonizada en poco tiempo: tres décadas.


Colonias en África en el siglo XIX y antes de la Primera Guerra Mundial (Haga click para mayor resolución)


Después del viaje transafricano de Henry Morton Stanley de Este a Oeste en 1874-1877 y especialmente por el río Congo en África Central, el rey belga Leopoldo II (1865-1909) puso a Stanley a su servicio personal. HM Stanley regresó en 1879 a la región del Bajo Congo, donde estableció el marco del gran territorio privado como dominio personal del rey belga Leopoldo II (Estado Libre del Congo) en la cuenca del río Congo, rica en recursos naturales. Sin embargo, tanto la exploración como las actividades políticas de Stanley estimularon a los demás estados de Europa occidental a hacer lo mismo en África.

Por ejemplo, el italiano de Brazza concluyó varios acuerdos con los líderes tribales africanos locales y, cuando regresó a Europa, Francia aceptó sus reclamos. Las tropas francesas de Gabón ocuparon el territorio del Congo francés, que pronto pasó a formar parte de la región del África Ecuatorial Francesa. Por supuesto, tal comportamiento francés provocó inmediatamente respuestas del Reino Unido y Portugal en la región, pero debido a Alemania, esto quedó en nada. En otras palabras, Berlín compró el pensamiento francés de venganza militar por los territorios perdidos ante Alemania durante la guerra franco-alemana de 1870-1871, tras lo cual Prusia unificó Alemania permitiendo a Francia tener manos libres en África. Al mismo tiempo, Alemania estaba chantajeando al Reino Unido por la ocupación británica de Egipto en 1882.

Alemania Unida (el Segundo Imperio Alemán) entró en la lucha por África ocupando tierras en cuatro regiones muy separadas: Togo (entre las posesiones británica y francesa), el Camerún en 1884 (entre la Nigeria británica, el África ecuatorial francesa y el Río Muni portugués), el África sudoccidental alemana (entre colonias británicas y portuguesas) y el África oriental alemana desde 1885, cuando se ocupó Dar es Salaam (entre posesiones belgas, británicas y portuguesas). Por lo tanto, las colonias africanas alemanas eran como cuñas entre las colonias de otras potencias imperialistas de Europa occidental. En consecuencia, las actividades coloniales francesas y alemanas en África occidental llevaron a Londres a ser más activa en la región, particularmente para asegurar el territorio que más tarde pasó a ser conocido como Nigeria (rico en petróleo natural). Sin embargo, el lejano interior de África Occidental fue dejado a los colonos franceses que a finales del siglo XIX arrasó toda la región del Sudán Occidental (conocido como Sudán francés).


Nota del editor del blog: Sigue siendo tema de acalorado debate la célebre Conferencia de Berlín 1884-1885 cuya hipótesis principal de muchos historiadores refiere a la "repartición europea de África", ¿qué tan verídico es esa aseveración?, lo repasamos brevemente en un anexo final.

 

Todas las grandes potencias de Europa occidental involucradas en la competencia por la partición de África tenían diseños geopolíticos y económicos de amplio alcance. Por ejemplo, Alemania planeaba ocupar las posesiones portuguesas y al menos parte del Congo. De esta manera, Berlín crearía un imperio grande y rico en África Occidental y Central.

París tenía las mismas ambiciones imperiales en el África Occidental Francesa, que se extendía desde el mar Mediterráneo en el norte hasta el río Congo en el sur. Con el fin de contrarrestar la penetración más profunda de Francia y Alemania en África, Londres impulsó sus políticas expansionistas desde tres direcciones:

1) Colonos británicos (Cecil Rhodes Company “Pioneer Column” en 1890) desde Cape Colony hacia el norte a través del territorio de Bechuana (más tarde Bechuanalandia Británica) y el Estado Libre de Orange vía Transvaal hasta el lago Tanganica (estableciendo las provincias de Rhodesia del Sur y Rhodesia del Norte);

2) Compañía Imperial Británica de África Oriental desde Mombasa que establece el África Oriental Británica (más tarde Kenia) hasta el lago Victoria (Uganda fue ocupada en 1893; y,

3) Desde Egipto vía Sudán hasta Gondokoro donde se encontraron con las tropas británicas de Uganda. Entre Egipto y Uganda, se estableció el Sudán anglo-egipcio (Condominio Sudán-Anglo-Egipcio) en 1899.

La idea era formar una franja continua de posesiones coloniales británicas desde Alejandría en Egipto hasta Ciudad del Cabo en Cape Colony (futura Sudáfrica). Sin embargo, entre las posesiones británicas del norte y del sur en esta supuesta franja continua existían el África Oriental Alemana y el Congo Belga. Es importante señalar que diseños geopolíticos y económicos tan diferentes enfrentaron al Reino Unido y a Francia en Fashoda (hoy en Sudán del Sur) en 1898 (Incidente de Fashoda, el 18 de septiembre) y casi condujeron a enfrentamientos militares directos y probablemente una guerra entre los dos estados, ya que ambos querían conectar sus dispares posesiones coloniales (África Ecuatorial Francesa con la Somalilandia francesa versus el Sudán anglo-egipcio británico con Uganda).

Las colonias alemanas en el sudeste y suroeste de África tuvieron un impulso directo para el resurgimiento de las ambiciones imperialistas portuguesas en el continente. Al mismo tiempo, la amenaza real de la expansión afrikaner (grupo étnico sudafricano predominante descendiente de colonos holandeses que llegaron por primera vez al Cabo de Esperanza en 1652) llevó a la penetración británica en el interior de África Central hasta la colonia alemana de África Oriental Alemana. Estos territorios conquistados se conocieron más tarde como Rhodesia, Zambia y Malawi. La fuerza impulsora detrás de ese expansionismo colonial británico hacia África Central fue el industrial y político Cecil Rhodes. De manera similar, la colonización alemana en África Oriental (Tanganica o África Oriental Alemana) produjo una contrapolítica británica cuando el Primer Ministro del Reino Unido, Lord Salisbury, reclamó los territorios alrededor de los Grandes Lagos (más tarde Uganda) y el territorio intermedio hasta el litoral (África Oriental Británica, más tarde Kenia). Después de 1882, el poder colonial británico en Egipto fue sacado de esa provincia para intervenir en los asuntos de Sudán, que se había rebelado contra Egipto en 1881 bajo el líder religioso islámico, el Mahdi (Estado Mahdista en Sudán, 1881-1898).


Mapa de África en 1886, con la delimitación de la cuenca del Congo y las posesiones europeas –la mayoría de ellas en la costa africana. (Tomado de Rare Maps.com)


Simultáneamente, el éxito colonial francés en África occidental después de 1871 (ocupación de Gabón en el Congo occidental, conquista del antiguo estado de Dahomey en 1893 y avance hacia el lago Chad en las tres direcciones) obligó al Reino Unido a movilizar los recursos de la Royal Niger Company con el fin de ocupar los emiratos de Nupe e Ilorin, y participar en varios enfrentamientos militares tanto con las fuerzas coloniales francesas como con las unidades políticas africanas locales dentro de su zona comercial. Esta tensión colonial franco-británica alcanzó su punto máximo en 1898, cuando el comandante francés Marchand, después de dos años de marcha desde Gabón, casi chocó con las tropas británicas en Fashoda, en el río Nilo Blanco. En esta ocasión, Londres y París apenas evitaron una guerra abierta.

Después de la ocupación británica de Egipto en 1882, la partición de África, que comenzó como un proceso bastante pacífico, empezó ahora a provocar cada vez más derramamiento de sangre. Los italianos invadieron Etiopía desde la Somalia italiana (ocupada en 1889-1892) y Eritrea en 1895, pero las tropas etíopes infligieron una dura derrota a los italianos en Adowa en 1896. En 1898-1899, alrededor de 20.000 sudaneses murieron durante la ocupación británica del estado mahdista. De manera similar, las tropas de colonos británicos dirigidas por Cecil Rhodes estuvieron involucradas en serios enfrentamientos armados con Matabele y Mashona mientras avanzaban hacia el norte desde Cape Colony. En general, las tropas coloniales blancas de Europa occidental, especialmente las británicas, empezaron a depender cada vez más del rifle de repetición (repetidor) y del cañón Maxim (construido en 1884).

El conflicto colonial en Sudáfrica alcanzó su punto máximo durante la Guerra de los Bóers de 1899-1902, en la que Londres finalmente consiguió con gran dificultad el control del territorio de Transvaal con ricas minas de oro (descubiertas en 1886) y ocupó las repúblicas afrikaner. Fue en 1896 cuando comenzaron los enfrentamientos militares con el fallido Jameson Raid que destruyó significativamente la influencia política personal de Cecil Rhodes pero no su política de colonización, ya que fue apoyada y continuada por Chamberlain (el Secretario Colonial del Reino Unido) y Milner (el Alto Comisionado en Ciudad del Cabo). De hecho, los pueblos africanos, por un lado, en muchos casos se opusieron amargamente a las políticas coloniales de las grandes potencias de Europa occidental, pero por otro, nunca se unieron con el propósito de ofrecer una resistencia más fuerte y, al mismo tiempo, se los pudo abordar fácilmente poco a poco.

A principios del siglo XX, entre unos pocos estados africanos que todavía tenían una cierta independencia, Libia fue invadida por Italia en 1911 (la guerra ítalo-otomana de 1911-1912), y Marruecos sobrevivió hasta 1912 antes de dividirse entre Francia y España (Sáhara español, hoy Sáhara Occidental, incluida la colonia española de Río de Oro establecida en 1885). En el resto de África, excepto Etiopía y Liberia, ondeaban algunas de las banderas coloniales de Europa Occidental.

En conclusión, a pesar de la rapidez y aparente facilidad de la partición final, en casi todas partes los colonizadores de Europa occidental encontraron resistencia por parte de la población local a su brutal invasión del “Continente Negro” entre 1882 y 1912. Sin embargo, gran parte de la resistencia fue enfrentada poco a poco y a menudo utilizaron a otras tribus africanas como aliadas, pero cierta resistencia fue mucho más seria, como la de Samori ante los colonizadores franceses en África occidental en 1887-1896, mientras Etiopía y Liberia experimentaban la independencia. En todos los casos de colonización exitosa, la política de los europeos occidentales fue dividir y vencerás (divide et impera). Los europeos occidentales, sin embargo, tenían una abrumadora superioridad técnica en materia de equipamiento militar.


Vladislav B. Sotirović


ANEXO del editor del blog

La "Conferencia de Berlín"


Representación de la Conferencia de Berlin, de Adalbert von Rößler (1884 - 1885)
 

La Conferencia de Berlín (entre el 15 de noviembre de 1884  y el 26 de febrero de 1885), debería ser mejor descrita como "el mito sobre la Conferencia de Berlín" ya que se considera, generalmente, como el momento en el que las potencias coloniales europeas se sentaron a la mesa para repartirse el continente africano. Sin embargo, en realidad la conferencia no dividió el continente, más si generó las condiciones para hacerlo, en esos momentos la colonización aún no constaba como un objetivo primordial. Una breve explicación basada en algunas investigaciones:

En el libro "The Sharing of Black Africa", el historiador francés Henri Brunschwig desenrolla la hipótesis sobre las erradas interpretaciones sobre esa Conferencia que en si no alteró la situación preexistente en relación con el continente africano. Brunschwig explica por qué la interpretación que se le da es una afirmación tardía (en contra del real propósito de la Conferencia) y que solo apareció alrededor de la Primera Guerra Mundial. Antes ningún historiador, ni diplomático, ni político habían puesto a la Conferencia de Berlín como un acto que específicamente tratara sobre el reparto europeo del África. Cabe destacar que a ese evento diplomático, a más de los imperios europeos, fueron invitados a participar representantes del Imperio Otomano y de los Estados Unidos de América.

A partir de principios del siglo XX aparecieron en Francia muchas obras de literatura histórica que en su gran mayoría representaron a la Conferencia de Berlín como el momento clave en que las naciones de Europa se unieron para dividirse entre sí el continente africano. Los documentos de la época son claros, indican que la división de África no estaba en la agenda (la lectura de la ponencia principal de esta entrada también va por ese camino, y no brinda la menor atención a la mencionada Conferencia). En sinopsis, puntualicemos por qué seguimos creyendo la hipótesis del "reparto africano".

"La Conferencia de Berlín había consagrado la doctrina del interior. Con base en esa doctrina, la posesión de un territorio en la costa daba derecho a las regiones del interior de una determinada nación, las cuales podían retirar sus fronteras indefinidamente, hasta toparse con una posesión, zona de influencia o un estado vecino. Si se aplicara al continente africano, la doctrina del interior del continente garantizaría a las naciones europeas derechos de propiedad sobre las regiones del interior del continente, basados en la posesión de regiones costeras -estas últimas ya prácticamente ocupadas por los europeos cuando se celebró la conferencia-. Por tanto, en la práctica, esta doctrina podría apreciarse como la división de África. Sin embargo, no hay ninguna referencia a este principio en las actas generales de Berlín, lo que hace que sea erróneo decir que la ocupación de la costa definió la división del interior del continente".


Ilustración de la Conferencia de Berlín publicada en 1884 por el periódico francés L'Illustration, con el título "La cuestión del Congo"
 

La “carrera por África” -especialmente en las dos últimas décadas del siglo XIX- tuvo un enfoque central: el río Congo, cuyo dominio impulsó las disputas sobre esta región.

- Hasta la década de 1880 solo las regiones costeras del continente africano habían sido ocupadas por los europeos.

- Las resoluciones de la Conferencia fueron más modestas. Alemania y Francia, ya antes habían decidido los tres puntos básicos de los debates en Berlín: 1) libertad de comercio en la cuenca y el estuario del río Congo; 2) libertad de navegación en los ríos Congo y Níger; y, 3) formalidades ha cumplirse para que nuevas ocupaciones en la costa de África se consideraran efectivas.

- Los representantes europeos reunidos en Berlín también definieron las reglas de legitimación de futuras anexiones en las costas del continente africano. A partir de ese momento, para que las nuevas posesiones o protectorados se consideraran eficaces, sería necesario enviar una notificación a los demás países firmantes del acta, para facilitar posibles reclamaciones. El artículo específico del acta se refiere únicamente a las regiones costeras del continente africano, dejando de lado las regiones del interior. Ese acto desmiente las interpretaciones del reparto de África mediante la Conferencia de Berlín.

- La trata de esclavos fue otro tema debatido en Berlín, aparece brevemente en el documento final de la reunión, solo mereció un párrafo. La prohibición del tráfico no se extendería a todo el territorio africano, sino que se limitaría a la zona alrededor del río Congo. En la práctica no fue así, fue una de las principales justificaciones de las incursiones coloniales.        

- Otro elemento que contribuyó a consolidar la falsa imagen de la Conferencia fueron las representaciones gráficas (caricaturas en su mayoría) que aparecieron a lo largo del evento y publicadas en los periódicos de la época que hacían alusión al "reparto de África".


En la mayoría de idiomas europeos el lector se encontrará con títulos como "La Conferencia del Congo" (Conferencia Colonial). Por ejemplo, en alemán se habla en los libros históricos como la "Kongokonferenz" o "Conferencia de África Occidental" (Westafrika-Konferenz) para referirse a la también denominada "Conferencia de Berlín", 1884-1885. La "Carrera por África" ya estaba en pleno auge desde varios años atrás. En la ilustración se aprecia a los participantes en la Conferencia del Congo de 1884, de Adalbert von Roessler (basado en una ilustración del periódico "Illustrierte Zeitung").

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25 julio 2023

¿Es posible la unidad árabe?




 Introducción por el editor del blog

Sin tapujos empezamos por lo que es.

 

El Congreso Árabe-Sirio de 1920 y la Destrucción de su Alianza Histórica Liberal-Islámica es en esencia la historia de cómo las potencias imperiales de Gran Bretaña y Francia vencieron los ideales del presidente Wilson utilizados como fórmula para la Sociedad de Naciones. El colonialismo anterior a la primera guerra mundial se reasentó en el Medio Oriente tras la destrucción del imperio otomano, con el deseo de retener la gloria imperial y el control de los sectores árabes recientemente 'libres' del imperio otomano y en esta región, su riqueza relativamente nueva: petróleo.


Estados Unidos solo se ha preocupado de los "valores" del mundo árabe en un par de ocasiones, cuando "Washington archivó el informe de 1919 de la comisión King-Crane que instaba a las potencias mundiales a escuchar las demandas de los ciudadanos árabes y otorgarles la independencia en territorios anteriormente gobernados por el colapsado imperio otomano". Pero, "no hizo nada cuando Francia y Gran Bretaña dividieron la tierra árabe en Siria, Líbano, Jordania, Irak y Palestina. Y, luego cuando los británicos entregaron Palestina a los colonos sionistas que ocuparon ese país por la guerra en 1948 y 1967". Israel cortó el puente terrestre entre Egipto y el Levante librando una guerra casi constante contra los árabes sin obstáculos ni objeciones estadounidenses.

"La única vez en que Estados Unidos mostró respeto por los valores y la Carta de la ONU fue en 1956 cuando el entonces presidente Dwight Eisenhower ordenó a Israel que se retirara del Sinaí egipcio tras el ataque tripartito israelí, británico y francés contra Egipto", recuerda Michael Jansen en su ensayo "Time for Arabs to Come Together and Rethink Strategic Alliances" (Es hora de que los árabes se unan y reconsideren las alianzas estratégicas). 

El tema está bien planteado hoy. Algunas luces parecen vislumbrarse en la región, saudíes negociando con iraníes es una señal que ha dejado perplejo al jet set diplomático estadounidense (claro que los iraníes no se consideran árabes o no son genéticamente árabes, como tampoco lo son los afganos y pakistaníes o los turcos. En términos generales nos referimos a la región geográfica musulmana conocida como  Oriente Medio), al punto que nos preguntamos que pasará con los ya cerrados acuerdos de la Arabia de los Saud con Israel y la guerra impuesta por las monarquías absolutistas del Golfo -impulsado por EEUU- contra Yemen; o que decir de las discretísimas relaciones -muy fructíferas- de los Emiratos Árabes Unidos con Israel (industria armamentista)... Todo ello en detrimento de la salud, educación y economía del mayor ghetto del mundo en esa misma zona: Palestina.

"Es hora que los árabes se unan y reconsideren sus alianzas estratégicas con el objetivo de asegurar sus intereses en lugar de dar prioridad a los intereses de Washington. Estos siempre coinciden con los intereses de Israel debido al respaldo bipartidista total de los políticos estadounidenses, ya sea en el Congreso o en la Casa Blanca". Algo muy difícil pero no imposible, los petrodólares de las petromonarquías dependen de la "seguridad" que les brinda el US Army en la región, una garantía que tiene que ser correspondida con la exorbitante compra de armas made in USA

Preguntémonos: ¿EEUU lanzará golpes de estado o forjará guerras civiles si las millonarias petro-monarquías decidieran, sin traicionar a sus "protectores", solo desviar sus intereses para velar por los necesitados países árabes acosados por las guerras y la hambruna?. Un acto de solidaridad islámica en todo caso, aunque en el fondo para los líderes árabes -como también en el mundo cristiano occidental- la religión solo cuenta para la propaganda y el adormecimiento de las masas.

Ciertamente la Casa Blanca está alarmada, las discusiones con el rey saudí Salman y el príncipe heredero coinciden con la decisión de la Liga Árabe de poner fin a más de 10 años de suspensión a Siria en el seno de la Liga, imposición obligada por los EEUU y que han expresado su rechazo a esta apertura. Ya se ha visto una contramedida, las ilegales fuerzas de ocupación del US Army refuerzan sus posiciones en el norte de Siria para impedir que Siria e Irak se conecten.


Siria fue readmitida en la Liga Árabe en mayo del 2023, pese a las duras críticas de los Estados Unidos

También EEUU presiona al Consejo de Cooperación del Golfo para que se involucre más económica y comercialmente con la India. Una vez más, no es altruismo, es la única forma de paralizar el proyecto de China "Road and Belt", que volverá a activar la milenaria "Ruta de la Seda", desde China hasta el Mediterráneo, un real peligro para el monopolio mundial mercantil del mundo anglosajón y los Estados Unidos.

En pleno siglo XXI los antiguos imperios coloniales pretenden seguir presionando y ordenando la vida en sus antiguas esferas de influencia cuando la realidad  es que el mundo ya no es unipolar, a través de las últimas décadas surgieron potencias económicas como Rusia y China y hasta países emergentes como Irán. 

Por su doctrina de seguridad nacional el imperialismo económico estadounidense prioriza petróleo y los petrodólares de Oriente Medio, la única forma de contar con la fidelidad de los millonarios jeques árabes es con la presencia constante y "amistosa" del US Navy (Marina EE UU): "llevando la paz y el progreso a través de sus fuerzas especiales de portaaviones a puntos críticos como el Golfo Pérsico, el Mar del Sur de China y la península de Corea (entre muchas otras áreas que necesitan la protección de los EE.UU para sus corporaciones y petrodólares). Al igual que toda la diplomacia de las cañoneras, merece todo el cinismo y la hostilidad que se le pueda dirigir sin desencadenar la próxima guerra (La guerra que terminó con la paz, Jim Miles, 2020).

Hasta  aquí unas breves referencias históricas y de actualidad. 


Parte II

Tratar un tema histórico como la unidad del mundo árabe es una tarea demasiado amplia; no obstante, nuestro amigo Nick Ottens presentó hace un par de años una magnífica sinopsis histórica que cubre el frustrado intento de algunos líderes árabes por conseguir la anhelada unidad. Siempre los intereses de las potencias coloniales europeas y los Estados Unidos han estado ahí prestos a destruir cualquier "desviación" en su gran zona de influencia geopolítica.


Bandera de la Liga Árabe 
 

Sueños de unidad árabe

Desde los hachemitas hasta Nasser y Gadafi, los líderes árabes intentaron, sin éxito, unir la región.

Por Nick Ottens


Las propuestas para la unificación del mundo árabe tienen más de un siglo de antigüedad. Sharif Hussein ibn Ali de La Meca, el administrador de las ciudades santas del Islam, fue el primer líder árabe moderno que buscó la independencia de su pueblo de los turcos otomanos.


Los británicos, que en ese momento controlaban Adén y Egipto, prometieron apoyar las ambiciones de Hussein si se rebelaba contra los otomanos durante la Primera Guerra Mundial; una promesa que Gran Bretaña incumplió infamemente.

Sería la primera de muchas decepciones para los panarabistas.


Hachemitas

Faisal I de Irak. Faisal bin Hussein, más tarde rey de Irak, posa con T.E. Lawrence y otros miembros de su delegación a la Conferencia de Paz de París de 1919 en Versalles (IWM)


El papel de Gran Bretaña en la Revuelta Árabe fue inmortalizado en la película dramática épica de 1962 Lawrence de Arabia, protagonizada por Peter O'Toole en el papel principal y Alec Guinness como el tercer hijo de Hussein, Faisal, que serviría brevemente como rey de Siria y el Líbano.

Aunque la película ficcionaliza aspectos del levantamiento, tiene la historia amplia correcta: los árabes, con un mínimo apoyo británico, empujaron a los otomanos tan al norte como Damasco, pero fueron traicionados por sus aliados europeos. Gran Bretaña y Francia en el Acuerdo Sykes-Picot se repartieron Oriente Medio entre ellos.


Mapa del Medio Oriente en abril de 1918 (Internet Archive Book Images)


Sykes-Picot solo se implementó parcialmente. La esfera italiana y rusa prevista no surgió, ni tampoco una zona internacional en Tierra Santa. El plan requería áreas británicas y francesas gobernadas directamente, así como estados árabes independientes bajo influencia británica y francesa. En cambio, Gran Bretaña y Francia gobernarían toda la región bajo el disfraz de mandatos de la Sociedad de Naciones.

Las fronteras que separan Irak, Jordania y Siria hasta el día de hoy se remontan a Sykes-Picot.


Mapa de 1919 del Acuerdo Sykes-Picot de 1916, que muestra las ganancias territoriales y esferas de influencia propuestas británicas (rojas), francesas (azules), italianas (verdes) y rusas (amarillas) en el Medio Oriente (Stanfords Geographical Establishment London)


Honrando el acuerdo para la influencia francesa en Siria, las tropas británicas, bajo el general Edmund Allenby, se retiraron de Damasco hacia finales de 1919. Faisal y su ejército árabe no eran rival para los franceses. El nuevo rey intentó un compromiso, bajo el cual permitiría a los franceses llevar a cabo su política exterior, pero esto fue rechazado por sus propios partidarios. En una breve guerra, el general Henri Gouraud sofocó el levantamiento sirio en julio de 1920.

Los franceses fueron recibidos como libertadores por los cristianos de la región, que vivían predominantemente en el Líbano, pero los disturbios continuaron en las áreas alauitas y árabes. Los franceses jugaron continuamente con su forma de administración, creando primero una federación (1922-24), luego un Estado de Siria (1925-30) que excluyó a los alauitas, y finalmente una República Siria (1930) que comprende el territorio de la Siria moderna. Se independizó después de la Segunda Guerra Mundial.


Mapa francés de Oriente Medio en 1920


T.E. Lawrence hizo su propia propuesta para el Medio Oriente, llamada la Solución Sharifiana. Le daría a los tres hijos menores de Sharif Hussein un reino propio: Abdullah en Bagdad, Faisal en Siria y su cuarto hijo Zeid en la Alta Mesopotamia. Su hijo mayor, Ali, heredaría el Hiyaz. Los franceses gobernarían el Líbano y la Palestina británica.

Este plan tampoco se implementó, aunque los británicos intentaron cumplir su promesa a la familia hachemita creando un Emirato de Transjordania fuera del Mandato de Palestina en 1921 para Abdullah y nombrando a Faisal, que había sido derrocado por los franceses en Siria, rey de Irak.


Mapa de Oriente Medio de la propuesta de T.E. Lawrence (KewTW9)


Si se hubiera implementado el plan de Lawrence, el Medio Oriente de hoy podría parecerse al siguiente mapa. Los reinos hachemitas se han unido. El interior desértico de Arabia está gobernado por fanáticos religiosos, los saudíes. Mayoría cristiana Monte Líbano es un departamento de ultramar de Francia. Los británicos presiden una Palestina mixta árabe-judía. El área entre Jaffa y Jerusalén, así como los Dardanelos, están gobernados por un organismo internacional. Grecia, el Ponto griego, Armenia y Kurdistán mantienen a los turcos bajo control.


El mapa al estilo de The Economist de un Oriente Medio ficticio (moerby08)


En el mundo real, los saudíes derrocaron a Hussein en Hejaz en 1924 y se apoderaron de la mayor parte de la península. Los británicos retuvieron el poder obligatorio en Palestina hasta 1948, cuando las tierras al oeste del río Jordán se dividieron entre el nuevo Estado de Israel y Gaza gobernada por Egipto y Jordania y Cisjordania. Ponto y Kurdistán nunca se independizaron. Armenia lo hizo, pero en forma mucho más pequeña.


Gran Siria

El rey Faisal I de Irak habla con su hermano, Abdullah I de Jordania, en Bagdad, el 6 de octubre de 1932 (Biblioteca del Congreso)


Abdullah de Jordania siguió los pasos de su padre, argumentando a favor de la creación de una Gran Siria que abarcara el Líbano, Palestina, Siria y Transjordania con "un trono en Damasco".

Otros líderes árabes desconfiaban, especialmente porque Abdullah era el más pro-occidental y menos anti-judío entre ellos.

Abdullah, a diferencia de los árabes de Palestina, había aceptado la recomendación de la Comisión Peel de 1937 para un estado judío alrededor de Haifa y Tel Aviv, así como el plan de partición de las Naciones de la Unión de 1947 para Palestina. Fue asesinado por un árabe palestino en 1951.


Plan de la Media Luna Fértil

Detalle de un mapa de 1993 de Oriente Medio, que muestra los años en que los países obtuvieron su independencia (CIA)


Faisal II de Irak


Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Siria cayó bajo el control de la Francia de Vichy, aliada de los nazis, Irak, formalmente gobernada por el joven rey Faisal II pero administrada por su tío, el regente 'Abd al-Ilah, propuso unir los cuatro estados de la Media Luna Fértil.

Este llamado Plan de la Media Luna Fértil no era popular en Siria, donde había poco deseo de vivir bajo un rey pro-británico.

Los dos reinos hachemitas entraron brevemente en una Federación Árabe en 1958, pero Faisal fue depuesto seis meses después y los Oficiales Libres que lo reemplazaron disolvieron la unión.


Nasser


Mapa de la República Árabe Unida (Life)


Mapa ficticio de la República Árabe Unida (JoeyB2198)


Mapa ficticio de la República Socialista Árabe Unida (theaidanman)


Egipto había mostrado poco interés en la causa panárabe. Se unió a Irak, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Transjordania en la creación de la Liga Árabe en 1945, pero no fue hasta que Gamal Abdel Nasser tomó el poder en 1952 que Egipto abrazó la causa de todo corazón.


Gamal Abdel Nasser


Nasser vio el panarabismo como un contrapeso a Israel y un medio para mejorar su propio prestigio y el de Egipto en la región. Fusionó Egipto con Siria en 1958, creando la República Árabe Unida. Los líderes sirios entraron en la república con la esperanza de evitar un golpe de estado de los reaccionarios, pero alentaron precisamente eso: el levantamiento del ejército sirio de 1961 causó el colapso del estado unitario.

Una confederación con Yemen del Norte, llamada Estados Árabes Unidos, fue igualmente efímera.

Egipto, Irak y Siria lo intentaron entre ellos en 1963, anunciando su intención de formar una República Árabe Unida federal, pero nada surgió de ello. (Note que en el mapa ficticio de "JoeyB2198", el sueño centenario de convertir la depresión de Qattara en un lago artificial se ha hecho realidad).


Gadafi

Los presidentes Houari Boumedienne de Argelia y Anwar Sadat de Egipto se reúnen con el coronel Muammar Gaddafi de Libia para una conferencia, 8 de mayo de 1972 (Keystone / Getty Images)


Muammar Gaddafi tomó el relevo de Nasser después de tomar el poder en Libia en 1969. Convenció a Egipto y Siria para unirse a Libia en una Federación de Repúblicas Árabes en 1972, pero colapsó cinco años después. Entre 1978 y 1987, el ejército de Gadafi intervino rutinariamente en el vecino Chad con el objetivo de llevar a ese país al redil de Libia.

A principios de la década de 1970 Gadafi puso su mirada en Túnez. De visita en Túnez, el líder libio reunió apoyo para una fusión de los dos estados del norte de África.


Mapa de la República Islámica Árabe que comprende Egipto, Libia y Túnez (KitFisto1997)


El tunecino Habib Bourguiba sospechaba. Al presidente, en el poder desde 1957, le preocupaba que, con Libia en una federación con Egipto, la fusión solo expandiría la influencia de Egipto hacia el oeste.

Por razones desconocidas, Bourguiba apareció en 1974. Firmó una declaración con Gadafi en la isla de Djerba ese año que comprometió a los dos países a la unificación. El plan era que Burguiba se convirtiera en el presidente de la república conjunta y Gadafi en el jefe de sus fuerzas armadas combinadas. Los referendos estaban destinados a ratificar el acuerdo, pero la oposición interna tunecina y argelina echó por tierra el acuerdo en cuestión de días.


Fracaso

El presidente egipcio Anwar Sadat es recibido por el secretario de Estado estadounidense Cyrus Vance en la Base de la Fuerza Aérea Andrews, el 1 de enero de 1980 (DoD)


Los repetidos fracasos, y la incapacidad de los estados árabes para derrotar a Israel en tres guerras, desacreditaron la causa panárabe. Cuando Egipto firmó una paz separada con Israel en 1978, y cambió su lealtad en la Guerra Fría de la Unión Soviética a los Estados Unidos, las esperanzas de unidad árabe se desvanecieron definitivamente.

Los únicos que continuaron hablando a favor del panarabismo fueron los partidos Baaz que gobernaron Irak y Siria bajo Saddam Hussein y los Assad, pero hicieron poco para lograr el objetivo. A menos que se cuente la invasión de Kuwait por Hussein en 1990.

Nick Ottens

15 septiembre 2022

Rehaciendo el mundo

 


Nick Ottens

Never Was Magazine

Título original en inglés: Remaking the World 


No fue sino hasta la era moderna que los aspirantes a conquistadores y bienhechores pudieron pensar a escala global. El descubrimiento del Nuevo Mundo y la invención de los barcos de vapor, el telégrafo, los aviones, la televisión y los misiles balísticos intercontinentales hicieron que el mundo se sintiera más pequeño. Los faraones egipcios y los emperadores chinos pueden haber pretendido gobernar todo lo que hay bajo el sol y los cielos; No fue hasta el siglo XIX que una nación insular en el borde occidental de Eurasia pudo adquirir un imperio en el que el sol nunca se ponía.

 

Ilustración sobre la Conferencia de Berlín. La Conferencia de Berlín (también denominada la "Conferencia del Congo" o "Conferencia de África Occidental" se celebró entre el 15 de noviembre de 1884 al 26 de febrero de 1885, fue convocada por Francia y el Reino Unido​ y organizada por el canciller de Alemania, Otto von Bismarck, tuvo lugar en Berlín (Imperio alemán) para solucionar los problemas surgidos de la expansión colonial en África y resolver su repartición entre las potencias coloniales europeas. (NdelE)

El potencial de conquista mundial infló las ambiciones de los movimientos políticos. Los marxistas llamaron a una revolución mundial del proletariado. La Alemania fascista y Japón planearon dividir el mundo entre ellos. Estados Unidos buscó hacer del mundo un lugar seguro para la democracia.

Si la guerra mundial y la conquista mundial fueron posibles, ¿entonces seguramente también lo fueron la paz y la unidad mundiales? El paneuropeísmo y el internacionalismo florecieron en el siglo XX, dando vida a la Liga de las Naciones, las Naciones Unidas y lo que sería la Unión Europea.


Desde el Tratado de Tordesillas de 1494 hasta los aspirantes a UE de la actualidad, aquí hay una historia de intentos, pocos de ellos exitosos, para rehacer el mundo.


Tratado de Tordesillas


Mapa de las reivindicaciones territoriales portuguesas y españolas en el mundo colonial, 1479-1790 (Wikimedia Commons)


El Tratado de Tordesillas de 1494, que dividió el mundo fuera de Europa entre Portugal y España, fue el primer intento de dos naciones de reordenar el mundo entero sin recurrir a la guerra entre ellos.

La monarquía española había financiado el viaje de Cristóbal Colón a lo que se conocería como las Américas, sin embargo, Portugal tenía un reclamo sobre todas las tierras al sur de las Islas Canarias ratificado por el Papa. El rey Juan II de Portugal tenía la intención de cumplir con ese reclamo. Sus homólogos españoles, el rey Fernando de Aragón y la reina Isabel de Castilla, no tenían los medios militares para desafiarlo. Así que buscaron una solución diplomática, apelando al Papa de origen español Alejandro VI, quien decretó en 1493 que todas las tierras al oeste de las Azores y Cabo Verde debían pertenecer a España.


Juan II de Portugal - Isabel I de Castilla - Fernando II de Aragón


Juan estuvo medio de acuerdo. Insistió en que a Portugal se le debería dar explícitamente mano libre al este de la línea. De ahí el Tratado de Tordesillas, que le dio a Portugal África e India y, resultó, una porción de Brasil. Así fue como Brasil se convirtió en una colonia portuguesa y de habla portuguesa, mientras que el resto de América Latina cayó bajo el dominio español.

Otras potencias europeas, que colonizaron América del Norte, ignoraron el tratado. Las poblaciones nativas americanas no fueron consultadas. Los líderes portugueses y españoles apenas conocían a la gente del Nuevo Mundo cuando lo dividieron.

El Tratado de Zaragoza de 1529 trazó una línea similar en el otro lado del mundo, lo que le habría dado a España una porción de Australia, que nunca colonizó, pero no Filipinas, que sí lo hizo.


Conferencia de Berlín


Caricatura de Otto von Bismarck presidiendo la Conferencia de Berlín de 1885 (Journal L'Illustration)


En el apogeo de la era imperial, Otto von Bismarck, el primer canciller de la Alemania unida, invitó a sus homólogos europeos a Berlín para resolver una disputa entre Bélgica, Gran Bretaña, Francia y Portugal por el control del Congo. Otras disputas territoriales se resolvieron en la misma conferencia, por lo que se formalizó efectivamente la lucha por África.


    África1884                             1898                             1950


En los años posteriores a la Conferencia, las potencias europeas consolidaron su dominio sobre el continente africano, en gran medida sin luchar entre sí. Solo el 10% de África había sido colonizado en 1870. Para 1914, los europeos reclamaban el 90% de África, y solo Etiopía y Liberia permanecían independientes.


¡Morgen die Ganze Welt!


Lo que Alemania quiere. Mapa de 1917 del Establecimiento Geográfico de Stanford de los supuestos objetivos de guerra de Alemania (Biblioteca de la Universidad de Cornell)


No fue hasta la Primera Guerra Mundial que los occidentales temieron que una sola potencia pudiera conquistar el mundo. La propaganda aliada, como este mapa de 1917, exageraba los objetivos de guerra de Alemania. Pero en un presentimiento sobre la búsqueda de Hitler de Lebensraum en el Este, el emperador Wilhelm II y sus generales buscaron la expansión territorial en Europa del Este, así como un "lugar bajo el sol" para Alemania en los trópicos.


Mapa de 1916 de Wilhelm Greve que muestra toda Europa Central bajo control del Imperio Alemán (Biblioteca de la Universidad de Cornell)


Wilhelm Greve, un litógrafo alemán, estuvo más cerca de cartografiar las verdaderas aspiraciones de la Alemania imperial. En este mapa de 1916, Alsacia se ha incorporado al Imperio Alemán. Albania, Bélgica, Polonia, Rumania y Serbia pueden ser nominalmente independientes, pero en realidad están subordinados a Berlín y Viena.

(Haga clic AQUÍ para ver más mapas de una victoria alemana en la Primera Guerra Mundial).


Liga de las Naciones


Mapa de 1927 de la Sociedad de Naciones (Boston Rare Maps)


El horror de la Primera Guerra Mundial —40 millones de personas murieron en cuatro años— dio lugar al intento más serio de gobernanza global hasta entonces: la Liga de Naciones.

El organismo está asociado con el presidente estadounidense en tiempos de guerra Woodrow Wilson, pero uno de sus predecesores, Theodore Roosevelt, había pedido años antes una “Liga de la Paz” internacional; El embajador de Gran Bretaña en los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, Lord Bryce, popularizó la idea en Estados Unidos; y el británico Robert Cecil y el sudafricano Jan Smuts redactaron el Pacto de la Sociedad de Naciones, que creó las instituciones de la liga, así como los mandatos en las antiguas colonias de las potencias centrales derrotadas.


          Woodrow Wilson           Robert Cecil                 Jan Smuts


42 naciones iniciaron la Liga. Seis más se unieron durante su primer año. Argentina fue la primera nación en retirarse en 1921, cuando su propuesta de admitir a todas las naciones soberanas fue rechazada. Alemania se unió en 1926 y se retiró en 1933. La Unión Soviética fue admitida en 1934 pero expulsada en 1939 por invadir Finlandia. Estados Unidos nunca se unió.

En su apogeo, en 1934-35, la Liga tenía 58 miembros. Egipto fue la última nación en unirse en 1937, pero para entonces la organización se había vuelto irrelevante. No logró evitar la apropiación de tierras por parte de Hitler en Europa, la guerra de Japón contra China, la invasión de Abisinia (Etiopía) por parte de Italia y la interferencia extranjera en la Guerra Civil española.


Repúblicas Soviéticas


Estados efímeros de la Guerra Civil Rusa (PisseGuri82)


En los disturbios y la Guerra Civil que siguió a la Revolución Rusa de 1917, se proclamaron muchos estados en el territorio del antiguo Imperio Ruso. Algunos eran minorías étnicas que buscaban autonomía. Otros eran señores de la guerra que reclamaban legitimidad a través de la fachada de un estado. Otras, sin embargo, fueron repúblicas proto-soviéticas que luego se incorporaron a la URSS. El mapa de arriba muestra la mayoría de estos “estados efímeros” (que no existieron todos al mismo tiempo).

(Haga click AQUÍ para leer más sobre esos "estados efimeros").


Mapa de 1936 de las repúblicas de la Unión Soviética (Wikimedia Commons)


La URSS se formó en 1922 como una unión de las repúblicas de Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia. Los tres primeros, a su vez, contenían repúblicas socialistas autónomas, que a menudo se centraban en etnias no rusas. Las repúblicas de la unión eran teóricamente soberanas y se les permitía separarse. En realidad, todas las repúblicas estaban subordinadas a Moscú.

Al comienzo de la Unión Soviética, hubo esfuerzos genuinos para extender los derechos y la autonomía a los pueblos no rusos, que habían sido clasificados como "extranjeros" bajo el zar. Las etnias oficialmente reconocidas recibieron sus propias instituciones culturales, medios de comunicación y escuelas.


Joseph Stalin

Esto cambió bajo Joseph Stalin, quien trazó fronteras artificiales para dividir etnias y trasladó a pueblos enteros alrededor de la Unión Soviética en nombre de la rusificación. Millones perecieron en los traslados de población a Asia Central y el Lejano Oriente.

Las repúblicas de Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán se crearon en la década de 1920 a partir del territorio de las Repúblicas Populares Soviéticas de Bujaran y Khorezm. La República Soviética Federativa Socialista de Transcaucasia se disolvió en 1936, y Armenia, Azerbaiyán y Georgia pasaron de ser repúblicas autónomas a parte de la unión.

Ese mismo año, Stalin creó dos repúblicas más en Asia Central que hasta entonces habían pertenecido a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia: Kazajstán y Kirghizia. Estonia, Letonia, Lituania y Moldavia fueron conquistadas en 1940 e incorporadas a la Unión Soviética como repúblicas. Ese mismo año se creó una República Socialista Soviética Karelo-Finlandesa, incluido el territorio tomado de Finlandia en la Guerra de Invierno, pero se abolió nuevamente en 1956.


Mapa de la Unión Soviética y su esfera de influencia (1Blomma)


Si Stalin hubiera abierto un frente contra los nazis en Noruega y se hubiera unido a la guerra contra Japón antes de derrotar a Hitler; si el Ejército Rojo hubiera avanzado más en Alemania y Tito no hubiera roto con Moscú, es posible que Finlandia y Polonia se hubieran incorporado al imperio soviético como repúblicas unidas y Manchuria, Mongolia, Corea del Norte, Noruega, Suecia y Yugoslavia se hubieran incorporado a la órbita soviética como estados satélite.


Intermarium


Mapa de la Intermarium propuesta, una federación de Europa Central y Oriental


El Intermarium ("entre mares") fue una propuesta polaca para la federalización de Europa Central y Oriental.


                                                Józef Piłsudski

El líder de Polonia posterior a la Primera Guerra Mundial, Józef Piłsudski, fue el defensor más destacado del esquema, pero se remonta a principios del siglo XIX. Adam Jerzy Czartoryski, líder de la revuelta polaca de 1831 contra Rusia, también la apoyó.

Fuera de Polonia, el plan encontró poca simpatía.

Los soviéticos se opusieron porque querían los estados bálticos, Bielorrusia y Ucrania para ellos. Los aliados occidentales estaban en contra, porque asumieron que el bolchevismo eventualmente colapsaría y todavía pensaban en Rusia como un contrapeso a Alemania. Muchos de los posibles miembros de la federación lo vieron como un intento apenas disimulado de resucitar la Commonwealth polaco-lituana.

La Polonia del siglo XXI ha revivido la idea de una Europa Central fuerte que pueda contrarrestar tanto a Europa Occidental como a Rusia en la forma de la Iniciativa de los Tres Mares.


Unión de Europa Central


Mapa de la sindicalización de la Unión Europa Central propuesto por P.A. Maas (1920)


La Paz de Versalles había puesto fin a la Primera Guerra Mundial, pero difícilmente resolvió las tensiones étnicas y las disputas territoriales que la provocaron.

P.A. Maas, probablemente el hijo de un impresor con sede en Viena llamado Otto Maas, predijo en 1920 que la paz colapsaría y lo propuso en Das Neue Europa Mit Dem Dauernden Frieden. Die Unionisierung Mitteleuropas que la “paz duradera” podría lograrse a través de la “sindicalización de Europa Central”.

Su Einheitsstaates europeo (Estados Unidos) constaba de 24 cantones al estilo suizo, cada uno de ellos una porción larga y estrecha que irradiaba desde la capital de la Unión, Viena. Cada cantón lleva el nombre de una ciudad importante.

La Unión reconocería solo cuatro naciones: romanos, germanos, magiares y eslavos. Los romanos se podían encontrar en Francia, Italia y Rumania; alemanes en Austria, Baviera, Prusia, los Países Bajos, Sajonia y Tirol; magiares en Hungría; y eslavos en Croacia, Checoslovaquia, Moravia, Polonia, Rutenia y Serbia. Una presidencia electa rotaría entre las cuatro naciones. El idioma oficial del sindicato sería el esperanto.


Paneuropa


Mapa mundial de cinco superestados de Richard von Coudenhove-Kalergi


Richard von Coudenhove-Kalergi

Richard von Coudenhove-Kalergi, un noble bohemio, tenía una visión más realista de la unión en Europa. Junto con Otto von Habsburg, el último príncipe heredero de Austria, fundó la Unión Paneuropea en 1922, que pedía la unificación de Europa, en parte para resistir la amenaza del comunismo soviético. Muchas de sus propuestas, incluida la utilización de la “Oda a la alegría” de Ludwig von Beethoven como himno europeo, fueron retomadas después de la Segunda Guerra Mundial.

Las ideas de Coudenhove-Kalergi para el resto del mundo no vieron la luz del día. Esperaba que las colonias europeas en África y Asia se incorporaran a una Unión Europea; que Estados Unidos y América Latina se fusionarían en una Panamérica; y que China, Japón, Mongolia, Corea y el Tíbet se unirían en un solo estado de Asia oriental. Solo Afganistán, Etiopía (antes de que fuera invadida por los italianos), Irán, Liberia y Turquía permanecerían independientes.


Tecnocracia


Mapa del Technate of America propuesto (Technocracy Inc.)


La Gran Depresión dio vida a varias filosofías políticas nuevas. Chile se tambaleó hacia la extrema izquierda. Brasil y Portugal giraron hacia la derecha corporativista. Alemania eligió a los nazis. En Canadá y Estados Unidos surgió el movimiento de la tecnocracia. Propuso reemplazar a todos los políticos por economistas, ingenieros, científicos y empresarios.


                                                  Howard Scott

El New Deal de Franklin Delano Roosevelt, que también se basaba en el control experto de la economía, quitó el aliento a los tecnócratas. En Canadá, el movimiento incluso fue ilegalizado.

El grupo de defensa más destacado fue Technocracy Incorporated, fundado por Howard Scott. No era muy popular y, en lo que ciertamente no era un buen augurio para su capacidad de gobernar, estaba dominado por el faccionalismo.

Su propuesta de mayor alcance fue unir América Central y del Norte en un "technate", siendo su argumento que los límites naturales y los recursos del área que se extiende desde el Ártico hasta Panamá la convertían en "una unidad geográfica independiente y autosuficiente".


Unión de habla inglesa


Mapa de la Unión de Habla Inglesa de la revista Life (7 de octubre de 1940)


Para los conservadores británicos de cierta persuasión, la idea de unir su país con sus antiguos dominios blancos y Estados Unidos ha tenido un atractivo especial durante mucho tiempo. Fuera de Gran Bretaña, no tanto. Pocos estadounidenses, australianos o canadienses, y mucho menos los irlandeses y sudafricanos, han disfrutado la perspectiva de una unión de habla inglesa.


Roberto E. Sherwood

Una excepción fue Robert E. Sherwood, un dramaturgo estadounidense que escribiría discursos para el presidente Franklin Delano Roosevelt durante la Segunda Guerra Mundial. 

Escribiendo antes de que los rusos entraran en la guerra del lado de los Aliados en 1941, Sherwood temía un estancamiento prolongado entre la Europa controlada por los nazis y el mundo libre de habla inglesa. Aislado en un mundo mayoritariamente totalitario, “un mundo en el que el término 'competencia despiadada' significaría exactamente eso”, el nivel de vida de Estados Unidos se reduciría, advirtió a los lectores de  la revista Life. Una unión de los pueblos de habla inglesa prometía un respiro.

 

Portada de New Statesman (del 6 al 12 de febrero de 2015)

La salida de Gran Bretaña de la UE ha reavivado las esperanzas de unir a la angloesfera.

CANZUK, una unión política y económica propuesta de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, cuenta con el apoyo de políticos de derecha y grupos de expertos en los cuatro países. Contaría con unas 135 millones de personas y tendría una producción económica combinada de 6,5 billones de dólares. Los escépticos lo ven como una resurrección de la “Commonwealth Blanca”.


Aliados contra el Eje


Mapa del mundo en guerra de Richard Edes Harrison, publicado en la revista Fortune (marzo de 1942)


La Gran Guerra de 1914-18 fue mundial, con batallas en África y Asia, pero la mayor parte de los combates tuvo lugar en Europa. La Segunda Guerra Mundial realmente se libró en todos los continentes. Los británicos y los alemanes enviaron tropas a la Antártida; la Batalla del Río de la Plata tuvo lugar en América del Sur.

Este mapa de Richard Eden Harrison, publicado en la revista Fortune en el apogeo de la expansión del Eje en 1942, muestra casi todo el mundo en guerra. Los únicos verdaderos neutrales son Argentina, Irlanda, Portugal y sus colonias, Suecia, Suiza, Tíbet, Turquía y Arabia Saudita. Argentina y Arabia Saudita finalmente se unieron a los Aliados.


Imperio hitleriano


Mapa del Gran Reich Alemán (1Blomma)


Adolf Hitler soñaba con un imperio alemán que se extendiera desde el océano Atlántico hasta los montes Urales. Los japoneses imaginaron una Gran Esfera de Co-Prosperidad de Asia Oriental. Los aliados occidentales planearon las Naciones Unidas. Los soviéticos tenían la intención de empujar sus fronteras lo más al oeste posible. Todos los bandos imaginaron que el mundo después de la guerra sería diferente.


Adolf Hitler

Los historiadores todavía debaten si Hitler hablaba en serio sobre la dominación mundial, pero no hay duda de que quería retirar el mapa de Europa. Un Großgermanisches Reich (Gran Imperio Germánico) habría cubierto el norte de Europa y albergado razas consideradas dignas por los nazis, incluidos los holandeses, los checos y los nórdicos. Los judíos, polacos y eslavos debían ser erradicados o expulsados. Los Reichskommissariaten habrían reemplazado a los países.

Los planes de Hitler para Europa al sur del Danubio se articularon con menos claridad, aunque el río mismo habría desempeñado un papel importante en la conexión de la Alemania histórica con sus nuevas colonias en el Este. Albania, Croacia, Grecia y Montenegro pueden haber quedado en manos de Italia. Bulgaria, Hungría, Rumania, Serbia y Eslovaquia serían gobernadas por aliados nazis o marionetas.


Mapa de una temida invasión alemana de Oriente Medio, de la revista Life (28 de abril de 1941)


Hitler simpatizaba con los árabes, que veían en la Alemania nazi un aliado potencial contra la Gran Bretaña y Francia coloniales. Sin embargo, la colaboración práctica fue limitada. La neutralidad turca bloqueó una invasión alemana del Medio Oriente. El Eje alentó un golpe contra la monarquía probritánica en Irak, pero poco pudo hacer cuando los británicos enviaron tropas. Hitler tampoco pudo impedir que Gran Bretaña y la Unión Soviética depusieran al gobernante neutral de Irán, Reza Shah, en favor de su hijo más flexible, Mohammad Reza Pahlavi, a pesar de que los iraníes eran considerados arios puros en la jerarquía racial nazi.


Mapa de África del Reich - Mapa del Plan de Madagascar (2015)


África era una prioridad menor para los nazis que Europa del Este, pero también esperaban construir un imperio allí. El norte quedaría en manos de Italia, para que Benito Mussolini pudiera tener su Nuevo Imperio Romano. Los afrikaners blancos gobernarían Rhodesia y Sudáfrica. En el medio, Alemania se enseñorearía de Mittelafrika.


Mapa del mundo en The Man in the High Castle de Amazon (2016)


The Man in the High Castle de Amazon, basada en la novela homónima de Philip K. Dick de 1962, nos da una idea de un mundo en el que el Eje obtuvo la victoria.

Alemania (presumiblemente con Italia) controla el área atlántica, incluida toda África, Europa y Oriente Medio, así como la mayor parte de América del Norte y la mitad oriental de América del Sur. Japón tiene la Cuenca del Pacífico, incluida lo que solía ser la costa oeste de Estados Unidos, partes de América Central, Chile y Perú.

Separando a los imperios, que son formalmente aliados pero realmente atrapados en una guerra fría, están los restos de la Unión Soviética en Eurasia, una zona neutral rebelde en América del Norte, México y la "Amazonia" en el centro de América del Sur.


Las ambiciones de Japón


Mapa de planes de guerra japoneses para conquistar el Lejano Oriente según detalló la revista Life (9 de diciembre de 1946)


Las ambiciones de Japón nunca se extendieron más allá de Asia. Life  reveló ya en diciembre de 1946 que los japoneses no tenían ningún plan para invadir los Estados Unidos continentales. El ataque a Pearl Harbor solo tenía como objetivo inmovilizar la flota estadounidense para que los japoneses pudieran tomar Filipinas, Guam, Singapur, las Indias Orientales y la isla Wake.

Luego, los japoneses pensaron que tendrían tiempo, detrás de sus defensas exteriores, para explotar su nueva "zona de recursos del sur" en busca de materias primas que necesitaban para completar su guerra desesperadamente estancada en China.

El objetivo a largo plazo de Japón era establecer una “Esfera de Co-Prosperidad de la Gran Asia Oriental”. Para algunos, esto fue una expresión de ideales anticoloniales y panasiáticos. En realidad, fue un vehículo para la dominación japonesa del este de Asia, incluida toda China, India y lo que se convertiría en Indonesia.

(Haga clic AQUÍ para ver el auge y la caída del imperio de Japón en mapas).


Nuevo mundo de posguerra


Maurice Gomberg de Filadelfia publicó por su cuenta este mapa-esquema del Nuevo Mundo de la posguerra en febrero de 1942. Predijo un mundo de bloques: los Estados Unidos se expandirían para cubrir toda América del Norte, la Unión Soviética dominando Eurasia. África, Europa y América del Sur formando sus propias federaciones.


India, en ese momento bajo el dominio británico, se independizaría, pero Gomberg por alguna razón entregó Indonesia, que los japoneses habían tomado de los holandeses, a la Commonwealth.

Albania, Grecia, “Tierra Hebrea” (un estado judío en Palestina y Transjordania), Irlanda, Japón y Turquía son las únicas naciones a las que se les permite la independencia.

Se sabe poco sobre Gomberg, pero eso no ha impedido que los teóricos de la conspiración imaginen que su mapa fue el gran diseño de Estados Unidos para rehacer el mundo. ¡Incluso insinúa un “Nuevo Orden Mundial” en el título!

(Haga clic AQUÍ para ver más información sobre este mapa de un "Nuevo Orden Mundial"). 


1984


Mapa del mundo en Mil novecientos ochenta y cuatro de George Orwell


Las pequeñas naciones que son absorbidas por los superestados podrían terminar en una guerra permanente en lugar de una paz permanente.


George Orwell

En "Mil novecientos ochenta y cuatro" (1949) de George Orwell, tres super-estados totalitarios compiten por la dominación mundial. Oceanía, gobernada por el partido Ingsoc, está formada por las Américas, Australia, las Islas Británicas y Sudáfrica. Eurasia, gobernada por neo-bolcheviques, tiene Europa continental y el territorio de la antigua Unión Soviética. Asia Oriental, donde la ideología estatal es la destrucción del yo, incluye partes de Asia Central, China, Japón, Manchuria y Corea.

Los tres estados luchan por la supremacía en dos frentes: un Frente Polar, que incluye Groenlandia y el norte de Canadá y Siberia; y un Frente Ecuatorial, que se extiende desde el norte de África en el oeste hasta Indonesia en el este.

Ningún estado es lo suficientemente fuerte como para prevalecer por sí solo, pero ninguno es lo suficientemente débil como para perder contra una combinación de los otros dos. Las alianzas cambian constantemente. Cada vez que Oceanía cambia de bando, los censores de Ingsoc deben actualizar rápidamente todas las referencias al “antiguo enemigo” de ayer al “glorioso aliado” de hoy. El mapa de arriba lo hace fácil. Simplemente inclínelo 90° cuando Oceanía cambie de lado.


Yalta


Winston Churchill, Franklin Roosevelt y Joseph Stalin en Yalta, 9 de febrero de 1945 (Archivos Nacionales)


La realidad de la división de Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial estaba más cerca de la visión de Gomberg que de la de Orwell. Stalin empujó las fronteras de la Unión Soviética lo más al oeste que pudo. Las naciones restantes del continente se unieron bajo el liderazgo estadounidense.


"Problemas con algunas de las piezas". Caricatura de la revista Punch sobre la Conferencia de Yalta

La división este-oeste, que condenaría a las naciones de Europa Central y Oriental a casi medio siglo de autoritarismo, se formalizó en la Conferencia de Yalta de las tres principales potencias aliadas en febrero de 1945, tres meses antes de la victoria en Europa. Winston Churchill y Joseph Stalin ya habían acordado que Rusia podría mantener su posición en Europa del Este mientras se dividiría la influencia en Hungría y Yugoslavia. El destino de Polonia y Alemania tuvo que decidirse en Yalta.

Stalin, habiéndose asegurado de que el Levantamiento de Varsovia fuera aplastado por los nazis antes de que el Ejército Rojo liberara Polonia, insistió en el reconocimiento del Gobierno Provisional dominado por los comunistas en lugar del gobierno polaco democrático en el exilio. Stalin prometió elecciones libres y justas en Polonia; eso no sucedió hasta 1991. El país se desplazó hacia el oeste en el mapa: sus llamadas fronteras orientales se transfirieron a Rusia, mientras que gran parte de la antigua Prusia se entregó a Polonia. Rusia se apropió de Prusia Oriental y la rebautizó como Kaliningrado.

Se consideraron varias particiones posibles de Alemania, incluida una división en tres partes, antes de acordar la ahora familiar división este-oeste. (Haga clic AQUÍ para obtener más información).


Izq. Mapa de la revista Life (29 de diciembre de 1947). Der. Caricatura de 1947 que muestra a Stalin tomando el control de Europa del Este (Stephen Illingsworth)


Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y más tarde Alemania Oriental fueron tomadas por los comunistas. Los comunistas intentaron, sin éxito, tomar Grecia también, pero los monárquicos respaldados por Estados Unidos y Gran Bretaña ganaron la Guerra Civil. Yugoslavia, bajo Tito, se volvió comunista pero se separó de Stalin. Después de que muchas de las naciones europeas restantes se unieron a Canadá y Estados Unidos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1949, los soviéticos crearon una organización equivalente, el Pacto de Varsovia. El escenario para la Guerra Fría estaba listo.


Organización de las Naciones Unidas


Mapa. Miembros de las Naciones Unidas, sus dependencias y territorios en fideicomiso en 1948 (ONU)


Un intento más positivo de rehacer el mundo vino en la forma de las Naciones Unidas; un relanzamiento de la Sociedad de Naciones de entreguerras, que tan miserablemente había fracasado en evitar otra guerra mundial.

Arraigada en la alianza anti-Eje de tiempos de guerra, las Naciones Unidas serían más efectivas que la Liga. Podría tomar decisiones por mayoría de votos, en lugar de por unanimidad, y sus cinco miembros más poderosos (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) vigilarían al resto.

Eso no sucedió. Las expectativas de que los cinco miembros con poder de veto antepusieran el bien común resultaron poco realistas. Después de un comienzo prometedor en los primeros años de la Guerra Fría, con misiones internacionales de mantenimiento de la paz en Corea, Suez y Congo, los vetos comunistas (la China Roja ocupó el puesto de Taiwán en 1971) impidieron que la ONU interviniera en Oriente Medio, Vietnam y Cachemira. La organización se centró cada vez más en sus objetivos aparentemente secundarios de intercambio cultural, desarrollo económico y ayuda humanitaria.


Guerra Fría


Mapa de la Guerra Fría de Robert M. Chapin Jr., publicado en la revista Time (2 de enero de 1950)


Si la Segunda Guerra Mundial fue la primera guerra verdaderamente global, la Guerra Fría que la siguió fue la primera competencia verdaderamente global entre dos estados. Hitler puede haber soñado con dominar el mundo; Estados Unidos y la Unión Soviética tenían los medios para hacerlo. Si no a través de la conquista directa, entonces por influencia económica y política.


Mapa de objetivos potenciales de una presunta agresión soviética, de ACME Newspictures (12 de julio de 1950)


Occidente realmente temía que los soviéticos pudieran comenzar otra guerra a fines de la década de 1940 y principios de la de 1950. Stalin, después de todo, había conquistado los estados bálticos y Moldavia en 1940 y se negó a abandonar Europa del Este después de liberarla de los nazis. Las tropas del Ejército Rojo también permanecieron en Irán. La Unión Soviética financió partidos comunistas en Francia e Italia, y armó a comunistas en la Guerra Civil Griega y la Guerra de Corea.

Lo que Occidente no sabía era cuán vulnerables se sentían los soviéticos; ellos también pensaron que la Tercera Guerra Mundial era probable, ¡excepto que la OTAN la comenzaría!


Mapa de la Guerra Fría, de John K. Jessup, Communism: The Nature of Your Enemy (1962)


Las tensiones casi llegaron al punto de ebullición en 1962, cuando los soviéticos, creyendo que estaban actuando a la defensiva contra los misiles estadounidenses en Europa y Turquía, desplegaron misiles con armas nucleares en Cuba, lo que los estadounidenses interpretaron como una acción ofensiva. La subsiguiente Crisis de los Misiles en Cuba fue realmente el apogeo de la Guerra Fría en el sentido de que la amenaza de una guerra nuclear nunca sería más inminente. Los misiles balísticos intercontinentales y los gigantescos arsenales nucleares les habían dado a ambos bandos la capacidad de atacar cualquier parte de la Tierra y destruirse mutuamente muchas veces. Comenzar la Tercera Guerra Mundial sería un suicidio. El acrónimo de este equilibrio de poder (destrucción mutua asegurada) no era casualmente "MAD".

Las superpotencias se asentaron en la “coexistencia pacífica”, aunque el pragmatismo soviético provocó una escisión en el campo comunista con China insistiendo en continuar la revolución mundial. Pero esto también le dio a Estados Unidos la oportunidad de restablecer las relaciones con la China Roja, que ahora consideraba a la vecina Unión Soviética como un rival.

Mientras tanto, en el antiguo mundo colonial, India e Indonesia lideraron un bloque de países que se negaron a alinearse con ninguno de los bandos en la Guerra Fría. Donde había habido "dos mundos" en la década de 1950, en la década de 1970 había al menos tres, y cualquier poder que controlara todo el planeta se convirtió nuevamente en una fantasía.


Hiperpotencia


El mundo con las áreas de responsabilidad de los comandantes: mapa de los comandos combatientes unificados (DoD) de Estados Unidos


Otras dos décadas más tarde, el control del mundo por una sola potencia parecía posible una vez más. La Unión Soviética había implosionado, Rusia estaba de espaldas y pocos imaginaban que China rivalizaría económicamente con Estados Unidos en otros veinte años. Un periodista británico acuñó el término “hiperpotencia” para describir la (potencial) dominación mundial por parte de los estadounidenses.


Mapa francés de la influencia estadounidense en el mundo (Histoire Géographie)


El término resonó en Francia, donde el poder estadounidense había sido mirado con cautela durante mucho tiempo. "Hiperpotencia" no era un cumplido.


Mapa de la talasocracia estadounidense, de Pierre Royer, Géopolitique des mers et des océans (2012)


Pero el concepto fue adoptado por los halcones estadounidenses, quienes argumentaron que su país debería aprovechar la oportunidad de rehacer el mundo. El colmo de esta arrogancia fue el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, que pedía un aumento del gasto en defensa durante la época de paz de la década de 1990 para promover la democracia y el capitalismo en el exterior, incluso mediante el derrocamiento de regímenes hostiles a los “intereses y valores” estadounidenses. Algunas de las luminarias del proyecto — Elliott Abrams, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz — tuvieron la oportunidad de poner las palabras en acción durante la administración de George W. Bush. Sus grandes diseños no solo fallaron la primera vez que se pusieron a prueba; la catástrofe de la guerra de Irak aceleró la desaparición de la hiperpotencia estadounidense.


Mundo de Bloques


Mapa de bloques comerciales regionales (G20 Insights)


La historia anterior debería advertirnos contra la predicción del futuro demasiado lejana, pero si tuviera que aventurarme a adivinar, sería que nos estamos moviendo hacia un mundo de bloques. El éxito de la Unión Europea ha inspirado la integración económica en todos los continentes, desde Mercosur en América del Sur hasta la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.


Mapa de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (Fundación Bertelsmann)


Los comienzos de un bloque chino se pueden ver en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, así como en la Asociación Económica Integral Regional, la alternativa de China a la Asociación Transpacífica. 

Gomberg pudo salirse con la suya después de todo.


Nick Ottens

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