Bienvenido a este Blog. Detectives de Guerra le brinda los mejores análisis de los conflictos internacionales de actualidad
Mostrando entradas con la etiqueta Armenia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Armenia. Mostrar todas las entradas

23 junio 2022

Ser, o no ser, un turco



Nota previa del editor del blog

Hemos publicado muchos y largos ensayos sobre la política interna y exterior de la República de Turquía, análisis históricos y de actualidad en la persona de Recep Tayib Erdogan, quien maneja los hilos del país euroasiático desde 2003 hasta el presente en calidad de primer ministro y presidente. El siempre intrigante señor Erdogan sorprende cada vez más con diversas medidas, suele bailar el son del momento, según los intereses turcos, acallando duramente a los opositores políticos y detractores en casa y fuera de ella.

La política exterior turca se maneja acorde las conveniencias presentes, sus alianzas suelen ser temporales, según el estado de necesidad. Una de sus típicas estrategias es su relación con Rusia, ¿amigo o enemigo?. Sobre el terreno Turquía mantiene el doble discurso. Suele jugar peligrosamente, no solo a dos sino a tres o más bandos, por un lado, aliados con la OTAN y socio estratégico de Estados Unidos e Israel; por otro, acercándose discretamente a Rusia e Irán y a otras potencias; en ciertos casos, en secreto acuerda su rol como continuo desestabilizador regional.

Comprender la idiosincrasia turca no es nada sencillo, sin embargo, éste blog, bajo la etiqueta "Turquía", ha pasado revista al tema. La visión política de Turquía en materia de política exterior y diplomática se basa en una vieja máxima: "Para un turco no existe más amigo que otro turco". Es que la doctrina reinante en Turquía que data de tiempos de Atarturk es extremadamente nacionalista.   

Y, desde la posición política islamista, Turquía siempre ha rechazado reconocer que haya ordenado oficialmente el denominado genocidio armenio y que su tarea en función de la guerra fue enfrentar a los quinto columnistas armenios enemigos internos de la nación y que colaboraban con potencias extranjeras. 

Durante más de un siglo los sucesivos gobiernos turcos y su población en general, han mantenido armonía en la negación de los hechos demostrados por diferentes medios.

Es evidente que el "genocidio armenio" es un cargo que no se le puede achacar al presidente Erdogan, los sucesos acaecieron ya hace más de 100 años. No obstante, los principios del Derecho Internacional vuelven imprescriptibles los crímenes contra la humanidad. Los responsables directos ya no están entre nosotros, la Comunidad Internacional pretende obtener un reconocimiento de tales hechos, un “mea culpa” de un gobierno turco que tenga el coraje de aceptar un acto que perpetraron sus antepasados

En una fecha aproximada al 24 de abril de 1915, la Turquía otomana, mediante una serie de tramas políticas, aprovechándose de la hecatombe que sufría Europa en el transcurso de la Gran Guerra, creyeron favorecerse iniciando un radical y metódico programa para liberarse de los armenios. No fue una decisión aislada, ni disposiciones arbitrarias del mando militar o político, tampoco fueron actos espontáneos de algunas unidades. El gobierno turco otomano resolvió políticamente el exterminio de un pueblo, por tanto cometieron un crimen de lesa humanidad. Alrededor de millón y medio de armenios perecieron; y, se vieron forzados a desplazarse –por temor a ser asesinados- otros cientos de miles.

Turquía ha negado siempre que este episodio de la historia haya ocurrido de esa forma. En el mejor de los casos, no acepta la implicación del término genocidio a los sucesos, un reconocimiento en tal sentido implicaría, a nivel interno e internacional, que Turquía acepta que perpetró un crimen contra la humanidad. 

El Parlamento Europeo, ha sido el organismo internacional que con más ahínco ha requerido enfrentar el pasado al gobierno turco, las actuales generaciones no deberían sentirse atrapadas por el ‘nacionalismo’ turco como principal razón para negar la historia. Esta ha sido, entre bastidores, un requisito para la adhesión de Turquía a la Unión Europea.

Turquía sigue manteniendo una actitud hostil para con Armenia, es un hecho curioso que, por voluntad de los turcos, las fronteras entre estos dos países sigan cerradas desde hace un siglo y su directa injerencia en el provocado conflicto entre Azerbaiyán (y Turquía) contra Armenia en 2020.

Sobre la cuestión armenia repasemos a continuación unas importantes reflexiones.

T. Andino



To Be, or Not To Be, a Turk

Reflexiones sobre el debate turco-interno sobre 1915/1916


Por Muriel Mirak-Weissbach

Global Research, noviembre de 2011


Este artículo fue publicado originalmente tras la celebración de un seminario en Potsdam, Alemania, el 5 de noviembre de 2011, sobre "La discusión turca interior de 1915/1916". El tema sigue siendo de actualidad, y las preguntas permanecen inalterables a través del tiempo: ¿Por qué Turquía tiene tantas dificultades para lidiar con su pasado histórico? ¿Por qué las autoridades turcas no pueden reconocer que en 1915 la población armenia en el Imperio Otomano fue víctima de genocidio? 


Si la élite política alemana de la posguerra fue capaz de enfrentar el Holocausto y establecer relaciones con el pueblo judío, en Israel y en otros lugares, ¿por qué el liderazgo turco no puede hacer otro tanto?

Otros temas discutidos fueron la historia de la negación turca y cómo las publicaciones turcas han intentado lidiar con esto, así como temas relacionados con el genocidio en sí, el destino de los sobrevivientes y cómo los armenios han estado luchando con su pasado traumático. Lo que hizo que esta reunión patrocinada por la Lepsiushaus en Potsdam fuera bastante especial fue la lista de oradores invitados, casi todos ellos destacados intelectuales, la mayoría de ellos de Turquía. Su tarea era presentar el estado actual del proceso de discusión dentro del país con respecto a 1915/1916.

El título del evento en sí es sintomático del problema: en lugar de referirse al genocidio armenio, uno tenía que citar "1915/1916", tal vez para proteger a esos participantes turcos de ser sometidos a medidas punitivas de las autoridades estatales a su regreso a casa. De hecho, un orador invitado, Ragib Zaragolu, un destacado editor que ha publicado libros sobre la cuestión armenia, no pudo asistir a la conferencia por un arresto el 28 de octubre, cuando él, junto con otras 48 personas, fueron detenidas por cargos falsos de pertenencia o asociación con una organización vinculada al terrorismo.

Por lo tanto, la reunión de Potsdam fue un evento especial, porque los temas abordados y las personalidades involucradas constituyeron un desafío para el establecimiento turco actual, aunque ni político ni militante, pero sin embargo un desafío a nivel intelectual / psicológico.

La comparación con el tratamiento alemán del Holocausto fue históricamente relevante e instructiva. En respuesta a la pregunta, ¿por qué Turquía tiene tales dificultades para lidiar con su pasado, algunos sugieren que temen las demandas de la República de Armenia y / o la Diáspora de concesiones territoriales y reparaciones, esta última en el modelo alemán. Pero hay más. 

Elke Hartmann, una experta otomana de Berlín, explicó que Turquía, a diferencia de Alemania, no fue derrotada ni ocupada. Sin duda, el Imperio Otomano perdió en la Primera Guerra Mundial, pero la República Turca salió victoriosa de su lucha por la soberanía nacional y la independencia. En la Alemania de la posguerra, fueron las potencias ocupantes quienes organizaron los juicios de Nuremberg que juzgaron, condenaron y ejecutaron a los principales nazis por crímenes contra la humanidad. En los años siguientes, especialmente en la década de 1960, los historiadores trabajaron a través de la experiencia nazi, y el público alemán en general fue educado sobre la realidad del régimen nazi.





En Turquía, inmediatamente después de la derrota otomana, también se celebraron juicios y los principales funcionarios de los Jóvenes Turcos que no habían logrado huir del país, fueron puestos en el banquillo de los acusados, condenados y, en algunos casos, ejecutados. Otros, incluidas las principales figuras Talaat Pasha y Jemel Pasha, fueron perseguidos en su exilio y asesinados por asaltantes armenios. Pero después del establecimiento de la República en 1923, Mustafa Kemal declaró a los turcos asesinados como mártires y, cuando fue posible, hizo que sus restos fueran devueltos a Turquía para el entierro de los héroes. Para comprender la importancia de este acto, uno debería reflexionar sobre lo que habría sucedido si Konrad Adenauer hubiera rehabilitado a Göring.

Como Robert Kaptas, el nuevo editor en jefe de AGOS, el periódico de Hrant Dink, explicó, los juicios de 1919 habían sido posibles porque un gobierno de oposición había llegado al poder después de la derrota del Imperio Otomano y la huida de los principales Jóvenes Turcos. Uno podía escribir sobre ello, discutirlo abiertamente, y los turcos sabían mucho sobre el genocidio en 1919. Pero con el establecimiento de la República Turca bajo Mustafa Kemal, eso cambió radicalmente. Dispuso la liberación de 150 miembros de la CUP juzgados en Malta y redefinió a los perpetradores como mártires. Así, la política del "olvido" comenzó con el establecimiento de la República.


Mustafa Kemal - Atarturk -

Las fases de la negación

La historia del manejo de la República Turca de 1915/1916, fue resumida por Elke Hartmann, quien intervino para el Prof. Dr. Halil Berktay con poca antelación. En un discurso sobre "1915 y las reevaluaciones científicas desde la fundación de la República Turca: entre las directrices estatales y la libertad de investigación", mostró cómo en el momento de los hechos, los perpetradores sabían exactamente lo que estaban haciendo, y lo demostraron en sus memorias, por ejemplo, las de Talaat, que bien llena de justificaciones de lo que había ocurrido. Después de la guerra de independencia de Turquía, la política fue de silencio y olvido. Los intentos desde el exterior de abordar el genocidio, como en la película de 1934 sobre Musa Dagh, fueron bloqueados, entonces y otra vez en 1938, por la presión política turca.

Aunque las dramáticas revelaciones de las dimensiones del Holocausto después de la Segunda Guerra Mundial eclipsaron la discusión sobre el genocidio armenio, en 1965, cuando los armenios en el extranjero se manifestaron para conmemorar el 50 aniversario de su tragedia y comenzaron a erigir monumentos, el tema volvió a estar en la agenda política. Un punto de inflexión ocurrió en 1973, cuando el primer diplomático turco fue asesinado por un asaltante de ASALA, lo que inauguró la ola de asesinatos por venganza. Esto, dijo Hartmann, llevó a un cambio de política en Turquía, en el que las autoridades turcas decidieron presentar su propia versión de los hechos. Como dijo Koptas, después de que comenzaron los asesinatos de ASLA, Turquía se dio cuenta de que "tenían un problema de 1915". Según Hartmann, los historiadores en Occidente, especialmente los turcólogos en los Estados Unidos, disfrutaron del apoyo turco para la investigación y el acceso a los archivos para desarrollar una literatura de negación. Después del golpe militar de 1980, se lanzó una campaña en las escuelas turcas para educar (o mejor adoctrinar) a los jóvenes en 1915. Esta campaña, que se desarrolló en paralelo con el proceso natural de morir de la generación de sobrevivientes, se obsesionó con las llamadas "pruebas" de que el genocidio no ocurrió. El autor Marc Nishanian ha calificado la historiografía turca en la década de 1990 como una "perversión historiográfica", en el sentido de que los investigadores admitieron que tal vez cientos de miles de armenios habían perecido en 1915, pero cuestionaron el "significado" de este "hecho". El punto de vista de Nishanian era que un "hecho" sin significado no es verdad. Algunos eruditos armenios respondieron con un intento de acumular cada vez más "hechos".



Los nietos hablan

La brecha en el muro de la negación llegó con la aparición del innovador libro de Fetiye Cetin, My Grandmother, en 2004, seguido del asesinato de Hrant Dink en 2007. El relato autobiográfico de Cetin sobre su descubrimiento de que su abuela era una armenia que había sobrevivido al genocidio desató una revolución literario-política-psicológica. Ella puede haber expresado su historia en términos de "amargura" y "dolor" en lugar de usar la palabra prohibida "genocidio", pero su conmovedor relato abrió las mentes y los corazones de miles de turcos y, como enfatizaron Hartmann y Koptas, hizo posible que los turcos discutieran el asunto por primera vez en sus vidas. (Fue un placer especial tener a la amable autora Fetiya Cetin a mano en Potsdam, y escuchar extractos de su libro presentados en una sesión nocturna en traducción al alemán).

En 2005, como informó la Dra. Ayse Gül Altinay de la Universidad Sabanci en Estambul, el libro de Cetin ya se había convertido en un éxito de ventas y las conferencias universitarias han tratado el tema. En su discurso sobre "Los sobrevivientes de 1915 en los testimonios de sus descendientes que viven en Turquía", la profesora Altinay actualizó el tema planteando preguntas muy directas y pertinentes: ¿qué debería decir uno como turco a Fetiye Cetin, tal vez, "Lo siento por tu abuela?" ¿Qué se debe decir si uno conociera a esa abuela? Informó sobre otros libros que han aparecido desde entonces, abordando temas similares. Lo que esto indica es que la "generación de los nietos", aquellos cuyos abuelos fueron víctimas del genocidio, ha roto el silencio. Estos no son casos aislados, sino ejemplos de un fenómeno sociológico: aquí un turco, allí otro turco está descubriendo que tenía una abuela armenia. Altinay y Cetin colaboraron en un emocionante proyecto entrevistando a 25 personas de esta generación. En su libro, Les petits enfants (Actes Sud), presentan el drama de los turcos en este grupo de edad que han comenzado a explorar sus historias familiares, a preguntar quiénes eran sus abuelas y de dónde venían. En términos de la Dra. Altinay, estos son armenios que están "saliendo del armario", es decir, reconociendo abiertamente su herencia armenia.


"Asimilación" de las mujeres y los niños

Por un lado, la política de los Jóvenes Turcos era eliminar a los armenios, a través de asesinatos, hambre y deportaciones, como el Dr. Ugor Üngör de la Universidad de Utrecht ha revisado. Si los armenios antes de 1915 tenían 2500 iglesias y 2000 escuelas entre sus 2900 asentamientos armenios, lo que quedó en 1918 fueron 6-7 iglesias en Estambul, y sin claustros o escuelas. Los Jóvenes Turcos atacaron primero a los intelectuales y líderes cívicos, luego confiscaron propiedades armenias y luego los  mataron a través de ejecuciones y deportaciones. Por otro lado, también tenían una política de "asimilación" forzada: es decir, que las mujeres y los niños armenios, especialmente las niñas, deberían salvarse, obligarse a convertirse al Islam y casarse con turcos. La abuela de Fethiye Cetin sale de este proceso, como tantas otras. Las cifras sobre cuántos armenios estuvieron involucrados son difíciles de obtener y las estimaciones de los historiadores varían; Vahakn Dadrian habló de miles de jóvenes huérfanos, 10.000 niñas que fueron tomadas como concubinas o esposas; Balakian se refiere a miles de conversos forzados, y Serafian, a 20.000 huérfanos. ¿Quién sabe cuántas mujeres y niños armenios, especialmente niñas, fueron llevados a hogares turcos, convertidos al Islam y se les dio nombres turcos? Aunque algunas cifras de los muertos se dan en los registros turcos, no hay informes de los sobrevivientes, un término, de hecho, que no se utiliza. ¿Cuántos son? Es casi imposible de determinar. Pero si el número de "asimilados" después de 1915 fuera de decenas o cientos de miles, entonces sus hijos y nietos podrían superar el millón hoy.

Son los nietos de estas mujeres armenias "asimiladas" por la fuerza los que ahora están planteando abiertamente la cuestión de su paternidad e identidad étnica. Están tirando de un hilo que amenaza con tirar de todo el tejido de la negación.




Las implicaciones de este proceso son vastas y profundas.

Para aquellos ciudadanos turcos que han descubierto a una abuela armenia (o kurda), hay dos preguntas que surgen: primero, ¿por qué no sabía sobre mi ascendencia armenia? Entonces: ¿Qué pasó con los armenios en 1915? Estas son las preguntas explosivas que están marcando un discurso sociológico generalizado en Turquía hoy en día. 

Paralelamente, a medida que ciertas iglesias armenias están siendo reabiertas y se les permite albergar servicios, hay una serie de ciudadanos turcos que se presentan para el bautismo, aunque de forma anónima para evitar el acoso. Este fue el caso en la reapertura de la iglesia de San Giragos (Surp Giragos) en Diyarbakir. En resumen, hay un proceso lento, pero en constante expansión, de redescubrimiento entre los ciudadanos turcos de ascendencia armenia de su herencia.

La publicación de Mi abuela de Cetin fue un parteaguas de dimensiones históricas. El asesinato de Hrant Dink en enero de 2007 fue otro. Como Koptas, su sucesor, relató, Dink y Cetin fueron héroes diferentes, pero ambos presentaron a los turcos la pregunta existencial: ¿de dónde vengo? Cuando Dink fue asesinado, muchos turcos vincularon su destino al dilema histórico. Se preguntaron: bueno, si lo mataron, tal vez también mataron a los armenios en 1915. ¿Qué pasó realmente entonces? Dink, subrayó, introdujo un nuevo lenguaje político en Turquía y planteó la necesidad de enfrentar la cuestión armenia como parte del proceso de democratización: si Turquía quiere convertirse en un estado democrático, entonces debe lidiar con 1915, insistió. Koptas también señaló el caso de Hasan Jemel, nieto del triunvirato de los Jóvenes Turcos Jemel Pasha, quien fue a Ereván y rindió homenaje a las víctimas del genocidio en el monumento al genocidio. Hasan también es de la generación de los nietos.


La amenaza a la identidad turca

Volviendo a la pregunta planteada al principio: ¿por qué es tan difícil para Turquía lidiar con su pasado histórico? Lo que quedó claro al menos para este escritor durante la conferencia de Potsdam es que el desafío que enfrenta Turquía no es principalmente político o económico; no se trata únicamente de una cuestión de reparaciones armenias o reclamaciones territoriales o similares. El problema es la identidad turca. Si el establishment turco reconociera la realidad, que 1915/1916 fue un genocidio, entonces tendría que reconocer que el régimen de los Jóvenes Turcos de 1915 fue el responsable. Esto plantearía preguntas sobre la credibilidad del régimen de Ataturk de 1923 en el que se rehabilitaron los líderes de los Jóvenes Turcos.

Como señaló Koptas, la "turquidad" era la base misma de la República; el Estado trató de forzar la cuestión de la identidad, convirtiendo a los alevitas en sunitas y tratando a los griegos y armenios como grupos especiales cuyo número debía reducirse. Cuando se enfrenta a los relatos de testigos oculares de las masacres de 1915, el Estado responde que los armenios son "traidores" que tienen que ser castigados.


Pero una nación erigida sobre la base de una mentira no puede tener la capacidad moral para perdurar. La República Turca de Mustafa Kemal se construyó sobre la mentira de que el genocidio nunca ocurrió, y el corolario es que los armenios eran la quinta columna de Rusia, traidores que tenían que ser castigados.


En términos puramente étnicos, las actas de la conferencia de Potsdam plantean la pregunta: ¿cuántos turcos son en realidad armenios étnicos o al menos parcialmente? Entonces, ¿qué significa ser turco? Si la población real de Turquía hoy en día es multiétnica, entonces, ¿dónde se encuentra la identidad turca? ¿Es étnico? ¿Es religioso? ¿Cómo puede un joven estudiante turco, tal vez con antepasados armenios, ir a la escuela por la mañana y recitar un juramento exaltando su turquidad?




Curiosamente, ha habido mucha discusión en los últimos años sobre un "nuevo otomanismo", que generalmente se presenta con respecto al impulso de la política exterior de Turquía hacia el fortalecimiento de las relaciones con sus vecinos, muchos de los cuales eran súbditos del Imperio Otomano. Sin ceder a las tentaciones del hegemonismo regional, tal pensamiento tal vez podría ayudar a enfrentar la crisis de identidad nacional que está explotando silenciosamente en Turquía. 

Reconocer la multietnicidad en la población turca podría proporcionar una forma de liberarla de las restricciones implícitamente racistas de la "turquidad" y ayudar en el proceso de abordar finalmente el genocidio de 1915.

Koptas dijo que confiaba en que, siguiendo el enfoque de Hrant Dink de educar al pueblo turco sobre su pasado sin herirlo en el proceso, podrían "llorar y aceptar" y simpatizar con el pueblo armenio. La insistencia de Dink en comprender la dimensión psicológica del problema era crucial: que uno debe lidiar tanto con el trauma de los armenios como con la paranoia de los turcos. Este proceso de despertar social debe desarrollarse desde el nivel de base hacia arriba, y eso es lo que está ocurriendo. En cuanto al Estado, Koptas fue directo: expresó su deseo de que un Willy Brandt emergiera en Turquía, refiriéndose al líder socialdemócrata alemán que cayó de rodillas en el gueto de Varsovia, en reconocimiento y disculpa por los crímenes del régimen nazi contra los judíos.


Muriel Mirak-Weissbach

10 julio 2021

Escritores en el Desfile de la Paz




Canal Yandex-Zen

Con notas ampliadas y explicadas por el editor de este blog

 

Armen Chilingaryan y Sergey Harutchyan, dos artistas armenios, después de la Gran Victoria en la Segunda Guerra Mundial (1945) lanzaron una serie de dibujos animados denominados "Escritores en el Desfile de la Paz". La serie se denominó originalmente "Escritores al frente", creada en 1944.

 

Son imágenes estilizadas como las portadas de célebres libros que describen los eventos y el merecido castigo del enemigo. De esa forma, los artistas transformaron las portadas de famosas obras de la literatura universal con los acontecimientos de la Gran Guerra Patria, modificando su contenido, a saber, acercándolo al tema más importante de su época, la Gran Guerra Patria contra el nazismo.

Estas obras forman hoy parte de la colección de la Galería Nacional de Arte de Armenia.



Quizás la más exitoso de esta serie pueda ser una caricatura de Alejandro Dumas que representa a Hitler entrando solemnemente en el Arco Triunfal de la Guerra y lo deja diez años después, miserable y quemado. El libro original de Alejandro Dumas (padre) es "Veinte años después" publicada en 1845 y forma parte de la trilogía "Las novelas de d´Artagnan", siendo la secuela de "Los Tres Mosqueteros" (1844).



Los juicios de Nuremberg sobre los antiguos líderes de la Alemania nazi comenzaron en noviembre de 1945. Pero ya un año antes de eso, Arutchyan y Chilingarian "prepararon" sillas para ellos. La adaptación se basa en una novela satírica rusa "Las Doce sillas" de los escritores Ilf y Petrov, publicada en 1928.



Y el que no fue muy difícil de incluir en una serie de este tipo es Fyodor Dostoevsky, "Crimen y castigo". Publicada originalmente en la revista "El mensajero ruso", en 1866, en doce partes, y publicada después como novela (1866).​ Novela de las más influyentes e internacionales de la literatura rusa.




Por supuesto, "Veintiséis y uno" de Maxim Gorky fue un trabajo citado con frecuencia en esos años. En nuestro tiempo, al parecer, lo olvidaron, una buena razón para recordar y leer este cuento de Gorky, el relato apareció en diciembre de 1899 en la revista mensual "Schisn" de San Petersburgo. El poema, subtitulado por el autor, puede leerse como una autobiografía. 




La "portada" de la obra "Figaro" de Pierre Beaumarchais. "Las bodas de Fígaro", comedia en cinco actos y en prosa, 1784. Estreno en la Comédie-Française el 27 de abril de 1784. Mozart compuso su ópera Le nozze di Figaro basándose en esta obra (1786), también Marcos Portgual (1799).



"Viaje a la Luna 1944", Julio Verne. Preste atención a la figura en la parte superior: los brazos y las piernas están dispersos y la silueta se asemeja al famoso signo solar. "De la Tierra a la Luna" es el título de la obra de Julio Verne, cuyo original es "De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures", es una novela "científica" y "satírica", publicada en el "Journal des débats politiques et littéraires" desde el 14 de septiembre hasta el 14 de octubre de 1865, apareció en un solo volumen el 25 de octubre de 1865.



I.A. Goncharov, "Historia Ordinaria" 1944La portada corresponde a la adaptación de la novela de Iván Alexandrovich Goncharov. "Historia ordinaria" otro ejemplo ruso de literatura clásica, fue concebida por el autor en 1844, durante los dos años siguientes trabajó en ella. La novela romance apareció inicialmente en la revista "Contemporáneo" (marzo-abril 1847). La novela se centra en la colisión de dos personajes, dos filosofías de la vida, ponderadas sobre la base de dos motores públicos: patriarcal, pueblo (Alexander Adorv) y metropolitano burgués-negocio (Peter Adorv).



I.A. Goncharov, "El precipicio" 1944. "El precipicio" fue publicado por primera vez en los números de enero a mayo de 1869 de la revista "Vestnik Evropy". La novela es otro clásico de la literatura romance rusa, concebida en 1849, tardó veinte años en completarse.



Friedrich Schiller, "Los bandidos" 1944El tema del saqueo de la propiedad de civiles por parte de los soldados ha sido abordado por los artistas armenios. "Los bandidos" (título original en alemán: Die Räuber) es un drama de cinco actos publicado en 1781 y escrito por Friedrich von Schiller. Está considerado como una de las últimas obras del Sturm und Drang (literalmente "tormenta y estrés"). La homónima ópera de Giuseppe Verdi (I masnadieri) se basa en el drama de Schiller.



Iván Turgenev, "Padres e hijos". Los artistas armenios reprochan a Alemania por la degeneración, colocando a Hitler y su equipo bajo los bustos de alemanes de fama mundial. "Padres e hijos" es una novela del escritor ruso Iván Turgenev, escrita en 1860, publicada en 1862. El tema principal del libro son las diferencias intergeneracionales en la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX. Turgenev pone atención especial en el desfase de opiniones, ideologías y posiciones políticas entre los protagonistas y sus padres. La maestría del texto radica en la descripción de personajes prototipos de la época y en el detalle minucioso de sus vidas cotidianas (Wiki).



"Tres Palmas" (1839) es una de las obras poéticas más famosas del poeta ruso Mikhail Lermontov. Publicado en la revista literaria "Notas domésticas" en 1839, Lermontov compuso el poema en tetrámetro anfibrach, el mismo metro y estrofa que utilizó Alexander Pushkin en su Imitación del Corán, parte IX, "Y un viajero cansado murmuró a Dios... "



Máximo Gorky, "En el fondo" (1902). En la obra Gorky plantea al lector la cuestión fundamental de las relaciones humanas: "¿Qué es más importante para todos: la verdad o la compasión y la misericordia?" En esta obra clásica, el otoño expresa claramente la relevancia de los valores de la vida humana. Se invita al lector a reflexionar sobre la fe en una persona, su lugar en la sociedad, la capacidad de cambiar las condiciones de su vida, la justificación de las mentiras para la salvación y otros problemas que rodean a cada persona.



"El poder de las tinieblas" es un drama de cinco actos de León Tolstoi. Escrita en 1886, la producción de la obra estuvo prohibida en Rusia hasta 1902. A pesar de la prohibición, la obra fue producida y leída de manera no oficial en numerosas ocasiones. El personaje central es una campesina, Nikita, que seduce y abandona a una joven huérfana Marinka; luego, la encantadora Anisija asesina a su propio marido para casarse con Nikita. Embaraza a su nueva hijastra y luego, bajo la influencia de su esposa, asesina al bebé. El día del matrimonio de su hijastra, se entrega y confiesa a la policía.




"Rojo y negro" (1830) de Stendhal. En realidad es el realista disfrazado Henri Beyle, que escribió su obra literaria bajo el pseudónimo de Stendhal. Es una narración romántica, la novela, con oraciones breves y sobrias relata el ascenso social de un astuto advenedizo en la época de la Restauración francesa, después de la abdicación de Napoleón. El protagonista de Stendhal, Julián Sorel, ferviente admirador del emperador no puede expresar públicamente su opinión, por lo que se convierte en un hipócrita perfecto que ajusta la apariencia de sus virtudes cardinales. (Apuntes de un hipócrita).




Galardonado!, de Guy de Maupassant,  (Galardonado con el premio sería la traducción del ruso). El escritor francés fue un maestro de la forma de cuento corto, describió las vidas y destinos humanos y las fuerzas sociales en términos desilusionados y a menudo pesimistas. Escribió 300 cuentos, muchos están ambientados durante la guerra franco-prusiana de la década de 1870, describiendo la inutilidad de la guerra y los civiles inocentes que, atrapados en eventos que escapan a su control, son cambiados permanentemente por sus experiencias.
 


Nikolai Ostrovsky, "Cómo se templó el acero" (1932), es una obra autobiográfica, a pesar de que fue escrito en el género del realismo socialista, hay muchos hechos confiables que permiten hacerse una idea de la época descrita. La idea de escribirla surgió en 1926. En 1932 se completó la obra, se publicó la primera parte de la novela en la revista "Joven Guardia". La segunda salió solo en 1934. En general es un relato de la guerra civil rusa tras la revolución bolchevique, describe pogroms judíos que terminan en asesinatos sangrientos y otros acontecimientos terribles de los años revolucionarios.




"Noches egipcias" (1837), Aleksandr Pushkin, originalmente publicado en en la revista "El Contemporáneo", Núm. 8 (1837); es una incursión (inconclusa) de Pushkin en un ambiente exótico —los amantes de Cleopatra— con un tratamiento irónico que le sirve para burlarse de los poetas románticos. No hay descripciones inconvenientes y el tema es tratado de manera limpia. Naturalmente, la adaptación gráfica de los artistas armenios se  refiere a la batalla de las tropas germano-italianas contra los Aliados.


"El Don silencioso", de Mikhail Sholokhov, apareció en cuatro partes entre 1928 y 1940, es el contexto de la Guerra Civil Rusa, la lucha entre rojos y blancos, Sholokhov pinta un cuadro de la vida de los cosacos del Don. En 1965 Sholokhov fue galardonado con el Premio Nobel en particular por "El Don silencioso". En la gráfica las riveras de un silencioso Don acoge, una vez más, las tumbas del invasor



"Relatos de un cazador" de Ivan Turgenev, (En la gráfica el guerrero soviético lleva registros de los enemigos caídos: "Notas de un cazador"), es una recopilación de relatos breves, se publicó regularmente, desde 1847, en la revista "Contemporáneo". En "Memorias de un cazador" o "Relatos de un cazador", Turgenev presenta al campo ruso desde el punto de vista de un cazador. Esa perspectiva le permite abarcar tanto la vida de las clases más humildes, como los siervos, los campesinos, pequeños burgueses y de los grandes propietarios en la Rusia del siglo XIX. La obra está inspirada en sus propias vivencias de juventud y su amor por la caza, pero está muy influida por el propio liberalismo del autor y su compromiso con las clases más desfavorecidas.

Así es como dos artistas armenios celebraron la Gran Victoria junto a los clásicos de la literatura mundial.


Карикатуры побежденным

12 octubre 2020

¿Se convertirá el Alto Karabaj en la ‎tumba de Erdogan?‎

 


El título del artículo en si parece algo desproporcionado, pero lo que si es verdad es que las grandes potencias se están hartando de un megalómano que pretende imponerse más allende de las tierras otomanas. No obstante:


¿Por qué los turcos, israelíes, árabes y otras potencias regionales apoyan a los azerbaiyanos?: GEOPOLÍTICA pura, Azerbaiyán posee uno de los puertos más estratégicos del mundo: BAKÚ, por donde circula el oro negro (petróleo) a través de grandes oleoductos, a más de una posición estratégica fundamental para controlar la región. ¿Y los armenios? Armenia no tiene nada que ofrecer, el Alto Karabaj con la no reconocida República de Artsaj no poseen nada de aquellas "maravillas", salvo que podrían ser unas excelentes rutas para los corredores hidrocarburíficos. A ello debemos sumar las pretensiones del pseudo imperialismo  "otomano" dirigido por el "Sultán" Erdogan (no por el pueblo turco).


2 de Octubre 2020

Declaración de los copresidentes del ‎Grupo de Minsk (Estados Unidos, ‎Francia y Rusia) sobre el Alto Karabaj

Nosotros, el Presidente de la Federación Rusa, el Presidente de los Estados Unidos de América y el Presidente de la República Francesa, en representación de los países copresidentes del Grupo ‎de Minsk de la OSCE, condenamos en los términos más enérgicos la reciente escalada de violencia ‎sobre la línea de contacto en la zona de conflicto del Alto Karabaj. ‎

Deploramos la pérdida de vidas humanas y expresamos nuestra simpatía a las familias de las ‎víctimas y de los heridos. ‎

Llamamos al cese inmediato de las hostilidades entre las fuerzas militares implicadas. ‎

Llamamos igualmente a los dirigentes de Armenia y de Azerbaiyán a comprometerse sin demora a ‎retomar las negociaciones de fondo, de buena fe y sin condiciones previas, bajo la égida del ‎Grupo de Minsk de la OSCE. ‎


***



El conflicto en el Alto Karabaj tiene ciertamente su origen en la disolución de la URSS ‎pero ha sido reactivado por voluntad del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. ‎Sin embargo, es altamente improbable que Erdogan haya tomado esa iniciativa sin informar previamente a ‎Washington. Lo mismo hizo el presidente iraquí Saddam Hussein antes de invadir ‎Kuwait, activando por ambición la trampa que se le había tendido para provocar su ‎caída. ‎




El día del inicio de las hostilidades en el Alto Karabaj, el presidente turco Erdogan escribió en ‎Twitter: 


“–En las llamadas telefónicas que tuvimos hoy, una posición juiciosa y resuelta, ‎el enfoque «una nación, dos Estados» demuestra nuevamente, como mencioné a Ilham ‎Aliyev, el presidente de Azerbaiyán, que Turquía seguirá fortaleciendo su cooperación con sus ‎hermanos azerbaiyanos.

–Mientras invitamos al pueblo armenio a defender su futuro contra ‎su dominación y quienes lo utilizan como una marioneta, llamamos el mundo entero a apoyar ‎a Azerbaiyán en su lucha contra la ocupación y la opresión.

–La comunidad internacional, que ‎no ha podido dar una respuesta necesaria y suficiente a la agresión provocadora de ‎Armenia, muestra una vez más su doble juego. El trío de Minsk, que ha mantenido una ‎actitud negligente durante una treintena de años, está por desgracia muy lejos de orientarse ‎hacia la solución.

–Al agregar un nuevo ataque a los anteriores contra Azerbaiyán, Armenia ‎ha mostrado una vez más que era la mayor amenaza para la paz y la tranquilidad en la región. ‎La Nación turca apoya a sus hermanos azerbaiyanos con todos sus medios, como siempre”‎.

Un viejo conflicto, congelado durante 30 años

 

El pueblo turco se define a sí mismo como descendiente de «los hijos del lobo de las estepas», ‎o sea como heredero de las hordas de Gengis Khan. Conforma simultáneamente «un pueblo ‎y dos Estados», que son Turquía y Azerbaiyán. El renacimiento político de Turquía da lugar ‎automáticamente a la entrada de Azerbaiyán en el escenario internacional. ‎

Por supuesto, este renacimiento político no significa un resurgimiento de la violencia de las ‎hordas bárbaras, pero no se puede olvidar que aquel pasado forjó las mentes, a pesar de los ‎esfuerzos de numerosos políticos que, desde hace un siglo, tratan de normalizar el pueblo turco. ‎

En los últimos años de la época otomana, el sultán Habdulhamid II quiso unir el país entorno a su ‎visión de la fe musulmana. Así ordenó la eliminación física de cientos de miles de no musulmanes. ‎La eliminación de esa población se desarrolló bajo la dirección de oficiales alemanes, que ‎durante ese genocidio adquirieron una experiencia que posteriormente pondrían al servicio de la ‎ideología racial nazi. La política otomana de depuración étnica prosiguió en mayor escala con el ‎movimiento de los llamados Jóvenes Turcos, al inicio de la República de Turquía, principalmente ‎contra los ortodoxos armenios.‎



El crimen es adictivo y resurge esporádicamente en el comportamiento de los ejércitos turcos. Fue ‎así como, en marzo de 2014, tropas turcas escoltaron a cientos de yihadistas del Frente al-Nusra ‎‎(afiliado a al-Qaeda) y de Yesh al-Islam (el grupo terrorista Ejército del Islam, apadrinado por ‎Arabia Saudita) hasta la ciudad siria de Kessab para masacrar a los pobladores de origen armenio. ‎Los yihadistas que participaron en esa operación fueron enviados ahora a matar más armenios ‎pero en el Alto Karabaj

Las masacres cesaron en Azerbaiyán bajo la breve República Democrática (1918-1920) y durante el ‎periodo soviético (1920-1990). Sólo reaparecieron en 1988, al calor del derrumbe del poder ‎soviético en Moscú.


Precisamente durante el periodo soviético, en virtud de la política de nacionalidades de Stalin, ‎se adjuntó a Azerbaiyán una región armenia para formar una República Socialista. Cuando ‎se disolvió la URSS, la comunidad internacional reconoció el Alto Karabaj, pero no como ‎armenio sino como azerí. 

El mismo error de precipitación se cometió en Moldavia con la ‎Transnistria (la República Moldava Pridnestroviana), en Ucrania con Crimea y en Georgia con ‎Osetia del Sur y con Abjasia. Eso provocó inmediatamente una serie de guerras, como la del ‎Alto Karabaj (también llamado República de Artsaj). 

Son casos en los que el Derecho ‎Internacional se ha desarrollado a partir de un error de apreciación inicial, cometido al principio de los ‎conflictos, como en el caso de Palestina, y que no se ha rectificado con el tiempo, dando lugar a ‎situaciones que hoy son casi insolubles. ‎

Las naciones occidentales se interpusieron para evitar un conflicto generalizado. Pero el ejemplo ‎de Transnistria demuestra que eso fue contraproducente: Estados Unidos recurrió al ejército rumano ‎para tratar de acabar con la naciente República Moldava Pridnestroviana. 

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (hoy OSCE y en aquella época ‎CSCE) creó el «Grupo de Minsk», copresidido por Estados Unidos, Francia y Rusia, para ‎encontrar una solución… que nunca vino: Rusia no quería tener que escoger entre sus antiguos ‎asociados, Francia quería darse importancia y Estados Unidos prefería mantener una zona de ‎conflicto en la frontera rusa. Por cierto, todos los demás conflictos surgidos durante la disolución ‎de la URSS fueron deliberadamente incentivados por Washington y Londres mediante la agresión ‎de Georgia contra Osetia del Sur, en 2008, y el golpe de Estado del EuroMaidan, en 2014, ‎tendiente este último a sacar a los rusos de Crimea.

 ‎

En verde menos intenso: Territorio azerí bajo el control de las fuerzas militares de Armenia. El Alto Karabaj, en color verde. Mapa tomado de la Wikipedia.


El ataque de ahora contra la República de Artsaj (Alto Karabaj) por parte de Azerbaiyán y Turquía ‎fue justificado por el presidente azerí, Ilham Aliyev, en su discurso del 24 de septiembre ante la ‎Asamblea General de la ONU

Su principal argumento fue que el Grupo de Minsk había considerado ‎que el statu quo era inaceptable pero que «Las declaraciones no son suficientes. Necesitamos ‎actos». No podía ser más claro. ‎

Siguiendo una ideología que ya resulta familiar, el presidente Aliyev endosaba toda la ‎responsabilidad a sus adversarios, atribuyendo –por ejemplo– a los «terroristas armenios» ‎la masacre de Joyali, perpetrada en 1992 con un saldo de 600 víctimas, cuando en realidad aquello fue ‎una operación negra realizada en medio de un intento de golpe de Estado en su país. ‎En todo caso, eso presenta de manera sesgada las acciones del ASALA (Ejército Secreto Armenio ‎para la Liberación de Armenia, siglas en inglés) en los años 1970-1980. Aliyev resaltó que ‎‎4 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han ordenado la retirada de las tropas ‎armenias, manipulando así las denominaciones similares entre la población armenia del ‎Alto Karabaj y el vecino Estado de Armenia, mientras pasaba por alto el hecho que el Consejo ‎de Seguridad también instruyó a Azerbaiyán la realización de un referéndum de ‎autodeterminación en el Alto Karabaj. El presidente azerí también acusó, justificadamente, al ‎nuevo primer ministro armenio, Nikol Pashinian, de ser uno de los hombres del especulador ‎estadounidense George Soros, como si eso borrara todo lo anterior. 

El conflicto en el Alto Karabaj solo terminará cuando se realice un referéndum de ‎autodeterminación, cuyo resultado deja poco espacio a una sorpresa. Por el momento, resulta ‎provechoso para quienes –como Israel– venden armamento al agresor. ‎

 

Los ejércitos de Turquía, Azerbaiyán y Pakistán muestran su unidad ante ‎los armenios.

¿La guerra de más que puede dar lugar a la caída de Erdogan?


‎Dicho lo anterior, analicemos el conflicto actual desde otro ángulo, el de los equilibrios ‎internacionales y teniendo en mente que el ejército turco ya está presente –de manera ilegal– ‎en Chipre, en Irak y en Siria; que además está violando el embargo militar en Libia y que ahora ‎viola también el alto al fuego en Azerbaiyán. ‎

Bakú se organiza para retardar el inevitable plazo. Azerbaiyán ya obtuvo el respaldo de Qatar, que ‎en ese teatro de operaciones también supervisa el financiamiento de las fuerzas yihadistas. Según ‎nuestras informaciones, Turquía trajo al menos 580 yihadistas de la región siria de Idlib (NdelE. Las cifras al momento de esta publicación se calculan cercanos a los 4.000 yihadistas). ‎Esa guerra cuesta caro y KKR, la poderosa firma del israelo-estadounidense Henry Kravis, parece ‎implicada allí, como sigue estándolo en Irak, en Siria y en Libia. Como en los tiempos de la ‎desestabilización del Afganistán comunista, el armamento israelí podría estar transitando ‎a través de Pakistán. En todo caso, en Turquía se ven por todos lados carteles con las ‎banderas de los tres países: Azerbaiyán, Pakistán y la propia Turquía. ‎


Dos grandes aviones Ilushin de transporte de carga, identificados con las matrículas 4K-‎AZ101 y 4K-78131, fletados por el ministerio de Defensa de Azerbaiyán y provenientes de Bakú, ‎la capital azerbaiyana, aterrizaron el 24 de septiembre de 2020 en el aeropuerto de Ovda, ‎en Israel, donde recogieron carga antes de regresar a su punto de origen.

- Otro avión de carga, un Ilushin Il-76TD (ver foto), identificado con la matrícula AZQ4611 y ‎perteneciente a la compañía estatal azerbaiyana Silk Way Airlines, despegó de Bakú y aterrizó en ‎el aeropuerto israelí de Ovda, donde fue cargado antes de regresar a Azerbaiyán en cuestión de ‎horas. ‎

La compañía azerbaiyana Silk Way Airlines fue el principal transportista de los cargamentos de ‎armas que el general estadounidense David Petraeus enviaba a los yihadistas empeñados en ‎destruir la República Árabe Siria y en ocupar Irak, siendo él ‎director de la CIA, bajo la administración ‎de Barack Obama. Actualmente en situación de retiro, el general Petraeus trabaja ahora para el ‎financista Henry Kravis, principal proveedor de fondos para la campaña electoral del hoy ‎presidente de Francia Emmanuel Macron. (Nota de la Red Voltaire.-"Israel arma a Azerbaiyán para combates en el Alto Karabaj"). ‎


Más sorprendente aún, el presidente Aliyev ha recibido el respaldo de su homólogo bielorruso, ‎Alexander Lukachenko. Es probable que este último actúe de acuerdo con el Kremlin, lo cual ‎pudiera ser el preludio de un apoyo más visible de Rusia a la Armenia ortodoxa –Rusia, Bielorrusia ‎y Armenia son miembros de la Unión Económica Euroasiática y de la Organización del Tratado de ‎Seguridad Colectiva (OTSC). ‎

Extrañamente, el Irán chiita no se ha pronunciado. Sin embargo, aunque son étnicamente turcos, ‎los azeríes son el único otro pueblo chiita del mundo ya que fueron miembros del imperio ‎safávida. El presidente iraní Hassan Rohani incluso había incluido a Azerbaiyán en el proyecto de ‎federación chiita que presentó durante su segunda campaña electoral. Esa discreción iraní hace ‎pensar que Teherán no desea entrar en conflicto con Moscú, oficialmente neutral. ‎También influye ciertamente el hecho que Armenia ocupa un lugar nada desdeñable en el ‎dispositivo que permite a Irán burlar las sanciones estadounidenses. ‎

Del lado armenio, la diáspora armenia en Estados Unidos ha emprendido un intenso cabildeo en ‎el Congreso para atribuir al presidente turco Erdogan –a pesar de que Turquía es miembro de ‎la OTAN– la responsabilidad del conflicto ante un tribunal internacional. ‎

En caso de acuerdo tácito entre Moscú y Washington, esta guerra podría tener consecuencias ‎diplomáticas negativas para el presidente turco Erdogan, quien se ha convertido en una figura ‎insoportable para los Dos Grandes. Como lo fue en su momento el presidente iraquí Saddam ‎Hussein, quien pasó bruscamente de la categoría de lacayo del Pentágono a la de enemigo ‎público número 1 cuando creyó que había sido autorizado a invadir Kuwait. Es posible que ‎el presidente turco haya sido llevado a cometer el mismo error. 


II Parte

En el Alto Karabaj, la OTAN apoya ‎a Turquía pero busca eliminar ‎a Erdogan


En el conflicto del Alto Karabaj, el derecho contemporáneo se vuelve contradictorio ‎según el enfoque que se adopte –desde el punto de vista de la propiedad del territorio o ‎el de la autodeterminación de un pueblo. Utilizando ese equívoco, la “nación” turca ‎‎(Turquía y Azerbaiyán) acaba de atacar ese territorio, autoproclamado independiente ‎aunque vinculado de hecho a la República de Armenia. Rusia ya anunció su intención ‎de atenerse a sus compromisos internacionales y defender Armenia si ese país es ‎atacado, aunque la seguridad nacional rusa no tiene nada que ver con el conflicto del Alto ‎Karabaj. A partir de ahí, queda por determinar si Turquía está actuando por orden de ‎los países occidentales o si es una iniciativa propia… que sus propios aliados ‎pudieran utilizar contra ella.


La catedral de Shusha, en el Alto Karabaj, recibió los impactos de 2 misiles. A la luz del derecho ‎internacional humanitario, la destrucción de lugares de culto es un crimen de guerra. ‎El genocidio contra los armenios –perpetrado en 1894-1895 por los otomanos y ‎posteriormente por los turcos, desde 1915 hasta 1923– apuntaba a acabar con la población ‎no musulmana de Turquía. Azerbaiyán afirma no estar implicado en el ataque contra ‎la catedral de Shusha.


Continúan los combates iniciados el 27 de septiembre de 2020 en el Alto Karabaj. Es evidente la ‎superioridad de las fuerzas azerbaiyanas, tanto en número de efectivos como en armamento. ‎La primera línea de defensa de la autoproclamada República de Artsaj fue literalmente arrollada ‎por la ofensiva pero las dos siguientes aún resisten. Las pérdidas materiales son muy importantes, ‎incluso del lado azerbaiyano. Por el momento es difícil determinar con precisión las pérdidas ‎humanas pero el número de muertos ya es muy elevado. ‎

El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, anuncia su intención de continuar la ofensiva hasta la ‎victoria, o sea hasta recuperar el Alto Karabaj, y cuenta con el apoyo del presidente turco, Recep ‎Tayyip Erdogan. Pakistán también ha expresado su respaldo a Azerbaiyán pero niega haber ‎enviado soldados al Alto Karabaj. De hecho, todos los países miembros del Consejo de ‎Cooperación de los Estados de Habla Túrquica han expresado su apoyo al «Pueblo de los ‎Dos Estados» (Azerbaiyán y Turquía).



Del lado armenio, el apoyo de la diáspora armenia en Occidente ha creado un consenso internacional de ‎condena contra la ofensiva azerbaiyana –aunque el gobierno de Bakú dice no haber atacado el ‎Alto Karabaj. A la cuestión de la autoproclamada República de Artsaj se agrega la de Armenia. ‎Aunque es notorio que soldados armenios participan en los combates, hasta ahora no parece que ‎las hostilidades se hayan extendido al territorio de la República de Armenia. ‎

En el plano diplomático, el Grupo de Minsk de la OCDE –copresidido por Estados Unidos, Francia ‎y Rusia– emitió inútilmente varios llamados al cese de las hostilidades, después de haberse ‎mantenido inactivo desde su creación, en 1992. Actualmente acaba de organizar una mediación ‎en Ginebra, aunque sin participación de Armenia. ‎

En cuanto a la posición de Francia, aunque este país es copresidente del Grupo de Minsk, París ‎sigue enfrentándose a Ankara en todo tipo de temas –desde la delimitación de las zonas de ‎exclusividad económica en el Mediterráneo hasta la situación en Libia y pasando por el tema del ‎laicismo en la sociedad. Sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron trata de ‎no abordar la cuestión de la ocupación turca en Chipre, en Irak y en Siria, a pesar de que estos ‎últimos asuntos mucho más importantes que los anteriores. Francia ha llegado incluso a exigir ‎explicaciones de Turquía sobre el traslado de los yihadistas del llamado «Ejército Sirio Libre»… ‎que París creó, armó y dirigió en su momento utilizándolo contra la República Árabe Siria. ‎

Las potencias medias evitan a toda costa tomar partido, en la medida en que casi todas ‎prefieren no enemistarse con un poderoso Estado petrolero solo por parecer apoyar a ‎los armenios. Sin embargo, debido al pasado genocida del Estado turco –pasado que Turquía ‎sigue negando– será moralmente imposible seguir callando por mucho tiempo. Antes de que ‎se pronunciara Qatar –país que alberga una base militar turca–, el secretario general de la Liga ‎Árabe condenó a Turquía. Y Siria también lo hizo a través del presidente Bachar al-Assad, quien ‎aprovechó la ocasión para recordar los crímenes de Ankara contra el pueblo sirio.

En conclusión, la probable derrota de la República de Artsaj y la posible masacre de sus habitantes ‎parecen cada vez más cercanas, Estados Unidos sigue aparentando mantenerse neutral, los ‎países occidentales y los árabes apoyan a Armenia y sólo los Estados turcoparlantes respaldan ‎abiertamente a Azerbaiyán y Turquía.

 ‎

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente turco, ‎Recep Tayyip Erdogan, se reunieron el 5 de octubre de 2020 en la residencia presidencial de ‎Ankara. Pero, ¿son aliados o adversarios?
 ‎

La hipótesis de la trampa

‎Se mantiene en pie la hipótesis de una trampa montada por Washington para que el presidente ‎turco Erdogan cometa un error fatal para él, como sucedió en su momento con el presidente ‎iraquí Saddam Hussein. Vale la pena recordar que en 1990-1991, April Gaspie, la embajadora de ‎Estados Unidos en Irak, dio luz verde a la invasión de Kuwait, que 5 meses después fue objeto ‎de una condena unánime en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual dio paso a la Operación ‎Tormenta del Desierto. Por ahora, sólo han pasado dos semanas desde el inicio de los ‎hostilidades en el Alto Karabaj. ‎

Fue difícil transformar la imagen del presidente Saddam Hussein en solo meses. Saddam Hussein ‎había sido agente de la CIA –reclutado en su juventud, mientras hacía sus estudios. Había ayudado ‎en una intentona golpista de la Hermandad Musulmana en Siria, a pedido de los países ‎occidentales. Había dirigido una larga guerra contra Irán, también a pedido de Occidente, y ‎se creía indispensable para sus padrinos. Así que Washington publicó documentos para ‎demostrar que había asesinado u ordenado asesinar a varias personas de su entorno. Pero eso ‎no era suficiente, había que convertir al déspota oriental en culpable de crímenes en masa. En ‎ese proceso fue crucial el falso testimonio de una falsa enfermera kuwaití ante el Congreso de ‎Estados Unidos para “demostrar” que, por orden del tirano, el ejército iraquí sacaba recién ‎nacidos prematuros de sus incubadoras para dejarlos morir cruelmente. ‎

En el caso de Azerbaiyán todo será más fácil. Bastará con desenterrar las pruebas del genocidio ‎perpetrado contra los armenios –un hecho histórico que los turcos siguen negando– para ‎convencer a la opinión público de que existe un serio riesgo de que se perpetre una nueva ‎masacre, sobre todo cuando el mundo ya sabe que la catedral de Shusha ha sido blanco de ‎‎2 misiles de alta precisión. Azerbaiyán dice no haber disparado esos misiles, lo cual pudiera ser ‎cierto, implicando entonces que haya un tercero que maneja los hilos del conflicto. ‎De comprobarse la implicación de Bakú en esa violación del derecho internacional humanitario, ‎la intención genocida del acto sería imposible de ignorar, dado el precedente del genocidio ‎perpetrado contra los armenios en 1894-1895 y desde 1915 hasta 1920, organizado precisamente ‎a causa de la religión de esa población.


‎Seis horas de negociaciones en Moscú para… 5 minutos de alto al fuego.

Se cierra la trampa

En un esfuerzo por evitar la agravación del conflicto, el presidente ruso, Vladimir Putin, organizó –‎el 9 de octubre en Moscú– una negociación entre los ministros de Exteriores de Azerbaiyán y ‎Armenia, enviando además su primer ministro a Ereván. Al cabo de 6 horas de negociaciones, ‎las partes firmaron un alto al fuego para las 12 del día del 10 de octubre. El acuerdo estipulaba ‎intercambios de prisioneros y de restos mortales entre las partes y la reanudación de ‎negociaciones de paz bajo la égida del Grupo de Minsk de la OSCE. ‎

Antes de la entrada en vigor del alto al fuego hubo un intenso bombardeo artillero contra la ‎pequeña ciudad de Hadrut, cuya reconquista había sido apresuradamente proclamada desde Bakú. También hubo un gran ataque con uso de drones cuyo objetivo era, ‎evidentemente, consolidar en el último momento las posiciones conquistadas. ‎

En definitiva, el alto fuego duró… 5 minutos. A las 12:05 horas, Azerbaiyán arremetía ‎nuevamente contra la ciudad de Hadrut. ‎

Según la parte armenia, Azerbaiyán bombardeó entonces la ciudad de Kaplan, en territorio de la ‎República de Armenia. Si esto quedara demostrado, la Organización del Tratado de Seguridad ‎Colectiva (OTSC) debería intervenir en defensa de la República de Armenia. Rusia debería ‎demostrar la implicación de Turquía –implicación de la que nadie duda– para poner a la OTAN en ‎un dilema: apoyar a Turquía –y desatar la Tercera Guerra Mundial– o sacar a Ankara de la alianza ‎atlántica.


Dado el hecho que prácticamente todos los miembros de la OTAN ya encuentran insufrible al ‎presidente turco Erdogan, este personaje debería convertirse entonces en el nuevo enemigo ‎público número 1. ‎


Pero también es posible que las cosas sean todavía más complicadas. La propaganda ‎internacional de la parte azerbaiyana está actualmente en manos del Nizami Ganjavi ‎International Center, que actúa bajo el control de la OTAN

No está de más recordar que ‎Washington ya ha tratado de derrocar –incluso de asesinar– al presidente Erdogan y que, al mismo tiempo, el ‎ejército turco sigue siendo un valiosísimo componente para la alianza atlántica. ‎


Thierry Meyssan

¿Por qué se protege a Azerbaiyán en la guerra de Nagorno-Karabaj? El verdadero rostro del clan Aliyev

AddToAny