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25 julio 2020

Estados Unidos: Política, religión y racismo "igualitario".


Primera Parte 

Los "Hermanos Cristianos" en los Estados Unidos

Por Tito Andino U.

En la segunda parte de esta entrega daremos revista a una interesante ponencia de Thierry Meyssan, sobre política y religión, "Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎". Sin embargo, es necesario previamente puntualizar algunas cuestiones de fondo que no enfoca el artículo del internacionalista francés. En los Estados Unidos existe un grupo de “hermanos” de la más recalcitrante derecha fundamentalista cristiana que conserva una simbiótica relación con la ideología hitleriana y que, incluso, controla el fundamentalismo islámico. (El tema ampliado puede consultarse AQUÍ).

El vínculo se da a través de contactos políticos al más alto nivel, negocios petroleros, transnacionales, banca internacional, tráfico de drogas, blanqueo de dinero. Nos referimos, naturalmente, a la "Hermandad Musulmana" y su alianza con los Fundamentalistas Cristianos de Norteamérica

En realidad a estos grupos de poder no les interesa para nada la religión, se valen de ella. Su único amor y religión es el dinero y el Poder. A la “masa sucia” nos tienen enfrentados entre musulmanes, cristianos y judíos - “guerra de civilizaciones”- lo llaman.  No obstante, hay gente del Poder estadounidense, entre los "Puritanos" y "Evangélicos" que se creen a pie juntillas las profecías y mensajes mesiánicos. 

Esos ´Hermanos´ fundamentalistas cristianos integran la "Fellowship Foundation” (también conocida como “The Fellowship Brotherhood”). ¿Conoce usted quién organiza cada mes de febrero, desde hace más de medio siglo, el “Desayuno Nacional de la Oración”, en Washington D.C., al que suelen concurrir miles de políticos, hombres de negocios y religiosos, donde “oran”, junto al presidente de los Estados Unidos y adornándose, además, con una bonita retórica política?. Si, exacto, es la "Fellowship Foundation", sombría y poderosa multinacional fundada en 1935 por un inmigrante noruego y predicador metodista, pro-nazi, Abraham Vereide. 


Y aunque parezca contradictorio, dentro de la "Fellowship" no hay solo  puritanos y protestantes evangélicos, destacan católicos conservadores, judíos ortodoxos, judíos seglares neoconservadores, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, todos son activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios. 


Febrero 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.

Conforme analizó el afamado investigador Daniel Estulin (en su libro "Los señores de las sombras"), la "Fellowship Foundation" es una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. 

Los multimillonarios industriales, los ricos empresarios, los políticos conservadores, los cristianos de derecha y los manipuladores religiosos de masas de la más baja ralea, conforman una confabulación llamada simplemente “La Familia”. Manipulan la opinión pública e influyen en el gobierno de los Estados Unidos, si es que no lo controlan en su casi totalidad. Tienen su Central en Arlington – Virginia, todos los miembros de la “Familia” son soldados del ejército de Dios y se llaman “hermanos en Jesús”. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, ésta organización cuasi clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense.

A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. Un ejemplo: El “Hermano” Jerry Boykin, ex jefe militar de Inteligencia de la Secretaria de Defensa en el Pentágono, manifestó repetidamente ante grupos cristianos que el presidente George W. Bush fue elegido por Dios para dirigir la lucha global contra Satanás.

Existen personas dentro de estas organizaciones que literalmente quieran convertir la Tierra en un infierno (guerra convencional y nuclear). El fundamentalismo cristiano “anhela” la llegada del ‘Fin de los Tiempos´, están más activos que nunca. Algunos son posmilenaristas, creen que Jesús no regresará hasta que pasen mil años de dominio cristiano en la Tierra. El deseo de un reino milenarista no es nada nuevo en la historia. Hitler planeaba un “Reich de mil años” en el planeta. De hecho, el reino del “milenio” no es ninguna casualidad estrambótica.

Así como los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿pueden hacer lo mismo los fundamentalistas cristianos y charlatanes milenaristas?. Sí. Respecto a ese extraño vínculo entre la derecha estadounidense, la ‘Hermandad Musulmana’ y el fundamentalismo Cristiano nos remitimos a nuestro trabajo sobre la "Hermandad Musulmana" (nota a pie de página).

Esa ideología (no debe ser vista como creencia religiosa) ha logrado que la población devota acepte como algo irremediable "su" destino. El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la Fé, solo puede llevarnos al camino de la autoinmolación. La cuestión es, ¿quién es más peligroso? El yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos o, ¿el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'?

Del libro “El Legado Mesiánico”, de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln (autores del clásico “El enigma Sagrado") resumimos que el moderno fundamentalismo de Norteamérica se origina en el puritanismo del siglo XVII. Su concepción: Hay gente “elegida” que se complace en tener un “pacto” especial con Dios. Entre los “elegidos” se incluyen aquellos personajes que son hoy venerados como “Padres Fundadores” de los Estados Unidos. En este caso, el cristianismo pasó a ser sinónimo de los valores de la Norteamérica conservadora.






Ronald Reagan como presidente de los Estados Unidos junto a sus amigos fundamentalistas calificaron a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal”, en el estricto sentido religioso y no metafórico. Para Reagan y otros de su especie, el “anticristo” era la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan están convencidos que la ideología del Armagedón fue la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan en relación con la URSS. Los fundamentalistas de la era Reagan pensaban que estaban en guerra contra el “anticristo”, encarnado en el comunismo (todavía hay políticos insensatos de la derecha española que se desagarran la camisa públicamente para "evitar" la llegada del "comunismo").

En 1980, durante la campaña para ser nombrado candidato de su partido a la presidencia, Ronald Reagan, en una entrevista que le hicieron en la televisión, dijo: «Puede que seamos la generación que verá el Armagedón».  Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvo al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio (Megido, actual Israel). Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (la URSS, ahora tiene que ser algo diferente) luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). 


Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano, los Estados Unidos, es decir, “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá la partida. Y, con una ligera variante, es la misma ideología que difundieron los "revisionistas" neo-nazis ultracatólicos, "Traian Romanescu" y Salvador Borrego.

Pero eso no es todo. Existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica:

Si te arrepientes ahora, si concientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, “se le ahorrará toda la carnicería transportándolo a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»” (Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln: “El Legado Mesiánico”).


El peligro consiste en que, algunos de estos modernos fundamentalistas norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Ronald Reagan. 


El presidente Trump y el vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldan al actual mandatario.

Esta clase de personas se han resignado, para ellos el Apocalipsis es inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.


Concluyen los afamados investigadores que, 


Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elisios, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -comoquiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo”.


Según un comentario en la red social Timblr, a esta lista le faltó agregarse un "pinchazo teocrático de cristofascista". El actual vicepresidente de los Estados Unidos es un devoto cristiano evangélico que anhela la presidencia. Los votos de esta comunidad son decisivos en cualquier elección. Por ejemplo, si usted aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, usted no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declara atea, sino pregunten a Mr. Trump. Es la famosa e hipócrita ideología estadounidense del "puritanismo".


Segunda Parte

Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎

por Thierry Meyssan


Las reacciones ante el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un ‎policía blanco no tienen nada que ver con la historia del esclavismo en Estados Unidos ‎sino más bien –al igual que la oposición del establishment contra el presidente ‎Trump– con un problema de fondo de la cultura anglosajona: el fanatismo puritano. ‎Para entender los acontecimientos actuales en Estados Unidos es importante recordar ‎la extrema violencia interna que sacudió ese país durante las dos guerras civiles ‎estadounidenses: la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. Pero, ¡cuidado! ‎Lo que la clase política estadounidense predica ahora es un racismo igualitario. Dicho de otra manera: todos iguales… pero separados.



Esto podría ser un cartel humorístico pero por desgracia es un eslogan puritano que debe ‎interpretarse en su sentido más literal. “Black Men are an endangered species”, es decir, “Los ‎hombres negros son una especie en peligro de extinción”.‎

Los Puritanos anglosajones
En 1609, alrededor de 400 fieles de la iglesia inglesa huyeron de su propio país, donde eran ‎considerados fanáticos extremistas, y se refugiaron en la ciudad holandesa de Leiden, donde ‎pudieron vivir según la tradición calvinista, o más exactamente según la interpretación puritana del ‎cristianismo. Probablemente a pedido del rey Jacobo I, enviaron a América dos grupos para ‎luchar allí contra el imperio español. El primer grupo fundó lo que se convertiría en los ‎Estados Unidos de América y el segundo se perdió en Centroamérica. ‎

Posteriormente, los puritanos tomaron el poder en Inglaterra, a través de Oliver Cromwell, ‎decapitaron al rey papista Carlos I, instauraron una República igualitaria (el Commonwealth) y ‎colonizaron Irlanda perpetrando allí grandes masacres contra los católicos. Aquella experiencia ‎sanguinaria fue de corta duración y desacreditó por largo tiempo para los ingleses la noción del ‎Interés General (la Res Publica, expresión latina que da origen a la palabra República).‎

Los 35 Pilgrim Fathers (Padres Peregrinos) zarparon de Leiden a bordo del barco Mayflower, hicieron escala en Inglaterra y ‎cruzaron el océano. Llegaron a Norteamérica en 1620 para ‎practicar allí su religión con toda libertad. Durante su viaje a bordo del Mayflower habían ‎firmado un pacto en el que juraban crear una sociedad modelo –de estricto respeto a la paz y el ‎culto calvinista, vida comunitaria intensa, disciplina social y comportamiento moral estrictos. ‎Crearon la Colonia de Plymouth con la esperanza de construir la «Nueva Jerusalén», después de ‎haber huido del «Faraón» (el rey Jacobo I) y de haber cruzado el «Mar Rojo» (en realidad el ‎Océano Atlántico). Al cabo de un año, organizaron una ceremonia de agradecimiento a Dios por haberlos guiado en su epopeya, celebración que aún se realiza anualmente bajo la denominación ‎de Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) [1]. ‎

Aquellos puritanos, que establecieron su capital en Boston, a 60 kilómetros de Plymouth, ‎imponían a sus mujeres el uso de velo y practicaban las confesiones públicas y los castigos ‎corporales. ‎

En el logo de la poderosísima Pilgrim’s Society, la figura del Padre Peregrino aparece junto al león británico y el águila estadounidense.

Esos hechos no son simples mitos que todo estadounidense debe conocer, son parte integrante ‎del sistema político imperante en Estados Unidos

De los 45 presidentes que han pasado por la ‎Casa Blanca, ocho –entre ellos los Bush– son descendientes directos de los 35 «Padres ‎Peregrinos». A pesar de la llegada de decenas de millones de inmigrantes a Estados Unidos y de ‎las apariencias institucionales, la ideología de los puritanos se mantuvo en el poder durante ‎‎cuatro siglos, hasta la elección de Donald Trump. Un club extremadamente cerrado, la Pilgrim’s ‎Society, reúne –bajo la autoridad de la reina de Inglaterra– a muy altas personalidades británicas ‎y estadounidenses. La Pilgrim’s Society instauró la Special Relationship (Relación Especial) ‎entre Londres y Washington, llegando incluso a designar numerosos secretarios y consejeros ‎durante la presidencia de Barack Obama. ‎

Numerosas ceremonias que debían realizarse este año por los 400 años del Mayflower fueron ‎anuladas debido a la lucha contra la epidemia de Covid-19, entre ellas una conferencia que un ‎ex consejero británico de seguridad nacional iba a pronunciar ante la Pilgrim’s Sociey. Las ‎malas lenguas dicen que la epidemia “terminará” al día siguiente de la elección presidencial… si Trump ‎la pierde, para que ese resultado pueda festejarse. ‎

Entre los cristianos estadounidenses existen dos culturas opuestas: la de los calvinistas ‎o puritanos y la de los católicos, anglicanos y luteranos. Algunas de las 800 iglesias existentes ‎en Estados Unidos se definen resueltamente como pertenecientes a una de esas culturas, que ‎sin embargo existen simultáneamente dentro de la mayor parte de las iglesias estadounidenses ‎ya que el puritanismo carece de corpus teológico definido. Es más bien una forma de pensar. ‎

La Guerra de Independencia de Estados Unidos comenzó en 1773, con el “Motín del Té” (Boston ‎Tea Party). El protagonista de aquel acto de protesta tuvo como abogado defensor a John Adams, ‎otro descendiente directo de uno de los 35 “Padres Peregrinos” y más tarde segundo presidente de ‎Estados Unidos. El llamado a la independencia fue lanzado por el periodista político Thomas ‎Paine, quien no dudó en esgrimir argumentos religiosos, que él mismo no creía ni remotamente. ‎

De cierta manera, la Guerra de Independencia de Estados Unidos es la prolongación, en el ‎nuevo continente, de la Guerra Civil británica que había lidereado Oliver Cromwell. Aquel ‎conflicto resurgirá una vez más, nuevamente en Estados Unidos, con la Guerra de Secesión. En ‎este punto no está de más recordar que la Guerra de Secesión estadounidense no tuvo nada que ‎ver con el esclavismo –al inicio de la guerra, ambos bandos lo practicaban y también ambos ‎bandos lo abolieron durante el conflicto para enrolar a los antiguos esclavos en sus ejércitos. ‎

En Inglaterra, los puritanos fueron derrotados con la República de Oliver Cromwell, pero en ‎Estados Unidos ganaron la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. El historiador Kevin ‎Phillips, consejero electoral del presidente republicano Richard Nixon –también descendiente de ‎un hermano de uno de los 35 Padres Peregrinos– estudió a fondo este conflicto que ya tiene ‎siglos de duración [2]. Fue así como concibió la estrategia de «la Ley y el Orden» ‎ante el demócrata segregacionista George Wallace durante la elección presidencial de 1968, ‎estrategia que Donald Trump reedita para la elección de 2020. ‎

Todo lo anterior demuestra que las apariencias son engañosas. Las líneas que definen a ‎los bandos no están allí donde todos creen.

- Los puritanos siempre han defendido la igualdad absoluta… pero sólo entre cristianos. Durante ‎mucho tiempo prohibieron el acceso de judíos a los cargos públicos y masacraron a los indios a los que tanto ‎decían amar. Durante la Guerra de Secesión extendieron su igualitarismo a los negros –pero en ‎África austral los puritanos defendieron el apartheid hasta el último momento– dando lugar así al ‎mito que presenta la Guerra de Secesión estadounidense como una guerra antiesclavista. Hoy en ‎día, defienden la idea según la cual la humanidad se divide en razas iguales pero que deben vivir ‎preferentemente separadas y siguen siendo reticentes a lo que llaman «matrimonios ‎interraciales».

- Los puritanos ponen la mentira en el lugar más bajo de su escala de valores. No la consideran ‎una astucia sino siempre como el peor de los crímenes, más grave incluso que el robo y el ‎asesinato. En el siglo XVII castigaban con latigazos el hecho de mentir a un pastor, sin importar ‎la causa de la mentira, así como aún existen leyes estadounidenses que castigan duramente ‎el hecho de mentir a un funcionario federal, sin importar los motivos. ‎

El evangelismo estadounidense

Con el tiempo, sobre todo en el siglo XIX, surgió otra corriente de pensamiento en el seno del ‎cristianismo estadounidense: el evangelismo. Se trata de cristianos de todas las denominaciones ‎que tratan de acercarse al cristianismo original, sobre el cual en realidad no saben ‎prácticamente nada. Por consiguiente, lo que hacen es recurrir ciegamente a los textos sagrados. ‎Al igual que los puritanos, los evangélicos son fundamentalistas, lo cual significan que toman las ‎Escrituras al pie de la letra, como palabra divina, negándose a toda contextualización de los ‎textos. Pero son mucho más pragmáticos que los puritanos ya que tienen una posición de principio ‎sobre todos los temas pero, ante una situación precisa no actúan en función de reglamentos ‎comunitarios sino según su conciencia. ‎

Es fácil burlarse de las absurdas opiniones de los evangélicos contra la teoría de la evolución, pero ‎no se trata de algo fundamental –ellos mismos dejan de lado ese rechazo cuando les parece ‎necesario. Resulta en cambio mucho más importante denunciar la visión puritana de una ‎humanidad dividida en razas diferentes, iguales pero separadas, visión que desgraciadamente casi ‎nadie critica a pesar de sus graves consecuencias cotidianas. ‎

Los puritanos controlaron la política estadounidense hasta 1997, cuando el presidente libertino ‎Bill Clinton prohibió por decreto toda expresión de fe religiosa en las instituciones federales. ‎El resultado fue que la religión se desplazó de la administración hacia el sector privado. Todas ‎las grandes empresas acogieron grupos de plegaria en sus lugares de trabajo. Ese desplazamiento ‎favoreció la aparición pública de los evangélicos en detrimento de los puritanos. ‎

Durante los disturbios frente a la Casa Blanca, el presidente Trump fue ‎a pie hasta la iglesia episcopal Saint John’s para presentarse, Biblia en mano, como el defensor ‎de las convicciones religiosas de todos los cristianos ante el fanatismo de los puritanos.
El regreso del fanatismo puritano
El conflicto entre los puritanos y el resto de la sociedad vuelve a tomar hoy un cariz radical y ‎religioso. En ese conflicto se enfrentan dos mentalidades. Una es idealista, igualitaria –pero en el ‎seno de cada comunidad– y fanática. La otra, a veces más extravagante, comulga con las ‎desigualdades pero es realista. ‎

Después de su fracaso en la última elección presidencial, la puritana Hillary Clinton se planteó la ‎posibilidad de hacerse pastor metodista [3]. Hillary Clinton considera que pecó mucho ‎‎(mantuvo una relación extramarital), Dios la castigó (con la relación de su esposo Bill Clinton con ‎Mónica Lewinsky), pero ella supo hacer acto de contrición (en el seno del influyente grupo de ‎plegaria del Pentágono conocido como The Family [4]) y Dios la redimió. Está convencida de que cuenta con el favor de Dios, se enorgullece de la violencia que ella misma ‎desató contra los pueblos no cristianos, apoya todas las guerras contra los «enemigos de ‎América» (léase de Estados Unidos) y espera ver el regreso de Cristo. 

Donald Trump, por el contrario, no manifiesta ningún interés por la teología, su conocimiento de ‎la Biblia es aproximativo y su fe se limita a lo estrictamente necesario. Considera que ha pecado tanto ‎como cualquier otro pero, en vez de dedicarse a exhibir muestras públicas de arrepentimiento ‎prefiere hablar de logros. Trump duda de sí mismo y compensa su sentimiento de inferioridad ‎mostrando un ego desmesurado. Le encanta la rivalidad con sus enemigos pero sin pretender ‎aniquilarlos. El hecho es que, en vez de pretender continuar guerreando en todas partes, Trump ‎encarna la voluntad de restaurar la grandeza de Estados Unidos («Make America Great Again!»), ‎lo cual lo convierte en ídolo de los evangélicos contra los puritanos. Y además ofrece a ‎los cristianos la opción de reformarse a sí mismos en lugar de tratar de convertir al mundo ‎entero. ‎

Mientras se desarrollaba la campaña electoral de 2016, yo llegué a plantear una interrogante: ‎‎“Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?” [5]. Opinaba que sólo Donald Trump podía permitir que Estados Unidos siguiese siendo ‎una nación, mientras que Hillary Clinton provocaría una guerra civil y probablemente la disolución ‎del país, en un fenómeno similar al fin de la URSS. Lo que está sucediendo desde la muerte del ‎ciudadano negro George Floyd demuestra que no estaba equivocado. ‎

Hillary Clinton durante la campaña electoral previa a la elección ‎presidencial estadounidense de 2016.

Los partidarios de Hillary Clinton y del Partido Demócrata imponen su ideología. Luchan contra ‎la mentira y destruyen monumentos con el mismo fanatismo conque sus antecesores puritanos ‎quemaban a las “brujas” de Salem. Desarrollan una lectura absurda de su propia sociedad, niegan ‎los conflictos sociales e interpretan las desigualdades únicamente en función de la supuesta ‎existencia de razas humanas diferentes. Desarman los departamentos de policía locales y obligan ‎a las personalidades «blancas» a pedir perdón públicamente por gozar de un privilegio invisible. ‎

En el caso de la supuesta «trama rusa», el fin de los procesos judiciales contra el general ‎Michael Flynn, el efímero primer consejero de seguridad nacional del presidente Trump, y el perdón ‎presidencial concedido al ex consejero de Trump, Roger Stone, han suscitado airadas protestas ‎de parte de los puritanos. Ninguno de esos dos personajes había hecho daño a alguien… pero ‎se atrevieron a mentirle al FBI para mantenerlo alejado de la Casa Blanca. ‎

El alcalde de Minneapolis –la ciudad donde fue asesinado George Floyd– fue humillado en público ‎porque se negaba a disolver la policía municipal, acusada de ser «racista». En Seattle, el ‎consejo municipal acaba de ordenar un drástico recorte del presupuesto de la policía municipal, ‎lo cual no molesta a las clases sociales altas –que viven en residencias protegidas por empresas de seguridad ‎privadas– pero priva de protección pública a quienes no pueden darse el lujo de recurrir a tales ‎empresas de seguridad. ‎

La agencia Associated Press y después el New York Times y Los Angeles Times –pronto ‎lo harán seguramente casi todos los medios estadounidenses– decidieron comenzar a escribir la ‎palabra “Negro” (Black) con mayúscula cuando se refiere a la «raza» (sic) [6], pero no harán lo mismo con la palabra “blanco” (white) porque escribir ‎‎“Blanco” (White) con mayúscula es costumbre arraigada entre los supremacistas blancos ‎‎ [7].‎

El Pentágono se planteó rebautizar las bases militares que portan nombres de personalidades ‎históricas sudistas señaladas como «racistas» y todo el personal civil y militar del US Army (el ‎ejército terrestre) recibió un correo electrónico que denunciaba como «de extrema derecha» ‎sostener que sólo existe una raza humana única –lo cual está científicamente demostrado, ‎aunque en el correo electrónico se dice que es una mentira [8]. Esas iniciativas dieron lugar a una ‎enérgica reacción de parte de la tropa, esencialmente partidaria de Trump, y acabaron ‎fracasando pero indican la existencia de una escalada muy peligrosa. ‎

Se trata de decisiones que muestran una pérdida de la racionalidad colectiva.




Notas:
[1] This Land Is Their Land: The Wampanoag Indians, ‎Plymouth Colony, and the Troubled History of Thanksgiving, David J. Silverman, Bloomsbury ‎Publishing, 2019).
[2] The Cousins’ Wars: Religion, Politics and the Triumph of Anglo-America, ‎Kevin Phillips, Basic Books, 1999.
[3] “Hillary Wants to Preach”, ‎Emma Green, The Atlantic, 6 de agosto de 2017.
[4] The Family: The Secret Fundamentalism at ‎the Heart of American Power, Jeff harlet, Harper Perennial, 2009).
[5] «Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de octubre ‎de 2016.
[6] «Racismo y antirracismo para manipular», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de ‎junio de 2020.
[7] Uppercasing ‘Black’, Dean Baquet y Phil ‎Corbett, The New York Times, 30 de junio de 2020.
[8] «El Ejército de Estados Unidos ‎contra Trump», Red Voltaire, 11 de julio de 2020.


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14 julio 2020

Srebrenica, 25 años después



Introducción del editor del blog

Hoy traemos un doble reportaje. Al conmemorar 25 años de la supuesta masacre de Srebrenica en la ex Yugoslavia, que desembocó posteriormente en "clamores" internacionales para juzgar a los criminales de guerra. Por cierto, se debe dejar sentado que serbios, croatas y bosnios han sido acusados y procesados por crímenes de guerra, no siendo exclusividad de los "malos" serbios que aspiraban conservar la unidad de Yugoslavia. 

Lamentablemente la opinión pública mundial, como es lo habitual, solo conoce la versión de la prensa atlantista. Fueron realmente Milosevic, Karadzic y Mladic culpables de ordenar una limpieza étnica?. Las evidencias siguen contradiciendose hasta con las sentencias emitidas por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Habían tantas milicias que actuaban por su cuenta y riesgo en los diferentes bandos en disputa que no podemos hablar de la existencia de un mando unificado.

Si planteamos el asunto en el plano jurídico, no existe la comprobación, conforme a derecho, de la responsabilidad penal de los acusados, es más, se ha cuestionado la veracidad de la magnitud de la masacre en Srebrenica. Han salido a luz documentos, testimonios y sobre todo, evidencia forense, que desestima la terrible carga de la acusación y eso es precisamente de lo que trata el estudio de hoy.


14 de julio 1995, miles de civiles buscan protección en las bases de la ONU en Srebrenica ante la ofensiva serbia.


RECORDATORIO: El 24 de marzo de 2016, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), determinó que el fallecido presidente serbio Slobodan Milosevic no era responsable de los crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Bosnia 1992-1995. Ese impresionante fallo, dentro del juicio a Radovan Karadzic, ex lider serbo-bosnio (condenado) concluyó por unanimidad que Milosevic no era parte de una "empresa criminal conjunta" para victimizar a los musulmanes y croatas durante la guerra de Bosnia. Los jueces no fueron convencidos de una presunta evidencia para vincularlo con un plan común de eliminar a bosnios musulmanes y bosnios croatas del territorio de Bosnia.

Lo que no debe quedar en duda es que todas las partes implicadas en la guerra bosnia se involucraron a su cuenta y riesgo en una aparente "limpieza étnica". Tampoc debe subestimarse la presencia de actores foráneos, la llegada de grandes contingentes de combatientes yihadistas trasladados a Bosnia tenía un objetivo político, utilizar la fe de una mayoria de serbio bosnia musulmana en contra de Belgrado. 



Desfile de muyahidines en Zenica - Bosnia, provenían en su casi totalidad de países musulmanes cobijados bajo la bandera de la Hermandad Musulmana, los "Hermanos Musulmanes" son el brazo político del yihadismo y la infantería encubierta dea que se valen los EEUU y la OTAN para sus guerras en el mundo islámico.


Quedó demostrado en la sentencia a Karadzic que Milosevic veló para que "los miembros de otras naciones y grupos étnicos sean protegidos", "el interés nacional de los serbios no es discriminación", manifestó y que "las acciones criminales tenían que ser combatidas con decisión". El Tribunal Penal señaló que Milosevic no formó parte de una empresa criminal conjunta, por el contrario, Milosevic condenó la limpieza étnica por grupos nacionalistas serbios. Quedó sentado en sentencia que existió un claro distanciamiento entre los serbo-bosnios y el gobierno de Belgrado, los primeros se negaron aceptar el Plan Vance-Owen, con el que estaba de acuerdo Milosevic ya que era necesario poner fin a la guerra.

Slobodan Milosevic fue vilipendiado por toda la prensa occidental y prácticamente por todos los políticos en los países de la OTAN. Lo llamaron "el carnicero de los Balcanes", lo compararon con Hitler y le acusaron de genocidio. Milosevic "demonizado" aparecía como un monstruo sediento de sangre, utilizaron esa falsa imagen para justificar no sólo las sanciones económicas contra Serbia, sino también el bombardeo de la OTAN en 1999 de Serbia y la guerra de Kosovo. Milosevic tuvo que pasar los últimos cinco años de su vida en prisión defendiéndose a sí mismo y a Serbia de acusaciones falsas de crímenes de guerra y genocidio en Bosnia.



Por esa razón la sentencia pasó casi desapercibida para el mundo, el  TPIY no hizo nada para dar a conocer el hecho de que habían limpiado el nombre de Milosevic. Enterrados en 2590 páginas de sentencia (contra Karadzic), saber que la página 1.303, es vital para la historia, ya que la mayoría de la gente nunca lo leerá. El presidente del tribunal en el juicio a Radovan Karadzic, O-Gon Kwon,  de Corea del Sur, era uno de los jueces en el juicio a Slobodan Milosevic. 

El reporte completo sobre esa sentencia y documentos anexos puede leerlo AQUÍ

t. andino

***

Parte I

25 aniversario de la gran mentira de la masacre de Srebrenica que no morirá

Por Stephen Lendman
Título original en inglés:
25th Anniversary of the Srebrenica
Massacre Big Lie that Won´t Die.

Grandes mentiras y engaños sobre lo que sucedió en Srebrenica hace una generación fueron parte de la violación de Yugoslavia en la década de 1990 por la copresidencia de Clinton y la máquina de matar de la OTAN.

Los eventos de esa época fueron y siguen siendo uno de los grandes crímenes de la historia: matar a una nación para avanzar en los objetivos imperiales de Estados Unidos, una política de tierra arrasada para transformar a todos los países en estados vasallos de EE. UU., junto con el control de sus recursos y poblaciones.

La narración oficial de lo que sucedió en Srebrenica reinventó la realidad, una especialidad occidental de larga data liderada por los Estados Unidos.

Grandes mentiras y engaños suprimieron la verdad y la revelación completa. Repetido por los medios del establishment, la mayoría de las personas hasta el día de hoy no son más sabias.

Los acontecimientos de los años 90 culminaron en una guerra preventiva total contra Yugoslavia del 24 de marzo al 10 de junio de 1999, 78 días de bombardeos terroristas liderados por Estados Unidos. Como todas las guerras, lo que sucedió se basó en grandes mentiras y engaños.

La llamada Operación "Noble Anvil" (Yunque Noble) fue un acto de infamia contra la ex Yugoslavia y su gente. Las afirmaciones sobre querer contrarrestar el objetivo de Slobodan Milosevic de una "Gran Serbia" fueron falsificadas.

Los objetivos de los Estados Unidos fueron y siguen siendo que el país sea balcanizado para un control más fácil, su liderazgo legítimo reemplazado por un gobierno títere pro occidental. Milosevic quería evitar la desintegración de Yugoslavia. Quería serbios minoritarios protegidos. Quería paz, estabilidad y relaciones de cooperación con Occidente, no la guerra.

La agresión liderada por Estados Unidos reemplazó el socialismo de mercado de Yugoslavia con la dureza neoliberal pro occidental y su gente explotada.

En febrero de 1999, el llamado Acuerdo de Rambouillet fue el preludio de la guerra, un ultimátum que ningún líder responsable podía aceptar. Diseñado para el rechazo, era una demanda inaceptable de "tómalo o déjalo".

Efectivamente se ordenó a Milosevic que entregara la soberanía de la República Federal de Yugoslavia (RFY) a una fuerza de ocupación de la OTANExigió acceso sin trabas a su tierra, espacio aéreo y aguas territoriales, así como a cualquier área o instalación en el mismo.

Exigió a la Yugoslavia que permitiera a la OTAN operar libremente fuera de la ley federal. Exigirlo era indignante. El rechazo justificable de Milosevic se convirtió en un pretexto para la agresión liderada por Estados UnidosEn ese momento, el premio Nobel Harold Pinter denunció la violación de la soberanía de Yugoslavia. Sin decir palabras, calificó el bombardeo terrorista liderado por Estados Unidos y el desmembramiento del estado como "bárbaro (y despreciable), otra afirmación descarada y brutal del poder de los Estados Unidos, utilizando a la OTAN como su misil (para consolidar) la dominación estadounidense de Europa".



4 septiembre 1995. Bombarderos F-14 despegan del portaaviones Theodore Roosevelt para bombardear posiciones serbio-bosnias.


Durante 78 días, alrededor de 600 aviones realizaron cerca de 3.000 salidas de combate. Se arrojaron miles de toneladas de municiones, así como cientos de misiles de crucero lanzados desde tierra. Su ferocidad no tenía precedentes en ese momento: se atacaron sitios militares y no militares.

Los objetivos incluyeron plantas de energía, fábricas, instalaciones de telecomunicaciones y transporte, carreteras, puentes y líneas ferroviarias, depósitos de combustible, escuelas, una estación de televisión, la embajada de China en Belgrado, hospitales, oficinas gubernamentales, sitios religiosos, lugares históricos y más. En todo el país, los bombardeos terroristas destruyeron casi todo lo que tiene valor, innumerables números de civiles masacrados.




Se infligió un daño estimado de cien mil millones de dólares, el costo es mucho mayor en términos de dólares de hoy.

La contaminación ambiental fue extensa. Junto con la matanza masiva, dos millones de personas perdieron sus medios de vida, muchos de sus hogares, comunidades y futuro.

El líder serbio bosnio Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic fueron sometidos a juicios, ambos declarados culpables por la acusación.

El supuesto genocidio en Srebrenica fue más un mito que una masacre, una gran mentira que no moriráLas muertes fueron enormemente infladas. La Corte Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) se estableció para culpar a los serbios víctimas de crímenes de guerra perpetrados contra ellos.

Srebrenica era una base militar musulmana combinada con una "área segura" para refugiadosEl presidente serbio, líder de la República Federativa de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, quería que los serbios frenaran esa invasión.


Desde mucho antes, miles de refugiados y soldados bosnio-croatas huyeron hacia las líneas serbias ante las ofensivas musulmanas. La gráfica corresponde al 8 de junio de 1993


Antes de la supuesta masacre de julio de 1995, que alegó falsamente 8.000 muertes de musulmanes bosnios, las fuerzas musulmanas con sede en Srebrenica llevaron a cabo numerosos ataques en las aldeas serbias cercanasLos funcionarios musulmanes de Sarajevo retiraron a sus comandantes de Srebrenica, dejando a miles de soldados sin líderes.

Cuando las fuerzas serbias de Bosnia capturaron Srebrenica el 11 de julio de 1995, los civiles querían irse debido a las caóticas condiciones. Las mujeres y los niños fueron separados de los hombres para localizar a los autores de las redadas en las aldeas serbias y vengarse.

Solo fue detenido un pequeño número. Las presuntas víctimas de Srebrenica reflejan un acto de mentira y medias verdades basadas en lo que se sabe: la realidad se ha omitido en las cuentas oficiales y principales de los medios hasta el día de hoy.

El número de 8.000 incluía la estimación de la Cruz Roja basada en 3.000 "testigos" presuntamente detenidos por serbios de Bosnia, junto con otros 5.000 que la Cruz Roja dijo que "huyeron de Srebrenica", muchos hacia el centro de Bosnia.

Como se desprende huyeron por seguridad y no fueron asesinados. Años más tarde, los equipos forenses descubrieron 2.361 cuerpos donde se produjeron intensos combates, incluidos combatientes de ambos lados, no civiles masacrados.


12 junio 1996, expertos forenses de la ONU desentierran restos de una fosa común, se habló de 8.000 víctimas civiles asesinadas por los soldados serbo bosnios en julio de 1995, pero las cifras no concuerdan con los restos encontrados


(Sin desligar sus responsabilidades políticas y legales) Milosevic, Karadzic y Mladic fueron falsamente considerados culpables por la acusación. La injusticia fue y sigue siendo típica de cómo los EE. UU. y sus socios imperiales culpan a las víctimas por los crímenes cometidos contra ellos.

Milosevic no sobrevivió a la terrible experiencia, pereciendo por negligencia médica intencional, exonerado póstumamente cuando era demasiado tarde para importar. Yugoslavia balcanizada es una sombra de su pasado, su pueblo explotado y castigando por la dureza neoliberal es víctima del flagelo del imperialismo estadounidense.

Ahora revisemos, el lado legal del caso.



II parte

Los juicios del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) Srebrenica: la evidencia invisible



Stephen Karganovic
Tírulo original en inglés:
The ICTY Srebrenica Trials:
The Unseen Evidence
Proyecto Histórico Srebrenica 25 junio 2019


Srebrenica: 11 de julio de 1995. 
Hace veinticinco años.

Uno de los principales problemas probatorios que surgieron durante varios juicios de TPIY Srebrenica fue el derecho del acusado a realizar un examen independiente de la evidencia forense utilizada en su contra. 

Ese derecho existe de manera habitual en todos los juicios penales no políticos en todas las jurisdicciones legales civilizadas. Específicamente, ese es el derecho de los acusados ​​a verificar a los fines de su propia exoneración, así como en beneficio del tribunal, las supuestas identificaciones de ADN ofrecidas por la Fiscalía, que fueron proporcionadas por el Comité Internacional para Personas Desaparecidas (ICMP, por sus siglas en inglés).

El ICMP es una ONG fundada en 1996 bajo los auspicios de los Estados Unidos que hasta hace poco estaba operando en la ciudad bosnia de Tuzla

El Tribunal de La Haya se negó constantemente a emitir una citación a ICMP para producir sus muestras biológicas y ponerlas a disposición de los expertos forenses de defensa para su análisis independiente. Supuestamente, los gobiernos soberanos están sujetos a las citaciones del TPIY y pueden verse obligados a presentar pruebas físicas (Serbia en numerosos casos, Croacia en los registros de artillería de Gotovina fueron requeridos). Pero una ONG privada como ICMP aparentemente está por encima de todo eso. La razón de su inmunidad es el estatus otorgado a ICMP que solo puede describirse como exterritorial, elevándolo efectivamente a un nivel superior al de los gobiernos soberanos.

El TPIY logró crear la impresión de que unos 6.800 cuerpos recuperados de fosas comunes alrededor de Srebrenica habían sido identificados de manera concluyente por medio de una técnica de ADN "innovadora" ideada por el cuerpo que realizó el trabajo forense, la Comisión Internacional para Personas Desaparecidas. De hecho, la evidencia primaria de ADN nunca se compartió con el TPIY. El tribunal solo recibió un informe sobre el trabajo y las conclusiones del ICMP. La única información compartida fue en forma de impresiones de computadora. No se dieron detalles sobre la metodología del ADN o los pasos dados para prevenir la contaminación (un problema importante en el trabajo del ADN). Tampoco se aportaron pruebas de quienes habían realizado el trabajo.

Es un requisito mínimo de todos los sistemas de justicia genuinos que las personas acusadas y sus equipos de defensa tengan acceso a todas las pruebas en su contra. Esto permite a los acusados ​​que sus propios expertos verifiquen la evidencia científica para que los expertos en enjuiciamiento puedan ser interrogados en profundidad y los expertos en defensa puedan ser llamados para dar su evaluación de la evidencia. Esto no sucedió en ninguno de los procesos del TPIY. Pero en cada caso, el tribunal decidió tratar la evidencia de ADN como probada.


Una caricatura hace una parodia sobre los intentos de la OTAN para justificar los bombardeos sobre Yugoslavia en 1999, como necesarios y legítimos, según el secretario de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg, había que evitar una catástrofe humanitaria. Asesinatos legítimos?

Un documento independiente publicado sobre este tema reveló que el ICMP había recibido niveles de inmunidad sin precedentes en acuerdos separados con el Consejo de Ministros de Bosnia y Herzegovina (1998) y el Gobierno de Croacia (2002):

"El acuerdo de la Sede proporciona inmunidad para bienes, activos y personal del ICMP de "toda forma de proceso legal y administrativo, excepto en la medida en que en cualquier caso particular el ICMP haya renunciado expresamente a su inmunidad". También prevé la inviolabilidad e inmunidad de las instalaciones, propiedades y activos de ICMP contra "búsqueda, requisición, confiscación, expropiación y cualquier otra forma de interferencia, ya sea por acción ejecutiva, judicial, administrativa o legislativa". 

En la práctica, esto también significaba que las muestras y los perfiles biológicos se convirtieron en propiedad del ICMP como un medio para proteger la información y los datos de los testigos. Solo el ICMP podría decidir si la información se compartiría con las autoridades o no. El cumplimiento de las demandas judiciales, como una citación que obliga a la producción de material o la asistencia de testigos para dar evidencia, estaba sujeto a que el ICMP renunciara a su inmunidad. En otras palabras, el ICMP recibió el estatus diplomático como una operación de identificación humana técnica y científica. Para un laboratorio de ADN o identificación humana, esto no tenía precedentes".

No cabe duda de que ningún tribunal de justicia adecuado habría admitido las pruebas del ICMP sobre esta base.

Pero este fue solo uno de los problemas relacionados con el ICMP. Esta organización fue la creación unilateral del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, en 1996, cuando quedó claro que las primeras excavaciones de fosas comunes realizadas por la organización estadounidense, "Médicos por los Derechos Humanos", no habían dado los resultados esperados. Las fosas comunes identificadas por la inteligencia estadounidense, que Madeleine Albright dijo que contenían miles de cuerpos, no eran nada de eso. El ICMP, presentado como una nueva organización internacional, parecía ser la Comisión Musulmana para Personas Desaparecidas, una organización creada después de los Acuerdos de Dayton por el líder musulmán bosnio Alija Izetbegovic, con una junta de supervisión internacional (siempre presidida por un estadounidense) injertada en la parte superior. Los musulmanes bosnios siempre constituyeron más del 90% de la fuerza laboral del ICMP.

En segundo lugar, la premisa central que subyace a las investigaciones de fosas comunes del ICMP era una teoría dudosa concebida por el pequeño equipo de investigación del TPIY. 

La teoría era que, sin que nadie lo supiera, los serbios de Bosnia habían llevado a cabo una gran operación de encubrimiento entre agosto y noviembre de 1995 que había consistido en excavar los cuerpos de los musulmanes bosnios asesinados de sus tumbas originales, transportándolos a otros sitios dentro del área de Srebrenica y volver a enterrarlos con la esperanza de que no puedan ser descubiertos en las nuevas tumbas. A primera vista, esta teoría era risible. Excavar, transportar y volver a enterrar unas 500 toneladas de restos humanos en territorio montañoso al final de un verano muy caluroso no era algo que pudiera haber sido ocultado a la gran cantidad de personal de la ONU y de inteligencia que permaneció en el área. Tampoco podría haberse ocultado a los satélites estadounidenses y los drones geoestacionarios que Madeleine Albright le había dicho públicamente a la ONU el 10 de julio de 1995 que Estados Unidos "estará observando" cualquier cosa por el estilo. Al agotado ejército serbio de Bosnia tampoco le habría resultado fácil montar una operación encubierta de este tipo, especialmente porque carecían de gasolina.



Una razón más convincente para sospechar fue que, habiendo logrado muy pocas identificaciones en los primeros cuatro años más o menos después del final de la guerra de Bosnia, el ICMP de repente comenzó a hacer identificaciones a un ritmo nunca antes visto desde entonces. Esto fue sorprendente por varias razones, entre ellas el hecho de que, dado que no había registros de población para Srebrenica en tiempos de la guerra, el ICMP solo podía usar las listas no científicas creadas cuando el gobierno musulmán bosnio instó a las personas a presentarse para denunciar a familiares desaparecidos. Dado que muchos musulmanes bosnios fueron trasladados durante la guerra, pocas familias habrían tenido un conocimiento definitivo de que sus familiares habían estado en Srebrenica.

Finalmente, siempre ha habido un problema con los números que supuestamente fueron asesinados en Srebrenica. El gobierno bosnio había dado una cifra de población de Srebrenica de 42.000 a la ONU como base para el suministro de alimentos en el área segura. Tales cifras son invariablemente una sobreestimación. El consenso de las agencias de ayuda fue de alrededor de 38.000. Pero la ONU registró 35.600 sobrevivientes de Srebrenica en Tuzla. Unos 2.000, más o menos, soldados musulmanes bosnios de Srebrenica fueron vistos por personal de la ONU a salvo detrás de las líneas musulmanas cerca de Tuzla antes de que fueran reasignados en secreto a otras partes de Bosnia. Otros 750 sobrevivientes de Srebrenica fueron registrados en Zepa, y alrededor de 1.000 escaparon a Serbia. Si 6.800 fueron masacrados en Srebrenica, tendría que haber habido más de 45.000 personas allí cuando cayo en manos de los serbios de Bosnia, una cifra mucho mayor de lo que nadie habría sugerido.

En la investigación de Srebrenica, el ICMP ha funcionado como un complemento de la recopilación de pruebas del Tribunal. ¿Por qué se ha eximido de la obligación de mostrar al tribunal o al acusado la evidencia física en la que supuestamente se basan sus conclusiones?

El Acuerdo adjunto de Sede del ICMP firmado con Bosnia y Herzegovina contiene la respuesta a esa importante pregunta.

Notas:

El artículo fue publicado originalmente en el Proyecto Srebrenica. Stephen Karganovic es presidente del "Proyecto Histórico Srebrenica", una ONG registrada en los Países Bajos para investigar la matriz de hechos y los antecedentes de los eventos que tuvieron lugar en Srebrenica en julio de 1995. La fuente original de este artículo es el Proyecto Histórico Srebrenica.Copyright © Stephen Karganovic, Proyecto Histórico Srebrenica, 2020, reproducido en inglés por Global Research.- La primera parte en su original versión inglesa puede ser consultada aquí

Artículo Relacionado: (en inglés)

¿Srebrenica fue un engaño? Testimonio de un ex observador militar de las Naciones Unidas en Bosnia 

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