La Guerra Fría, conflicto geopolítico entre los EE.UU y la URSS. Dividió el mundo en bloques de aliados liderados por esas superpotencias que profesaban una ideología de polos opuestos dirigidos a la sociedad, la política, la economía, la ciencia, la cultura, el deporte, etc. Cada bando consideró que sus intereses eran incompatibles con las acciones del otro. Un conflicto nuclear estuvo entre las posibilidades para dilucidar quien era el "mejor".
por Tito Andino
Recopilación de ilustraciones
Este artículo es continuación de La Guerra de los Carteles
Las finanzas y la carrera armamentística en los carteles soviéticos.
V. Briskin, "Diplomáticos estadounidenses". 1953
Son miles los carteles de posguerra, mejor dicho de la era de la "Guerra Fría" emitidos por el régimen soviético a lo largo de décadas de confrontación con Occidente. El material es tan grande que lo he clasificado por años. Realizar este post ha sido un verdadero dolor de cabeza -en cuanto a seleccionar las ilustraciones-, por esa razón se me ha ocurrido la idea de dividirlos en dos aspectos que fueron fundamentales en esos tiempos:
1) La carrera armamentística, que requería una gran demanda de recursos financieros; y,
2) Las armas nucleares.
Por eso mismo, también será necesario recurrir a dos entregas que cubran estos aspectos. Dado que estos posts se dedican a la ilustración gráfica, hemos prescindido de explicaciones sobre política e ideología. Los cortos textos que acompañamos son en gran parte datos anecdóticos sobre las caricaturas que probablemente desconoce el lector.
Dos caricaturas de Yuliy Ganf (nacido en Ucrania) para la revista soviética Krokodil. "En Estados Unidos en este restaurante solo se sirve a una persona" (1953) y "Última tecnología de Wall Street" (1952). "Lanzapulgas mejorado de seis cañones con un remolque de dos cañones de refutación". Un soldado estadounidense lanza "plaga, tifus, cólera" al cielo mientras Dean Acheson (secretario de Estado de EE. UU.) y Trygve Lie (primer secretario general de la ONU) cantan a dúo: "EE. UU. no tiene armas biológicas". Haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución.
El arte del cartel político soviético estuvo catalogado como parte de la Academia de Bellas Artes. La razón es obvia, gran parte de ese material son verdaderas obras de arte, a pesar de que también trasmiten un mensaje ideológico. No obstante, la originalidad justifica aquella simbiosis del cartel soviético: arte y mensaje político. Por eso no debe extrañar que siga manteniendo su popularidad en el siglo XXI.
Me cuento entre los coleccionistas del cartel de la era soviética... en la medida de mis posibilidades (mantengo un archivo digital categorizado de miles de carteles, pero existen verdaderos coleccionistas de este arte que poseen cientos de obras originales y que ocasionalmente exhiben en galerías públicas y privadas). Hay que mencionar, además, el cuidado que brinda el estado ruso a estos trabajos artísticos en museos y archivos nacionales.
Diversas editoriales rusas han hecho un gran negocio con el comercio lucrativo del cartel soviético convirtiéndose en un producto de valor, la mayoría de piezas originales terminan en manos de coleccionistas rusos. Como se ha visto, las colecciones (y coleccionistas) se han incrementado debido al interés alcanzado en lo que va del siglo XXI (en especial las piezas de la Segunda Guerra Mundial), esto ha provocado que la oferta del mercado de los carteles se haya agotado, aunque puede encontrarse a la venta por internet dispersas piezas sin especificar la serie a la que pertenecen. Expertos señalan que hoy es sumamente difícil encontrar obras de calidad y en buen estado de conservación.
V. Glivenko, "OTAN" (1963) - L. Samoilov, "Garantías de paz" (1966)
F. Nelubin, "ESTADOS UNIDOS" (1970) - E. Osipov, "No veo ningún camino para el desarme" (1987)
M. Abramov, "Inflando el presupuesto militar", (1976)
Los carteles de propaganda política soviética surgieron desde la Revolución bolchevique de 1917 hasta la caída de la Unión Soviética en 1991, (los bolcheviques no inventaron el cartel político pero innovaron su utilización y magnitud). Son casi ocho décadas con decenas de miles de ejemplares (algunos expertos hablan de millones). Ante tal caudal de producción artística, ¿qué les hace tan populares?: "Su fuerza de atracción, la captura del público y su poder de persuasión. Así de sorprendente es el interés que este medio de propaganda despertó y que, por cuya naturaleza ambigua, incita a la prudencia o bien a la desconfianza; a pesar de que levante las pasiones de historiadores, coleccionistas y estetas".
Kukryniksy, "Depredador Negro" (Libia) (1986)
B. Efímov, "Charco" (Irangate) (1987)
Polonski (1925), lo describe con exactitud: “Es el Arte que ha bajado a las calles!”. El arte que hasta ese momento estaba reservado a los estratos ricos de la sociedad zarista se dirige al pueblo. El mundo artístico se compromete con el combate político, confiere a los carteles una dimensión y una reputación internacional duradera.
(Las citas en comillas son tomadas de "El cartel político soviético, una especificidad", de Jacques Le Bourgeois, Santiago de Chile, un extracto de su tesis de doctorado en Historia con el mismo título. Revista Chilena de Diseño, Universidad de Chile 2017).
M. Mazrucho, "Impuestos" (1974)