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17 septiembre 2019

Cayó Bolton pero no la madre que lo parió




Por Tito Andino

John Bolton se fue, cuántos Bolton quedan?. "Cayó Bolton pero no la madre que lo parió" es un título prestado de un corto pero valioso enfoque inserto al final del presente artículo.

John Bolton no es ningún aparecido de última hora en la política estadounidense, es un viejo zorro republicano de mano dura, se formó como abogado y político, ha ejercido en la función pública y diplomática al servicio de diversas administraciones de la Casa Blanca. Un nacionalista reaccionario del Sur, militante de la extrema derecha, aliado de los neoconservadores, un auténtico halcón, amante de la guerra, la destrucción y el caos como forma de hacer política internacional. Pro-Israel, anti-iraní y anti-chino, odia a rusos y norcoreanos. Se ha dicho de él que "con esa clase de «amigos» a los Estados Unidos no le hace falta enemigos". 

Su vida política se hallaba apagada, volvió a los escenarios ganando "popularidad" tras el llamado de la administración Trump, ejerciendo como Consejero de Seguridad Nacional (abril 2018 - septiembre 2019).

Su "célebre" fama política la ha ganado a pulso, imponiendo temor y fanatismo en las relaciones internacionales. El senador Jesse Helms (su amigo) dijo una ocasión sobre Bolton: "Es el tipo de gente con el cual quisiera estar cuando llegue el Armagedón" (La Batalla Biblica del Armagedon, muy popular entre los políticos cristianos fundamentalistas de los Estados Unidos, siendo uno de sus principales creyentes el ex presidente Ronald Reagan).

John Bolton laboró para los dos Bush presidentes, tanto en la administración pública como privada, activo miembro de conocidos think tank relacionados con el Partido Republicano como el Hudson Institute de Dan Quayle o el American Enterprise Institute, dirigido por Dick Cheney, Bolton participa en la creación del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), grupo encargado de redactar el programa del primer mandato de George W. Bush. Se dice que su cargo de subsecretario de Estado para el control de armas y la seguridad internacional, tenía como función vigilar a Collin Powell, a  quien los halcones no le tenían confianza.

He aquí una rápida semblanza de sus funciones:

John Bolton fue impuesto embajador de Estados Unidos ante la ONU por el presidente George W. Bush (agosto 2005 - diciembre 2006) por sus cualidades de provocador. Bolton expresó en una de sus diversas y polémicas declaraciones sobre la ONU que no importaba si en algún momento los diez pisos superiores de la organización desaparecieran, "la diferencia no sería muy grande". Es recordado en el organismo multinacional al pedir reformas internas (750 temas), no en un plano positivo, al contrario impulsó "iniciativas" tendientes a destruir o controlar el organismo. Propuso poner fin al reglamento vigente y limitar el derecho al veto en el seno del Consejo de Seguridad. Criticó a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Acusó a la ONU de estar en contra de Israel. A él pertenece la conocida frase: "Naciones Unidas no existe, sólo cuenta Estados Unidos".



También declaró "Si tuviera que rehacer el Consejo de Seguridad de la ONU, habría un solo miembro permanente porque es ése el verdadero reflejo de la distribución del poder en el mundo". Como sabemos, el derecho al veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad garantiza la igualdad con Estados Unidos en la toma de graves decisiones, por ello era y sigue siendo necesario debilitarlo antes que fortalecerlo; y, a pesar que el sistema se mantiene, en la práctica la ONU no tiene el poder para detener las "crisis humanitarias" y amenazas contra la paz fomentadas por los Estados Unidos a través de acciones concretas como el terrorismo internacional o los conflictos de baja intensidad (guerras civiles) a lo largo y ancho del mundo por el control de los recursos naturales. 

A nadie debe extrañarle el hecho que los principales Tratados internacionales operativos en el presente y que funcionan a la medida son organismos que nada tienen que ver con la ONU, por ejemplo la Unión Europea, la OTAN, la Organización Mundial del Comercio, el G-7, etc. 

Por supuesto que el nombramiento de Bolton para representar a los Estados Unidos causó malestar en el mundo de la diplomacia internacional: Su misión tenía otros objetivos urgentes: Eliminar a  Mohammed ElBaradei, en ese entonces, director de la Agencia Atómica Internacional (AIEA); y, conseguir que la ONU valide las próximas aventuras militares, es decir, las "guerras preventivas de desarme"

Cuenta una historia que "en pleno conteo de votos en la Florida en el 2000, un hombre con bigote entró en el colegio electoral del condado de Miami Dade y, como John Wayne entrando en un salón, declaró: «Soy del equipo Bush-Cheney y estoy aquí para detener este conteo». Era John Bolton y, en efecto, las boletas jamás se contaron de nuevo". (1)

Bolton fue también subsecretario de Estado para el Control del Armamento, saboteando toda la diplomacia y sistema internacional de control de armamentos y su no proliferación (administración Bush hijo). En 1998 fue quien encabezó la negativa estadounidense para la creación del Tribunal Penal Internacional, calificándolo de "idea producida por el romanticismo de mentes confusas, no sólo ingenua, sino peligrosa".

Gracias a Bolton países como Irán y Corea del Norte se convencieron que era mejor tener la bomba atómica que negociar con el sujeto. 

En 2003 durante conversaciones para la desnuclearización de Corea del Norte, Bolton dijo a varios diplomáticos norcoreanos que Kim Jong-Il es un "dictador tiránico" y que "la vida en su país es una pesadilla infernal". la respuesta del embajador coreana causó efecto, le respondió que él no era más que un "desecho de la humanidad y una sanguijuela". Deliberaciones canceladas automáticamente. El propio Donald Trump se mostró molesto ante la actitud de Bolton sobre Corea del Norte que incluso ofendió a Kim Jong-un exigiendo que debería seguir el “modelo libio”, es decir, que debe entregar todas sus armas nucleares o...



Cuando Mahmud Ahmadinejad fue electo presidente de Irán, los israelíes se apresuraron a denunciar ante el Consejo de Seguridad al país islámico por la "amenaza nuclear iraní" esperaban la rápida llegada de John Bolton como embajador de Estados Unidos ante la ONU para darles una mano. En 2003 Bolton declaraba en Tel Aviv. ante Ariel Sharon y Benjamin Netanyahu, que después de la guerra contra Irak "será necesario tratar las amenazas de Siria, Irán y luego Corea del Norte

Antes de ser embajador ante la ONU, impulsó la "denuncia" a nivel global de que Cuba, Irán y Siria poseían armas de destrucción masiva, se inventó aquello de que el gobierno cubano escondía armas biológicas desarrolladas por el castrismo. Cuba, a pesar de las sanciones existentes (bloqueo económico), representaba para Bolton una amenaza a la seguridad de Estados Unidos, (afirmación realizada en calidad de subsecretario de Estado de Estados Unidos). Ni Bolton, ni Powell, ni el propio George W. Bush presentaron las pruebas

Durante su ejercicio como subsecretario de Estado encargado del control de armas y de la seguridad internacional hizo que los Estados Unidos salga de los tratados internacionales sobre el desarme e implicó a sus aliados en los famosos sistemas de seguridad colectiva. Saboteó la Convención sobre las Armas Biológicas y exclamó con satisfacción ante sus pasmados colegas: "Está muerta, muerta, muerta, muerta, y no cuenten conmigo para revivirla!".

Impuso a sus aliados la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (Proliferation Security Initiative - PSI), con el único objetivo de asegurarse el control para la coalición anglosajona. Impulsó la retirada unilateral de Estados Unidos del Tratado de Desarme con Rusia y fue feliz cuando el presidente George W. Bush  reactivó el programa de la "Guerra de las Galaxias". (2)

Una de las últimas tareas de Bolton antes de convertirse en consejero de seguridad nacional de Trump, según el experto internacional Thierry Meyssan (3), fue mantener vínculos con los Muyahidines del Pueblo (MEK, organización terrorista iraní patrocinada por Estados Unidos), relación que data desde la época ‎de la administración Bush, Bolton acudió en 2010 y en 2017 a las concentraciones anuales de esa organización ‎en la localidad francesa de Villepinte. 

Tras el fracaso de la guerra contra Siria, Bolton se ha dedicado a la tarea de reunir en Afganistán a los yihadistas del Daesh con los Muyahidines del Pueblo para que luchen contra un objetivo común, a la vez que propiciaba las negociaciones con los talibán afganos. ‎Es evidente conforme señala Meyssan, que el blanco inmediato de esa alianza es Irán a través de la larga y difícil frontera con ‎Afganistán.

Sus últimas actividades en la administración Trump son conocidas, se destaca el fervoroso deseo de Bolton de llevar la guerra a Latinoamérica. Bolton es acólito de la doctrina Cebrowski implantada luego del 11-S, cuando el Pentágono presentó a sus estrategas la visión de un nuevo mapa del mundo, gracias a las reformas estructurales de las fuerzas armadas. Estados Unidos anhela mantener su hegemonía mundial dividiendo el mundo en dos partes. Por un lado los miembros del G8 y sus aliados y el otro grupo, la mayoría de países que deberán proveer los recursos naturales, la forma de acceder a los recursos es recurriendo a los ejércitos estadounidenses. "Para eso habría que destruir sistemáticamente toda la estructura estatal en los países que serían parte de ese ´tanque´ de recursos, de manera que nadie pudiese oponerse en ellos a la voluntad de Washington, ni tampoco tratar directamente con los Estados estables". 

Conforme la doctrina Cebrowski si se "vieran obligados a renunciar a sus guerras en el Medio Oriente ampliado, las llevarán ‎a la Cuenca del Caribe. El Pentágono estaba planificando el asesinato de un jefe ‎de Estado electo democráticamente, así como la ruina de su país, y está tratando de socavar la ‎unidad de Latinoamérica". (‎Lógicamente se refiere a Venezuela).

Al intervenir el 1 de noviembre 2018 ante la comunidad anticastrista en el Miami ‎Dade College, John Bolton denunció la "troika de tiranía que ‎se extiende desde La Habana a Caracas, pasando por Nicaragua, y que está causando ‎inmensos sufrimientos humanos, creando enorme inestabilidad regional y la génesis de una ‎sórdida cuna del comunismo en el hemisferio occidental". ‎A pocos días el ex secretario de Defensa, general James Mattis, declaró que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es un "déspota irresponsable" que ‎‎"tiene que irse". (Mattis dimitió de su cargo en diciembre de 2018 tras la orden de Trump ‎de retirar las tropas del US Army de Siria). (4)

Bolton, en calidad de consejero de seguridad nacional de Trump reactivó el ‎proyecto del Pentágono para la destrucción de los Estados en los países de la Cuenca del Caribe (tras el fracaso de su doctrina en Medio Oriente). 

Aunque parece contradictorio, es cierto que Trump -sin que nos demos cuenta- está poniendo fin a la intensidad de los conflictos en Medio Oriente, él no comulga siempre con el Pentágono ni con la doctrina Cebrowski (eso no quiere decir que las guerras terminarán), Trump es un hombre práctico de los grandes negocios empresariales, prefiere luchar en los mercados financieros antes que en los campos de batalla, pero no vacilará de intervenir militarmente donde y cuando sea necesario para defender los intereses estadounidenses. 

En lo que se refiere a la Cuenca del Caribe, Trump pone límites al Pentágono, les ha prohibido operaciones militares directas (y así es como seguiremos contemplando las crisis económicas en Cuba, Venezuela, Nicaragua, embargos económicos que a la larga van poniendo a la población en contra del gobierno). Recordemos que el retorno de la derecha al poder en los países latinoamericanos ha evitado que Estados Unidos use la fuerza para desestabilizar política y económicamente la región.

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El cargo que ostentó Bolton hasta hace pocos días es de "alto riesgo" político, anteriormente fueron cesados los generales Flynn y McMaster (administración Trump). Pero no es solo Bolton el que impulsa la política unilateral de imposición y amenaza. Lo hemos expresado: se trata de aplicar los planes estratégicos a largo plazo por el control de los recursos del Medio Oriente (Rediseño del Medio Oriente Ampliado) y América Latina (Doctrina Monroe). Tampoco olvidemos las enormes pretensiones sobre los vastos recursos africanos y la actual crisis con China, disputas financieras por el control de los mercados y de soberanía en las aguas del Mar de la China Meridonial. Estamos ante una estrategia global para seguir manteniéndose como la única superpotencia

Otros son más fuertes en los calificativos al señor Bolton, "criminal de guerra" es muy usual leer en medios alternativos de comunicación y no falta argumentos que lo sustenteCon el nombramiento de Bolton y el ex jefe de la CIA Mike Pompeo como Secretario de Estado en 2018, la mano dura de la política internacional se volvió evidente; el único que pudo rivalizar con Bolton en la administración Trump es otro personaje calificado como "criminal de guerra", el neoconservador Elliott Abrams muy activo en desatar crisis con Irán y con un pasado igual de detestable a lo largo de su carrera (precisamente fue Bolton quien llamó a trabajar a su lado a Abrams y lo designó representante especial para Venezuela).

Bolton y compañía han fracaso en sus misiones. Trump ha señalado haber cometido graves errores en política internacional, no está conforme con el manejo de la crisis venezolana. Bolton "se pasó de la raya" afirmó el mandatario, dando señales de querer cambiar la política respecto a Irán, Corea del Norte, etc. La relación Trump-Bolton pendía de un hilo y se evidenció pronto con la ruptura. El presidente se opuso a llevar a su país a un nuevo conflicto armado, Bolton presionaba, quería meterlo en una guerra por ser "la mejor opción" (al menos en el caso de Venezuela). Trump terminó por cansarse.




Trump no ha cesado a los otros peligrosos colegas de Bolton, mantiene firme en sus cargos tanto a Mike Pompeo y Elliott Abrams, que en realidad no están de acuerdo con una intervención militar en Venezuela, pero si presionar política y económicamente al gobierno de Maduro, desde ya terminaron arruinando al país caribeño como en el caso cubano; es evidente que Venezuela no soportará tanto tiempo como Cuba medio siglo de bloqueo.

Charles Kupperman, "Charly" asumió interinamente el cargo del cesado Bolton, hablamos de otro halcón en las sombras, Kupperman es un experto negociador de la época de la guerra fría, asesor de Ronald Reagan en las negociaciones sobre armas estratégicas en los años 80 y con estrechos vínculos con el Likud israelí (partido de extrema derecha en el poder).

(Nota actualizada interpuesta por el editor del blog): Trump anunció ya el nombre de su nuevo asesor de seguridad nacional, Robert C. O´Brien, actual enviado especial de la presidencia para Asunto de Rehenes en el Departamento de Estado, de la misma línea de los neoconsevadores y que también sirviera en la administración de Georg W. Bush (Departamento de Estado y otras funciones). El pefil de O´Brien se percibe en Washington como un "Bolton Light").

La prensa rusa brindó amplia cobertura a este episodio. RT publicó un artículo titulado "Bolton, halcón derribado" (5), en lo principal detalla: 

"Caiga quien caiga. Donald Trump no mira afinidades, amistades o lealtad política. Para él lo importante es triunfar, encabezar EE. UU. y anotarse un tanto tras otro. El presidente estadounidense ha cesado a John Bolton, el que fuera su asesor de seguridad, por discrepancias en las políticas adoptadas sobre Venezuela o con los talibanes, entre otros escenarios".

Para terminar, vale la pena reproducir integro un excelente análisis de Manuel E. Yepe, que resume lo anotado y complementa con otros detalles, "Cayó Bolton pero no la madre que lo parió", publicado originalmente en "Rebelión" hace algunos días, veamos. (6)

"Astuto, testarudo y políticamente peligroso… Así adjetiva el analista de política exterior, columnista de la agencia de prensa británica Reuters, Daniel R. DePetris, la defenestración del tenebroso asesino múltiple en la política de Estados Unidos John Bolton, anunciada ayer por su jefe, el no menos tenebroso Donald Trump, presidente de Estados Unidos de América.

John Bolton es todo lo contrario a lo que debería ser un asesor presidencial de seguridad nacional. Es tan testarudo como un rinoceronte, tan astuto como una serpiente y tan peligroso como un escorpión. La de Bolton es una visión extrema, en blanco y negro, del mundo: si no eres un aliado de Estados Unidos, eres un adversario que necesitas una bota en el cuello en forma de fuerza militar o de sanciones económicas.

Las consecuencias estratégicas de segundo y tercer orden no son un obstáculo para Bolton. ¿Por qué pasar por el espectáculo humillante de negociar cuando simplemente se pueden bombardear las instalaciones nucleares de Irán o acabar violentamente con el “régimen” de Kim Jong-un por la fuerza? La diplomacia, después de todo, es para los débiles, los burócratas del Departamento de Estado y los apaciguadores. Si el jefe insiste en la diplomacia, entonces aconséjele que exija la luna, las estrellas y todo lo demás antes que ofrecer una moneda de cambio en forma de alivio de sanciones. John Bolton hizo su carrera actuando como demoledor de acuerdos de control de armamentos y, de hecho, de acuerdos de cualquier tipo.



Antes de unirse a la administración Trump, como asesor de seguridad nacional, Bolton fue, por breve tiempo, embajador ante Naciones Unidas y subsecretario de Estado para el control de armas, en cuyo cargo intentó destituir a un analista de inteligencia por no estar de acuerdo con su posición sobre un supuesto programa de armas biológicas de Cuba. Cuando el presidente le pidió a Bolton que se desempeñara como su asesor de seguridad nacional el año pasado ello generó muchas preocupaciones y confusiones porque Trump y Bolton no podían tener desacuerdos más fundamentales en materia de política exterior. Aunque ambos se burlaban de las Organización de Naciones Unidas, así como de las organizaciones internacionales en general y tenían puntos de vista divergentes en algunos de los asuntos más importantes de la agenda, Bolton preferiría atacar a Irán antes que dialogar con sus líderes, alternativa que Trump ha dicho en numerosas ocasiones que estaría más que feliz de considerar (en la próxima reunión de la Asamblea General de la ONU, por ejemplo). En cuanto a Venezuela, Trump parece haberse lamentado de tratar de derrocar a Nicolás Maduro, cuando Bolton atacaba a Caracas como integrante de una “troika de la tiranía”.

La obsesión de Bolton por desnuclearizar unilateralmente a Corea del Norte -un enfoque que pesó sobre Trump durante su segunda cumbre con Kim Jong-un, en febrero- es mucho más probable que conduzca al fin de la diplomacia que al fin del programa armamentista nuclear de Pyongyang. (Si es que alguna vez lo hubo).

Trump se cansó de Bolton de la misma manera que se cansó de otros miembros de su personal más allegado: Rex Tillerson, James Mattis, Steve Bannon, Reince Priebus, H.R. McMaster, y John Kelly fueron todos convenientes al presidente en un momento dado, sólo para ser abruptamente despedidos o convencidos de que renunciaran. Bolton, tan espinoso como un puercoespín al tratar con sus colegas, llevaba mucho tiempo con tirantez en las relaciones con Trump. La NBC News informó que los dos hombres tuvieron una pelea a gritos a puertas cerradas la noche anterior a la renuncia de Bolton

Según DePetris, Trump necesita un asesor que esté dispuesto a participar en una negociación pragmática y esté preparado para una negociación incómoda pero necesaria. Necesita a alguien que le ayude a poner fin a las guerras que han continuado sin rumbo y sin propósito. Necesita a alguien que responsabilice a los miembros de la administración cuando se nieguen a ejecutar la política una vez que sea aprobada por las agencias.

Todo esto será más fácil con Bolton fuera del equipo. Pero la humanidad no se hace ilusiones. En el salón oval de la Casa Blanca quedan muchos otros halcones casi tan crueles y despiadados como éste para aconsejar al halcón en jefe. Pero indudablemente ha habido un respiro.


Notas:

(1) El enemigo interno
(2) John Bolton y el desarme mediante la guerra
(3) El uso del terrorismo según John Bolton
(4) Estados Unidos prepara una guerra entre ‎latinoamericanos‎
(5) Bolton, halcón derribado
(6) Cayó Bolton pero no la madre que lo parió

24 junio 2019

Vietnam: La guerra que cambió todo



El presidente Johnson con el general William Westmoreland en Vietnam del Sur en 1967. Foto de Yichi Okamoto / Lyndon B. Johnson Presidential Library. (foto tomada del New York Times)


Breve comentario del editor del blog

The New York Times revelaba en su edición del 6 de octubre de 2018 que el general William Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam entre 1964 y 1968, tenía elaborado un plan secreto de contingencia para usar armas nucleares contra los comunistas del norte en la eventualidad de que sus tropas se hallaran al borde de la derrota. El Plan "Fracture Jaw" debía transferir varias armas nucleares desde la base de Okinawa - Japón con destino a Vietnam del Sur, bajo el visto bueno del comandante de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, Ulysses S. Grant Sharp Jr. La idea surgió en medio de la larga batalla de Khe Sanh en 1968. Lyndon Johnson, presidente de los Estados Unidos, al conocer ese particular ordenó suspender el despliegue de esas armas.

Según los asesores del presidente, éste se encontraba enfadado al no haber sido informado y que a sus espaldas se había orquestado un plan que ya estaba siendo desplegado. Esa era la señal que los Estados Unidos estaba perdiendo la guerra. Existía además el temor que provocara una guerra más amplia con la directa intervención de China en suelo vietnamita.


General William Westmoreland


El General Sharp ordenó a Westmoreland suspender el plan, también debía "informar a todo el personal con acceso a este proyecto de planificación que no puede haber divulgación del contenido del plan o del conocimiento de que dicha planificación estaba en curso o suspendida"

ANEXO

Documentos desclasificados 

Expuestos en la edición del 6 de octubre del 2018 del New York Times.


El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Walt W. Rostow, alertó al presidente Lyndon B. Johnson sobre los planes para mover armas nucleares a Vietnam del Sur el mismo día que el general William C. Westmoreland le había dicho al comandante estadounidense en el Pacífico que había aprobado la operación. NYT


La planeada operación "Fracture Jaw" para movilizar armas nucleares a Vietnam del Sur debía ponerse en marcha bajo esta notificación del 10 de febrero de 1968 del general Willam C. Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam. NYT



"Discontinúe toda la planificación de ´Fracture Jaw´, ordenó el comandante de operaciones estadounidenses en el Pacífico, almirante Ulysses S. Grant Sharp Jr., en un cable conciso de fecha 12 de febrero de 1968. "La seguridad de esta acción y las acciones previas deben ser herméticas". NYT



Con este breve preámbulo pasemos a revisar uno de los buenos reportajes con los que nos encontramos -a veces por casualidad- sobre la guerra de Vietnam, el siguiente es una publicación de AARP (American Association of Retired Persons), una ONG estadounidense independiente que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años, fusionada desde 1982 con la National Retired Teachers Association y comprometida con los veteranos de guerra desamparados, sus publicaciones las encontramos en AARP The Magazine

El artículo fue presentado en 2015 para conmemorar los 50 años de la llegada de las tropas de combate estadounidenses a suelo vietnamita, no se trata de una historia de combates, ni de operaciones militares, son las palabras de quienes vivieron los hechos, sobre todo se enfoca en el punto de vista  del veterano de guerra y sus sensaciones encontradas.

t. andino


***** 


Hace 50 años, las primeras tropas de combate llegaron a Vietnam. Diez años después, cayó Saigón. Para quienes combatieron allí, siguen vivos los recuerdos de esos años de amargas divisiones.


por: Mike Tharp y Michael Anft, 
AARP The Magazine 


El 6 de marzo de 1965, el presidente Lyndon B. Johnson llamó al senador de Georgia Richard Russell, su colega demócrata del sur y presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado. Johnson buscaba consejo sobre qué hacer respecto a Vietnam. Días antes, había lanzado la Operación Rolling Thunder, la campaña de bombardeo aéreo que fue un momento decisivo: era el primer ataque importante de Estados Unidos en el conflicto. En dos días, un contingente de infantes de Marina —las primeras tropas de combate estadounidenses— llegaría a las playas cerca de la base aérea estadounidense en Da Nang. 

La guerra de Estados Unidos en Vietnam todavía estaba en pañales, y ya el presidente perdía las esperanzas de vencer. “Un hombre puede luchar si puede vislumbrar algo de luz más allá en el camino”, le dijo Johnson a Russell. “Pero no se vislumbra la luz en Vietnam. Ni siquiera un poco”.

Las repercusiones de la decisión que Johnson tomó de intensificar la guerra todavía persiguen a muchos de los 2.6 millones de hombres y mujeres estadounidenses que prestaron servicio en Vietnam, y los millones adicionales cuyas vidas fueron trastornadas por esa guerra

Para una generación, “Vietnam fue lo que tuvimos en vez de infancias felices”, como escribió Michael Herr en su libro de 1977, Dispatches (Partes). Cincuenta años después de que cayeran las primeras bombas de Rolling Thunder, la guerra más controvertida de Estados Unidos sigue tercamente sin resolverse, definida por las preguntas que planteó, las lecciones que prometió enseñar y los recuerdos de quienes estuvieron allí que nunca podrán olvidar.

1965


Lyndon B. Johnson
AFP/GETTY IMAGES

“Hemos hecho una promesa nacional de ayudar a Vietnam del Sur a defender su independencia. Y tengo intenciones de mantener esa promesa”.
— El presidente Lyndon Johnson, durante un discurso en Johns Hopkins University de Baltimore, 7 de abril de 1965



Paul Coates en Vietnam, (cortesía de Paul Coates)

“Nunca dudé de la rectitud de Estados Unidos”.

“¿Viste la película Born on the Fourth of July (Nacido el cuatro de julio)? Esa fue mi vida: nací el 4 de julio, y la mayoría de las escenas de la película describen cómo llegué a Vietnam. Tal como me enseñó John Wayne en las películas, yo estaba listo para matar a los japoneses; la diferencia es que atacábamos a los vietnamitas. No importaba. Yo tenía 17 años.

“Durante todo el tiempo que estuve en Vietnam, apoyé la guerra. Por ese entonces, teníamos el concepto de defender a un Estados Unidos audaz y valiente. Nunca dudé de la rectitud de Estados Unidos y su presencia en Vietnam, aunque tampoco la entendía por completo. Pensé que era algo necesario”.

— W. Paul Coates, especialista de cuarta clase del Ejército de EE.UU., prestó servicio de 1965 a 1967; luego fundó Black Classic Press en Baltimore.



Protesta anti Guerra de Vietnam frente a la Casa Blanca KEYSTONE/GETTY IMAGES


“No nos convencía para nada”.

“Déjame decirte por qué nosotros los trabajadores de derechos civiles estábamos tan en contra de la guerra: el gobierno federal no proporcionaba ninguna protección a la democracia en Misisipi, y sin embargo nos dijo que teníamos que ir a 10,000 millas de distancia para proteger la democracia en el sureste de Asia. No nos convencía para nada”.

— Miriam Cohen Glickman fue arrestada durante una manifestación en Washington D.C. en agosto de 1965
.

Joe Galloway, Vietnam. ARMADA DE EE.UU./CORTESÍA DE JOE GALLOWAY



“Me atormentó por años”.

Un avión de la Fuerza Aérea de EE.UU. dejó caer dos latas de napalm sobre nosotros. Inmediatamente sentí las llamas en la cara. Miré y habían dos tipos que bailaban en llamas, y gritaban. No sé qué me dio, pero corrí y me adentré en las llamas. Agarré los pies de este muchacho, y cuando lo levanté, sus botas se desmoronaron y la piel que cubría los huesos de sus tobillos se desprendió. Podía sentir esos huesos en las palmas de mis manos. [El soldado, Jim Nakayama, murió dos días después]. Por años, me atormentó. ¿Cómo puedo explicárselo a alguien que no ha estado allí? Vives con eso. Llevas contigo tantos fantasmas. Por un tiempo pensé que me volverían loco”.

— Joe Galloway, un reportero de guerra para UPI, presenció la batalla de cuatro días en Ia Drang en noviembre de 1965. Galloway recibió una Estrella de Bronce por su valentía como civil. Es también el coautor de We Were Soldiers Once … and Young (Una vez fuimos soldados... y jóvenes).


1966


Pham Van Dong, primer ministro de Vietnam del Norte GETTY IMAGES


"¿Por cuánto tiempo quieren luchar ustedes los estadounidenses? ¿Un año? ¿Dos años? ¿Tres años? ¿Cinco años? ¿Diez años? ¿Veinte años? Nos complacerá satisfacerlos”.

— Pham Van Dong, primer ministro de Vietnam del Norte, en declaraciones a The New York Times, diciembre de 1966



Wanda Ruffin, viuda de soldado muerto en la Guerra de Vietnam. NATIONAL ARCHIVES AND RECORDS ADMINISTRATION


“Me pregunto cómo mantuve la cordura”.

“Él era piloto de Phantoms, los F-4. Cuando lo derribaron, yo tenía seis meses de embarazo. En ese momento lo declararon desaparecido en combate; era el tipo de tema del que no se hablaba. Nadie quería oírlo, y el gobierno nos dijo que no habláramos. Pero necesitaba creer que mi esposo, el padre de nuestra hija que estaba por nacer, regresaría y seríamos una familia. La esperanza me sostuvo hasta que me sentí lo suficientemente fuerte como para saber lo que sucedió.

“En el ’83, el oficial encargado de notificar sobre las víctimas regresó. Entonces, en vez de estar yo embarazada, mi hija tenía 17 años y estaba sentada a mi lado en el sofá cuando nos dijeron que los restos de mi esposo había sido devueltos de Vietnam del Norte. Muchas veces, pienso en la persona que era en ese entonces y me pregunto cómo mantuve la cordura ”.

— El esposo de Wanda Ruffin, James Ruffin, capitán de corbeta de la Armada de EE.UU., fue derribado mientras volaba sobre Vietnam del Norte el 18 de febrero de 1966. Lo enterraron en el Cementerio Nacional de Arlington en julio de 1983.


1967


Marinos de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. TERRY FINCHER/EXPRESS/GETTY IMAGES


“Va más allá de la camaradería. 
Es como si fueran un solo organismo”.

“Fui al cerro sur 881 [cercano a Khe Sanh] un domingo en 1967 y celebré un pequeño servicio religioso. Hablé sobre el hijo pródigo de Lucas 15, sobre cómo un hijo va a un país lejano y se da cuenta que allí no es donde se supone que debe estar. Los infantes de Marina estaban alineados y muy harapientos. La ropa se les caía a pedazos de lo podrida. Tenían 19 o 20 años y cada uno era muy distinto a los demás. Sin embargo, todos eran infantes de Marina y se cuidaban mutuamente".

“Esto se hizo más evidente luego, durante las batallas, en la manera que corrían en la mitad de un ataque y arrastraban a un desconocido que había resultado herido. Va más allá de la camaradería. Es como si fueran un solo organismo. En lo teológico, puedo usar el término ‘amor’; en verdad se amaban mutuamente, se veía en cómo vivían y lo que hicieron”.

— Ray Stubbe, capellán de la Armada de EE.UU., prestó servicio en Khe Sanh durante el sitio de la base en 1968, el cual duró 77 días.



Soldados heridos abordan un helicóptero durante la guerra de Vietnam. THE LIFE PICTURE COLLECTION/GETTY IMAGES

“Aquí está”.

Participé en por lo menos 800 misiones aéreas. Salvé a 2,000 pacientes. Por ‘salvar’, quiero decir que los saqué de allí. Puede que hayan fallecido en el helicóptero o en el hospital. A veces preguntábamos, ‘¿Dónde está el paciente?’. Y nos daban una  funda y decían, ‘Aquí está’”.

— Jimmy Johnson, soldado raso del Ejército de EE.UU., quien recibió una Cruz al Vuelo Distinguido por su servicio como auxiliar de medicina en helicópteros de 1966 a 1968.


1968


Waltert Cronkite, Vietnam. GETTY IMAGES


“Ahora parece más seguro que nunca que la sangrienta experiencia de Vietnam terminará en un punto muerto”.

 — Walter Cronkite, presentador de CBS News, en un informe especial sobre Vietnam, 27 de febrero de 1968.



Richard Pyle y Henri Huet en Vietnam. CORTESÍA DE RICHARD PYLE

“Necesitaba hacerlo”.

“Fue mi idea ir a Saigón. Si había una guerra allá, sentía que tenía la obligación de ir a cubrirla. Si no lo hubiera hecho, hubiera pasado el resto de la vida arrepintiéndome. No sé a quién le debía nada, pero sentí que necesitaba hacerlo, porque alguien tenía que hacer eso. Pero también tengo que reconocer que era muy emocionante”.

— Richard Pyle fue el jefe de la oficina de la Associated Press en Saigón de 1970 a 1973.



Leroy V Quintana, Vietnam. CORTESÍA DE LEROY V. QUINTANA


“La cosa más extraña del mundo”.

“Estaba en una unidad de reconocimiento de seis miembros, y nos mandaban a lugares en medio de la nada para ver dónde estaba el enemigo. Cuando haces reconocimiento, te sientes más solo que cuando estás en la primera línea del frente. Nadie quiere ser el último hombre en una compañía de reconocimiento. ¿Alguna vez agarraste un alfiler y te lo pusiste entre la uña y el dedo? ¿Qué tan lejos puedes empujar el alfiler antes de que tengas que parar?

Pensaba en ese tipo de cosas durante las misiones.

Una noche, yo era el líder de la patrulla durante un monzón. La lluvia por fin paró y me tranquilicé. Entonces vi soldados que se movían a lo lejos. Era como un ciempiés grande y extraño que bajaba por la montaña. Pasaron a seis pulgadas de distancia de mí, pero no me vieron. Me lancé al barro, simplemente me senté en la mugre. Y sucedió la cosa más extraña del mundo. Estaba —¿cómo lo puedo decir?—  estaba llamando a mi madre, por lo menos desde mis adentros”.

— Leroy Quintana, especialista del Ejército de EE.UU., prestó servicio con las 82.ª y 101.ª Divisiones Aerotransportadas en 1967 y 1968.



Colin Powell, Chu Lai, Vietnam. SYGMA/CORBIS

“El país era un hervidero”.

“Aunque nuestro país era un hervidero de polémica sobre la guerra, no recuerdo haber tenido ni un solo debate sobre sus méritos con mis compañeros oficiales mientras estuve en Vietnam. Poner en duda la guerra no hubiera hecho que lucharla fuera más fácil”.

— Colin Powell, mayor del Ejército de EE.UU. en Chu Lai en 1968, luego fue secretario de estado.


1969


Enfermeras durante la guerra de Vietnam. CORTESÍA DE EDIE MEEKS


“Fue una locura”.

“Eran unos jóvenes perfectamente maravillosos y sanos, y los destrozó una explosión sin ningún motivo. Como era una ingenua, creía que se suponía que el Ejército iba a cuidarte. Pero solo estaban usando a estos jóvenes. Eran desechables. Cuando regresé, ni siquiera podías decirle a nadie que habías estado allí; 1969 era el apogeo de las manifestaciones antiguerra. Atacaban a quienes no debían —a los soldados— en vez de a los miembros del Congreso que los enviaban para allá. Las enfermeras que llegaban de Estados Unidos para reemplazarnos nos advertían que debíamos quitarnos el uniforme antes de andar por la calle. Cuando llegué al aeropuerto de San Francisco, llevé al baño de damas un vestido que había empacado, me quité el uniforme y lo boté a la basura”.

— Edie Meeks, enfermera del Ejército de EE.UU., arriba, de pie a la derecha, prestó servicio en 1968 y 1969. Ahora es enfermera de quirófano en Mount Kisco, Nueva York.



Portada de Matterhorn, libro de Karl Marlantis



“No la lances. No apretaré el gatillo”.

“Yo estaba herido. Andaba tirado en el piso y lo tenía en la mira de mi M16. Me acuerdo claramente que deseaba saber hablar vietnamita. No sabía hablarlo. Me acuerdo que murmuré en voz alta: ‘No la lances. No apretaré el gatillo’. Y el muchachito me gruñó —literalmente— y lanzó la granada hacia mí. Y apreté el gatillo.

“Años después, conducía por la carretera I-5 que atraviesa Oregón y Washington. Estaba oscuro, era muy tarde de noche, sonaba música country en la radio. Y sus ojos aparecieron en el parabrisas”.

— Karl Marlantes, primer teniente del Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU., recibió una Cruz de la Armada en 1969. Es el autor de una novela sobre la Guerra de Vietnam, Matterhorn. Su libro más reciente es una autobiografía, What It Is Like to Go to War (Lo que se siente ir a la guerra).



Protestas en contra de la guerra de Vietnam. DAVID FENTON/GETTY IMAGES


“Ninguno de nosotros estuvo muy arrepentido”.

“Me fui para Canadá en agosto, el mismo mes en que fue Woodstock. Había 50,000 opositores a la guerra en Canadá. La mayoría terminaron en Toronto, Montreal o Vancouver. Cerca de la mitad de ellos todavía están allá. Ninguno de nosotros estuvo muy arrepentido. A medida que la guerra continuó, sabíamos que estábamos en el lugar correcto”.

— John Hagan regresó a Estados Unidos en 1977 y ahora es profesor de sociología y derecho en Northwestern University.



Gary Weiner, Vietnam. CORTESÍA DE GARY WEINER


“Teníamos razón sobre esa guerra”.

“Si hubiéramos sido más sabios —aunque eso es mucho pedir para alguien de 20 años— quizás no hubiéramos dicho cosas como que los policías eran unos cerdos. Y los pobres que tuvieron que prestar servicio en Vietnam, los debimos haber tratado con mucha más compasión de lo que lo hicimos. No entendíamos que puedes buscar justicia y seguir siendo compasivo. Mi defensa es que éramos jóvenes. Éramos engreídos. Pero teníamos razón sobre esa guerra”.

— Gary Weiner, quien se graduó de Cornell en 1971, trabaja como mediador en California.


1970



Soldados marchando. AP


“Estábamos muy al norte, hacia Camboya. No dije eso. No en Camboya.
Puedo decir que nos quitamos las insignias y cubrimos con pintura las barras y las estrellas de los camiones”.

“Me uní al equipo de rastreo en combate del 76.º Destacamento de Infantería. Usaban sombreros camuflados y todo lo demás que les diera la gana. Todos tenían dos cantimploras con agua, una para ellos mismos y la otra para el perro. Había que cuidar al perro. Era un labrador negro de mal carácter llamado Rigger. Me odiaba. Pero amaba a Charlie.

“Una vez, entramos a un pueblo y encontramos vendas y un reguero de sangre. Rigger se enloqueció. Siguió un sendero hasta un complejo hospitalario, donde estaban preparando té y cocinando arroz. Todavía estaban calientes. Era espeluznante. Mis compañeros calcularon que nos llevaban 20 minutos de ventaja. Nunca hicimos contacto; sabían que veníamos”.

— Fred-Otto Egeler, sargento de primera clase del Ejército de EE.UU., formó parte de la 199.ª Brigada de Infantería, la cual fue desplegada en secreto en Camboya durante la primavera de 1970.


1971


Daniel Ellsberg, Vietnam. BETTMANN/CORBIS



“Espero que dejemos atrás esta guerra [...] de modo que la historia de los próximos 20 años sea completamente distinta a la de los últimos 20 años”.

—    Daniel Ellsberg, 10 días después de la publicación de “Pentagon Papers” (los Papeles del Pentágono).


1972


Avión B-52 lanzando bombas durante la guerra de Vietnam


“Lo primero que vi del bombardeo de Hanói fue muy asombroso. Resulta extraño decirlo, pero era una vista increíblemente bella”.

“Desde probablemente 60 u 80 millas de distancia, podías ver el resplandor rojo en el horizonte, el de todos los aviones delante nuestro que habían lanzado sus bombas y los incendios cerca al aeródromo de Bach Mai. Era todo un espectáculo ”.

— Michael J. Connors, capitán de la Fuerza Aérea de EE.UU., fue piloto de un bombardero B-52 durante la Operación Linebacker II en diciembre de 1972.


1973


Fred Vann Cherry, prisionero de guerra de Vietnam



Traté de mantenerme calmado. Me dijeron que si cooperaba, me tratarían bien”.

“No cooperé, por supuesto, y la situación se puso difícil en el Hilton de Hanói. Tenían sesiones de tortura donde te amarraban con cuerdas y te jalaban las piernas y te ponían los brazos en la mitad de la espalda, y te sujetaban los talones y las muñecas alrededor de la cabeza. Me dieron palizas muy fuertes. A algunos les fue peor; a algunos algo mejor. Pasé un total de 702 días como prisionero incomunicado. El período más largo fue de 53 semanas. No siento ninguna animosidad contra los vietnamitas. Requiere demasiada energía para mí el odiar a alguien contra quien he estado en guerra. He hecho las paces con esto”.

— Fred Vann Cherry, mayor de la Fuerza Aérea de EE.UU., fue uno de los 591 prisioneros de guerra devueltos a Estados Unidos después de la firma de los Acuerdos de Paz de París el 27 de enero de 1973.


1974



Presidente Gerald Ford habla desde la oficina oval. CORTESÍA DE GERALD R. FORD PRESIDENTIAL LIBRARY


“No quiero esperar un día más para resolver los dilemas del pasado, a fin de que todos podamos comenzar a abordar los problemas urgentes del presente”.

— El presidente Gerald Ford durante sus comentarios sobre clemencia para quienes eludieron el llamado a filas, 16 de septiembre de 1974.


1975


Libro de Tim O'Brien, The Things They Carried



“Hay esta idea equivocada de que las guerras terminan, pero no terminan”.

“¿Y qué pasó con las mujeres que se casaron con los veteranos y tuvieron que aguantarse las cenas en silencio, una tras otra? En alguna parte del país hay una mujer de 95 años que se despertará de noche y dirá: ‘¿Dónde está mi bebé?’. La respuesta es, su bebé ha estado muerto por 45 años. Pero la guerra no se terminó para esa madre cuyo hijo recibió la Estrella de Oro. Nunca se terminará, y no puedes esperar que se termine”.

— Tim O’Brien prestó servicio en el Ejército de EE.UU. en Vietnam en 1969 y 1970. Entre sus novelas está la semi-autobiografía The Things They Carried (Las cosas que cargaron). Aparece en el documental American Masters: The Boomer List (La lista de los boomers).



Quang Pham con su uniforme junto a su padre. CORTESÍA DE QUANG PHAM


“Se quedó porque era su deber”.

“El avión llegó por fin, y todos corrimos hacia él. Podía sentir el calor del escape de la parte trasera del C-130. Nos subimos, y mi papá estaba allí con su uniforme y su traje de vuelo. Asumí que estaría en ese avión con nosotros.

Cuando el avión despegó, todos nos dormimos en la oscuridad. Esa fue la última vez que vería a mi padre en más de 17 años. Se quedó porque era su deber”.


Portada de 'A Sense of Duty', libro de Quang X. Pham


— Quang Pham, arriba a la izquierda, tenía 10 años cuando él y su familia escaparon de Saigón. Su padre, Hoa Van Pham, piloto de la Fuerza Aérea de Vietnam del Sur, pasó 12 años en un campamento de prisioneros después de la guerra. Escribió la autobiografía A Sense of Duty: Our Journey from Vietnam to America (Un sentido del deber: nuestro viaje de Vietnam a Estados Unidos).



Gente evacuando la ciudad de Saigon. CORTESÍA DE © BETTMAN/CORBIS


“Súbete al avión. Vete ya”.

“Un coronel vietnamita estaba subiendo a su familia al avión. Se quería quedar para defender el país. Lloraba. Su familia lloraba. Y le dije: ‘Súbete al avión. Vete ya. Ándate’”.

— Stuart Herrington fue uno de los últimos funcionarios estadounidenses que huyó de la Embajada de EE.UU. en Saigón. Aparece en el documental Last Days in Vietnam (Los últimos días en Vietnam), que fue nominado para un Premio Óscar.


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Fuente:

La guerra que cambió todo
Desclasificado: Los planes de EEUU para usar un arma nuclear en Vietnam
U.S. General Considered Nuclear Response in Vietnam War, Cables Show

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