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08 febrero 2016

El final de Libia como Estado


Un clásico mural que representaba a la otrora Libia revolucionaria, Gadafi como líder y padre de la unidad libia, promotor de la Unión Africana y precursor de una nueva República Árabe Unida.



Por: Tito Andino U.

El nacionalismo y el pan-arabismo es el auténtico enemigo del Imperialismo, no el fundamentalismo religioso. Ahora está claro que los EEUU apoyan y financian a fuerzas sectarias y la desintegración territorial, tal y como se manifiesta en el ilegítimo proyecto de Constitución, la trampa para una ocupación colonial indefinida. Ghali Hassan


Libia se ha unido en el 2011 a la larga lista de estados víctimas de una supuesta “Comunidad Internacional” que vela por el cumplimiento de los “derechos humanos” y la “democracia” en el mundo. El asunto es que algún poder oculto tras bastidores, de ese organismo llamado Naciones Unidas favorece el derrocamiento de gobiernos sin el más mínimo sustento legal en el Derecho Internacional.

Para la OTAN/USA es imprescindible que continué la violencia en Libia, lo que buscan es intervenir con sus fuerzas de “pacificadores” y llevar la “democracia” a Libia, aunque el guión ya es demasiado conocido y reiterativo sigue funcionado. El objetivo final con Libia es otro:

DESTRUIR AL ESTADO LIBIO COMO ENTIDAD TERRITORIAL SOBERANO Y CREAR NUEVOS ESTADOS DENTRO DE ESE TERRITORIO.

Mapa del Rediseño del Medio Oriente Ampliado (Robin Wrigth 2013)


Recuerdan el Plan de Rediseño del Medio Oriente Ampliado?, seguro que si. La obra maestra de los belicistas estrategas geopolíticos del Pentágono no ha muerto (solo andaba de parranda); puede ser que fracasen en un lugar y otro, pero su agenda es extensa y variable según las circunstancias. Y, sobre todo, el tiempo no es importante para cumplir sus designios. Ya vamos tres cuartos de siglo en que la agenda imperialista de la globalización está en marcha, está no se detendrá. Solo Rusia y China son los tremendos obstáculos que impiden ese sueño delirante.

He aquí el proyecto del Rediseño del Medio Oriente Ampliado dedicado a Libia.



Como ejemplo de esa manipulación, en octubre del 2013, las tribus y las milicias de Cirenaica han declarado,  por su cuenta, la autonomía de la región, con el nombre de ‘Barqa’, según sus portavoces gozarán de “plena independencia” para administrar sus propios recursos naturales.


Qué representa Libia?

1. PETRÓLEO, claro es, dos millones de barriles de petróleo liviano todos los días, antes de la intervención “humanitaria”, gran banquete para las depredadoras multinacionales del terror.

2. Además, un punto estratégico para la cabeza de puente hacia el control del África “rebelde” (países que están contra los intereses de las transnacionales), es decir, Sudán y Chad, quienes están en la frontera sur de Libia (y ya sabemos que es Sudán, lo que tiene y por que han dividido y seguirán dividiendo ese país).




3. Qué más tiene Libia?, una privilegiada costa y puertos estratégicos en el Mediterráneo: Bengasi, Tobruk, Trípoli, Ras Lanuf, Sirte, etc. Desde antaño ejércitos del mundo han combatido en estos parajes estratégicos por el dominio de la Mare Nostrum. GEOPOLITICA se llama el juego. También recordemos que el Golfo de Sidra o Sirte ha sido valuarte en la lucha Libia por la reivindicación de la soberanía marítima y las aguas internacionales.


4. En Trípoli hay una gran base aérea, que ha sido utilizada en las guerras, italianos, alemanes, ingleses lo hicieron en la segunda guerra mundial. Las fuerzas estadounidenses la utilizaron después, bautizando esa base aérea como ‘WHEELUS’; luego, en 1970 la abandonaron por órdenes de Gadafi que la nacionalizó, la convirtió en una instalación militar libia renombrada Base Aérea Okba Ben Nafi, pero no por mucho tiempo. Durante la Guerra Fría, aviones y personal de la Fuerza Aérea Soviética operaron desde la Base Aérea Okba Ben Nafi. Con asistencia soviética, la Fuerza Aérea Libia fue organizada y equipada con modernos aviones de combate (para esa época, hoy naves en desuso o anticuadas) y defensa aérea con el despliegue de los misiles SA-2, SA-3, SA-6 y Crotale.

Hay alguien que no crea en el juego geopolítico?. Petróleo, bases estratégicas, rutas de acceso a otros objetivos, control del Mediterráneo, etc. Todo lo brinda Libia.

Es trascendental recordar la historia de las GUERRAS en LIBIA en el último siglo. Parece que ya nos olvidamos del famoso cuerpo acorazado “Afrika Korps” del Mariscal Rommel en apoyo de las fuerzas expedicionarias italianas en las guerras del desierto en la segunda contienda mundial frente a los blindados del Mariscal Montgomery. Alemanes, italianos, fuerzas británicas de diferentes nacionalidades lucharon encarnizadamente por hacerse con el control de Libia, Trípoli, Benghasi, Tobruk, El Almein (frontera egipcia), fueron escenario de famosas batallas, escenificadas posteriormente en el cine.

Estos enclaves caían y pasaban de manos en diferentes ocasiones. Defender o tomar Benghasi, Tobruk, el Almein se transformó en una prioridad para las partes en el conflicto mundial, por qué? Controlar estratégicamente el Mediterráneo, aquí, en estas ciudades que hoy son famosas en el mundo por los combates entre supuestos rebeldes, pro-Gadafi y yahidistas, se decidió, en parte, el fin de la segunda guerra mundial, al caer en manos aliadas el Norte de África, estos tuvieron ya un nuevo frente de guerra para programar la invasión de Italia.

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Contradictorio destino del líder libio Gadafi, dictador a ciencia cierta, pero es la norma, un derecho consuetudinario aplicable a los pueblos árabes, acostumbrados al principio de liderazgo en sus sociedades basadas en clanes tribales. En un post referido al poder de la familia Assad en Siria (Ver: Bashar Al-Assad, el oftalmólogo de la auténtica resistencia siria) habíamos explicado este fenómeno, desconocido en Occidente. Los árabes, sobre todo aquellas naciones que siguen manteniendo fuertes nexos de unidad basados en los compromisos entre tribus (como el caso libio) no conocen, ni están acostumbrados a un sistema que llamamos democracia. El mundo árabe laico puede ejercer un sistema democrático, pero aun así es distinto al que se práctica en el mundo occidental. 

Gadafi con el tiempo fue un instrumento –uno más– de las potencias occidentales, cuando las circunstancias así lo ameritaban. Dejó de tener la confianza por las revueltas en el mundo árabe, su tiempo había terminado, la supuesta “primavera árabe” lo iba a devorar en un programa encubierto por las potencias coloniales de Occidente.




Gadafi tuvo que cambiar radicalmente su política luego de un inicio prometedor y anti-imperialista en 1969, lanzó su revolución contra las bases extranjeras y la monarquía, clamó por la unidad árabe, fue precursor de una República Árabe Unida, desplegando una activa política pan-africanista. A la vez que convertía a Libia en una base de apoyo y entrenamiento a organizaciones de liberación nacional de izquierda y a movimientos como la OLP (Organización para la Liberación de Palestina).

Ronald Reagan ordenó el asesinato de Gadafi, el pretexto fue el incidente de combate aéreo entre aviones americanos y libios en el Golfo de Sirte, el bombardeo de Trípoli para matar al líder libio en abril del 1986 no se hizo esperar, pero fracasó.

Otro episodio para minar la voluntad de Gadafi fue el incidente del Lockerbie. La presunta participación libia en el atentado, por  “órdenes” de Gadafi, al ser acusado de fomentar el terrorismo internacional. La Comisión de Investigación de Casos Criminales de Escocia (Scottish Criminal Cases Review Comisión) puso en tela de juicio la participación libia en el atentado terrorista contra aerolíneas Pan Am 103, del 21 diciembre de 1988.

Libia pagó 2.7 mil millones de dólares a las víctimas del aquel supuesto atentado libio, aunque jamás reconoció su responsabilidad. Gadafi, el “terrorista”, en ese entonces, “miembro” de la coalición denominada “El eje del Mal”, fue chantajeado para aceptar una inexistente responsabilidad. Lockerbie, según Daniel Estulin, fue obra de la DEA para borrar pruebas contra ‘Bush and Co.’ en el tráfico de drogas a través del aeropuerto de Frankfurt con la ayuda de al-Kassar y bajo conocimiento de la CNI (Centro Nacional de Inteligencia).

Qué recibió a cambio Gadafi? La seguridad de Occidente de perpetuarlo en el “trono” libio, entonces cambió radicalmente, se convirtió en un aliado, frenó la emigración ilegal del norte de África hacia las costas mediterráneas europeas, empezó adquirir armamento occidental y muy poco a Rusia. Viajó por Europa, besándose efusivamente con cuanto líder europeo se puso en su camino, un “gran” amigo consiguió Occidente con este juego, Viajó por el mundo haciendo “aliados” el señor Gadafi. Más, su destino ya estaba escrito, no en las estrellas, sino en los despachos de los dueños del mundo.

Después del derrocamiento y asesinato de Gadafi por medio de una “espontánea revolución” popular, una supuesta imposición “democrática” esperaba a Libia con apoyo de la OTAN. Los hechos lo contradicen, solamente se sembró el caos y el proyecto de desmembramiento definitivo de un país sumido en la anarquía total, con diferentes facciones en guerra y dos gobiernos disputándose la administración política del Estado.

*****

El centro de estudio ‘Fund for Peace’ plantea los siguientes argumentos  para declarar un ‘estado fallido’:

- Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo   de la fuerza.

- Erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones.

- Incapacidad para suministrar servicios básicos.

- Incapacidad para interactuar con otros estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.
“Por lo general, un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político, y económico, caracterizándose por tener un gobierno tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada degradación económica”. (1)
En el presente, hay intereses fomentados desde el exterior y apoyado por analistas internacionales para declarar a Libia “estado fallido”. En consecuencia, para estos poderes foráneos lo mejor que puede hacerse es interponer una fuerza multinacional –claro, dirigida por las “Naciones Unidas”- para llevar –otra vez!- el orden y el estado de derecho.

Para ello habrá que combatir indistintamente a los diferentes grupos yihadistas, gubernamentales y otras facciones de todo género, en un marco polarizado por el aumento de las tensiones y divisiones sociales, tribales y regionales. Las tropas de la “ONU”, (léase OTAN) están dispuestas al “sacrificio” supremo de imponer –por la fuerza- el respeto a la ley. Cuál ley?, si los propios voceros de la OTAN han causado todo el desmadre en el país africano y mantienen intereses en declarar “estado fallido” a la otrora prospera Libia.

Ya desde mediados de junio del año pasado se baraja esa posibilidad, el propio organismo marioneta de los Estados Unidos, mejor conocido como Organización de las Naciones Unidas, ha advertido la eventualidad de declarar a Libia “estado fallido”, así ha venido advirtiendo, desde esos días, el español Bernardino León, ex enviado especial del organismo en mención, quien frotándose las manos ha señalado que si no se alcanza pronto a un acuerdo entre las diferentes partes en conflicto, no habrá otra opción que tal declaratoria.


Es falso que los libios se hayan dividido  tras las elecciones parlamentarias de julio de 2012. Las decenas de milicias eran ya incontrolables antes, para esas fechas de las elecciones legislativas, embistieron en Benghasi, asesinando cientos de miembros de los cuerpos de seguridad del estado (policías, militares y hasta funcionarios públicos) que mantenían el orden y administración pública. Hay evidencias de que todo esto fue manipulado por los Estados Unidos, llegando incluso al sacrificio del embajador, Cristopher Stevens y tres estadounidenses más en aras de un objetivo secreto.

Tenemos dos gobiernos en Libia que “administran” la nación, eso sobre el papel; en la práctica no hay tal, existen muchas y divergentes facciones que administran las zonas por ellas tomadas. El Estado Islámico también quiere ocupar militarmente Libia con el apoyo de cientos de facciones de yihadistas que operan impunemente en todo el territorio, mientras  otras tantas se oponen a los yihadistas.

El gobierno de Trípoli es según Occidente “rebelde”, se niega aceptar el “plan de paz” propuesto por el mencionado Bernardino León, a quien consideraron, y con toda razón, actuaba por intereses occidentales y sin plantear soluciones a los reales problemas. El otro gobierno, reconocido internacionalmente, tiene su sede en Tobruk, con apoyo de milicias islamistas y militares del antiguo gobierno.

El ex delegado de la ONU (León) planteó en su discurso dialogo con los dos gobiernos, quienes deben aceptar "renuncias dolorosas", ya que se afronta un riesgo de colapso financiero y la presencia, cada vez más importante, del Estado Islámico que se ha  afianzado en Darna (este) y progresa por el dominio total de la estratégica ciudad de  Sirte y su próximo objetivo es la ciudad de Misrata y Benghasi (segunda ciudad del país). En esta última se han dado fuertes combates entre fuerzas leales a los dos gobiernos.


El General Jalifa Hartar (en época de Gadafi) empleado actual de la CIA, es la cabeza de la fuerza militar del Parlamento de Tobruk que dispone de unos cuantos aparatos de combate aéreo, ordenó sin éxito la disolución de las milicias y está respaldado por egipcios y Emiratos Árabes.




Un rival directo por el poder es un viejo conocido, el jefe del Grupo Islámico Combatiente Libio, Abdelhakim Belhadj, o mejor dicho al-Qaeda en Libia, aportando miles de sus hombres para la lucha. Jugó un rol trascendental con el apoyo de la OTAN en la guerra sucia contra Gadafi. Estuvo al frente del Consejo Militar de Trípoli hasta mayo del 2012. Actualmente es dirigente de una rama de la ‘Hermandad Musulmana’, ‘Amanecer de Libia’, con una diversidad de grupos pro al-Qaeda y fuerte apoyo económico de Turquía y Qatar. Y, como era de prever, hoy ha declarado abiertamente su lealtad al Estado Islámico. Su organización “visitó” Siria, abanderando la primera oleada de yihadistas invasores de territorio sirio, combatiendo en Damasco y Alepo. Sobre este individuo se ha hablado ya en un anterior post (Secretos de la guerra mediática en Siria).

Para Red Voltaire, Abdelhakim Belhaj, representa: (2)

- La mano derecha de Ayman al-Zawahiri y en la actualidad es el número dos de Al-Qaeda. Su organización, el Grupo Islámico de Combatientes de Libia (GICL) se fusionó con Al-Qaeda. En 2007 el GICL fue renombrado ‘al-Qaeda en Libia’.

- Oficialmente, Abdelhakim Belhaj, sigue siendo uno de los criminales más buscados en el mundo, a pesar de eso la OTAN asintió que sea nombrado Gobernador militar de Trípoli. La justicia española lo tiene bajo sospecha de haber ordenado los atentados en Madrid (11-M).

- Su organización militar sigue en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado de los Estados Unidos y del Departamento del Interior de Gran Bretaña.

- Según Interpol, Abdelhakim Belhadj es en la actualidad el jefe del Estado Islámico en el Magreb. Interpol ha distribuido a los países miembros una rogativa con el pedido oficial del fiscal general de Egipto, quien acusa a Belhadj de ser el jefe del Estado Islámico en Magreb.

- A fines de 2011, Belhadj se va Siria, donde se pone a la cabeza del ‘Ejército Sirio Libre’, creado por Francia para derrocar a la República Árabe Siria. Pero no tarda en volver a Libia y es él quien coloca a la 'Hermandad Musulmana' en el poder en Trípoli. También ha creado campos de entrenamiento del Estado Islámico en las regiones libias de Derna, Sirte y Sebrata, así como una oficina en la isla tunecina de Djerba. Fue recibido el 2 de mayo 2014 en el Quai d’Orsay (Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia).

Sin duda, a la opinión pública se le pinta una solución irreal. Aparentemente, el plan de la ONU es unificar a los dos gobiernos y combatir las amenazas extremistas. Pero, bajo la mesa, la OTAN/USA tienen otros planes. Proponen arreglos irreconciliables para las partes con un solo fin: La guerra y el caos debe proseguir.

El desmoronamiento del estado libio ya tiene consecuencias regionales, países vecinos como Túnez, Argelia o el mismo Egipto tienen que afrontar la llegada de refugiados libios y de otras naciones que allí laboraban; es imposible controlar las extensas y desérticas fronteras donde pululan grupúsculos yihadistas y todo tipo de bandoleros (traficantes de armas, drogas y personas). En el Sahel, hay una rebelión del pueblo tuareg  (Malí) que apoyaron a Gadafi, el aumento de las actividades de terroristas nigerianos de Boko Haram y su apoyo al Estado Islámico, etc.

Hay tantas cosas por describir de Libia. En las próximas entregas lo haremos con la ayuda de un interesante trabajo que será puesto a vuestra consideración en algunas entregas.


Próximo capítulo
LIBIA: Tragedia en el Mare Nostrum (I)


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NOTAS:
(1) Cita de la Wikipedia, basado en el estudio de ‘Fund for Peace’-2007. El centro de estudio estadounidense Fund for Peace (Fondo por la Paz) emite anualmente el Índice de Estados Fallidos (Failed States Index), que publica la revista Foreign Policy.
(2) - «Los rebeldes sirios apoyados por Washington están bajo el mando de un “ex” terrorista de al-Qaeda», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 19 de diciembre de 2011.
- «De cómo los hombres de al-Qaeda llegaron al poder en Libia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de septiembre de 2011.

16 marzo 2015

¿Existió un Estado en Libia?


Manlio Dinucci
Il Manifesto (Italia)

Como de costumbre, los vencedores de la OTAN pretenden reescribir la Historia. Según afirman, Libia nunca fue un Estado y Muammar el-Kadhafi fue un sanguinario dictador. En realidad, la Yamahiriya Árabe Libia fue creada según el modelo de los socialistas utópicos del siglo XIX, de quienes Kadhafi siempre fue un gran admirador. Se trataba, por consiguiente, de un Estado mínimo que resultó desgraciadamente incapaz de defenderse ante la agresión de la coalición imperialista.

La Yamahiriya Árabe Libia disponía de infraestructuras importantes. Entre ellas se cuenta el «Gran Río Artificial», clasificada como la red de irrigación más grande del mundo.


Según el ahora presidente emérito de la República Italiana, Giorgio Napolitano, no es cierto que la guerra de 2011 destruyó el Estado libio. «Yo considero que nunca hubo en Libia un Estado, en el sentido moderno de la expresión», declaró Napolitano al hacer uso de la palabra en el Senado.

Hace sólo unos meses, el propio Napolitano había calificado Libia de «Estado fallido», un concepto creado por el Fondo para la Paz estadounidense. Pero ahora parece que lo ha pensado mejor: «Que se pueda hablar hoy de Estado fallido es algo que me deja perplejo. El ejercicio del poder autocrático y personal del presidente Kadhafi basado en un sistema de equilibrio entre la multitud de tribus no era un Estado.»

Así que, según Giorgio Napolitano, lo que había en la costa sur del Mediterráneo no era un Estado: la República Árabe de Libia, nacida en 1969 después de más de 30 años de dominación colonial italiana y de casi 20 años de monarquía espuria, inventada por Gran Bretaña y Estados Unidos. Estado que, después de abolir la monarquía, cerró en 1970 las bases estadounidenses y británicas y nacionalizó las propiedades de British Petroleum. Estado que –según reconocía el Banco Mundial en 2010– disponía de «un alto nivel de crecimiento económico», garantizando así –a pesar de las diferencias de desarrollo– el más alto nivel de vida en África y que proporcionaba trabajo a unos 2 millones de inmigrantes africanos. Estado que registraba «fuertes indicadores de desarrollo humano», entre los que se podía citar el acceso universal a la enseñanza primaria y secundaria y, para el 46% de la población, el acceso a la enseñanza universitaria. Un Estado cuyas inversiones hicieron posible el nacimiento de organismos que hubiesen podido hacer realidad la autonomía financiera de África: el Banco Africano de Inversiones (en Libia), el Banco Central Africano (en Nigeria) y el Fondo Monetario Africano (en Camerún).

Al reescribir la historia se está tratando de borrar todo eso y la Libia que existió de 1969 a 2011 se ve representada ahora como un no Estado, como una «multitud de tribus» –definición digna de una postal colonial– que se mantenían juntas únicamente por el poder de Kadhafi. Un poder que indudablemente existía, resultado de las fases históricas que Libia había atravesado, pero que se había relajado y descentralizado abriendo así la posibilidad de una evolución ulterior de la sociedad libia. Una Libia que, a raíz del levantamiento –en 2004– del embargo decretado por Estados Unidos y la Unión Europea, había reconquistado un espacio a nivel internacional.

En abril de 2009, en Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton estrechaba calurosamente la mano a uno de los hijos de Kadhafi mientras decía querer «profundizar y ampliar nuestra cooperación». Menos de 2 años más tarde, aquella misma Hillary Clinton iniciaba la campaña internacional contra Kadhafi, preparando así la posterior guerra.

Pero ahora, en el marco de la competencia por la próxima elección presidencial [estadounidense], los esqueletos comienzan a salir de los armarios.

Pruebas documentales, publicadas por el Washington Times y analizadas por la comisión del Congreso que investiga el asesinato del embajador de Estados Unidos perpetrado en Bengazi en 2012, demuestran que fue Hillary Clinton quien empujó la administración Obama a la guerra contra Libia «con pretextos falsos e ignorando los consejos de los comandantes militares».

En efecto, mientras la señora Clinton acusaba a Kadhafi de genocidio, las agencias de inteligencia estadounidenses indicaban en sus informes internos que «Kadhafi había dado la orden de no atacar a los civiles y de concentrarse en los rebeldes armados». Descubrimos así un informe, enviado por las autoridades libias a varios miembros del Congreso estadounidense en 2011, donde se documentan las entregas a los yihadistas libios de armas provenientes de Qatar con «la autorización de la OTAN».

En aquella época, el presidente Giorgio Napolitano declaraba que, «al no poder mantenernos indiferentes ante la reacción sanguinaria de Kadhafi», Italia se sumaba al «plan de intervención de la coalición bajo la conducción de la OTAN».


                            
                            Red Voltaire
                            25 febrero 2015
                                   http://www.voltairenet.org/article186891.html 

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