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27 febrero 2022

Invasión rusa de Ucrania... sí, pero, ¿por qué?





por Tito Andino


Ni el más extravagante partidario de Rusia diría hoy que los rusos no han invadido Ucrania, solo es cuestión de semántica a como lo explican desde Rusia. Abogamos por la solución diplomática y que el mundo unipolar acepte que no puede seguir marcando el destino de la humanidad a sus intereses político-económicos. 


Este no es un blog de noticias, por lo que no "narramos" combates, ni sobre muertos y heridos en la batalla (una persona ha escrito en el mail del blog por el sepulcral silencio de "este sitio prorruso" sobre la invasión...) No soy prorruso, pero si me declaro antinazi, como cualquier ser racional con algo más de dos centímetros de frente. Aquí hacemos investigación histórica y sobre geopolítica mundial, si los siguientes datos de un pasado reciente, fáciles de contrastar, derivan en una presunción "alineada" no debe achacársele al redactor, debería más bien el "afectado" revisar cuáles fuentes son usadas para su "crítica". 

Existe elementos que "moralmente" intentan justificar la invasión rusa a territorio ucraniano, que son medios dentro del ámbito estricto del Derecho Internacional. Al contrario que cientos de energúmenos de extrema derecha, se anhela que este conflicto baje de intensidad y volvamos a la "estabilización" del escenario de los últimos años. Nadie racional en uso de sus sentidos quiere la guerra, a excepción de los mercaderes de la muerte y de quienes especulan en los mercados financieros... y los innombrables energúmenos ya citados.

Este conflicto es una mera disputa económica global que implica aspectos geopolíticos y de seguridad

El hecho real es que al poder económico anglo-estadounidense ahora le resulta difícil competir en los mercados internacionales, no solo con el gigante ruso y sus recursos naturales, en especial energéticos como el gas. Primero fue el sistema Nord Stream (conocido a inicios de siglo como "Northern European Gas Pipeline" (NEGP) o "Baltic Sea Gas Pipeline", un gasoducto submarino de doble vía capaz de transportar gas ruso a través del Mar Báltico que funciona desde 2011. Mas, hoy en día, lo que alarma a Estados Unidos es la conclusión de un similar proyecto, el Nord Stream 2 que afecta el casi monopolio mundial de las transnacionales energéticas estadounidenses; y, para defender el "libre mercado" hay que sabotear a los rusos, que Europa se quede sin gas barato es irrelevante, ante esa emergencia las flotas de barcazas que transportan gas made in USA proveerá energía a Europa a un costo inmenso. ¿Negocio? Claro que sí.

¿Cómo se consigue paralizar Nord Stream 2? GUERRA, Ucrania es el pretexto. El principal socio ruso del gas, Alemania, ya se pronunció por no certificar el Nord Stream 2. ¿Quién gana la guerra? Los Estados Unidos de América... perdón por el desliz, gana la Empresa Mundial S.A. (léase multinacionales energéticas).

El gran rival de los Estados Unidos no es solo Rusia, otra potencia económica oponente está representada por la República Popular de China (que de comunista solo tiene el nombre del Partido que lo dirige), hay que terminar con los mercados chinos porque afectan a las transnacionales norteamericanas. La libre competencia o "libre mercado" solo es válido si la hegemonía la tuviera Estados Unidos, como ya no la tiene, ¿cuál es la solución? GUERRA

En el caso chino el pretexto es la isla china conocida como Taiwán. Y no solo eso, como Estados Unidos está perdiendo los mercados asiáticos y del Medio Oriente, ¿cuál es la solución? más GUERRA. Recuerden que se intenta renacer la RUTA de la SEDA terrestre desde Oriente a Occidente, verdadero libre mercado sin comillas. ¿Quién lo impide? Estados Unidos y el Reino Unido. ¿Por qué? Los anglo-estadounidenses controlan la mayoría del tráfico mundial marítimo. La Ruta de la Seda terrestre acabaría el negocio global monopólico del transporte marítimo de mercancías. ¿Solución? Para variar, mantener las ya existentes GUERRAS en Oriente Medio y crear nuevos conflictos en Asia y Europa Oriental para que sea imposible el renacimiento de la ruta de la seda que se mantendrá bloqueada por las guerras regionales sin fin.

Hemos perdido la cuenta de cuantas veces se insiste con una verdad incomoda, TODAS las guerras son disputas por intereses económicos. ¿Quién gana en una guerra? Las grandes multinacionales, los industriales y banqueros, lo demás es cuento para los fanáticos con sus aullidos patrioteros y saludo a la bandera.

Una guerra no se gana solo en el campo de batalla, sin el sustento de un poder económico combinado con la producción militar-industrial lo hace imposible. Los seres humanos somos solo carne de cañón en esa terrible competencia por apoderarse de los mercados. Desde mucho antes de las guerras mundiales del siglo XX y las que van del siglo XXI, no existe un solo conflicto en que los intereses privados financieros no estén presentes (vengo repitiendo esto en varias entradas).

 

Sistema ruso antiaéreo Pantsir  (foto archivo de Sputniek, Maksim Blinov)

¿A quién conviene que los rusos se extralimiten en sus acciones? ¿Quién quiere una guerra total en Ucrania? 

Los estrategas de la guerra de EEUU/OTAN ya han conseguido la guerra que querían, sin mancharse el uniforme, limpios e inmaculados "denuncian" la locura expansionista de Rusia atacando Ucrania. Siguen anhelando un conflicto total, una invasión a toda regla, bombardeos indiscriminados y matanza de civiles. Los objetivos de Rusia parece ser los que viene señalando por años, que se cumplan los compromisos, no solo los Acuerdos de Minsk, también las promesas de la OTAN de no expandirse hacia sus fronteras... y claro, en vista de las circunstancias, aceptar como parte de la Federación Rusa a las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk. También los rusos juegan a la geopolítica, por supuesto.


Este primer escenario está rodándose, Rusia ha penetrado en Ucrania, el mundo -al menos los medios- claman contra los bárbaros rusos. Objetivo cumplido. A Rusia no se le puede doblegar militarmente, sin embargo, la guerra económica si que podría perderla. Todo está listo con las sanciones económicas, afectar el mercado bancario y las principales empresas estatales de Rusia, su economía debe ser degradada, congelar sus activos en Europa, prohibir el comercio, etc. No sabemos si la economía rusa resista largo tiempo este tipo de embates. Putin ha previsto esas contingencias, si algo acontece no será parecido al rotundo golpe que se dio a la antigua URSS, Rusia está acumulando grandes reservas de oro y otros metales valiosos como resguardo financiero. 

  

Y, ¿cómo lograron ese escenario? Gracias a Ucrania a quien juraron protegerla, la armaron, la pusieron a vociferar contra los perversos rusos a través de rabiosos grupos de fanáticos neonazis a quienes auspician... luego... luego, a última hora... los abandonan en democracia.


Es que no soy yo quien lo dice, aunque parezca mentira el único ucraniano cuerdo -de los políticos- parecía inicialmente ser el presidente Zelenski

"Nos hemos quedado solos. No veo quién esté listo para luchar con nosotros...No tenemos miedo a hablar de un estatus neutral (ahora no estamos en la OTAN). Pero, ¿qué tipo de garantías tendremos? Y lo más importante: ¿Qué países, concretamente, nos las darán?", pregunta el presidente de Ucrania al dirigirse a la nación tras la entrada militar rusa en Ucrania.

Recuerden que dos semanas atrás la prensa occidental no daba crédito a las palabras de Zelenski cuando éste les señaló con el dedo, dijo a los periodistas que Rusia no es el principal problema, ES LA PRENSA. Impresionante e inesperado estallido de espontaneidad en que afirmó que los problemas actuales de su país provienen del oeste y no del este.

El otro escenario de tensión bélica está siendo emulado para China. Provocar a China, de igual manera como ha conseguido que Rusia actúe en Ucrania, hay que encontrar el término justo para iniciar una escalada de la crisis, siempre los chinos y los rusos deben tener el rol de agresores. Según la estrategia de Estados Unidos se quiere un conflicto limitado de China sobre Taiwán, los medios de comunicación vienen desde hace mucho señalándolos como los "malos". Estados Unidos presiona a Europa para incitar a China a la guerra por Taiwán. Los estadounidenses anhelan "solo" un pequeño conflicto, en ese sentido trabajan con el Reino Unido y Australia para provocarlos continuamente, esperan que China dispare primero, el guión está ya preparado: China "el matón contra el que el resto del mundo debe unirse". 

El plan es efectivo, hasta el momento funciona bien. Rusia es retratada como el nuevo fascismo contra Europa (con el perdón de los neonazis ucranianos, españoles, etc). Rusia es una potencia agresora y la "cruzada" europea prometida a Ucrania... no vendrá (al menos al nivel de la propaganda), como no vino en el momento requerido contra Hitler. Los "buenos" no responden como deben, se lamenta Zelenski. Estados Unidos "comprometido" a ayudar a Ucrania para “defenderla” la armó, entrenó, la envalentonó, provocó a los rusos y luego se retiro cautelosamente... La misma historia tuvo lugar en Georgia (2008), por citar un ejemplo.

Digamos lo que digamos, EEUU/OTAN saldrán vencedoras en la guerra informativa y económica. Volver a rearmar Ucrania y toda Europa del Este representará jugosas ganancias debido a que los agresores chinos y rusos no descansan para destruir el mundo. Recuerden que los Estados Unidos y Europa Occidental dominan la información global (desinformación) con las principales agencias de noticias, periódicos y noticias en televisión, el resto del planeta (un 90%) siguen relegados a mirar lo que nos venden (propaganda).


Su-27 ruso (foto archivo)

¿Cómo y por qué llegamos a la situación actual en Ucrania?

Los hechos históricos nos dicen lo siguiente: *

Febrero 2014, un golpe de Estado derrocó al gobierno ucraniano del electo presidente, Viktor Yanukovich, quien tuvo que huir para salvar su vida. El motivo, enrumbar al país Kiev hacia la órbita de Occidente

Y aquí es incuestionable la mano  de los Estados Unidos, los conocidos John McCain y Victoria Nuland hacen acto de presencia y respaldan las "protestas espontáneas". La propia Nuland (que manejó el golpe de estado) reconoció que su país invirtió (inversión económica) cinco mil millones durante muchos años para conseguir el objetivo. Nuland "rechazó enérgicamente un probable acuerdo de compromiso europeo que habría llevado a un gobierno de compromiso. ´¡Que se joda la UE!´, fueron sus palabras; y el actual presidente Biden fungía de vicepresidente de los Estados Unidos.

El gobierno golpista, respaldado por fuerzas de la extrema derecha, de ideología neonazi, se embarcan en algo absurdo, acosar a los ciudadanos ucranianos de habla rusa. (30% de la población), suprimen la lengua rusa como uno de los idiomas oficiales del estado. Actos de violencia y matanza colectiva están registrados.

El neonazismo, si bien no dirige el gobierno de Ucrania, se permite, a través de Svoboda y otros grupos nacionalistas, "aprobar una legislación que convierte en héroes a los colaboradores nazis mientras retira las estatuas que honran a los patriotas antinazis" y hasta consiguen dividir a la Iglesia Ortodoxa.


Victoria Nuland y el embajador Pyatt (a su lado) junto a los políticos ucranianos Vitaly Klitschko (izquierda) y Arseny Yatsenyuk (derecha)

Foto/ AFP.  El extinto senador norteamericano John McCain en Ucrania apoyando al líder fascista de Svoboda, Oleg Tiagnibok y al ex Primer Ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk


La secesión de Crimea, Donetsk y Lugansk son consecuencia directa del golpe de Estado de 2014. Crimea organiza un referéndum para separarse de Ucrania solicitando la reunificación con Rusia. (Crimea era parte de Rusia desde 1783, dentro de la URSS la administración de Crimea se transfirió a Ucrania en 1954 sin ninguna consulta popular).

Las provincias de Lugansk y Donetsk, fronterizas con Rusia, de mayoría rusa sufrió el acoso del nuevo régimen golpista de Kiev que promulga políticas segregacionistas, las provincias reclaman una administración federal. Ese mismo 2014, las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk declaran su independencia de Kiev.

Los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 firmados por Ucrania, rebeldes ucranianos, Rusia y autoridades europeas evitan una guerra mayor en el este de Ucrania y garantiza la unidad territorial de Ucrania, con cierto grado de autonomía a Lugansk y Donetsk. Con posterioridad el acuerdo es rechazado por  Kiev y Washington que termina con la decisión de Rusia de reconocer las Repúblicas Populares de Donetsk (DPR) y Lugansk (LPR), el 21 de febrero de este  año.

En el papel declarar la secesión no es un acto jurídico suficiente, pero los Estados Unidos y la OTAN han sido los primeros en promover la desintegración de países como Yugoslavia, la secesión de Sudán del Sur de Sudán, el caso Kosovo y sus frecuentes esfuerzos secesionistas kurdos en Irak, Irán y Siria. Tampoco nos detendremos a analizar las consecuencias de las pretendidas secesiones en el Cáucaso ruso (Chechenia) y otros ejemplos. 

Estados Unidos es el principal instigador del conflicto en Ucrania. No reconocen los compromisos que llevaron a la transición y unificación de Alemania. Se niegan aceptar que la Unión Soviética desaparecía bajo la garantía a Rusia de "ni un paso hacia el Este en la expansión de la OTAN". ¿Qué aconteció? Países Bálticos en la OTAN, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria con bases USA y/o OTAN, incluso algunos de éstos estados acogen bases de misiles balísticos apuntando a... exacto! a Rusia. La respuesta rusa a lo largo de muchos años ha sido relativamente moderada en cuanto al despliegue en sus fronteras de los misiles nucleares, recordemos la reacción estadounidense cuando se pretendió establecer una presencia militar y base de misiles en Cuba durante la década de 1960... 

La promesa de la OTAN de "estudiar" la admisión de Ucrania ha chocado con la firme oposición rusa y las consecuencias están a la vista. Nos dicen los medios que Rusia amenaza a Europa y al mundo porque es el país más grande sobre la tierra, pero ello en vez de ser una fortaleza debilita a la Federación Rusa por la seguridad fronteriza y la manipulación occidental en las repúblicas musulmanas del Cáucaso. Y hay hasta quien se burla de este tipo de explicaciones colocando un mapa en que se aprecia la inmensidad del territorio ruso comparada con el área territorial que ocupa la indefensa Europa. Si, la Imperial Europa "amenazada", aquella que provocó dos fratricidas guerras mundiales, la que se enriqueció brutalmente del colonialismo y la misma Europa que prevalece en el mundo con su poderosa industria y sistema financiero impositivo bajo la tutela anglo-estadounidense.

La OTAN es una alianza de 30 estados miembros. Todos en conjunto cubren una superficie de 24.57 millones de km² y unos 945 millones de personas, el 16.25% de la superficie habitable del planeta y el 12.17% de la población mundial. Restémosle los más de 300 millones de habitantes de los Estados Unidos, los 38 millones de Canadá y hasta Turquía, país que muchos europeos lo consideran asiático y tercer mundista, con sus 84 millones de ciudadanos, que nos deja algo más de 400 millones menos. 

Destaco las estadísticas del párrafo anterior debido a la hipótesis  que afirma que Rusia es una amenaza para Europa y el mundo porque es el país más grande del planeta y seguramente creen que procrean como "chinos" y tienen una urgente necesidad de "espacio vital". Con  una superficie de 17.098.246 km² apenas bordean los 141 millones de habitantes (censo no oficial de 2020), es decir 8,3 habitantes por /km².


Objetivo final: Acabar con Rusia

Reafirmamos estas reflexiones con las siguientes líneas resumidas de nuestro artículo: "Rusia, el caos poscomunista".

La vieja historia de querer aplastar al gigante ruso no es nueva. Rusia y China constituyen y seguramente seguirán siendo una amenaza contra el intento de globalizar la economía mundial. Eso no ha pasado, el mundo actual ya no es un centro unipolar manejado por los anglo-americanos y sus socios de las altas finanzas, y esto tiene un nombre: Rusia y China junto a otras pequeñas naciones regionales que no aceptan y se revelan contra las políticas impositivas que destruyen los estados soberanos. 

La Unión Europea es un instrumento de dominación de USA/OTAN, acercándose a las fronteras de la Federación Rusa con despliegues de fuerzas militares, armamento de última generación y un renovado y modernizado sistema balístico nuclear. ¿Por qué? Intentar doblegar a Rusia mediante la coacción y chantaje económico. 

Cambiando el poder en Moscú el mundo será absolutamente una colonia mercantil donde los Estados Unidos y sus socios impondrán sus reglas.

Las actuales guerras del Medio Oriente no solo son conflictos para destruir a naciones rebeldes como Siria, Irak, Irán, Líbano, etc., son obstáculos para el gran objetivo final: RUSIA. Con el surgimiento económico de China podría ser que el cambio de prioridades haya variado.

Los medios occidentales hablan de agresión rusa, del retorno del expansionismo y el peligro que representan los rusos para Europa y el mundo. Seguramente por eso Estados Unidos y la OTAN se empeñan, no hoy, sino desde hace ya un par de décadas, en rodear a Rusia con bases militares por todos lados de sus fronteras; también la OTAN y sus aliados regionales en el Medio Oriente (Israel y las Monarquías del Golfo) se encuentran encaprichados en su proyecto yihadista para dividir a Rusia y limitar sus áreas de influencia. El terrorismo islamista viene siendo utilizado en contra de Rusia en el Cáucaso. 

Destruyendo naciones y afianzando alianzas con gobiernos lacayos como Ucrania y ex repúblicas soviéticas, paulatinamente, en aparente silencio, se va cerrando el cerco contra el gigante oso ruso.


                    Vladimir Putin en un acto público en 2018 (foto archivo)

¿Cómo destruyeron la Unión Soviética?

Estados Unidos y sus aliados manejaron y manipularon los mercados financieros, abarataron el precio del petróleo, con la complicidad de las monarquías del Golfo, forzaron a la intervención militar en Afganistán, entre las principales razones. Como vemos el mismo procedimiento se aplica contra Rusia por el conflicto ucraniano.

Rusia, tras la caída del totalitarismo soviético, estaba en un K.O. técnico. Caos, hambre, pobreza, pero tras todo esto estaban las “instituciones económicas más poderosas, trabajando de la mano con elementos criminales, la mafia, respetables organizaciones filantrópicas, comités de expertos de prestigio internacional, organizaciones no gubernamentales, servicios de inteligencia y las principales entidades bancarias occidentales, iniciaron la empresa de destruir Rusia deliberada y meticulosamente. Los recursos rusos son sinónimo de supervivencia, por lo que desestabilizar Rusia se ha convertido en la clave de la supervivencia futura”, sostiene el investigador D. Estulin, en su libro ‘Los Señores de las Sombras’.

La URSS colapsó en diciembre de 1991, inmediatamente el nuevo “amigo” de Rusia -Estados Unidos- emprendió la tarea de apoyar al extinto sistema comunista para llevarle a una transición democrática y rumbo al capitalismo. Rusia, en algo más de una década dejó de ser un rival o amenaza a los intereses norteamericanos, no tuvieron los medios para oponerse a los Estados Unidos que lograron el control del petróleo y gas del Asia Central

Eso no fue todo, tuvo lugar el mayor saqueo de los recursos de una nación, casi olvidado en la actualidad, nunca difundido por los medios occidentales. La extinta URSS manejaba, sin duda, la mayor riqueza mineral del mundo, materias primas estratégicas como el cobalto, cobre, bronce, titanio, níquel, manganeso, platino, oro, piedras preciosas, entre otros minerales valiosos, a más del petróleo y madera. Esos abundantes tesoros naturales de Rusia fueron saqueados. Incluso la industria bélica y todo tipo de valiosa maquinaria fueron a parar a subastas fraudulentas. Casi sin valor en el mercado internacional, fueron repatriados a través de unos 260 bancos controlados por la mafia que surgieron por doquier en el país (Estulin). Según el propio Yeltsin, Rusia se convirtió en una “superpotencia del crimen, en una mafiocracia” (la Rusia de Yeltsin, por supuesto).

El juego con la manipulación del mercado fue tremendo, se realizaron operaciones colosales de subasta de rublos por cientos de miles de millones a cargo del crimen organizado, dinero que salió de Rusia. Todo iba a ser desmantelado en una operación combinada, pero clandestina, codo a codo entre los servicios de inteligencia occidentales, especuladores financieros e importantes bancos, la Mafia de Estados Unidos y la italiana (Cosa Nostra), más el aporte de los criminales rusos surgidos con el fin de la URSS, la mafia rusa “Vorovskoi Mir” (Mundo de Ladrones) en alianza con viejos oficiales del KGB, ex veteranos de Afganistán y oficiales del ejército retirados, incluso miembros del Partido Comunista también participaron a través del KGB en el robo masivo de propiedades y recursos naturales del Estado, inundando el mercado extranjero de rublos, vendiendo ilegalmente materias primas y blanqueando las ganancias en Occidente. Según Estulin, estos grupos combinados crearon alianzas de conveniencia para impulsar la malversación económica a niveles increíbles. De esa forma (y de otras) dieron la estocada final a un sistema que, siendo objetivos, fue un fracaso político-social-económico, el desplome de la URSS que era evidente aconteció más rápido de lo señalado.

El objetivo secreto de todo esto (claro que esta parte lo desconocían todos los grupos criminales y políticos rusos en ese entonces) era permitir que los gangsters financieros norteamericanos y sus socios se apoderen y controlaran las reservas de gas y petróleo de Asia Central. Brillante y silenciosamente destruyeron la base económica de Rusia. Los expertos concuerdan que se pretendía regresar a Rusia a los tiempos de un país tercermundista, que dejara de ser una amenaza al proyecto estadounidense y  de sus socios europeos, para ello también organizaron los conflictos separatistas en el Cáucaso ruso.

El siguiente paso, con la connivencia de Yeltsin, fue crear reformas democráticas y un ligero impulso económico siempre evitando que Rusia resurja como competencia a nivel mundial contra los Estados Unidos. Llegó el FMI y la era Clinton para "apoyar" a la nueva economía y democrática Rusia. Yeltsin hizo lo habitual en estos casos, aceptar préstamos internacionales (la imposición de ‘ayudas’) a cambio de emitir obligaciones (deuda). Si no pagas pierdes la garantía subsidiaria (que garantiza el préstamo). Las garantías rusas, no está demás decirlo, eran las acciones de las principales industrias estatales. En otras palabras: Préstamos por acciones. Así, si el gobierno ruso no podía rembolsar los préstamos, los bancos tenían derecho a subastar acciones en áreas energéticas, recursos naturales, industrias, etc.


La dorada década de 1990 fue maravillosa para los Estados Unidos, gozó de la supremacía mundial absoluta, controlaba los mercados rusos. Rusia dejó de funcionar como un estado, en graves aprietos para alimentar a su población y con su capacidad militar disuasiva venida a pique... 


Entonces, surgió Putin. Los problemas llegaron, no para los rusos ni para Rusia, sino para los Estados Unidos, para los buitres financieros, para los nuevos oligarcas rusos y la mafia ruso-israelí, todos ellos siguen lamentando el retorno del "totalitarismo" a Rusia.

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La Gran guerra de las flechas. Estrategia rusa en Ucrania

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Lecturas consultadas:

Transcripción de la llamada Nuland-Pyatt filtrada

The US Is the Major Instigator of the Ukraine Conflict. The Historical Facts

La prensa "libre" apoya la estrategia militar occidental para la guerra

La negación de la historia. ¿Por qué la OTAN no cumple sus compromisos con Rusia?

LAS GUERRAS DE CHECHENIA: Relatos de un complot

RUSIA, el caos poscomunista

Más notas de prensa internacional de estos días

12 febrero 2022

La huella militar global de Gran Bretaña


Mapa del mundo que muestra la extensión del Imperio Británico en 1886, de Walter Crane. Los territorios del Imperio están marcados en rojo. El mapa fue incluido como un suplemento en la edición del 24 de julio de 1886 del periódico británico ilustrado The Graphic. El inserto pequeño muestra en rojo la extensión de los territorios británicos en 1786


Primera Parte: 

Notas previas del editor del blog


La enigmática isla de Albión a través de los tiempos es muy rica en historia y leyendas. Ha construido y destruido imperios en los últimos siglos; ha creado naciones de la nada con un objetivo: dividir a pueblos hermanos; ha diseñado y rediseñado mapas geográficos con el mismo propósito: divide y reinarás. 


El Imperio Británico ha prevalecido sobre todos, a pesar de la dura rivalidad con otros imperios y naciones. Ese reinado sobre gran parte del orbe duró hasta después de la Gran Guerra (comúnmente denominada Primera Guerra Mundial). Antes del estallido de la segunda conflagración mundial junto a Francia seguían siendo los mayores imperios coloniales del globo. La Gran Bretaña seguía siendo la mayor potencia económica, su moneda era la referencia del comercio internacional (como lo es hoy el dólar).

A raíz de que el Imperio Alemán desatara la guerra en Europa en 1939 su colega imperial, la Gran Bretaña, se vio obligada a bajarse del pedestal cediendo ese privilegio a una nueva, poderosa e infranqueable potencia económica e industrial, los Estados Unidos de América que desde fines del siglo XIX venía haciendo presencia en el contexto mundial.


Mapa del Imperio Británico bajo la Reina Victoria, finales del siglo XIX. Los dominios se refieren a todos los territorios pertenecientes a la Corona.


Si bien es cierto que Gran Bretaña perdió mucho más de lo que ganó producto de la victoria contra el nazismo, hay quienes afirman que el poder económico global sigue siendo controlado desde la City de Londres, compartiendo ese privilegio con Wall Street en New York. 

¿Qué tan cierto es esto? Es algo que se discute con frecuencia. El hecho de que los imperios económicos anglo-estadounidense estén en dura disputa con la emergente potencia que es China y la poderosa Rusia no significa que veamos un cambio trascendental en el equilibrio internacional, al menos a mediano plazo. La astucia y estrategia occidental parece seguirse imponiendo (coercitivamente) ante sus rivales.

Tener muy claro, siempre, que las guerras -todas- son disputas por intereses económicos, lo demás es un saludo a la bandera y falso patriotismo de los señores de la guerra secundados por fanáticos belicistas. ¿Quién gana en una guerra, aún perdiendo el  conflicto? Los industriales y banqueros, si no pregúntenle a los banqueros e industriales nazis que ayudaron a reconstruir Europa luego de la gran matanza que fomentaron.

Esta claro que la especialidad de este blog no es la economía, pero no deja de relacionarse con la geopolítica y los conflictos mundiales. La City de Londres, entre otros territorios británicos sigue siendo un paraíso fiscal. Londres se divide en dos: la ciudad de Londres, propiamente dicha, administrada por su Alcalde  (Mayor of London), y la City de Londres, con su propio alcalde (Lord Mayor of London), en la práctica éste último es el representante y defensor financiero de todo el Reino Unido con amplia facultad para decidir y apoyar los negocios y cuestiones financieras.

Una guerra no se gana en el campo de batalla, una guerra solo puede ser ganada con el sustento de un poder económico combinado con la producción industrial, los seres humanos son solo carne de cañón en esa terrible competencia por apoderarse de los mercados desde tiempos anteriores a la época colonial y con mayor razón durante la primera y segunda guerra mundial. Pasando por todos los conflictos del siglo XX y los que se han desatado en estas dos décadas de lo que va el siglo XXI, no hay un solo conflicto en que los intereses económicos y la explotación de los recursos naturales de las naciones atacadas haya estado presente


Arthur Mees, "Banderas de un Imperio libre", 1910. Cornell CUL PJM 1167 01


En lo económico, lo que muchos denominan hoy "conspiración del sionismo internacional", o lo heredado de los "filósofos" nazis que sigue teniendo rabiosa acogida en la extrema derecha europea, con la tristemente célebre "conspiración judeo-masónica-comunista", quieren ver en los Soros, los Rothschild, entre otros, la evidencia "irrefutable" de tal teoría conspiranoica. 

Los mencionados personajes, a través de grandes corporaciones, son apenas la punta visible de una enorme red secreta de intereses financieros privados, controlados por las principales familias aristocráticas y reales de Europa, centrada en la Casa Británica de WINDSOR. Muy poco se habla del Club de las Islas, edificado sobre los restos del Imperio Británico tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, su sede es Londres, precisamente en la City. Soros y los intereses de los Rothschild prefieren mantener sus vínculos a la sombra, esconden muy bien a sus amigos en la City de Londres, en el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, en los círculos financieros estadounidenses y, claro, también en Israel.

La existencia de este círculo fue desenmascarado en 1964 tras la aparición de un polémico libro, "Treason in America" (Traición en América) de Anton Chaitkin. En muchos sentidos, el Club de las Islas mantenía el modelo de la Compañía anglo-holandesa de las Indias Orientales del siglo XVII. Los Rothschild, los Soros y otros son de aquellos que en la Edad Media se denominaban Hofjuden, “judíos de la Corte”, que gozaban de la protección de las familias reales y aristocráticas, ya que el préstamo de dinero era prohibido por la iglesia y los judíos tenían "licencia divina" para negociar. Los más importantes de tales judíos que para nada son judíos, son los Rothschild, familia que impulsó la carrera de Soros. Todos son criados de la Familia Real Británica. (En el caso de George Soros, su identidad judía solo tiene un valor utilitario para él, en lugar de ser una fuente de valores morales, es una persona cínica y ambiciosa, reclutado por la red de inteligencia británica de posguerra).


Cartel antisemita de 1941 creado para la exposición antimasónica celebrada desde agosto de 1941 hasta enero de 1942 en Belgrado, Serbia bajo ocupación de la Alemania nazi. Patrocinada por el Tercer Reich, fue organizada por ex miembros de Zbor (el Movimiento Nacional Yugoslavo, también conocido como Organización del Trabajo Militante Unido) y posicionada como Anti-Masónico. La exposición tenía la intención de deshumanizar e intensificar el odio a los judíos, debido a la presunta Conspiración Judeo / masónica / comunista de dominación mundial,  judíos maniobrando a la masonería, la democracia y el capitalismo. Los diseñadores de estos carteles permanecieron en el anonimato. El cartel de ejemplo presenta una caricatura de un hombre judío que actúa como titiritero con Joseph Stalin y Winston Churchill como marionetas, con una calavera sobre la cabeza del titiritero y varios símbolos en las cortinas: estrella de David, masonería: llave, sol y luna, con una leyenda en serbio que se traduce como "El judío sostiene los hilos en su mano, ¿de quién y cómo? - Encontrarás respuestas en la exposición anti-masónica".


En fin, otros detalles de la City y los banqueros puede revisarse en La City de Londres, Wall Street y la reconquista de Estados Unidos en la era del capitalismo financiero

Es momento de repasar un artículo del Dr. Binoy Kampmark, de quien hemos tomado el título de esta entrada. 


Segunda Parte

Mantener el imperio en funcionamiento

Dr. Binoy Kampmark

Ex becario de la Commonwealth en Selwyn College, Cambridge, profesor en la Universidad RMIT de Melbourne. Sus artículos se publican en Global Research y Asia-Pacific Research.


Algunos tipos nostálgicos todavía creen que la Union Jack continúa revoloteando entre suspiros y reverencias sobre los puestos de avanzada del mundo, desde los trópicos hasta el desierto. Tendrían razón, aunque sólo fuera hasta cierto punto. 

 



Resulta que Gran Bretaña tiene un alcance global bastante expansivo cuando se trata de bases, instalaciones militares y sitios de prueba. Si bien no tiene el peso obeso y la fuerza pesada de los Estados Unidos, lo hace bien. A nivel mundial, el ejército del Reino Unido tiene presencia en 145 sitios en 42 países. Tales cifras concuerdan con la espinosa observación de Ian Cobain en The History Thieves: que los británicos eran las únicas personas "perpetuamente en guerra".

La rica descripción general de Phil Miller sobre la huella militar de Gran Bretaña para Declassified UK muestra que es pesada. “El tamaño de la presencia militar mundial es mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente y es probable que signifique que el Reino Unido tiene la segunda red militar más grande del mundo, después de Estados Unidos”. El ejército del Reino Unido, por ejemplo, tiene presencia en cinco países de Asia-Pacífico: instalaciones navales en Singapur; guarniciones en Brunei, instalaciones de prueba de drones en Australia; tres instalaciones en Nepal; una fuerza de reacción rápida en Afganistán. Chipre sigue siendo uno de los favoritos con 17 instalaciones militares. En África, el personal británico se puede encontrar en Kenia, Somalia, Yibuti, Malawi, Sierra Leona, Nigeria y Malí. Luego vienen los lazos siempre dudosos con las monarquías árabes. 

La naturaleza de tener tales bases es ser amable con tu anfitrión, no importa que sea teocrático, loco charlatán o un déspota anticuado con fetiches. A pesar de las declaraciones a menudo tontas de los políticos británicos de que están en desacuerdo con los autoritarios, abundan las excepciones. El Reino Unido nunca ha tenido problemas con los autoritarios con los que puede trabajar o los déspotas a los que puede mimar. Una mirada más cercana a tales relaciones suele revelar los mismos ingredientes: capital, comercio, percepciones de necesidad militar. El acercamiento a Omán, un estado marcado por el gobierno absoluto, es un buen ejemplo.  

Desde 1798, Gran Bretaña ha contribuido a garantizar el éxito y la supervivencia de la Casa de Al Said. El 12 de septiembre, el secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, anunció que otros 23,8 millones de libras esterlinas se destinarían a mejorar la Base de Apoyo Logístico Conjunto Británico en el puerto de Duqm, triplicando así “el tamaño de la base británica existente y ayudando a facilitar los despliegues de la Marina Real en el Océano Índico”. El Ministerio de Defensa también llegó a describir una “renovación” de una “relación enormemente valiosa”, a pesar de la firma de un nuevo Acuerdo de Defensa Conjunta en febrero de 2019.    

El acuerdo había sido uno de los actos del canto del cisne del enfermizo sultán Qaboos bin Said, cuyo fallecimiento este año fue lamentado genuinamente en los círculos políticos británicos. El primer ministro Boris Johnson lo llamó “un líder excepcionalmente sabio y respetado al que extrañaremos enormemente”. Papers of Record escribió en alabanza de un reformador y desarrollador. “El gobernante árabe que más tiempo ha servido”, observó una columna aduladora en The Guardian, “Qaboos era un monarca absoluto, aunque relativamente benévolo y popular”.    

El mismo sultán, debe decirse, tenía poca afición por la libertad de expresión, reunión y asociación, alentó los arrestos y el acoso de los críticos del gobierno y toleraba la discriminación sexual. Pero él era de la etiqueta de "uno de nosotros": entrenado en la Royal Military Academy Sandhurst, un anglófilo inquebrantable, instalado en el trono por Gran Bretaña en el golpe de palacio de 1970 durante la casi olvidada Rebelión de Dhofar. “Estratégicamente”, nos recuerda Cobain, “la guerra Dhofar era uno de los más importantes conflictos del siglo XX, ya que los vencedores podían esperar controlar el estrecho de Ormuz y el flujo de petróleo”. Los británicos se aseguraron de que su hombre ganara.


Posesiones británicas ultramarinas


Se pueden encontrar menciones públicas de una mayor participación militar británica en teatros extranjeros, aunque rara vez aparecen en las portadas. El negocio de proyectar tal poder, especialmente en el modelo británico, debe ser cuidadoso, considerado, incluso gnómico. Gran Bretaña, por ejemplo, se está uniendo al llamamiento liderado por Estados Unidos para contener el Peligro Amarillo en Asia Pacífico, un buen recordatorio para Beijing de que las viejas fechorías imperiales nunca deberían ser un impedimento para la repetición

El jefe del ejército británico, el general Sir Mark Carleton-Smith, habló en septiembre sobre la existencia de “un mercado para una presencia más persistente del ejército británico (en Asia). Es un área que vio una presencia del Ejército mucho más constante en los años ochenta, pero con el 11 de septiembre, naturalmente, retrocedimos”. Ha llegado el momento de “corregir ese desequilibrio”.

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido, el General Sir Nick Carter, prefiere ser más enigmático sobre el “futuro de la Gran Bretaña Global”. Para hacer frente a un “contexto estratégico cada vez más complejo y dinámico”, sugiere el “Concepto Operativo Integrado”. Gran Bretaña tiene que "competir por debajo del umbral de la guerra para disuadir la guerra y evitar que los adversarios de uno logren sus objetivos en estrategias de hechos consumados". 


Mapa del Imperio Colonial Británico 

Atrás quedaron los viejos matones imperiales de arrebatar y agarrar (snatch and grab); son evidentes las cuestiones de flexibilidad en términos de competencia. “Competir implica una postura de campaña que incluye operar continuamente en nuestros términos y en los lugares que elijamos”. Esto implica un proceso de pensamiento que involucra "varias dimensiones para escalar y desescalar arriba y abajo de múltiples escaleras, como si fuera una telaraña". El general intenta ilustrar este galimatías con el siguiente ejemplo: "Uno podría restringir activamente el dominio cibernético para proteger la infraestructura nacional crítica en el Dominio marítimo".

En 2017, Johnson, entonces secretario de Relaciones Exteriores, y el secretario de Defensa, Michael Fallon, ya habían murmurado algo más que una mayor presencia británica en Asia-Pacífico. Fallon estaba ansioso por enfatizar las razones de una participación más profunda, enumerándolas a un grupo de periodistas australianos. “Las tensiones han aumentado en la región, no solo por las pruebas de Corea del Norte, sino también por la escalada de tensión en el Mar de China Meridional con el programa de construcción que se ha llevado a cabo en las islas y la necesidad de mantener abiertas esas rutas”.

Con tal charla sobre la amenaza de China, se le podría perdonar por creer que la presencia británica en Asia-Pacífico fue mínima. Pero eso ignoraría, por ejemplo, la base de logística naval en Sembawang Wharf de Singapur, que cuenta con personal militar permanente británico con la vista puesta en el concurrido Estrecho de Malaca. También se puede encontrar una presencia más sustancial en el Sultanato de Brunei, que comprende un batallón de infantería de Gurkhas y una sección del Cuerpo Aéreo del Ejército con helicópteros Bell 212. El Ministerio de Defensa está particularmente interesado en los alrededores, ya que ofrecen "clima y terreno tropicales... muy adecuados para el entrenamiento en la jungla". 

Durante los próximos cuatro años, el ejército del Reino Unido puede esperar obtener 16.500 millones de libras esterlinas adicionales, un aumento del 10 % en la financiación y un cariñoso saludo a los militaristas. “He decidido que la era de recortar nuestro presupuesto de defensa debe terminar, y termina ahora”, declaró Johnson. “Nuestros planes salvaguardarán cientos de miles de puestos de trabajo en la industria de la defensa, protegiendo los medios de subsistencia en todo el Reino Unido y manteniendo a salvo a los británicos”. 

El primer ministro esperaba hacer ese anuncio acompañado de la "Revisión integrada de defensa y seguridad" defendida durante mucho tiempo por su asesor especial principal, ahora fallecido, Dominic Cummings. Cummings podría haber sido expulsado de la arena de gladiadores de la política de Downing Street, pero es poco probable que las ideas de la Revisión vayan en contra de las viejas tendencias imperiales. Como mínimo, habrá una promesa de más bases militares para reflejar una postura que el general Carter describe de manera bastante oscura como "comprometida y desplegada hacia adelante".



Gran Bretaña sigue conservando vínculos con sus antiguas colonias a través de la Mancomunidad de Naciones, Commonwealth, sus miembros representan casi un tercio de la población mundial (2.500 millones de personas), aglutina a 54 países independientes y semi-independientes que guardan lazos históricos con Londres y en la actualidad su membresía es voluntaria, no obliga sumisión a la monarquía británica.


Todo el material gráfico y sus notas a pie son interpuestos por el editor de este blog.

16 noviembre 2021

COP26 o cómo “pintar de verde” los intereses de ‎la gran finanza


por Thierry Meyssan

Red Voltaire


Nota de introducción por el editor del blog

En "Las nuevas armas financieras de Occidente" el politólogo italiano Manlio Dinucci confirma que la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima) tiene como objetivo imponer a los países del Tercer Mundo grandes inversiones para evitar las emisiones de ‎CO₂. ‎y que nada tiene que ver con la protección del medioambiente.


Esas nuevas armas complementan el arsenal de políticas económicas y ‎financieras occidentales: las sanciones y embargos de los EEUU y la UE contra países, empresas y personas cuando consideran ‎que han cometido algún tipo de violación, exigen que terceros Estados ‎respeten tales medidas, amenazándolos con aplicarles represalias... Cuba es el caso más ‎patético. Embargo contra Irak –1990 a 2003- (1.5 millones de muertos). ‎En 2011, bancos ‎estadounidenses y europeos secuestraron 150.000 millones de dólares de los fondos soberanos ‎de Libia invertidos fuera del país, la mayor parte de ese dinero ‎desapareció. ‎2017, nuevas sanciones contra Venezuela, EEUU “congeló” bienes ‎venezolanos por valor de 7.000 millones de dólares y 31 toneladas de oro (Banco de Inglaterra y Deutsch Bank). El caso de Irán, Norcorea... etc.

¿Qué tiene que ver esto con el cambio climático?

"Ese es telón de fondo de la nueva y colosal operación financiera que hoy están promoviendo ‎Goldman Sachs, el Deutsch Bank y los demás grandes bancos de Estados Unidos y la Unión ‎Europea. Implantando un mecanismo calcado del de las llamadas sanciones, esa operación ya no prevé ‎la imposición de restricciones económicas o “congelación” de fondos sino limitar el financiamiento solo a los gobiernos y entidades o personas “virtuosas” que acepten someterse al ‎‎"Índice ESG", siglas que hacen referencia a tres parámetros: Entorno, Sociedad y Gobernanza". ‎

El Departamento de Estado ‎de Estados Unidos, el Foro Económico Mundial, la Fundación Rockefeller y el Banco Mundial son ‎los principales autores de esas normas, junto con algunas agencias de la ONU limitadas a un papel ‎subalterno. ‎El objetivo oficial del "Índice ESG" sería establecer normas para evitar la inminente catástrofe ‎climática que nos anuncian en la Conferencia de Glasgow, para defender los derechos humanos ‎pisoteados por los regímenes totalitarios y para garantizar el buen gobierno, claro según el ‎modelo predeterminado por las grandes democracias occidentales. 

¿Cómo funciona?

La operación financiera actual se concentra en el cambio climático. La Conferencia de la ONU ‎en Glasgow  anunció que "La Finanza se hace verde y resiliente". 450 bancos y ‎transnacionales de 45 países se han sumado a ella y se comprometen a "invertir en los ‎‎tres próximos decenios más 130 mil millardos de dólares de capital ‎privado para transformar la economía hasta cero emisiones de CO₂ en 2050". Los capitales ‎se recogen mediante la emisión de "bonos verdes" (Green Bond) y de inversiones ‎provenientes de fondos comunes y de fondos de pensiones, en gran parte con dinero de ‎pequeños ahorristas que correrán así el peligro de verse atrapados en una enésima burbuja ‎especulativa. ‎

Bien, repasemos la siguiente investigación de Thierry Meyssan sobre el tema, bajo el título "COP26 o cómo “pintar de verde” los intereses de ‎la gran finanza".


***

por Thierry Meyssan

Red Voltaire


La COP26 no es más que un show montado para desviar la atención del público de ‎lo que realmente se prepara en ese encuentro. El GIEC –el comité de expertos de la ‎COP que parece estar alertando a gobiernos sordos sobre la catástrofe que se aproxima– ‎está siendo utilizado para dotar a esos gobiernos de un discurso que justifica sus ‎ambiciones políticas. Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, ambos resueltamente hostiles a los proyectos financieros que se cocinan en la COP, ‎se negaron a participar en esa reunión aunque los banqueros más conocidos del ‎mundo hablan allí de 100.000 millones de dólares en inversiones.

 

James Bond “generalmente llega al clímax de sus muy lucrativos films hallándose frente a un ‎artefacto apocalíptico y tratando desesperadamente de saber cuál cable tiene que cortar para ‎desactivarlo, mientras que un reloj numérico en rojo anuncia implacablemente una ‎detonación que, como sabemos, pondrá fin a la vida humana (…) Hoy estamos, mis colegas ‎dirigentes mundiales, casi en la misma situación que James Bond, pero la tragedia es que esto ‎no es una película y que el dispositivo apocalíptico es real”. Eso dijo, con la mayor seriedad del mundo, el primer ministro británico Boris Johnson al abrir la COP26.‎


La "Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" viene siempre acompañada ‎de discursos apocalípticos pero nunca arroja compromisos cuantificables ni verificables. Solo ‎da lugar a promesas, que siempre se firman en medios de grandes despliegues mediáticos pero ‎también siempre redactadas en condicional. ‎

La COP26 que se desarrolla en Glasgow (Reino Unido), desde el 31 de octubre ‎hasta el 12 de noviembre, no parece que vaya a escapar a esa regla. Comenzó con un ‎espectacular video, donde un dinosaurio subía a la tribuna de la Asamblea General de la ONU para ‎lanzar una llamada de alerta sobre la posible extinción de la especie humana, y prosiguió con el ‎discurso de apertura del primer ministro británico, Boris Johnson, sobre lo que haría James Bond ‎ante la amenaza del cambio climático. El show prosiguió en la calle con una manifestación ‎encabezada por Greta Thunberg, quien declaró ilegítimos todos los gobiernos del mundo y ‎denunció el «fracaso» de la conferencia, que solo estaba comenzando.

 ‎

Los líderes políticos que tanto llaman a salvar la humanidad de su extinción inminente son los mismos ‎que asignan miles de millones de dólares a la fabricación y desarrollo de armas nucleares capaces ‎borrar de la faz de la Tierra la especie humana que tanto dicen querer defender (1).‎


Lo mínimo que se puede decir sobre la COP26 es que, en vez de ser una reunión diplomática ‎tendiente a lograr una disminución de la emisión de gases con "efecto invernadero", se trata ‎solo de una farsa de cierta calidad montada para los espectadores del mundo entero. ‎

Pero entonces, ¿cuál es la realidad que se esconde tras ese circo? ¿Y por qué participan en él ‎todos los Estados miembros de la ONU?

El geofísico yugoslavo Milutin Milankovic (1879-1958) relacionó las ‎variaciones climáticas con las modificaciones de la órbita terrestre y la inclinación del planeta. ‎Inicialmente ridiculizada, la teoría de Milankivic se convirtió en un análisis de referencia para ‎explicar las variaciones del paleoclima… y también podría explicar las modificaciones, a menor escala, registradas en los últimos años.

 ‎

EL «CALENTAMIENTO GLOBAL»

Para responder a esas preguntas tenemos que empezar por separarnos de varias “certezas” ‎erróneas sobre el llamado "calentamiento global". ‎

Es un error creer que el "calentamiento global" amenaza la supervivencia de la especie humana. ‎El clima siempre ha sufrido cambios, no de manera linear sino por ciclos. Hace siete siglos, ‎la Tierra era un planeta más caluroso que hoy en día. Por ejemplo, en Francia los glaciares de ‎los Alpes eran menos extensos que hoy –incluso había camellos silvestres en lo que hoy ‎conocemos como la región francesa de Provenza– y ciertas partes del litoral de lo que hoy es ‎la Francia continental se adentraban en el mar más profundamente que en la actualidad ‎mientras que otros tramos de litoral, más “retirados”, avanzaron con el tiempo. ‎

Se ha comprobado que el calentamiento climático en Europa coincidió con el momento de la ‎Revolución Industrial. Por eso “creemos” que las evoluciones climáticas que hoy vemos ‎se aceleraron como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes ‎de la actividad industrial, durante los dos últimos siglos. Es posible, pero la simultaneidad de ‎dos hechos no indica necesariamente que uno sea la causa del otro. ‎

Existen otras hipótesis, como la del geofísico yugoslavo Milutin Milankovic, que explican esos ‎cambios a partir de las variaciones de la órbita terrestre, determinadas por la excentricidad de ‎dicha órbita (2), entre otros factores. ‎


Al impulsar la creación del GIEC (en 1988), la entonces jefa del gobierno ‎británico, Margaret Thatcher, aspiraba a encabezar una nueva revolución industrial basada en ‎el uso del petróleo y de la energía nuclear. En la práctica, la política de Margaret Thatcher ‎consistió en cerrar gran parte de la industria británica y financiar la economía del Reino ‎Unido, lo cual nos ha llevado a la COP26 y a la actual retórica sobre el “calentamiento ‎climático” como medio de justificar el endeudamiento del Tercer Mundo ante las grandes ‎entidades financieras de la City.

Y MARGARET THATCHER CREÓ EL GIEC

En 1988, los primeros ministros de Canadá y del Reino Unido, Brian Mulroney y Margaret ‎Thatcher, convencieron a sus socios (Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia) para financiar ‎un "Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático" (GIEC, también designado ‎como IPCC debido a sus siglas en inglés), bajo los auspicios de la Organización Meteorológica ‎Mundial (OMM) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). ‎Poco después, Margaret Thatcher declaró que los gases de efecto invernadero, el hueco de la capa de ‎ozono y las lluvias ácidas exigían respuestas intergubernamentales (3). ‎

Pero aquel lindo discurso ocultaba objetivos políticos. La señora Thatcher estaba empeñada –‎así lo confirmaron después sus consejeros– en acabar con los sindicatos de los mineros de los ‎yacimientos de carbón y en promover una nueva revolución industrial, basada en el uso del ‎petróleo del Mar del Norte y en la energía nuclear (4).‎

El GIEC no es una academia de sabios climatólogos sino, como su nombre lo indica, un "grupo ‎intergubernamental". En el GIEC no se habla de climatología sino de política climática. La gran ‎mayoría de sus miembros no son científicos sino diplomáticos. En cuanto a los expertos en ‎climatología que pertenecen al GIEC, no están ahí como científicos sino como expertos en ‎el seno de su delegación gubernamental, o sea como funcionarios. Todas sus intervenciones ‎públicas se hacen bajo el control de sus gobiernos. Es por consiguiente grotesco hablar de ‎consenso "científico" para designar lo que en realidad es el consenso político que reina en ‎el seno del GIEC. Eso demuestra un desconocimiento total del funcionamiento de las instituciones ‎intergubernamentales. ‎

Al contrario de lo que cree Greta Thunberg, el GIEC no está augurando el apocalipsis a gobiernos ‎que hacen oídos sordos. En realidad obedece fielmente a esos gobiernos y elabora, con sus ‎climatólogos, una retórica destinada a justificar una serie de cambios políticos que la gente ‎normal rechazaría sin los argumentos del GIEC. ‎

Los trabajos del GIEC sirven de base cada año a una "Conferencia de las Partes" (COP) firmantes ‎de la "Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" (CMNUCC). ‎La 26ª edición de esa conferencia es el encuentro de Glasgow (COP26).

Por cierto, ‎en 1990, el GIEC estimaba, en su primer informe, como "poco probable" un claro ‎recrudecimiento del efecto invernadero "en los próximos decenios o más". En 2021, ‎aquella verdad de 1990 se ha convertido en una herejía. ‎

Las primeras COP se dedicaban al trabajo de información y de sensibilización del público sobre la ‎evolución del clima. Estaba claro para todos que ciertas regiones se harían inhabitables y que ‎algunas poblaciones tendrían que desplazarse. Pero con el transcurso del tiempo comenzó a ‎decirse que los cambios serían tan radicales que podrían amenazar la supervivencia de toda la ‎especie humana. Como no se ha producido ningún descubrimiento científico inesperado que venga a cuestionar ‎abruptamente la verdad anterior, el cambio de retórica tiene como única ‎explicación la evolución de las necesidades de los gobiernos. ‎


La sociedad de consumo está al borde del abismo porque no se puede seguir vendiendo a ‎alguien lo que ya tiene. Si se derrumban las industrias, se pierden los empleos y los gobiernos ‎se ven en peligro de ser derrocados. Para evitar eso, hay una sola solución, que ya se utilizó en el ‎pasado.


A finales de los años 1990, la mayoría de las sociedades occidentales ya estaban informatizadas y ‎se hacía imposible seguir vendiendo computadoras. Así que se inventó la historia del "error ‎del milenio", según la cual todos los sistemas informáticos del mundo iban a entrar en crisis a ‎las 00:00 horas del 1º de enero del año 2000… y todo el mundo volvió a comprar nuevos ‎ordenadores y programas informáticos concebidos para enfrentar el «Y2K». Por supuesto, ‎no se cayeron los aviones en vuelo, tampoco se cayó ningún ascensor ni hubo ordenadores ‎con problemas. Pero se detuvo la caída de las ventas y se salvó Silicon Valley. ‎

Hoy en día la solución sería la "transición energética". O sea, en vez tratar de vender ‎otro automóvil a alguien que ya tiene uno, habrá que venderle un vehículo eléctrico para ‎reemplazar su automóvil que funciona con gasolina. Por supuesto, la electricidad se genera ‎utilizando petróleo y exige el uso de baterías que actualmente no son reciclables. En definitiva, ‎con la "transición energética" el planeta se verá más contaminado que antes pero… ‎¡ahora no hay que pensar en eso!‎


La teoría del origen humano del calentamiento global garantiza el ‎enriquecimiento personal del ex vicepresidente estadounidense Al Gore, quien es su principal ‎promotor. A finales de los años 1990, fue precisamente Al Gore quien montó el cuento del ‎‎“error del milenio”, contribuyendo así a la fortuna de Bill Gates y preservando los intereses de Silicon Valley.

LA «BOLSA DEL CLIMA»,

ÚNICA REALIZACIÓN DE LA COP

Bajo la presidencia de Bill Clinton, Estados Unidos tomó el control del GIEC e impuso el Protocolo ‎de Kioto (COP3)… documento que Washington nunca firmó. El vicepresidente Al Gore estaba entonces a cargo de la política ‎energética de Estados Unidos y así aprobó la guerra en Kosovo para poder construir un ‎oleoducto a través de los Balcanes. Pero, como el Protocolo apuntaba originalmente a limitar las ‎emisiones de cinco gases de efecto invernadero y de tres sustitutos de los clorofluorocarbonos, ‎Al Gore promovió la creación de unos "derechos de emisión de CO₂" para las industrias y se olvidó de ‎los demás gases. ‎

Ya como ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore fundó, junto a varios banqueros de ‎Goldman Sachs y con financiamiento de Blackrock, la Chicago Climate Exchange (Bolsa del Clima ‎de Chicago). Como Estados Unidos nunca firmó el Protocolo de Kioto esa entidad funcionó mal, ‎así que Al Gore abrió en los otros cuatro continentes sucursales que se desarrollaron ‎rápidamente. Hoy Al Gore percibe una remuneración por cada intercambio de derechos de ‎emisión de CO₂. Para desarrollar su negocio, Al Gore se convirtió en “militante” de la causa ‎climática y produjo el film An Inconvenient Truth (Una verdad que molesta). Le dieron ‎entonces el premio Nobel de la Paz, aunque ese film, presentado como un documental científico, ‎es sobre todo un largo spot publicitario para su “bolsa del clima” (5).‎

Entre paréntesis, el redactor de los estatutos de la Bolsa del Clima fue un joven jurista ‎desconocido… un tal Barack Obama, que luego se incorporó al mundo de la política en Chicago ‎y resultó electo presidente de Estados Unidos, solo cuatro años después. Ya en la Casa Blanca, Barack ‎Obama elaboró el proyecto de utilizar la histeria sobre el clima para reformar el sistema financiero ‎global. Ese fue el proyecto que se adoptó en la COP21, en París, y que debería ponerse ‎en marcha con la COP26 de Glasgow. 

Estamos ante el negocio del siglo. Para aplicar las resoluciones de la COP26, ‎los Estados tendrán que adaptar su industria y… endeudarse. Todavía no se sabe bien si el ‎calentamiento global es causado por la actividad humana pero no hay dudas sobre el origen del saqueo de las economías.‎ Global Banking & Finance Review

PRÓXIMO OBJETIVO DE LA COP:

“COLOREAR DE VERDE” LA GRAN FINANZA

La COP26 está organizada por Reino Unido con ayuda de Italia. Cuatro británicos están a cargo ‎de ese encuentro: dos ex ministros, Alok Sharma (ex ministro de Economía, Industria y Estrategia ‎Industrial) y Anne-Marie Trevelyan (ex ministra de Desarrollo Internacional), Mark Carney ‎‎(ex gobernador de los Bancos del Reino Unido y Canadá) y el cabildero Nigel Topping. ‎Ninguno sabe absolutamente nada de climatología pero los cuatro defienden un proyecto de ‎reforma de las instituciones de Bretton Woods –el Fondo Monetario International (FMI) y el Banco ‎Mundial.‎


Si los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, no participan en la COP26 no es ‎porque estén en desacuerdo con la lucha contra la contaminación del medioambiente sino porque ‎se oponen a ese proyecto financiero.


El sitio web de la COP26 explica que se trata de: ‎"Movilizar financiamiento. Para alcanzar nuestros objetivos, los países desarrollados ‎deben mantener su promesa de movilizar al menos 100.000 millones de dólares de ‎financiamiento climático. Las instituciones financieras internacionales deben desempeñar ‎su papel y nosotros debemos trabajar para liberar los miles de millares de millones de ‎dólares de financiamiento del sector privado y del sector público necesarios para el cero ‎neto mundial".‎

Lo que se firmaría al final de la COP26 es la creación de una instancia que, para movilizar esos ‎fondos, agruparía

- el Banco Asiático de Desarrollo,

- el Banco Africano de Desarrollo,

- el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura,‎

- el Banco Caribeño de Desarrollo,

- el Banco Europeo de Inversiones,

- el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo,

- el Banco Interamericano de Desarrollo,‎

- el Banco Islámico de Desarrollo,

- el Banco Mundial

- y 450 grandes empresas. ‎

Es importante entender que el Banco Mundial y sobre todo el Fondo Monetario Internacional ‎‎(FMI) han perdido toda credibilidad, a tal extremo que ya no es posible seguir endeudando a los ‎países pobres… pero hay que encontrar cómo mantener a esos países bajo control. Todos los gobiernos ‎saben ya que las “donaciones” y préstamos de las instituciones internacionales vienen ‎acompañados de condiciones leoninas que hacen que sus países sean más vulnerables y que cuando ‎llegue el momento del reembolso el país ya no será dueño de nada. ‎


Con la COP26, los banqueros podrán prestar dinero para “salvar el planeta” y convertirse de paso ‎en dueños de los países cuyos dirigentes hayan confiado en ellos (6).


Thierry Meyssan


The Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ)

(PDF. versión en inglés)




Notas del autor

 (1) «Defienden el clima mientras nos preparan ‎el fin del mundo», por Manlio Dinucci, ‎‎Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 4 de noviembre de 2021.

(2) Si bien la Tierra gira alrededor del Sol, este último no está exactamente en el ‎centro de la órbita terrestre, lo cual hace que la distancia entre la Tierra y el Sol no sea siempre ‎la misma. Nota de Red Voltaire.

(3) Speech to the Royal Society, ‎Margaret Thatcher, 27 de septiembre de 1988.

(4) “El pretexto climático”, «1982-1996: La ecología de mercado», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), ‎‎Red Voltaire, 25 de abril de 2010.

(5) “El pretexto climático”, «1997-2010: La ecología financiera», por Thierry Meyssan, ‎‎Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 28 de abril de 2010.

(6) «Les nouvelles armes financières de l’Occident», par Manlio Dinucci, Traduction Marie-Ange Patrizio, Il Manifesto (Italie) , Réseau Voltaire, 9 novembre 2021. 

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