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06 octubre 2022

El camino de la Alemania militarista es muy peligroso

 

Ursula Gertrud von der Leyen, política alemana, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), ocupó cargos sucesivos en el gabinete de Angela Merkel, desde 2013 al 2019 fue la primer mujer nombrada Ministra de Defensa. Y desde diciembre del 2019 es la presidenta de la Comisión Europea. En la foto, von der Leyen en un campamento de la Bundeswehr (Foto de archivo, Maurizio Gambarini)

Introducción por el editor del blog

Hace algún tiempo este blog reprodujo un interesante artículo sobre la política exterior de la República Federal de Alemania y de sus fuerzas armadas, "Bundeswehr marcha hacia el pasado". Bien, en el presente, la excusa de la guerra en Ucrania ha conseguido que Alemania apruebe un rearme histórico sin precedentes desde el fin de la segunda guerra mundial, junto a sus socios de la OTAN.

El pretexto de "ayudar a Ucrania" permite que el Canciller Olaf Scholz anuncie que está a disposición de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) un fondo especial de cien mil millones (100.000 millones de euros) y que el 2% anual del PIB se invertirá en el desarrollo de las fuerzas armadas para hacer frente a Rusia

El parlamento alemán (Bundestag) votó mayoritariamente (20 abstenciones) para esa asignación presupuestaria, no antes votar una enmienda a la Constitución para modernizar el ejército. El Comité de Defensa del Bundestag acota que el proyecto de modernización de la Bundeswehr requiere reinventar "una imagen del enemigo" (Rusia). Esto es el resultado de largos años de presión de la OTAN. "Europa nos necesita", dijo ante el Parlamento la ministra de Relaciones Exteriores (Annalena Baerbock, del Partido Verde).


Es bueno refrescar la memoria de los incrédulos. En 2010 Alemania constaba ya como el tercer exportador mundial de armamento (informe del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz Stockholm International Peace Research Institute -SIPRI). 


Sesión del Bundestag (22 abril 2022, Reuters)

Es lógica la preocupación de Rusia que señaló que la "remilitarización" alemana en términos que hacen recordar el lenguaje de su pasado nazi, (Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia), una clara alusión al programa de rearme de la Alemania hitleriana, el camino a la Segunda Guerra Mundial. "Sabemos muy bien cómo puede terminar eso" (Maria Zakharova, portavoz del ministerio ruso). Desde el fin de la Guerra Fría los ejércitos de Alemania y Rusia dejaron de verse como potenciales enemigos

La OTAN -mejor dicho, los EEUU- señala la forma en que sus socios europeos deben "adaptarse" a las "nuevas realidades" ante el peligro ruso y otras amenazas potenciales como China e Irán, desarrollando una estrategia para enfrentarlas. A pesar de ello, Olaf Scholz, ha sido muy criticado por negarse a enviar tanques de batalla "Leopard" a Ucrania. 

El mando de la OTAN (EEUU) impone sus reglas a Europa (UE). Es cierto que el gobierno federal alemán anteriormente se opuso a las sanciones económicas de Washington contra Rusia, China, Irán y otros; sin embargo, los alemanes, igual que el resto de Europa deben inclinarse ante su jefe supremo para impedir o sabotear, por ejemplo, la conclusión del gasoducto ‎Nord Stream II (que también es un proyecto alemán), gas barato para toda Europa; o, la Nueva Ruta de la Seda pactado por Alemania y China en 2013 (a través de Rusia), porque ello significaría el fin de la hegemonía de los Estados Unidos y quizá el final de los "principios" de la Unión Europea.

Las autoridades de la República Federal Alemana han estado dando un giro radical, violando su norma constitucional de no intervención en países extranjeros. Desde hace un buen tiempo los gobiernos alemanes ignoran descaradamente lo que sus abuelos aprendieron amargamente después del fin de la guerra en Europa en 1945.


         Bundeswehr-Foto The Financial Times


Recordemos las palabras de Karl Müller (diario suizo Zeit Fragen): 

"¿Cómo es posible que en un país cuya Constitución puso en primer plano la dignidad humana, un país donde el reconocimiento de los derechos humanos y del derecho internacional está inscrito en la Constitución y donde la preparación de una guerra de agresión es considerada ilícita...". 

...Pues nada, Alemania no quiere quedarse atrás de sus "colegas" europeos de la OTAN, las potencias militares Francia y Gran Bretaña. Desde hace tiempo que Alemania, presionada por Estados Unidos, participa en provocaciones militares contra Siria y Rusia, el escándalo de la entrega de armas alemanes a Ucrania para su conflicto por el Donbass y Crimea con Rusia viene desde 2014... y podríamos recordar otros episodios similares.

El "Observatorio de la Crisis" presentó a inicios de septiembre (2022) un amplio informe sobre la nueva política militar alemana. Un documento que merece ser repasado en su totalidad.

Buena lectura. 

T. Andino


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El camino de la Alemania militarista es muy peligroso



Fuente: Observatorio de la Crisis (via Al Mayadeen)

Septiembre 2022


Alemania se está preparando, bajo la demanda irrechazable de sus amigos estadounidenses, para un mundo que se constituye en un gran campo de batalla a la espera de las intervenciones de la OTAN.


Cuando los mejores son presa del extravío, quizá podemos concluir que las cosas no van realmente bien. A finales de julio, Wolfgang Schäuble concedió una entrevista al Welt am Sonntag, un periódico dominical de centro-derecha. En ella renunciaba públicamente a su concepción, mantenida durante toda su vida, de una Kerneuropa franco-alemana, comprendida como el núcleo de Europa, confiando evidentemente en salvar, tras la guerra de Ucrania, lo que queda por salvar, si es que queda algo, de la posibilidad siempre remota de construir una Europa independiente dotada de una política de seguridad igualmente independiente.

Lo que Schäuble, ahora una alta autoridad del Estado sin una función pública concreta y uno de los últimos políticos conservadores intelectualmente respetables en activo, trata de presentar en la entrevista es su concepción de una versión actualizada de su viejo concepto germano-gaullista de una Europa unida capaz de perseguir sus propios intereses.

La versión propuesta en la entrevista, sin embargo, resulta tan alejada de la realidad que, viniendo de alguien conocido por su despiadado realismo político, puede leerse como el argumento subversivo de que con la guerra ucraniana la integridad de los sueños, no solo de la derecha sino también de la izquierda, de una Europa dotada de “soberanía estratégica”, para expresarlo en palabras de Macron, se han convertido para siempre en quimeras.


Wolfgang Schäuble, político alemán miembro de Christlich Demokratische Union Deutschlands (CDU). Ex Ministro del Interior y ex Ministro de Hacienda en los gabinetes de Angela Merkel (entre 2005-2017). Luego Schäuble fue presidente del Bundestag (2017-2021).

¿Qué sugiere Schäuble para convertir a Europa, ahora o nunca, en una potencia soberana después de la “zeitenwende” (fase de transición)? Tras constatar que el tándem franco-alemán ha fracasado a la hora de evitar la guerra, o siquiera de tener una voz en ella, Schäuble sugiere ampliarlo para convertirlo en un triunvirato, en un directorio de tres miembros, invitando para ello a Polonia a unirse a Alemania y Francia “como miembro dotado de la misma importancia en la dirección de la unificación europea”.

Dado que “a tenor del Tratado de Lisboa la política de defensa recogida en el mismo no es adecuada para medirse con los desafíos actuales”, el nuevo directorio operaría al margen de la Unión Europea. Francia, Alemania y Polonia invitarían a otros países europeos a unirse a ellos, para lo cual Schäuble acepta el concepto de “coalición de voluntarios”. Este mismo principio, sugiere, debería aplicarse también a cuestiones como la política de inmigración y asilo.

En efecto, este planteamiento daría lugar a una “Europa a la carta”, una vez abandonado el supranacionalismo para sustituirlo por lo que en Bruselas, con una obligada expresión de disgusto, se denomina inter-gubernamentalismo. A largo plazo, tal planteamiento podría prescindir del establishment de Bruselas en su conjunto en favor de una alianza estratégica multinacional liderada por tres Estados-nación soberanos.

"Schäuble invita a Polonia a unirse a Alemania y Francia como co-potencia hegemónica europea, confiando en que ello, contra toda esperanza, la arranque de su relación simbiótica con Estados Unidos”.

Pero esto es solo el principio. La principal tarea de este directorio de tres sería construir una defensa nuclear para Europa. En opinión de Schäuble, “dado que los ayudantes de Putin (¡!) nos amenazan cada día con un ataque nuclear, ahora está absolutamente claro (…) que necesitamos disponer de una fuerza de disuasión nuclear también a escala europea”. Mientras Francia tiene las armas, Alemania tiene el dinero.


En nuestro propio interés, los alemanes debemos, a cambio de una disuasión nuclear conjunta, efectuar la correspondiente contribución financiera al poder militar francés (…). Al mismo tiempo, debemos participar en una planificación estratégica de mayor envergadura acordada con París (…). En cualquier caso, una capacidad de defensa europea es inconcebible sin la dimensión nuclear (…)”.


En repetidas ocasiones, Schäuble insiste en que nada de esto debe contradecir los compromisos europeos asumidos en el marco de la OTAN. “Lo que Francia debe conceder” a cambio de la cofinanciación alemana de su fuerza nuclear “es que todo debe encajar en la OTAN”.

De hecho, una de las razones que esgrime Schäuble en pro de la cooptación de Polonia en su directorio es que su presencia garantizaría que “la defensa europea no sería alternativa sino complementaria a la OTAN”. La regla general, de acuerdo con Schäuble, “debe ser siempre: todo con la OTAN, nada contra ella”.

La propuesta de reorganización de Europa presentada por Schäuble debe entenderse como un intento desesperado de mantener viva una perspectiva mínimamente creíble de independencia estratégica europea. Sin embargo, los actos de fe que tiene que hacer para conseguirlo son enormes.

Para acomodar el ascenso de Europa del Este como nuevo centro de poder europeo tras el ataque ruso a Ucrania, Schäuble invita a Polonia a unirse a Alemania y Francia como copotencia hegemónica europea, confiando en que ello, contra toda esperanza, la arranque de su relación simbiótica con Estados Unidos. (El gobierno polaco acaba de presentar a Alemania una factura de un billón de euros en concepto de reparaciones por la Segunda Guerra Mundial, esperando que ello le ayude a ganar las próximas elecciones).

Schäuble también confía en que Francia acepte a un tercer país como cogobernante de Europa, después de que el actual liderazgo ejercido por ambos países haya fracasado, y que conceda a Alemania y Polonia lo que ha negado sistemáticamente desde la década de 1960 a Alemania sola, esto es, la capacidad de expresar su opinión sobre el uso del arsenal nuclear francés.

Cuanto más se analiza la propuesta, más sorprendentes resultan las ilusiones que un veterano de la política europea como Schäuble se siente obligado a asumir para bosquejar algo parecido a un modelo de soberanía estratégica europea


Uno de los pilares del poder de Estados Unidos en Europa es la firma por parte de Alemania del Tratado de No Proliferación Nuclear de la década de 1960, que propició que Alemania dependiera para su defensa durante la Guerra Fría del paraguas nuclear estadounidense.


En la actualidad, dicha dependencia se traduce en la presencia de un número desconocido de bombas atómicas estadounidenses en suelo alemán, junto con una licencia para que la Luftwaffe alemana transporte cabezas nucleares estadounidenses, bajo el mando de Estados Unidos, dirigidas contra objetivos elegidos por este país, utilizando aviones de combate comprados al mismo, lo que oficialmente se denomina “participación nuclear”.

No hay ninguna razón para creer que pueda convencerse a Estados Unidos, con o sin la OTAN, de que Alemania necesita participar también en la gestión de las cabezas nucleares francesas, aunque sea indirectamente pagando por ellas. Tampoco hay ninguna perspectiva de que Francia permita a Alemania y a Polonia expresar su opinión sobre cuándo debería ponerse en riesgo París por el bien de Berlín o Varsovia; en el pasado, los intentos franceses de hacer que Alemania compartiera los costes de la force de frappe (fuerza de choque) fueron abandonados en repetidas ocasiones cuando, a cambio de su participación, Alemania quiso simplemente echar un vistazo al catálogo de objetivos nucleares franceses.


Christian Lindner, político alemán del Partido Liberal, ministro de Finanzas de Alemania desde diciembre del 2021. Ha advertido del riesgo en la Eurozona de caer en la temible "estanflación". Confía en que otros paises de la eurozona reduzcan deuda para combatir la subida de precios. Se declara abierto a expropiar reservas del Banco Central de Rusia para ayudar a Ucrania. En la foto Lindner en un campmento de la Bundeswehr en Eslovaquia (Foto Thomas Koehler / fototeca  IMAGO)


Y cabe también preguntarse cómo alguien con una experiencia y una carrera tan dilatada como las de Schäuble puede confiar en que una política de seguridad europea codirigida por Polonia podría ser otra cosa que la extensión de la política de seguridad estadounidense, dados los dos objetivos principales de la política exterior polaca, esto es, la independencia de Alemania y la presencia contundente de Estados Unidos en Europa para mantener a Rusia a raya en lugar de confiar en los poco fiables vecinos europeos, que, a diferencia de la potencia estadounidense, podrían, a la hora de la verdad, temer por su propia seguridad.

Donde la entrevista de Schäuble se convierte definitivamente en un documento de desesperación y su triunvirato franco-alemán-polaco se revela como nada más que el espejismo de un viajero en el desierto a punto de deshidratarse, es al final de la misma, cuando intenta hacer creer al entrevistador y a sí mismo que su triple alianza nuclear intentaría establecer “una asociación con Rusia, siempre que este país respete las normas básicas de la cooperación entre socios”.

“Seguramente —afirma Schäuble— también los polacos estarán de acuerdo cuando decimos que la asociación con una Rusia comprometida con la renuncia al uso de la fuerza, con la inviolabilidad de las fronteras y con las normas fundamentales del derecho internacional es políticamente deseable. Con una Rusia así podemos y queremos cooperar de buena fe. Por supuesto, con Putin esto será difícil”, pero no imposible, en su opinión.

Schäuble no puede albergar duda alguna de que para Polonia y su protector, Estados Unidos, una arquitectura de seguridad negociada en Europa que incluya a Rusia es, en el mejor de los casos, una segunda opción; su resultado preferido de la guerra ucraniana es una Rusia derrotada y mantenida a raya por una fuerza militar superior. Europa, en este escenario, está dirigida, no por Alemania o Francia o por ambas, sino por Estados Unidos y ello no solo en el continente euroasiático, sino también a escala mundial, en particular en relación con China, a la que Schäuble menciona solo una vez de pasada.

El hecho de que Schäuble pueda llegar a confiar en que sus repetidas garantías de que su triple alianza formará parte de la OTAN, llegando incluso a sugerir además que el Reino Unido (el autodenominado subcomandante de Estados Unidos a escala mundial) también debería desempeñar un papel en la misma, engañen a la potencia estadounidense, desafía toda comprensión. En realidad, que alguien como Schäuble se vea constreñido a propalar piadosas esperanzas de que Estados Unidos mirará hacia otro lado puede interpretarse como un indicio de la eficacia con la que la guerra de Ucrania ha desplazado el centro de la política europea de seguridad nacional hacia el este y, con ello, hacia el oeste, en dirección a Estados Unidos.

Donde Schäuble, para variar, está en línea con el Zeitgeist europeo (espíritu de los tiempos) es cuando afirma que la Unión Europea, como organización internacional realmente existente, no juega ningún papel en su proyecto; en realidad, está explícitamente excluida de él. Lo que tiene en mente, sin decirlo, es lo que Macron, en sus momentos más exuberantes, denomina una refundación de Europa (por supuesto, hay pocas cosas que Macron no quiere refundar).


Ursula von der Leyen, en una foto de archivo como Ministra de Defensa de Alemania, actual presidenta de la Comisión Europea. 

Durante los últimos años, el equipo de von der Leyen y el “método comunitario” supranacional que administra han perdido rotundamente la reputación de la que gozaban entre los jefes de Estado y de gobierno europeos. La gestión de la pandemia por parte de Bruselas fue ampliamente considerada un desastre, a pesar de que fue Merkel quien le encargó la adquisición de las vacunas, tarea para la que no estaba preparada, a fin de evitar que Alemania fuera la primera en ser servida cuando se disponía a asumir la presidencia de la Unión Europea en el verano de 2020: el resultado fue el retraso de dos meses en la campaña de vacunación en el continente europeo.

También se culpó a la UE de no haber almacenado máscaras y equipos protectores y, en general, de no estar preparada para gestionar una emergencia médica como la pandemia de la covid-19, así como de intentar en vano que los Estados miembros cofirmantes del Acuerdo de Schengen mantuvieran sus fronteras abiertas durante el periodo de aumento de las tasas de contagio.

A esto le siguió la toma de conciencia gradual de que el aclamado Next Generation European Union Corona Recovery Fund era demasiado pequeño y estaba gestionado de forma demasiado burocrática como para hacer algo por el país para el que principalmente estaba destinado, Italia, como demuestra la patética caída, tras solo un año en el cargo, del caballero blanco de la UE, Mario Draghi, como primer ministro de su país.

Añádase a esto el regateo con Polonia y Hungría sobre el “Estado de derecho” en un momento en que Europa del Este se estaba convirtiendo en el nuevo centro de gravedad de la UE, por no hablar de la ausencia total de esta cuando los Acuerdos de Minsk fracasaron y Estados Unidos asumió la gestión del conflicto con Rusia en torno a Ucrania

Una vez que la Realpolitik levantó su fea cabeza, la UE se convirtió rápidamente en una organización auxiliar de la OTAN, encargada, entre otras cosas, de idear sanciones contra Rusia, que en su mayor parte se volvieron contra ella, y de elaborar una política energética europea común, una misión imposible desde el principio.

Para evaluar cómo el liderazgo europeo se ha deslizado hacia Estados Unidos y cómo la UE ha perdido el control sobre sí misma nada mejor que analizar su política de admisión de nuevos Estados miembros, la cual constituye un campo de batalla cada vez más enmarañado ligado al conflicto sobre quién dirige Europa y con qué propósito.

En la década de 1990, Estados Unidos hizo saber que, como parte de su Nuevo Orden, la UE tenía que acoger a los antiguos miembros del Pacto de Varsovia (Polonia, Hungría, Chequia, Bulgaria y Rumanía) para fortalecerlos económicamente y reorganizarlos institucionalmente con el fin de anclarlos firmemente en “Occidente”; posteriormente, los Estados bálticos, que durante un tiempo formaron parte de la Unión Soviética, siguieron su ejemplo.

En aquel momento también se esperaba que la UE admitiera a Turquía, cuyo principal mérito consistía en ser miembro de la OTAN desde hacía mucho tiempo, lo cual habría dado a “Europa” fronteras conjuntas con Siria, Iraq e Irán, además de una posible guerra con un Estado miembro de la UE, Grecia. La adhesión de Turquía fue impedida por Francia y la Alemania de Merkel, campeona mundial en el arte de la resistencia pasiva, aunque oficialmente Turquía sigue siendo candidata a la incorporación a la UE.

La integración de los nuevos miembros de la UE constituye una ardua tarea para la burocracia de Bruselas, que debe enseñarles los entresijos del denominado acquis communitaire (acervo comunitario), el interminable conjunto de normas que los Estados deben aplicar como condición previa a la adhesión. Además, para afianzar su lealtad al capitalismo, los nuevos miembros deben recibir apoyo económico y cuanto más pobres y numerosos sean, mayores deben ser los fondos estructurales de la Unión destinados a los mismos, que son financiados con los respectivos presupuestos nacionales.


         Soldados de la Bundeswehr (Foto archivo Imago Christian Thiel)

Además, como tantas otras veces, el dinero puede o no comprar el amor, y los nuevos Estados miembros del Este tener sus propias ideas sobre cuándo deben seguir las órdenes de Bruselas y cuándo no. Así, los periodos de espera se han dilatado durante los últimos años, ya que las negociaciones se están alargando innecesariamente por la presión de los actuales Estados miembros.

El último nuevo miembro de la UE fue Croacia, admitida en 2013, tras diez años de negociaciones y con sus reformas institucionales concluidas a satisfacción de Bruselas. En la lista de espera siguen Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia, los denominados Estados de los Balcanes Occidentales, cuyas perspectivas de ser admitidos en un futuro previsible es nula, después de que Francia se opusiera públicamente a su ingreso.

Introduzcamos en la ecuación a Ucrania, que a través de su omnipresente presidente exige la plena incorporación a la UE de inmediato, tutto e subito, algo difícilmente realizable sin el estímulo de su aliado estadounidense, que necesita que alguien pague la reconstrucción del país una vez que la guerra concluya, si es que lo hace en algún momento.

El 18 de junio, Von der Leyen, vestida como tantas veces estos días de azul y amarillo, anunció en Twitter, sin miedo a parecer decadente o de mal gusto, que “los ucranianos están dispuestos a morir por la perspectiva europea. Queremos que vivan con nosotros el sueño europeo”. Pero lo que parecía convertirse en un viaje por la vía rápida a Bruselas pronto se detuvo en seco.

Aunque es evidente que los Estados de los Balcanes Occidentales debieron protestar, el factor crucial es que los actuales Estados miembros parecieron haberse dado cuenta de que la adhesión de Ucrania acabaría por hacer saltar por los aires el presupuesto de la UE, por no hablar del sistema político oligárquico ucraniano, que habría hecho que Polonia y Hungría, los archienemigos “antiliberales” de la mayoría liberal del Parlamento de la UE, parecieran democracias escandinavas.


“Los Verdes son los más militantes entre los políticos alemanes en su espíritu belicoso, ya que representan a una generación que estuvo exenta, y lo estará para siempre, del servicio militar, a diferencia de los despreciados pacifistas de antaño”.


En esta situación, fue Olaf Scholz quien, de nuevo con verdadero espíritu merkeliano, tiró del carro, exigiendo que la UE, antes de dejar entrar a ningún nuevo miembro, se sometiera a «reformas estructurales» de las que previsiblemente es incapaz. Una de sus propuestas se refería a la composición de la Comisión.

Actualmente hay un comisario por cada Estado miembro, lo que suma un colegio de veintisiete, demasiado grande, como dice un adagio de Bruselas, para reunirse en pleno sin que los miembros utilicen prismáticos si quieren mirarse a los ojos. Sin embargo, ello no es razón para que los Estados miembros más pequeños insistan en que cada país debe tener un puesto en la Comisión, dado que la UE paga a sus comisarios bastante más de lo que los países más pequeños y pobres pagan a sus respectivos primeros ministros.

La reducción del número de comisarios requerirá la modificación de los Tratados que cada Estado miembro debe aceptar. Además, en un discurso pronunciado a finales de agosto en la Universidad Carolina de Praga, que pretendía ser un complemento del pronunciado por Macron en la Sorbona en 2016, Scholz exigió disposiciones más estrictas sobre el Estado de derecho en los Tratados y poderes más eficaces para que la UE sancione a los Estados miembros por sus infracciones, a sabiendas de que esto sería inaceptable para Polonia y Hungría, y presumiblemente también para otros países. (Eludiendo tanto la UE como la OTAN, Scholz también sugirió un sistema conjunto de defensa aérea para Europa, creado por Alemania junto con los Estados miembros vecinos).

Además, Scholz insistió en la votación por mayoría en el Consejo en lo concerniente a la política exterior de la UE, presumiblemente mediante votos ponderados por el tamaño de los respectivos países para evitar que el nuevo Ostblock (bloque de los países de Europa del Este) superara en votos a Alemania y Francia en nombre de Estados Unidos. Por supuesto, en la UE acabar con la unanimidad requiere unanimidad, un obstáculo que ni siquiera Angela Merkel había podido superar.


Despedida a la canciller Angela Merkel (foto Reuters). El desfile nocturno de soldados portando antorchas, el “Zapfenstreich” o “Toque de retreta”, en el patio del Ministerio de Defensa marcó el “fin de la era Merkel”, 1 diciembre 2021.


Mientras tanto, en Alemania, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, una de las Young Global Leaders del World Economic Forum de Davos, hace saber a la opinión pública alemana que la guerra en Ucrania puede durar muchos años todavía y que Ucrania seguirá necesitando apoyo económico y militar, incluido “armamento pesado”, con toda seguridad durante 2023.

Ello añade un sabor peculiar a las interminables expresiones de gratitud y admiración de los Verdes por los valientes ucranianos que “defienden nuestros valores”, arriesgando sus vidas bajo un estricto régimen de servicio militar obligatorio. También ayuda a explicar su identificación incondicional con los objetivos bélicos del ala ahora gobernante del nacionalismo ucraniano (Baerbock: “Crimea pertenece a Ucrania... Ucrania defiende también nuestra libertad, nuestro orden de paz. Y la apoyamos financiera y militarmente, mientras sea necesario. Y punto”).

El envío de armas, mientras estos nuevos belicistas observan cómo se utilizan estas desde la seguridad de sus salas de estar (Twitter ofrece un increíble número de tuits de alemanes repantigados en sus sillones celebrando los golpes de la artillería ucraniana contra los objetivos rusos, similares a los publicados por los video jugadores que informan de sus proezas conseguidas en las pantallas de sus ordenadores) es jaleado casi diariamente acompañado de la garantía, que se hace eco de las declaraciones de Biden y su equipo, de que la OTAN, incluida Alemania, nunca enviará tropas a los campos de batalla de Ucrania donde los ucranianos “luchan y mueren por todos nosotros”.

Obviamente, ello contribuye a que estos nuevos partidarios de la guerra, que se saben al reparo de riesgo alguno para sí o para sus hijos, la alienten hasta la mismísima Endsieg (victoria final), insistiendo en que no puede haber negociaciones sobre el fin de la misma antes de que ésta haya terminado con la incondicional retirada rusa.

Hasta ahora, la llegada de los Verdes al gobierno alemán, el reverdecimiento de lo que los alemanes solían llamar Friedenspolitik (política de paz), ha tenido un éxito notable. El espacio para el debate público legítimo sobre la paz y la guerra se ha reducido drásticamente. El jefe del servicio de seguridad nacional alemán, la orwellianamente denominada Bundesamt für Verfassungsschutz (Oficina para la Protección de la Constitución), aseguró públicamente al gobierno que vigilará a todos los que afirmen que el ataque ruso a Ucrania podría haber estado relacionado con la acumulación previa de recursos militares estadounidenses en torno a Rusia; en otras palabras, a todos los Putinversteher (comprensivos con Putin).

Como el evangelio, la prensa, de calidad o no, recita como sabiduría última de las relaciones internacionales, olvidada por los pacifistas sentimentales como Willy Brandt, el viejo adagio romano, si vis pacem para bellum. Se trata de proscribir la idea más reciente, que se remonta en parte nada menos que al mismísimo Friedrich Engels, de que con el armamento moderno, prepararse para la guerra puede desencadenar una carrera armamentística que precisamente consigue lo contrario de la paz.

La acumulación sin precedentes de recursos militares por parte de Estados Unidos durante las dos primeras décadas del siglo XXI, incluida la dotación de armamento a Ucrania desde 2014, que supuso sin riesgo de exagerar la preparación para la guerra más impresionante de la historia, fortalecida además por la denuncia de todos los tratados de control de armamentos de la época de la Guerra Fría, no debe mencionarse nunca en este contexto.

Visto así, el hecho de que el presupuesto especial de defensa de 100 millardos de euros, anunciado por el gobierno alemán a los tres días de iniciarse la guerra, no tendrá sus primeros efectos sobre el terreno hasta dentro de aproximadamente cinco años no significa que sea un despilfarro, sino únicamente que no tiene nada que ver con la guerra de Ucrania como tal.


Para lo que Alemania se está preparando, siguiendo la demanda irrechazable de sus amigos estadounidenses, es para un mundo que se constituye en un gran campo de batalla a la espera impaciente de las intervenciones de la OTAN fuera de su área de operaciones tradicional en pro de la propagación de la democracia y de la oferta de oportunidades para que ciudadanos posheroicos y sobrealimentados defiendan los valores occidentales.


         Tanques alemanes "Leopard II" (foto archivo)

A mediados de agosto, como otra muestra de su lealtad a Occidente, Alemania envió seis aviones de combate Eurofighter, en un viaje que los llevó por medio mundo y les obligó a pasar por la China continental y Taiwán, a Australia con el fin de efectuar maniobras conjuntas con Corea del Sur y Nueva Zelanda y de demostrar así la disposición alemana para una ulterior implicación militar.

La prensa alemana informó bochornosamente para contextualizar la noticia de que “el nuevo concepto estratégico de la OTAN menciona a China como un desafío”. Uno de los seis aviones de guerra resultó defectuoso y tuvo que ser devuelto a casa, pero los cinco restantes llegaron sanos y salvos a su lejano destino repostados en vuelo por un avión cisterna A330, lo que hizo que el Frankfurter Allgemeine Zeitung se sintiera orgulloso del estado de las fuerzas armadas alemanas.

El viaje se produjo después de que el gobierno saliente de Merkel enviara una fragata, la Bayern, de gira por el Indo-Pacífico, antes conocido como el Mar del Sur de China, para mostrar tanto la lealtad transatlántica, como la resolución a la hora de intervenir en el Pacífico oriental. 

Y esto es todo por hoy en cuanto a la autonomía estratégica europea.

Fuente consulta  

01 octubre 2022

El EJE (Axis) en la propaganda satírica estadounidense




Tito Andino

Recopilación de ilustraciones y textos*

Este artículo es continuación de:

Hitler en la propaganda satírica estadounidense (Ver)


"Aventuras" caricaturizadas del maníaco trío del Eje (Hitler, Mussolini, Hirohito o el General Tojo), luchando juntos contra los Aliados y la producción industrial -armamentística.


Durante la Segunda Guerra Mundial Roosevelt buscó formas de convertir a los Estados Unidos en "el arsenal de la democracia" para sí mismo y sus aliados europeos suministrando las armas necesarias para derrotar a los ejércitos de Hitler, era una visión del idealismo y el poder económico de la nación con una capacidad para desarrollar una gran producción industrial. Aún en 1939, Estados Unidos estaba sumido en la Depresión, existía un vasto abismo entre el deseo de los estadounidenses de llevar la guerra a Japón y Alemania y el estado de su ejército y marina. 

 

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Roosevelt y el Congreso respondieron a la emergencia ampliando el ejército y expandiendo el papel del gobierno en la economía de formas nunca antes imaginadas, incluso en el apogeo del New Deal. En los años siguientes, Estados Unidos se convirtió en el arsenal que Roosevelt describió, incentivando a la industria para convertir sus fábricas, por ejemplo, de elaborar refrigeradores a producir ametralladoras.


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En 1940, ocho millones de trabajadores estaban desempleados, las fabricas producían por debajo de la mitad de su capacidad, como resultado, el gobierno federal tomó el control aún mayor de la economía, el Congreso asignó miles de millones en gastos de defensa desde 1940, así garantizaron que la mayoría de empresas estadounidenses pasaran a producir material bélico. La Junta de Producción de Guerra ofreció incentivos fiscales, préstamos e incluso ganancias garantizadas a las empresas que ahora estaban comprensiblemente ansiosas por producir los bienes que los militares deseaban. La solución de la administración Roosevelt combinó la libre empresa con una intervención gubernamental sin precedentes.

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Otras agencias federales tomaron el control de los mercados de productos básicos para asegurarse de que las empresas tuvieran acceso a las materias primas que necesitaban. La Oficina de Administración de Precios reguló el costo de las materias primas, así como los precios de los bienes de consumo para reducir la inflación y evitar el aumento de precios de los consumidores comunes.


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"La producción y preparación militar de Estados Unidos se vio facilitada por el gasto masivo del gobierno. Dada la extrema necesidad de construir un ejército y los beneficios para los trabajadores y la industria por igual, pocos criticaron el uso del dinero prestado por parte del gobierno para financiar el esfuerzo de guerra. La mayor preocupación en ese momento no era la capacidad del gobierno para devolver este dinero, sino si la repentina afluencia de gasto federal que condujera a la inflación. Los métodos de financiación de la guerra, sin embargo, absorbieron la mayor parte del dinero extra que se estaba moviendo hacia la economía".


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Como se sabe, la Junta de Producción de Guerra y otras organizaciones públicas y privadas produjeron una infinidad de carteles destinados a motivar a los trabajadores de la industria del armamento y resaltar su trabajo. Los carteles producidos por la Oficina de Información de Guerra (OWI) instaban a los estadounidenses a comprar bonos de guerra conectando sus inversiones con el esfuerzo de guerra. Una forma de motivar a la ciudadanía con la Propaganda de Guerra fueron los carteles satíricos que ridiculizararon a los jefes y fuerzas del EJE.


        (haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución) 

"El gobierno reclutó celebridades y atletas para encabezar las campañas de bonos. Comprar un bono del gobierno fue más que un gesto patriótico; los bonos representaban una inversión segura que proporcionaba un reembolso garantizado con intereses. Los ingresos de estos bonos ayudarían a muchas familias a comprar más bienes una vez que terminara la guerra y asegurarían que se reanudara la producción civil de artículos como automóviles y casas nuevas. Al mismo tiempo, el reembolso de estos bonos disminuyó la probabilidad de que las tasas federales de impuestos sobre la renta volvieran a sus niveles anteriores a la guerra una vez que terminara la guerra".


Caricaturas de propaganda anti-eje de la empresa Philco. (haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución) 

En general, la propaganda de la OWI trató de retratar la guerra como una lucha moral entre la libertad y el totalitarismo. La mayoría de los carteles y películas de la OWI eran optimistas, elogiando a los trabajadores industriales y soldados de Estados Unidos, alentándolos a continuar sus esfuerzos y no solo demonizar al enemigo. Sin embargo, cuando se trataba de la guerra en el Pacífico, la propaganda de la OWI se complacía con los prejuicios existentes contra los japoneses. En contraste, los carteles anti-alemanes estaban restringidos a imágenes demoníacas de líderes nazis, mientras que la guerra contra Japón se presentaba cada vez más como una guerra contra una raza infrahumana.


          Caricatura de propaganda de la empresa Philco.

La OWI empleó cientos de escritores y artistas para favorecer no solo el esfuerzo de guerra sino también las ideas liberales del New Deal. La mayoría de las publicaciones de OWI promovieron temas no controvertidos como el apoyo general a las tropas, la conservación de materiales, la asociación entre trabajadores industriales y las tropas en el frente y otras publicaciones para promover ideas más liberales: salarios justos, atención médica, el pleno empleo, que eran derechos por los que los estadounidenses luchaban en casa (estos últimos no siempre bien vistos por un Congreso cada vez más conservador que redujo el presupuesto de la OWI).


Caricaturas de propaganda anti-eje de la empresa Philco, acrónimo de "Philadelphia Battery Company", fabricante estadounidense de productos electrónicos con sede en Filadelfia. Philco fue pionera en la producción de baterías, radio y televisión. En 1961, Ford compró la empresa ("Philco-Ford"). Ford vendió la empresa a GTE en 1974 y Philips la compró en 1981. En Norteamérica, la marca Philco es actualmente propiedad de Philips. En otros mercados, la marca Philco International es propiedad de Electrolux.


Las fábricas estadounidenses no solo eran más productivas que sus rivales, eran innovadoras. La financiación para la investigación y el desarrollo condujo a la aplicación militar efectiva de tecnologías como radar, sonar, fusibles de proximidad, computadoras, aviones a reacción, la bomba atómica. El gobierno federal gastó más de $ 300 mil millones para lograr esta combinación de producción e innovación, más del doble de todo el presupuesto federal durante los últimos 150 años de existencia de la nación. El resultado fue una innegable superioridad de equipos que permitió a las tropas estadounidenses ganar la guerra con bajas relativamente moderadas. 


Selección de CARTELES sobre la superioridad industrial de los EE.UU frente al EJE

 


















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* El texto de este artículo es una sinopsis del libro online "Una Historia de los Estados Unidos Vol. 2", Capítulo 8: "Estados Unidos y la Segunda Guerra Mundial, 1941-1945", que fuera adaptado por la editorial Saylor Academy bajo una licencia Creative Commons sin atribución según lo solicitado por el creador o licenciante original de la obra. Año de publicación: 2012. El editor original de la obra solicitó permanecer sin nombre aquí.

26 septiembre 2022

Lord Louis Mountbatten: El presunto pedófilo real que estaba por encima de la ley



Introducción del editor

Los escándalos de los Royal británicos no han sido novedad desde hace siglos, pero son poco conocidos por la plebe. Y al referirnos a "escándalos" no señalamos la política o temas anexos, sino a sus perversiones. La vida íntima de una persona debe ser respetada, pero al sobrepasar los límites de la ley, no debería ser motivo de encubrimiento oficial. Solo como dato anecdótico es casi probable que el famoso "Jack el Destripador" era un selecto miembro de la Royal British.


Al parecer la identidad de "Jack" dejó de ser un misterio, se transformó en un asunto de la realeza. Hoy se afirma que Alberto Víctor Christian Eduardo, hijo del rey Eduardo VII, nieto de la reina Victoria, era el famoso asesino en serie. El príncipe Alberto fue recluido en una institución psiquiátrica, oficialmente por su inestabilidad mental, la Casa Real logró que las razones no sean conocidas, ni que hubiesen sospechas sobre los accesos de locura del príncipe y sus consecuencias. Mary Jane Kelly, victima sobreviviente de "Jack", colaboró en la investigación y juicio, en que al menos, se consiguió que el príncipe quede recluido en el sanatorio donde murió alejado de la familia real.

En otro contexto, la prensa británica ha tenido que responder periódicamente la pregunta del ¿por qué desde 1917 la familia real británica cambió su apellido? El apellido real Windsor, en efecto apenas data de 1917, el verdadero apellido es alemán de pura sepa: von Sachsen-Coburg und Gotha (Sajonia-Coburgo-Gotha). Si, también es de destacar que el apellido alemán fue fruto del matrimonio de la reina Victoria del Imperio Británico con el príncipe Albert von Sachsen-Coburg und Gotha (príncipe consorte de la reina). Eduardo VII (bisabuelo de Isabel II) sucedió a su madre en 1901, por su padre pertenecía a la dinastía alemana Sachsen-Coburg und Gotha y asumió ese apellido paterno dejando a un lado el original apellido alemán, Hannover (la reina Victoria de Hannover desciende de un árbol genealógico casi enteramente alemán, fue la última monarca del Reino Unido de la Casa de Hannover). 


El futuro Lord Louis Mountbatten con su bisabuela, la reina Victoria.

La Gran Guerra de los primos (todos los reyes europeos estaban emparentados) o Primera Guerra Mundial provocó en el Reino Unido e Imperio Británico un sentimiento antialemán, por ello, durante el reinado de Jorge V se  decidió cambiar el apellido de la casa real a un nombre británico, la casa de Windsor (tomado del castillo-residencia de los reyes británicos desde hace mil años). Eso tuvo lugar el 17 de julio de 1917.

Incomodos parientes alemanes

Tras fallecer Jorge V, ascendió Eduardo VIII, quien para casarse con una plebeya estadounidense, Wallis Simpson, abdicó al poco tiempo en favor de su hermano menor, Jorge VI que es el padre de Isabel II. A su vez, Isabel II contrajo nupcias con Felipe Mountbatten, Príncipe consorte del Reino Unido, Duque de Edimburgo. Los Mountbatten son en realidad nobleza alemana, el nombre es una versión en inglés de Battenberg.

 

Isabel II y Felipe Mountbatten se casaron en 1947


Cuando Isabel era aún princesa, esperaba su primer hijo, el hoy rey Carlos III, como era lógico se pensaba que recibiría el apellido alemán Mountbatten, el de su padre, Felipe Mountbatten en sus últimos días habría dicho que era "el único hombre en el país que no podía darle el apellido a sus hijos". (Desde 1960, al ser necesario el uso de un apellido, por ejemplo en un registro civil o un documento legal, los hijos de Isabel II usan el apellido "Mountbatten-Windsor").

No sorprende descubrir que durante los años 30, las hermanas del Príncipe Felipe se casaran con miembros de casas reales alemanas que simpatizaban con el nazismo. Para enterrar el escándalo, Felipe renunció a su nacionalidad y a la Iglesia ortodoxa (era griego por nacimiento) y en secreto se dispuso lo necesario para concederle la nacionalidad británica y la entrada en la Iglesia anglicana. Su matrimonio pactado con Isabel, su prima segunda, así como sus credenciales británicas, fueron gestiones de su tío, Lord Louis Mountbatten


El Almirante Lord Louis Mountbatten, 1943.

Otro hecho interesante que los Royal prefieren enterrar son sus parientes alemanes afiliados al nazismo. Un solo ejemplo. Durante la era hitleriana, Karl Eduard, Hertog von Sachsen-Coburg und Gotha (Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha), cuarto y último duque de ese linaje real, nieto de la reina Victoria y del príncipe Alberto en línea paterna, ostentó el titulo de Príncipe del Reino Unido y duque de Albany (su padre era Leopoldo de Albany). Karl Eduard de Sajonia-Coburgo-Gotha contrajo matrimonio con la princesa Victoria Adelaida de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg,nieta del Kaiser Guillermo II, que también era tío de Karl Eduard (el matrimonio fue convenido con el Kaiser).


Hitler junto al duque Karl Eduard Herzog von Sachsen-Coburg und Gotha

El duque Karl Eduard participó en la Gran Guerra como oficial alemán, privado en 1919 de sus títulos de duque de Albany y de príncipe del Reino Unido y del tratamiento de Alteza Real y demás honores británicos. En 1918 se le obligó a abdicar el trono del Ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha. Amargado por tales desplantes formó parte de organizaciones paramilitares alemanas relacionadas con los nazis, se afilió al partido nazi en 1935, se enroló en las SA con el rango de Obergruppenführer, miembro del Reichstag (1937-1945), presidente de la Cruz Roja Alemana (1933-1945). Hitler lo delegó como presidente de la Sociedad de Amistad Anglo-Germana en 1936, quizá fue Carlos Eduardo quien influyó en Hitler sobre un presunto y sólido sentimiento pro alemán de la aristocracia británica. Fue el anfitrión de Eduardo VIII (duque de Windsor), tras su abdicación al trono británico, durante su viaje privado a Alemania en 1937. Al finalizar la guerra estuvo bajo arresto domiciliario y luego encarcelado junto a otros nazis. En 1946 fue sentenciado por un tribunal de desnazificación. Sajonia-Coburgo-Gotha fue dividida por los aliados, los soviéticos confiscaron una gran parte de sus propiedades en su zona de ocupación. Murió en 1954, siendo el mayor de los sobrevivientes varones de la reina Victoria.

Otra curiosidad tenemos con el príncipe consorte de los Países Bajos, el alemán Bernhard zur Lippe-Biesterfeld, con su pasado nazi, miembro de la caballería SS hasta su matrimonio, en 1937, con la princesa Juliana heredera del trono real y padres de la Reina Beatriz. 

Esto es un breve aperitivo a lo que viene. En fin... de príncipes y bandidos estamos ya acostumbrados, aunque de los crímenes de la monarquía casi no se habla y hasta estamos sujetos a ser imputados por hablar con la verdad. Así que este es un "homenaje" a todas aquellas criaturas que pasaron, hace muy poco, interminables horas llorando por quienes provocan nuestras desgracias.

T. Andino


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LORD LOUIS MOUNTBATTEN: EL PRESUNTO PEDÓFILO REAL QUE ESTABA POR ENCIMA DE LA LEY

 

        El Almirante Lord Louis Mountbatten durante la IIGM (GettyImages)


Por: Michael East

Front Page Detectives

(Todo el material gráfico y sus notas a pie son adiciones del editor de este blog)


Las familias reales de todo el mundo ciertamente no son ajenas a los escándalos sexuales, sin embargo, los eventos recientes que involucran al príncipe Andrés del Reino Unido (Andrew Mountbatten-Windsor, duque de York) y sus vínculos con el traficante sexual ahora muerto Jeffrey Epstein muchos creen que son más grandes que todos ellos. Sin embargo, incluso sus presuntos crímenes podrían palidecer en comparación con otra figura que se sentó en el corazón de la primera familia de Gran Bretaña durante décadas: Lord Louis Mountbatten.


Mountbatten es una figura imponente en la historia reciente de la Familia Real y las Islas Británicas. El tío del difunto príncipe Felipe y primo segundo de la reina Isabel, Mountbatten, sirvió como Comandante Supremo Aliado en Asia Oriental, Jefe del Estado Mayor de la Defensa y Primer Lord del Mar. Todavía elogiado por la prensa del Reino Unido como un héroe nacional, en parte dado su asesinato por el IRA en 1979, también fue un pedófilo bien documentado y acusado.

En 2019, un expediente del FBI sobre Mountbatten reveló que Estados Unidos tenía profundas reservas y disgusto por la realeza. El archivo afirma que tanto él como su esposa Edwina eran "personas de moral extremadamente baja" y que Mountbatten era un pedófilo con "una perversión por los niños pequeños". Las consecuencias fueron rápidas, y The London Times intentó hacer pasar la pedofilia de Mountbatten como simplemente "lujuria por los hombres jóvenes. Esta afirmación no solo confundió sus inclinaciones por los niños con la homosexualidad, sino que continuó la complicidad milenaria de los medios de comunicación en casos prominentes de abuso infantil. Describiendo a Mountbatten como un "hombre sexualmente voraz cuya bisexualidad se convirtió en un tema de los archivos de inteligencia de Estados Unidos", el periódico ignoró el nombre explícito del expediente de su preferencia como "niños".


Lord Louis Mountbatten revisa a los cadetes en el Metropolitan Police College de Londres, 2 abril 1969, (Foto Douglas Miller/Fox Photos Hulton Archive Getty Images)

Los archivos del FBI fueron publicados bajo una solicitud de la Ley de Libertad de Información y compilados en 1944 después de que Mountbatten fuera nombrado Comandante Supremo Aliado del Sudeste Asiático. Contó con comentarios de la baronesa Decies, Elizabeth de la Poer Beresford.

La baronesa Decies declaró que Mountbatten era "conocido por ser un homosexual con una perversión por los niños jóvenes" y era "un hombre no apto para dirigir cualquier tipo de operaciones militares debido a esta condición. Ella declaró además que su esposa, Lady Mountbatten, fue considerada igualmente errática. E.E. Conroy, jefa de la oficina de campo del FBI de Nueva York, agregó en el archivo que "parece no tener un motivo especial para hacer las declaraciones anteriores".

No pasó mucho tiempo después de su matrimonio que una infeliz Edwina estaba involucrada en aventuras, con una petición de divorcio a principios de la década de 1930. Marjorie Hall Simpson mencionaba a Edwina por su nombre como involucrada en relaciones con su esposo, Henry Anthony Simpson. El escándalo empujó a los Mountbatten a tener un matrimonio abierto, y seguirían más aventuras, tal vez más notablemente con el legendario cantante afroamericano y marxista Paul Robeson.


Lord Louis Mountbatten y Edwina, Virrey de la India, bsr

UN SECRETO A VOCES

Los comentarios de la baronesa muestran que el comportamiento de los Mountbatten fue un secreto a voces dentro de los círculos británicos de élite durante un tiempo considerable y no se limitó a las acciones de Edwina. Sin embargo, el FBI tenía poco interés en Mountbatten una vez que su lealtad a Occidente estaba asegurada. Los investigadores alguna vez temieron algún nivel de simpatía marxista con Mountbatten o dentro de su círculo cercano, tal vez no sea sorprendente dadas las indiscreciones de Edwina con Robeson.

La preferencia de Mountbatten por los niños, en lugar de los hombres, fue confirmada por su conductor durante la guerra, Norman Nield. Nield admitió que transportó a niños de entre 8 y 12 años a su comandante mientras hablaba con "" en 1987. Alegó que Mountbatten usó "brandy y limonada" para someter a los niños antes de cometer actos sexuales, admitiendo que le pagaron £ 5 por vez para guardar silencio, por un valor de más de £ 200 en la moneda de hoy.

Los detalles del impactante dossier fueron revelados con la publicación en 2019 de "The Mountbattens: Their Lives & Loves" por el historiador Andrew Lownie. Como parte del libro, Lownie entrevistó a Anthony Daly, un trabajador sexual masculino para los ricos y famosos de Londres durante la década de 1970.

Daly reveló que "Mountbatten tenía algo de fetiche por los uniformes: jóvenes guapos con uniformes militares (con botas altas) y hermosos niños con uniforme escolar". Una entrevista con Daly del año anterior reveló que sus otros clientes incluían al espía soviético e historiador del arte Sir Anthony Blunt.

Blunt, quien sirvió en el Palacio de Buckingham como Surveyor of the Queen's Pictures, fue expuesto en 1979 como uno de los infames espías de los Cinco de Cambridge que escandalizaron al establishment británico en la década de 1960 después de ser expuesto como agentes rusos. Tres huyeron a Moscú, pero Blunt fue capturado y se le concedió el anonimato y la inmunidad por volverse contra sus manejadores soviéticos en 1964. Daly alega que el espía le preguntó si se había graduado en Kincora, el notorio hogar de niños en Belfast, donde los niños eran abusados por el personal y hombres prominentes de la sociedad.

El hombre responsable de exponer a Blunt como uno de los "Cinco de Cambridge" fue el autor Robin Bryans. Si bien las acciones de Bryans al nombrar a Blunt fueron noticias importantes en el Reino Unido y tuvieron consecuencias durante muchos años después, sus esfuerzos por exponer a Mountbatten cayeron principalmente en oídos sordos. Bryans declara expresamente que el interés genuino de Mountbatten eran los "escolares públicos de primer año" y que se involucraba regularmente con "redes de viejos muchachos que celebraban orgías".


Sir Hastings 'Pug' Ismay, Lord Louis Mountbatten, Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt,  enero de 1943, conferencia de Casablanca. Bundesarchiv


Escribiendo en noviembre de 1989, Bryans dijo que la entonces primera ministra Margaret Thatcher había "desequilibrado el status quo" cuando se vio obligada a admitir ante el parlamento británico que Blunt había sido un agente doble, arriesgándose a que Blunt denunciara las actividades en Kincora. Bryans agrega: "Esta traición (como Blunt la vio) corría el riesgo de dejar salir todo tipo de otros esqueletos del armario. No menos importante de estos fue el acuerdo de larga data por el cual las escuelas de niños Kincora y Portora fueron utilizadas como burdeles homosexuales por muchas figuras prominentes, incluido Lord Mountbatten".

Tanto Mountbatten como Blunt eran conocidos el uno del otro, y Bryans alega en la revista irlandesa Now que ambos hombres formaban parte de la misma red de pedofilia que procuraba niños de escuelas y hogares infantiles en el norte de Irlanda, incluida la llamada Escuela Portora en Enniskillen y Kincora. Varias ex víctimas del escándalo Kincora han alegado que fueron traficadas a Mountbatten en su casa del sur en Mullaghmore, condado de Sligo.

UN HOGAR TERRIBLE

Expuesto ya en 1977, Kincora Boys' Home fue el escenario de uno de los mayores escándalos y encubrimientos de abuso sexual infantil de Irlanda. Los niños de la casa habían sido maltratados y prostituidos en toda la región.

En 1980, tres miembros del personal fueron acusados de delitos relacionados con el abuso. Entre ellos se encontraba el maestro de casa William McGrath, un prominente leal al Ulster y miembro fundador del movimiento de extrema derecha Tara. Sus vínculos entre el establishment británico fueron extensos, McGrath fue utilizado como un activo durante la guerra sucia del estado británico contra el republicanismo irlandés. Si bien todos fueron condenados, la mayoría de los involucrados en el abuso se retiraron.

El libro de Lownie también presenta una entrevista con una de las víctimas de Mountbatten durante sus visitas a Kincora, una joven de 16 años llamada solo como "Amal".


       Tres diferentes ediciones del libro de Andrew Lownie

"Fue muy educado, muy agradable. Sabía que era alguien importante. Me preguntó si quería una bebida o un caramelo. Me dijo que le gustaba la gente de piel oscura, especialmente la gente de Sri Lanka, ya que eran muy amigables y muy guapos. Recuerdo que admiraba mi piel lisa. Nos dimos sexo oral en una posición de 69. Era muy tierno y me sentí cómodo al respecto. Parecía muy natural. Sé que varios otros chicos de Kincora fueron traídos a él en otras ocasiones", señaló Amal.

Las afirmaciones de una prominente red de pedófilos fueron exploradas más a fondo por la revista de actualidad y cultura Village in Ireland, recopilada por Joseph de Burca en un libro en línea bajo el título "The Anglo-Irish Vice Ring". El libro detalla cómo el establishment británico e irlandés continúa encubriendo los crímenes tanto de la red como de Lord Mountbatten, con algunos de los otros abusadores todavía vivos hoy en día.

Otra historia presentada por Village fue la de Steven Waring y su amigo identificado solo como "Sean". Ambos también residentes de Kincora, Waring fue traficado a la casa del sur de Mountbatten y abusado sexualmente en agosto de 1977. Escapó de la casa de los niños y huyó a Liverpool en Inglaterra, donde fue arrestado. Fue subido al Ferry Liverpool-Belfast Monarch para llevarlo de regreso a Kincora y se suicidó antes de llegar, saltando al mar. Su cuerpo nunca fue recuperado.

La serie de Village destaca los vínculos entre McGrath y políticos y personalidades prominentes en Inglaterra. Estas figuras incluyen a Mountbatten y Blunt junto con el secretario privado parlamentario del ex primer ministro Harold Macmillan, Sir Knox Cunningham, y el teniente adjunto de Tyrone Peter Montgomery. También estuvo involucrado Peter Murphy, asistente personal de Mountbatten.


Louis Mountbatten y el Príncipe Carlos en 1975 (BSR). Mountbatten fue el mentor del rey Carlos III. Mountbatten significó mucho para los Windsor, aunque no todo lo que hizo fue siempre desinteresado. trató de vincular a su nieta Amanda Knatchbull con el príncipe Carlos desde 1974. Todo eso sirvió para alejar a Carlos de Camila, que era un poco mayor y considerablemente más mundana. Un matrimonio entre Carlos y Amanda convertiría a Lord Mountbatten en el abuelo de la futura reina, cumpliendo sus ambiciones.


Otro de los socios conocidos de Mountbatten fue el miembro del Parlamento del Partido Laborista Tom Driberg, con quien se dice que tuvo una aventura. Driberg fue nombrado asesor especial temporal no oficial de Mountbatten mientras estaba en Birmania durante la guerra y "casualmente" fue otro cliente de Anthony Daly. Al igual que Blunt, fue espía de la KGB y socio de Guy Burgess de los Cinco de Cambridge.

En enero de 1982, la red parecía estar cerrándose sobre los involucrados en el abuso sexual institucionalizado en Kincora cuando la policía entrevistó a John McKeague. McKeague fue un prominente sindicalista del Ulster y uno de los fundadores de la organización terrorista Red Hand Commando, un pequeño grupo estrechamente vinculado a la importante Fuerza de Voluntarios del Ulster.

McKeague era fuertemente sospechoso por la inteligencia militar británica de su participación en el brutal asesinato de un niño de 10 años llamado Brian McDermott en septiembre de 1973, el cuerpo fue quemado y desmembrado. Ya había sido internado en febrero de ese año y pronto fue condenado a otros tres años por un robo a mano armada que él negó. En 1982, no estaba dispuesto a regresar a prisión y le dijo a sus amigos locales que estaría hablando sobre lo que sucedió en Kincora.

El 29 de enero, McKeague fue asesinado a tiros en una tienda que tenía en el este de Belfast. Según los informes, el asesinato fue llevado a cabo por el Ejército de Liberación Nacional Irlandés. Aún así, la especulación afirmó que había un vínculo con las preguntas recientes sobre el abuso sexual infantil. Los periodistas irlandeses Jack Holland y Henry McDonald han argumentado que uno de los involucrados en el tiroteo era un conocido oficial de la Rama Especial, y durante mucho tiempo se rumoreaba que el otro tenía vínculos con la inteligencia británica.

UN ESCÁNDALO DESCONOCIDO

Mountbatten y sus crímenes no lograron generalizarse gracias a las actividades del MI5. Muchos de los involucrados en llevar a cabo el abuso en el norte eran conocidos agentes de la agencia o informantes y los servicios de seguridad utilizaron su conocimiento de su abuso como método de chantaje. Esta táctica se ha replicado en todo el mundo. La red fue expuesta por Blunt después de su arresto en 1963 y se enfrentó a cadena perpetua; el espía accedió a confesar todo lo que sabía a cambio de inmunidad y encubrimiento de sus crímenes.

Los secretos de Blunt expusieron sus actividades con la KGB y lo que sabía de las actividades ilícitas entre sus amigos y conocidos en el norte de Irlanda. El MI5 estaba en el país de los sueños y se dio cuenta de que había una oportunidad no solo para chantajear, sino también para mantener a sus dulces aliados con acceso regular a los niños. Su compromiso de mantener la hegemonía en el norte de Irlanda eclipsó cualquier pensamiento sobre la moralidad de hacer la vista gorda ante el abuso sexual.

Si bien la traición de Blunt era desconocida para el público en general, no cabe duda de que un hombre tan bien posicionado como Mountbatten habría sido plenamente consciente de sus acciones. El "héroe nacional" aparentemente estaba dispuesto a dejar de lado cualquier sentimiento de lealtad en lo que respecta a sus impulsos.


El asesinato del supuesto héroe británico de la IIGM señaló una dura etapa en las relaciones entre Inglaterra e Irlanda del Norte.


Mountbatten fue asesinado en 1979 (27 de agosto) por el IRA, sin embargo, el nivel de protección que todavía se le ofrece va directamente a la cima no solo en Gran Bretaña, sino también en Irlanda. Mientras intentaba investigar los eventos en el norte para su libro, a Lownie se le negó constantemente el acceso a los archivos de la policía irlandesa, la Garda.

Hablando con Village Magazine, un ex comisionado adjunto de la Garda confirmó que las autoridades irlandesas habían estado al tanto de las acusaciones contra la realeza, una segunda fuente de la Garda le dijo a la revista que había información de que Mountbatten había abusado de un niño de 14 años durante su tiempo en la India.

Con la casa de Mountbatten ubicada en el condado de Sligo, se le brindó la protección de la Garda, y se guardaron registros de todos los que asistieron. Con pruebas sólidas, Mountbatten no solo fue visitado allí por los involucrados en el escándalo de Kincora, sino que también tuvo niños traficados a su casa por Joseph Mains, el alcaide de Kincora. Lownie solicitó acceso a los archivos, y aunque se confirmó que todavía existían, se le negó la oportunidad de verlos. El comisionado de la Garda, Drew Harris, trabajó extensamente con el MI5.

En 2011, la personalidad de la televisión británica y confidente real Jimmy Savile murió a la edad de 84 años. Un famoso activista y anfitrión de caridad, se había ganado el respeto de muchos en el establecimiento. Sin embargo, una vez muerto, la verdad de sus crímenes salió a la luz, siendo expuesto como posiblemente uno de los delincuentes sexuales infantiles más prolíficos del país. Las revelaciones sobre Savile, durante un tiempo, cambiaron la sociedad británica, y hubo una nueva voluntad de hablar abiertamente sobre temas que durante mucho tiempo habían sido barridos bajo la alfombra.

Con las acusaciones contra otras estrellas e incluso políticos ahora sobre la mesa, finalmente, las acusaciones contra Mountbatten parecían listas para ser transmitidas, los informes derivados de la publicación de los archivos del FBI y el libro de Lownie dieron una cobertura prominente.

Curiosamente, sin embargo, a pesar de que la prensa británica tiene una afición por explorar cada detalle espeluznante de los pedófilos famosos, los informes centrados en los archivos del FBI y los crímenes en Kincora nunca se mencionaron. Tan pronto como aparecieron estas historias, pronto se desvanecieron de los titulares, y la prensa volvió a tratar a Mountbatten como un héroe, ignorando el hecho de que las revelaciones incluso habían sucedido.

La exposición del abuso sexual de Mountbatten y la asociación con traidores públicamente ridiculizados habría hecho mucho más daño a la reputación global de la monarquía en la década de 1970 que incluso el escándalo del Príncipe Andrés o las revelaciones del Príncipe Harry y Meghan Markle sobre "Oprah" en nuestra propia era. Se habrían hecho preguntas a ministros, funcionarios públicos, otros miembros de la realeza y más. La exposición de las redes de abuso infantil sancionadas por el estado habría sido devastadora.

De hecho, el daño a la reputación de Gran Bretaña habría eclipsado otros escándalos británicos infames como el caso del espía soviético Profumo o los "Cinco de Cambridge" y los asuntos de Jimmy Savile. La vergüenza de Gran Bretaña habría sido casi absoluta, los detalles espeluznantes sirvieron como fuente de furia para los republicanos irlandeses y la confirmación de la depravación occidental para la Unión Soviética.

A medida que han pasado los años, muchas más acusaciones en torno a Mountbatten han salido a la luz y no se tratan aquí, incluidos los complots para socavar la democracia británica a lo largo de la década de 1970. Lejos de ser un héroe nacional, lo cierto es que su imagen es ilusoria y que sigue sirviendo de escudo protegiendo a los nombres destacados de la justicia.

La campaña promulgada para encubrir los crímenes del establishment es asombrosa en su alcance. Tan enormes son los crímenes y las cifras que tal duplicidad es imposible sin el consentimiento  cómplice de la maquinaria del gobierno británico. Estos abusos incluyen innumerables violaciones sancionadas por el estado, tráfico sexual infantil, intimidación de víctimas y testigos y posiblemente incluso asesinatos.

Si bien nadie duda de que la guerra es un negocio sucio, las acciones de Gran Bretaña en Irlanda fueron quizás las más sucias de todas. Hubo una investigación pública sobre Savile; o en las actividades de los servicios de seguridad durante la guerra sucia, pero nunca ha habido una en el caso Mountbatten. Si bien ha habido condenas simbólicas, éstos fueron poco más que tipos desechables para aquellos que realmente movieron los hilos, hombres como Lord Louis Mountbatten, cuya fuga de la justicia demostró que algunas personas realmente están por encima de la ley.


Mountbatten recibió honores en un funeral ceremonial real en la Abadía de Westminster, televisado a nivel mundial. Londres, 5 de septiembre de 1979. El Príncipe de Gales, hoy rey Carlos III leyendo un salmo bíblico. Se distinguen a los miembros de la familia real ante el ataúd, de izquierda a derecha: la reina Isabel II; el príncipe Felipe, duque de Edimburgo; Elizabeth, la reina madre; el Capitán Mark Phillips; la princesa Margarita, condesa de Snowdon; el príncipe Andrew (más tarde el duque de York); y, el príncipe Eduardo (más tarde el conde de Wessex).


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