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30 junio 2020

Cecil Rhodes y el dominio global: Imperialismo, diamantes, poder, sociedades secretas


Creadores y rompedores de imperios, tutula esta ilustración de Vanity Fair sobre la investigación de la Cámara de los Comunes ante la denominada incursión de Jameson, noviembre de 1897 (Sudáfrica). Sir William Harcourt (segundo desde la derecha) intentó usar la incursión para atacar la posición de Cecil Rhodes (centro).


"Tenemos que encontrar nuevas tierras de las que fácilmente podamos obtener materias primas, y al mismo tiempo explotar la mano de obra esclava tan barata disponible de los naturales de las colonias. Las colonias también se prestarían como vertedero para los excedentes producidos en nuestras fábricas". Cecil Rhodes


Parte I

por Tito Andino U.

Cecil Rhodes es uno de los personajes históricos ingleses más estudiados desde fines del siglo XIX en el mundo anglosajón y muy popular en las teorías conspirativas en lengua castellana del siglo XX (e inglesa, obviamente).

Sobre Rhodes se han escrito tantos libros, biografías, documentales y artículos fácilmente accesibles, aunque pocas son las ediciones en castellano. En algunos círculos suele afirmarse que Rhodes fue un ser "misterioso", sobre él se ensayan diversas especulaciones y teorías, la mayoría suele rayar en lo absurdo, la llamada conspiranoia.



Uno de los últimos libros que se publicaron sobre él es "CECIL RHODES. Flawed Colossus", de Brian Roberts (Cecil Rhodes. Coloso defectuoso), de Kindle Edition, 2015, en resumen se dice que "Rhodes vivió solo para sus planes y disfrutó la vida como una bala de cañón disfruta del espacio, viajando a su objetivo a ciegas y extendiendo la ruina en su camino". Un gran hombre, sin duda, por haber prestado un inmenso servicio a su país, pero la humanidad no está muy en deuda con él. El más reciente libro data del 2018, es una redición ampliamente revisada e ilustrada de Ian D. Colvin, "Cecil Rhodes. New Ilustrated Edition", Ostara Publications (2018).

Para Roberts (Flawed Colossus), Cecil Rhodes debe ser visto como el "héroe" del imperialismo, bajo esa perspectiva se examinan los tremendos cambios que han tenido lugar desde que el Imperio Británico estaba en su apogeo. La reevaluación de la figura de Rhodes por parte de Brain Roberts se enfoca en el hombre, más que en el político o la política. El autor demuestra que Rhodes era despiadado, enérgico, idealista, un producto de su tiempo.


Como biografías de Rhodes, las únicas fueron realizadas por Basil Williams y Neil Bates, las dos llevan por título "Cecil Rhodes" y son de 1921 y 1971, respectivamente, los críticos e investigadores concluyen que se basan en descripciones imprecisas y testimoniales de los íntimos de Rhodes. Una mejor descripción de Rhodes y sus actividades se aprecia con H.L. Wesselings "Divide and Conquer" (1991) y Martin Bossenbroek en su galardonada e igualmente legible "The Boer War" (2012).



Algunas de las muchas publicaciones sobre Cecil Rhodes y su influencia en la expansión del Imperio Británico en África.

Qué más podemos añadir sobre éste influyente inglés de la política y los negocios, sobre quien pesan algunos cuestionamientos no tan esclarecidos como una homosexualidad reprimida, sus ideas sobre la superioridad racial, su exagerado respeto por la educación de Oxford, su brutalidad con los pueblos nativos de África, sus artimañas financieras, hasta la creación a título póstumo de estados en lo que fueran sus dominios territoriales privados y de sus socios en Sudáfrica, como la no reconocida - Rhodesia-, que sirvió de base para que la ex colonia británica denominada Rodhesia del Sur desde 1923, un amplio territorio ocupado y administrado por varias empresas privadas británicas concesionarias de la Compañía Británica de Sudáfrica, pretenda vida jurídica y desate conflictos armados con sus vecinos. 

Hubo un tiempo que parte de la actual Sudáfrica era conocida como Transvaal, y sus colonos provenientes de los Países Bajos alquilaron a una empresa, la Compañía Británica de Sudáfrica, territorios al norte de Transvaal. Esa Compañía estaba dirigida por un tal Cecil Rhodes, quien al mando de la llamada "Columna Pionera" gobernarían esos territorios hasta inicios de los años 20 del siglo pasado (Rhodes había ya fallecido a inicios de siglo). La Compañia de Rhodes vio revocada su concesión en 1923, pero eso no impidió que apareciera Rhodesia del Sur con un autogobierno y legislatura propia. 

- No es novedad que Rhodes fue uno de los "pioneros" del apartheid, fue precisamente a él a quien se debe la primera legislación del apartheid. En 1890, Rhodes se convirtió en Primer Ministro de la Colonia del Cabo, acercándose a la cima de su poder. Expande sus viejas "amistades" en "el conjunto de unidades superpuestas que gobiernan a De Beers, la Compañía Británica de Sudáfrica y el Gobierno del Cabo" (según el historiador Colin Newbury). Gracias a su poder casi dictatorial, Rhodes puede dictar leyes discriminatorias por medio del parlamento, como la BSAC, la Ley "Glenn Gray" de Rhodes de 1884. Esa ley se considera un precursor temprano de la ley de apartheid sudafricana. Ese hecho deja en claro la influencia de Rhodes y su amplio círculo de socios en la aun vigente y dolorosa relación entre el gran capital y el trabajador en Sudáfrica, entre  el blanco y el negro.



Los trabajadores nativos del África se veían obligados a permanecer en un área cerrada alrededor de las minas. Kimberley, 1901. Foto HH / Corbis.

- Tampoco se desconoce que Cecil Rhodes amasó una gran fortuna explotando la industria de los diamantes de sangre en África. Son las minas de diamantes de Kimberley (Sudáfrica), que aun en la actualidad representa casi el 90% del comercio mundial del diamante, la base de la riqueza de Rhodes. Desde Kimberley brotaron las raíces de una red de políticos británicos unidos a los comerciantes y banqueros que en el presente siguen manteniendo ese inseparable lazo

-  Rhodes a más de su destacado rol en la perdurable y lucrativa red de extracción de los diamantes sangrientos utilizó su habilidad comercial y sus influyentes contactos para emprender una próspera carrera política que le permitió ser dueño y señor de su propia colonia, es decir un "estado privado" en África, con la bendición de la Corona Británica, que llegaría a bautizarse en su honor, mucho después de su muerte, como  Rodhesia, un estado de facto entre 1965-1979 (Zimbabwe desde 1980). 

- La compañía De Beers, fundada por Rhodes y otros, logró obtener apoyo financiero de un señor de Londres, Rothschild, el banquero de uno de los socios de Rhodes, Alfred Beit. El dinero ganado con la explotación de esclavos y los diamantes sangrientos, se canalizó a través de Rodhes mediante nuevas compañías como "Consolidated Gold Fields", dedicada a la explotación de los yacimientos de oro en Transvaal; y, la infame "British Africa Company" (BSAC).

- Muchos consideran a Rhodes un megalómano, y conforme con un titular de prensa se obsesionó con un plan casi imposible para su época (y en la actualidad por cuestiones geoestratégicas): unir el continente africano de norte a sur con una línea de ferrocarril exclusivamente británico explotada por los británicos (Sobre ello el artículo "Un tren en África para el supremacista Cecil Rhodes", enlace en las notas al final del artículo).

El interesante Foro Imperial y Global (2015), discutió: ¿Cuál era la naturaleza de la expansión imperial británica? ¿Constituyó el imperialismo británico una forma de globalización? Simon Mackley de la Universidad de Exeter, basándose en su investigación sobre la cuestión sudafricana en la era victoriana y eduardiana, busca abordar la primera pregunta analizando la crítica liberal de la Compañía Británica de Sudáfrica tras la incursión de Jameson de 1895, y la forma de imperialismo que supuestamente representaba. A finales de 1895, las fuerzas de la British South African Company (BSAC), bajo la dirección de Cecil Rhodes, lanzaron un intento de invasión y golpe de estado contra la República Sudafricana. La acción, que se conoció como la incursión Jameson, fue un fracaso total, pero las consecuencias políticas en Gran Bretaña fueron inmensas, con un enfoque particular en la relación entre Chartered Company y la conspiración. Es difícil entender la naturaleza de la expansión imperial británica a lo largo de su historia, pero ese hecho (incursión Jameson) fue uno de los precursores de la Guerra de Sudáfrica de 1899-1902. Esa incursión en sí misma no proporcionó ganancias territoriales para el Imperio y, de hecho debilitó la posición británica en la región. Pero queda demostrado cómo la Gran Bretaña y la expansión del Imperio y las fuerzas del imperialismo han venido operando.


El Imperio Británico en 1886, en color rosa, que era el color con el que se marcaban los dominios británicos en los mapas de la época.

Dado los antecedentes citados, no valdría la pena insistir con un relato sobre la vida y acciones de Cecil Rhodes, no hace falta, la voluminosa literatura, decenas, por no decir cientos de artículos en internet ya de por sí redundan en la cuestión central del poder e influencia que ejerció en la consolidación y ampliación del Imperio Británico, la máxima potencia mundial en su época y hasta el presente protagonista encubierto en las grandes cuestiones económicas del mundo.


Sociedades Secretas de por medio?

Una imprescindible aclaración. Cecil John Rhodes ha sido tildado de "judío" o "sionista", a pesar de que en su tiempo el sionismo político aun estaba siendo diseñado y perfeccionado como instrumento de batalla en los planes de la Corona Británica. Nuestro personaje vió luz el 5 de julio de 1853 en Bishop's Stortford, noreste de Londres, hijo de un sacerdote anglicano, Francis William Rhodes y su segunda esposa, Louisa Peacock (detalle aclaratorio ya que es común encontrarnos con la historia del "judío" Rhodes dentro del marco de la gran conspiración "judeo-masónica, todavía muy popular en internet). 

Cecil Rhodes no era nada conocido, ni un hombre rico, ni de familia pudiente. En 1868, con 17 años se aventuró junto a su hermano mayor Herbert a la colonia británica de Natal (actual Sudáfrica) para probar suerte en los cultivos de algodón. El joven Cecil trabajó de todo, desde heladero hasta extractor de agua en las minas de diamantes. Fue su don de palabra lo que le permitió relacionarse con los comerciantes del diamante. Su única motivación era hacer dinero, mucho dinero, pero lo de los diamantes no vino de inmediato... 

Un magnífico libro devela algunos de los misterios sobre la pertenencia a una sociedad secreta de nuestro personaje. "The Secret Society: Cecil John Rhode´s Plan for a New World Order", del autor Robin Brown, Kindle Edition, 2015 (La Sociedad Secreta: Cecil Rhodes. Plan para un Nuevo Orden Mundial).




El libro aporta datos sorprendentes y, en parte, desconocidos, con una diferente perspectiva, desde las minas de diamantes de Kimberley hasta los pasillos del poder en Westminster, se detiene para analizar a personajes como Olive Schreiner, la princesa Radziwill, el Kaiser Wilhelm (Guillermo) y David Lloyd George. 

Señala el autor que después de una reunión con el general Charles George Gordon, más conocido como Gordon de Jartum, en Sudáfrica en 1881, Cecil John Rhodes estableció una sociedad secreta, con el objetivo de establecer un nuevo orden mundial. La sociedad, disciplinada en líneas de estilo jesuita, se convirtió en la obsesión de toda la vida de Rhodes, y después de su muerte, sobrevivió y creció bajo el liderazgo de su ejecutor, Lord Alfred Milner


La sociedad desempeñó un papel clave en el gobierno de Gran Bretaña durante la Gran Guerra y en los controvertidos términos de paz para ponerle fin, y estuvo vinculada a iniciativas de apaciguamiento que involucraron a Hitler, el duque de Windsor y la señora Simpson antes de la Segunda Guerra Mundial. 

Los ecos de la sociedad secreta sobreviven en diferentes formas hasta el día de hoy, incluido el Real Instituto de Asuntos Internacionales (Chatham House) y las famosas Becas Rhodes

Un ensayo digno de mención (en neerlandés) "Pionier van de apartheid: Cecil Rhodes (1853-1902)", aclara que la fiebre del diamante empieza a tentar a Rhodes apenas a finales de 1870, él y su socio Rudd compraron tierras adyacentes a la cercana mina De Beers, nombre de los originales propietarios holandeses Afrikaner, esos derechos en De Beers eran más baratos, aquel año fundaron De Beers Ltd. con otros cuatro socios, agrupando todas las tierras que habían adquirido. En la década de 1880, Cecil Rhodes hizo una rápida carrera como presidente de la compañía, absorbiendo una a una todas las compañías mineras competitivas. En 1889, bajo el nombre de De Beers Consolidated, se adquiere el monopolio absoluto de la producción de diamantes de Kimberley, por tanto, casi el monopolio de la industria mundial del diamante en esa época, tal situación se conocerá como  "The Diamond Syndicate".

"Rhodes jugó un papel importante en esto hasta su muerte. Pero no tanto como emprendedor, como se ha pensado durante mucho tiempo. Durante el tormentoso ascenso de De Beers en las décadas de 1880 y 1890, Rhodes rara vez se encuentra en la sala de juntas". Andaba ya por el Parlamento de El Cabo en 1881 como miembro del comité para revisar las reglas que rigen el comercio de diamantes, prohibiendo el comercio a través de canales "ilegales". De esa forma aseguró el territorio alrededor de sus minas. 

De Beers es la única compañía minera a la que se le permite hacer uso gratuito del aporte laboral de los condenados como trabajadores forzados agrupados en The Diamond Syndicate. Con la Ley Glenn Gray (creada por Rhodes), los africanos negros en la Colonia del Cabo están severamente restringidos en sus derechos civiles. El objetivo principal es garantizar la supremacía política blanca y obligar a los pueblos indígenas a trabajar para las compañías blancas.

Rhodes compartió su tiempo en otras actividades e intereses en Ciudad del Cabo, Kimberley y "Rhodesia". Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra de los Bóers le hace permanecer en Kimberley por mucho tiempo. Fue testigo y protagonista de las guerras de los bóers. El asedio de los bóers de "su" pueblo minero duraría 124 días y marca el punto de inflexión en su vida al concentrarse en un único objetivo: la supervivencia de la empresa que sustenta su poder y riqueza. Para febrero de 1900, Rhodes está dedicado exclusivamente a las operaciones comerciales en De Beers, duplicando su riqueza privada hasta su muerte el 26 de marzo de 1902. Tras el deceso de Rhodes, uno de sus socios, Alfred Beit actuó como uno de los administradores de su patrimonio, confirmándose que las maquinaciones de Rhodes iban más allá de sus intereses comerciales privados. 

Lo más reciente que se ha escrito sobre Cecil Rhodes es un artículo de Steven MacMillan para Global Research (fuente original, en inglés): Imperialism, diamonds and power: "The plan of Cecil Rhodes' secret society for global dominance" (17 junio 2020), el cual pasamos a dar lectura.


Parte II

Imperialismo, diamantes y poder: el plan de la sociedad secreta de Cecil Rhodes para el dominio global

Steven MacMillan


Cecil Rhodes

La cuestión de si una estatua de Cecil Rhodes debería ser derribada ha estado enfureciendo Gran Bretaña en las últimas semanas, impulsada por las protestas por la muerte de George Floyd que han barrido el mundo. Personalmente, no soy un fanático de las personas que derriban estatuas de figuras históricas, no porque necesariamente me gusten estas figuras, sino porque destruir una estatua no cambia la historia, y la gente no debe olvidar. 

Vivir en un mundo donde todo lo que enfurece a una minoría de personas es destruido, o guardado en la memoria, como diría Orwell, es un mundo donde la gente pronto olvida las lecciones de la historia... 

Además, ¿dónde trazas la línea? ¿Qué figuras históricas pasan la prueba de indignación y quién falla? ¿Quién decide quién pasa o no? ¿Una mafia enojada? Todo el negocio de destruir estatuas históricas y eliminar programas de televisión que se hicieron hace décadas se convierte rápidamente en un desastre inconsistente. En mi opinión, lo más importante es aprender de las lecciones de la historia y aprovechar este conocimiento para nuestras acciones en el futuro.

Al decir todo esto, de ninguna manera estoy argumentando que Rhodes fue genial. Todo lo contrario, sin embargo, hay dos lados de Rhodes, ambos imperialistas, pero ambos no son ampliamente entendidos.

Un lado de Rhodes es relativamente conocido: era imperialista, estuvo muy involucrado en el sur de África, incluso sirvió como primer ministro de la Colonia del Cabo entre 1890-96; él creía que los ingleses eran la raza maestra; fue un magnate de los diamantes que fundó la compañía De Beers, donde los trabajadores estaban segregados racialmente durante su tiempo; varias colonias africanas fueron nombradas en su honor; organizó el programa de becas Rhodes en la Universidad de Oxford por el que pasaron personas como Bill Clinton; y Hitler al parecer le admiraba.



Estatua de Cecil Rhodes en la prestigiosa Universidad de Oxford. Cinco años atrás, un colectivo de estudiantes de Oxford inició una campaña denominada “Cecil Rhodes must fall” solicitando el retiro del monumento del colonialista inglés del campus del Oriel College. El miércoles de 17 de junio 2020, finalmente los funcionarios de la institución votaron y decidieron aceptar el pedido. Al respecto, vale agregar un comentario de un lector de este artículo en inglés. Considerando la historia de Cecil Rhodes, el impacto de la influencia occidental fue devastador en el continente africano. En lugar de ser derribado, debería agregarse en cualquier sitio donde se haya erigido una estatua, una placa debajo de su nombre, que enumere todas las atrocidades que ha cometido contra pueblos inocentes para su propio engrandecimiento. Él deseaba una posición, quería pertenecer a un grupo o sociedad, al que no tendría acceso si no estuviera de acuerdo con una ideología psicopatológica.



La Sociedad Secreta de Cecil Rhodes

El otro lado de Rhodes. Lamentablemente, este lado más esotérico no se comprende tan bien, pero es igualmente importante para conocer su historia. En primer lugar, se debe establecer que Rhodes tenía una visión a largo plazo, crear un sistema global bajo el dominio británico. En su primer testamento escrito en 1877, cuando solo tenía veintitantos años, Rhodes declaró que deseaba:

"La extensión del dominio británico en todo el mundo, el perfeccionamiento... de la colonización por parte de súbditos británicos de todas las tierras donde los medios de subsistencia son alcanzables por la energía, el trabajo y la empresa... la recuperación final de los Estados Unidos de América como parte integral del Imperio Británico, la consolidación de todo el Imperio... y, por último, la fundación de un poder tan grande para en lo sucesivo imposibilitar las guerras y promover los mejores intereses de la humanidad"(Carroll Quigley).

En otras palabras, Rhodes quería crear un sistema global tan grande, y controlar los asuntos mundiales tan perfectamente, que ningún país o gente podría escapar de su dominio. Para lograr estos objetivos, Rhodes, durante una reunión en una fría tarde de febrero en Londres en 1891, fundó una sociedad secreta que se conoció como la Sociedad Secreta de Cecil Rhodes (C. Quigley). 



El libro del profesor Carroll Quigley, mencionado por el autor de este artículo, corresponde a una reedición en inglés de 2013, por Dauphin Publications Inc. 

La sociedad secreta debía servir como una forma de hermandad religiosa basada en el modelo jesuita, dedicada a la extensión del Imperio Británico en todo el mundo. Rhodes había querido crear desde hacía tiempo tal sociedad. Se desempeñó como líder del grupo, y los otros dos miembros fundadores fueron el periodista y editor de periódicos, William Stead y el asesor de confianza de la reina Victoria y el rey Jorge V, Reginald Balliol Brett. Alfred Milner, un influyente funcionario y banquero británico, originario de Alemania, fue aceptado en el grupo poco después de la reunión. Curiosamente, la organización de la sociedad se dividió en un círculo interno, llamado "La Sociedad de los Elegidos", y al menos un círculo externo, llamado "La Asociación de Ayudantes", esta estructura organizativa estaba diseñada para ocultar el funcionamiento del círculo interno (C. Quigley).

Milner toma el mando y liderazgo de la sociedad cuando Rhodes murió en 1902, quien compartía el mismo objetivo de Rhodes, crear un imperio verdaderamente global, que se lograría mediante una "influencia política y económica secreta detrás de escena y control de agencias de periodismo, educación y propaganda" (C. Quigley). 


El vizconde Alfred Milner, (1854 - 1925), como funcionario y político fue Alto Comisionado para Sudáfrica. La foto data de alrededor de 1916 y se conserva en el National Portrait Gallery de Londres.

Hasta su muerte en 1925, Milner expandió enormemente la influencia y los objetivos de esta sociedad, en parte a través de la creación de otro grupo, que se conocía como el Grupo Milner o Kindergarten de Milner.

Este grupo fue creado durante el extenso tiempo que Milner ocupó numerosos cargos en Sudáfrica, incluido el de Alto Comisionado para África del Sur entre 1897 y 1901, con el grupo compuesto por oficiales capaces que sirvieron como asistentes y colegas durante ese período. De hecho, Milner jugó un papel central en Sudáfrica durante años, fue uno de los funcionarios británicos que intentaron encubrir los horrores de los campos de concentración utilizados por los británicos durante la Primera Guerra Mundial. Entre junio de 1901 y mayo de 1902, aproximadamente 28.000 personas murieron, 22.000 de las cuales eran niños, en campos de concentración británicos en el sur de África, Milner fue enviado a la zona para tratar de limpiar el desorden, lo que lo hizo tratar de encontrar formas de dar un giro al desastre y sea más agradable al público británico en casa.

La red de mesas redondas

Según Quigly, la creación del grupo Milner fue informada por tres grupos más antiguos que representaban algunas de las redes más poderosas en el corazón del Imperio Británico. El primero fue conocido como el Grupo Toynbee, formado en 1873 en el Balliol College, estaba dominado por Milner y el notable historiador Arnold Toynbee. El segundo grupo era conocido como el Bloque Cecil, creado por el tres veces primer ministro británico, Robert Arthur Talbot Gascoyne-Cecil, Tercer marqués de Salisbury, representando el poder político y social. El tercer grupo era la sociedad secreta de Rhodes.  

En los años venideros, miembros prominentes del grupo Milner crearon una red de "grupos de debate y cabildeo semisecretos" en varios países del mundo, conocidos como Grupos de Mesa Redonda. Para 1915, había Grupos de Mesa Redonda en siete países, incluidos Inglaterra, Canadá, India, Sudáfrica y Nueva Zelanda, conforme explica Quigley.


Lionel George Curtis (1872–1955) funcionario y autor británico. Abogó por el Federalismo del Imperio Británico y luego por un estado mundial. Sus ideas sobre la dinarquía son importantes en el desarrollo de la Ley del Gobierno de la India de 1919 y, en general, sus escritos influyeron en la evolución de la Comunidad  de Naciones. (Cita Wikipedia)

Uno de los miembros más notables de la red de la Tabla Redonda fue Lionel Curtis, influyente funcionario y autor británico. Curtis fue uno de los defensores más fuertes del Imperio Británico transformándose en una Comunidad de Naciones, y apoyó la unificación de Europa y el eventual establecimiento de una forma de gobierno mundial. Durante este período, la idea de un Imperio centrado en Gran Bretaña que gobierna el orbe se transformó en la idea de una federación multinacional que controlara el mundo. Es importante destacar que Curtis también entendió que "los banqueros y los hombres que comercian con países en el extranjero" tienen un tremendo valor político.


La fundación de Chatham House

Entonces, en una reunión de mayo de 1919 en el Hotel Majestic durante la Conferencia de Paz de París después de la Primera Guerra Mundial, los miembros de la delegación británica, que en su mayoría eran miembros del Grupo Milner (incluido Curtis) y del Bloque Cecil, acordaron formar el Instituto Británico de Asuntos Internacionales, también conocido como Chatham House, que más tarde se convirtió en el Real Instituto de Asuntos Internacionales, después de que el Rey George V le otorgó al Instituto una Carta Real en 1926. Unos años más tarde, se fundó una organización paralela a Chatham House en Nueva York, conocida como el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). El CFR surgió del grupo de expertos llamado 'The Inquiry' que preparó al presidente Woodrow Wilson para la Conferencia de Paz de París, con el CFR teniendo estrechos vínculos con la potencia bancaria JP Morgan and Company.

En los años posteriores a sus formaciones, ambas organizaciones atrajeron a muchas más personas prominentes, incluidos líderes nacionales, los miembros de Chatham House también son arquitectos clave y simpatizantes de la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas (ONU), dos de las organizaciones internacionalistas más prominentes jamás fundadas. Además, Chatham House recibió apoyo financiero de notables empresarios y corporaciones estadounidenses, incluido el magnate del petróleo, John D. Rockefeller y la Ford Motor Company.

Es importante destacar que una de las razones por las que sabemos tanto sobre el funcionamiento de esta red que creó Chatham House y el CFR es porque el Dr. Carroll Quigley, profesor de historia en la Universidad de Georgetown hasta su muerte en 1977, que también enseñó en Harvard y Princeton, "se le permitió durante dos años, a principios de la década de 1960, examinar sus documentos y registros secretos". Quigley continuó afirmando que tenía muy poca aversión a los objetivos de esta red, y que el problema principal era que deseaban "permanecer desconocidos", ya que Quigley creía que el papel de esta red en la historia era "suficientemente significativo para ser conocido".


Chatham House


Avancemos rápidamente hasta nuestros días, estas organizaciones inspiradas por Rhodes operan hoy. Chatham House se posiciona como el principal grupo de expertos de Gran Bretaña, y está claro que todavía tiene un tremendo poder. La membresía corporativa actual de Chatham House es realmente asombrosa. Los miembros incluyen: la Comisión Europea, BP, el Ministerio de Defensa británico, Apple, la Oficina Británica de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth, Royal Dutch Shell, la Fundación Bill y Melinda Gates, Barclays, el Banco de Inglaterra, Lockheed Martin, la BBC, Vodaphone, The Guardián, The Telegraph Media Group, CBS News, las Open Society Foundations y muchos más. 

Chatham House también tiene más de 550 donantes, los donantes de 2018-19 incluyen: La Organización Mundial de la Salud; la Fundación Rockefeller; Bayer AG; De Beers Group Services UK Ltf; GlaxoSmithKline Services Unlimited; la Fundación Europea del Clima; la Fundación Petrolera de Kuwait; Microsoft Limited; Colegio de Defensa de la OTAN; Rolls-Royce plc; el Partido Laborista del Reino Unido; Google; The Economist; el gobierno escocés; y UNICEF.

Además, Chatham House tiene muchos miembros académicos, incluida la Universidad de Notre Dame, el Departamento de Relaciones Internacionales de la London School of Economics y la Universidad de las Naciones Unidas MERIT, que es un centro conjunto de investigación y capacitación de la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad de Maastricht en los Países Bajos. Numerosas figuras prominentes en la política del Reino Unido y mundial han dado discursos en el Instituto, incluidos los ex primeros ministros británicos, Sir John Major y Tony Blair, el famoso presentador de medios británico, Jon Snow, y el actual primer ministro británico, Boris Johnson, quien dio un discurso en 2016 cuando era Secretario de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña.

Lo que queda claro de estas listas exhaustivas es que Chatham House representa una sinergia de poder que supera con creces lo que Rhodes incluso imaginó. Sin embargo, una de las partes más tristes de toda esta historia épica es que:


Muchas de las personas que están haciendo campaña para eliminar la estatua de Rhodes en el Oxford College, nunca han oído hablar de Chatham House, y ciertamente no entienden su historia.

Fuentes:

Las fuentes originales de la segunda parte de esta entrada, consultadas por el autor (en inglés), se detallan aquí: 


Cecil Rhodes


Fuentes de la Primera Parte:


Pionier van de apartheid: Cecil Rhodes (1853-1902)
Un tren en África para el supremacista Cecil Rhodes
The Jameson Raid and the "Cheap Extension of Empire"

Ver en este Blog:

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03 junio 2020

Planes secretos de guerra y la enfermedad del militarismo estadounidense




por Floyd Rudmin
Original en inglés: 
Secret War Plans and the Malady
of American Militarism (2006)


Este artículo es una ampliación de Planes estadounidenses de entreguerras (La guerra angloamericana del Pacífico que nunca ocurrió).

Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, es decir, entre 1918 y 1939, Estados Unidos desarrolló y aprobó como política nacional oficial tres planes de guerra principales: un Plan de Guerra NARANJA contra Japón; un plan de guerra VERDE contra México y un plan de guerra ROJO contra el Reino Unido. (La fuente más útil aquí es el libro de 1977 de R.A. Preston, The Defense of the Undefended Border: Planning for War in North America, 1867-1939). 

Pero también había otros planes de guerra. El Plan Especial VIOLET fue aprobado por la Junta Conjunta del Ejército y la Armada en 1925 para intervenciones en América Latina y el Caribe "para prevenir la acción de otros países, incluida la Liga de las Naciones". Hubo un Plan de Guerra BLANCO iniciado en 1920 para suprimir la insurrección interna de los ciudadanos estadounidenses, pero no fue desarrollado ni aprobado.

Todos estos planes de guerra se desclasificaron en 1974 y (se pueden comparar en los Archivos Nacionales de EE. UU. Alemania tenía un código de color negro, pero nunca hubo un Plan de Guerra NEGRO



El Plan de Guerra ROJO fue el más grande de los planes de guerra, el más detallado y el más enmendado. El Plan presumía que una guerra con el Reino Unido comenzaría por la interferencia de los Estados Unidos en el ámbito del comercio mundial de la Commonwealth británica, "aunque se podrían alegar otras causas inmediatas de guerra". El Plan presumía que la armada británica tomaría las Filipinas, Guam, Hawai y el Canal de Panamá. A cambio de estas pérdidas, Estados Unidos invadiría y conquistaría Canadá.

Aparentemente para la guerra contra Gran Bretaña, el Plan ROJO estaba casi desprovisto de planes para luchar contra los británicos. El Plan se centra en la conquista de Canadá, que era CRIMSON codificado por colores. La misión del Ejército de los EE. UU., escrito en mayúsculas, era "ULTIMADAMENTE, OBTENER EL CONTROL COMPLETO DEL CRIMSON". El borrador de 1924 declaró que los Estados Unidos "tienen la intención de mantener a perpetuidad todo el territorio CRIMSON y ROJO ganado ... El gobierno del Dominio [de Canadá] será abolido". (Nota del editor del blog: Crimson en su traducción se refiere al color carmesí, un color rojo fuerte inclinado al púrpura. Hemos conservado el término inglés para marcar las diferencias). 

El Plan de Guerra ROJO fue aprobado en mayo de 1930 a nivel de Gabinete por el Secretario de Guerra y el Secretario de Marina. No era un plan de defensa. Estados Unidos comenzaría la guerra, e incluso si Canadá declarara neutralidad, aún debía ser invadida y ocupada.

En diciembre de 1930, el Agregado Naval de EE. UU. En Ottawa hizo un informe de espionaje a la Junta Mixta sobre la falta de preparación de Canadá para la guerra: “En la medida en que Canadá no tenía idea de problemas con ningún otro país, no se consideró necesario mantener una adecuada fuerza aérea". El enfoque de Estados Unidos en invadir Canadá se aceleró durante la década de 1930. Incluso ya en 1939, cuando comenzaba la Segunda Guerra Mundial y el mundo libre se movilizaba para luchar contra el fascismo, Preston describe cómo la Escuela de Guerra del Ejército de EE. UU. y la Escuela de Guerra Naval habían establecido como prioridad de planificación la tarea de coordinar las fuerzas terrestres y marítimas para un proyecto titulado, "Overseas Expeditionary Force to Capture Halifax from Red-Crinsom Coalition" (Fuerza Expedicionaria en el Extranjero para capturar Halifax de la Coalición Rojo-Púrpura).



Portada del libro de Richard Arthur Preston, "The Defense of the Undefended Border: Planning for War in North America, 1867-1939" (1977). Preston es británico - canadiense. Sirvió en la Royal Air Force (RAF) de 1940-1945. Miembro de la Asociación de Historia de Canadá (presidente 1961-1962), Asociación de Estudios de Canadá - Estados Unidos (presidente fundador 1971-1972), Instituto Militar Americano M C.


Por alguna razón inexplicable, The Washington Post y el periódico nacional de Canadá, The Globe and Mail, recientemente decidieron informar sobre el Plan de Guerra ROJO. El artículo del 30 de diciembre de 2005 de Peter Carlson en The Washington Post se titulaba "Raiding the Ice Box" (Asaltando la Nevera). El artículo de Shawn McCarthy del 31 de diciembre de 2005 en The Globe and Mail se titulaba: "They´d take Halifax (then we´d kill Kenny)" (Tomarían Halifax (luego mataríamos a Kenny). Ambos artículos están escritos con dosis de incredulidad, burla y, a veces, risitas y carcajadas.

Pero el Plan de Guerra ROJO ciertamente no es noticia, ni tampoco es el re-informe de los re-descubrimientos del Plan de Guerra ROJO. La primera noticia del Plan fue en 1935, cuando el presupuesto secreto del Congreso para tres bases aéreas camufladas para ataques sorpresa en Canadá, a un costo de $ 19 millones cada una, se hizo público por error por la imprenta del gobierno, que publicó "Air Defense Bases: Hearings before the Committee on Military Affairs, House of Representatives, Seventy-Fourth Congress" (Bases de defensa aérea: audiencias ante el Comisión de Asuntos Militares, Cámara de Representantes, Septuagésimo Cuarto Congreso). Esto fue informado por el New York Times en su primera página y el Toronto Globe lo volvió a informar bajo el titular, "US Disavows Airport Yarn" (EEUU rechaza el hilado sobre el aeropuerto). El Plan de Guerra ROJO fue redescubierto y reportado nuevamente en 1975 por el servicio de cable de Reuters, y el Globe and Mail los volvió a informar. Fue nuevamente reportado como noticia en 1991 y aún en 2005. La historia tiene lecciones, pero no se pueden aprender repitiendo con incredulidad o riéndose.




Si los planes de guerra de Estados Unidos para la conquista de Canadá provocan risas, este es un comentario sobre los que se ríen, no un comentario sobre los planes de guerra. En su día, el Plan de Guerra ROJO no estaba destinado a ser divertido. El borrador de 1928 declaraba que "debería dejarse bastante claro a Canadá que en una guerra sufriría gravemente". El borrador de 1930 declaró que "grandes partes del territorio CRIMSON (púrpura o carmesí) se convertirán en teatros de operaciones militares con el consiguiente sufrimiento de la población y la destrucción generalizada y la devastación del país..." En octubre de 1934, el Secretario de Guerra y el Secretario de Marina aprobaron una enmienda autorizando la bombardeo estratégico de Halifax, Montreal y la ciudad de Quebec por "operaciones aéreas inmediatas a la mayor escala posible". Una segunda enmienda, también aprobada a nivel de gabinete, dirigida al Ejército de EE. UU., en mayúsculas, "PARA HACER TODAS LAS PREPARACIONES NECESARIAS DESDE EL ESTABLECIMIENTO DE LA GUERRA PARA EL USO DE LA GUERRA QUÍMICA, INCLUYENDO EL USO DE AGENTES TÓXICOS, DESDE LA INICIACIÓN DE HOSTILIDADES, ESTÁ AUTORIZADO ... "

El uso de gas venenoso se concibió como una acción humanitaria que haría que Canadá se rindiera rápidamente y salvara vidas estadounidenses. (Comandante A.S. Carpender y coronel W. Krueger (1934), memorando a la Junta Conjunta, 17 de octubre de 1934, disponible en el Archivo Nacional de EE.UU. En documentos adjuntos al Plan de Guerra Rojo). 

En marzo de 1935, el general Douglas MacArthur propuso una enmienda que convierta a Vancouver en un objetivo prioritario comparable a Halifax y Montreal. Esto fue aprobado en mayo de 1935, y en octubre de 1935, su hijo Douglas MacArthur Jr. comenzó su carrera de espionaje como vicecónsul en Vancouver. En agosto de 1935, Estados Unidos realizó sus maniobras militares más grandes en tiempos de paz, con más de 50.000 soldados practicando una invasión motorizada de Canadá, debidamente informada en el New York Times por su reportero militar estrella, Hanson Baldwin.



Retrato del general Douglas MacArthur, 1930, tomado en Washington, D.C., cuando fue nombrado Jefe de Estado Mayor. (La foto original en blanco y negro se conserva en la Bibiloteca del Congreso de los Estados Unidos)

¿Cuál es la mentalidad y la línea ilógica que lleva a los profesionales militares, oficiales del gabinete ejecutivo y congresistas a planificar y preparar la guerra contra un aliado y un buen vecino? 

¿Bases secretas en la frontera? ¿Ataques sorpresa? ¿Bombardeo estratégico de ciudades pobladas? ¿Primer uso inmediato de gas venenoso? Y al mismo tiempo que planeaban esto para Canadá, no planearon la guerra contra el fascismo alemán, una gran amenaza para Estados Unidos. Claramente, algo estaba mal en el pensamiento de muchos tomadores de decisiones civiles y militares de alto nivel. Estos planes de guerra justifican un estudio adecuado, no una burla desdeñosa, si Estados Unidos alguna vez entiende y controla sus impulsos militares.

Por ejemplo, el Plan de Guerra VERDE, para la invasión de México, parece una imagen reflejada del plan de invasión actual de Estados Unidos para Irak. Aquí hay algunas citas directas del Plan de Guerra de México aprobado por el Secretario de Guerra en agosto de 1919.

Los campos petroleros de Tampico y Tuxpan son importantes no solo para el comercio de los Estados Unidos y del mundo, sino también para el de México ... Los campos son en gran parte propiedad de intereses estadounidenses y británicos y son susceptibles a grandes daños por parte de los mexicanos. Por lo tanto, es importante aprovechar estos campos a la vez...".
La primera regla para conquistar una nación es derrotar a su ejército. El ejército mexicano, si acepta la batalla, lo hará en defensa del corazón de su país. Y el corazón del país es la localidad de la Ciudad de México ... Un ataque contra la Ciudad de México no solo llevará al ejército mexicano a una batalla decisiva, sino que, si tiene éxito, le brindará a Estados Unidos las instalaciones que necesitará para reorganizar y restablecer el gobierno ".
El período de operaciones activas será corto, en comparación con el período de operaciones de guerrilla. La disolución anticipada de las tropas temporales [estadounidenses] es altamente deseable. Es el testimonio de todos los que están familiarizados con el carácter mexicano que cualquier cantidad de mexicanos puede ser contratada para luchar contra cualquiera y para cualquiera que pague y alimente regularmente. El soldado mexicano será más barato y más eficiente contra el bandolerismo que el estadounidense y el costo puede imputarse más fácilmente contra el gobierno mexicano ”.
"Además, se puede establecer un ejército que no sea antiamericano y que, durante muchos años en el futuro, ejerza sobre el gobierno mexicano una influencia favorable a los Estados Unidos".

Algunas citas directas adicionales del borrador de 1927 del Plan de Guerra VERDE:

"El propósito militar de este Plan es el uso de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para derrocar al actual Gobierno Federal de México y controlar la Ciudad de México hasta que se haya establecido un gobierno satisfactorio para los Estados Unidos".
"... el propósito anterior puede iniciarse mejor privando al Gobierno Federal existente de municiones de guerra de fuentes externas, interrumpiendo la recepción de sus ingresos en la medida de lo posible, conduciéndolo desde la Ciudad de México y logrando su derrocamiento. La amplia publicidad sobre el objeto de las operaciones militares puede reducir la resistencia mexicana al influir en el pueblo mexicano para que le rinda lealtad a un nuevo gobierno federal”.
Estados Unidos debería declarar un estado de guerra contra México y establecer un bloqueo, para interrumpir la entrada de municiones de guerra y la recepción de ingresos. En el caso de que no se declare un estado de guerra, las operaciones de bloqueo se limitan a un "bloqueo pacífico" autorizado por el Presidente ".

Reemplace la palabra "México" con "Irak" y cambie los nombres de las ciudades correspondientes, y este plan de guerra se leerá como la estrategia militar actual de Estados Unidos en Irak:


Un soldado estadounidense en el campo petrolero de Rumaila en Irak, 2003: "Si no fuera por el petróleo, nunca nos habríamos involucrado en una guerra ruinosa con Irak, desestabilizando a toda una región". The Guardian Fotografía: Yannis Behrakis / Reuters.

- En ambos planes, el objetivo es tomar el control del petróleo de otra nación.
- En ambos planes, hay una prioridad: proteger las instalaciones de producción de petróleo del daño de las fuerzas nacionales defensoras.
- En ambos planes, las sanciones económicas y el bloqueo debilitarán a la nación antes de la invasión estadounidense.
- En ambos planes, la autorización del Congreso para la guerra puede eludirse mediante el comando presidencial y torciendo las palabras.
- En ambos planes, la propaganda afirmará que la invasión es benevolente, con la intención de liberar a la población de un mal gobierno.
- En ambos planes, se ve que la guerra es rápida y fácil de ganar, contra un ejército nacional debilitado que defiende un gobierno demasiado centralizado en la capital nacional.
- En ambos planes, hay desprecio por las habilidades militares y el valor de las fuerzas nacionales defensoras.
- En ambos planes, EE. UU. imagina que puede crear un nuevo gobierno en el país conquistado que sirva a los intereses estadounidenses.
- En ambos planes, se contratará un ejército de la milicia nacional para salvar a los soldados estadounidenses de ser atascados en una guerra de guerrillas prolongada.
- En ambos planes, la nación conquistada pagará los costos de esta milicia nacional.
- En ambos planes, se espera que este ejército de milicias sea utilizado por los Estados Unidos para controlar el gobierno nacional durante años en el futuro.
- El plan actual de Estados Unidos para la invasión, ocupación y control continuo de Irak no es nuevo. Tiene casi 100 años.

Por lo tanto, el núcleo del militarismo que está poniendo en peligro a Estados Unidos y llevándonos a la bancarrota, el desdén y el deshonor no es nuevo. Las causas fundamentales de la guerra de Irak no se pueden encontrar en la geopolítica contemporánea ni en las personalidades de la administración Bush, como piensan muchos críticos de la guerra. Hay algo mal en un nivel mucho más profundo en la cultura política estadounidense. 



La enfermedad estadounidense del militarismo se extiende por décadas, a través de generaciones, y está tan profundamente arraigada en la mente estadounidense que atacar a otra nación parece ser la reacción natural y espontánea de elección.

De hecho, Estados Unidos es la nación menos amenazada del planeta. Su tamaño geográfico, demográfico y económico, y su ubicación, le dan una seguridad mucho mayor que Rusia, Holanda, Hungría, Francia, Finlandia, Irak o Irán. Estas naciones son fácilmente atacadas desde varios lados, y en la historia moderna han sido atacadas de esta manera. Estas naciones tienen razones para tener miedo, pero de hecho tienen menos miedo que Estados Unidos. Ciertamente, es imposible para las fuerzas extranjeras invadir y ocupar los Estados Unidos, incluso si los Estados Unidos tienen las defensas más mínimas.

Pero los estadounidenses se sienten más amenazados que la mayoría de las personas en el planeta. El presupuesto militar de los Estados Unidos ahora supera el de todas las demás naciones combinadas. Estados Unidos es ahora la única nación con dos departamentos de defensa; uno para defender la patria y otro para ... ¿hacer qué? ¿Proyectar la "defensa" de Estados Unidos fuera de nuestras fronteras en otras naciones? Eso normalmente se llama "agresión".

La proyección puede ser la clave para comercializar proyectos militares en Estados Unidos. Estos pueden comenzar como proyectos "realpolitik": esquemas para tomar recursos económicos, por ejemplo, para aumentar el comercio o controlar el petróleo. Luego imaginamos que otros planean hacernos lo que sabemos que planeamos hacerles, como la "Regla de Oro" al revés. Es la proyección psicópata clásica. Y sentimos miedo. Creemos que somos realistas y racionales porque nuestros planes y nuestras acciones se ajustan al miedo que hemos imaginado. Eso normalmente se llama "neurosis" o "locura". Entramos en un circuito de retroalimentación de nuestros propios planes beligerantes proyectados en otros, imaginados que tienen planes beligerantes similares contra nosotros, causando temor que justifica aún más nuestra beligerancia original. Así entramos en un ciclo acelerado de beligerancia y miedo; cada uno alimenta al otro y convierte la "agresión" en "defensa". Nos imaginamos que los sandinistas de Nicaragua invadirían Texas. Nos imaginamos que un gobierno socialista en Granada desestabilizaría el hemisferio occidental. Nos imaginamos que Irak pondría bombas nucleares en los subterráneos de Nueva York. Todos estos son reclamos cómicos, pero muchos en Estados Unidos no se rieron. En cambio, atacamos a estas naciones.


Foto archivo, fecha no determinada. Aeronaves de la RCAF (Real Fuerza Aérea del Canadá), en todo caso es evidente que esta fotografía es posterior a la segunda posguerra mundial.

En el testimonio publicado por error en el Congreso de 1935 sobre la necesidad de nuevas bases aéreas para atacar a Canadá, un experto militar explicó que Canadá tiene miles de lagos, y cada uno de ellos es una base potencial para el avión flotante. Pidió a los congresistas que imaginaran la temible visión del cielo lleno de aviones flotantes que volaban desde los bosques canadienses para bombardear Boston y Baltimore:

"... el Creador ha dado innumerables bases operativas dentro de un radio de acción de este país en la gran cantidad de áreas de agua protegidas que están disponibles en las profundidades de Canadá ... desde las cuales los aviones equipados con pontones podrían operar a voluntad ... No hay necesidad de comenzar con una observación para saber qué van a bombardear. Ahora saben lo que van a bombardear. Saben dónde cada ferrocarril cruza cada río. Saben dónde se encuentra cada refinería. Saben dónde se encuentra cada planta de energía. Saben todo acerca de nuestros sistemas de suministro de agua ... Ahora están muy dispersos en esta área. Su ubicación es más difícil de aprender para nuestra propia fuerza aérea. Tenemos que cazarlos. Tenemos que averiguar dónde están antes de poder atacarlos".

Nadie en las audiencias se rió de esto. En cambio, el congresista Wilcox complementó al orador, el capitán H.L. George, como "un gran y buen maestro" y el congresista Hill dijo: "Capitán, usted hizo lo que en mi opinión es una declaración muy interesante, clara y lúcida". Nadie le preguntó al Capitán George cómo sabía con tanta certeza que Canadá o Gran Bretaña habrían localizado y atacarían puentes ferroviarios, refinerías de petróleo, plantas de energía y sistemas de agua estadounidenses. De hecho, EE. UU. había localizado y dirigido tales instalaciones en Canadá como parte del Plan de Guerra ROJO. Imaginamos que otros planean hacernos lo que sabemos que planeamos hacerles. La imaginación militar proyectada causa paranoia.

Apenas unas semanas antes de este testimonio, la Junta Mixta había enviado un equipo de reconocimiento secreto a las zonas salvajes de la Bahía de Hudson y Labrador para buscar instalaciones ocultas de aviones flotantes canadienses. El congresista Kvale comentó: “Todo lo que nos interesa es la defensa. Predique la construcción de sus bases en defensa y no en ofensiva”; y el Capitán George respondió que "la mejor defensa contra el ataque aéreo es la ofensiva contra los lugares donde se origina el ataque aéreo". Por lo tanto, incluso el ataque preventivo no es una idea nueva. El comité fue persuadido, y el 6 de junio, la Cámara aprobó los créditos para las nuevas bases aéreas. El 10 de agosto, el proyecto de ley fue promulgado por el presidente Roosevelt.



Imagen de archivo. II Guerra Mundial.

Quizás la enfermedad del militarismo estadounidense pueda entenderse, diagnosticarse y eventualmente reducirse o curarse. 

Quizás una coalición internacional de científicos sociales dispuestos a enfocar toda su atención en la historia y los procesos sociales y mentales del militarismo estadounidense pueda comenzar a comprender cómo está arraigado en nuestra psique y cultura política. Tal coalición debería incluir historiadores, psicólogos, psiquiatras, estrategas militares y antropólogos culturales


Considerando la gran cantidad de personas inocentes que los estadounidenses matamos cuando actuamos en nuestra imaginación militarizada, considerando la inmensa cantidad de dinero que desperdiciamos construyendo armas y atacando a otras naciones porque nuestra propia imaginación nos asusta, debería ser una prioridad nacional entender lo que está sucediendo, por qué actuamos como lo hacemos y cómo podríamos dejar de hacerlo.

La neurosis colectiva es difícil de notar en contextos contemporáneos. Hay pocos puntos de referencia para la normalidad por los cuales ver que nuestros temores son infundados. Pero en retrospectiva histórica, es fácil ver cuán neuróticos y cuán equivocados estábamos en nuestra paranoia proyectada. 


Los planes de guerra históricos de Estados Unidos ofrecen una rara oportunidad para comprender la militarización de la mente estadounidense. Deberíamos echar un vistazo al interior y tratar de aprender.

Floyd W. Rudmin 
Profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de Troms, Noruega (Universidad Ártica de Noruega). Profesor de Psicología Social y Comunitaria. El Dr. Rudmin investiga sobre temas de aculturación, propiedad, paz, suicidio, psicohistoria, comportamiento del consumidor e intimidación.


Nota Final interpuesta por el editor  del blog.

El profesor Michel Chossudovsky, canadiense, director de "Global Research", escribía una breve nota respecto a este artículo el 1 de julio de 2019, por motivo de conmemorar el Día de Canadá en que se firmó la Ley Británica de América del Norte (1 julio 1867). Expresaba que "la soberanía de Canadá es precaria. Nuestro gobierno ha sido cooptado por Washington... cuántos son realmente conscientes de que nuestro vecino del sur, los Estados Unidos de América había formulado en 1924 un plan cuidadosamente diseñado para invadir Canadá y bombardear Montreal, Quebec, Halifax y Vancouver.


War Plan Red fue oficialmente aprobado por el Departamento de Guerra de los Estados Unidos en mayo de 1930. El borrador de 1928 declaraba que "debería dejarse bastante claro a Canadá que en una guerra sufriría gravemente". Planes a cargo del general Douglas MacArthur. El plan de guerra se orientó explícitamente hacia la conquista de Canadá. "La misión del Ejército de los EE.UU, escrita en mayúscula, era ULTIMADAMENTE, OBTENER EL CONTROL COMPLETO DEL CRIMSON (Canadá)".


Rechaza que fuera un plan de contingencia de finales de la década de 1920 y que Canadá sería invadido para evitar que los británicos lo usaran como escenario para atacar a los Estados Unidos. (según Globe and Mail).

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