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13 marzo 2023

La paz de nuestro tiempo: Paz armada, disuasión y distensión.


El miedo hace que el lobo parezca más grande (graffiti)

por  Tito Andino 

Este artículo, salvo notas de actualización, es reproducción de parte del epílogo de mi tesis doctoral en jurisprudencia sobre los crímenes de guerra en el Derecho Internacional, vale la pena recordarlo en estos tiempos de amenaza a la paz y una hipotética guerra mundial en la que imperiosamente se hará uso del arsenal nuclear.


Las guerras son una práctica humana constante a través de milenios con las que se han zanjado diferencias y disputas de toda índole. Quedará flotando en el ámbito de la ciencia ese obscuro origen de tendencia destructiva y hasta autodestructora que acompaña a la humanidad, quién sabe hasta el fin de los días. Los datos científicos así lo demuestran; de los 3.400 años (más o menos) que corresponde a la época histórica registrada, solo 234 años abrían transcurrido sin que hubiere ninguna guerra.  


Vivimos en un mundo en permanente lucha. Desde el año 1500 antes de nuestra era hasta el 1860 se habrían firmado alrededor de ocho mil tratados de paz, el promedio de duración de estos no es superior a los dos años. 

En el siglo XX y en lo que va del siglo XXI han muerto más de ciento cincuenta millones de personas en diversos conflictos. En los últimos ochenta años, la supuesta "más larga paz mundial" que conoció el orbe, no hubo un solo año con menos de cuatro guerras, desde 1945 se ha desencadenado unos doscientos conflictos bélicos de trascendencia mundial y millones de víctimas, muchos de esos enfrentamientos fueron guerras civiles en el "Tercer Mundo" influenciados por intereses económicos de las grandes potencias. 

La humanidad está en constante lucha armada, aunque pocas veces nos percatamos que somos manipulados por intereses económicos del complejo militar industrial.

En el siglo XIX el estratega militar von Clausewitz consideró la guerra como la "continuación de la actividad política pero por otros medios". En esa época los jefes nacionales utilizaban la guerra o la amenaza con ella como recurso "legítimo" para obtener concesiones de sus adversarios. Esa política ha ido desapareciendo desde que surgió la era del armamento nuclear, utilizar tales recursos resulta suicida, llevar las diferencias políticas de las grandes potencias al área militar significa guerra nuclear. Por ello, la guerra convencional es un medio cuya fase de "validez" transcurre en su momento oportuno. 

Reflexionemos sobre las palabras que escribió el ex presidente norteamericano Richard Nixon en su libro "LA VERDADERA PAZ. Una estrategia para Occidente": (Nixon no es precisamente un estadista digno de emular por su comprobada corrupción, pero sus razonamientos sobre la "paz armada" son correctas en el presente). Además de esa referencia, sobre este tema destacamos un libro didáctico, lleva por título “Disuasión nuclear: La Guerra Fría. Un estudio profundo y visual sobre una de las etapas más difíciles del siglo XX”, escrito por Juan Vázquez García, publicado en 2018. En síntesis, la Guerra Fría es la crónica del enfrentamiento de dos bloques militares y sus movimientos tácticos y estratégicos para ampliar sus respectivas zonas de influencia o para consolidar las que ya estaban bajo su control.

Antes de repasar algunos importantes puntos de vista de Nixon, es necesario conceptualizar ciertos términos muy frecuentes en el argot de las relaciones interestatales: disuasión y distensión.



La disuasión es el resultado de disuadir, es decir, hacer que alguien desista de algo o modifique su idea. Es una acción que se desarrolla con la intención de evitar otra considerada dañina o peligrosa.

En política exterior la teoría de la disuasión está siempre vigente, se aplica el postulado como "una estrategia para conseguir que un rival no inicie una determinada acción". Es muy común que la disuasión quede vinculada a la existencia de armas nucleares por la simple razón de que funciona como elemento disuasorio ante un eventual ataque enemigo. Suele decirse que "las armas nucleares siempre deben estar disponibles, pero nunca tienen que utilizarse". Conforme la teoría de la disuasión, "si un estado tiene la capacidad militar de destruir a otro sirve como disuasión para que otro país no realice ciertas acciones, aún cuando el primer estado no haga uso de su fuerza".

La disuasión nuclear apareció como estrategia militar inmediatamente finalizada la segunda guerra mundial, la Guerra Fría (1945–1991), sus repercusiones en la población estadounidense y europea por un lado, y soviética por otro, fue dramática, sobre todo en la conocida era del Macartismo y la caza de brujas "comunistas" en los Estados Unidos, imponiéndose infamemente el miedo a la población con alegorías escenificadas sobre el apocalipsis proveniente del "Imperio del Mal" (URSS).


En el ámbito de las relaciones entre superpotencias es común escuchar que las armas nucleares funcionan como un recurso de disuasión.

La distensión es otro término conocido en política internacional. Comprende rebajar el grado de tensión de las disputas entre estados o bloques de estados y eso se logra por medio de negociaciones, acuerdos o tratados entre estados o en conferencias internacionales. Generalmente creemos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es un eficaz instrumento de distensión, lo cual hoy ponemos en tela de juicio debido al desmesurado control que ejerce Estados Unidos sobre la Asamblea General y parte del Consejo de Seguridad. No obstante, la presencia de la ONU en el mundo ha evitado el innecesario derramamiento de sangre en pequeñas disputas regionales, mediante la formación de mesas de negociación. 

El mejor ejemplo de distensión entre Este-Oeste (URSS-EEUU) fue el giro fundamental  de Mijail Gorbachov a la política soviética por medio de la "perestroika", que a la postre condujo al fin de la Unión Soviética y de la Guerra Fría. El Pacto de Varsovia se desintegró, no así la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que mantiene vigente el programa estadounidense de expansión hacia el Este de Europa lo que ha obligado la Federación Rusa a desarrollar una nueva política de disuasión (ya hemos desarrollado ese tema en otras ponencias, VER las notas a pie de página).

Volvamos a lo planteado.

 

La única opción para el futuro humano es la paz... pero no la paz idealizada por nosotros, los soñadores, sino la única que podemos aspirar como seres humanos en un mundo dividido.


Decía Nixon que "la paz es como una planta delicada. Ha de ser atendida y fertilizada constantemente si queremos que sobreviva. Si la abandonamos se agotará y morirá". La paz sobrevivió a duras penas en el siglo XX, se ha mantenido, pero está lejos de ser segura. El sostener una paz verdadera no es una carga sino un desafío en la era atómica. Es el material bélico quien representa fundamental papel como garante de la paz, paradójico, pero cierto. La disuasión militar, incluida las armas nucleares son parte esencial de una paz duradera; cuando cada bando tiene en su poder medios coercitivos poderosos, lo más probable es que los potenciales contrincantes se mantengan estables.

Una paz verdadera, al estilo de nuestra humanidad, permanece atenta a todo conflicto regional en cualquier parte del mundo, teniendo en cuenta además todas las tensiones políticas, sociales y económicas que originan diferencias. Nixon aseguró que "la verdadera paz involucra un proceso, un proceso continuado para fiscalizar y reprimir conflictos entre naciones en pugna, sistemas antagónicos y ambiciones internacionales conflictivas. La paz no significa el final de la pugna sino más bien un modo de vivir dentro de dicha pugna, y, una vez establecida, requiere constante atención o de lo contrario no sobrevivirá".


No hay que confundir la paz verdadera, real, con una paz perfecta, es un común y peligroso error, sueño de cierto idealistas que claman un mundo sin antagonismos, ese mundo nunca ha existido, ni existirá. 


La paz perfecta solo existe en el papel, añorando un mundo sin diferencias entre los pueblos, esta no tiene antecedentes, en la práctica carece de significado por persistentes y profundas contradicciones entre los hombres. "Si ha de vivirse una paz verdadera, ésta deberá coexistir con las ambiciones, el orgullo y los odios del hombre. Una paz que no tome en cuenta estos factores no podrá perdurar".

Una paz realista como consecuencia del momento actual, será conseguida por líderes coherentes y calculadores, buscando el interés de su propio estado, laborando por la paz en la mesa de negociaciones, debatiendo complejos temas en la diplomacia internacional. Ciertos idealistas sostienen que esta forma de liderazgo impide la paz, mantienen la esperanza que cuando llegue la paz perfecta, la fuerza, que ha impulsado la historia, desaparecerá.

Si queremos una paz verdadera debemos tener en cuenta que la condición humana demuestra insatisfacción de lo que tiene,  desea obtener otros réditos por cualquier medio, actuando así se terminará en un nuevo conflicto, si no somos capaces de dirimir las diferencias de manera pacífica. Los Estados recurren a la agresión cuando están seguros de lograr éxitos, contrariamente, eluden agredir si razonan que van a sufrir más pérdidas que beneficios. Consecuentemente, no debemos pretender cambiar el natural instinto del hombre, la única forma de tener una paz digna en este conflictivo mundo, es eliminando toda posibilidad de obtener beneficios de una guerra.


La paz armada es la única condición que prevalece en la actualidad entre las grandes potencias, el balance y equilibrio de fuerzas impide todo intento expansionista (aunque los beneficios de mantenerla enriquecen brutalmente al complejo militar-industrial).




Los partidarios del desarme creen que el mayor peligro es la carrera armamentista, dicen que la existencia de las armas es la causa de las guerras y no las tensiones políticas que conducen a su uso. Si queremos avanzar hacia una paz verdadera hay que aceptar que la guerra es el resultado de políticas no resueltas, nunca de la existencia de armamento. No es dable que se discuta sobre control de armas y desarme sin discutir a la vez los problemas existentes entre los estados.   

La segunda guerra mundial no fue producto de la carrera armamentista sino de las ambiciones territoriales; el rearme fue resultado de esas ambiciones no la causa de ellas. Igual acontece hoy, siendo el único medio de impedir una guerra nuclear el suprimir los arsenales atómicos, pero es imposible ese desarme total, por ser la fuerza disuasiva actual.  

Los partidarios del desarme siguen soñando con un 'gobierno mundial' que prohíba las armas atómicas, es utópico creer que una autoridad internacional va a solucionar los problemas entre las grandes potencias. Ese mito se propagó terminada la segunda guerra mundial, con las Naciones Unidas, pero al igual que la Sociedad de Naciones, las expectativas quedan en ilusiones. Es muy cierto que mientras más representaciones ante la ONU más grande es la arbitrariedad de criterios y ninguna potencia mundial va a discutir un tema que afecte sus intereses ante un foro en que puede ser derrotado por pequeños estados.

"El fracaso de la ONU demuestra que los problemas internacionales deben ser solucionados mediante negociaciones entre países soberanos, o de lo contrario nunca se solucionarán".

Se cree que se obtendrá una paz por medio del intercambio comercial, llevando a una coexistencia pacífica, nada más falso. Una paz por medio del comercio jamás ha logrado resultados ni antes ni ahora; los estados mantienen relaciones comerciales para obtener beneficios, un estado agresivo utiliza tales medios para cumplir sus objetivos, veamos el caso de las guerras mundiales en que lucharon entre sí estados que mantenían grandes relaciones comerciales, fueron más poderosas sus pretensiones territoriales que la paz sostenida por el intercambio comercial, estaban convencidos que se obtendría más provecho de la guerra que de la paz.

Se cree que la paz se alcanza por medio de la amistad y buenas relaciones entre líderes nacionales, que si los dirigentes se reúnen, se conocen mejor entre ellos, la paz se logra como lógica consecuencia, así como se obtiene la amistad entre los pueblos con tratados y convenios, esta es otra falsa premisa, afirmaba Nixon.

"La historia es un patético desecho de tratados rotos. Sin embargo, los ingenuos idealistas persisten en creer que las reuniones de alto nivel, las cenas oficiales, los pomposos brindis, los lagrimosos apretones, los abrazos y las solemnes ceremonias de firma de documentos son la esencia básica de la diplomacia. Depositan una gran fe en las buenas relaciones entre los jefes de estado y sus corazones se inflaman cuando, al leer las noticias de la noche, ven a dos 'antiguos' adversarios sonriendo y chocando sus copas". Frente al público, tales dirigentes aparecen como amigos unidos con el propósito de obtener la paz, pero tras las puertas cerradas deciden si el acontecimiento ha resultado un éxito o fracaso, vuelven a su verdadero papel de agresores y víctimas, vencedores y vencidos.

Los tratados de amistad no hacen variar los intereses de los estados, no expresan amistad permanente, no entregan nada sin recibir algo a cambio. Las buenas relaciones personales no significa buenas relaciones entre los estados. Entre los tratados de amistad y no agresión conocidos son pocos los que han perdurado, eso prueba la inmensa dificultad de conseguir acuerdos coherentes entre rivales.


Hoy debemos aprender a convivir con el arsenal nuclear, que existirá siempre, no hay que ignorarlos o pedir su destrucción total, es imposible que ello suceda, pero si podemos coadyuvar impidiendo que sean utilizadas. Hay que aprender a vivir con nuestros adversarios.


Han transcurrido un par de milenios y se esperaba, también, que la religión cambiaría la naturaleza humana reduciendo los conflictos, pero la historia lo desmiente, las más sangrientas guerras han sido las religiosas, hombres que oran al mismo Dios se han combatido y matado entre sí, produciendo millones de muertes en fratricidas guerras.


©Matt Chase  The Atlantic; Getty

En conclusión. La paz mundial resulta la mayor de las utopías, es posible conservarla si la tomamos como un compromiso, debemos evitar que la guerra sea más poderosa que la paz, se debe buscar reducción de la carrera armamentista a términos tolerables para no descuidar la salud, educación, vivienda y alimento de los pueblos.

 

No debemos jugar con la guerra, pero tampoco debemos dejarnos seducir por la idea de una paz absoluta. Una verdadera paz supone algo más que ausencia de guerra, una paz con justicia, en la que se adopte políticas sujetas a la realidad del momento, una combinación de disuasión y distensión.


La distensión sin disuasión conduce a confrontar la voluntad de los pueblos. El balance y equilibrio de fuerzas es la única perspectiva visible para la humanidad, para una real y verdadera paz, esto se refleja en la política de las grandes potencias, aunque hubo cierto periodo de desbalance tras la desaparición de la URSS.

Y ya que estamos en pleno siglo XXI, teniendo como los mayores antagonistas económicos mundiales a los Estados Unidos, China y Rusia, es evidente que nos aprestamos o ya estamos contemplando -sin darnos cuenta- una GUERRA ECONÓMICA GLOBAL. Sin embargo, en 1979 Jimmy Carter y el líder chino, Deng Xiaoping, firmaron un acuerdo secreto de no intervención militar que se ha ido renovando hasta 2021. Ese pacto es la base de toda esta dinámica que estamos viviendo y la famosa "Guerra de Aranceles" entre esas potencias no ha afectado el status quo. Lo mismo sucedió con los Acuerdos con Rusia. Pero... todo está cambiando en el gran tablero geopolítico mundial

Los miles de tratados de paz, cuyo promedio de duración no es superior a los dos años, se hacen y deshacen según las conveniencias del momento. Y el cambio de hoy se debe a que EEUU está perdiendo la guerra económica con China, y las duras medidas para revertirlo está privando a China el acceso a los mercados exteriores, sin los cuales China no podrá sobrevivir. Iguales medidas acontecen con el bloqueo económico a Rusia, negándosele el derecho a expandir sus bienes o libre comercio en el ámbito internacional. ¿Por qué? se preguntarán, la guerra rusa - ucraniana es el pretexto. La razón única es que Estados Unidos ya no puede manejarse como la única superpotencia económica y para volver a estar en la cúspide mundial debe enfrentarse a la competencia, primero mediante sanciones financieras, segundo a través de otros actores (Ucrania), luego... quien sabe...

Y hasta tenemos el irrefutable caso de la pugna económica entre los propios socios de la OTAN: estadounidenses, ingleses, franceses, alemanes y otros compiten hasta deslealmente por los mercados (auspician a diferentes bandos en guerra en África). Además, Occidente (Europa/EEUU), chinos y rusos disputan entre sí y tienen bien puesto el ojo en los recursos naturales africanos, que son la clave de este proceso (no pretendo salirme del  contexto de este artículo, además sobre lo dicho lo hemos discutido en otras entradas).

Reafirmando: Estados Unidos es quien verdaderamente amenaza la paz mundial con su intervencionismo financiero - militar a lo largo del planeta. La única forma para que opere la distensión dentro de la disuasión, manteniendo la "paz mundial", será posible si conseguimos que Estados Unidos (y sus socios europeos) se dignen permitir el libre desarrollo de China y Rusia en los mercados globales

Caso contrario, recuerden, la Tercera Guerra Mundial será económica (el resto es cuento para falsos patrioteros y saludos a la bandera).


"A menos que el hombre evolucione, una paz verdadera solo podrá constituirse reconociendo que lo más que podemos hacer es aprender a vivir con nuestras diferencias en vez de morir por su causa". (Nixon)

 

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01 febrero 2023

¿A 90 segundos o a solo un par de segundos para el Apocalipsis?

El Reloj del Juicio Final 


por Tito Andino
Revista de varias lecturas 

El Reloj del Juicio Final describe lo cerca que está la humanidad del Armagedón nuclear. Las manecillas del Reloj del Juicio Final representa el tiempo que nos queda antes del fin. Pero ¿quién lo creó, cómo leer su tiempo?


El "Reloj del Juicio Final" refleja el riesgo de una guerra nuclear y es "monitoreado" por la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín de Científicos Atómicos, una asociación que defiende (o defendía originalmente) el desarme mundial, fundada en 1945 por Albert Einstein y científicos de la Universidad de Chicago que colaboraron en el desarrollo de las primeras armas atómicas bajo el Proyecto Manhattan. Previamente, en 1939, el físico Albert Einstein y Leo Szilard explicaron al presidente Franklin D. Roosevelt, "sobre una increíble tecnología nuclear que era tan poderosa que podría tener efectos inimaginados en el campo de batalla".

Hace 78 años ese grupo de científicos atómicos en Estados Unidos, a manera de metáfora, razonaron que para la llegada del Armagedón bíblico, es decir el Apocalipsis nuclear, apenas nos quedaban unos pocos minutos para la medianoche. 


1939, los científicos Albert Einstein y Leo Szilard escriben al presidente Roosevelt advirtiendo sobre los peligros nucleares

El Boletín de Científicos Atómicos publica sus conclusiones anuales sobre cuan cerca estamos de la "medianoche". Suele confundirse la manera de "leer" el reloj,  no es estrictamente una función de alertar, se trata de "informar el tiempo que falta para que el planeta desaparezca dentro de una medición estándar; es decir, su función primordial es señalar el nivel actual de riesgo que enfrenta la humanidad y como respondemos a ese riesgo".

Es lógico que en tiempos de gran tensión política internacional, que solo en lo que va de este siglo son demasiadas, altera al mundo ya que aflora la convivencia con las armas nucleares y que cualquier jefe de estado de las potencias nucleares puede activarlas en cualquier momento de crisis. Es "un problema sistemático y que es lo que el Reloj del Apocalipsis trata de medir".

A medida que se multiplica el número y la variedad de amenazas que enfrenta la humanidad, también se multiplica la gravedad de los desafíos para controlar estos riesgos. Desde 2007 el Boletín considera el cambio climático junto con las amenazas nucleares como parte de la medición anual (son riesgos diferentes: un ataque-contraataque nuclear puede ser cuestión de minutos, el riesgo climático va sumándose cada año). A estos factores el Boletín suma "los desafíos que plantean las nuevas tecnologías disruptivas y que ahora también influyen en las manecillas del reloj: Inteligencia artificial, armas biológicas y nanotecnología, así como tecnologías específicas".


Un paréntesis necesario sobre el Armagedón Bíblico 

Como referimos, aquellos científicos, a manera de metáfora, emplearon términos bíblicos para explicar el peligro de las armas nucleares con la llegada del Armagedón, es decir un Apocalipsis nuclear, apenas nos quedan pocos minutos hasta la medianoche. 

No viene al caso, pero es interesante conocer ciertos conceptos reflexivos sobre el fundamentalismo cristiano estadounidense y las doctrinas milenaristas en la historia, que siguen siendo pregonados por los líderes políticos y militares que controlan esa potencia nuclear (resumimos ciertos comentarios de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln autores del clásico libro “El Legado Mesiánico”)




El moderno fundamentalismo en Norteamérica se origina en el puritanismo del siglo XVII y su concepción de que hay gente “elegida” que se complace de tener un “pacto” especial con Dios. Entre los “elegidos” se incluían aquellos personajes que hoy son venerados como “Padres Fundadores” de los Estados Unidos. El cristianismo pasó a ser sinónimo de los valores de la Norteamérica conservadora.


En nuestra historia reciente tenemos un caso muy particular. El fundamentalismo no se apuntala en el dogma de las virtudes cristianas de caridad, perdón y comprensión, se basa en el concepto de la guerra: en una gloriosa e inexistente lucha entre “fuerzas de Dios” y las del “Maligno”


En el gobierno de Ronald Reagan, los fundamentalistas (presidente incluido) estigmatizaron a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal”, calificativo que debe ser tomado en sentido religioso y nada metafórico. Para Reagan y otros fundamentalistas el “anticristo” necesariamente tenía que ser la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan afirman estar convencidos que la ideología del Armagedón era la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan en relación con la Unión Soviética. Los fundamentalistas de la era Reagan pensaban que estaban  en guerra contra el “anticristo” (encarnado en el comunismo y la URSS).

Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvo con el reloj del juicio final al borde de una tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final, el Armagedón, se libraría en alguna parte del Oriente Medio. Hubo, aunque no se percibía elocuentemente, un anticipo mesiánico de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (URSS o alguien diferente)  luchará contra las “fuerzas de Dios” (Estados Unidos). Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano: “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús y Estados Unidos vencerán la partida. 

Existe un mensaje velado en esta amenaza apocalíptica: Si no te arrepientes ahora, si conscientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, “se te ahorrará toda la carnicería transportándote a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán "arrebatados”. 

El peligro es que algunos de estos fundamentalistas modernos norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del presidente Ronald Reagan. Esta clase de personas  se han resignado a que el Apocalipsis sea inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.

En un artículo del “Post” de Washington, así como en “The Guardian”, Ronnie Dugger, conocido periodista escribía en aquellas fechas: “...los norteamericanos podrían preguntarse con razón si su presidente (Reagan) está predispuesto personalmente, por obra y gracia de la teología fundamentalista, a esperar algún tipo de Armagedón que empiece con una guerra nuclear en el Oriente Medio”. Y añade: “Si se produce una crisis en el Oriente Medio y amenaza con convertirse en una confrontación nuclear, ¿cabría que el presidente Reagan estuviera predispuesto a creer que ve la llegada de Armagedón y que ésta es la voluntad de Dios?”


En la parte izquierda una vista aérea de la colina donde se hallaba la ciudad de Megido, destruida por Tutmosis III. Su nombre en hebreo es Armaggedon, que significa Montaña de Megido. Este escenario fue testigo de otras dos grandes batallas: En 609 a.c. el Reino de Egipto triunfó ante el reino de Judá; y, en 1918, durante la primera guerra mundial los británicos lograron una decisiva victoria sobre el Imperio Otomano, la conquista de Palestina. Es aquí, según el ‘Apocalipsis’, donde se librará la ‘batalla final’, el ‘Armagedón, es decir el ‘Final de los Tiempos’ entre las fuerzas del bien y del mal. Un deseo fervoroso de los fundamentalistas cristianos. Megido y sus ruinas fueron declarados ‘Patrimonio de la Humanidad’ desde el año 2005.


Según el propio difunto Reagan, ciertos “teólogos”, no identificados, le dijeron que en ningún momento antes en la historia del mundo hubo “tantas profecías juntándose unas con otras”. En 1980, durante la campaña para ser nombrado candidato de su partido a la presidencia, Ronald Reagan, en una entrevista que le hicieron en la televisión, dijo: "Puede que seamos la generación que verá el Armagedón".

En 1983, Reagan afirmó que cuando leía a los profetas del Antiguo Testamento y “las señales anunciadoras del Armagedón”, le resultaba difícil no pensar en la probabilidad de que la batalla se librase en la actual generación (su época). Reagan decía que los profetas antiguos habían descrito con precisión los tiempos que ahora estaba experimentando el mundo contemporáneo. Según el “Times” de Washington, James Mills, político californiano, recuerda una conversación durante la cual el presidente habló largo y tendido del Armagedón. Según parece, después de citar las profecías de Ezequiel, dijo: “Todo está encajando. Ya no puede tardar mucho”. En otra ocasión se afirma que Reagan expresó a Jerry Falwell (de la fundamentalista Liberty Federation): “Sí, en efecto. Me dijo, durante la campaña... ‘Jerry, a veces creo que nos dirigimos muy aprisa hacia el Armagedón ahora mismo’ ”...

Como apreciamos, el fundamentalismo religioso, cualquiera sea la religión, solo puede llevarnos a un rumbo, la autoinmolación. Esa ideología (no creencia religiosa) ha logrado que la población devota la acepte como algo irremediable (en término místico - religioso). Hemos apreciado como, moral y teológicamente, el fanático yihadista lo anhela en cientos de casos. Pero, “el fundamentalista cristiano está convencido exactamente de lo mismo, desde un punto de vista diametralmente opuesto. Cada uno de los dos es un reflejo exacto del otro y cada uno de los dos, al verse acorralado, reaccionará de la misma manera. Pero si un hombre tiene un dedo puesto en un botón nuclear, su acto de autoinmolación en nombre de su Dios arrastrará con él a toda la humanidad…”.

Las personas, la humanidad, en general, no concebimos ni deseamos esas cosas de auto inmolarnos en un infierno nuclear. Otros quieren -así ha sido siempre- pensar por nosotros. En el caso de destrucción de toda la civilización, no podemos afirmar que ello será causado por el mismo ‘hombre’, será obra de un grupúsculo de determinados fanáticos con Poder

Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elisios, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -comoquiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo”.


Pregunta: ¿quién es más peligroso, el yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos; o, el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'?.


Volvamos al presente

Entender el real significado del "Reloj del Juicio Final" es conocer su historia. 

La carta de Einstein y Szilard a Roosevelt llevó al Proyecto Manhattan, en seis años apareció una bomba más peligrosa que la imaginada por Einstein y Szilard luego de las primeras pruebas, tenía la capacidad de acabar con la humanidad, lo que ellos no deseaban, varios científicos del Proyecto Manhattan mantuvieron sus preocupaciones sobre el poder de esas armas que ayudaron a crear, eran conscientes de la profunda interrelación entre la política y ciencia. Algunos se organizaron intentando conservar la tecnología nuclear a salvo, con el tiempo se fue constituyendo un movimiento internacional de ciudadanos y científicos opuestos a las armas nucleares en el mundo.


Investigadores de la Universidad de Chicago iniciaron el Reloj del Juicio Final después de ver los resultados de las bombas atómicas lanzadas sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, se han realizado evaluaciones anuales del estado de seguridad en nuestro planeta. Foto: Archivo Universidad de Chicago.


El reporte Franck, junio 1945, entendía una futura carrera armamentista nuclear costosa y peligrosa, se opusieron a un ataque nuclear sorpresa contra Japón, sus recomendaciones nunca fueron tenidas en cuenta (Szilard intentó detener el lanzamiento de bombas atómicas sobre Japón). Fue este grupo el que creó el Boletín de los Científicos Atómicos de Chicago, su primera publicación apareció cuatro meses después del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, 

La primera vez que operó Reloj del Juicio Final fue en 1949 cuando la Unión Soviética realizó su primera prueba con una bomba nuclear. El Boletín cambió las manecillas del Reloj del Juicio Final de siete a tres minutos antes de la medianoche. "Al hacerlo, activó el reloj, pasando de una metáfora estática a una dinámica. El reloj evolucionó a ser un símbolo que advierte al público sobre lo cerca que estamos de destruir nuestro mundo con tecnologías peligrosas de nuestra propia creación. Es una metáfora, un recordatorio de los peligros que debemos enfrentar si queremos sobrevivir en el planeta".

En 1953, el Reloj avanzó una vez más, a dos minutos para la medianoche, después de que Estados Unidos y la Unión Soviética detonaran las primeras armas termonucleares. Esa fue la vez que más cerca estuvo de la medianoche durante el siglo XX. Sin embargo, 1962 con la crisis de los misiles en Cuba -momento más nuclear aún - el reloj del juicio final permaneció estático; y, en 1963 al firmarse el acuerdo parcial para la no proliferación de armas nucleares, el reloj se movió hacia atrás, a cinco minutos de la medianoche. Entre 1987 y 1991 la humanidad experimentó el mayor estado de seguridad desde la II Guerra Mundial, el reloj marcaba 14 minutos para la medianoche.

El Tratado de Armas Nucleares de Mediano Alcance prohibió el uso de misiles de alcance intermedio (entre 500 y 5.500 kilómetros) y sacó de circulación cerca de 2.600 misiles, se complemento con el Tratado de Reducción de Armas Estratégica (Start) con el 80% del arsenal nuclear fuera de servicio. El reloj del Apocalipsis marcaba 17 minutos para la medianoche. 

 

En política las cosas no suelen ser a largo plazo... Ahora, enero 2023, según el Boletín, estamos a 90 segundos antes de la medianoche, más cerca del apocalipsis incluso que durante la Guerra Fría.




Nueva realidad: La Junta del Boletín de Científicos Atómicos hace tiempo que dejó de ser una asociación independiente.

El Boletín en la actualidad es controlado políticamente por el gobierno de los Estados Unidos, siendo un excelente medio para atacar a sus enemigos, en especial la Rusia y China del siglo XXI, dos potencias militares y económicas que han desestabilizado a la gran potencia mundial no por la carrera armamentística sino por su incursión en los mercados financieros del mundo.

Ya en 2015, bajo presión política, el Boletín cambió las manecillas del reloj de cinco a tres minutos de la medianoche debido a las frecuentes crisis diplomáticas entre EEUU y Rusia, que han debilitado los Tratados de No Proliferación Nuclear (el Start y New Start). Las potencias nucleares están invirtiendo y  modernizando a gran escala sus arsenales nucleares. Además, la amenaza climática, tantas veces enunciada por las potencias nucleares, no cuenta con un consenso coherente. Posiblemente debido a ello, en 2018 el Boletín movió el reloj a dos minutos de la medianoche.

En 100 segundos a la medianoche es el tiempo que se mantuvo desde 2020 a 2022, el fracaso del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias, los conflictos bélicos internacionales, el cacareado factor climático, la presente guerra entre Rusia vs. Ucrania/OTAN señalan lo inestable que está el mundo.  


La Junta del Boletín de Científicos Atómicos en anteriores días decidió adelantar las manecillas del reloj diez segundos desde los anteriores 100 segundos para la medianoche. En el comunicado se anuncia: "Un momento de peligro sin precedentes: faltan 90 segundos para la medianoche". Las razones?:

"La guerra en Ucrania puede entrar en un segundo año horrible, con ambas partes convencidas de que pueden ganar. La soberanía de Ucrania y los arreglos de seguridad europeos más amplios que se han mantenido en gran medida desde el final de la Segunda Guerra Mundial están en juego. Además, la guerra de Rusia contra Ucrania ha planteado preguntas profundas sobre cómo interactúan los estados, erosionando las normas de conducta internacional que sustentan las respuestas exitosas a una variedad de riesgos globales. Y lo peor de todo, las amenazas apenas veladas de Rusia de usar armas nucleares recuerdan al mundo que la escalada del conflicto, por accidente, intencional , o error de cálculo, es un riesgo terrible. La posibilidad de que el conflicto pueda salirse del control de cualquiera sigue siendo alta".


La posición política de Rusia se refleja en la tensión mundial, pero su doctrina nuclear no visualiza probabilidad de ese evento para resolver la crisis ucraniana, mucho menos una extinción. Rusia no será responsable de un primer ataque nuclear -conforme su doctrina nuclear- Putin ha señalado en varias oportunidades que su nación no será la primera en usar armas nucleares en ningún conflicto futuro, y aclara que tampoco será la segunda, eso significa que "Rusia liberaría su arsenal nuclear sin esperar a que ningún primer ataque de Estados Unidos impactara en suelo ruso".

Desde Moscú son claros al afirmar que la alarma se debe al involucramiento de la OTAN en su contra, por lo que una política de distensión es impensable a corto plazo. En estos momentos no se practican pruebas con armas nucleares (no hace falta), lo que si se desarrolla y ensaya son nuevos misiles balísticos intercontinentales hipersónicos  capaces de portar cabezas nucleares.




El notable analista estadounidense Scott Ritter critica a la actual Junta del Boletín de Científicos Atómicos por el pronunciamiento de lo que ellos denominan "la guerra de Rusia contra Ucrania" sin analizar el contexto político del momento y los antecedentes que vienen impulsando a Ucrania y al resto de Europa Oriental a sumarse a la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas y la predecible reacción rusa tras el golpe de estado en Kiev que a poco declaró la guerra a la población de etnia rusa en el Donbass. Reacción rusa: Reincorporación de Crimea a Rusia y ayuda a las regiones separatistas del Donbass, vendría la farsa organizada por EEUU/OTAN en los "Acuerdos" de Minsk y la decisión de Rusia de invadir Ucrania a fines de febrero de 2022, sin que por las normas del Derecho Internacional pueda calificarse de agresión, sino el ejercicio legítimo de su "derecho preventivo de autodefensa colectiva frente a la amenaza inminente de agresión por parte del ejército recién entrenado de Ucrania que, por diseño, era poco más que un representante de la OTAN".

La Junta del Boletín de Científicos Atómicos cuenta entre sus miembros a diez premios Nobel que parecen ignorar esta historia, colorea su capacidad para comprender la verdadera naturaleza de la amenaza que enfrenta el mundo hoy, y de dónde proviene esa amenaza, señala Scott Ritter.

Como ejemplo Ritter dice: "Imagínese por un momento que Rusia se embarcara en un plan de acción diseñado para despojar a México de la esfera de influencia de los Estados Unidos y, al hacerlo, promulgara un conflicto cuyo objetivo fuera que México retomara por la fuerza el territorio que abarca los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas. La idea de que Estados Unidos se quede de brazos cruzados frente a tal amenaza es ridícula. También lo es cualquier concepto de que Rusia debería hacer lo mismo".


Breve lección de historia para el Boletín de Científicos Atómicos, por Scott Ritter:

(Scott Ritter, ex oficial de Inteligencia del Cuerpo de Marines de EEUU, sirvió en la ex Unión Soviética implementando tratados de control de armas, en el Golfo Pérsico durante la Operación Tormenta del Desierto y en Irak supervisando el desarme de armas de destrucción masiva. Su libro más reciente es Disarmament in the Time of Perestroika, publicado por Clarity Press).


- Fue Estados Unidos, no Rusia, quien se retiró de los tratados sobre misiles antibalísticos y fuerzas nucleares intermedias.

- Es Estados Unidos, no Rusia, quien ha congelado las conversaciones sobre la extensión del Nuevo Tratado de Armas Estratégicas.

- Es Estados Unidos, no Rusia, quien ha promulgado recientemente una política de postura nuclear que permite el uso preventivo de armas nucleares en un escenario no nuclear.

- Es Estados Unidos, no Rusia, quien ha desplegado una ojiva nuclear de bajo rendimiento (es decir, "utilizable") (la W-76-2) en el submarino Trident, lanzó misiles balísticos y realizó juegos de guerra en los que el Secretario de Defensa ha practicado la procedimientos de comunicación necesarios para lanzar esta arma donde Rusia era el objetivo designado del misil.

- Es Estados Unidos, no Rusia, el que está construyendo un ejército delegado ucraniano diseñado con la intención de poder capturar el territorio que Rusia reclama como propio (las cuatro antiguas provincias ucranianas anexadas por Rusia en septiembre de 2022 y Crimea), sabiendo muy bien que uno de los desencadenantes del lanzamiento de armas nucleares rusas es cualquier fuerza militar convencional que amenace la supervivencia existencial de Rusia.

- El Boletín de Científicos Atómicos tendría que ser sordo, mudo y ciego para no conocer estos hechos subyacentes y no verlos como la verdad.


El Boletín de Científicos Atómicos está fundamentalmente equivocado en su evaluación de que faltan 90 segundos para la medianoche, eso significa que son cómplices del terror nuclear perpetrado por Estados Unidos e indiferentes a las consecuencias del mismo. La verdad es que el mundo está a un segundo de la medianoche, y el reloj puede dar la hora en cualquier momento



Lecturas recomendadas (y fuentes de consulta): 

Scott Ritter 

BBC Mundo

El Legado Mesiánico”.- Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca, 2006. España. 

Diversas notas de prensa de estos días respecto al "Reloj del Juicio Final"

13 enero 2023

Cuatro historias de la Guerra Fría que quizá no conocía

 



por Nick Ottens

Recopilación de artículos de Never Was Magazine


1. Cómo la CIA libró la Guerra Fría Cultural contra el Comunismo

Los espías estadounidenses financiaron a anticomunistas en todo el mundo.


Dos hombres colocan carteles electorales en una pared en Roma, Italia, abril de 1948 (ANSA)


El temor a la infiltración comunista en los Estados Unidos precedió a la Guerra Fría. Los llamados "frentes populares" -antifascistas y antiimperialistas- estuvieron activos en la década de 1930 y atrajeron a varios progresistas bien intencionados. Como dice Hugh Wilford en The Mighty Wurlitzer: How the CIA Played America (2008), todos, desde el "trabajador peletero judío consternado por el aumento del antisemitismo en la Alemania de Hitler" hasta el "estudiante inspirado por la causa republicana en la Guerra Civil española" hasta el "afroamericano que protesta por la invasión de Etiopía por Mussolini". El apoyo a la Unión Soviética estaba generalmente muy abajo en su lista de prioridades, pero la influencia soviética y el dinero soviético, sin embargo, jugaron un papel.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Moscú mantuvo cierto esfuerzo para difundir el comunismo en el extranjero. Se centró principalmente en en el Tercer Mundo y en Europa donde Francia e Italia tenían grandes partidos comunistas. 

En los Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia fue creada en medio del Miedo Rojo y con la tarea de contrarrestar la subversión soviética.


Guerra psicológica


William Donovan

William Donovan, jefe en tiempos de guerra del predecesor de la CIA, la Oficina de Servicios Estratégicos, creía que la persuasión, la penetración y la intimidación eran "las contrapartes modernas de la minería en la guerra de asedio de los días anteriores". Su OSS tenía una división dedicada a Operaciones Morales, que trataba de sugerir una desmoralización generalizada entre los alemanes comunes y los japoneses.

En diciembre de 1947, la CIA fue llamada a hacer algo similar. Un memorándum distribuido a los miembros del recién creado Consejo de Seguridad Nacional ese mes advirtió que la Unión Soviética quería llevar a cabo una intensa campaña de propaganda dirigida principalmente contra los EE.UU. ... emplear medidas psicológicas, políticas y económicas coordinadas diseñadas para socavar elementos no comunistas en todos los países.

El objetivo de esta campaña, argumentaba el memorando, era socavar el prestigio estadounidense y dividir a la opinión mundial "hasta un punto en el que la oposición efectiva a los diseños soviéticos ya no sea alcanzable por medios políticos, económicos o militares".

Al llevar a cabo esta campaña, la URSS está utilizando todas las medidas disponibles a través de regímenes satélites, partidos comunistas y organizaciones susceptibles a la influencia comunista.

Estados Unidos no tenía una agencia especializada para resistir esta campaña de propaganda. Así que le correspondió a la CIA iniciar "operaciones psicológicas encubiertas" contra la Unión Soviética y el comunismo en todo el mundo.


Aprender en Italia


                                         Palmiro Togliatti

La primera prueba de la CIA en la guerra psicológica llegó en 1948, cuando parecía que los comunistas, que dominaban el izquierdista Frente Democrático Popular dirigido por Palmiro Togliatti, podrían ganar las elecciones en Italia. La agencia gastó entre 10 y 20 millones de dólares para apuntalar a los demócratas cristianos de Alcide De Gasperi, que terminaron ganando por un margen de 17 puntos.

La CIA distribuyó folletos anticomunistas, publicó cartas falsificadas para desacreditar a los líderes del Partido Comunista Italiano, convenció a los italoamericanos de enviar cartas reales a sus familiares instándolos a no votar por los comunistas y dio dinero directamente a los partidos del centro.

Togliatti habló más tarde de "brutal intervención extranjera", lo cual fue una exageración. Pero la CIA no era inocente, e Italia se convirtió en un modelo para intervenciones en otros lugares.

Los espías estadounidenses respaldarían a los sindicatos amigos y a los partidos de centroizquierda como alternativas al comunismo. Ex comunistas e izquierdistas moderados, incluidos artistas, escritores y otros intelectuales, fueron reclutados para rechazar el comunismo y promover una forma moderada de socialismo.


Un italiano lee carteles electorales en Roma (ANSA) - Un cartel con los resultados de las elecciones de 1948 se coloca en Roma (ANSA) - Alcide De Gasperi se dirige a una multitud en Roma después de la victoria de sus demócratas cristianos en las elecciones de 1948 (AP)

Cartel de las elecciones italianas de 1948 "Vota, o él será tu amo" - Cartel de las elecciones italianas de 1948 "Defiende los frutos de tu trabajo" - Cartel de las elecciones italianas de 1948 "¡Madres! Salva a tus hijos del bolchevismo"


Guerra de ideas


Cartel de las elecciones italianas de 1948 de la Democracia Cristiana, dice "detrás del Frente Popular Democrático hay bolchevismo"


El desafío, escribe Frances Stonor Saunders en ¿Quién pagó al gaitero? La CIA y la Guerra Fría Cultural (1999), estaba convirtiendo la imagen benigna de Rusia que se había cultivado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando capitalistas y comunistas eran aliados, en una amenaza roja.

La cultura era un área en la que la naturaleza opresiva del comunismo soviético podía contrastarse con la libertad y la vitalidad de Occidente. En la Europa del Este ocupada por los soviéticos, todos los aspectos de la cultura, desde la arquitectura hasta la ficción y la música, fueron censurados y controlados por el estado. En Occidente, había pocos límites a la libertad de expresión.

El Congreso por la Libertad de la Cultura, fundado en 1950, desempeñó un papel importante en el desafío de las afirmaciones de "neutralidad" intelectual en el enfrentamiento Este-Oeste. Entre sus miembros fundadores se encontraban el filósofo francés Raymond Aron; John Dewey, el principal teórico estadounidense sobre la democracia; el filósofo británico Bertrand Russell; el historiador estadounidense Arthur Schlesinger Jr.; el autor y político antifascista italiano Ignazio Silone; y el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams.


                    Raymond Aron                        John Dewey                   Bertrand Russell


              Arthur Schlesinger Jr.               Ignazio Silone               Tennessee William


El Congreso, que se reunió por primera vez en Berlín, reunió a artistas y pensadores de ambos lados del Atlántico que se oponían al totalitarismo soviético y apoyaban una Europa unida. Publicó revistas, realizó exposiciones y organizó premios y conferencias.

En 1952, el Congreso celebró un festival de Obras Maestras del Siglo XX en París, que Giles Scott-Smith escribe en "El Congreso por la Libertad Cultural y 'Obras Maestras del Siglo XX': Orígenes y Consolidación 1947-1952", publicado en Intelligence and National Security 15 (2000), se jactó de "no solo los logros de artistas occidentales sino también el trabajo de los europeos del Este que estaba prohibido por el dictado cultural soviético".

El festival atrajo un gran interés, financiación y participación, pero malas críticas en la prensa francesa, que vio el evento como un presagio de la "Coca-Colonización" de su cultura.

Se habrían sorprendido al descubrir cuán americanizado estaba realmente el festival; todo el Congreso por la Libertad Cultural fue pagado por la CIA.


2. Los soviéticos consideraron crear islas artificiales para bases nucleares

Antes de poner misiles nucleares en Cuba, los soviéticos pensaron en crear islas artificiales para bases de misiles.


Soldados estadounidenses observan una prueba de armas nucleares en el atolón de Eniwetok en el Océano Pacífico, 15 de noviembre de 1952 (NNSA)


A fines de la década de 1950, la Unión Soviética estaba en desventaja en la Guerra Fría. Mientras que Estados Unidos tenía misiles en Europa y Turquía que podían llegar a Rusia en cuestión de minutos, América del Norte estaba muy lejos de las bombas soviéticas.

Además, la Unión Soviética tenía solo unas pocas docenas de misiles de largo alcance contra cientos en el lado estadounidense. Los soviéticos se sentían vulnerables a un primer ataque.

En mayo de 1959, un grupo de ingenieros militares soviéticos propuso remediar este desequilibrio mediante la construcción de veinte a 25 islas artificiales en aguas alrededor de los Estados Unidos para bases nucleares.

Sugirieron que los bancos submarinos escondidos a pocos metros debajo de la superficie del océano podrían usarse para construir las bases. El gobierno soviético podría entonces aprovechar esas bases en las negociaciones para la retirada de los misiles estadounidenses de Europa.

El jefe militar soviético, el mariscal Vasily Sokolovsky, pensó que el plan era factible pero poco aconsejable. Había demasiados riesgos. ¿Qué pasaría si los estadounidenses descubrieran el esquema y bombardearan las bases antes de que fueran construidas?

En cambio, tres años después, los soviéticos pusieron misiles nucleares en Cuba, a 140 kilómetros de la costa de Florida. Esto desencadenó la crisis de los misiles cubanos, que terminaría con la eliminación de las armas soviéticas de Cuba y los misiles estadounidenses de Turquía.


3. El problema de la distensión

Los estadounidenses vieron la Ostpolitik como una amenaza antes de que entendieran que podría ser una oportunidad.


El canciller de Alemania Occidental Willy Brandt y el presidente estadounidense Richard Nixon entregan una declaración conjunta a la prensa, 29 de diciembre de 1971 (NARA)


A finales de la década de 1960 fue una época de agitación en la relación transatlántica. Charles de Gaulle se había retirado de la estructura militar integrada de la OTAN y buscaba la equidistancia para Francia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Willy Brandt, el primer canciller de centroizquierda de Alemania Occidental, estaba persiguiendo la Ostpolitik. Gran Bretaña finalmente había sido admitida en la Comunidad Económica Europea, lo que, en Washington, generó temores de una Europa unida que desafiara la primacía estadounidense en Occidente.

Sumido y luego derrotado en Vietnam, el prestigio de Estados Unidos estaba en su punto más bajo de la posguerra. Los países productores de petróleo del Oriente Medio están empezando a utilizar su poder económico para obtener beneficios políticos. Japón estaba emergiendo como una potencia mundial en el Este. La alianza atlántica parecía dividida y agotada.


Abertura


El líder soviético Leonid Brezhnev recibe al presidente estadounidense Richard Nixon en su casa de campo junto al Mar Negro en Yalta, junio de 1974 (AP)


La buena noticia fue que Moscú se sentía mejor. Después de haber aplastado la Primavera de Praga de 1968, los soviéticos se sentían seguros en su control de Europa del Este. También habían logrado la paridad nuclear con Occidente y estaban dispuestos a hablar sobre la normalización de las relaciones Este-Oeste.

El resto del Bloque del Este se sentía menos cómodo. Las economías comunistas estaban estancadas. Los europeos del este sabían que los occidentales estaban mucho mejor. Hubo llamamientos para una mayor apertura para atraer la inversión y el comercio occidentales.

Daniel Thomas escribe en The Helsinki Effect: International Norms, Human Rights and the Demise of Communism (2001), El hecho de que tal acceso nunca podría lograrse sin una disminución de la confrontación política con Occidente contribuyó al creciente lobby pro-distensión dentro del Pacto de Varsovia.

Hubo una apertura para reducir las tensiones de la Guerra Fría.

Esto causó preocupación en Washington. Hastings Ismay, el primer secretario general de la OTAN, había dicho que el pacto existía "para mantener a los rusos fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo". Si Europa oriental y occidental se acercaban, y la Ostpolitik de Brandt tenía éxito, podría socavar los tres objetivos de la OTAN.


Compatible


Willy Brandt y Willi Stoph, los líderes de Alemania Occidental y Oriental, se reúnen en Erfurt, 19 de marzo de 1970 (Bundesarchiv)


Brandt había roto con el consenso de política exterior de la temprana República de Bonn, que, bajo el liderazgo demócrata cristiano, era inequívocamente atlantista. El socialdemócrata creía en las relaciones normales con Alemania Oriental, que Alemania Occidental se había negado hasta entonces a reconocer como un estado independiente. Los soviéticos correspondieron y siguieron negociaciones sobre la formalización de las fronteras en Europa del Este.

El gobierno laborista de Gran Bretaña fue comprensivo. Francia y Estados Unidos se mostraron escépticos. "Su preocupación de que la Ostpolitik alemana pudiera adquirir una dinámica propia, y por lo tanto necesitara aprovecharse, limitó el margen de maniobra de Bonn", escribe Helga Haftendorn en "German Ostpolitik in a Multilateral Setting", publicado en The Strategic Triangle: France, Germany and the United States in the Shaping of the New Europe (2006).

Finalmente los estadounidenses se dieron cuenta de que la Ostpolitik era de hecho compatible con la distensión. El Tratado de Misiles Antibalísticos que Richard Nixon firmó con el líder soviético Leonid Brezhnev en 1972 no podría haber sucedido sin los Tratados de Moscú y Varsovia de 1970, en los que Bonn aceptó las fronteras de facto en Europa del Este


En común


El presidente estadounidense Richard Nixon y el rey Balduino de Bélgica escuchan un discurso del secretario general de la OTAN y ex ministro de Relaciones Exteriores holandés Joseph Luns en Bruselas, 26 de junio de 1974 (OTAN)


Este reconocimiento no resolvió todas las tensiones en el campo atlántico. Cuando Nixon abandonó el patrón oro en 1971, y cuando las armas estadounidenses almacenadas en Alemania Occidental fueron enviadas a Israel en 1973 durante la Guerra de Yom Kippur, los europeos no fueron consultados ni informados de antemano.

¿Qué mantuvo la alianza en marcha? Por un lado, la amenaza soviética. Los recuerdos de la represión de Praga estaban frescos. Independientemente de los reparos que los europeos tuvieran sobre el militarismo estadounidense, cuando parecía que el Congreso podría reducir la presencia de tropas de Estados Unidos en Europa después de la guerra en Vietnam, los aliados presionaron en su contra.

La sensación de malestar de Estados Unidos en la década de 1970 también reforzó la necesidad psicológica de aliados y amigos. Estados Unidos y Europa todavía tenían mucho más en común entre sí que con el mundo comunista.


4. Los misiles de crucero estadounidenses dividen Europa

Estallan manifestaciones masivas contra el despliegue de misiles de crucero estadounidenses en Europa.


El canciller alemán Helmut Kohl visita al primer ministro holandés Ruud Lubbers en La Haya, 30, 1987 (Nationaal Archief)


Dos rondas de conversaciones sobre limitación de armas estratégicas (SALT) entre la Unión Soviética y los Estados Unidos habían logrado reducir las tensiones en la Guerra Fría. Pero las conversaciones no cubrieron las armas nucleares tácticas entregadas por misiles balísticos de mediano alcance, una laguna que los soviéticos explotaron para desplegar plataformas de lanzamiento móviles SS-20 en Europa Central.

Cuando, en diciembre de 1979, la Unión Soviética también invadió Afganistán, Occidente sintió que tenía que responder.


Misiles de crucero en Europa


El misil soviético SS-20 se dispara desde su vehículo lanzador erector transportador a mediados de la década de 1980 (NASM)


El desarrollo estadounidense de misiles de crucero de alcance intermedio precedió a la introducción del SS-20 en Europa. Pero Leopoldo Nuti argumenta en "The Origins of the 1979 Dual Track Decision — A Survey", publicado en The Crisis of Détente in Europe: From Helsinki to Gorbachev, 1975-1985 (2009), que el despliegue soviético informó la Decisión de Doble Vía de la OTAN, por la cual la alianza acordó desplegar simultáneamente cientos de lanzadores de misiles móviles propios mientras continuaba las conversaciones SALT. El objetivo era mantener un equilibrio nuclear en Europa y evitar dar a los soviéticos la idea de que podrían ganar una guerra nuclear.

La tecnología provenía de Estados Unidos, pero fueron los aliados europeos, particularmente los británicos y los alemanes, quienes estaban interesados en desplegar armas nucleares de teatro para contrarrestar la abrumadora superioridad de armas convencionales del Pacto de Varsovia. El gobierno alemán rechazó de plano las sugerencias de que podría desmantelar las bases nucleares avanzadas estadounidenses a cambio de concesiones soviéticas.


División en los Países Bajos


Manifestación contra el despliegue de misiles de crucero estadounidenses en Amsterdam, Países Bajos, 21 de noviembre de 1981 (Nationaal Archief)


La opinión estaba más dividida en los Países Bajos. El país había sido un aliado incondicional del Atlántico. Los holandeses fueron la única nación europea, aparte de los portugueses, que fueron blanco del embargo petrolero de 1973 por su apoyo a Israel y los Estados Unidos. Pero ahora los estadounidenses estaban preocupados por la creciente oposición holandesa a los misiles de crucero.

La introducción de la bomba de neutrones a fines de la década de 1970 había dividido a la sociedad y a la política holandesa por la mitad. El presidente Jimmy Carter finalmente decidió no desplegar el arma, pero los mismos campos se reformaron en torno a la Decisión de Doble Vía una década después. El centro-derecha estaba a favor, los partidos de izquierda estaban en contra. Los demócratas cristianos gobernantes estaban divididos. Su flanco izquierdo, incluidos los miembros de la Iglesia Reformada, se opusieron. La derecha demócrata cristiana, predominantemente católica, estaba a favor.

Los servicios de seguridad del Bloque del Este trataron de explotar la división en Europa Occidental. Los alemanes orientales habían apoyado al Partido de la Comunidad Holandesa cuando se opuso a la bomba de neutrones. Ahora enviaron dinero nuevamente para apuntalar la resistencia al despliegue de misiles estadounidenses.

El primer ministro Ruud Lubbers, un demócrata cristiano de derecha, se estancó. Ronald Reagan, el nuevo presidente estadounidense, quien fue culpado por el movimiento pacifista por revitalizar la Guerra Fría, le había dicho a Lubbers en privado que no deseaba una carrera armamentista. Pero mientras los soviéticos se negaran a retirar sus SS-20, Occidente no podía retroceder.

Lubbers tardó hasta 1983 en aceptar albergar 48 misiles de crucero en suelo holandés. Incluso entonces, su gobierno se dio otros dos años para implementar la decisión.


Diplomacia de  misiles


El primer ministro holandés Ruud Lubbers habla en una manifestación por la paz en el Houtrusthallen en La Haya, 26 de octubre de 1985 (ANP)


Para el 26 de octubre de 1985, el tiempo se estaba acabando. Lubbers estaba desayunando con Rajiv Gandhi, el primer ministro de la India, en La Haya esa mañana. Horas más tarde, debía dirigirse a una manifestación masiva por la paz en el Houtrusthallen.

Gandhi fue interrumpido por una llamada telefónica. Cuando regresó, el indio se disculpó. Los rusos se habían enterado de su visita a La Haya y le preguntaron si no podía pasar por Moscú en su camino de regreso. La India socialista tenía estrechas relaciones con la Unión Soviética. Gandhi no lo estaba esperando, pero Lubbers me dijo en 2012 que alentó a Gandhi a ir y evaluar las intenciones del nuevo líder soviético, Mikhail Gorbachev.

Cuando Gandhi telefoneó a Lubbers unos días después, tenía buenas noticias. Gorbachov quería que el holandés supiera que era sincero sobre sus conversaciones de reducción de armas con Reagan y dijo que esperaba un acuerdo el año siguiente. Gorbachov aconsejó a Lubbers que "se pusiera al final de la fila" y hiciera lo que mejor sabía hacer: detenerse. Así lo hizo Lubbers.


Gorbachov y Gandhi en Nueva Delhi, 26 de noviembre de 1986 (AFP/Douglas E. Curran)
Gorbachov y Gandhi en Nueva Delhi, 26 de noviembre de 1986 (AFP/Douglas E. Curran)


Gorbachov y Reagan firmaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en diciembre de 1987. Los SS-20 fueron retirados. Los Países Bajos nunca vieron misiles de crucero estadounidenses.

Pero en esa tarde de octubre, Lubbers todavía tenía que enfrentar una de las mayores manifestaciones por la paz en la historia de su país. Recibió 3,7 millones de firmas (que representan una cuarta parte de la población holandesa) de opositores al despliegue y tuvo que defender la decisión de su gobierno, sabiendo que la diplomacia itinerante de Gandhi podría tener éxito y que los Países Bajos nunca tendrían que aceptar las armas.


Gorbachov y Reagan en Ginebra, 21 de noviembre de 1985 (AFP/Getty Images)

Nick Ottens

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