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27 marzo 2018

Cuatro días para declarar una guerra fría




por Thierry Meyssan


La semana pasada fue extraordinariamente rica en acontecimientos. Pero ningún medio de difusión fue capaz de reportarlos porque todos escondieron deliberadamente ciertos hechos para proteger la narración que su gobierno hacía de ellos. Londres trató de provocar un conflicto de gran envergadura. Pero perdió ante Rusia, Trump y Siria.

Aunque su ejército es el cuarto del mundo, el Reino Unido no puede darse el lujo de desafiar a Rusia sin tener aliados. Londres está por lo tanto obligado a inventar un casus belli y a provocar una reacción de sus aliados para llevarlos a exponerse junto al Reino Unido.


El gobierno británico y algunos de sus aliados, como el ex secretario de Estado Rex Tillerson, trataron de desatar una guerra fría contra Rusia.

El plan era, por una parte, montar un atentado contra un ex agente doble en Salisbury y, por otro lado, orquestar un ataque químico contra los «rebeldes moderados» en la Ghouta. Los conspiradores pretendían aprovecharse del esfuerzo de Siria por liberar los alrededores de su capital y la desorganización que la elección presidencial provocaría en Rusia. Como resultado de esas manipulaciones, el Reino Unido empujaría a Estados Unidos a bombardear Damasco, incluyendo el palacio presidencial, y exigiría a la Asamblea General de la ONU que excluyera a Rusia del Consejo de Seguridad.

Pero los servicios de inteligencia de Siria y Rusia recibieron información de lo que se tramaba. Y adquirieron la certeza de que los agentes estadounidenses que estaban preparando, en la Ghouta, un ataque químico contra la propia Ghouta no dependían del Pentágono sino de otra agencia estadounidense.

En Damasco, el viceministro sirio de Exteriores, Faysal Meqdad, convocó con carácter urgente, el 10 de marzo de 2018, una conferencia de prensa para alertar a sus conciudadanos. Por su parte, Moscú trató primeramente de dirigirse a Washington por vía diplomática. Pero, consciente de que el embajador estadounidense en Rusia, Jon Huntsman Jr., es miembro del consejo de administración de Caterpillar, firma estadounidense que proporcionó a los yihadistas el equipamiento especial para la construcción de los túneles necesarios para sus fortificaciones, optó después por evitar los canales diplomáticos normales.

Veamos cómo fueron encadenándose los acontecimientos:


12 de marzo de 2018

El Ejército Árabe Sirio ocupa en la Ghouta dos laboratorios de armas químicas –el primero, el 12 de marzo, en la localidad de Aftris y el segundo, al día siguiente, en Chifonya. Mientras tanto, la diplomacia rusa trata de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) se implique en la investigación criminalística sobre el incidente de Salisbury.

En Londres, ante la Cámara de los Comunes, la primera ministra británica, Theresa May, acusa violentamente a Rusia de haber ordenado el atentado de Salisbury. La señora May afirma que el ex doble agente Serguei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados con una sustancia militar neurotóxica «desarrollada por Rusia» bajo el nombre de «novichok». Dando por sentado que el Kremlin ve a los rusos desertores como blancos legítimos, la señora May declara que es altamente probable que la orden para cometer el crimen haya salido de allí.

El novichok se conoce a través de lo que han revelado dos personalidades soviéticas, Lev Fiodorov y Vil Mirzayanov. En julio de 1992, el sabio Fiodorov publicó en el semanario ruso Top Secret (Совершенно секретно) un artículo donde alertaba contra el uso –por parte de los occidentales– de armas concebidas en la Unión Soviética. Fiodorov estimaba que los occidentales podían sentirse tentados a utilizar esas armas para destruir el medio ambiente en Rusia y convertir ese país en un lugar donde fuese imposible vivir. En octubre de 1992, Lev Fiodorov publicó en Novedades de Moscú (Московские новости) un segundo artículo, teniendo como coautor a Vil Mirzayanov, un responsable del contraespionaje, para denunciar la corrupción de varios generales y revelar que esos altos militares estaban traficando con novitchok. Pero Fiodorov y su coautor ignoraban a quién podían estar vendiendo esa sustancia. Mirzayanov fue arrestado por alta traición y posteriormente liberado. Fiodorov falleció en Rusia en agosto de 2017, pero Mirzayanov vive exiliado en Estados Unidos, donde colaboró con el Departamento de Defensa.

El ex oficial del contraespionaje ruso Vil Mirzayanov desertó yéndose a Estados Unidos. Hoy tiene 83 años y comenta el caso Skripal desde Boston.

El novichok se fabricaba en un laboratorio soviético situado en Nurus, en el actual Uzbekistán. Al desaparecer la Unión Soviética, un equipo especializado estadounidense trabajó en su destrucción. Eso quiere decir que Uzbekistán y Estados Unidos necesariamente tuvieron en su poder muestras del novichok y lo estudiaron. Por consiguiente, son capaces de producirlo.

El ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, convoca al embajador de la Federación Rusa en Londres, Alexander Yakovenko, y le plantea un ultimátum de 36 horas para que Rusia verifique si le falta alguna cantidad de novichok en su arsenal. El embajador ruso le responde que no puede faltar ninguna cantidad de novichok simplemente porque Rusia destruyó todas las armas químicas heredadas de la Unión Soviética, como consta en los documentos de verificación elaborados y aprobados por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.

Después de una conversación telefónica con Boris Johnson, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, condena él también a Rusia por el atentado de Salisbury.

Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU celebraba un debate sobre la situación en la Ghouta. La representante permanente de Estados Unidos, Nikki Haley, declara entonces: «Hace cerca de un año, luego del ataque con gas sarín perpetrado en Khan Cheikhun por el régimen sirio, Estados Unidos advirtió al Consejo [de Seguridad]. Dijimos que ante la inacción sistemática de la comunidad internacional, los Estados se ven a veces obligados a actuar por sí mismos. El Consejo de Seguridad no actuó y Estados Unidos golpeó la base aérea desde donde Assad había lanzado su ataque químico. Hoy reiteramos la misma advertencia.»

Los servicios de inteligencia rusos ponen en circulación varios documentos del estado mayor de Estados Unidos que muestran que el Pentágono está listo para bombardear el palacio presidencial y los ministerios sirios, siguiendo el esquema ya utilizado durante la toma de Bagdad –del 3 al 12 de abril de 2003.

Al comentar la declaración de Nikki Haley, el ministerio de Exteriores de Rusia, que siempre ha calificado la historia de Khan Cheikhun de «manipulación occidental», revela que las informaciones falsas que en aquel momento engañaron a la Casa Blanca, llevándola a bombardear la base aérea siria de Sheyrat, provenían de un laboratorio británico que nunca aclaró cómo consiguió las “muestras”.


13 de marzo de 2018

El ministerio de Exteriores ruso publica un comunicado condenando una posible intervención militar de Estados Unidos y anunciando que si algún ciudadano ruso resulta afectado en Damasco, Moscú responderá de manera proporcional ya que el presidente de la Federación Rusa es responsable de la seguridad de sus conciudadanos.

Evadiendo la vía diplomática normal, el general Valery Guerasimov, jefe del estado mayor ruso, se pone en contacto con su homólogo estadounidense, el general Joseph Dunford, para ponerlo al tanto sobre sus temores de que se produzca un ataque químico del tipo false flag (bandera falsa) en la Ghouta. El general Dunford toma el asunto muy en serio y avisa al secretario de Defensa, el general Jim Mattis, quien a su vez transmite la información al presidente Donald Trump. Ante la seguridad de los rusos de que este golpe bajo se prepara a espaldas del Pentágono, la Casa Blanca solicita al director de la CIA, Mike Pompeo, que identifique a los responsables del complot.

No sabemos el resultado de esa investigación interna pero, en todo caso, el presidente Trump adquiere la convicción de que su secretario de Estado, Rex Tillerson, está implicado. Tillerson recibe de inmediato órdenes de interrumpir su viaje oficial a África y regresar a Washington.

Theresa May escribe al secretario general de la ONU acusando a Rusia de haber ordenado el atentado de Salisbury y solicitando una reunión urgente del Consejo de Seguridad. Sin esperar respuesta, la primera ministra británica expulsa a 23 diplomáticos rusos.


Publicado mes y medio antes del atentado de Salisbury, este libro de Amy Knight presenta lo que va a convertirse en la tesis del MI5 británico, aunque la autora confiesa que no tiene ninguna prueba de lo que afirma.


A pedido de la presidente de la Comisión del Interior de la Cámara de los Comunes, Yvette Cooper, la secretaria británica del Interior, Amber Rudd, anuncia que el MI5 (la inteligencia militar interna) va a reabrir 14 investigaciones sobre muertes que, según fuentes estadounidenses, pudieran ser resultado de asesinatos ordenados por el Kremlin.

Con ese acto, el gobierno británico adopta las teorías de la profesora Amy Knight. El 22 de enero de 2018, esta sovietóloga estadounidense había publicado un libro muy extraño: Órdenes de matar: el régimen de Putin y el asesinato político. Amy Knight, considerada «la» especialista sobre el desaparecido KGB, trata de demostrar que Vladimir Putin es una especie de serial killer responsable de docenas de asesinatos políticos, desde los atentados perpetrados en Moscú en 1999 hasta el bombazo del Maratón de Boston, en 2013, pasando por la ejecución de Alexander Litvinenko en Londres, en 2006, y la de Boris Nemtsov en Moscú, en 2015. Pero confiesa que en realidad no hay ninguna prueba de las acusaciones que publica.

Los liberales europeos se incorporan al coro. El ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, quien ahora preside el grupo liberal en el Parlamento Europeo, exhorta la Unión Europea a adoptar sanciones contra Rusia. Su homólogo a la cabeza de los liberales británicos, Sir Vince Cable, propone un boicot europeo contra la Copa Mundial de futbol. Buckingham Palace anuncia desde ya que la familia real británica anula su viaje a Rusia.

La autoridad británica de regulación de los medios de difusión (OFCOM) anuncia que podría prohibir la televisora Russia Today en represalia por el atentado de Salisbury, aunque ese canal ruso no ha cometido ninguna violación de las leyes británicas.

En Moscú, el ministerio ruso de Exteriores convoca al embajador británico y le informa que en poco tiempo le serán comunicadas las medidas rusas de respuesta a la expulsión de los diplomáticos rusos de Londres.

Por su parte, el presidente Trump anuncia a través de Twitter que Rex Tillerson, con quien todavía no ha entrado en contacto, sale de su administración. Tillerson es reemplazado como secretario de Estado por Mike Pompeo, hasta entonces director de la CIA, quien había confirmado el día anterior la autenticidad de las informaciones que Rusia había hecho llegar al general Dunford. Al llegar Tillerson a Washington, el general John Kelly, jefe del equipo de trabajo de la Casa Blanca, le confirma que ya no es secretario de Estado.


Rex Tillerson, ex presidente de la transnacional más grande del mundo, ExxonMobil, se creía intocable. Para su gran sorpresa, Donald Trump lo “despidió” de manera fulminante. Tillerson se puso al servicio del mundo anglosajón pero Trump lo considera un traidor a su país.

El ahora ex secretario de Estado Rex Tillerson proviene de la burguesía texana. Su familia y él mismo han invertido en los Scouts (jóvenes exploradores) estadounidenses, asociación que presidió a nivel nacional de 2010 a 2012. Culturalmente cercano a Inglaterra, al convertirse en presidente de la megatransnacional ExxonMobile (de 2006 a 2016), Tillerson no vaciló en emprender una campaña políticamente correcta para que los jóvenes homosexuales fuesen aceptados como Scouts… y también para reclutar mercenarios en la Guayana británica. Al parecer, Tillerson es miembro de la Pilgrims Society, el más prestigioso club anglo-estadounidense presidido por la reina Isabel II. En la administración Obama había numerosos miembros de la Pilgrims Society.

Mientras fue secretario de Estado, los excelentes modales de Tillerson fueron una carta de triunfo para Donald Trump, a quien la alta sociedad estadounidense considera una especie de payaso. Tillerson entró en conflicto con el presidente sobre tres temas importantes, que nos permiten determinar la ideología de los conspiradores: 

- Al igual que Londres y que el Estado Profundo estadounidense, Tillerson creía útil demonizar a Rusia para consolidar el poder de los anglosajones dentro del bando occidental; 
- al igual que Londres, Tillerson pensaba que para mantener el colonialismo occidental en el Medio Oriente había que favorecer al presidente iraní Hassan Rohani en contra del Guía de la Revolución, el ayatola Khamenei. Por eso respaldaba el acuerdo 5+1; 
- al igual que el Estado Profundo estadounidense, Tillerson consideraba que el acercamiento de Corea del Norte a Estados Unidos debía mantenerse en secreto y ser utilizado para justificar un despliegue militar, dirigido en realidad contra China. O sea, Tillerson era favorable a la apertura oficial de conversaciones con Pyongyang, pero se oponía a un encuentro entre los dos jefes de Estado.


14 de marzo de 2018

Washington todavía se encuentra en estado de shock cuando Theresa May interviene nuevamente ante la Cámara de los Comunes para desarrollar su acusación, mientras los diplomáticos británicos en todo el mundo hacen uso de la palabra en numerosas organizaciones intergubernamentales para transmitirles el mensaje de Londres. “Respondiendo” a la primera ministra, el diputado Chris Leslie –miembro de la corriente de Tony Blair– califica a Rusia de Estado renegado y pide que se suspenda el estatus de Rusia como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Theresa May se compromete a analizar la cuestión, aunque subraya que esa decisión sólo puede tomarse en la Asamblea General de la ONU, para evadir el veto ruso en el Consejo.

El Consejo del Atlántico Norte –instancia suprema de la OTAN– se reúne en Bruselas a solicitud del Reino Unido. Los 29 Estados miembros de la OTAN vinculan el uso de armas químicas en Siria con el atentado de Salisbury y consideran a Rusia «probablemente» responsable de ambas cosas.


Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, y la representante permanente del Reino Unido, Sarah MacIntosh, ante el Consejo del Atlántico Norte. Sarah MacIntosh fue directora de Asuntos de Defensa e Inteligencia en el ministerio británico de Exteriores, puesto que ahora ocupa Jonathan Allen, actual encargado de negocios británico en la sede de la ONU.


En Nueva York, el representante permanente de Rusia, Vasily Nebenzya, propone a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU la adopción de una declaración que exprese la voluntad de todos ellos de aclarar el atentado de Salisbury y que ponga la investigación en manos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas conforme al más estricto respeto de los procedimientos y normas internacionales. Pero el Reino Unido rechaza la totalidad del texto porque no menciona a Rusia como «probablemente responsable» del incidente.

Durante el subsiguiente debate público del Consejo de Seguridad es el encargado de negocios Jonathan Allen quien representa al Reino Unido. Jonathan Allen es un agente del MI6. Es el creador del servicio británico de propaganda de guerra (RICU, siglas de Research Information and Communications Unit) y ha participado activamente en el apoyo a los yihadistas en Siria. Este personaje declara: «Rusia ya ha interferido en los asuntos de los demás países. Rusia ha violado el derecho internacional en Ucrania. Rusia desprecia la vida de los civiles, como demuestra el ataque contra un avión comercial sobre Ucrania por parte de mercenarios rusos. Rusia protege el uso de armas químicas por parte de Assad (…) El Estado ruso es responsable de este intento de asesinato.» El representante permante de Francia, Francois Delattre –formado en el Departamento de Estado estadounidense gracias a una derogación emitida por el presidente Nicolas Sarkozy–, interviene para recordar que Francia ha lanzado una iniciativa para poner fin a la impunidad de quienes utilicen armas químicas y da a entender que esa iniciativa, dirigida contra Siria, podría volverse contra Rusia.

El embajador de Rusia, Vasily Nebenzya, recuerda que el Consejo de Seguridad fue convocado a pedido de Londres, pero que la sesión es pública porque así lo solicitó Moscú. Observa que el Reino Unido viola el derecho internacional desde el momento en que trae el tema al Consejo de Seguridad mientras que mantiene a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas al margen de su investigación. Resalta que si Londres ha sido capaz de identificar el novichok es porque tiene la fórmula y que, por ende, los británicos también pueden fabricarlo. Recuerda además que Rusia ha expresado su deseo de colaborar con la Organización para la Prohibición de Armas Químicas en el más estricto respeto de todos los procedimientos internacionales.


15 de marzo de 2018

El Reino Unido publica una declaración común, firmada el día anterior junto a Francia y Alemania, y por Rex Tillerson, quien todavía era secretario de Estado de Estados Unidos. El texto se hace eco de las sospechas británicas, denuncia el uso « de un agente neurotóxico de calidad militar, de un tipo desarrollado por Rusia» y afirma que es «altamente probable que Rusia sea responsable del ataque».

El Washington Post publica una tribuna del ministro británico de Exteriores Boris Johnson mientras que el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, adopta nuevas sanciones contra Rusia. Esas sanciones no están vinculadas al asunto de Salisbury sino a las alegaciones de injerencia en la vida pública estadounidense. Sin embargo, el decreto cita el atentado de Salisbury como prueba de las pérfidas intenciones de Rusia.

Gavin Williamson, el joven secretario de Defensa británico, declara que después de la expulsión de sus diplomáticos, Rusia tendrá que «cerrar el pico» (sic). Es la primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial que un dirigente de un Estado miembro permanente del Consejo de Seguridad utiliza ese tipo de vocabulario contra otro Estado miembro de ese Consejo. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, comenta: «Es un joven encantador. Seguramente quiere ganarse un lugar en la historia haciendo declaraciones chocantes (…) Quizás le falta educación.»


El Reino Unido nunca ha vacilado, a lo largo de su historia, en traicionar su palabra para imponer sus intereses. Así se ganó la clásica apelación de «pérfida Albión», en referencia al nombre en latín de Inglaterra.


Conclusión

En cuatro días, el Reino Unido y sus aliados han sentado las premisas de una nueva división del mundo, de una guerra fría.

Pero Siria no es Irak y la ONU no es el G8 –grupo del que Rusia se vio excluida luego de la adhesión de Crimea a la Federación Rusa y del respaldo ruso a Siria. Estados Unidos no destruirá Damasco y Rusia no será excluida del Consejo de Seguridad de la ONU.

Luego de retirarse de la Unión Europea y de haberse negado a firmar la declaración que proponía China sobre la ruta de la seda, el Reino Unido creyó realzar su imagen eliminando a un competidor. Con esta sucia maniobra, Londres creyó poder alcanzar una nueva dimensión y convertir el Reino en la «Global Britain» que la señora May anunciaba. Lo que ha logrado es destruir su propia credibilidad.


Thierry Meyssan

02 marzo 2018

Proyecciones sobre la situación política en Siria




Breve prologo del editor del blog

Un interesante análisis que resume y evalúa las futuras consecuencias de la guerra en Siria. Ya lo hemos senalado en algunas ocasiones, Siria es escenario de una "mini guerra mundial", en que las potencias mundiales y otras fuerzas regionales se han involucrado profundamente. No solo se trata de cortar el renacimiento de la "ruta de la seda" a China, o evitar que los rusos consoliden su presencia en el Mediterráneo, también deben proteger a Israel y evitar que países tradicionalmente englobados en su ámbito de influencia como Irak se les escape de las manos, como en su tiempo ocurrió con Irán.

La guerra por el control geopolítico del Próximo Oriente continuará, pero parece deslumbrarse un nuevo ordenamiento -no territorial- sino de intereses mutuos entre las dos grandes superpotencias, Rusia y el gobierno de Trump en los Estados Unidos, pese a lo que se diga a través de la prensa, parecen tener -ahora- más acercamiento de lo que se cree, la política exterior norteamericana está dando un giro en la forma de imponer sus sistemas de control global, ha rechazado seguir manteniendo y auspiciando al extremismo islámico como punta de lanza, pero eso no significa que renuncie al uso de la fuerza en cualquier momento y escenario en que sus intereses se vean menoscabados.

El papel chino en la crisis siria ha sido siempre de respaldo a al gobierno legítimo de la República Árabe, aunque ha evitado su involucramiento directo en el conflicto, no es menos cierto que se ha barajado en algunas ocasiones la posibilidad de enviar militares para luchar contra los extremistas islamicos chinos, los uigures, provenientes de la región china de Xinjiang; en el campo militar China ha enviado algunos asesores para capacitar a las tropas sirias. Sin embargo, el gigante asiático se ha caracterizado más por enviar ayuda humanitaria para la población y los desplazados en campos de refugiados dentro y fuera de Siria, también es conocido que empresarios chinos se encuentran interesados en negociar e invertir en la reconstrucción del país levantino.

Revisemos los últimos enfoques y proyecciones sobre la crisis siria desde la perspectiva de uno de los mejores politólogos del mundo, el magistral Thierry Meyssan, a cuya autoría corresponde los dos siguientes análisis.

Tito Andino U.



Primera parte

Agresión disfrazada de guerras civiles


por Thierry Meyssan
Red Voltaire

Si nos tomamos el trabajo de mirar los hechos con algo de distanciamiento, veremos que los diferentes conflictos que desde hace 16 años han ensangrentado todo el Medio Oriente ampliado, desde Afganistán hasta Libia, no han sido realmente una sucesión de guerras civiles sino la aplicación de estrategias regionales. Recordando los objetivos y tácticas de esas guerras, desde la «primavera árabe», Thierry Meyssan observa como ya se preparan las próximas.


A finales de 2010 se iniciaba una serie de guerras inicialmente presentadas como levantamientos populares. Túnez, Egipto, Libia, Siria y Yemen se vieron arrastrados por aquella «primavera árabe», reedición contemporánea de la «Gran Revuelta árabe de 1915» iniciada por Lawrence de Arabia. La única diferencia es que ya no se trataba de utilizar a los wahabitas sino a la Hermandad Musulmana.

Todos esos acontecimientos habían sido minuciosamente planificados por el Reino Unido y desde 2004, como lo demuestran los documentos internos del ministerio británico de Exteriores revelados por Derek Pasquill [1]. Exceptuando el bombardeo contra Trípoli, la capital libia, esos hechos fueron provocados por la aplicación de las técnicas no violentas de desestabilización concebidas por Gene Sharp [2], así como de la guerra de 4ª generación de William S. Lind [3]

Al ser adoptado y aplicado por los ejércitos de Estados Unidos, el proyecto británico de «primavera árabe» se superpuso al del estado mayor estadounidense para la destrucción de las sociedades y Estados a escala regional, proyecto formulado por el almirante estadounidense Arthur Cebrowski, divulgado por Thomas Barnett [4] e ilustrado por Ralph Peters [5].

En el segundo trimestre de 2012, los acontecimientos parecían haber tomado un giro más apacible, de manera que Estados Unidos y Rusia acordaron en Ginebra –el 30 de junio– una nueva repartición del Medio Oriente.



Pero Estados Unidos no respetó su propia firma. En julio de 2012, una nueva guerra comenzaba, en Siria, y luego en Irak. A las acciones de pequeños grupos y comandos armados siguieron otras de gran envergadura con la participación de verdaderos ejércitos de yihadistas. Ya no era sólo una guerra de 4ª generación sino una clásica guerra de posiciones, adaptada a las técnicas de Abu Bakr Naji [6].

Esta vez, conforme a los trabajos de Robin Wright [7], la voluntad de impedir la reapertura de la «ruta de la seda» también vino a superponerse a los dos objetivos anteriores, cuando China anunció su intención de trabajar en el restablecimiento de esa vía comercial internacional.

Los acontecimientos parecieron favorecer nuevamente el regreso a la calma durante el último semestre de 2017, luego de la caída del Emirato Islámico (Daesh), pero los promotores de estos conflictos habían invertido tanto que los partidarios de la guerra se negaban a renunciar a alcanzar sus objetivos.

Vimos entonces un intento de reactivar las hostilidades alrededor del tema kurdo. Intento que sufrió un primer fracaso en Irak, para después sufrir otro en Siria. En ambos casos, la violencia de la agresión empujó a Turquía, Irán, Irak y Siria a unirse contra el enemigo externo.

En definitiva, el Reino Unido ha decidido seguir adelante con su objetivo inicial de dominación a través de la Hermandad Musulmana y para ello acaba de constituir un «Pequeño Grupo», cuya existencia ha sido revelada por el periodista francés Richard Labévière [8]. Esta nueva estructura secreta incluye sólo 5 países: Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Arabia Saudita y Jordania.

Por su parte, Estados Unidos, en aplicación del «Giro hacia el Asia» de Kurt Campbell [9], acaba de decidir concentrar sus fuerzas en contra de China.

Mientras tanto, la opinión pública occidental sigue creyendo que el único conflicto, que ya ha devastado todo el Medio Oriente ampliado, desde Afganistán hasta Libia, es una sucesión de guerras civiles por la democracia.



Segunda parte

Infantería rusa en Damasco

Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, y el general Alexander Borotnikov, director del FSB (el contraespionaje ruso).

Todos los comentaristas han resaltado durante los 4 últimos años que para Rusia era imposible desplegar tropas terrestres en Siria, frente a los yihadistas, ante el riesgo de reeditar la derrota que sufrieron en Afganistán. Pero lo que pudiera ser cierto si Moscú se enfrenta a Washington en una guerra a través de intermediarios deja de serlo si los Dos Grandes se ponen de acuerdo sobre el futuro, no sólo de Siria, sino de la región. Después de haber sido el primero en anunciar al mundo la llegada de las fuerzas armadas rusas a Siria, en 2015, Thierry Meyssan vuelve a ser el primero en anunciar el despliegue de la infantería rusa.


Washington ha decidido relegar el proyecto de destrucción de los Estados y sociedades del Medio Oriente a un segundo plano en su orden de preocupaciones y concentrar sus esfuerzos en cómo oponerse al proyecto chino de «Ruta de la Seda». Eso es lo que parecen haber concluido el presidente Donald Trump y el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull –este último en representación de los británicos–, el 24 de febrero de 2018 en la Casa Blanca.

No se trata simplemente del tradicional conflicto entre el imperio marítimo anglosajón y el proyecto comercial terrestre chino. Se trata también del peligro que la industria china representa para todo el conjunto del mundo desarrollado. En pocas palabras: en tiempos de la Antigüedad, los europeos estaban ávidos de seda china; hoy todos los occidentales temen a la competencia de los automóviles chinos.

Al renunciar Pekín a hacer pasar la «ruta de la seda» por su trazado histórico de Mosul (Irak) y Palmira (Siria), Estados Unidos ya no tiene interés en seguir patrocinando yihadistas para crear un Califato en territorios de esos dos países.

Fue también el 24 de febrero que Rusia y Estados Unidos presentaron la resolución 2401 al Consejo de Seguridad de la ONU, un texto que ya estaba listo desde el día anterior y en el que no se cambió ni una palabra mientras los actores fingían seguir negociándolo.

Supuestamente adoptado en respuesta a la campaña mediática francesa que pretende querer salvar a la población de la Ghouta, esta resolución en realidad trata sobre la solución para casi toda Siria.

El texto deja en suspenso la cuestión de la retirada de las tropas turcas y estadounidenses presentes en suelo sirio. No es imposible que las fuerzas estadounidenses rechacen irse del extremo noreste de Siria. Si China decidiese hacer pasar la ruta de la seda por Turquía, Washington estimularía a quienes pretenden crear un Kurdistán en el territorio kurdo de Turquía –si se admite que el sureste de Anatolia ha dejado de ser armenio desde la época del genocidio– para cortar el camino a Pekín.

Moscú ha desplegado nuevos aviones en la base de Hmeimim, en Siria. Entre los nuevos aparatos rusos hay 2 aviones furtivos Su-57, una joya de la tecnología que el Pentágono no se imaginaba encontrar en situación operacional antes de 2025.

Lo más importante es que Moscú, que hasta ahora había limitado su implicación en Siria al despliegue de unidades de su fuerza aérea y de algunos grupos de fuerzas especiales, ha enviado en secreto tropas de infantería.

                                        Tropas rusas en el sur de Siria

En la mañana del 25 de febrero, fuerzas terrestres rusas entraron junto al Ejército Árabe Sirio en la Ghouta Oriental.

En lo adelante es imposible, para quien quiera que sea, atacar Damasco o tratar de derrocar la República Árabe Siria sin provocar automáticamente una respuesta militar rusa.

Arabia Saudita, Francia, Jordania y Reino Unido, que habían constituido en secreto un «Pequeño Grupo», el 11 de enero, para sabotear la paz de Sochi, ya no podrán emprender ninguna acción decisiva.

Los aspavientos de los ministros de Exteriores del Reino Unido y Francia, Boris Johnson y Jean-Yves Le Drian, no logran ocultar dos hechos fundamentales: 

- el Kremlin y la Casa Blanca han llegado a un acuerdo;
- la presencia militar rusa en Siria es legal a la luz del derecho internacional.

La agitación franco-británica tampoco logra ocultar el hecho que la acción de los militares sirios y rusos tiene como objetivo liberar a los civiles víctimas de la ocupación yihadista.

La dura realidad, para Londres y París, es que ya no tienen ninguna posibilidad de frustrar el acuerdo entre la Casa Blanca y el Kremlin, como lo hicieron en julio de 2012. La situación en el terreno y en el mundo ha cambiado mucho desde aquel momento.

De ser necesario, fingiremos todos no saber que las dos facciones armadas presentes en la Ghouta Oriental (una patrocinada por Arabia Saudita y la otra por Qatar) dependían de al-Qaeda. Serán sacadas de allí con la mayor discreción y los oficiales del MI6 británico y de la DGSE francesa –que actuaban bajo la cobertura de la ONG Médicos Sin Fronteras– serán repatriados.

La guerra no ha terminado aún en la totalidad de Siria, pero en Damasco ya está terminando.

Thierry Meyssan



NOTAS:
[1] When Progressives Treat with Reactionaries. The British State’s flirtation with radical Islamism, Martin Bright, Policy Exchange, septiembre de 2004. “I had no choice but to leak”, Derek Pasquill, New Statesman, 17 de enero de 2008.
[2] Making Europe Unconquerable: The Potential of Civilian-based Deterrence and Defense, Gene Sharp, Taylor & Francis, 1985.
[3] “The Changing Face of War: Into the Fourth Generation”, William S. Lind, Colonel Keith Nightengale, Captain John F. Schmitt, Colonel Joseph W. Sutton, Lieutenant Colonel Gary I. Wilson, Marine Corps Gazette, octubre de 1989.
[4] The Pentagon’s New Map, Thomas P.M. Barnett, Putnam Publishing Group, 2004.
[5] “Blood borders – How a better Middle East would look”, Colonel Ralph Peters, Armed Forces Journal, junio de 2006.
[6] The Management of Savagery: The Most Critical Stage Through Which the Umma Will Pass, Abu Bakr Naji, 2005. Traducción al inglés de William McCants, Harvard University, 2006.
[7] “Imagining a Remapped Middle East”, Robin Wright, The New York Times Sunday Review, 28 de septiembre de 2013.
[8] «Syrieleaks: un câble diplomatique britannique dévoile la "stratégie occidentale"», [en español, «Sirialeaks: un cable diplomático británico revela la “estrategia occidental”»] por Richard Labévière, Observatoire géostratégique, Proche&Moyen-Orient.ch, 17 de febrero de 2018.
[9] The Pivot: The Future of American Statecraft in Asia, Kurt M. Campbell, Twelve, 2016.

26 febrero 2018

La batalla de Damasco y de la Ghouta Oriental



Soldados del Ejército Árabe Sirio en los alrededores de Damasco.


Breve prólogo del editor del blog

Más que los bombardeos sirios y rusos sobre las concentraciones terroristas y yihadistas en Damasco Campo - Ghouta Oriental (el cinturón agrícola que rodea Damasco capital), existe un bombardeo mediático de los medios de embrutecimiento masivo a nivel internacional. El solo hecho que la prensa atlantista denomine "rebeldes" a miles de fanáticos terroristas adoctrinados en el yihadismo es cinismo y señal que no existe imparcialidad en la información o, en el mejor de los casos, se deja de exponer las razones por las cuales las fuerzas aéreas de Siria y su aliado ruso atacan posiciones "rebeldes" en zonas pobladas.

Hoy se habla, nuevamente, por parte de los Estados Unidos, de Francia y Gran Bretaña de hacer uso de la fuerza para terminar con la sangría de los civiles, pero nadie informa, salvo como nota marginal, los cueles bombardeos de la coalición estadounidense que mata decenas de civiles sirios en Deir Ezzor, Raqqa y otras regiones sirias y de Irak. Para colmo, los aliados del yihadismo en Occidente se niegan a sepultar una clásica falsa bandera para provocar su intervención armada, la muy conocida "utilización de armas químicas por el régimen de Assad contra los civiles"... ese bulo es un cuento de nunca acabar, sin embargo, sirve de permanente provocación para que el gobierno sirio y los rusos cedan ante las pretensiones de actores foráneos.

Parar la guerra! gritan los desesperados auspiciantes del yihadismo. Lo mismo hicieron ante la inminente liberación de Alepo. No debería extrañarles que también pidan "AUTONOMÍA" para los "martirizados rebeldes" de la Ghouta Oriental, quienes no cesan de lanzar misiles en contra de la ciudad de Damasco. 

De qué va servir la última resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas si los "rebeldes moderados" no van a respetar el alto al fuego? 

Civiles rehenes 'moviles' del yihadismo. Estas imágenes son comunes de observar en diferentes ciudades sirias que están siendo liberadas por el Ejército Árabe Sirio. 

Estimado lector solo pregúntese una cosa, luego concluya quién miente: Por qué los "rebeldes" no permiten que los civiles abandonen la zona de batalla?. Sin duda, las consecuencias de la guerra lo sufren los civiles, aquellos rehenes de los terroristas en la Ghouta Oriental que caen en los bombardeos de las fuerzas gubernamentales porque, básicamente, son escudos humanos de las bandas terroristas; y, por qué nos olvidados -la prensa atlantista- de los civiles de Damasco que soportan a diario el lanzamiento de artefactos explosivos provenientes de la Ghouta Oriental?.

Debemos preguntar a esa prensa, si existe alguna diferencia, selectividad o discriminación, para "informar" entre los lamentables descensos de civiles en Damasco y de la Ghouta Oriental.

Un interesante artículo en inglés expresa lo siguiente: "Contrariamente a la narrativa de "gente vs. poder" que numerosos apologistas del primer mundo han estado presionando para la intervención extranjera occidental, los salafistas culpan ante todo a la apostasía del pueblo por dar origen a la herejía secular del gobierno socialista de Siria. Esto es porque para los salafistas, la religión comienza y termina con las personas, en términos del individuo.

No existe una dimensión sociológica en su razonamiento, invierten la lógica o la vuelven contra él: la ideología del pueblo se convierte en la ideología de los gobernantes. Un apóstata no puede gobernar sobre los justos. La falta de lealtad al Islam es culpa de la gente; los gobiernos solo reflejan esto. Es por eso que hemos visto los innumerables miles de decapitaciones y exterminios de pueblos y ciudades enteras. Esto estuvo lejos de estar limitado a 'fuerzas gubernamentales' o 'políticos pro-Assad'. (Exposing media fraud on East Ghouta: Why aren't civilians leaving the battle zone?)

Panfletos informativos lanzados desde helicópteros a la población civil de la Ghouta Oriental, indicando la forma de salir del asedio yihadista.

Por qué la prensa atlantista no informa que el gobierno sirio (lo hace siempre como en Alepo y otras ciudades) lanza panfletos en la Ghouta Oriental indicando a los civiles cómo escapar de la zona de lucha a un corredor humanitario donde la alimentación, refugio y medicamentos está garantizado. Por qué los yihadistas en la zona atacan deliberadamente áreas civiles matando a niños y civiles que pretenden huir de la batalla. Repito, esto no está pasando hoy, a sucedido siempre en todos los centros urbanos capturados por los yihadistas, los civiles son rehenes y carne de cañón. 

Solo existen dos posibilidades: O los "rebeldes" se oponen por la fuerza a permitir la salida de civiles o, existen muchos combatientes "rebeldes" que tienen familia junto a ellos, negándose aceptar su evacuación (o las dos cosas a la vez).

Quiénes son los "rebeldes moderados" de la Ghouta Oriental, lo sabremos en el reportaje a continuación.

Tito Andino



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La batalla de Damasco y de la Ghouta Oriental

Combatientes yihadistas de al Qaeda.


por Serge Marchand / Red Voltaire


La capital siria, Damasco, y el espacio rural al este de esa ciudad, la Ghouta Oriental, son teatro de cruentos combates entre los yihadistas de al-Qaeda –respaldados por el Reino Unido y Francia– y las fuerzas de la República Árabe Siria. Esta última está tratando de liberar a la población de 7 años de ocupación y de imposición de la sharia. Pero las potencias coloniales se oponen a esos esfuerzos.


VIDEO


La capital siria, Damasco, está siendo constantemente bombardeada, desde hace 6 años, por los elementos armados de al-Qaeda atrincherados en la Ghouta Oriental, en el cinturón verde de la ciudad. Estas imágenes muestran los estragos causados por un obús disparado desde la Ghouta Oriental. El proyectil cayó sobre una vivienda del barrio damasceno de Ruk el-Dinh, el 23 de febrero de 2018, donde mató a 3 personas y dejó 15 heridos.


Durante los 6 últimos años, el Ministerio Sirio de la Reconciliación ha firmado más de 1.000 acuerdos de pacificación a lo largo y ancho del país y decenas de miles de elementos armados se han acogido a las numerosas amnistías decretadas a su favor. Esas personas se han reincorporado a la sociedad siria, incluso convirtiéndose a veces en miembros de sus cuerpos armados. Los elementos armados que combatían en la Ghouta Occidental aceptaron los acuerdos y se acogieron a la amnistía, posibilidad que siguen rechazando los de la Ghouta Oriental.

En esa parte del cinturón verde de Damasco, bastante extensa, vivían antes de la guerra más de 400.000 personas. Según la ONU, hoy quedarían allí unas 367. 000. Según el gobierno sirio, la cifra es mucho menor y no pasan de 250.000 personas.

La principal ciudad de esa región, Duma, con una reputación bastante negativa, era conocida antes de la guerra por sus burdeles y su alta concentración de delincuentes y criminales.

El hecho es que esa zona se encuentra hoy bajo control de al-Qaeda, representada allí por el grupo armado que se hace llamar Yesh al-Islam, o sea «Ejército del Islam», y que recibe orientaciones de miembros de las SAS (fuerzas especiales británicas) y de oficiales de la DGSE francesa (inteligencia para el exterior) desplegados en la zona bajo la fachada de la ONG Médicos Sin Fronteras. A la cabeza de Yesh al-Islam está la familia conocida como Alloush o Allouche, poseedora de importantes bienes en Londres.

Zahran Alloush

Desde julio de 2012 hasta su muerte, a finales de 2015, Zahran Alloush anunciaba varias veces por semana que iba a tomar Damasco y que cuando lo hiciera ejecutaría –sin juicio– a todos los «infieles», que son, a su modo de ver, todas las personas que no sean sunnitas. Este individuo impuso la sharia a todos los habitantes de la zona bajo su control, en aplicación de los principios enunciados por el predicador wahabita Abd al-Aziz ibn Baz. Encerró en jaulas a los que cuestionaban su autoridad, ejecutó a gran cantidad de personas, como mi vecino –un simple agente inmobiliario que vivía en el apartamento situado directamente debajo del mío– quien fue degollado en público porque se negó a decir que «Assad es un perro».

Zahran Alloush, quien hasta su muerte fue el jefe de Yesh al-Islam –la franquicia local de al-Qaeda, recordémoslo nuevamente–, recibía armamento de Arabia Saudita a través de Jordania. Con ese armamento llegó a organizar un desfile militar –con tanques y todo–, montado y filmado por el MI6 británico [1].

Cuando el Ejército Árabe Sirio –el ejército regular de la República Árabe Siria– emplazó artillería en el monte Qassium, la montaña que domina la capital, y comenzó a bombardear desde allí las posiciones de Yesh al-Islam, Zahran Alloush puso prisioneros en los techos, utilizándolos como escudos humanos.

Después de la muerte de este individuo, su primo Mohamed Alloush tomó el mando de Yesh al-Islam, a principios de 2016. Este otro miembro de la familia Alloush ya se había hecho célebre lanzando homosexuales desde los techos. No está de más resaltar que Siria protege a los homosexuales, siendo por ello una excepción entre los países musulmanes actuales e incluso en relación con lo que aún sucedía, hace sólo 30 años, en los países occidentales [2].

Sin embargo, Mohamed Alloush fue entronizado como jefe de la delegación de la oposición en las negociaciones de Ginebra, donde exigió –y obtuvo– que los cuadros y esculturas que decoraban el hotel donde se alojó fuesen recubiertos con velos. En medio de aquellas conversaciones, desde la sala de negociaciones, envío por Twitter varios mensajes orientando a sus secuaces que se prepararan para matar a los soldados del «puerco».


Hace sólo unos meses que el Ejército Árabe Sirio “selló” completamente la Ghouta Oriental. Hasta entonces sus habitantes tuvieron la posibilidad de huir. La ONU y la Media Luna Roja tienen libre acceso al lado bajo control de la República. Pero no tienen acceso al otro lado, de donde los yihadistas permiten la salida sólo a sus seguidores para recibir atención médica. Si el Ejército Árabe Sirio registra minuciosamente los camiones cargados de víveres antes de permitir su entrada en la Ghouta es porque en múltiples ocasiones los convoyes de la ONU fueron utilizados para introducir allí armas destinadas a los yihadistas. Los convoyes no pasan sólo si la ONU se niega a permitir que sean verificados.

La Ghouta es una zona agrícola que rodea la capital siria. Cuando la ONU envía productos que no se cultivan allí, su distribución a la población queda en manos de los yihadistas y son ellos quienes imponen precios considerablemente más elevados que los de la capital –a veces 4 veces más altos. Sólo los pobladores que juran lealtad a los yihadistas reciben de estos el dinero que les permite comprar esos productos [enviados por la ONU]. Los pobladores de la Ghouta que se mantienen leales a Damasco están condenados al hambre, impuesta a ellos por los yihadistas.

Durante 6 años, los yihadistas han estado atacando constantemente Damasco desde la Ghouta. Son muy numerosos los damascenos que han muerto desde entonces bajo los cohetes y obuses disparados desde la Ghouta, sin que la comunidad internacional se dignara a expresar ningún tipo de condena. Poco a poco, localidades ocupadas por los yihadistas en la periferia de Damasco han sido liberadas, Daraya, Muadamiyeh al-Cham, Qudsaya y al-Hameh, en agosto de 2016, y después Yobar, Barzeh, Qabun y Tichrin, en febrero de 2017. Los acuerdos firmados entonces estipulaban que los elementos armados que no quisieran acogerse a la amnistía se trasladaran –en medios de transporte facilitados por el gobierno sirio– a Idlib, en el noroeste del país [3]. La única condición era que liberaran a los pobladores.

Una foto de archivo (2017) de un grupo de yihadistas de Ahrar al Sham en las inmediaciones de Damasco. Las características típicas de algunos de esos hombres y algunas vestimentas los delatan como combatientes extranjeros.

La República Árabe Siria acaba de decidir ahora liberar de los yihadistas la Ghouta Oriental. La artillería y la aviación bombardean las posiciones de los yihadistas, tratando de eliminarlos con la menor cantidad de víctimas posible entre los civiles. Durante esa campaña, la circulación de convoyes humanitarios es imposible.

Por su parte, los yihadistas de al-Qaeda siguen disparando obuses hacia la capital. Antes del inicio de la ofensiva bombardeaban principalmente la embajada de Irán, en el barrio residencial de Mezzeh; las sedes de la televisión nacional y del ministerio de Defensa, en la céntrica Plaza de los Omeyas; el Centro Cultural ruso, en pleno centro de la ciudad, y la embajada de Rusia. Ahora los obuses y cohetes de los yihadistas caen en cualquier lugar. Los damascenos y los millones de sirios que rechazan la imposición de la sharia y que han buscado por eso refugio en la capital, bajo la protección del gobierno de la República Árabe Siria, tratan nuevamente de sobrevivir. Más de la tercera parte de los habitantes de Damasco prefieren mantenerse encerrados en sus casas por temor a morir alcanzados en plena calle por el bombardeo de los yihadistas. La cuarta parte de los comercios se mantienen cerrados y los servicios públicos y administraciones estatales han tenido que reducir sus actividades.

Las inevitables víctimas civiles de los bombardeos. Aunque existen bajas entre la población, sumamente lamentable, también es típico encontrarse con videos y fotografías escenificadas por los "rebeldes" para justificar acciones bélicas de las potencias extranjeras que apoyan a los terroristas de al Qaeda en la zona rural de Damasco. Ya hemos visto en múltiples ocasiones a los "cascos blancos" en sus grotescos montajes.

En esta fotografía, aunque no existe evidencia de que sea montaje, es común encontrar un patrón con otras fotografías, niños aparentemente asustados, pero en buen estado y con la cara llena de polvo, mientras sus rescatadores lucen su ropa y rostro limpio.

El Reino Unido y Francia tratan de imponer un cese de las hostilidades de 30 días en la Ghouta. Esos dos países no esconden su respaldo a la familia Alloush ni su hostilidad a la República Árabe Siria en general y a su presidente, Bashar al-Assad, en particular. El Reino Unido y Francia se negaron a asistir a la conferencia de paz de Sochi, donde estuvo representado más del 90% de los sirios –sin la familia Allush [4].

Como medio de solución de un conflicto, la guerra simplifica primeramente los problemas de forma extrema y divide a los hombres en dos bandos –nunca en tres–, contrariamente a lo que pretenden hacer creer los representantes del Reino Unido y Francia. Por desgracia, una guerra se hace matando la mayor cantidad posible de enemigos y tratando a la vez de matar la menor cantidad de partidarios propios, en la medida de lo posible. En todas las guerras, los contrincantes se ven obligados a sacrificar cierto número de sus propios seguidores, sin eso no sería una guerra sino una simple operación de policía.

Cuando la coalición occidental bombardeó la ciudad iraquí de Mosul, el año pasado, para liquidar a unos miles de yihadistas que allí quedaban, mató muchos más civiles que combatientes –entre  9.000 y 11.000 civiles, según las fuentes. Los medios de prensa occidentales saludaron con entusiasmo aquella victoria. Hoy, esos mismos medios occidentales difunden incansablemente las imágenes de dos niñas de la Ghouta en medio de los bombardeos. Ninguno se pregunta quiénes son los familiares de esas dos niñas, ni cómo aprendieron inglés. Ninguno piensa en los demás niños que mueren en Damasco bajo los obuses de los yihadistas. Todos imploran que cese la masacre.

                                          soldados sirios

La proclamación de un alto al fuego no tendría ninguna consecuencia práctica. Porque al-Qaeda estaría excluido de ese cese de hostilidades, además de que lo rechazaría. Y la Ghouta Oriental está únicamente bajo control de al-Qaeda.

En esas condiciones, lo que cabe preguntarse es por qué el Reino Unido y Francia promueven la idea de un alto al fuego irrealizable. ¿Por qué Londres y París se empeñan en dar un respiro a al-Qaeda, en detrimento de los civiles a los que oprime?


Serge Marchand


¿Y dónde están los «400 000 rebeldes moderados» que había en la Ghouta?
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NOTAS:
[1] «El Reino Unido promociona a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de mayo de 2016.
[2] «Daesh y los homosexuales», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 20 de junio de 2016.
[3] Arreglos similares ya se han aplicado anteriormente y han sido rigurosamente respetados por el gobierno sirio. Nota de la Redacción.
[4] «Consenso entre sirios en Sochi», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de febrero de 2018.

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