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16 mayo 2019

Irán, energía nuclear o bomba atómica? (6)



Qué ha sucedido tras abandonar Mr. Trump el acuerdo nuclear?. 

por Tito Andino U.
Recopilación de varias lecturas y notas de prensa.


El 9 de mayo del 2018 Andrew Korybko escribía en Eurasia Future el siguiente artículo: ¿Por qué llorar? ¡Es una gran noticia que Trump se haya retirado del trato con Irán! (Why Cry? It’s Great News That Trump Pulled Out Of The Iran Deal!).

Hace un año Mr.Trump anunciaba que se retiraba del acuerdo nuclear con Irán, lo que a decir del mencionado analista solo produjo "Confusión, nada más que confusión" con severos ataques de miedo y furia en la Alt-Media Community

Otros muchos ya lo habían previsto, esto iba a suceder "debido a un viejo plan de escenario del Brookings Institute que pedía que se ofreciera un acuerdo a Irán y luego se rompiera para lograr un amplio consentimiento público para un próximo acuerdo" 

Para Korybko, la consigna de "Guerra contra la República Islámica" tiene sus "méritos", la manipulación de la opinión pública es importante, aunque no es el último determinante sobre si vendrá una guerra o no, la realidad es que no se mide la influencia que las masas si tienen en los Estados Unidos y otros "estados profundos" occidentales (militares, inteligencia, burocracia, diplomacia); por tanto, es poco práctico una guerra, a pesar que la propaganda prepara a toda una nación.
  
La verdad es dura y fría, señala el analista, "en cualquier caso, Estados Unidos y sus aliados ya se encuentran en un estado de guerra híbrida contra Irán que la mayoría de los observadores pasaron inadvertidos en gran medida porque oscilan entre la "Revolución de Color" y la presión de una guerra no convencional"; así lo sostenía Korybko en un artículo de julio de 2016 "El plan de Estados Unidos y Arabia Saudita para solicitar un retiro iraní de Siria", es decir, inmediatamente a la firma del acuerdo nuclear. 

Afirmaba Korybko que el próximo presidente republicano descartaría el Acuerdo y como premonición escribió otro artículo para Sputnik: "Cómo el próximo presidente de Estados Unidos podría estropear el acuerdo con Irán para todos”

Pronunciado estaba ya, desde antes de la asunción de su mandato, que Trump no creía en el acuerdo porque iba contra los intereses de Estados Unidos.

Aunque suene ridículo, si uno lo analiza con calma, tal como afirma Korybko, la victoria de Trump y sus consecuentes declaraciones sobre el tema ya habían alertado y pusieron sobre aviso a los iraníes, "los iraníes deberían estar agradecidos con Trump, porque al menos es lo suficientemente sincero como para decirles que Estados Unidos nunca fue realmente su "amigo".

Esas revelaciones tenían otro objetivo, dar un impulso a la facción "principalista-conservadora" del "estado profundo" iraní que continuamente compite con sus rivales "reformistas- moderados" en la esfera de la influencia nacional iraní. Cuando Trump se retiró del acuerdo, es probable que los iraníes valoraron asumir otra estrategia, puesto que existía evidencia que Estados Unidos y sus aliados regionales hacían lo imposible para evitar que Irán ejerza su influencia al oeste de su fronteras.


Guerras Híbridas: La aproximación adaptativa indirecta al cambio de régimen. Andrew Korybko es una de las mejores publicaciones de los últimos años sobre conflictos contempóraneos y geopolítica.



De manera superficial, afirma nuestro analista, se reconoce la existencia de una Guerra Híbrida de baja intensidad que se está librando contra la República Islámica. Esto puede ser visto como mala noticia para un casual observador, al igual que las consecuencias de más sanciones estadounidenses contra el país y compañías extranjeras acusadas (sin evidencia) de supuestamente ayudar a su programa nuclear (energía). 

Cualquier sueño de una "distensión" entre los Estados Unidos e Irán, según lo previsto en la era Obama, estaba amenazado de manera irreversible; sin embargo, eso en sí mismo podría verse como un desarrollo positivo para ambas partes, especialmente para el lado iraní porque abrió una gran cantidad de nuevas oportunidades estratégicas.

Estas son las razones más importantes -según Andrew Korybko- por las que la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear debió ser celebrada y no despreciada:

- Irán dejó de hacerse ilusiones sobre la sinceridad o debilidad de los estadounidenses: Era claro que Estados Unidos, todo el tiempo, no fue sincero sobre sus intenciones y se siete lo suficientemente poderoso para retirarse unilateralmente del acuerdo, a pesar de las protestas del resto del mundo (excepto "Israel" y las monarquías wahabíes del Golfo).

- El mundo (Europa incluida) todavía respeta el trato: A pesar que compañías estadounidenses como Boeing perderán miles de millones de dólares en acuerdos pactados (que podrán compensar a través de futuros contratos militares, algunos de los cuales podrían ser pagados por los miles de millones en fondos iraníes incautados por Estados Unidos). Significa que otros pudieron y pueden tomar su lugar, siempre y cuando tengan el coraje de resistir las amenazas de sanciones que se espera de parte de los los Estados Unidos.

- Ahora Irán es más dependiente de Rusia que nuncaPor un lado, Rusia representa una "válvula de presión" insustituible para Irán a través de su nuevo acuerdo de libre comercio que brindará un alivio inigualable durante estos tiempos difíciles; por otro lado, se discute una posibilidad que los Estados Unidos y Rusia pudieren convenir algo respecto a los iraníes, alentando varios "compromisos".

- Es indiscutible que la República Islámica reorienta su enfoque estratégico hacia el este: Ante la creciente presión a lo largo de su flanco occidental (posiblemente debido en parte a que Rusia "convenció" a Siria de buscar la "retirada gradual" de los CGRI (Guardianes de la Revolución) y Hezbolá como parte de la estrategia de "equilibrio" del Kremlin. Es posible que Irán no tendrá más remedio que reconceptualizar su papel en Eurasia girando hacia el este hacia Pakistán y Asia Central mientras busca reorientar su gran estrategia.

- El anillo dorado podría finalmente ser creado: Las cinco grandes potencias multipolares de Eurasia (Rusia, China, Irán, Pakistán y Turquía) podrían profundizar su integración en un bloque como resultado del pivote oriental de Teherán y las nuevas Rutas de la Seda de Pekín y hacer "rodar los vagones" del autocolectivo, sentando de esa forma las bases tangibles para construir el legendario "Anillo Dorado" de estabilidad supercontinental.

Ha pasado un año de ese emotivo artículo, los típicos rumores y vientos de guerra soplan nuevamente en el Golfo Pérsico y otras zonas del Próximo Oriente, los portaaviones se desplazan por el Mediterráneo y las aguas del Golfo, se prevé  movilizaciones y concentraciones de contigentes militares (estadounidenses y, eventualmente, de la Otan). La consigna será la misma de siempre: "El programa nuclear iraní y el desarrollo de armas de destrucción masiva que ponen en peligro al mundo libre".



A la final no va a pasar nada, no habrá guerra, al menos no inmediata, ni una guerra directa de los Estados Unidos contra Irán, mucho menos de los miembros de la OTAN opuestos a la decisión unilateral de Trump de romper el pacto nuclear.  Son tiempos de buenos negocios alarmando a la comunidad internacional, la venta de armas (sistemas defensivos) se dispara, algo parecido al sainete anual que tiene lugar con la "crisis coreana" y los eternos rumores de guerra. Los ayatolas iraníes han dejado en claro que no habrá guerra.

Es previsible que en futuro (cercano o lejano) los iraníes tendrán que luchar contra sus enemigos y quienes están gustosos de enfrentárselos son los aliados de los Estados Unidos: Israel y Arabía Saudí (un hipotético escenario de guerra ha sido descrito en anteriores artículos referentes a esta serie dedicada a Irán).

Las tareas de desestabilización del poder iraní están operativas desde hace mucho tiempo y se recrudecen periódicamente. Recordemos el atentado terrorista en pleno desfile militar en que murieron 25 iraníes (septiembre 2018) atribuido a la mano de los saudíes; la fallida "primavera iraní" de enero del año pasado; así como el ataque directo israelí a las bases iraníes en Siria (mayo 2018) al poco de haber roto unilateralmente los Estados Unidos el pacto nuclear con Irán. Sumemos  a ello las nuevas sanciones dictadas por la administración Trump y la advertencia del Pentágono que no se retirarán de Siria mientras los iraníes sigan presentes en territorio levantino; además, la reactivación de actividades terroristas de grupos armados ilegales (kurdos) o el resurgir de la secta de la muerte terrorista MEK, más conocida como la "oposición iraní", hoy bajo auspicio de Washington. Demasiadas coincidencias.

Sin embargo, de todo lo anotado el trasfondo sigue siendo una disputa geopolítica, el intento por arrebatar a Irán el control estratégico de las rutas de navegación en la región, controlar su petróleo y otros recursos. El Estrecho de Ormuz, como bien señalaba una nota de prensa del diario español El Confidencial, no es ninguna broma, Ormuz es el embudo del petróleo mundial




Los Estados Unidos siempre han presionado a sus aliados y a otros estados del mundo para dejar de adquirir el oro negro iraní, la respuesta de Teherán se ha reflejado con su drástica postura de cerrar  el estrecho ante un embargo o intento de impedir su derecho a la libre navegación. El estrecho de Ormuz es un "cuello de botella" de 34 kilómetros de longitud en el Mar Arábigo que unifica al Golfo Pérsico y al Golfo de Omán, vía obligada por donde circula una quinta parte del crudo del mundo. Teherán lo ha advertido “Haremos que el enemigo comprenda que o todos pueden usar el estrecho de Ormuz, o ninguno”.

Por otra parte, también se habla con frecuencia sobre las ambiciones iraníes en la región y los intentos de los aliados regionales de los Estados Unidos para detener esa expansión (Israel y Arabia Saudí). No se puede tapar el sol con un dedo, es verdad que la República Islámica tiene intereses regionales, su presencia en Libano, Siria, Irak, Yemen y otros es evidente y, no solo lo es por la defensa de su comunidad religiosa (chiísmo), sino que intenta consolidarse como una potencia regional.

Su decisión de involucrarse en conflictos regionales, como los países arriba citados, se debe también a la necesidad de proteger su integridad territorial, ya se ha explicado en anteriores entregas (y aquí) que la República Islámica tiene poderosos enemigos a nivel mundial (Israel, Arabia Saudí, Estados Unidos) que apoyan acciones terroristas de grupos radicales y movimientos separatistas no solo en el Kurdistán iraní. 

Si a los israelíes debemos darles crédito con su supuestas "medidas preventivas", es decir, ampararse en el derecho a la legítima defensa para atacar en territorios extranjeros las supuestas amenazas, lo mismo debería aplicarse a la política iraní para defender su integridad territorial.

Ya revisamos como en el mes de septiembre del 2018 Irán atacó con misiles el territorio del Kurdistán Iraquí, parte del territorio de Irak, sus objetivos fueron los mandos del Partido Democrático del Kurdistán Iraní, organización que ocasionalmente se alza en armas para buscar la "independencia". A toda vista, esa acción es un acto de guerra, Irán ahora tiene la capacidad de contestar a sus enemigos atacándolos fuera de sus fronteras. 

Irán de manera directa está inmerso en la guerra por la defensa de la soberanía de la República Árabe Siria, por supuesto que sí, la presencia de miles de combatientes de los Guardianes de la Revolución y otras milicias no se discute, innegable. Cuál es la diferencia con otros escenarios? 

Integrantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán


No solo que protege la integridad territorial de Siria (solicitado por el gobierno legítimo de Damasco), también es vital para la superviviencia de Irán como nación y su derecho a mantener relaciones comerciales con el resto del mundo. La caída de Siria hubiese ocasionado el bloqueo al libre tránsito y comercio iraní hacia el Mediterráneo y la imposibilidad de conectar terrestremente con Siria y el Líbano vía Irak. 

Por sentado que cuestiones de índole religiosa también confluyen, Irán es, por usar el término, el protector de los chiíes y apoya a las milicias del Hezbolá (Líbano), Al Hashd Al Shaabi (Irak), Ansarolá (Yemen) en su lucha por la integridad territorial de esas naciones y en contra de las agrupaciones armadas wahabíes, patrocinadas por Arabia Saudí (Estados Unidos, Israel y otros), que en la práctica son los grupos de desestabilización en la región. Hemos señalado en otras ponencias que los grupos al Qaeda, Estado Islámico y cientos de milicias afínes forman parte de la corriente ideológica que divulga el wahabismo saudí, siendo utilizados para desestabilizar a los países que conforman el llamado "Eje de la Resistencia". 

Debemos olvidarnos de algo que se lee con frecuencia (de quienes defienden a Irán con buenas intenciones, afirmando que Irán nunca ha atacado a nadie); la República Islámica si ataca a sus enemigos y lo hace por las razones arriba esgrimidas, legítima defensa, un derecho contemplado en la Carta de las Naciones Unidas. 

Foto de AP, facilitada por la los Guardianes de la Revolución Iraní, el momento exacto del lanzamiento de seis misiles de alcance medio tierra-tierra contra las posiciones del Estado Islámico en Siria, ubicadas a 570 kilómetros de distancia. La acción fue secundada luego con bombardeos de drones de combate iraníes contra esas posiciones extremistas 


Irán ha utilizado misiles de medio alcance en contra de sus enemigos no solo en el selectivo ataque a la reunión de líderes kurdos iraníes en Irak, lo hizo también en territorio sirio contra las infraestructuras y depósitos de armas del Estado Islámico al este del río Éufrates. Esta demostración de fuerza iraní lleva implícito un mensaje, posee la capacidad y el poder suficiente para defenderse y evitar se le asfixie económicamente con las sanciones económicas internacionales (léase sanciones unilaterales impuestas por los Estados Unidos y sus aliados israelíes y saudíes).

Lo que en el momento está en juego es una nueva negociación (bajo presión, típico de la política internacional estadounidense) que restrinja los derechos iraníes en áreas ajenas al anterior acuerdo nuclear. El gobierno de Teherán ha expresado que no negociará un nuevo convenio bajo estas circunstancias, sus líderes expresan su intención de abandonar el acuerdo nuclear, reiniciar el enriquecimiento de uranio y aumentar su potencial bélico como contraparte. No son medidas de última hora, son estrategias elaboradas en previción del anunciado retiro unilateral de los Estados Unidos del pacto nuclear suscrito en 2015.

Y aquí es donde entra a operar la diplomacia secreta. Lo que piense Rusia y China sobre el tema será determinante en esta compleja política global.


Lecturas consultadas:

16 octubre 2017

Corea del Norte, evolución nuclear


Una corta reseña histórica del conflicto en la Península Coreana como introducción al candente tema de actualidad.


La Guerra de Corea (1950-1953) fue el primer conflicto relevante durante la denominada Guerra Fría. Sobre ella se han escrito importantes obras que narran su desarrollo, por lo que priorizamos entender el origen de la misma, algo que ha descuidado la historiografía occidental. 

Para los norcoreanos, la guerra fue provocada por Corea del Sur en connivencia con sus aliados norteamericanos. Esta postura se mantuvo en el resto del mundo socialista hasta la Perestroika (1985), cuando el líder soviético Mijail Gorbachov afirmó públicamente que el conflicto había sido iniciado por Corea del Norte.

Naturalmente que existen varios antecedentes. La ocupación del Imperio japonés de la Península de Corea antes y durante la segunda guerra mundial, muchas facciones coreanas de la resistencia anti-nipona fueron entrenadas y armadas por la Unión Soviética, su teatro de operaciones fue prioritariamente la región de Manchuria en donde surgió el mítico Kim Il Sung, quien constituirá posteriormente la República Popular Democrática de Corea.

Como sabemos, la guerra del Pacífico de los estadounidenses contra Japón terminó con la rendición del Imperio del Sol Naciente. Las fuerzas de Estados Unidos ocuparon el sur de la península de Corea, la parte norte se mantuvo todavía un tiempo bajo ocupación japonesa que fue cediendo su presencia a las tropas de la Unión Soviética. El paralelo 38 fue establecido por los EEUU. Kim Il Sung rechazó esa tácita división de la península, él manifestó: “Los imperialistas estadounidenses están maniobrando para convertir el paralelo 38 en una frontera permanente que divide nuestro territorio en dos partes y así, dividir nuestra nación”. 




El llamado a elecciones generales organizado por el Comité Popular Provisional determinó que Kim II Sung, del Partido del Trabajo de Corea (PTC), sea elegido presidente (20 octubre 1945, las elecciones fueron solo en el Norte) sin que estuviere prevista la posibilidad de establecer un estado independiente en el sur. A su vez, los Estados Unidos apoyaron en el sur a Syngman Rhee, un político exiliado que estableció un gobierno militar represivo contra las organizaciones que clamaban la unidad de toda Corea.

Harry S. Truman instaura la “Doctrina Truman” (1947) con la finalidad de “redimir” al mundo de la “amenaza comunista”. Desde entonces, Corea es vital geopolíticamente para los Estados Unidos, ya que le puso a las puertas de China y de la extinta Unión Soviética (hoy frontera rusa). Oficialmente, el 17 de julio de 1948, se crea la República de Corea (Sur), contando con el apoyo de fuerzas militares japonesas, los norteamericanos forman el Ejército de Corea del Sur (ROK Army). En contramedida, el 9 de septiembre de 1948, se erige la República Popular Democrática de Corea (Norte).

Es difícil encontrar material historiográfico que no sea pro norteamericano, normalmente se acepta que los norcoreanos se hallaban motivados por el triunfo comunista en China (1949) y la fortaleza de la URSS con la bomba atómica, razón que, presuntamente, estimuló que el 25 de junio de 1950 cruzaran el paralelo 38 rumbo a Seúl. Corea del Norte siempre ha argumentado que en el sur, gobernado por Syngman Rhee, se reprimía duramente a los coreanos que en un gran porcentaje apoyaban al Norte, también el Norte era sometido a periódicos ataques de bandas paramilitares auspiciados por los EEUU y sudcoreanos.

Se discute también el papel de la URSS, a pesar de su apoyo militar al Norte, muchos expertos en la materia afirman que el líder soviético (Stalin) no tenía intenciones que se desatará una guerra entre las Coreas. El papel chino también es fundamental, una vez que los EEUU cruzaron el paralelo 38, Mao Tsé Tung envió tropas en apoyo del Norte.

El rol de los surcoreanos, apoyados por los estadounidenses, también fue una política agresiva de sus dirigentes, Syngman Rhee anhelaba atacar, estaban convencidos que podrían tomar Pyongyang en un solo día, además, como hemos dicho, las provocaciones abiertas de grupos paramilitares surcoreanos en territorio del norte estaban a la orden del día, mucho antes del estallido del conflicto abierto.

Kim Il Sung era consiente que su inferioridad en material y en hombres, ante ese hecho recurrió a la URSS y a China para salvar estas carencias.

El 25 de junio de 1950, las tropas norcoreanas intervienen en Corea del Sur y rápidamente llegan a Seúl, los EEUU convocan al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, responsabiliza a Norcorea del estallido de la guerra y solicita el cese la agresión. A los pocos días se aprueba la Resolución que condena el ataque y que aprueba defender Corea del Sur.

Este último acto político de la ONU solo pudo ser realizable a través de una hábil maniobra diplomática. China no estaba representada por el embajador de la República Popular China de Mao Tsé Tung, sino por un delegado chino exiliado en Taiwán, la URSS protestó y se retiró de la deliberación. No había más que discutir, las puertas de la intervención armada de los Estados Unidos y de algunos países, en nombre de la Naciones Unidas se hacía efectiva, desatándose una cruenta guerra.

Preguntas: 

Qué hubiese pasado si el delegado de Stalin se mantenía presente en el Consejo de Seguridad, los soviéticos tenían derecho al veto e impedido, al menos, que se utilice el nombre de las Naciones Unidas para desencadenar el conflicto. Fue intencional esa reacción de Stalin? Temía que la vigente Guerra Fría enfrentara directamente en territorio coreano a las grandes potencias nucleares?.

El resto es ya historia documentada…

Algo que si debe quedar puntualizado es que los Estados Unidos han pretendido, siempre, instalarse en la frontera china. La guerra económica de los Estados contra China está ya vigente, en todo el Lejano Oriente y en el Próximo Oriente el objetivo es destruir los intereses económicos chinos. Es cuestión de tiempo para una gran confrontación armada entre estos dos grandes colosos.



                                                                                            t. andino
                                                                                       (editor del blog)



A continuación ponemos a su disposición las siempre interesantes ponencias de actualidad del politólogo italiano Manlio Dinucci, los artículos originales corresponden al diario “Il Manifesto” (Italia), reproducidos y traducidos por Red Voltaire.



*****


Tecnología estadounidense en la bomba norcoreana



Por Manlio Dinucci



Mientras el mundo se inquieta por los ensayos nucleares de Corea del Norte, Manlio Dinucci nos recuerda que la tecnología que posee Pyongyang proviene en parte de Estados Unidos. Se la vendió, como hombre de negocios, el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, especializado –como político– en atacar países a los que acusa de haber comprado armamento sensible.

Después de que Pyongyang anunciara haber realizado una explosión subterránea de ensayo de una bomba de hidrógeno, el presidente estadounidense Barack Obama, aunque poniendo en duda que en verdad se trate de una bomba de hidrógeno, pide «una respuesta internacional fuerte y unida ante el comportamiento inconsciente de Corea del Norte».

Pero “olvida” que fue precisamente Estados Unidos quien proporcionó a Corea del Norte las tecnologías más importantes para la producción de armas nucleares. Nosotros mismos documentamos esto hace 13 años [1].

La historia comienza cuando, después de haber sido secretario de Defensa de la administración Ford en los años 1970 y –en los años 1980– consejero del presidente Reagan para los sistemas estratégicos nucleares, Donald Rumsfeld entra, en 1996, en el consejo de administración de la firma ABB (Asea Brown Boveri), grupo líder en tecnologías para la generación de energía. Rumsfeld recurre de inmediato a su influencia para lograr que Washington autorice esa empresa a proporcionar tecnología nuclear a Corea del Norte, a pesar de que ya se sabía que ese país tenía un programa nuclear de carácter militar.

Menos de 3 meses más tarde, el 16 de mayo de 1996, el Departamento de Energía de Estados Unidos anuncia haber «autorizado ABB Combustion Engineering Nuclear Systems, empresa enteramente controlada por ABB, a proporcionar una vasta gama de tecnologías, equipos y servicios para la proyección, construcción, manejo operativo y mantenimiento de dos reactores en Corea del Norte». El Departamento de Energía de Estados Unidos –responsable no sólo de la industria nuclear civil sino también de la producción de armamento nuclear– sabía que aquellos reactores podían ser utilizados con fines militares y que los conocimientos y tecnologías entregados también podían ser utilizados para el desarrollo de un programa nuclear de carácter militar.

Así pudo ABB firmar con Corea del Norte, en el año 2000, dos grandes contratos para la «entrega de componentes nucleares». En aquel momento, Donald Rumsfeld todavía era miembro del consejo de administración de ABB, del que siguió siendo miembro hasta enero de 2001, cuando se convirtió en secretario de Defensa de la administración Bush.

En 2003, Corea del Norte anuncia que se retira del Tratado de No Proliferación (TPN), al que había entrado en 1985. Se iniciaron entonces las «conversaciones entre Seis» (Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Corea del Norte y Corea del Sur), que se interrumpieron en 2006, cuando Corea del Norte realiza el primero de sus 4 ensayos nucleares. Las conversaciones fueron retomadas después, pero se interrumpieron nuevamente en 2009. Pero Pyongyang no fue el único responsable de esa interrupción. Ante el hecho que Estados Unidos sigue violando el Tratado de No Proliferación, a pesar de ser su primer firmante, en Pyongyang llegaron simplemente a la conclusión de que más vale tener armas nucleares que no tenerlas.

























El Tratado de No Proliferación obliga a los Estados dotados de armas nucleares a no transferirlas a otros Estados (Artículo 1) y también obliga a los Estados no poseedores de armas nucleares a no recibirlas (Artículo 2). Al mismo tiempo, también obliga a todos los Estados firmantes, comenzando con los poseedores de armas nucleares, a adoptar «medidas eficaces a favor del cese de la carrera armamentista nuclear y del desarme nuclear» hasta que exista «un Tratado que establezca el desarme general y completo» (Artículo 6). Y también obliga a todos los Estados firmantes a «renunciar, en sus relaciones internacionales, al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier otro Estado» (Preámbulo del TPN).

¿Es Estados Unidos un ejemplo sobre cómo operar en materia de desarme nuclear? A un costo de 1 000 millones de dólares, Estados Unidos ha iniciado un plan para reforzar sus fuerzas nucleares con otros nuevos 12 submarinos de ataque –armados cada uno con 200 ojivas nucleares– y 100 bombarderos estratégicos más –con más de 20 ojivas nucleares cada uno. Simultáneamente, violando el Tratado de No Proliferación, Estados Unidos está a punto de almacenar en 5 países de la OTAN –cuatro Estados europeos y Turquía, que por consiguiente también violan así el Tratado de No Proliferación– unas 200 nuevas bombas nucleares del tipo B61-12. Setenta de esas bombas nucleares estadounidenses, con una potencia equivalente a 300 bombas como la de Hiroshima, irán a Italia. Mientras tanto, las fuerzas nucleares de Estados Unidos y la OTAN, incluyendo las de Francia y Reino Unido, disponen en total de unas 8 000 ojivas nucleares, de las cuales 2 370 están listas para ser utilizadas en cualquier momento. Si sumamos las que poseen China, Pakistán, la India, Israel y Corea del Norte, resulta un estimado total de 16 300 ojivas nucleares, 4 350 de las cuales están listas para ser utilizadas. Pero la carrera armamentista sigue adelante, sobre todo con la modernización de los arsenales.

Con la primera guerra contra Irak, en 1991; la guerra contra Yugoslavia, en 1999, la invasión de Afganistán, en 2001; la invasión de Irak, en 2003; la guerra contra Libia, en 2011 y la guerra desatada contra Siria desde 2013, Estados Unidos y la OTAN nos ofrecen probablemente más “ejemplos” de cómo «renunciar al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia de todo Estado». Como también lo hicieron seguramente con el golpe de Estado de Ucrania, que forma parte de la nueva guerra fría y de la reactivación de la carrera armamentista nuclear.

Es así como la aguja del llamado «Reloj del Apocalipsis», el índice simbólico del Bulletin of the Atomics Scientists que indica a cuántos minutos nos encontramos actualmente de la funesta medianoche de la guerra nuclear, se desplazó de las 12 menos 5 minutos, en 2012, a las 12 menos 3 minutos, en 2015 [2].

Pero la razón de ello no es tanto el «comportamiento inconsciente» de Pyongyang como el «comportamiento consciente» de Washington.


Corea del Norte en el gran juego nuclear




   Imagen del film “Dr. Insólito o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba”.



Manlio Dinucci señala que la crisis alrededor de Corea del Norte nos hace perder de vista el verdadero problema. El problema no es que Pyongyang tenga la bomba atómica sino las increíbles proporciones de los arsenales nucleares que poseen las grandes potencias, que otros 35 países estén a punto de adquirir armas atómicas y el hecho innegable que, ante la estrategia de Estados Unidos, los poseedores de armamento nuclear están realmente más protegidos que los demás.


Los proyectores político-mediáticos, enfocados en los ensayos nucleares y balísticos norcoreanos, dejan –como siempre– en la sombra el contexto general que rodea esos ensayos: el de una creciente carrera armamentística que, mientras que mantiene un arsenal nuclear capaz de borrar la especie humana de la faz del planeta, apuesta por el uso de ojivas y de vectores de alta tecnología cada vez más avanzados.

La Federación de Científicos Estadounidenses estima que Corea del Norte ya tiene «materia fisible suficiente para producir 10 o 20 ojivas nucleares, pero no hay pruebas disponibles de que haya puesto en disposición operativa ojivas nucleares susceptibles de ser transportadas mediante misiles balísticos».

También según la Federación de Científicos Estadounidenses, Estados Unidos posee 6 800 ojivas entre las que se cuentan 1 650 ojivas estratégicas y 150 no estratégicas ya listas para ser utilizadas en cualquier momento.

Agregando las 300 de Francia y las 215 del Reino Unido, las fuerzas nucleares de la OTAN disponen de 7 315 ojivas nucleares –entre ellas 2 200 ojivas listas para su lanzamiento– ante las 7 000 de Rusia, de las que 1 950 están listas para el lanzamiento.

Según la Federación de Científicos Estadounidenses, hay alrededor de 550 ojivas nucleares estadounidenses, francesas y británicas desplegadas en Europa, próximas al territorio de Rusia. Para ser más claros, es como si Rusia hubiese desplegado en México cientos ojivas nucleares apuntando hacia Estados Unidos.

Agregando las ojivas nucleares de China (270), Pakistán (entre 120 y 130), la India (entre 110 y 120) e Israel (80) el total de ojivas nucleares puede estimarse en alrededor de 15 000. Pero esos estimados son aproximativos, casi seguramente por defecto, y la carrera armamentista prosigue con la constante modernización de ojivas y vectores.

A la cabeza de esa carrera está… Estados Unidos, país que efectúa constantemente ensayos con los cohetes balísticos intercontinentales Minuteman III y se dispone a reemplazar estos últimos por otros más modernos, con un costo aproximado de 85 000 millones de dólares. El Congreso estadounidense aprobó en 2015 un plan –con un costo aproximado de 1 000 millones– destinado a potenciar las fuerzas nucleares con 12 nuevos submarinos de ataque –a un costo de 7 000 millones cada uno– que llevarán cada uno 20 cabezas nucleares. En ese mismo marco entra el reemplazo de las bombas atómicas estadounidenses B61, almacenadas en Italia y en otros países de Europa, por las nuevas B61-12, que son armas destinadas a asestar un primer golpe. La modernización de las fuerzas nucleares estadounidenses incluye además el supuesto «escudo antimisiles» que neutralizaría la respuesta del enemigo ante un primer golpe nuclear, como el que Estados Unidos ha instalado en Europa contra Rusia y en Corea del Sur, no contra Corea del Norte sino en realidad contra China.

Rusia y China están acelerando la modernización de sus fuerzas nucleares, para impedir que el otro bando tome ventaja. En 2018, Rusia desplegará un nuevo misil balístico intercontinental, el Sarmat, con un alcance de 18 000 kilómetros, capaz de transportar entre 10 y 15 ojivas nucleares y que, en el momento de su reentrada en la atmósfera –a velocidad hipersónica (más de 10 veces la velocidad del sonido)– puede incluso realizar maniobras evasivas para escapar a los misiles interceptores y penetrar así el «escudo».







En esa situación, en que un círculo restringido de Estados monopoliza las armas nucleares y en que quien posee ese tipo de armamento amenaza al que no lo posee, es cada vez más probable que otros Estados traten de obtener armamento nuclear y que lo logren. Además de los 9 países que ya disponen de armas atómicas, hay alrededor de 35 más capaces de construirlas.

Pero los periódicos y la televisión no hablan de eso, mientras que se dedican a sembrar la alarma sobre Corea del Norte, país al que se denuncia como única fuente de una amenaza nuclear. Y tampoco se habla de una lección que Pyongyang dice haber aprendido cuando recuerda que Kadhafi renunció totalmente a cualquier forma de programa nuclear y autorizó inspecciones de la CIA en territorio libio. Pero eso no salvó a Libia cuando Estados Unidos y la OTAN decidieron destruirla. En Pyongyang estiman que si Libia hubiese tenido armas nucleares, nadie se habría atrevido a atacarla. Y otros pueden hacer ese mismo razonamiento y llegar a la conclusión de que, en la actual situación mundial, más vale tener armas nucleares que no tenerlas.

Mientras que esa lógica peligrosa hace crecer las probabilidades de proliferación nuclear, el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares que la gran mayoría de los países miembros de la ONU adoptó en julio pasado está siendo ignorado por las potencias nucleares, por los miembros de la OTAN y por los principales socios de ese bloque militar (Arabia Saudita, Ucrania, Japón y Australia). Es necesaria una gran movilización para que nuestro país [Italia] también se sume al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y ordene, por consiguiente, que las armas nucleares estadounidenses sean retiradas del suelo italiano, donde su despliegue constituye de hecho una violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, ya ratificado por Italia.

A falta de conciencia política, deberíamos confiar al menos en el instinto de conservación.


                                                                           Manlio Dinucci
                                                               Il Manifesto (Italia) / Red Voltaire
NOTAS: 
[1] «Donald Rumsfeld a fourni de la technologie nucléaire à la Corée du Nord », por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Réseau Voltaire, 5 de febrero de 2003.
[2] «A sólo 3 minutos de la medianoche», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia) , Red Voltaire, 28 de enero de 2015.

11 octubre 2017

Kim Jong-un y Donald Trump, dos “locos” muy singulares.




































Breve relato de las crisis anuales en la Corea dividida.


por Tito Andino U.


La eterna rivalidad y crisis anual de movilizaciones, maniobras bélicas, ensayos de misiles, disputas diplomáticas y ataques masivos de desinformación entre Corea del Norte, por un lado; y, los Estados Unidos/Corea del Sur, por otro, es pan de cada año. Hasta las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad suelen lanzar amenazas a Pionyang por probar misiles balísticos de corto y largo alcance. En fin, una combinación de gritos y dialogo entre bastidores, es característico durante un corto lapso de tiempo anual.


De mucho ruido y pocas nueces se podría calificar esta especie de circo internacional. Para quien quiere hacer memoria bastará recordar que es ya una “tradición” realizar maniobras militares conjuntas entre los EEUU y Corea del Sur, ya sea por cielo, mar o tierra, dentro del espacio territorial del último y en aguas interncionales. Esto suele ser respondido por el Norte advirtiendo con su clásica política de tomar represalias y amenazando con un ataque masivo, si se viola su soberanía; por lo mismo, también es usual que los norcoreanos desplieguen sus tropas, ensayen sus armas, incluidas las nucleares.

Para los medios de desinformación masiva es un titular que cada año vende mucho. Los políticos de parte y parte se insultan, se advierten de ataques preventivos o con una inminente guerra, desatándose las alarmas y pánico en el mundo. 

Es una época ideal para los especuladores financieros internacionales, quienes consiguen pingues negocios, gracias al “preludio anual” de posible “declaración” de guerra, dedicándose a jugar con la caída de las bolsas ante el forjado temor.

Por supuesto, está dentro de la lógica, que las acciones de Estados Unidos y Corea del Sur no solo buscan agotar a Corea del Norte psicológica y económicamente, la provocan, miden sus reacciones, sondean la posibilidad de llevarla a un conflicto bélico. Las amenazas provocan otras amenazas. Tanto va el agua al cántaro que al final se rompe, los norcoreanos disponen de armas nucleares y ahora el juego ha pasado a otro nivel, algún momento las cosas pudieren salirse de control, sino hay un dialogo sincero.

 


Estos días están de moda dos “locos”

El presidente estadounidense Trump y el heredero norcoreano Kim Jong-un. Pero, ni el uno ni el otro están lo suficientemente fuera de sus cabales para ir a una guerra sin retorno, la histeria colectiva que se desata todos los años es previsible mantenga su acalorado ritmo hasta que no se firme algún tratado (de paz, económico, político).

En conclusión, a menos que alguien se vuelva literalmente loco, la escenificación que vivimos cada año se mantendrá, un corto periodo de tiempo en que se hacen buenos negocios de armas y otras ganancias implícitas desatadas por las alarmas de la política.

Por qué me parece que el orden dentro de ese caos mantendrá el statu quo vigente?. Es evidente. Tras todo el sainete, la diplomacia de verdad – no la fantástica que nos muestran los medios – trabaja sigilosamente, apartada del mundanal ruido mediático.

Decir que Kim Jong-un está perdiendo el juicio o que Trump padece problemas mentales, es subestimar la realidad. Propios mandos de la CIA clasifican a Kim Jong-un como “un actor muy racional", muy lejos de ser el “hombre misil”, despectivo calificativo que Trump hacía a su colega de “locuras”.



Evidentemente esa “chifladura” compartida también es aplicada en casa del presidente estadounidense, recientes notas de prensa dieron a conocer que un grupo de 35 psiquiatras firmaron una carta alertando de los problemas mentales de Trump… Vaya usted a saber, estamos manejados por puro “locos” en el mundo… En esa consonancia, el “hombre misil” ha respondido a los Estados Unidos y sus aliados con utilizar armas nucleares.

Volviendo a las notas de prensa, la cadena rusa RT expresaba, hace pocos días, que la CIA ha contradicho a su Jefe, al parecer este organismo de inteligencia afirmó que la última persona que quiere un conflicto armado en la península coreana es Kim Jong-un, según la Agencia su principal esperanza es "gobernar por un periodo muy largo y morir en paz en su propia cama".

Yong Suk Lee, subirector adjunto de la CIA en el Centro de Misión para Corea afirmó que
"Tenemos la costumbre en este país y en todas partes de menospreciar de algún modo el conservadurismo que rige en aquellos regímenes autoritarios, pero, probablemente, ese es el interruptor más importante en cualquier conflicto… si dejamos aparte la bravuconería y la retórica (Kim Jong-un) no está nada interesado en involucrarse en un conflicto directo con Estados Unidos y sus aliados". (Agencia EFE reproducido por RT. Declaraciones de Suk Lee en la conferencia 'Ética y el Oficio de la Inteligencia',  CIA - Universidad George Washington – 4 octubre 2017).

Si habrá o no una guerra en la península coreana con implicación de arsenal nuclear es meramente especulativo, la diplomacia secreta intenta evitar que los “cariñosos” epítetos de bando y bando no pasen de eso. Rusia y China también actúan con sigilo para impedir un escalamiento de tensiones. 
Mientras sea tan provechosa la “guerra de amenazas” para todas las partes implicadas, a nadie conviene una hecatombe nuclear. La política norcoreana de disuasión armada (nuclear) es un poderoso aliado contra las siempre latentes amenazas estadounidenses.

Continuaremos en la siguiente entrega con un análisis de Manlio Dinucci sobre las tensas relaciones intercoreanas y las repercusiones en la política internacional.  



POS-ADDENDUM


23 abril 2018


Que Trump y Kim Jong-un vayan a reunirse es algo que mucha gente se niega creer, las condiciones están dándose. 

Conversaciones diplomáticas, reuniones de diferente tipo, disposición de los mandatarios de las dos coreas y estadounidenses están cambiando las reglas de juego que cada año nos tienen acostumbrados a los típicos "vientos de guerra" entre estos países. 

- Quien más gana de todo esto es, sin duda, el líder norcoreano, a su país le urge firmar un tratado de paz con Corea del Sur, si quiere sobrevivir en una economía mundial que le ha cerrado las puertas.
- Poder mantener relaciones comerciales libremente con otros países es algo que ha estado vetado a los norcoreanos más de medio siglo.
- Norcorea no puede seguir sosteniéndose económicamente, a pesar de todos los esfuerzos y sacrificios que hace el gobierno y la propia sociedad, esperando la siempre oportuna asistencia de China.
- Corea del Norte necesita, imperiosamente, poder unirse a exitosos modelos económicos regionales.
- La única forma para conseguirlo es rubricando un Tratado de Paz con sus hermanos del Sur. Las negociaciones siguen en buen camino. 
- Se espera grandes sorpresas, una nueva reunión intercoreana ha celebrarse el próximo 27 de abril puede develarnos algo interesante. Expertos afirman que podría lograrse una declaración conjunta que anuncie el final del largo conflicto entre las dos naciones.
Si Mr. Trump no se pone alevosamente "loco" y Kim Jong-un no comete otra "locura", este par de "locos" pueden poner un poco de cordura en este mundo "loco". 

Las cosas pueden ir por buen camino para los norcoreanos. Hay que recalcar que, lo último que ha deseado Corea del Norte, a lo largo de los años, es una guerra con los Estados Unidos. Está claro que Norcorea, para sobrevivir ante retóricos discursos amenazantes, no tenía otra opción que armarse, tomar una posición de fuerza que ha privado de muchos recursos a la población.


El programa de tecnología nuclear y desarrollo de misiles fue vital para Norcorea, eso y solo eso impidió que el país sea atacado o invadido. La persuasión nuclear siempre ha sido efectiva, no solo en este caso, sino entre las potencias mundiales, Mas, los norcoreanos no tienen forma de seguir manteniendo ese statu quo, privándose del desarrollo industrial en áreas claves para una economía sostenible. A ello debe sumarse la clara advertencia de China y hasta de Rusia que no están dispuestas a tolerar un conflicto nuclear cerca de sus fronteras. 


Hoy, Kim Jong-un ha declarado la suspensión del lanzamiento de misiles y pruebas  nucleares, aspira negociar convenientemente el desarme nuclear no solo de su país sino que exhorta a un plan más amplio que involucre a todos. Tal vez pide demasiado en lo último, pero por algo se empieza.



Al final King Jong-un no está tan loco... Trump tampoco.

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