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30 abril 2015

Irán, energía nuclear o bomba atómica? (3)


Tercera Parte




por: Tito Andino U.



Negociaciones, rumores de guerra y asesinatos.


Desde inicios de la guerra fría el mundo se ha mantenido en una PAZ ARMADA, el equilibrio de fuerzas, la disuasión y persuasión nuclear entre Rusia y Estados Unidos ha evitado conflictos de esa magnitud, nadie mejor que esas potencias saben que lo único que conduce una conflagración atómica es a la destrucción total de la humanidad.

A pesar que la OIEA ha auspiciado la firma de tratados de no proliferación de armamento nuclear ratificados por las grandes potencias, nos encontramos en la etapa del resurgir del armamento nuclear, “modernización” de los arsenales, afirman. A pesar de reducir en buen número esas unidades (generalmente obsoletas que han cumplido su vida útil), los repotenciados o recambiados misiles balísticos intercontinentales son más letales que nunca.     

Entrando al caso iraní, los medios de negociación existen desde hace por lo menos dos décadas, aunque no los hayamos percibido en su tiempo, siempre estuvieron en pleno rodaje. Seguramente esos contactos diplomáticos con Teherán, públicos y reservados, no se divulgaron por obvias razones.

Concomitante con las discusiones, en teoría, todos los caminos legales establecidos en el Derecho Internacional han sido agotados: sanciones económicas, embargos, bloqueos, rupturas diplomáticas, etc. Dentro de ese marco jurídico, de conformidad con leyes y costumbres de guerra (Convenciones de Ginebra) el siguiente paso sería otorgar o “legitimar”, por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, carta abierta para emprender acciones armadas contra la República Islámica de Irán. Naturalmente, quien efectivizará, en ese supuesto, una acción militar es la “policía mundial”, es decir, los Estados Unidos. Dentro de la concepción, caduca ya, del ordenamiento jurídico internacional, debemos entender que una autorización de la ONU para emprender acciones militares pudo, puede o podrá llegar en cualquier momento.

Para quien conoce como funciona el Derecho Internacional en tiempos de paz y en tiempos de guerra, podrá vislumbrar a que me refiero en el párrafo anterior. Incluso para declarar una guerra “legítima” o “justa”, que son nociones amparadas en el marco de las Naciones Unidas, se debe seguir rigurosos procedimientos (en teoría, en la práctica es otra realidad). Todo lo que hemos visto durante años:  Sanciones, bloqueos económicos, etc, son acciones aparentemente legítimas, aunque dadas las circunstancias actuales, politización y dominio de las Naciones Unidas por una sola superpotencia (Estados Unidos), se han transformado en acciones injustas, manipuladas y rechazadas por la verdadera comunidad mundial quien aprecia como el Derecho Internacional se ha convertido en un subterfugio legal para desencadenar sus guerras particulares, económicas e imperialistas en contra de las naciones que se oponen a la grotesca visión del supercapitalismo o globalización. (1)

El escenario es que no hay experto en el mundo que no concuerde en que Irán, de ser atacada, pondrá todos sus recursos para desarrollar su propia arma disuasoria nuclear en sus instalaciones subterráneas, “saldrían del Tratado de No-Proliferación nuclear y echarían a los inspectores de la Agencia Atómica Internacional y se apresurarían en obtener una bomba. Como han dicho altos mandos militares estadounidenses, bombardear Irán es la manera más rápida de asegurarse que Irán tenga una bomba”. (Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní Estadounidense) (2)

Por ahora, dejando el pesimismo a un lado, aunque a muchos les cueste aceptar, Barak Obama se ha mantenido por años (prácticamente en todo su gobierno) intentando disuadir a Israel de un ataque, es obvio que no lo hace por altruismo sino en búsqueda de perfeccionar su plan de consolidación en el Lejano Oriente para lo cual debe arreglar la situación, por el momento en el Medio Oriente (este asunto lo abordaremos en la próxima y última entrega sobre el caso iraní).

Israel ni con todo el respaldo del “sionismo mundial”, de la poderosa AIPAC dentro de los Estados Unidos, de los “banqueros judíos” y algunas otras especulaciones poco creíbles, no ha conseguido el apoyo para un ataque conjunto y masivo, mediante bombardeos selectivos a las centrales nucleares iraníes.

Por otro lado, Israel hace lo imposible para sabotear cualquier programa tendiente a la investigación nuclear y un potencial uso  en armamento de esa índole por parte de sus enemigos regionales. Israel ha expresado, una y otra vez, no excluir el uso de la fuerza, aun a costa de las normas del  derecho internacional, cosa que hace siempre que se cree amenazado.

Estados Unidos quizá esperó observar los efectos resultantes de las sanciones económicas y embargos impuestos a Irán, las cuales parecen no haber afectado en casi nada al país persa, salvo por escasez de productos extranjeros no vitales para la subsistencia.

Irán manejó durante mucho tiempo un discurso fuerte, porque no quería dar muestras de debilidad, sobre todo en el mundo árabe. Las reuniones del G5 +1 anunciaron un acuerdo, con un compromiso de las partes ha ser cumplido por etapas, fue previamente anunciado en Ginebra, el 24 de noviembre de 2013. Como hemos dicho se dieron negociaciones secretas de alto nivel entre Washington y Teherán entre el 2011 a marzo de 2013, cuando aun  estaba en la presidencia Mahmud Ahmadinejad.

Nosotros, como observadores, solo teníamos una percepción creada especulativamente, creíamos desde hace mucho tiempo que la tercera guerra mundial era inminente debido al intercambio de amenazas y falsos ultimátum, lo que no era tan cierto. Una cosa era segura en ese entonces, no habría una guerra mundial, como pronosticaban muchos, simplemente no lo sabíamos.

No obstante, debemos recordar, planes para atacar Irán existían y existen en el presente por parte de los Estados Unidos y, claro es, de Israel. Una fecha de ataque estaba programada para el año 2003, discrepancias entre miembros de la OTAN filtraron estos datos y el ataque fue aplazado. Es indiscutible que atacar Irán está dentro de la agenda imperialista, recordando que el pretexto lo brindaba, en bandeja, el propio ex presidente del estado iraní con sus discursos candentes; ahora, la posición iraní con el presidente Rohani parece tender más a la conciliación.
  



Por lo visto, la guerra tampoco es inevitable. Irán juega su papel y no pretende aparecer cediendo sus posiciones por agotamiento, son cosas de diplomacia astuta. Si en algo estamos de acuerdo todos es que Irán no representa una amenaza para las superpotencias, por lo mismo, Irán sabe que una guerra, por la cuestión nuclear, solo le conducirá al desastre total.

Las consecuencias para Irán serían fatales en caso de un ataque nuclear israelí, en un estudio titulado 'Guerra nuclear entre Israel e Irán: Mortalidad más allá de los límites', elaborado por investigadores estadounidenses “un ataque israelí con cinco armas nucleares de 500 kilotones cada una mataría a siete millones de personas, el 86% de la población de Teherán, y dejaría cerca de 800.000 heridos, según predicciones realizadas”. “Un ataque nuclear en la ciudad de Arak, donde se encuentra una planta industrial de agua pesada para el programa nuclear iraní, podría matar al 93% de sus 424.000 residentes”. Infundir temor? No lo sabemos. (3)

Una cosa si es segura en este juego de estrategias, desinformaciones y guerra psicológica, Rusia vuelve a dar su apoyo a Irán, aunque es dudoso que intervenga militarmente en caso de conflicto bélico regional con Israel.

Las cosas se habían enredado cuando, años atrás, Rusia también percibía a Irán como factor de inestabilidad, no en desafío a su poder, sino como elemento desestabilizador de una zona geopolítica donde Rusia y en el pasado la URSS han ejercido cierto predominio, es su zona de “influencia natural”, como dicen los geopolíticos. Lo cual conllevaría a que esa nueva potencialidad de Irán, como país nuclear, haga variar, inevitablemente,  las alianzas regionales. Esto quedó patente cuando Rusia, pese a los acuerdos suscritos, se negó proveer a Irán del sistema de misiles antiaéreos S-300, uno de los más sofisticados medios de defensa convencional, lo hizo no solo por acatar el embargo de armas, sino por las dudas que también despertaba en Rusia el locuaz Ahmadinejad.

Esa política de desconfianza parece haber concluido. Hoy Rusia respalda políticamente a Irán, ha sido Rusia quien ha tomado de la mano a Irán y sentado en la mesa de negociaciones de los 5+1, muestra de ello es la decisión de cerrar su compromiso de dotar a la nación persa de los sistemas S-300, a disgusto de Israel.


La incógnita de Israel. 200 cabezas nucleares son “suficientes”?



Nadie “percibió” nada hasta que los hechos estaban consumados, Israel apareció súbitamente como potencia nuclear, dotada de armamento de ese calibre. Ninguna potencia occidental quiere asumir su responsabilidad por un acto que viola el Tratado de No Proliferación Nuclear, peor aun tratándose de la zona más sensible del mundo en cuanto a inestabilidad política, geográfica y religiosa. 

En estos días, un diario alemán, 'Die Welt', afirmó que en 1960, la entonces República Federal de Alemania contribuyó significativamente con el desarrollo del programa nuclear israelí, concediéndole bastos recursos económicos  (4)

La construcción del reactor nuclear israelí de Dimona fue uno de los mejores secretos durante largos años, no se sabe si los rusos tenían algún tipo de conocimiento previo. Estados Unidos lo sabía, el Reino Unido sin duda lo sabía también, documentos recientes desclasificados afirman que ese proyecto ya tenía vida en 1955, bajo el gobierno de David Ben-Gurion en Israel.

Las fuentes afirman que el proveedor inicial del reactor y la tecnología conjunta era francesa (nuevamente aparece Francia, recordemos que años más adelante entregó esa tecnología a Irak, pero la diferencia estriba en que el programa israelí fue consentido expresamente para obtener la bomba atómica y el iraquí no). Un apacible estado como Noruega se habría encargado de facilitar el agua pesada y los Estados Unidos asumiría “el camuflaje para el conjunto, sobre todo, como una manera de ocultar el proyecto Dimona del propio EE.UU.". (5) Todo se enterró en el más alto secreto.

En 1960, Ben-Gurion aceptó que su país construía un reactor nuclear, para fines pacíficos. Occidente aplaudió esa actitud “pacifista”. En marzo del 2015, el gobierno de los Estados Unidos, oficialmente, se acordó de admitir que el estado de Israel posee armas nucleares que sigue fuera del ámbito del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Según Irán, Israel posee 200 cabezas nucleares. Israel, que no reconoce el número de artilugios nucleares que posee, sostendría, en el mejor de los casos, que ese arsenal nuclear es el arma disuasiva ante sus enemigos del “eje del mal” en el Medio Oriente (Irán, Irak, Siria, Líbano). No tenemos claro en que eventualidad lo usaría, dada su chocante política de “guerra preventiva”, se dice que en el supuesto caso de ser atacados con armas nucleares u otro tipo de arma de “destrucción masiva”, Israel utilizará ese recurso ante una potencia agresora.


                                Foto: AFP/Jack Guez. Reactor nuclear israelí Dimona


Hoy, la “amenaza” que siente Israel es Irán. Ya hizo todo lo que tenía que hacer para destruir Siria (a pesar de su pronosticada victoria, Siria no podrá levantarse del golpe recibido, necesitará al menos dos generaciones para resurgir. Siria, hoy, no es una amenaza militar para Israel). Al Líbano lo mantiene en permanente estado de alerta y golpea con grupos terroristas, cuando las circunstancias ameritan o con infiltraciones aéreas para atacar bases del Hezbolá. Irak hace mucho que dejó de representar un peligro para Israel, sumergida en una guerra interminable, lucha por sobrevivir como estado unitario. Es el turno de Irán.

Israel, de común acuerdo con los Estados Unidos o por iniciativa propia, ha manifestado su rechazo a cualquier iniciativa que consienta mantener operativo el programa nuclear iraní, su reiterado sabotaje y espionaje a las negociaciones o el incremento de actividades clandestinas para cortar el avance del programa iraní, no han tenido freno nunca.

El pecado de Irán es haber pretendido y conseguido, pese a toda la violenta oposición, llevar su propio programa de investigación nuclear. Los primeros intentos de parar, a cualquier precio, ese empeño fueron las ya tempranas acusaciones contra Irán por dos poderosos atentados en suelo argentino; sin duda, eso consiguió uno de los objetivos mediatos, detener la cooperación Argentina para proporcionar combustible nuclear a Irán. Los atentados de Buenos Aires, en 1992 y 1994 fueron decisivos y cimentaron, aun más, la posibilidad de acusar a Irán de promover el terrorismo en el mundo.  

Sin duda, lo mejor que pudo pasar en beneficio de Israel, Estados Unidos y sus aliados es que poderosas bombas destruyeran los edificios de la Embajada de Israel en Buenos Aires en marzo de 1992 y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en julio de 1994. Que conveniente y oportuno suceso! Acusar a Irán fue lo más fácil, aunque hasta hoy solo existen contradicciones y más errores en las actuaciones judiciales, peritajes, testigos, falta de coherencia en las resoluciones legales. El caso AMIA es un ejemplo claro de la manipulación política de un sangriento crimen, que dadas las circunstancias beneficiaban a los opositores de Irán.

Más de 20 años acusando a Irán, más de veinte años de enajenadas consignas con un solo propósito, detener el desarrollo e investigación en el campo nuclear de la nación persa, a costa de monstruosos asesinatos. 

Lastimosamente no es todo, el mismo Irán, dentro de su territorio, no ha escapado del blanco de los ataques de Israel y sus amigos, por ejemplo en el 2005 y 2007, cuando se preveía inminente la guerra, fuerzas especiales y de inteligencia británicas y de la CIA fueron las responsables de varios atentados en Khuzestan y Ahwaz en coordinación con grupos armados separatistas árabe iraníes.

Para el 2007 un nuevo plan de guerra estaba trazado, un primer objetivo era controlar la provincia de Khuzestan, sorpresa ! es la que posee los mayores yacimientos de petróleo. Se operaría con los clásicos bombardeos intensivos a las instalaciones claves, el sabotaje de infraestructuras urbanas, la incitación a las minorías étnicas para realizar disturbios violentos, emisiones clandestinas de radio para intentar sublevar a la población árabe iraní, entre otros recursos. Se descartó el uso de tropas en tierra dado el temor a sufrir tremendas bajas. Esos ataques se realizarían con la también clásica mentira de petición de ayuda de las fuerzas de “resistencia” iraníes.

El plan tenía previsto declarar a la región de Khuzestan un estado independiente árabe, la República Democrática de Ahwaz, que sería inmediatamente reconocida por Israel y los Estados Unidos. (6)

La última noticia conocida fue el asesinato reciente de cinco ingenieros en energía nuclear (cuatro sirios y un iraní) en Damasco en noviembre del 2014, desconocidos liquidaron a estas personas cuando se trasladaban en un autobús, laboraban en un centro científico de investigación. No es el primer incidente dentro de territorio sirio, varias instalaciones que manejan las fuerzas armadas u otras instituciones de investigación científica (no necesariamente nucleares como suele afirmar Israel) han sido el blanco de agresiones. Una incursión  aérea israelí lanzó un ataque cerca de Damasco en mayo del 2014, un par de meses antes en enero del año pasado, Israel bombardeó otro centro de investigación al Noroeste de Damasco. (7)

La nación judía maneja la estrategia de los ataques preventivos y selectivos, para ellos no hay espacio en la región para otra potencia nuclear, que no sea la suya. Está dispuesta a embarcarse en una y otra aventura, por sus propios medios, si fuera el caso.

Recurrir al asesinato es demostración de poder e impunidad, ya que nadie va a sentarle en el banquillo de los acusados, al contrario, se aplaude el crimen perpetrado contra hombres que tienen la particularidad de trabajar en el área de la investigación científica.




Podría imaginarse alguien, por ejemplo, que agentes del Mossad vayan a Europa y asesinen a técnicos de un laboratorio que experimenta con los usos de la energía atómica?, cuando la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), los tratados y convenciones internacionales otorgan esa facultad a cualquier nación del mundo; y, que Israel únicamente basado en un rumor de que esas investigaciones pueden derivar en proyectos de armas nucleares, vayan y ejecuten a cualquier persona?. Ningún científico del planeta podría sentirse tranquilo, ni siquiera los funcionarios y empleados administrativos de un laboratorio.

Tranquilos, esa política solo se aplica a los países que buscan nuevas alternativas energéticas, así que, los investigadores europeos pueden dormir tranquilos, ningún pistolero a sueldo del Mossad va a interrumpir su sueño, a menos que sea un estudioso que simpatice con el “Eje del Mal“ y corra la misma suerte de científicos, técnicos, ingenieros iraquíes, sirios, iraníes y de otras nacionalidades, inclusive europeos que en algún momento han prestado servicios en el Medio Oriente y han sucumbido en un atentado con explosivos o tiroteados en la calle o en sus casas. 

La posibilidad de que el acuerdo nuclear del cinco + 1 se concrete en sus diferentes fases se topará con una molesta espina en el zapato: Israel.


En resumen:

- Israel no confirma ni niega poseer armas nucleares, porque desarrolló un programa clandestino. El hecho es que si las tiene. A la vez, Israel y sus aliados acusan a Irán de intentar crear armas no convencionales en su programa de energía nuclear.

- Conforme el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y como miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán, al igual que cualquier estado, tiene derecho a manejar tecnología nuclear con fines pacíficos. Lo que si estamos seguros es que Irán en sus instalaciones nucleares no ha montado un arma nuclear.

- La OIEA rechazó una resolución árabe contra el supuesto arsenal nuclear de Israel. Los arsenales de armas nucleares de Israel constituyen una real  amenaza para la región y el planeta.

- El Pentágono admitió la existencia de armas nucleares en Israel.

- Irán no posee armas nucleares de su ingenio, pero se rumorea que ha adquirido ilegalmente algunas unidades en el mercado negro. Su programa nuclear tiene fines civiles pacíficos.

- También se especuló que un inicial programa de armas nucleares iraníes, “confirmado” por unidades de inteligencia de Israel y Estados Unidos, afirmarían que Irán suspendió en 2003 el proceso de desarrollo de  esas armas.


Continuaremos...


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(1) Una de mis áreas de experiencia es el campo jurídico, mi tesis doctoral fue elaborada en un análisis  sobre los Crímenes de Guerra en el Derecho Internacional.

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