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16 mayo 2019

Irán, energía nuclear o bomba atómica? (6)



Qué ha sucedido tras abandonar Mr. Trump el acuerdo nuclear?. 

por Tito Andino U.
Recopilación de varias lecturas y notas de prensa.


El 9 de mayo del 2018 Andrew Korybko escribía en Eurasia Future el siguiente artículo: ¿Por qué llorar? ¡Es una gran noticia que Trump se haya retirado del trato con Irán! (Why Cry? It’s Great News That Trump Pulled Out Of The Iran Deal!).

Hace un año Mr.Trump anunciaba que se retiraba del acuerdo nuclear con Irán, lo que a decir del mencionado analista solo produjo "Confusión, nada más que confusión" con severos ataques de miedo y furia en la Alt-Media Community

Otros muchos ya lo habían previsto, esto iba a suceder "debido a un viejo plan de escenario del Brookings Institute que pedía que se ofreciera un acuerdo a Irán y luego se rompiera para lograr un amplio consentimiento público para un próximo acuerdo" 

Para Korybko, la consigna de "Guerra contra la República Islámica" tiene sus "méritos", la manipulación de la opinión pública es importante, aunque no es el último determinante sobre si vendrá una guerra o no, la realidad es que no se mide la influencia que las masas si tienen en los Estados Unidos y otros "estados profundos" occidentales (militares, inteligencia, burocracia, diplomacia); por tanto, es poco práctico una guerra, a pesar que la propaganda prepara a toda una nación.
  
La verdad es dura y fría, señala el analista, "en cualquier caso, Estados Unidos y sus aliados ya se encuentran en un estado de guerra híbrida contra Irán que la mayoría de los observadores pasaron inadvertidos en gran medida porque oscilan entre la "Revolución de Color" y la presión de una guerra no convencional"; así lo sostenía Korybko en un artículo de julio de 2016 "El plan de Estados Unidos y Arabia Saudita para solicitar un retiro iraní de Siria", es decir, inmediatamente a la firma del acuerdo nuclear. 

Afirmaba Korybko que el próximo presidente republicano descartaría el Acuerdo y como premonición escribió otro artículo para Sputnik: "Cómo el próximo presidente de Estados Unidos podría estropear el acuerdo con Irán para todos”

Pronunciado estaba ya, desde antes de la asunción de su mandato, que Trump no creía en el acuerdo porque iba contra los intereses de Estados Unidos.

Aunque suene ridículo, si uno lo analiza con calma, tal como afirma Korybko, la victoria de Trump y sus consecuentes declaraciones sobre el tema ya habían alertado y pusieron sobre aviso a los iraníes, "los iraníes deberían estar agradecidos con Trump, porque al menos es lo suficientemente sincero como para decirles que Estados Unidos nunca fue realmente su "amigo".

Esas revelaciones tenían otro objetivo, dar un impulso a la facción "principalista-conservadora" del "estado profundo" iraní que continuamente compite con sus rivales "reformistas- moderados" en la esfera de la influencia nacional iraní. Cuando Trump se retiró del acuerdo, es probable que los iraníes valoraron asumir otra estrategia, puesto que existía evidencia que Estados Unidos y sus aliados regionales hacían lo imposible para evitar que Irán ejerza su influencia al oeste de su fronteras.


Guerras Híbridas: La aproximación adaptativa indirecta al cambio de régimen. Andrew Korybko es una de las mejores publicaciones de los últimos años sobre conflictos contempóraneos y geopolítica.



De manera superficial, afirma nuestro analista, se reconoce la existencia de una Guerra Híbrida de baja intensidad que se está librando contra la República Islámica. Esto puede ser visto como mala noticia para un casual observador, al igual que las consecuencias de más sanciones estadounidenses contra el país y compañías extranjeras acusadas (sin evidencia) de supuestamente ayudar a su programa nuclear (energía). 

Cualquier sueño de una "distensión" entre los Estados Unidos e Irán, según lo previsto en la era Obama, estaba amenazado de manera irreversible; sin embargo, eso en sí mismo podría verse como un desarrollo positivo para ambas partes, especialmente para el lado iraní porque abrió una gran cantidad de nuevas oportunidades estratégicas.

Estas son las razones más importantes -según Andrew Korybko- por las que la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear debió ser celebrada y no despreciada:

- Irán dejó de hacerse ilusiones sobre la sinceridad o debilidad de los estadounidenses: Era claro que Estados Unidos, todo el tiempo, no fue sincero sobre sus intenciones y se siete lo suficientemente poderoso para retirarse unilateralmente del acuerdo, a pesar de las protestas del resto del mundo (excepto "Israel" y las monarquías wahabíes del Golfo).

- El mundo (Europa incluida) todavía respeta el trato: A pesar que compañías estadounidenses como Boeing perderán miles de millones de dólares en acuerdos pactados (que podrán compensar a través de futuros contratos militares, algunos de los cuales podrían ser pagados por los miles de millones en fondos iraníes incautados por Estados Unidos). Significa que otros pudieron y pueden tomar su lugar, siempre y cuando tengan el coraje de resistir las amenazas de sanciones que se espera de parte de los los Estados Unidos.

- Ahora Irán es más dependiente de Rusia que nuncaPor un lado, Rusia representa una "válvula de presión" insustituible para Irán a través de su nuevo acuerdo de libre comercio que brindará un alivio inigualable durante estos tiempos difíciles; por otro lado, se discute una posibilidad que los Estados Unidos y Rusia pudieren convenir algo respecto a los iraníes, alentando varios "compromisos".

- Es indiscutible que la República Islámica reorienta su enfoque estratégico hacia el este: Ante la creciente presión a lo largo de su flanco occidental (posiblemente debido en parte a que Rusia "convenció" a Siria de buscar la "retirada gradual" de los CGRI (Guardianes de la Revolución) y Hezbolá como parte de la estrategia de "equilibrio" del Kremlin. Es posible que Irán no tendrá más remedio que reconceptualizar su papel en Eurasia girando hacia el este hacia Pakistán y Asia Central mientras busca reorientar su gran estrategia.

- El anillo dorado podría finalmente ser creado: Las cinco grandes potencias multipolares de Eurasia (Rusia, China, Irán, Pakistán y Turquía) podrían profundizar su integración en un bloque como resultado del pivote oriental de Teherán y las nuevas Rutas de la Seda de Pekín y hacer "rodar los vagones" del autocolectivo, sentando de esa forma las bases tangibles para construir el legendario "Anillo Dorado" de estabilidad supercontinental.

Ha pasado un año de ese emotivo artículo, los típicos rumores y vientos de guerra soplan nuevamente en el Golfo Pérsico y otras zonas del Próximo Oriente, los portaaviones se desplazan por el Mediterráneo y las aguas del Golfo, se prevé  movilizaciones y concentraciones de contigentes militares (estadounidenses y, eventualmente, de la Otan). La consigna será la misma de siempre: "El programa nuclear iraní y el desarrollo de armas de destrucción masiva que ponen en peligro al mundo libre".



A la final no va a pasar nada, no habrá guerra, al menos no inmediata, ni una guerra directa de los Estados Unidos contra Irán, mucho menos de los miembros de la OTAN opuestos a la decisión unilateral de Trump de romper el pacto nuclear.  Son tiempos de buenos negocios alarmando a la comunidad internacional, la venta de armas (sistemas defensivos) se dispara, algo parecido al sainete anual que tiene lugar con la "crisis coreana" y los eternos rumores de guerra. Los ayatolas iraníes han dejado en claro que no habrá guerra.

Es previsible que en futuro (cercano o lejano) los iraníes tendrán que luchar contra sus enemigos y quienes están gustosos de enfrentárselos son los aliados de los Estados Unidos: Israel y Arabía Saudí (un hipotético escenario de guerra ha sido descrito en anteriores artículos referentes a esta serie dedicada a Irán).

Las tareas de desestabilización del poder iraní están operativas desde hace mucho tiempo y se recrudecen periódicamente. Recordemos el atentado terrorista en pleno desfile militar en que murieron 25 iraníes (septiembre 2018) atribuido a la mano de los saudíes; la fallida "primavera iraní" de enero del año pasado; así como el ataque directo israelí a las bases iraníes en Siria (mayo 2018) al poco de haber roto unilateralmente los Estados Unidos el pacto nuclear con Irán. Sumemos  a ello las nuevas sanciones dictadas por la administración Trump y la advertencia del Pentágono que no se retirarán de Siria mientras los iraníes sigan presentes en territorio levantino; además, la reactivación de actividades terroristas de grupos armados ilegales (kurdos) o el resurgir de la secta de la muerte terrorista MEK, más conocida como la "oposición iraní", hoy bajo auspicio de Washington. Demasiadas coincidencias.

Sin embargo, de todo lo anotado el trasfondo sigue siendo una disputa geopolítica, el intento por arrebatar a Irán el control estratégico de las rutas de navegación en la región, controlar su petróleo y otros recursos. El Estrecho de Ormuz, como bien señalaba una nota de prensa del diario español El Confidencial, no es ninguna broma, Ormuz es el embudo del petróleo mundial




Los Estados Unidos siempre han presionado a sus aliados y a otros estados del mundo para dejar de adquirir el oro negro iraní, la respuesta de Teherán se ha reflejado con su drástica postura de cerrar  el estrecho ante un embargo o intento de impedir su derecho a la libre navegación. El estrecho de Ormuz es un "cuello de botella" de 34 kilómetros de longitud en el Mar Arábigo que unifica al Golfo Pérsico y al Golfo de Omán, vía obligada por donde circula una quinta parte del crudo del mundo. Teherán lo ha advertido “Haremos que el enemigo comprenda que o todos pueden usar el estrecho de Ormuz, o ninguno”.

Por otra parte, también se habla con frecuencia sobre las ambiciones iraníes en la región y los intentos de los aliados regionales de los Estados Unidos para detener esa expansión (Israel y Arabia Saudí). No se puede tapar el sol con un dedo, es verdad que la República Islámica tiene intereses regionales, su presencia en Libano, Siria, Irak, Yemen y otros es evidente y, no solo lo es por la defensa de su comunidad religiosa (chiísmo), sino que intenta consolidarse como una potencia regional.

Su decisión de involucrarse en conflictos regionales, como los países arriba citados, se debe también a la necesidad de proteger su integridad territorial, ya se ha explicado en anteriores entregas (y aquí) que la República Islámica tiene poderosos enemigos a nivel mundial (Israel, Arabia Saudí, Estados Unidos) que apoyan acciones terroristas de grupos radicales y movimientos separatistas no solo en el Kurdistán iraní. 

Si a los israelíes debemos darles crédito con su supuestas "medidas preventivas", es decir, ampararse en el derecho a la legítima defensa para atacar en territorios extranjeros las supuestas amenazas, lo mismo debería aplicarse a la política iraní para defender su integridad territorial.

Ya revisamos como en el mes de septiembre del 2018 Irán atacó con misiles el territorio del Kurdistán Iraquí, parte del territorio de Irak, sus objetivos fueron los mandos del Partido Democrático del Kurdistán Iraní, organización que ocasionalmente se alza en armas para buscar la "independencia". A toda vista, esa acción es un acto de guerra, Irán ahora tiene la capacidad de contestar a sus enemigos atacándolos fuera de sus fronteras. 

Irán de manera directa está inmerso en la guerra por la defensa de la soberanía de la República Árabe Siria, por supuesto que sí, la presencia de miles de combatientes de los Guardianes de la Revolución y otras milicias no se discute, innegable. Cuál es la diferencia con otros escenarios? 

Integrantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán


No solo que protege la integridad territorial de Siria (solicitado por el gobierno legítimo de Damasco), también es vital para la superviviencia de Irán como nación y su derecho a mantener relaciones comerciales con el resto del mundo. La caída de Siria hubiese ocasionado el bloqueo al libre tránsito y comercio iraní hacia el Mediterráneo y la imposibilidad de conectar terrestremente con Siria y el Líbano vía Irak. 

Por sentado que cuestiones de índole religiosa también confluyen, Irán es, por usar el término, el protector de los chiíes y apoya a las milicias del Hezbolá (Líbano), Al Hashd Al Shaabi (Irak), Ansarolá (Yemen) en su lucha por la integridad territorial de esas naciones y en contra de las agrupaciones armadas wahabíes, patrocinadas por Arabia Saudí (Estados Unidos, Israel y otros), que en la práctica son los grupos de desestabilización en la región. Hemos señalado en otras ponencias que los grupos al Qaeda, Estado Islámico y cientos de milicias afínes forman parte de la corriente ideológica que divulga el wahabismo saudí, siendo utilizados para desestabilizar a los países que conforman el llamado "Eje de la Resistencia". 

Debemos olvidarnos de algo que se lee con frecuencia (de quienes defienden a Irán con buenas intenciones, afirmando que Irán nunca ha atacado a nadie); la República Islámica si ataca a sus enemigos y lo hace por las razones arriba esgrimidas, legítima defensa, un derecho contemplado en la Carta de las Naciones Unidas. 

Foto de AP, facilitada por la los Guardianes de la Revolución Iraní, el momento exacto del lanzamiento de seis misiles de alcance medio tierra-tierra contra las posiciones del Estado Islámico en Siria, ubicadas a 570 kilómetros de distancia. La acción fue secundada luego con bombardeos de drones de combate iraníes contra esas posiciones extremistas 


Irán ha utilizado misiles de medio alcance en contra de sus enemigos no solo en el selectivo ataque a la reunión de líderes kurdos iraníes en Irak, lo hizo también en territorio sirio contra las infraestructuras y depósitos de armas del Estado Islámico al este del río Éufrates. Esta demostración de fuerza iraní lleva implícito un mensaje, posee la capacidad y el poder suficiente para defenderse y evitar se le asfixie económicamente con las sanciones económicas internacionales (léase sanciones unilaterales impuestas por los Estados Unidos y sus aliados israelíes y saudíes).

Lo que en el momento está en juego es una nueva negociación (bajo presión, típico de la política internacional estadounidense) que restrinja los derechos iraníes en áreas ajenas al anterior acuerdo nuclear. El gobierno de Teherán ha expresado que no negociará un nuevo convenio bajo estas circunstancias, sus líderes expresan su intención de abandonar el acuerdo nuclear, reiniciar el enriquecimiento de uranio y aumentar su potencial bélico como contraparte. No son medidas de última hora, son estrategias elaboradas en previción del anunciado retiro unilateral de los Estados Unidos del pacto nuclear suscrito en 2015.

Y aquí es donde entra a operar la diplomacia secreta. Lo que piense Rusia y China sobre el tema será determinante en esta compleja política global.


Lecturas consultadas:

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