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13 diciembre 2020

JAPÓN: Yoshio Kodama, el yakusa de la CIA

 


por Denis Boneau


Después de la segunda conflagración mundial, los EEUU utilizaron tanto en Europa como en Asia, a criminales de guerra prisioneros para reconstruir y controlar los países que ellos ocupaban pero sobre todo para utilizar las experiencias críminales de éstos en la lucha anticomunista. En Japón, el general MacArthur permitió que Yoshio Kodama gozara de la inmensa fortuna que adquirió saqueando China. Este nacionalista yakusa emplazó a sus hombres en todos los sectores claves del país, transformando las nuevas instituciones democráticas en simples fachadas. Con mano de hierro, veló por el respeto de la línea atlantista (OTAN) hasta el momento de su caída, durante el escándalo de la Lockheed, a finales de los años 70.


Kodama a la salida del tribunal, en enero de 1984, luego de su única comparencia por el escándalo de la Lockheed


Después de la capitulación de Japón, el 14 de agosto de 1945, los principales jefes ultranacionalistas responsables de la militarización del país son arrestados por las autoridades militares estadounidenses del general MacArthur, nuevo amo del imperio vencido. La purga dura poco pues, en el contexto de la guerra fría, los ocupantes tienen la intención de convertir a sus antiguos enemigos en actores de la reconstrucción del país. Los criminales de guerra van a convertirse en los principales artífices de la «democracia» nipona.

La trayectoria política de Yoshio Kodama, del ultranacionalismo a la CIA, revela las estrategias de los servicios secretos estadounidenses que actúan en Japón mediante jefes de bandas yakusas.


Del fanatismo ultranacionalista al saqueo de China

A fines de los años 1920, Yoshio Kodama se une a la Sociedad del Océano Negro (Genyosa), grupo ultranacionalista fundado en 1881 por el carismático Mitsuru Toyama (1). La organización aporta a grandes empresas mineras e industriales rompehuelgas y guardaespaldas, generalmente yakusas miembros de las bandas que controla Toyama. Los objetivos políticos de la Genyosa son, por un lado, el restablecimiento de los valores tradicionales que encarna el Emperador y, por el otro, la militarización del país.


Tōyama Mitsuru (1855 - 1944. En este nombre japonés, el apellido es Tōyama). Ultranacionalista y derechista japonés fundador de Genyosha (Sociedad del Océano Negro) y Kokuryukai (Sociedad del Dragón Negro).Tōyama fue un firme defensor del panasiático (Gran Esfera de Co-Prosperidad de Asia Oriental).


Para Toyama, la misión de su país es dominar el continente asiático («el océano negro» designa los tres pasos que unen Japón, China y Corea). Prontamente apoyada por la Sociedad del Río Amur -más conocida con el nombre de Dragón Negro y fundada por el brazo derecho de Toyama, Ryohei Uchida- la organización trabaja en estrecha colaboración con los servicios secretos japoneses proveyéndoles informaciones recogidas por redes de espías establecidos en Manchuria y Corea. Pero las actividades de la Sociedad no se limitan a misiones de inteligencia.

En 1895, el ministerio de la Guerra acude a la Genyosa y esta envía a Corea un equipo de ninjas encargado de provocar un incidente -el asesinato de la reina- para justificar la invasión japonesa. Vínculo entre la tradición samurai y el militantismo moderno, la Sociedad del Océano Negro adiestra a numerosos yakusas, entre los cuales se encuentra el joven Kodama, que tendrán la ocasión de ejercer sus talentos como jefes guerreros, sobre todo en Manchuria.


Fotografía de 1929, la Sociedad del Dragón Negro. Mitsuru Toyama (con barba en primera fila) y Yoshio Kodama (también en primera fila, segundo de derecha a izquierda)


En 1929, Yoshio Kodama se une a la Asociación de Fundadores de la Nación (Kenkoku kai), organización mafiosa notoria por sus métodos violentos (2). Trata de acercarse al emperador Hiroito, acción que le cuesta seis meses de prisión. Al salir de la cárcel, crea su propio grupo, la Sociedad de la Juventud por la Independencia (Dokuritsu Seinen Sha) y, en colaboración con la Sociedad para la Acción Celeste (Tenko kai), prepara un amplio programa de asesinatos de ministros, entre ellos el del primer ministro, el almirante Saito (1934). Es arrestado y encarcelado en la penitenciaría de Fuchu hasta 1937.

Al salir de prisión, Kodama se incorpora al ejército japonés y se convierte después en un eficaz agente del servicio de inteligencia del ministerio de Relaciones Exteriores. De 1939 a 1941, mientras que las tropas japonesas ocupan parte de China, Kodama dirige un grupo de espías manchúes (3). Gracias a los contactos establecidos en Manchuria, es autorizado a abrir en Shanghai la Agencia Kodama (Kodama kikan) que le permitirá amasar una enorme fortuna en pocos años. Oficialmente la agencia provee materias estratégicas a Japón.


Propaganda japonesa durante la guerra sino-japonesa

Gracias a esa cobertura, Kodama saquea los recursos chinos, con la ayuda de otros grupos armados como la milicia fascista de Ryoichi Sasakawa (4), trafica con opio y supervisa el tráfico de armas (5). En 1945, el Kodama kikan acumula fondos evaluados en 175 millones de dólares en platino y diamantes. Fruto de cuatro años de saqueo, esa fortuna le ha permitido financiar en Shanghai, a cambio de la aprobación de las autoridades japonesas, la Kenpei tai, una policía secreta (6).

Al final de la guerra, Kodama regresa a Japón y se convierte en el principal consejero del primer ministro, el príncipe Higashikuni (7). Lógicamente, en 1946 es arrestado por las autoridades estadounidenses y encarcelado en la prisión de Sugamo.


MacArthur recluta a los criminales de guerra



En Washington, sin embargo, el debate se centra en el peligro soviético. Incluso antes de que el presidente Truman tome la decisión final, la CIA se prepara para combatir la URSS reclutando a los cuadros del Eje. En Europa, James J. Angleton, a la cabeza de la unidad X-2, recicla fascistas y nazis. En Asia, el general Willoughby hace lo mismo con los imperialistas nipones en el marco del G-2.

En Sugamo, 250 prisioneros de guerra esperan juicio. Entre ellos está Yoshio Kodama, considerado con toda justeza como «criminal clase A». Los servicios de inteligencia del ejército de ocupación, el G-2 dirigido en Japón por el general Charles Willoughby, establecen sobre Yoshio Kodama un retrato especialmente perspicaz: "Kodama es un hombre doblemente peligroso.

Su largo y fanático compromiso con las actividades ultranacionalistas caracterizadas por la violencia y su influencia en la juventud hacen de él un hombre que representaría, en libertad, una grave amenaza. Además, todo indica que su estrecha cooperación con el empeño japonés en la guerra le ha permitido adquirir una gran fortuna que le permitiría financiar cualquier tipo de actividad. Podría, por consiguiente, convertirse en uno de los grandes artífices de la reconstrucción de Japón".

En vez de juzgar a Kodama, el G-2 prefiere proponerle un trato: liberarlo si acepta cooperar. MacArthur (8), nombrado comandante supremo de las fuerzas aliadas (SCAP), planea, conforme a las directivas de Truman, hacer de Japón un bastión del intervencionismo estadounidense en el sudeste asiático.

En un primer tiempo, el general realiza una campaña de limpieza política de la que son víctimas los miembros de ciertas sociedades ultranacionalistas, como la Sociedad del Dragón Negro o la Sociedad de la Virtud Militar (Butokukai), considerados responsables de la militarización de Japón. Pero, a partir de 1947, cuando se establece la teoría estratégica del containment (9), abandona ese proyecto y trata de convertir a sus enemigos, y sus fortunas, en los pilares de la reconstrucción de Japón


Solamente 28 acusados son condenados durante el juicio de Tokio, equivalente japonés del proceso de Nuremberg que, teóricamente, debía sacar definitivamente de la escena política a los ultranacionalistas nipones.


La mayoría de los criminales «clase A» son liberados después de haber pasado apenas dos años de prisión en Sugamo. Ryoichi Sasakawa dirá posteriormente de su estancia en Sugamo que fueron «unas vacaciones ofrecidas por dios». No será Yoshio Kodama, uno de sus compañeros de celda, quien lo contradiga. Los años de prisión le permitieron escribir dos libros -Yo fui vencido y Diario de Sugamo- y entrar en contacto con otros criminales de guerra «clase A» quienes jugarán un papel decisivo en la reconstrucción, bajo la dirección de Estados Unidos, de la democracia japonesa.

Kodama se relaciona con el futuro primer ministro Nobusuke Kishi, ex-ministro de Municiones del gobierno de guerra del general Tojo. Al liberarlo, el G-2 convierte a Kodama en un agente especialmente poderoso. Antes de ser arrestado Kodama había confiado su inmensa fortuna a otro líder de la extrema derecha, Karuko Tsuji. El botín de guerra será invertido en la fundación de un gran partido de derecha, el Partido Liberal que, al fusionar en 1955 con el Partido Demócrata, se convertirá en el Partido liberal demócrata, organización política que dirigirá Japón durante medio siglo.


El mayor general Charles Willoughby, G2 del Comando del Lejano Oriente.


El principal artífice de esta alianza entre los yakusas y la diplomacia secreta de Estados Unidos es un colaborador cercano de Douglas MacArthur, el responsable del G-2, Charles Willoughby. Este oficial de origen prusiano (su verdadero nombre es Adolf Tscheppe-Weindenbach) sirvió en Filipinas y tiene mucho en común con los ultranacionalistas japonses. Fascista notorio, estableció en Manila estrechos contactos con los falangistas españoles. Después de la guerra, se convertirá en uno de los consejeros del general Franco; apoyará, en Estados Unidos, la campaña anticomunista de Joseph MacCarthy; se relacionará con personalidades de extrema derecha, como Haroldson Hurt, John Rousselot, Billy James Hargis, y colaborará en el periódico The American Mercury.

Willoughby de 1946 a 1948 organiza en Sugamo el reclutamiento de hombres encargados de luchar activamente contra el comunismo. En el contexto de la posguerra, los servicios secretos estadounidenses prefieren por consiguiente la colaboración con los nacionalistas responsables de la agresión japonesa (10). Willoughby recluta al general Seizo Arisue, ex-jefe de la inteligencia del Estado Mayor; a Ryoichi Sasakawa, jefe de una milicia fascista; a Nobusuke Kishi, colaborador cercano del general Tojo y a Yoshio Kodama.


Fichas de los convictos en la prisión de Sugamo para criminales de guerra: Yoshio Kodama, Ryoichi Sasakawa, Nobosuke Kishi


El G-2 quiere que Kodama reactive sus redes, en Japón, para luchar contra los sindicatos de izquierda y, en Manchuria, para montar operaciones de espionaje. En 1949, los servicios secretos le piden que acabe con los sindicatos en las minas de carbón.

Los rompehuelgas dirigidos por Kodama fracasan ante los decididos mineros. El G-2 acude más tarde a él para realizar en China una operación que consiste en enviar a Shanghai un barco-espía como si fuera un simple mercante. Desconfiados, los chinos interceptan la nave. A pesar de estos dos primeros fracasos, el G-2 le confía una nueva misión. Kodama recibe 150.000 dólares para el transporte de un cargamento de tungsteno proveniente de China. Nuevo fracaso. Kodama tendrá más suerte en la política.


La «democracia» bajo el control del hampa

Desde 1954, Kodama prepara la creación del gran partido conservador. Él mismo es uno de los miembros del comité de grandes electores que elige a Ichiro Hatayoma, quien se convierte en primer ministro en 1954. Paralelamente mantiene los contactos con sus amigos yakusas, entre ellos Haroko Tsuji e Hisayuki Machii, quienes controlan los clubes nocturnos de Ginza, y con sus aliados ultranacionalistas, como Bin Akao, apodado el «Hitler japonés». En 1955, el Partido demócrata liberal, resultado de una fusión cuyo principal artesano no es otro que Nobusuke Kishi, es creado mayormente gracias al dinero de los criminales de guerra reclutados por el G-2.

A fines de los años 50, Kodama retoma contacto con los servicios secretos estadounidenses. La batalla del Ampo (11) le abrirá una posibilidad de reunir las diferentes bandas de Tokio en una sola organización anticomunista. En 1967, su amigo Nobusuke Kishi (12), después de haber ocupado el puesto de secretario general del PLD, se convierte en primer ministro y comienza a recompensar a sus amigos de siempre.

El yakusa Ichiro Kono, miembro de la Dieta, es nombrado ministro de Agricultura mientras que el monopolio de la gestión de las apuestas en las carreras de lanchas con motor fuera de borda es entregado a Ryoichi Sasakawa. Durante la misma época, Kodama participa en la creación de la Liga Anticomunista de los Pueblos de Asia (People’s Anti-Communist League, APACL) que dará lugar a la aparición de la Liga Anticomunista Mundial (World Anti-Communist League, WACL) (13).

En 1960, cuando los pocos movimientos de izquierda que aún existen tratan de oponerse a la ratificación de un nuevo tratado de seguridad que autorizaría a Estados Unidos instalar armas atómicas en territorio japonés (14), Kishi recurre a Kodama para mantener a raya el Consejo del Pueblo Contra la Revisión del Tratado de Seguridad (Ampo). A pesar de la oposición, Kishi fuerza la ratificación del tratado impidiendo que los socialistas tengan acceso al parlamento. Pero, el juego no se ha terminado aún. Falta asegurar un digno recibimiento al presidente Eisenhower, «sin quedar mal».

Para ello Kishi proyecta contratar yakusas para contener al Ampo. Yoshio Kodama organiza la intervención del hampa reuniendo por primera vez a los principales padrinos de Tokio: Kakuji Inagawa, jefe del Kinsui-kai; Yoshimitsu Sekigami, patrón del Kinsui-kai y Kinokuse Ozu. La misión de estos será combatir, junto a veteranos de la Segunda Guerra Mundial, a los militantes del Ampo. Yakusas y ultranacionalistas convierten las manifestaciones en verdaderas batallas.


Los años 60 fueron la viva imagen de la protesta estudiantil y trabajadora de izquierda por el mundo. En la imagen, Japón, el Zengakuren y Zenkyōtō fueron movimientos estudiantiles japoneses protagonistas de la política, se oponían al tratado de seguridad entre Japón y los EEUU, a la guerra de Vietnam y en principio pedían libertad académica y reformas en la educación universitaria, aún permanecen en la memoria de la historia (nota del editor del blog).


El 15 de junio de 1960, estudiantes miembros del Ampo se reúnen ante el parlamento. La carga de las tropas de choque deja varios heridos y una estudiante muerta. Nobusuke Kishi se ve obligado a dimitir y se cancela la visita de Eisenhower. Pero, para satisfacción de los halcones estadounidenses, el sucesor de Kishi mantiene el tratado de seguridad.

Kishi se ve momentáneamente marginado a causa del fracaso, que permite sin embargo a Kodama aumentar su control sobre las bandas. Participa activamente en la fundación de la Zen ai kaigi (Consejo General de Organizaciones Patrióticas), legado directo de la batalla del Ampo, y después trata, en 1963, de reunir todas las bandas en un grupo político único, el Kanto-kai, cuyo objetivo oficial es la lucha contra el comunismo.

A pesar de la habilidad del padrino, su proyecto enfrenta la hostilidad de Kazuo Taoka, el jefe de la banda de Osaka. La unión planteada por Kodama es dirigida por Kakuiji Inagawa y reúne finalmente siete bandas, sin salir de los límites de Tokio. En poco tiempo, los conflictos entre las bandas provocan la ruptura de la alianza. El Kanto-kai se disuelve en 1965. Este fracaso no reduce la considerable influencia de Kodama sobre el hampa japonesa. A menudo, junto a su amigo Sasakawa, Kodama sirve de árbitro en las guerras entre bandas.


Ryoichi Sasakawa y Yoshio Kodama, dos compadres del crimen organizado al servicio de la política japonesa, de la CIA y los Estados Unidos, luciendo como elegantes caballeros luego de su pasado de criminales de guerra.

El escándalo Lockheed: la CIA desenmascarada

El escándalo Lockheed revelará, en 1967, los lazos de Kodama con la CIA. Todo comienza en 1957, cuando John Kenneth Hull, representante de la firma Lockheed, se instala en Japón con el objetivo de vender al ejército el avión de combate Startfighter. Al principio, se pone en contacto con Taro Fukuda, amigo personal de Kodama (se conocieron en Manchuria).

En 1958, Kodama hace un trato con Lockheed. Su papel consiste en utilizar sus relaciones para que la Agencia Nacional de Defensa nipona se decida por el caza Startfighter en vez del Grumman F-11F. Kodama recurre a sus dos aliados más importantes: Nobusuke Kishi, a la sazón primer ministro, y Bamboku Ohno, vicepresidente del Partido liberal-demócrata. La operación es un éxito. En total, Lockheed logra vender 230 Startfighters.

La firma se dirige de nuevo a Kodama para vender su nuevo avión civil de transporte, el Tristar L-1011. Kodama recurre esta vez a su amigo Kenji Osano, familiar del ministro de Comercio Exterior e Industria, el futuro primer ministro Kakuei Tanaka. También obtiene de Sasakawa el silencio de las asociaciones de vecinos. A su llegada al cargo de primer ministro, Tanaka acepta el trato de Lockheed, que vende así varias decenas de Tristar. Kodama recibe más de 3 millones de dólares por los servicios prestados. Otras ventas le reportan 9 millones de dólares.


Kakuei Tanaka

Este caso de corrupción saca a la luz las actividades de la CIA en Japón. En efecto, el envío secreto de fondos se hizo a través de corredores monetarios especializados al servicio de la CIA. La firma newyokina Deak and Company, fundada antes de la Segunda Guerra Mundial por Nicholas Deak, emigrante húngaro reclutado por el Office of Strategic Service (OSS), garantizó el traslado «discreto» de los capitales de Suiza a Japón. No es sorprendente que, al estallar el escándalo de la Lockheed, Henry A. Kissinger declare que la divulgación de todos los elementos del caso perjudicaría la seguridad nacional estadounidense.

El escándalo estalla en 1976 y provoca la dimisión de Tanaka. En 1977, Kodama se ve en una posición difícil. Por primera vez desde 1934, se ve obligado a comparecer ante la justicia japonesa y cae irremisiblemente. Víctima de una serie de ataques, se refugia en su residencia privada para descansar fuera del alcance de la prensa que presenta el escándalo Lockheed como el símbolo de la corrupción de las elites políticas japonesas. Uno de sus admiradores, Maeno, trata de matarlo estrellando un avión contra la residencia de Kodama en Tokio. El padrino en desgracia escapa al kamikaze.

Kodama fallece en su cama, el 17 de enero de 1984, sin haber tenido nunca el coraje de morir según el código samurai.


Denis Boneau                                                  Ir a la Parte 2

enero 2005 - Red Voltaire

Notas:

1. Después de varios años en prisión, Mitsuru Toyama, se une al primer grupo nacionalista de Japón, la Sociedad del Orgullo Nacional (Kyoshisha). En 1881, funda la legendaria Sociedad del Océano Negro (Genyosa). Toyama muere en 1944, poco antes del desmembramiento del efímero imperio japonés. David Kaplan y Alec Dubro, Yakuza, la mafia japonaise, Ediciones Philippe Picquier, 2002.

2. El Kenkoku kai fue fundado por Shinkichi Vesugi y Bin Akao.

3. En 1931, los servicios secretos japoneses organizan el sabotaje de la vía férrea transmanchuriana para justificar la invasión de Manchuria.

4. Ver: «Sasakawa, un criminal de guerra respetado» por Denis Boneau, Voltaire, 21 de enero de 2005.

5. El Kodama kikan es parte de la red de organizaciones que colaboran en la operación Lis de Oro. Kodama se encarga del traslado del botín guerra japonés, fruto del saqueo de China, primero hacia Singapur, luego hacia Filipinas donde las tropas estadounidenses descubrirán, después de la guerra, más de 170 lugares de almacenamiento. Peggy y Sterling Seagrave, Gold warriors: American’s secret recovery of Yamashita’s gold, Ediciones Verso, 2003.

6. Jeffrey Bale, «Privatising covert action: the case of the Unification church», Lobster, mayo de 1991.

7. En 1945, cuando la derrota japonesa parece inevitable, trece miembros de la Asociación por la Veneración del Emperador y la Expulsión de los Barbaros (Sonjo doshikai) se reúnen en la colina Atagoyama. Solamente uno de ellos se negará a suicidarse: Yoshio Kodama. Scott Anderson, Jon Lee Anderson, Inside the League, The schocking exposé of how terrorists, nazis and latin american death squads have infiltred the World anti-communist league, Dodd, Mead and Company, New York, p. 63.

8. MacArthur, hijo de un héroe de la Guerra de Secesión, alcanza el grado de general a los 38 años en recompensa por sus hazañas durante la Primera Guerra Mundial. Asume el cargo de jefe del Estado Mayor del Ejército en 1932. Sirve después de consejero al gobierno filipino con el título de mariscal del ejército de ese país. En 1941, los japoneses lo expulsan de Manila. En 1944, desembarca en Filipinas, en Leyte, recupera Luzón y, más tarde, Manila, en 1945. El 30 de agosto de 1945 se convierte en amo (Supreme commander of allied forces) del Japón ocupado. Sus tres principales colaboradores son el general Robert Eichelberger, encargado de mantener el orden; el general Courtney Withney, encargado de negociar las grandes reformas con las autoridades japonesas, y el general Willoughby, jefe de los servicios de inteligencia del ejército (G-2). Jacques Gravereau, Le Japon, l’ère Hirohito, Notre siècle, Éditions imprimerie nationale.

9. El «containment» es una doctrina elaborada por el presidente estadounidense Harry Truman a partir de 1947. Se trata de contener la expansión de la zona de influencia de la URSS por todos los medios, específicamente mediante la lucha encarnizada contra los movimientos de corte socialista, todo en nombre de la «defensa del mundo libre».

10. Al igual que James Angleton, quien recluta agentes en Europa entre los criminales de guerra nazis, Willoughby es miembro de la Orden de Malta.

11. A partir de 1960, violentos enfrentamientos tienen lugar entre los manifestantes hostiles a la «nuclearización» de Japón que desea Estados Unidos y las tropas de choque que dirigen Kishi y Kodama. El objetivo del primer ministro es acallar las protestas mediante la violencia.

12. De 1936 a 1939, Nobusuke Kishi ocupa un cargo decisivo en Manchukuo, el Estado creado en Manchuria luego de la invasión japonesa. Es nombrado ministro de Comercio e Industria y, más tarde, ministro de Municiones del general Tojo. Prisionero en Sugamo hasta 1948, las autoridades estadounidenses lo exoneran en 1952.

13. «La Liga Anticomunista Mundial, internacional del crimen» por Thierry Meyssan, Voltaire, 20 de enero de 2005.

14. La instalación de bases nucleares en territorio japonés provoca legítima indignación debido al recuerdo del bombardeo atómico de 1945 contra Hiroshima y Nagasaki. Los partidarios del Ampo temen que el Japón «nuclearizado» se convierta en una amenaza para la Unión Soviética que derriba en 1960 un avión espía U-2 durante un vuelo secreto sobre el territorio ruso.

03 diciembre 2020

"Tokio Kid Say". Propaganda estadounidense en la IIGM

 


por Tito Andino U.

Recopilación de diversas fuentes

Viene de la Primera Parte


El General Hideki Tojo fue de sobra el mayor blanco de la propaganda anti-japonesa realizada en los Estados Unidos. El militar y político nipón representó no solo a la rama militarista del Imperio, fungió en cargos políticos con las mismas intenciones, ya sea como ministro de relaciones exteriores, ministro del interior, ministro de guerra, primer ministro; en ese sentido, fue el objetivo número uno en los Juicios de Tokio por crímenes de guerra, Tojo hizo su última aparición en la horca.




La historia del personaje caricaturesco "Tokio Kid Say" es un tema muy conocido por los historiadores y expertos en comics en los Estados Unidos, aunque no mucho en otras dimensiones geográficas, siendo imprescindible para conocer la política del gobierno de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y la propaganda anti-japonesa. 

Seis meses después del ataque a Pearl Harbor, la revista Time tomó nota de un fenómeno cultural. "Los pequeños japoneses se están infiltrando en las fábricas estadounidenses, radiantes y babeantes de perversa satisfacción, pero no le hacen ningún bien a Japón", revelaba la edición del 15 de junio de 1942. "Son todas versiones del mismo pequeño japonés. El personaje de dibujos animados con forma de gárgola de Douglas Aircraft Co., Tokio Kid". 




Según los autores (que son varios) en algunas ocasiones nos encontramos con personajes como "Tokio Joe Say" o "Tokio Jokio" (éste último en dibujos animados de la Warner Bros.); pero sin duda, el más famoso llegaría a ser "Tokio Kid Say" bajo los auspicios del gobierno a través de la "Oficina de Gestión de Emergencias, Junta de Producción de Guerra" y empresas privadas como "Douglas Aircraft Co.". Está claro ya que el personaje principal 
se creó como impulso de la compañía para reducir la rotura y el desperdicio de herramientas. Tokio Kid aparece en carteles que muestran taladros rotos, ruedas dentadas rotas, remaches mezclados, montones de chatarra; mediante esa campaña se enviaba un mensaje a los trabajadores de las fábricas de guerra de los Estados Unidos. 




"El enemigo estaba allí" y Tokio Kid" lo advierte en carteles motivacionales que inicialmente ayudan a reducir el desperdicio de materiales y herramientas en Douglas Aircraft Co., así confirmaron funcionarios de esa empresa militar a Time: "Tokio Kid es responsable de una proporción reducida de desperdicio y de redobladas sugerencias a los empleados"...






Los ex artistas de Walt Disney Producciones contratados por la empresa "Douglas Aircraft Co.", Jack Campbell y Harry Bailey, dieron vida a "Tokio Kid". Campbell ya había prestado su talento artístico al ejército, en una División de Camuflaje de Ingeniería durante la Primera Guerra Mundial. Su personaje tenía la piel más obscura, una boca hambrienta y babeante en la que sobresalen dientes de conejo y colmillos exageradamente afilados enmarcados por un ralo bigote. "Ojos diminutos miraban a través de anteojos gruesos y de gran tamaño, en una cabeza puntiaguda rematada por una gorra militar que mostraba el sol naciente de Japón". 




Para los artistas, Tokio Kid no tenía que parecerse a una persona real, su diseño -según Time- fue deliberado; sin embargo, se discute si la caricatura "modelo" está basada en un personaje concreto ya que el esteriotipo del japonés estaba bastante definido en casi todos los artistas.

No obstante, podría decirse que el "modelo" de "inspiración" fue el general y político japonés, Hideki Tojo, aunque algunos difieren en esta opinión.




Para la revista Time: "Ningún otro cartel industrial de tiempos de guerra se ha popularizado como Tokio Kid". Esta propaganda de guerra, con frases elaboradas tiene un mensaje real: Convoca a la lucha y a la producción, pide a los trabajadores de la industria de guerra trabajar más duro para fabricar armas y suministros que ayudarán a la victoria, así como evitar el desperdicio de materiales. "Tokio Kid fue parte de la lucha total de Estados Unidos en tiempos de guerra para armar, equipar y alimentar a los combatientes de los Estados Unidos y sus aliados en la batalla contra la opresión del Eje. Su táctica pareció funcionar".




Al ser un éxito en Douglas Aircraft Co.Tokio Kid tomó vida propia, apareció en carteles mucho más allá de las paredes de las fábricas de Douglas. La empresa distribuyó miles de dos carteles de Tokio Kid a 7.000 de sus proveedores. Otras empresas pronto buscaron carteles para usarlas en sus propias fábricas, como: Vultee Aircraft, Diamond Tool, Chrysler, Remington Rand, Westinghouse, Western Electric y Carnegie-Illinois Steel.




Y no podía ser de otra manera, el Tío Sam se asoció con Tokio Kid. La Junta de Producción de Guerra Federal ayudó a expandir la campaña de carteles en todo el sector industrial del país. El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos reclutó a Tokio Kid para vender bonos de guerra, la Oficina de Información de Guerra (OWI) también lo utilizó. En 1944, Don Black, gerente de Douglas Aircraft News Bureau, recibió una solicitud de carteles de Jacques DunLany, el jefe de la División de Autorización y Asignación de Carteles de la OWI. 




No obstante, hay quienes vieron inmerso un claro racismo anti-japonés en los carteles de "Tokio Kid Say". No se discute que provocaron odio utilizando tácticas de miedo en sus elementos visuales, consiguiendo cambiar la percepción de los estadounidenses sobre los japoneses. Tokio Kid es retratado casi siempre blandiendo un cuchillo ensangrentado, el mensaje no es otro que los japoneses son peligrosos asesinos de piel más obscura. No falta, por supuesto, la clásica burla del acento hablado del japonés y de su inteligencia. Recordemos que muchos carteles utilizan el insulto racial de "Jap", muy ofensivo para el japonés.





Las ilustraciones constantes en este artículo provienen de diversas fuentes (algunas señaladas en la anterior entrega), recopilación que incluye agencias gubernamentales de los Estados Unidos de América y empresas militares, casi todas conservadas en los Archivos Nacionales y Administración de Documentos (NARA, por su acrónimo en inglés). Todas muestran las típicas y exageradas características asociadas con los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. 









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01 diciembre 2020

Arte y racismo anti-japonés en la IIGM


       Gráfica modificada de la Revista Fortune, sep. 1942 de la pintura del artista mexicano Miguel Covarrubias.


 por Tito Andino U.

Recopilación de diversas fuentes


La mofa del enemigo a través de las caricaturas políticas fue una de las armas propagandística que produjo resultados en beneficio de los beligerantes. Lo iniciaron los nazis mucho antes de la guerra, lograron incluso convencer -en parte- a la población con sus grotescas ilustraciones sobre las supuestas "razas eslavas inferiores" (untermensch) y los judíos. A la vez, los carteles y pósters soviéticos cumplieron un destacado papel en la ridiculización de Hitler y del ejército alemán; en esa misma tónica los estadounidenses dedicaron buena parte de sus recursos a la propaganda de guerra para convertir en insignificantes cuasi-animales a los odiados japoneses.

 

 
            

Esta entrada no entrará en mayores detalles sobre cuestiones raciales ni morales. Esta serie de documentos gráficos se enfoca en el aspecto artístico de las ilustraciones, como lo hemos hecho con otras publicaciones, como los trabajos de KukryniksyArthur Szyk y otros. Sin embargo, hemos llegado a cuestionarnos lo siguiente: ¿Acaso no son también racistas las ilustraciones soviéticas que transforman a los alemanes en fieras salvajes; o, la propaganda nazi en contra de todo lo que no fuera "ario"?


El miedo al peligro amarillo (término peyorativo que inicialmente se dio a los inmigrantes chinos en los Estados Unidos a finales del siglo XIX) volvió a resurgir con fuerza  tras el ataque nipón a Pearl Harbor (7 diciembre 1941), pero está ocasión el brote era un marcado sentimiento antijaponés. Para entender el contexto de este post es necesario comprender que al entrar en guerra, sobre todo en los estados del Sur de la Unión Americana se conservaba un latente racismo, se mantenía una segregación estricta hacia estadounidenses negros, incluso contra latinos (mayoritariamente mexicanos en ese tiempo) que carecían de garantías en lo que respecta a los derechos civiles. Tampoco es para sorprenderse que Estados Unidos fue a la guerra con un ejército segregado, se formaron unidades totalmente negras, otras en que prevalecía el componente étnico latinoamericano con indígenas autóctonos de norteamérica y otras unidades japonesas-americanas, todas dirigidas por oficiales "blancos", generalmente. 


Algunas caricaturas retratan a los japoneses como monos o ratas. Dibujos animados como estos redujeron a los japoneses a la condición de animales; estas caricaturas les decían a los estadounidenses que los japoneses eran bestias salvajes que debían ser aplastadas.

El prejuicio antijaponés se reflejó en la propaganda de guerra abierta y a veces descaradamente racista. Las caricaturas políticas y carteles de propaganda muy populares que presentamos en esta entrada degradan la condición humana del japonés. Hemos descartado cierto tipo de caricaturas abiertamente ofensivas en que, por ejemplo, se dibuja a los japoneses como "simios y gorilas subhumanos, de naturaleza traicionera, moralmente corruptos y mental y físicamente menos que los estadounidenses blancos"; tipo de propaganda que sobreabundó en tiempos de guerra. Solo para ejemplificar, el siguiente cartel satiriza al japonés como una rata y utiliza términos terriblemente ofensivos contra la cultura nipona. Decir "Jap" era un insulto racial muy grave para los japoneses.



Otra táctica poderosa y popular durante la guerra (muy utilizada también por los nazis), era la explotación -en las caricaturas- de la imagen de una mujer inocente y victimizada, lo que hacía al enemigo aún más monstruoso de lo reflejado a través del humor negro.



No está por demás decir que las acciones de las fuerzas imperiales del Japón durante los años iniciales de la guerra y su conquista del sudeste asiático alimentaron el sentimiento antijaponés, una infravaloración humana y traicionera hizo más aceptable en la sociedad estadounidenses hechos bochornosos como el lanzamiento de la bomba atómica. 

En la siguiente gráfica, tomada de una página de la revista "Fortune", de septiembre de 1942, se explica el uso de estereotipos para representar al pueblo japonés, en la leyenda de la parte inferior podemos leer:


"Puede que no todos los japoneses tengan este aspecto siempre, pero la exageración es en todo momento un arma en manos de los caricaturistas. Covarrubias  (el artista) conoce a los japoneses y, por lo tanto, ve el rostro del enemigo cuando se vuelve: el soldado dentudo, capitalista y comerciante, los oficiales de labios apretados, el sacerdote fanático, la geisha con forma de muñeca, el campesino sumiso. y su esposa, quienes crían a los soldados que completan el ejército que realmente dirige Japón y el Dios Emperador".


Incluso el cine a través de Disney entró en ese juego. Una "dosis de su propia medicina" es lo que los Estados Unidos tenían reservado a los japoneses, a través de los dibujos animados que reflejaban un deseo general de infligir el mayor daño posible a los japoneses en nombre de la venganza y la victoria. Allí están públicamente exhibidas los dibujos animados del "Pato Donald", "Buggs Bonny", etc. Un ejemplo práctico son estas caricaturas de la prensa y propaganda estadounidense:





La PROPAGANDA DE GUERRA ESTADOUNIDENSE, mediante el uso de las caricaturas tenía un objetivo primordial: Alentar a su población para el trabajo y la producción, siguiendo el clásico modelo, reducir a la insignificancia la amenaza del Imperio del Japón. Hemos obtenido una selección de satíricas con un claro contexto político que, con toda razón, concluyen que el Japón no podía estar al nivel económico ni en producción industrial de guerra que los Estados Unidos




La propaganda oficial utilizó todas las oportunidades que pudo para alentar a los ciudadanos a participar en el esfuerzo de guerra, es decir, el trabajo en las fábricas, o, incluso, “permaneciendo callados” (evitando los rumores), adquiriendo bonos de guerra, etc. El gobierno federal de los Estados Unidos, inicialmente encargó a la empresa de la rama militar "Douglas Aircraft Company", dedicar tiempo a los carteles propagandísticos que fueron subvencionados a través de la "War Production Board". Luego, como es de conocimiento público esa política se extendió prácticamente a todas las empresas.





Trabajo y producción, así como la financiación fueron el lema principal del denominado "esfuerzo de guerra" que se pedía a todos los trabajadores y ciudadanos estadounidenses. Revisemos algunos conocidos carteles, vistosos por el color y las alegorías. (En posteriores entregas abordaremos el tema de la sátira política y la producción industrial de guerra estadounidense contra Hitler y las potencias del Eje). 
























Esto no es todo. La historia estadounidense de la caricatura satírica anti-japonesa como medio de propaganda tiene otra historia relevante que debe ser revisada aparte, para comodidad del lector (en este caso observador de las gráficas) las dejaremos para la siguiente entrada.




NOTA: Los autores de las caricaturas, así como las fuentes son diversas, pero, la gran mayoría se encuentran recopiladas en los Archivos Nacionales y Administración de Documentos de los Estados Unidos (NARA), Washington D.C.


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