Bienvenido a este Blog. Detectives de Guerra le brinda los mejores análisis de los conflictos internacionales de actualidad

29 julio 2022

Desenmascarando los fraudes del revisionismo (IV)





       Otros mitos de la economía nazi

Por Tito Andino

Este artículo es continuación del episodio anterior denominado "El Trono de Oro", trata en profundidad un análisis histórico - económico de la Alemania hitleriana y los falsos mitos sobre el "milagro" nazi para levantarse de la ruinosa situación financiera heredada del fracaso expansionista en la primera guerra mundial o Gran Guerra. 

Una aclaración importante. El siguiente artículo originalmente fue publicado como Parte II de "El Trono de Oro", en enero de 2019 y forma parte de la serie de artículos denominados "Desenmascarando los fraudes del revisionismo". Sugirieron separarlos, por cuestiones prácticas, dejando la parte histórica aparte del real estudio de la economía implantada durante el régimen nazi, aparte que los largos textos de la publicación original pudieron haber causado distracción y cansancio mental  en el lector.

Entonces, he aquí el resultado, esta nueva versión corregida y ampliada para mejor comprensión del gentil lector.

Buena lectura.

             La verdadera economía de Hitler 

Continuemos con algo que el señor Salvador Borrego (autor del libro "Derrota Mundial") y todos los "expertos revisionistas" en "economía nacionalsocialista" pretenden ignorar. 




La economía de compulsión “zwangswirtschaft”

Ni los nazis, ni los economistas y banqueros del gobierno de Hitler transformaron la banca alemana, el sistema bancario nacionalizado ya estaba operando en la República de Weimar. Al asumir el poder los nazis la tuvieron fácil, usaron el sistema para generar el crédito inflacionario y contaron con la enorme suerte que la crisis mundial económica llegaba a su fin casi paralelo a la ascensión de Hitler.

La 'Zwangswirtschaft' ha pasado a la historia por las draconianas medidas que acompañaron su aplicación. No se ha visto nunca algo parecido (y en eso si estamos de acuerdo con el escritor mexicano Salvador Borrego). Para el nazismo el control de los precios tenía un lineamiento político dictatorial y belicista. Goering, Schacht y Funk reconocieron en 1946 que el control de los salarios y precios implicaba desde vigilar el trabajo de la gente hasta sus propias vidas"Ningún país puede conformarse sólo con hacer parte del trabajo" señalaron.

Hitler se valió de la economía de compulsión para edificar su “modelo” de economía de guerra en que giraba todo su programa. Los nazis no hicieron otra cosa que imprimir papel moneda en grandes cantidades para el gobierno, eso es lo usual y lo hacen todas las naciones cuando necesitan recursos, para evitar la inflación estaba la “zwangswirtschaft”, es decir, el control del trabajo y la vida del alemán, para buen entendedor: los campos de concentración aguardaban a cualquier libre pensador. Los nazis si fueron innovadores en ese aspecto. 

"La economía de compulsión de la Alemania nazi", en un estudio de referencia que hemos consultado, consistía en "establecer sucesivamente precios máximos sobre aquellos artículos que van viéndose afectados por la inflación. Una vez que el gobierno se embarca en controlar precios, el proceso de compulsión ya no se detiene. La combinación de más dinero en las manos del gobierno y del público, con los precios invariables tipificados para algunos productos, hace que la oferta ya no pueda satisfacer a todos aquellos que están dispuestos a pagar el precio que se pide. Aparecen así sucesivamente las colas, los desabastecimientos, la acumulación por parte de los consumidores de cualquier producto que tienen la suerte de encontrar en las tiendas, se tenga o no necesidad perentoria de él y finalmente el racionamiento". 

"Lejos de constituir el peor aspecto del problema, los mercados negros sirvieron para evitar el caos absoluto de los desabastecimientos. Eso sí, a costa de convertir a millones de personas decentes, en infractores de la ley. En sus etapas finales, la economía alemana absolutamente devastada por la guerra, se encontraba con paradojas como que, en medio de un hambre generalizada, un sombrero (sin precio controlado) costaba millones de veces más que una hogaza de pan (sobre la que sí existía precio máximo). No es difícil para el lector advertir qué era más conveniente fabricar en estas circunstancias. Los alemanes se encontraron en una situación en la que carecía de sentido trabajar a cambio de un papel moneda del que todos ya tenían ingentes cantidades y cuyo problema era encontrar algún establecimiento aprovisionado donde gastarlo. Pasaron de trabajadores a vagabundos y estuvieron en ese estado de postración hasta que Ludwig Erhard en 1948, devolvió la cordura a la economía con su reforma económica".


El Plan Cuatrienal
  
En 1936, Hitler implantó varias medidas económicas cuyo único propósito fue lograr en Alemania la implantación de una economía basada en la preparación de la guerraLa máxima prioridad de los nazis, en pugna con los economistas, era el rearme. 

La función de los economistas y de sectores industriales, que al principio ignoraban los planes, fue preparar el país hacia la "autarquía, es decir, la capacidad de Alemania de ser autosuficiente". Muchos en el sector empresarial apoyaban el rearme, sin embargo, eran realistas, no podían atender dos frentes dispares, el proveer a la población de suficientes medios de consumo, por un lado; y, por otro, el desmesurado presupuesto para gastos militares. Ese anhelo de Hitler no se logró jamás, los cañones definitivamente vencieron a la mantequilla. 

Sectores empresariales no ligados al segmento armamentista fueron ignorados, por tanto no tenían capacidad de presentar sus puntos de vista a mentalidades cerradas como Goering. Igual de ignorados estaban los economistas, quienes alarmados contemplaban la "mágica" máquina de imprimir papel moneda, rompiéndose la cabeza para no desatar una nuevo proceso inflacionario. Es aquí donde surge la verdadera razón del distanciamiento de personas como Hjlmar Schacht, el ministro de economía y presidente del Reichsbank, quien renunció a sus cargos a instancias de Goering.



La tarea de organizar el Plan Cuatrienal recayó en Hermann Goering, designado Ministro Plenipotenciario del Reich, por tanto con injerencia en los ministerios de Economía, Defensa, Agricultura y otros. El nombramiento de Goering como jefe del plan tuvo beneficios a corto plazo para Hitler, a la larga fue un desastre, ya que Goering apenas tenia conocimientos de economía y no podía aportar nada que no sea una meta política. 


Se transformó en dictador de la economía alemana, controlando el aparato industrial y productivo, mediante decretos ley. La propaganda se encargó de suplir los defectos del señor Goering, en quien se constató el único caso en que la mantequilla triunfó ante los cañones.  

Es cierto que el Plan Cuatrienal tenía como propósito regular las importaciones y exportaciones; intentar reducir el desempleo, realizar proyectos de obra pública (autopistas), la producción de automóviles y fibra sintética, proyectos de construcción; aumentar la producción agrícola; en general, autosuficiencia en producir materias primas. No obstante, todas esas actividades se subordinaban al rearme, la prioridad era la reconstrucción de la defensa militar.

Apenas pocos altos mandos del Partido nazi conocían los detalles minuciosos del Plan Cuatrienal, en agosto de 1936 recibieron una copia clasificada como "Memorándum Secreto". Algunos datos desconocidos lo tomamos del artículo "Plan Cuatrienal". El plan fue anunciado oficialmente en septiembre de 1936, en Nuremberg. Adolf Wagner leyó la orden de Hitler:

"Hoy presento el nuevo Plan Cuatrienal. Durante los próximos cuatro años, Alemania debe ser totalmente independiente del suministro extranjero de aquellas materias  que se pueden producir en cualquier forma a través de la capacidad alemana, a través de nuestra industria química y de nuestra maquinaria industrial, así como a través de nuestra industria de explotación minera. La reconstrucción de esta gran industria alemana de materia prima servirá para dar empleo a las masas. La implementación del plan llevará a cabo con el vigor y la energía nacionalsocialista. Pero además, Alemania no puede renunciar a la solución de sus demandas coloniales. El derecho de los alemanes a vivir es sin duda tan grande como el de otras naciones. El éxito de este plan es sólo una cuestión de nuestra energía y determinación. Los nacionalsocialistas nunca han reconocido la palabra "Imposible".

El cómo conseguir los recursos, la materia prima, los capitales, ya no quedaba dentro de la capacidad de la economía alemana ni de la propaganda nazi, allí es donde intervinieron los industriales alemanes, como subsidiarios de las grandes corporaciones norteamericanas que se instalaron en Alemania, gracias a la benevolencia de Adolf Hitler.


Cañones si, Mantequilla no 


Fotomontajes famosos del artista alemán John Heartfield: "Hurray, die Butter ist Alle!" ("Hurrah, la mantequilla es todo!", se publicó en la portada de la AIZ en 1935. Una parodia de la estética de la propaganda, el fotomontaje muestra a una familia en la mesa de la cocina, donde cuelga un retrato cercano de Hitler y el está adornado con esvásticas. La familia (madre, padre, anciana, joven, bebé y perro) está intentando comerse piezas de metal, como cadenas, manubrios de bicicletas y rifles. A continuación, el título está escrito en letras grandes, además de una cita de Hermann Göring durante la escasez de alimentos. Traducido, la cita dice: "El hierro siempre ha fortalecido a una nación, la mantequilla y la manteca de cerdo solo han engordado a la gente". La sátira sobre las palabras de Goering refiere claramente que "las pistolas son mejores que la mantequilla". A la derecha, Heartfield presenta la "Receta de Goebbels" contra la emergencia alimentaria en Alemania. "¿Qué? La manteca de cerdo y la mantequilla faltan mientras comes?, puedes comerte tus judías".


Excelentes artículos sobre economía explican la disyuntiva, "¿Cañones o mantequilla?", qué elegir para explicar la curva de la Frontera de Posibilidades de Producción, que representa las cantidades máximas posibles de bienes y servicios que pueden producirse en una economía. Hermann Goering, responsable nazi del Plan Cuatrienal, en 1936, dijo: “Los cañones nos harán poderosos, la mantequilla solo nos hará engordar” (como en su caso, privando de mantequilla al pueblo). Goering ante una audiencia detalló la supuesta carrera armamentista de sus vecinos y preguntó: ¿Quieren cañones o mantequilla?

La pregunta es válida aun en el presente, "estos dilemas se escuchan y leen a diario y es frecuente plantearse que en lugar de aviones en la Cumbre del G7 deberíamos gastar en hospitales; pero con ese criterio el Gobierno no destinaría ni un centavo para seguridad y en el país nunca se haría un evento internacional. El mismo criterio podríamos aplicar a las campañas electorales y municipales. El hecho es que en economía se pueden encontrar combinaciones intermedias entre destinar una proporción a gastos sociales y otra para seguridad" 



En el artículo "Cañones o mantequilla: sistemas económicos y coste de oportunidad", se explica que en economía, elegir entre cañones y mantequilla es indiferente. Los cañones se pueden cambiar por mantequilla en el mercado internacional. Hay una tercera alternativa, un estado belicista utilizará sus cañones para apropiarse de la mantequilla de otro. Es aquí donde debemos entender los principios económicos del nazismo, el enorme gasto militar y rearme alemán, con la fabricación de armamento a niveles insospechados, logró el incremento de las fuerzas armadas y la planificación de proyectos donde utilizar esa enorme producción, no cabía duda, una guerra de conquista.

"Las economías autoritarias responden unilateralmente a las preguntas básicas de la economía, imponiendo sus decisiones al resto de la población. En la medida que son unos pocos quienes deciden el destino de muchos, la imposición de las decisiones no siempre son populares de tal forma que el respaldo de las armas no está de más. Otras razones son las defensivas. Si el país logra cierto crecimiento económico y empieza a producir cierta cantidad de mantequilla, puede atraer la envidia de sus vecinos y ser invadido. Tanto los países pobres como los ricos producen cañones pero éstos, a diferencia de los primeros, no necesitan apropiarse de la mantequilla del vecino"

Otro razonamiento sobre el dilema cañones o mantequilla, fue planteado por el investigador Harald Steffahn. "¿Hubiera Alemania ganado la guerra de haber procedido antes a armarse rigurosamente? Contra los EEUU, en ningún caso; contra Inglaterra, solo de haberse decidido por la invasión; contra Rusia quizá, siempre y cuando, naturalmente, que desde el principio no hubiera subestimado sus posibilidades, evitando así los errores cometidos en los primeros tiempos de la campaña"


El mito del "Ministerio Apolítico" -el Ministerio de Hacienda-

Nunca existió tal "ministerio apolítico", las duras imposiciones fiscales a los ciudadanos alemanes así lo demuestran. 

Un libro de reciente aparición (ed. De Gruyter, 2018) del historiador alemán Ralf Banken, "Hitlers Steuertstaat. Die Steuerpolitik im Dritten Reich" (El estado fiscal de Hitler. La política fiscal en el III Reich) destapa otro mito de la economía nazi. El gobierno de Hitler acosó con impuestos fiscales a la clase media y trabajadora. El mito propagandístico conocido es que en materia fiscal el nazismo era "indulgente con las masas" pero "dura con la burguesía". Conforme la investigación de Banken, la carga fiscal sobre los ciudadanos llegó a ser la "mayor que ha experimentado Alemania" en su historia. De hecho, "nunca ha experimentado algo así ningún otro país de la Europa continental"




Entre 1932 y 1940, el impuesto sobre el salario se cuadriplicó. Las clases trabajadoras (no se puede hablar de la existencia de grandes clases medias), estuvieron bajo una "muy dura carga fiscal", golpeadas por las diferentes tasas impositivas sobre la renta. Entre los más pudientes, sin embargo, la tasa impositiva máxima del impuesto sobre la renta que asumieron fue del 65%. En el Tercer Reich, "los grandes patrimonios también estaban bajo la presión fiscal, pero también ganaban muy bien y mucha parte de esa carga fiscal significó menos que para el resto".

Los responsables del ministerio de Hacienda se aprovecharon de los dineros que pagaban los trabajadores en materia de seguros sociales para financiar sus proyectos. Para la clase trabajadora "el principal problema no eran tanto los impuestos sino los seguros sociales de desempleo, seguro médico o las cotizaciones para la jubilación. Estos pagos también comenzaron a subir. En un momento dado llegaron a ser una carga mucho mayor que los impuestos. Ese dinero se empleó para financiar la industria armamentística". Lo mismo puede decirse de los ahorros de las clases trabajadoras. Ese ahorro era consecuencia de que, especialmente en los años de la guerra, había una importante carestía de bienes de consumo. "La gente iba con el dinero a la caja de ahorros o al banco y con ese dinero el estado se financiaba. La gente fue engañada por el Reich", sostiene Banken. 

"El Ministerio de Finanzas del III Reich buscaba recaudar dinero para financiar la industria militar y minimizar así las deudas. No tuvo éxito. Y los impuestos subieron hasta lo imposible".  

El mito de “las autopistas del Führer” 

Otra clara tergiversación de la realidad económica de la Alemania nazi fueron las autopistas, que no son invención de Hitler. No es nada raro que hasta el presente, incluso en Alemania, se mantenga la creencia que las autopistas fueron un invento del nazismo y que por ese medio se redujo el desempleo masivo. Esta es otra mentira histórica.



Ya 
existían grandes proyectos de autopistas desde inicios del siglo XX. Una anécdota curiosa, digna de señalarse es la siguiente, antes de la toma del poder por los nazis:

"Pocos años antes, gran parte del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) se oponía conjuntamente con el partido comunista, a la construcción de autopistas.. Aducían que la construcción de “vías sólo para automóviles” serviría sólo a los “aristócratas ricos y a los grandes capitalistas judíos”. Cuando Adolf Hitler subió al poder, en 1933, los nazis descubrieron que las carreteras servirían a sus propósitos".

Es cierto que los planes de grandes autopistas no se cristalizaron masivamente en la Alemania de posguerra, consecuencia de la crisis económica mundial, la hiperinflación, la falta de capitales, el cumplimiento de indemnizaciones, pero, ya existían, no solo en proyectos. Por ejemplo, la última antes del nazismo fue una obra del futuro Canciller alemán, Konrad Adenaeur, en 1932, en su calidad de alcalde de Colonia, aunque pequeña (en cuanto a distancia) unía Colonia y Bonn (un eje muy estratégico para la economía); al asumir el poder los nazis no aceptaron esa calidad de autopista y la “degradaron” a una “mera carretera regional”. 

Para el nazismo era imperioso fomentar su mito, el mérito de haber construido la primera autopista del país tenía que ser obra del nazismo. 

La única realidad es que las autopistas del Führer tenían un objetivo estratégico fundamental en el área militar, la movilización masiva y rápida de material bélico, pertrechos y tropas (las mismas razones que motivaron a los prusianos a impulsar el ferrocarril); en contrapartida, también fueron un factor determinante para su rápida caída, las “autopistas del Führer” fueron el elemento clave para la fácil y rápida ocupación de Alemania por parte de los Aliados.



En "Hitler y la autopista, una mentira histórica", se relata que el Führer, al aceptar la necesidad de movilidad, dedujo que seduciría a la nación y aseguraría el poder.

"Su aparato de propaganda comenzó entonces a prometerle movilidad a un pueblo que podría al fin viajar. Según los planes, se construirían 1000 kilómetros de autopistas anualmente. En 1934, Hitler hablaba del comienzo de una “batalla laboral” que iba a generar 600.000 puestos de trabajo. La verdad fue otra. En los momentos más intensos apenas llegaron a ser 120.000 obreros los que a punta de pico y pala construyeron esas vías. La enfermedad y el hambre los acompañaban; las huelgas que hicieron fueron su pasaje al campo de concentración. Sus historias no fueron del dominio público. A la vez, en el transcurso del régimen nazi, cada vez más obreros ingresan en la boyante industria armamentista. Lo que realmente ayudó a reducir el desempleo".

En plena guerra, los prisioneros obligados a trabajos forzados se encargaban de construir y mantener las vías. En 1943, con la limitación del tráfico de coches, las bicicletas fueron los amos de las autopistas.

"No obstante, el aparato de propaganda siguió alimentando la mentira. Y tuvo éxito. En las películas y las fotos que difundía se mostraba grandes contingentes de obreros trabajando en autopistas en las que las obras habían sido detenidas hacía ya rato. Estas imágenes marcaron la memoria de toda una generación. Los nazis habían logrado imponer su mito".

La economía y producción de guerra

"La economía de guerra alemana estaba orientada hacia el golpe definitivo y la sorpresa, hacia el ataque relámpago. La crisis para Alemania comenzó en el momento en que fue imposible ganar batallas con esa táctica". 

El Plan Cuatrienal no culminó en la época de paz, se mantuvo aun entrada la guerra, tras la entrega de nuevas funciones a Albert Speer como Ministro de Armamento y Producción de Guerra del Reich, en 1942, cargo que, practicamente, acaparó la producción y economía alemana, luego vendría la declaración de "Guerra Total" de Goebbels. Los "logros" obtenidos por el señor Speer solo tiene un nombre, la utilización forzada de la mano de obra de prisioneros y civiles de los territorios ocupados. 

Mano de obra esclava

¿Acaso podemos olvidar que Alemania ganó millones y millones con la explotación de la mano de obra esclava (prisioneros de guerra o políticos, civiles extranjeros, judíos, etc.)? Sectores tan neurálgicos como la industria armamentista y del desarrollo del naciente misil balístico necesitaba mano de obra calificada, obreros extranjeros provenientes del sector industrial fueron sometidos a salarios de miseria, condiciones de vida restrictivas: hambre, hacinamiento en campamentos o refugios subterráneos. En teoría tenían una “mejor” condición de vida del simple prisionero sometido a trabajos de esclavitud. 

La Alemania nazi y los industriales se enriquecieron enormemente con esa brutal política de “empleo” barato que solo garantizaba una fosa común.

La explotación de la mano de obra esclava en las fábricas alemanas.


La Alemania nazi sobrevivió doce largos años, a pesar que los últimos dos tuvieron que mendigar por combustible para sus ingentes fuerzas mecanizadas de guerra, dado que ya no era posible seguir saqueando las naciones ocupadas, la ya existente ECONOMÍA de GUERRA, vigente desde 1933 con los Planes Cuatrienales del señor Goering, fue reemplazada por la "Guerra Total" del Dr. Goebbles.

La producción de guerra

Como hipótesis suele discutirse la real capacidad de producción bélica de la Alemana nazi, para unos no llegó a ser tan grande, otros encontraron limitaciones materiales y económicas, por lo que se arguye que no estaban listos para una guerra, otros de plano lo niegan. No obstante, no deja de extrañar su cometido, sea como haya sido, los nazis dedicaron sus recursos a la industria bélica y la utilizaron en sus iniciales guerras relámpago. ¿Qué les faltó recursos?. Eso no puede achacársele a otras naciones europeas o al "sabotaje de la banca judía". Apoderándose de los recursos de los países ocupados intentaron cubrir sus carencias materiales y económicas.   

Si, en efecto, una de las fuentes de riqueza favorita de los nazis era la prioritaria producción industrial... de armamento para la guerra, aquella constituyó la principal fuente de ingresos y de empleo para la Alemania nazi. El actual Complejo Militar - Industrial de los EEUU sería el equivalente a la industria en la época de la Alemania nazi, manejando presupuestos enormes y trabajadores bien remunerados.

Spectator hace una magnífica comparación al señalar que gran parte de la economía norteamericana es una economía basada en la guerra, aún en tiempos de paz, lo mismo sucedía en la Alemania nazi. La construcción y mantenimiento de buques de guerra, portaaviones, tanques, aviones supersónicos de quinta generación, satélites espías, sistemas de misiles, armamento ligero y municiones, entre muchas otras cosas, aseguran el empleo bien remunerado de decenas de miles de obreros, ingenieros, técnicos especialistas, diseñadores, contables, consultores, etc

"El mismo Pentágono es el ejemplo supremo de una burocracia extensa y bien pagada que de otro modo estaría desempleada creando problemas sociales".

En política no hay coincidencias, EEUU, acumula la mayor riqueza del momento, al mismo tiempo es la potencia militar más grande en la historia de la humanidad. Un hecho histórico reconocido y aceptado es que los EEUU salió de los efectos de la Depresión Económica de 1929 gracias a la segunda guerra mundial y no a las reformas sociales y económicas impulsadas por Roosevelt.

"¿Qué sería de la economía norteamericana si en cierto momento decidiera prescindir de toda su industria militar, abandonando cualquier pretensión de sostenerse como la primera potencia bélica del planeta? Eso sería tanto como preguntarse: ¿qué se va a hacer con todos los ingenieros, obreros, diseñadores, contadores, técnicos especializados, consultores, soldados, oficiales de alto rango, con empleos muy bien remunerados en dólares? La respuesta obvia es que Estados Unidos simple y sencillamente no está preparado, al menos en lo que a la cuestión de su economía respecta, para prescindir de su industria bélica".



Retrocedamos a la Alemania nazi, una nación que ha sucumbido en la Gran Guerra, sus recursos agotados y unos términos de rendición (Tratado de Versalles) imposibles de cumplir, encima la Gran Depresión en la economía mundial. En medio de ese caos, brota el "milagro" nazi en la economía, materia de "orgullo" de los "revisionistas" y neonazis del presente

Spectator afirma que ese "milagro" no es otra cosa que en menos de una década Hitler construyó el Ejército mejor armado y más poderoso que Europa hubiese conocido en su larga Historia. La Alemania Nazi se armó hasta los dientes equipándose con cantidades astronómicas de armamentos que no salieron de la nada, las que envalentonaron a Hitler para emprender sus hostilidades en contra de sus vecinos. Para producir tanto material de guerra se necesitaron muchos obreros, muchos ingenieros, muchos técnicos, muchos científicos,  muchos contadores, muchas fábricas. Lo cual vino siendo una gran fuente de empleos bien pagados. La gigantesca expansión del Ejército alemán, con la adición de miles y miles de soldados y oficiales de alto rango, contribuyó también a reducir en forma significativa las cifras del desempleo.

Hitler no estaba tan loco, jamás se habría atrevido invadir Polonia en 1939 con el armamento y soldados con que contaba Alemania al final de la Primera Guerra Mundial, no se habría atrevido invadir Rusia teniendo abierto el frente de guerra occidental si no hubiese contado con suficientes armamentos para llevar la guerra simultáneamente a dos frentes. Las promesas de venganza por la humillación en la Gran Guerra, sumada a la promesa de conquista de nuevos territorios (Lebensraum), para darle a Alemania muchas riquezas como botín de guerra, también influyeron en la psiquis alemana. 

"Interesante hubiese sido ver cómo se las habría arreglado Hitler para sostener la recuperación económica de Alemania sin llevar a cabo invasión alguna, al darse cuenta los alemanes que el país contaba ya (para fines de 1938) con un inventario excesivamente grande de armamento sin uso inmediato y sin justificación alguna para seguir construyendo y amasando más material bélico del que ya tenían. 
Bajo el esquema económico de Hitler, Alemania simple y sencillamente no estaba preparada para una paz a largo plazo, porque su economía no estaba diseñada para ser una economía de tiempos de paz; el armamento que ya se tenía debía usarse a como diera lugar para poder mantener las fábricas de armamento funcionando y las fuentes de empleo seguras. El único uso que se le puede dar a un armamento tan grande es usándolo. O dejar el poder, y heredar a otros el problema de convertir una economía basada en el belicismo en una economía basada en el pacifismo, lo cual no resulta nada fácil".

El expolio de Europa 




¿Alguien se atreve a negar que los nazis se apoderaron de las reservas monetarias (divisas) y de oro de los bancos centrales de los países agredidos?.

El Tercer Reich, durante la guerra, fue el reflejo del capitalismo puro y depredador de las riquezas de otras naciones. El “milagro” económico nazi a más de los enunciados, tiene otro nombre: el saqueo de Europa. El expolio de la propiedad privada y pública de las naciones ocupadas también aseguró el sostén de la economía alemana durante la segunda guerra mundial. 

Deberíamos refrescar los conocimientos. Casi a finales del siglo XXSuiza reconoció que sus negociaciones comerciales con el régimen nazi durante el conflicto se finiquitaron con el oro robado por los alemanes a los bancos centrales de los países ocupados.

La neutral  Suiza se constituyó en el más grande distribuidor y operador del mercado del oro en Europa, a través del Banco Nacional de Suiza; además, durante la guerra, intermediaba en la compra-venta del precioso metal de los bancos centrales de los países en conflicto; y, para rematar, la banca suiza intervino en la financiación de los bandos litigantes. 

En la práctica, otras naciones neutrales hicieron lo mismo, el caso de Suecia está siendo revelado tras la desclasificación de documentos reservados. Imitando a Suiza, los suecos vendían sus valiosas mercancías (metales para la fabricación de armas, generalmente hierro, manganeso, cromo) a cambio de oro saqueado. En ese sentido si que las teorías económicas de Hitler funcionaban, ¿para qué transar en papel moneda, sobre todo divisas extranjeras (de las que carecía) cuando bien podía pagar las materias primas con oro?; y, si no es mío, con mayor razón!  

En el escabroso caso sueco, una publicación refiere como funcionaba el sistema. El oro robado a los bancos centrales de los países invadidos era transferido al Banco Central de Estocolmo que, a su vez, entregaba coronas con las que que se pagaba a los proveedores privados suecos. Pese a las advertencias de los aliados de que, si ganaban la guerra, responsabilizarían a Suecia por el tráfico ilícito de oro, su banco central accedió a dicho intercambio, al igual que los bancos centrales de otros países, como Suiza, España y Portugal.

Para 1943, un responsable sueco (según documentos desclasificados) señalaba su preocupación sobre el origen del oro alemán y el riesgo de devolverlo de comprobarse que era robado; mas, el meollo del asunto era que, todo el gobierno sueco estaba conforme con no pedir explicaciones. Hasta inicios de 1944, Suecia, vía su Banco Central, había recibido 34.564 kilos de oro

El Banco de Pagos Internacionales también garantizaba este tipo de operaciones y Hitler tenía su delegado en esa entidad (inicialmente el Dr. Hjalmar Schacht). Tras la guerra, las fuerzas Aliadas iniciaron una investigación para exigir responsabilidades de los países neutrales que aceptaron el oro robado por los nazis. E1946 se formó la Comisión Tripartita –Francia, Reino Unido y Estados Unidos– tendiente a recuperar las reservas de oro confiscadas por los nazis en países comoAlbania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia y Yugoslavia. 

Una interesante publicación, especialista en economía  (OroyFinanzas.com) cita un estudio de una agencia inglesa de inversiones en oro. El dato trascendental del artículo, es el conocido saqueo de los bancos centrales de los países invadidos, da un enfoque anterior al estallido de las hostilidades en tres regiones "técnicamente" alemanas, es decir, en las famosas anexiones de Austria y Checoslovaquia, a la que se agregaría luego el oro confiscado en el corredor de Danzing (Prusia Oriental). Primero, el oro era trasladado al Reichsbank y, luego, para poder comercializar (vender) ese oro incautado, los nazis contaban con la colaboración del Banco de InglaterraEn esos días el mercado del oro era supervisado por el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, por el Banco Nacional de Suiza y por el Banco de Inglaterra.

"El objetivo del gobierno alemán nazi era la descapitalización en oro de los países ocupados y entregarles a cambio de ese oro “promesas de papel”. De esta manera, se cambiaba el respaldo de las monedas nacionales en oro por monedas fiduciarias muy devaluadas".

No existen cifras precisas sobre el total de reservas de oro confiscadas por Alemania entre 1936-1945, pero se hacen cálculos periódicos sobre el valor de ese oro a cambios actuales. Es lógico que buena parte de las reclamaciones de oro de las naciones afectadas no pudo jamás ser satisfecho. Se calcula las pérdidas entre el 35 y 40%, el proceso de reclamaciones estuvo abierto hasta 1998 (Comisión Tripartita de posguerra). Evidentemente ese oro había sido ya consumido, según las cantidades requeridas de los depósitos del Reichsbankuna vez impresas las marcas de origen alemán, se ordenaba la venta de lingotes para cubrir los recursos que se destinaba a la industria armamentística.


Al final de la guerra, grandes cantidades de oro fueron recuperados y devueltos a las naciones ofendidas, una pequeña tajada del oro robado desapareció en manos de nazis codiciosos, soldados norteamericanos también robaron oro (lingotes); se cree, según varias leyendas urbanas, que un buen botín de ese oro fue enterrado en alguna parte sin que haya sido recuperado.

Y ¿qué pasa con el oro, joyas, obras de arte de personas particulares confiscados?, es otra larga historia. "En los últimos años se han producido diferentes movimientos para intentar compensar las pérdidas ocasionadas por el robo de las reservas de oro. Por ejemplo, en 1997, el Deutsche Bank donó tres millones de dólares a las víctimas del Holocausto en compensación por el papel que jugó el mayor banco de Europa en las finanzas del Nazismo. En las mismas fechas, la Asociación Suiza de la Banca (Swiss Banking Association) hizo frente a un pago de 270 millones de francos suizos por este mismo concepto".

Otro episodio que desenmascara la mentira de la "noble" economía nazi fue el escamoso tema de la más importante falsificación monetaria de todos los tiempos, un tema popularizado en libros, documentales y hasta en el cine, el lago Toplitz, entre verdades y mentiras, es quizá el más conocido. Pero, muy pocos saben que esta operación de los servicios secretos permitió al gobierno alemán imprimir las divisas que tanto hacían falta en plena guerra

Con las libras esterlinas falsas, el gobierno alemán pagó, como tarde desde 1943, al 70% de su red de agentes en el extranjero. "Los servicios del Gobierno encargados de la "Operación Bernhard" recibieron el 50% de los billetes cambiados, es decir, alrededor de mil millones de marcos en divisas fuertes. El otro 50% se consideró como "gastos" y comisiones de los encargados de realizar el cambio, que transcurrió sin mayores incidentes(La singular arma secreta de Hitler. 'Operación Bernhard', falsificación de moneda)

Esta parte de la historia no es tan simple como apreciamos en el cine o leímos en alguna parte, no consistía en arrojar papel moneda falso desde aviones alemanes sobre Londres o territorios ingleses, sino de una verdadera infiltración en la economía británica y otros países entre 1942 y 1945. 


"Es cierto que el Banco de Inglaterra siguió aceptando y cambiando billetes de libras reconocidos como falsos con objeto de no restar crédito en el mercado mundial al papel moneda inglés. Está demostrado que la falsificación fue tan perfecta que los billetes eran aceptados prácticamente por los bancos de todos los países. Incluso los bancos suizos aseguraron, después de consultar al Banco de Inglaterra, que los billetes 'falsos' eran auténticos y de curso legal".

 

Ejemplar "auténtico" de un billete falso de veinte libras esterlinas, impreso por la "Operación Bernhard". Adolf Burger, uno de los prisioneros encargados de imprimir los billetes falsos en Sachsenhausen, muestra un billete de 20 libras (foto captura documental History Channel)

Otro ejemplar "auténtico" de un billete falso, este es de diez libras esterlinas, impreso en la "Operación Bernhard".


No es especulación alguna, luego de la guerra muchos de los comisionistas y nazis relacionados con la trama seguían teniendo en su poder grandes cantidades de ese dinero, ya no tenían que rendir cuentas al proveedor. Muchas fortunas nacieron y aseguraron una nueva vida a los "pobres nazis" que "lucharon" contra la "banca judía".  

En conclusión: Lejos de la actual propaganda neonazi, el "trono de oro" convirtió la economía alemana en el motor que impulsó la guerra, la verdadera arma secreta de Hitler en su conquista de Europa.

Nos quedamos sin conocer a quienes hicieron posible el "milagro" económico de Hitler, eso es materia de otros artículos, dado el volumen de información. 

*****


Artículos relacionados:

De la serie "Desenmascarando los fraudes del Revisionismo":

El "Trono de Oro"

TRAIAN ROMANESCU Un rumano que nunca existió

Desmontando a los “revisionistas” de lengua castellana


FUENTES DE CONSULTA del presente ensayo


Nota: En esta serie de ensayos, conscientemente omito los enlaces directos a las fuentes de consulta, el propósito es motivar al lector buscar por sí mismo la información, que se cerciore por su propio esfuerzo lo planteado en esta ponencia. No obstante el material consultado es el siguiente:


El trono de oroSpectator
-  Hitler y la autopista, una mentira históricaDick, W. / Lichtenberg, A./Mirra Banchón
-  La economía de compulsión de la Alemania nazi. José Ignacio del Castillo.
Se esfumaron toneladas de oro que EEUU guardaba desde la guerraSputnik (importante para saber como se términó con el 'patrón oro')
Suecia aceptó oro robado en su comercio con Alemania en la II Guerra MundialEl País
El robo de las reservas de oro de los países ocupados por la Alemania Nazi y el Banco de InglaterraOro y finanzas.com
La singular arma secreta de Hitler. "Operación Bernhard", falsificación de moneda. Artículo de la Enciclopedia "El Tercer Reich" (Anesa-Noguer)
La descomunal falsificación de libras con la que los nazis buscaron quebrar la economía británica. La Nación
Un tuitero desmonta siete creencias sobre Hitler: “Es importante leer para evitar el ridículo”www.publico.es
Autopistas de AlemaniaWikipedia
-"¿Cañones  o mantequilla?".  El espectador.com 
Cañones o mantequilla (IV): sistemas económicos y coste de oportunidad. Tribuna de economía
- Cañones o mantequilla. Economía de guerra alemana. Harald Steffahn
Cae el mito de la "bondad" fiscal de Hitler con la clase trabajadora. El Diario.es
El Plan CuatrienalNo solo batallas
Plan Cuatrienal. Wikipedia

23 julio 2022

MLK - JFK: Vietnam



Martin Luther King y John F. Kennedy sobre la guerra de Vietnam


Tito Andino

Recopilación de textos.


Detrás del más famoso e histórico discurso "Tengo un sueño", en la Marcha en Washington por el Trabajo y la Libertad (1963), "tengo un sueño de que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales...", el reverendo Martin Luther King, Jr. pronunció otros de trascendencia nacional y mundial, como los discursos y/o sermones sobre la intervención estadounidense en Vietnam, los sentimientos contra la guerra surgieron públicamente del Dr. King desde 1965.


Uno de los más conocidos data del 25 de marzo de 1967, en Chicago, al frente de una marcha en contra de la guerra. Ante unas 5.000 personas expresó que esa guerra era “una blasfemia contra todo lo que Estados Unidos representa”. Siempre puso énfasis en recalcar aspectos morales, la pobreza, el despilfarro económico en desprecio a la ayuda y programas que podían llevarse en favor de los ciudadanos afroamericanos. 

Más de medio siglo después sus discursos y sermones contra la guerra de Vietnam aún tienen eco. Se recuerda aquel en la histórica Riverside Church (Harlem, New York) del 4 de abril de 1967, conocido como "Más allá de Vietnam" (Beyond Vietnam), su mensaje no puede ser borrado ya de la historia de Estados Unidos, un sermón de carácter político sobre el militarismo, el racismo y la pobreza, el controvertido discurso le ganó la animadversión de los poderosos, el establishment lo atacó al reprochar su pretensión de asociar los derechos civiles al movimiento social contra la guerra. Eso produjo una consecuencia: "168 periódicos importantes lo denunciaron al día siguiente". Lyndon Johnson canceló la invitación a King a la Casa Blanca y otros tantos le dieron la espalda.


Martin Luther King había recibido el Premio Nobel de la Paz en 1964, cuatro años después fue asesinado en Memphis (Tennessee).


En la Iglesia Bautista Ebenezer, 30 de abril de 1967, volvió a criticar la guerra de Vietnam:


"En cierto sentido, mi sermón de esta mañana no es un sermón típico, pero sigue siendo un sermón, sobre un asunto importante, porque el asunto que discutiré hoy es uno de los más controvertidos que debe enfrentar nuestra nación. El tema sobre el que predicaré hoy es "Por qué me opongo a la guerra en Vietnam".

Déjenme aclarar desde el principio que yo considero esta guerra una guerra injusta, malvada y fútil. Mi sermón de hoy es sobre la guerra de Vietnam porque mi conciencia no me deja otra opción. Ha llegado el momento de que América escuche la verdad sobre esta trágica guerra. En los conflictos internacionales es difícil llegar a la verdad, porque la mayor parte de las naciones se engañan a sí mismas. Las racionalizaciones, así como la búsqueda incesante de chivos expiatorios son las cataratas psicológicas que nos impiden ver nuestros pecados. Pero ya han pasado los días del patriotismo superficial. Quienes conviven con la falsedad viven una esclavitud espiritual. La libertad sigue siendo el premio que recibimos por conocer la verdad. Jesús dijo: «Conocerán la verdad, y la verdad os hará libres» Yo he elegido predicar hoy sobre la guerra en Vietnam, porque estoy de acuerdo con Dante en que los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que en una época de crisis moral mantienen su neutralidad. Llega un momento en el que el silencio se convierte en traición"... (Usted puede dar lectura completa de este sermón - discurso: "Por qué me opongo a la guerra contra Vietnam". AQUÍ )


El reverendo Dr. Martin Luther King, Jr. es arrestado en Montgomery, Alabama en 1958 por "merodear". (Foto de Associated Press vía Wikimedia Commons)


El Dr. King en la estación de policía de Birmingham, Alabama en 1963. (Imagen Departamento de Policía de Birmingham)


Las siguientes líneas corresponden a extractos del reverendo M.L.King, sobre la guerra en Vietnam, es un magistral compendio.


"Déjame decirte cómo están las cosas.

Creo que ven a los estadounidenses como extraños libertadores.

Porque comprenderás que el pueblo vietnamita proclamó su independencia en 1945 tras una ocupación combinada de franceses y japoneses.

Por cierto, esto sucedió antes de la Revolución Comunista en China.

Liderándolos estaba Ho Chi Min.

Este es un hecho poco conocido.

Estas personas se declararon independientes en 1945.

Citaron nuestra Declaración de Independencia en su documento de libertad.

Y nuestro gobierno todavía se niega a reconocer eso.

El presidente Truman dijo que no estaban listos para la independencia.

Entonces, como nación, en ese momento fuimos víctimas de la misma arrogancia mortal que ha envenenado la situación internacional durante todos estos años.

Luego, Francia se movilizó para recuperar su antigua colonia y luchó durante ocho largos y brutales años tratando de recuperar Vietnam.

¿Sabes quién ayudó a Francia?

Eran los Estados Unidos de América.

Llegó a un punto en el que estábamos pagando más del 80% de los costos de la guerra.

E incluso cuando Francia comenzó a desesperarse por sus acciones imprudentes, no lo hicimos.

En 1954 se celebró una conferencia en Ginebra. Se llegó a un acuerdo ya que Francia había sido derrotada en Dien Bien Phu. Incluso después de esto e incluso después de los Acuerdos de Ginebra, no nos detuvimos. Tenemos que enfrentar el triste hecho de que nuestro gobierno realmente recurrió al sabotaje de los Acuerdos de Ginebra.

Después de la derrota de los franceses, parecía que la independencia y las reformas del país estaban a punto de llegar a través del Pacto de Ginebra.

Pero en lugar de eso, llegó Estados Unidos y empezó apoyando a un hombre llamado Diem, que resultó ser uno de los dictadores más despiadados de la historia del mundo.

Propuso silenciar a toda la oposición.

Las personas fueron brutalmente asesinadas solo porque alzaron la voz contra la política brutal de Diem.

Los campesinos observaron y se humillaron mientras Diem desarraigaba cruelmente toda oposición.

Los campesinos vieron como todo se presidía bajo la influencia de Estados Unidos y luego, al creciente número de tropas norteamericanas que venían a ayudar a sofocar la insurgencia que habían desatado los métodos de Diem.

Cuando Diem fue derrocado, es posible que se sintieran felices, pero el largo legado de las dictaduras militares no parecía ofrecer un cambio real, especialmente en términos de sus necesidades de tierra y paz.

Entonces, ¿a quién apoyamos hoy en Vietnam? Es un hombre con el nombre de General Ky, que luchó por los franceses contra su propio pueblo y que dijo en una ocasión que el mayor héroe de su vida es Hitler.

Este es el que estamos apoyando en Vietnam hoy.

Oh, nuestro gobierno y la prensa generalmente no nos dicen ciertas cosas. Pero Dios me dijo esta mañana que te lo dijera. La verdad tiene que salir.

El único cambio provino de Estados Unidos cuando aumentamos las obligaciones de nuestras tropas en apoyo de gobiernos que eran singularmente corruptos, ineptos y carentes de apoyo popular.

A lo largo del período, la gente leyó nuestros folletos y recibió regularmente promesas de paz y democracia y reformas para el país.

Ahora se quejan bajo nuestras bombas y nos consideran, no sus amigos vietnamitas, sino el verdadero enemigo.

Se mueven con tristeza y apatía mientras los conducimos desde la tierra de sus padres hacia campos de concentración donde las necesidades sociales más básicas rara vez se satisfacen. Saben que tienen que moverse o ser destruidos por nuestras bombas. Y así vayan, las mujeres, los niños y los ancianos primero.

Observan cómo envenenamos su agua, cómo devastamos millones de acres de sus cultivos.

Lloran mientras las excavadoras rugen a través de sus campos preparándose para destruir los preciados árboles.

Deambulan por los pueblos y ven a miles de niños sin hogar, sin ropa, corriendo en manadas por los caminos como animales.

Ven a los niños desalentados por nuestros soldados mientras piden comida.

Ven a los niños vendiendo a sus hermanas a nuestros soldados, seduciendo a sus madres.

Hemos destruido las dos instituciones que más les importan: la familia y el pueblo.

Hemos destruido su tierra y sus cultivos.

Hemos trabajado juntos para aniquilar la única fuerza política revolucionaria no comunista de la nación, la Iglesia Budista Unida.

Este es el papel que ha asumido nuestra nación, el papel de quienes imposibilitan las revoluciones pacíficas al negarse a otorgar los privilegios y placeres que provienen de las inmensas ganancias de las inversiones en el exterior.

Estoy convencido de que si terminamos con la parte correcta de la revolución mundial, como nación tendremos que pasar por una revolución radical de valores.

Necesitamos cambiar rápidamente de una sociedad orientada a las cosas a una sociedad orientada a las personas.

Cuando las máquinas y las computadoras, los motivos de lucro y los derechos de propiedad se consideran más importantes que las personas, los trillizos gigantes del racismo, el militarismo y la explotación económica son incapaces de superarse.

Una verdadera revolución de valores nos llevará pronto a exigir la honestidad y la justicia de muchas de nuestras políticas actuales.

Una verdadera revolución de valores pronto aparecerá inquietante ante el evidente contraste entre pobreza y riqueza con justa indignación.

Mirará a través de los mares para observar a los capitalistas individuales.

Cómo Occidente invierte grandes sumas de dinero en Asia, África y América del Sur solo para obtener ganancias, sin preocuparse por el mejoramiento de las naciones y diciendo que esto no está bien.

Mirará nuestra alianza con los terratenientes latinoamericanos para decir, esto no es justo.

La arrogancia de Occidente al decir que tiene todo para enseñar a los demás y nada que aprender de ellos no es correcta.

Una verdadera revolución de valores tenderá la mano al orden mundial para decir, una guerra para establecer diferencias no es justa.

Y enviar a casa a hombres desde campos de batalla oscuros y sangrientos, discapacitados físicamente y perturbados psicológicamente, no se puede reconciliar con la sabiduría, la justicia y el amor.

Una nación que sigue gastando más y más en defensa militar año tras año que en programas de crecimiento social se acerca a la muerte espiritual.

No dejes que nadie te haga pensar que Dios eligió a América como su divina fuerza mesiánica para ser una especie de policía para todo el mundo.

Dios tiene su propia forma de permanecer con las naciones en el juicio y casi me parece escuchar a Dios decir a América:

“¡Eres demasiado arrogante!

Si no cambias tu forma de actuar, me volveré contra ti para romper la piedra angular de tu poder para ponerlo en manos de una nación que ni siquiera sabe mi nombre”.

 


Parte II


No es verdad que Kennedy habría ordenado la retirada de las tropas de Vietnam... sin una victoria previa. Sin embargo, algunos de sus discursos y otras directrices enfurecieron a la CIA y al Estado Profundo estadounidense. 


J.F. Kennedy en la guerra de Vietnam

La siguiente es una sinopsis del artículo "President Kennedy’s Role in the Vietnam War" (El papel del presidente Kennedy en la guerra de Vietnam) del historiador y periodista Shane Quinn, publicado en el aclamado sitio web canadiense "Global Research".



Como presidente, Eisenhower prefirió los golpe de Estado a la invasión militar. Eisenhower instituyó y apoyó métodos de terrorismo estatal en la República de Vietnam, más comúnmente conocida como Vietnam del Sur, un estado fundado oficialmente en octubre de 1955; a la espera de la unificación del país sobre la base de elecciones libres, que debían celebrarse en 1956. Washington consideró los acuerdos de Ginebra de 1954 como un "desastre" que estipulaba, en efecto, entregar Vietnam a los vietnamitas. En cambio, el gobierno de Eisenhower estableció rápidamente la dictadura de Ngo Dinh Diem en Vietnam del Sur: para erradicar la amenaza percibida a la hegemonía estadounidense en el sudeste asiático y más allá.

Los crímenes en Vietnam de 1954-1961 fueron de un orden diferente: pertenecen a la categoría de crímenes que Washington lleva a cabo rutinariamente, directamente o a través de sus agentes, en sus diversos estados terroristas. Pero, en el otoño y el invierno de 1961-1962, el nuevo presidente Kennedy agregó el crimen de guerra de agresión al ya sórdido récord, elevando también el ataque a nuevas alturas. 

Bajo Eisenhower, los soldados estadounidenses en Vietnam permanecieron en un papel "estrictamente consultivo", no participando realmente en redadas. Este estatus cambió dentro del primer año del mandato de Kennedy, del terror a la agresión, afirma el autor e historiador estadounidense, Noam Chomsky.

Pasado medio año del inicio de su presidencia, en octubre de 1961, John F. Kennedy ordenó el envío de un escuadrón de combate de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos a Vietnam del Sur autorizado "a volar misiones coordinadas con personal vietnamita en apoyo de las fuerzas terrestres vietnamitas". 

En junio de 1956 JFK, entonces senador, había esbozado que,

"Vietnam representa la piedra angular del Mundo Libre en el sudeste asiático, la piedra angular del arco, el dedo en el dique. Birmania, Tailandia, India, Japón, Filipinas, y obviamente Laos y Camboya, se encuentran entre aquellos cuya seguridad se vería amenazada si la marea roja del comunismo se desbordara en Vietnam".

Sus puntos de vista cambiarían muy poco en los próximos años.

El 22 de noviembre de 1961, Kennedy sancionó el uso de las fuerzas estadounidenses "en un esfuerzo considerablemente mayor para evitar un mayor deterioro de la situación" en Vietnam del Sur, la llegada de miembros de las fuerzas armadas estadounidenses a Vietnam del Sur para participar en "reconocimiento aéreo, instrucción y ejecución de apoyo aire-tierra e inteligencia especial" (compañías de helicópteros,  escuadrón de transporte de tropas, aviones de combate, unidad de reconocimiento y aviones de transporte C-123 equipados para la defoliación).



El 11 de noviembre de 1961, el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos bajo el presidente Kennedy ordenó el uso de "aviones, personal y defoliantes químicos para matar los cultivos alimentarios del Viet-Cong y defoliar áreas fronterizas y selváticas seleccionadas"; mientras Robert McNamara, secretario de Defensa de Estados Unidos, autorizó a los aviones de combate estadounidenses atacar a los lugareños. Desde enero de 1962, más equipo militar estadounidense habría de llegar a Vietnam del Sur...

 

JFK, presidente desde el 20 de enero de 1961, multiplicó por seis, de unos 900 (31 de diciembre de 1960), a 5.576 (30 de junio de 1962) el número de soldados estadounidenses en Vietnam del Sur, volvió a duplicarlas a 11.300 (31 de diciembre de 1962). Al momento del asesinato de Kennedy, había alrededor de 16.000 militares estadounidenses en Vietnam del Sur, es decir, las tropas estadounidenses en suelo vietnamita aumentaron casi 20 veces más que al final del mandato de Eisenhower.

 

En julio de 1962, McNamara enfatizó que los planes estadounidenses relacionados con Vietnam deberían apegarse a "una visión conservadora", la retirada de las fuerzas estadounidenses "tomaría tres años, en lugar de uno, es decir, para la última parte de 1965", en caso de que se obtuviera la victoria para entonces. Ese calendario habría llevado a Kennedy a su segundo mandato como presidente, siempre que ganara la reelección. El calendario de finales de 1965, con respecto a la participación de Estados Unidos en Vietnam, disipa las afirmaciones de que JFK planeaba retirar inminentemente las fuerzas estadounidenses de Vietnam.

El general Paul Harkins, estacionado en Vietnam del Sur, explicó en su Plan Integral de enero de 1963 que "la eliminación gradual de la asistencia militar especial de los Estados Unidos se prevé que ocurra generalmente durante el período de julio de 1965 a junio de 1966". Al entrar en 1963, la estrategia de guerra estadounidense esbozada en enero, como señaló Chomsky, era "una atmósfera de gran optimismo, las iniciativas militares para la retirada fueron de la mano con los planes de escalada de la guerra dentro de Vietnam del Sur e intensificación de las operaciones contra Vietnam del Norte".

Es importante examinar las opiniones de los comandantes militares estadounidenses de alto nivel, en relación con la posibilidad de librar una guerra en Vietnam. En abril de 1961, el general Douglas MacArthur informó al presidente Kennedy que sería un "error" luchar en Asia, y que "nuestra línea debería ser Japón, Formosa y Filipinas". En julio de 1961, MacArthur repitió firmemente esta postura durante una discusión de tres horas en la Casa Blanca con JFK, pero su consejo fue ignorado. MacArthur sintió que "la teoría del dominó era ridícula en una era nuclear", lo que pretende que un país tras otro sucumbiría al comunismo sin la intervención de Estados Unidos. Kennedy está registrado como promotor de la teoría del dominó.

El sucesor de MacArthur como Jefe de Estado Mayor del Ejército de EE UU, el general Matthew Ridgway, expresó sentimientos similares a MacArthur. Ridgway se había opuesto a las políticas de Eisenhower en Vietnam desde 1954, que se emprendieron para subvertir los Acuerdos de Ginebra. En 1956, Ridgway escribió que la participación limitada de EEUU en Vietnam tenía un “tono siniestro”, que sospechaba que daría lugar a una escalada. Recordó la destrucción de Corea del Norte por parte de la Fuerza Aérea de los EEUU a principios de la década de 1950, y encontró "increíble... que estuviéramos a punto de cometer el mismo trágico error", que es lo que el presidente Kennedy procedería a hacer. Ridgway más tarde “se opuso apasionadamente a la intervención en Vietnam”, reconoció el historiador militar Robert Buzzanco.

El general J. Lawton Collins, otro militar estadounidense experimentado, también advirtió sobre la intervención armada en Vietnam y las regiones circundantes. Collins dijo que no "sabía de un solo comandante superior que estuviera a favor de luchar en la masa terrestre de Asia". El general James M. Gavin, quien, al igual que sus colegas antes mencionados, había estado al mando de las tropas estadounidenses en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, también estaba en contra de invadir Vietnam. Incluso el asesor militar más cercano a Kennedy, el general Maxwell Taylor, expresó sus dudas sobre la escalada del conflicto.




En febrero de 1962, la invasión de Vietnam por JFK era innegable. Para ese mes, los aviones de la USAF “ya habían volado en cientos de misiones”. A lo largo de 1962, segundo año del mandato de Kennedy, el "énfasis principal" para Washington fue "en el esfuerzo militar" en Vietnam del Sur, Los asesores militares estadounidenses acudieron en masa a Vietnam del Sur, el personal del Ejército de los Estados Unidos a principios de 1962 participaba directamente en las operaciones militares en Vietnam.

Chomsky escribió que en 1962, la guerra de Kennedy había superado con creces la guerra francesa en su apogeo en helicópteros y poder de fuego aéreo... La agresión de Kennedy no era ningún secreto. Hasta 1962, las tropas estadounidenses estaban utilizando helicópteros HU-1A contra las guerrillas survietnamitas. Como arma ofensiva, estos helicópteros contenían más potencia de fuego que cualquier avión de combate de la Segunda Guerra Mundial. 


Contrariamente al mito establecido desde hace mucho tiempo de que JFK, antes de su asesinato (22 de noviembre de 1963), estaba a punto de retirar las fuerzas estadounidenses de Vietnam, de hecho ocurrió lo contrario. 


El 17 de julio de 1963, Kennedy dijo que si el personal estadounidense fuera enviado de regreso a casa, "significaría un colapso no solo de Vietnam del Sur, sino del sudeste asiático. Así que nos vamos a quedar ahí".

En el diálogo de Kennedy con el periodista Walter Cronkite el 2 de septiembre de 1963, el presidente de los Estados Unidos dijo: "No estoy de acuerdo con los que dicen que debemos retirarnos. Eso sería un gran error... esta es una lucha muy importante aunque esté muy lejos". Una semana después, el 9 de septiembre de 1963, durante una entrevista con la NBC, Kennedy reiteró: "Creo que deberíamos quedarnos" en Vietnam porque la retirada "solo hace que sea fácil para los comunistas". Tres días después, el 12 de septiembre, Kennedy expuso: "Lo que ayuda a ganar la guerra, lo apoyamos; lo que interfiere con el esfuerzo de guerra, nos oponemos. Ya he dejado claro que cualquier acción de cualquiera de los dos gobiernos que pueda obstaculizar la victoria de la guerra es inconsistente con nuestra política o nuestros objetivos".

El 26 de septiembre de 1963, menos de dos meses antes de la muerte de Kennedy, dijo que Estados Unidos estaciona tropas en Vietnam y otras naciones porque "nuestra libertad está atada a la de ellos" y la "seguridad de los Estados Unidos está en peligro" si pasan "detrás de la Cortina de Hierro". Así que todos aquellos que sugieren que nos retiremos, no podría estar más en desacuerdo con ellos. Si Estados Unidos flaqueara, el mundo entero, en mi opinión, inevitablemente comenzaría a moverse hacia el bloque comunista".

El 1 de noviembre de 1963, Washington implementó un golpe de estado para derrocar al poco confiable dictador survietnamita Diem. Fue asesinado al día siguiente, junto con Ngo Dinh Nhu, su influyente hermano menor. Nhu se había quejado en los últimos meses de que había "demasiadas tropas estadounidenses en Vietnam", y la administración Kennedy estaba preocupada de que los hermanos estuvieran buscando un acuerdo secreto con el gobierno de Vietnam del Norte. JFK estaba ansioso de que el golpe continuara y colocó al nuevo embajador de Estados Unidos en Vietnam del Sur, Henry Cabot Lodge Jr., al mando operativo del mismo. Kennedy creía que si el golpe fracasaba, Estados Unidos "podría perder toda nuestra posición en el sudeste asiático de la noche a la mañana".

Dean Rusk, Secretario de Estado de los Estados Unidos bajo Kennedy y su sucesor Lyndon B. Johnson, desestimó las acusaciones de que el primero tenía la intención de retirarse: "Tuve cientos de conversaciones con John F. Kennedy sobre Vietnam, y ni una sola vez dijo nada de este tipo". Una vez más, está claro que Kennedy tenía la intención de permanecer en Vietnam y escalar el conflicto allí, solo retirando las fuerzas estadounidenses después de que se ganara la guerra, o eso se esperaba

Ocho días antes del asesinato, el 14 de noviembre de 1963, Kennedy dijo a los medios de comunicación sobre Vietnam que había una "nueva situación allí" después del golpe, y "esperamos, un mayor esfuerzo en la guerra", que la estrategia de Estados Unidos debería ser "cómo podemos intensificar la lucha" para que "podamos sacar a los estadounidenses de allí". En Fort Worth, solo unas horas antes de su muerte, Kennedy declaro: "Sin los Estados Unidos, Vietnam del Sur colapsaría de la noche a la mañana".

"No hay una frase en el voluminoso registro interno que siquiera insinúe una retirada sin victoria. JFK insta a que todos "se centren en ganar la guerra"; la retirada está condicionada a la victoria y motivada por el descontento interno con la guerra de Kennedy. Lo que está en juego se considera enorme. Nada sustancial cambia a medida que el manto pasa a LBJ". (Chomsky) 

-----

Artículo completo en inglés:

Shane Quinn

Sobre los asesinatos de MLK y JFK, ver:

¿Quién mató a Martin Luther King?

Archivos JFK: El encubrimiento del asesinato del presidente

AddToAny