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12 enero 2017

El dilema turco: El cambio de bando de Turquía (1)





por Thierry Meyssan



El cambio de bando de Turquía


El presidente ruso Vladimir Putin anunció la proclamación de un alto al fuego en Siria, acordado con Turquía, país que hasta ahora había sido el principal respaldo operativo de los yihadistas. ¿Cómo se explica este giro inesperado? ¿Logrará el presidente turco Erdogan mover su país de la esfera influencia de Estados Unidos a la de Rusia? ¿Cuáles son las causas y consecuencias de este importante cambio de bando?

Turquía es un país miembro de la OTAN, aliado de Arabia Saudita, amo del yihadismo internacional desde que el príncipe saudita Bandar ben Sultán tuvo que ser hospitalizado –en 2012– y padrino de la Hermandad Musulmana desde el derrocamiento de Mohamed Morsi en Egipto y la discrepancia entre Doha y Riad, en 2013 y 2014. En noviembre de 2015, Turquía llegó incluso a atacar a Rusia, derribando un Sukhoi-24 y provocando con ello una ruptura de relaciones diplomáticas con Moscú.

Pero esa misma Turquía acaba de apadrinar el alto al fuego en Siria, diseñado por Rusia [1]. ¿Por qué?

Desde 2013, Washington ha dejado de ver a Recep Tayyip Erdogan como un aliado confiable. Debido a ello, la CIA realizó diversas operaciones no contra Turquía sino directamente contra Erdogan. En mayo-junio de 2013, la CIA organiza y respalda el movimiento de protesta del parque Taksim Gezi. Durante las elecciones legislativas turcas de junio de 2015, la agencia estadounidense financia y maneja el partido de las minorías HDP para limitar los poderes del presidente Erdogan. Recurre a esa misma táctica en las elección de noviembre de 2015, pero el poder turco logra “arreglarlas”. La CIA pasa entonces de la política a la acción secreta. Organiza 4 intentos de asesinato, de los que el más reciente –en julio de 2016– termina muy mal, cuando la agencia estadounidense empuja un grupo de oficiales kemalistas a tratar de dar un golpe de Estado sin ninguna preparación.

Recep Tayyip Erdogan se halla, por lo tanto, en la misma posición que el primer ministro italiano de los años 1970, Aldo Moro: está a la cabeza de un país miembro de la OTAN y enfrenta la hostilidad de Estados Unidos. A Aldo Moro, la OTAN logró eliminarlo manipulando un grupo de extrema izquierda [2]. Pero no ha logrado liquidar a Erdogan.

Por otro lado, para ganar las elecciones en noviembre de 2015, Erdogan tuvo que captar a los supremacistas turco-mongoles reactivando unilateralmente el conflicto con la minoría kurda. De hecho, a su base electoral islamista del AKP le agregó los supuestos «nacionalistas» del MHP. En cuestión de meses mató más de 3 000 ciudadanos turcos miembros de la etnia kurda y arrasó varias aldeas, incluso barrios de grandes ciudades.

Para terminar, al servir de intermediario para la entrega a al-Qaeda y al Emirato Islámico (Daesh) del armamento que enviaban Arabia Saudita, Qatar y la OTAN, Erdogan estableció una estrecha relación con las organizaciones yihadistas. No dudó en utilizar la guerra contra Siria para echarse dinero en el bolsillo, a título personal. Primero lo hizo apoderándose de las maquinarias de las fábricas de Alepo –desmontadas y trasladadas a Turquía– y luego traficando con el petróleo y las antigüedades robados por los yihadistas. Todo el clan Erdogan fue vinculándose paulatinamente a los yihadistas. Por ejemplo, su actual primer ministro, el mafioso Binali Yildirim, organizó talleres para la fabricación de artículos falsificados en los territorios que administra Daesh.

Pero la intervención del Hezbollah en la segunda guerra contra Siria –a partir de julio de 2012– y después la intervención de la Federación Rusa –en septiembre de 2015– imprimieron un giro al conflicto. La gigantesca coalición de los “Amigos de Siria” ha perdido gran parte del terreno que ocupaba y está encontrando cada vez más dificultades para reclutar nuevos mercenarios. Miles de yihadistas han abandonado el campo de batalla y ya se han replegado hacia Turquía.

Pero la mayoría de esos individuos son incompatibles con la civilización turca. El problema es que los yihadistas no fueron reclutados como un ejército coherente sino para reunir el mayor número posible de elementos armados. Llegaron a ser al menos 250 000, quizás incluso muchos más. Al principio eran delincuentes árabes bajo las órdenes de miembros de la Hermandad Musulmana. Progresivamente, fueron agregándose los sufistas naqchbandis del Cáucaso e Irak, e incluso jóvenes occidentales sedientos de revolución.

Esta increíble mezcolanza no puede mantenerse si se desplaza a Turquía. En primer lugar, porque los yihadistas ahora quieren tener su propio Estado, y parece imposible que puedan proclamar otra vez el Califato en Turquía. Y también por todo tipo de razones de orden cultural. Por ejemplo: los yihadistas árabes han adoptado el wahabismo de los donantes sauditas. Según esa ideología del desierto, la Historia no existe. Por eso han destruido numerosas ruinas antiguas, supuestamente porque el Corán prohíbe los ídolos. Si bien esa óptica no ha encontrado problemas en Ankara, nadie concibe que los dejen tocar el patrimonio turco-mongol.

De hecho, en este momento Erdogan tiene –además de Siria– otros 3 enemigos:

Estados Unidos y sus aliados turcos –el FETO, organización del islamista burgués Fethullah Gulen;
-  Los kurdos independentistas, sobre todo el PKK;
-  Las pretensiones de los yihadistas, principalmente los de Daesh, de crear un Estado sunnita.

El interés de Turquía sería aplacar prioritariamente sus conflictos internos con el PKK y con el FETO. Pero el interés personal de Erdogan es encontrar un nuevo aliado. Después de haber sido aliado de Estados Unidos, durante el ascenso estadounidense, ahora quiere convertirse en aliado de Rusia, que ya es la primera potencia militar del mundo en materia de guerra convencional.

Operar este cambio de bando parece particularmente difícil en la medida en que Turquía es miembro de la OTAN, organización de la que nadie ha logrado salir. Quizás pudiera, en un primer momento, salir del mando militar integrado, como hizo Francia en 1966. Y hay que recordar que en aquella época Charles De Gaulle tuvo enfrentar un intento de golpe de Estado y fue objeto de numerosos intentos de asesinato por parte de la OAS, organización financiada… por la CIA [3].

Suponiendo que Turquía lograse manejar ese cambio, todavía tendría que hacer frente a otros dos grandes problemas.

En primer lugar, aunque no se conoce con precisión la cantidad de yihadistas desplegados en Siria e Irak, es posible estimar que ya queden sólo entre 50 000 y 200 000. Sabiendo que esos mercenarios son masivamente irrecuperables, ¿qué se puede hacer con ellos? El acuerdo de alto al fuego, redactado de manera voluntariamente imprecisa, deja abierta la posibilidad de atacarlos en Idlib. Esa gobernación siria se halla bajo la ocupación de una serie de grupos armados, sin vínculos entre sí pero bajo la coordinación de la OTAN, desde el LandCom, instalado en Esmirna (Izmir) –precisamente en Turquía–, a través de ONGs «humanitarias». Contrariamente a Daesh, esos yihadistas no han sabido organizarse correctamente y siguen dependiendo de la ayuda de la OTAN. Esa ayuda les llega a través de la frontera turca, que podría cerrarse de un momento a otro. Sin embargo, si bien resulta fácil controlar los camiones que siguen rutas bien definidas, no es posible cortar el paso a los hombres que se mueven a campo traviesa. Miles, quizás decenas de miles de yihadistas, podrían huir próximamente hacia Turquía y desestabilizar ese país.

Turquía ya inició su cambio de retórica. El presidente Erdogan acusó a Estados Unidos de seguir apoyando a los yihadistas en general y a Daesh en particular, dando a entender que si él mismo lo hizo en el pasado fue bajo la mala influencia de Washington. Ankara espera ganar dinero poniendo la reconstrucción de Homs y Alepo en manos de su empresa constructora. Pero es difícil imaginar que, después de haber pagado a cientos de miles de sirios para que abandonaran su país, después de haber saqueado el norte de Siria y de haber respaldado a los yihadistas que han destruido el país y asesinado a cientos de miles de sirios, Turquía logre evadir todas sus responsabilidades.

El cambio de bando de Turquía –si se confirma en los próximos meses– traerá todo una cadena de consecuencias. Comenzando por el hecho que el presidente Erdogan se presenta ahora no sólo como aliado de Rusia sino también como socio del Hezbollah y de la República Islámica de Irán, o sea de los héroes del mundo chiita. Termina con ello el sueño de una Turquía líder del mundo sunnita, que lucha contra los «herejes» con el dinero de Arabia Saudita. Pero el conflicto artificial entre musulmanes, desatado por Washington, no terminará hasta que Arabia Saudita también renuncie a la ilusión.

El extraordinario giro de Turquía resulta probablemente difícil de entender para los occidentales, que creen que la política es siempre pública. Sin entrar a mencionar el arresto de varios oficiales turcos en un bunker de la OTAN en el este de Alepo, hace 2 semanas, es más fácil de interpretar para quienes recuerdan, por ejemplo, el papel personal de Recep Tayyip Erdogan durante la primera guerra de Chechenia, cuando él mismo dirigía la Milli Gorus, papel del que Moscú nunca habló pero que está ampliamente documentado en los archivos de los servicios de inteligencia de la Federación.

Vladimir Putin ha preferido convertir un enemigo en aliado, en vez de hacerlo caer y tener que seguir batallando contra el Estado que hoy dirige. El presidente Bachar al-Assad, sayyed Hassan Nasrallah y el ayatola Alí Khamenei han comprendido que es mejor hacer lo mismo.


Elementos a recordar:

Después de haberse ilusionado con la conquista de Siria, el presidente Erdogan ahora se halla en dificultades –únicamente por causa de su propia política– en 3 frentes a la vez: tiene problemas con Estados Unidos y con el FETO –la organización de Fethullah Gulen–; con los kurdos independentistas del PKK; y con Daesh.
A esos tres adversarios podría agregarse nuevamente Rusia, que posee abundante información sobre la trayectoria personal de Erdogan. Eso ha llevado al presidente Erdogan a optar por aliarse con Moscú y pudiera llegar a salir del mando integrado de la OTAN.


¿Puede Turquía ponerse del lado de Rusia?

Aunque Rusia tiene históricamente un pasado difícil en su relación con Turquía, y a pesar de que no olvida el papel que el actual presidente Erdogan desempeñó contra ella en la primera guerra de Chechenia, una posible salida de Ankara de la OTAN resulta muy interesante para Moscú. En el bando contrario, el Estado profundo estadounidense, que mantiene su ambición imperial a pesar de la elección de Donald Trump, está dispuesto a todo para mantener a Turquía en la alianza atlántica.

  Lo que John Kerry hace de día, Victoria Nuland lo deshace de noche.


Para garantizar su supervivencia personal, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha desatado una gran purga contra todos los elementos pro-estadounidenses de Turquía, purga que se suma a la lucha que ya había emprendido contra Siria, contra el PKK [1] y, ahora, contra los mercenarios de Daesh, anteriormente bajo sus órdenes.

La destrucción de la influencia de Estados Unidos en Turquía se inició primeramente con la erradicación del movimiento Hizmet de Fethullah Gulen, el predicador islamista que trabaja para la CIA desde su exilio estadounidense en Pensilvania. Y ahora prosigue con la destitución –y frecuente arresto– no sólo de todos los militares turcos vinculados a Estados Unidos, sino de los militares laicos en general. ¡La prudencia nunca está de más!

El resultado es que 450 de los 600 oficiales superiores turcos destacados en la OTAN recibieron desde Ankara órdenes de regresar a Turquía. Más de 100 de esos militares han preferido solicitar asilo político en Bélgica, país sede de la OTAN.

La primera consecuencia de esa purga anti-laica es que el ejército turco queda decapitado por un largo periodo. En 5 meses, un 44% de los generales turcos han sido separados de sus cargos. Pero anteriormente, el 70% de los oficiales superiores ya fueron destituidos, arrestados y encarcelados en el marco del escándalo Ergenekon. Sin oficiales superiores capaces de garantizar su dirección, la operación turca «Escudo del Éufrates» se ha estancado.

Eso implica que Erdogan se ve obligado a revisar sus ambiciones militares para los próximos años, renunciando incluso a buena parte de ellas, ya sea en Siria, en Irak o en Chipre –3 países donde actualmente ocupa territorios. Eso lo llevó a abandonar el este de Alepo, en Siria, aunque no Idlib, y ahora se dispone a retirar sus tropas de Bachiqa, en Irak.

Desde la perspectiva de Washington, la posibilidad de que Turquía salga de la OTAN, o al menos del Mando Integrado de la alianza atlántica, ya provoca sudores fríos a la facción imperialista del poder estadounidense. En cantidad de efectivos, el ejército turco es el segundo más grande de la OTAN, después del ejército de Estados Unidos.

Sin embargo, también en Washington, la eventual salida turca de la alianza atlántica suscita más bien alivio entre los miembros de la facción del presidente electo Donald Trump, quien estima que Turquía es un país a la deriva.

De ahí el forcejeo de los neoconservadores por traer a Turquía de regreso en el «sentido de la Historia», léase el del «Nuevo Siglo Americano». Para lograrlo, Victoria Nuland, secretaria de Estado adjunta, está tratando de ofrecer Chipre al presidente Erdogan, un proyecto que la propia señora Nuland concibió después de las elecciones de 2015, cuando el presidente Barack Obama ordenó la eliminación del presidente turco.

Chantajeando al presidente chipriota Nikos Anastasiadis, la señora Nuland lo “incitó” a aceptar su «plan de paz» para Chipre: según ese plan la isla sería reunificada y desmilitarizada –en otras palabras, Chipre se quedaría sin ejército– y la OTAN desplegaría allí sus propias tropas, concretamente… tropas turcas. O sea, el ejército turco completaría su conquista de Chipre sin disparar un tiro. Si se negara a aceptar ese absurdo arreglo, el presidente Anastasiadis se vería enjuiciado ante un tribunal de Nueva York por su implicación como abogado en los negocios de la firma Imperium de su amigo ruso Leonid Lebedev que pusieron en juego 2 000 millones de dólares.

Resumiendo, una ruptura con la OTAN le costaría a Turquía el noreste de Chipre, que actualmente ocupa, mientras que quedarse en la alianza atlántica le aportaría el control de toda la isla.

Por supuesto, dentro de unas semanas el futuro secretario de Estado Rex Tillerson, ya nominado por Trump, podría sacar a Victoria Nuland del Departamento de Estado. Pero eso no quiere decir que el grupo que ella representa perdería todo acceso al poder. La señora Nuland es miembro de la familia de los fundadores del «Proyecto para un Nuevo Siglo Americano», que participó en la planificación de los hechos del 11 de septiembre de 2001. Su suegro, Donald Kagan, del Hudson Institute, instruyó a los neoconservadores y a los discípulos de Leo Strauss en la historia militar de Esparta. Su cuñado, Frederick Kagan del American Entreprise Institute, se ocupó de las relaciones públicas de los generales David Petraeus y John R. Allen. Su cuñada, Kimberly Kagan, creó el Institute for the Study of War. Su marido, Robert Kagan, percibe actualmente un salario pagado por el ex emir de Qatar en la Brookings Institution. Cuatro individuos, 5 tanques pensantes… una sola ideología.

Victoria Nuland, por su parte, fue sucesivamente embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, portavoz de Hillary Clinton y organizadora del golpe de Estado de Kiev, en febrero de 2014. Ayudó al hoy presidente de Ucrania Petro Porochenko y a Erdogan a crear oficialmente la «Brigada Islámica Internacional» que ha perpetrado importantes sabotajes en Rusia y todo indica que el Estado profundo estadounidense dará continuación a su acción contra la futura administración Trump.

Quien prosigue la guerra en Siria es el grupo que está detrás de los Kagan, y su único objetivo es ahora mantenerse en el poder. El presidente Barack Obama no sólo no logró sacarlos de su administración sino que además una personalidad como Victoria Nuland, considerada figura de proa de la administración Bush, no encontró obstáculo para escalar posiciones en la administración demócrata y organizar una ola de rusofobia. Después de haber trabajado en perfecta armonía con Hillary Clinton, la señora Nuland nunca dejó –junto a su amigo Jeffrey Feltman, el verdadero mandamás de la ONU– de sabotear la diplomacia del secretario de Estado John Kerry.

Conocedor del carácter voluble de Erdogan, personaje siempre capaz de cambiar bruscamente de estrategia, Moscú tendrá que arreglárselas para tranquilizar al angustiado presidente chipriota Anastasiadis, o para proponerle a Ankara algo más interesante y lograr que se mantenga a medio camino entre Estados Unidos y Rusia.



Notas:            
[1] «Los documentos del alto al fuego en Siria (completo)», “Resolution 2336 (Syrian Ceasefire, Astana Talks)”, Red Voltaire, 1º de enero de 2017.
[2] «La guerra secreta en Italia», por Daniele Ganser, Red Voltaire, 2 de marzo de 2010.
[3] «Cuando el stay-behind quiso derrocar a De Gaulle», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de agosto de 2009.

Parte 2

[1] El PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) es el partido de los kurdos de Turquía. Nota de la Red Voltaire.
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Los dos artículos de Thierry Meyssan son publicados originalmente en RED VOLTAIRE

27 diciembre 2016

¿HÉROES O VILLANOS? Alemanes en la segunda guerra mundial (II)




MITOS Y VERDADES

Por: Tito Andino


Un tema difícil de abordar teniendo en cuenta los tabúes surgidos respecto a la Alemania controlada por la dictadura nazi. En nuestro época –transcurridos 70 años del fin de la contienda bélica- en las calles de las ciudades alemanas y en las instituciones estatales es común encontrarse con una “carencia” de “héroes” que identifiquen el gran sacrificio que hizo el pueblo alemán como tal durante la guerra, millones de muertos y desaparecidos, millones de heridos y mutilados, sin embargo, es difícil identificar el prototipo de héroe, aquel personaje o personajes que sean recordados como patriotas en la psiquis colectiva.

Se preguntarán, ¿valió la pena tanto derramamiento de sangre de lo mejor de la sociedad germana?, si no existe a quién recordar en las conmemoraciones patrias. Sin duda, esa “escasez” de gente virtuosa que merezca el apelativo de “héroe” se debe en gran parte a la estigmatización en contra de los soldados alemanes etiquetados como nazis en su conjunto. 

Es evidente que hoy en día tratar de glorificar auténticos nazis como “héroes” alemanes constituye incitar al odio y al crimen (excepto para los neonazis y sus miles de websites); pero, no deja de ser menos cierto que, dejando a un lado a los nazis y a sus exaltados seguidores del presente, existieron alemanes que fueron y se hicieron merecedores a tal distinción.

Es una anécdota histórica, documentada con material fotográfico, que en los días finales del 'Reich de los 12 Años' se condecoraba cualquier acto que escasos años atrás era inimaginable merecer una distinción militar. La evidencia nos entrega una verdad absoluta: En mayo de 1945 en Berlín se podía encontrar, en cualquier edificio militar o del estado, cajas repletas de condecoraciones esperando ser colgadas de los pechos y cuellos de miles de voluntarios que estuvieren dispuestos a destruir un tanque enemigo o sostener una improvisada trinchera urbana con el único fin de seguir manteniendo artificialmente un cadáver insepulto.

No seré yo quien cuestione las hazañas, coraje y valentía demostrado por muchos SS en el campo de batalla y sus merecidas condecoraciones, sin duda las ganaron en la lid, a pesar de que gozaron de la preferencia del régimen en cuanto dotación de armamento y logística en detrimento de las tropas de la Wehrmacht que por su tamaño y composición llevó desde el principio al fin el duro peso de la guerra.

EL MITO DE LA “ELITE” COMBATIVA NAZI –LAS WAFFEN SS-




En la actualidad miles de páginas web hacen apología del nazismo y sus “virtudes”, al extremo que cada uno de sus seguidores pugna por abrir un blog, website o participar en foros de "expertos", en su imaginaria fanática aducen tener más "conocimientos" de la segunda guerra mundial que los más connotados investigadores e historiadores. Ya sabemos su modus operandi, su "sapiencia" proviene de la copia textual de los "revisionistas" (una sencilla tarea de copiar y pegar con las facilidades de internet). También tienen una nueva ”moda”, intercambiar réplicas de medallas, fotos y otro tipo de recuerdos -recién confeccionados- que llenarán de “orgullo” a sus poseedores como militantes de un inexistente movimiento “nacional" y "socialista” que luchará por sus derechos(?).

Con la costumbre de “glorificar” a las tropas de combate del nazismo, concretamente a la Waffen SS, cada día se copian y cuelgan en el ciberespacio decenas de fotos de un foro a otro, destacando a los “héroes” nazis que lucharon en “unidad” europea contra el bolchevismo. He aquí uno de los tantos mitos sobre la “magnificencia” de estos combatientes.


Se pretende convencer a un público apático y crédulo que el reclutamiento de voluntarios extranjeros para las Waffen SS fue la demostración de una supuesta lucha contra el judeo-comunismo encarnado en la URSS. Premisa tan falsa como falsa fue y sigue siendo la propaganda sobre el tema, la baja cantidad de voluntarios reclutados así lo demuestra. 

La verdad histórica es que esa imaginaria fuerza “europea”, enrolada en las Waffen SS, apenas representó un mínimo porcentaje comparada a los alemanes étnicos. Ejemplo:


“La división SS Wiking, presentada como prototipo de la unidad “germánica”, solo tenía en sus filas una parte relativamente baja de voluntarios extranjeros en el momento de la ofensiva contra la Unión Soviética en junio 1941: Apenas el 6% de sus efectivos (1.142 extranjeros sobre 19.377). Con excepción de los muy numerosos contingentes de alemanes étnicos (Volksdeutsche) nacidos fuera del Reich (especialmente en los Estados de la cuenca danubiana), los 37.367 voluntarios extranjeros “germánicos” que servían con el uniforma SS representaban todavía el 31 de enero de 1944 una cifra “extremadamente baja”, como lo reconoció incluso el responsable del reclutamiento: el 7,5% de los soldados SS de ese momento” (1)

¿Podemos considerar a las Waffen SS fuerzas heroicas y a sus combatientes héroes?.


Foto de carácter ilustrativo

Que hubo muchos nazis, soldados de las Waffen SS y hasta voluntarios enrolados en esas agrupaciones que se caracterizaron por su valor y coraje en el campo de batalla, jamás podrá ser negado; el arrojo que demostraron muchos de sus integrantes fue recompensado con las máximas condecoraciones militares de la época. No obstante, a pesar de lo dicho, historiadores de la época y actuales llegan a un consenso diferente sin basarse en posicionamiento doctrinario alguno, sino como resultado de una rigurosa investigación de los archivos y otras fuentes, concluyen que se dio una desmesurada mitificación de la capacidad de lucha y de los actos “heroicos” de los SS. El origen de estas exaltaciones exageradas lo encontramos en los órganos de propaganda del régimen nazi que controlaba absolutamente todo, necesitando elevar a la categoría de “héroes” a la mayor cantidad posible de sus soldados atiborrados de la ideología nacionalsocialista.

Tenemos una idea general sobre estos combatientes, la propaganda nazi los representó como luchadores fanáticos del nacionalsocialismo y defensores de la raza y de la cultura europea contra las hordas bolcheviques. Esta presunta característica, es decir, adoctrinamiento político de las tropas, llevó a una consecuencia, los soldados de las SS sentían desprecio del peligro en la lucha, a tal punto que la cifra de bajas en los primeros años de la guerra fueron en grado porcentual demasiado elevadas. El mito que estaba luchando contra razas inferiores (como los polacos y otros eslavos -untermensch-) provocaba en los jóvenes soldados un sentimiento total de superioridad y, sobre todo, el mito de invencibilidad, por el mero hecho de ser un SS. Por otro lado, ese irresponsable arrojo -o quizá estúpido desprecio por su vida- producía otro efecto, el tratar de manera despiadada a sus contrincantes.

De ello se ha concluido con el devenir de los años que el supuesto “elitismo militar y la criminalidad eran, en el caso de los soldados SS, las dos caras de un mismo fanatismo bélico”. 

Hoy en día, el investigador, el especialista en historia militar y el estratega no están conformes con que se siga calificando a las Waffen SS como una élite militar (sin duda fue elitista dentro del nazismo). ¿Por qué?, veamos la siguiente explicación:


“Para definir el elitismo militar, hay que hablar de la capacidad de un cuerpo de tropas para cumplir su misión con rapidez y eficacia, es decir, con el mínimo de pérdidas”. Lo cual ciertamente no fue una característica de las Waffen SS ni siquiera cuando se decretó la formación de las unidades blindadas SS, las que mayor éxito tuvieron en el campo de batalla (y esta medida se tomó para contrarrestar las terribles pérdidas humanas, los tanques tampoco marcaron gran diferencia pese a su poder de fuego). “El propio comandante del cuerpo de ejército blindado SS deploró, al final de la batalla de Járkov, que se prefiriera el ataque frontal, en detrimento de maniobras tácticas más elaboradas; fijación y ataque en los flancos, ataque nocturno, etc.; que se efectuaban muy esporádicamente”. (2)

Insistimos que el mito de la élite militar de la Waffen SS tiene una realidad objetiva, su ensalzamiento no fue más que producto de la propaganda nazi que controlaba todos los segmentos de la sociedad alemana. 


El soldado político, el soldado ideológico, el soldado racialmente "ario" no fue más que producto de consumo propagandístico; su capacidad combativa fue de menor rango que un simple y bien entrenado soldado de la Wehrmacht; y, como el producto se agotaba (por el elevado número de bajas) era necesario mantener la propaganda fantástica para atraer más reclutas.

La instrucción militar de las SS fue deficiente desde su origen. Tratar de convertir en soldado competente a un afiliado al nazismo, por su simple fanatismo, no garantizó nunca la obtención de un buen combatiente, mucho menos llegar al "idílico modelo del guerrero “ario”


“Entre los candidatos había una multitud de individuos mediocres o desclasados, a quienes la SS les ofrecía una posibilidad de promoción social. Casi la mitad de los alumnos de esas primeras promociones habían sido declarados no aptos por el ejército de tierra para convertirse en oficiales: esto desmiente lo que dijeron más tarde muchos apologistas y ex generales SS. Los oficiales superiores SS tampoco daban el ejemplo”. (3) 

Acotaré que este tipo de oficialidad fue la que ostentó, presuntuosamente, las mayores condecoraciones creadas por los dirigentes del "Reich de los 12 Años".


“El combate en el terreno solo da lugar a la valentía en proporciones limitadas. En efecto, el valor profesional de una tropa militar se basa, en primer lugar, en la competencia técnica; saber utilizar las armas y los materiales a su disposición; y la táctica; saber, en cada nivel jerárquico, desplegarse en el terreno en función de la misión y desarrollar la cooperación interarmas. A esta base de competencias se agregan las capacidades individuales de resistencia frente a las privaciones; sed, hambre, falta de sueño; o las condiciones climáticas desfavorables; frío, calor, intemperie; otros factores de orden moral podían considerarse fundamentales en los soldados; fidelidad a los jefes, espíritu de cuerpo, adhesión a la misión, etc.; pero sería inútil pensar que el aspecto moral pudiera pelear las deficiencias técnicas y tácticas ya mencionadas. (4)

Estos hechos, hábilmente ocultados por la propaganda del régimen nazi, se impuso como todo mito del nazismo y, curiosamente, perduró en la posguerra; es decir, la deficiencia de las Waffen SS, como fuerza militar coherente y desequilibrante, fue transformada (en teoría) en una poderosa rama que supuestamente marcó la diferencia en la batalla. 

Sin embargo, tenemos la obligación de señalar que un hecho casual y contradictorio - fueron las grandes victorias iniciales de la Wehrmacht - las que impulsaron el mito de la superioridad de las Waffen SS con sus frontales ataques –innecesarios- contra las tropas polacas que los superaban en número. Tuvieron éxito porque actuaban con audaz determinación; pero, a la vez, el exagerado número de bajas dejaba reducida sus unidades en restos que tenían que ser alistados en otras agrupaciones. Tampoco fueron solo triunfos, al fracasar en otras batallas derramaron su “valentía” en contra de los prisioneros de guerra y los civiles, para mitigar la ausencia de preparación militar.


Hauptsturmfuhrer Michael Wittmann, I SS Panzer Korps. Normandía, mayo 1944. Sin duda un valiente soldado, posando para una clásica fotografía de la propaganda alemana.


Hubo una etapa en que las Waffen SS fueron realmente efectivas, mas esta llegó demasiado tarde, ya nada podían hacer por contribuir a salvar una guerra pérdida ante los sub-hombres eslavos del ejército rojo – los untermensch-. Hemos dicho ya que esos logros de última hora de las SS se produjeron en detrimento del mantenimiento y dotación de recursos materiales y humanos para la Wehrmacht. “En la primavera de 1943 las formaciones de reclutamiento alemán de la Waffen-SS mostraron su mejor valor militar. En esa época contaban con un equipamiento abundante, de personal ampliamente motivado y de cuadros formados en la dura escuela de la guerra del este. La política de la SS alentaba precisamente la promoción de jóvenes oficiales, aún treintañeros, que reivindicaban como su principal cualidad militar su audacia en combate. Este tipo de oficiales SS “temerarios” se impulsó en el mando de los regimientos y de las divisiones blindadas SS en los dos últimos años de la guerra. Durante mucho tiempo contribuyó a mantener el nivel de las unidades SS, cuyo reclutamiento se estaba desmoronando”. (5)

Es seguramente en esta tardía etapa en que se presentaron muchos casos particulares entre los miembros de las Waffen SS de temeridad y valentía en sus acciones, las que fueron calificadas en su momento como actos de heroicidad y recompensadas con una condecoración.



TRATANDO DE CONCEPTUALIZAR AL HÉROE Y EL HEROÍSMO

Trasladémonos por un instante a los campos de batalla de la primera guerra mundial para entender el inicio de la decadencia de los conceptos de héroe y heroísmo. Dicen los autores de “Germany Secret”


“La Primera Guerra Mundial produjo heroísmo a escala inflacionaria… al igual que los marcos alemanes, el concepto de heroísmo acabó degradado y devaluado. Durante el prolongado estancamiento en el frente occidental no hubo muchas oportunidades de realizar actos heroicos distintivos o decisivos. Con un esfuerzo mínimo cualquiera podía convertirse en héroe; ni siquiera era necesario encabezar una carga localizada o realizar una hazaña; bastaba con asomar la cabeza por encima del parapeto de una trinchera para convertirse rápidamente en héroe difunto. El concepto se desacreditó porque el heroísmo era habitual y se alcanzaba fácilmente”.

En lo que respecta a nuestros días señalan los autores que



“Hasta la guerra, espacio tradicional del heroísmo, en nuestra época ofrece oportunidades limitadas. Ya no es posible dirigir la carga de caballería rimbombantemente pintoresca que determina el resultado de la batalla. En el caso de la guerra moderna, la única oportunidad del heroísmo individual decisivo radica en las operaciones secretas, en la actividad guerrillera, en el sabotaje y en las misiones tras las líneas enemigas, actividades vinculadas con fuerzas y grupos especializados. Incluso así, los actos individuales no son necesariamente decisivos. Simplemente pueden convertirse en factores que contribuyan, incluso de forma más o menos modesta, al resultado definitivo”. (6)

Hablando de héroes y heroísmo diremos que ya no bastan las destrezas en el campo de batalla ni ser valiente para ser calificado de héroe, un concepto que si era válido en épocas antiguas. La valentía puede ser cuestionada ante la ausencia de otras virtudes como la moralidad de un acto ejecutado.

“Muchos miembros de las SS fueron incuestionablemente valientes. Sin embargo, ello no los vuelve moralmente menos insolventes, despreciables y repelentes. Para la mentalidad moderna, la valentía por sí misma ya no valida, justifica ni redime automáticamente al individuo que la manifiesta o a la causa en nombre de la cual la muestra” (7)

El régimen nazi necesitaba “héroes” que fueren compatibles con su ideología, imperiosamente se requería gente del pueblo para glorificarlos y hacer la “competencia” a los nobles y a los aristocráticos junkers prusianos de las fuerzas armadas. Aquí el terreno era más escabroso, en muchas ocasiones, de forma cínica, para crear esos “héroes” se decidía otorgar una condecoración, como la Cruz de Hierro, a cualquier oficial superior de las SS con mando en el frente.



Oskar Dirlewanger

¿Realmente se merecían tal distintivo? Conocidos criminales de guerra como los oficiales que comandaban los ‘Eitzegruppen’ lucían en sus guerreras los distintivos de un “héroe” germano. Tipos como Oskar Dirlewanger, un psicópata asesino, ostentaba en su uniforme las máximas condecoraciones que podía aspirar un auténtico soldado alemán, como la Cruz Alemana de Oro y la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro (las dos invenciones del nazismo).

Otros “héroes” nazis fueron producto del amplio material propagandístico. Un caso especial es Otto Skorzeny, un hombre sin capacidad militar porque nunca recibió tal formación profesional hasta después de iniciada la guerra (es innegable que en las SS se lo formó para el espionaje y sabotaje)



Condecoraciones de Otto Skorzeny



Su bonito uniforme SS se lo debe a su tardía afiliación al nazismo y a su estatura. Skorzeny, con el tiempo se convirtió en un agente personal de Hitler, quien le encargó acompañar a las tropas de la Wehrmacht en distintas misiones, como el rescate de Mussolini, privándoles del éxito y la gloria a los paracaidistas que ejecutaron esa misión. Hoy sabemos que Skorzeny no fue un héroe, al menos no para la categoría o el estereotipo clásico de esa figura; quizá sea un “héroe” para los nazis y sus actuales admiradores que seguirán idolatrándolo como tal. Tajantemente diremos (pidiendo disculpas por lo redundante): Fue Hitler quien se encargó de elevarlo a esas alturas por fines propagandísticos, gracias a la imperiosa política hitleriana de convertir en “héroes” a la mayor cantidad posible de soldados nazis provenientes de las entrañas de los bajos estratos de la sociedad alemana, “exaltando” las virtudes del nacionalsocialismo, así surgieron casos como Skorzeny.

Podríamos seguir divagando mucho tiempo con múltiples casos, pero ese no es el propósito.

Nuestra misión es encontrar el verdadero prototipo de “héroe” que se ajuste al concepto. En el caso de los soldados alemanes de la segunda guerra mundial, la lógica nos dice que solamente es posible encontrarlos, por lo referido, buscando en las filas de la Wehrmacht, los auténticos militares – algunos muy serviles a Hitler, otros menos dependientes del hitlerismo, otros abiertamente contrarios al Führer nazi y aquellos apolíticos que lucharon por su juramento de lealtad a la patria-.


TRAS LA BUSQUEDA DE UN HÉROE ALEMÁN


                                 

Sin dejar de mencionar el valor combativo y las muestras de heroísmo dentro de la Wehrmacht, nuestro cometido sería interminable si detalláramos los miles de casos heroicos o de valentía ejecutados por las tropas; se busca abordar algo fuera de lo común, especial, un caso singular que aún hoy en día sea tan polémico como es razón de orgullo de los alemanes.

Previamente hay que volver a dejar puntualizado otros razonamientos para mejor comprensión de los conceptos heroísmo – heroico – héroe.

Fueron las corrientes totalitaristas del siglo XX (nazismo/bolchevismo) quienes degradaron el concepto de heroísmo. Crearon –al arbitrio- un nuevo significado, algo parecido a un “heroísmo colectivo”; es decir, toda la sociedad tiene que ser forzosamente inculcada en el sentimiento nacional. Los nazis, por ejemplo, proponían que el ‘Volk’ alemán era el todo y de por sí heroico, algo parecido hicieron los soviets con las “masas proletarias”. 

De esa forma, la individualidad del “héroe” quedó suprimida en su conciencia. Del potencial “héroe” se requería obediencia ciega a los principios del ‘Volk’, su independencia para razonar quedó suprimida. Por tanto, lo heroico ya no será más el individuo, para el totalitarismo lo heroico no puede ser más que la colectividad.


“El carácter engañoso de ese heroísmo colectivo resulta harto evidente. Si absuelve o no, para ser exactos, si priva al individuo de responsabilidades, también lo despoja de individualidad y de cuanto la civilización occidental considera más sagrado. El heroísmo colectivo putativo del totalitarismo moderno también es profundamente retrógrado, entraña el retorno a lo ‘primitivo’. Se trata, una vez más, de la valentía irreflexible y enloquecida…valentía divorciada del contexto moral y que solo se justifica mediante la unanimidad  impuestas. No contribuye en nada a satisfacer la autodefinición, ya sea individual o colectiva. Tampoco da solución satisfactoria a la crisis de identidad individual o colectiva. Es incapaz de reintegrar las esferas disociadas de pensamiento y acción. En el mejor de los casos, constituye una suerte de anestesia espiritual y psicológica” (8)

Nota del editor del blog: Originalmente un siguiente segmento de este artículo se refería al Conde Claus von Stauffenberg como ese héroe que Alemania buscó incesantemente  en la posguerra y que sería proclamado décadas después del final de la guerra como héroe alemán y salvador del alma nacional. Incluso se ha señalado que Stauffenberg representa la expiación del Tercer Reich. Y no siendo el único, es el mayor referente de la RESISTENCIA alemana contra el nazismo. Hoy es considerado un auténtico héroe de Alemania, al ser de las pocas personas que es recordada con orgullo de aquellos horribles tiempos del hitlerismo, osó -junto a muchos-, antes y después, levantarse en contra de lo que él consideraba la encarnación del mal en el espíritu del pueblo alemán.

Usted puede dar lectura a la continuación de este artículo AQUÍ (referente al conde Stauffenberg): STAUFFENBERG y la “ALEMANIA SECRETA”

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NOTAS bibliográficas:

(1)  Los Mitos de la Segunda Guerra Mundial.- Jean López / Olivier Wieviorka.- Ed. El Ateneo. 2016. 
También existe un excelente resumen sobre el capítulo de las SS en el siguiente enlace: http://www.urgente24.com/257336-como-se-construyen-mitos-el-caso-de-las-ss-de-hitler
(2)  Ibidem
(3)  Ibidem
(4)  Ibidem
(5)  Ibidem
(6) Secret Germany.- Michael Baigent y Richard Leigh. Ediciones Martínez Roca. Madrid Espania 2009. Páginas 317-319 
(7)  Ibidem. Pág. 315
(8)  Ibidem. Pág. 323-324

17 diciembre 2016

Lamentos de las “viudas" de Alepo




























Por: Tito Andino U.


“El ‘mundo’ apaga sus luces por Alepo”, rezan los principales titulares de la prensa atlantista. “La ‘oposición’ va cayendo en las terribles garras del régimen ocasionando cientos de víctimas”. “El asedio de las tropas del dictador provoca el éxodo de miles de alepinos”. “Salvemos Alepo” vuelven a rugir los medios. “Los Estados Unidos y la Unión Europea exigen el fin de los ataques de Rusia contra la ciudad”, etc. 

Si usted es de los que cree esas notas de los periódicos y la televisión occidental anti-siria, mejor no lea el siguiente reporte.


Resulta repulsivo leer la prensa comercial y la desinformación de un órgano propagandístico conocido como “Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN” y una supergama de medios creados por los países miembros de la organización, como el “Comando Estratégico de Estados Unidos” bajo dependencia del Pentágono para desarrollar la guerra de información.

Resulta que las “viudas” de Alepo no son otros más que los ya conocidos sponsors de los “rebeldes moderados” y de los no tan moderados yihadistas y mercenarios internacionales que asolaron Alepo durante cinco años. A saber, entre los principales: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Turquía y en mayor o menor grado los demás integrantes de la alianza “defensiva” europea conocida como NATO u OTAN (por sus siglas en español) y, en general, la hábil y diplomática Unión Europea.

Pero las “viudas” lloronas de Alepo no son solo las mencionadas, también tenemos otras viudas más cercanas, las que han enviudado enviando miles de sus maridos e hijos a morir por un supuesto “Califato” o, peor aún, tomándose el nombre del Creador para desatar el crimen en contra de la población siria. En este grupo de “viudas” contamos desde Arabia Saudí, Qatar y otras petromonarquías absolutistas del Golfo que “lloran” por la falta de democracia del irresponsable tirano que gobierna Siria. También hay que contar a una viuda muy cautelosa, el Reino de Jordania, que con su doble cara no hace más que cumplir su papel de siempre, ser títere de los Estados Unidos y; claro, cuando no, al tristemente célebre estado enano de Israel, que al fin y al cabo es la única “viuda” satisfecha, la que disfrutará la herencia del programa de destrucción del Medio Oriente y que goza de radiante felicidad al observar, desde lejos, como sus enemigos se destruyen entre sí. 

Las “viudas” de Alepo “lloran” lágrimas de cocodrilo porque la población local ha sido “desplazada” sin rumbo ni futuro. Ahora resulta que rescatar a los ciudadanos de la ciudad, mantenidos durante años como rehenes y escudos humanos de los inexistentes “rebeldes”, se denomina “desplazamiento forzado” o “exilio”, es decir, el “régimen” sirio en una muestra de “inhumanidad” “obliga” a cientos de miles de residentes de Alepo a "huir" y "abandonar" sus hogares. 




Las “viudas” lloronas de Alepo se quejan amargamente porque no se les ha concedido un estatuto especial a sus protegidos, es una muestra más de la autocracia que gobierna Siria. Privarles de autonomía a los radicales de Alepo Este es una “vergüenza” sin precedentes, ya que esta grandiosa idea nació del enviado especial del Secretario General de la ONU para Siria, Steffan de Misura. Si ese es un plan de la ONU será mejor que todos los estados del mundo vayan asumiendo en manos de quien estamos.

Desde ahora, cualquier organización terrorista que tome por asalto y mantenga a la población civil como escudos humanos; o, simplemente asedie una ciudad por motivaciones político-religiosas, o por encargo de alguna potencia extranjera, puede sentirse tentada para solicitar (con el apoyo de algún delegado de la ONU) – un nuevo concepto del Derecho Internacional – (en el sentido irónico claro está) “AUTONOMÍA”!

Las “viudas” de Alepo sufren hasta el grado de llegar a la histeria colectiva, fruto de la constante queja contra rusos, sirios y sus aliados al negarse éstos a conceder nuevas treguas humanitarias para que los representantes de las “viudas” puedan seguir llevando armamento a sus ahijados, y porque las treguas anteriores que se les concedió no fueron lo suficientemente amplias para dotarles de más armas, el lloriqueo seguramente se basa en la presunción de que sus “rebeldes moderados” no fueron dotados y equipados a cabalidad para hacer frente a la dictadura siria.

Las “viudas” de Alepo cansadas de derramar “lágrimas” por los desposeídos de la ciudad se olvidaron de poner en práctica su discurso de enviar verdadera ayuda humanitaria rumbo a Alepo luego de su liberación, hasta la presente no ha llegado una pastilla, ni una funda de harina, ni un pan, ni una botella de agua para los cientos de miles de rehenes bajo custodia forzada de sus hijos putativos (yihadistas y otras especies moderadas).



Jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini 


Las “viudas” de Alepo están profundamente estremecidas al ver como han perdido cientos de toneladas de alimentos enviadas con tanto sacrificio para los “chicos buenos” del Estado Islámico, Al Nusra, Ejército Sirio Libre (si es que existe), Ejército de la Conquista y otros grupos hermanos. Como no van a estar desconsolados, al contemplar por otros canales alternativos, como las tropas sirias encuentran inmensos depósitos de alimentos que solo servía para engordar a sus ahijados, mientras acaparaban y privaban de los medios de subsistencia a millares de ciudadanos de Alepo. 

Las “viudas” no pueden asimilar el dolor de ver que sus grandes depósitos de armas, en las que se incluyen sofisticados misiles provenientes de diversos países del bloque de la OTAN caen en manos de las fuerzas armadas sirias. Tanto sacrificio para cruzar la frontera turca, tanta falsificación de documentos para desviar los destinos finales, etc., todo se ha ido al diablo. -A quién vamos a cargar la cuenta de los gastos? estarán discutiendo las “viudas” lloronas-.

Finalmente, podríamos enumerar una interminable lista de quejas de las “viudas locas”, pero ya son demasiada conocidas y de diaria difusión que no vale la pena seguir alimentando las “lágrimas” del coro internacional de las “viudas llorones” de Alepo. Que se lamenten, que se rasguen sus vestiduras al enterarse de que sus apadrinados pueden –si lo desean- abandonar la ciudad a cualquiera de sus reductos, seguramente el llanto es por tener que abandonar su mejor botín de guerra: ALEPO y no poder acusar más e incesantemente de “crímenes atroces” a las tropas sirias que siempre han facilitado los corredores humanitarios, las treguas y fomentado la reconciliación amnistiando a los auténticos sirios sublevados.


Como no van a llorar las “viudas” locas. Si han perdido SU guerra.



POS ADDENDUM

ONU: El Consejo de Seguridad se reúne a puertas cerradas por arresto de oficiales de la OTAN en Alepo.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió a puertas cerradas el viernes 16 de diciembre de 2016, a las 17 horas, debido al arresto, en la mañana de ese mismo viernes, de varios oficiales de la OTAN que se hallaban en un bunker en el este de Alepo.
Los oficiales de la alianza atlántica fueron detenidos por miembros de las fuerzas especiales de la República Árabe Siria. Informa de última hora la Red Voltaire.

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