Bienvenido a este Blog. Detectives de Guerra le brinda los mejores análisis de los conflictos internacionales de actualidad

27 diciembre 2016

¿HÉROES O VILLANOS? Alemanes en la segunda guerra mundial (II)




MITOS Y VERDADES

Por: Tito Andino


Un tema difícil de abordar teniendo en cuenta los tabúes surgidos respecto a la Alemania controlada por la dictadura nazi. En nuestro época –transcurridos 70 años del fin de la contienda bélica- en las calles de las ciudades alemanas y en las instituciones estatales es común encontrarse con una “carencia” de “héroes” que identifiquen el gran sacrificio que hizo el pueblo alemán como tal durante la guerra, millones de muertos y desaparecidos, millones de heridos y mutilados, sin embargo, es difícil identificar el prototipo de héroe, aquel personaje o personajes que sean recordados como patriotas en la psiquis colectiva.

Se preguntarán, ¿valió la pena tanto derramamiento de sangre de lo mejor de la sociedad germana?, si no existe a quién recordar en las conmemoraciones patrias. Sin duda, esa “escasez” de gente virtuosa que merezca el apelativo de “héroe” se debe en gran parte a la estigmatización en contra de los soldados alemanes etiquetados como nazis en su conjunto. 

Es evidente que hoy en día tratar de glorificar auténticos nazis como “héroes” alemanes constituye incitar al odio y al crimen (excepto para los neonazis y sus miles de websites); pero, no deja de ser menos cierto que, dejando a un lado a los nazis y a sus exaltados seguidores del presente, existieron alemanes que fueron y se hicieron merecedores a tal distinción.

Es una anécdota histórica, documentada con material fotográfico, que en los días finales del 'Reich de los 12 Años' se condecoraba cualquier acto que escasos años atrás era inimaginable merecer una distinción militar. La evidencia nos entrega una verdad absoluta: En mayo de 1945 en Berlín se podía encontrar, en cualquier edificio militar o del estado, cajas repletas de condecoraciones esperando ser colgadas de los pechos y cuellos de miles de voluntarios que estuvieren dispuestos a destruir un tanque enemigo o sostener una improvisada trinchera urbana con el único fin de seguir manteniendo artificialmente un cadáver insepulto.

No seré yo quien cuestione las hazañas, coraje y valentía demostrado por muchos SS en el campo de batalla y sus merecidas condecoraciones, sin duda las ganaron en la lid, a pesar de que gozaron de la preferencia del régimen en cuanto dotación de armamento y logística en detrimento de las tropas de la Wehrmacht que por su tamaño y composición llevó desde el principio al fin el duro peso de la guerra.

EL MITO DE LA “ELITE” COMBATIVA NAZI –LAS WAFFEN SS-




En la actualidad miles de páginas web hacen apología del nazismo y sus “virtudes”, al extremo que cada uno de sus seguidores pugna por abrir un blog, website o participar en foros de "expertos", en su imaginaria fanática aducen tener más "conocimientos" de la segunda guerra mundial que los más connotados investigadores e historiadores. Ya sabemos su modus operandi, su "sapiencia" proviene de la copia textual de los "revisionistas" (una sencilla tarea de copiar y pegar con las facilidades de internet). También tienen una nueva ”moda”, intercambiar réplicas de medallas, fotos y otro tipo de recuerdos -recién confeccionados- que llenarán de “orgullo” a sus poseedores como militantes de un inexistente movimiento “nacional" y "socialista” que luchará por sus derechos(?).

Con la costumbre de “glorificar” a las tropas de combate del nazismo, concretamente a la Waffen SS, cada día se copian y cuelgan en el ciberespacio decenas de fotos de un foro a otro, destacando a los “héroes” nazis que lucharon en “unidad” europea contra el bolchevismo. He aquí uno de los tantos mitos sobre la “magnificencia” de estos combatientes.


Se pretende convencer a un público apático y crédulo que el reclutamiento de voluntarios extranjeros para las Waffen SS fue la demostración de una supuesta lucha contra el judeo-comunismo encarnado en la URSS. Premisa tan falsa como falsa fue y sigue siendo la propaganda sobre el tema, la baja cantidad de voluntarios reclutados así lo demuestra. 

La verdad histórica es que esa imaginaria fuerza “europea”, enrolada en las Waffen SS, apenas representó un mínimo porcentaje comparada a los alemanes étnicos. Ejemplo:


“La división SS Wiking, presentada como prototipo de la unidad “germánica”, solo tenía en sus filas una parte relativamente baja de voluntarios extranjeros en el momento de la ofensiva contra la Unión Soviética en junio 1941: Apenas el 6% de sus efectivos (1.142 extranjeros sobre 19.377). Con excepción de los muy numerosos contingentes de alemanes étnicos (Volksdeutsche) nacidos fuera del Reich (especialmente en los Estados de la cuenca danubiana), los 37.367 voluntarios extranjeros “germánicos” que servían con el uniforma SS representaban todavía el 31 de enero de 1944 una cifra “extremadamente baja”, como lo reconoció incluso el responsable del reclutamiento: el 7,5% de los soldados SS de ese momento” (1)

¿Podemos considerar a las Waffen SS fuerzas heroicas y a sus combatientes héroes?.


Foto de carácter ilustrativo

Que hubo muchos nazis, soldados de las Waffen SS y hasta voluntarios enrolados en esas agrupaciones que se caracterizaron por su valor y coraje en el campo de batalla, jamás podrá ser negado; el arrojo que demostraron muchos de sus integrantes fue recompensado con las máximas condecoraciones militares de la época. No obstante, a pesar de lo dicho, historiadores de la época y actuales llegan a un consenso diferente sin basarse en posicionamiento doctrinario alguno, sino como resultado de una rigurosa investigación de los archivos y otras fuentes, concluyen que se dio una desmesurada mitificación de la capacidad de lucha y de los actos “heroicos” de los SS. El origen de estas exaltaciones exageradas lo encontramos en los órganos de propaganda del régimen nazi que controlaba absolutamente todo, necesitando elevar a la categoría de “héroes” a la mayor cantidad posible de sus soldados atiborrados de la ideología nacionalsocialista.

Tenemos una idea general sobre estos combatientes, la propaganda nazi los representó como luchadores fanáticos del nacionalsocialismo y defensores de la raza y de la cultura europea contra las hordas bolcheviques. Esta presunta característica, es decir, adoctrinamiento político de las tropas, llevó a una consecuencia, los soldados de las SS sentían desprecio del peligro en la lucha, a tal punto que la cifra de bajas en los primeros años de la guerra fueron en grado porcentual demasiado elevadas. El mito que estaba luchando contra razas inferiores (como los polacos y otros eslavos -untermensch-) provocaba en los jóvenes soldados un sentimiento total de superioridad y, sobre todo, el mito de invencibilidad, por el mero hecho de ser un SS. Por otro lado, ese irresponsable arrojo -o quizá estúpido desprecio por su vida- producía otro efecto, el tratar de manera despiadada a sus contrincantes.

De ello se ha concluido con el devenir de los años que el supuesto “elitismo militar y la criminalidad eran, en el caso de los soldados SS, las dos caras de un mismo fanatismo bélico”. 

Hoy en día, el investigador, el especialista en historia militar y el estratega no están conformes con que se siga calificando a las Waffen SS como una élite militar (sin duda fue elitista dentro del nazismo). ¿Por qué?, veamos la siguiente explicación:


“Para definir el elitismo militar, hay que hablar de la capacidad de un cuerpo de tropas para cumplir su misión con rapidez y eficacia, es decir, con el mínimo de pérdidas”. Lo cual ciertamente no fue una característica de las Waffen SS ni siquiera cuando se decretó la formación de las unidades blindadas SS, las que mayor éxito tuvieron en el campo de batalla (y esta medida se tomó para contrarrestar las terribles pérdidas humanas, los tanques tampoco marcaron gran diferencia pese a su poder de fuego). “El propio comandante del cuerpo de ejército blindado SS deploró, al final de la batalla de Járkov, que se prefiriera el ataque frontal, en detrimento de maniobras tácticas más elaboradas; fijación y ataque en los flancos, ataque nocturno, etc.; que se efectuaban muy esporádicamente”. (2)

Insistimos que el mito de la élite militar de la Waffen SS tiene una realidad objetiva, su ensalzamiento no fue más que producto de la propaganda nazi que controlaba todos los segmentos de la sociedad alemana. 


El soldado político, el soldado ideológico, el soldado racialmente "ario" no fue más que producto de consumo propagandístico; su capacidad combativa fue de menor rango que un simple y bien entrenado soldado de la Wehrmacht; y, como el producto se agotaba (por el elevado número de bajas) era necesario mantener la propaganda fantástica para atraer más reclutas.

La instrucción militar de las SS fue deficiente desde su origen. Tratar de convertir en soldado competente a un afiliado al nazismo, por su simple fanatismo, no garantizó nunca la obtención de un buen combatiente, mucho menos llegar al "idílico modelo del guerrero “ario”


“Entre los candidatos había una multitud de individuos mediocres o desclasados, a quienes la SS les ofrecía una posibilidad de promoción social. Casi la mitad de los alumnos de esas primeras promociones habían sido declarados no aptos por el ejército de tierra para convertirse en oficiales: esto desmiente lo que dijeron más tarde muchos apologistas y ex generales SS. Los oficiales superiores SS tampoco daban el ejemplo”. (3) 

Acotaré que este tipo de oficialidad fue la que ostentó, presuntuosamente, las mayores condecoraciones creadas por los dirigentes del "Reich de los 12 Años".


“El combate en el terreno solo da lugar a la valentía en proporciones limitadas. En efecto, el valor profesional de una tropa militar se basa, en primer lugar, en la competencia técnica; saber utilizar las armas y los materiales a su disposición; y la táctica; saber, en cada nivel jerárquico, desplegarse en el terreno en función de la misión y desarrollar la cooperación interarmas. A esta base de competencias se agregan las capacidades individuales de resistencia frente a las privaciones; sed, hambre, falta de sueño; o las condiciones climáticas desfavorables; frío, calor, intemperie; otros factores de orden moral podían considerarse fundamentales en los soldados; fidelidad a los jefes, espíritu de cuerpo, adhesión a la misión, etc.; pero sería inútil pensar que el aspecto moral pudiera pelear las deficiencias técnicas y tácticas ya mencionadas. (4)

Estos hechos, hábilmente ocultados por la propaganda del régimen nazi, se impuso como todo mito del nazismo y, curiosamente, perduró en la posguerra; es decir, la deficiencia de las Waffen SS, como fuerza militar coherente y desequilibrante, fue transformada (en teoría) en una poderosa rama que supuestamente marcó la diferencia en la batalla. 

Sin embargo, tenemos la obligación de señalar que un hecho casual y contradictorio - fueron las grandes victorias iniciales de la Wehrmacht - las que impulsaron el mito de la superioridad de las Waffen SS con sus frontales ataques –innecesarios- contra las tropas polacas que los superaban en número. Tuvieron éxito porque actuaban con audaz determinación; pero, a la vez, el exagerado número de bajas dejaba reducida sus unidades en restos que tenían que ser alistados en otras agrupaciones. Tampoco fueron solo triunfos, al fracasar en otras batallas derramaron su “valentía” en contra de los prisioneros de guerra y los civiles, para mitigar la ausencia de preparación militar.


Hauptsturmfuhrer Michael Wittmann, I SS Panzer Korps. Normandía, mayo 1944. Sin duda un valiente soldado, posando para una clásica fotografía de la propaganda alemana.


Hubo una etapa en que las Waffen SS fueron realmente efectivas, mas esta llegó demasiado tarde, ya nada podían hacer por contribuir a salvar una guerra pérdida ante los sub-hombres eslavos del ejército rojo – los untermensch-. Hemos dicho ya que esos logros de última hora de las SS se produjeron en detrimento del mantenimiento y dotación de recursos materiales y humanos para la Wehrmacht. “En la primavera de 1943 las formaciones de reclutamiento alemán de la Waffen-SS mostraron su mejor valor militar. En esa época contaban con un equipamiento abundante, de personal ampliamente motivado y de cuadros formados en la dura escuela de la guerra del este. La política de la SS alentaba precisamente la promoción de jóvenes oficiales, aún treintañeros, que reivindicaban como su principal cualidad militar su audacia en combate. Este tipo de oficiales SS “temerarios” se impulsó en el mando de los regimientos y de las divisiones blindadas SS en los dos últimos años de la guerra. Durante mucho tiempo contribuyó a mantener el nivel de las unidades SS, cuyo reclutamiento se estaba desmoronando”. (5)

Es seguramente en esta tardía etapa en que se presentaron muchos casos particulares entre los miembros de las Waffen SS de temeridad y valentía en sus acciones, las que fueron calificadas en su momento como actos de heroicidad y recompensadas con una condecoración.



TRATANDO DE CONCEPTUALIZAR AL HÉROE Y EL HEROÍSMO

Trasladémonos por un instante a los campos de batalla de la primera guerra mundial para entender el inicio de la decadencia de los conceptos de héroe y heroísmo. Dicen los autores de “Germany Secret”


“La Primera Guerra Mundial produjo heroísmo a escala inflacionaria… al igual que los marcos alemanes, el concepto de heroísmo acabó degradado y devaluado. Durante el prolongado estancamiento en el frente occidental no hubo muchas oportunidades de realizar actos heroicos distintivos o decisivos. Con un esfuerzo mínimo cualquiera podía convertirse en héroe; ni siquiera era necesario encabezar una carga localizada o realizar una hazaña; bastaba con asomar la cabeza por encima del parapeto de una trinchera para convertirse rápidamente en héroe difunto. El concepto se desacreditó porque el heroísmo era habitual y se alcanzaba fácilmente”.

En lo que respecta a nuestros días señalan los autores que



“Hasta la guerra, espacio tradicional del heroísmo, en nuestra época ofrece oportunidades limitadas. Ya no es posible dirigir la carga de caballería rimbombantemente pintoresca que determina el resultado de la batalla. En el caso de la guerra moderna, la única oportunidad del heroísmo individual decisivo radica en las operaciones secretas, en la actividad guerrillera, en el sabotaje y en las misiones tras las líneas enemigas, actividades vinculadas con fuerzas y grupos especializados. Incluso así, los actos individuales no son necesariamente decisivos. Simplemente pueden convertirse en factores que contribuyan, incluso de forma más o menos modesta, al resultado definitivo”. (6)

Hablando de héroes y heroísmo diremos que ya no bastan las destrezas en el campo de batalla ni ser valiente para ser calificado de héroe, un concepto que si era válido en épocas antiguas. La valentía puede ser cuestionada ante la ausencia de otras virtudes como la moralidad de un acto ejecutado.

“Muchos miembros de las SS fueron incuestionablemente valientes. Sin embargo, ello no los vuelve moralmente menos insolventes, despreciables y repelentes. Para la mentalidad moderna, la valentía por sí misma ya no valida, justifica ni redime automáticamente al individuo que la manifiesta o a la causa en nombre de la cual la muestra” (7)

El régimen nazi necesitaba “héroes” que fueren compatibles con su ideología, imperiosamente se requería gente del pueblo para glorificarlos y hacer la “competencia” a los nobles y a los aristocráticos junkers prusianos de las fuerzas armadas. Aquí el terreno era más escabroso, en muchas ocasiones, de forma cínica, para crear esos “héroes” se decidía otorgar una condecoración, como la Cruz de Hierro, a cualquier oficial superior de las SS con mando en el frente.



Oskar Dirlewanger

¿Realmente se merecían tal distintivo? Conocidos criminales de guerra como los oficiales que comandaban los ‘Eitzegruppen’ lucían en sus guerreras los distintivos de un “héroe” germano. Tipos como Oskar Dirlewanger, un psicópata asesino, ostentaba en su uniforme las máximas condecoraciones que podía aspirar un auténtico soldado alemán, como la Cruz Alemana de Oro y la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro (las dos invenciones del nazismo).

Otros “héroes” nazis fueron producto del amplio material propagandístico. Un caso especial es Otto Skorzeny, un hombre sin capacidad militar porque nunca recibió tal formación profesional hasta después de iniciada la guerra (es innegable que en las SS se lo formó para el espionaje y sabotaje)



Condecoraciones de Otto Skorzeny



Su bonito uniforme SS se lo debe a su tardía afiliación al nazismo y a su estatura. Skorzeny, con el tiempo se convirtió en un agente personal de Hitler, quien le encargó acompañar a las tropas de la Wehrmacht en distintas misiones, como el rescate de Mussolini, privándoles del éxito y la gloria a los paracaidistas que ejecutaron esa misión. Hoy sabemos que Skorzeny no fue un héroe, al menos no para la categoría o el estereotipo clásico de esa figura; quizá sea un “héroe” para los nazis y sus actuales admiradores que seguirán idolatrándolo como tal. Tajantemente diremos (pidiendo disculpas por lo redundante): Fue Hitler quien se encargó de elevarlo a esas alturas por fines propagandísticos, gracias a la imperiosa política hitleriana de convertir en “héroes” a la mayor cantidad posible de soldados nazis provenientes de las entrañas de los bajos estratos de la sociedad alemana, “exaltando” las virtudes del nacionalsocialismo, así surgieron casos como Skorzeny.

Podríamos seguir divagando mucho tiempo con múltiples casos, pero ese no es el propósito.

Nuestra misión es encontrar el verdadero prototipo de “héroe” que se ajuste al concepto. En el caso de los soldados alemanes de la segunda guerra mundial, la lógica nos dice que solamente es posible encontrarlos, por lo referido, buscando en las filas de la Wehrmacht, los auténticos militares – algunos muy serviles a Hitler, otros menos dependientes del hitlerismo, otros abiertamente contrarios al Führer nazi y aquellos apolíticos que lucharon por su juramento de lealtad a la patria-.


TRAS LA BUSQUEDA DE UN HÉROE ALEMÁN


                                 

Sin dejar de mencionar el valor combativo y las muestras de heroísmo dentro de la Wehrmacht, nuestro cometido sería interminable si detalláramos los miles de casos heroicos o de valentía ejecutados por las tropas; se busca abordar algo fuera de lo común, especial, un caso singular que aún hoy en día sea tan polémico como es razón de orgullo de los alemanes.

Previamente hay que volver a dejar puntualizado otros razonamientos para mejor comprensión de los conceptos heroísmo – heroico – héroe.

Fueron las corrientes totalitaristas del siglo XX (nazismo/bolchevismo) quienes degradaron el concepto de heroísmo. Crearon –al arbitrio- un nuevo significado, algo parecido a un “heroísmo colectivo”; es decir, toda la sociedad tiene que ser forzosamente inculcada en el sentimiento nacional. Los nazis, por ejemplo, proponían que el ‘Volk’ alemán era el todo y de por sí heroico, algo parecido hicieron los soviets con las “masas proletarias”. 

De esa forma, la individualidad del “héroe” quedó suprimida en su conciencia. Del potencial “héroe” se requería obediencia ciega a los principios del ‘Volk’, su independencia para razonar quedó suprimida. Por tanto, lo heroico ya no será más el individuo, para el totalitarismo lo heroico no puede ser más que la colectividad.


“El carácter engañoso de ese heroísmo colectivo resulta harto evidente. Si absuelve o no, para ser exactos, si priva al individuo de responsabilidades, también lo despoja de individualidad y de cuanto la civilización occidental considera más sagrado. El heroísmo colectivo putativo del totalitarismo moderno también es profundamente retrógrado, entraña el retorno a lo ‘primitivo’. Se trata, una vez más, de la valentía irreflexible y enloquecida…valentía divorciada del contexto moral y que solo se justifica mediante la unanimidad  impuestas. No contribuye en nada a satisfacer la autodefinición, ya sea individual o colectiva. Tampoco da solución satisfactoria a la crisis de identidad individual o colectiva. Es incapaz de reintegrar las esferas disociadas de pensamiento y acción. En el mejor de los casos, constituye una suerte de anestesia espiritual y psicológica” (8)

Nota del editor del blog: Originalmente un siguiente segmento de este artículo se refería al Conde Claus von Stauffenberg como ese héroe que Alemania buscó incesantemente  en la posguerra y que sería proclamado décadas después del final de la guerra como héroe alemán y salvador del alma nacional. Incluso se ha señalado que Stauffenberg representa la expiación del Tercer Reich. Y no siendo el único, es el mayor referente de la RESISTENCIA alemana contra el nazismo. Hoy es considerado un auténtico héroe de Alemania, al ser de las pocas personas que es recordada con orgullo de aquellos horribles tiempos del hitlerismo, osó -junto a muchos-, antes y después, levantarse en contra de lo que él consideraba la encarnación del mal en el espíritu del pueblo alemán.
NOTAS bibliográficas:

(1)  Los Mitos de la Segunda Guerra Mundial.- Jean López / Olivier Wieviorka.- Ed. El Ateneo. 2016. 
También existe un excelente resumen sobre el capítulo de las SS en el siguiente enlace: http://www.urgente24.com/257336-como-se-construyen-mitos-el-caso-de-las-ss-de-hitler
(2)  Ibidem
(3)  Ibidem
(4)  Ibidem
(5)  Ibidem
(6) Secret Germany.- Michael Baigent y Richard Leigh. Ediciones Martínez Roca. Madrid Espania 2009. Páginas 317-319 
(7)  Ibidem. Pág. 315
(8)  Ibidem. Pág. 323-324

AddToAny