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18 julio 2018

Las elites nacionalsocialistas y los asesinos de despacho





Una escalofriante realidad, los asesinos de despacho nazis sobrevivieron en su gran mayoría a la guerra, algunos comparecieron a juicio por ser autores de la normativa que permitió los crímenes contra la humanidad; otros, amparados bajo el manto de la impunidad e inmunidad de pertenecer al selecto círculo de los grandes banqueros e industriales, con fuerte influencia política, y como excepción, comparecieron ante un tribunal por ser autores, cómplices y encubridores de genocidio y del saqueo de Europa.

Hoy conoceremos la historia de dos hombres -Werner Best y Albert Speer- un par de ejemplos de los cientos de casos de verdaderos criminales de despacho que sobrevivieron a la Alemania nazi y tuvieron un futuro próspero, muchísimos ni siquiera comparecieron ante un Tribunal para ser juzgados por crímenes de guerra y contra la humanidad (salvo excepciones como el mismo Speer).


    Werner Best y Albert Speer


por Bernd Martin
RdL (Revista de Libros)


En su acusación de 1972, la fiscalía de Berlín describió a Werner Best –en su día el tercer hombre después de Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich dentro del aparato de terror nacionalsocialista– como «por sus características y posición uno de los nacionalsocialistas más importantes y ejemplo de asesino de despacho». Un veredicto tan inequívoco y oficial no existe sobre Speer, el arquitecto estrella y eficaz ministro de armamento y producción de guerra de Hitler. Ambos, casi de la misma edad, pasaron por geniales organizadores en el Tercer Reich, cada uno en su campo y a su modo. Además, siendo ambos de los pocos supervivientes de las elites dirigentes nacionalsocialistas, consiguieron introducir su destacada posición en la discusión histórica general sobre el Tercer Reich después de 1945.

Si Best, el mayor de los dos (nacido en 1903, se había extendido en numerosos escritos antes y después de 1933 sobre el carácter del Estado autoritario del Führer y el cometido de la policía en el Estado nacional, mostrándose por tanto como teórico nacionalsocialista, Speer, el más joven (nacido en 1905), estaba libre de tal falta. Entregado por completo al delirio y las tentaciones de la técnica y lo fáctico, Speer no había encontrado tiempo para teorizar, y sólo en la prisión de Spandau comenzó a escribir y justificar su actividad. A pesar de ello, había sido un asesino de despacho jurídicamente perseguible, toda vez que dirigió a 70.000 colaboradores en el momento cumbre de su poder, siendo incluso más influyente y responsable de más víctimas que el jurista administrativo Werner Best, menos afamado y fuera de las candilejas políticas.

El año pasado (1996) aparecieron en Alemania tres libros de historia contemporánea que han provocado de nuevo acaloradas discusiones sobre los responsables de la muerte de millones de judíos europeos. Después de cincuenta años aún no ha concluido la búsqueda de los asesinos, y ahora la segunda generación aborda los crímenes de sus abuelos, sacando a la luz diferentes grados de implicación individual o del pueblo alemán en su conjunto, lo cual, en muchos aspectos, se parece a una dolorosa revaluación del genocidio. Daniel Goldhagen y su polémica obra Hitler's willingexecutioners. Ordinary germans and the Holocaust (Hitler y sus verdugos voluntarios. Los alemanes normales y el Holocausto) pertenecen a esta segunda generación. Ya veinte años antes, su padre, Erich Goldhagen, había definido el antisemitismo de las clases dirigentes nacionalsocialistas como un sucedáneo religioso que prometía la redención. El hijo sólo tuvo que dar el paso hacia la culpabilización colectiva de todos los alemanes –aunque desde entonces haya corregido parcialmente su juicio y admitido ciertos sesgos, sobre todo en la utilización de las citas. Pero la culpabilización colectiva, ya incluida en abril de 1945 en las directivas de la ocupación americana, y que deriva en su origen de una representación puritana de la culpabilidad, no ha contribuido sustancialmente al esclarecimiento de los hechos, ni al final de la guerra ni cincuenta años más tarde. Puesto que, si todos eran culpables, en el fondo no lo era nadie, sino que todos resultaron –y eso es lo que, de hecho, creyó la mayoría de los alemanes en la posguerra– más o menos víctimas de una catástrofe o de un seductor demoníaco, Adolf Hitler.

Frente a esto, la discusión sobre la responsabilidad de las elites funcionales de primera línea (como Speer y Best, pero también los «Gauleiter», como Arthur Greiser en el Wartheland), y de segunda línea (como los ejecutores, los comandantes de los campos de concentración, sus verdugos y los «hombres normales» en los batallones de policía y las Unidades de Acción [«Einsatzgruppen»]) lleva a resultados muchísimo más específicos. Entre las muchas publicaciones orientadas hacia esos responsables, los estudios biográficos que presentan Ulrich Herbert sobre Best y Gitta Sereny sobre Speer han encontrado la mayor resonancia, aunque sea en círculos distintos.




Los historiadores académicos celebraron el libro de Ulrich Herbert, profesor de historia de la Universidad de Freiburg, como el comienzo de una nueva época en la investigación del nacionalsocialismo. Por el contrario, el enfoque psicologizante de la publicista británica de origen judío-magiar Gitta Sereny no siempre ha encontrado aprobación académica, aunque sí un considerable eco entre los lectores «normales» pero interesados en la historia contemporánea. Aunque sólo sea por sus distintos destinatarios, no puede compararse el estudio científico de Herbert con el ensayo de Sereny, basado en pesquisas periodísticas. Con todo, a la postre ambos descubren a su respectivo asesino de despacho como tal.

Siendo Speer y Best supervivientes del más alto rango de la dirección nacionalsocialista –el primero del aparato gubernamental y el segundo de los servicios de seguridad–, los dos se salvaron de ser ahorcados, a diferencia de la mayoría de los principales criminales de guerra juzgados en Nuremberg y de los otros mil aproximadamente que fueron ejecutados por las fuerzas aliadas. Ambos sobrevivieron gracias a la favorable coincidencia entre ciertas casualidades externas y su propio proceder táctico. Best, por ser entregado por Dinamarca donde había gobernado moderadamente durante dos años y medio como Reichsprotektor, se salvó de la horca –en la que indudablemente habría terminado como responsable de la planificación de la invasión salvaje de Polonia por las unidades del servicio de seguridad en septiembre de 1939. Speer presumiblemente salvó su vida gracias a una confesión de culpabilidad parcial que, a los ojos de los jueces de Nuremberg, lo hizo aparecer como un acusado especial, hipotéticamente arrepentido y dispuesto a declarar. Si la acusación hubiese podido demostrar en 1946 lo que Speer mismo –según Sereny– confesó sólo cuatro años antes de su muerte (1981), a saber, que consintió el asesinato de los judíos, con mucha probabilidad habría terminado ahorcado. En lugar de eso, Speer cumplió una condena de veinte años por su participación en la utilización de trabajadores forzados. Por eso mismo fue condenado a muerte el «Gauleiter» Sauckel, responsable de reclutar los esclavos extranjeros y subordinado de Speer. Por otro lado, Best inicialmente fue condenado a muerte por los daneses, después indultado y condenado a cadena perpetua y, finalmente, tras seis años de prisión, gracias a la intervención del Gobierno alemán se benefició de una amnistía del rey danés en 1951. Todos los intentos de procesar a Best por su participación en el asesinato de 8.723 judíos, religiosos e intelectuales polacos, fracasaron finalmente por la benevolencia de la justicia, que no quiso incomodar al senil acusado en nombre del pueblo alemán.




El trato que recibió el presunto asesino Best por parte del público alemán fue triplemente escandaloso: en el sentido jurídico, en el social y, específicamente, en el histórico. No sólo no fue procesado, sino que tampoco sufrió rechazo social alguno y trabajó con éxito como asesor jurídico en el potentísimo grupo industrial Stinnes. Además transmitió su punto de vista sobre «un Tercer Reich con especial consideración hacia una política de ocupación limpia» a historiadores de primera fila que lo siguieron con gusto. Sólo el voluminoso estudio de Herbert ha terminado, aunque con bastante retraso, con el mito de las irreprochables actividades del alto funcionario, fiel a sus deberes y a las leyes. También en el caso de Speer, quien en sus Erinnerungen (Memorias) de 1969 se había creado el mito del buen amigo de Hitler que estaba en la inopia, no fue hasta principios de los años ochental y, por tanto, después de su muerte y antes de la publicación del libro de Sereny, cuando se destruyó definitivamente su mito. Los historiadores, tanto alemanes como extranjeros, habían peregrinado masivamente a la casa burguesa de Speer en Heidelberg para disfrutar de la apreciada atención del último testigo vivo del nacionalsocialismo, aceptando de buena fe todas las leyendas que ponía en circulación, como por ejemplo su desconocimiento de la persecución y exterminio de los judíos. La sociedad alemana de aquellos años parecía tener una asombrosa afición por aquellos personajes supervivientes del Tercer Reich, símbolos de la superación de la derrota y de todas las agresiones sufridas a partir de 1945. Desde el punto de vista de la generación socializada por el nacionalsocialismo, «no todo fue malo entonces». Sobre todo Speer, con sus magníficas construcciones y la organización de la economía de guerra, sustentaba estas opiniones.

Tanto Best como Speer provenían de familias burguesas y, nacidos en 1903 y 1905 respectivamente, pertenecían a la llamada «generación de jóvenes de la guerra» a los que no había sido concedida la «revelación» de la experiencia bélica. Best, por su lado, compensó esta deshonra y su experiencia de la ocupación de las fuerzas francesas cuando era estudiante de derecho a base de radicalismo nacional, declarándose seguidor del «realismo heroico»2 tras su encuentro con Ernst Jünger. Frialdad, dureza y realismo eran los lemas de los alemanes en su lucha nacional contra la amenaza interna y externa del liberalismo; el pueblo mismo se convirtió en una comunidad de sangre y cultura, recibiendo así un valor absoluto. Este conglomerado ideológico de la «revolución conservadora», ampliamente aceptado por los intelectuales de la república de Weimar y, sobre todo, por los estudiantes, fue consecuentemente perfeccionado por Best en el sentido de una ley vital (Lebensgesetz) racista. Como vanguardia intelectual del exterminio, tuvo la oportunidad en la central de la Gestapo en Berlín en 1935 de justificar la ética pervertida de las SS y de los grupos de seguridad, que mantenía la pureza al precio de obligar a proceder de la manera más terrible. El discurso de Posen de Himmler en octubre de 1943, en el que justificó el exterminio del pueblo judío como un acto puro en el sentido de una elevada necesidad nacional, no fue sino el resultado de los adoctrinamientos teóricos provenientes de Best y su actividad práctica dentro de las SS. Best, desde dentro de la Gestapo de 1935 a 1940 en Berlín, formó el núcleo de personas destinadas a las acciones de exterminio en el Este. Dos tercios de los hombres dirigentes de la Gestapo y de las SS tenían en 1939, como Best, menos de 36 años y habían estudiado Derecho, al igual que él.

  

Tanto, Werner Best como Albert Speer comparecieron ante el Tribunal de Nuremberg, el primero, en 1946, como testigo y; el segundo, en 1945 ,en calidad de acusado.

La formación de esta elite académica de verdugos fue la contribución más importante de Best al genocidio de los «subhombres» (Untermenschen) judíos y eslavos que se inició en septiembre de 1939 en el Este. 

Esta elite de las SS provenía de aquella sociedad alemana, destruida por los tratados de Versalles, la república de Weimar, y la revolución nacional hasta tal extremo, que no sólo siguió a los asesinos voluntariamente, sino que asumió su ideología de exterminio. En Rusia, la Wehrmacht, desde su conciencia militar, luchó «limpiamente», aun cuando ciertas unidades fueron destinadas a la liquidación de los presuntos partisanos judío-bolcheviques y de sus escondites, los pueblos donde vivía la población civil inocente.

En mayo de 1940, el ideólogo de las acciones de la policía nacional tuvo que abandonar la Oficina Central de Seguridad del Reich, a instancias de su superior Heydrich, para quien Best era demasiado independiente y exitoso. Éste, lejos de enrolarse en las unidades de seguridad (SD) del Este, siguió una formación intensiva de dos meses en el ejército. Como jefe del departamento de administración del estado mayor del comandante militar en Francia, el joven soldado Best reanudó rápidamente sus antiguas tareas burocráticas. Impulsó la vigilancia administrativa y obligó así a las autoridades francesas a colaborar con el victorioso ejército alemán. Esta colaboración fue aprovechada por Best de modo muy eficaz en lo tocante a la deportación de los judíos franceses. En lugar de seguir las órdenes de Berlín, que pedían el fusilamiento de los rehenes en cuanto se produjeran atentados contra el ejército, los judíos, culpables siempre de todo lo que ocurriera, fueron deportados al Este. Con su frío realismo y aparente deferencia, Best evitó que en Francia se produjeran «condiciones polacas», política que prosiguió como Reichsprotektor en Dinamarca desde noviembre de 1942.


Werner Best en uniforme diplomático al ser designado Ministro Plenipotenciario del Reich en la Dinamarca ocupada, en la foto junto a Erik Scavenius, primer ministro danés (1942-1943)


¿Por qué esa política dúctil e impulsada con tanto éxito por Best de que los sometidos colaboraran con el pueblo alemán conductor no fue adoptada por las SS y la dirección nacionalsocialista en el Este? Tampoco Herbert resuelve esta contradicción de la política de dominación alemana. La disposición a colaborar con los alemanes, celebrados como liberadores, era en efecto mucho mayor en la Unión Soviética que en el Norte o en el Oeste de Europa. Aparentemente fueron los prejuicios racistas de Hitler contra los eslavos y la imagen del «subhombre», compartida por la Wehrmacht, lo que impidió la colaboración en el Este. Best, por tanto, difícilmente pudo ser el «ideador de la política de exterminio» como lo estiliza Herbert, sino antes bien un pragmático del poder. Sus ámbitos de acción le fueron dictados por Hitler, y no a la inversa. Apenas pudo Best sugerir ideas a su Führer –al que admiraba mucho, pero desde una distancia realista– ni verlas sancionadas por él. Ni siquiera un analista brillante como Herbert se libra del todo de la tentación de sobrestimar a su «héroe».

Al contrario que Best, Speer no basó su relación con el nacionalsocialismo en una afinidad ideológica, sino únicamente en la singular amistad viril que le unió a Hitler, de arquitecto a arquitecto por así decir. «Si Hitler hubiera tenido amigos, yo habría sido uno de los más íntimos», así describió Speer su relación con Hitler más tarde en Spandau. El colapso psíquico de Speer en enero de 1944, ocurrido tras una disputa, como nunca la había experimentado, con Hitler, su visita de despedida en el bunker pocos días antes del suicidio de éste y, finalmente, su llanto convulsivo al conocer la muerte del Führer, subrayan esta relación personal y emocional que en muchos aspectos correspondía más a la de un padre y un hijo que a la del dictador y su ministro. En su «lucha con la verdad», representada con gran éxito de público tras su excarcelación, Speer se centraba en Hitler como la figura del padre supremo (Übervater) y en su propio deslumbramiento 3. Aunque fuese sólo en razón de las innumerables preguntas que se le hicieron, a Speer le preocuparon el destino del pueblo judío y su propia indiferencia de aquellos tiempos, pero no tanto como hubiera deseado su biógrafa Sereny, ni tanto como ella sugiere en su obra.


    Albert Speer en su uniforme de Ministro del Reich junto a Hitler en 1944.


Al igual que Best, Speer poseía una personalidad tremendamente insensible, acomplejada y vanidosa. El tímido y egocéntrico Speer, impasible y arrogante en su trato con los subordinados, se autorrealizó como el arquitecto más famoso y superministro, en el marco de una dependencia homoerótica en relación a su Führer. Con esta mezcla de vanidad, autosobreestima y ambición, poco le importaba la humanidad, tanto le daba el pueblo judío como su propia familia. Abrumado por el trabajo, Speer desconocía a sus propios cinco hijos, mientras vivió fue incapaz de desarrollar una relación emocional con ellos. A su esposa jamás, ni siquiera durante su encarcelamiento, llegó a aceptarla de igual a igual como cabeza de familia temporal, sino que la trató como una especie de jefa de negociado. Por otro lado, los judíos le eran bienvenidos como mano de obra en su megalomanía constructora. Durante los trabajos para la construcción de la metrópolis Germania, su comentario lapidario fue: «Ya en tiempos de su cautiverio egipcio los judíos pintaban ladrillos», por lo que también podían hacerlo en el campo de concentración de Oranienburg. Obstinado en afirmarse como hombre poderoso, intangible y de acción, subordinando a todos y cada uno, desde sus rivales, sus amigos más íntimos y su familia hasta los trabajadores forzados y los judíos, perdió la visión global de su colosal imperio, no siendo consciente de las consecuencias de semejante actuación. Exceptuando a Hitler, todo el mundo le era indiferente. Sólo ante él quería y tenía que validarse, de tal manera que llegó a autoconvencerse de que sería su sucesor natural.

Ambos libros, cada uno a su manera, son seguramente obras maestras. Herbert convence por su rara síntesis de historia política y social con esbozos biográficos. Werner Best es mostrado como un producto de su tiempo, comparándolo con su entorno temporal desde los inicios de la república de Weimar hasta los tiempos de la República Federal de Alemania. Herbert realmente escribe la historia de los alemanes de este siglo, tomando como ejemplo la persona de Werner Best para mostrar el camino errado del pueblo alemán. Qué grado de representatividad real y qué grado de poder poseía Best son preguntas ante las que se dividen las opiniones en las numerosas recensiones de esta obra, que rápidamente se ha convertido en bestseller en Alemania.

El libro de Gitta Sereny sobre Speer, aun más voluminoso que el de Herbert sobre Best, cubre sobre todo los doce años de actividad oficial de Speer en el Tercer Reich. A ratos se lee como un comentario crítico y complementario a las Erinnerungen de Speer. El período de los juicios de Nuremberg, el encarcelamiento en Spandau y la libertad, recuperada a partir de 1966, se tratan como un anexo a la etapa de sus cargos oficiales. La autora basa sus afirmaciones en un gran número de conversaciones personales con el mismo Speer, su mujer, sus hijos y amigos de la familia. El producto final de esta historia oral no contiene apenas errores históricos, presumiblemente en razón de las sólidas investigaciones de la propia autora. Sin embargo, al centrarse en preguntas muy simples sobre el conocimiento, la culpabilidad y el arrepentimiento de Speer, deja de lado parte de la compleja realidad del Tercer Reich, haciendo próximas, sin embargo, al público en general las acciones e implicaciones del personaje. Speer ocupa sin duda el centro de la obra de Sereny, mientras que Herbert simplemente deja pasar la sombra de Best por la historia de Alemania.

¿Es la elite intelectual la autora y responsable, al fin descubierta, del terror y genocidio nacionalsocialista? Ciertamente no. La traición de los intelectuales, su función de vanguardia en el establecimiento de regímenes fascista-autoritarios se pueden encontrar tanto en la Italia y el Japón de aquellos años como en la Alemania de Hitler. 

La novedad de estos libros consiste en revelar el alto grado de corresponsabilidad en las funciones del régimen de individuos hasta ahora subestimados como Speer y Best. Sin embargo, todo intento centrado en un grupo de culpables induce a error y a sobrestimar a los individuos. Los intelectuales responsables representaban la elite del pueblo. Sus acciones sólo podían desarrollarse con el consentimiento tácito de este pueblo. Tal vez no exista la culpa colectiva de los alemanes, pero sí una responsabilidad colectiva de todos los alemanes, tanto de aquella generación como de la actual, en el capítulo más siniestro de su propia historia. La mayoría de los alemanes fueron ejecutores voluntarios de las fantasmagorías de Hitler, pero ello no los hace responsables directos del asesinato del pueblo judío.


Bernd Martin
Traducción de Uta Beeg


APÉNDICE:

Nota final del editor del blog

Karl Rudolf Werner Best (1903 - 1989) Doctor en Derecho, político del NSDAP, Obergruppenfuhrer SS, Jefe de Personal de la Oficina Central de Seguridad del Reich (Oficina AMT I), Director adjunto de la Gestapo. Miembro fundador de la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA), se le atribuye la concepción y la formación inicial de los llamados Einsatzgruppen.​ Desde 1934 hasta 1940 Adjunto de Reinhard Heydrich en el SD (Servicio de Seguridad de las SS). Como Oficial de alto rango fue nombrado Adjunto Judicial del Gobierno Militar Alemán en la Francia ocupada (Militärbefehlshaber in Frankreich) entre 1940 y 1942. Designado Plenipotenciario del Reich (Reichsbevollmächtigter) para la Dinamarca ocupada en 1943 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Werner Best fue arrestado el 21 de mayo de 1945 en Dinamarca a la espera de juicio, transferido en calidad de testigo a los procesos de Nüremberg, en 1946 un tribunal danés le condenó en primera instancia a muerte, la revisión del juicio lo sentenció a 12 años de prisión por su responsabilidad como Comisario del Reich en Dinamarca; sin embargo, la fecha mágica (1951) marcó su libertad, siendo expulsado a la Alemania Occidental. En 1972, Polonia solicitó la extradición de Best para que respondiese por sus acciones en territorio polaco en 1940, solicitud denegada por el gobierno alemán...por razones de salud (?)... murió en 1989.




Albert Speer (Berthold Konrad Hermann Albert Speer) 1905 - 1981. Arquitecto alemán y Ministro de Armamento y Producción de Guerra del Reich durante la Segunda Guerra Mundial. Speer mantuvo durante el conflicto una elevada producción de material bélico no obstante los devastadores bombardeos aliados sobre Alemania. Fue procesado en Núremberg donde interpretó el papel de "nazi bueno" (por supuesto mintiendo descaradamente), su convincente actuación en juicio evitó la ejecución en la horca, sentenciado a veinte  años de prisión basados por la utilización de trabajadores forzados en la producción de guerra (otras influyentes amistades, tanto alemanes como foráneas, mediaron e intercedieron en su caso ante el fiscal americano Robert H. Jackson). Contrario a sus aspiraciones debió cumplir toda su condena en la prisión de Spandau. Tras su liberación (1966) publicó dos libros autobiográficos: Memorias: Hitler y el Tercer Reich vistos desde dentro y Diario de Spandau. Su papel de "nazi bueno" fue desenmascarado demasiado tarde, Speer estaba tan lleno de sangre como sus otros colegas ajusticiados. El "mito" de Speer se desmoronó con investigaciones entre las que destacan 'Albert Speer: His battle with truth' de Gitta Sereny; 'The Wages of Destruction' de Adam Tooze  y 'Das Ende einesMythos. Speers wahre Rolle im Dritten Reich' de Matthias Schmidt. Esos autores resaltan que el compromiso ideológico de Speer con la causa nazi era mucho más que las negaciones, lamentos y 'arrepentimientos' afirmados por Speer en juicio y la posguerra. Speer conoció profundamente los pormenores del holocausto y del inhumano uso de esclavos para la producción de guerra. Como cualquier desalmado de su calaña, resultó ser un vulgar ladrón de arte expoliado a las víctimas del régimen nazi, una de sus últimas acciones antes de morir fue la venta anónima en subasta de cuadros robados durante la guerra, algo que le permitió embolsarse un millón de marcos alemanes de la época (1981).

Notas

Los asesinos de despacho
Sobre Speer: Un genio de la adaptación
El destino de la Alemania vencida fue manipulada por los anglo-sajones
SINARQUISMO: Una visión para principiantes (I)
Las Raíces Nazis de la "UE de Bruselas"
El juicio que obligó a Alemania a enfrentar los horrores de Auschwitz


1. M. Schmidt: Albert Speer. Das Ende einesMythos. Speers wahre Rolle im Dritten Reich (El fin de un mito. El verdadero papel de Speer en el Tercer Reich), Bern-München, 1982.
2. Contribución de Best a la recopilación de Ernst Jünger, Krieg und Krieger (Guerra y guerreros), publicada en 1930.
3. A. Mitscherlich: «Hitler blieb ihm ein Rätsel. Die Selbstblendung Albert Speers», en Adalbert Reif (ed.): Albert Speer. Kontroversen um ein deutsches Phänomen (Albert Speer).

12 julio 2018

Geopolítica del poder: La Ruta de la Seda (VIII)



Una foca se acerca mientras el rompehielos chino Xuelong descarga su cargamento sobre el hielo marino.




Breve nota de introducción del editor del blog.


En vista del interés del lector por el tema de la "Ruta de la Seda", hoy aportamos otro valioso artículo. En esta oprtunidad Jonathon Ludwing nos brinda la siguiente investigación.

No obstante esta excelente ponencia, llevarla a la práctica en nuestros días seguirá siendo utópico, China será impedida mediante cualquier método de contención por los Estados Unidos. Eso es tan evidente que la actual doctrina política económica y militar del presidente Trump está basada en paralizar el "expansionismo" chino. Si USA no quiere perder la hejemonía mundial debe continuar auspiciando todo tipo de conflictos regionales en el Próximo y Lejano Oriente, cortar el renacer de la "Ruta de la Seda" es vital.  

Sabemos que los conflictos armados de actualidad en Próximo Oriente están relacionados con las intenciones chinas, a través de Irán, Irak, Siria y otros por abrir nuevas rutas terrestres para el comercio mundial, al desatarse las guerras en Irak, Siria y otros países esas aspiraciones han sido cortadas. Se atreverían los Estados Unidos desatar una guerra directa con China, por ejemplo, en el Mar de la China Meridional, con las repercusiones que ello podría implicar, es decir, el uso de armas atómicas.? 

Por el momento la confrontación USA-China sigue siendo económica, es una verdadera guerra de aranceles y otro tipo de imposiciones al comercio mundial, se habla de una escalofriante cifra de 200.000 millones de dólares que impondrá Estados Unidos a China, por supuesto, el gobierno del gigante asiático califica de inaceptable y tomará contramedidas ante esa actitud. Una "guerra comercial" que provocará un fuerte golpe al consumo dentro de los Estados Unidos, según los expertos. 



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La Ruta de la Seda Polar de China ofrece a Norteamérica la oportunidad de escapar de la podredumbre postindustrial

por Jonathon Ludwig


"China, en su calidad de país importante y responsable, está dispuesta a cooperar con todas las partes pertinentes para aprovechar la oportunidad histórica del desarrollo del Ártico y hacer frente a los desafíos que plantean los cambios en la región".                                                                                                                                
                                                          Reporte gubernamental chino, 25 de enero de 2018.



La inauguración, el 25 de enero2018 , de la "Ruta de la Seda Polar" en China ha creado una maravillosa oportunidad para el desarrollo del norte que no se veía desde hace décadas. Esta oportunidad no sólo extiende el increíblemente exitoso modelo de crecimiento de China a América del Norte; a través de un sistema revolucionario de transporte marítimo y desarrollo de infraestructura en el Ártico, sino que también proporciona un nuevo espíritu de diplomacia fundado no en la militarización del Ártico; como lo deseaban los utópicos retrógrados neoconservadores de las eras de Cheney y Obama, sino más bien en la cooperación, el respeto, el desarrollo y la confianza. 

Dado que Global Affairs Canada respondió favorablemente a la iniciativa de la Ruta de la Seda Polar, y dado que el gobierno canadiense es miembro del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura dirigido por China; sin mencionar el Memorando de Entendimiento de Columbia Británica que une la provincia con la iniciativa del Cinturón y la Ruta, esta nueva realidad exige que tanto los canadienses como los estadounidenses pensemos seriamente si queremos responder adecuadamente de la manera más genuina y beneficiosa por el bien de nuestro pueblo y la humanidad en general. 1


¿De dónde surge nuestra crisis? 


Las economías estancadas de América del Norte han sufrido durante casi 50 años bajo un falso conjunto de venenos conocidos dualísticamente como la "sociedad de consumo posindustrial" por un lado y la "economía de crecimiento antiindustrial" por el otro. Desde los tiempos de John F. Kennedy, Franklin Roosevelt (y sus homólogos canadienses John Diefenbaker, C. D. Howe y W. A. C. Bennett) los proyectos a largo plazo han impulsado nuestro pensamiento económico con el efecto de aumentar tanto los poderes productivos laborales como el bienestar moral, físico e intelectual de nuestros ciudadanos.2 El aumento de estos tres parámetros (físico, intelectual, moral) incrementó nuestra capacidad de carga poblacional de tal manera que ninguna otra especie sería capaz. Esto nos permitió casi triplicar nuestra población desde 1950, y al hacerlo, demostrar la verdadera naturaleza de la humanidad como una especie capaz de un razonamiento creativo ilimitado, para el horror del Imperio Británico y su indoctrinada élite administrativa global. 

Esos líderes humanistas antes mencionados provenían de una época que no dicotomizaba la "economía" y la "política", ya que ambas eran reconocidas como dos caras de la misma moneda; lo cual fue maravillosamente expresado por Benjamín Franklin, quien describió la economía política como la "ciencia de la felicidad humana"3. Tan pronto como se impuso esa dicotomía a la sociedad occidental (formalizada por la destrucción en 1971 del sistema de tasas de cambio fijas de Bretton Woods) la política se convirtió en un juego de sofisticación, corrupción e hipocresía, mientras que la "economía", que ya no estaba limitada por las "restricciones morales" de las regulaciones nacionales, se convirtió simplemente en una pantalla para el imperialismo de posguerra a través de la esclavitud por deudas, el trabajo barato, la especulación frenética y el saqueo de recursos. Este mundo dicotomizado no tenía cabida para líderes como los mencionados anteriormente, ni en Norteamérica ni en ninguna otra parte del mundo. Las agencias de inteligencia, ahora bajo el control total de la oligarquía financiera angloamericana, se aseguraron de que ningún líder nacionalista y proindustrial fuera tolerado por mucho tiempo en el poder en ningún país del mundo4


Empleados de restaurantes y bares contra empleados de manufactura


Durante los años patológicos de la Guerra Fría, el mundo estaba dividido entre los "desarrollados", que supuestamente no necesitaban crecer más, y los "subdesarrollados", a quienes se les permitía el dinero y las "tecnologías apropiadas" como los molinos de viento, pero ningún progreso científico o tecnológico real que aumentara el nivel de vida o los poderes productivos laborales de la sociedad. Cualquier forma de innovación científica se relegó a la función de los asuntos militares, o al avance de las nuevas "industrias de pacificación mental" (es decir, entretenimiento, drogas farmacológicas y recreativas, etc.). Ya no se permitió que la infraestructura fuera el ámbito en el que se expresaba la tecnología, ni lo que definiera el "desarrollo". De hecho, durante el intervalo 1978-2000, las nuevas inversiones en infraestructura canadiense cayeron a 0,1%/año (frente al promedio de 4,8%/año que prevalecía entre 1955 y 1978)5. Mientras tanto, las industrias productivas fueron tercerizadas a mercados laborales baratos, lo que resultó en una sociedad cada vez más adicta a los "bienes baratos" y a los servicios decadentes. 


"Límites al Crecimiento", la teoría de 1972 impulsada por el establishment anglo-estadounidense para convencer al mundo de que la humanidad no podía ir más allá porque el planeta ya no podía tolerarnos.


La lógica lineal de los límites de la población animal, expresada en el término "capacidad de carga", ha sido impuesta a la humanidad por la misma élite neomaltusiana que odiaba tanto a la humanidad que estaba dispuesta a matar a nuestros líderes más brillantes e idear una filosofía de cinismo sólo para convencer a la sociedad, mediante una forma viciosa del efecto Pigmalión, de que nuestra naturaleza estaba diseñada para destruir la naturaleza y finalmente autodestruirse. Un destacado arquitecto maltusiano de esta "nueva sociedad" fue el cofundador del Club de Roma, Sir Alexander King, quien reveló esta intención en el libro sorprendentemente franco The First Global Revolution ("La primera revolución global"), de 1991:

"En la búsqueda de un nuevo enemigo que nos uniera, surgió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, el hambre y cosas por el estilo encajarían en el proyecto. Todos estos peligros son causados por la intervención humana, y sólo se pueden superar a través de un cambio de actitud y comportamiento. El verdadero enemigo entonces, es la humanidad misma." Timothy Leary




Y así fue como una generación de baby boomers [nacidos durante la explosión de la natalidad de la posguerra entre 1946 y 1965-NdT.] dopados fue inducida a "liberarse del pasado y del futuro por igual" siguiendo los mantras de gurús como Timothy Leary y Aldous Huxley para "encenderse, sintonizarse y abandonar". Puesto que la humanidad es irremediablemente corrupta, se les dijo que abandonaran toda responsabilidad para cambiar un mundo que en última instancia no puede ser cambiado y que en su lugar fueran hacia su interior y buscaran el placer (y así, el placer y el dolor quedaron validados como un nuevo estándar para lo correcto y lo incorrecto). 

Este abandono del futuro y del pasado hizo que toda una generación fuera irremediablemente maleable y susceptible a una nueva ética llamada "posestructuralismo", "posrealismo" y "posindustrialismo". Para ser precisos, esos nombres adoptados por el movimiento contracultural han sido mejor etiquetados como "posverdad". 

Ahora, casi 50 años después de este caos neurótico, y ante el inminente colapso de la burbuja de la deuda especulativa ilusoria que demasiados economistas idiotas creen que es nuestra "economía", se nos ha presentado una crisis potencialmente maravillosa. 


El regreso a un futuro humanista

"China respeta el derecho de todas las naciones a buscar su propio camino. Nunca perseguiremos el desarrollo a costa de otros. Encontraremos una convergencia con otros países y reforzaremos la cooperación con otros países en vías de desarrollo y promoveremos la cooperación a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta".      Xi Jinping, 22 de octubre, 2017

Lo que ha hecho que esta crisis sea "potencialmente" maravillosa es que ha surgido un nuevo orden viable y extraordinariamente rápido desde que algo nuevo comenzó a suceder en 2013. Este nuevo orden es uno que respeta el derecho a la soberanía de cada nación y asume que las relaciones internacionales deben basarse en el desarrollo mutuo de los recursos mentales y físicos de cada nación. Éste no es el Nuevo Orden Mundial que los hermanos Huxley promovieron, sino uno que se basa en el renacimiento del mundo justo que Franklin Roosevelt imaginó en oposición a Churchill al final de la Segunda Guerra Mundial7, y que John Kennedy describió en su llamado a reemplazar la Guerra Fría con un compromiso para que toda la humanidad explore las estrellas conjuntamente 8

Potencial de crecimiento ilimitado (o, al menos, un nuevo potencial de crecimiento significativo más allá del paradigma actual).


En los últimos 30 años, el modelo de crecimiento de China ha sacado a más de 800 millones de personas de la pobreza, y con el anuncio en mayo de 2013 de la Nueva Ruta de la Seda, China ha vinculado su destino a instituciones nuevas y poderosas como el BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai y la Unión Económica Euroasiática, invitando a todas las naciones del mundo a sumarse al proyecto. Consciente de que el marco monetarista de instituciones de la era de Bretton Woods como el FMI, el Banco Mundial y la OMC nunca permitiría el tipo de inversión a largo plazo en la Nueva Ruta de la Seda ampliada, China ha impulsado la creación de una serie de nuevos mecanismos financieros internacionales tales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, el Nuevo Banco de Desarrollo, el Fondo de la Nueva Ruta de la Seda, y más. 

Las ciudades del Círculo Polar Ártico como Tromso, Noruega, podrían proliferar en toda la región a medida que aumente el comercio, el transporte y el desarrollo.


Con este nuevo ritmo de progreso, los antiguos países coloniales del "Segundo y Tercer Mundo" se han animado a desafiar a los dioses del Olimpo que se encuentran en lo alto de las torres de Londres y Wall Street. Cada vez más, incluso los países del "Primer Mundo", hartos del estancamiento y la desesperación, han comenzado a tirar su suerte con la Nueva Ruta de la Seda. En este sentido, la exitosa visita de Donald Trump a China en noviembre de 2017 solidificó no sólo más de 250.000 millones de dólares en acuerdos entre las dos potencias y abrió la puerta a una inversión china inmensamente mejorada en Estados Unidos, sino que también dio un salto gigantesco hacia la unión de los intereses estadounidenses con Eurasia. 

Hasta ahora, la Nueva Ruta de la Seda ha ampliado los corredores de desarrollo desde China a Europa, aumentando el comercio y el intercambio cultural, al mismo tiempo que ha desatado un gran potencial a lo largo del camino. Se han construido de la nada cientos de nuevas ciudades modernas y han florecido nuevas industrias, tecnologías y descubrimientos científicos asociados. Estos corredores han surgido a través de Oriente Medio, África, Eurasia e incluso América del Sur y el Caribe y han tenido como efecto el alivio de la pobreza, la reducción de los conflictos y la esperanza. 


El estrecho de Bering como eje de la Ruta de la Seda Polar 

Se estima en forma conservadora que el 30% del gas natural no descubierto del mundo y el 13% de las reservas de petróleo no descubiertas se encuentran en el Ártico. Los minerales esparcidos por toda la tabla periódica se encuentran abundantemente en el Ártico, pero no son de ninguna utilidad para la humanidad en la medida en que no se han construido redes de transporte para alcanzarlos. 

¡Vamos EE.UU.! ¡Sabes que lo quieres!  


Actualmente, los proyectos de China con sus vecinos del Ártico involucran principalmente el transporte marítimo, el turismo y las materias primas. Sin embargo, el espíritu de la Ruta de la Seda se basa en el crecimiento del espectro completo de todos los componentes de las economías nacionales y ha estado guiado por la creación de corredores de desarrollo en todos los lugares donde se ha aplicado (energía, fibra óptica, agua, construcción de comunidades, salud, educación e infraestructura de transporte), y no hay razón para creer que el Ártico sea una excepción a esta filosofía. 


Dado que el programa de desarrollo siberiano de Rusia es similar a la filosofía de la Nueva Ruta de la Seda; y que hay miles de millones en inversiones de participantes internacionales en el extremo oriental ruso que llegan hasta la conexión con el Estrecho de Bering, la idea de un siglo de antigüedad de un túnel ferroviario en el Estrecho de Bering debe reexaminarse como un elemento ideal de colaboración que permita que las tecnologías y prácticas de la próxima generación vuelvan a estar en funcionamiento para la reconstrucción de nuestra salud física, mental y moral. 


Desde 2007, Vladimir Putin ha apoyado la vinculación de la brecha de 100 kilómetros entre los continentes ruso y americano, a lo que siguió la aprobación de China que comenzó abiertamente en mayo de 2014. Ahora que China cuenta con más de 25.000 km de trenes de alta velocidad construidos en China (38.000 km que se construirán en 2025) y varios proyectos ferroviarios de levitación magnética adicionales que actualmente se encuentran en construcción, así como vastos proyectos ferroviarios que abarcan el Ártico ruso, el siguiente paso lógico para el desarrollo euroasiático es incluir a Estados Unidos en su conjunto en este programa, usando líneas ferroviarias que atraviesen el Estrecho de Bering. Con este compromiso, la construcción de la brecha ferroviaria de 1.000 kilómetros, conocida como la línea de ferrocarril Alaska-Canadá, que debería haberse realizado hace tiempo, se llevará a cabo fácilmente e incorporará nuevas redes ferroviarias construidas a través de los territorios canadienses y a lo largo del continente; lo que permitirá el acceso a las materias primas, la construcción de nuevas ciudades avanzadas y la elevación del nivel de vida de la población


El despertar del que alguna vez fue un gran pueblo 
La necesidad de reexaminar programas tan audaces como el Corredor de Desarrollo de Canadá Central, diseñado por el héroe de la Segunda Guerra Mundial, el general Richard Rohmer, puede finalmente ocurrir de manera legal una vez que se permita que este paradigma se propague orgánicamente al Ártico. El plan de 1969 de Rohmer, que preveía una vía férrea de 4.000 km que se extendía desde Nueva Escocia hasta el Yukón, a través del Escudo Canadiense de "Canadá Central", fue diseñado para abrir la zona subdesarrollada entre la Tundra y la delgada zona de desarrollo que abraza la frontera estadounidense. Si este programa se hubiera llevado a cabo cuando se presentó por última vez al mundo en 1969 como una alternativa al infierno posindustrial que se eligió en su lugar, no sólo la población de Canadá tendría por lo menos el doble de su tamaño actual, sino que además NO se habría producido la pérdida de empleos manufactureros (y, a la inversa, nuestra adicción a los bienes baratos provenientes de naciones pobres), la decadencia de nuestra infraestructura y el deterioro de nuestros ciudadanos. 

Desde este punto de vista, la creación de ciudades árticas inspiradas en la ciudad con cúpulas de Frobisher Bay del Primer Ministro John Diefenbaker se convertirán rápidamente en perlas a lo largo de la gran Cinturón y la Ruta del Norte. Tales instalaciones, que proporcionaban a más de 5.000 ingenieros y sus familias todas las comodidades de la ciudad de Toronto, estaban listas para ser construidas ya en 1958, si no hubiera sido por un ataque coordinado contra Diefenbaker y la economía norteamericana en general. 

¡Oh, mira! ¡Oportunidades para hacerse ricos!


Más importante que el desarrollo de la materia prima son las nuevas oportunidades científicas para explorar los efectos de la radiación cósmica y su papel aún inexplorado en la dinámica de los ciclos climáticos, la evolución de la biosfera e incluso ciertas formas de enfermedades virales. Tales investigaciones sólo pueden ocurrir en los ambientes saturados de radiación cósmica que proporciona el Ártico. La exploración espacial, en la que tanto Rusia como China lideran crecientemente a nivel mundial, también necesita entornos árticos que imiten las condiciones climáticas extraterrestres que encontraremos en Marte. 

Lo más importante es que China quiere tener este futuro y sabe que en Occidente es posible que nos despierten de nuestro largo sueño. 



La visión a largo plazo de China para la humanidad 

En mayo de 2016, pronosticando la inauguración de la Ruta de la Seda Polar, el embajador de China en Canadá escribió:

La iniciativa del Cinturón y la Ruta es un nuevo tipo de mecanismo de cooperación. China seguirá los principios de apertura, cooperación, armonía, integración, beneficio mutuo y cooperación en la que todos salgan ganando. Los programas de desarrollo en el marco de la iniciativa no son exclusivos, sino que están abiertos a todos los países o partes interesadas, ya sean de regiones a lo largo de la ruta o de otras partes del mundo... Algunos amigos canadienses me dijeron que como Canadá y China son vecinos del Pacífico, la iniciativa del Cinturón y la Ruta también significa muchas oportunidades para Canadá. En vista de los progresos realizados en la cooperación entre China y Canadá en todos los ámbitos a lo largo de los años, Canadá puede aprovechar sus ventajas en materia de recursos y tecnología para fortalecer la cooperación con los países asiáticos en esferas como el desarrollo de la infraestructura, la inversión industrial, los recursos energéticos, la financiación, los intercambios entre personas y la fabricación avanzada... Mientras tanto, China y Canadá podrían explorar conjuntamente formas de extender el Cinturón y la Ruta a América del Norte". 

Vías de navegación actuales y potenciales en el Océano Ártico.


Para el pensador geopolítico, o cualquier otra víctima de la ingeniería social de los baby boomers, tales intenciones expresadas por China son totalmente inexistentes. Todo lo que existe son supuestos mecanismos de planificación basados en las ideas hobbesianas de poder del más fuerte para dominar al más débil y el poder para monopolizar los recursos. La noción de poder como parte de la capacidad de la humanidad para coexistir y cooperar en beneficio tanto de la humanidad como del universo fue comprendida por pensadores como Gottfried Leibniz, Benjamín Franklin, Abraham Lincoln, Franklin Roosevelt y otros, pero está prácticamente ausente en las mentes de una sociedad condicionada a pensar en términos de referencia materialistas. 

Sin embargo, cualquier pensador de mente clara con una comprensión histórica y un sentido amoroso del futuro puede identificar fácilmente la intención de China y sus aliados eurasiáticos principales. Para aquellos que tienen los ojos despejados de los efectos de la ingeniería social descrita anteriormente, como Helga Zepp-LaRouche, presidenta del Schiller Institute, la nueva ruta de la seda no sólo representa una oportunidad para construir infraestructura y curar las heridas de la última media década, sino que además, representa nada menos que una oportunidad para finalmente poner a la humanidad en armonía con las leyes naturales del universo, cuyo mandato principal es "ser creativo o caer". En una reciente conferencia en Berlín, la Sra. LaRouche concluyó con las siguientes palabras:

"Es muy bueno vivir en este momento de la historia y contribuir a hacer del mundo un lugar mejor. Y se puede hacer, porque el Nuevo Paradigma coincide con la legalidad del universo físico en la ciencia, el arte clásico y estos principios. El neoliberalismo y el liberalismo de izquierda están anticuados y desaparecerán como los escolásticos debatiendo cuántos ángeles pueden sentarse en la cima de un alfiler. Lo que se sostendrá es la identidad de la especie humana como la especie creativa del universo".
La siguiente fase de la evolución de la Nueva Ruta de la Seda promovida por el Instituto Schiller se muestra arriba con varias docenas de grandes proyectos destacados.




Fuente original
Jonathon Ludwig
The Canadian Patriot
Sott.net
08 febrero 2018


Jonathon Ludwig, editor de The Canadian Patriot, revista geopolítica y una plataforma para un debate más amplio sobre el papel de Canadá como participante soberano dentro de la armonía de las naciones que ahora está emergiendo.

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Notas

1. El que el apoyo del gobierno canadiense a estas iniciativas sea genuino o no no es un asunto que estamos abordando en este momento. El hecho es que ha habido una expresión de apoyo a un proceso cuyas reglas no están siendo moldeadas por la élite angloamericana, y nuestra evaluación proviene de ese hecho. El hecho es que en tiempos de crisis, incluso los organismos que se beneficiaron de la decadencia de la sociedad deben adaptarse a la cura si desean sobrevivir o bien colapsar con el anfitrión al que han destruido parasitariamente.
2. Estos grandes proyectos fueron conocidos como el New Deal, el programa Apolo, la revolución de la energía hidro-nuclear y Avro Arrow.
3. From Leibniz to Franklin on 'Happiness', por David Shavin, Fidelio Vol. 12 no. 1
4. Para una cronología más completa de los golpes de estado y asesinatos de CIA-MI6 desde la Segunda Guerra Mundial, vea "A Timeline of CIA Attrocities", por Steve Kangas, 7, Feb., 1997
5. Danger Ahead the Coming Collapse of Canada's Municipal Infrastructure, Federation of Canadian Municipalities, Nov. 2007. Mientras que la tasa de inversión mejoró ligeramente a partir de 2001, los daños causados por la brecha de 25 años se han vuelto irresolubles sin un cambio sistémico completo. Las tasas estadounidenses de colapso de la infraestructura son de una magnitud similar y el informe de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles de 2017 está exigiendo una estimación conservadora de 2 billones de dólares para elevar la infraestructura a niveles "aceptables".
6. The First Global Revolution: A Report by the Club of Rome, 1991, por Alexander King
7. Para un relato completo de la batalla entre FDR y las intenciones opuestas de Churchill para el mundo de la posguerra, tomado del libro de Elliot Roosevelt, As He Saw It, vea aquí.
8. En su discurso ante la ONU el 20 de septiembre de 1963, Kennedy dijo: "Incluyo entre estas posibilidades una expedición conjunta a la Luna... ¿Por qué... el primer vuelo del hombre a la Luna debería ser una cuestión de competencia nacional? ¿Por qué deberían Estados Unidos y la Unión Soviética... involucrarse en inmensas duplicaciones de investigación, construcción y gasto? Ciertamente deberíamos explorar si los científicos y astronautas de nuestros dos países (y en realidad de todo el mundo) no pueden trabajar juntos en la conquista del espacio, enviando a la Luna en algún día de esta década no a los representantes de una sola nación, sino a los representantes de todos nuestros países".

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