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17 agosto 2020

El oro de Yamashita, "Lis de Oro", "Lila Dorada". ¿Leyenda o verdad? (I)




por Tito Andino U.


Desenmarañando el misterio

Aclaración: Esta es la primera entrega de un múltiple reportaje. No es una nueva historia, al contrario, el "secreto" que aquí se revelará es de conocimiento mundial desde varias décadas atrás. Lo que se pretende es separar el mito de la realidad. Por esa razón vamos a iniciar con la hipótesis central del tema. El oro de Yamashita, "Lila Dorada", "Lis de Oro", "El Lirio Dorado" o como queramos denominarlo, es una mezcla de hechos históricos y fábulas urbanas que siguen atrayendo al público en el presente, en especial a los caza-tesoros de todo el mundo.

Luego de repasar uno de los capítulos de la serie documental de "History Channel", "El oro pérdido de la Segunda Guerra Mundial", sobre el oro de Yamashita en Filipinas, tuve la intención de escribir una breve reseña de ese raro episodio de la historia. Como en otras ocasiones, a veces, no es conveniente redundar sobre algo que se ha escrito mucho, aunque sobreabunda los relatos fantasiosos con poco detalle histórico, debido a la escasez de fuentes historiográficas. En búsqueda de esas fuentes nos hemos encontrado con buenos análisis (en inglés), algunos no solo son aceptables resúmenes de los hechos, suelen, y eso es lo importante, dejar establecido que toda esta historia del oro de Yamashita es, en buena parte, una LEYENDA.

Iniciemos, a manera de explicación. 

Es necesario señalar que la historia de "Lila Dorada" la conocí por primera vez por referencias del investigador Daniel Estulin en su antigua página web, luego la presentaría a manera de novela. En "Conspiración Octopus", el referido autor nos brinda una trama novelesca, combinando datos históricos y reseñas míticas del oro expoliado por las tropas japonesas. El autor jura que no es leyenda sino realidad, que ha desarrollado el tema a manera de novela para evitarse problemas legales y por su propia seguridad.

Según Estulin (y la mayoría de autores), de los relatos sobre “Lila Dorada”, tendríamos que deducir que los alemanes que sustrajeron el oro y otras reservas de los bancos centrales de los países ocupados en la segunda guerra mundial (a la que debemos sumar el expolio de la riqueza privada), a pesar de su dimensión, no podría compararse con la magnitud del presunto monto al que ascendería el saqueo japonés. No existe evidencia histórica alguna que solo en Filipinas haya existido más de un millón de toneladas métricas de oro escondidos por los japoneses. Sigue siendo inconcebible hablar de ello, a pesar que se comenta que este supuesto "secreto mundial" se halla desvelado en muchísimas obras literarias, investigaciones, documentales, artículos, etc., siempre bajo la presunción basada en "pruebas documentales", que nunca han sido expuestas o que han sido notoriamente falseadas. Inventarse documentos es más común de lo que se cree, así como truncar fotografías, lamentablemente muchos aspirantes a historiadores las utilizan en algunas obras sensacionalistas y nada históricas.


Foto de carácter ilustrativo


Preguntémonos: ¿Qué valor tendría el oro físico existente, cuando nos dicen que hay muchísimo más oro en el mundo que las cifras de las reservas internacionales? - ¿y el oro que aún queda por explotar?-. Consecuencia lógica sería que el oro, que respalda en muchos lugares la expedición de papel moneda, causaría un colapso financiero global, evidente. Según la novela "Octopus" de Estulin, para ocultar esa "verdad" se le ha dado carácter de “leyenda” al caso “Lila Dorada”.... Conforme la hipótesis, el destino final de esa incalculable riqueza estaría en manos de los verdaderos "señores en las sombras" que controlan el mundo a su antojo.

Como bien se señalará a lo largo de estas líneas. Hay MUCHA GENTE que conoce los "secretos". Sin embargo, la evidencia histórica pone en tela de duda la mayoría de esos relatos. No se niega el expolio japonés a los bienes nacionales de los países invadidos, es lo mismo que hicieron los nazis, que en el fondo viene siendo la misma historia de las guerras a lo largo de los milenios de nuestra humanidad. La LEYENDA es tan interesante que, con periódica frecuencia aparece más literatura sobre "Lila Dorada" y el oro de Yamashita (como los documentales de History Channel, que vienen presentándose desde 2019). 

¿Verdad o mentira? Intentaremos ubicar los hechos en su contexto histórico a través de las investigaciones realizadas. Por lo mismo, sigue siendo una HIPÓTESIS. Para los filipinos esta leyenda es una gran historia que atrae el turismo al país, gracias al arribo de caza-tesoros que mueven no solo la economía local sino que manejan otro tipo de intereses económicos. Me ha gustado una frase que será analizada en otro capítulo: "Todos los años sale alguna novela sobre el oro de Yamashita, se graba un documental, una serie, incluso reality-shows con caza-tesoros".

Una de las razones por la que el "secreto" mejor guardado del mundo sigue siendo "alto secreto", es la increíble historia del tesoro de "Lila Dorada" expuesta en el libro de Sterling y Peggy Seagrave "Gold Warriors'. America´s secret recovery of Yamashita´s gold" (Guerreros del Oro. La recuperación secreta de Estados Unidos del oro de Yamashita) un genial argumento para una grandiosa producción cinematográfica, a las que nos acostumbró Hollywood; y, claro, el popular e-book descargable en internet de David Guyatt "The Secret Gold Treaty". (El Tratado del Oro Secreto), en algunas webs con el subtítulo "The Truth Bihind WWII. Gold, Nazi Plunder & Elite Plans To control our financial future".




¿El "lirio dorado", "lis de oro", o "lila dorada", es una leyenda?

Ya que aquí solo se plantea hipótesis, el subtítulo es el apropiado a manera de pregunta. Debemos comenzar con más preguntas y, lamentablemente, con menos respuestas. 

- ¿Puede ser creíble que inmensas cantidades de oro hayan permanecido desconocidas durante tanto tiempo? 
- ¿Sería una "incompetencia" total de las potencias imperialistas europeas que mantuvieron bajo el régimen colonial, casi esclavista, a gran parte del sudeste asiático, el hecho de que no hayan hallado indicios de la existencia de centenares de miles de toneladas de oro?
- ¿Cuánta realidad hay en la historia del oro de Yamashita y dónde se encuentra el resto de la riqueza saqueada por Japón?
- ¿Existió de verdad "Lila Dorada" tanto como tesoro y como una "sociedad secreta" creada por el emperador japonés?
- ¿Podrían realmente los japoneses transportar tanto oro a las Filipinas en medio de un conflicto mundial en que el mar era el escenario del teatro de operaciones?
- ¿Y, por qué no mejor trasportar todo el tesoro al propio Japón?. A pesar de la guerra y los bombardeos, el territorio japonés fue intocable aún después de su final apocalíptico (el mar seguía, relativamente, siendo seguro para el Imperio en 1942).
- ¿Cayó en manos del gobierno estadounidense el mayor tesoro del mundo tras la segunda guerra mundial?
- ¿Es posible que ese tesoro en manos de los Estados Unidos haya servido como un inmenso fondo para presupuestos negros a lo largo y ancho del mundo?
- ¿Está aún parte de esa riqueza enterrada en Filipinas?
- O se ha vendido al mundo una gigantesca patraña, siendo uno más de los tantos mitos y leyendas que surguen periódicamente? 

Confirmado. La Inteligencia estadounidense estaba al corriente del saqueo japonés, la imagen del expolio sistemático de las tropas japonesas en el sudeste asiático mucho antes de entrar en conflicto con los Estados Unidos ya fue observado y serían reportados en varios informes de los Aliados. La lucha por capturar ese tesoro, aparentemente, era "un juego limpio", al igual que el oro robado por los nazis en Europa. 

Es lógico. El oro asiático rara vez se había contabilizado en las finanzas internacionales. La guerra "anticomunista" era una motivación para encontrar el botín, había que evitar que cayera bajo control de fuerzas comunistas. La idea de utilizar ese botín de guerra para financiar operaciones secretas anti-comunistas en la posguerra habría sido discutido por el gobierno de los Estados Unidos, a más tardar en 1944. 


Teniente General del Ejército Imperial Japonés, Tomoyuki Yamashita.


El Teniente General japonés, Tomoyuki Yamashita, fue juzgado por crímenes de guerra con excesiva prisa. Se ha puesto en duda que haya sido torturado (al menos en el tiempo que duró su procesamiento), observadores internacionales y la prensa lo habrían notado; obtener información sobre lugares de enterramiento del oro sería imposible. No obstante la OSS y otros "especialistas" si que se ensañaron con los allegados del capturado general, incluido su conductor personal. Corre otra versión de que los militares estadounidenses torturaron a Yamashita hasta casi matarlo, aun así se llevó el secreto a la tumba al ser ejecutado en febrero de 1946. Otros afirman que el general si delató la ubicación del secreto de los tesoros y que algunos generales estadounidenses de alto rango, supuestamente, se llevaron los tesoros en secreto para sus propios propósitos de guerra (contra el "comunismo"). 

No se duda que bajo tortura algunos japoneses revelaran varias ubicaciones de bóvedas construidas en áreas circundantes a Manila, en especial en la zona norte. Se habla de al menos 12 lugares, se dice que al menos en una de ellas se encontró filas de lingotes de oro, una gran cantidad de platino, cerámicas llenas de joyas y diamantes, budas de oro macizo y obras de arte invaluables.

Por tanto, los estadounidenses pudieron haber rescatado (¿robado?) parte o todo el oro que los japoneses escondieron en las Filipinas y que pertenecían a varias naciones, sin devolverlo a sus reales propietarios. 



El General Yamashita, luego de haber escuchado el veredicto final, sentencia: pena de muerte. Diciembre 1945.


Bien. Desde aquí, los datos comienzan a ser difícilmente contrastados. Se dice que los atónitos estadounidenses informaron del hallazgo al general MacArthur y viajaron a Washington para informar al presidente Truman. Se habría tomado la decisión trascendental de que el botín tendría que permanecer en secreto, ya que repatriarlo tenía sus riesgos y, sobre todo, varios países en los que había sido robado estaban controlados ese momento por movimientos comunistas.

- Vale recordar que el oro y las riquezas robadas por los nazis en Europa, en su gran mayoría, fueron repatriados y devueltos a los bancos centrales de los países europeos. Está por demás señalar que otra cantidad de oro se perdió irreparablemente, ya sea por robo directo de las tropas, sean alemanas y aliadas; o, hasta podría haber casos de botines escondidos y no encontrados (también en suelo europeo existen historias de tesoros de los nazis).

- Un factor económico también pudo haber jugado su rol, para no revelar la presunta existencia de grandes cantidades de metales preciosos. El precio del oro bien pudiera haber caido en picada, las monedas del mundo vinculadas al patrón oro colapsarían. Se dice que Truman temió un colapso económico global.

- La mayoría de investigadores se decantan por la tesis de que esas enormes sumas de dinero que generaría el tesoro de "Lila Dorada" otorgaron a los Estados Unidos un increíble poder en la "Guerra Fría". Habría un fondo encubierto e ilimitado con el cual pueden manipular gobiernos en el mundo, comprar elecciones, financiar operaciones ilegales, todo con un solo objetivo: Evitar el comunismo ! (la obsesión anti-comunista rayaba en la paranoia en los años de la guerra fría).

- Se especula que el legendario tesoro de "Lila Dorada" sirvió para la operatividad de los llamados "presupuestos negros", es decir, el gasto no pagado con impuestos o ingresos gubernamentales normales. Algunas fuentes como Wikileaks estiman en 52 mil millones de dólares anuales el 'presupuesto negro' de los organismos de seguridad y servicios secretos de los Estados Unidos. Una cifra que casi triplica el presupuesto de la NASA de 2014 (18 mil millones de dólares). A ello sumemos los gastos de las fuerzas armadas estadounidense en investigación de tecnología ultrasecreta con presupuestos negros; algunos entendidos señalan la existencia de más de 150 programas secretos del Pentágono, desconocidos por la Casa Blanca, sin que se pueda determinar cuál es la fuente de ese gasto en manos de contratistas privados. 

- Entonces, puede ser probable que en la inmediata posguerra, los estadounidenses se esforzaran para recuperar cientos de millones de dólares en tesoros de los túneles de Filipinas, mismos que habrían sido depositados bajo el mayor secreto en más de 170 bancos alrededor del mundo, si hemos de creer a ciertos autores. Las cifras del oro recuperado siguen siendo especulativas, esa es la parte de la leyenda, así como que podrían existir otros tesoros enterrados de valor desconocido.



Esta extraña fotografía suele ser considerada como la prueba del hallazgo del oro de Yamashita en Filipinas. Es raro que dada su trascendencia haya tenido poca difusión, tampoco existe otro material gráfico disponible (salvo burdas falsificaciones); al contrario sobre el oro nazi recuperado en Europa existen centenares de fotografías disponibles. Se dice que la foto de arriba fue tomada en Manila, otras escasas fuentes le atribuyen a Indonesia. En fin, es difícil identificar a los hombres uniformados.

- Se dice que estos presuntos fondos negros que habrían originado el tesoro de "Lila Dorada" se han administrado desde entonces de diferentes formas. Suele hablarse de: El Fondo M, el Fondo Yotsuya y el Fondo Black Eagle Trust, que se utilizarían para sobornar, subvertir y manipular a los gobiernos en favor de los intereses estadounidenses.

- Pero, ello habría requerido complicidades y encubrimiento de los mismos japoneses. La riqueza saqueada, presuntivamente, ya en manos de los estadounidenses, desaparecería sin dejar rastro, se habrían comprometido para que Japón no tuviera que pagar ninguna reparación de guerra a los países saqueados.

Sobre esta última hipótesis observemos algunos detalles:

- Los estadounidenses asumieron después de la guerra el manejo de la reconstrucción de Japón, una nación arruinada física y económicamente.

- El contraste, entre el Japón y Alemania de la posguerra es visible. Los Aliados se empeñaron en una campaña de desnazificación en Alemania, desclasificaron los registros que detallaban los crímenes de guerra nazis. Los gobiernos alemanes reconocieron su responsabilidad por los crímenes del nazismo y han debido pagar desde entonces algo más de 45 mil millones de dólares en reparaciones a las víctimas; los pagos siguen vigentes hasta el día de hoy.

- En Japón la historia es muy diferente. Los gobiernos de posguerra tan solo han pagado tres mil millones a las víctimas de las atrocidades japonesas. Revelador es que esa cifra queda eclipsada por la cifra que Japón ha pagado como compensación a los responsables de los crímenes. El ocupado Japón de posguerra apenas condenó a un puñado de grotescos criminales. Asombrosamente otros se reintegraron a sus funciones como administradores del país (desde 1951 sucedió lo mismo en Alemania, los asesinos de despacho recobraron su libertad y se conviertieron en administradores de la nueva Alemania). Si hemos de creer la historia del oro saqueado por "Lila Dorada", la familia real japonesa, debe ser considerada como la patrocinadora del expolio, sin embargo, aparece como una víctima.

- Fueron los Estados Unidos quienes negaron la posibilidad de que se entablen reparaciones de guerra contra Japón (aduciendo que la nación estaba en quiebra). Un Tratado de 1951, volvía a colocar una cláusula eximiendo a Japón y sus corporaciones asumir el pago de indemnizaciones a las víctimas de sus atrocidades. La famosa cláusula sigue vigente en nuestros días para negar a las víctimas que siguen buscando justicia. Entonces, ¿dónde queda el boom económico que gozó Japón en el período de la posguerra, transformándose en una de las mayores economías del mundo?, ¿Sólo con el trabajo de su gente? Las preguntas son plenamente válidas, las respuestas no suelen ser satisfactorias.



Fotografía de carácter ilustrativo


La X no siempre marca el sitio del tesoro

Este es un subtítulo con el que me encuentro muy a menudo en la investigación, por lo que todo parece derivar de una sola fuente madre (generalmente los libros arriba señalados). Así que también nos "apropiamos" del subtítulo.

Veamos. De una u otra forma, todas las versiones del tesoro han cumplido una finalidad. En lo histórico, cuando los británico-estadounidenses avanzaron en el Pacífico, los japoneses habrán dejado de transportar cargamentos de oro al Japón, no tendrían otra opción. Al igual que hicieron los nazis, esconderían el botín en túneles subterráneos naturales o bóvedas especiales construidas para tal propósito. Para 1943 Filipinas era ya un escenario de guerra activo y el US Navy volvía a controlar los mares. Como estrategia sería poco probable que los planificadores nipones de la guerra eligieran Filipinas para esconder los tesoros del "lirio dorado" en ese tiempo (1943-1944), salvo que no tuvieran otra opción. Diversas historias (muchas no confirmadas) afirman que así pasó, que el mando japonés decidió llevar a un área extremadamente expuesta (Filipinas) enormes cantidades de oro cuando las probabilidades de que cayeran en manos del enemigo eran tan altas. Algo, aparentemente, irracional si se "disponía de países mucho más seguros como Corea y Taiwán" (en esos momentos).

Otras versiones estiman -y en parte es lógico- que mucha de esa fortuna desaparecería en las profundidades del Pacífico entre 1943-44, fechas en que se intentaría evacuar los botines de guerra japoneses. Barcos hundidos era la tónica cotidiana, razón por la que se suspendiera la evacuación de los tesoros por mar. La pregunta del millón sigue siendo por qué esperaron a esa etapa cuando pudieron llevar directamente el oro saqueado al Japón al menos durante 1942? (Campaña de Filipinas 1941-42).

En la actualidad. Investigadores, buscadores de tesoros y hasta autoridades oficiales se confunden en un solo objetivo, intentar (y lo consiguen) convencerse a sí mismos y de buen grado en los mitos que ellos mismos han ido moldeando. Están convencidos que Yamashita saqueó grandes cantidades de oro en la guerra, por lo mismo, forzosamente debió esconder esas riquezas a ser recuperadas en el futuro. Como es habitual ante este escenario de caza-tesoros, la realidad y la ficción van formando una maraña de intrigas, fantasías y... algo de historia

Repetiremos. Los japoneses confiscaron todo lo que fue posible y eso, en algunos casos, incluyó el saqueo de templos budistas. Singapur fue un punto de recogida temporal de la riqueza saqueada desde Manchuria hasta las Indias Orientales Holandesas, se estableció una red de administración, contabilidad y evaluación del botín de guerra. Parte de esos bienes expoliados terminarían en algún momento en Filipinas, otro centro de acogida temporal donde, cuenta la leyenda, se habría acumulado toneladas de oro, obras de arte y otras riquezas provenientes del sudeste asiático.



El Emperador Hirohito

Esto tendría una razón de ser. Al  igual que lo que hacían los nazis en Europa, El emperador necesitaba dinero para financiar su guerra de conquista, las riquezas saqueadas no eran sencillamente un peso muerto, una buena parte terminó convertida en dinero destinado a financiar los ejércitos imperiales, adquirir materias primas, construir armamento, barcos, submarinos, portaaviones, caza-bombarderos, adquirir alimentos, etc. En esa tarea, al igual que en el caso alemán, los banqueros suizos cumplieron su función -no solo los suizos, también los portugueses y hasta banqueros de países sudamericanos como Argentina y Chile colaboraron con los japoneses para blanquear oro convertido en dinero, mismo que se utilizaría en financiar al Imperio del Japón en guerra. 




La hipótesis de que los estadounidenses al "rescatar"  los tesoros de "Lila Dorada" en 1945, de incalculable valor, habrían sido depositados en Fondos para presupuestos negros con el único fin de destinarlos para tareas tan "loables" como la lucha contra el comunismo por todo el mundo resulta fascinante. ¿Quién sabe, hasta podría ser cierta?. 

Como evidencia en contra de la leyenda, algunos estudios
remarcan en un hecho por demás lógico. En más de medio siglo, no solo en Filipinas, millares de caza-tesoros provenientes de los más reconditos lugares del globo han buscado desesperadamente el oro... Nadie ha hallado un gramo del tesoro. Quizá, los hechos no contrastados, afirmados por Roger Roxas, sea la única excepción. No obstante, lo de Roxas es una historia muy dudosa.

Ponernos a escribir sobre la historia de Roxas da para un libro, de hecho ya existe y se repite en absolutamente todos los libros, artículos y documentales sobre el tema. Esa historia emergió en los 80 del siglo pasado, curiosamente en los Estados Unidos a través de los medios que dedicaron buen tiempo y espacio para hacer conocer la noticia de Roger Roxas. A él pertenece el "histórico" hallazgo de una estatua de Buda en oro y piedras preciosas. Según Roxas excavó en las montañas cerca de la última residencia de Yamashita y calculó su valor en 6,5 millones de dólares en el juicio que presentaron contra Ferdinand Marcos y su esposa Imelda, los Roxas afirmaron que los Marcos le arrebataron el Buda


Roger o Rogelio Roxas junto al presunto Buda de oro, según él hallado en 1971 y que le habría sido arrebatado por Ferdinand Marcos. A la derecha, José Roxas sostiene el buda de "oro", mientras Henry Roxas, hijo de Roger, lo observa en un juzgado de Manila tras su devolución por orden judicial. Evidentemente el buda de "oro" no es de oro. En 1975, dos testigos afirmaron haber visto al Buda en uno de los palacios de verano de Marcos. Ferdinand Marcos fue presidente y dictador virtual de Filipinas de 1965 a 1986, murió en Hawai en 1989. Roger Roxas falleció el 25 de mayo de 1993, el día en que debía testificar ante el tribunal sobre su reclamo. El caso se tramitó desde fines de enero de 1993 contra la herencia de Ferdinand Marcos. 


En su tiempo Roxas sostuvo que la estatua era parte del tesoro de Yamashita, dice que realmente la había descubierto en 1971 tras haber recibido algún tipo de mapa de antiguos soldados japoneses. Ese mapa le condujo al túnel donde se escondían los tesoros saqueados por los japoneses en la guerra. Increíblemente nuestro "héroe" logró, él solo, levantar la estatua que pesaba aproximadamente una tonelada (según su versión, otras versiones hablan del equipo de Roxas), después el túnel colapsó... (como en las películas). La intriga va al punto de que, la estatua de Roxas fue confiscada por las autoridades filipinas -desapareció del mapa-. En las audiencias judiciales, la supuesta estatua de oro fue reemplazada por una de cobre, misma que fue devuelta a sus familiares. Concluye el Washington Post que Roger nunca logró nada. 

Datos sospechosos de esta historia:

Un coherente análisis señala que si Roxas, al haber encontrado una de las bóvedas secretas, lo que menos pudo haber hecho es tomar un Buda de oro macizo para venderlo y pagar camiones y equipos para recuperar el resto del tesoro, como afirmó Roxas. Para meditar: Si hemos de creerlo, el Buda pesaba casi una tonelada, extraerlo debió ser una esfuerzo titánico, considerando que estaba enterrado dentro del complejo de un túnel. "Rescatar a Buda" no garantizaba para nada la discreción, si Roxas pretendía venderlo, sin llamar la atención, demuestra que lo que más le faltaba era un poco de sentido común. Roxas no se quedó allí en su relato, al mismo tiempo de rescatar a Buda afirmó haber hallado cientos de pequeñas barras de oro. La lógica, para quien quiere pasar desaparcibido, nos dice que la historia sería más creíble si Roxas ocultaba el Buda y sacaba discretamente solo parte de las pequeñas barras de oro, con ellas podría haber pagado muchos más camiones de los que necesitaba, a parte de los equipos. Y como la noticia llegó al presidente Marcos, la felicidad de Roxas terminó síbitamente. 

Y la historia de Marcos es otro monumental relato que pretende encubrir la corrupción y el abuso del poder generalizado en su larga carrera delictiva, perdón... presidencial (y dictatorial). Cuando Marcos huyó de Filipinas, el nuevo gobierno de Aquino rastreó e intentó recuperar la mayor cantidad de dinero obtenido ilegalmente y depositado en la banca suiza e inversiones en Estados Unidos (entre otras), un Comité especial estimó que el total saqueado a las arcas fiscales de Filipinas por Marcos ascendería a unos diez mil millones de dólares (10.000.000.000). Marcos utilizó una gran red de empresas que obstaculizaron obtener pruebas directas. Los suizos congelaron inicialmente las cuentas, parecidas medidas se llevaron a cabo en los Estados Unidos. Cuando Marcos murió en 1989, Imelda Marcos negó las acusaciones de corrupción y saqueo de los fondos filipinos, algo se recuperó. De antología fue la declaración de Imelda: "la fortuna de los Marcos provenía del oro de Yamashita..."


Ferdinand Marcos e Imelda en una visita a New York (septiembre 1982) al más puro estilo del Jet Set Internacional. En el tribunal anti-corrupción de Sandiganbayan, se presentaron un total de 28 casos penales y 43 casos civiles y de decomiso contra Imelda Marcos de 1986 a 1995. En noviembre de 2018, se fallaron los últimos casos penales en su contra, casi tres décadas después. Imelda Marcos fue declarada culpable de 7 cargos de corrupción, de los 10 cargos que involucran a organizaciones privadas con sede en Suiza que creó mientras estaba en el cargo. Fue absuelta de los otros 3 cargos relacionados con corporaciones con sede en Filipinas. Otros 10 cargos se archivaron entre 1991 y 1995. El Tribunal de Sandiganbayan la condenó a penas que van desde un mes a 11 años (condenas por cada caso). La Corte Suprema anuló algunos veredictos. En cuanto a los casos civiles para decomiso de bienes fueron presentados por la Comisión Presidencial de Buen Gobierno (PCGG). Hasta 2019 se desestimaron 24 casos civiles y de decomiso contra Imelda, al menos 18 siguen pendientes y uno está archivado en el tribunal antirrobo. Generalmente se han desetimado los casos por "falta de pruebas". También los Marcos se sometieron a la confiscación de fondos y activos tanto en Suiza como Filipinas, incluso Estados Unidos, Singapur. Como ejemplo el Tribunal Supremo Federal de Suiza, congeló todas las cuentas bancarias de Marcos en bancos suizos, en diciembre de 1990 falló a favor de la transferencia de estos activos por valor de unos 356 millones de dólares a Filipinas. En 1997, el tribunal suizo determinó que los fondos en las cuentas suizas eran de "procedencia criminal". La Corte Suprema de Filipinas en 2003  otorgó al gobierno los fondos suizos, que en ese momento crecieron a $ 658 millones y anuló la resolución de 2002 de Sandiganbayan que favorecía a los Marcos que apelaron la decisión de 2000 de la corte anti-sobornos en su contra. El PCGG luego remitió los fondos por valor de 35 mil millones de pesos  al Tesoro Nacional  en 2004.


Como en el mundo del Derecho, estamos ante un caso circunstancial.

Revisemos otra vez. Es verdad que del sudeste asiático los japoneses expoliaron una gran cantidad de oro, generalmente en lingotes, además de obras de arte, joyas y otros metales preciosos. También es verdad que gran parte de ese botín nunca llegó al Japón. Es verdad que parte de ese botín nadie lo ha podido encontrar, ni "arqueólogos" aficionados o entusiastas caza-tesoros del "becerro de oro", incluso a costa de su vida (accidentes sobre el terreno), ni grupos de búsqueda oficiales organizados por las autoridades filipinas o comisiones internacionales. Los rumores abundan.



Oro, fotografía de carácter ilustrativo


En 2017, las autoridades filipinas organizaron un grupo para buscar tesoros míticos... cerca del Centro de Convenciones de Baguio, ciudad a 250 kilómetros de Manila, otorgaron permisos para perforar un pozo en busqueda del legendario tesoro. Mucho ruido y nada de nueces, con la muchedumbre espectando en vivo el accionar de los excavadores. Decepción total, todos, incluidos los curiosos  se fueron con las manos vacías. Pero, eso no desalienta, viene más grupos de caza-tesoros, la búsqueda continúa ...

Es evidente que algo se encontró al final de la guerra, eso no se discute. A lo largo de las décadas contados y pequeños hallazgos habrán quedado repartidos en manos privadas. Muchos historiadores concuerdan que buscar el oro de Yamashita es inútil, de existir podría haberse escondido en cualquiera de las 7.100 islas de la región. ¡Vaya usted y encuéntrelo!

Al igual que muchos hechos históricos, en este caso particular, la verdad, a medias, se mezcla con típicas e inconfundibles leyendas urbanas. Muchos autores en busca de fama plantearon tesis demagógicas atractivas para llamar la atención de un lector ávido por lo oculto; sin duda, han hecho más "rico" el folklore popular de algunas regiones, tal es el caso de Filipinas. 

La existencia de cierta evidencia circunstancial, al ser examinada en conjunto, no logra dilucidar lo principal, no puede llegarse a una conclusión de algo que, a pesar de ser noticia, sigue manteniendo esa condición de "desconocido", ya que no existe pruebas válidas que convaliden tanta literatura y documentales de televisión. 

Seguro que no ha quedado claro, insistamos con la evidencia circunstancial.  Esta historia ha ido forjándose en base a... pruebas circunstanciales (perdón la redundancia). Expliquemos con un ejemplo: En el mundo del Derecho, no se puede comprobar, conforme a la ley, la existencia de una determinada conducta delictiva si la "evidencia circunstancial" o las "evidencias circunstanciales" no satisfacen las dudas, es decir, que no conducen a inferir una conclusión de hecho. Significa que no tenemos pruebas directas, claras y convincentes. Siguiendo la tónica de los ejemplos, en nuestro caso, la cantidad de oro involucrado, varía de relator a relator, desde miles a cientos de miles de toneladas de oro, cifras que dejan en rídiculo los cálculos científicos sobre la cantidad total de oro extraído en la historia de la humanidad. Salvo contadísimas excepciones (contadas con los dedos de una mano y sobran dedos)  jamás se ha encontrado el tesoro; o, nadie ha demostrado -salvo con papeles inventados para la "exclusiva de algún libro que pretendía ser un bestseller"- que los estadounidenses se llevaron el oro, etc.

La historia del "oro de Yamashita" carece de pruebas verificables. Podría ser que el "secreto mejor guardado del mundo", por ser eso, un "secreto", a voces, que mueve millones de dólares al año, no en tesoros desenterrados, sino a través del turismo de aventura, caza-tesoros, documentales de televisión, libros, etc, por su naturaleza "secreta" no habrá guardado ningún registro documentado de la época, característico de algo que no puede revelarse jamás. O bien, es un enorme fraude convertido en leyenda.


ANEXO

Un verdadero tesoro rescatado en Filipinas

En el transcurso de la "Campaña de Filipinas" (ofensiva japonesa diciembre 1941 - junio 1942), las fuerzas filipinas intentaron ocultar grandes cantidades de plata arrojándolas en la Bahía de Manila (Bahía Caballo), cerca de la Isla Corregidor, en 1942. Los japoneses se percataron de esa maniobra y obligaron a los prisioneros de guerra de la armada estadounidense a rescatar parte de ese tesoro, por supuesto no existe registros gráficos de aquello, pero si del posterior rescate de la plata por buzos del US Navy en noviembre de 1945. Aquí algunas fotos:





Estas fotografías provienen de algunas fuentes, pueden ser revisadas en la publicación que recopila la información "Corregidor Treasures", datan de noviembre de 1945.

Y, lo más importante, el US Navy tenía su base en la Isla Corregidor (Fort Mills) desde donde las unidades navales evacuaron el oro que mantenían los Estados Unidos en reserva (y seguramente del estado filipino). Aquí algunas fotografías:




El USS Trout (SS-202) se acerca al USS Detroit (CL-8) en Pearl Harbor a principios de marzo de 1942, para descargar un cargamento de oro que había evacuado de Filipinas. El oro se había cargado a bordo del Trout en la Isla Corregidor el 4 de febrero de 1942. Está y otras fotografías en la publicación que las recopila "Corregidor Treasures" corresponden a los Archivos Nacionales Departamento de Marina - Comando de Historia y Patrimonio Naval.

Debido a que algunos lectores prefieren la leyenda, disponemos de bonitas historias para satisfacer todos los gustos, las publicaremos en las siguientes entregas, acompañadas de datos históricos de trascendental valor. De antemano buena lectura.
Fuentes:

11 agosto 2020

Mito y realidad del plan nazi para secuestrar a Pío XII



por Tito Andino U.


Existe poca literatura sobre un presunto plan nazi para secuestrar al Papa en la mismísima "Santa Sede" Vaticana (no obstante encontrarnos en internet con muchos artículos referenciales), algunos historiadores dan por hecho evidencia circunstancial. Cabe la posibilidad que Hitler haya planteado ese escenario tras la caída de Mussolini y la retirada de Italia de la guerra (septiembre 1943), también podría haberse planteado arrestar al Rey de Italia, Víctor Manuel III. Vagas declaraciones de testigos, que incluye a un alto mando de las SS, la "mano derecha" del todopoderoso Heinrich Himmler, el Obergruppenführer SS Karl Wolff, mantiene abierta la teoría. Pero, curiosamente, tenemos más evidencia de cómo el Vaticano protegería a Pío XII que los "planes" nazis para secuestrar al Papa.

Una semblanza de la vida del SS-Obergruppenführer y General de las Waffen SS, Karl Wolff, la ensayaremos en otra entrada con un profundo análisis, éste aburguesado y educado hombre inició con éxito su carrera en 1933 en el partido nazi, incorporándose a la Oficina Central de Personal del Reichsführer SS (Heinrich Himmler). Diputado al Reichstag en 1936; de 1939 a 1943 como Oficial de enlace entre Himmler y la Cancillería de Hitler. Jefe de las SS y de la Policía en Italia así como Gobernador Militar de la Italia ocupada (1943-1945).


     SS-Obergruppenführer y General de las Waffen SS, Karl Wolff


Con semejante curriculum, Jefe del Estado Mayor personal de Heinrich Himmler por 10 años, Wolff estaba implicado en las directrices emanadas de la Jefatura de las SS. Negó conocer detalles sobre el holocausto y se declaró un burócrata. No está demás recordar a sus otros colegas nazis, burócratas asesinos de despacho. (VER: "Las elites nacionalsocialistas y los asesinos de despacho").

Wolff evadió los procesos de Nuremberg, fue solo citado como testigo de la acusación. Al parecer "compró" su vida y libertad por su rol en la "Operación Sunrise", las negociaciones secretas con el mando estadounidense (marzo de 1945 en Suiza) para la capitulación de los ejércitos alemanes combinados en el suroeste de Europa del 29 de abril de 1945.

Como hemos señalado, el tema central es Pío XII y el presunto plan para raptarlo.


La polémica 

 ¿ Planeó Hitler invadir el Vaticano y arrestar al Papa?

Tenemos alguna literatura al respecto, incluso el cine incursionó en la materia (ver notas a pie de página). Quien hizo más por difundir tal hipótesis fue el propio SS Karl Wolff en sus años posteriores a la prisión, dedicándose a dar conferencias. Todavía se recuerdan los documentales de televisión,"The World At War" y otros, en los que acepta haber presenciado la ejecución de partisanos en Minsk junto a Himmler en 1941.



El real poder de Karl Wolff dentro de las SS puede ser apreciado en estas secuencias gráficas, se observa a Wolff junto a Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich, los máximos jefes de las SS hasta el asesinato de Heydrich en 1942.

Fue a inicios de la década de 1970, cuando surge con fuerza la teoría del supuesto complot para secuestrar al Papa Pío XII y, claro, quien relata la historia no es otro que Karl Wolff. Según su versión, Hitler le habría dicho el 13 de septiembre de 1943:


"Tengo una misión especial para usted, Wolff. Será su deber no hablar con nadie antes de darle permiso para hacerlo. Solo el Reichsführer lo sabe. Lo entiende? ... Quiero que usted y sus tropas pasen a ocupar la Ciudad del Vaticano, tan pronto como sea posible, asegurar sus archivos y tesoros artísticos, y se traslade al Papa y a la Curia al norte. No quiero que caiga en manos de los aliados o estar bajo su presión e influencia política. El Vaticano ya es un nido de espías y un centro de propaganda anti nacionalsocialista".

Según Wolff, persuadió al Führer no hacerlo, aunque también afirma que desobedeció a Hitler y que se infiltró en el Vaticano para advertir al Pontífice. Estos detalles provienen de un documento redactado por Wolff en 1972 y que Avvenire d'Italia lo hiciera público en 1991; y, en entrevistas personales de Wolff antes de su muerte en 1984. El diario italiano, en su actual versión digital, publicó un artículo el 26 octubre de 2010 en que se señala: "... el supuesto plan de secuestro del Papa buscado por Hitler, un proyecto que, para Del Noce, "no está probado por ningún documento", mientras que para Bernabei "está demostrado por la declaración del ex general de las SS Karl Wolff en el juicio de Nuremberg". En 2014, "Avvenire" publicó otra noticia volviendo a sugerir que Hitler ordenó a Wolff secuestrar al papa Pío XII y que Wolff se habría negado. 

Estamos frente a un supuesto complot parecido al "intento" de gasear el bunker de Hitler y que solo "sabía" el autor del "fallido" magnicidio, Albert Speer. El caso Wolff, redactado por él mismo en 1972 fue más conocido por las posteriores entrevistas concedidas por éste, siendo ese material la base de las publicaciones sobre el tema. 

La credibilidad de Wolff quedó en entredicho cuando a fines de los 70 se involucró con el periodista de "Stern" Gerd Heidemann. Viajaron a Sudamérica para entrevistarse con Walther Rauff y Klaus Barbie, buscados por crímenes de guerra. Wolff asumió -por su "prestigio" de nazi del más alto nivel- el cargo de consultor de los supuestos diarios de Hitler. "Hitler-Tagebücher" (Los Diarios de Hitler), 60 pequeños libros escritos por Konrad Kujau, publicados por el semanario alemán "Stern" en 1983, que pretendían hacerse pasar como anotaciones auténticas de Hitler a manera de un diario. 



Secuencias fotográficas del "Hitler-Tagebücher". En la tarde del 6 de mayo de 1983, las agencias de noticias informaron que los diarios de Hitler eran falsificaciones. Los informes de expertos de la Oficina Federal de Policía Criminal y el Instituto Federal para Pruebas de Materiales habrían demostrado inequívocamente que los materiales utilizados en la encuadernación solo se fabricaron después de la Segunda Guerra Mundial.


Luego de ser denunciado el fraude, pericias ordenadas por vía judicial los declararon como una burda falsificación. En 1985, Konrad Kujau y Gerd Heidemann fueron sentenciados a 42 meses de prisión por estafa. Wolff fue llamado a asistir al juicio de Heidemann y Kujau, negándose a presentarse. Wolff fallecía el 17 de julio de 1984, meses antes de que se emitiera la sentencia por falsificación. 


La polémica entre historiadores

Conforme varios historiadores, la fiabilidad de Wolff ha sido cuestionada por argumentos como los arriba esbosados y por otras cuestiones debatibles. El más conocido caso es el planteamiento del profesor István Deák, profesor de historia en la Universidad de Columbia quien analiza el libro de Dan Kurzman "A Special Mission: Hitler´s secret plot to seize the Vatican and kidnap Pope Pius XII" (Una misión especial: el complot de Hitler para apoderarse del Vaticano y secuestrar al papa Pío XII" (2007). Kurzman promovió la historia de Wolff. Deák afirma que Kurzman resulta ser demasiado "crédulo" al "aceptar sin crítica la validez de documentos controvertidos y cree incuestionablemente en las declaraciones que le hizo su director, el interlocutor alemán, ex general de las SS Karl Wolff". Deák fue muy crítico con la "modesta documentación" del libro que contiene "una gran cantidad de referencias vagas o inexactas". 

Kurzman respondió, produciéndose un interesante y valioso debate que es referencia para entender esta episodio de la historia. Verdad o ficción?. 



Dan Kurzman y su libro "A Special Mission: Hitler´s secret plot to seize the Vatican and kidnap Pope Pius XII"

Leamos la polémica entre los dos historiadores. 

1.  "The New York Review of Books" publicó en su edición del 12 de junio de 2008 un artículo de István Deák: "Did Hitler Plan to Kidnap the Pope?" (¿Planeaba Hitler secuestrar al papa?), a manera de reseña del mencionado libro de Dan Kurzman. 

A continuación un extracto de este artículo sobre Pío XII, como antecedente:


"Eugenio Pacelli fue elegido Papa en 1939, se esperaba que, como admirado líder religioso y hábil diplomático, demostrara ser un agente bienvenido de la estabilidad europea, un "príncipe de paz"... "Sin embargo, pocos papas ejercieron menos influencia política durante una gran crisis mundial que él. Las generaciones posteriores insisten en asignar una influencia histórica mundial, ya sea bendecida o malvada, a un hombre cuya política se caracterizó principalmente por la ineficiencia y la vacilación. Inmerso en meditaciones místicas, que entre otras cosas produjeron el dogma de 1950 de la asunción a la gloria celestial del cuerpo y el alma de Santa María, el Papa Pío XII rara vez hizo uso de su considerable experiencia en asuntos internacionales.


El cardenal Eugenio Pacelli, antes de ser elegido Papa

Pío XII había esperado desde la década de 1930 una cooperación mundial contra el comunismo soviético, pero no pudo evitar el estallido de la guerra entre las democracias occidentales y la alianza nazi-fascista. Tampoco pudo lograr una paz negociada entre la Alemania nazi y los aliados occidentales para evitar la invasión soviética de Europa. El estado fascista italiano le prestó poca atención seria a él o a los intereses de su iglesia. Los nazis alemanes explotaron hábilmente el anticomunismo de Pío XII y su conciencia de la vulnerabilidad del estado del Vaticano para establecer un control firme sobre la Iglesia y los fieles católicos en Alemania.
Temeroso de la ira de Hitler, el Papa apenas levantó la voz contra el racismo y el anticlericalismo nazi, y habló aún menos contra el antisemitismo nazi. No defendió a la sufrida nación católica polaca, ni a las víctimas cristianas del programa de eutanasia nazi, ni a los judíos de su propio obispado en Roma. Intentó pero no pudo detener el bombardeo estadounidense de Roma y los ataques partisanos comunistas en la ciudad contra los ocupantes alemanes. Los aliados occidentales, cuando finalmente llegaron a Roma en junio de 1944, estaban interesados ​​principalmente en utilizar Pío XII para sus propios fines de propaganda.
Sin duda, fue un error esperar tanto de Pío XII, y aún hoy el debate continúa sobre sus logros. Eso puede verse como parte de una gran guerra cultural dentro de la civilización occidental.... 


El Obergruppenführer SS Karl Wolff, en 1937. A la derecha, París, 23 junio 1940. El primero a la izquierda es Karl Wolff, junto al arquitecto Hermann Giesler, Albert Speer, Adolf Hitler y Arno Breker.

2) "The New York Review of Books", publica el 25 de septiembre de 2008 una respuesta de Dan Kurzman al artículo de István Deák: Did Hitler Plan to Kidnap the Pope? (12 junio 2008). Esta publicación de The New York of Books titula: "Hitler´s Secret Plot. Dan Kurzman, reply by István Deák" (La trama secreta de Hitler). 

Leamos:

- Dan Kurzman responde a István Deák
A los editores:
Aprecio el comentario de István Deák en su reseña de mi libro "Una misión especial: el complot secreto de Hitler para apoderarse del Vaticano y secuestrar al papa Pío XII" [NYR, 12 de junio] de que es "interesante" y que soy "el primero en construir la historia en una trama nazi sistemática". Pero aprecio mucho menos su insulto a mi integridad profesional al cuestionar mi "credulidad".
El profesor Deák escribe que acepto acríticamente "la validez de los documentos controvertidos e incuestionablemente [creo] en las declaraciones que me hizo [mi] principal interlocutor alemán, el ex general de las SS Karl Wolff". Uno solo puede preguntarse si el Sr. Deák ha leído mi libro. Si leyera solo el prefacio, sabría que verifiqué las declaraciones de Wolff con casi todos los altos funcionarios alemanes supervivientes que estuvieron involucrados en el plan de secuestro, o lo sabían.
E incluyeron a personas clave como Rudolph Rahn, el embajador alemán en el estado grupal de Mussolini establecido en el norte de Italia después de la expulsión del Duce de Roma; Eitel Möllhausen, asesor de Rahn en Roma; Albrecht von Kessel, asesor de Ernst von Weizsäcker, embajador alemán en el Vaticano; y el coronel de las SS Eugen Dollmann, el enlace de Wolff con el mariscal de campo Albert Kesselring, el comandante militar supremo en Italia. Además, el padre Peter Gumpel, quien como investigador principal del Vaticano de las calificaciones de Pío para la santidad tenía acceso ilimitado a documentos y testimonios orales, me dijo que la evidencia apoyaba las afirmaciones de Wolff.
Habiendo escrito diecisiete libros y servido como corresponsal del Washington Post, me enorgullece haber ganado el Premio George Polk Memorial, el Premio Overseas Press Club por el "Mejor Libro sobre Asuntos Exteriores" del año (dos veces), el Premio Nacional del Libro Judío, y el Premio de la Portada del Gremio de Periódicos por "Mejor Informe Extranjero".
Condescendientemente, el profesor Deák busca disminuir la validez de mi informe cuando escribe: “Según Wolff, y por lo tanto también según Kurzman, el Führer consideró al Papa en parte responsable de la 'traición' italiana”. ¿Puede el profesor Deák ignorar que ¿El sentimiento de Hitler sobre esto ha sido reportado en muchas historias? No tuve que depender de Wolff para obtener esta información.
El crítico también escribe que "Kurzman se toma en serio" lo que él llama un "vuelo de la fantasía italiana", una carta escrita por un dignatario fascista italiano de alto rango con vínculos con las SS y otro que describe algunos de los horripilantes detalles del plan de secuestro de Hitler. Esto podría haber sido un vuelo de la fantasía de Hitler, pero gran parte de la Segunda Guerra Mundial también lo fue. En cualquier caso, no trato de juzgar la gravedad de la carta, sino simplemente informar de su existencia.
Finalmente, el profesor Deák escribe: "Uno debe preguntarse por qué Hitler hubiera querido secuestrar e incluso matar al Papa, que era más enemigo de la Unión Soviética que de la Alemania nazi". Si leía mi libro, el Sr. Deák debería saber la respuesta: Pío, después de enterarse del complot de Hitler, se dio cuenta de que los nazis representaban el mayor peligro inmediato. Le tenía tanto miedo a Hitler que dejó de hacer pronunciamientos antisoviéticos e incluso ordenó a los obispos estadounidenses que no se opusieran a la ayuda militar estadounidense a la Unión Soviética. Hitler, por otro lado, quería reemplazar el Vaticano, de hecho todas las instituciones cristianas, con una religión nazi que propagaría en todas las áreas conquistadas. Su odio hacia Pío fue alimentado por la creencia de que el Papa bloqueó su camino hacia el éxito.
Dan Kurzman
North Bergen, Nueva Jersey.


István Deák, estadounidense (nacido en 1926 en Hungría), historiador, autor y académico. Es autor de varios libros como: "Los intelectuales de izquierda de Weimar en Alemania: una historia política de Weltbühne y su círculo" (1968); "Más allá del nacionalismo: una historia social y política del cuerpo de oficiales de los Habsburgo, 1848-1918" (1990); "Ensayos sobre la Europa de Hitler" (2001); "Europa a prueba. La historia de colaboración, resistencia y retribución durante la Segunda Guerra Mundial" (2015).

* István Deák responde:
Permítanme asegurarle al Sr. Kurzman que no deseo "cuestionar su credulidad"; por el contrario, traté de ilustrarlo con ejemplos tomados de su libro. Lo que me preocupaba era la falta de fiabilidad de muchas de sus fuentes, lo que debería haberlo hecho ser más cauteloso en sus juicios. Ciertamente, siempre sería un error pedir evidencia escrita, especialmente porque los documentos falsificados son tan frecuentes hoy como las declaraciones falsificadas. Sabemos por disputas históricas recientes cuán provocativo fue el historiador británico "semi-fascista" David Irving cuando ofreció pagar una recompensa considerable a cualquiera que pudiera presentar evidencia escrita de Hitler ordenando el exterminio de los judíos. Hasta ahora, parece que no hay tal documento; pero existen los escritos, discursos, pronunciamientos y cartas del Führer, así como las órdenes de sus funcionarios.
Las declaraciones históricas basadas en evidencia oral a menudo provocan un debate. La pregunta aquí es cuánto crédito dar a las declaraciones del general de las SS Karl Wolff, quien después de la guerra se presentó como el salvador de los italianos, el Vaticano e incluso de muchos judíos, pero durante la guerra había estado profundamente involucrado en el Holocausto. El 12 de agosto de 1943, por ejemplo, le escribió al subdirector general del Reichsbahn, el sistema ferroviario estatal alemán: "Estimado miembro del partido Ganzenmüller: ... Con especial alegría, noté su seguridad de que durante dos semanas se ha utilizado los trenes para llevar, todos los días a 5.000 de las personas elegidas para Treblinka", que era un campo de exterminio importante.
Después de la guerra, Wolff disfrutó de la protección de Allen Dulles y la CIA por haber negociado con Dulles la rendición de las fuerzas alemanas en Italia unos días antes de la rendición general alemana. Obviamente, Wolff intentaría mostrarse favorablemente cuando lo entrevistara un importante periodista estadounidense, al igual que los otros generales y diplomáticos alemanes, todos ex miembros del partido nazi, a quienes el Sr. Kurzman entrevistó en un momento u otro. Todos afirmaron haber despreciado a Hitler y haber hecho todo lo posible para frustrar sus malvados planes. Sin embargo, con respecto a las órdenes de Hitler de que el Papa sea secuestrado e incluso asesinado, en las memorias de diplomáticos alemanes en Italia como Ernst von Weizsäcker y Rudolf Rahn no hacen más que dar una breve mención de algunos rumores sobre planes para ocupar el Vaticano o tal vez incluso secuestrar al Papa. 
Es cierto que hay una carta sin fecha del líder fascista Paolo Porta de Como dirigida al líder fascista Vincenzo Costa en Milán, que parece ser el único documento que describe un plan de asesinato concretoPero la fuente de Paolo Porta es un "funcionario superior de las SS" no identificado, y se equivoca al referirse a la 8va División de Caballería de las Waffen SS Florian Geyer como la unidad cuyos soldados atacarían al Vaticano disfrazados de partisanos italianos. Supuestamente, masacrarían a todo el clero allí y secuestrarían al Papa, solo para ser masacrados a su vez por miembros de la División Panzer de Paracaidistas Hermann Göring para "no dejar testigos sobrevivientes". El problema es que la División Florian Geyer no luchó en Italia sino en el frente oriental durante toda la guerra: la saga de estos famosos jinetes terminó cuando casi todos fueron muertos durante el asedio del ejército rojo a Budapest en el invierno de 1944-1945.
En cuanto a mi afirmación de que los soviéticos eran un enemigo mayor para Pío XII que los nazis, todo lo que puedo decir es que más expertos en el período apoyarían esta proposición que la negarían; pero el Sr. Kurzman tiene, por supuesto, derecho a su opinión.
Finalmente, si el Sr. Kurzman se hubiera tomado la molestia de indicar los lugares y las fechas de sus muchas entrevistas, y si las transcripciones de ellas existieran y pueden consultarse, sus declaraciones habrían ganado en persuasión y habría conseguido que  su libro sea más interesante y su éxito fuera aún más grande.


Himmler, Ribbentrop y Karl Wolff, 21 junio 1940. Francia - Compiégne, negociaciones del armisticio francés.

3. The New York Review of Books, a su vez, vuelve a publicar el 20 de noviembre de 2008 una nueva réplica de Dan Kurzman, respondiendo a István Deák. El tema es planteado bajo el título "Can We Believe General Karl Wolff? Dan Kurztman, reply by István Deák" (¿Podemos creer al general Karl Wolff?).

El texto es el siguiente:

En respuesta a:
'La trama secreta de Hitler' del 25 de septiembre de 2008
A los editores:
Permítame comentar la respuesta de István Deák a mi carta [NYR, 25 de septiembre] en referencia a su reseña de mi libro, "Una misión especial: el complot secreto de Hitler para apoderarse del Vaticano y secuestrar al papa Pío XII". Le estoy agradecido por llamar al libro un "éxito". Y estoy de acuerdo con él en que "los documentos falsificados son tan frecuentes hoy como las declaraciones falsificadas". Pero me sorprende su advertencia de que debería ser "más cauteloso" en mis juicios sobre la veracidad de las declaraciones hechas por mis entrevistados alemanes. Precisamente porque fui cauteloso, entrevisté no solo al general de las SS Karl Wolff sino a casi todos los demás con conocimiento del complot, incluidos altos funcionarios del Vaticano. Como un reportero bastante experimentado, hice a cada uno de los alemanes preguntas específicas orientadas a revelar contradicciones, y sus respuestas reflejaron consistencia.
Además, se sabía que varios de los entrevistados eran antinazis, como lo muestro en mi libro. Por ejemplo, Albrecht von Kessel, asesor de Ernst von Weizsäcker, el embajador en el Vaticano, no fue juzgado por los Aliados después de la guerra porque era miembro de la conspiración fallida de 1944 contra Hitler. El propio Weizsäcker apoyó la conspiración y, según un informe de OSS, escondió a una familia judía en Roma. Y Eitel Möllhausen, un diplomático alemán en Roma, y ​​Rudolf Rahn, el embajador alemán en la república de Mussolini en el norte de Italia, conspiraron contra Hitler y, usando una artimaña, salvaron a los judíos de Túnez. Möllhausen también fue fundamental para salvar a la mayoría de los judíos de Roma.
El Sr. Deák escribe, además, que Weizsäcker y Rahn se refirieron solo a un "rumor" sobre el plan de secuestro en sus memorias. Pero esta referencia simplemente refleja la renuencia de los diplomáticos antinazis a admitir públicamente que incluso un alemán tan malvado como Hitler conspiraría seriamente contra el Papa, el líder espiritual del 40 por ciento de la población alemana. Y cuando entrevisté a Rahn y Kessel, el ayudante de Weizsäcker, se mostraron reacios, aunque, después de mucha insistencia, confirmaron el "rumor" en detalle.
En cuanto a los comentarios del revisor sobre la carta que un líder fascista italiano escribió a otro que describe el plan de secuestro, no declaro en mi libro que acepto la validez del contenido de la carta. Solo puedo decir que los detalles fueron consistentes con lo que escuché de mis entrevistados. El escritor fascista podría haberse equivocado al mencionar que la División Herman Goering Florian Geyer estaba luchando en el frente oriental y, por lo tanto, no estaría involucrada en el complot. Pero, por otro lado, una unidad de esta división de élite podría haber sido transferida fácilmente a Roma para esta misión especial. 
El Sr. Deák dice además que la mayoría de los expertos estarían de acuerdo en que los soviéticos eran un enemigo mayor del Papa en el período anterior a la liberación de Roma que los nazis. Si su estimación es precisa, ayuda a explicar el fracaso de estos expertos en levantarse de sus sillones e investigar el "rumor" del complot de Hitler y el efecto que tuvo en las acciones y la actitud del Vaticano. Ellos, el Sr. Deák incluido, realmente debería haber entrevistado a algunas de las muchas fuentes que me ayudaron a dar forma a la verdad.
Dan Kurzman 
North Bergen, Nueva Jersey



Karl Wolff, junto a Hermann Fegelein, Heinrich Himmler y Erich von dem Bach Zelewski. 


* István Deák responde:

Aprecio los repetidos intentos del Sr. Kurzman de demostrar que algunos diplomáticos alemanes delegados en Italia y el General de las SS Karl Wolff advirtieron repetidamente a Pío XII de la intención de Hitler de invadir el Vaticano y secuestrar, así como eventualmente asesinar al Papa. Según esta teoría, las advertencias de estos alemanes simpatizantes del Vaticano obligaron al Papa, en 1944, a no arriesgarse a defender a los romanos y otros judíos. Desafortunadamente, en su nueva carta, el Sr. Kurzman nuevamente no prueba que sus fuentes sean confiables. Además, agrega un nuevo error, aunque menor, a los contenidos en su libro y su carta anterior al referirse negligentemente a dos divisiones del ejército alemán, Florian Geyer y Hermann Göring, como si fueran una sola división.
Sin embargo, lo que cuenta es que todavía no ha dado suficientes indicaciones de cuándo, con qué frecuencia y bajo qué circunstancias entrevistó a Karl Wolff o a los ex diplomáticos alemanes. Necesitamos saber si el Sr. Kurzman tomó notas en el momento de las entrevistas y si las notas están disponibles. Con respecto a Karl Wolff, por ejemplo, la única indicación que Kurzman da para la fecha de su entrevista es cuando escribe que "entrevisté al general Wolff durante muchas horas después de su liberación de la prisión como criminal de guerra" y de otros comentarios que sugieren que el encuentro tuvo lugar "mucho después de la guerra", en un momento en que Wolff ocupó un "hogar modesto en Darmstadt".
Podemos suponer, entonces, que la entrevista tuvo lugar en algún momento después de 1969, ya que Wolff había sido arrestado en 1962 por las autoridades de Alemania Occidental por participar en el asesinato de 300.000 judíos, y había estado en una prisión alemana desde su condena por crímenes de guerra en 1964 hasta su liberación, por motivos de mala salud, en 1969. Los lectores diligentes también pueden descubrir que Kurzman entrevistó a Wolff para su libro de 1975, "The Race for Rome", llevándonos a la conclusión de que la entrevista tuvo lugar en algún momento entre su liberación de la prisión alemana y 1975. Todo esto no cambia el hecho de que "Una Misión Especial" no contiene información sobre la fecha y las circunstancias de la entrevista.
En lo que respecta a los diplomáticos alemanes, todo lo que sabemos es que, en sus memorias de la posguerra, escriben sobre rumores sobre la presunta conspiración para secuestrar al Papa; si mantuvieron el resto de la información en secreto para no estropear aún más el buen nombre del pueblo alemán es pura especulación, especialmente porque Kurzman nuevamente no dice cuándo y con qué frecuencia entrevistó a Weizsäcker, Rahn y compañía. y si tiene notas sobre las entrevistas.
En resumen, no importa si uno es un historiador profesional o un periodista exitoso; ambos están obligados a decir cuándo y en qué circunstancias hablaron con los sujetos de su curiosidad y si queda alguna evidencia de estas conversaciones.


Hitler diseñando estrategias, observan atentos el mariscal Keitel y el SS Karl Wolff


Material adicional

Citado y resumido de "Alleged plot to kidnap pope Pius XII: Revision history" (Wiki)

Otros testigos en la supuesta conspiración para secuestrar a Pío XII


El Coronel Erwin von Lahousen en los juicios de Nuremberg declaró el 1 de febrero de 1946 que Hitler había ordenado a la RSHA (Oficina Central de Seguridad del Reich) idear un plan para castigar a los italianos ya sea el secuestro o asesinato de Pío XII y el Rey de Italia. Lahousen afirmó haberlo comunicado al almirante Wilhelm Canaris, jefe del servicio de contraespionaje alemán, quien a su vez puso en alerta a su homólogo italiano, el general Cesare AME en una reunión secreta en Venecia entre el 29-30 de julio de 1943. Lahousen y el coronel Wessel Freytag von Loringhoven también estuvieron presentes en esta reunión. AME aparentemente tomó medidas para evitar la trama. 

Rudolf Rahn, Plenipotenciario alemán en la República Social Italiana (RSI), mediante carta a Robert A. Graham (editor) en la década de 1970 y publicado por la revista italiana "30 Giorni" en 1991, indica que existía tal trama y que todos los documentos relacionados habían sido destruidos o se perdieron. Rahn murió en 1975.

John Cornwell, autor del libro "El Papa de Hitler" (1999) se adhiere a la existencia de un complot basado en Wolff, a quien califica de héroe, cuyo "objetivo" era "impedir la expulsión del Papa", afirma que Wolff fue capaz de convencer a Hitler para abandonar el plan. El valor histórico del libro de Cornwell ha sido puesto en duda por algunos autores como Kenneth L. Woodward, que escribió una reseña del libro para la revista Newsweek (27 septiembre 1999), señalando "los errores de hecho y la ignorancia de contexto que aparecen en casi todas las páginas”. El Dr.Peter Gumpel, experto en el período de guerra del papado de Pío XII, refutó punto por punto a Cornwell. 

Otros títulos: Prof. Ronald Rychlak, investigador que dirigió la publicación de Cornwell, con "Hitler, la guerra y el Papa" (luego habría una edición revisada y ampliada) y "La Guerra de Pío: Respuestas a los críticos de Pío XII". El rabino David Dalin escribió "El mito del Papa de Hitler". También tenemos un libro de Gordon Thomas: "Los Judíos del Papa", con el subtítulo "El Plan secreto del Vaticano para salvar a los judíos de los nazis".


Karl Wolff y el Reichsführer Heinrich Himmler en la reunión con Francisco Franco y Ramón Serrano Súñer en España, 25 de octubre de 1940. (Bundesarchiv Bild)

El caso de Wolff ha sido tratado como "un rumor sin consecuencias". El mismo Kurzman tuvo que reconocer que no existen documentos oficiales alemanes que se refieren a la trama, ya que Hitler prohibió que fuera puesto por escrito. Hasta Kurzman tuvo que reconocer que muchos aspectos del testimonio de Wolff eran demostrablemente falsos, no obstante, "otras personas clave" corroboran la historia de Wolff. 

Los entrevistados de Kurzman incluyen: Rudolph Rahn, embajador de Alemania en el RSI (República Social Italiana); Eitel Mollhausen, el segundo de Rahn; Albrecht von Kessel, asesor de Ernst von Weizsäcker; coronel de las SS Eugen Dollman, enlace de Wolff ante el Mariscal de Campo Albert Kesselring; el padre Peter Gumpel, historiador del Vaticano y relator para la canonización de Pío XII, afirma que los documentos no publicados apoyan la existencia de una trama.  Gumpel ha afirmado también que Pío XII hizo planes de renunciar en el caso de ser secuestrado.

Owen Chadwick, profesor de historia en Cambridge, estudió los documentos de D'Arcy Osborne, embajador británico en el Vaticano durante la guerra, argumenta que el Mando del Ejecutivo de Guerra Política (PWE) británico, un cuerpo clandestino fue creado para producir y difundir propaganda blanca y negra, para dañar la moral del enemigo y aliados de los nazis, así como mantener la moral en los países ocupados. Según Chadwick el PWE habría dedicado tiempo a la Propaganda de falsificación de transmisiones alegando que el Papa iba a ser confinado en el castillo de Lichtenstein. Se habrían fabricado al menos dos transmisiones inalámbricas "alemanas" en apoyo de la teoría, sobre la base de una preexistente "rumor de secuestro". Existe constancia de que el 9 de octubre de 1943, los británicos lanzaron una emisión falsa en alemán afirmando que todos los prepartativos  para el secuestro estaban listos. Dos días más tarde, otra transmisión falseada señalaba que el Castillo de Lichtenstein en Württemberg estaba listo para retener al Papa y a los cardenales.

El propio Osborne consideró ese hecho de increíblemente improbable, la misma presencia del Papa en el Vaticano impedía a los británicos bombardear un centro de comunicaciones clave, que estaba adyacente, del ejército alemán en Italia. Weizsäcker, el embajador alemán, ya había asegurado antes que el propio Vaticano no sería ocupado por los alemanes al ocupar las tropas Roma, tras el colapso del gobierno de Mussolini.



Portada del libro de David Garnett. La historia secreta de PWE: El Ejecutivo de guerra política 1939-1945 (2002, Little, Brown Book Group, no disponible en castellano). De todas las organizaciones de inteligencia secretas de Gran Bretaña, la menos conocida es el Ejecutivo de Guerra Política, desarrollado para llevar a cabo una guerra psicológica contra los nazis. La historia del PWE ha sido desclasificada por la oficina del Gabinete y publicada 50 años después de haber sido completada y enviada a los archivos secretos de Whitehall.

David Alvarez y Robert A. Graham, sacerdotes jesuitas historiadores elegidos por el Papa Pablo VI para editar el ADSS (Actas y Documentos de la Santa Sede relacionados con la Segunda Guerra Mundial. Colección de 11 volúmenes de los archivos históricos del Vaticano) concluyen que un secuestro de este tipo hubiera indignado a los católicos de todo el mundo y desestabilizado la ocupación alemana en las naciones católicas. Álvarez y Graham argumentan que los propagandistas aliados "no se encogieron ante la oportunidad" de explotar la situación reinante, incluso sobre que el Papa contemplaba abandonar el Vaticano debido a las amenazas del Eje. Estos rumores de la PWE no fueron recogidos ni siquiera por los diplomáticos alemanes. 

"El rastro de evidencia más clara en la maraña de rumores, la memoria y la ficción que rodea la trama que pretendía secuestrar al Papa conduce de vuelta a Londres en lugar de Berlín". 

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Fuentes de consulta



Notas de Referencia

Kurzman, Dan. (2007). "Una misión especial: trama secreta de Hitler para aprovechar el Vaticano y secuestrar a Pío XII". Da Capo Press. ISBN 0-306-81468-4.
- Lingen, Kerstin von (2008). "Conspiración del silencio: cómo los ´viejos muchachos´ de la inteligencia estadounidense protegieron al general de las SS Karl Wolff del procesamiento". Estudios del Holocausto y Genocidio. Oxford University Press. 22 (1): 74-109. doi: 10.1093 / hgs / dcn004.
- Lingen, Kerstin von (2013). "Allen Dulles, el OSS y los criminales de guerra nazis: la dinámica del enjuiciamiento selectivo". Nueva York: Cambridge University Press. ISBN 978-1-107-02593-6.
- Alvarez, David J., y Graham, Robert A. 1997. "Nada sagrado: el espionaje nazi contra el Vaticano", 1939-1945 . Frank Cass Editores.
- Chadwick, Owen. 1988. "Gran Bretaña y el Vaticano durante la Segunda Guerra Mundial". Cambridge University Press.
- Cornwell, John . 1999. "El Papa de Hitler: La historia secreta de Pío XII". Vikingo. ISBN  0-670-87620-8
- Dalin, David. 2005. "El mito del Papa de Hitler". Regnery Publishing.

Artículos relacionados en la web:


Televisión

- "Sotto il Cielo di Roma". (2010). La trama se presenta en una miniserie de la televisión de coproducción italiana-alemana (2 episodios de 100 minutos c/u) protagonizada por James Cromwell como Pío XII: "Sotto il Cielo di Roma" (Bajo el cielo de Roma). Se centra en el tema de Pío XII y la razzia romana. 

- "The Scarlet and the Black" (Escarlata y Negro)  es una película de 1983 hecha para la televisión con las actuaciones de Gregory Peck y Christopher Plummer. Esta producción no debe ser confundida con la mini serie de 1993 de la British television "The Scarlet and the Black", en la que actuó Ewan McGregor y Rachel Weisz. El film se basa en la novela de J. P. Gallagher, "The Scarlet Pimpernel of the Vatican". La película cuenta la historia de monseñor Hugh O'Flaherty, un sacerdote católico en la vida real que salvó a miles de judíos y prisioneros de guerra aliados en la Roma ocupada por los nazis durante la IIGM. Karl Wolff aparece como el general Helm Max, eso se debe a que Wolff todavía vivía en esos días de producción del film. Monseñor Hugh O'Flaherty fue el sacerdote irlandés quien habría salvado más de 6.000 judíos y prisioneros aliados. Herbert Kappler fue condenado a cadena perpetua, trasladado a un hospital por razones de salud, escapó a Alemania Occidental, donde falleció en 1978 a los 70 años.

- "Rappresaglia" (Masacre en Roma), película italiana de 1973, protagonizada por Richard Burton que interpreta al jefe de la Policía de Seguridad -SD- de las SS en Roma, Herbert Kappler y la ejecución de más de 300 personas conocido como la "masacre de las fosas Ardiatinas" (24 marzo 1944), en represalia por el atentado con bomba contra una patrulla del regimiento de policía de las SS, Bozen. La película se basa en el libro "Muerte en Roma" de Robert Katz.

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