En la entrega anterior hemos recalcado que la búsqueda del supuesto tesoro de Yamashita deberá mantenerse como leyenda, en el mejor de los casos, como una hipótesis.
Existe mucha gente "experta" en esas teorías; y otras, por supuesto, que no conocen nada de estos "misterios" sin resolver. Es necesario -debido al interés por el tema- revisar como un hecho real se convirtió en leyenda. La página web "COL2.COM" tiene una destacada reseña sobre ello, ayuda con los antecedentes y la creación del presente "misterio", a pesar de que también es víctima (engaño) de los clásicos bulos.
En las siguientes entregas abordaremos otras dos posiciones distintas, llenas de polémica (y algunas falsedades descubiertas), sobre todo, se analizará más cuestiones de carácter histórico que leyendas urbanas, así como las correspondientes notas explicativas sobre algunos datos falsos que han sido divulgados, ya sea por sensacionalismo o por bulos que tomaron desprevenidos a más de un serio investigador, siendo necesario señalarlo.
Hecha la aclaración, me decanto por reproducir el siguiente artículo que viene acompañado de material fotográfico y mapas de calidad, un buen resumen de la siempre emocionante trama sobre el "Lirio Dorado", "Flor de Lis", "Lila Dorada", en japonés se identifica como "Kin No Yuri", que no solo sería una misión especial durante la guerra, sino también una supuesta organización, algunos hablan de una "sociedad secreta" japonesa originada en la misma casa imperial.... El tema ha trascendido hasta al presente, de ahí su interés.
t.a.
EL ORO DE YAMASHITA Y LA SOCIEDAD SECRETA DEL LIRIO DORADO
Nota del editor del blog: Si el lector se percata y recuerda el artículo anterior, la siguiente entrega presenta esta fotografía como portada. Sí, se trata de la portada de la increíble historia del tesoro de "Lila Dorada", titulado "Gold Warriors" de Sterling y Peggy Seagrave. Dado que el autor no enuncia las fuentes de consulta, tampoco es difícil intuir que la portada obedece a la fuente básica de casi toda la literatura existente sobre el tema.
por Col2
El botín de guerra expoliado por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, podría seguir oculto en Filipinas
Al igual que el Reich alemán hizo en Europa, durante la segunda guerra mundial, las fuerzas imperiales japonesas se dedicaron a expoliar todo el oro, metales, piedras preciosas, obras de arte y otros objetos de valor que pudieron encontrar en los territorios ocupados.
Todo este botín de guerra robado, desapareció misteriosamente en 1943, momento en el que se le pierde la pista. Una de las teorías sobre su ubicación final, se conoce como la leyenda del “oro de Yamashita”, en referencia al general japonés Tomoyuki Yamashita, “El Tigre de Malasia”, quien asumió el mando de las fuerzas de ocupación japonesas en Filipinas en 1944.
Según esta teoría, todo el material incautado en el sudeste asiático, fue llevado a Filipinas en 1944 y enterrado o escondido en galerías subterráneas construidas por el general Yamashita, tras recibir la orden de una organización secreta llamada el “Lirio Dorado”, que se dedicó a organizar y dirigir el expolio.
El “oro de Yamashita” atrae todos los años a una gran cantidad de buscadores de tesoros a Filipinas, tantos que se ha generado toda una industria paralela. Ahora bien ¿qué tiene de cierto esta legenda?
¿De cuánta cantidad de oro estamos hablando?
Si la cifra oficial de las reservas mundiales de oro a la fecha de este artículo son 190.200 toneladas métricas de oro (2019), se estima que el metal expoliado por los japoneses podría alcanzar las 280.000 toneladas.
Para comprender la cantidad de material incautado, hay que tener en cuenta que el conflicto en el Pacífico se había iniciado una década antes de la segunda guerra mundial.
Japón había invadido la Manchuria China en 1931, prosiguiendo con la ocupación en la 2ª Guerra Sino-Japonesa en 1937. El ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941 marcaba la fecha oficial en la que estallaba lo que se llama la Guerra del Pacífico.
Área de máxima extensión del Imperio Japonés. Todo lo que queda dentro del círculo rojo, fue expoliado sistemáticamente. Por ejemplo, en Nanking se produjo la masacre de 1937, en la que se asesinaron 300.000 civiles pero también se produjo un intensivo saqueo en el que los japoneses se llevaron todo; oro, comida, materias primas, vaciaron todas las tiendas y todo lo que tuviese valor en viviendas particulares.
Para 1943, el imperio japonés había ocupado todo el norte de China hasta la frontera con la Unión Soviética y Mongolia, toda la costa este china, Corea, Taiwan, todo el sureste asiático hasta la frontera con India, incluyendo la Indochina francesa, Tailandia, Birmania, todas las islas que hay debajo hasta Australia, Filipinas, Malasia y las Indias Orientales Neerlandesas, Nueva Guinea, junto a otras islas estratégicas al este de Japón.
Para sufragar el esfuerzo de guerra, toda esta vasta extensión territorial fue expoliada sistemáticamente por las fuerzas imperiales bajo la dirección de una organización secreta llamada “Kin no yuri – El Lirio Dorado”, creada por órdenes del emperador Hirohito, quien nombró a su hermano pequeño, el príncipe Yasuhito Chichibu, como director de operaciones.
A la izquierda, el príncipe Yasuhito Chichibu, hermano pequeño del emperador Hirohito, supuesto fundador de la organización secreta “Kin no yuri – El Lirio Dorado” por encargo de su hermano. A la derecha, el príncipe Tsuneyoshi Takeda, primo de Hirohito, sería el director ejecutivo de la organización. Durante la segunda guerra mundial, Takeda visitó personalmente casi todos los países que fueron expoliados; China, Hong Kong, Vietnam, Laos, Camboya, Birmania, Malasia, Singapur, Sumatra, Java, Borneo y Filipinas.
En lo referente al botín de guerra extraído del sudeste asiático, se sabe que la mayor concentración se produjo en el puerto de Singapur en 1943 pero en este año se le pierde la pista.
La leyenda del oro de Yamashita
Una de las teorías es que todo el botín de guerra del sudeste asiático fue transportado por vía marítima para ser ocultado en Filipinas, ya que en 1943, el imperio nipón no barajaba la posibilidad de que estas islas fueran recuperadas por el bando aliado.
El 10 de octubre de 1944, el general Tomoyuki Yamashita asumió el mando de las fuerzas de ocupación japonesas en Filipinas, con un total de 262.000 efectivos.
El general Tomoyuki Yamashita llega a Filipinas en 1944 para tomar el mando de las fuerzas de ocupación japonesas.
Yamashita tomó posiciones defensivas con la mayor parte de este ejército, 152.000 soldados, en Luzón, una zona muy montañosa en el norte de las islas. Diez días después, el 20 de octubre, el general MacArthur desembarcaba junto al 6º ejército estadounidense, en Palo, Leyte, en la costa este, en la zona central de las islas. Los desembarcos en Luzón comenzaron el 15 de diciembre.
Según la leyenda del oro, el Lirio Dorado ordenaría al general Yamashita esconder el botín de guerra en las montañas de Luzón ya que a finales de 1944 había dejado de ser seguro intentar transportarlo por vía marítima hasta Japón a causa de los ataques enemigos.
El general MacArthur desembarcaba junto al 6º ejército estadounidense, en Palo, Leyte, el 20 de octubre de 1944, a las 13:30. Minutos después anunciaría en su discurso de regreso; “People of the Philippines, I’m back! – Pueblo de Filipinas, he vuelto!”.
Al parecer Yamashita cumplió la orden, excavando una red de túneles y fosos empleando prisioneros de guerra, en los cuales ocultó el oro.
Los días 6 y 9 de agosto de 1945, se lanzaron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, provocando que el emperador Hirohito anunciase por radio la rendición de Japón y llamase al alto el fuego de todo el ejército imperial el 15 de agosto.
Sin embargo, el fin de la guerra del Pacífico no fue tan simple. No todas las tropas japonesas quisieron o pudieron rendirse.
El general Tomoyuki Yamashita observando la situación del frente, desde las montañas de Luzón.
Uno de los que tardaron en entregar las armas fue el General Yamashita en Luzón. Junto a los efectivos que quedaban, unos 50.000, se apostó en los túneles que había creado en las montañas de Kiangan, empleando tácticas de guerrilla para ralentizar el control total del norte de Filipinas por parte del 6º ejército estadounidense.
Se ha especulado que durante este tiempo, Yamashita estuvo finalizando las operaciones de ocultación del botín de guerra expoliado en un total de 175 túneles, protegidos con todo tipo de trampas, tanto explosivas, como de gas o sistemas de inundación.
Cuando concluyó las tareas, ordenó eliminar a todos los testigos, volar las entradas de los túneles y emergió de las montañas el 2 de septiembre para entregarse, justo el mismo día que el ministro de exteriores Mamoru Shigemitsu firmaba la rendición oficial de Japón a bordo del acorazado USS Missouri.
El general Tomoyuki Yamashita emerge de la montaña el 2 de septiembre de 1944 para entregarse, en un punto del mapa que se supone estaría alejado de los túneles donde escondió el botín de guerra. Cuando corrió la noticia de su rendición, la población filipina intentó lincharlo.
Yamashita fue juzgado y sentenciado el 7 de diciembre de 1945 como responsable último de los crímenes de guerra y atrocidades cometidas durante la campaña de Filipinas. El 23 de febrero de 1946 fue ahorcado en una prisión al sur de Manila.
El oro nunca llegó ha aparecer aunque ha sido objeto de alguna constante búsqueda por parte de cazadores de tesoros desde prácticamente la conclusión de la segunda guerra mundial.
La historia del oro de Yamashita tiene unas cuantas pegas.
Toda esta historia tiene numerosas pegas que le restan credibilidad. Para empezar, no hay pruebas de la existencia del "Lirio Dorado", ni que el botín de guerra expoliado en el sudeste asiático llegase nunca a Filipinas.
Desde un punto de vista puramente logístico, no tendría sentido trasladar oro que estuviese ubicado en Asia continental hasta las Filipinas, dado que en 1943 y 1944, el mar del sur de China registraba ya demasiada actividad enemiga como para arriesgar que un buque cargado de metales preciosos hasta la bandera, fuese hundido.
Mapa del trayecto que habría seguido el botín de guerra robado por los japoneses hasta Filipinas. La gran pega es que en 1943 y 1944, esas rutas marítimas ya no eran seguras para los barcos nipones.
La ruta más resguardada para llevarlo a Japón, hubiera sido por la costa este de China, ya fuese por tierra o mar, protegiéndose en puertos ocupados como Macao, Hong Kong, Shanghai, hasta llegar a Corea o Taiwán.
La red de túneles, aunque no se han encontrado, es posible que exista ya que los japoneses emplearon esta estrategia para defender otras islas como Iwo Jima. Hubo testigos que vieron como los nipones subían a la montaña con prisioneros y como requisaban material de construcción en los pueblos cercanos.
Otra de las grandes pegas es que en más de medio siglo de intensa búsqueda, no se ha logrado encontrar más que una ínfima parte del supuesto tesoro, insuficiente como para probar que el grueso del botín de guerra esté realmente en Filipinas.
El Buda de Oro de Rogelio Roxas
El único oro que se ha logrado recuperar, de forma "confirmada", fue encontrado por el buscador de tesoros filipino Rogelio Roxas, en un rocambolesco episodio demasiado bueno como para no ser parte de una película.
En 1961, Rogelio Roxas trabajaba en una cerrajería en la ciudad de Baguio, al oeste de Luzón. Según relató, un turista japonés que pasaba por delante de la tienda, se empezó a encontrar mal, Roxas salió a ver qué pasaba y lo llevó al hospital de Baguio.
Aquel hombre resultó ser el hijo de un soldado japonés que había estado desplegado en Filipinas. En agradecimiento a Roxas, le dibujó un mapa para encontrar el oro o parte del tesoro de Yamashita.
A la derecha, Rogelio Roxas fotografiado con el buda de oro que acababa de recuperar en 1971. A la izquierda, el matrimonio de Ferdinand e lImelda Marcos, cuya riqueza se basaba en apropiarse del hallazgo de Roxas (NdelE. Ninguna de las dos afirmaciones han sido comprobadas)
Buscando ayuda para interpretar el mapa, se entrevistó con un segundo individuo, que decía haber sido el intérprete de Yamashita durante la ocupación de Filipinas. Este hombre le indicó la ubicación de un sótano en terrenos del hospital general de Baguio, donde el ejército nipón había almacenado un buda de oro y lingotes de metales preciosos.
En enero de 1971, Roxas, tras haber formado un grupo de búsqueda y trabajar siete meses excavando, logró localizar un túnel, donde dijo haber encontrado el esqueleto de un soldado imperial nipón uniformado, katanas, bayonetas y radios.
En una sala anexa que estaba sellada, encontró un buda de oro de un metro de altura, hueco, relleno con diamantes sin cortar y numerosas cajas rellenas de lingotes de oro. Tras el descubrimiento, Roxas se llevó el buda y una de las cajas con 24 lingotes, sellando de nuevo el sótano por seguridad (NdelE. Otras versiones afirman que solo se llevó el Buda, que actuó solo y que el túnel se derrumbó).
Mientras buscaba compradores para el buda, tras haber vendido siete lingotes de oro, llamó demasiado la atención. La policía secreta del dictador Ferdinand Marcos se presentó en su casa, incautó el buda y los lingotes restantes, arrestaron a Roxas, lo encarcelaron y torturaron durante un año para que revelase la localización de la sala.
Un buda de oro y lingotes (NdelE. fotografías solo como ilustración) como los que habrían expoliado en masa el ejército imperial japonés. Intentar colocar una pieza semajante en el mercado, como intentó Roxas, llamaría mucho la atención.
Roxas no habló pero un miembro de su equipo, Olimpio Magbanua, al que torturaron arrancándole los dientes con unos alicates, confesó y se cree que los secuaces de Marcos lograrían recuperar 10.000 lingotes durante el siguiente año.
Hoy en día se diría que a esta historia le faltan aliens pero algo tiene de cierto ya que después de que Roxas muriera en 1993 – en extrañas circunstancias – sus herederos montaron una sociedad para demandar al matrimonio de Ferdinand e Imelda Marcos por el robo del buda.
Cuando la dictadura filipina terminó, la pareja se trasladó a Hawai. En 1996, un tribunal de Honolulu aceptó la demanda a trámite y condenó a Imelda Marcos (Ferdinand había muerto en 1989) a pagar una indemnización de 22 billones de dólares por el robo del buda y los lingotes.
El Tribunal Superior de Hawai ratificó en la sentencia que había pruebas fehacientes de la existencia del buda y los lingotes pero no se investigó si tenía relación con el llamado “oro de Yamashita”.
NOTA DEL EDITOR: Respecto a estos dos últimos párrafos, nos encontramos con una notable desinformación, un bulo, como suele decirse. Probablemente el autor de estas líneas las habrá tomado de la obra de referencia que aparece como portada de su artículo. Veamos las explicaciones.
- No solo los herederos de Roxas entablaron demandas contra los Marcos. Fue la República de Filipinas a través de tribunales anticorrupción, la Comisión Presidencial del Buen Gobierno, fiscales y otras unidades judiciales, así como asociaciones de víctimas, las que reclamaron la inmensa fortuna de los Marcos obtenida por un programa sistemático de robo y desvio de fondos públicos creando diferentes empresas fantasma y cuentas en el exterior. Se calcula en 10.000.000.000 de dólares el monto del monumental atraco.
- Es falso que un tribunal de Honolulu - Hawai (jurisdicción de los Estados Unidos de América) condenara a Imelda Marcos (su marido había fallecido en 1989) a pagar una indemnización de "22 billones de dólares" por el robo del buda y los lingotes y también es falso que el Tribunal Superior de Hawai ratificara esa sentencia ya "que había pruebas fehacientes de la existencia del buda y los lingotes pero no se investigó si tenía relación con el llamado oro de Yamashita”, tal como reza en el artículo, esa "información" es FALSA.
- He aquí la explicación:
El Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Hawai, en febrero de 1995, falló a favor de 9.539 víctimas de la "Ley Marcial", una demanda colectiva en la que se pedía a los Marcos una indemnización por daños o reparaciones por violaciones a los derechos humanos. El tribunal ordenó que debía pagarse $ 1.960 millones a los demandantes. La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EE. UU, en 1996, respaldó la decisión de la corte de Hawai.
Sin embargo, en casa, el fallo de Hawai no se cumplió. En 1998, un tribunal de primera instancia de Makati desestimó inicialmente el fallo por no haber pagado los peticionarios la tasa de presentación correcta. La Corte Suprema en 2005 anuló el fallo y reinstaló el caso. El tribunal de Makati desestimó el caso por segunda vez en 2013, señalando que el tribunal de Hawai "no tenía jurisdicción sobre el reclamo".
Los demandantes plantearon su caso al Tribunal de Apelaciones (CA), pero también perdieron allí en julio de 2017 cuando el CA confirmó la decisión del tribunal de Makati. El CA estima que el fallo de la corte de Hawai "no es vinculante" para Filipinas y que no cumple con los estándares filipinos de un juicio válido. El CA reiteró su fallo en enero de 2018 (Las víctimas de la Ley Marcial siguen buscando la aplicación del fallo de Hawai a través de la Corte Suprema reclamando los casi dos mil millones en indemnizaciones).
- ¿Qué tiene de importante estos datos? De forma contundente se desenmascara parte de la leyenda del "oro de Yamashita", la historia de Roxas y otros. El fallo del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Hawai NO trata de indemnizaciones a los Roxas, ni tiene nada que ver con el supuesto "oro de Lila Dorada", no se trató del "robo de buda", ni de ningún lingote de oro. El caso judicial se planteó contra la LEY MARCIAL dictada por Ferdinand Marcos, los demandantes fueron las víctimas de violaciones a los derechos humanos (y esto es de dominio público por lo que no haré más aclaraciones, solo advertir que hasta estas fechas se siguen los procesos contra Imelda Marcos, la última decisión fue del actual presidente filipino Rodrigo Duterte para que el gobierno subaste 704 millones de dólares en joyas de la ex primera dama).
No obstante, la propia Imelda Marcos se jactaba, en 1992, que el grueso de la fortuna de su marido Ferdinand procedía del oro escondido por Yamashita. No quedó claro si se refería al buda y los lingotes que supuestamente robaron a Roxas o a otra parte del botín de guerra.
Teorías de la Conspiración
El oro de Yamashita no está exento de unas cuantas teorías de la conspiración. La que más sentido puede tener, apunta a que tras la rendición incondicional, Japón y Estados Unidos negociasen repartirse el botín de guerra expoliado.
Según el libro “Gold Warriors" (Guerreros del oro) de Sterling y Peggy Seagrave, dos de los grandes defensores de la existencia del tesoro filipino, los estadounidenses encontraron el oro después de que un capitán de inteligencia de la OSS -Office of Strategic Services-, Edward Lansdale, aplicase el tercer grado al chofer personal de Yamashita, el mayor (comandante) Kojima Kashii.
El general Tomoyuki Yamashita es recibido por su personal al arribar a Filipinas en 1944.
Este les condujo hasta 12 localizaciones al norte de Manila, repletas de metales y piedras preciosas. Cuando el presidente Harry Truman fue informado, ordenó mantener el hallazgo en secreto.
Al finalizar la segunda guerra mundial, empezó la guerra fría. El principal enemigo de los aliados pasaba a ser la URRS. En China comenzó la revolución comunista (1946-1948), se produjo la división de Corea (1948), la guerra de Indochina (1946-1954) y el efecto dominó del comunismo por el sudeste asiático.
Ocultando el oro expoliado, se evitaba financiar a todos estos países que hubieran tenido derecho a reparaciones de guerra con cargo al botín robado. Japón fue condenado a pagar indemnizaciones a los países que invadió según el tratado de paz firmado en 1951 pero el futuro secretario de estado de Eisenhower, John Foster Dulles, introdujo una cláusula que dejaba al país nipón exentó de indemnizar a las víctimas por crímenes de guerra, al encontrarse “en quiebra”.
Imágenes de la "Batalla de Manila" (3 febrero – 3 marzo 1945). La ciudad quedó devastada y los japoneses mataron a 100.000 civiles.
Una oscura teoría apunta a que la OSS, precursora de la CIA y la misma CIA, financiaron sus operaciones durante la guerra fría, usando parte del oro recuperado en Filipinas, blanqueado a través de varios trusts internacionales como el “Black Eagle Trust”, el “M-Fund” o el “Yotsuya fund”.
El “Black Eagle Trust” se crearía con el oro de Yamashita y el oro incautado al III Reich, de quien tomaría el nombre “Black Eagle”, ya que los lingotes alemanes estaban estampados con el símbolo del águila negra nazi.
Tal vez el reparto del oro con los estadounidenses, fuese el motivo por el cual la casa real japonesa no fuese juzgada por crímenes de guerra y se permitiera a Hirohito seguir en el trono. El propio gobierno japonés al rendirse barajaba una regencia.
Una calle de Manila al finalizar la batalla por la ciudad.
Hubo muchos mandos militares que también se libraron incomprensiblemente de ser juzgados por las atrocidades que habían cometido. Por ejemplo, el Teniente General Shirō Ishii, el Menguele japonés responsable de la Unidad 731 o Nobusuke Kishi, que llegó a ser primer ministro de Japón en la década de 1950. Otros, aun siendo condenados, no recibieron penas capitales.
El botín de guerra oculto puede ser la explicación de la recuperación económica y reconstrucción tan rápida de Japón tras la guerra. En la década de 1960 parecía como si el país nunca hubiese participado en la SGM y en la década de 1970 era una potencia exportadora mundial basada en tecnología punta. En 1976, realizaba el último pago por indemnizaciones de guerra.
Hiroshima en 1958. Hacía 8 años, este mismo sitio estaba completamente escombrado. ¿Tuvo algo que ver el botín de guerra oculto en la recuperación tan rápida de Japón tras la guerra?
Otra teoría conspiratoria, es que el tesoro de Yamashita, donde quiera que esté, nunca va a aflorar, al menos de golpe, porque la inflación que causaría sobre el precio del oro, arruinaría a muchos inversores, entre los que hay intereses muy poderosos. Estaríamos hablando de una cantidad que casi duplica las reservas mundiales conocidas.
Según esta teoría, que no está nada desencaminada, las caídas del precio del oro son movimientos controlados que se realizan sacando al mercado mucho metal precioso de golpe, lo que puede provocar un caos financiero.
LA X MARCA EL LUGAR
Junto a teorías de la conspiración, el oro de Yamashita está acompañado de un folclore bastante inusual en el mundo de los caza-tesoros.
Una regla entre los buscadores, que incluso el propio Indiana Jones enseñaba en sus clases, es que nunca hay una “X” marcando el lugar donde hay un tesoro enterrado.
Supuestos códigos empleados por el General Yamashita para marcar la ubicación de tesoros ocultos, túneles y trampas. Como está muestra, se puede descargar un libro de 49 páginas en la web de la Asociación de Cazadores de Tesoros de Filipinas, eatc.com.
En el caso del oro de Yamashita es todo lo contrario. Los caza-tesoros que acuden a Filipinas, creen que la entrada a los túneles secretos y al oro enterrado, está señalizado con unos marcadores grabados sobre las piedras de las montañas de Luzón.
Estos marcadores siguen varios códigos secretos: el de la organización del Lirio Dorado, el del ejército imperial o el del general Yamashita.
En la web de la Asociación de Cazadores de Tesoros de Filipinas, eatc.com, se pueden descargar PDF con los códigos, que afirman ser copias de documentos originales japoneses.
Folclore Filipino
En Filipinas, las leyendas sobre fabulosos tesoros enterrados y piedras marcadas con señales, son parte del folclore tradicional.
- Al principio de la era colonial española (1521-1898), se buscaba el tesoro perdido de Limahong, un pirata chino del siglo XVI, del que se contaba que había enterrado sus riquezas robadas en Pangasinan.
- Después se buscaba el tesoro y las reliquias robadas por Francisco Dagohoy durante la rebelión Dagohoy (1744-1828).
- Luego, los depósitos de dólares de plata que se perdieron durante la guerra filipino-estadounidense (1899-1902).
- Tras la SGM, fue el oro de Yamashita. Si preguntas a cualquier filipino, siempre vas a encontrar a alguien que conoce a alguien, o tiene un primo que sabe dónde hay una “X” marcando la situación de algún tesoro enterrado.
La búsqueda del oro de Yamashita trae tal cantidad de caza-tesoros, que se ha generado una industria paralela para darles servicio. El gobierno vende licencias para buscar tesoros, en las tiendas se venden detectores de metales, todo tipo de material de excavación, se ofrece mano de obra, maquinaría, guías, incluso especialistas en desactivar bombas, buceadores profesionales…
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