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21 enero 2022

La negación de la historia. ¿Por qué la OTAN no cumple sus compromisos con Rusia?



Introducción por el editor del blog

Estados Unidos no acepta firmar garantías de seguridad a Rusia en el tema más importante de todos y mantiene su intención de ubicar misiles nucleares en las fronteras de Rusia, así de simple. El otro punto son la prolongación de las famosas "revoluciones de color" en los ex estados soviéticos para desestabilizar a la Federación Rusa. A todo esto, Washington espera "resignación" del lado ruso, exige que su política exterior no sea perturbada. 


Denunciar esto no puede ser tildado ni de anti-estadounidense, ni de prorruso. Debemos considerar las palabras del investigador estadounidense Paul Craig Roberts: "Washington ha demostrado que Estados Unidos representa una hostilidad potencialmente mortal hacia Rusia".

La OTAN ha instalado misiles en Rumania y Polonia (bases  controladas por EEUU). Y hay quienes se burlan presentando un mapa de la inmensa Rusia comparada con la indefensa Europa. La pregunta es, ¿quién amenaza a quién? Es verdad que Rusia tiene la capacidad de destruir las bases de misiles estadounidenses usando, a su vez, sus misiles, no necesita enviar un ejército terrestre e invadir esos países. En ese sentido Rusia si que podría vencer a las fuerzas convencionales de la OTAN en Europa del Este (la OTAN es pequeña ante Rusia en número de tropas y no podrían librar ningún tipo de lucha contra los ejércitos rusos). Esto en teoría, ya que aquello implicaría que Rusia se vea forzada a invadir Europa del Este, como consecuencia provocaría que Estados Unidos movilice sus ejércitos para la lucha.

Desde la desaparición de la URSS, tres décadas atrás, en ni una sola ocasión, Rusia ha mandado un mensaje o ha hecho demostraciones de hostilidad hacia Europa. Al contrario, Rusia ha cumplido sus compromisos suscritos desde el fin de la segunda guerra mundial - Acuerdos de Yalta - en que los Aliados definieron por mutuo consenso sus zonas de influencia europea (al fin y al cabo fueron los nazis quienes provocaron tal cosa... gracias al inicial apoyo de Occidente). 

Ha sido la URSS quien cedió ante Europa y Estados Unidos por su incapacidad de mantener unido al Pacto de Varsovia, respuesta a la creación de la OTAN. La Primavera de Praga hace más de medio siglo es la prueba que su sistema no funcionaba. Sí, el supuesto sistema económico comunista resultó ser un experimento social condenado al rotundo fracaso. No se puede vivir solo de teorías. 

¿Quién amenaza a quién? En 2014 no fue Rusia quien planificó romper el compromiso de mantener las zonas de influencia para su seguridad. El caso de la Crimea rusa puede ser sustentado en cualquier foro histórico y político; y, desde la desaparición de la URSS, Ucrania no es el único caso (lo hemos abordado en otras ponencias). En el presente, la posición de Rusia es clara, no puede permitir que Ucrania sea miembro de la OTAN, porque eso significa una cosa: Instalación de bases de misiles de la OTAN/EEUU en Ucrania. Esa es la cuestión, Rusia se vería obligada a actuar en Ucrania en lugar de permitir que aquello sucediera. O, si se intenta instalar misiles se verá forzada a destruirlos.

Reflexiona Paul Craig Roberts que: "Rusia no se va a sentar y esperar a que eso suceda. Ciertamente... antes de usar la fuerza, es probable que Rusia coloque misiles nucleares a 200 millas de las costas del Atlántico y el Pacífico de los Estados Unidos como una restricción para que Washington convierta una acción convencional discreta en una guerra nuclear para salvar la cara. Washington, en su arrogancia y estupidez, se ha preparado para una derrota que le resultará difícil de aceptar, especialmente porque Washington la habrá traído sobre sí misma".

Es posible que la guerra nuclear sea el resultado. Eso se basará en estúpidas decisiones desde la Casa Blanca que no son las intenciones de Rusia. Occidente está presentado a Rusia una "amenaza inaceptable" que Rusia tendrá que contrarrestar. En estos días de deliberaciones entre las dos superpotencias, "ni Washington ni su brazo de la OTAN escucharon a los rusos decirles que las bases militares en las fronteras de Rusia son inaceptables. Como el Kremlin ha encontrado que la razón y la diplomacia son inútiles para tratar con Occidente, la perspectiva de construir una seguridad europea común ya no está en su mente. Rusia "no tiene más remedio que implementar una política de contra-contención y contra-intimidación". Habiendo rechazado la seguridad de Rusia, Occidente puede esperar la guerra", afirma Craig Roberts citando las palabras del viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Grushko. ("By Refusing Security to Russia Washington Has Opened the Door to War".- Paul Craig Roberts. Institute for Political Economy, 12 enero 2022)

Ese es el idílico paraíso pos-atómico que nos ofrece Estados Unidos una vez consumada la destrucción apocalíptica causada por una guerra nuclear. No obstante, hay "optimistas" en Occidente que esperan que aún será necesario el uso de fuerzas terrestres para acabar con el enemigo y que Estados Unidos pueda prevalecer... Luego, la "globalización" podrá seguir su planificado rumbo comercial en medio de un infierno radioactivo.  

Pero, en el mundo real, la verdadera seguridad contra las armas atómicas es la coexistencia pacífica y no la capacidad para tomar medidas ofensivas con una fuerza abrumadora. Un ataque contra cualquiera de estas potencias será seguido de inmediato por un contra-ataque atómico devastador.

La segunda parte que viene es un monumental aporte histórico documentado que desbarata el "inocente" discurso de los Estados Unidos de que la OTAN nunca ofreció garantías de seguridad a Rusia... La importancia del material documental es trascendental -para compartirlo- (las fuentes originales en inglés se encuentran detalladas apropiadamente). Se debe concientizar a la opinión pública que los EEUU/OTAN, al negar seguridad a Rusia, están abriendo la puerta a la guerra. Una guerra que irremediablemente será nuclear, sin ganadores ni perdedores, sin buenos ni malos.

Hay mucha gente que cuestionará estos análisis realizados por la "izquierda radical", ante ello solo cabe hacer uso de la historiografía para demostrar quién tiene la razón, políticamente hablando. Polemizar sobre los "buenos" y los "malos" no tiene sentido, eso lo dejamos para los descerebrados... que abundan.


Lanzamiento de un misil Trident II desde un submarino US Navy en la costa California, 26 marzo 2018. Reuters


Parte II

Expansión de la OTAN: Lo que escuchó Gorbachov

El sitio web en inglés de investigación "La Transnacional. Por la paz por medios pacíficos" ha presentado a sus lectores una asombrosa reseña histórica de los Acuerdos Gorbachov y líderes occidentales. Lo siguiente es historia pura y no propaganda. El lector sacará las conclusiones de quien miente al mundo entero. Los documentos y notas que reproduce la mencionada página web fueron publicadas originalmente por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington "NATO Expansion: What Gorbachev Heard". 


Por: Svetlana Savranskaya y Tom Blanton

Los autores: Svetlana Savranskaya y Tom Blanton del National Security Archive, cuyo libro más reciente, "The Last Superpower Summits: Gorbachev, Reagan, and Bush: Conversations That Ended the Cold War" (CEU Press, 2016) analiza y publica las transcripciones desclasificadas y documentos relacionados de todas las cumbres de Gorbachov con presidentes estadounidenses, incluidas docenas de garantías sobre la protección de los intereses de seguridad de la URSS.

"¿Quién prometió qué a quién sobre la expansión de la OTAN?"El Archivo compiló estos documentos desclasificados para un panel de discusión el 10 de noviembre de 2017 en la conferencia anual de la Asociación de Estudios Eslavos de Europa del Este y Euroasiáticos (ASEEES) en Chicago bajo el título "¿Quién prometió qué a quién sobre la expansión de la OTAN?"


Michail Gorbachev discutiendo la unificación alemana con Hans-Dietrich Genscher y Helmut Kohl en Rusia, 15 de julio de 1990. Foto: Bundesbildstelle / Presseund Informationsamt der Bundesregierung.


Los documentos desclasificados muestran garantías de seguridad contra la expansión de la OTAN de Baker, Bush, Genscher, Kohl, Gates, Mitterrand, Thatcher, Hurd, Major y Woerner a los líderes soviéticos.


La famosa garantía de "ni una pulgada hacia el este" del secretario de Estado de EE.UU., James Baker, sobre la expansión de la OTAN en su reunión con el líder soviético Mikhail Gorbachov el 9 de febrero de 1990, fue parte de una cascada de garantías sobre la seguridad soviética dada por los líderes occidentales a Gorbachov y otros funcionarios soviéticos a lo largo del proceso de unificación alemana en 1990 y hasta 1991, según documentos estadounidenses, soviéticos, alemanes, británicos y franceses desclasificados publicados hoy por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington" (Washington DC, 12 de diciembre de 2017).

Los documentos muestran que múltiples líderes nacionales estaban considerando y rechazando la membresía de Europa Central y Oriental en la OTAN a principios de 1990 y hasta 1991, que las discusiones de la OTAN en el contexto de las negociaciones de unificación alemana en 1990 no se limitaron en absoluto al estado del territorio de Alemania Oriental, y que las quejas posteriores soviéticas y rusas sobre ser engañados sobre la expansión de la OTAN se fundaron en memorandos escritos y comunicaciones telefónicas contemporáneas en el más alto nivel.

Los documentos refuerzan las críticas del ex director de la CIA, Robert Gates, de "seguir adelante con la expansión de la OTAN hacia el este (en la década de 1990), cuando Gorbachov y otros fueron llevados a creer que eso no sucedería". La frase clave, respaldada por los documentos, es "llevado a creer".


Página de las notas de Stepanov-Mamaladze del 12 de febrero de 1990, que refleja la garantía de Baker a Shevardnadze durante la conferencia de Cielos Abiertos de Ottawa: "Y si U[nited] G[ermany] permanece en la OTAN, debemos tener cuidado con la no expansión de su jurisdicción hacia el este." 

El presidente George H.W. Bush había asegurado a Gorbachov durante la cumbre de Malta en diciembre de 1989 que Estados Unidos no se aprovecharía ("No he saltado arriba y abajo en el Muro de Berlín") de las revoluciones en Europa del Este para dañar los intereses soviéticos; pero ni Bush ni Gorbachov en ese momento (o para el caso, el canciller de Alemania Occidental Helmut Kohl) esperaban tan pronto el colapso de Alemania Oriental o la velocidad de la unificación alemana.

Las primeras garantías concretas de los líderes occidentales sobre la OTAN comenzaron el 31 de enero de 1990, cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Occidental, Hans-Dietrich Genscher, abrió la licitación con un importante discurso público en Tutzing, Baviera, sobre la unificación alemana.

La Embajada de los Estados Unidos en Bonn (ver Documento 01 Cable confidencial de la Embajada de los Estados Unidos en Bonn al Secretario de Estado sobre el discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania: Genscher describe su visión de una nueva arquitectura europea) informó a Washington que Genscher dejó en claro "que los cambios en Europa del Este y el proceso de unificación alemana no deben conducir a un 'menoscabo de los intereses de seguridad soviéticos'. Por lo tanto, la OTAN debería descartar una "expansión de su territorio hacia el este, es decir, acercándolo a las fronteras soviéticas". El cable de Bonn también señaló la propuesta de Genscher de dejar el territorio de Alemania Oriental fuera de las estructuras militares de la OTAN, incluso en una Alemania unificada en la OTAN.


Eduard A. Shevardnadze (derecha) saluda a Hans-Dietrich Genscher (izquierda) y Helmut Kohl (centro) a su llegada a Moscú el 10 de febrero de 1990 para hablar sobre la reunificación alemana. Foto: AP Photo / Víctor Yurchenko.
 

Esta última idea de estatus especial para el territorio de la RDA fue codificada en el tratado final de unificación alemán firmado el 12 de septiembre de 1990 por los ministros de relaciones exteriores del Dos más Cuatro (ver Documento 2512 de septiembre 1990 Ministerial de dos más cuatro en Moscú: Relato detallado, incluye el texto del Tratado sobre la Solución Definitiva con respecto a Alemania y el Acta Acordada del Tratado sobre el estatuto militar especial de la RDA después de la unificación).

La idea anterior sobre "más cerca de las fronteras soviéticas" no está escrita en tratados, sino en múltiples memorandos de conversación entre los soviéticos y los interlocutores occidentales de más alto nivel (Genscher, Kohl, Baker, Gates, Bush, Mitterrand, Thatcher, Major, Woerner y otros) que ofrecen garantías a lo largo de 1990 y en 1991 sobre la protección de los intereses de seguridad soviéticos y la inclusión de la URSS en las nuevas estructuras de seguridad europeas.

Las dos cuestiones estaban relacionadas, pero no eran las mismas. El análisis posterior a veces confundió las dos y se argumentó que la discusión no involucró a toda Europa. Los documentos publicados a continuación muestran claramente que así fue.


El acuerdo para iniciar las conversaciones Dos más Cuatro es presentado a la prensa por los seis ministros de Relaciones Exteriores en la Conferencia “Cielos Abiertos” en Ottawa el 13 de febrero de 1990. De izquierda a derecha: Eduard Shevardnadze (URSS), James A. Baker (EE.UU.), Hans-Dietrich Genscher (RFA), Roland Dumas (Francia), Douglas Hurd (Gran Bretaña), Oskar Fischer (RDA). Foto: Bundesbildstelle / Presseund Informationsamt der Bundesregierung

La "fórmula Tutzing" se convirtió inmediatamente en el centro de una serie de importantes discusiones diplomáticas durante los siguientes 10 días en 1990, lo que llevó a la crucial reunión del 10 de febrero de 1990 en Moscú entre Kohl y Gorbachov cuando el líder de Alemania Occidental logró el asentimiento soviético en principio a la unificación alemana en la OTAN, siempre y cuando la OTAN no se expandiera hacia el este. Los soviéticos necesitarían mucho más tiempo para trabajar con su opinión interna (y la ayuda financiera de los alemanes occidentales) antes de firmar formalmente el acuerdo en septiembre de 1990.

Las conversaciones antes de la garantía de Kohl implicaron una discusión explícita sobre la expansión de la OTAN, los países de Europa Central y Oriental y cómo convencer a los soviéticos de aceptar la unificación. Por ejemplo, el 6 de febrero de 1990, cuando Genscher se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores británico Douglas Hurd, el registro británico mostró a Genscher diciendo: "Los rusos deben tener alguna seguridad de que si, por ejemplo, el Gobierno polaco abandona el Pacto de Varsovia un día, no se unirían a la OTAN al siguiente". (Ver Documento 2 Sr. Hurd a Sir C. Mallaby (Bonn). Telegraphic N. 85: Llamada del Secretario de Estado a Herr Genscher: Unificación alemana. 06-feb-1990)


Primera ronda oficial de negociaciones Dos más Cuatro, con los seis ministros de Asuntos Exteriores, en Bonn el 5 de mayo de 1990. Foto: Bundesbildstelle / Presseund Informationsamt der Bundesregierung

Después de haberse reunido con Genscher en su camino hacia las discusiones con los soviéticos, Baker repitió exactamente la formulación de Genscher en su reunión con el Ministro de Relaciones Exteriores Eduard Shevardnadze el 9 de febrero de 1990; y aún más importante, cara a cara con Gorbachov. (ver Documento 4 Memorándum de Paul H. Nitze a George H.W. Bush sobre la reunión del "Foro para Alemania" en Berlín. 06-feb-1990)

No una, sino tres veces, Baker probó la fórmula de "ni una pulgada hacia el este" con Gorbachov en la reunión del 9 de febrero de 1990. Estuvo de acuerdo con la declaración de Gorbachov en respuesta a las garantías de que "la expansión de la OTAN es inaceptable".

Baker aseguró a Gorbachov que "ni el presidente ni yo tenemos la intención de extraer ninguna ventaja unilateral de los procesos que se están llevando a cabo", y que los estadounidenses entendieron que "no solo para la Unión Soviética sino también para otros países europeos es importante tener garantías de que si Estados Unidos mantiene su presencia en Alemania en el marco de la OTAN, ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extenderá en dirección este". (Ver Documento 6 Grabación de la conversación entre Mijaíl Gorbachov y James Baker en Moscú. (Extractos) 09-feb-1990)


De derecha a izquierda: el Ministro de Relaciones Exteriores Hans-Dietrich Genscher (RFA), el Ministro Presidente Lothar de Maizière (RDA) y los Ministros de Relaciones Exteriores Roland Dumas (Francia), Eduard Shevardnadze (URSS), Douglas Hurd (Gran Bretaña) y James Baker ( EEUU.) firman el llamado Acuerdo Dos más Cuatro (Tratado sobre el Acuerdo Final con respecto a Alemania) en Moscú el 12 de septiembre de 1990. Foto: Bundesbildstelle / Presseund Informationsamt der Bundesregierung

Después, Baker escribió a Helmut Kohl, quien se reuniría con el líder soviético al día siguiente, con mucho del mismo lenguaje. Baker informó: "Y luego le hice la siguiente pregunta (a Gorbachov). ¿Preferiría ver una Alemania unida fuera de la OTAN, independiente y sin fuerzas estadounidenses o preferiría que una Alemania unificada estuviera vinculada a la OTAN, con garantías de que la jurisdicción de la OTAN no se desplazaría ni una pulgada hacia el este desde su posición actual?

Respondió que el liderazgo soviético estaba pensando realmente en todas esas opciones (....) Luego agregó: "Ciertamente cualquier extensión de la zona de la OTAN sería inaceptable". Baker agregó entre paréntesis, para el beneficio de Kohl, "Por implicación, la OTAN en su zona actual podría ser aceptable". (Ver Documento 8 Carta de James Baker a Helmut Kohl, 10-feb-1990)

Bien informado por el secretario de Estado estadounidense, el canciller de Alemania Occidental entendió un resultado final soviético clave, y aseguró a Gorbachov el 10 de febrero de 1990: "Creemos que la OTAN no debería expandir la esfera de su actividad". (Ver Documento 9 Memorando de conversación entre Mijaíl Gorbachov y Helmut Kohl. 10-feb-1990) Después de esta reunión, Kohl apenas pudo contener su entusiasmo por el acuerdo de Gorbachov en principio para la unificación alemana y, como parte de la fórmula de Helsinki de que los estados eligen sus propias alianzas, Alemania podría elegir la OTAN. Kohl describió en sus memorias caminando toda la noche por Moscú, pero aún así entendiendo que aún quedaba un precio por pagar.


Las sesiones de trabajo en Camp David se reunieron en la cubierta, al aire libre, aquí en el sentido de las agujas del reloj desde la parte superior izquierda, el intérprete Peter Afanasenko, Baker, Bush, el vicepresidente Dan Quayle, Scowcroft, Shevardnadze, Gorbachev y Akhromeyev (atrás a la cámara), 2 de junio de 1990. (Crédito: Biblioteca Presidencial George HW Bush, P13412-08)

Todos los ministros de Relaciones Exteriores occidentales estaban a bordo con Genscher, Kohl y Baker. Luego vino el ministro de Relaciones Exteriores británico, Douglas Hurd, el 11 de abril de 1990. En este punto, los alemanes orientales habían votado abrumadoramente por el marco alemán y por una rápida unificación, en las elecciones del 18 de marzo en las que Kohl había sorprendido a casi todos los observadores con una victoria real.

Los análisis de Kohl (explicados por primera vez a Bush el 3 de diciembre de 1989) de que el colapso de la RDA abriría todas las posibilidades, que tenía que correr para llegar a la cabeza del tren, que necesitaba el respaldo de Estados Unidos, que la unificación podría ocurrir más rápido de lo que nadie creía posible, todo resultó ser correcto.

La unión monetaria procedería ya en julio y las garantías sobre la seguridad seguían llegando. Hurd reforzó el mensaje de Baker-Genscher-Kohl en su reunión con Gorbachov en Moscú, el 11 de abril de 1990, diciendo que Gran Bretaña claramente "reconoció la importancia de no hacer nada para perjudicar los intereses y la dignidad soviéticos". (Ver Documento 15 Sir R. Braithwaite (Moscú). Telegráfica N. 667: "Reunión del Secretario de Estado con el Presidente Gorbachov". 11-abr-1990)

La conversación de Baker con Shevardnadze el 4 de mayo de 1990, como Baker la describió en su propio informe al presidente Bush, describió de manera más elocuente lo que los líderes occidentales le estaban diciendo a Gorbachov exactamente en ese momento: "Utilicé su discurso y nuestro reconocimiento de la necesidad de adaptar la OTAN, política y militarmente, y de desarrollar la CSCE para asegurar a Shevardnadze que el proceso no produciría ganadores y perdedores. En cambio, produciría una nueva estructura europea legítima, una que sería inclusiva, no exclusiva". (Ver Documento 17 James A. Baker III, Memorándum para el Presidente, "Mi reunión con Shevardnadze".4 mayo 1990)


El presidente Bush saluda al presidente checo Vaclav Havel fuera de la Casa Blanca, Washington, DC, 20 de febrero de 1990. Crédito: Biblioteca y Museo Presidencial de George Bush 

Baker lo dijo de nuevo, directamente a Gorbachov el 18 de mayo de 1990 en Moscú, dándole a Gorbachov sus "nueve puntos", que incluían la transformación de la OTAN, el fortalecimiento de las estructuras europeas, mantener a Alemania no nuclear y tener en cuenta los intereses de seguridad soviéticos.

Baker comenzó sus comentarios: "Antes de decir algunas palabras sobre el tema alemán, quería enfatizar que nuestras políticas no están dirigidas a separar a Europa del Este de la Unión Soviética. Teníamos esa política antes. Pero hoy estamos interesados en construir una Europa estable y hacerlo junto con ustedes". (Ver Documento 18 Grabación de la conversación entre Mijaíl Gorbachov y James Baker en Moscú. 18 mayo 1990)

El líder francés Francois Mitterrand no estaba en una fusión mental con los estadounidenses, sino todo lo contrario, como lo demostró al decirle a Gorbachov en Moscú el 25 de mayo de 1990, que estaba "personalmente a favor de desmantelar gradualmente los bloques militares"; pero Mitterrand continuó la cascada de garantías diciendo que Occidente debe "crear condiciones de seguridad para ustedes, así como la seguridad europea en su conjunto". (Ver Documento 19 Registro de la conversación entre Mijaíl Gorbachov y Francois Mitterrand (extractos). 25 mayo 1990) Mitterrand inmediatamente escribió a Bush en una carta sobre su conversación con el líder soviético, que "ciertamente no nos negaríamos a detallar las garantías que tendría derecho a esperar para la seguridad de su país". (Ver Documento 20 Carta de Francois Mitterrand a George Bush. 25 de mayo de 1990)


El Ministro de Relaciones Exteriores Genscher entrega al Presidente Bush un trozo del Muro de Berlín, Oficina Oval de la Casa Blanca, Washington, DC, 21 de noviembre de 1989. Crédito: Biblioteca y Museo Presidencial de George Bush. 

En la cumbre de Washington el 31 de mayo de 1990, Bush hizo todo lo posible para asegurarle a Gorbachov que Alemania en la OTAN nunca se dirigiría a la URSS: "Créanme, no estamos empujando a Alemania hacia la unificación, y no somos nosotros quienes determinamos el ritmo de este proceso. Y, por supuesto, no tenemos ninguna intención, ni siquiera en nuestros pensamientos, de dañar a la Unión Soviética de ninguna manera. Es por eso que estamos hablando a favor de la unificación alemana en la OTAN sin ignorar el contexto más amplio de la CSCE, teniendo en cuenta los lazos económicos tradicionales entre los dos estados alemanes. Tal modelo, en nuestra opinión, corresponde también a los intereses soviéticos". (Ver Documento 21 Registro de la conversación entre Mijaíl Gorbachov y George Bush. Casa Blanca, Washington D.C. 31 mayo 1990)

La "Dama de Hierro" también intervino, después de la cumbre de Washington, en su reunión con Gorbachov en Londres el 8 de junio de 1990. Thatcher anticipó los movimientos que los estadounidenses (con su apoyo) tomarían en la conferencia de la OTAN de principios de julio para apoyar a Gorbachov con descripciones de la transformación de la OTAN hacia una alianza más política y menos amenazante militarmente. Ella le dijo a Gorbachov: "Debemos encontrar formas de dar a la Unión Soviética la confianza de que su seguridad estaría asegurada ... La CSCE podría ser un paraguas para todo esto, además de ser el foro que llevó a la Unión Soviética a la discusión sobre el futuro de Europa". (Ver Documento 22 Carta del Sr. Powell (N. 10) al Sr. Wall: Memorando de conversación Thatcher-Gorbachov. 08-jun-1990)

La Declaración de Londres de la OTAN el 5 de julio de 1990 tuvo un efecto bastante positivo en las deliberaciones en Moscú, según la mayoría de los relatos, dando a Gorbachov municiones significativas para contrarrestar a los partidarios de la línea dura en el Congreso del Partido que estaba teniendo lugar en ese momento. Algunas versiones de esta historia afirman que se proporcionó una copia anticipada a los ayudantes de Shevardnadze, mientras que otras describen solo una alerta que permitió a esos asistentes tomar la copia del servicio de cable y producir una evaluación positiva soviética antes de que los militares o de línea dura pudieran llamarlo propaganda.


Los directores se reunieron para una foto grupal en Camp David, todo sonrisas excepto el mariscal soviético a la derecha. Desde la izquierda, Baker, Barbara Bush, el presidente Bush, Raisa Gorbachov, el presidente Gorbachov, Shevardnadze, Scowcroft, Akhromeyev. 2 de junio de 1990. (Crédito: Biblioteca Presidencial George HW Bush, P13437-14)  

Como Kohl le dijo a Gorbachov en Moscú el 15 de julio de 1990, mientras elaboraban el acuerdo final sobre la unificación alemana: "Sabemos lo que le espera a la OTAN en el futuro, y creo que ahora también lo sabe", refiriéndose a la Declaración de Londres de la OTAN. (Ver Documento 23 Registro de la conversación entre Mikhail Gorbachev y Helmut Kohl, Moscú (Extractos). 15-jul-1990)

En su llamada telefónica a Gorbachov el 17 de julio, Bush quiso reforzar el éxito de las conversaciones Kohl-Gorbachov y el mensaje de la Declaración de Londres. Bush explicó: "Así que lo que tratamos de hacer fue tener en cuenta sus preocupaciones expresadas a mí y a otros, y lo hicimos de las siguientes maneras: mediante nuestra declaración conjunta sobre la no agresión; en nuestra invitación a usted a venir a la OTAN; en nuestro acuerdo de abrir la OTAN a contactos diplomáticos regulares con su Gobierno y los de los países de Europa del Este; y nuestra oferta sobre garantías sobre el tamaño futuro de las fuerzas armadas de una Alemania unida, un tema que sé que discutió con Helmut Kohl. También cambiamos fundamentalmente nuestro enfoque militar sobre las fuerzas convencionales y nucleares. Transmitimos la idea de una CSCE ampliada y más fuerte con nuevas instituciones en las que la URSS pueda compartir y ser parte de la nueva Europa". (Ver Documento 24 Memorándum de conversación telefónica entre Mijaíl Gorbachov y George Bush. 17-jul-1990)


Los documentos muestran que Gorbachov aceptó la unificación alemana en la OTAN como resultado de esta cascada de garantías, y sobre la base de su propio análisis de que el futuro de la Unión Soviética dependía de su integración en Europa, para la cual Alemania sería el actor decisivo.


Él y la mayoría de sus aliados creían que alguna versión de la casa común europea todavía era posible y se desarrollaría junto con la transformación de la OTAN para conducir a un espacio europeo más inclusivo e integrado, que el acuerdo posterior a la Guerra Fría tendría en cuenta los intereses de seguridad soviéticos. La alianza con Alemania no solo superaría la Guerra Fría, sino que también pondría patas arriba el legado de la Gran Guerra Patria.


La llegada a la cumbre de Washington el 31 de mayo de 1990 contó con una gran ceremonia en el césped de la Casa Blanca, aquí con saludos formales del presidente Bush para Mikhail Gorbachev, ahora presidente de la URSS. (Crédito: Biblioteca Presidencial George HW Bush, P13298-18)  

Pero dentro del gobierno de Estados Unidos, continuó una discusión diferente, un debate sobre las relaciones entre la OTAN y Europa del Este. Las opiniones diferían, pero la sugerencia del Departamento de Defensa a partir del 25 de octubre de 1990 fue dejar "la puerta entreabierta" para la membresía de Europa del Este en la OTAN. (Ver Documento 27 James F. Dobbins, Oficina Europea del Departamento de Estado, Memorando al Consejo de Seguridad Nacional: Documento de Revisión de la Estrategia de la OTAN para la Discusión del 29 de octubre. 25-oct-1990

La opinión del Departamento de Estado era que la expansión de la OTAN no estaba en la agenda, porque no estaba en el interés de los Estados Unidos organizar "una coalición antisoviética" que se extendiera a las fronteras soviéticas, entre otras cosas porque podría revertir las tendencias positivas en la Unión Soviética. La administración Bush adoptó este último punto de vista. Y eso es lo que escucharon los soviéticos(Ver Documento 26 Departamento de Estado de los Estados Unidos, Oficina Europea: Documento de estrategia revisado de la OTAN para su discusión en la reunión del subgrupo. 22-oct-1990)

Ya en marzo de 1991, según el diario del embajador británico en Moscú, el primer ministro británico John Major aseguró personalmente a Gorbachov: "No estamos hablando del fortalecimiento de la OTAN". Posteriormente, cuando el ministro de defensa soviético, el mariscal Dmitri Yazov, le preguntó a Major sobre el interés de los líderes de Europa del Este en la membresía de la OTAN, el líder británico respondió: "Nada de eso sucederá". (Ver Documento 28 Diario del Embajador Rodric Braithwaite, 5 de marzo de 1991. 05-mar-1991)

Cuando los diputados del Soviet Supremo ruso vinieron a Bruselas para ver a la OTAN y reunirse con el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, en julio de 1991, Woerner dijo a los rusos que "No deberíamos permitir... el aislamiento de la URSS de la comunidad europea". Según el memorando de conversación ruso, "Woerner enfatizó que el Consejo de la OTAN y él están en contra de la expansión de la OTAN (13 de los 16 miembros de la OTAN apoyan este punto de vista)". (Ver Documento 30 Memorándum a Boris Yeltsin de la delegación del Soviet Supremo ruso en los cuarteles generales de la OTAN. 01-jul-1991)

Así, Gorbachov fue al final de la Unión Soviética con la seguridad de que Occidente no estaba amenazando su seguridad y no estaba expandiendo la OTAN. En cambio, la disolución de la URSS fue provocada por los rusos (Boris Yeltsin y su principal asesor Gennady Burbulis) en concierto con los antiguos jefes del partido de las repúblicas soviéticas, especialmente Ucrania, en diciembre de 1991.

La Guerra Fría había terminado hace mucho tiempo para entonces. Los estadounidenses habían "tratado" de mantener unida a la Unión Soviética (discurso de Bush el 1 de agosto de 1991). La expansión de la OTAN fue años en el futuro, cuando estas disputas estallarían de nuevo, y más garantías llegarían al líder ruso Boris Yeltsin.


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* El panel de la Asociación de Estudios Eslavos de Europa del Este y Euroasiáticos (ASEEES) incluyó a:

* Mark Kramer del Centro Davis en Harvard, editor del Journal of Cold War Studies, cuyo artículo de 2009 en el Washington Quarterly argumentó que la "promesa de no ampliación de la OTAN" era un "mito"; 

* Joshua R. Itkowitz Shifrinson de la Escuela Bush en Texas A&M, cuyo artículo de Seguridad Internacional de 2016 argumentó que Estados Unidos estaba jugando un doble juego en 1990, lo que llevó a Gorbachov a creer que la OTAN sería subsumida en una nueva estructura de seguridad europea, mientras trabajaba para garantizar la hegemonía en Europa y el mantenimiento de la OTAN; 

* James Goldgeier de la Universidad Americana, quien escribió el libro autorizado sobre la decisión de Clinton sobre la expansión de la OTAN, Not Whether But When, y describió las falsas garantías de Estados Unidos al líder ruso Boris Yeltsin en un artículo de WarOnTheRocks de 2016;

* Svetlana Savranskaya y Tom Blanton del Archivo de Seguridad Nacional, cuyo libro más reciente es The Last Superpower Summits: Gorbachev, Reagan, and Bush: Conversations That Ended the Cold War (CEU Press, 2016) y autores de este artículo.

* Para las notas de este artículo, más todos los documentos, por favor consulte los enlaces que nos llevan a la versión original. Los documentos son largos por lo que nos vemos obligados a no transcribirlos directamente. 

      

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NATO Expansion: What Gorbachev Heard

The Transnational 

By Refusing Security to Russia Washington Has Opened the Door to War

Declassified documents show how US lied to Russia about NATO in 1990s

18 enero 2022

Desafío de la I a la M sobre la historia de la Alemania de Weimar (III)


Interwar Years

(Años de entreguerras)


Sarah Zama

Viene de la Parte II


En la primera mitad del siglo XX, dos guerras mundiales asolaron Europa. El hecho de que dos conflictos horribles a escala mundial estuvieran abarrotados en tan poco tiempo siempre me ha volado la cabeza. Uno pensaría que los humanos deberían ser más inteligentes que eso. Quiero decir, ¿nadie aprendió nada de la Primera Guerra Mundial? ¿Por qué estalló la Segunda Guerra Mundial tan poco después de eso?


Bueno, ¿Qué pasaría si los años de entreguerras no fueran un tiempo de paz entre dos guerras en absoluto, sino que fueran en sí mismos un tiempo de guerra?

El concepto de la Guerra Civil Europea no es nuevo, y no es universalmente aceptado, pero es uno que, en mi opinión, explica muchas cosas. He leído historiadores que sostienen esta tesis e historiadores que la rechazan. Yo diría que ambas posiciones son aceptables, ambas son lógicas y basadas en la historia, y, al final, realmente solo depende de cómo te sientas al respecto, si consideras que los años de entreguerras son un tiempo de paz o guerra.


Berlín, la policía alemana en las calles de los agitados días de la década de 1920


Personalmente, debido al poco tiempo entre las dos guerras mundiales, me inclino a considerar la primera mitad del siglo XX como una Guerra de los Treinta Años.

El concepto de la Guerra Civil Europea se basa en la idea de que los veinte años del período de entreguerras no fueron realmente un tiempo de paz, sino que fueron una continuación del conflicto mundial de una manera diferente.


Tráfico en la década de 1920, Berlín


Europa ya no estaba acostumbrada a la guerra. La guerra era algo que sucedía en otro lugar. El largo siglo XIX había traído la paz en el continente y el avance en todos los campos de la vida, desde la ciencia hasta la industria y la medicina, y también una evolución en la actitud y la expectativa social. La gente victoriana tenía un fuerte sentimiento de que el suyo era el mejor mundo posible y que el futuro iba a ser aún mejor, creado por su sociedad encendida.

Pero dentro de este mundo, la ansiedad estaba aumentando. La Revolución Industrial en particular estaba cambiando la sociedad de manera dramática, a medida que la gente pasaba de la vida rural a la urbana. Todo fue evolucionando y el equilibrio creado a principios de siglo se fue convirtiendo lenta pero seguramente en artificial. Esta es la razón por la que la Primera Guerra Mundial fue saludada con tanto entusiasmo, especialmente por los jóvenes: creían que una guerra corta reajustaría el desequilibrio interno.


Soldados franceses miran hacia abajo desde la fortaleza de Ehrenbreitstein en la ciudad alemana de Coblenza durante la ocupación de Renania, 1929 (Bundesarchiv)


Nadie imaginó nunca que la evolución hubiera sido tan profunda. La Primera Guerra Mundial, al menos al principio, fue un nuevo tipo de guerra librada con reglas obsoletas. Fue una masacre. Fue la destrucción de todo lo que existía antes, no solo la vida tal como la conocían, sino que también se cambiaron las mentes de las personas.

Aquí es donde las dos líneas de interpretación histórica divergen.

¿Qué es la Guerra Civil Europea?


La policía alemana registra a hombres de las SA en Berlín, 1927 (Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos / Bud Tullin)


Los historiadores que apoyan la idea de una Guerra Civil Europea enfatizan el concepto de desequilibrio. Todo se movía y evolucionaba a una velocidad impensable. La monarquía, la sociedad basada en ella, se estaba extinguiendo en toda Europa, reemplazada por regímenes democráticos. Pero estos regímenes, como Weimar nos enseña en gran medida, estaban lejos de ser estables. La democracia era demasiado nueva para muchas poblaciones, y la idea de que una figura fuerte debería dirigir una nación como lo habían hecho las viejas monarquías era fuerte en todas partes hasta el punto de hacer aceptable un régimen autoritario, cuando ni siquiera era preferible.

Muchos segmentos de la población —mujeres, minorías étnicas— están ganando espacio en la sociedad y la política y nadie sabe cómo lidiar con esto. La inestabilidad de la economía era esperada después de una guerra tan larga, la Gran Depresión que se extendió de los Estados Unidos a Europa finalmente la hizo más grave.

Esto era común en toda Europa e hizo que el tiempo después de la Primera Guerra Mundial no fuera un tiempo de asentamiento, sino un tiempo de cambios adicionales e impactantes que nunca se asentaron.

La situación de la República de Weimar era peculiar incluso en estas circunstancias. La guerra nunca había terminado en la mente de los alemanes. La injusticia del Tratado de Versalles mantuvo viva la idea de que los enemigos todavía rodeaban a Alemania y muchos alemanes pensaban que merecían ser devastados por esa injusticia. El mito de la "puñalada por la espalda", la percepción de que el gobierno democrático había traicionado a la nación, la misma idea de que un Führer vendría a resolver todo esto, nunca permitió que la sociedad alemana se instalara en una nueva realidad. En cambio, pasaron a un nuevo desequilibrio, uno que los llevaría a un nuevo conflicto que fue una consecuencia directa y una continuación del primero.



"¿Quién apuñaló al ejército alemán en la Guerra Mundial?". Cartel electoral del Partido Popular Nacional Alemán (DNVP). Berlín, 1924. Los partidos republicanos, como el SPD, fueron calificados como los "criminales de noviembre", acusados de derrocar brutalmente a la monarquía y entregar el Reich alemán a los poderes de la Entente al firmar el acuerdo de alto el fuego y el Tratado de Versalles. Esa alegoría del soldado apuñalado por la espalda fue utilizado con frecuencia en la República de Weimar por organizaciones y partidos de derecha, en síntesis el cartel de propaganda señala que la socialdemocracia clavó insidiosamente la daga en la espalda del soldado del frente alemán para que se hunda junto con la bandera negra, blanca y roja del Imperio Alemán (Nota y gráfica del editor de este blog).




¿Por qué no una guerra civil europea?

Los historiadores que rechazan la idea de la Guerra Civil Europea subrayan las diferencias entre los dos conflictos.

Si bien la Primera Guerra Mundial fue definitivamente un evento eurocéntrico, a pesar de la intervención de los Estados Unidos, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto que realmente se extendió por todo el mundo, con frentes en Asia y en el Pacífico.

Las dos guerras también fueron de naturaleza muy diferente. Mientras que la Primera Guerra Mundial fue en muchos aspectos una guerra civil, ya que las naciones involucradas pertenecían a la misma civilización, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto de ideales y naciones, ya que las razones detrás de la guerra estaban fuertemente arraigadas en ideologías opuestas.

Y finalmente, la Segunda Guerra Mundial fue una guerra total de una manera mucho más completa que la Primera Guerra Mundial. Participó en el conflicto y en las batallas tanto civiles en sus ciudades como los soldados en el frente.


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Judíos



Sarah Zama


La relación de la República de Weimar con los judíos era contradictoria en el mejor de los casos. Por un lado, la república fue la primera vez de plena ciudadanía para el pueblo judío alemán, que se convirtió en una fuerza impulsora en la vida política y cultural de Weimar. Pero por otro lado, fue durante la época de la república que el antisemitismo se elevó a niveles perturbadores.


Judíos alemanes


Fue después de la Reforma Protestante que los judíos en los países de habla alemana comenzaron a aculturarse en las respectivas naciones, pero fue solo con la Ilustración y las reglas napoleónicas que comenzaron a ver un verdadero progreso emancipatorio. A mediados de la década de 1800, casi todas las naciones europeas habían satisfecho la demanda de la plena emancipación judía. A medida que el Imperio alemán y una nación pan-alemana tomaron forma, los judíos alemanes comenzaron a identificarse con la cultura alemana.


Nueva Sinagoga en Berlín, Alemania, 1870 (Landesarchiv Berlin)


Pero a raíz de la caída del mercado de valores de 1873, el clima social cambió drásticamente. Fue en Berlín, en el otoño de 1879, donde surgió el término "antisemitismo" y el concepto tomó una forma distinta. Se convirtió en un movimiento social y político muy reconocible y caracterizado que se extendió fuera de las fronteras del Imperio alemán y se extendió por toda Europa.

A medida que se abría el siglo XX, se produjo un nuevo cambio de época. Entre los muchos cambios dramáticos que trajo la Primera Guerra Mundial, uno fue una nueva percepción que los no judíos tenían sobre la comunidad judía.

Los judíos alemanes se habían aculturado en su mayoría, muchos se habían enorgullecido de ser alemanes. Consideraban su nacionalidad y el idioma que hablaban como parte de su identidad. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se ofrecieron como voluntarios en el ejército en gran número, felices por la oportunidad de demostrar su patriotismo.


Soldados judíos en el ejército alemán celebran Janucá en 1916 (Wikimedia Commons)


Pero lejos de ser una oportunidad, la guerra se convirtió en la perdición de todos. A medida que se extendía a lo largo de los meses, las circunstancias empeoraron tanto para los soldados en el frente como para la población detrás de él. En Alemania, a medida que la situación de la oferta empeoró en el frente interno en 1915, la agitación antisemita por parte de extremistas de derecha y organizaciones völkisch aumentó. El invierno de 1916-17 (el invierno del nabo) fue particularmente duro, con los hambrientos alemanes. Hablar de "extorsionadores" y "especuladores de la guerra" judíos comenzó y creó una sensación de antisemitismo que nunca se extinguió realmente.

Los judíos y la República de Weimar

La República de Weimar fue para muchos judíos alemanes una promesa para completar el progreso de un siglo de emancipación. Su régimen liberal permitió la plena participación de los judíos en su vida cultural, social y política. Pero fue exactamente esto lo que hizo que la comunidad judía fuera más evidente, estimulando temores infundados de una dominación judía.

Fue justo antes del nacimiento de la república que una fuerte comunidad de judíos orientales huyó de Rusia y otros países de Europa del Este, llegando a Berlín, a veces para quedarse, algunos en ruta hacia otros destinos. Esta afluencia de eruditos e intelectuales causó un renacimiento del interés en los jóvenes judíos por sus raíces y su identidad judía, que nunca consideraron que estuviera en contradicción con su identidad alemana.


El dramaturgo Bertolt Brecht - la filósofa Rosa Luxemburgo - el Ministro de Relaciones Exteriores Walther Rathenau


Este renacimiento, junto con una fuerte participación de los judíos en la vida cultural y política de la república (judíos normalmente alineados con el SPD), creó la impresión en la población alemana más grande de que la comunidad judía estaba creciendo enormemente y se estaba apoderando de la cultura alemana.

Según el censo de 1925, los judíos representaban sólo el 0,9 por ciento de la población alemana. No es un gran número. Pero se han concentrado principalmente en seis grandes ciudades, y un tercio de ellas vivían solo en Berlín, lo que creó una sobrerrepresentación de ellos en el corazón de la república.

La mayoría de los judíos pertenecían a la clase media y trabajaban por cuenta propia en diferentes ramas de los negocios y las profesiones. A medida que las crisis económicas siguen a otras crisis económicas en la República de Weimar, los alemanes comenzaron a resentir a los judíos como rivales económicos. Ya fueran médicos o abogados en el segmento superior de la sociedad, o comerciantes en la clase media baja, los dos segmentos sociales más sensibles a los peligros de la fluctuación económica, se convirtieron en el enemigo.


Berlín. Cafetería y pastelería judía - Familia judía fuera del cine Ufa-Palast am Zoo.


Aquí es donde el antisemitismo se afianzó, y el partido nazi fue uno de los que explotó más sensiblemente este miedo. Los historiadores han señalado que el partido nazi no era especialmente antisemita. El lenguaje y las consignas antisemitas eran comunes a todas las entidades de derecha, y había muchas en la República de Weimar.

Pero los nazis fueron particularmente efectivos en el mensaje, tocando los temores planteados por la inseguridad política y económica y la percepción de que un número excesivo de judíos estaban involucrados en la vida cultural alemana en general. Se ha especulado que plantearon ideas antisemitas incluso en aquellos miembros de la clase media baja que antes habían sido neutrales o impermeables.


En el clima general de hipernacionalismo que la pérdida de la guerra había creado, los alemanes estaban dispuestos a creer en la "vieja" propaganda de afirmación de que resolver la "cuestión judía" resolvería todos sus problemas.


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Kulturbolschewismus



Sarah Zama


La República de Weimar a menudo se considera uno de los períodos más notablemente energéticos en la historia artística de la humanidad, una oleada rugiente del modernismo en todos los campos de las artes, donde la experimentación era la norma. 


Durante un período glorioso, aunque demasiado corto, durante la "década de oro de 1920" y la primera parte de la década de 1930, mientras Alemania pasaba por uno de los momentos políticos y económicos más preocupantes de su historia, Berlín fue uno de los lugares más emocionantes de Europa donde un artista podría estar. Posiblemente en el mundo.


"A la belleza" de Otto Dix (1922)

La Constitución de Weimar garantizaba a todos el derecho a "expresar su opinión libremente con palabras, escritos, impresos, imágenes y de cualquier otra manera", y los artistas, tanto alemanes como extranjeros, aprovechaban esta oportunidad al máximo. Ningún aspecto de la vida liberal de la república quedó fuera. Las artes a menudo representaban la liberación de las mujeres, la libre expresión de los homosexuales, así como las realidades de la posguerra que la gente probablemente hubiera preferido no ver.

Uno de los centros de este nuevo concepto de artes fue la Bauhaus en Weimar, un conjunto de artistas, pero también una institución educativa, que ofrecía clases en muchas artes modernas y fomentaba el uso de nuevos materiales y nuevos procesos industriales. También era una especie de comuna social utópica, un experimento como lo fue la propia república.

El arte era a menudo una afirmación política en la República de WeimarEs por eso que la reacción a las artes también fue política. Los partidos de derecha y las sensibilidades völkisch vieron esta libertad de expresión como una verdadera subversión. El arte no rehuyó ninguna forma de corrupción, tanto personal como política, de exhibición sexual y de mutilación. Representaba y escudriñaba las incómodas realidades de la vida de posguerra. Se le acusó de tratar de destruir todo lo que todavía era genuina y tradicionalmente alemán. Actuando como un espejo deformante, el arte modernista de todas las formas se consideraba no una representación de la realidad, sino una apología de todo lo decadente o corrompido.


Puesto que a los ojos de la derecha todo lo subversivo era automáticamente bolchevique, esta actitud artística fue desprestigiada Kulturbolschewismus (bolchevismo cultural). Habría de ser llamado "arte degenerado" sólo unos años más tarde.

 

Max Pechstein - George Grosz - Otto Dix


Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad)

En noviembre de 1918, los pintores expresionistas Max Pechstein y César Klein formaron un grupo artístico cuyo propósito era ir más allá del expresionismo. El Grupo de Noviembre "confiaba en que simplemente rechazando el sentimentalismo del expresionismo alemán de antes de la guerra y sustituyendo una visión más realista y sobria de la vida que los rodeaba, no solo podrían lograr una nueva sociedad, sino también marcar el comienzo de un 'hombre nuevo' ".

Este fue el comienzo de lo que se conoció después como Neue Sachlichkeit, que a menudo se traduce en Nueva Objetividad, pero también podría entenderse como Nuevo Realismo.


Metrópolis de George Grosz (1917)


El artista que se unió a este movimiento no compartía un estilo sino un ideal, y la mayoría de ellos habían estado en la guerra. Otto Dix había sido ametrallador durante la Primera Guerra Mundial y George Grosz también había luchado en las trincheras. Estos artistas vieron con gran claridad las consecuencias de la guerra, que nunca fueron buenas a sus ojos. Si la república había traído libertad —que era lo que les permitía expresar su opinión— también había traído corrupción, enfermedad, deformación, tanto física como intelectual. Buscaron expresar esto no volviéndose dentro de sí mismos y su propia experiencia, sino representándola como realmente era y todos podían ver. Los sujetos de su arte eran los veteranos mutilados, los cuerpos y rostros desfigurados, el inframundo con sus prostitutas y gánsteres, la corrupción de políticos e industriales ricos.


"Los lisiados de la guerra", por Otto Dix 


Su realismo se volvió a veces tan extremo que casi se volvió grotesco y se deslizó hacia el surrealismo, lo que dio una clave más de interpretación a la realidad que conocían.


La obra de estos artistas fue considerada por la derecha arte degenerado sin excepción.


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Left 

(Izquierda)



Sarah Zama


Cuando pensamos en la República de Weimar, lo más probable es que pensemos en el momento del poder de la derecha. Ciertamente, muchas fuerzas autoritarias estaban trabajando en la república, pero este también fue el momento de un gobierno de izquierda, uno que moldeó profundamente la vida social de Alemania.


La República de Weimar fue una experiencia relativamente corta en la historia de Alemania. Incluso puede ser cierto que la república era demasiado débil y poco amada para tener éxito. Pero seguía siendo el primer régimen democrático de Alemania, la primera vez que las ideas de izquierda salían de las habitaciones de los filósofos para meterse en el meollo de la vida cotidiana.


Sede del Partido Comunista de Alemania (KPD), Berlín, década de 1920

El SPD era un partido socialista con una larga historia que se remonta a la década de 1800, y cuando se inauguró el siglo XX era el partido más grande de Alemania. Sin embargo, nunca había estado a la guía de la nación hasta que el príncipe Max von Baden relacionó ese poder en sus manos.

Desafortunadamente, el SPD nunca fue capaz de crear una mayoría parlamentaria que realmente administrara el país. La fragmentación fue la palabra clave de la República de Weimar. Al igual que la derecha, la izquierda contaba con una miríada de pequeñas entidades y movimientos políticos, así como dos grandes partidos, el SPD (socialdemócratas), el KPD (comunistas), que nunca encontraron ningún tipo de acuerdo.


Revolución alemana. Hombres armados en las calles de Berlín durante el levantamiento espartaquista de enero de 1919


Este es uno de los argumentos más fuertes contra la izquierda: nunca fueron capaces de crear la coalición cohesiva que habría hecho la diferencia. Sumando las muchas crisis políticas que surgieron de la falta de una mayoría parlamentaria fuerte, se hace fácil ver por qué la población nunca pensó que la izquierda era capaz de administrar.

La brecha entre el SPD y el KPD no ayudó. Juntos, eran las principales fuerzas contra la derecha, pero siempre hubo una gran timidez entre los dos partidos. En particular, el KPD nunca olvidó que en 1919 el SPD había preferido ponerse del lado del ejército para reprimir la revolución, que terminó con la muerte de muchos comunistas, incluidos los líderes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. El KPD siempre consideró al SPD tan bueno como traidores después de eso.


Karl Liebknecht - Rosa Luxemburgo


Por su parte, el SPD siempre fue tímido con el vínculo entre el KPD y la Rusia bolchevique. De hecho, había un espacio muy pequeño para el acuerdo.

Los judíos alemanes y la izquierda

La mayoría de los judíos alemanes gravitaron hacia la izquierda, encontrando allí su lugar político natural ya que la derecha era en su mayoría antisemita, incluso cuando el antisemitismo no era el punto principal en la agenda del partido, y el Zentrum era fuertemente católico.

Además, la izquierda les convenía bastante bien, ya que la izquierda actuaba sobre ideas más liberales que cualquier administrador anterior en Alemania y apoyaba la libertad de expresión y los plenos derechos de ciudadanía para todos los alemanes. La izquierda era también el lado de la vanguardia, que era un movimiento artístico pero también una forma de pensar en el futuro.

Muchos de los judíos involucrados en la política eran intelectuales. Trabajaron en el campo de la comunicación, tanto para el SPD como para el KPD. También estuvieron involucrados en muchas de las disposiciones revolucionarias de la república. Su sobrerrepresentación en la vida de la república fue un elemento que inculcó en la población alemana en general la idea de que los judíos controlaban su vida política y cultural. Muchos creían que los judíos estaban haciendo una Judenrepublik (República Judía) de la República de Weimar, lo que se sumaba a su poco amor por la república y su disposición a escuchar la propaganda antisemita.


Cartel del SPD de 1930 (SLUB Dresden) - 1932 cartel del SPD (Wikimedia Commons) - Cartel del KPD de 1932 (LeMO)


Intelectuales de izquierda

Como en muchos otros países, los intelectuales eran prominentes dentro de la izquierda, al menos en número, si no en el poder. Los intelectuales de izquierda encarnaron la mayoría de los ideales de la república. En su mayoría eran pacifistas. Pensaron que la ley debería ser igual para todos y que se deberían otorgar más derechos a más personas. Fueron ellos quienes impulsaron una mayor participación de las mujeres y los judíos en la vida de la república; los que querían que el aborto y la homosexualidad fueran borrados como delitos procesables.

Uno esperaría que estuvieran entre los partidarios más fuertes de la república. No fue así. Había una división entre la izquierda y sus intelectuales, que en su mayoría pertenecían a la clase media y, en pequeñas cantidades, a la aristocracia. Tenían poco que ver con la mayoría de los miembros de cualquier partido de izquierda, que en su mayoría pertenecían a la clase obrera. Los líderes de estos partidos, incluido el SPD, pensaban que la mayoría de sus miembros no estaban interesados en ideales abstractos de libertad, sino más bien en problemas más apremiantes de la vida cotidiana, como el empleo y la inflación. Esto creó una división entre la izquierda y sus intelectuales, quienes, lejos de ser campeones de la república, generalmente daban un apoyo tibio, decepcionados como estaban en una república que no estaba haciendo un trabajo lo suficientemente bueno, dejando fuera de su acción muchas cuestiones importantes relacionadas con la libertad.


En verdad, la izquierda de Weimar tenía muchas cualidades y muchas aspiraciones liberales, pero nunca encontró la unidad necesaria para hacer realidad esos ideales.


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Memoria



Sarah Zama


La vida en la República de Weimar, y más prominentemente en Berlín, parecía estar avanzando rápidamente hacia el futuro. Los movimientos de vanguardia de todo tipo eran casi la norma. Las costumbres sociales estaban evolucionando hacia la igualdad (entre hombres y mujeres, entre las minorías y la población alemana en general) y las nuevas ideas se arraigaban rápidamente, y luego cambiaban una vez más.


La Primera Guerra Mundial había sido una cesura dramática con el pasado. Los jóvenes ya no reconocían los valores y las formas de vida de sus padres. Eran imprudentes y estaban listos para adoptar nuevos valores y estilos de vida.

Pero esta imagen, si bien es cierta, podría ser engañosa. La vida en Berlín y algunas otras grandes ciudades era rápida y furiosa, pero el resto del país era mucho más lento para ponerse al día. En grandes áreas de la nación, las personas eran mucho menos receptivas al cambio cuando no estaban directamente en contra de él.

Además, incluso en las grandes ciudades, la "memoria" seguía siendo un fuerte ideal. Los estrictos valores y formas de vida guillermina todavía eran apreciados y seguidos. Los movimientos artísticos modernistas, los nuevos comportamientos de la juventud, sin mencionar la actitud sorprendentemente libre de la nueva mujer, todo esto estaba destruyendo todo lo bueno y alemán y, por lo tanto, se consideraba antipatriótico. Los viejos valores habían llevado a Alemania a su grandeza antes de la guerra. Esos valores la devolverían a la prominencia. Esta fue sin duda una de las grandes ventajas que la derecha tenía en la izquierda: mientras la izquierda intentaba crear un futuro nuevo y desconocido, la derecha pedía un retorno a algo que la gente conocía muy bien.


    Ceremonia de adoración a la naturaleza. Alemania


El movimiento Völkisch

La base intelectual del movimiento Völkisch surgió del Romanticismo, una forma de vida y pensamiento que había sido muy prominente en Europa en la década de 1800, y particularmente en Alemania, donde nació. Al igual que el romanticismo, la filosofía Völkisch abogaba por un retorno a los valores tradicionales del pasado, que se consideraban más sanos y positivos. Favorecieron lo irracional y emocional, así como el contacto directo con el paisaje y el suelo.

Para el movimiento Völkisch, el arraigo rural era el corazón de la gente (Das Volk). Estar en conexión con la tierra y las tradiciones conectadas con la tierra era el corazón de cualquier proyecto de vida. El movimiento teorizó una conexión casi mística entre la gente rural, su tradición y la tierra. Por lo tanto, rechazó todo lo demás como decadente y malvado, sobre todo la ciudad y la alienación que creó, que fue una consecuencia de perder el contacto con la tierra.

No es de extrañar entonces que muchas fuerzas de derecha también fueran fuertemente völkisch, ya que los ideales völkisch eran claramente aptos para apoyar el nacionalismo duro, como de hecho lo hicieron. El movimiento Völkisch, por su parte, apoyó gustosamente a muchos partidos nacionalistas de derecha.

Los ideales de Völkisch se utilizaron a menudo en apoyo del antisemitismo. No tener raíces, en el pensamiento völkisch, significaba ser privado de una fuerza vital esencial. Para ellos, los judíos eran un pueblo inquieto que no ocupaban ningún territorio específico, y por lo tanto eran desarraigados, y en su mayoría vivían en las ciudades sin alma. En resumen, parecían encarnar todo lo que era malo y antipatriótico a los ojos del movimiento Völkisch.


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Sarah Zama

The Old Shelter. Weimar Germany

Estas historias se publicaron originalmente en The Old Shelter como parte de un desafío de la A a la Z sobre la historia de la Alemania de Weimar. (Original trabajo en inglés en 26 entradas que corresponden al alfabeto en inglés. Publicación original: The Old Shelter. Weimar Germany

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