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14 mayo 2021

El paracaidista Rudolf Hess llegó a Inglaterra hace 80 años (I)


Rudoll Hess salta del avión Messerschmitt Bf 110. Uno de los más controvertidos sucesos de la IIGM (gráfica: Hulton Archive)


 La desagradable verdad

por Sylvain Laforest


Notas previas del editor del blog

El autor, Sylvain Laforest es un reconocido director de documentales de televisión y periodista durante casi 30 años. En 2016 publicó "La Déprogrammation" (en francés) sobre la desinformación de los medios; su segundo libro "Wars and Lies" apareció en 2018 (Progressive Press). El presente reportaje apareció originalmente entre el 8 y 23 de agosto de 2018 (en tres partes, aquí las condensamos en dos entregas). La fuente original en inglés de esta investigación corresponde a Oriental Review, versión original: "The Unpleasant Truth About The 1941 Parachuting of Rudolf Hess in England".

Una corta reseña respecto a Rudolf Hess. 2017 debió ser el año definitivo para que salga a luz todos los archivos ingleses sobre el "caso Hess". El dossier permanece clasificado como alto secreto. Esto se ha entendido por el presunto involucramiento de ciertas personas y familias aun vivas, en especial por la seguridad de la nobleza británica y sus primerizas relaciones con el poder nazi en la década de los treinta del siglo pasado. Era notoria la simpatía del rey inglés hacía el nazismo, siendo uno de los velados motivos de su renuncia, fotografías polémicas de la familia real demostraron esa afinidad. 


Algunos documentos desclasificados del dossier Hess

La ley inglesa (como cualquier otra) dictamina que los documentos clasificados pasarán a disposición pública después de determinado tiempo. Por ejemplo, lOfficial Secrets Act (Ley de Secretos Oficiales) del Reino Unido refiere a una serie de leyes que cubren la protección de los secretos de estado, información sensible y otros datos oficiales, sobre todo en cuanto a temas que afectan a la seguridad nacional. En nuestro caso, al tratarse de información confidencial, suele actuar el MI5, organización que desde hace mucho viene desclasificando (a cuenta gotas) documentos relacionados a Hess, sus declaraciones, cartas, algunos documentos interceptados por los servicios secretos ingleses en que se solicitaba reuniones secretas entre nazis y el duque de Hamilton en Lisboa para buscar la paz entre ambos países, entre otros. Por otro lado, es necesario el consentimiento de la Casa Real (la reina) que puede impedir a las instituciones del estado revelar determinada información cuando afecta los intereses privados de la Corona, sin que sea un acto arbitrario (Common Law); para tal maniobra suele utilizarse un procedimiento parlamentario arcano, mejor conocido como el 'consentimiento de la reina' que secretamente influye en la formación de las leyes británicas. Se diferencia del 'asentimiento real' (formalidad por la cual la monarca tiene que firmar todas las leyes aprobadas en Westminster para darles validez).

Dicho esto, lo que podamos seguir diciendo del caso Hess es especulativoEl mercado del libro ofrece interesantes hipótesis. Existen más preguntas que respuestas. ¿Hess cumplía una misión de alto secreto?, ¿fue Hitler quién lo ordenó?, ¿para qué... a firmar la paz?, ¿con quién? O, ¿simplemente Hess emprendió la huida?, ¿había escapado el verdadero Rudolf Hess a la justicia estableciéndose en el extranjero? El propio Hitler se encargó de puntualizar apresuradamente la “locura” de Hess. Los ingleses lo aislaron mientras duró la guerra, Hess interpretó el personaje de un “loco” en los juicios de Nuremberg. Otros autores han sugerido la imposición de un “doble” de Hess basados en los exámenes y reconocimientos médicos al preso No. 7 de la prisión de Spandau, en su tiempo fue una interesante conjetura acuñada por el médico británico de la prisión, W. Hugh Thomas, teoría ya desmontada por análisis de ADN. El gobierno del Reino Unido tuvo que encargar en cuatro ocasiones investigar las denuncias de la denominada "conspiración del doppelgänger" (doble) que persiste a lo largo de los años. Otros se preguntaron ¿para qué crear un doble? Hess ocasionó solo problemas a los británicos hasta el día de su muerte, lo "lógico" hubiese sido eliminarlo una vez capturado e interrogado. 

El objetivo del viaje de Rudolf Hess está esbozado, sin embargo, sigue faltando la parte medular. La oposición a revelar la totalidad de los archivos es fuente de todo tipo de especulaciones reflejadas en cientos de artículos de prensa, libros y documentales con interesantes teorías. 

La historia de la segunda guerra mundial no está completa, este episodio es trascendental para comprender muchas cosas y la hipótesis de Laforest es coherente con la historia conocida, explica las interrogantes que han permanecido allí durante más de tres cuartos de siglo. Solo sabremos la absoluta verdad cuando el “dossier Hess” sea desclasificado completamente por los británicos... si antes no es destruido.

Buena lectura

                                                                               T. Andino


*****

Parte 1


Hitler - Hess en 1934

Debemos tener en cuenta que nuestro conocimiento de la Segunda Guerra Mundial ha sido redactado principalmente por historiadores occidentales que llevaron largo tiempo una idea errada o falsa de la realidad. De manera irónica, esto hace de la historia un tema muy interesante y viva en la actualidad, ya que esta incomprensión general permite a un investigador resolver un evento como el paracaidismo de Rudolf Hess en Inglaterra el 10 de mayo de 1941, que se ha mantenido como un evento envuelto en misterio durante 80 años. Su complejidad y enormes ramificaciones históricas lo convierten en el enigma más interesante que nos queda de la peor guerra que el mundo haya conocido. Si el evento no ocultó información vital, el gobierno británico habría revelado hace mucho tiempo sus documentos clasificados al respecto. Porque el aterrizaje de Hess en Inglaterra no es una simple película de espías de guerra, en realidad está en el corazón de la configuración de nuestro mundo. Y Hess lo sabía. Tras su inicial arresto, el nazi afirmó que su nombre era Alfred Horn, luego, después de su transferencia a manos del ejército británico, reveló su nombre real y agregó: "He venido a salvar a la humanidad".


¿Lo que realmente pasó?


Rudolf Hess


En 1941, Hitler acababa de colocar a Rudolf Hess como el número tres en la jerarquía del Tercer Reich y llevaba el título de Führer adjunto. Hess fue uno de los primeros en abrazar a Hitler para dirigir el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei; había participado en el fallido golpe de Munich de 1924 que lo envió junto con su amado líder a la prisión de Landsberg, donde escribieron Mein Kampf juntos, la guía de Hitler para el futuro de Alemania y el resto de Europa. (NdE: En 1919, Hess asistió por un breve periodo a la Universidad de Munich, fue alumno del general Karl Haushofer, profesor de geopolítica que influyó con sus teorías sobre política y razas en la psiquis de Hess, los dos desarrollaron una estrecha amistad. Fue la geopolítica de Haushofer la que hablaba del "espacio vital" en el Este -Lebensraum-).

Podría decirse que Hess fue el amigo más devoto y leal que Hitler haya tenido. Por lo tanto, el paracaidismo de este nazi de alto rango en Inglaterra en medio de la segunda guerra mundial no debe tomarse a la ligera bajo ninguna circunstancia. Hess tenía que llevar un mensaje de suma importancia que no podía transmitirse a través de una línea telefónica, un telegrama o cualquier otra forma de comunicación que pudiera ser interceptada por agencias de inteligencia, todas en alerta total las 24 horas del día, siete días a la semana en toda Europa en 1941.

La historia "oficial" tuvo que crear una narrativa bien elaborada para ocultar el verdadero propósito de esta misión. Entonces, dice que Rudolf Hess consiguió un Messerschmitt Bf 110, aprendió a pilotar el avión en unas pocas semanas, luego voló a Inglaterra solo, pudo escapar de la mayoría de los radares volando a muy baja altitud hacia Escocia, pero luego fue visto por el DCA en Escocia y saltó de su avión en paracaídas para ser arrestado por la policía británica. Algunos han disputado esta versión del vuelo, diciendo que Hess no estaba al mando del avión que lo lanzó en paracaídas, e incluso que el avión había sido escoltado por la Royal Air Force en la última etapa del vuelo ya que Hess era esperado por unos pocos iniciados. Sea cual sea la verdad sobre este primer acto, lo cierto es que aterrizó con un tobillo dolorido en suelo británico el 10 de mayo de 1941. Aquí es donde la trama se complica, desde entonces, todas las autoridades aliadas en ese momento juzgaron que la esencia de su misión no debía ser revelada al público. De hecho, si no hubiera aterrizado en una granja a 10 millas de su objetivo previsto en la finca del Duque de Hamilton, nunca hubiéramos oído hablar de la historia.




Muchos historiadores y periodistas se han inclinado sobre la mesa como si estuvieran frente a un rompecabezas, tratando de encajar las piezas para darle algún sentido al loco viaje de Hess a Inglaterra. Si se encuentra entre las pocas personas que todavía están interesadas en la historia y está buscando información al respecto, Wikipedia y muchas otras narrativas convencionales reflejan vagamente lo que aprendemos en las escuelas. Una explicación simplemente dice que Hess se volvió loco de repente y trató de escapar del destino de Alemania en un vuelo en solitario. Otros afirman que Hess buscó recuperar los favores de Hitler negociando una tregua con Inglaterra por su propia iniciativa. También existe la teoría descabellada de que Hess estaba tratando de usar la monarquía británica para derrocar a Churchill del poder.

Las diferentes teorías abarcarán hasta la versión más popular de una misión oficial bajo la orden de Hitler que necesitaba negociar la paz con Inglaterra antes de atacar a la Unión Soviética, que llegaría el próximo mes, el 22 de junio de 1941. En casi todas las teorías, los historiadores coinciden en que Hess había elegido reunirse con el duque de Hamilton, un miembro influyente de la Anglo-German Fellowship Association, ya que hay pruebas abrumadoras de que la Familia Real estaba a favor de los nazis y quería la paz con Alemania, a diferencia de Churchill. La mayoría de las teorías terminarán diciendo que ni el duque de Hamilton, ni Churchill, ni nadie que ocupe un puesto de alto perfil aceptaron reunirse con Hess, antes de que lo enviaran a prisión después de decir lo que tenía que decir. Y sea lo que sea, Hess se había olvidado de él cuando fue procesado en Nuremberg después de la guerra, ya que la amnesia oportuna se apoderó de su cerebro que fallaba repentinamente.

Si alguna de las teorías antes mencionadas fuera cierta, Hess nunca habría sufrido amnesia, ya que todas tienen su buena parte de corrección política y el gobierno británico no tendría ninguna razón para mantener en secreto los archivos de Hess. Cualquiera de estas versiones podría haberse dado a conocer al público, ya que con el tiempo se convirtieron en diferentes explicaciones del viaje de Hess en nuestros libros de historia. Pero las raíces de la mayoría de las teorías no tienen un fundamento lógico y ni siquiera tienen sentido, ya que era Alemania la que estaba atacando a Inglaterra y no al revés. Por lo tanto, si Hess realmente estaba buscando una tregua, solo necesitaba hablar con Hitler. Y si el propio Adolf quería la paz con Inglaterra, simplemente no tenía que hacer nada en absoluto.

Esa repentina amnesia de Nuremberg podría ser la razón por la que Rudolf murió a los 93 años comiendo filetes y langostas todos los días, cultivando flores y viendo televisión en la dorada y cómoda prisión de Spandau en Alemania, en lugar de compartir el destino de la mayoría de sus compañeros nazis cuyas vidas terminaron en una cuerda al final de los juicios de Nuremberg en 1946. Aquí nuevamente, la nube de misterio alrededor de Hess ha creado un aura de duda sobre su muerte oficial por suicidio que muchos juran fue el asesinato de un anciano inválido que sabía demasiado y estaba dispuesto a confesar.


Enero de 1946, Nuremberg - Alemania. Parte de los acusados ​​en el juicio. En primera fila aparecen: Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim Von Ribbentrop, Wilhelm Keitel y Ernst Kaltenbrunner.

 

Bueno, la verdad sobre Hess en Inglaterra es mucho más interesante que todo lo mencionado anteriormente y es una clave maestra para la comprensión completa de las apuestas y los objetivos de la segunda guerra mundial, razón por la cual siempre estuvo oculta bajo las turbias sombras de un enigma histórico. Y su misión era tan importante que ahora podemos apreciar plenamente por qué se ordenó a un funcionario nazi de tan alto rango que la ejecutara.


Especulación histórica

Para confrontar el espectro de narrativas que ofrece nuestra historia oficial, especialmente en el caso de un evento que tuvo lugar hace 80 años, los investigadores independientes tienen que confiar principalmente en la especulación lógica, debido a la falta de acceso a documentación valiosa que se mantiene confidencial en bóvedas cerradas, generalmente por razones de seguridad nacional. En el caso del viaje de Rudolf Hess a Inglaterra, todo ha sido objeto de especulaciones, ya que las autoridades británicas nunca dieron ninguna razón o explicación oficial. Cada teoría que se ha convertido en la corriente principal y aceptada con el tiempo se basa en pura especulación y no tiene absolutamente nada que la sustente. Algunos eran artículos escritos por periodistas en ese momento que afirmaban que tenían información privilegiada que nunca pudo ser verificada, mientras que otras explicaciones estaban respaldadas por simple información inventada y falsa. 

El ejemplo de una supuesta carta escrita por Hess que le había dejado a Hitler, diciendo que estaba haciendo este viaje por su propia voluntad, debe clasificarse con el resto de la propaganda. Matthias Uhl, del Instituto Histórico Alemán de Moscú, descubrió un informe de 28 páginas en el Archivo Estatal de la Federación de Rusia. El documento fue escrito en febrero de 1948 por el ayudante de Hess, Karlheinz Pintsch, quien presenció la reacción de Hitler cuando se enteró de que el Führer adjunto se había lanzado en paracaídas en Inglaterra. Según Pintsch, Hitler no estaba en lo más mínimo sorprendido, ni enojado y tenía pleno conocimiento del plan. Por lo tanto, se puede descartar toda una gama de teorías, ya que Hitler obviamente había ordenado la misión él mismo. Esas teorías solo se mantienen cuando se ignoran los hechos, que es a menudo la forma en que funcionan los medios de comunicación tradicionales.

Tenemos que aceptar que solo una teoría es correcta, pero también que esta teoría no tendrá mucha evidencia sólida para respaldarla hasta que los documentos clasificados se publiquen al público. Por tanto, el objetivo es encontrar la más probable. Tenemos que confiar en el análisis lógico, pero sobre todo, la evidencia circunstancial puede arrojar un rayo de luz mágico y revelar la verdad. Aplicaré este sistema en:


a) La importancia de Hess en la jerarquía y la voluntad de mantener su misión en secreto para el resto del mundo.

b) El cronograma de los eventos de la segunda guerra mundial: lo que sucedió antes y después, y el impacto que tuvo la misión sobre los cambios de comportamiento de diferentes naciones.


He llegado a una conclusión definitiva que nunca antes se había verbalizado. De hecho, nadie estaba ni siquiera cerca de la verdad. Pero es la única que resiste el escrutinio del contrainterrogatorio de las circunstancias. En la base, la iniciativa de una misión clandestina fuera de los canales de comunicación oficiales, para un nazi tan importante, plantea una pregunta crucial: ¿por qué Alemania estaba tratando de ocultar esta reunión al resto del mundo?


El contexto

Un poco de contexto es obligatorio para definir perfectamente el mensaje que llevaba Hess. Los trabajos destacados de investigadores como Anthony Sutton y Charles Highamson son fundamentales en nuestra comprensión del contexto histórico real que rodea la creación de la máquina de guerra nazi. Cuando en 1933 Hitler accedió a la Cancillería del Reich, Alemania estaba en un limbo financiero. Peor aún, la nación estaba en las cunetas de las extremidades. Debía decenas de miles de millones en reparaciones por la Primera Guerra Mundial y su incapacidad para cumplir había provocado una crisis inflacionaria a escala gigantesca en 1923 que redujo la moneda a 1/500 mil millonésima parte de su valor original. Para empeorar las cosas, el país sufrió junto a todos el desplome mundial de 1929. Entonces, ¿cómo demonios pudo Alemania erradicar el desempleo y crear la maquinaria militar más formidable que el mundo haya visto en tan solo seis años? El exceso de logros está infravalorado cuando se trata de explicar el milagro alemán de los años 30.




La primera herramienta que se requiere en la caja de herramientas de nuestra investigación es admitir el hecho muy documentado de que el Banco de Inglaterra, controlado por la familia Rothschild, había estado involucrado en la financiación de los nazis. Se había convertido en un procedimiento común para la rica familia bancaria europea financiar tanto a enemigos como a aliados, con el fin de obtener beneficios de ambos lados de la guerra desde Napoleón. El autoproclamado emperador francés de principios del siglo XIX había sido contratado como apoderado por Rothschild que quería imponer sus bancos centrales privados en los países conquistados. Entonces, los herederos de la familia Rothschild vieron en Hitler a su próximo Napoleón, que sometería imperios coloniales rivales como Bélgica, Holanda y Francia, además de destruir la poderosa URSS, para tomar por sí solo las riendas del Nuevo Orden Mundial. Aunque el Nuevo Orden Mundial suena como una teoría de la conspiración sobrealimentada, es un concepto indiscutible y bastante simple.

Incluso si la infame familia de los banqueros ayudó al Führer, la mayor parte del dinero que inundó Alemania entre 1933 y 1939 no provino de Inglaterra, sino principalmente de los Estados Unidos de América. No del gobierno estadounidense, por decirlo así, sino más específicamente de los banqueros e industrias estadounidenses. A través de esquemas de blanqueo de dinero, a través del recién fundado Bank of International Settlements (Banco de Pagos Internacionales) y mediante inversiones de empresas conjuntas en Alemania con empresas como Standard Oil, GM, Ford, ITT, General Electric o IBM; Rockefeller, Morgan, Harriman, DuPont, Ford y algunos otros multimillonarios fueron los principales responsables de lo que se conoce como el milagro alemán, que ahora se parece más a un sueño americano...

Gracias a las inversiones británicas y estadounidenses, la Alemania nazi pasó del país más pobre de Europa a la segunda economía mundial. Aunque la educación no le dirá nada al respecto, la abrumadora ayuda que Hitler recibió de Occidente nunca se discute porque fue expuesta en numerosas investigaciones de Estados Unidos, comités senatoriales y casos judiciales basados ​​en la Ley de Comercio con el enemigo ajustada por el presidente Roosevelt. en 1933, pero los veredictos siempre llegaban después de la habitual explicación de "no sabíamos qué iba a hacer Hitler a continuación". Como si Mein Kampf, publicado en 1925, no hubiera sido lo suficientemente claro al respecto...


Continuar con la lectura. (Haga click AQUÍ)


Fuente original:

The Unpleasant Truth About The 1941 Parachuting Of Rudolf Hess In England

30 enero 2021

Cuando Hitler demandó sus derechos de autor en los Estados Unidos



por Tito Andino

Selección de textos en inglés


Hace un par de años publiqué una "crítica" a la Edición Crítica de Mein Kampf ("Hitler, Mein Kampf. Eine kritische Edition") que fuera editada por el equipo de académicos e historiadores alemanes: Christian Hartmann, Thomas Vordermayer, Othmar Plöckinger y Roman Töppel, del Instituto de Historia Contemporánea Berlín- Munich (ifZ), señalando que las más de 3.500 anotaciones de gran menticulosidad histórica y científica - 4.5 notas a pie por cada página de Mein Kampf en promedio -, en la práctica, es lo único que amerita su lectura.


En la referida ponencia se enfocó brevemente una anécdota de la historia. Hitler, a través de sus editores en los Estados Unidos reclamó sus derechos de autor sobre "Mein Kampf" debido a una publicación del periodista Alan Cranston, quien con el tiempo llegaría a ser senador por California, líder demócrata en el Senado de los Estados Unidos y nominado para candidato a la presidencia por el partido Demócrata en 1984 (elecciones primarias). Cranston también dedicó parte de su vida al servicio público, al activismo político por la reducción de armas nucleares y la paz mundial. 

Cranston perdió el juicio ante la demanda planteada en su contra por uso indebido de los derechos de autor. Sin embargo, es bueno recordar que desde aquellos tiempos el libro de Hitler empezó a ser "pirateado" en algunas partes del mundo y en décadas posteriores a la posguerra. En lengua castellana, México fue el ejemplo práctico de ilegales publicaciones del libro de Hitler, apetecido por neonazis y ultraderechistas, la "hitlermanía" mexicana data desde tiempos de José Vasconcelos y su revista Timón (1940); con el paso de los años y la llegada de internet, ediciones promovidas por grupos extremistas siguen circulando ampliamente en diversos idiomas. 

Una primera traducción autorizada al castellano de Mein Kampf se publicó por primera vez en 1935 (editorial Araluce), que viene siendo la fuente primaria de las decenas de ediciones cercenadas y pirateadas que han circulado por años. Algunas conservan partes de la introducción del traductor, partidiario de Hitler y su concepción del mundo. En una de las primeras ediciones pirateadas, casi imposible de conseguir en la actualidad, se puede leer segmentos del traductor original: 


“...Quien juzgue sin ofuscamientos doctrinarios la obra renovadora del Tercer Reich, habrá de convenir en que Hitler fue dueño de la verdad de su causa al impulsar un vigoroso movimiento de exaltación nacional llamado a aniquilar el marxismo que estaba devorando el alma popular de Alemania... La ideología del nacionalsocialismo alemán —opuesta a lo que propagan sus detractores— es constructiva y, por tanto, pacifista, pero no pacifista en el sentido de aceptar la imposición de violencias internacionales contrarias a la dignidad y al honor de un pueblo soberano (...) El pacifismo nacionalsocialista se inspira, pues, en principios elementales del derecho y descansa sobre la unidad moral del pueblo alemán”. 


¿Quién podría criticar que Cranston y otros, en su tiempo, se alarmaran ante los hechos y los discursos de Hitler y sus editores?. Bien hizo la revista Milenio en señalar:


"Ante ediciones propagandísticas e irresponsables como ésta (la cita de arriba), se antoja más que sustentada la justificación del Instituto alemán de Historia Contemporánea para difundir una edición crítica y comentada". 


El copyright alemán de "Mein Kampf" de Adolf Hitler fue noticia en 2015-2016, pertenecía al estado de Baviera luego de que la editora original alemana, propiedad del partido nazi, dejara de existir jurídicamente, "Zentralverlag der NSDAP Franz Eher Nachfolger GmbH München", mejor conocida como Eher-Verlag, (editorial Eher en castellano). La casa editora propiedad de los nazis desde finales de 1920 hasta 1945 se disolvió por la Ley N0. 2 (Terminación y Liquidación de Organizaciones Nazis) dictada por el Consejo de Control Aliado, ente que dirigió Alemania los primeros años de la posguerra ante la ausencia de un gobierno alemán. Quedó prohibido reeditar Mein Kampf, básicamente por cuestiones legales de derechos de autor y no tanto por cuestiones ideológicas (que sin duda también fue determinante). Los derechos de autor se transfirieron al estado de Bavaria en 1948 que asume la responsabilidad legal de sucesión y administración fiduciaria de Eher-Verlag (la empresa quedó legalmente liquidada en 1952). Ese acto jurídico impidió la posibilidad de reeditar el libro (a pesar de ello, durante decenios circularon muchas versiones pirateadas por el mundo). La ley alemana establece en 70 años la expiración de los derechos de autor tras la muerte de su titular, es decir, el plazo venció a finales del 2015. Desde entonces, el libro es de dominio público en Alemania.


El Juicio por derechos de autor de Mein Kampf en los Estados Unidos.

 


Bien, el historial de derechos de autor de la obra en los Estados Unidos no es menos complicado, siendo de notoriedad el episodio que involucró la demanda presentada en 1939 contra Alan Cranston por el editor Houghton Mifflin Co. por infringir los derechos de autor de Adolf Hitler y su traducción al inglés.

En realidad fueron dos las demandas planteadas por los editores de Hitler en Estados Unidos, el jefe nazi estaba al tanto de ello, de lo contrario tanto él como los editores dejarían de percibir dividendos económicos.  


Houghton Miflin demanda en nombre de Hitler y "Mein Kampf" (1939)

1.  “Houghton Mifflin Co. vs Stackpole Sons, Inc. et al”, se registró el 9 de junio de 1939 en una corte de apelaciones de Connecticut; y, 

2. "Houghton Mifflin Co. v. Noram Pub. Co., Inc., et al". 28 F. Supp. 676 (SDNY 1939). Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de New York - 28 F. Supp. 676 (SDNY 1939), registrado el 14 de julio de 1939.

"Esta es una moción para una orden judicial temporal para restringir la infracción de los derechos de autor que el demandante afirma tener del libro "Mein Kampf" (autor, Adolf Hitler)".

 

El senador Alan Cranston posa en su oficina de Capitol Hill con una copia de "Mein Kampf" de Adolph Hitler, el 29 de enero de 1988. Cranston fue demandado por Hitler en 1939 en los tribunales de Estados Unidos por publicar esta edición no autorizada. (UPI Foto / Leighton Mark / Archivos)


La publicación de Cranston, una edición abreviada en inglés del libro de Hitler, se elaboró en forma de tabloide (tamaño de papel de periódico) y publicado en 1939 por Noram Publishing Co. de Greenwich, Connecticut. Se trata de un documento de 32 páginas con coloridas ilustraciones. La edición se vendió por 10 centavos (mientras el libro se vendía por tres dólares). Houghton Mifflin Co. (empresa editorial) utilizó los tribunales para detener su distribución. Se estima que ya se habían vendido unos 500.000 ejemplares de la edición "pirata". 

Hitler, a través de sus editores estadounidenses, ganó la demanda, protegió sus derechos de autor, consiguió evitar a través de la censura que el demandado en su edición comentada pusiera en evidencia ante el público estadounidense sus planes expansionistas y fue a la guerra. Cranston perdió el litigio, abandonó el periodismo para dedicarse a la política y activismo social. “Dejé el periodismo”, comentó Cranston en una entrevista, “porque... estaba demasiado preocupado por los eventos que se desarrollaban en el mundo con Hitler y Mussolini para pasar mi vida simplemente registrando tales eventos. Prefiero estar involucrado en la acción", explicaba en un artículo de "Los Angeles Times" publicado en 1988.


¿Cómo se involucró Cranston en su edición de Mein Kampf?

Mientras ejercía el periodismo, Cranston se desempeñó como corresponsal extranjero del International News Service en Alemania, Italia y Etiopía. En 1939 retornó a los Estados Unidos, "con la intención de meterse en política, si pudiera".

Cranston, versado en idiomas, dominaba el alemán, era un reconocido crítico de las traducciones al inglés de la época. Recordó una anécdota, había coincidido casualmente con Hitler en una habitación de Munich en el verano de 1934 cuando aun era estudiante de la Universidad de Stanford, "vi a este hombre con una mirada vidriosa de poder en su rostro”.


El trabajo de Cranston, en realidad es la primera edición "crítica" y anotada fuera de Alemania (probablemente en el mundo), publicado en 1939. Se percató que el libro de Hitler que circulaba en inglés omitía detalles fundamentales, ya que cada país donde se publicó Mein Kampf solo podía conocer una parte del plan completo

 

Decidido a editar un compendio traducido al inglés de la versión original alemana, le llevó a anotar, comentar y advertir sobre la política nazi y sus pretensiones expansionistas junto a la rabiosa muestra antisemítica de la obra.

La historia de su famosa y demandada publicación ha sido comentada en muchos medios de habla inglesa. Básicamente todas las publicaciones se basan en un par de entrevistas concedidas muchas décadas después por Cranston, la más conocida a "The Angeles Times" (1988), donde explica las razones por las que tradujo y editó Mein Kampf y las consecuencias de la demanda promovida por Hitler. 

Las siguiente líneas son un compendio de información recopilada de diversas fuentes en inglés (salvo una en castellano, revista Milenio), las mismas constan como notas de consulta a pie de página. También se deja en claro que las siguientes líneas traducidas toman citas textuales de uno y otro texto con las declaraciones de Cranston, uniéndolas como un rompecabezas, ya que unas omiten algún dato importante que aparece en otro reportaje. En resumen:

Cranston nos cuenta su historia 


"My Battle" (Mein Kampf), de Adolf Hitler. Primera edición estadounidense de Houghton Mifflin Co. de Boston. 1933, abreviado y traducido por E.T.S. Dugdale. Esta edición tuvo algunas reimpresiones posteriormente. En EEUU esta traducción al inglés fue la única disponible hasta 1939. Curiosamente Dugdale (el traductor) era un convencido pro-sionista, estaba casado con la sobrina de Lord Balfour por lo que mantuvo su nombre fuera de la edición del Reino Unido. aparentemente para evitar controversias. 


"Mientras trabajaba como corresponsal extranjero, leí Mein Kampf, de Adolf Hitler, el libro que delineaba sus planes para Alemania y las cosas terribles que él intentaba hacer en el mundo. No había una traducción al inglés. Cuando me retiré del periodismo y regresé a New York. A principios de 1939, estaba en la librería Macy's en Nueva York y vi una gran exhibición de 'Mein Kampf' a la venta, la versión en inglés de Houghton Mifflin, que nunca había visto. Yo había leído el original en alemán. Tomé un ejemplar, sabía que no era el libro auténtico. Era mucho más delgado que el original que yo había leído. Así que lo compré. Era una versión condensada, y muchas de las cosas que habrían molestado a los estadounidenses simplemente no estaban ahí, como sí estaban en la versión original que leí. Resultó que había sido editado de modo que se omitió una buena parte de lo que escribió Hitler, incluidas secciones que mostraban el plan de Hitler para el mundo.


Un ejemplar reimpreso de la primera edición estadounidense de "My Battle" (Mein Kampf), corresponde al año 1937, editada por Houghton Mifflin Company de Boston. Traducción de E.T.S. Dugdale


Para sacar la verdad hablé con un editor amigo en Nueva York, un editor de nombre Amster Spiro (editor del New York Journal-American de William Randolph Hearst), le sugerí que escribiría y publicaría una versión antinazi de Mein Kampf con el mismo título, que sería un libro real y que despertaría a los estadounidenses sobre el peligro que representaba Hitler para nosotros y para el resto del mundo. Una nueva traducción no impugnada y condensada con comentarios críticos y notas explicativas. Así lo hicimos. Pasé ocho días compilando mi versión de Mein Kampf a partir de la versión en inglés que tenía ahora, la versión original en alemán y otra copia que acababa de aparecer. 

Escribí esto, lo dicté del texto alemán de Hitler a un grupo de secretarias en un loft en Manhattan. (Sin que ellos lo supieran en ese momento, otros dos editores estaban haciendo lo mismo). Una de estas secretarias (una joven judía) aparentemente pensó: 'Dios mío, ¿en qué estoy metida?' ... Fue a la Liga Anti-Difamación (ADL) y Benjamin R. Epstein, que más tarde dirigió la ADL durante 30 años, pronto estuvo hurgando en el loft, haciendo preguntas.

"Me sorprendió", dijo Epstein, que Spiro, también judío, estuviera involucrado en la publicidad de Hitler. Entonces Epstein conoció a Cranston. “Una vez que me di cuenta de que estaba realmente de nuestro lado”, dijo, “abrí nuestros archivos y trabajamos muy de cerca” para producir el texto completo. Comenzaron su propia empresa, Noram Publishing Co. Inc., para comercializar el libro.


A la izquierda, el ejemplar más conocido, publicado por Noram Publishing Co. Inc. A la derecha, la portada destinada para USA / Canadá publicado por Stackpole Sons, los textos de ambas publicaciones corresponden a Alan Cranston. Vendidos por 10 centavos, todas las ganancias estaban destinadas a los refugiados en Estados Unidos que huían de los nazis Los tribunales dictaminaron que Stackpole and Sons y Noram Publishing habían infringido los derechos de autor de Hitler. Tuvieron que destruirse medio millón de copias, pero ya habían sido vendidos 500.000 ejemplares.


Procedimos entonces a imprimir en tabloide la versión que yo escribí, con una espeluznante portada roja muy chillona, mostrando a Hitler dividiendo el mundo. Se rescató "lo que es el pensamiento coherente en medio del torrente de 270.000 palabras de Hitler". Cranston aseguró a los lectores que la traducción "contiene todas las ideas importantes que presentó Hitler", pero "eliminó sus largas digresiones y eliminó gran parte de la repetición interminable". "Hemos recortado las 270.000 palabras de Hitler a 70.000", declararon en el avance, "¡pero no se omite nada importante!", editando los fragmentos elegidos y agregando comentarios e interpretación crítica. Se incluyeron secciones que eran evidentemente atroces y omitidas de otras versiones en inglés. Eso provocó una conmoción.  

La edición sensacionalista de 32 páginas, con derechos de autor en 1939, era una "versión similar a Reader's Digest que muestra lo peor de Hitler", dijo Cranston, señalando que el libro contenía ilustraciones y notas que mostraban la "propaganda y distorsiones" de Hitler. "Vendió medio millón de copias en 10 días en los quioscos", a 10 centavos cada una, se rió Cranston. 

Algunos nazis empezaron a destruir los quioscos que lo vendían en San Louis, la parte alemana de Nueva York y otras zonas del país y fuimos de inmediato demandados por los agentes de Hitler alegando sobre la base de que habíamos violado sus derechos de autor (el copyright), lo cual habíamos hecho. Teníamos la teoría de que aunque él había registrado Mein Kampf en Austria, él mismo había destruido Austria con su ejército, así que alegábamos que él había destruido su copyright también al mismo tiempo. Bueno, eso no funcionó en la corte, y un juez de Connecticut falló a favor de Hitler. No nos impusieron castigo, pero debimos dejar de vender el libro. Tuvimos lo que se llama sentencia. Pero despertamos a muchos estadounidenses sobre la amenaza nazi”, ya que ese trabajo discutía de manera fundamental el concepto de la Gran Mentira, "la única mentira que vale la pena contar es colosal".



Hitler era legalmente un hombre sin patria cuando escribió Mein Kampf. Había perdido su ciudadanía austríaca en 1918 por servir en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, y no tomó la ciudadanía alemana hasta 1932, dos años antes de que asumiera el cargo de canciller de Alemania.

En enero de 1939, Mein Kampf era un éxito de ventas en Alemania y le había reportado al vagabundo rechazado por las escuelas de artes austríacas, convertido en dictador,  alrededor de tres millones de dólares.

En los Estados Unidos, el editor autorizado de Hitler, Houghton Mifflin Co., le pagaba regalías, ganaría dinero con el libro que se vendía a tres dólares por copia, Hitler estaba obteniendo cuarenta centavos en regalías por cada ejemplar que alguien compraba que ni siquiera era el texto original. (No se equivoquen, Hitler hizo una buena cantidad de dinero con el libro fuera de Alemania, mientras que ganaba mucho dentro de Alemania con la compra obligatoria). Houghton Miflin Co. ya había publicado Mein Kampf en Estados Unidos y la versión de Noram Publishing Co. interfería con su negocio. 


No es materia de discusión, Houghton Mifflin Company tenía los derechos de autor y podía imprimir ´Mein Kampf´ desde 1933 en los Estados Unidos bajo autorización y consentimiento del editor alemán, Franz Eher Verlag de Munich. El copyright cedido en diversos países del mundo fue un gran negocio para la editorial alemana y Hitler se beneficiaba de las regalías. Recordemos que la editorial era propiedad del NSDAP (partido nazi). 

En contrapartida, el libro de Cranston, a través de Noram Publishing Company (de Greenwich, Connecticut) prometía en voz alta "Ni un centavo de regalías para Hitler", y decía que todas las ganancias se destinarían a ayudar a los refugiados del Reich de Hitler. Noram Publishing imprimió la traducción en formato tabloide y, en efecto, proclamaba en su portada, “Ni un centavo de regalías para Hitler” y “millones vendidos en forma de libro a $ 3; ahora por primera vez en esta popular edición a 10 centavos”. Noram Publishing registró los derechos de autor sobre la traducción en la Oficina de derechos de autor el 19 de abril de 1939.

“Parece increíble”, escribió Cranston en el prólogo, “que después de haber dejado por escrito planes tan brutales y calculados con frialdad, sus compatriotas alemanes y el resto del mundo incluso le permiten a Hitler ejecutarlos". Al llamar a Mein Kampf el "tratado político más importante y significativo de nuestro tiempo", Cranston declaró que "todo estadounidense debería saber, de inmediato, exactamente lo que dijo Hitler en 1925".

Cranston recordó: Las personas que representan a Hitler, en efecto, tenían sus derechos de autor, nos demandaron porque obviamente estábamos socavando su mercado. Houghton Mifflin también demandó a otro contrabandista estadounidense de Mein Kampf, Stackpole Sons Inc.

El abogado de los Stackpole Sons Inc. alegó ante un juez federal que debido a que Hitler era "apátrida" cuando escribió su libro, según la ley de derechos de autor de Estados Unidos, era de dominio público y Hitler no tenía derechos que defender. Cranston dijo que su Noram Publishing Co. hizo el mismo argumento, señalando que su tabloide de 10 centavos, aún siendo incompleto, no era una competencia para el libro de tapa dura de Houghton Mifflin de tres dólares por ejemplar.


En junio de 1939, una Corte de Apelaciones de Connecticut dictaminó que Stackpole Sons había infringido los derechos de autor de Hitler. En julio, el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de New York hizo lo mismo con Noram Publishing y ordenó que se detuviera la prensa pirata de Cranston. 


"Luego tuvimos que tirar medio millón de copias", dijo Cranston, siempre sonriente. "No se evaluaron daños, pero tuvimos que dejar de vender el libro, despertamos a muchos estadounidenses sobre la amenaza nazi". La verdad había salido a la luz comentaba en la famosa entrevista hacia el final de su vida.

Mientras giraban las ruedas de la justicia estadounidense, las tropas nazis marchaban por Europa hacia la guerra que Cranston había advertido llegaría con seguridad. Los juicios estuvieron entre los más extraños casos de la jurisprudencia estadounidense. Sus argumentos sentaron precedentes y provocaron una avalancha de historias en periódicos, revistas populares y revistas jurídicas.

Hay quienes piensan incluso que existen personas que usan los derechos de autor no solo para proteger su "propiedad intelectual", sino lo utilizan para censurar (prohibir que se analice la obra en su real contexto). Aparentemente, Adolf Hitler, encaja en este grupo, utilizó los derechos de autor como censura. Los editores estadounidenses de Hitler evitaron que se conociera el alcance real y completo de los puntos de vista de Hitler reflejados en su versión original alemana, para ello, se valieron de la la ley de derechos de autor. Y, como bien señala una de las fuentes consultadas, Hitler pudo seguir recibiendo regalías y controlar la publicación de su libro, diez semanas antes de que marche sobre Polonia y estalle la guerra en Europa. La parte demandada, que elevó el “uso justo” como defensa en el caso, así como la teoría de que debido a Adolf Hitler era un “apátrida”, por tanto, cualquier cesión de sus derechos de autor no era válido, no tuvo éxito.

Para no confundir al lector, solo como nota referencial, el caso de Hitler en Estados Unidos ha sido alegado en otras ocasiones para proteger cuestionados derechos de autor. "Es difícil saber si hay algo noble en que un tribunal federal de los EE.UU esté revisando los arcanos de la jurisprudencia internacional del derecho de autor para darle a Hitler, ¡ incluso a Hitler ! - su día en una corte, algo espantoso que permitiría que la ley de derechos de autor se usara incorrectamente en un asunto de importancia pública tan crucial. Entonces, ahora, la próxima vez que sienta ganas de ganar cualquier conversación sobre los derechos de autor como censura, simplemente siéntase libre de declarar "¡eso es algo que harían los nazis!" y señalar esta historia".


Houghton Mifflin Company, ya en plena guerra que involucra a los Estados Unidos, presentó una nueva versión de ´Mein Kampf´ de Adolf Hitler. Se ha cambiado de traductor, ahora el texto traducido corresponde a Ralph Manheim.  La editorial hace enfásis de estar ante "la nueva traducción definitiva", con 694 páginas. Las gráficas corresponden a la edición de 1943.


Otras referencias:

El comic “El libro que Hitler no quería que leyeras”, producido por el Instituto David S. Wyman de Estudios del Holocausto es una historieta publicada en noviembre de 2015, cuenta la historia de cómo Alan Cranston produjo su propia versión del libro de Hitler, solo para ser demandado por Hitler, arrojando luz sobre una batalla legal que ocurrió en 1939 en Estados Unidos.  

"El libro que Hitler no quería que leyeras", es escrito por Rafael Medoff, director del Instituto David S. Wyman de Estudios del Holocausto en Washington y dibujado por Dean Motter. Medoff afirmó que "estaba al tanto de los esfuerzos del joven Alan Cranston para advertir al mundo de los peligros que representaba Hitler. Me pareció que la historia de Cranston podría ser un vehículo eficaz para transmitir la nueva controversia sobre 'Mein Kampf' que comenzaría después del 31 de diciembre del 2015".

La historieta - comic inicia en 1937, cuando Cranston, un corresponsal extranjero en Europa del International News Service, se desilusiona del aislacionismo de Estados Unidos y la negación del creciente poder de Hitler, regresando dos años después a Nueva York.



- En octubre de 2017 apareció un valioso libro escrito por Lorraine H. Tong (Editor: LHT Productions), "HITLER ON TRIAL. Alan Cranston, Mein Kampf, and The Court of World Opinion" (Hitler en juicio. Mein Kampf y la Corte de la Opinión Mundial - traducción literal- la obra no tiene una edición en castellano), tuvo buena recepción en los Estados Unidos y como es evidente trata sobre el juicio de los agentes de Hitler por los derechos de autor de Mein Kampf

Sobre la autora, Lorraine Tong, del Servicio de Investigación del Congreso, en su tiempo se desempeñó como asistente legislativa del senador Alan Cranston en materia de política exterior. Al igual que muchos concordó que el enfoque de Cranston hacia Mein Kampf presagiaba su carrera en el servicio público. "Él siempre tuvo una visión del mundo", dijo, citando sus esfuerzos para detener la proliferación nuclear, poner fin a la guerra de Vietnam, reducir las tensiones en el Medio Oriente y normalizar las relaciones entre Estados Unidos y China, entre otras iniciativas. “También fue un líder en la promoción de los derechos humanos y civiles y en la protección del medio ambiente para las generaciones futuras. Admiro su capacidad para concentrarse como un rayo láser para resolver problemas complejos, a menudo buscando soluciones prácticas más allá de las líneas del partido", afirma la autora (cita tomada de la nota referencial sobre su libro).




Otros datos importantes sobre Alan Cranston, lo resumimos de la entrevista "Conversaciones con la historia", de la Universidad Berkeley (en inglés).

Durante la guerra, laboró junto al poeta y escritor Archibald McLeish, que había sido designado por el presidente Roosevelt jefe de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 1939 hasta 1944. Su tarea la describe el propio Cranston:

Había trabajado durante un tiempo antes de que comenzara la guerra, después de regresar a Estados Unidos, para una organización llamada Common Council for American Unity que trataba de ayudar a los inmigrantes a adaptarse a la vida estadounidense. Así que estaba trabajando con estadounidenses de origen alemán, italiano, polaco, etc. Trabajé con Eleanor Roosevelt con la esperanza de evitar el establecimiento de campamentos de reubicación para japoneses-estadounidenses en 1942. Y también tuve la tarea de tratar de explicar a los germanoamericanos por qué estábamos luchando contra Hitler, a los italoamericanos por qué estábamos luchando contra Mussolini y a los japoneses americanos, que lamentablemente fueron encerrados en los llamados campos de reubicación, aunque no creo que fuera necesario, el por qué estábamos luchando contra Japón. Así que pasé un par de años trabajando con grupos de lenguas extranjeras en este país en todos estos aspectos y muchos otros. 

Me alisté en el ejército, tomé entrenamiento militar básico, pero debido a mi experiencia en periodismo y al hecho de que había trabajado en el gobierno en cosas relacionadas con la escritura y el periodismo, me sacaron de la infantería y me metieron en algo llamado Army Talk donde estaba escribiendo y explicando a todos los que estaban en el ejército los objetivos de la guerra, lo que estaba sucediendo, etc. Mientras estaba en el ejército logré escribir un libro titulado "The Killing of the Peace". El propósito del libro era hacer un poco más difícil para los aislacionistas mantenernos fuera de las Naciones Unidas. Yo al menos expondría las tácticas que usaron y las estrategias que llevaron a la derrota de la Liga de Naciones.


Alan MacGregor Cranston falleció el 31 de diciembre del 2000 a la edad de 86 años dejando un gran legado como ciudadano y político.
 

Fuentes:

Alan Cranston Interview: Conversations with History; Institute of International Studies, UC Berkeley

Mein Kampf. Infringer Aimed to Warn of Hitler Threat

Court Halted Dime Edition of ‘Mein Kampf’ : Cranston Tells How Hitler Sued Him and Won

That Time Hitler Used Copyright Law To Block Future Senator Alan Cranston From Publishing Mein Kampf

Comic Book Recalls Effort to Expose ‘Mein Kampf’

La lucha de Hitler por "Mi Lucha" (Revista Milenio, edición digital)

A manera de crítica a la "Edición Crítica de Mein Kampf".

22 enero 2021

En el rostro del Führer!, de Disney

 


por Tito Andino U.
Recopilación.

A manera de nota aclaratoria


Me han comentado algunas inquietudes sobre la publicación de la colección de barajas relacionado con el trabajo artístico del caricaturista mexicano Antonio Arias Bernal que fuera editado por Bill Schroeder. En primer lugar, debo insistir que hay demasiado intolerante en las redes sociales que, a pretexto de "estar hartos de Hitler", pretenden evitar que se siga publicando este tipo de material "ofensivo" para sus delicadas y sagradas creencias. Por otro lado, es evidente que algunos lectores no dieron una correcta interpretación al corto texto (por sentado, lo que llama la atención son las caricaturas!). Arias Bernal no "bautizó" ese trabajo como "Der Fuehrer´s Face". Muchas de sus obras quedaron olvidadas y archivadas debido al rápido final de la guerra (el artista estaba contratado por el gobierno de los Estados Unidos) y el citado Schroeder las recuperó y editó en forma de baraja para no perder el magnífico trabajo de Arias Bernal quien había fallecido mucho tiempo atrás.

 

Schroeder tuvo la idea de nombrarla con el título de la conocida canción de Spike Jones "Der Fuehrer´s Face" que, a la vez, había servido de fondo para el cortometraje de Disney bajo el mismo título "Der Fuehrer's Face" con la "magistral" participación del Pato Donald. De allí que pudo darse la confusión de los gentiles lectores. 

Como curiosidad, de seguro llamará la atención la forma de escribir "Führer" (en alemán), los estadounidenses conforme la fonética inglesa lo escribían "Fuehrer" y así consta en las fuentes aquí consultadas, por lo que se mantiene esa forma, en estos posts. 



La "pesadilla" del Pato Donald es tan interesante que he decidido reproducirla en esta entrada, corriendo el riesgo de no tener mucha acogida ya que el tema es trillado; sin embargo, quién sabe, algunos no lo habrán visto ni escuchado. Solo tendríamos que consultar la Wikipedia sobre el film "Der Fuehrer's Face" para conocer su historia. Aquí lo resaltamos con algunas notas más de referencia.

Buena lectura y disfruten de cortos videos y fotogramas interpuestos con los textos.




Der Fuehrer's Face (En el rostro del Führer), es un cortometraje de propaganda animada estadounidense, realizado en un esfuerzo para vender bonos de guerra y producido por Walt Disney Productions, publicado en 1943 por RKO Radio Pictures. La caricatura animada cuenta una historia dentro de un escenario de pesadilla en la que el Pato Donald es empleado en una fábrica de la Alemania nazi.
 

Los carteles originales: A la izquierda, portada de la partitura "Der Fuehrer´s Face". música escrita por Oliver Wallace; a la derecha, primer cartel promocional del cortometraje de Disney.

El cortometraje de Disney fue dirigido por Jack Kinney y escrita por Joe Grant y Dick Huemer. En principio el film tenía como título "Donald Duck in Nutzi Land". Debido a que la música original de Oliver Wallace, adaptada para la película, es decir, la exitosa canción de Spike Jones "En el rostro del Führer", lanzada un par de años antes, llevó a la decisión de dar a la película el mismo nombre de la canción en reemplazo del título primario. La versión original de Spike Jones, la podemos escuchar en el siguiente AUDIO-video.


Spike Jones, Der Fuehrer´s Face
AUDIO (escuchar en YouTube)


La siguiente es una moderna combinación de la canción original y varias escenas en video. Se aprecia a Spike Jones acompañado por su banda "Spike Jones and his City Slickers", veamos:


Spike Jones - Der Fuehrer´s Face (ver en YouTube)


El film de Donald Duck ganó el premio Oscar al Mejor cortometraje de animación, la única película del Pato Donald en recibir tal honor. En 1994, la película fue votada como la número 22 de la lista The 50 Greatest Cartoons. Como anécdota, debido a la naturaleza propagandística de la cinta, Disney mantuvo la película fuera de circulación general después de su lanzamiento original, su primera publicación en video casero llegó en 2004 con el lanzamiento de la tercera serie de los Walt Disney Treasures en DVD.


Otros carteles promocionales del cortometraje


El siguiente cartel fue producido dentro del programa del esfuerzo de guerra para promocionar la compra de bonos de guerra por parte de la población estadounidense, el argumento del cartel lleva el mismo mensaje. Veamos:





Argumento del cortometraje

La historia transcurre en Nutzi Land (que se pronuncia muy parecido a Nazi Land pero se traduce como 'Tierra de locos'). Comienza con la aparición de una banda de música nazi, donde destacan caricaturas de Hideki Tojo tocando la tuba, Hermann Göring tocando la flauta travesera, Joseph Goebbels tocando el trombón, a su vez que lideraba el grupo y Benito Mussolini tocando el bombo. La banda toca una canción expresando estar orgullosos de hacer Heil! en el rostro de Hitler y definen como "super-hombres" a todos los individuos de raza aria. El estruendo de la música despierta a Donald, pero en tanto éste no sale de su cama aparece una bayoneta que le da un golpe para despertarle de una vez. Así, Donald saluda con un Heil a Hitler, al emperador Hirohito y a Mussolini. Posteriormente, se ve a Donald vestido con uniforme militar, desayunando una infusión de café hecha con un solo grano que guarda en una caja fuerte, un aerosol con sabor a huevos con tocino y un trozo de pan tan duro que hay que cortarlo con un serrucho y que apenas se puede comer. Esta escena se refiere al racionamiento y privaciones causadas en Alemania por la guerra. Justo después le ponen un ejemplar de Mein Kampf delante.




A continuación, Donald es llevado a su trabajo en una fábrica de municiones donde debe atornillar la espoleta de proyectiles de obús. Algunas espoletas traen atadas pequeñas fotos de Hitler, así que Donald tiene que saludar con la palabra Heil a cada fotografía (lo único que se entiende de lo que dice mientras trabaja es Heil Hitler!). El único descanso de Donald es tener que hacer gimnasia y saludar con un Heil varias veces frente a un telón con un paisaje de los Alpes pintado en él; luego vuelve a la fábrica, donde aumenta la rapidez de su trabajo a niveles insoportables, con proyectiles cada vez mayores en tamaño (casi de tamaño igual al de Donald) y además debe seguir saludando con un Heil a cada retrato de Hitler, hasta que se vuelve loco con la aparición caótica de proyectiles de muy diverso tamaño (una posible referencia al filme Tiempos modernos de Charlie Chaplin) y despierta en su dormitorio, donde confunde la sombra de la estatua de la Libertad con la de Hitler. Al notar que todo ha sido un sueño, Donald se acerca a la estatua y acaba abrazándola con alegría, sintiéndose «orgulloso de ser un ciudadano de Estados Unidos». En la escena final aparece una caricatura de Hitler, a la cual lanzan un tomate. El jugo del tomate forma las palabras The End". (El texto del argumento corresponde a la Wikipedia).




El cortometraje completo lo apreciaremos en el siguiente video que tiene una moderna nota de introducción de un funcionario de Walt Disney Productions. He seleccionado este video ya que es lo más nítido que se puede encontrar y tiene selección de traducción automática en subtítulos (buscar castellano).


Der Fuehrer's face



Disney no fue la única empresa cinematográfica que contribuyó de esa forma en el esfuerzo de guerra durante la segunda conflagración mundial. Hubo muchas caricaturas animadas sobre la temática. Recomendado dar vista a una de Warner Bros. Looney Tunes - The Ducktators (1942)  

Otro de los más reconocidos por la crítica (también de Disney) es el cortometraje de género propagandístico "The Spirit of '43" (El espíritu del '43), creado para el Gobierno de los Estados Unidos.




En The Spirit of ´43, el Pato Donald "representa al típico jornalero estadounidense que cobra cada semana por trabajar en una fábrica, y al que se le recuerda que debe pagar sus tasas trimestrales para mantener al ejército en su lucha contra las Potencias del Eje (ya que en los años 40 los impuestos no se descontaban del sueldo como actualmente, sino que debía hacerlo el propio trabajador). El objetivo de la película era alentar a los patriotas estadounidenses a pagar religiosamente cada tres meses sus impuestos. La escena final, sin ningún personaje, y con dibujos realistas, enseña como los impuestos sirven para construir diversos armamentos, así también hundir aviones y barcos del enemigo". 


Fotograma de The Spirit of´43 con el primer antecedente de Scrooge McDuck.

Aquí el video:


The Spirit of ´43


Con esta recopilación habremos satisfecho las inquietudes de un anterior post y de paso profundizamos en el tema de la propaganda estadounidense durante la segunda guerra mundial.




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