por Tito Andino
Selección de textos en inglés
Hace un par de años publiqué una "crítica" a la Edición Crítica de Mein Kampf ("Hitler, Mein Kampf. Eine kritische Edition") que fuera editada por el equipo de académicos e historiadores alemanes: Christian Hartmann, Thomas Vordermayer, Othmar Plöckinger y Roman Töppel, del Instituto de Historia Contemporánea Berlín- Munich (ifZ), señalando que las más de 3.500 anotaciones de gran menticulosidad histórica y científica - 4.5 notas a pie por cada página de Mein Kampf en promedio -, en la práctica, es lo único que amerita su lectura.
En la referida ponencia se enfocó brevemente una anécdota de la historia. Hitler, a través de sus editores en los Estados Unidos reclamó sus derechos de autor sobre "Mein Kampf" debido a una publicación del periodista Alan Cranston, quien con el tiempo llegaría a ser senador por California, líder demócrata en el Senado de los Estados Unidos y nominado para candidato a la presidencia por el partido Demócrata en 1984 (elecciones primarias). Cranston también dedicó parte de su vida al servicio público, al activismo político por la reducción de armas nucleares y la paz mundial.
Cranston perdió el juicio ante la demanda planteada en su contra por uso indebido de los derechos de autor. Sin embargo, es bueno recordar que desde aquellos tiempos el libro de Hitler empezó a ser "pirateado" en algunas partes del mundo y en décadas posteriores a la posguerra. En lengua castellana, México fue el ejemplo práctico de ilegales publicaciones del libro de Hitler, apetecido por neonazis y ultraderechistas, la "hitlermanía" mexicana data desde tiempos de José Vasconcelos y su revista Timón (1940); con el paso de los años y la llegada de internet, ediciones promovidas por grupos extremistas siguen circulando ampliamente en diversos idiomas.
Una primera traducción autorizada al castellano de Mein Kampf se publicó por primera vez en 1935 (editorial Araluce), que viene siendo la fuente primaria de las decenas de ediciones cercenadas y pirateadas que han circulado por años. Algunas conservan partes de la introducción del traductor, partidiario de Hitler y su concepción del mundo. En una de las primeras ediciones pirateadas, casi imposible de conseguir en la actualidad, se puede leer segmentos del traductor original:
“...Quien juzgue sin ofuscamientos doctrinarios la obra renovadora del Tercer Reich, habrá de convenir en que Hitler fue dueño de la verdad de su causa al impulsar un vigoroso movimiento de exaltación nacional llamado a aniquilar el marxismo que estaba devorando el alma popular de Alemania... La ideología del nacionalsocialismo alemán —opuesta a lo que propagan sus detractores— es constructiva y, por tanto, pacifista, pero no pacifista en el sentido de aceptar la imposición de violencias internacionales contrarias a la dignidad y al honor de un pueblo soberano (...) El pacifismo nacionalsocialista se inspira, pues, en principios elementales del derecho y descansa sobre la unidad moral del pueblo alemán”.
¿Quién podría criticar que Cranston y otros, en su tiempo, se alarmaran ante los hechos y los discursos de Hitler y sus editores?. Bien hizo la revista Milenio en señalar:
"Ante ediciones propagandísticas e irresponsables como ésta (la cita de arriba), se antoja más que sustentada la justificación del Instituto alemán de Historia Contemporánea para difundir una edición crítica y comentada".
El copyright alemán de "Mein Kampf" de Adolf Hitler fue noticia en 2015-2016, pertenecía al estado de Baviera luego de que la editora original alemana, propiedad del partido nazi, dejara de existir jurídicamente, "Zentralverlag der NSDAP Franz Eher Nachfolger GmbH München", mejor conocida como Eher-Verlag, (editorial Eher en castellano). La casa editora propiedad de los nazis desde finales de 1920 hasta 1945 se disolvió por la Ley N0. 2 (Terminación y Liquidación de Organizaciones Nazis) dictada por el Consejo de Control Aliado, ente que dirigió Alemania los primeros años de la posguerra ante la ausencia de un gobierno alemán. Quedó prohibido reeditar Mein Kampf, básicamente por cuestiones legales de derechos de autor y no tanto por cuestiones ideológicas (que sin duda también fue determinante). Los derechos de autor se transfirieron al estado de Bavaria en 1948 que asume la responsabilidad legal de sucesión y administración fiduciaria de Eher-Verlag (la empresa quedó legalmente liquidada en 1952). Ese acto jurídico impidió la posibilidad de reeditar el libro (a pesar de ello, durante decenios circularon muchas versiones pirateadas por el mundo). La ley alemana establece en 70 años la expiración de los derechos de autor tras la muerte de su titular, es decir, el plazo venció a finales del 2015. Desde entonces, el libro es de dominio público en Alemania.
El Juicio por derechos de autor de Mein Kampf en los Estados Unidos.
Bien, el historial de derechos de autor de la obra en los Estados Unidos no es menos complicado, siendo de notoriedad el episodio que involucró la demanda presentada en 1939 contra Alan Cranston por el editor Houghton Mifflin Co. por infringir los derechos de autor de Adolf Hitler y su traducción al inglés.
En realidad fueron dos las demandas planteadas por los editores de Hitler en Estados Unidos, el jefe nazi estaba al tanto de ello, de lo contrario tanto él como los editores dejarían de percibir dividendos económicos.
Houghton Miflin demanda en nombre de Hitler y "Mein Kampf" (1939)
1. “Houghton Mifflin Co. vs Stackpole Sons, Inc. et al”, se registró el 9 de junio de 1939 en una corte de apelaciones de Connecticut; y,
2. "Houghton Mifflin Co. v. Noram Pub. Co., Inc., et al". 28 F. Supp. 676 (SDNY 1939). Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de New York - 28 F. Supp. 676 (SDNY 1939), registrado el 14 de julio de 1939.
"Esta es una moción para una orden judicial temporal para restringir la infracción de los derechos de autor que el demandante afirma tener del libro "Mein Kampf" (autor, Adolf Hitler)".
El senador Alan Cranston posa en su oficina de Capitol Hill con una copia de "Mein Kampf" de Adolph Hitler, el 29 de enero de 1988. Cranston fue demandado por Hitler en 1939 en los tribunales de Estados Unidos por publicar esta edición no autorizada. (UPI Foto / Leighton Mark / Archivos)
Hitler, a través de sus editores estadounidenses, ganó la demanda, protegió sus derechos de autor, consiguió evitar a través de la censura que el demandado en su edición comentada pusiera en evidencia ante el público estadounidense sus planes expansionistas y fue a la guerra. Cranston perdió el litigio, abandonó el periodismo para dedicarse a la política y activismo social. “Dejé el periodismo”, comentó Cranston en una entrevista, “porque... estaba demasiado preocupado por los eventos que se desarrollaban en el mundo con Hitler y Mussolini para pasar mi vida simplemente registrando tales eventos. Prefiero estar involucrado en la acción", explicaba en un artículo de "Los Angeles Times" publicado en 1988.
¿Cómo se involucró Cranston en su edición de Mein Kampf?
Mientras ejercía el periodismo, Cranston se desempeñó como corresponsal extranjero del International News Service en Alemania, Italia y Etiopía. En 1939 retornó a los Estados Unidos, "con la intención de meterse en política, si pudiera".
Cranston, versado en idiomas, dominaba el alemán, era un reconocido crítico de las traducciones al inglés de la época. Recordó una anécdota, había coincidido casualmente con Hitler en una habitación de Munich en el verano de 1934 cuando aun era estudiante de la Universidad de Stanford, "vi a este hombre con una mirada vidriosa de poder en su rostro”.
El trabajo de Cranston, en realidad es la primera edición "crítica" y anotada fuera de Alemania (probablemente en el mundo), publicado en 1939. Se percató que el libro de Hitler que circulaba en inglés omitía detalles fundamentales, ya que cada país donde se publicó Mein Kampf solo podía conocer una parte del plan completo.
Decidido a editar un compendio traducido al inglés de la versión original alemana, le llevó a anotar, comentar y advertir sobre la política nazi y sus pretensiones expansionistas junto a la rabiosa muestra antisemítica de la obra.
La historia de su famosa y demandada publicación ha sido comentada en muchos medios de habla inglesa. Básicamente todas las publicaciones se basan en un par de entrevistas concedidas muchas décadas después por Cranston, la más conocida a "The Angeles Times" (1988), donde explica las razones por las que tradujo y editó Mein Kampf y las consecuencias de la demanda promovida por Hitler.
Las siguiente líneas son un compendio de información recopilada de diversas fuentes en inglés (salvo una en castellano, revista Milenio), las mismas constan como notas de consulta a pie de página. También se deja en claro que las siguientes líneas traducidas toman citas textuales de uno y otro texto con las declaraciones de Cranston, uniéndolas como un rompecabezas, ya que unas omiten algún dato importante que aparece en otro reportaje. En resumen:
Cranston nos cuenta su historia
"My Battle" (Mein Kampf), de Adolf Hitler. Primera edición estadounidense de Houghton Mifflin Co. de Boston. 1933, abreviado y traducido por E.T.S. Dugdale. Esta edición tuvo algunas reimpresiones posteriormente. En EEUU esta traducción al inglés fue la única disponible hasta 1939. Curiosamente Dugdale (el traductor) era un convencido pro-sionista, estaba casado con la sobrina de Lord Balfour por lo que mantuvo su nombre fuera de la edición del Reino Unido. aparentemente para evitar controversias.
"Mientras trabajaba como corresponsal extranjero, leí Mein Kampf, de Adolf Hitler, el libro que delineaba sus planes para Alemania y las cosas terribles que él intentaba hacer en el mundo. No había una traducción al inglés. Cuando me retiré del periodismo y regresé a New York. A principios de 1939, estaba en la librería Macy's en Nueva York y vi una gran exhibición de 'Mein Kampf' a la venta, la versión en inglés de Houghton Mifflin, que nunca había visto. Yo había leído el original en alemán. Tomé un ejemplar, sabía que no era el libro auténtico. Era mucho más delgado que el original que yo había leído. Así que lo compré. Era una versión condensada, y muchas de las cosas que habrían molestado a los estadounidenses simplemente no estaban ahí, como sí estaban en la versión original que leí. Resultó que había sido editado de modo que se omitió una buena parte de lo que escribió Hitler, incluidas secciones que mostraban el plan de Hitler para el mundo.
Un ejemplar reimpreso de la primera edición estadounidense de "My Battle" (Mein Kampf), corresponde al año 1937, editada por Houghton Mifflin Company de Boston. Traducción de E.T.S. Dugdale
Para sacar la verdad hablé con un editor amigo en Nueva York, un editor de nombre Amster Spiro (editor del New York Journal-American de William Randolph Hearst), le sugerí que escribiría y publicaría una versión antinazi de Mein Kampf con el mismo título, que sería un libro real y que despertaría a los estadounidenses sobre el peligro que representaba Hitler para nosotros y para el resto del mundo. Una nueva traducción no impugnada y condensada con comentarios críticos y notas explicativas. Así lo hicimos. Pasé ocho días compilando mi versión de Mein Kampf a partir de la versión en inglés que tenía ahora, la versión original en alemán y otra copia que acababa de aparecer.
Escribí esto, lo dicté del texto alemán de Hitler a un grupo de secretarias en un loft en Manhattan. (Sin que ellos lo supieran en ese momento, otros dos editores estaban haciendo lo mismo). Una de estas secretarias (una joven judía) aparentemente pensó: 'Dios mío, ¿en qué estoy metida?' ... Fue a la Liga Anti-Difamación (ADL) y Benjamin R. Epstein, que más tarde dirigió la ADL durante 30 años, pronto estuvo hurgando en el loft, haciendo preguntas.
"Me sorprendió", dijo Epstein, que Spiro, también judío, estuviera involucrado en la publicidad de Hitler. Entonces Epstein conoció a Cranston. “Una vez que me di cuenta de que estaba realmente de nuestro lado”, dijo, “abrí nuestros archivos y trabajamos muy de cerca” para producir el texto completo. Comenzaron su propia empresa, Noram Publishing Co. Inc., para comercializar el libro.
A la izquierda, el ejemplar más conocido, publicado por Noram Publishing Co. Inc. A la derecha, la portada destinada para USA / Canadá publicado por Stackpole Sons, los textos de ambas publicaciones corresponden a Alan Cranston. Vendidos por 10 centavos, todas las ganancias estaban destinadas a los refugiados en Estados Unidos que huían de los nazis Los tribunales dictaminaron que Stackpole and Sons y Noram Publishing habían infringido los derechos de autor de Hitler. Tuvieron que destruirse medio millón de copias, pero ya habían sido vendidos 500.000 ejemplares.
Procedimos entonces a imprimir en tabloide la versión que yo escribí, con una espeluznante portada roja muy chillona, mostrando a Hitler dividiendo el mundo. Se rescató "lo que es el pensamiento coherente en medio del torrente de 270.000 palabras de Hitler". Cranston aseguró a los lectores que la traducción "contiene todas las ideas importantes que presentó Hitler", pero "eliminó sus largas digresiones y eliminó gran parte de la repetición interminable". "Hemos recortado las 270.000 palabras de Hitler a 70.000", declararon en el avance, "¡pero no se omite nada importante!", editando los fragmentos elegidos y agregando comentarios e interpretación crítica. Se incluyeron secciones que eran evidentemente atroces y omitidas de otras versiones en inglés. Eso provocó una conmoción.
La edición sensacionalista de 32 páginas, con derechos de autor en 1939, era una "versión similar a Reader's Digest que muestra lo peor de Hitler", dijo Cranston, señalando que el libro contenía ilustraciones y notas que mostraban la "propaganda y distorsiones" de Hitler. "Vendió medio millón de copias en 10 días en los quioscos", a 10 centavos cada una, se rió Cranston.
Algunos nazis empezaron a destruir los quioscos que lo vendían en San Louis, la parte alemana de Nueva York y otras zonas del país y fuimos de inmediato demandados por los agentes de Hitler alegando sobre la base de que habíamos violado sus derechos de autor (el copyright), lo cual habíamos hecho. Teníamos la teoría de que aunque él había registrado Mein Kampf en Austria, él mismo había destruido Austria con su ejército, así que alegábamos que él había destruido su copyright también al mismo tiempo. Bueno, eso no funcionó en la corte, y un juez de Connecticut falló a favor de Hitler. No nos impusieron castigo, pero debimos dejar de vender el libro. Tuvimos lo que se llama sentencia. Pero despertamos a muchos estadounidenses sobre la amenaza nazi”, ya que ese trabajo discutía de manera fundamental el concepto de la Gran Mentira, "la única mentira que vale la pena contar es colosal".
Hitler era legalmente un hombre sin patria cuando escribió Mein Kampf. Había perdido su ciudadanía austríaca en 1918 por servir en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, y no tomó la ciudadanía alemana hasta 1932, dos años antes de que asumiera el cargo de canciller de Alemania.
En enero de 1939, Mein Kampf era un éxito de ventas en Alemania y le había reportado al vagabundo rechazado por las escuelas de artes austríacas, convertido en dictador, alrededor de tres millones de dólares.
En los Estados Unidos, el editor autorizado de Hitler, Houghton Mifflin Co., le pagaba regalías, ganaría dinero con el libro que se vendía a tres dólares por copia, Hitler estaba obteniendo cuarenta centavos en regalías por cada ejemplar que alguien compraba que ni siquiera era el texto original. (No se equivoquen, Hitler hizo una buena cantidad de dinero con el libro fuera de Alemania, mientras que ganaba mucho dentro de Alemania con la compra obligatoria). Houghton Miflin Co. ya había publicado Mein Kampf en Estados Unidos y la versión de Noram Publishing Co. interfería con su negocio.
No es materia de discusión, Houghton Mifflin Company tenía los derechos de autor y podía imprimir ´Mein Kampf´ desde 1933 en los Estados Unidos bajo autorización y consentimiento del editor alemán, Franz Eher Verlag de Munich. El copyright cedido en diversos países del mundo fue un gran negocio para la editorial alemana y Hitler se beneficiaba de las regalías. Recordemos que la editorial era propiedad del NSDAP (partido nazi).
En contrapartida, el libro de Cranston, a través de Noram Publishing Company (de Greenwich, Connecticut) prometía en voz alta "Ni un centavo de regalías para Hitler", y decía que todas las ganancias se destinarían a ayudar a los refugiados del Reich de Hitler. Noram Publishing imprimió la traducción en formato tabloide y, en efecto, proclamaba en su portada, “Ni un centavo de regalías para Hitler” y “millones vendidos en forma de libro a $ 3; ahora por primera vez en esta popular edición a 10 centavos”. Noram Publishing registró los derechos de autor sobre la traducción en la Oficina de derechos de autor el 19 de abril de 1939.
“Parece increíble”, escribió Cranston en el prólogo, “que después de haber dejado por escrito planes tan brutales y calculados con frialdad, sus compatriotas alemanes y el resto del mundo incluso le permiten a Hitler ejecutarlos". Al llamar a Mein Kampf el "tratado político más importante y significativo de nuestro tiempo", Cranston declaró que "todo estadounidense debería saber, de inmediato, exactamente lo que dijo Hitler en 1925".
Cranston recordó: Las personas que representan a Hitler, en efecto, tenían sus derechos de autor, nos demandaron porque obviamente estábamos socavando su mercado. Houghton Mifflin también demandó a otro contrabandista estadounidense de Mein Kampf, Stackpole Sons Inc.
El abogado de los Stackpole Sons Inc. alegó ante un juez federal que debido a que Hitler era "apátrida" cuando escribió su libro, según la ley de derechos de autor de Estados Unidos, era de dominio público y Hitler no tenía derechos que defender. Cranston dijo que su Noram Publishing Co. hizo el mismo argumento, señalando que su tabloide de 10 centavos, aún siendo incompleto, no era una competencia para el libro de tapa dura de Houghton Mifflin de tres dólares por ejemplar.
En junio de 1939, una Corte de Apelaciones de Connecticut dictaminó que Stackpole Sons había infringido los derechos de autor de Hitler. En julio, el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de New York hizo lo mismo con Noram Publishing y ordenó que se detuviera la prensa pirata de Cranston.
"Luego tuvimos que tirar medio millón de copias", dijo Cranston, siempre sonriente. "No se evaluaron daños, pero tuvimos que dejar de vender el libro, despertamos a muchos estadounidenses sobre la amenaza nazi". La verdad había salido a la luz comentaba en la famosa entrevista hacia el final de su vida.
Mientras giraban las ruedas de la justicia estadounidense, las tropas nazis marchaban por Europa hacia la guerra que Cranston había advertido llegaría con seguridad. Los juicios estuvieron entre los más extraños casos de la jurisprudencia estadounidense. Sus argumentos sentaron precedentes y provocaron una avalancha de historias en periódicos, revistas populares y revistas jurídicas.
Hay quienes piensan incluso que existen personas que usan los derechos de autor no solo para proteger su "propiedad intelectual", sino lo utilizan para censurar (prohibir que se analice la obra en su real contexto). Aparentemente, Adolf Hitler, encaja en este grupo, utilizó los derechos de autor como censura. Los editores estadounidenses de Hitler evitaron que se conociera el alcance real y completo de los puntos de vista de Hitler reflejados en su versión original alemana, para ello, se valieron de la la ley de derechos de autor. Y, como bien señala una de las fuentes consultadas, Hitler pudo seguir recibiendo regalías y controlar la publicación de su libro, diez semanas antes de que marche sobre Polonia y estalle la guerra en Europa. La parte demandada, que elevó el “uso justo” como defensa en el caso, así como la teoría de que debido a Adolf Hitler era un “apátrida”, por tanto, cualquier cesión de sus derechos de autor no era válido, no tuvo éxito.
Para no confundir al lector, solo como nota referencial, el caso de Hitler en Estados Unidos ha sido alegado en otras ocasiones para proteger cuestionados derechos de autor. "Es difícil saber si hay algo noble en que un tribunal federal de los EE.UU esté revisando los arcanos de la jurisprudencia internacional del derecho de autor para darle a Hitler, ¡ incluso a Hitler ! - su día en una corte, algo espantoso que permitiría que la ley de derechos de autor se usara incorrectamente en un asunto de importancia pública tan crucial. Entonces, ahora, la próxima vez que sienta ganas de ganar cualquier conversación sobre los derechos de autor como censura, simplemente siéntase libre de declarar "¡eso es algo que harían los nazis!" y señalar esta historia".
Houghton Mifflin Company, ya en plena guerra que involucra a los Estados Unidos, presentó una nueva versión de ´Mein Kampf´ de Adolf Hitler. Se ha cambiado de traductor, ahora el texto traducido corresponde a Ralph Manheim. La editorial hace enfásis de estar ante "la nueva traducción definitiva", con 694 páginas. Las gráficas corresponden a la edición de 1943.
Otras referencias:
El comic “El libro que Hitler no quería que leyeras”, producido por el Instituto David S. Wyman de Estudios del Holocausto es una historieta publicada en noviembre de 2015, cuenta la historia de cómo Alan Cranston produjo su propia versión del libro de Hitler, solo para ser demandado por Hitler, arrojando luz sobre una batalla legal que ocurrió en 1939 en Estados Unidos.
"El libro que Hitler no quería que leyeras", es escrito por Rafael Medoff, director del Instituto David S. Wyman de Estudios del Holocausto en Washington y dibujado por Dean Motter. Medoff afirmó que "estaba al tanto de los esfuerzos del joven Alan Cranston para advertir al mundo de los peligros que representaba Hitler. Me pareció que la historia de Cranston podría ser un vehículo eficaz para transmitir la nueva controversia sobre 'Mein Kampf' que comenzaría después del 31 de diciembre del 2015".
La historieta - comic inicia en 1937, cuando Cranston, un corresponsal extranjero en Europa del International News Service, se desilusiona del aislacionismo de Estados Unidos y la negación del creciente poder de Hitler, regresando dos años después a Nueva York.
- En octubre de 2017 apareció un valioso libro escrito por Lorraine H. Tong (Editor: LHT Productions), "HITLER ON TRIAL. Alan Cranston, Mein Kampf, and The Court of World Opinion" (Hitler en juicio. Mein Kampf y la Corte de la Opinión Mundial - traducción literal- la obra no tiene una edición en castellano), tuvo buena recepción en los Estados Unidos y como es evidente trata sobre el juicio de los agentes de Hitler por los derechos de autor de Mein Kampf.
Sobre la autora, Lorraine Tong, del Servicio de Investigación del Congreso, en su tiempo se desempeñó como asistente legislativa del senador Alan Cranston en materia de política exterior. Al igual que muchos concordó que el enfoque de Cranston hacia Mein Kampf presagiaba su carrera en el servicio público. "Él siempre tuvo una visión del mundo", dijo, citando sus esfuerzos para detener la proliferación nuclear, poner fin a la guerra de Vietnam, reducir las tensiones en el Medio Oriente y normalizar las relaciones entre Estados Unidos y China, entre otras iniciativas. “También fue un líder en la promoción de los derechos humanos y civiles y en la protección del medio ambiente para las generaciones futuras. Admiro su capacidad para concentrarse como un rayo láser para resolver problemas complejos, a menudo buscando soluciones prácticas más allá de las líneas del partido", afirma la autora (cita tomada de la nota referencial sobre su libro).
Otros datos importantes sobre Alan Cranston, lo resumimos de la entrevista "Conversaciones con la historia", de la Universidad Berkeley (en inglés).
Durante la guerra, laboró junto al poeta y escritor Archibald McLeish, que había sido designado por el presidente Roosevelt jefe de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 1939 hasta 1944. Su tarea la describe el propio Cranston:
Había trabajado durante un tiempo antes de que comenzara la guerra, después de regresar a Estados Unidos, para una organización llamada Common Council for American Unity que trataba de ayudar a los inmigrantes a adaptarse a la vida estadounidense. Así que estaba trabajando con estadounidenses de origen alemán, italiano, polaco, etc. Trabajé con Eleanor Roosevelt con la esperanza de evitar el establecimiento de campamentos de reubicación para japoneses-estadounidenses en 1942. Y también tuve la tarea de tratar de explicar a los germanoamericanos por qué estábamos luchando contra Hitler, a los italoamericanos por qué estábamos luchando contra Mussolini y a los japoneses americanos, que lamentablemente fueron encerrados en los llamados campos de reubicación, aunque no creo que fuera necesario, el por qué estábamos luchando contra Japón. Así que pasé un par de años trabajando con grupos de lenguas extranjeras en este país en todos estos aspectos y muchos otros.
Me alisté en el ejército, tomé entrenamiento militar básico, pero debido a mi experiencia en periodismo y al hecho de que había trabajado en el gobierno en cosas relacionadas con la escritura y el periodismo, me sacaron de la infantería y me metieron en algo llamado Army Talk donde estaba escribiendo y explicando a todos los que estaban en el ejército los objetivos de la guerra, lo que estaba sucediendo, etc. Mientras estaba en el ejército logré escribir un libro titulado "The Killing of the Peace". El propósito del libro era hacer un poco más difícil para los aislacionistas mantenernos fuera de las Naciones Unidas. Yo al menos expondría las tácticas que usaron y las estrategias que llevaron a la derrota de la Liga de Naciones.
Alan MacGregor Cranston falleció el 31 de diciembre del 2000 a la edad de 86 años dejando un gran legado como ciudadano y político.
Fuentes:
Alan Cranston Interview: Conversations with History; Institute of International Studies, UC Berkeley
Mein Kampf. Infringer Aimed to Warn of Hitler Threat
Court Halted Dime Edition of ‘Mein Kampf’ : Cranston Tells How Hitler Sued Him and Won
That Time Hitler Used Copyright Law To Block Future Senator Alan Cranston From Publishing Mein Kampf
Comic Book Recalls Effort to Expose ‘Mein Kampf’
La lucha de Hitler por "Mi Lucha" (Revista Milenio, edición digital)