Bienvenido a este Blog. Detectives de Guerra le brinda los mejores análisis de los conflictos internacionales de actualidad

25 mayo 2015

La caída de Palmira altera el equilibrio geopolítico en el Levante






















por Thierry Meyssan

La situación en el Levante se agrava considerablemente al cortar el Emirato Islámico la llamada «ruta de la seda», o sea el paso de Irán hacia el Mediterráneo. Para ello sólo existen dos opciones: pasar por Deir ez-Zor y Alepo o por Palmira y Damasco. La primera vía está cortada desde inicios de 2013 y la segunda acaba de verse interrumpida. La caída de Palmira tendrá, por consiguiente, consecuencias considerables para todo el conjunto del equilibrio regional.

La prensa occidental dedica en estos días sus titulares a Siria, algo que no sucedía desde que se habló, hace 2 años, de los ataques químicos perpetrados en las afueras de Damasco y del proyecto de intervención militar de la OTAN. Los periodistas expresan inquietud ante el avance del Emirato Islámico y la posible destrucción de los vestigios de la antigua ciudad de Palmira.

Son pocos los que conocen la historia de la reina Zenobia, quien –aprovechando la debilidad de Roma, que acababa de perder la Galia– proclamó a su hijo «emperador» y asumió ella misma la posición de «regente». La reina Zenobia no sólo liberó Siria. También redimió a los pueblos que habitaban los territorios de los actuales Egipto, Palestina, Jordania, Líbano, Irak, parte de Turquía e incluso Irán. Su capital, Palmira, fue una ciudad que se caracterizaba por su refinamiento, abierta a todas las religiones, una escala brillante en la ruta de la seda entre Damasco y China. Sin embargo, después de un exitoso golpe de Estado en Roma, el general Aureliano logró restablecer la unidad del imperio aplastando primeramente las fuerzas de la reina Zenobia, y posteriormente el imperio galo, antes de poner fin a la libertad religiosa, imponer el culto al Sol invicto y proclamarse Dios a sí mismo. 

Esta prestigiosa historia hace de Palmira el símbolo de la resistencia del Levante ante el imperialismo occidental de la Antigüedad.

Pero resulta sorprendente el relieve que ha dado la prensa occidental a la caída de Palmira, sobre todo teniendo en cuenta que el mayor avance del Emirato Islámico esta semana no fue en Siria, ni tampoco en Irak, sino en Libia con la caída de Sirte, ciudad 5 o 6 veces más poblada que la ciudad siria de Palmira. Pese a ello, los mismos periodistas que durante los 2 últimos meses no hablaban de otra cosa que del caos reinante en Libia y lanzaban constantes llamados a favor de una intervención militar europea, oficialmente dirigida a poner fin a la oleada de migrantes, no hablan de ese avance del Emirato Islámico en Libia. Claro, hay que recordar que quien encabeza el Emirato Islámico en Libia es Abdelhakim Belhadj, nombrado –con el respaldo de la OTAN– gobernador militar de Trípoli [1] y recibido oficialmente en París, el 2 de mayo de 2014, por el ministerio francés de Relaciones Exteriores.

Para agregar dramatismo a la situación en Siria, los periodistas occidentales afirman en coro que ahora «Daesh [2] controla la mitad del territorio sirio». Afirmación que contradicen los mapas que ellos mismos publican, en los que el lector atento puede comprobar que Daesh sólo controla unas cuantas ciudades y carreteras sin llegar a tener bajo control regiones enteras del país.

Es evidente que el objetivo del tratamiento mediático de la situación en el «Medio Oriente ampliado» no es ofrecer al público occidental una imagen real sino instrumentalizar sólo ciertos factores cuidadosamente seleccionados para justificar determinadas políticas.


El Emirato Islámico y la importancia de Palmira

  















Mucho nos gustaría que la inquietud ante la caída de Palmira fuese sincera y que las potencias occidentales, después de haber masacrado millones de personas en esta región a lo largo de una década, finalmente se hubiesen decidido a poner fin a esos crímenes. Pero no podemos dejarnos engañar. Esa inquietud de fachada no busca otra cosa que justificar una reacción militar invocando la amenaza del Emirato Islámico.

Se trata de un elemento indispensable si Washington quiere realmente concretar la firma del acuerdo que ha venido negociando –desde hace 2 años– con Teherán.

En efecto, el Emirato Islámico fue creado por Estados Unidos con ayuda de Turquía, de las monarquías del Golfo y de Israel, algo que siempre hemos denunciado y que ahora aparece demostrado en un documento de la DIA (siglas en inglés de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos) parcialmente desclasificado esta semana, documento que el lector interesado puede leer gracias al vínculo que incluimos al final de este artículo.

En contradicción con las sandeces que publican los periodistas que acusan al «régimen de Bachar» (sic) de haber creado ese grupo yihadista para dividir la oposición siria y hacerla caer en el radicalismo, el documento de la DIA demuestra que el Emirato Islámico actúa de conformidad con la estrategia de Estados Unidos. Este informe de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa estadounidense, fechado el 12 de agosto de 2012 y que circuló ampliamente en el seno de la administración Obama, anunciaba claramente los planes de Washington:

«Si se produce un desenlace, existirá la posibilidad de establecer un principado de salafistas, reconocido o no, en el este de Siria (Hassake y Deir ez-Zor), lo cual es exactamente el objetivo de la oposición [los Estados occidentales, los Estados del Golfo y Turquía], para aislar al régimen sirio, considerado como la profundidad estratégica de la expansión chiita (Irak e Irán).»

Como siempre dijimos, la creación y desarrollo del Emirato Islámico son resultado de una decisión del Congreso de Estados Unidos, adoptada durante una sesión secreta realizada en enero de 2014, para concretar la aplicación del plan Wright. Se trataba entonces de crear un «Kurdistán» y un «Sunnistán» que abarcarían territorios pertenecientes a Siria e Irak para cortar así la «ruta de la seda», después del soborno y la traición que hicieron posible la caída de Deir ez-Zor en manos de los yihadistas (funcionaros corruptos de Deir ez-Zor se dejaron sobornar y entregaron la ciudad sin combatir).

Desde los tiempos de la Alta Antigüedad, una red de vías terrestres de comunicación conecta Xi’an (la antigua capital china) con la costa del Mediterráneo. Esa ruta vincula a Irán con el mar a través del desierto, ya sea pasando por Deir ez-Zor y Alepo o pasando por Palmira y Damasco. Actualmente garantizaba el transporte de armas hacia Siria y el Hezbollah y posteriormente debía ser utilizada para transportar el gas de los yacimientos de Fars (en Irán) hacia el puerto de Latakia (en Siria).

Palmira, la «ciudad del desierto», es por consiguiente mucho más que el inestimable vestigio de un maravilloso pasado. Es ante todo una plaza de enorme importancia estratégica en el equilibrio regional. Precisamente por eso es grotesco afirmar que el Ejército Árabe Sirio no trató de defenderla. En realidad, el Ejército Árabe Sirio actuó allí como ha venido haciéndolo desde que comenzó la llegada de mercenarios a Siria: en aras de evitar bajas entre la población civil, se repliega cuando los mercenarios avanzan en pequeños grupos que coordinan sus acciones entre sí (gracias a los modernos medios de comunicación que reciben de las potencias occidentales) y vuelve a golpearlos cuando se reagrupan en posiciones definidas.

Otra realidad es que la coalición internacional anti-Daesh, creada por Estados Unidos en agosto de 2014, nunca ha combatido realmente a los yihadistas. Está más que demostrado –no una sino unas 40 veces– que los aviones occidentales lanzan en paracaídas armamento y municiones que acaban en manos del Emirato Islámico.

También es notorio que, aunque la llamada coalición de 22 países dice disponer de una cantidad superior de hombres, mejor entrenados y mejor equipados que los del Emirato Islámico, lo cierto es que esa “coalición” no logra hacer retroceder a los yihadistas, quienes –como estamos viendo– siguen conquistando nuevas vías terrestres de comunicación.

La evolución de los intereses estadounidenses

En todo caso, Washington ha cambiado de estrategia. La reciente nominación del coronel James H. Baker como nuevo estratega del Pentágono [3], demuestra que la administración Obama ha pasado la página de la estrategia del caos. Estados Unidos vuelve ahora a una concepción imperial clásica, basada en la existencia de Estados estables. Y para firmar su acuerdo con Irán tendrá que evacuar al Emirato Islámico del Levante antes del 30 de junio.

La ingente campaña de prensa sobre la caída de Palmira podría no ser otra cosa que una forma de preparar a la opinión pública con vista a una verdadera implicación militar en contra del Emirato Islámico. Ese será el sentido de la reunión de los 22 miembros de la coalición anti-Daesh (y de 2 organizaciones internacionales) a celebrarse en París el próximo 2 de junio. El Pentágono tendrá que decidir para esa fecha si opta finalmente por destruir el Emirato Islámico o por desplazarlo hacia otra parte para asignarle nuevas tareas. Tres destinos son previsibles para un redespliegue de los yihadistas: Libia, el África negra o el Cáucaso.

De no ser así, Irán no firmará el acuerdo y la guerra seguirá agravándose ya que la caída de Palmira bajo los ataques de los yihadistas, fabricados y amamantados por Occidente, tendrá las mismas consecuencias que su conquista por las legiones del emperador Aureliano. Ya en este momento, ese hecho amenaza la supervivencia del «Eje de la Resistencia», o sea la coalición Irán-Siria-Líbano-Palestina. El Hezbollah se plantea decretar la movilización general.



Thierry Meyssan
Red Voltaire
25 mayo 2015

NOTAS:

[1] «De cómo los hombres de al-Qaeda llegaron al poder en Libia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de septiembre de 2011; «Los Contras sirios apoyados por Washington están bajo el mando de un “ex” terrorista de al-Qaeda», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 19 de diciembre de 2011; y «Según Interpol, Abdelhakim Belhadj es el jefe del Emirato Islámico en Magreb», Red Voltaire, 25 de febrero de 2015.
[2] Daesh es el acrónimo árabe del Emirato Islámico, también conocido en Occidente como “Estado Islámico”, anteriormente designado bajo las siglas EIIL (Emirato Islámico en Irak y el Levante), y también ISIS (Islamic State in Irak and Syria) o ISIL (Islamic State in Irak and Levant). Nota de la Red Voltaire.
[3] «Nominación del nuevo estratega del Pentágono», Red Voltaire, 17 de mayo de 2015.

20 mayo 2015

El Islam en contra del fundamentalismo terrorista

                   






por: Tito Andino U.




                  VIDEO: Clérigos suníes y shiíes se oponen a los takfiríes



Los creyentes musulmanes se dividieron después de la muerte del Profeta entre sunitas y chiítas, alrededor del 632 de nuestra era, tal suceso, comentan los doctos del Islam, aconteció por las diferencias de criterios para designar un sucesor del Profeta Mahoma.


Sunníes


        Foto: EFE Combatientes talibanes (sunníes) en una ceremonia de entrega de armas


Tenemos a los partidarios de que el Califato debía ser dirigido por alguien elegido de la mayoría de los miembros de la comunidad musulmana, interpretando el texto de la Sunna, un libro que recopila los mensajes y palabras del Profeta y sus discípulos. Entonces, de la Sunna surge el término "sunitas". El primer sucesor de Mahoma fue su suegro, Abu Bakr, al que siguieron los tres Califas, llamados “Los Justos”: Umar (Umar ibn al-Jattab),  Uthman (Otmán ibn Affan) y Alí (Ali ibn Abu Talib). Los cuatro son también conocidos como legítimos u ortodoxos.

Los sunitas representan el 87% de la población musulmana.

Entre las principales naciones sunníes tenemos: Arabia Saudita, Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez,  Marruecos, Catar, Libia, Turquía, Siria.
    
Entre los sunitas surge, posteriormente, algunas derivaciones conocidas, por ejemplo: los wahabitas - takfiríes - salafíes

Igualmente, a manera de ejemplo, citemos algunas organizaciones armadas suníes:


Sunitas:                           Ámbito de acción:

Al Qaeda                         Internacional
Estado Islámico                Internacional
Hamas                 Palestina – Cisjordania (territorios ocupados)  
Talibán                            Afganistán


Existen centenares de pequeños grupos suníes (salafistas-takfiíes, generalmente), que ocasionalmente se fusionan y toman otras denominación o actúan en conjunto para determinadas acciones; o, incluso, guerrean entre ellos. Siria es el ejemplo práctico de estos grupúsculos.

Aunque mucha gente, principalmente los promotores de grupos armados sunníes, se niega a reconocerlo, "La Hermandad Musulmana” representa el brazo político del fundamentalismo sunní. Egipto, hace poco era gobernado por los 'Hermanos Musulmanes', con Mursi a la cabeza (derrocado en el 2013). Turquía es dirigida hoy por un ferviente partidario de la Hermandad que apoya abiertamente la guerra contra Siria, Recep Erdogan, representa esa corriente, pero él lo niega, dice haber “renegado” de la Hermandad. (En un futuro próximo abordaremos el tema de esta siniestra organización creada por los Estados Unidos a inicios del siglo XX).

El sunnismo, tampoco representa el real terrorismo islámico, apenas el  1% de suníes se aparta de la convivencia pacífica, cuya cabeza visible es el wahabismo con sus subdivisiones salafies y takfiríes. Pero, aquí debemos hacer otra aclararación: No todos sus seguidores (del wahabismo y sus derivaciones) son yihadistas, muchos viven completamente en paz dentro de sus naciones. Sería injusto señalar, por ejemplo, que los casi 30 millones de habitantes de Arabia Saudí son takfiríes, no.


Shiíes o chiíes


       Foto: AP Combatientes shiíes en Bagdad, listos para enfrentarse al Estado Islámico


La otra corriente, minoritaria en el Islam, planteaba que para dirigir el Califato su mando debía estar investido de la gracia divina, así se estipuló que el parentesco familiar con el Profeta Mahoma determinaba la acorde sucesión. Aquellos seguidores eran conocidos como los ‘Partidarios de Alí’. (en árabe: 'Shi'atu Ali'). Es decir, quien debía dirigir el Califato era Alí, primo y yerno de Mahoma.

Los shiítas (o chiítas) representan el 13% de la población musulmana.

Entre los países shiítas tenemos: Irán, Azerbaiyán, Bahréin, Irak, Líbano.

Entre esta corriente, tenemos algunas ramas, las más conocidas son: imamíes, alauitas, ismaelitas, drusos, zaidíes. 

Ejemplos de algunas organizaciones armadas shiíes:


Shiítas:                          Ámbito de acción:

Hezbolá                            Líbano
Ejército del Mahdi Irak      (resistencia a la ocupación                                                          norteamericana)
Organización Badr  Irak    (resistencia a la ocupación                                                          norteamericana)
Al-Hashad Al-Shabi          Irak (guerra contra el Estado Islámico)
Ansarolá (Hutíes)             Yemen


Hoy, con las guerras desatadas contra Siria, Irak y Líbano muchos ciudadanos de estos países y voluntarios iraníes se han unido a milicias populares shiíes en defensa de la integridad territorial de sus naciones y combaten junto a las fuerzas armadas de sus respectivos países. Actúan bajo diferentes denominaciones y, generalmente, colaboran abiertamente con tribus sunníes víctimas de las atrocidades del Estado Islámico y al Qaeda. El ejemplo actual son las fuerzas populares iraquíes, conocidas como Al-Hashad Al-Shabi, conformada por diversos grupos más pequeños.


Yihad o Guerra Santa



El término árabe yihad, es totalmente ambiguo. Se entiende que el Corán utiliza el término yihad en la lucha de los creyentes por Dios. Sabios musulmanes señalan la preponderancia de los versículos del Corán que enaltecen a “los pacíficos”. Para unos significa sumisión, para otros, paz y tolerancia.

Otros interpretan el término como un derecho y un deber para hacer la guerra, creen que la “guerra santa” es legítima, debido a la importancia  que se otorga al versículo de ‘la Espada del Corán’.

Para el mundo occidental y para cualquier persona que intenta profundizar en el estudio le resultará muy difícil, por no decir, imposible llegar a un consenso. 

Si los doctos del Islam difieren en sus acepciones del término yihad, volviéndose complejo para los propios musulmanes, con mayor razón para la gente ajena a esa cultura. Las opiniones son diversas y, como acontece con otros aspectos islámicos, la ausencia de una autoridad única religiosa (al estilo del catolicismo con el papado) vuelve dificultoso establecer una doctrina única para todos los musulmanes del mundo. De allí que (al igual que la división entre católicos, cristianos, protestantes, ortodoxos, etc, etc) cada musulmán profesa su fe conforme su tradición familiar y del lugar de donde es originario.

Salvo, excepciones, podríamos expresar que el shiísmo mantiene una doctrina más uniforme y un orden jerárquico en su liderazgo religioso. Las decisiones de los ayatollás suelen tener fuerza de ley, por tanto, sus interpretaciones coránicas guardan más armonía en sus definiciones.
   
En general, el Islam, para la mayoría de los musulmanes practicantes, dentro de sus principios, miran el concepto de ‘Guerra Santa’ o ‘yihad’, “como ‘el máximo esfuerzo’ que una persona debe realizar para conseguir un objetivo religioso, lo que generalmente se traduce en una guerra contra cualquier cosa que no sea buena. Para la mayoría del pueblo musulmán existen dos tipos de yihad: la mayor y la menor.

La yihad mayor (también conocida como yihad al-nafs) es entendida como la lucha interna e individual contra el vicio, la pasión y la ignorancia. La yihad menor posee el sentido de una lucha en contra de las tierras y súbditos considerados infieles o no musulmanes. Según la creencia de los musulmanes, quienes mueren en el yihad se convierten en mártires de la fe y se les otorga un lugar especial en el paraíso”.


Recordemos un hecho reciente en el reino wahabí de los Saud:

Para la dinastía reinante, propagar doctrinas radicales tiene un sentido fundamental, extraviar a los jóvenes saudíes en asuntos distintos a sus intereses como ciudadanos, evitar que protesten y pidan cuentas a una casta privilegiada que acapara las riquezas del país y que se abarrotan de  opulencia y libertinaje, manteniéndose alejados de las clases populares.


Alguien conocía sobre la ocupación de la Kaaba en La Meca? 

Suceso acaecido el 20 de noviembre de 1979, se trató de un levantamiento de un grupo takfir, liderado por Juheiman al-Oteiby, miembro de la Guardia Nacional y preparado en un centro oficial religioso wahabí. Este alzamiento fue sofocado a fuego. 

Oteiby enfatizó en tildar de apóstata a la dinastía saudí, protestó contra la injusticia y la corrupción. Cientos de jóvenes saudíes acudieron a su llamado, el régimen pidió ayuda a Francia para sofocar la sedición, fuerzas especiales francesas acudieron presurosas ya que los militares saudíes resultaron incapaces de  controlar a los jóvenes revoltosos.

Los Saud no se inmutaron, siguen controlando la riqueza petrolera. Se han vuelto más radicales, no les interesa una juventud educada, toda protesta, por más insignificante  puede acarrear la decapitación. 

Los Saud apuestan hoy, para desviar sus problemas internos, en proclamar la “guerra santa” a otros países árabes y adoctrina a miles de jóvenes en las escuelas coránicas (madrazas) para que vayan a morir en otros sitios. Abren sus prisiones a los convictos prometiéndoles la remisión de sus pecados a cambio de un pequeño favor, su vida. Las penas de muerte van en aumento, los Saud ahora se ven obligados a contratar más verdugos para ajusticiar a la gente.

Es triste ver como cientos, miles de jóvenes sin educación pero aleccionados en el radicalismo religioso se vuelven adictos a la droga de moda en Arabia Saudí, la anfetamina conocida como captagón. La doble combinación, droga y adoctrinamiento en el fanatismo extremo, los convierte en duros e insensibles combatientes. 

Los Saud se libran de esa forma de miles de potenciales Oteibys. (1) 


(Ver mi artículo: Captagon: La anfetamina mágica del yihadismo).

14 mayo 2015

Reflexiones sobre la guerra de “civilizaciones”




El Choque de Civilizaciones según Huntington (1996), tal como se presenta en el libro. Occidente (azul), América Latina (violeta), Japón (rojo), Mundo chino (granate), Mundo Indio (naranja), Mundo Islámico (verde),Países ortodoxos (celeste), África negra (marrón), Países Budistas (amarillo). Otros colores pueden indicar líneas de falla donde el choque de civilizaciones puede ocurrir. Transilvania (en Rumania), el oeste de Ucrania, el norte de Serbia y otros están en el "Mundo Occidental" de acuerdo con el libro. El autor considera que en lugar de pertenecer a las civilizaciones "mayores" Etiopía y Haití (en marrón claro) son países "solitarios", y que Israel (turquesa) puede ser considerado un único estado con su propia civilización. El Caribe angloparlante (violeta claro), antiguas colonias británicas, constituyen una entidad diferenciada. (Cita tomada de la Wikipedia – Guerra de Civilizaciones).



 por: Tito Andino U.



Algunas aclaraciones:

Alguien me ha preguntado por qué profundizo en un tema y no relato los acontecimientos bélicos del día al día en Irak, Siria o en cualquier otro lugar. El trabajo que se desarrolla en este blog pretende descifrar lo que ustedes, apreciados lectores, no van a leer en un periódico, o escuchar en la radio y televisión. Naturalmente la información que ponemos a su disposición puede ser analizada por otros medios informativos, pero, lo que aquí hacemos es darle un toque de originalidad, desenmarañando el tema y eso demanda tiempo, estudio y sin duda complejidad para tratar de ser veraces y honestos en la divulgación.

Otra gentil persona ha expresado que suelo reiterar con cierta frecuencia algún dicho, en efecto, creo entender a lo que se refiere. Esto tiene una razón de ser, me he esforzado en repetir que la guerra siria no es fruto de una revolución del pueblo sirio, sino la consecuencia de una invasión extranjera planificada por varias potencias occidentales y con respaldo financiero de las monarquías del Golfo. Así como la prensa comercial nos bombardea todos los días con desinformaciones grotescas sobre los reales sucesos en el Medio Oriente, en contraparte, nuestra motivación es insistir en la verdad oculta, mediante la reiteración de esa o otra frase e investigar las auténticas raíces de tal suceso.

No comentamos los combates, ni el número de bajas, ni las experiencias de guerra de los valerosos soldados y fuerzas leales a sus repúblicas, por los fundamentos expuestos. Existen excelentes sitios que presentan todos los días la información de las batallas en curso, en lo personal recomiendo dos cuentas en Facebook: “Siria en español” y “Topete GLZ”, en estas páginas recopilan la información día a día de las batallas en Irak, Siria, Yemen y donde la noticia llame.

Finalmente, alguien me ha pedido (ya que mis artículos le parecen muy largos, seguramente tiene pereza por la lectura) un resumen del trabajo hasta el momento difundido sobre la crisis de Medio Oriente. Difícil petición, sin embargo, les dejó unas puntualizaciones concretas. Es evidente que no estará todo lo que debería constar, la memoria es frágil, pero, en general, podemos resaltar algunos datos fundamentales.

*****


Los grupos de poder a nivel mundial se han valido de todo tipo de pretextos para llevar a cabo un cometido:

Seguir engañando a diario a través de los medios masivos de comunicación. Mucha gente sigue creyendo, a pie juntillas, lo que nos vende la prensa internacional, lamentablemente es así. Hay diversos factores, sobre todo la reiterada y acosante propaganda que convierte una mentira en una verdad (a medias). Por ejemplo, se nos ha vendido la falsa idea que después del fin de la ‘Guerra Fría’ nos aprestábamos a ser testigos de un ‘choque de civilizaciones’, pero ese supuesto no será una guerra directa, pongamos entre cristianos y musulmanes. No.

El programa en si es simple: El devoto Occidente cristiano, cuyo estandarte lo enarbola la “puritana” Norteamérica, junto a sus aliados (incluidas las monarquías wahabíes del Golfo Pérsico, Turquía e Israel) desatarán una encubierta guerra de destrucción de las naciones árabes, provocando conflictos de baja intensidad hasta llegar a guerras regionales en que se verán involucrados aquellos países que son una molestia para Occidente e Israel, a quienes califican de naciones que fomentan el ‘terrorismo mundial’. La ‘guerra contra el terror’ está en marcha.

El “piadoso” Occidente no tendrá más “opción” que votar por la intervención militar para frenar un incontrolable caos. Libia, Yemen, Siria, Líbano, Irak están en guerra, previsiblemente Irán puede ser un próximo objetivo, Egipto y otras naciones islámicas se ven acosadas por bandas de terroristas. El plan marcha a la perfección, bajo la complicidad de quienes ostentan la responsabilidad de dar el ejemplo en el mundo musulmán, inevitablemente, todos los caminos conducen a la Meca.

El “choque de civilizaciones”, por tanto, es también otro fraude mediático. No puede existir un conflicto de civilizaciones cuando se entremezclan intereses políticos, económicos y estratégicos en una sola alianza para provocar la guerra: El cristiano Occidente, las monarquías wahabíes de Medio Oriente y el judaísmo político representado por el estado de Israel, conforman una sola fuerza contra la verdadera civilización.  
  


- Desde hace más de una década se estaba preparando la destrucción de Siria y el Líbano como consecuencia inevitable del “éxito” alcanzado en la desolación causada en Irak desde 1991.

- “Siria fomenta el terrorismo internacional”, es una acusación muy grave, en base a que indicio se acusó?. Siria no ha negado antes, ni lo ha hecho hoy, a pesar de la guerra desatada en su contra, que apoyó a la resistencia iraquí contra la invasión norteamericana durante la segunda guerra del Golfo. Ese apoyo consistió en dar refugio y permitir infiltrarse desde su territorio a los combatientes de la resistencia. Estados Unidos no perdona este acto. Pero, es solo un pretexto para intentar destruirla.

- Siria no apoyó a grupos terroristas en el sentido literal de la palabra, es decir a grupos u organizaciones que operan bajo una bandera o liderazgo, como Al Qaeda, de la que surgiría en la actualidad el Estado Islámico (antes ISIS -Estado Islámico para Irak y el Levante-).

- Siria apoya siempre a la auténtica resistencia nacionalista. Dada la naturaleza de la región y sus confesiones religiosas, esos grupos siempre han sido de tendencia chiíta. De ahí surge el vínculo que se ha dado en llamar el “eje de la resistencia”, integrado por Siria, Irán y Líbano, al que se podría agregar hoy Irak y Yemen.

- Es incontrovertible el hecho que Siria nunca apoyó grupos fundamentalistas de tendencia sunní, porque estos pregonan el ensalzamiento de la guerra de conquista, una yihad (guerra santa) interpretada literalmente del Corán y no metafóricamente como fue la enseñanza del Profeta. Los designios de los preceptos coránicos, sobre la yihad, bien interpretados por los doctos de la fe musulmana, nos hablan de una yihad interna, dentro de nosotros mismos, una lucha entre el bien y el mal que acosa nuestras almas. Dogma que en nada difiere con otras confesiones religiosas como el cristianismo, por ejemplo.

- Los grupos fundamentalistas del sunnismo son una corriente derivada del wahabismo practicado principalmente en Arabia Saudí, Qatar y algunas otras monarquías del Golfo Pérsico. Dentro de esa tendencia surgen subgrupos político-religiosos, quienes no encuentran otra justificación de su existencia que desatar la yihad contra los propios musulmanes que no profesan su peculiar interpretación calificándolos de infieles. Entre estos destacan organizaciones salafistas y takfiríes, constituyendo casi el 100% de los fanáticos armados que asolan Siria e Irak.

- La existencia de esas organizaciones wahabíes, takfiríes, salafistas, etc, como hemos dicho, tienen un único propósito, imponer una particular interpretación literal, estricta y rigurosa del Islam, hecho que contradice la verdadera fe de cientos de millones de musulmanes en el mundo. La imposición de un sistema teocrático regido por la Sharia, que determinará todo aspecto de la vida en sus dominios y la clara intención de expandirse territorialmente mediante la guerra.

- Estos grupos wahabíes, por dar algunos nombres de organizaciones armadas son el Estado Islámico, Frente al Nusra, el Frente Islámico y un largo etcétera, son sin exageración cientos de grupos que actúan de manera independiente e inclusive combaten entre ellos por dominar determinado sector geográfico.

- Estas organizaciones derivadas del sunnismo, propiamente debemos calificarlas de terroristas en el sentido estricto. Creen tener el designio de destruir a quienes se oponen e, inconscientes o no, se convierten en el brazo armado de sus archienemigos, los “infieles” cristianos de Occidente y gozan de muy buena afinidad con el enemigo del mundo árabe, Israel.

- Paradójico o no, deliberado o no, las organizaciones terroristas sunníes, mejor dicho sus líderes -el resto es solo carne de cañón del fanatismo fundamentalista- son los mejores agentes que pueden tener los imperios coloniales económicos de hoy. Flaco favor hacen a millones de musulmanes sunníes que viven pacíficamente y al Islam en general.


Turquía, nación laica, atraviesa hoy en día el resurgimiento islamista extremo, tanto en su política interna como externa, el gobierno actual es la representación de la Hermandad Musulmana, aunque sus líderes dicen haber renegado de dicha organización.


- Así, por ejemplo, no podemos considerar a los habitantes de Turquía, una nación sunní, como una población que fomenta el terrorismo. No. Turquía, lamentablemente, se encuentra gobernada hoy por líderes de la Hermandad Musulmana, organización de apoyo político encubierto de las formaciones armadas que operan en el Medio Oriente. Recep Erdogan, antes Primer Ministro, hoy Presidente de Turquía, orquesta una guerra secreta contra Siria e Irak. El está llevando, poco a poco, al pueblo turco a su desintegración como estado laico para volverse al radicalismo. Para ello explota el vigoroso nacionalismo turco, quienes añorando el pasado del Imperio Otomano, quieren resurgir como potencia regional que controle el mundo islámico.

- La verdadera Turquía, un conglomerado de muchas razas, dado su extensión y posición geográfica, vinculados férreamente por su nacionalismo (excepto los kurdos) guardan respeto y veneran al fundador de la moderna Turquía, Mustafa Kemal Ataturk. El pueblo turco prefiere vivir en paz y rechaza la incomprensible –para ellos- política intervencionista de su gobierno, eso se refleja en las recientes marchas de protesta contra la intromisión del gobierno turco en Siria.

- Para quien no haya caído en cuenta todavía, pese a las reiteradas explicaciones, Occidente se vale del radicalismo fundamentalista derivado de la escuela sunní exclusivamente (wahabismo, salafismo, takfirismo) y desata una guerra de agresión contra naciones laicas y nacionalistas como Libia, Líbano, Irak y Siria, que son multiconfesionales, con total tolerancia religiosa; y, contra una nación con fuerte vínculo político – religioso, la Republica Islámica de Irán, país que profesa oficialmente la corriente chiita.

- El pretexto, insistimos, es la religión. El falso conflicto entre sunníes y chiíes no existe. Afirman desde Occidente que Irán y Siria son “estados terroristas” o que fomentan el terrorismo mundial, representan al “eje del mal”, término peyorativo para acusar a las naciones que se oponen a las políticas globalizadoras del Imperialismo. La verdad incuestionable es que el verdadero terrorismo es el aliado de Occidente, los grupos takfiríes, salafistas, financiados y armados por Occidente y las monarquías wahabíes del Golfo.

- Contrario a las afirmaciones tendenciosas de una guerra confesional en Siria y el Medio Oriente, lo verídico es que la mayor parte de la población y de las fuerzas armadas sirias es sunní, quienes combaten abiertamente al terrorismo engendrado por las tergiversadas corrientes sunníes.

- A poca gente se le ha ocurrido pensar que, excepto Irán, que es mayoritariamente chií, respeta las minorías religiosas. Igual acontece en Líbano y Siria donde conviven –mejor dicho– convivían pacíficamente musulmanes de todo género: sunníes, chiíes, alulíes, drusos, yazidíes, junto a cristianos, ortodoxos, católicos, maronitas, judíos, etc.

- El ‘triangulo chií’, otra forma de esteriotipar desde Occidente a Irán, Siria y el Líbano, no existe en el sentido de la acusación (una asociación de países vinculados por su confesión religiosa), por su diversidad de creencias. Más bien es dable hablar del “eje de la resistencia”, término que refleja una status de oposición al imperialismo sin distinción religiosa.

- El chiísmo, al contrario, de lo enunciado sobre el sunnísmo, no es expansionista, no pretende resurgir imperios ni hacer brotar de la nada nuevas naciones. Aglutina la defensa integral de su cultura y de su tierra, al ser porcentualmente una minoría ante el sunnísmo, defienden vigorosamente su legado.

 - Ni el sunní ni el chií, necesariamente son enemigos, es como que quisiéramos afirmar que católicos y protestantes están en perpetua guerra, solo por su diferencia confesional, es una mentira que ustedes leerán a diario en la prensa comercial. (De hecho se han dado  guerras entre cristianos, ello no conlleva que haya sido estrictamente por cuestiones religiosas, sino por la explotación de la fe en aras de intereses económicos y políticos a lo largo de los siglos).

- Sunníes y chiíes han convivido pacíficamente. Toda esa destrucción caótica en la actualidad no tiene otro origen más que en la división premeditada, y gestada por las potencias coloniales en los territorios árabes. Occidente ha sembrado, no por accidente, la división de los pueblos musulmanes, de la misma forma en que dividen y fomentan las crisis entre naciones latinoamericanas, asiáticas o en los laboratorios de la muerte que se ha convertido el continente africano.

- Hoy Occidente nos vende la historia hipócrita que las dos grandes escuelas islámicas son enemigas y están en confrontación perpetua. Nada más erróneo y tergiversado.

- Han sido las “gloriosas” democracias de Europa y Estados Unidos, apoyadas por el sectarismo de las monarquías del Golfo e intereses turcos e israelíes quienes  han desatado una guerra intestina entre musulmanes.

- Hoy es noticia el mundo islámico, en Occidente tenemos la falsa percepción que el Islam es sinónimo de terrorismo, a lo cual yo añadiría que el cristianismo no es sinónimo de santidad.

- El Occidente cristiano está explotando las creencias religiosas musulmanas para cambiar el rumbo de la historia!. Se aprovechan del fanatismo de grupos sectarios para fomentar el caos total en su beneficio. En ese sentido está ganando SU particular guerra de "civilizaciones".

- Aunque grupos chiítas, como Hezbolá pregonan la lucha contra Israel, esto no pasa de ser una exaltación al sentimiento patrio. Hezbolá es la fuerza de resistencia del Líbano, formada para defender la nación ante la ocupación foránea. Hezbolá no enfatiza ni fomenta el terrorismo armado como medio de trascender fronteras, ni tiene afán de dominar otras naciones amparándose en la explotación de la fe.

- Hezbolá como organización político – militar surgió debido al estado de necesidad del momento, en lucha por la supervivencia de un estado invadido y ocupado militarmente, nación a la que se pretendió borrar del mapa conforme a la falaz tesis de 'guerra de civilizaciones', utilizando el sectarismo religioso como instrumento asesino.

- Dejando a un lado las arengas políticas, el fin último de Hezbolá, no es destruir Israel, sino defenderse de éste, su prioridad es mantener la integridad territorial del Líbano. Hoy, es imperioso para Hezbolá apoyar a Siria en su guerra contra el terrorismo puesto que el Líbano es el siguiente objetivo de los extremistas islámicos, aliados de Israel.

- Israel no va a desaparecer como entidad estatal, desde el momento en que decida reconocer y respetar el derecho de Palestina a ejercer su propia soberanía en una zona territorial arrebatada a la fuerza, cuando Israel decida acatar las múltiples resoluciones de las Naciones Unidas, habrá una coexistencia tolerada entre árabes y judíos, eso es previsible. La única discordia que conlleva la inexistencia de un acuerdo es el status que tendría Jerusalén. Pero, mientras Netanyahu permanezca en el poder solo podremos avizorar el recrudecimiento de conflictos regionales. El extremismo judío es más peligroso que los revoltosos yihadistas.

- Mas, si el rol que juega Israel fuere verdaderamente expansionista, basada en la hipótesis del ‘Gran Israel’, desde el ‘Nilo al Eufrates’, ello no tiene cabida en los tiempos actuales, no pongo en tela de duda que en la Biblia cristiana (historia nacional para los judíos) hay referencia a ese ‘legado’ divino y que el movimiento sionista lo exaltó como las ‘fronteras’ de su nación. Esto en el presente es ilusorio, incluso antes de hacerse realidad el estado de Israel ya era solo una quimera. Esa noción de un Gran Israel, es una visión caduca, Israel no puede siquiera controlar a su cada vez más empobrecida población, mucho menos dominar a los valerosos palestinos en los territorios ocupados.

- Aunque lo anterior es un tema muy difícil de tratar, aquello solo queda en el campo de la especulación. Israel hace lo que hace en el Medio Oriente para sobrevivir como estado y no por un sueño irrealizable. Sin sus padrinos de Occidente y sus socios de las monarquías del Golfo no podría perdurar por si solo. Su prioridad y la de sus socios ha sido y será mantener siempre a países como Líbano, Siria, Irak y al Medio Oriente, en general, en caos para garantizar su seguridad. 

- Se habla de la guerra preventiva como legitimo derecho de Israel y de Occidente para justificar dudosas intervenciones militares. Sin duda, ese mismo derecho tiene el Hezbolá libanés, que aplica la misma doctrina para prevenir ataques en una guerra de agresión no declarada contra su país, impulsada por las monarquías del Golfo a través de sus grupos terroristas.

- La lucha del Líbano, por intermedio de sus fuerzas armadas y Hezbolá contra el terrorismo takfir goza de total legitimidad, la evidencia lo demuestra. Sin Hezbolá el Líbano estaría al borde del colapso, millones de cristianos libaneses ven en Hezbolá su protector (junto a las fuerzas armadas); y, a los grupos takfires, salafistas, al Qaeda y otros extremistas como sus potenciales victimarios.

- Organizaciones terroristas como el Estado Islámico, manipulados por Israel, manejan un objetivo secreto final, desterrar por siempre las comunidades cristianas de Oriente Medio, no en beneficio de los  musulmanes, sino en beneficio de Israel.

- Los Estados Unidos, de llegarse a la firma final con Irán, sobre los acuerdos nucleares, plantea eliminar de su lista de “patrocinadores del terrorismo” a Irán. Algo se ha comentado, en el mismo sentido, respecto a Hezbolá (asunto más difícil de cristalizarse), que podría quedar fuera de la “dichosa” lista y dejar de ser considerado grupo “terrorista”.

CONCLUSIÓN:

“El eje del mal”, los “países terroristas”, “el triángulo chií” y otras acepciones son conceptos inventados para engañar a la opinión pública mundial en provecho de un programa que pretende justificar la expansión imperialista a costa de la destrucción del mundo árabe.



Recuerden, para que los Imperios en decadencia sucumban definitivamente pasarán varias generaciones, mientras tanto sus programas seguirán en pleno funcionamiento, esas líneas “maestras” han sido trazadas desde hace mucho tiempo; y, eso, precisamente, es lo que vamos a desempolvar para que no olvidéis los orígenes de las crisis políticas, económicas y sociales que acosan a la humanidad.

AddToAny