por Thierry Meyssan
Mientras Francia y el Reino
Unido descubren con horror que personas normales pueden ser súbitamente
transformadas en asesinos sanguinarios, Thierry Meyssan analiza ese fenómeno,
que él mismo ya venía denunciando desde hace 13 años. Algunos yihadistas no son
takfiristas ni mercenarios sino que han sido manipulados para convertirlos en
asesinos.
Soldado sirio decapitado por los «moderados» del Ejército Sirio Libre.
Los dirigentes europeos parecen súbitamente
espantados ante el descubrimiento de la cantidad de yihadistas que han
producido sus propios países y ante los crímenes que estos están cometiendo.
Sin embargo, en el Reino Unido y en Francia se elevan las voces de quienes tratan
de entender cómo es posible que personas que gozan de la estima de quienes les
rodean puedan irse repentinamente a Siria o Irak y convertirse allí en
degolladores. Y nos hablan de «manipulación mental» pero sin llegar hasta el
final del razonamiento porque si los yihadistas europeos de ahora han podido
ser manipulados, eso significa que es posible que otros yihadistas también
hayan sido manipulados durante los últimos 13 años y que tenemos que revisar
todo lo que creemos saber sobre hechos anteriores.
Antes de retomar esa cuestión, que modifica
profundamente la percepción que los europeos podían tener sobre la «guerra
contra el terrorismo», me gustaría recordar la hipocresía de los líderes
europeos que fingen descubrir ahora los crímenes que desde hace tiempo han
estado apoyando y financiando de manera totalmente consciente.
El apoyo
de Francois Hollande a las decapitaciones
Resulta imposible comprender la ineficacia de los
dirigentes europeos ante el reclutamiento de terroristas entre sus propios
conciudadanos sin interrogarnos sobre la responsabilidad personal de esos
mismos dirigentes.
Las decapitaciones no son un fenómeno nuevo. Son,
por el contrario, una práctica que comenzó ocasionalmente en Irak –en 2003–
bajo la ocupación militar estadounidense y que se extendió durante las guerras
desatadas contra la Yamahiria Árabe Libia y contra la República Árabe Siria.
La «primavera árabe» libia comenzó con una
manifestación en Bengazi, en la noche del 16 de febrero de 2011 y al mismo
tiempo, de manera coordinada, con acciones armadas contra los cuarteles Hussein
Al-Jwaifi y Shahaat y contra la base aérea Al-Abrag, atacados por miembros del
Grupo Islámico Combatiente en Libia (GICL), o sea al-Qaeda en Libia. En la
mañana del 17 de febrero, los yihadistas atacaron cuarteles en Zawiya y
Misurata y las sedes de la policía en Zwara, Sabratha, Ajdabiya, Derna y
Zentan. En varios casos hay testimonios de que los atacantes colgaron a varios
soldados y de que otros uniformados fueron decapitados.
La «primavera árabe» siria comenzó, por su parte,
en Deraa. A la salida de la plegaria del viernes, unas 15 personas desplegaron
banderolas contra el estado de sitio y contra la República. Inmediatamente
después, yihadistas atacaron un edificio de la inteligencia militar, situado
fuera de la ciudad, que se utilizaba para el trabajo de vigilancia del Golán
ocupado por Israel [1]. Víctimas del factor sorpresa, los militares sufrieron
gran número de bajas y al menos uno de ellos fue decapitado.
Sin embargo, lejos de denunciar esas
decapitaciones, los países de la OTAN aplaudieron a los yihadistas y
denunciaron a los Estados atacados por esos elementos.
Las decapitaciones se convirtieron después en una
forma de sembrar el terror. Se generalizaron primeramente en Libia y más tarde,
después de la caída de la Yamahiria y del envío de los yihadistas del GICL a
Siria, también se hicieron corrientes en este otro país.
Pero las decapitaciones no son la única manera de
sembrar el pánico. Los yihadistas también acostumbran a desmembrar los
cadáveres de sus víctimas y arrojar los pedazos en las plazas públicas.
En febrero de 2012, cuando los canales de
televisión atlantistas y los de las monarquías del Golfo afirmaban que el
Ejército Árabe Sirio estaba bombardeando el Emirato Islámico de Baba Amro y que
este resistía como un nuevo Stalingrado, esas mismas televisiones evitaban
cuidadosamente explicar en qué consistía aquel «Emirato», que nada tenía que
envidiarle al actual Daesh [2]. En Baba Amro, un tribunal islámico condenaba a
muerte tanto a los sunnitas acusados de apoyar la República como a los
infieles, o sea las personas que no eran sunnitas (alauitas, chiitas,
cristianos). Como pudo comprobarlo Der Spiegel, más de 150`sirios fueron
degollados en público en Baba Amro [3]. Y todo eso sucedía bajo los aplausos de
Abú Saleh (ver abajo nuestra investigación acerca Abú Saleh,ndlr), periodista
de France24 y de Al-Jazeera [4].
El 6 de julio de 2012, en ocasión de la conferencia de los «Amigos del
Pueblo Sirio», el presidente francés Francois Hollande reunía en París a los
representantes de 120 países y organizaciones internacionales para reiniciar la
guerra contra la República Árabe Siria. En ese encuentro, el presidente francés
reclamó un aplauso para Abú Saleh (flecha roja) , a quien vemos aquí, a la
extrema derecha, de frente, la única persona que permanece sentada en la
tribuna. Este individuo había escenificado el degollamiento público de más de
150 sirios por el Emirato Islámico de Baba Amro, creado en una «zona liberada»
por los «moderados» del Ejército Sirio Libre.
Pero los países de la OTAN no se limitaron a
abstenerse de condenar a aquellos asesinos. El presidente francés Francois
Hollande recibió con todos los honores a Abú Saleh, e incluso reclamó para él
un aplauso de las delegaciones de 120 países y organizaciones internacionales
reunidas en París el 6 de julio de 2012.
Resulta que, para la OTAN, el Ejército Sirio
Libre se componía de «moderados» [5]. Parece que existe una forma «moderada» de
degollar al prójimo.
Nada, ni siquiera la escena de canibalismo
protagonizada por Abu Sakkar [6], ex comandante del Emirato Islámico de Baba
Amro, y mundialmente difundida a través de YouTube ha podido cambiar esa visión
de las cosas. Parece que también existe una manera «moderada» de comerse el
hígado y el corazón del prójimo.
En cualquier democracia del mundo, un presidente
que aporte abiertamente su respaldo a tales comportamientos criminales sería
destituido. Pero no sucede así en Francia, donde los parlamentarios fingen
considerar esos crímenes como parte de las «prerrogativas» del presidente de la
República.
¿Quién
recluta a los yihadistas europeos?
Dirigentes políticos europeos han llamado
públicamente a asesinar al presidente sirio Bachar al-Assad y han expresado
públicamente su apoyo a al-Qaeda. El caso más emblemático es el del ministro
francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, quien declaró el 17 de agosto
de 2012:
«Estoy consciente de la fuerza de lo que estoy
diciendo: el señor Bachar al-Assad no merece estar sobre la tierra.» [7].
El 12 de diciembre de 2012, el mismo Laurent
Fabius asumía personalmente la defensa de al-Qaeda y protestaba contra la
inclusión de su rama siria en la lista de organizaciones terroristas declarando
que «en
el terreno están haciendo un buen trabajo.» [8].
O sea que no habría que considerar a los
yihadistas europeos como simples criminales ya que no han hecho otra cosa que
obedecer las órdenes de sus dirigentes. Sin embargo, algunos de ellos han sido
inculpados mientras que los políticos que antes aplaudían sus crímenes siguen
en sus cargos.
Es importante señalar que al principio los
yihadistas europeos eran delincuentes, reclutados en la cárcel, que pensaban
que podían hacer en Siria todo lo que las leyes les prohíben hacer en sus
propios países (violar, saquear, asesinar). Pero ahora son individuos
corrientes reclutados a través de internet.
Manipular a individuos jóvenes únicamente
conversando con ellos en fórums o a través de las redes sociales, utilizando a
veces su lengua natal, su cultura e incluso su historia personal hasta
convertirlos en asesinos es algo que exige gran habilidad y capacidad de
manipulación. ¿Podemos creer realmente que los mercenarios del Emirato Islámico
son capaces de lograrlo? Ese tipo de manipulación exige equipos capaces de
informarse sobre el perfil de los individuos escogidos como blanco, capaces de
identificar sus debilidades y de encontrar las palabras adecuadas para
convencerlos. Este tipo de trabajo es seguramente realizado por grupos de
especialistas, no puede ser en absoluto la obra de grupos de campesinos
extremistas iraquíes.
Cuando esos jóvenes –muchachos o muchachas– ya
están convencidos de que pertenecen a una comunidad y de que tienen que
defenderla con las armas, se van a Turquía. Allí, quien se encarga de ellos es
el Emirato Islámico, que se mueve en toda Turquía bajo la protección del MIT
(los servicios secretos turcos). Posteriormente son enviados a Siria o Irak,
donde pasan un periodo de espera durante el cual se les somete al consumo de
drogas y reciben diversas enseñanzas y entrenamientos hasta que llegan a estar
mentalmente acondicionados para matar.
Las
investigaciones de la CIA y el Mosad sobre el acondicionamiento mental
Las principales investigaciones sobre las
posibilidades de convertir personas normales en asesinos fueron realizadas por
la CIA y las fuerzas armadas de Estados Unidos bajo denominaciones codificadas
como Projet Chatter (1947 a 1953), Project Bluebird(1951 a 1953), Project
Artichoke (1951 a 1953) y Project MKultra(1953 a 1973) [9].
Esos programas, desarrollados bajo la dirección
de científicos nazis exfiltrados de Europa por los servicios de inteligencia de
Estados Unidos, exploraron las posibilidades que ofrecían la hipnosis, la
privación sensorial, los abusos sexuales, numerosas drogas así como diversas
formas de tortura. El objetivo era responder a la siguiente pregunta:
«¿Podemos
controlar a una persona al extremo de que haga lo que le pidamos, incluso en
contra de su propia voluntad y hasta yendo en contra de las leyes fundamentales
de la naturaleza, como el instinto de autopreservación?»
Los archivos sobre esas actividades fueron en su
mayoría destruidos, en 1973, por orden del director de la CIA, Richard Helms.
Pero la Comisión Investigadora senatorial presidida por el senador Frank Church
y, posteriormente, los trabajos de otro director de la CIA, el almirante
Stanfield Turner, revelaron que más de 30 universidades participaron en esas
investigaciones, que a su vez abarcaban más de 150 proyectos experimentales diferentes.
Esos proyectos se desarrollaron en Estados Unidos y en varios países miembros
de la OTAN, a espaldas de las poblaciones utilizadas como conejillos de India.
Como ejemplo, y según los archivos recientemente
disponibles de la CIA, esa agencia de inteligencia de Estados Unidos realizó en
1951 un importante experimento de acondicionamiento masivo en un pueblecito
francés llamado Pont Saint-Esprit, sin que la población del lugar lo supiera.
El uso de la droga conocida como LSD, administrada mediante su aspersión en
forma de aerosol, desató en ese lugar una ola de locura colectiva que provocó
en pocas horas la muerte de 7 personas y dejó además 32 casos de patologías
irreversibles [10].
En 1973, Estados Unidos dejó de hacer aquellos
experimentos… o más bien los trasladó a Israel. Pero los retomó en 2001 y para
ello organizó el campo de concentración llamado X-Ray, en la base naval
estadounidense de Guantánamo, bajo la dirección del profesor Martin Seligman
[11]. El objetivo era usar la tortura, pero no para obtener confesiones sino
para inculcarle a los prisioneros toda una serie de confesiones imaginarias de
manera que las hiciesen por sí solos y estando incluso orgullosos de hacerlas.
La publicación de la investigación del Congreso de Estados Unidos sobre esos
crímenes ha sido pospuesta en múltiples ocasiones [12].
La serie
"Crisis", recientemente transmitida por la NBC, muestra el trabajo de
acondicionamiento de soldados estadounidenses realizado por químicos de la CIA.
Esos hechos han sido ampliamente documentados.
Incluso se han visto reflejados en la cultura popular y han dado lugar a
numerosas obras de ficción, hasta en la televisión y el cine de Estados Unidos.
Si se admite que todos esos experimentos han
podido arrojar al menos algunos resultados, también hay que reconocer que
Estados Unidos e Israel cuentan con posibilidades de acondicionar personas
normales para llevarlas a cometer crímenes e incluso a actuar como kamikazes en
atentados suicidas. Lo anterior modifica totalmente la percepción que se tiene
de una organización como al-Qaeda, especializada en los atentados suicidas.
En 2004, la toma de rehenes registrada en la escuela de la localidad rusa
de Beslan fue presentada como una acción de los yihadistas chechenos y Shamil
Basaev reclamó su autoría en nombre del Emirato Islámico de Ichkeria. El saldo
fue de 376 muertos, principalmente niños. Pero la mayoría de los yihadistas no
se habían destacado por la realización de ese tipo de acciones de carácter
político religioso. Las autopsias revelaron que todos los secuestradores habían
actuado bajo el efecto de drogas químicas particularmente sofisticadas.
Marketing
ideológico
Para justificar los recientes casos de yihadistas
europeos, que parecen sacados de los experimentos de los médicos nazis
exfiltrados y utilizados por la CIA y de las más recientes experiencias del Dr.
Seligman en Guantánamo, durante los últimos años se ha utilizado como tapadera
la ideología wahabita.
Pero es de manera totalmente falsa que ese
fanatismo religioso ha sido presentado como la causa de los crímenes cometidos
«en nombre del islam».
El hecho es que la mayoría de los yihadistas
ignoraban en qué consiste el wahabismo cuando entraron en contacto con al-Qaeda
o con el Emirato Islámico. Sin embargo, si desde 1979 Arabia Saudita, Qatar y
el Emirato de Sharjah han logrado implantar el wahabismo en toda Europa y
extenderlo un poco en el mundo árabe a tal punto que se le considera como una
rama integrista del islam, esa corriente se define a sí misma como el único islam
verdadero y condena como heréticas todas las demás escuelas teológicas, tanto
el chiismo como las otras 4 escuelas sunnitas tradicionales. El lector curioso
puede consultar los escritos del fundador, Mohammed ben Abdelwahhab. En ellos
descubrirá que para el fundador del wahabismo los sunnitas no son musulmanes.
Jean-Michel Vernochet mostraba recientemente cómo
los británicos utilizaron simultáneamente el mito de la nación árabe y la secta
wahabita para combatir el califato turco y derrocar el imperio otomano [13].
Con toda lógica, si el Emirato Islámico restaura hoy el califato, no lo hace
como sucesor de los Fatimidas, de los Abasidas ni de los Omeyas, a los que
considera herejes, sino en lugar de todos ellos.
¿Qué
hacer?
En primer lugar, poner fin a toda forma de
respaldo a los yihadistas, incluso cuando se trata de derrocar regímenes que
resisten ante los designios del imperialismo. Y también habría que destituir a
los políticos que apoyan públicamente los desmanes de los yihadistas.
En segundo lugar, poner fin a toda forma de apoyo
a la ideología wahabita, incluso cuando quienes la citan son el rey de Arabia
Saudita o los emires de Qatar y de Sharjah. Y reclamar de inmediato la igualdad
de derechos para las mujeres de esas monarquías y la autorización de practicar
libre y públicamente su religión. Y además poner bajo vigilancia a los imanes
wahabitas en Europa y arrestarlos cuando incitan al crimen o elogian a quienes
los cometen.
Para terminar, también habría que respaldar al
presidente estadounidense Barack Obama frente a aquellos que, como el senador
John McCain [14], e incluso dentro de su propia administración, organizan y
financian la manipulación de las mentes de los yihadistas.
Esas medidas permitirían frenar en seco el
reclutamiento de yihadistas. Pero no resolverán el problema de los yihadistas
que regresan de Siria o de Irak. Es cierto que estos últimos son casos que caen
en el marco de acción de la justicia, pero deben ser reconocidos como personas
sin responsabilidad penal, como en el programa de reconciliación nacional que
está aplicando la República Árabe Siria.
Thierry Meyssan
Red Voltaire,
24 de noviembre de 2014
www.voltairenet.org/article186015.html
NOTAS:
[1] Fue sólo después de esos
hechos que Al-Jazeera difundió el rumor sobre niños supuestamente torturados
por la policía.
[2] Daesh es el acrónimo árabe
del actual Emirato Islámico, anteriormente conocido como EIIL.
[3] “Rebellen in Syrien: Der Henker von Bab Amr”, Ulrike
Putz, Der Spiegel, 26 de marzo de 2012. Versión en
inglés: “The Burial Brigade of Homs: An Executioner for Syria’s Rebels Tells
His Story”
[4] ¿Quién es Abú Saleh, el
héroe del presidente francés Francois Hollande? En la foto que acompaña este
artículo Abú Saleh (flecha roja) aparece como invitado de honor del presidente
Hollande en París en una conferencia internacional. En el siguiente video
documental, realizado en francés, se describe claramente como opera Abú Saleh,
llamado “el sirio de los mil rostros”.
Corresponsal de prensa de la
televisión estadounidense CNN, del canal quatarí Al-Jazzera y del canal francés
France24, Abú Saleh apareció justo momentos después del ataque y en los lugares
del crimen donde fueron asesinados dos periodistas en Siria (uno francés, la
otra estadounidense. Los asesinatos fueron atribuidos al ejército sirio). Abú
Saleh ha sido presentado también como médico y socorrista, como un manifestante
o rebelde sirio, muy a menudo presentado como activista o intelectual de la
oposición siria, a veces presentado como herido e incluso como un civil muerto,
el colmo es que lo presentaron como representante de Siria en una conferencia
internacional organizada por el presidente francés el 6 de julio de 2012. Pero
la mayor parte del tiempo lo pasa haciendo manipulaciones televisivas para los
canales de televisión propagandísticos (ver nuestra investigación sobre CNN,
acerca de Al-Jazzera y el canal estatal francés France24.
https://www.youtube.com/watch?v=2n1AZyNucbk
En la parte final de este
documental, mientras espera desde su teléfono movil que le den la señal para
pasar en directo [en vivo] en la televisión internacional Al-Jazzera como
corresponsal de guerra, Abú Saleh va preparando y dando instrucciones a su
equipo, para que estos inserten detonaciones y disparos cuando él da la señal,
para hacer creer a los teleespectadores que está en plena acción, en medio de
una matanza del gobierno árabe sirio.
En el video de abajo el mismo
Abú Saleh aparece como rebelde sirio. Después de haber probablemente destruido
con sus grupos terroristas el oleoducto que está en llamas, Abú Saleh aprovecha
la ocasión para culpar en directo de ese crímen al presidente sirio Bachar
el-Asad.
https://www.youtube.com/watch?v=AwS3Q5O5vfg
¿Quién es en realidad Abú
Saleh? ¿Un agente especialista en comunicación? ¿Un propagandista? ¿Un agente
de los servicios secretos? Nota de la redacción.
[5] El Ejército Libre Sirio ya
no existe en el terreno. Donde sí existe todavía es en los salones de los
grandes hoteles de Estambul y París. Algunos grupos armados que operan en Siria
dicen pertenecer a esa entelequia cuando esperan obtener armas de la OTAN.
[6] Otro colmo de los canales
propagándisticos, esta vez la famosa televisión inglesa BBC, entrevista al
canibal (video abajo) que se comió el corazón de un soldado sirio muerto. En la
entrevista indulgente todo se puede justificar, incluso podemos caricaturizar
nosotros diciendo: «me comí el corazón porque el presidente sirio Bachar
al-Assad es malo», esto puede ser una buena justificación para el canibal.
¡Aplausos a la BBC!
https://www.youtube.com/watch?v=ouBzc6gNPf8
[7] «"Bachar el-Assad ne
mériterait pas d’être sur la terre" (Fabius)», AFP, 17 de agosto de 2012.
[8] «Pression militaire et
succès diplomatique pour les rebelles syriens», por Isabelle Maudraud, Le
Monde, 13 de diciembre de 2012.
[9] Los documentos oficiales
disponibles han sido reunidos en 4 CDs y el lector puede bajarlos a través de
este vínculo.
[10] «Cuando la CIA utilizaba
ciudadanos franceses como conejillos de India», por Hank P. Albarelli Jr., Red
Voltaire, 30 de marzo de 2010.
[11] «El secreto de
Guantánamo», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia),Red Voltaire, 6 de noviembre de
2009. Ver también «Reconoce la CIA que reclutó prisioneros en Guantánamo», Red
Voltaire, 26 de noviembre de 2013.
[12] «Director de la CIA
confirma censura del informe senatorial sobre la tortura», Red Voltaire, 30 de
enero de 2014.
[13] Les Égarés, por
Jean-Michel Vernochet, Sigest ed, 2014.
[14] «John McCain, el
organizador de la “primavera árabe” y el Califa», por Thierry Meyssan; «John
McCain reconoce que está en contacto permanente con el Emirato Islámico», Red
Voltaire, 18 de agosto y 20 de noviembre de 2014.