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02 junio 2015

El premio Nobel de la Paz: Manipulación secreta para la guerra




por: Tito Andino U.




Fue voluntad de Alfred Nobel que debía reconocerse y recompensar a la personalidad que haya realizado la mayor o la mejor contribución al acercamiento entre los pueblos, a la supresión o a la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión y a la propagación de los progresos por la paz. Alfred Nobel encomendó al parlamento noruego nominar a quienes se merecían el Premio, por intermedio de un comité de cinco personalidades comprometidas con la paz. Los tiempos corren y Noruega ha dejado de ser neutral al integrarse en la OTAN. Hoy el parlamento noruego elige los integrantes del Comité en sus propias filas.

Han pasada decenas de años, referéndums rechazados por la población que dijo en dos ocasiones no a la Unión Europea, pero a la final Noruega cedió, su principal impulsor fue el ex primer ministro Thorbjorn Jagland y, antes de su destitución en marzo de 2015, presidente del Comité del Premio Nobel (degradado a “simple” miembro del comité). También Jagland se mantiene como secretario general del Consejo de Europa, cargo con el que apoyó el golpe de estado fascista en Ucrania.
         
Puede ser contradictorio, pero el Premio Nobel de la Paz se ha transformado en un medio para difundir la guerra.

Cada año, un 10 de diciembre, fecha que se recuerda el fallecimiento de Alfred Nobel, el Comité Noruego del Premio Nobel celebra la entrega de ese reconocimiento a la PAZ. La ciudad de Oslo alberga la ceremonia que es presidida por la realeza noruega y se cierra con un banquete de gala. Indudablemente, no solo los nominados están presentes (en muchos casos no), sino que aflora la aristocracia europea, delegados de organismos internacionales y otros selectos invitados de alto nivel, que no brillan precisamente por mantener la paz.

Debe quedar evidenciado que los Nobel de La Paz fueron infiltrados desde muy temprano, las connotaciones sociales a nivel internacional son demasiado grandes, los intereses regionales y juegos geoestratégicos dependen en medida de quien es designado el “Pacificador” del año. Este galardón hoy no es más que un instrumento político imperialista (salvo honrosas excepciones). 

Mucha gente pensará que no hay protestas al respecto, pero si que las hay en los últimos años; mas, la composición del jurado del Nobel de la Paz hace oídos sordos. Este selecto grupo se aferra a un guión político y otorga el premio a protagonistas que no reúnen los méritos. Ya en marzo de 2012 el consejo sueco de vigilancia de la Fundación Nobel hizo un llamado a los miembros del Comité para que den lectura a la voluntad de Alfred Nobel, sin éxito. Amparados en estrictas reglas de conservación del secreto, el Comité que otorga el Nobel de la Paz no responde a ninguna clase de crítica.

No podría precisar desde cuando se prostituyó este organismo, pero hagamos un poco de historia:

Los primeros signos de esa manipulación empezaron ser latentes ya por la década de los 30 del siglo pasado. Primero fue Benito Mussolini en el 1935, a quien intentaron nominarlo y luego Adof Hitler en el 1939, nominado al máximo galardón que premia el esfuerzo para quienes difunden el mensaje de paz en la humanidad y no para quienes evitan una guerra inminente, pero que al poco tiempo desataron la guerra por sus órdenes directas.



En el caso del Fuhrer alemán, su candidatura fue propuesta por el parlamentario sueco E.G.C Brandt. El Comité Nobel aceptó la nominación, aunque finalmente concedió el premio a la Oficina Internacional Nansen para los Refugiados. Hitler perdió por mayoría de votos, pero sus “cualidades” si que fueron estudiadas por el Comité. Alguien o algunos opinaban que gozaba de ese derecho por haber conseguido la “Paz para Europa”, según palabras del primer ministro británico Chamberlein, en las negociaciones de Munich de 1938 que terminaron cediendo los Sudetes a Alemania. Esa distinción para el Nobel y otros hechos históricos fueron censurados, archivados o desaparecidos después de la Segunda Guerra Mundial. (1)

En el caso de Benito Mussolini, en 1935 algunos catedráticos de Derecho de la Universidad de Giessen – Alemania propusieron la nominación para  el Premio Nobel de la Paz al Duce italiano. En este caso el Comité no aceptó la candidatura (porque no fue propuesta por el parlamento noruego).

Es verdad que estos personajes no ganaron el Nobel, pero tampoco deberíamos tomar ese hecho como una simple anécdota de la historia, lo cual constituiría un error. El hecho que alguien o alguna organización haya propuesto su nominación es de por si un precedente macabro.

El ejemplo de esa política institucionalizada quedó reflejada en el 2009: “Por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos. El Comité ha dado especial importancia a la visión de Obama de un mundo sin armas nucleares y a sus esfuerzos para lograrlo”; por tanto, el ganador es… Barak Obama !.




Los “esfuerzos” para mantener la “paz” de éste singular caballero han sido "reconocidos". A cuál mal intencionado le puede quedar el más mínimo resquicio de duda? Acaso no ha conservado y, en otros casos, llevado la  paz a Libia, Siria, Afganistán, Ucrania, etc, o es que usted duda que no ha conseguido un acuerdo nuclear con Irán?. Quien ose pensar lo contrario del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica no es más que una sanguijuela conspiranoica. 

Antes de recibir su codiciado premio por fomentar la “paz mundial”, el señor Obama había manifestado sus intenciones de fortalecer la presencia militar estadounidense y de la OTAN en Afganistán, para incrementar las operaciones bélicas contra los talibán (o mejor dicho contra los grupos rivales que compiten por el control del narcotráfico).


Un nominado para el 2015

Para que no quede dudas, se trabaja arduamente para la nominación de un personaje en el 2015. Por ser un paladín de la paz, los derechos humanos y la tolerancia, ese “derecho” podría recaer en manos del presidente en funciones de Ucrania Petro Poroshenko… 

Una carta filtrada con fecha 19 de mayo 2015, presuntamente enviada por el Presidente del Parlamento de Ucrania, Vladimir Groysman al encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Oslo, agradece "los esfuerzos que han hecho para tener a Petro Poroshenko Oleksiyovych nominado para el Premio Nobel de la Paz". El texto de dicha carta afirma: "Todavía tenemos en cuenta sus garantías de apoyo por los dos miembros del Comité Nobel como insuficiente", ya que hay cinco miembros del Comité, y el apoyo de 3 de ellos es necesario.
"Esperamos más esfuerzos encaminados al cambio de posición de Berit Reiss-Andersen, Inger-Marie Ytterhorn y especialmente el de la Presidencia del Comité Nobel Kaci Kullman Five. Respecto a esta última, se recomienda que usted tome ventaja de la información que se va a recibir de Alemania. Sus colegas en Berlín nos han asegurado que el expediente pronto será entregado a la Embajada de Estados Unidos en Oslo. Es de suma importancia para el señor Porshenko tener garantías firmes de que se le concederá el Premio Nobel de la Paz 2015, ya que se podría destacar el apoyo unánime de la integridad de Ucrania por la comunidad democrática del mundo". Ustedes podrán leer el texto completo en inglés en el siguiente enlace (2).

Fotomontaje que refleja la actual situación del gobierno ucraniano. El Presidente Poroschenko en uniforme de SS-Obergruppenführer y General de las Waffen-SS alemanas en la segunda guerra mundial.


Más arriba mencionamos a Thorbjorn Jagland, ex presidente del Comité y hoy simple miembro de ese órgano. Pues bien, desde su otro cargo (Secretario General del Consejo de Europa) garantiza su apoyo a Poroshenko y como miembro del Comité de los Premios Nobel ha dado su beneplácito para que sea laureado este año. La carta citada arriba que habla de la garantía de dos miembros del Comité para nominar al presidente ucraniano se refiere precisamente a Jagland.

Y, otro nominado para el 2015, un opositor  al gobierno ruso, Dmitry Muratov, editor de un periódico ruso que critica asiduamente al presidente Putin. Clarísimo o no?

Ya con esto último, al lector le convendría dar un portazo a este artículo. 

A estas alturas debería tener una visón general, el Nobel de la Paz se ha convertido en un fraude monumental (me siento tentado a usar el término “porquería”, mas, quiero controlarme un poco). Pero, si el gentil lector quiere seguir indignándose con todas las inmundicias que hay entre bastidores, ármese de paciencia, respire y sobre todo no ataque a los noruegos, ese bonito y pacífico país no tiene la culpa de pertenecer hoy a la OTAN y tampoco es responsable por la conjura que un grupo de conspiradores hacen en nombre de la Paz.

Entre otros detalles, el anuncio del Comité del Premio Nobel sobre el premio Nobel de la Paz de 2009 (Obama), dice:
“El diálogo y las negociaciones son los instrumentos preferidos para resolver aun los conflictos internacionales más difíciles. La visión de un mundo libre de armas nucleares ha estimulado poderosamente las negociaciones de desarme y control de armamentos. Gracias a la iniciativa de Obama, Estados Unidos ahora desempeña un papel más constructivo para hacer frente a los grandes desafíos climáticos que afronta el mundo. La democracia y los derechos humanos serán reforzados. Muy pocas veces una persona ha captado la atención del mundo y le ha dado a su pueblo esperanza para un mundo mejor en la misma medida en que lo ha hecho Obama. Su diplomacia se funda en el concepto de que los que han de dirigir al mundo deben hacerlo basándose en los valores y actitudes que comparte la mayoría de la población del mundo”.

Thierry Meyssan se pregunta: “A decir verdad, no se sabe qué resulta más sorprendente: la atribución de tan prestigiosa distinción a Barack Obama o la grotesca farsa que la acompaña, o quizás el método utilizado para corromper al jurado y desviar ese premio de su vocación inicial”. (3)

Las promesas del señor Obama se cumplen, por algo se le concede tan prestigioso galardón, al poco tiempo de su coronación como “pacificador” del 2009 emprendió su campaña para llevar el “mensaje de la paz” a Afganistán y Pakistán vía drones que, supuestamente, eliminan de forma selectiva a los enemigos de la paz, como dice el filosofo italiano Domenico Losurdo (4) “desde el cielo, «eliminan» «terroristas», potenciales «terroristas» y sospechosos de «terrorismo»”. Para el presidente Obama los drones tienen una particularidad, “solo” matan a los enemigos y evitan las bajas en sus propias fuerzas, los que digan lo contrario son unos bellacos mentirosos.

Podríamos razonar que el premio nobel de la paz 2009 ha dicho que los drones no ocasionan “víctimas colaterales”, cómo pueden pensar que con tan sofisticados aparatos voladores se vaya asesinar  indiscriminadamente a cientos de inocentes civiles? Solo se mata a blancos específicos, de acuerdo?. Por desgracia, las palomas mensajeras para contactar con el enemigo ya no se utilizan, hoy se envía un mensaje de paz vía dron, así de sencillo. A la final el prestigio del nobel de la paz es lo que vale y no lo que piensen los sencillos ciudadanos afganos y paquistaníes.  

Curiosamente, el país que más guerras ha fomentado y ha participado desde su fundación es el que ostenta el record de premios nobel de la paz concedidos a políticos involucrados en mayor o menor grado en conflictos bélicos: Theodore Roosevelt, Woodrow Wilson, Charles Gates Dawes, Cordell Hull, General George Marshall, Jimmy Carter, Al Gore, Barack Obama: y, sorpréndase hasta Henry Kissinger. No solo eso, en los últimos años, el Nobel de la Paz no se ha entregado a militantes pacifistas sino en favor de personas que gozan del padrinazgo de la OTAN, como veremos en la lista a continuación.

El filósofo italiano Domenico Losurdo, en el 2010 (5) denunciaba las maniobras del jurado del premio Nobel de la Paz en apoyo al imperialismo. Nos recordaba brevemente los últimos galardonados con el premio Nobel de la Paz después del 11-S

2003 Shirine Ebadi. Por aumentar la presión contra Irán

2004 Wangari Muta Maathai. Por presionar a Kenia y otros países africanos que establecen vínculos con China o que intentan acercarse a China.

2005 AIEA y Mohamed ElBaradei. Por haber neutralizado a Hans Blix y haber permitido la guerra contra Irak.

2006 Muhammad Yunus y la Grameen Bank. Por financiar la pobreza. Prestando dinero a gente muy pobre y a personas no solventes, con una tasa de cambio dos veces más alta que la del mercado.

2007 GIEC y Al Gore. A la primera por haber inventado la falla de software del año 2000: y, al segundo, por justificar el financiamiento de la ecología, la Bolsa de Valores y el negocio resultante de los derechos de emisión de gases CO2

2008  Martti Ahtisaari. Por haber hecho fracasar las negociaciones con la República de Serbia y haber justificado la guerra de Kosovo

2009  Barack Obama. Por haber dado un nuevo look a Estados Unidos, continuando al mismo tiempo las guerras imperiales.

2010 Liu Xiaobo. Disidente chino, por aumentar la presión internacional contra China, quien luego de vivir en Estados Unidos regresó a su país y participó en la revuelta de la Plaza Tiananmen.

2012 La Unión Europea. Por ser un gran ente económico – militar  exportador de armas. Porque dos de sus miembros poseen armas atómicas y se oponen al desarme nuclear y; sobre todo, por haber sido designados para llevar la “democracia” a muchas naciones africanas y por haber fomentado el “dialogo”, la “paz” y no haber apoyado a terroristas islámicos en Libia, Siria, Irak, etc.

Sobre los motivos del premio a Liu Xiaobo, Domenico Losurdo, escribió en octubre del 2010 un interesante artículo: ”Nobel de la guerra para los señores del «Nobel de la Paz»”. Ante el ascenso de China, Washington responde con la política de contención (containment), fortaleciendo su potencial y alianzas militares. Esa maniobra (otorgar el nobel al disidente chino) se da conjuntamente  con la amenaza de guerra comercial contra China y el intento de movilizar tropas americanas hacia el Lejano Oriente.

Entre las acusaciones a China, las ya clásicas violaciones a los derechos humanos y el apoyo a regímenes terroristas: Sudán, Birmania, Corea del Norte, Irán, Siria… La explotación de los obreros, en consecuencia, el mundo debe boicotear los productos chinos y limitar los intercambios económicos y comerciales con ese país. Está claro no?. Es el inicio de la guerra contra China, su primera fase: declaración de la guerra comercial.

Es difícil, afirma Dominico Losurdo, calificar de “no violento” a Obama,  que ha llevado a su país a varias guerras a la vez y que gasta en armamento más dinero que todos los países del mundo juntos. Obama pidió la inmediata liberación de Liu Xiaobo. Pero, por qué no libera él a  los detenidos sin juicio en Guantánamo?. Por qué no presiona por la liberación de miles de palestinos, muchos adolescentes, encarcelados por Israel?

A nadie debe quedarle resquicio de duda, el Comité de los Premios Nobel de la Paz prefiere “el resurgimiento de la antigua arrogancia colonialista e imperialista, el comportamiento real de los señores del «Premio Nobel de la Paz» sólo merece hoy en día el Nobel de la guerra”. (6)


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