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19 abril 2022

La Guerra Fría en las caricaturas soviéticas (I)


Este diseño de presentación se basa en cuatro carteles diferentes, a saber: Arriba, de izquierda a derecha. M. Ishmamedov en "Vándalos del siglo 20" (1965); los dos siguientes corresponden a M. Kirilov en "La sonrisa siniestra del Pentágono" (1970) y "El rostro de la América imperialista" (1970). Abajo: N. Dolgorukov en "Pasos lejanos-Cabeza rota" (1961)


La Guerra Fría, conflicto geopolítico entre los EE.UU y la URSS. Dividió el mundo en bloques de aliados liderados por esas superpotencias que profesaban una ideología  de polos opuestos dirigidos a la sociedad, la política, la economía, la ciencia, la cultura, el deporte, etc. Cada bando consideró que sus intereses eran incompatibles con las acciones del otro. Un conflicto nuclear estuvo entre las posibilidades para dilucidar quien era el "mejor".


por Tito Andino

Recopilación de ilustraciones 

Este artículo es continuación de La Guerra de los Carteles


Las finanzas y la carrera armamentística en los carteles soviéticos.


V. Briskin, "Diplomáticos estadounidenses". 1953


Son miles los carteles de posguerra, mejor dicho de la era de la "Guerra Fría" emitidos por el régimen soviético a lo largo de décadas de confrontación con Occidente. El material es tan grande que lo he clasificado por años. Realizar este post ha sido un verdadero dolor de cabeza -en cuanto a seleccionar las ilustraciones-, por esa razón se me ha ocurrido la idea de dividirlos en dos aspectos que fueron fundamentales en esos tiempos: 

1) La carrera armamentística, que requería una gran demanda de recursos financieros; y, 

2) Las armas nucleares. 

Por eso mismo, también será necesario recurrir a dos entregas que cubran estos aspectos. Dado que estos posts se dedican a la ilustración gráfica, hemos prescindido de explicaciones sobre política e ideología. Los cortos textos que acompañamos son en gran parte datos anecdóticos sobre las caricaturas que probablemente desconoce el lector.


Arriba: E. Maloletkov, "Preocupaciones estadounidenses sobre las armas" (1957); abajo, dos carteles de M. Abramov, "La caja fuerte del Pentágono" (1978) y "Terrorismo" (1984). Haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución.


Dos caricaturas de Yuliy Ganf (nacido en Ucrania) para la revista soviética Krokodil. "En Estados Unidos en este restaurante solo se sirve a una persona" (1953) y "Última tecnología de Wall Street" (1952). "Lanzapulgas mejorado de seis cañones con un remolque de dos cañones de refutación". Un soldado estadounidense lanza "plaga, tifus, cólera" al cielo mientras Dean Acheson (secretario de Estado de EE. UU.) y Trygve Lie (primer secretario general de la ONU) cantan a dúo: "EE. UU. no tiene armas biológicas". Haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución. 


El arte del cartel político soviético estuvo catalogado como parte de la Academia de Bellas Artes. La razón es obvia, gran parte de ese material son verdaderas obras de arte, a pesar de que también trasmiten un mensaje ideológicoNo obstante, la originalidad justifica aquella simbiosis del cartel soviético: arte y mensaje político. Por eso no debe extrañar que siga manteniendo su popularidad en el siglo XXI.

 

Cuatro bonitas representaciones del artista Boris Ivanov. Arriba: "Una visita de amistad", (1982) y, "El estropea nuestra publicidad" (1970s); Abajo: "Una visita de amistad", (1982) y, "Estamos protegidos Joe!" (1970s). Haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución.

Me cuento entre los coleccionistas del cartel de la era soviética... en la medida de mis posibilidades (mantengo un archivo digital categorizado de miles de carteles, pero existen verdaderos coleccionistas de este arte que poseen cientos de obras originales y que ocasionalmente exhiben en galerías públicas y privadas). Hay que mencionar, además, el cuidado que brinda el estado ruso a estos trabajos artísticos en museos y archivos nacionales.


Arriba: J. Efimovsky, "Doy limosna" (1972); V. Zhelobinsky, "Presupuesto de EE.UU." (1981); y, A. Bondar, "Rama de palma del estilo de Varsovia" (1984). Abajo: B. Yanin, "Diplomacia en Estados Unidos" (1986); y, M. Abramov, "La OTAN hacia la distensión" (1978). 


Arriba: "Encontraron un lenguaje común" (autor y fecha ilegible) - M. Abramov, "Estados Unidos – El Imperio del Mal" (1983); Abajo: "Me huele a petróleo" (1977, autor ilegible) y, M. Abramov, "Fariseísmo" (1984). Haga click sobre las imágenes para verlas a mayor resolución. 


Diversas editoriales rusas han hecho un gran negocio con el comercio lucrativo del cartel soviético convirtiéndose en un producto de valor, la mayoría de piezas originales terminan en manos de coleccionistas rusos. Como se ha visto, las colecciones (y coleccionistas) se han incrementado debido al interés alcanzado en lo que va del siglo XXI (en especial las piezas de la Segunda Guerra Mundial), esto ha provocado que la oferta del mercado de los carteles se haya agotado, aunque puede encontrarse a la venta por internet dispersas piezas sin especificar la serie a la que pertenecen. Expertos señalan que hoy es sumamente difícil encontrar obras de calidad y en buen estado de conservación.


V. Glivenko, "OTAN" (1963) - L. Samoilov, "Garantías de paz" (1966)


M. Abramov, "Campo de entrenamiento de EE. UU." (1964) - M. Abramov, "La brújula imperialista" (1978)


M. Abramov, "Placas y parches" (1973)


Existe grandes tipos de carteles, por ejemplo, el estaliniano y el constructivista, que representan la tipología soviética y que cubren dos períodos extensos pero no únicos. Ciertamente son los que menos interés despierta en el editor de este blog. Mi pasión es la sátira política, mi preferencia son dos periodos concretos: La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. No me gusta Stalin, para nada, sin embargo, es IMPOSIBLE pretender disociar a Stalin de lo que los rusos denominan "La Gran Guerra Patriótica"; es probable que un escenario mundial sin el líder georgiano dirigiendo la URSS hubiese tenido otro desenlace... incluidos los crímenes del estalinismo. Para los alemanes, grandes perdedores de la guerra, resulta muy fácil disociarse de Hitler, eso es lógico; pero eso no es posible en el caso ruso, las razones son más que evidentes (ha quedado explicado en otras entradas, aquí nos dedicamos al arte en la Guerra Fría).

F. Nelubin, "ESTADOS UNIDOS" (1970) - E. Osipov, "No veo ningún camino para el desarme" (1987)


"Pentágono" (autor y año ilegibles) 


M. Abramov, "Inflando el presupuesto militar", (1976)


Dos carteles de M. Abramov: "Los monopolistas calientan las manos" (1978) y "Pintura del Pentágono de la tierra que sale del sol" (1981)


Los carteles de propaganda política soviética surgieron  desde la Revolución bolchevique de 1917 hasta la caída de la Unión Soviética en 1991, (los bolcheviques no inventaron el cartel político pero innovaron su utilización y magnitud). Son casi ocho décadas con decenas de miles de ejemplares (algunos expertos hablan de millones). Ante tal caudal de producción artística, ¿qué les hace tan populares?: "Su fuerza de atracción, la captura del público y su poder de persuasión. Así de sorprendente es el interés que este medio de propaganda despertó y que, por cuya naturaleza ambigua, incita a la prudencia o bien a la desconfianza; a pesar de que levante las pasiones de historiadores, coleccionistas y estetas".


Kukryniksy, "Depredador Negro" (Libia) (1986)


B. Efímov, "Charco" (Irangate) (1987)


M. Abramov, "Moderno Puerto griego" (1972)


Z. Lvova, "Sobre la guerra en Vietnam" (1971) - A. Krylov, "Buitre de Saigón" (1973)


Polonski (1925), lo describe con exactitud: “Es el Arte que ha bajado a las calles!”. El arte que hasta ese momento estaba reservado a los estratos ricos de la sociedad zarista se dirige al pueblo. El mundo artístico se compromete con el combate político, confiere a los carteles una dimensión y una reputación internacional duradera. 

(Las citas en comillas son tomadas de "El cartel político soviético, una especificidad", de Jacques Le Bourgeois, Santiago de Chile, un extracto de su tesis de doctorado en Historia con el mismo título. Revista Chilena de Diseño, Universidad de Chile 2017).


Dos carteles de J. Efimovsky: "Apoyo" (1971) y "Crianza" (1984)


Otros carteles de J. Efimovsky: "Superganancias" (1976) y "Reducción de armamentos" (1976)



Más carteles soviéticos sobre finanzas y armamento


F. Nelubin, "Portaaviones" (1981)



J. Efimovsky, "Ejército de los Estados Unidos" (1971)



J. Efimovsky: "Visita de cortesía" (1969) y, "Solo con fines pacíficos" (1986)



F. Nelubin, "Neoglobolista" (1987)



F. Nelubin, "Matón hábil" (1981)



"Rabioso" (autor y año ilegible)



V. Koretsky, "La sonrisa del diablo" (1978) - E. Gelms, "Dólar" (1953)



J. Efimovsky, "Desembolso" (1976)



J. Efimovsky, "Mercado Común" (1969)



V. Zhelobinsky: "Estamos a favor de la profundización de la distensión" (1979); y, "Armamento" (1981) 



F. Nelubin, Untitled (intitulado)  (1972)



N. Bayev, "Organización de las Naciones Unidas" (1973) - V. Kyunnap, "Complejo Militar-Industrial" (1977)



M. Abramov, "Punto de deseo" (1976)



M. Abramov, "La política de violencia"  (1972)



Y. Trunev, "Fronteras de Israel" (1982)



F. Nelubin, "Producto de la imaginación" (1985)



N. Bayev, "Mostrando su carácter de serpiente" (1982)



M. Mazrucho, "Hoy está claro en todo el planeta" (1970)



M. Abramov, "La amenaza soviética" (1974)



V. Zhelobinski, "La amenaza soviética" (1980)



M. Mazrucho, "Impuestos" (1974)

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15 abril 2022

Razones por las que no se debe "añorar" a Benito Mussolini




Tito Andino

Compendio de diversas fuentes. 

 

La historia no contada


Una visión desde otra óptica del fascismo italiano que no concuerda con el aún popular mito de la "benevolencia" del Duce Mussolini. Italia con su moderna historiografía va desvelando una mentira extendida a nivel mundial, otra más!, como aquella que sigue vigente y que dice que Benito acabó con la mafia, la realidad es que él no terminó con los capi mafiosi, él fue parte de un entramado mafioso denominado fascismo y publicitó con éxito su inexistente "triunfo" sobre los Signori della Onorata SocietáBien, ese tema ya lo abordamos en otra ponencia (Mussolini y el mito del triunfo contra la mafia).


Tres cuartos de siglo después de su muerte, en Italia y otras regiones del orbe, hay muchos que siguen convencidos que el líder del fascismo fue "un dictador bueno, que amaba a su pueblo".

Este tema -imperiosamente- va a ser algo extendido (tomará una entrada adicional), iniciaremos con el desmontaje del mito de su "Vuecencia", del "Signor Capitano", el "gran" dictador que "quería" a su pueblo sobre todas las cosas. ¿Cómo podemos interpretar esa tergiversación de la historia?, valiéndonos de los estudios de historiadores italianos, ¿quiénes mejor para descifrar esa negra etapa del Reino de Italia? Fueron dos décadas de intensa y enajenada propaganda que sigue pasando factura en muchos italianos del presente. De allí la necesidad de comprender.



En 1935 a un grupo de profesores de Derecho de la Universidad de Giessen (Alemania) se les ocurrió proponer como candidato al Premio Nobel de la Paz a Benito Mussolini. Bueno, proponer no es lo mismo que nominar, así que el Comité encargado de seleccionar a los candidatos simplemente respondió: NO. 

El escritor italiano Antonio Scurati ganó con "M. El Hijo del siglo" (novela histórica) el prestigioso premio literario "Strega 2019". Cuestiona que se siga considerando a Mussolini como "El" hijo del siglo XX, no fue más que "un producto de esa época". En sus páginas resalta "la mezcla de oportunismo, inteligencia, cinismo, energía -sexual y política- y falta de escrúpulos que caracterizó al Duce". Es uno de los preferidos porque "a través de él, el siglo pasado mostró de manera poderosa su vocación, que acabará en una gran tragedia política". No es casualidad que el fascismo sea de las últimas invenciones políticas que perduran en el mundo con otra etiqueta


Scurati señala que si Mussolini es el "hijo del siglo XX", su madre metafórica es la violencia y la guerra su expresión más extrema. "Yo defino la forma de violencia del fascismo como hiperviolencia, que tiene sus raíces en las trincheras de la Primera Guerra Mundial".

  

El ex periodista Mussolini contó con dos armas para lograr sus objetivos. El "Popolo d'Italia" (el diario que dirigía como propaganda) y los profesionales de la violencia, las bandas fascistas (Camisas Negras, nombre oficial "La Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional") cuya experiencia fue adquirida en la Gran Guerra. El fascismo es el primer movimiento político que se vale de una milicia paramilitar y que asume el poder.



"Parade of Mighty Warriors" (1942). Desfile de poderosos guerreros. Segmento de la obra de Arthur Szky, están representados como aliados de la muerte (Goering, Mussolini, Franco)


En ese tiempo, el miedo a la "revolución mundial" soviética, provoca temor hasta en el pequeño empresario y en el simple funcionario, "pequeños burgueses que no son violentos" que creen que una revolución socialista les privará de sus posesiones. De allí surge la violencia fascista como "posible solución a sus problemas" bajo el mando del primer ministro Mussolini, el "César" moderno (por sus ambiciones imperiales), que es nombrado por el rey Víctor Manuel III para prevenir una posible revolución comunista

¿Y por qué atrae eso en la actualidad? El populismo, Mussolini es el prototipo del líder populista del último siglo, hasta hoy. Scurati diferencia entre el fascismo y los partidos populistas del presente. Los fascistas utilizaron la violencia sistemática en política. Hoy, los partidos populistas, en general, no son violentos, su violencia es verbal y se acoplan al sistema democrático. Sin embargo, persiste el arquetipo del líder populista que consigue "guiar" a las masas que, al igual que el caudillo político, sienten: rabia, miedo, rencor, resentimientos. Refiriéndose a sus compatriotas, afirma Scurati: "somos los últimos en haber sido educados intelectualmente y educados cívicamente en los ideales del antifascismo y del mito de la resistencia contra el nazi-fascismo". ("Mussolini es el arquetipo de líderes populistas como Bolsonaro, Trump y Salvini": entrevista al escritor italiano Antonio Scurati. BBC, septiembre 2020)

Recordemos que desde 1922 Mussolini perpetró actos reñidos con la ley, un golpe de estado encubierto le garantizó que el rey Víctor Manuel III le concediera el manejo del gobierno italiano. Luego el "Duce" tomó como pasatiempo ordenar el asesinato de todo atrevido político rival que osara denunciar la violencia electoral de los esbirros fascistas. También su poder le garantizó promulgar las "leyes fascistísimas", decretos ley que volvieron a instaurar la pena de muerte y coartar la libertad de expresión. 


Caricatura sobre MUSSOLINI y la guerra de Etiopía. Ilustración de SAIDA para una postal española de aquella época.

Entre otras cosas, en 1932 Mussolini expresó que "sólo la guerra eleva a su máxima tensión todas las energías humanas, y pone el sello de nobleza sobre los pueblos que tienen el coraje de enfrentarla". Pues nada, el "Duce" uso armas químicas contra los abisinios. Culminó una alianza no militar con la Alemania nazi en octubre de 1936, el Eje Roma-Berlín. Una alianza total con Alemania se concretó tras la firma del Pacto de Acero en 1939 y la Alianza del Eje se establece con la firma del Pacto Tripartito entre Alemania, Italia y Japón en 1940.

Otro historiador italiano, Francesco Filippi, titula irónicamente su libro "Mussolini ha fatto anche cose buone. Le idiozie che continuano a circolare sul fascismo ("Mussolini hizo también cosas buenas. Las tonterías que siguen circulando sobre el fascismo"; editorial Bollati Boringhieri 2019), Filippi explica cómo se genera las "fake news del fascismo" y por qué se mantienen casi intactas en la actualidad en redes sociales y discursos públicos. "La gran mentira sobre Mussolini es que fue un dictador bueno que quería a su pueblo, como si hubiese sido un padre para toda la nación, fue él quien mató a más italianos en la historia del país", aclara Filippi.


"Si 75 años después de la muerte de Mussolini todavía hace falta un manual como este para arrojar luz sobre el régimen más sanguinario de la historia de Italia, quiere decir que todavía tenemos problemas con la memoria pública sobre el fascismo". 

 

Foto colorizada de la ficha policial del joven Benito Mussolini detenido en Berna - Suiza, el 19 de junio de 1903 a donde había huido para eludir el servicio militar obligatorio en Italia (1902). En julio de 1902 ya había sido arrestado por primera vez (por vagancia). En ese tiempo ya mostraba sus cualidades de agitador, fue detenido al sospecharse que incitaba a los trabajadores italianos a la huelga y al disturbio. El Ministerio Público de la Confederación informó a las policías cantonales que era conveniente no perder de vista a este "anarquista". Se ordenó su deportación, pero la orden de expulsión era válida sólo en el cantón de Berna, Mussolini retornó pronto a Suiza y se queda en Bellinzona (Tesino).


En una entrevista para BBC, "Benito Mussolini, a 75 años de su muerte", (abril 2020) el historiador Francesco Filippi desmitifica al Duce, a más de haber, con sus decisiones, causado la muerte de millares de italianos, "provocó una guerra en la que murieron centenares de miles de personas, que causó daños irreparables al patrimonio cultural, social y económico de este país".

- ¿Cómo la figura del hombre fuerte, del padre autoritario, atrae a las sociedades cuando atraviesan períodos de crisis?. "Hay períodos en los que las personas necesitan respuestas sencillas a problemas complejos. Es lo que yo llamo "infantilismo social": así como los niños, delante de determinados problemas, no quieren entender de soluciones difíciles, algunas sociedades, en determinados momentos, esperan que un adulto les resuelva los problemas con una varita mágica. En el momento en que personajes históricos como Mussolini consiguen encarnar ese papel de solucionador de problemas, a la gente ya no le importa si eso es verdad o no, porque se siente tranquilizada".

- ¿Por qué son tan fuertes algunos mensajes de Mussolini como para ser considerados actuales? "Si hay algo que el fascismo hizo muy bien fue hablar de sí mismo. La propaganda fascista fue muy eficaz porque era primitiva, sencilla y directa. La retórica del "Duce" fue una revolución mundial, y por eso sus mensajes y su lenguaje siguen circulando con fuerza hasta hoy". Mussolini fue pionero en entender la importancia de los medios de comunicación y del contacto directo con las masas, por ello Hitler le declaró su admiración. 

- ¿Qué representa hoy en día la imagen del "Duce" colgado de los pies delante de la población italiana enfurecida que se ensañaba con su cuerpo? "Fue el último acto de la parábola retórica del fascismo, de la relación corpórea entre el dictador y la muchedumbre. Esa misma muchedumbre que lo había apoyado se siente ahora traicionada y humillada pero también huérfana, y se rebela contra ese padre y se ensaña con su cuerpo. Fue el fascismo que se devoraba a sí mismo".


El cómo ayudó Mussolini a los nazis para destruir Austria (Anschluss) *

 

Una portada de la revista mexicana "Hoy" del tiempo de la segunda guerra mundial 

Tras la Gran Guerra la dinastía de los Habsburgo fue depuesta y exiliada, su imperio, Austria-Hungría, en la ruina. Poca gente es consciente que los Habsburgo, a través del Archiduque Otto, estuvieron a punto de ser restaurados en el trono austríaco justo antes de desatarse la segunda guerra mundial. Había un pacto, solamente el cuándo, era el kit del asunto. 

¿Qué lo impidió? La causa vino del último rincón del mundo, un hecho aparentemente inesperado: Etiopía

No nos precipitemos, todo tiene un antecedente. Culminada la Gran Guerra, Austria es reducido a un pequeño estado aislado en Europa. No debería sorprender el por qué muchos austriacos pidieron una unión con Alemania, los aliados se negaron, por temor a fortalecer a los alemanes. Al igual que en muchos lugares de Europa, Austria tuvo conflictos civiles y agitación. El orden fue restablecido por Engelbert Dollfuss, líder del Frente de la Patria, un partido fascistoide (pro-italiano), el "austrofascismo". En 1932 Dollfuss estaba en tratos con los monárquicos.

El pequeño Dollfus mantenía armonía y amistad con Benito Mussolini. Era el tiempo en que éstos dos personajes no sentían simpatía por los nazis. ¿Contradictorio? No. Desde que los Camisas Negras marcharon sobre Roma, el "héroe" de Hitler era Mussolini, pero el italiano no devolvía iguales sentimientos. "A Mussolini inicialmente no le gustaba Hitler e incluso después de que Hitler llegó al poder y los dos se encontraron cara a cara, Mussolini encontró algo desagradable sobre él". 

Los nazis deseaban Austria más que a nada, Italia era el único obstáculo importante y apoyaba la independencia de Austria como un estado amortiguador entre Italia y Alemania. En 1934, Dollfuss fue asesinado por nazis en un intento de golpe de estado. Mussolini enfureció y llevó a las tropas italianas a la frontera, obligó a Hitler a retroceder y denunció a los nazis austriacos que habían cometido el crimen. Los alemanes todavía eran débiles militarmente. ¿Y qué pasó? Nadie en Europa secundó a Mussolini en esa crisis europea, Gran Bretaña y Francia guardaron silencio, el dictador italiano actuó solo. 

Kurt von Schuschnigg sucedió a Dollfuss como canciller y su objetivo era preservar una Austria independiente y fuera del alcance de Hitler. Restaurar la monarquía era un plan factible que podía llegar a buen término. Habría quien se oponga en Europa, pero "en última instancia solo importaban dos hombres: El mismo archiduque Otto y el garante de la independencia austriaca Benito Mussolini".

Las leyes que prohibían a los Habsburgo fueron derogadas y se les restituyó sus propiedades. Los monárquicos estaban de júbilo, los nazis se indignaron y Schuschnigg consultó a Mussolini. ¿Apoyaría Italia o se opondría a la restauración de la monarquía de los Habsburgo en Austria

"En ese momento, Mussolini había estado cerca de pelearse con los Aliados, pero todavía no sentía amor por Hitler ni quería ver a los alemanes en su frontera anexándose Austria. Sorprendentemente, dados sus antecedentes, Mussolini informó a Schuschnigg que no se opondría a la restauración de la monarquía. Incluso dio un paso más y sugirió que los lazos italo-austríacos podrían ser cimentados por un matrimonio de los Habsburgo con un miembro de la Casa Italiana de Saboya (algo para lo cual había muchos precedentes históricos). Schuschnigg organizó una reunión secreta con el archiduque Otto para informarle que el camino había sido despejado para la restauración de la monarquía. Se acordó todo y Schuschnigg declaró que todo debería estar listo para que la restauración se lleve a cabo el año siguiente".

Una restauración no es una cosa rápida, las negociaciones entre Schuschnigg y el Archiduque Otto prosiguieron en 1935. Y llegó lo inesperado.... Soldados etíopes habían atacado un puesto de avanzada italiano en la disputada frontera entre Etiopía y Eritrea. Gran oportunidad para que Mussolini invada Etiopía. La opinión pública mundial criticó a Italia, Gran Bretaña y Francia la denunciaron en la Liga de las Naciones. Vinieron las sanciones a Italia, nada disuadió al Duce de su guerra. Y aquí que aparece Hitler a nombre de Alemania, no se une a las sanciones contra Italia y le extiende una mano amistosa. Abisinia (Etiopía) fue conquistada por las tropas italianas en siete meses y "Mussolini se volvió contra los Aliados de manera firme e irremediable".

Los Aliados habían ofendido, tocado el ego del Duce, éste no les perdonó y prefirió echarse en brazos del caudillo alemán. "A partir de ese momento, Austria ya no podía contar con la protección italiana contra una intervención nazi y Hitler inmediatamente comenzó a planear la anexión de Austria y hacerlo antes que el Archiduque Otto pudiera ser instaurado en el trono. Apropiadamente, el plan nazi para la invasión de Austria recibió el nombre en clave de Operación Otto. (*The House of Hapsburg in World War II)

La restauración monárquica no sucedió. Schuschnigg convocó a un referéndum sobre la independencia de Austria y Hitler decidió actuar antes que pudiera llevarse a cabo. El único que pudo haberlo detenido era Mussolini y éste no se interpuso en el camino de su nuevo amigo. Cuando la noticia llegó a Hitler, el dictador nazi estaba extasiado, Hitler renunció para siempre a cualquier reclamo del Tirol del Sur (un área poblada alemana cedida a Italia después de la primera guerra mundial). El príncipe Felipe de Hesse telefoneó a Hitler desde Roma, le comunicó que Mussolini mantendría sus tropas en casa. Hitler gritó emocionado al teléfono: 


"Por favor, dile a Mussolini que nunca olvidaré esto ... ¡Nunca, nunca, nunca! ¡Vamos lo que sea! ... Y escucha, firma cualquier acuerdo que quiera ... Puedes decirle otra vez. Le agradezco de todo corazón. ¡Nunca lo olvidaré! ... Siempre que deba estar en necesidad o en peligro, puede estar seguro de que me quedaré con él, llueva o truene...". Hitler cumpliría su palabra, al menos en lo que respecta a Mussolini, no lo abandonó a pesar del lastre de aliado que consiguió.


El 12 de marzo de 1938, las tropas del ejército alemán ingresaron a Austria, el Anschluss. Los Aliados siguieron en silencio hasta que estalló la segunda guerra mundial en Europa


¿Por qué fracasó ruidosamente Mussolini en la IIGM? 

 


Una caricatura inédita sobre Mussolini de los Kukryniksy, pertenece a una colección privada de la familia Mamontov de Moscú y exhibida en su Galería de Arte del mismo nombre en 2015, la obra data de 1943.

"En sus más de dos décadas en el poder, uno de los errores fatales de Mussolini fue la incapacidad de reconocer que la composición psicológica italiana carecía de las virtudes militares necesarias para luchar en grandes conflictos, a diferencia de los alemanes que habían emprendido numerosas y significativas batallas en las generaciones pasadas".


En el mundo de ensoñación guerrera en que vivía, el "Duce" del siglo XX se veía como un antiguo caudillo militar romano y declaró la guerra, "pero Mussolini pensó que podía contar con las legiones romanas. Había olvidado que, al final, las legiones romanas estaban formadas por bárbaros, y que la Roma de la antigüedad, de la época de Julio César, ya no existía. Los italianos eran un pueblo pacífico, con otra cultura, otra mentalidad; ya no tenían esas tradiciones militaristas que siempre tuvieron los romanos, mientras que los alemanes las habían mantenido, por lo que Italia entró en la guerra y ya sabes lo que sucedió: derrota tras derrota". Esta cita ni más, ni menos, pertenece a un cubano llamado Fidel Castro.



A la izquierda, póster de propaganda de la marina de guerra italiana de 1941 emulando a las temibles Legiones Romanas. A la derecha, una portada del semanario "La Domenica del Corriere", el semanario más popular en Italia durante la primera mitad del siglo XX. Mussolini el fundador del Imperio (junto a su silueta como legionario de la antigua Roma) 

Shane Quinn explica magistralmente este episodio histórico. Las siguientes líneas resumen su análisis.

Librar guerras puede requerir una devoción ciega y sangrienta y el soldado italiano común traicionó una naturaleza más insubordinada e indisciplinada que su equivalente alemán. Cuando la lucha se volvió agria, los hombres de Mussolini a menudo se fundieron en el paisaje, requiriendo un apoyo nazi crucial en Grecia y África durante la década de 1940.

La ambición impulsora de Mussolini era engalanarse en el mundo como un nuevo Julio César, el dictador y general romano que, casi 2.000 años antes, se convirtió en el primer líder de Roma en cruzar tanto el Canal de la Mancha como el Rin.

A mediados de 1933, y ahora más de una década en el poder, Mussolini planeó lanzar ataques contra Yugoslavia primero, y luego contra Francia nada menos. Cualquier empresa de este tipo probablemente habría estado condenada al fracaso. Italia se vio aún más obstaculizada por ser un país pobre en recursos, que carecía de las materias primas esenciales para llevar a cabo guerras duraderas. Mussolini solo canceló las invasiones después de enterarse de que la inteligencia francesa había descifrado algunos de sus códigos militares.

Tras la insípida actuación de las tropas italianas durante su invasión de Etiopía en 1935, habría sido prudente reconocer la realidad de su situación. Dentro del ejército etíope de escasos recursos, algunos soldados estaban equipados simplemente con espadas y lanzas, otros con equipo militar del siglo XIX. Sin embargo, los etíopes obtuvieron éxitos contra su enemigo italiano, como durante la Ofensiva de Navidad de diciembre de 1935.

Mussolini podía haberse opuesto firmemente a unirse a la guerra del lado de Hitler en junio de 1940, ofreciendo un mero apoyo tácito como cuatro meses después, en octubre de 1940, su homólogo fascista, el general Franco, resistió las propuestas de Hitler de aliarse con España detrás del esfuerzo de guerra nazi. Fue una decisión que aseguró en gran medida que Franco permanecería en el poder durante tres décadas después de la guerra. Sin embargo, Mussolini no poseía la astucia de Franco.


Dos elocuentes caricaturas sobre Mussolini. Arriba: Hitler obliga a un Mussolini poco dispuesto a que colabore militarmente en 1940 (arte soviético). Abajo: "Il Duce..." (1942). Ilustración de Arthur Szyk para Esquire The Magazine for Men, junio de 1942.

En 1945, con la lucha en Europa llegando a su fin, era en muchos sentidos apropiado que Mussolini fuera capturado vistiendo un uniforme alemán. Durante los cuatro años anteriores, Hitler y sus hombres habían acudido al rescate de los italianos en repetidas ocasiones. Recuerden, el Führer no abandonó nunca al Duce, durante el último año y medio de guerra, Mussolini fue apoyado completamente por la fuerza militar alemana en el norte de Italia, fue poco más que un instrumento nazi, de eso era demasiado consciente. El arresto de Mussolini por la guerrilla italiana fue una humillación adicional. Lo peor estaba por venir.

Continuará...

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