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12 marzo 2019

AUSTRIA: 12 marzo de 1938. ¿Reunificación o anexión?


Hitler en el Palacio Imperial Hofburg, Viena 15 de marzo 1938 


por Tito Andino U.


Introducción

Muchos pseudo historiadores "revisionistas" mantienen la tesis que el Anschluss fue pacífico y legal porque una inmensa masa de austríacos dieron la bienvenida a las tropas de la Wehrmacht, por tanto, legitiman su anexión al Imperio alemán. Sin embargo, las aspiraciones de los austríacos habían cambiado desde 1918.

Concluida la guerra y abolido el Imperio Austro-Húngaro se declaró la República de Austria Alemana (Republik Deutschösterreich o Deutsch-Österreich), antes del final de 1918 la población, mediante plebiscitos regionales, expresó su voluntad de unirse a los alemanes, reclamando concesiones territoriales (no fue un plebiscito nacional). Aquellos objetivos eran quiméricos al no contar con apoyo internacional (excepto Alemania). Austria dependía de la decisión de los Aliados quienes rechazaron tales pretenciones; no obstante, el 12 de marzo de 1919 la Asamblea Nacional austríaca declaró al estado como una parte constituyente de la República Alemana. El Tratado de Saint-Germain-en-Laye, 10 de septiembre de 1919, puso las cosas en su cauce, la República de Austria Alemana pasó a denominarse República de Austria (Republik Österreich), prohibiéndose la unificación del país con otro a menos que contara con la aprobación de la Sociedad de Naciones, en razón que el Tratado de Versalles prohibía a Alemania unificarse con Austria. Casi dos décadas después, los nazis alemanes y austríacos se apoyarían en las decisiones anteriores al Tratado de Saint-Germain-en-Laye (1919) para reivindicar la unión.

Con el tiempo las aspiraciones austríacas fueron desde las más variadas posiciones políticas, la anexión ya no era primordial en la agenda, desde consolidar un nuevo estado nacional que rechace definitivamente la vieja monarquía, pasando por un estado autoritario de corte fascista, en mayo de 1934 se promulgó una nueva Constitución y un gobierno conocido como "austrofascismo", dirigido por el canciller Engelbert Dollfuss​ (asesinado por los nazis en julio de 1934), recuerden que en esos tiempos Austria contaba con la protección del régimen fascista italiano (opuesto a los nazis). Otro importante sector de la sociedad austriaca (monárquicos) luchaban por el retorno de los Habsburgo como soberanos del Österreich. Existía celo por cuanto Alemania seguía ostentando oficialmente el nombre de 'Deutsches Reich' (Imperio Alemán creado por la dinastía de los Hohenzollern) no obstante declararse la República (República de Weimar). Austria había sido "rebajada" a una simple República (Republiek Österreich, pese a que su traducción literal significa Imperio Oriental), gran parte de austriacos seguían enorgulleciéndose de su rico pasado, que ostentó, hasta no hace mucho, a través de la casa real de los Habsburgo, es decir, los títulos reales asignados a los emperadores del Sacro Imperio Germánico Romano.

Así que, dejando la propaganda a un lado, ya era minoritario el deseo de los austríacos para anexarse al Imperio Alemán, en 1918-1919 la desolación por el derrumbe del Imperio de los Habsburgo había impulsado en algunos círculos la iniciativa de unirse al Reich alemán.

El Anschluss


Hitler es recibido en Viena, 15 marzo 1938


Típico de este blog, no escribiremos la historia del Anschluss, un tema sobreexplotado, bastará un breve repaso de puntos concretos previos a la anexión. Hace unos día me encontré con una corta reseña referente al Anschluss y el "plebiscito" convocado para "legitimar" una invasión incruenta (característico de los primeros años del nazismo), me decanto por el titular "El plebiscito de Hitler. Cómo anexionarse una nación y legitimarlo sin disimulo" (José Carlos Bermejo). De allí surgió la idea de esta entrada. 

Es histórico que las circunstancias políticas de la época jugaron en favor del nuevo aprendiz de monarca que impuso las reglas para invadir y anexarse forzadamente una nación, la propaganda nazi haría el resto (por supuesto que un segmento importante de ciudadanos austríacos apoyó vivamente el Anschluss):

- Ante la presión desmedida de los nazis (tanto de Alemania como de Austria), el canciller austriaco, Kurt Schuschnigg, planeó los primeros días de marzo de 1938 convocar un plebiscito para el 13 de marzo. No se trataba de una pregunta, sino un llamado a respaldar una "Austria unida, cristiana, social, independiente, germana y libre", es decir no se convocaba para consultar sobre las aspiraciones alemanas de anexión. la noticia se filtró a Berlín.

- Schuschnigg, apremiado por las circunstancias, anuncia el 9 de marzo un referéndum para el 13 de marzo de 1938, Existe ya una pregunta concreta:  Independencia o unión con Alemania.

- Hitler no puede permitirlo, ordena a los nazis austríacos sabotear la realización del referéndum. Por otro lado, Schuschnigg ve esfumarse su deseo de contar con el respaldo internacional​. Alemania cierra las fronteras y moviliza las tropas. Dentro de Austria los nazis locales incitan a la violencia contra entidades estatales para crear el caos (algunos historiadores concuerdan que se intentaba provocar una guerra civil).

- El 10 de marzo, Hitler y su estado mayor de la Wehrmacht discuten el plan de invasión (Operación Otto) y exigen al líder austriaco Seyss-Inquart que ese mismo día busque la forma de anular el plebiscito. Hitler ordena mantener la violencia provocada por los nazis en las ciudades austríacas, esos actos provocan la reacción de las tropas austríacas leales al gobierno.

- La verdadera intención de Hitler es conseguir que el presidente Miklas destituya a Schuschnigg y nombre a Arthur Seyss-Inquart como canciller de Austria, quien, a la vez, debía solicitar el apoyo militar a Alemania para poner fin a la violencia y maquillar la invasión.

- El 11 de marzo, nazis austriacos armados y apoyados con infiltrados de la Gestapo provenientes de Alemania toman el control de la mayoría de entes gubernamentales en toda Austria. El presidente Miklas recibe un ultimátum del propio Hitler que le exige dejar sin efecto el referéndum. Miklas, en un acto de valentía y honor, luego de reunirse con Schschnigg, se niega cancelar el referéndum convocado.

-  El Consejo de Ministros austríaco se reune, al mismo tiempo, Hitler aprueba el plan de invasión y exige el nombramiento de Seyss-Inquart en reemplazo de Schuschnigg, Miklas se niega nombrar al nazi como canciller. Los nazis amenazan con la invasión para esa noche (11 de marzo). Terribles presiones tienen lugar, Miklas una vez más se niega nombrar a Seyss-Inquart. Como último acto, Schuschnigg acepta anular el plebiscito pero no convoca a otro según ahora exigen los nazis austríacos (dentro de tres semanas). Schuschnigg dimite ante el presidente quien no puede conseguir a alguien dispuesto a asumir el cargo de canciller. Un iracundo Hitler exige la renuncia de todo el gobierno austriaco.

- En la práctica, los nazis austríacos imponen por la fuerza su autoridad, cuelgan banderas nazis en los edificios gubernamentales y exigen la toma del poder. En Alemania, Goering comunica a Seyss-Inquart que va a ordenar la invasión de Austria y que toda resistencia será juzgada por consejos de guerra, las tropas alemanas se movilizan para ingresar en Austria el 12 de marzo.

- Hitler ve la necesidad de consultar a Mussolini (protector de Austria) quien por los canales diplomáticos hace saber que no intervendrá en los sucesos a devenir, dejando a los austríacos sin su único aliado. Hitler estalla nuevamente en furia al no recibir comunicado de Viena nombrando a Seyss-Inquart como canciller austríaco, la invasión debe iniciarse esa misma noche (11 de marzo). Se procede a falsificar documentos como el que, supuestamente, redacta Seyss-Inquart como nuevo canciller solicitando apoyo alemán para restablecer el orden en Austria. Hitler ahora exige que Miklas renuncia como presidente.

- A medianoche (ya el 12 de marzo) Miklas nombra a Seyss-Inquart canciller interino, pero él se reserva el derecho a emitir toda medida gubernamental. Seyss-Inquart pide detener la invasión ya que se han aceptado las condiciones alemanas, pero Hitler rechaza el pedido.​

- Tropas alemanas cruzan la frontera austríaca, en muchas partes son vitoreadas, no hay oposición a tal acto, ni reacción internacional. Temprano el nuevo Ejecutivo austríaco jura la Constitución, Seyss-Inquart pide parar la invasión (en vano). El nuevo gobierno austríaco anula el artículo 88 del tratado de paz que impide la unión con Alemania y promulga por decreto la anexión. Miklas dimite (negándose a firmar el decreto de anexión) y designa presidente interino al canciller Seyss-Inquart.
- Nazis austríacos junto a agentes de la Gestapo arrestan a Miklas. Arthur Seyss-Inquart da la bienvenida a las tropas de la Wehrmacht. El 13 de marzo las fuerzas alemanas ocupan sin resistencia toda Austria, siendo recibidos por la población. Hitler que ya se halla en Austria entra en Viena el 15 de marzo.


Marzo 1938, entusiastas austríacos saludan el paso de las tropas alemanas, ante los hechos consumados no queda más que la resignación y los buenos deseos; a la derecha, Hitler saluda a la población de Salzburgo.


En resumen: Las autoridades austríacas pensaban contar con apoyo internacional y apoyo de la población para conservar su independencia. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, el Partido Nazi Austriaco planificó bajó las órdenes directas de Hitler un golpe de estado  en Viena, hecho que se materializó el 11 de marzo de 1938, evitando la celebración del referéndum convocado por Schuschnigg (en 1934 intentaron otro golpe de estado, asesinando al canciller Dollfus). El poder que tomaron los sediciosos fue inmediatamente transferido a Berlín, la Wehrmacht ingresa a Austria en plena crisis y chantajes a las autoridades locales. Hasta un nazi como Seyss-Inquart imploró que no se consume la invasión, tuvo que resignarse a las órdenes de su amo y por quien tendría que presentarse al cadalso en 1946.

Cumplida la ambición nazi, una de las primeras medidas implica suprimir la Primera República de Austria (Republik Österreich). Los nazis la degradan a provincia, Ostmark (Marca Oriental). Arthur Seyss-Inquart también ve degradado su codiciado cargo de Canciller a Gobernador General (el cargo de canciller queda suprimido).

Entonces, Hitler anuncia su plebiscito para el 10 de abril de 1938 con el cual legitimará la invasión de marzo. 


Marzo 1938, la extinta República de Austria (en rojo) convertida en la provincia de Ostmark (La Marca Oriental) de la Alemania nazi. Aneriormente explicamos que el nombre oficial de Alemania seguía siendo Deutches Reich (Imperio Alemán) a pesar de que se declaró la República (República de Weimar).


La papeleta del Plebiscito





Explicación de la gráfica y fotografía. Arriba: Observamos la papeleta del plebiscito convocado por los nazis tras la invasión y anexión (Anschluss) de Austria del 12 de marzo de 1938. Apreciemos que la parte principal de la pregunta y el nombre de Adolf Hitler tienen letra más grande y resaltada. La diferencia entre el "Ja" y el "Nein" es tan enorme que podría tratarse de una representación del Planeta Tierra con su satélite. Abajo: Una práctica "guía" para principiantes. Cómo votar por el Führer. Por si alguien no comprendió, el círculo grande es para marcar "SI" y el pequeño para dejarlo vacío.

Esa es la papeleta oficial utilizada el 10 de abril de 1938, cuya traducción dice: "¿Estás de acuerdo con la reunificación de Austria con el Imperio Alemán efectuada el 13 de marzo de 1938 y votas en favor de la lista de nuestro Lider Adolf Hitler?"... ¿Adivinan quién ganó?...  



Propaganda nazi para el referéndum del 10 de abril de 1938: En las ilustraciones a color, la primera dice: "Toda la gente dice el 10 de abril Si!". El otro es una famosa acuarela que se utilizó como tarjeta postal, representa al canciller austriaco Kurt Schuschnigg huyendo de Austria, junto con un sacerdote católico, un político, un judío caricaturizado que sostiene una caja llena de dinero y un miembro de la Juventud Schuschnigg (con un rostro judío igualmente caricaturizado). El grupo angustiado parece ser arrastrado por un muro de banderas nazis que empujan detrás de ellos. El título debajo de la ilustración "Mander, 's ischt Zeit !" (Hombres, ha llegado el momento!) hace eco del histórico llamado a las armas del heroico luchador por la libertad del Tirol, Andreas Hofer.


Bien, ahora entremos en otro detalle, quizá desapercibido. Si alguien se percató de algo interesante escrito en la papeleta y conoce algo de alemán y de su historia, podría afirmar que ¿Austria alguna vez fue parte del Imperio Alemán?. 

A Hitler le tomó tiempo y muchas rabietas justificar la invasión - anexión de Austria. Los ciudadanos de la Marca Oriental (ex austríacos), nueva provincia alemana, no tuvieron otra alternativa  electoral que:

 ¿Estás de acuerdo con la "reunificación"?
Si o No.

Veamos, los nazis utilizaron para el plebiscito la palabra Wiedervereinigung, que significa "reunificar", mientras que el término alemán Anschluss puede ser traducido como: unión, adhesión, anexión, incorporación; o, en otros contextos como: enlace, reunión, conexión y otros significados más, pero nunca se puede utilizar como reunificación. Ahora podrán entender por qué no se utilizó la palabra anschluss para la papeleta del referéndum. Wiedervereinigung pretendía otorgar una inexistente legalidad dentro de un marco jurídico de "causa justa" (ius ad bellum).

La definición de "reunificar" es precisa: "Volver a unir una entidad que en algún momento constituyó una unidad" (RAE).

La frase completa en la papeleta del plebiscito dice: "Wiedervereinigung Österreichs mit dem Deutschen Reich", es decir: "Reunificación de Austria con el Reich alemán".

Aquí nuevamente preguntamos. ¿Cuándo Austria o el Imperio Austro-Húngaro fueron parte del Imperio Alemán? Retrocedamos en la historia y reflexionemos: ¿Alguna vez el Imperio de los Habsburgo (Austria) se fusionó con el Reino de Prusia de los Hohenzollern (Imperio Alemán) o, remontándonos más en el pasado, con la dinastía Hohenstaufen (germánicos propiamente dichos)? 

Los nazis pretendieron reescribir la historia, sobre todo aquella bicefalia entre Prusia y Austria, al convocar a una dudosa, sería bueno decirlo, falsa "reunificación" germana de la invadida y anexada Austria, bautizada como la provincia de la 'Marca Oriental' del Reich Alemán, basado solo por cuestiones lingüísticas o de raza. 

En efecto, los nazis realizaron su plebiscito en abril de 1938. Se negó la posibilidad de realizar campaña por el "NO"; en el supuesto de que se consintiera, ¿cuál avezado austriaco la impulsaría?, puesto que, a los pocos días de la invasión-anexión, ya se contaban por decenas de miles los detenidos (70.000) entre políticos, intelectuales y hasta judíos. Datos confirman que alrededor de 400.000 ciudadanos (10 % de los votantes) fueron excluidos. Una anécdota que recoge la Wikipedia señala que en el poblado de Innervillgraten, donde la votación no estuvo custodiada por la Wehrmacht o las milicias nazis, el resultado fue del 95 % en contra de la anexión.

De todas formas, sería inútil cuestionar el apoyo popular (99.73 % de electores) en favor del "SI"; pero, la forma en que se llevó a cabo el proceso influyó en el resultado. No existió el voto secreto, los ciudadanos estaban obligados a marcar la papeleta a la vista de los SS, aun más, la papeleta debía ser entregada al SS, no había la opción para que el votante introdujera la papeleta en una urna. 

Por otro lado, Austria no fue inmune a las terribles crisis económicas que asolaron Europa tras la posguerra, tiempos de la hiperinflación alemana (1921-1923), luego vendría la Gran Depresión de 1929, Austria también se vió abocada en quiebras del sistema bancario. Las crisis financieras fueron el caldo de cultivo del nazismo, sin ellas no había posibilidad que exaltados "redentores" del mundo sean tomados en cuenta. Imagínese a un simple ciudadano austríaco de aquellos años contemplando extasiado como un coterráneo se apodera de Alemania al punto de declararse Führer, el "Mesías", el "Salvador" que clama por la unión de los pueblos germanos. Cómo no despertar la curiosidad en aquel hombre que llega escoltado por decenas de miles de soldados, hay que salir a las calles, a las carreteras, hay que mirarlo, quizá (piensan los austríacos), a pesar de todo, sea lo mejor para todos...



VIDEO

Anschluss. Versión rápida 
Cómo anexionarse una nación y legitimarlo sin disimulo


El lector tendrá muchas dudas sobre la argumentación de esta ponencia, sobre todo con la famosa "reunificación" (Wiedervereinigung); o, si Austria formó parte en algún momento de la historia del Imperio Alemán. Veamos la siguiente explicación.


Un poco de historia sobre el Sacro Imperio Romano Germánico.

Este mapa muestra el Sacro Imperio Romano en sus máximas expansiones. Durante más de ocho siglo el Sacro Imperio Romano se extendió desde el Mar del Norte hasta el Mar Mediterráneo


Podría cuestionarse está ponencia y presentarse como argumento de la anexión nazi de Austria el hecho histórico que alguna vez los territorios austríacos formaron parte del Sacro Imperio Romano - Germánico. Sin embargo, durante todo ese tiempo no existió una unidad y gobierno centralizado, el Sacro Imperio se conformaba de las típicas monarquías medievales, que se administraban por sí solas y cuyo nexo de unión siempre fue la Iglesia. 

Es más fácil comprender la estructura del Sacro Imperio explicando sus diferencias. Insistiré que nunca se convirtió en un Estado-nación, aglutinaba los más diversos y dispares sistemas de administración, que es otra cosa, les ataba un vínculo de principios católicos-cristiano-romanos que obligaba a rendir tributo a un soberano que reinaba pero no gobernaba, una especie de autoridad o juez sacrosanto embestido por la Iglesia, a quien se recurría en caso de conflictos y divergencias. El Sacro Imperio estaba constituido por los más diversos pueblos y buena parte de su nobleza provenía fuera de la comunidad germano-hablante. Su sistema de "administración" era una verdadera Torre de Babel, existían numerosos territorios (por cientos) gobernados por reyes, príncipes, duques, condes, tanto seculares como eclesiásticos, además de Caballeros Libres del Imperio y Ciudades Libres, existían príncipes-obispos con poder administrativo y eclesiástico.


Hasta inicios del siglo XVI los reyes germanos no eran considerados emperadores, si el Papa no los coronase. El Sacro Imperio o el Emperador no ejercía poder directo sobre los estados que oficialmente regentaba.

Si pudieramos hacer una comparación moderna (con sus notables diferencias naturalmente), sería por ejemplo, la Unión Europea o una organización militar como la OTAN, en que todos se alían para un objetivo común (sin contar con la opinión pública, claro está). Así el Sacro Imperio Romano Germánico, en apariencia, estaba unido para defenderse de enemigos externos, comerciar, resolver sus propias disputas, etc. (eso no quiere decir que no se dieran conflictos armados entre sus componentes, la historia nos dice lo contrario, muy rica en ejemplos).

Propio de la codicia humana, llegaron las guerras, la reforma protestante y otras circunstancias que llevaron a un punto fulminante, la Paz de Westfalia (1648) con el consiguiente declive del Imperio, una vez más, ahí se constató que el emperador solamente era un título  nominal, no ejercía poder real en los 350 estados que se aglutinaban en torno al Sacro Imperio. 



Animación gráfica sobre la evolución del territorio del Sacro Imperio Romano Germánico desde su fundación hasta su desaparición (gráfico tomado de la Wikipedia)



A partir de la "Paz de Westfalia" se inició la constitución de otro sistema de alianzas independientes. "Se agruparon en torno a los grandes Estados europeos con los que tenían identidad religiosa e influencia política, de manera que los Estados católicos del sur se agruparon en torno a Austria-Hungría; los luteranos del norte junto a Brandeburgo (integrante del futuro Reino de Prusia) y el Imperio Sueco, y los del oeste, predominantemente calvinistas, ingresaron a la órbita de influencia de las Provincias Unidas y del Reino de Francia. A todos los efectos, el Sacro Imperio Romano pasó a ser una confederación de Estados de difícil cohesión y rivales entre sí" (cita de la Wikipedia).

El Sacro Imperio desde hace mucho tiempo estaba representado por la Casa Real de los Habsburgo (desde mediados del siglo XV hasta su disolución en 1806 tras ser derrotados en la batalla de Austerlitz por el Primer Imperio francés al mando de Napoleón Bonaparte). Las rivalidades con sus "parientes" prusianos, los Hohenzollern, se desataron a raíz del surgimiento de Prusia que iba aglutinando a otros estados germanos en su entorno, luego vendrían las hostilidades armadas entre ellos.


Confederación del Rín (Rheinbund 1806-1813)


Bonaparte, durante la guerras napoleónicas, ordenó la formación de la Confederación del Rin (Rheinbund,1806-1813) con 16 estados alemanes tras la batalla de Austerlitz en la cual Austria y Rusia fueran derrotadas, téngase en cuenta que Prusia no participa en la contienda. La Confederación del Rin tenía un propósito para Francia, los pequeños estados alemanes serían una zona de amortiguación entre Francia y Europa Central (Austria y Prusia). El Sacro Imperio Romano Germánico se derrumbó en 1806, el emperador Francisco II abdicó al trono imperial y conservó el título de Francisco I de Austria, como emperador, los sucesores de Francisco II continuaron titulándose emperadores de Austria hasta 1918.


Confederación Germánica (1815-1866)


Si pudiéramos decir que hay alguna etapa en la historia en que Prusia y Austria estuvieron juntas propiamente dicho, bajo una denominación común aunque no administrativa, indirectamente fue gracias a Napoleón Bonaparte, en efecto, tras la derrota del Emperador francés en Waterloo (1815) se convocó al Congreso de Viena de 1815, aquí se decide, entre otras cosas, la conformación de la "Confederación Germánica" (Deutscher Bund), con 39 estados alemanes soberanos, incluido el Reino de Prusia, pero presidido por el Imperio Austríaco que ya recelaba del nacionalismo prusiano. Esa "Confederación" no funcionó ya que, generalmente, prusianos y austríacos no se ponían de acuerdo. Ese choque político culminó con la "Guerra de las Siete Semanas" (1866) en que el poderío militar prusiano se impuso, como consecuencia la "Confederación Germánica" se disuelve, formándose en 1867 la "Confederación Alemana del Norte" (Norddeutscher Bund), integrada por 22 estados del norte de Alemania, bajo hegemonía de Prusia, es el antecedente directo para la creación del Imperio Alemán en 1871. En esa nueva "Confederación" Austria es excluida del mundo "germánico".


Mapa de la Confederación Alemana del Norte, en rojo (1867-1871), Austria queda fuera.


El Reino de Prusia se fue imponiendo poco a poco al Imperio Austriaco, un ya presente Bismarck imponía la influencia prusiana en territorios alejados del control austríaco, como Sajonia, Baviera, Württemberg, etc. Sencillamente, Austria estaba en decadencia y no pudo oponerse a la penetración de Prusia en sus territorios (entonces ducados). 

Vendrían las "Guerras Germanas de Unificación", la Guerra Austro-Prusiana de 1866 (la guerra de las siete semanas) tenía un objetivo principal: expulsar a los austriacos de la "Confederación Germánica" y rechazar la "unificación" en torno a la corona de Austria. Bismarck apoyado por el desarrollo industrial de Prusia se convirtió en el temible enemigo de Austria. Otros objetivos secundarios se cumplieron, anexiones territoriales y la destrucción de la influencia austriaca sobre el resto de estados alemanes

¿Qué es lo fundamental de todo esto? 

Prusia expulsa a Austria de la Confederación Germánica, los austríacos reconocieron ese acto. La exclusión de Austria del seno de la comunidad germana fue un hecho consumado política y jurídicamente. En julio de 1867 se crea la "Confederación Alemana del Norte" (23 estados) bajo el predominio del Reino de Prusia. Llegándose al punto culminante tras la "Guerra Franco-Prusiana" (1870-1871), tras la victoria se consigue unificar a los estados alemanes aun renuentes y Guillermo I, Rey de Prusia, se proclama Kaiser del Imperio Alemán en 1871. Desde entonces, la historia de Alemania y Prusia se fusionan hasta el final de la Primera Guerra Mundial con la derrota del Imperio Alemán y la abdicación de Guillermo II.



Los austríacos fueron aliados de los alemanes en la Gran Guerra, pero ello no denotaba ningún deseo de "unificación", solo reflejaba cálculos geopolíticos y alianzas para proteger sus intereses ante el surgimiento de potencias paneslavas como el Imperio Ruso y el reino de Serbia. Como todos sabemos luego del asesinato del archiduque austrohúngaro, Francisco Fernando de Austria, por un ciudadano serbio (de Bosnia), el Kaiser alemán Guillermo II brinda al emperador austrohúngaro, Francisco José I, su apoyo para que Austria-Hungría invada el Reino de Serbia, por lo que Alemania tuvo que asumir su responsabilidad de provocar (e iniciar) la Gran Guerra.

II parte

Un breve repaso sobre los Habsburgo antes y después de la IIGM*

La Primera Guerra Mundial vio cómo la venerable dinastía de los Habsburgo fue depuesta y exiliada, su imperio, Austria-Hungría, destruido; igual sucede con el Imperio Alemán de los prusianos Hohenzollern que abdican al trono.

Un hecho que ha pasado desapercibido es que los Habsburgo, más que ninguna otra dinastía germana, estuvieron a un paso de ser restaurados en el trono austríaco, justo antes de la Segunda Guerra Mundial

Las tensiones internacionales surgidas tras las nuevas fronteras dibujadas después de la Gran Guerra fueron propicias para la propaganda nazi. No obstante Hitler temía a los Habsburgo a quienes veía como su mayor amenaza, incluso después de la toma del poder. El plan nazi de "reunificar" a todos los alemanes en un solo estado-nación significaba que debían iniciar con Austria, pero Mussolini apoyaba la independencia de Austria. 


El archiduque Otto de Habsburgo


Ya que las cosas no funcionaban en los ex estados del imperio austro-húngaro, se estudió la posibilidad de restaurar a los Habsburgo, lo que crearía un bloque fuerte que habría frenado el expansionismo nazi, en esos primeros años, la Alemania nazi era aun militarmente débil, sin importar que dedicara casi todos sus recursos a una economía de guerra y producción de material bélico.

En 1920 el gobierno húngaro votó para restaurar la monarquía, aunque carecían de un monarca, el almirante Miklós Horthy fue nombrado regente y debía entregar el poder al último rey de Hungría, el emperador Carlos I (Kaiser Karl) quien reclamó la corona dos veces en 1921 (los Aliados también se opusieron, aunque para muchos historiadores parece improbable que Gran Bretaña y Francia se arriesgasen a una guerra para evitar que los Habsburgo asuman su herencia húngara).


El Almirante Miklós Horthy, regente de Hungría y aliado de Adolf Hitler, fue el hombre que impidió que los Habsburgo (Archiduque Otto asuma el trono del Reino de Hungría)


Hungría fue durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial un reino nominal, una monarquía sin monarca. Horthy se acercó a Alemania al participar en la división de Checoslovaquia y unirse militarmente al Eje. Gracias a esa alianza recuperó parte del territorio perdido ante Rumania, Checoslovaquia y Yugoslavia.

Todos estos eventos fueron observados muy de cerca por el hombre que debería haber sido Rey de Hungría, el Archiduque Otto de Austria, quien tuvo éxito como jefe de la Casa de los Habsburgo tras la muerte de su padre, el emperador Carlos, en 1922. En ese momento, de convirtirse en el Rey nominal de Hungría, era menor de edad, alcanzada la mayoría de edad legal se esperaba que asumiera el trono húngaro, el almirante Horthy lo impidió.

Muy pocas personas se dan cuenta lo cerca que estuvo el Archiduque Otto de ser restaurado al trono austríaco. Según sus propias cuentas, era un trato pactado, el retorno de la Casa de los Habsburgo a Viena estaba planeado. La causa principal del por qué no sucedió en última instancia vino del último lugar del mundo que cualquiera hubiera esperado: Abisinia (lo veremos poco más adelante).

Dentro de Austria el canciller Engelbert Dollfuss prohibió los partidos de oposición, estableció un estado católico y corporativista que los historiadores han denominado "austrofascismo", con lazos muy amistosos con Benito Mussolini, El Duce italiano, en ese entonces, veía con mal ojo a Hitler, inicialmente no le gustaba el jefe de estado alemán, inclusive, después que Hitler llegó al poder y los dos se encontraran cara a cara, Mussolini lo encontraba desagradable. 


Los nazis querían Austria más que a nada e Italia era el único obstáculo para tomarla a la  fuerza. En 1934 Dollfuss fue asesinado por los nazis en un intento de golpe de estado, Mussolini se indignó y desplegó las tropas italianas en la frontera, Hitler retrocedió y "denunció" a los nazis austriacos que mataron a Dollfuss. 

El asesinado canciller prometió a los monárquicos la restauración (no es seguro que haya sido un sincero ofrecimiento), pero cuando se reunió con el archiduque Otto, los dos tenían algo en común: El odio a los nazis. 


Los cancilleres austríacos Engelbert Dollfuss y Kurt Schuschnigg


Kurt von Schuschnigg sucedió a Dollfuss como canciller y para preservar una Austria independiente y alejada de las garras nazis pensó en restaurar la monarquía de los Habsburgo, podía hacerse concluyó, habría quien se oponga en la comunidad europea, pero la decisión final solo dependía de dos hombres: El mismo archiduque Otto y el garante de la independencia austriaca Benito Mussolini.

No hace falta decir que el archiduque Otto estaba listo para asumir el trono, le horrorizaba imaginarse a los nazis tomando el poder en Viena o convertir Austria en un estado de Alemania. Las leyes que prohibían a los Habsburgo pisar suelo austriaco fueron derogadas y se les restituyeron las propiedades. Los nazis enfurecieron, Schuschnigg consultó con Mussolini. ¿Apoyaría Italia o se opondría a la restauración de la monarquía de los Habsburgo en Austria?

La respuesta de Mussolini fue más contundente al informar a Schuschnigg que:


No se opondría a la restauración de la monarquía, sugirió que los lazos italo-austríacos podrían ser cimentados por un matrimonio de los Habsburgo con un miembro de la Casa Italiana de Saboya. Schuschnigg organizó una reunión secreta con el archiduque Otto para informarle que el camino había sido despejado para la restauración de la monarquía. Se acordó todo y Schuschnigg declaró que todo debería estar listo para que la restauración se lleve a cabo el año siguiente (1935).

De pronto surge la crisis de Abisinia (Etiopía)


Benito Mussolini en una de las ceremonias nazis donde quedó "hechizado" por Hitler.


Tras un ataque etíope a un puesto de avanzada italiano a lo largo de la frontera en disputa entre Abisinia y Eritrea, Mussolini lanzó su invasión a Abisinia (hoy Etiopía). La opinión mundial fue muy dura con Italia, Gran Bretaña y Francia la denunciaron en la Sociedad de las Naciones donde se imponen sanciones a Italia. Hitler vio su momento, Alemania no impondría sanciones a Italia, ofreció su amistad. Abisinia es conquistada por las fuerzas italianas en siete meses, Mussolini se volvió contra los Aliados de manera firme e irremediable, lo habían ofendido, el Duce se vuelca hacia Hitler

Desde allí Austria ya no contará con la protección italiana ante las pretensiones nazis, los planes de anexión vuelven a reactivarse en Berlín, tenían que hacerlo antes que el Archiduque Otto pudiera ser instaurado en el trono. Apropiadamente, el plan nazi para la invasión de Austria recibió el nombre en clave de "Operación Otto". 

La pesadilla nazi era que el archiduque Otto pudiera aglutinar no solo a Austria, sino Hungría y Checoslovaquia, bajo la Casa de los Habsburgo, una fuerza que podía -en ese entonces- hacer frente a la Alemania nazi (esto por supuesto no eran más que cálculos y previsiones políticas, no hay constancia que algo así pudiera haber tenido posibilidad de éxito).

Los nazis con las manos libres iniciaron el proceso de intimidación - anexión, Schuschnigg convocó el referéndum sobre la independencia de Austria y Hitler decidió actuar antes que pudiera llevarse a cabo. El único que pudo haberlo detenido era Mussolini pero ya se había arrojado a los brazos de su nuevo amigo. Hitler extasiado renunció para siempre a cualquier reclamo del Tirol del Sur, un pequeño territorio poblado por alemanes cedido a Italia después de la Primera Guerra Mundial, allí no habría Anschluss.

Cuando Mussolini expresó que mantendría en casa a sus tropas, Hitler fue informado vía telefónica por el príncipe Felipe de Hesse, el Führer nazi gritó emocionado:


"Por favor, dile a Mussolini que nunca olvidaré esto ... ¡Nunca, nunca, nunca! ¡Vamos lo que sea! ... Y escucha, firma cualquier acuerdo que quiera ... Puedes decirle otra vez. Le agradezco de todo corazón. ¡Nunca lo olvidaré! ... Siempre que deba estar en necesidad o en peligro, puede estar seguro de que me quedaré con él, llueva o truene..."

El 12 de marzo de 1938, las unidades del ejército alemán ingresaron a Austria, rápida y ordenadamente se logró la anexión.

Consecuencias del Anschluss para los Habsburgo.


Arthur Seyss-Inquart recibe a Hitler en Viena durante el Anschluss; abajo, Seyss- Inquart se reúne con Hitler en Berlín a los pocos días de la anexión.


Aristócratas y monárquicos austriacos fueron arrestados inmediatamente por los nazis, muchos de ellos asesinados, junto con otros que se habían opuesto a la unión. Las leyes contra los Habsburgo en Austria se pusieron en vigencia, se confiscaron nuevamente sus propiedades y el propio Archiduque Otto fue declarado criminal. Sin la unidad que posiblemente brindaban los Habsburgo, fue relativamente fácil para los nazis hacerse con las áreas pobladas alemanas de la antigua Austria-Hungría, los Sudetes, Checoslovaquia y Polonia.
  
Cuando los nazis fueron derrotados en 1945, el Archiduque Otto estuvo visitando su natal Austria, se interesó en comunicar a los aliados occidentales su preocupación por la presencia soviética en Austria. Presentó una propuesta para la Europa central de posguerra, la creación de una "Federación del Danubio" que abarcaría gran parte del antiguo territorio del Imperio de Austria-Hungría. El primer ministro británico Churchill parecía apoyar la idea pero ya había otro gran protagonista, el dictador soviético Josep Stalin, además, los territorios de la federación propuesta estaban dentro de la pactada esfera de influencia soviética. Tampoco en Austria agradó la propuesta del Habsburgo, con el tiempo el Archiduque Otto renunció a su derecho al trono.


El tiempo de reyes y emperadores había terminado, los pueblos de Europa estaban hartos de ir a la guerra y morir en nombre de sus principitos y reyezuelos o dictadores demagogos aspirantes a monarcas.  


Notas:

* La segunda parte de este reportaje es una sinopsis de un tema ya tratado anteriormente: Nazismo y monarquía. Los mapas en su gran mayoría son tomados de la Wikipedia.
El plebiscito de Hitler
Nazismo y Monarquía (II)
Cuando Prusia selló el destino de Alemania
La paz de Westfalia (1648), el día que cambiamos la cruz por la bandera. 

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