Por Tito Andino U.
Selección y resumen de
varios artículos.
Colonialismo, la V República, el ascenso de Charles De Gaulle
Retornamos al África para presentar algunos antecedentes de la historia sangrienta del colonialismo francés en su ex colonia del Magreb, Argelia. Francia impuso mano dura ante los desafíos independentistas de los argelinos, los relatos desgarradores se pueden encontrar publicadas en artículos de prensa, libros y documentales. Como siempre, en este tipo de casos, este blog prefiere explicar la historia mediante ENTREVISTAS a los protagonistas o expertos historiadores (ello será en la siguiente entrega).
Previamente. debemos recordar que a mediados de diciembre pasado (2019) Argelia experimentó un proceso electoral que puede ser considerado un nuevo revés para el neocolonialismo francés, Abdel Mayid Tebbún (o Abdelmadjid Tebboune) fue elegido presidente de Argelia, ya en 2017 este personaje fue destituido de su cargo de primer ministro simplemente por advertir que se debía separarse el dinero de la política atacando a la oligarquía corrupta. Y ese sigue siendo su lema, la lucha contra la corrupción, por la que ha ganado las elecciones presidenciales, algo que no ha gustado para nada en París, donde pese a todo, siguen imponiendo las condiciones "democráticas" a los argelinos y a otras ex colonias. Francia exigió un período de transición y el aplazamiento de las elecciones.
Se ha arribado a este proceso democrático cuando el ex presidente, Abdelaziz Buteflika, tras 20 años en el poder quiso ser reelegido, largas semanas de protesta masiva por su anuncio le obligaron a renunciar, hasta los todopoderosos jefes militares argelinos cedieron y elevaron la petición de que el mandatario sea declarado incapaz de cumplir con sus deberes dada su enfermedad y avanzada edad. Pero, hay algunas voces que dicen que Tabbún es un as escondido de los militares, dada su profunda amistad, incluso personal con los altos mandos, lo que si parece claro es que el presidente electo no es del agrado de París.
Tebbún, mandatario electo, recordó que el 20 de octubre de 2019, “veinte días después de mi nombramiento, hubo una reunión, en Marsella, de empresarios y otros, a la que se unió el hombre que afirmaba defender a los trabajadores (Abdel Mayid Sidi Said, ex jefe de UGTA, el sindicato más poderoso de Argelia). Ellos reunieron 35 millones de euros para, según Said, destruir a Tebbún”.
Está claro que si un grupo de personas se reunen en un país extranjero (Francia) y bajo supervisión de autoridades de ese país para decidir sobre asuntos de gobierno de otra nación, solo puede ser interpretada como imposición neocolonial. Lo que piensen ahora en el gobierno francés debe estar relacionado a como volver a desestabilizar al nuevo gobierno argelino.
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Una histórica confesión nos libera de comentarios y nos dirige directamente a las motivaciones y consecuencias de la conquista francesa del territorio argelino; esa situación no cambió casi nada durante más de un siglo hasta que tras otra sangrienta contienda los argelinos consiguieron su independencia en 1962.
El teniente coronel De Montagnac, oficial francés durante la conquista de Argelia, escribió en Philippeville, el 15 de marzo de 1843:
"Todos los poblados que no acepten nuestras condiciones deben ser arrasados. Hay que llevárselo todo, saquearlo todo, sin distinción de edad ni de sexo; que la hierba no vuelva a crecer por donde el ejército francés haya pasado. Quien quiere algo no puede reparar en los medios, independientemente de lo que digan los filántropos. Todos los buenos militares que tengo el honor de comandar están prevenidos por mi propia boca de que si me traen un árabe vivo, recibirán una tanda de golpes con la parte plana del sable. (...) He aquí, mi buen amigo, cómo hay que guerrear con los árabes: matar a todos los hombres hasta la edad de quince años, tomar a todas las mujeres y niños (...) meterlos en los buques y enviarlos a las islas Marquesas o a otro sitio. En una palabra, aniquilar todo cuando no se arrastre a nuestros pies como perros". (Fuente: Lettres d’un soldat por el teniente coronel De Montagnac, Plon éd., Paris, 1885, reeditado por Christian Destremeau, 1998).
Comprender esta historia significa conocer que pasaba en la metrópolis francesa. Avancemos en el tiempo y detengámonos en los momentos en que Francia ejercía el terrorismo de estado en una de sus colonias llamada Argelia. Un ex espía, Constantin Melnik, describe en su libro "Un espion dans le siécle" (Un espía en el siglo) las acciones de los servicios secretos franceses durante la guerra de Argelia, París ordenaba el asesinato en serie de sus opositores en el tiempo del primer ministro Michel Debré (gobierno de la V República Francesa 1959-1962), presidencia de Charles de Gaulle; por supuesto, estas obscuras páginas de la historia francesa nunca han sido reconocidas de manera oficial por el Estado.
Durante la Guerra de Argelia, el gobierno de París ordenó la conformación de un comando especial compuesto de mil paracaidistas para cometer asesinatos en el extranjero, una fuerza que fue calificada como una máquina de matar, sin el menor escrúpulo fueron victimados cientos de abogados, líderes independentistas, ciudadanos y hasta traficantes de armas. Todo ello, conforme el libro de Melnik, tuvo lugar en el periodo 1959-1962.
El mismo Melnik participó en muchas de esas selectivas ejecuciones. Afirma que un comité ad hoc constituido por Melnik, Debré y un delegado del General De Gaulle redactaban una lista con los nombres de las futuras víctimas (generalmente opositores políticos), quienes eran marcados con una cruz eran los inmediatos blancos a eliminar. La tarea de Melnik era transmitir esas órdenes al jefe de los servicios secretos para su ejecución. El modus operandi de las cientos de acciones comando es ya conocido: coches bomba; agentes armados asesinando a la víctima en cualquier lugar público o privado; se llegó hasta hundir barcos que transportaban armas para los independentistas argelinos.
Melnik recuerda, entre otros casos, el asesinato de Aït Ahcene, jefe del "Frente de Liberación Nacional para la Independencia de Argelia" en Bonn - Alemania (1959); el asesinato del traficante de armas Marcel Leopold en Ginebra - Suiza (1959). Para 1960, conforme Melnik, 135 personas fueron asesinadas con esos métodos. Hubo, naturalmente, operaciones fracasadas, como la negativa a eliminar a franceses -aun opositores abiertos que denunciaban los crímenes-. Un escandaloso crimen se perpetró en Roma, cuando un coche bomba se activó al intentar un niño recoger su pelota donde se hallaba una bomba destinada a un blanco seleccionado.
Recuerdan nuestros artículos sobre el Stay-Behind, la Operación Gladio, la CIA-OTAN, los Ejércitos Secretos?. El modus operandi era el mismo, los servicios secretos engañaban a la ciudadanía inventándose la autoría de esos hechos por parte de inexistentes o misteriosas organizaciones terroristas. Al final, de nada sirvió tanto asesinato impune, De Gaulle ante la imposibilidad de conservar Argelia como colonia francesa y tanteando las consecuencias políticas en Francia no tuvo otra opción que otorgar la "independencia" a los argelinos.
La historia no quedará completa si no repasamos (brevemente) el golpe de estado del 13 de mayo de 1958, cuando por obra y gracia de los Ejércitos Secretos de la OTAN, el "Stay-Behind" puso al General De Gaulle en la presidencia francesa en plena crisis de la guerra en Argelia. Es histórico que los EEUU/OTAN decidieron intervenir para rescatar a la IV República ante la amenaza latente que constituía el Frente Popular (socialistas, comunistas, anarquistas franceses) y ante la posibilidad de que el Frente de Liberación Nacional en Argelia (prosoviético) llegue a tomar el poder por las armas, a pesar del envío de cientos de miles de tropas francesas a la colonia.
El Stay-Behind y otras redes de extrema derecha organizaron el golpe militar en Argel, que significó la caída de la República y el ascenso del General De Gaulle.
Pero el golpe no debía parecer para nada una dictadura, debía conservarse las libertades democráticas, eso sí, alejando a los comunistas de la posibilidad de entrar en el poder. Se repetía el guión de la segunda guerra mundial en la que De Gaulle, un personaje secundario, dirigía un gobierno en el exilio (Francia Libre), sin mayor decisión política entre los Aliados (nunca participó en la grandes conferencias de los líderes Aliados) y se le permitió formar un gobierno provisional tras la liberación para evitar sorpresas de los comunistas. En 1957 el mando de la OTAN está resuelto a evitar sobresaltos en Europa ante los revoltosos franceses del Frente Popular preparándose la llegada de De Gaulle a través de complots rigurosamente trazados en el seno de las redes "stay-behind". Uno de eso planes es conocido como la "Gran O" cuya tarea es salvar el Imperio francés poniendo al ejército en el poder, teniendo a su disposición ilimitados medios militares y políticos en Argelia con los que aplastar la rebelión.
Charles De Gaulle está conforme con todo lo que le imponen, incluso el "New York Times" le entrevista si él puede conquistar el poder, De Gaulle respondió: "¿Por qué no? Ya di dos golpes de estado en mi vida. En junio de 1940, cuando organicé nuestro movimiento en Londres, concreté un golpe de Estado. Y, en septiembre de 1944, di un golpe de Estado en París… Constituí un gobierno, yo era el gobierno".
El General Charles De Gaulle, fotografía de febrero de 1943.
El 9 de mayo de 1958 son los estadounidenses quienes transmiten la orden para la operación. Ese día, el general francés Raoul Salan advierte al gobierno:
"La prensa hace pensar que el abandono de Argelia se estudia por el proceso diplomático que comenzaría mediante negociaciones con vistas a un cese del fuego … El ejército francés, de manera unánime, interpretaría como un ultraje el abandono de ese patrimonio nacional. Es imposible prever su reacción ante esa decepción".
Mientras tanto, en Argel, el 13 de mayo se celebra un homenaje de los colonos por algunos prisioneros ejecutados por el FLN, el acto se convierte en un motín dirigido encubiertamente por los militares; la multitud asalta y saquea el Palacio de Gobierno. Los Jefes militares que dirigen la represión en Argelia asumen el mando de los amotinados, anuncian la formación de un Comité de Salvación Pública Civil y Militar en Argel, en otras palabras, un gobierno provisional, la proclama exige "la creación en París de una gobierno de Salvación Pública, único capaz de salvar Argelia, parte integrante de la Metrópoli"; a la vez se hace el llamamiento a Charles De Gaulle. En Argel esos días la multitud grita "!El Ejército al poder!", los mandos militares corean "¡Viva Francia!", "¡Viva la Argelia francesa!", "¡Viva el general De Gaulle!".
En París, se funden en un solo grito tanto los simpatizantes del Comité de Salvación Pública, gaullistas y hasta grupos profascistas. En París se conforma un nuevo gobierno (16 mayo) que no adopta ninguna medida contra los generales sublevados en Argel intentando que no pase lo mismo en la metrópolis; el Parlamento vota la declaración de estado de emergencia por tres meses.
De Gaulle apareció el 15 de mayo y declara:
"... desde hace 12 años, Francia, inmersa en problemas demasiado arduos para el régimen de partidos, se ha visto sumida en este desastroso proceso. En el pasado, el país … confió en mí para conducirlo en su conjunto hasta su salvación. Hoy, ante los obstáculos que de nuevo se alzan ante él, debe saber que yo estoy dispuesto a asumir los poderes de la República".
El diario L’Humanité resume en primera plana el siguiente titular:
"De Gaulle se quita la careta. El jefe de los generales sediciosos reclama el poder personal. ¡Abajo la dictadura militar! ¡Trabajadores, republicanos de todas las tendencias, únanse, actúen, organícense para acabar con todo intento de golpe de Estado! ¡Viva la República!" (16 de mayo).
El Comité de Salvación Pública, en nombre de De Gaulle, recauda de empresarios y otros sectores millones de francos destinados al financiamiento del golpe gaullista, el "stay-behind" organiza en favor de De Gaulle más manifestaciones. La Asamblea Nacional empieza a desestabilizarse, el gobierno es incapaz de actuar, solo los partidos y sindicatos de izquierda se movilizan en París al grito de "¡Alto al fascismo! ¡No a la dictadura! ¡Paz para Argelia!".
El 26 de mayo, el Comité de Salvación Pública instaura un triunvirato que se compone de Massu, Soustelle y el doctor Sid Cara (el último como representante musulmán) Desde Argel paracaidistas arriban a Córcega y toman por asalto la prefectura de Ajaccio (capital de la isla de Córcega), siendo notoria la presencia de miembros de la Red Orion que operaba bajo la ocupación nazi.
De Gaulle da un paso más contra el Gobierno de la República, el 27 de mayo proclama:
"Ayer emprendí el proceso regular necesario para el establecimiento de un gobierno republicano capaz de garantizar la unidad y la independencia del país. Cuento con la continuación de ese proceso y con que el país demuestre con su calma y su dignidad su deseo de verlo concretarse …Espero de las fuerzas terrestres, navales y aéreas presentes en Argelia que se mantengan de forma ejemplar bajo las órdenes de sus jefes. A esos jefes, les expreso mi confianza y mi intención de ponerme rápidamente en contacto con ellos".
El 28 de mayo el gobierno Pflimlin renuncia. De Gaulle se niega a comparecer ante la Asamblea para su investidura y exige que lo pongan en el poder sin tener que someterse a un debate sobre sus intenciones. El general Jacques Massu declara que es el general De Gaulle quien decide si el ejército debe llevarlo al poder por la fuerza o no. Confundidos por el despliegue de tropas en París, los parlamentarios proclaman, sin debate, a Charles De Gaulle como Presidente del Consejo, es decir, Jefe del Gobierno Francés, el primero de junio de 1958; el 3 de junio la Asamblea se autodisuelve no sin antes autorizar al general-presidente hacer uso de poderes especiales en Argelia, así como le concede poderes constituyentes y plenos poderes por seis meses.
De esa forma la IV República es derrocada sin correr sangre, ya no eran necesarios los paracaidistas que habían despegado para asaltar la sede de la Asamblea Nacional y capturar a los principales líderes de la izquierda; igualmente, las acciones preparadas por los comandos civiles armados de los Comités de Salvación suspenden los preparativos para el gran asalto.
Un retrato oficial de Charles de Gaulle de 1959, como Presidente de la V República Francesa.
"En julio de 1958, el secretario de Estado estadounidense, John Foster Dulles, llega a París para reunirse oficialmente con Charles de Gaulle. Dulles comienza la entrevista con una alusión al proyecto de complot que él mismo había preparado con De Gaulle en 1947, una forma elegante de recordarle a su interlocutor la existencia de secretos compartidos y de una relación desigual. Después, pasa en revista la situación y se asegura de que su interlocutor haya entendido bien lo que Estados Unidos espera de él, sobre todo en cuanto a la cuestión nuclear. Poco después del regreso de Dulles a Washington, se reune el Consejo de Seguridad Nacional (NSC). Este órgano se congratula por la llegada de De Gaulle al poder y el cambio de rumbo que ello implica. Después de oír el informe del general Lauris Nordstadt, el Consejo de Seguridad Nacional decide alinear la política de seguridad de los Estados Unidos en el Mediterráneo con la de Francia" (Thierry Meyssan Cuando el stay-behind puso a De Gaulle en el poder)
A las pocas horas, 4 de junio, De Gaulle viaja a Argel, desde el balcón del Palacio de Gobierno expresa su conocido " ¡Yo los entiendo! ... En toda Argelia hay una sola categoría de habitantes: sólo hay franceses con todos los derechos". Se pronuncia por la Argelia francesa, propone a los nacionalistas argelinos una "paz de valientes" a cambio de desarrollo, los exiliados nacionalistas responden que lucharán hasta lograr la independencia de Argelia, formando un Gobierno Provisional de la República Argelina (GPRA) para negociar la retirada de las fuerzas coloniales. En esas circunstancias, los militares de Argel obtienen en enorme presupuesto suplementario, la guerra continuará hasta las últimas consecuencias, para ello el estado francés se ve obligado a imponer nuevos impuestos y solicitar más préstamos. En la misma capital francesa ocurre lo insospechado, una represión sin precedentes contra los árabes y kabiles que viven en la ciudad siendo enviados a un centro de internamiento.
El General De Gaulle y su nuevo gobierno cívico militar prepara una nueva Constitución a la vez que inicia una gira por las colonias expresando su deseo de reorganizar el Imperio siguiendo el modelo británico "Commonwealth" en la que cada territorio será autónomo. Parece ser que De Gaulle aspiraba una especie de descolonización de África en la que los habitantes tengan libertad, a la vez que debían seguir gozando del favor de Francia, a través de la Comunidad. Dicho criterio no era nada compartido por el núcleo duro del poder francés y tampoco por los independentistas en las colonias. La gira resulta un fracaso, el intento por ganarse la confianza de esos pueblos termina en cada acto con la aparición de protestas y pancartas exigiendo la independencia. Ya en casa las cosas no mejoran, a pesar de la propaganda estatal, decenas de miles de simpatizantes convocados por el Partido Comunista Francés corean "¡No! ¡No! ¡No! !No!" al proyecto constitucional, la censura oficial silenciará la represión.
Muchas personalidades de la política de la época creen ver en el proyecto constitucional de De Gaulle sometido a Referéndum una similitud pasmosa con el proyecto de Constitución que había elaborado el mariscal Philippe Pétain en la era de la ocupación nazi. Se intentaba separar el destino de Argelia –llamada a seguir siendo parte de Francia– del destino de los demás territorios de ultramar, que supuestamente serían autónomos y asociados en la Comunidad. (Sin ánimos partidistas ni ideológicos parece ser que solo los comunistas se oponían ferreamente a estas intenciones).
El presidente De Gaulle junto al presidente estadounidense John F. Kennedy, saliendo del Palacio del Elíseo, 1961.
En Argelia, "las reuniones a favor del No se prohiben y se confisca el material electoral. Durante las operaciones de voto, el ejército elabora las listas electorales, transporta a la población hasta los colegios electorales, se ocupa de las urnas y cuenta las boletas. La farsa es total. En la metrópolis, la Constitución resulta aprobada con el 79,25% de los votos efectivos. En las colonias, la media del Sí es del 94%. Incluso se reporta un 99,99% en Costa de Marfil. Guinea será la oveja negra. De Gaulle había decidido dejarla en libertad y hacerle pagar caro la afrenta que él mismo había sufrido en Conakry. Espera que esto sea, además, una forma de disuadir a todos los que exigen la independencia en las demás colonias. Así que, en Guinea, sin control del ejército sobre las elecciones y sin que se reporte ningún fraude de consideración, el Sí obtiene… el 4,6%". (Meyssan)
Adoptada la Constitución, los plenos poderes concedidos por la IV República debían terminar, disposiciones transitorias previstas en el artículo 92 de la nueva Constitución la prolongarán cuatro meses más, tiempo necesario para organizar la elección del primer presidente de la V República y los nuevos diputados... Charles de Gaulle es elegido con un 78%.
Contrariamente a lo que afirma la historia oficial, la IV República no murió de exceso de democracia sino por no haber sido lo bastante republicana.
Es cierto que el acoso parlamentario contra el gobierno dio lugar a una inestabilidad que impedía la realización de grandes reformas. La IV República no supo aplicar los principios universalistas que tanto proclamaba. Rechazó con obstinación la igualdad de derechos de los "pueblos asociados".
"Ante tales contradicciones, De Gaulle representa una coherencia: la dominación por la fuerza. Para seguir manteniendo el derecho francés sobre los colonizados, De Gaulle se propone exaltar el nacionalismo y renunciar al ideal universalista de la República. Para lograrlo concede total autonomía a cada colonia, de forma tal que el principio de igualdad en vigor en la metrópoli pueda coexistir con varios tipos de sistemas discriminatorios fuera de la metrópoli, y que se pueda mantener la explotación económica de las colonias. De Gaulle pretende además eliminar la democracia representativa que le parece despreciable, e instaurar un poder personal. Siguiendo la tradición bonapartista, el general pretende, a través de su persona, conciliar lo inconciliable: el contrato social de la República y la Francia eterna del Ancien Régime (el periodo de la historia de Francia comprendido entre el fin del Renacimiento y la Revolución Francesa). Por eso termina sus discursos e intervenciones públicas con un paradójico «¡Viva la República! ¡Viva Francia!»."
Como bien aprecian los historiadores, lo único que las instituciones de la V República tienen de republicanas es el nombre ya que convierte al presidente de la seudorepública en presidente por derecho de toda la Comunidad, la V República le hace personalmente responsable del Imperio, de la misma manera en que los reyes de Bélgica eran personalmente propietarios de sus colonias.
Continuaremos...
Lecturas consultadas:
La V República Francesa. Una puerta abierta a la dictadura constitucional. Tecnos SA, Madrid 1958, 191 páginas.