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12 julio 2018

Geopolítica del poder: La Ruta de la Seda (VIII)



Una foca se acerca mientras el rompehielos chino Xuelong descarga su cargamento sobre el hielo marino.




Breve nota de introducción del editor del blog.


En vista del interés del lector por el tema de la "Ruta de la Seda", hoy aportamos otro valioso artículo. En esta oprtunidad Jonathon Ludwing nos brinda la siguiente investigación.

No obstante esta excelente ponencia, llevarla a la práctica en nuestros días seguirá siendo utópico, China será impedida mediante cualquier método de contención por los Estados Unidos. Eso es tan evidente que la actual doctrina política económica y militar del presidente Trump está basada en paralizar el "expansionismo" chino. Si USA no quiere perder la hejemonía mundial debe continuar auspiciando todo tipo de conflictos regionales en el Próximo y Lejano Oriente, cortar el renacer de la "Ruta de la Seda" es vital.  

Sabemos que los conflictos armados de actualidad en Próximo Oriente están relacionados con las intenciones chinas, a través de Irán, Irak, Siria y otros por abrir nuevas rutas terrestres para el comercio mundial, al desatarse las guerras en Irak, Siria y otros países esas aspiraciones han sido cortadas. Se atreverían los Estados Unidos desatar una guerra directa con China, por ejemplo, en el Mar de la China Meridional, con las repercusiones que ello podría implicar, es decir, el uso de armas atómicas.? 

Por el momento la confrontación USA-China sigue siendo económica, es una verdadera guerra de aranceles y otro tipo de imposiciones al comercio mundial, se habla de una escalofriante cifra de 200.000 millones de dólares que impondrá Estados Unidos a China, por supuesto, el gobierno del gigante asiático califica de inaceptable y tomará contramedidas ante esa actitud. Una "guerra comercial" que provocará un fuerte golpe al consumo dentro de los Estados Unidos, según los expertos. 



*****



La Ruta de la Seda Polar de China ofrece a Norteamérica la oportunidad de escapar de la podredumbre postindustrial

por Jonathon Ludwig


"China, en su calidad de país importante y responsable, está dispuesta a cooperar con todas las partes pertinentes para aprovechar la oportunidad histórica del desarrollo del Ártico y hacer frente a los desafíos que plantean los cambios en la región".                                                                                                                                
                                                          Reporte gubernamental chino, 25 de enero de 2018.



La inauguración, el 25 de enero2018 , de la "Ruta de la Seda Polar" en China ha creado una maravillosa oportunidad para el desarrollo del norte que no se veía desde hace décadas. Esta oportunidad no sólo extiende el increíblemente exitoso modelo de crecimiento de China a América del Norte; a través de un sistema revolucionario de transporte marítimo y desarrollo de infraestructura en el Ártico, sino que también proporciona un nuevo espíritu de diplomacia fundado no en la militarización del Ártico; como lo deseaban los utópicos retrógrados neoconservadores de las eras de Cheney y Obama, sino más bien en la cooperación, el respeto, el desarrollo y la confianza. 

Dado que Global Affairs Canada respondió favorablemente a la iniciativa de la Ruta de la Seda Polar, y dado que el gobierno canadiense es miembro del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura dirigido por China; sin mencionar el Memorando de Entendimiento de Columbia Británica que une la provincia con la iniciativa del Cinturón y la Ruta, esta nueva realidad exige que tanto los canadienses como los estadounidenses pensemos seriamente si queremos responder adecuadamente de la manera más genuina y beneficiosa por el bien de nuestro pueblo y la humanidad en general. 1


¿De dónde surge nuestra crisis? 


Las economías estancadas de América del Norte han sufrido durante casi 50 años bajo un falso conjunto de venenos conocidos dualísticamente como la "sociedad de consumo posindustrial" por un lado y la "economía de crecimiento antiindustrial" por el otro. Desde los tiempos de John F. Kennedy, Franklin Roosevelt (y sus homólogos canadienses John Diefenbaker, C. D. Howe y W. A. C. Bennett) los proyectos a largo plazo han impulsado nuestro pensamiento económico con el efecto de aumentar tanto los poderes productivos laborales como el bienestar moral, físico e intelectual de nuestros ciudadanos.2 El aumento de estos tres parámetros (físico, intelectual, moral) incrementó nuestra capacidad de carga poblacional de tal manera que ninguna otra especie sería capaz. Esto nos permitió casi triplicar nuestra población desde 1950, y al hacerlo, demostrar la verdadera naturaleza de la humanidad como una especie capaz de un razonamiento creativo ilimitado, para el horror del Imperio Británico y su indoctrinada élite administrativa global. 

Esos líderes humanistas antes mencionados provenían de una época que no dicotomizaba la "economía" y la "política", ya que ambas eran reconocidas como dos caras de la misma moneda; lo cual fue maravillosamente expresado por Benjamín Franklin, quien describió la economía política como la "ciencia de la felicidad humana"3. Tan pronto como se impuso esa dicotomía a la sociedad occidental (formalizada por la destrucción en 1971 del sistema de tasas de cambio fijas de Bretton Woods) la política se convirtió en un juego de sofisticación, corrupción e hipocresía, mientras que la "economía", que ya no estaba limitada por las "restricciones morales" de las regulaciones nacionales, se convirtió simplemente en una pantalla para el imperialismo de posguerra a través de la esclavitud por deudas, el trabajo barato, la especulación frenética y el saqueo de recursos. Este mundo dicotomizado no tenía cabida para líderes como los mencionados anteriormente, ni en Norteamérica ni en ninguna otra parte del mundo. Las agencias de inteligencia, ahora bajo el control total de la oligarquía financiera angloamericana, se aseguraron de que ningún líder nacionalista y proindustrial fuera tolerado por mucho tiempo en el poder en ningún país del mundo4


Empleados de restaurantes y bares contra empleados de manufactura


Durante los años patológicos de la Guerra Fría, el mundo estaba dividido entre los "desarrollados", que supuestamente no necesitaban crecer más, y los "subdesarrollados", a quienes se les permitía el dinero y las "tecnologías apropiadas" como los molinos de viento, pero ningún progreso científico o tecnológico real que aumentara el nivel de vida o los poderes productivos laborales de la sociedad. Cualquier forma de innovación científica se relegó a la función de los asuntos militares, o al avance de las nuevas "industrias de pacificación mental" (es decir, entretenimiento, drogas farmacológicas y recreativas, etc.). Ya no se permitió que la infraestructura fuera el ámbito en el que se expresaba la tecnología, ni lo que definiera el "desarrollo". De hecho, durante el intervalo 1978-2000, las nuevas inversiones en infraestructura canadiense cayeron a 0,1%/año (frente al promedio de 4,8%/año que prevalecía entre 1955 y 1978)5. Mientras tanto, las industrias productivas fueron tercerizadas a mercados laborales baratos, lo que resultó en una sociedad cada vez más adicta a los "bienes baratos" y a los servicios decadentes. 


"Límites al Crecimiento", la teoría de 1972 impulsada por el establishment anglo-estadounidense para convencer al mundo de que la humanidad no podía ir más allá porque el planeta ya no podía tolerarnos.


La lógica lineal de los límites de la población animal, expresada en el término "capacidad de carga", ha sido impuesta a la humanidad por la misma élite neomaltusiana que odiaba tanto a la humanidad que estaba dispuesta a matar a nuestros líderes más brillantes e idear una filosofía de cinismo sólo para convencer a la sociedad, mediante una forma viciosa del efecto Pigmalión, de que nuestra naturaleza estaba diseñada para destruir la naturaleza y finalmente autodestruirse. Un destacado arquitecto maltusiano de esta "nueva sociedad" fue el cofundador del Club de Roma, Sir Alexander King, quien reveló esta intención en el libro sorprendentemente franco The First Global Revolution ("La primera revolución global"), de 1991:

"En la búsqueda de un nuevo enemigo que nos uniera, surgió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, el hambre y cosas por el estilo encajarían en el proyecto. Todos estos peligros son causados por la intervención humana, y sólo se pueden superar a través de un cambio de actitud y comportamiento. El verdadero enemigo entonces, es la humanidad misma." Timothy Leary




Y así fue como una generación de baby boomers [nacidos durante la explosión de la natalidad de la posguerra entre 1946 y 1965-NdT.] dopados fue inducida a "liberarse del pasado y del futuro por igual" siguiendo los mantras de gurús como Timothy Leary y Aldous Huxley para "encenderse, sintonizarse y abandonar". Puesto que la humanidad es irremediablemente corrupta, se les dijo que abandonaran toda responsabilidad para cambiar un mundo que en última instancia no puede ser cambiado y que en su lugar fueran hacia su interior y buscaran el placer (y así, el placer y el dolor quedaron validados como un nuevo estándar para lo correcto y lo incorrecto). 

Este abandono del futuro y del pasado hizo que toda una generación fuera irremediablemente maleable y susceptible a una nueva ética llamada "posestructuralismo", "posrealismo" y "posindustrialismo". Para ser precisos, esos nombres adoptados por el movimiento contracultural han sido mejor etiquetados como "posverdad". 

Ahora, casi 50 años después de este caos neurótico, y ante el inminente colapso de la burbuja de la deuda especulativa ilusoria que demasiados economistas idiotas creen que es nuestra "economía", se nos ha presentado una crisis potencialmente maravillosa. 


El regreso a un futuro humanista

"China respeta el derecho de todas las naciones a buscar su propio camino. Nunca perseguiremos el desarrollo a costa de otros. Encontraremos una convergencia con otros países y reforzaremos la cooperación con otros países en vías de desarrollo y promoveremos la cooperación a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta".      Xi Jinping, 22 de octubre, 2017

Lo que ha hecho que esta crisis sea "potencialmente" maravillosa es que ha surgido un nuevo orden viable y extraordinariamente rápido desde que algo nuevo comenzó a suceder en 2013. Este nuevo orden es uno que respeta el derecho a la soberanía de cada nación y asume que las relaciones internacionales deben basarse en el desarrollo mutuo de los recursos mentales y físicos de cada nación. Éste no es el Nuevo Orden Mundial que los hermanos Huxley promovieron, sino uno que se basa en el renacimiento del mundo justo que Franklin Roosevelt imaginó en oposición a Churchill al final de la Segunda Guerra Mundial7, y que John Kennedy describió en su llamado a reemplazar la Guerra Fría con un compromiso para que toda la humanidad explore las estrellas conjuntamente 8

Potencial de crecimiento ilimitado (o, al menos, un nuevo potencial de crecimiento significativo más allá del paradigma actual).


En los últimos 30 años, el modelo de crecimiento de China ha sacado a más de 800 millones de personas de la pobreza, y con el anuncio en mayo de 2013 de la Nueva Ruta de la Seda, China ha vinculado su destino a instituciones nuevas y poderosas como el BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai y la Unión Económica Euroasiática, invitando a todas las naciones del mundo a sumarse al proyecto. Consciente de que el marco monetarista de instituciones de la era de Bretton Woods como el FMI, el Banco Mundial y la OMC nunca permitiría el tipo de inversión a largo plazo en la Nueva Ruta de la Seda ampliada, China ha impulsado la creación de una serie de nuevos mecanismos financieros internacionales tales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, el Nuevo Banco de Desarrollo, el Fondo de la Nueva Ruta de la Seda, y más. 

Las ciudades del Círculo Polar Ártico como Tromso, Noruega, podrían proliferar en toda la región a medida que aumente el comercio, el transporte y el desarrollo.


Con este nuevo ritmo de progreso, los antiguos países coloniales del "Segundo y Tercer Mundo" se han animado a desafiar a los dioses del Olimpo que se encuentran en lo alto de las torres de Londres y Wall Street. Cada vez más, incluso los países del "Primer Mundo", hartos del estancamiento y la desesperación, han comenzado a tirar su suerte con la Nueva Ruta de la Seda. En este sentido, la exitosa visita de Donald Trump a China en noviembre de 2017 solidificó no sólo más de 250.000 millones de dólares en acuerdos entre las dos potencias y abrió la puerta a una inversión china inmensamente mejorada en Estados Unidos, sino que también dio un salto gigantesco hacia la unión de los intereses estadounidenses con Eurasia. 

Hasta ahora, la Nueva Ruta de la Seda ha ampliado los corredores de desarrollo desde China a Europa, aumentando el comercio y el intercambio cultural, al mismo tiempo que ha desatado un gran potencial a lo largo del camino. Se han construido de la nada cientos de nuevas ciudades modernas y han florecido nuevas industrias, tecnologías y descubrimientos científicos asociados. Estos corredores han surgido a través de Oriente Medio, África, Eurasia e incluso América del Sur y el Caribe y han tenido como efecto el alivio de la pobreza, la reducción de los conflictos y la esperanza. 


El estrecho de Bering como eje de la Ruta de la Seda Polar 

Se estima en forma conservadora que el 30% del gas natural no descubierto del mundo y el 13% de las reservas de petróleo no descubiertas se encuentran en el Ártico. Los minerales esparcidos por toda la tabla periódica se encuentran abundantemente en el Ártico, pero no son de ninguna utilidad para la humanidad en la medida en que no se han construido redes de transporte para alcanzarlos. 

¡Vamos EE.UU.! ¡Sabes que lo quieres!  


Actualmente, los proyectos de China con sus vecinos del Ártico involucran principalmente el transporte marítimo, el turismo y las materias primas. Sin embargo, el espíritu de la Ruta de la Seda se basa en el crecimiento del espectro completo de todos los componentes de las economías nacionales y ha estado guiado por la creación de corredores de desarrollo en todos los lugares donde se ha aplicado (energía, fibra óptica, agua, construcción de comunidades, salud, educación e infraestructura de transporte), y no hay razón para creer que el Ártico sea una excepción a esta filosofía. 


Dado que el programa de desarrollo siberiano de Rusia es similar a la filosofía de la Nueva Ruta de la Seda; y que hay miles de millones en inversiones de participantes internacionales en el extremo oriental ruso que llegan hasta la conexión con el Estrecho de Bering, la idea de un siglo de antigüedad de un túnel ferroviario en el Estrecho de Bering debe reexaminarse como un elemento ideal de colaboración que permita que las tecnologías y prácticas de la próxima generación vuelvan a estar en funcionamiento para la reconstrucción de nuestra salud física, mental y moral. 


Desde 2007, Vladimir Putin ha apoyado la vinculación de la brecha de 100 kilómetros entre los continentes ruso y americano, a lo que siguió la aprobación de China que comenzó abiertamente en mayo de 2014. Ahora que China cuenta con más de 25.000 km de trenes de alta velocidad construidos en China (38.000 km que se construirán en 2025) y varios proyectos ferroviarios de levitación magnética adicionales que actualmente se encuentran en construcción, así como vastos proyectos ferroviarios que abarcan el Ártico ruso, el siguiente paso lógico para el desarrollo euroasiático es incluir a Estados Unidos en su conjunto en este programa, usando líneas ferroviarias que atraviesen el Estrecho de Bering. Con este compromiso, la construcción de la brecha ferroviaria de 1.000 kilómetros, conocida como la línea de ferrocarril Alaska-Canadá, que debería haberse realizado hace tiempo, se llevará a cabo fácilmente e incorporará nuevas redes ferroviarias construidas a través de los territorios canadienses y a lo largo del continente; lo que permitirá el acceso a las materias primas, la construcción de nuevas ciudades avanzadas y la elevación del nivel de vida de la población


El despertar del que alguna vez fue un gran pueblo 
La necesidad de reexaminar programas tan audaces como el Corredor de Desarrollo de Canadá Central, diseñado por el héroe de la Segunda Guerra Mundial, el general Richard Rohmer, puede finalmente ocurrir de manera legal una vez que se permita que este paradigma se propague orgánicamente al Ártico. El plan de 1969 de Rohmer, que preveía una vía férrea de 4.000 km que se extendía desde Nueva Escocia hasta el Yukón, a través del Escudo Canadiense de "Canadá Central", fue diseñado para abrir la zona subdesarrollada entre la Tundra y la delgada zona de desarrollo que abraza la frontera estadounidense. Si este programa se hubiera llevado a cabo cuando se presentó por última vez al mundo en 1969 como una alternativa al infierno posindustrial que se eligió en su lugar, no sólo la población de Canadá tendría por lo menos el doble de su tamaño actual, sino que además NO se habría producido la pérdida de empleos manufactureros (y, a la inversa, nuestra adicción a los bienes baratos provenientes de naciones pobres), la decadencia de nuestra infraestructura y el deterioro de nuestros ciudadanos. 

Desde este punto de vista, la creación de ciudades árticas inspiradas en la ciudad con cúpulas de Frobisher Bay del Primer Ministro John Diefenbaker se convertirán rápidamente en perlas a lo largo de la gran Cinturón y la Ruta del Norte. Tales instalaciones, que proporcionaban a más de 5.000 ingenieros y sus familias todas las comodidades de la ciudad de Toronto, estaban listas para ser construidas ya en 1958, si no hubiera sido por un ataque coordinado contra Diefenbaker y la economía norteamericana en general. 

¡Oh, mira! ¡Oportunidades para hacerse ricos!


Más importante que el desarrollo de la materia prima son las nuevas oportunidades científicas para explorar los efectos de la radiación cósmica y su papel aún inexplorado en la dinámica de los ciclos climáticos, la evolución de la biosfera e incluso ciertas formas de enfermedades virales. Tales investigaciones sólo pueden ocurrir en los ambientes saturados de radiación cósmica que proporciona el Ártico. La exploración espacial, en la que tanto Rusia como China lideran crecientemente a nivel mundial, también necesita entornos árticos que imiten las condiciones climáticas extraterrestres que encontraremos en Marte. 

Lo más importante es que China quiere tener este futuro y sabe que en Occidente es posible que nos despierten de nuestro largo sueño. 



La visión a largo plazo de China para la humanidad 

En mayo de 2016, pronosticando la inauguración de la Ruta de la Seda Polar, el embajador de China en Canadá escribió:

La iniciativa del Cinturón y la Ruta es un nuevo tipo de mecanismo de cooperación. China seguirá los principios de apertura, cooperación, armonía, integración, beneficio mutuo y cooperación en la que todos salgan ganando. Los programas de desarrollo en el marco de la iniciativa no son exclusivos, sino que están abiertos a todos los países o partes interesadas, ya sean de regiones a lo largo de la ruta o de otras partes del mundo... Algunos amigos canadienses me dijeron que como Canadá y China son vecinos del Pacífico, la iniciativa del Cinturón y la Ruta también significa muchas oportunidades para Canadá. En vista de los progresos realizados en la cooperación entre China y Canadá en todos los ámbitos a lo largo de los años, Canadá puede aprovechar sus ventajas en materia de recursos y tecnología para fortalecer la cooperación con los países asiáticos en esferas como el desarrollo de la infraestructura, la inversión industrial, los recursos energéticos, la financiación, los intercambios entre personas y la fabricación avanzada... Mientras tanto, China y Canadá podrían explorar conjuntamente formas de extender el Cinturón y la Ruta a América del Norte". 

Vías de navegación actuales y potenciales en el Océano Ártico.


Para el pensador geopolítico, o cualquier otra víctima de la ingeniería social de los baby boomers, tales intenciones expresadas por China son totalmente inexistentes. Todo lo que existe son supuestos mecanismos de planificación basados en las ideas hobbesianas de poder del más fuerte para dominar al más débil y el poder para monopolizar los recursos. La noción de poder como parte de la capacidad de la humanidad para coexistir y cooperar en beneficio tanto de la humanidad como del universo fue comprendida por pensadores como Gottfried Leibniz, Benjamín Franklin, Abraham Lincoln, Franklin Roosevelt y otros, pero está prácticamente ausente en las mentes de una sociedad condicionada a pensar en términos de referencia materialistas. 

Sin embargo, cualquier pensador de mente clara con una comprensión histórica y un sentido amoroso del futuro puede identificar fácilmente la intención de China y sus aliados eurasiáticos principales. Para aquellos que tienen los ojos despejados de los efectos de la ingeniería social descrita anteriormente, como Helga Zepp-LaRouche, presidenta del Schiller Institute, la nueva ruta de la seda no sólo representa una oportunidad para construir infraestructura y curar las heridas de la última media década, sino que además, representa nada menos que una oportunidad para finalmente poner a la humanidad en armonía con las leyes naturales del universo, cuyo mandato principal es "ser creativo o caer". En una reciente conferencia en Berlín, la Sra. LaRouche concluyó con las siguientes palabras:

"Es muy bueno vivir en este momento de la historia y contribuir a hacer del mundo un lugar mejor. Y se puede hacer, porque el Nuevo Paradigma coincide con la legalidad del universo físico en la ciencia, el arte clásico y estos principios. El neoliberalismo y el liberalismo de izquierda están anticuados y desaparecerán como los escolásticos debatiendo cuántos ángeles pueden sentarse en la cima de un alfiler. Lo que se sostendrá es la identidad de la especie humana como la especie creativa del universo".
La siguiente fase de la evolución de la Nueva Ruta de la Seda promovida por el Instituto Schiller se muestra arriba con varias docenas de grandes proyectos destacados.




Fuente original
Jonathon Ludwig
The Canadian Patriot
Sott.net
08 febrero 2018


Jonathon Ludwig, editor de The Canadian Patriot, revista geopolítica y una plataforma para un debate más amplio sobre el papel de Canadá como participante soberano dentro de la armonía de las naciones que ahora está emergiendo.

LECTURA RECOMENDADA
Notas

1. El que el apoyo del gobierno canadiense a estas iniciativas sea genuino o no no es un asunto que estamos abordando en este momento. El hecho es que ha habido una expresión de apoyo a un proceso cuyas reglas no están siendo moldeadas por la élite angloamericana, y nuestra evaluación proviene de ese hecho. El hecho es que en tiempos de crisis, incluso los organismos que se beneficiaron de la decadencia de la sociedad deben adaptarse a la cura si desean sobrevivir o bien colapsar con el anfitrión al que han destruido parasitariamente.
2. Estos grandes proyectos fueron conocidos como el New Deal, el programa Apolo, la revolución de la energía hidro-nuclear y Avro Arrow.
3. From Leibniz to Franklin on 'Happiness', por David Shavin, Fidelio Vol. 12 no. 1
4. Para una cronología más completa de los golpes de estado y asesinatos de CIA-MI6 desde la Segunda Guerra Mundial, vea "A Timeline of CIA Attrocities", por Steve Kangas, 7, Feb., 1997
5. Danger Ahead the Coming Collapse of Canada's Municipal Infrastructure, Federation of Canadian Municipalities, Nov. 2007. Mientras que la tasa de inversión mejoró ligeramente a partir de 2001, los daños causados por la brecha de 25 años se han vuelto irresolubles sin un cambio sistémico completo. Las tasas estadounidenses de colapso de la infraestructura son de una magnitud similar y el informe de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles de 2017 está exigiendo una estimación conservadora de 2 billones de dólares para elevar la infraestructura a niveles "aceptables".
6. The First Global Revolution: A Report by the Club of Rome, 1991, por Alexander King
7. Para un relato completo de la batalla entre FDR y las intenciones opuestas de Churchill para el mundo de la posguerra, tomado del libro de Elliot Roosevelt, As He Saw It, vea aquí.
8. En su discurso ante la ONU el 20 de septiembre de 1963, Kennedy dijo: "Incluyo entre estas posibilidades una expedición conjunta a la Luna... ¿Por qué... el primer vuelo del hombre a la Luna debería ser una cuestión de competencia nacional? ¿Por qué deberían Estados Unidos y la Unión Soviética... involucrarse en inmensas duplicaciones de investigación, construcción y gasto? Ciertamente deberíamos explorar si los científicos y astronautas de nuestros dos países (y en realidad de todo el mundo) no pueden trabajar juntos en la conquista del espacio, enviando a la Luna en algún día de esta década no a los representantes de una sola nación, sino a los representantes de todos nuestros países".

07 julio 2018

Al Quds y la liquidación de la causa Palestina (2)



El "Acuerdo" del Siglo




Nota de introducción por el editor del blog.

A inicios de año ya anunciamos sorpresas en cuanto al futuro de Palestina dictado por fuerzas extranjeras, desde antes era evidente que el fin de la causa palestina se estaba tramando bajo dura presión de Israel.

Aunque se tenían reservado el plan a presentarse, ya era conocido varios detalles que comenzaron a hacerse públicos con el discurso de Donald Trump en que anunció el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv hacia al Quds (Jerusalén)  hecho que se verificó en mayo de este año, aunque no se ha efectivizado por motivos de seguridad, lo que está funcionado -por el momento- en Jerusalén es el Consulado. De todas formas ese acto de abierta hostilidad contra Palestina equivale a reconocer a Jerusalén como la capital del estado de Israel, casi todos los pueblos y gobiernos árabes condenaron tal decisión. 

Esa medida es parte de la estrategia de anunciar una futura alianza -o al menos un tratado de paz- entre Israel y Arabia Saudí, cuyo trasfondo es contener la fuerte influencia regional que ejerce Irán. Pero las cosas no funcionan de esa manera, dada la oposición de gran parte de la comunidad internacional a la unilateral medida de los Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel habría sido una de las causas de la cancelación de la cumbre prevista para marzo del 2018 en que Arabia Saudí e Israel declararían su reconciliación histórica. Luego vendrían las movilizaciones del pueblo palestino demostrando su indignación y la consecuente masacre perpetrada por tropas israelíes contra indefensos manifestantes. 





No solo que la ira popular trastocó (por el momento) el anuncio de la alianza israelí-saudí, sino que el plan inicial para terminar con el sueño palestino ha tenido que ser corregido -no se si para peor-. En un inicio, americanos, saudíes e israelíes intentaron forzar a la autoridad palestina para que acepte la anexión incondicional de Jerusalén Este a Israel y la proclamación oficial de capital “eterna” de Israel. Como expresamos en el artículo de referencia, Al Quds y la liquidación de la causa Palestina (1), las condiciones eran duras, no estaba contemplado el surgimiento de un estado palestino independiente en Cisjordania y Gaza, no obstante que Mohammed bin Salem, heredero del trono saudí, proponía al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que la ciudad de Abu Dis (en la Gobernación de Jerusalén) sea la capital del estado palestino. Israel construyó un muro que separa Abu Dis de Jerusalén, los palestinos dicen que Abu Dis es apenas un pequeño distrito (o barrio) de Jerusalén por lo que siguen reclamando la mitad de la ciudad que permanecía bajo control de Jordania antes de la "Guerra de los Seis días".

Hemos dicho que hasta los sueños tienen límites, que ese juego geo-estratégico no podría culminar exitosamente sin que provoque la ira palestina e internacional y hasta que pueda desatar un gran conflicto; que el débil gobierno palestino y su pueblo no se quedarían impávidos, ni otras potencias permanecerían como simples observadoras de tan grotesco show. Irán, Rusia, China y otros tienen mucho que decir y aportar en la resolución de la crisis. 

En fin, estamos a mediados del 2018 y las cosas han variado. 

Hoy, nos han presentado una pomposa revisión del plan inicial. Solo que ahora, a más de seguir perjudicando a los palestinos, también se meten con el Reino Hachemita de Jordania. Algunos expertos no demoraron en expresar que recientes y fuertes manifestaciones en ese reino tenía un trasfondo semejante a una nueva "primavera árabe"; para otros analistas se trata de una "elegante" manera de presionar al rey Abdallah II para que acepte el plan estadounidense para Palestina.

Thierry Meyssan en sus siempre reconfortantes ensayos nos recuerda que 
"el Reino Hachemita sigue siendo considerado el reino de los palestinos y que el rey Abdallah II es el «Protector» de los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén y el «Guardián» de los lugares sagrados cristianos en la Ciudad Santa, título reconocido a Jerusalén en el año 2000 por el papa Juan Pablo II. Hasta el inicio de la aplicación de los acuerdos de Oslo, Jordania administraba el territorio de Cisjordania, a pesar de que ese territorio se hallaba bajo la ocupación israelí desde la Guerra de los Seis Días. El propio Yasser Arafat se planteó entonces la posibilidad de jurar lealtad a la monarquía hachemita. Los palestinos son al menos tres cuartas partes de la población jordana, sólo el 25% restante son beduinos y pobladores autóctonos". (1) 


Muchos se preguntarán, no es mejor luchar por cristalizar el plan de 1948 de las Naciones Unidas que contemplaba la creación de los dos estados y que Israel aceptó?. Ahora, nos hablan de un "Acuerdo" y del siglo!, en qué momento negociaron con los representantes de la Autoridad Palestina?

El Plan desarrollado por Jared Kushner (o quién sabe por quién), nombrado consejero especial (por ser yerno de Trump), contempla que Jordania jugará un papel trascendental en el "Acuerdo del Siglo". Pero revisemos una interesante crítica a este nuevo "Acuerdo", una excelente publicación de Hispano TV.

Gracias por su deferencia, sugiriendo de lectura del último artículo de Thierry Meyssan sobre el tema: "Jared Kushner y el 'derecho a la felicidad' de los palestinos" (2)

Tito Andino U. 


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El acuerdo del siglo, máxima hipocresía y mínimo de vergüenza *
 Jared Kushner y Jason Greenblat están en gira por algunos países del Oriente Medio para ultimar su llamado “acuerdo del siglo”.


por Nicola Hadwa y Silvia Domenech 

Nicola Hadwa es analista internacional chileno-palestino. Ex entrenador de la Selección Palestina de Fútbol, Director de la Liga Latinoamericana por el Derecho al Retorno y coordinador del Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino de Chile. Especialista en temas principalmente del Medio Oriente. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Silvia Domenech.Investigadora cubana con varios libros publicados. Doctora en Ciencias Económicas y Profesor Titular de la Universidad de La Habana y la Escuela Superior del PCC.



Jared Kushner el yerno de Trump y sionista recalcitrante, junto a otro fanático sionista, Jason Greenblat (el ex vicepresidente de la Trump Organization), están en gira por algunos países del Oriente Medio para ultimar su llamado “acuerdo del siglo”. Acuerdo que, en un escenario caracterizado por la ya prácticamente irreversible derrota de los planes occidentales-saudita-sionistas de utilizar ejércitos terroristas para dividir y debilitar el Medio Oriente, aflora como un nuevo salvavidas para proteger y asegurar la entidad sionista. Y el cual no es más que un plan para lograr la entrega definitiva de los derechos del pueblo palestino a los sionistas y su renuncia al objetivo de libertad y liberación nacional.

Dicho acuerdo, que tiene sus antecedentes en viejas aspiraciones sionistas como el Plan Alón y el Plan Yinón, busca cercenar Cisjordania y, uniendo lo que quede con Gaza y Jordania, crear un estado palestino-jordano, echando a un lado al monarca jordano y colocando en su lugar a otro títere con rostro de democracia, englobando así al pueblo palestino y enjaulándolo bajo la vigilancia de un ejército jordano más poderoso y el ejército sionista. Todo ello financiado por Arabia Saudita con el dinero de su pueblo, del cual se apropia sin límite alguno.

¿Qué ocurre con este “nuevo” plan sionista-norteamericano denominado “Acuerdo del siglo”? 

Cuatro países árabes ya han garantizado el apoyo a este acuerdo. Egipto, país gobernado hoy por una dictadura militar impuesta por los sionistas, que colabora activamente para sofocar a Gaza por el bloqueo, el hambre y las enfermedades. Jordania, monarquía feudal dependiente del tesoro norteamericano y saudita, con una amplia historia de traiciones. Arabia Saudita, monarquía retrógrada y medieval que no es otra cosa que el financista de todos los planes sionista-norteamericanos para el Medio Oriente, y cuya historia, al igual que la de Jordania, está llena de traiciones y complot contra los pueblos árabes; situación denunciada por Gamal Abdel Nasser cuando Egipto fue el símbolo de la libertad y el nacionalismo árabe. Y para completar el cuarteto, Emiratos Árabes Unidos, aliado incondicional de los saudí y Egipto en intereses y acciones, que también ha forjado fuertes y estrechos lazos con los sionistas en los últimos tiempos.

Que estos cuatro países apoyen el Acuerdo del Siglo, no obstante, no es una sorpresa. Sus gobiernos no han hecho más que repetir su dual comportamiento, mantenido desde el inicio de la colonización de Palestina en diferentes momentos de la historia expresado, por un lado, en su fingida condena –usualmente limitada a lo verbal– de las acciones contra este heroico pueblo, cuando en realidad actuaban de acuerdo a los intereses de los sionistas. Y, por otro, en el engaño a sus propios pueblos, quienes veían con horror como sus hermanos musulmanes y árabes eran despojado y expulsados de sus tierras. A la vez que, la Liga Árabe publicaba sus declaraciones colectivas, todas destinadas al basurero, que a lo más sacaban una sonrisa a los gobernantes sionistas y un fruncir de ceño al imperio. De esa forma mantuvieron dormidos y, al mismo tiempo, oprimidos a sus pueblos, haciéndoles creer que eran activos enemigos de la entidad sionista.

La realidad, no obstante, era otra. Y no podía ser de otra forma, pues no era casual. Ese comportamiento ha estado condicionado a la lucha por la subsistencia en el poder de monarquías y gobiernos reaccionarios, dado que el mantenimiento en esos países del poder colonial e imperial genera un conjunto de situaciones que en el terreno social, nacional y político conducen a luchas de liberación nacional, y luchas de emancipación social y de justicia. Situaciones en conjunto en extremo volátiles y peligrosas para esos gobiernos dictatoriales y monarquías que ven en la entidad sionista y en Estados Unidos, junto a otras potencias como Francia e Inglaterra, a sus protectores en contra de sus propios pueblos. Haciendo, además, que el temor a la justicia social y la libertad de los pueblos árabes, sea mayor y más importante que la libertad del pueblo palestino o la recuperación de los santos lugares del Islam.

Estos cuatro países apoyan el Acuerdo, por consiguiente, porque al hacerlo están cumpliendo las funciones que sus propios intereses le dictan. Porque éstos, sus intereses, son comunes y coherentes con el contenido de dicho Acuerdo, y porque esa acción se corresponde con su acción histórica. Todo lo cual no tiene nada que ver, ni tiene relación con el nacionalismo ni con el respeto a su religión, sino más bien con el interés común de salvaguardar sus privilegios, que no son los de los pueblos árabes ni los de los musulmanes.

No por gusto durante muchos años estos gobiernos árabes, especialmente las monarquías feudales retrógradas, han colaborado activamente con los sionistas y Estados Unidos en materias como la inteligencia y la seguridad, informando y deteniendo -y a veces desapareciendo- a los nacionalistas y patriotas árabes que constituyen un peligro político para ellos, para los sionistas o Estados Unidos.



Este último país el cual, bajo el pretexto de prevenir la explosión social y política en el mundo árabe e islámico -como ocurrió en Irán-, impuso rápidamente y con la venia de todas las monarquías, bases militares en ellos. Bases que, por supuesto no eran ni son para protegerlos de la entidad sionista, aliada inseparable de Estados Unidos. ¡Habría que ser muy ingenuo para creer eso! Esas bases permiten a Estados Unidos proteger sus propios intereses sobre el petróleo y el gas árabes, de propiedad yanqui-sionistas y, al mismo tiempo, proteger a las monarquías de un eventual levantamiento popular contra la situación de miseria y opresión a la que tienen sometidos sus pueblos. Asimismo, y no de menor importancia, les permite vigilar a Irán y a Rusia.

También en la desesperación por el despertar de los pueblos árabes, se ha tratado de desviar las luchas de liberación nacional y emancipación social y política hacia una lucha torcida entre religiones y sobre todo entre Suníes y Chiíes. A pesar de esto y de los muchos otros esfuerzos realizados, las realidades en el terreno, las comunicaciones sociales y los hechos diarios hacen ver claramente a los pueblos árabes que estas monarquías no son lo que intentaron aparentar por muchos años. Y las situaciones político militares y sus vertiginosas y variantes formas de desarrollo han obligado a que estas monarquías y gobiernos árabes se saquen las caretas y muestren sus verdaderas y oscuras caras.

Hoy los príncipes y oficiales saudíes viajan a Tel Aviv a mostrar lealtad y buscar alianzas contra los pueblos árabes e islámicos anti imperialistas o nacionalistas. Egipto mantiene un vergonzoso bloqueo contra sus hermanos palestinos. Jordania además de ayudar a los terroristas del Estado Islámico, ayuda en seguridad e información a la entidad sionista y firma con esa entidad un millonario contrato de abastecimiento de gas por 10.000 millones de dólares.

La entidad sionista dispone ya de una misión diplomática en los Emiratos Árabes. Y todos ellos, junto a sionistas y los principales países imperialistas, entrenan financian y arman a los peores terroristas jamás vistos, con el objeto de destruir a los países que ejercen independencia del poder imperial y conforman el Frente de la Resistencia, es decir Siria, Iraq, Irán, Hezbolla y las organizaciones de resistencia Palestina. Precisamente, uno de los objetivos de este plan es también tratar de evitar que la entidad sionista quede cara a cara con este Frente de la Resistencia, y lograr que los traidores árabes hagan, como ha sido siempre históricamente, el trabajo sucio de los sionistas. El reinicio del bloqueo a Irán y las agresiones a Siria y Hezbollah son parte de este proceso buscando debilitarlos frente al cuarteto de la traición.


Eretz Isarael. El término 'Plan Yinon' se refiere a un artículo publicado en febrero de 1982 en la revista hebrea Kivunim ("Direcciones") titulado "Una estrategia para Israel en la década de 1980". Kivunim era un periódico trimestral dedicado al estudio del judaísmo y el sionismo que apareció entre 1978 y 1987 y fue publicado por el Departamento de Información de la Organización Sionista Mundial en Jerusalén. El artículo fue escrito por Oded Yinon, supuestamente un ex asesor de Ariel Sharon, un ex alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí y periodista de The Jerusalem Post. Se cita como un ejemplo temprano de la caracterización de proyectos políticos en Medio Oriente en términos de una lógica de divisiones sectarias. Ha desempeñado un papel tanto en el análisis de resolución de conflictos por parte de académicos que lo consideran como influyente en la formulación de políticas adoptadas por la administración estadounidense bajo George W. Bush y también en teorías de conspiración según las cuales el artículo predijo o planeó acontecimientos políticos importantes en el Medio Oriente desde la década de 1980, incluida la invasión de Irak en 2003 y el derrocamiento de Saddam Hussein, la Guerra Civil siria y el surgimiento del Estado Islámico. Se ha afirmado que el artículo de Yinon fue adoptado por miembros del Instituto de Estrategias Sionistas en la administración estadounidense hasta que fue adoptado supuestamente como una manera de promover los intereses estadounidenses en el Medio Oriente, así como también de lograr el sueño judío de un estado "desde el arroyo de Egipto (Nilo) hasta el Eufrates", que abarca la mayoría del Medio Oriente, como está escrito en la Biblia hebrea. (fuente Yinon Plan. Traducción de la Wikipedia en inglés por el editor del blog).


El plan del Siglo yanqui-sionista-árabe no es, sin duda, un plan de paz para los palestinos, ni su objetivo primario es mejorar la situación socio económica de su población. Ese plan es una parte integrante de un proyecto mucho más ambicioso que, junto a la división de Siria como parte de la balcanización del Medio Oriente, está dirigido a llevar a vías de hecho en los días de hoy los objetivos del Plan Yinon. Ese proyecto, que ha sido bautizado como “Normalización”, lo que persigue es asegurar las condiciones para que la entidad sionista se convierta en un poder imperial regional en un contexto mundial en que para el imperialismo norteamericano controlar las aspiraciones geopolíticas de sus dos adversarios ideológicos y del sionismo, el enfrentamiento a Rusia y a China sigue constituyendo el principal reto externo de su política de seguridad.

Lo que ocurre es que ese camino pasa necesariamente por Palestina, un importante obstáculo a liquidar para que la entidad sionista pueda oficializar públicamente sus relaciones con las poderosas monarquías y países reaccionarios árabes sin riesgo de que éstos pierdan su equilibrio interno. Liquidar Palestina como causa de resistencia, como pueblo y como identidad, es precisamente el fin prioritario y ultimo del Plan del Siglo.

Entonces este Plan, podría decirse en otras palabras, es el esfuerzo que está haciendo un imperialismo que está perdiendo su papel hegemónico y se encuentra en plena decadencia, para forzar una situación que permita a la entidad sionista poder cumplir un siglo de vida o desaparecer. Si bien su desaparición no necesariamente tiene un significado negativo pues, con ella, sus habitantes podrían volver a su realidad. O sea, podrían volver a ser ciudadanos de donde nacieron y su religión dejaría de ser manipulada como base de un estado al servicio del imperialismo y las transnacionales.



Notas


* Los dos mapas agregados al artículo en referencia son insertados por el editor de este blog, así como la leyenda que acompaña.

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